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Patrimonio Cultural y Desarrollo Sostenible

El artículo evalúa el patrimonio cultural como un componente clave para el desarrollo sostenible en América Central, proponiendo pautas que integren acciones culturales y políticas con el progreso territorial. Se establece una relación teórica entre patrimonio y desarrollo sostenible, destacando la importancia de un enfoque que promueva la conservación y el aprovechamiento del patrimonio como recurso social. Además, se abordan modelos y estrategias viables para implementar esta relación en el contexto de los países centroamericanos, enfatizando la necesidad de un cambio de paradigma en la gestión del patrimonio y el desarrollo.

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Patrimonio Cultural y Desarrollo Sostenible

El artículo evalúa el patrimonio cultural como un componente clave para el desarrollo sostenible en América Central, proponiendo pautas que integren acciones culturales y políticas con el progreso territorial. Se establece una relación teórica entre patrimonio y desarrollo sostenible, destacando la importancia de un enfoque que promueva la conservación y el aprovechamiento del patrimonio como recurso social. Además, se abordan modelos y estrategias viables para implementar esta relación en el contexto de los países centroamericanos, enfatizando la necesidad de un cambio de paradigma en la gestión del patrimonio y el desarrollo.

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VOLÚMEN 7 | NÚMERO 13 | JUNIO 2022 |pp.

36 - 56 | ARTÍCULOS
URL: www.camjol.info/index.php/arquitectura
e-ISSN: 2518-2943 DOI: https://doi.org/10.5377/arquitectura.v7i13.14456
Universidad Nacional de Ingeniería e-mail: [email protected]
Facultad de Arquitectura

Patrimonio cultural y desarrollo sostenible: pautas para su


valoración en los países de América Central

Cultural heritage and sustainable development: guidelines for its valuation


in Central American countries

Suárez Bonilla, Brissa 1

Universidad Nacional de Ingeniería, Nicaragua


1

Universidad de Valladolid, España | Programa de Doctorado en Arquitectura


1

1
[email protected] / https://orcid.org/0000-0002-0418-8456
Recibido el 23 de marzo de 2022, aprobado el 16 de junio de 2022

RESUMEN | Este artículo tiene por objetivo realiza una valoración sobre el patrimonio
cultural, como componente fundamental para el logro del desarrollo sostenible, basándose en
planteamientos que surgen de la teoría social-cultural, y que permiten contrastar y relacionar las
intenciones funcionales entre estos dos aspectos. Para realizar el análisis, en un primer momento,
se caracteriza el modelo de desarrollo sostenible, estableciendo un vínculo de equivalencia
entre las dimensiones que integran el sistema social, cultural, económico político y espacial de
los territorios. En el ámbito de América Central, caracteriza enfoques, modelos, instrumentos,
oportunidades, como parte del marco para su aprovechamiento y para promover un desarrollo
centrado en las personas.
El modelo que promueve este estudio, suscita el análisis y cambios en cómo se concibe, planifica
y vive el territorio y el patrimonio. El cambio de paradigma en la relación patrimonio cultural,
territorio, desarrollo y sostenibilidad, igualmente cuestiona la idea tradicional de ver al territorio
como elemento opuesto que se enfrenta con su entorno y sus recursos.

PALABRAS CLAVE | Patrimonio cultural, Desarrollo sostenible, Valoración patrimonial,


Gestión patrimonial, América Central

ABSTRACT | The purpose of this article is to assess cultural heritage as a fundamental


component for the sustainable development, based on approaches that arise from social-cultural
theory, contrasting and relating the functional intentions between these two aspects. To carry
out the analysis, in a first moment, the model of sustainable development is characterized,
establishing a link of equivalence between the dimensions that integrate the social, cultural,
economic, political, and spatial system of the territories. In the Central American context, it
characterizes approaches, models and instruments, as part of the framework and opportunities
available to promote people-centered development.
The model promoted by this study, raises the analysis and changes in how territory and heritage

© Copyright 2022. Universidad Nacional de Ingeniería 36


Suárez Bonilla, B. | Patrimonio cultural y desarrollo sostenible: pautas ARQUITECTURA+
para su valoración en los países de América Central

are conceived, planned and lived. The paradigm shift in the relationship between
cultural heritage, territory, development and sustainability also questions the
traditional idea of seeing the territory as an opposing element that confronts its
environment and resources.

