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Rev160 Aboitanog

El libro 'Sin miedo' de Judith Butler compila cinco conferencias que abordan la resistencia a la violencia contemporánea, la vulnerabilidad social y la importancia de la interdependencia en la acción política. Butler explora temas como la desigual distribución de la llorabilidad, el potencial democrático de las asambleas y la necesidad de memoria para la justicia en un contexto de negacionismo. La obra es accesible para quienes no están familiarizados con su filosofía, invitando a profundizar en sus ideas sobre la violencia y la dignidad humana.

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El libro 'Sin miedo' de Judith Butler compila cinco conferencias que abordan la resistencia a la violencia contemporánea, la vulnerabilidad social y la importancia de la interdependencia en la acción política. Butler explora temas como la desigual distribución de la llorabilidad, el potencial democrático de las asambleas y la necesidad de memoria para la justicia en un contexto de negacionismo. La obra es accesible para quienes no están familiarizados con su filosofía, invitando a profundizar en sus ideas sobre la violencia y la dignidad humana.

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Estudios Públicos 160 (2020), 143-149

DOI: https://doi.org/10.38178/07183089/1022200904

Reseña

Judith Butler. Sin miedo. Formas de resistencia a la violencia de hoy. Madrid: Taurus, 2020.
US$19.90 (ISBN: 9788430623495), 144 pp.

Ángela Boitano Gruettner, Universidad Diego Portales, Chile

S uele ser decepcionante asistir a la conferencia de algún/a


filósofo/a u otro/a pensador/a, artista si es que uno ya lo ha leído,
estudiado o seguido su obra por algún tiempo. Leer Sin miedo no ha
sido la excepción. De ahí el valor de una reseña de libro, a saber: definir
la audiencia para la cual el texto comentado podría ser un aporte. En
este sentido, Sin miedo es perfecto para un público poco familiarizado
con la obra de Butler o que todavía no la ha estudiado en profundidad,
aunque sí le interesa conocerla. Probablemente este libro abre el apetito
por ahondar en la propuesta de Butler, que se desarrolla prolíficamente
en su vasta escritura.
Sin miedo es una publicación que agrupa cinco conferencias que
la filósofa dictó entre los años 2018 y 2019, en ciudades como Berlín,
Guadalajara, Ciudad de México, La Habana, Buenos Aires y Santiago
de Chile. En cada una de ellas, Judith Butler hace un guiño al lugar
en el que habla. Es respetuosa de la audiencia y eso marca sus dichos,
que concilian el pensamiento elaborado y complejo con una escucha
menos enmarcada en el canon académico. Es fácil detectar en estas
conferencias ciertos temas que las recorren transversalmente y de los
que la autora ha dado cuenta en sus últimas publicaciones: la violencia
política que se ejerce hacia determinados grupos de nuestra sociedad,
la común vulnerabilidad como un factor que pone en evidencia tanto la
interdependencia como la posibilidad de la acción política, y el énfasis

Ángela Boitano es Doctora en Filosofía, Magíster en Sociología y psicóloga


clínica, Pontificia Universidad Católica de Chile. Es académica de la Escuela de
Sociología, Facultad de Ciencias Sociales e Historia, Universidad Diego Portales,
Santiago, Chile. Dirección: Av. Ejército 333, Santiago Centro, Santiago, Chi­le, CP
8320000. Email: [email protected].
144 ÁNGELA BOITANO / Reseña

