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La Economía Política estudia la producción, distribución y consumo de bienes en una sociedad, analizando las relaciones sociales de producción y sus condicionantes. Se diferencia de la economía en su enfoque en las leyes que rigen estos procesos y su relación con el desarrollo social. Pensadores como Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx han aportado significativamente a esta disciplina, explorando el impacto del capitalismo y las dinámicas de clase en la economía.
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La Economía Política estudia la producción, distribución y consumo de bienes en una sociedad, analizando las relaciones sociales de producción y sus condicionantes. Se diferencia de la economía en su enfoque en las leyes que rigen estos procesos y su relación con el desarrollo social. Pensadores como Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx han aportado significativamente a esta disciplina, explorando el impacto del capitalismo y las dinámicas de clase en la economía.
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INTRODUCCIÓN A LA ECONOMÍA POLÍTICA
La Economía Política como ciencia social tiene por objeto el estudio del conjunto de fenómenos que son
relativos a la producción, a la distribución y al consumo de los bienes elaborados por una sociedad.
Le corresponde el estudio de las necesidades materiales de una organización social y su satisfacción, la
organización de la producción, la circulación de los bienes, la distribución de la riqueza, entre otros
fenómenos.
Es una disciplina que estudia las relaciones sociales de producción y sus condicionantes, así como la
relación de los procesos productivos.

DIFERENCIA ENTRE ECONOMÍA Y ECONOMÍA POLÍTICA


La Economía: es la ciencia social que estudia el uso alternativo de los recursos escasos para satisfacer
necesidades ilimitadas.

La Economía Política: es la ciencia social que estudia leyes que rigen la producción, cambio,
distribución y el consumo de la producción social en cada etapa de desarrollo de la sociedad.
Busca comprender las leyes del desarrollo y del cambio social.

Si los hombres de todas las sociedades han producido bienes, es porque han
experimentado necesidades. Si han podido producir, es porque disponían de una
fuerza, el trabajo, que aplicado a los factores naturales o recursos del medio dio origen,
a veces directamente a los bienes de consumo, a veces a bienes de otras
características, como por ejemplo los útiles y las herramientas que facilitaban la
producción de los anteriores.

Observemos que los hombres tienden históricamente a


coordinar de cierta manera los medios disponibles para la producción de bienes, en el
seno de las instituciones existentes. También han tendido a modificar estas
instituciones actuando aisladamente, en grupo o reclamando la intervención del
Estado o de la autoridad política del grupo cuando se trataba de la sociedad
primitiva. Los hombres han transformado en cierta medida las necesidades ante la
resistencia que pudo oponer el medio natural o social a sus esfuerzos de
desenvolvimiento.

La Economía Política, como ciencia, parte de la constatación de estas necesidades, de la forma en que
han sido y son satisfechas en una sociedad y economía dadas.

RELACIÓN CON OTRAS CIENCIAS


Hemos mencionado el término producción de bienes. Podemos decir que la producción, la circulación, la
distribución y el consumo de estos bienes y los procesos económicos básicos son estudiados tanto por la
Economía Descriptiva como por la Economía Política y la Historia.
La economía se interesa por las cantidades, por valores, por análisis de curvas. El lenguaje y las técnicas
de la Matemática avanzada son de gran utilidad para el razonamiento deductivo.
Cuando se analizan datos es indispensable el cálculo estadístico para analizar y comparar datos en su
conjunto. La Estadística es el espejo de la vida social. Recoge cuidadosamente los hechos, los ordena y
los compara, y expone —usando el cálculo— la ley que los rige.
La Política es la ciencia que estudia las relaciones entre los ciudadanos y el estado.
La Administracion se deriva de la Política en cuanto enseña la organizacion y atribuciones de las
autoridades a quienes se confía, proceso para la toma de decisiones y su eficiencia en el uso de los
recursos.
La Sociología es la ciencia que estudia los grupos de la sociedad humana. La Ética es la ciencia de la
naturaleza moral de carácter y comportamiento humano.
Y la Psicología, los principios que rigen la estructura anímica del hombre (sujeto de la economía), y por
lo tanto constituyen la explicación de los móviles racionales e instintivos de la actividad económica.

LA ECONOMÍA POLÍTICA EN EL MARCO DE LAS CIENCIAS SOCIALES


La Economía es una ciencia social, es decir, que al igual que otras disciplinas sociales tiene por objeto el
estudio del hombre y, en su caso particular, de la lucha del hombre por resolver el problema económico.
La Economía, junto con la Sociología, las Ciencias Políticas, la Antropología y la Psicología pertenecen al
grupo de las denominadas ciencias sociales. Al igual que todas ellas, la Economía se ocupa de los
problemas de los individuos y de la sociedad. Algunos autores consideran que dado su alto grado de
formalización analítica, la Economía puede considerarse una de las ciencias sociales más rigurosa. A
pesar de ello, la Ciencia económica es acusada de padecer ciertas limitaciones ya que se dice, resulta
difícil verificar los fenómenos que estudia.
Al tratar de encontrar una explicación para las imprecisiones que a veces resultan del análisis de los
fenómenos, se llega a la conclusión de que están altamente influidos por el entorno social y político
dentro del cual se desenvuelve la economía. Son tantos y tan variados los factores que integran ese
entorno que no siempre resulta fácil considerarlo en su totalidad.
Expresado lo anterior de forma sintética, puede definirse la Economía como la ciencia que estudia
«cómo se organiza una sociedad para producir sus medios de existencia que, distribuidos entre sus
miembros y consumirlos, permiten que la sociedad pueda producirlos de nuevo y así sucesivamente,
proveyendo con ello, de una forma constantemente renovada, la base material para el conjunto de la
reproducción de la sociedad en el tiempo».
La Economía es una ciencia social que se ocupa de las cuestiones y problemas que surgen en relación
con la satisfacción de las necesidades individuales y de la sociedad en su conjunto.
La satisfacción de estas necesidades, materiales o no, obliga a llevar a cabo determinadas actividades
productivas para así obtener los bienes y servicios que demanda la sociedad.

PRINCIPALES PENSADORES

EL CONTEXTO DEL PENSAMIENTO DE SMITH, RICARDO Y MARX Y SUS APORTES


La Revolución Industrial, iniciada en la segunda mitad del siglo XVIII, marca el fin del período
denominado mercantilismo y su expansión hacia Europa. Permite la consolidación del capitalismo sobre
la base del desarrollo de la industria manufacturera.
Las ideas de Adam Smith giraron sobre el papel de la manufactura en el progreso tecnológico, división
del trabajo como causa del incremento de la productividad y por ende la mayor riqueza de una nación y
sobre el desarrollo del mercado competitivo donde el interés particular redunda en el interés general y
se alcanza un equilibrio con pleno empleo y justa distribución del ingreso.
Sin embargo la Revolución Francesa de 1789 modificó el centro de la discusión y la distribución del
ingreso pasó a ser un problema, donde el conflicto fundamental que se observaba era entre los
terratenientes y empresarios. Mientras Inglaterra le llevaba a Francia ventaja en la consolidación del
capitalismo, en Alemania el ritmo era más lento con dificultades alrededor de la unificación nacional.
En este contexto surgió el discurso proteccionista de Friederich List contra la escuela clásica inglesa,
pero fue rápidamente eclipsado por la obra de Karl Marx (1818-1883). Los aportes de Marx excedieron
el campo de la ciencia económica y constituyeron un gran salto en el análisis sistémico en las ciencias
sociales puesto que el análisis estructural, centrado en la disposición de las partes que conforman la
totalidad, posibilitó progresar en la explicación del funcionamiento del capitalismo desarrollando una
crítica a los pensadores que lo precedieron.
Marx plantea que la estructura de la sociedad capitalista está conformada por las relaciones sociales de
producción que se traducen en la existencia de dos clases sociales: capitalistas y trabajadores. Es allí
donde opera la ley del valor que establece que los productos, si son mercancías, tienen un valor y ese
valor es la cantidad de trabajo abstracto socialmente necesario.
Para el trabajador es necesario obtener un ingreso monetario que le permita la satisfacción de sus
necesidades primarias, mientras que para el capitalista es imperioso obtener una ganancia en su
negocio empresarial.
Para Marx la ganancia del empresario se obtiene del trabajo socialmente excedente que realiza el
obrero y que no es pagado por el capitalista. En este sentido Marx hace hincapié en la ganancia que
surge de la actividad productiva frente a las ganancias que puedan surgir de actividades improductivas
como el comercio y las finanzas.