KEYWORD | Cultural heritage, Sustainable development, Heritage valuation, Heritage


management, Central America

1. Introducción
La gestión actual del patrimonio cultural (PC), está llamada a enfrentar los diversos desafíos
y oportunidades que ofrece el nuevo y variante escenario mundial. Al remitirnos al contexto de
actuación internacional, queda claro que el planeamiento integrado y estratégico es el camino hacia
la sustentabilidad. Castells (1997) nos recuerda que: “(…) la comprensión y la transformación
del mundo actual, multicultural interdependiente requiere de una perspectiva plural que articule
identidad cultural, interconexión global y política multidimensional” (p.53).
Este estudio se justifica, por la necesidad de valorar enfoques que integren las acciones y
políticas culturales con el progreso territorial, para lograr afrontar los retos urbanos actuales, que
permitan crear estrategias para un desarrollo más inteligente, sostenible y socialmente inclusivo.
Organización de las Naciones Unidad para la Educación, la Ciencia y la Cultura ([UNESCO], 2001)
entiende la relación entre el patrimonio y el desarrollo: “no solamente en términos de crecimiento
económico, sino también como medio de acceso a una existencia intelectual, afectiva, moral y
espiritual satisfactorio” (artículo 3).
Los países de América Central (Belice, Guatemala, Honduras, Costa Rica, El Salvador,
Nicaragua, y Panamá), se encuentran en vías de desarrollo y, por mucho tiempo han centrado sus
políticas de fomento en perspectivas de corte neoliberal, que favorecen los aspectos económicos.
Sin embargo, su variada riqueza, diversidad cultural y natural, representan una oportunidad para
afrontar sus retos y vulnerabilidades.
La cultura y su aceptación como parte del desarrollo es uno de los principales y más justos
desafíos actuales. Muchos países están reconociendo que la cultura desempeña un rol mucho más
importante, que el tradicionalmente asignado; su revalorización implica entre muchos aspectos:
evitar la exclusión social, conservar y promover las expresiones culturales, y aprovechar la cultura
como factor de desarrollo y cohesión social.
La Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana (2017), menciona como importancia
para el sector social y económico que:
El sector cultura, con sus actividades, productos y servicios, hoy agrupados bajo el
término de Economía Creativa, aporta sostenidamente al desarrollo económico, dinamiza
la generación de empleos, articula el territorio y permite cerrar brechas de género, temas
por los que se posiciona como un sector productivo de alto potencial de cara al desarrollo
sostenible y los [objetivos de desarrollo sostenible] ODS (p.8).
Lo expuesto anteriormente, facilita asignar al patrimonio un valor como bien o factor de
desarrollo que nace de la cultura, posibilitando la competitividad de un área o un territorio. El

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patrimonio cultural, como componente del desarrollo, adquiere mayores oportunidades de lograr
transformar su propia realidad y de proveer beneficios comunes.
El objetivo de este estudio es definir pautas que permiten valorar al patrimonio cultural como un
componente fundamental para alcanzar el desarrollo social, económico y sostenible en los países
de América Central (AC). En un primer momento se construye una relación teórica entre ambos
términos: patrimonio cultural y desarrollo sostenible.
Posteriormente se indaga sobre los principales instrumentos y alcances, que han concretado
esta relación, para finalmente registrar algunos modelos que, de acuerdo con el contexto, resultan
viables de implementar para el logro de la sostenibilidad. Se plantea un cambio en la valoración del
propio patrimonio, hasta retomar diversos enfoques como: capacidades, creatividad, innovación, y
gestión integrada y sostenible.