que expone respecto de la desigual distribución de la vulnerabilidad, así


como de la necesidad de luchar por una democracia que Butler define
como radical.
En “Discurso valiente y resistencia”, la primera conferencia com-
pilada en Sin miedo, se propone indagar en el potencial democrático
de las asambleas políticas y en la virtud de la valentía. En la asamblea,
el cuerpo se concierta con otros; este sería el escenario de la contienda
política y, al mismo tiempo, un símbolo material de la precariedad. Es
una reflexión que adquiere actualidad hoy, cuando la violencia política
y nuestra experiencia actual de pandemia nos han develado cuán vul-
nerables somos, pese a lo cual buscamos persistir (Butler 2017b, 23).
Tal vez, las experiencias de crisis, en particular cuando sus alcances
son planetarios, pueden hacernos pensar, erróneamente, que son expe-
riencias comunes o compartidas, pero esto no es así. La precariedad,
sostendrá Butler, está diferencialmente distribuida en nuestras socieda-
des. Y es la ocasión, en efecto, de preguntar ¿qué tipo de poder vuelve
precarias a las poblaciones? La respuesta de la filósofa es: los estados
autoritarios, aunque también los estados debilitados que no son capaces
de poner límites al capitalismo salvaje. Pero este no es el único lugar de
vulneración.
En esta primera conferencia, Butler además advierte que no toda
asamblea promueve valores democráticos. Para distinguir unas de otras
se debería atender a sus objetivos y a su estructura igualitaria. La va-
lentía, en tanto, es la actitud necesaria para enfrentar el poder político,
dado el riesgo que se asume cuando, al formular un discurso crítico y
emancipatorio, se desafía a este. El valor de la asamblea potencialmente
democrática es que en ella se ‘prefigura’ una manera de vivir en función
de los ideales de ‘interdependencia e igualdad’; en ella se anticipa el
modo de organización política que permite la asamblea, la horizontali-
dad y el respeto a la diversidad.
La segunda conferencia, “Una crítica de la violencia de nuestro
tiempo”, aborda la injusticia que se encuentra implícita en la desigual
distribución de la llorabilidad. Con este término Butler se refiere al
hecho de que se hace un duelo público solo por algunas vidas violen-
tamente terminadas. Estas se lamentan (lloran) públicamente, otorgán-
doles así una dignidad. Otras, en cambio, aquellas que afectan gene-
ralmente a mujeres (femicidios) o a personas de comunidades trans o
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travestis, suelen ser invisibles. Frente a esto, Butler propone alianzas de


solidaridad, pues sostiene que únicamente “el colectivo protege al indi-
viduo de un destino violento” (51) y permite una lucha franca contra la
injusticia. Desde ese sustrato es posible diseñar acciones que derriben la
situación estructural que permite la violencia. El camino para enfrentar
esta injusticia estructural es el que traza la no-violencia activa y apa-
sionada, la solidaridad y la asunción de nuestra ineludible interdepen-
dencia. Pues ¿qué significa ser vulnerables? Depender de otro, y esta
cuestión puede vincularse al sometimiento original que describe Butler
en Mecanismos psíquicos del poder (2001), aunque también la vulnera-
bilidad implica una abertura al mundo.
La conferencia titulada “Sin aliento: la risa y el llanto al límite del
cuerpo” indaga en el potencial político y crítico del sonido, atendiendo
al ruido que hacen quienes usualmente no son escuchados. Quienes
no suelen ser escuchados en sus demandas democráticas tampoco son
reconocibles como sujetos y se tematizan como “cuerpos que viven en
los límites de sus sonidos” (79). Nos recuerda esta afirmación la noción
de ‘desrealización’ como el gesto que permite, a nivel discursivo, consi-
derar como menos humanas a ciertas vidas “que no encajan en el marco
dominante de lo humano” (Butler 2006, 60). Por lo tanto, el ruido que
las personas producen al manifestar sus demandas sería el ruido de la
democracia. Para Butler, el ruido puede llegar a ser subversivo e incluso
destructor en el seno de una estructura política que pretende regular el
sonido, el tonalismo; en definitiva, lo decible.
La autora destaca enfáticamente que la noción de democracia
usada aquí es más amplia, por cierto, que la restringida acepción de
democracia parlamentaria. Butler alude a una democracia basada en
una concepción social de la libertad, según la cual “somos iguales unos
a otros precisamente porque cada vida está ligada a otra y tenemos una
participación equivalente en tal interdependencia” (75). La autora vuel-
ve en esta conferencia a referirse al cuerpo como escenario en el que
tiene lugar el sufrimiento político y, al mismo tiempo, como lugar pri-
vilegiado de la acción encarnada en que se concierta con otros cuerpos
para dar a conocer su existencia.
“Crítica, discrepancia y el futuro de las humanidades” —cuarta
conferencia— propone una reflexión en torno a las humanidades como
uno de los soportes de la crítica y la imaginación de mundos posi-
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bles en los que la diversidad y el respeto a la diferencia sean su rasgo


