Introducción
EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA DEL PERU
Primer poder del estado y está conformado por 130 congresistas.
El Congreso de la República es el órgano representativo de la Nación, encargado de
realizar las funciones legislativas, de control político y las demás que establece la
Constitución del Estado. Es unicameral y está integrado por ciento treinta congresistas
elegidos en forma directa, de acuerdo a ley (artículo 2 del Reglamento del Congreso
de la República). El Congreso es soberano en sus funciones, tiene autonomía
normativa, económica, administrativa y política (art. 3 RCR). Representa la opinión
pluralista de la Nación. Todas las sangres, credos, ideologías, profesiones y oficios
están expresados en los sufragios emitidos libremente por la ciudadanía. Los
congresistas son elegidos para servir a la Nación legislando, fiscalizando y
representando nuestros intereses y aspiraciones. Para garantizar el libre desempeño
de sus funciones gozan del privilegio de la inmunidad parlamentaria y no pueden ser
responsabilizados por sus opiniones y votos, ni ser procesados sin autorización del
Congreso. El ciudadano tiene en el legislador a un mediador entre él y el Estado.
Desarrollo
El Perú es un país con una historia milenaria. Caral, Chavín, Paracas, Mochica, Nazca,
Chimú y el Imperio de los Incas fueron algunas de las principales manifestaciones
culturales que demuestran la creatividad, el trabajo y la capacidad de los antiguos
peruanos. Sin embargo, según Raúl Porras Barrenechea, el término “Perú” por
entonces no existía. Se originó durante la conquista. Derivaría del nombre de un
cacique cuyos dominios estaban ubicados al sur de Panamá (Birú), pronunciado en
forma incorrecta por los españoles. En otras palabras, el nombre de nuestro país tiene
un origen mestizo, como nosotros mismos. Con el transcurrir del tiempo se convirtió
en sinónimo de riqueza.
El proceso de emancipación hispanoamericana comenzó con la rebelión del curaca
José Gabriel Condorcanqui, más conocido como Túpac Amaru II (4/11/1780), y la
Carta a los españoles americanos del jesuita arequipeño Juan Pablo Viscardo y
Guzmán (1791); continuó con las numerosas conspiraciones y rebeliones libertarias
que estallaron en diferentes regiones, entre ellas Cuzco, Tacna, Huánuco, Ayacucho
y Lima; y se consagró con las victorias patriotas en las batallas de Junín (6/8/1824),
donde el coraje del mayor Andrés Rázuri y la valentía del escuadrón de Húsares del
Perú, al mando del comandante Isidoro Suárez, lograron transformar una derrota en
victoria; en Ayacucho (9/12/1824), en la que se definió la independencia de todo un
continente.
Así pues, el surgimiento de la República del Perú, fue consecuencia de una gesta
heroica que demandó el sacrificio de miles de vidas e incalculables costos materiales
por amor a la patria, a la libertad y a la democracia. Esta doctrina política supone
instituciones y, sobre todo, la existencia de un Poder Legislativo autónomo que
cumpla eficiente y transparentemente sus funciones en búsqueda del bien común.
Como decía Jorge Basadre:
«La Historia del Perú independiente no empieza en la expedición de San Martín, sino
mucho antes; pero la Historia de la República del Perú (...) se abre poco más de un
año después de la ceremonia del 28 de julio de 1821, al instalarse el primer Congreso
Constituyente ».
El 20 de setiembre de 1822, al instaurarse el primer Congreso Constituyente del Perú,
se estableció; por ese mismo acto; el Estado peruano, la República Peruana, como un
país libre e independiente de toda dominación extranjera por la voluntad de sus
pueblos. En el discurso que pronunció en aquella oportunidad el primer presidente del
Congreso, Francisco Javier de Luna Pizarro, anunció: “Que ya el Congreso
Constituyente del Perú estaba solemnemente constituido e instalado; que la soberanía
residía esencialmente en la nación, y su ejercicio en el Congreso que legítimamente
la representa”. Los parlamentarios aprobaron un decreto que reafirmaba lo dicho por
Luna Pizarro.
La principal obra del primer Congreso Constituyente fue proveer los medios para
asegurar nuestra independencia y la aprobación de la primera Constitución Política
del Perú, promulgada el 12 de noviembre de 1823. Nuestra primera Carta Magna
decidió la adopción del sistema republicano, la división de los poderes del Estado, el
principio de que nadie nacía esclavo, la garantía de las libertades ciudadanas, la
inviolabilidad de domicilio, la privacidad de la correspondencia, el derecho a la
propiedad, el derecho a la educación, la elección de las autoridades locales, etc. Sin
embargo, poco tiempo después, se suspendió su vigencia pero muchos de sus
enunciados se mantendrían en los siguientes textos constitucionales.