Se consideran pensadores fundamentales de la Economía Política: ADAM SMITH, DAVID


RICARDO Y KARL MARX.

CAPITALISMO

TRANSFORMACIONES EN LOS SISTEMAS PRODUCTIVOS


La esclavitud da inicio a lo que es el feudalismo. Surge como una rebelión al establecer que un
trabajo les da la oportunidad de obtener un bien y la acumulación de estos, una propiedad.
Por lo tanto, la característica central del modo de producción feudal es que
las relaciones de producción y explotación se sustentan en la propiedad
privada por parte del señor feudal, los medios de producción (tierra), en la
propiedad limitada sobre el trabajador o siervo y los productos de su trabajo.

MERCADO, ECONOMÍA Y SOCIEDAD


El paso del Antiguo Régimen a la edad contemporánea se apreció en dos hechos: la aparición del
capitalismo (sistema económico que se basa en el capital y en la intervención de los precios y de los
mercados) —gracias, entre otras cosas, a la Revolución Industrial— y el ascenso de la burguesía (clase
media-alta), por el triunfo del liberalismo.
A medida que la población de los feudos fue
aumentando se hizo mayor la necesidad de producir
alimentos, vestidos y útiles en cantidades que la
limitada capacidad del feudo no podía satisfacer.
Las ciudades se extendieron, convirtiéndose en
centros de compra y venta de muchos productos.
Los campesinos y artesanos se movilizaron desde
el campo hacia las nuevas ciudades, que les ofrecían
mejores condiciones de vida y más oportunidades de
trabajo.
Hacía el año 1750 era práctica general que cada uno
produjese sus propios alimentos y confeccionase sus
instrumentos y demás útiles.
A partir de los comienzos de los Tiempos Modernos
se generalizó la industria doméstica: un empresario
proporcionaba las materias primas al obrero que
trabajaba en su casa empleando sus propias herramientas y usando métodos artesanales. El empresario
pagaba al obrero por
su trabajo, recogía el producto elaborado (hilo, tela,
cuchillos, etc.) y lo vendía con utilidad.

En el curso del siglo XVIII se generalizó la manufactura. El


proceso de producción quedó concentrado en una sala de
trabajo donde se reunían los obreros. Cada uno seguía
trabajando con métodos artesanales, pero era un obrero
que recibía un salario fijo por su trabajo. El edificio, los
instrumentos de trabajo y las materias primas constituían el
capital que era propiedad del empresario capitalista.
Ante la creciente complejidad de los procesos
manufactureros, fue preciso disponer de capitales más
grandes para la empresa industrial. Los artesanos se vieron
avasallados por la producción más barata que introdujo el uso de grandes equipos y no pudieron
competir con el capitalismo industrial. La industria doméstica, es decir, el trabajo de manufactura hecho
en domicilio, no tarda en sucumbir ante la presión de las necesidades técnicas, que requieren de una
división cada vez mayor del trabajo. Este proceso se verificó, de todos modos, en dos fases: en la
primera, el pequeño productor consiguió su emancipación de las cargas feudales que pesaban sobre él
y, en la segunda, fue separado de la propiedad de los medios de producción (tierra, ganado, taller
artesano, etc.) para convertirse en un asalariado sujeto a un capitalista.
La disolución de los talleres domésticos y la agricultura ―de mercado‖ crearon la demanda propicia
para absorber la producción fabril. Sobre la base de este mercado interior, el capitalismo industrial hallo
la necesaria solidez para volcarse al comercio exterior, fuente de la acumulación que originalmente creó
las condiciones necesarias para la formación de capitales. Con ello, el capitalismo moderno ya tenía su
rostro. Y al dominar el nuevo sistema productivo, la empresa capitalista alteró radicalmente las
relaciones de trabajo, el concepto de trabajo y la situación social del trabajo.
Al descomponerse el trabajo en un sin número de operaciones de precisión que deben ser controladas,
ante la intervención de las máquinas cuya posesión exige grandes capitales y cuyo funcionamiento
requiere la presencia en un mismo lugar de los obreros que trabajan en un mismo proceso productivo, se
crea la fabrica capitalista moderna. Con este cambio el
capital no solo se hizo intermediario comercial entre los
productores y consumidores; ahora concentra a sus
trabajadores en un mismo lugar donde controla la
fabricación, la calidad del producto, el uso de la
maquinaria, el aprovechamiento de los insumos y el
máximo rendimiento de la mano de obra.
El surgimiento del capitalismo fue facilitado además, gracias
a la filosofía del Renacimiento y de la Reforma. Estos
movimientos cambiaron de forma drástica la sociedad,
facilitando la aparición de los modernos estados nacionales
que proporcionaron las condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo del capitalismo en las
naciones europeas. Este crecimiento fue posible gracias a la acumulación del excedente económico que
producía el empresario privado y a la reinversión de este excedente para generar mayor crecimiento.
Los dos grandes momentos de esa victoria fue la guerra de la Independencia de Estados Unidos (1775-
1783) y la Revolución Francesa (1789-1799). A partir de entonces, el liberalismo y el capitalismo se
extendieron por toda Europa.
El sistema capitalista se fue extendiendo a todo el mundo, siendo el sistema socioeconómico casi
exclusivo en el ámbito mundial hasta el estallido de la 1ra Guerra Mundial, tras la cual se estableció un
nuevo sistema socioeconómico, el comunismo, que se convirtió en el opuesto al capitalista.

Un elemento clave del capitalismo es la iniciación de una actividad con el fin de obtener beneficios en
el futuro; puesto que éste es desconocido, tanto la posibilidad de obtener ganancias como el riesgo de
incurrir en pérdidas son dos resultados posibles, por lo que el papel del empresario consiste en asumir el
riesgo de tener pérdidas.

La acumulación de grandes capitales, que se sumaron a los obtenidos anteriormente en el comercio, en


un número reducido de manos hizo que se pudiesen aplicar las innovaciones técnicas surgidas durante
el siglo XVIII. Fue entonces cuando apareció el capitalismo industrial, como prolongación del capitalismo
comercial dominante desde los siglos XI y XII, al que reemplazó comenzando a implantarse en las
sociedades más avanzadas.

EL VALOR DE LAS COSAS, OFERTA Y DEMANDA

El intercambio de mercancías se realiza por un precio o valor determinado.

Adam Smith investiga cuál es el precio real de todos los bienes. Llega a la conclusión de que la medida
real del valor de todas las mercancías es el TRABAJO: lo que vale es el esfuerzo que se requiere en
producirla, y por otra parte también es el TRABAJO QUE SE PUEDE AHORRAR AL INTERCAMBIARLO POR
OTRA MERCANCÍA.
La cantidad de trabajo que puede comprar un bien es igual a la cantidad de trabajo que cuesta
producirlo.
Cuando los poseedores del capital emplean a otras personas y les brindan los materiales, la venta del
producto debe permitirles pagar los salarios y obtener una ganancia, en este caso el producto ya no solo
le pertenece al trabajador, una parte le será reducida para el capitalista.

Cuando el precio de la mercancía es suficiente para pagar los salarios, los beneficios y la renta de la
tierra, se vende por lo que realmente vale: EL PRECIO NATURAL.
Pero hay un PRECIO DE MERCADO que es regulado por la oferta y la demanda, y puede ser mayor,
menor o igual al precio natural.