constitutivo. Butler reconoce que el nicho privilegiado en el que se
desarrollan las humanidades es la universidad, lo que puede implicar
muchas veces una cierta ceguera respecto de la vida exterior a ella. Pero
esta institución, afortunadamente, tiene “paredes porosas” (104) y las
humanidades, por otra parte, son inimaginables sin su vínculo con el
arte, la escritura, el pensamiento. Esto último constituye otra manera de
porosidad. Asimismo, la universidad también tiene sentido por quienes
la componen, esto es, seres o cuerpos situados temporalmente y proyec-
tados hacia el futuro. En efecto, visto de esta manera, las humanidades
no son un lujo, sino una necesidad en un mundo que requiere la crítica,
la imaginación, la reformulación de viejas categorías. Por lo mismo, re-
visten siempre un potencial riesgo cuando promueven “imaginar de otro
modo” (126) el futuro.
Finalmente, en “Justicia y memoria”, Butler reflexiona sobre tres
aspectos que deben ser tenidos en cuenta para promover una sociedad
justa en un contexto en el que emerge peligrosamente una forma pecu-
liar de revisionismo: el negacionismo. Primero, advierte que los esfuer-
zos por preservar la memoria son piedra angular de hacer justicia y que
ciertos “autoritarios de nuevo cuño” (131) representan la versión neoli-
beral del antiguo fascismo. En segundo lugar, señala que a la violencia
fundacional del Estado debe oponerse un ejercicio de memoria que for-
me parte de una cultura democrática; de lo contrario, al crimen funda-
cional se agrega un segundo crimen: la negación de este. Se trata de un
tema ampliamente examinado por Butler en numerosas obras anterio-
res. En ¿Quién le canta al Estado-nación? (Butler y Spivak 2009, 65),
la filósofa menciona que el Estado produce discursivamente a aquellos
a los que priva de derechos y termina confinándolos a la condición de
sin-Estado. Y, tercero, Judith Butler reafirma que la negación del ex-
terminio es la continuación de este bajo formas nuevas. Agrega que, si
bien ya no nos enfrentamos con las mismas figuras que produjeron esos
crímenes, debemos traducir esa experiencia al momento presente, pues
mucha violencia ejercida en dictadura perdura hasta nuestros días.
Como señalábamos al comienzo de esta reseña, leer este libro pue-
de ser una invitación al/a la lector/a no iniciado/a en la obra de Butler a
profundizar en la complejidad de esta. Los temas tratados en este grupo
de conferencias se remontan a ideas fundacionales de su filosofía y a
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preocupaciones más recientes. En cuanto a las primeras, se advierte la


indagación acerca del estatus de ‘sujeto’. Esta es una pregunta central,
pues del estatus de sujeto se deriva la posibilidad de una acción política.
Aun cuando este se encuentre traspasado por la dependencia que lo vin-
cula a otros y a partir de la cual se explica tanto la vulnerabilidad como
la resistencia colectiva (2006, 77). Por otra parte, su preocupación por
la posibilidad de radicalizar la democracia se vincula con una particular
definición de reconocimiento que formula en Vida precaria (2006). Ahí
lo entiende como un acto que involucra una transformación de los indi-
viduos involucrados, pues en el acto de reconocimiento “nos volvemos
algo nuevo, desde el momento en que nos constituimos a causa del lla-
mado —una necesidad y un deseo del Otro que tiene lugar en el lengua-
je, en el sentido más amplio, sin el cual no podríamos existir—” (Butler
2006, 72). En efecto, cuando se reclama por reconocimiento, el sujeto
se expone, se arriesga a devenir algo distinto de lo que originalmente
es y, al mismo tiempo, se enfrenta a una experiencia de vulnerabilidad
humana común.
La reflexión de Butler acerca de la violencia es necesaria, urgente,
nunca suficiente. La contracara del miedo es la violencia. Nos hace pre-
sente la violencia sistemática que se ha ejercido sobre o contra grupos
minorizados produciendo identidades a las que se atribuye el carácter
de ‘violentas’, ‘disruptivas’, ‘subversivas’ y ‘terroristas’. La violencia
del Estado produce grupos ‘vulnerados’ que no están en un encierro so-
cial. Por el contrario, suelen congregarse pese a los intentos de ‘reducir’
(experiencia que conocen de sobra los mapuche) o exiliar en todas las
versiones en que se constituye un gesto simbólico de aislamiento. Los
estados autoritarios han reproducido estos gestos hasta el cansancio. No
obstante, se torna un gesto inútil y estéril que reproduce y recrea una
vulnerabilidad humana que circula y, tarde o temprano, afecta a todos
por igual. Siempre somos afectados por los actos que ejecutamos sobre
otros en el mundo, pues somos seres interdependientes y vulnerables.
Butler reconoce que nuestra sociedad se moviliza y se conmueve
frente a la violencia, pero lo hace de una manera diferencial: de un
modo que pone en evidencia el valor diferente que se le asigna a la
vida de las personas dependiendo del lugar social que ocupen. En este
punto es pertinente recurrir a Hannah Arendt. Esta señala que cuando
se expulsa a una minoría, este grupo naturalmente tiende a producir
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cierta “emigración interior” (Arendt 2008, 29) o abandono del mundo