2. Método
El enfoque metodológico utilizado en la investigación es naturalista o cualitativo. El fenómeno:
el patrimonio cultural como factor de desarrollo sostenible, fue comprendido a través de la realidad
observable que aporta el marco teórico, jurídico y metodológico. Así mismo, se considera que el
trabajo tiene un alcance explicativo, ya que este se centró en conocer cómo y en qué condiciones se
manifiesta el fenómeno. “Estos estudios van más allá de la descripción de conceptos o fenómenos,
del establecimiento de relaciones entre conceptos; es decir, están dirigidos a responder por las causas
de los eventos y fenómenos físicos o sociales (…) relacionan dos o más variables” (Hernández-
Sampieri, et al, 2006, p.108).
El instrumento de recolección de datos utilizados en la presente investigación, y en función
de los criterios previamente definidos, fue: la investigación documental. El análisis documental
se realizó con base en el sustento teórico que orienta el desarrollo y el establecimiento de pautas
valorativas. Esta técnica también se ocupó, para identificar las principales propuestas y estrategias
de integración del PC, con el enfoque de desarrollo sostenible.
Para la realización del análisis se establecieron variables que, a nivel exploratorio, permitieran
corroborar la hipótesis de relación necesaria entre patrimonio y desarrollo: 1) propósitos del
desarrollo sostenible, 2) propósitos del patrimonio cultural, 3) intenciones comunes, 4) tratamiento
de los mecanismos y acciones existentes, 5) indicadores de valoración patrimonial, 6) enfoque y
modelos de integración.
Siendo el desarrollo un proceso de adaptación y mutación socio-cultural, el fenómeno se
focaliza principalmente, en el estudio de las perspectivas teóricas, y en los mecanismos y acciones
que nacen de iniciativas globales. Teniendo un marco general, se situó su utilidad práctica, con la
selección de pautas viables para el desarrollo en los países de América Central.
Para el estudio de los propósitos e intenciones del patrimonio cultural y el desarrollo, se recurrió
a identificar la fundamentación de los conceptos, sus complejidades, vigencias y funciones actuales.
Siendo parte del método comparativo “la explicación de la complejidad de relaciones causales”
(Colino, 2009, párr. 5), se seleccionó como elemento constitutivo de la relación patrimonio cultura
– desarrollo sostenible, un enfoque de integralidad del desarrollo que permite la comprobación
de las conexiones causales entre: sostenibilidad social, cultural, económica, política y espacial,

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a través de las relaciones de equivalencia y sus propiedades (Wólfram MathWorld, s.f; Aguayo y
Soriano, 1992).
Posteriormente, se procedió a realizar una clasificación de los instrumentos de valorización del
patrimonio cultural y de sus formas de reconocimiento, para identificar de qué manera éste orienta
el desarrollo, así como, sus principales fuentes de importancia desde la función social.
Finalmente, se presentan modelos y perspectivas como marco de aprovechamiento del
patrimonio cultural, como componente esencial del desarrollo, enfatizando en algunos riesgos
y oportunidades que supone su admisión. Estos fueron seleccionados teniendo en cuenta: 1)
congruencia con el enfoque de desarrollo sostenible asumido, 2) viabilidad política e institucional (a
partir del tratamiento y postura actual del Sistema de Integración Centroamericana), 3) capacidades
individuales y colectivas de los países de AC, 4) permeabilidad y adaptabilidad de los modelos, 5)
conocimiento de buenas prácticas y experiencias exitosas.

