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Variedades Geograficas Del Español TEMA 3

El español, originado en el antiguo Reino de León, se ha expandido y diversificado en dialectos y variedades geográficas, siendo más apropiado llamarlo español que castellano. En España, se distinguen dialectos históricos como el astur-leonés y el navarro-aragonés, así como variedades modernas como el andaluz, canario, extremeño y murciano, cada uno con características fonéticas, gramaticales y léxicas particulares. El andaluz, en particular, muestra una fuerte influencia en el habla del sur de España y presenta rasgos distintivos como la aspiración de consonantes y la neutralización de sonidos.
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Variedades Geograficas Del Español TEMA 3

El español, originado en el antiguo Reino de León, se ha expandido y diversificado en dialectos y variedades geográficas, siendo más apropiado llamarlo español que castellano. En España, se distinguen dialectos históricos como el astur-leonés y el navarro-aragonés, así como variedades modernas como el andaluz, canario, extremeño y murciano, cada uno con características fonéticas, gramaticales y léxicas particulares. El andaluz, en particular, muestra una fuerte influencia en el habla del sur de España y presenta rasgos distintivos como la aspiración de consonantes y la neutralización de sonidos.
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Lengua y Literatura II. 2º de Bachillerato.

TEMA 3: VARIEDADES GEOGRÁFICAS DEL ESPAÑOL

1. INTRODUCCIÓN. CASTELLANO O ESPAÑOL

El español se originó en una zona cántabra dependiente del antiguo


Reino de León. Desde ahí se fue extendiendo hacia el sur en forma de abani-
co invertido, ganando terreno en su expansión al leonés por Occidente y al
navarro-aragonés por Oriente. A partir de los siglos XVI y XVII, por aunar ras-
gos no sólo castellanos sino también leoneses, aragoneses, andaluces, etc. y
por extenderse más allá de nuestras fronteras, parece más conveniente lla-
marlo español que castellano, aunque los dos nombres sean oficiales para
nuestra lengua.
Una vez impuesta la norma castellana en su zona de dominio, se van
creando dialectos, variedades del español que difieren entre sí por distintas
razones. Entre las de tipo fonético destacan la distinción o no de los fonemas
correspondientes a las grafías c/z y s (ausencia o presencia de ceceo/seseo)
y la distinción o no de los fonemas correspondientes a las grafías ll y y (au-
sencia o presencia de yeísmo). Los diversos dialectos también difieren en
usos gramaticales y en el plano del vocabulario, especialmente en determina-
dos ámbitos semánticos.

2. VARIEDADES DEL ESPAÑOL EN ESPAÑA

Cabe mencionar los llamados dialectos históricos o septentriona-


les. Son el astur-leonés (o leonés) y el navarro-aragonés (o aragonés).
Ambos gozaron de prestigio y extensión, incluso el aragonés se usó en docu-
mentos oficiales hasta el s. XVIII, pero fueron perdiendo pujanza en beneficio
del castellano, del que no son dialectos: provienen, como el resto de lenguas
peninsulares –salvo el euskera- del latín, pero vieron frenada su evolución.
Por tanto, nos detendremos en las variedades geográficas que sí lo son del
español:
2.1. Rasgos de la variedad central o normativa
Entre los rasgos fonéticos más representativos están:
 La /s/ silbadora fuerte, que, junto a la /s/ catalana, occitana y gallega, es única entre el
resto de las lenguas occidentales;
 el fonema [θ], representado por las letras “z” y “c”, otra particularidad no hallada en el
resto de los romances;
 el fonema fricativo velar sordo /X/, muy poco presente en América (sólo se oye en el inte-
rior de México y en algunas zonas de América del Sur);
 fuerte tendencia a reducir los hiatos a diptongos: indoeuropeo > indouropeo > induropeo;
héroe > herue; ahora > ahura > ara, etc.;
 ausencia de yeísmo, rasgo muy extendido, sin embargo, en buena parte de nuestro terri-
torio, especialmente en las capitales (Madrid es totalmente yeísta);
 enmudecimiento de la /d/ final en palabras agudas: "salud" /salú/, "verdad" /verdá/.

Lo más destacado desde el punto de vista del léxico castellano es la


productividad y rápida extensión de las creaciones léxicas de la capital, Ma-
drid.

1
Lengua y Literatura II. 2º de Bachillerato.

Por lo que respecta a la gramática, destacan el leísmo, aparecido des-


pués del Medievo, el gusto por las perífrasis y la preferencia por el pretérito
perfecto simple antes que el compuesto y por el condicional al subjuntivo
(áreas cantábrica, vasca, etc.).