LA LEY DE LA OFERTA Y LA DEMANDA


¿Cómo se determina el PRECIO DE MERCADO?
Cuando la cantidad de mercancía que se lleva al mercado (oferta) es INSUFICIENTE para cubrir la
demanda, algunos consumidores, con tal de no renunciar a ellos estarán dispuestos a PAGAR MÁS.
Entonces subirá sobre el precio natural.
En cambio, cuando la cantidad de mercancías EXCEDE LA DEMANDA, no puede venderse toda esa
cantidad, entonces BAJARÁ EL PRECIO DE MERCADO con respecto al precio natural. Cuando la cantidad
de mercadería es la SUFICIENTE PARA CUBRIR LA DEMANDA, el precio de mercado coincidirá con el precio
natural, así se vende al PRECIO DE EQUILIBRIO DEL MERCADO. A ESTO SE LO LLAMA LEY DE LA OFERTA Y
LA DEMANDA.
ACUMULACION DEL CAPITAL
En la obra de Smith el análisis del cambio dinámico de la sociedad descansa sobre la teoría de la
acumulación. Esta teoría viene condicionada por la distribución del ingreso entre las diversas clases
sociales y, más particularmente, en la parte que va a los
capitalistas.
Es probable que los asalariados no recibieran lo suficiente
para permitir excedente alguno sobre sus necesidades,
mientras que los otros dos grupos sociales (capitalistas y
terratenientes) sí podían tener fondos suficientes para
financiar inversiones y para sostener sus niveles de vida
normales.

El excedente podía destinarse a la ampliación del consumo,


pero como resultado para la sociedad sería mejor si este
excedente de fondos se ahorrara. De esta forma los ingresos
se
convertirían en fondos que más tarde ampliarían la producción. Los capitalistas eran los agentes
principales a través de los cuales los ingresos se convertirían en acumulación. La cantidad de los
beneficios podía considerarse como el determinante básico del ritmo de acumulación y, a su vez, de la
tasa de expansión económica.
Para Smith los efectos de la acumulación de los beneficios en los empresarios representan la posibilidad
de reinvertir en maquinarias, lo que permite mayor división de trabajo y un aumento de la producción y,
por lo tanto conducirá a una mayor riqueza.
Smith veía la acumulación de los beneficios el motor que pone en movimiento el mejoramiento de la
sociedad.

LA RENTA DIFERENCIAL, DISTINTOS TIPOS DE RENTA

La renta diferencial es la que obtiene el propietario de un lote de suelo por las diferencias en fertilidad
y localización de dicho lote, con relación a la tierra de menor calidad, dada una determinada inversión de
capital.

Como es bien sabido, el valor final de la producción agraria está dado por la inversión de capital, el
salario del personal empleado, los impuestos, la retribución al trabajo del propietario, el costo de los
insumos utilizados, el riesgo que presuponen diversos factores (clima, plagas y otros hechos aleatorios) y
la renta diferencial de la tierra.

Ahora bien, ¿de qué hablamos cuando hablamos de la renta diferencial de la tierra?
Según David Ricardo es la renta que percibe el terrateniente por el uso de las ―energías
originales e indestructibles del suelo‖.

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La diferencia entre calidad de los suelos, climas, distancias, determinarán la diferencia entre
las rentas.

A medida que se extiende la frontera de explotación, el mayor costo de producir en esas tierras redunda
en rentas más altas para las tierras más fértiles.
La tierra, en la agricultura, desempeña un papel de singular importancia, cuya particularidad estriba en
no ser un producto del trabajo humano, como ocurre con otros medios de producción.
Se hallan limitadas no sólo la cantidad de toda la tierra, sino, además, las dimensiones de las tierras de
diferente calidad. Aunque las tierras de menor fertilidad pueden transformarse en más fértiles, en cada
período determinado la cantidad de tierra de una determinada calidad es limitada.

EL COMERCIO INTERNACIONAL DEL SIGLO XIX


Los primeros años del siglo XIX marcaron un punto de inflexión importante para el comercio mundial.
Aunque en los siglos XVII y XVIII ya se distinguía con claridad el contorno de una economía mundial,
después de que los avances en el diseño de las embarcaciones y en la navegación hicieran posible el
descubrimiento europeo de las Américas, la apertura de nuevas rutas hacia Asia bordeando África y la
circunnavegación de la Tierra por Magallanes, fue la llegada de la revolución industrial, a comienzos del
siglo XIX, lo que desencadenó la gran expansión de las corrientes comerciales, de capital y tecnológicas,
la explosión de la migración y las comunicaciones y la "reducción de las distancias" en la economía
mundial que hoy conocemos como "la primera era de la globalización”.
En particular, los adelantos en las técnicas de transporte abrieron las economías nacionales al comercio
y a la inversión de una manera radicalmente diferente.
El uso de la energía del vapor fue la primera tecnología revolucionaria que
transformó el transporte, empezando por los barcos de vapor. Aunque los
primeros barcos de vapor sólo navegaban por ríos y canales interiores, a
finales del decenio de 1830 ya cruzaban regularmente el Atlántico, y en el
decenio de 1850 se inauguró una línea hacia el África Meridional y
Occidental. Al principio sólo transportaban mercancías valiosas, como la
correspondencia, pero durante los decenios posteriores una serie de
mejoras tecnológicas graduales (hélices propulsoras, motores compuestos
y de turbina, diseño mejorado de los cascos, puertos más eficientes)
hicieron posible la aparición de barcos de vapor más rápidos y de mayor
tamaño que consumían menos combustible, lo que redujo aún más los
costos del transporte y abrió a este tipo de embarcaciones el comercio
transoceánico de mercancías a granel, así como el de artículos de lujo.
La otra gran innovación de la revolución industrial en el transporte
relacionada con el vapor fueron los ferrocarriles.

Los costos del transporte interior ya habían comenzado a


disminuir a finales del siglo XVIII gracias a la construcción de carreteras y, sobre todo, de canales. Entre
1750 y 1820 se cuadruplicó la red de vías navegables en el Reino Unido; la
construcción de canales también se disparó en Francia, mientras que en los Estados Unidos pasó algo
parecido.
La importancia de la navegación interior pronto fue eclipsada por el auge del ferrocarril.
Si el vapor revolucionó el comercio en la primera mitad del siglo XIX, una ola de tecnologías aún más
novedosas (como los barcos refrigerados y los cables telegráficos submarinos), contribuyeron a reducir
aún más los costos del transporte y las comunicaciones y a intensificar la integración mundial en la
segunda mitad del siglo.

La refrigeración tuvo repercusiones de primer orden en el


comercio. La refrigeración mecánica, que se ideó en el decenio de
1830 y se perfeccionó durante los dos decenios siguientes, permitió
ya en 1870 exportar carne congelada de los Estados Unidos a
Europa; en el decenio de 1880 se exportaban a Europa grandes
cantidades de carne procedente de Sudamérica y de Australia y
mantequilla de Nueva Zelandia.

Otro de los acontecimientos transformadores fue la invención en el decenio de 1840 del telégrafo
eléctrico, que inauguró la era moderna de comunicaciones internacionales casi instantáneas. El primer
mensaje telegráfico transatlántico se envió con éxito en agosto de 1858, reduciendo el tiempo de
comunicación entre Europa y América del Norte de 10 días (lo que tardaba en llegar un mensaje en
barco) a unos minutos. A finales del siglo XIX, las compañías de telégrafos de propiedad británica,
francesa, alemana y americana conectaron Europa y América del Norte a través de una sofisticada red de
comunicaciones telegráficas.
El comercio internacional aumentó rápidamente después de 1820, impulsado por los costos
decrecientes del transporte y las comunicaciones. Los costos del transporte terrestre disminuyeron más
del 90% entre 1800 y 1910 y los del transporte transatlántico alrededor del 60% en los tres decenios que
mediaron entre 1870 y 1900.