3. Resultados
Avanzar hacia articular el patrimonio cultural con la visión de desarrollo, ha significado
establecer nuevas pautas para su valoración y apropiación. El patrimonio adquiere importancia y
reconocimiento a partir del valor que le atribuye la sociedad, por tanto, su utilidad y apropiación
como recurso, no es igual en todos los grupos, depende como cualquier factor social y cultural,
de un sin número de aspectos, asociados con: elementos históricos, valores, creencia, símbolos,
medios y recursos, entre otros.
Una primera aproximación a la teoría, con la intención de agrupar conocimientos sobre el
patrimonio cultural y su campo de aplicación con el desarrollo, pone en manifiesto datos comunes
que dan sentido a tan necesaria asociación. En primer lugar, ambos conceptos comparten en esencia,
una razón común; conservar. Tanto el desarrollo sostenible como la conservación patrimonial, han
estado orientados a la preservación, con la diferencia de que el primero -el desarrollo sostenible- se
ha centrado principalmente en la protección de los recursos naturales, mientras que el patrimonio
cultural se basa en los bienes materiales e inmateriales que son considerados socialmente, e
independiente de la utilidad que tengan, como dignos de salvaguardarse (Prats, 1998, p.63).
Como bien se ha cuestionado el desarrollo sostenible, es un concepto por mucho impreciso
y ambiguo que persigue como deseo el desarrollo, pero que aún trabaja en concretar los medios
para conseguirlo (López, 2020, p.25). Para Herman Daly1 y la Cumbre Mundial de 2005 (citados
por López, 2020) el desarrollo sostenible se alcanza a través de la gestión de los recursos, y el
equilibrio de tres criterios: la cohesión social, el crecimiento económico y la conservación de los
recursos, y el medio ambiente (p.27).
El desarrollo sostenible contempla diferentes tipos de sostenibilidad: social, económica, espacial,
cultural, política (Sachs (s.f), citado en López, 2020, p.28), siendo interesante en este caso, como
los medios -llámese recursos, dimensiones, desarrollo deseable, fuentes, sistemas, etc.- son los
que justifican el fin. Es decir, desde esta visión, alcanzado la sostenibilidad de las dimensiones que
integran el medio natural y social, se consigue el desarrollo sostenible.
1 Economista ecológico estadounidense, perteneció al departamento de Medio Ambiente del Banco Mundial (1988-1994).
Galardonado con por el Right Livelihood Award , el Heineken Prize, el Royal Netherlands Academy of Arts and Sciences, Sophie
Prize , entre otros.

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Al parecer, al menos, desde la teoría del desarrollo sostenible, se valora a la cultura y lo


social, como objetos deseables de la sostenibilidad. Se entenderá a la cultura como patrimonio,
cuyo “contenido son fundamentalmente recursos” (García, 1998, p.14) algunos heredados, otros
modificados y adaptados, unos nuevos adquiridos, pero finalmente todos utilizados para sobrevivir
(p.14). La utilización patrimonial de la cultura, como forma de vida, significa dar protagonismo a
los seres humanos y su medio social, sin abstraerla de la realidad, conservando su esencia colectiva
y su valor de utilidad (García, 1998, pp.14-15).
Mantener el concepto de patrimonio cultural asociado al fenómeno cultural y los elementos
culturales, es absolutamente importante, su separación de dominios: patrimoniales y culturales,
desde la visión de García (1998) conlleva a que sus propósitos, actores y gestores sean diferentes
(p.16), conduciendo a que el patrimonio cultural se convierta en un discurso, un símbolo, un
mensaje, pasando de la “interdependencia social a la interdependencia comunicativa” (p.16).
Sin duda, lograr vincular al patrimonio cultural con un “método para resolver problemas
globales”, tal como define el desarrollo sostenible Sachs (2015, p.17), significa devolverle sus
atributos culturales, su condición como recurso básicamente social, como “fenómeno social,
histórico y concreto” (García, 1998, p.19), capaz de adquirir un sin número de dimensiones con las
mismas posibilidades que se hace con otros objetos sociales (p.19).
Desde su naturaleza como recurso, el patrimonio cultural está en la misma capacidad que
cualquier otro elemento, de aportar a las intenciones del desarrollo sostenible, de ofrecer garantías
de supervivencia y convivencia sana a los seres humanos. Siendo convencionales, posiblemente,
los esfuerzos alrededor de incorporar al patrimonio cultural dentro del marco normativo y
político global, responden a la preocupación por su propia conservación, ante un escenario de alta
complejidad y amenazas. Desde una visión un poco más holística, lo que se pretende es aprovechar
todo con cuanto contamos, para reinventar y adaptarnos a las nuevas demandas.
La sostenibilidad del patrimonio cultural es equivalente con el desarrollo sostenible
El vínculo entre el patrimonio cultural y el desarrollo sostenible, no se limita a la variable
oportunidad, o, a correlaciones coyunturales, donde el patrimonio cultural puede ser, por ejemplo,
un vehículo para mejorar los niveles de gobernanza en un grupo social. La intención es consolidar
una postura que valide un tipo de relación causal, así como sus efectos; relegando la posibilidad de
omitir o prescindir de esta conexión.
Aunque entender las causalidades entre estos dos aspectos u otras dimensiones sociales, es
sumamente complicado, sobre todo si se quiere generalizar un aspecto ( sostenibilidad del
patrimonio cultural) que, en efecto varía de acuerdo a la cultura, avances tecnológicos, apropiaciones
y voluntades, no se puede omitir, que parte del proceso pasa por verificar cuestiones que indiquen
que: a mayor o menor sostenibilidad cultural, mayor o menor desarrollo sostenible; o interrogantes
más precisas, tal como: ¿hay modo de lograr el auténtico desarrollo sostenibilidad, sin lograr la
sostenibilidad de los diferentes ámbitos que intervienen en un medio social?.
Siendo el patrimonio cultural parte de la sostenibilidad socio- cultural deseada, y proyectando
elementos -fines y propósitos comunes- que permitan comprobar su vinculación, este trabajo
retoma las relaciones de equivalencia, para definir que todos los elementos (ambientales, sociales,
económicos, culturales, políticos, etc.) partes del conjunto – siendo en este caso el desarrollo de un