que ha insistido en declararlo indeseable. Se retiran del espacio público
hacia la libertad de pensamiento, lo que es una manera de sobrevivir
cuando se les ha privado de participar de la vida política en igualdad
de condiciones. El aislamiento produce empobrecimiento material y la
colonización cultural, en otras palabras, la imposibilidad de producir
discursos acerca del mundo común. Pero vemos que esto nunca se logra
plenamente. Los grupos minorizados fraternizan con más facilidad ‘en
tiempos de oscuridad’, como diría Arendt, y ese gesto es el que, lejos de
hacerlos desaparecer, los hace ‘ser’. En efecto, de la producción social
de las minorías vulneradas y sometidas surge la identidad como un he-
cho político. Al respecto, Arendt (2008) dirá que su respuesta a la pre-
gunta por su identidad en los primeros años del nazismo es ‘soy judía’.
Para hacer justicia al pensamiento situado de Butler, es imposible
soslayar la situación de pandemia que vive el mundo. El año 2020 será
recordado por esto. Y es necesario referirla, pues esta experiencia nos
ha develado de manera aún más dramática cuán vulnerables somos. Lo
mencionábamos antes: la precariedad frente a esta crisis está —como
siempre— diferencialmente distribuida en nuestras sociedades. Por otra
parte, el reverso de la pregunta acerca de lo que vuelve precaria una
vida es la pregunta por lo que la vuelve digna. Se plantea esta pregunta
pues entronca con las tesis que Butler desarrolla en este libro. Lo que
vuelve digna una vida es su posibilidad de concertarse con otros en una
acción colectiva traspasada por la ‘conciencia encarnada’ de la crisis.
Nos parece que Butler tiene especial interés en enfatizar la vulne-
rabilidad que asoma a propósito de la conciencia del cuerpo. El peligro,
lo mencionábamos antes, se percibe en los terremotos, en las guerras,
en las epidemias, tal vez los fenómenos más propicios para pensar en
los riesgos de la especie (Boitano 2020, 25). Pero Butler aclara que
vulnerabilidad no es “dañabilidad” (2017b, 21), sino receptividad en el
sentido de que no habría historia inscrita en el cuerpo sin vulnerabilidad
corporal. La epidemia probablemente no será una oportunidad de co-
munión, pero permitirá mirar, aunque sea por un momento, la política
del cuerpo. Esta vulnerabilidad nos afecta como el animal humano que
somos, pues es ‘nuestro cuerpo’ el que enferma o el que teme. Y aquí
se propone entender ‘nuestro cuerpo’ no como el volumen que termina
en el límite que señala la piel, sino como una dimensión en la que pue-
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do padecer con otro (Boitano 2020, 27). En efecto, los cuerpos no son
unidades cerradas, estamos más o menos siempre abiertos hacia otros,
por eso nos duele el dolor de otros. Tal vez por eso la mirada del cuerpo
destruido o sufriente se saca de la vista de las personas sanas. La vulne-
rabilidad humana común supone cierta atadura precontractual (Butler
2017a). La pandemia, en ese sentido, nos resta omnipotencia y nos re-
vela los lazos precontractuales que nos unen a otros.
Por último, es importante destacar que el valor de esta compilación
reside en que muestra a una filósofa situada, atenta a una audiencia he-
terogénea y capaz de sintonizar con un mundo cultural ávido de marcos
explicativos para las complejidades del presente.

Bibliografía

Arendt, H. 2008. Hombres en tiempos de oscuridad. Barcelona: Gedisa.


Boitano, Á. 2020. Noción de crisis: acepciones, límites y actualidad del concepto.
Revista Internacional de Filosofía Mutatis Mutandis. Vol. 1: Dossier: Crisis
14, 11-29.
Butler, J., Laclau, E. y Žižek, S. 2011. Contingencia, hegemonía, universalidad.
Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
Butler, J. y Spivak, G. 2009. ¿Quién le canta al Estado-nación? Buenos Aires:
Paidós.
Butler, J. 2001. Mecanismos psíquicos del poder. Madrid: Cátedra.
Butler, J. 2005. Dar cuenta de sí mismo. Violencia, ética y responsabilidad. Buenos
Aires: Amorrortu.
Butler, J. 2006. Vida precaria. El poder del duelo y la violencia. Buenos Aires:
Paidós.
Butler, J. 2017a. Cuerpos aliados y lucha política. Hacia la performatividad de la
asamblea. Barcelona: Paidós.
Butler, J. 2017b. Vulnerabilidad corporal, coalición y la política de la calle.
Nómadas 46, 13-30. EP

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