EL IMPERIALISMO COMO ETAPA SUPERIOR DEL CAPITALISMO


El imperialismo, fase superior del capitalismo es un libro escrito por
Vladímir Lenin en 1916.
El trabajo de Lenin sigue siendo un instrumento indispensable para
el análisis de la sociedad capitalista contemporánea. Escribía Lenin en
1916: ―El capitalismo se ha transformado en un sistema universal de
opresión colonial y de estrangulación financiera de la inmensa
mayoría de la población del planeta por un puñado de países
―avanzados‖. Este ―botín‖ se reparte entre dos o tres potencias
rapaces de poderío mundial, armadas hasta los dientes (Estados
Unidos, Inglaterra, Japón) que, por el reparto de su botín arrastran a
su guerra a todo el mundo‖ (―El imperialismo‖-Prólogo a las ediciones
francesa y alemana de julio de 1920, párrafo II-).
Dice Lenin que el imperialismo es la fase superior y última
del capitalismo, que comenzó a fines del Siglo XIX y comienzos del
XX.
Señaló los siguientes rasgos principales del imperialismo:
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• La concentración de la producción y del capital, que condujo a la formación de los monopolios que
desempeñan un papel decisivo en la vida económica;
• la fusión del capital bancario con el industrial y la formación sobre esta base del "capital financiero" y
de la oligarquía financiera;
• la exportación del capital, a diferencia de la exportación de mercancías, adquiere un significado
particularmente importante, la formación de las uniones monopolistas internacionales de los
capitalistas, que se reparten el mundo y la culminación de la división territorial del mundo entre las
mayores potencias capitalistas.
La esencia económica y el rasgo principal del imperialismo señala Lenin es la sustitución de la libre
concurrencia por el dominio de los monopolios. Los monopolios establecieron su dominio absoluto sobre
la economía y la política de los más grandes países capitalistas. La obra es la continuación directa de El
Capital de Marx. Lenin estudia la evolución del capitalismo en una época nueva, la del imperialismo.

MARXISMO

El marxismo, o socialismo científico, es el nombre dado al conjunto de


ideas concebidas por primera vez por Karl Marx (1818-1883) y Friedrich
Engels (1820-1895).
En su totalidad, estas ideas proporcionan una base teórica
completamente elaborada para la lucha de la clase obrera para alcanzar
una forma superior de sociedad humana: el socialismo.
Engels acuñó el término socialismo científico para diferenciar el
marxismo de las corrientes socialistas anteriores
englobadas por él bajo el término socialismo utópico.

En su labor política y periodística Marx y Engels comprendieron que el


estudio de la economía era vital para conocer a fondo el devenir social. Fue Marx quien se dedicó
principalmente al estudio de la economía política una vez que se mudo a Londres. Marx se basó en los
economistas conocidos en su época, los británicos, para recuperar de ellos lo que le era útil para explicar
la realidad económica y para superar lo que consideraba sus errores.
Marx siguió a Adam Smith y David Ricardo al afirmar que el origen de los ingresos en el capitalismo es
el valor agregado por los trabajadores y no pagado en salarios.
―EL CAPITAL‖ ocupa tres volúmenes, de los cuales sólo el primero (cuya primera edición es de 1867)
estaba terminado a la muerte de Marx.

LA LUCHA DE CLASES
Los marxistas consideran que la sociedad capitalista se divide en clases sociales, de las que toman en
consideración principalmente dos:
La clase trabajadora o proletariado: Marx definió a esta clase como «los individuos que
venden su mano de obra y no poseen los medios de producción», a quienes consideraba
responsables de crear la riqueza de una sociedad (edificios, puentes y mobiliario, por
ejemplo, son construidos físicamente por miembros de esta clase; también los servicios son
prestados por asalariados).
La burguesía: quienes «poseen los medios de producción» y emplean al
proletariado. Constituyen la clase mercantil por excelencia: su riqueza proviene de la
administración intelectual de los negocios. Se apropian del excedente económico de
toda la sociedad por el mecanismo de la plusvalía, capaz de confiscar de forma no
coercitiva (mercantil, racional) el valor trabajo, pilar de todo valor y riqueza.
Subclases
Existen otras clases que integran aspectos de las dos principales, o que estando asociadas a alguna,
manifiestan nuevos rasgos propios particulares.

Lumpenproletariado: los que viven en pobreza extrema y no pueden hallar trabajo con regularidad.
Abarca desde la amplia masa de indigentes desocupados o con trabajos precarios, hasta sectores en
extremo marginales como las prostitutas y los soldados del crimen organizado, etc.
Pequeña burguesía: Forman parte del pueblo trabajador, pero en menor o mayor medida su trabajo
crea capital y encuentra en él su sostén, aunque en niveles de acumulación siempre muy inferiores al de
la gran burguesía. Este capital genera los más diversos segmentos sociales, según sea principalmente
intelectual (profesionales), o mercantil (pequeños comerciantes), o inmobiliario (pequeños y medianos
campesinos, rentistas urbanos) o financiero (pequeños especuladores) o directamente industrial
(pequeños empresarios).
La lucha de clases es un concepto o una teoría que explica la existencia de conflictos sociales como el
resultado de un supuesto conflicto central o antagonismo inherente a toda sociedad políticamente
organizada entre los intereses de diferentes sectores o clases sociales. Para muchos, tal conflicto resulta
un cambio o progreso político y social.
Aunque el concepto es fundamental en el marxismo, según Karl Marx y Friedrich Engels, a través de la
historia, las personas han tratado de organizarse en diferentes tipos de sociedades bajo la tensión
causada por pobres y ricos, hombres libres y esclavos, los patricios y la plebe, señores feudales y siervos,
maestros de corporaciones y oficiales, capital y proletariado. Este conflicto sólo puede resolverse, según
ellos, cuando se llegue a una sociedad sin clases y sin que ello suponga la desaparición del proceso y el
progreso históricos, lo que ellos proponen alcanzar con el comunismo.

Karl Marx Friedrich Engels

TEORÍA DEL VALOR


EL VALOR DE CAMBIO Y DE USO, LA MERCANCÍA Y EL ORIGEN DE LA PLUSVALÍA
A partir del análisis del valor de cambio, Marx expone su teoría del valor, donde
encontramos que el valor de las mercancías depende del tiempo de trabajo socialmente
necesario para producirlas.
El valor de cambio, esto es, la proporción en que una mercancía se intercambia con otra, no
es más que la forma en que aparece el valor de las mercancías, el tiempo de trabajo humano
abstracto que tienen en común. Luego Marx nos va guiando a través de las distintas formas
de valor, desde el trueque directo y ocasional hasta el comercio frecuente de mercancías y la
determinación de una mercancía como equivalente de todas las demás (dinero).
El trabajo no es 'valor' por naturaleza, es lo que produce valor exclusivamente por la organización social
en el cual es empleado. Una característica intrínseca del trabajo es producir, crear, transformar, pero el
hecho de que el valor de las mercancías se mida por el tiempo de trabajo empleado en ellas se debe a la
estructura social y las relaciones sociales de producción.

EL VALOR DE LAS MERCANCÍAS


Una mercancía es un objeto o servicio por cuyas características satisface necesidades, ya sean reales o
imaginarias. La mercancía es el producto que solo existe en las sociedades mercantiles. En el
capitalismo, por ser la economía mercantil más compleja y desarrollada, la producción se presenta como
mercancía. Las sociedades mercantiles tienen como principal característica la producción no para la
satisfacción propia sino para el intercambio.
Las características de la mercancía son el valor de uso y el valor de cambio.
• Valor de uso: es la capacidad de un objeto o servicio de satisfacer alguna necesidad. Porque un
objeto es útil (funcional).
Marx sostenía que los valores de uso producidos en el capitalismo eran valores concretos, pues
responden a cualidades físicas sensibles de las mercancías, por ejemplo, las propiedades
nutritivas del trigo.
• Valor de cambio: Si la mercancía A tiene un valor X, y la mercancía B tiene un valor Y, significa
que algo hace equivalentes a ambas cantidades aunque son mercancías diferentes. Lo que las
hace comparables, conmensurables, medibles es la sustancia del valor. La sustancia del valor se
abstrae de la utilidad de un objeto porque es una característica cuantitativa, no una cualitativa
como el valor de uso.