El Congreso de la República es la institución garante de la libertad y los derechos de
los ciudadanos. No existe libertad sin democracia, no existe democracia sin
institucionalidad, no existe democracia sin parlamentos. Una guía de buenas prácticas
de la Unión Interparlamentaria sostiene que:
«El Parlamento es la institución central a través de la cual se expresa la voluntad del
pueblo, se promulgan las leyes y a la cual rinde cuentas el gobierno».
La historia del Congreso es también la historia de las constituciones en el Perú; por
esta razón, los presidentes del Perú, invocando a Dios y a la patria, juran ante el
Congreso, sede de la soberanía popular, la estricta observancia de las leyes y la
promesa de velar por los intereses del país.
La institución parlamentaria tiene una primera e histórica responsabilidad: la creación
de la ley. La Constitución Política del Perú prevé varios caminos para la formulación
y promulgación de las leyes.
El Congreso de la República es el órgano representativo de la Nación, encargado de
realizar las funciones legislativas, de control político y las demás que establece la
Constitución del Estado. Es unicameral y está integrado por ciento treinta congresistas
elegidos en forma directa, de acuerdo a ley.
Todas las Constituciones del Perú reflejan en sí la ponderación del Parlamento en el
uso racional de su rol y poder constituyente. En efecto, en las diferentes épocas en
que se hizo necesaria la reformulación del texto constitucional, los Congresos
Constituyentes tuvieron la visión y acuerdo consensual para redactar normas de rango
constitucional con la debida orientación en materia de gestión externa del Estado y
sus atribuciones que, en esta materia, debieron corresponder a los tres principales
órganos del aparato estatal: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.
De este modo, desde los inicios de la República, las diversas Constituciones
aprobadas por los Congresos Constituyentes delinearon lo que comunmente se llama
hoy el marco constitucional de la política exterior, estableciendo, en mayor o menor
medida, un equilibrio de poderes, propio de los sistemas democráticos. Casi siempre
se asignaron roles importantes a los Congresos constituidos respetando las
tradicionales competencias que la doctrina política le asigna al Congreso.
La historia nos muestra las múltiples actividades desarrolladas por los congresistas
que, en todos los tiempos y circunstancias, han elaborado normas y leyes que permiten
la convivencia pacífica y respetuosa, han fiscalizado el uso de los recursos públicos y
realizado infinidad de acciones con el objetivo de lograr el progreso y el bienestar de
nuestro país.
Conclusión
El Congreso de la República tiene un rol fundamental en el cumplimiento de los
Objetivos, y éste debe fortalecerse a través de la creación de una Comisión Especial
que se encargue del monitoreo permanente. Las tareas de esta comisión estarían
relacionadas a las funciones parlamentarias:
Desde su función de control se pueden analizar las políticas sectoriales,
regionales y locales, y su incidencia en los objetivos.
Desde su función de legislación la tarea sería evaluar las leyes, los proyectos
de ley, y los dictámenes con relación a los objetivos.
Desde su función de representación, el Parlamento puede promover el debate y
la deliberación en torno a los avances y retos para el cumplimiento de los
Objetivos.
Si bien estos objetivos plantean algunas metas mínimas, son un punto de partida que
puede complementarse con las políticas de Estado del Acuerdo Nacional y otros
planes y agendas que se discuten en el Perú.
Una de las conclusiones principales a la que se llega con este ensayo es constatar que
la gestión externa se dinamiza y se hace más efectiva cuando los poderes Ejecutivo y
Legislativo coordinan y se complementan en la búsqueda de objetivos comunes. El
Ejecutivo, asumiendo decididamente la iniciativa y conducción de las relaciones
internacionales, dentro del marco constitucional y legal que le otorga la
representación nacional; y, el Legislativo, ejercitando sus facultades y acciones
propias de control político y de representación; facilitando asimismo la acción
internacional mediante leyes nacionales vinculadas a las relaciones internacionales;
aprobando Tratados que regulen las relaciones bilaterales o multilaterales del Estado;
y emitiendo pronunciamientos y acuerdos sobre los temas de la agenda internacional
del Perú sometidos a su consideración.