2.2. Dialectos modernos o meridionales

Los dialectos llamados modernos son, junto al español de América1, el


andaluz, canario, extremeño y murciano 2. De todos estos, (al margen del es-
pañol americano) el más pujante es el andaluz, cuyo influjo se extiende a to-
da la mitad meridional de España (hasta Madrid capital, más o menos), aun-
que no quiere decir que en zonas como la nuestra hablemos andaluz, ni mu-
cho menos.

2.2.1. Andaluz

Dentro de Andalucía se suelen establecer dos amplias zonas: la occi-


dental (desde Málaga hasta Huelva), que no distingue entre singular y plu-
ral, y la oriental (desde Córdoba hasta Almería), que los distingue por la
apertura mayor o menor de la vocal final. Los rasgos fonéticos más signifi-
cativos son:
 La neutralización de los sonidos de "s" /s/ y "z" o "ce, ci" /θ/ iniciales o intervocálicos,
lo cual, según la zona, deriva en ceceo o seseo3.

 Aspiración de consonantes: En situaciones familiares o coloquiales, puede encon-


trarse el llamado “heheo”, que consiste en la aspiración de "s" /s/ y "z" /θ/, que se
neutralizan en un único sonido, similar al de la jota aspirada andaluza: "¿sabes una co-
sa?" > ¿habe' una coha? o simplemente abreviado a ¿habe'?

También se puede registrar la aspiración de un gran número de consonantes fina-


les de sílaba o palabra (como "s", "z", "x", "c", "p", "t", "d", "g", "b", "f", "j"), de varia-
ble forma e intensidad. Este fenómeno suele hacer a la consonante siguiente gemina-
da o fricativa (barco > “bakko”). A final de oración o de grupo fónico, estas aspiracio-
nes tienden a sonorizarse o incluso a perderse en el habla descuidada en la zona
occidental, como comé (comer), comerciá (comercial), fáci (fácil) o paré (pared). En la
zona oriental tiende a abrirse mucho la vocal precedente: papeles -> papélE', que
a veces incluso puede afectar a otras vocales de la palabra u oración: -> papÉLE' , "los
amigos" -> lO' AmÍgO' . Dicha apertura adquiere un timbre peculiar en torno a las pro-
vincias de Granada, Jaén y zonas limítrofes, siendo más moderada hacia el centro o
sur.

 Pérdida de consonantes intervocálicas: tendencia a la pérdida de la "d" inter-


vocálica en los participios, incluso cuando se usan como adjetivos, característica
compartida con otros dialectos: "he acabado" -> é akabáo, "ya ha salido" -> yá á
salío; asao/azao (asado), menúo (menudo). En ocasiones la caída de dicha /d/ provoca
un encuentro de dos vocales, que a su vez se simplifican en una sola: "¿adóndevas?" -
>aóndeba'-> ¿ándeba'?(¿andevas?). Asimismo, de manera ocasional, desaparece la
/-r/ intervocálica, sobre todo en contextos relajados y en la pronunciación rápida:
‘kié' ("quiere" ó "quieres"), mía (mira), paese/paece (parece) o pae/mae (padre/ma-
dre).

1
A ellos habría que añadir el ya mencionado “judeo-español” o “sefardí” y el español de Guinea Ecuatorial.
2
Hay quienes consideran al extremeño y al murciano como “hablas de tránsito”, esto es, modalidades lingüísticas intermedias que
comparten características del español y el andaluz (murciano) o del español, el andaluz y el leonés (extremeño).
3
Tanto el seseo canario y de las variedades hispanoamericanas, como el más restringido ceceo americano, tienen su origen en el
modelo andaluz.

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Lengua y Literatura II. 2º de Bachillerato.

 Neutralización de /l/ y /r/ implosivas, o rotacismo, como en sarto/zarto (salto),


mardá (maldad) o arguno (alguno). El cambio inverso, /-r/ + consonante cambiando
a /-l/ es bastante menos común, pero aparece con fuerza en algunas localidades.
Ejemplos de este fenómeno fonético llamado lambdacismo serían cuelpo (cuerpo) o
saltén (sartén).

 Tendencia a la elisión y a la fusión de palabras. Así: Via'i (Voy a ir) o Fiharze


enennumero d'ehTe (fijaos en el número de éste). En algunos casos desaparece total-
mente la palabra dejando tan solo una aspiración larga y/o una geminación intensa de
la siguiente consonante: Er cosheh/cocheh mmunuebo pa mi; Er coshe/coche mmu-
nuebo pa mi (El coche ES muy nuevo para mí).