La sustancia del valor es el trabajo socialmente necesario para producir cierta cantidad de una
mercancía con las condiciones medias de trabajo. Es el tiempo de trabajo invertido en la mercancía.
El tiempo de trabajo socialmente necesario es aquel que se realiza bajo la fuerza productiva del trabajo
y la intensidad del trabajo promedio. La fuerza productiva del trabajo depende de varios factores: la
destreza del obrero, el desarrollo de la ciencia y sus aplicaciones tecnológicas, las condiciones naturales,
etc.
Por lo tanto, los valores varían según las sociedades pues dependen del desarrollo tecnológico y el
desarrollo de la división del trabajo. Éstos se determinan por factores objetivos externos, como el clima,
la posición geográfica, el acceso a los recursos, etcétera.
El trabajo es útil porque transforma materias primas y las convierte en cosas útiles, por ejemplo, como
una semilla en un cítrico, o el mineral de hierro en utensilios y herramientas.
EL VALOR DE LA FUERZA DE TRABAJO
En el modo de producción capitalista la fuerza de trabajo hace referencia a la capacidad física

y mental , inherente a todo ser humano,


de realizar un trabajo, es la única propiedad de unas personas (trabajadores asalariados). Por ser la
capacidad de trabajar, solo la pueden desempeñar los seres humanos.
Al igual que el valor de cualquier mercancía, el valor de la fuerza de trabajo es el tiempo de trabajo
socialmente necesario para producirla.
Esta se encuentra determinada por el valor de las mercancías que consume el trabajador, las
mercancías que constituyen las necesidades promedio de una sociedad en una época en particular. Las
necesidades van cambiando conforme cambie la sociedad por lo cual incluyen: alimentación, vivienda,
transporte, entretenimiento, etc.
El modo de producción capitalista surgió con posteridad a otros modos de producción que ya habían
desarrollado la fuerza productiva del trabajo. Por lo cual la cantidad de mercancías que consume un
trabajador por día pueden ser producidas en menos tiempo. Entonces, el tiempo de trabajo necesario
para que el trabajador fabrique las mercancías que consume es menor al tiempo de trabajo que labora en
la empresa que lo contrató.
La jornada laboral incluye el trabajo necesario y el plustrabajo.
Durante el primero el trabajador repone su valor, durante el segundo trabaja sin remuneración alguna
para el capitalista.
Esto, traducido en términos de horas-trabajo, quiere decir: de las ocho horas que el
trabajador trabaja, una parte trabaja para él (por la parte que realmente le paga el
empresario) y otra para el empresario (la que da lugar al exceso de valor de cambio que
no
es para el trabajador y que da lugar a la ganancia del empresario o
plusvalía).

La propuesta del marxismo es la desaparición de la plusvalía.

FUERZAS PRODUCTIVAS, LAS RELACIONES DE PRODUCCIÓN, MODO DE PRODUCCIÓN


En una primera etapa la productividad es considerada en el libro La riqueza de las naciones de Smith.
En el primer capítulo desarrolla el tema de la división de trabajo y menciona que nace de tres
circunstancias diferentes:

• la mayor destreza de cada operario en particular,


• el ahorro de tiempo que se pierde al pasar de una operación a otra diferente,  la
inversión de un número de máquinas que hace el trabajo de muchos hombres.
Y a partir de ello se obtienen tres grandes ventajas o principios:
• Principio de especialización, lo constituye el aumento de la destreza de cada trabajador,
• Principio de economía de tiempos muertos o improductivos, se evitan.
• Principio de productividad, una máquina manejada por solo un hombre.
Luego en el marco de la segunda etapa de la Revolución Industrial Marx tiene el objetivo que los
trabajadores tengan un acceso a los medios de producción en forma institucionalizada; es decir,
utilizando las instituciones públicas del Estado para que los trabajadores obtengan medios de producción
y evitar que la burguesía concentre los mismos.
Con el acceso a los medios de producción a los trabajadores, el marxismo concluye que se lograra una
sociedad sin clases sociales donde todos vivan con dignidad, sin que exista la acumulación de propiedad
privada sobre los medios de producción por unas cuantas personas.

LAS IDEAS FUNDAMENTALES DEL LIBERALISMO


Son dos momentos cruciales en los cuales se forma la idea y el proyecto de autonomía individual y
social: En Grecia, cuando se inventa en un mismo acto histórico, la política, la filosofía y la democracia.
En Europa, cuando más de quince siglos después resurgen nuevamente estas tres creaciones humanas
con la aparición de las primeras ciudades y luego con el humanismo, el renacimiento, la ilustración, etc.
En ambos modelos la inspiración inicial es la libertad, la idea de autonomía social e individual.
Como definición, ―El liberalismo económico es la teoría económica desarrollada
durante la Ilustración, formulada de forma completa en primer lugar por Adam Smith
y David Ricardo, que reclama la mínima interferencia del Estado en la economía. La
libertad económica o la libre empresa conducirían a una sociedad más armoniosa e
igualitaria y al aumento indefinido de la prosperidad.”
En otra palabras consiste en el deslinde de la política y la economía, de esta forma
crear una sociedad de mercado sin obstáculos permitiendo así que entre mayor
trabajo sea realizado mayor sean los beneficios.
Adam Smith afirmaba que esto evitaría la desigualdad social, sin embargo el seguir esta política
permitía la creación de monopolios favoreciendo a un limitado número de personas.
Marx desarrolla su política en el marco de la segunda era de la Revolución Industrial donde no solo se
profundizan las técnicas aparecidas en la primera etapa, sino que hay un notable
progreso en materia del transporte y las comunicaciones. Esto va a provocar que en las décadas del
1850/60 se ingrese en un periodo de auge del mercado competitivo y se conforme una economía
internacional a partir de las relaciones económicas y políticas independientes.
Marx introduce un nuevo método de análisis del devenir histórico y social: el materialismo histórico –
pretende estudiar la historia de la humanidad como la historia del desarrollo de las fuerzas productivas-.
En este marco se analiza la lucha de clases en las distintas sociedades entre propietarios y no
propietarios de los medios de producción.

EL PENSAMIENTO DE KEYNES
John Maynard Keynes nació en Inglaterra, y realizó sus estudios en Eton y en el King's College de
Cambridge, donde se graduó en Matemáticas y se especializó en economía, teniendo como maestros a
grandes economistas, como Alfred Marshall y Arthur Pigou.

A los 25 años fue nombrado profesor de Economía en Cambridge, donde


estuvo por largos años -con algunas interrupciones para trabajar en el Tesoro
británico-, combinando la docencia con actividades privadas en empresas de
seguros e inversiones que le proporcionaron importantes ingresos. A pesar de
haberle dedicado sólo una parte de su tiempo a los negocios, llegó a tener una
enorme fortuna gracias a la especulación con monedas de distintos países.