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territorio-, son equivalentes entre sí y coinciden en propósitos con el conjunto entero.


Aplicando las relaciones de equivalencia entre, el desarrollo sostenible y el patrimonio cultural,
y teniendo en cuenta que ambos partes de un entorno físico y social, se tiene que:
1) R⊂ X x X
Siendo R la relación, y X el conjunto donde se define la relación.
2) Se dice que dos elementos están en relación, si se relacionan entre sí. Sustituyendo en este
caso;
Las variables se definen como: a = sostenibilidad cultural y patrimonial
b= desarrollo sostenible
Sabemos por definición teórica que ambos elementos están relacionados, y que el desarrollo
sostenible integral, contempla diferentes tipos de desarrollo, incluyendo el desarrollo social y
cultural (Sachs, citado por López, 2020, p.28), es decir:
(a, b)∈R ↔a R b,
“a” y “b” tienen un tipo de relación
3) Primero, se cumple con la propiedad reflexiva ya que, a R a (a se relaciona con a); es decir, un
tipo de sostenibilidad cultural y patrimonial se relaciona con otro tipo idéntico de sostenibilidad
cultural y patrimonial.
4) Segundo, basados en la propiedad fundamental de relación simétrica:
aRb⟹bRa
Si “a” se relaciona con “b”; “b” se relaciona con “a”;
Es decir, si el desarrollo cultural y patrimonial, se relaciona con el desarrollo sostenible; el
desarrollo sostenible también se relaciona con el desarrollo cultural y patrimonial.
5) Y por último por la aplicación de la propiedad transitiva:
a R b, b R c⟹ a R c;
en donde “c” puede asumir diferentes tipos de sostenibilidad: sostenibilidad económica,
o sostenibilidad política, o sostenibilidad espacial, entonces:
Si la sostenibilidad cultural y patrimonial se relaciona con el desarrollo sostenible, y si el
desarrollo sostenible se relaciona con la sostenibilidad económica, entonces la sostenibilidad
cultural y patrimonial, se relaciona con la sostenibilidad económica (o con la sostenibilidad
política o con la sostenibilidad espacial).
Este planteamiento solo muestra relaciones condicionales basadas en una misma clase de
estímulo: la sostenibilidad. La existencia y validez conceptual de uno (sostenibilidad del patrimonio
cultural), depende de la existencia y validez conceptual del otro (desarrollo sostenible); por tanto,
la clave que valida esta postura está en: las intenciones de la sostenibilidad. Los propósitos del