Desde el punto de vista morfosintáctico:

 Desaparición de la preposición "de" de posesión: "casa María" en lugar de "casa


de María". En algunas zonas, uso del término "aca María", "anca María"o "aque María"
para indicar un lugar "anca María" (en la casa de María).

 Ausencia de leísmos, laísmos y loísmos en la mayor parte del territorio andaluz,


salvo en algunas capitales, en donde la fuerte presión del dialecto castellano estándar
está introduciendo el leísmo de persona "le saludé", en lugar de "lo saludé".

 La aparición de palabras con idéntica pronunciación por la pérdida de consonantes fi-


nales, se soluciona en andaluz, además de por el contexto, mediante la utilización
de derivados adverbiales, diminutivos (muy frecuentas) o derivados de otro ti-
po. Así: má (mal) = má (mar); má (mal) → malamente, con lo que se da la oposición
malamente (mal)/má (mar).

 Igual que en América latina y Canarias, la parte occidental de Andalucía sustituye


"vosotros" por "ustedes", pero a menudo se produce una solución mixta: "¿Ustedes
vais al cine?" (sólo se da en la zona occidental).

Desde el punto de vista léxico-semántico:


 Existe léxico propio de diverso origen (mozárabe, árabe, romaní, castellano anti-
guo, etc.) de uso característico en Andalucía (en muchos casos compartido con algu-
nos dominios dialectales hispanoamericanos), como arkatufa, chavea, antié (ante-
ayer), "chispeneá" (chispear, lloviznar), babucha (zapatilla, pantufla), beber a caliche
(beber a chorro), búcaro (botijo), malahe/malaje (persona malintencionada), etc.

 Asimismo, encontramos vocablos que en otras zonas son mucho menos usados o se
usan con otros significados: bulla (prisa), arkansía (alcancía), arbérchigo (albaricoque),
flama (calor, bochorno, corriente de aire muy caliente), una mihilla (migaja, con el sig-
nificado de 'un poco'), saborío/a o zaborío/a (persona con poca chispa o gracia, varian-
te andaluza de desaborido), hartible (persona quisquillosa, pesada, que protesta mu-
cho).

2.2.2. Extremeño
Tiene claras influencias de andaluz y leonés. El andaluz influye más en
la zona de Badajoz, y el leonés en la de Cáceres. También recoge algunos ras-
gos del portugués, en zonas de contacto. De entre sus características desta-
camos:
 Ausencia de yeísmo en algunas zonas
 Neutralización de –r y –l finales (lambdacismo): “sudol”, “sabol” (por “sudor”, “sa-
bor”).

En conjunto, lo que más caracteriza al español de los hablantes de Ex-


tremadura es su tendencia generalizada a la aspiración (casi desapari-
ción) de consonantes finales.

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2.2.3. Murciano
Llega a entrar en tierras de Albacete, Alicante, Jaén, Granada y Alme-
ría, amén de casi toda la provincia de Murcia. De sus características destaca-
mos:
 Diminutivo de origen aragonés –ico, que llega a convertirse en –iquio: “pajariquio”
(pajarito).
 La aspiración de la –s final llega hasta su desaparición, y para señalar el plural
abren mucho la vocal anterior.
 Suelen neutralizar los sonidos –l– y –r–: “arto”, “olol” (alto, olor).
 Presencia de interfijos nasales (-n-): “muncho”, lenjos .

2.2.4. Canario:
El español hablado en las Canarias es muy parecido al caribeño. Algu-
nas teorías lo definen como una fusión entre portugués y español, aunque va
disminuyendo la presencia del primero. Rasgos destacados son:
 Como en otros dialectos meridionales (del Sur), se neutralizan –l– y –r– y, como en
el andaluz occidental, ha perdido el “vosotros” en favor del “ustedes”.

 En algunas islas, detrás de –ch– introducen un elemento vocálico palatal –i–, ha-
ciendo, por tanto, “lechie”, “nochie” (por “leche”, “noche”). También es muy común el
uso de “haber” como personal: “Habían muchas personas” (por “había muchas perso-
nas”).

Existen, por supuesto, rasgos gramaticales y léxicos característicos de


cada una de las variedades meridionales, pero en muchos casos reproducen
los propios de dialectos limítrofes: andaluz, asturiano o aragonés, según las
zonas.

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