Keynes fue autor de gran cantidad de artículos de prensa, artículos


académicos y de diversos libros. Pero al mismo tiempo, fue un hombre de
mundo, interesado no sólo
por los asuntos políticos y económicos de la sociedad, sino también por la
cultura. En general, fue un humanista y amigo de los principales intelectuales
británicos.
Es imposible acercarse a Keynes sin entender la grave crisis en la cual estaba inmersa la economía
mundial: la gran depresión. Este hecho -desencadenado en todo el mundo a partir del crash de la Bolsa
de Nueva York en 1929- hizo que muchos cuestionaran el modelo económico, asignándole la
responsabilidad de todos los males al Capitalismo. Es por esto que todos sus escritos fueron respuestas a
problemas acuciantes de la economía de su tiempo.
Su ―Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero‖, de 1936, es probablemente uno de los libros
que más influyeron en la discusión económica de los países occidentales entre las décadas del 30 y del
50.
Con respecto a la Teoría Keynesiana desarrollada, no hay punto de comparación con la teoría clásica.
Ambas Teorías tienen argumentos diferentes, uno de ellos es que la teoría desarrollada por Keynes si
apoyaba la intervención del Estado, rechazaba rotundamente el sistema de laissez faire; al contrario del
Liberalismo Económico.
19
El planteamiento general que hizo Keynes en materia económica es que se debía
incrementar el gasto público en los períodos de recesión -haciendo que el Estado
incurriera en un déficit- para generar demanda adicional que estimulara
la inversión y disminuyera el desempleo.
De esta forma, Keynes confiaba en que el gobierno podía moderar y hasta eliminar los ciclos
económicos interviniendo en la economía.
La importancia de la teoría fue tal que, para muchos, funda la Macroeconomía, una de las ramas de la
teoría económica moderna, dedicada a explorar las relaciones entre los grandes agregados de la renta
nacional.
Otro aspecto fundamental en la economía keynesiana es el papel que juegan las expectativas sobre el
ciclo económico. El autor consideraba que éstas -las cuales dependen exclusivamente de factores
psicológicos- tienen efectos importantísimos sobre la inversión y, por tanto, sobre la economía en
general.
Sin embargo, las decisiones de ahorro las toman los individuos en función de sus ingresos,
mientras que las decisiones de inversión las toman los empresarios en función de sus expectativas.
De este modo, no hay ninguna razón para que el ahorro y la inversión coincidan, como lo había
señalado la mayor parte de los economistas clásicos.
Así, cuando las expectativas de los empresarios son favorables, éstos están más dispuestos a realizar
proyectos de inversión, lo que provoca una fase expansiva y un gran crecimiento a la economía. Por el
contrario, cuando las expectativas son desfavorables, la contracción de la demanda puede provocar una
depresión. Y es precisamente ante esto que el Estado puede impedir la caída de la demanda aumentando
sus propios gastos.
El prestigio alcanzado por John Maynard Keynes fue tal que el rey Jorge VI lo nombró barón en 1942,
ingresando en la Cámara de los Lores.
Durante su vida, Keynes había ocupado altos cargos en la administración británica, como el de
consejero financiero de la Corona y gobernador del Banco de Inglaterra. Al final de su vida también
colaboró con el plan británico de la Conferencia de Bretton Woods, en 1943, cuyo objetivo era evitar
desórdenes monetarios como los sucedidos antes de la Segunda Guerra Mundial. Para ello se propuso la
creación de un Banco Internacional que regulara la oferta monetaria, lo que dio origen al Fondo Monetario
Internacional (FMI). Keynes murió tres años después, en 1946, en Sussex.
Con el paso de los años sus ideas fueron penetrando en el mundo académico y en las políticas
económicas de los países del mundo occidental. Muchos vieron con entusiasmo una política capaz de
darle un segundo aire al sistema capitalista después de la crisis, e incluso los socialdemócratas miraron
con interés una doctrina que propiciaba la intervención del Estado en la economía. Sólo los más liberales
se opusieron con fuerza a sus ideas intervencionistas.

LA ESTABILIDAD DE LOS MERCADOS, LAS ACTIVIDADES ECONÓMICAS Y LOS CICLOS ECONÓMICOS


Los ciclos económicos son fluctuaciones recurrentes en las actividades económicas. Un ciclo consiste en
un período de expansión y otro de recesión o contracción. Esta sucesión de cambios es recurrente, pero
no periódica; la duración del ciclo varía. El único carácter regular de estas fluctuaciones es el modo en
que las variables se mueven juntas.

LA EXPANSIÓN Y RECESIÓN ECONÓMICAS


El marco histórico en donde Keynes desarrolló su obra estuvo signado por la grave crisis capitalista
entre dos guerras mundiales y por necesidad de dar una respuesta a los problemas sociales, sin vulnerar
la propiedad de los medios de producción.
Por ese entonces en el mundo capitalista existía una polarización entre la crítica situación de Europa
tras la primera guerra caracterizada por crisis hiperinflacionarias, alto desempleo y alta conflictividad
social por un lado y, por el otro, un fuerte crecimiento de la economía de los EEUU cuya producción
superaba a la suma de lo que producían Gran Bretaña, Francia y Alemania.
El aumento de EEUU se explicaba por la pujanza de la industria automotriz y sobre todo del sector de la
construcción en un proceso importante de migración poblacional del campo a las ciudades. En el 1929
surge el estallido y Keynes profundiza sus críticas a los marginalistas en su Tratado sobre el dinero y
comienza a prepara su obra fundamental, Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, publicada
en 1936.

LA TEORIA CLÁSICA DE LA OCUPACIÓN Y SU CRÍTICA POR PARTE DE KEYNES


La obra Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, publicada por John Maynard Keynes en el
año 1936, es la culminación a la crítica de uno de los aspectos de la Teoría del Equilibrio, planteada por
los clásicos. Éste reconocido economista, pretendía demostrar la posibilidad de un equilibrio con
desocupación.
Dentro de la economía marginalista (neoclásica), opera la Ley de Say, la cual se traduce en que toda
oferta crea su propia demanda. Se debe tener en cuenta que las empresas son demandantes de trabajo y
las personas los oferentes del trabajo. En consecuencia, según Say, siempre que la gente oferte más
trabajo del que las empresas demanden se producirá un exceso de oferta, por lo que se
reducirá el precio (salario) para así arribar nuevamente a la situación de equilibrio. Si no
se llega a aquella situación, se debe a que los trabajadores no están dispuestos a bajar
sus pretensiones.
Keynes, contradice la ley de Say, sosteniendo que al generarse un exceso de oferta no
disminuye el precio, sino que el mercado se
mantiene un largo tiempo en situación de desequilibrio (o equilibrio sin pleno empleo)
o desempleo (Según Say nunca habría desempleo porque siempre que se oferte trabajo, éste se
demandará).
Keynes, argumenta que la solución a este estado de desequilibrio debe provenir desde el Estado, el cual
deberá poner en práctica la política económica traducida tanto en políticas fiscales, aumentando el gasto
público, interfiriendo en la cuestión impositiva y demás, como en políticas monetarias.
Keynes plantea la existencia de un desempleo involuntario generado por el sistema económico a partir
de una insuficiencia en la demanda efectiva. La demanda efectiva está compuesta por la suma de las
magnitudes del consumo y la inversión y, por lo tanto, hablar de insuficiencia de demanda efectiva
equivale a afirmar que el ahorro supera la inversión.
En el capítulo 3, titulado ―El principio de la demanda efectiva‖ realiza el siguiente razonamiento:
―El bosquejo de nuestra teoría sobre la ocupación puede expresarse como sigue: cuando aumenta la
ocupación aumenta también el ingreso global real de la comunidad: la psicología de ésta, es tal que
cuando el ingreso aumenta, el consumo total aumenta pero no tanto como el ingreso…”, entonces “…el
nivel de equilibrio de la ocupación dependerá de la magnitud de la inversión corriente y ésta dependerá
del incentivo a invertir….”.
La participación del consumo en el ingreso recibe el nombre de propensión a consumir y mientras
que la participación del ahorro en el ingreso se denomina propensión a ahorrar.
Puede apreciarse que un aumento de la propensión a consumir de la comunidad proporciona un mayor
incentivo para invertir y de esta manera la mayor demanda es lo que impulsa a la producción. Cuanto
más consuma la gente, más inversiones en producción generará.

INTERVENCIÓN DEL ESTADO E INICIATIVA INDIVIDUAL


El Estado debe ser el impulsor del crecimiento debido a que el mercado por sí solo no se auto- regula. El
Estado debe impedir la caída de la demanda agregada aumentando sus propios gastos, para que de esa
forma los individuos posean más dinero y consuman más, lo cual desembocaría en un eterno ciclo
virtuoso. Es decir que el Estado se convertiría en "el generador de la estabilidad económica y garante de
un crecimiento sostenido".
Pero lo más importante que planteaba Keynes era la presencia de un Estado fuerte que estaba
capacitado para comprar mano de obra e inyectar grandes montos de dinero para financiar la obra
pública.
Un Estado que tome participación activa en la economía cuando los ciclos económicos sean negativos,
reactivando la actividad, y luego, en ciclos positivos, le ceda parte de dicha participación a las empresas
privadas.
En resumen, Keynes plantea la necesidad de un Estado intervencionista, el cual ataque los
problemas del lado de la demanda y el consumo interno.

Al realizar inversiones, la gente posee más dinero para gastar y compra más productos,
necesariamente habrá más empresarios dispuestos a producir bienes, para hacerlo
necesitaran contratar más empleados, lo cual haría que en poco tiempo se reduzca la
desocupación. Al haber más empleados que perciban sueldos habrá más gente que
consuma y así sucesivamente (efecto multiplicador).

DEMANDA INSUFICIENTE Y SALARIOS


Keynes afirmó que, en una economía capitalista, el pleno empleo era una de las condiciones necesarias
para que tuviera lugar el crecimiento económico, aun cuando para lograrlo, inicialmente, el Estado
tuviera que realizar inversiones y aumentar el déficit público.

Lo revolucionario de su teoría consistió en afirmar que los capitalistas no


debían considerar el pago de salarios como un gasto sino como uno de los pasos
necesarios para obtener futuras ganancias. Afirmó que los asalariados gastan la
mayor parte de sus ingresos en comprar los bienes que necesitan para su
subsistencia. Y que son las empresas las que producen esos bienes.

Es indiscutible que en una economía siempre existe la capacidad de demanda


necesaria para absorber todo el producto de las empresas, pues es una constante que el ingreso que
reciben las familias es igual al producto generado por éstas.
Si bien es cierto que siempre existirá esa capacidad de demanda suficiente para absorber el producto,
es posible que parte de esa demanda potencial no se haga efectiva y, en consecuencia, parte del
producto no se logre vender.

DÉFICIT PÚBLICO, ENDEUDAMIENTO ESTATAL, AUMENTO DE LA RENTA. AHORRO Y CONSUMO


Cualquiera que sea el destino posterior del dinero, los consumidores deciden guardar o ahorrar parte de
su ingreso en vez de consumirlo todo. Al ahorrar, retiran una porción del ingreso del flujo circular, por lo
que dicha porción constituirá una salida. Cuando la empresa no reparte utilidades a los accionistas, sino
que las retienen para gastarlas al cabo del tiempo, también sustraen una parte del ingreso del flujo
circular. Así pues, el ahorro(A) es una salida del flujo circular.
• AHORRO PERSONAL: Es el monto del ingreso disponible que queda tras el gasto personal total en
un periodo dado.
• TASA DE AHORRO PERSONAL: Es el porcentaje del ingreso personal disponible que se ahorra. Si la
tasa de ahorro personal es baja, las familias gastan un monto considerable de su ingreso, si es
alta, gastan con precaución.

POLÍTICA FISCAL, MONETARIA, FINANCIERA Y CAMBIARIA


Dos herramientas estatales que señala Keynes para lograr el desarrollo económico: la política
monetaria y la política fiscal.
A través de la política monetaria, el gobierno puede variar la cantidad de dinero o la tasa de interés con
la que presta dinero a los bancos.
El propósito de la política fiscal es darle mayor estabilidad al sistema económico, al mismo tiempo que
se trata de conseguir el objetivo de ocupación plena.
Uno de los medios por los cuales el gobierno influye en la economía es el que atañe a sus decisiones de
impuestos y gastos o de política fiscal. El gobierno recauda impuestos de los hogares y de las empresas,
luego gasta esos fondos en cosas que van desde mísiles hasta parques, pagos de seguridad social y
autopistas.
Una de las ideas más notables de Keynes en los años treinta fue que las políticas fiscales debían ser
expansionistas para sacar a la economía de una crisis. A la inversa sostenía que el gobierno debía elevar
los impuestos o reducir el gasto. Esas políticas fiscales son para librar a la economía de la inflación.
Las decisiones del gobierno en materia de política fiscal se plasman en el presupuesto ( 1) del sector
público. Así pues el déficit presupuestario es la diferencia positiva entre el gasto del estado y sus
ingresos. La existencia de un déficit supone que el estado gasta más de lo que ingresa.
La utilización por parte del Estado de los impuestos y del gasto público para tratar de estabilizar la
economía constituye la política fiscal desde la perspectiva de la macroeconomía.
LA POLÍTICA MONETARIA
La visión keynesiana menciona que hay tres motivos por los cuales el público desea tener dinero
circulante:
• motivo de transacción → la demanda de cada persona estará en directa relación con su nivel de
ingresos. Si crecen los ingresos, desearan mayor número de transacciones con la cual crecerá su
demanda de dinero.
• motivo de precaución → es aquel dinero que mantenemos para hacer frente a imprevistos o
contingencias.
• motivo de especulación → cumple la función de reserva de valor y no la de medio de cambio y
pago. Su demanda estará en relación con la tasa de interés.
En nuestro país, el Banco Central como entidad pública (al igual que el Estado que participa en el sector
real de la economía) puede elegir, en alguna situación, utilizar sus herramientas de política monetaria
(manipulación de los encajes, operaciones en el mercado abierto o redescuentos) para influir sobre el
Producto y el nivel de Ingresos General del país. Cuando hace esto aplica política monetaria influyendo
sobre la cantidad de dinero y la tasa de interés.

EL ESTADO DE BIENESTAR
El Estado de Bienestar fue utilizado entonces como una fórmula pacificadora de las democracias
capitalistas avanzadas para el periodo siguiente a la 2da guerra mundial.
En el entendimiento de que sus premisas limitan y mitigan el conflicto de clases, equilibrando la
simetría del poder entre trabajo y capital. Esto se dio debido a que la característica más visible de esta
nueva crisis fue lo que en macroeconomía se ha llamado la estanflación, entendida como la
coexistencia de desocupación con inflación con la caída general de la economía, recesión.
El Estado de Bienestar, o Keynesiano, postula fundamentalmente que el Estado debe intervenir
activamente en la economía y en la sociedad, con vistas a complementar el funcionamiento del mercado,
garantizando un mínimo de bienestar básico a toda la sociedad.
Su mentor original fue John M. Keynes, quien frente a la aguda depresión económica de
1929, aconsejó dejar de lado el modelo liberal, que el Estado no se quedara en el rol de
garante externo, sino que gestionara por si mismo aquello que el mercado no proveía: crédito, empleo e
insumos estratégicos. Esta intervención decidida de los Estados permitió a la recuperación de la
economía.
Las instituciones típicas del modelo bienestarista son:
a) Empresas públicas: el estado se convierte en empresario en aquellos sectores que son
indispensables para la economía, pero que el capital privado no quiere o no puede invertir. Por ejemplo,
en Argentina: YPF (Yacimiento Petrolíferos Fiscales), ENTel (empresa nacional de Telecomunicaciones).
b) Regulación económica: el Estado dicta normas obligatorias respecto de ciertos aspectos de la
actividad económica, con vistas a favorecer su desarrollo. Ejemplo: ley de alquileres urbanos, fijación de
precios máximos, fijación de precios sostén o cuotas de producción, etc.
c) Impuestos progresivos: se cobran impuestos proporcionalmente mayores a aquellos que tienen
mayores riquezas.

1
d) Centralización estatal del crédito: el Estado adquiere un rol predominante (o exclusivo, según los
casos) en la asignación de crédito a las empresas privadas, orientando los préstamos hacia los sectores
de mayor interés para la nación.
e) Expansión monetaria (Inflación): El Estado maneja el tipo de cambio y la cantidad de dinero
circulante, en función de sus políticas de desarrollo, sin importar que esto genere inflación.
f) Política social: el estado desarrolla una amplia red de planes de efectiva ayuda social en beneficio
de los más pobres. Ejemplo: planes de vivienda económica, jubilaciones y pensiones, subsidios, planes de
turismo social, etc.
g) Derechos laborales: se consagran y efectivizan un conjunto de nuevos derechos en favor de los
trabajadores (jornada limitada, descanso semanal, vacaciones pagas, indemnización por despido, etc.)
que llevan a incrementar los salarios junto con el nivel de empleo.
h) Proteccionismo. El Estado nacional fomenta las industrias locales, limitando de distintos modos el
ingreso de productos importados.
Mediante todas estas instituciones de intervención, el estado bienestarista, sin romper con el modo de
producción capitalista, establece mecanismos de redistribución por el cual el beneficio de los sectores
más ricos de la sociedad se ve acompañado por el incremento del bienestar de los sectores más pobres.

El Estado de Bienestar es el conjunto de servicios sociales (pensiones, cobertura de desempleo, salud,


educación) que garantizan a los ciudadanos un nivel de subsistencia.

SUS PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS PARA EE.UU., EUROPA,


LATINOAMÉRICA Y ARGENTINA HASTA 1970
Los países americanos se han esforzado por brindar a su población
un mejor nivel de bienestar social; sin embargo, debido a las
condiciones económicas, políticas y sociales propias, no todos han
logrado el mismo grado de desarrollo.
Los indicadores demográficos son los registros que nos permiten
conocer y comparar aspectos relacionados con la educación, la salud,
la vivienda, los servicios y la actividad económica de sus habitantes;
así en este aspecto, Estados Unidos de
América y Canadá se presentan como los países
más desarrollados de la región, seguidos con un
desarrollo medio, por México, Argentina, Chile, Costa Rica y Cuba.

Debido a los graves problemas económicos y a la deficiente


organización de los gobiernos de América Latina, el medio rural ha sido
casi abandonado, ya que sus habitantes se marchan a las grandes ciudades en busca de mejores
condiciones de vida, ocasionando que esas zonas estén cada vez más despobladas.
Muchos de ellos deciden trasladarse a Estados Unidos, esperando resolver allá sus necesidades, lo que
no siempre sucede.
A las personas que llegan a un lugar para establecerse en él se les llama inmigrantes, y emigrantes a
los que abandonan un sitio para establecerse en otro.
La distribución de la población se presenta de forma muy desigual, provocando enormes
aglomeraciones en lugares como la ciudad de México, Caracas en Venezuela, Río de Janeiro y Sao Paulo
en Brasil, Lima en Perú, Bogotá en Colombia o Buenos Aires en Argentina.
Al abandonar su lugar de origen y ubicarse en las zonas urbanas, los emigrantes, en su gran mayoría,
no solucionan sus problemas, sino que los incrementan, ya que terminan asentándose en los suburbios
más pobres de la ciudad.
Asimismo, su presencia agrava las dificultades sociales y económicas que tienen que enfrentar las
autoridades y los residentes del medio urbano.
En la mayoría de los países latinoamericanos se han desarrollado núcleos urbanos que ofrecen un
mayor bienestar social, en comparación con sus zonas rurales. Esto ha ocasionado grandes movimientos
migratorios, tanto al interior como al exterior de los países, haciendo más complicada la labor de los
gobiernos por dotar a sus habitantes de beneficios y creando grandes contrastes en el modo de vida.
El crecimiento desmesurado de la población urbana, como efecto de la emigración del campo, ha
originado todo tipo de complicaciones como: el aumento de la contaminación, la necesidad de alimentar
a una población cada vez más numerosa, escasez de vivienda, falta de instalaciones sanitarias, la
carencia de empleos e insuficiencia de medios de transporte y en ensanchamiento de los llamados
"cinturones de miseria" o ciudades perdidas, donde no hay las mínimas condiciones de bienestar social
para sus moradores, ya que carecen de agua, drenaje y otros servicios de primordial necesidad.
Las construcciones son improvisadas, abundan las enfermedades y encuentran campo propicio la
delincuencia, la violencia el alcoholismo y la drogadicción.
Resolver esta problemática es un reto que requiere de una urgente solución y que deben enfrentar
tanto autoridades como ciudadanos.
LOS INDICADORES SOCIALES DEL BIENESTAR
Un indicador es una medida, un número, un hecho, una opinión o una percepción que señala una
situación o condición específica y que mide cambios en esa situación o condición a través del tiempo. Los
países que tienen mejor situación social y económica son llamados comúnmente: economías avanzadas,
países industrializados, países con mayor desarrollo económico y países del primer mundo.
Los indicadores permiten entender la realidad y analizarla, requisito imprescindible para tomar medidas
para intervenir en un sentido u otro. Es decir, que se necesitan indicadores que detecten las preferencias,
necesidades y prioridades de los ciudadanos para poder planificar correctamente la acción política. Debe
tenerse en cuenta sin embargo que los indicadores muestran la realidad de acuerdo con los parámetros
considerados validos dentro de la sociedad en la cual se enmarcan y que no son del todo objetivos.
No obstante, generalmente cuando se habla de indicadores de bienestar se hace referencia a
indicadores que capturan aspectos más directamente relacionados con la calidad de vida de las
personas, donde la conexión entre un determinado aspecto de la realidad y la vida de las personas es
más visible, como por ejemplo el grado de respeto de los derechos humanos u otros derechos y
libertades de orden menor, o el acceso a bienes y servicios considerados básicos. Los indicadores de
bienestar tratan de capturar de manera adecuada el estado de situación de una serie de factores que
participan o determinan la calidad de vida de la persona y que hacen que su existencia posea todos
aquellos elementos que dan lugar a la tranquilidad y satisfacción humana.
En unos casos se trata de indicadores sencillos que reflejan un determinado aspecto de la realidad
mientras que otros son agregados o compuestos (una combinación de varios indicadores) como, por
ejemplo, el Índice de Desarrollo Humano (IDH) que es una medición por país que combina
información de tres aspectos: la esperanza de vida al nacer, la educación y el nivel de ingresos. Se basa
en considerar vida larga saludable, nivel de educación y nivel de vida digno. Elaborado por las Naciones
Unidas y que combina
información sobre la esperanza de vida, sobre el acceso a la educación y sobre el nivel de renta y que
está inspirado en el enfoque de Amartya Sen sobre las capacidades.
Otro indicador agregado que trata de medir la calidad de vida y parecido al anterior es el Physical
Quality-of-Life Index (PQLI, Índice de Calidad de Vida Física) y que se obtiene haciendo el promedio de la
tasa de alfabetismo, la mortalidad infantil y la esperanza de vida a la edad de un año.
Los países en desarrollo se caracterizan por un conjunto de insuficiencias en comparación con los países
desarrollados.
Por lo general, se trata de: baja renta per cápita, altos indicies de analfabetismos, débil estructura
sanitaria, baja tasa de ahorro, estructura productiva desequilibrada definida por un peso excesivo de la
agricultura, elevadas tasas de desempleo estructural, fuertes diferencias en la distribución de la renta y
elevadas tasas de crecimiento de la población.
Las causas del subdesarrollo se pueden resumir en los puntos siguientes:
• Escases del capital físico
• Insuficiencia del capital humano
• Relaciones de dependencia entre países desarrollados y los subdesarrollados  Insuficiente
asignación de los recursos
Existen también desequilibrios macroeconómicos recurrentes, déficit fiscales, déficit de la balanza de
pagos, políticas monetarias expansivas y deuda pública elevada, inflación y dificultad de crecimiento.

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