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patrimonio cultural, digamos, sin el apellido de la sostenibilidad, no necesariamente se relaciona


con el paradigma del desarrollo sostenible, ya que las motivaciones pueden estar ligadas únicamente
a actividades simbólicas.
Algunos instrumentos de valorización del patrimonio cultural como componente esencial
para el desarrollo
El largo camino conceptual que ha llevado a entender el patrimonio como algo más que un
objeto que se debe preservar, ha estado directamente ligado con la herencia y los procedimientos
de protección, que los diferentes países y culturas han adoptado como práctica universal. La
Convención sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural (Conferencia General
de la Organización de la UNESCO, 17 de octubre al 21 de noviembre de 1972) forma parte de
las primeras iniciativas mundiales que reconocen la diversidad y universalidad del patrimonio,
abriendo un poco más las visiones, campos de actuación y aplicabilidad a los diferentes países y
continentes.
Las Normas de Quito (UNESCO, 11 de marzo de 1977) incorpora pautas para la revalorización
de los bienes patrimoniales en función del desarrollo económico y social, estableciendo esta
relación como vital, para su adecuada conservación. Le siguen otros importantes instrumentos, que
de distintas formas contemplan esta relación, estos son: Carta de Toledo (Consejo Internacional de
Monumentos y Sitios[ICOMOS], 1986): Carta internacional para la conservación de las ciudades
históricas y Carta de Washington (ICOMOS, octubre de 1987), la Declaración de San Antonio
(Comités Nacionales de ICOMOS en las Américas, 1996), Carta de Cracovia (Participantes de la
Conferencia Internacional sobre Conservación Cracovia, 2000): Principios para la conservación y
restauración del patrimonio construido, la Declaración de Xi’an sobre la conservación del entorno
de las estructuras, sitios y áreas patrimoniales (ICOMOS, 21 de octubre 2005), Declaraciones
sobre Nuevas Aproximaciones a la Conservación Urbana (Red Académica de trabajo propuesta por
UNESCO, 4 al 6 de junio de 2006).
Como se puede constatar, una extensa lista de convenciones, informes, y acuerdos internacionales,
forman parte de los mecanismos que establecen acciones para la conservación del patrimonio
cultural, sin embargo, muchos de ellos enfatizan en la preservación del objeto material aislado.
Destacan entre los documentos que vinculan la cultura con el desarrollo: la declaración del Decenio
Mundial para el Desarrollo Cultural 1988-1997 (UNESCO, 3 al 14 de junio, de 1990), que establece
como prioridades de acción, el reconocimiento de la dimensión cultural en el desarrollo, a través
de actividades de investigación, estudios, reuniones y proyectos que permitieran sistematizar
conocimiento sobre la interrelación entre la cultura y el desarrollo (área clave N.1, p.9).
De igual forma se encuentra, Nuestra Diversidad Creativa (Comisión Mundial de Cultura y
Desarrollo, 1997) que señala a la cultura como el objetivo del desarrollo “en el sentido de realización
de la existencia humana”, y al patrimonio cultural al servicio del desarrollo (p.17). Por otra parte,
la declaración de Budapest (Comité del Patrimonio Mundial, 24 al 29 de junio 2002), declara al
patrimonio como un instrumento del desarrollo sustentable de todas las culturas, siendo un desafío
garantizar la conservación, sustentabilidad, desarrollo equilibrado y equitativo (inciso 3).
Desde los acuerdos ambientales, la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo
(Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, 1992), es una de
las primeras en integrar tácitamente en sus principios, valoraciones socio-culturales, tales como:

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justicia social, tradiciones, identidad, cultura y preferencias (principio 22).


Con la aprobación de la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible (Comisión económica para
América Latina y el Caribe [CEPAL], 2016), se incluyen por primera vez la cultura, en el objetivo
11 denominado Ciudades y Comunidades Sostenibles. Esta propuesta es un aporte fundamental para
sustentar la relación intrínseca que existe entre los modelos de desarrollo de las sociedades y sus
recursos, retomando valores conservacionistas de los recursos naturales y culturales patrimoniales.
Otras directrices de gran relevancia para el aprovechamiento de cultura como sostenibilidad,
es la Nueva Agenda Urbana adoptada en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda
y Desarrollo Urbano Sostenible (octubre 2016). Aquí, se integran los procesos de identificación y
salvaguardia del patrimonio cultural, considerándolos como factores de desarrollo.
Aceptar el desarrollo, es cambiar en la práctica cómo se valora el patrimonio
En materia de patrimonio cultural todo inicia con su identificación, reconocimiento y valoración,
esto motiva y permite desarrollar acciones más integrales. De manera general el patrimonio cultural
se reconoce por su valor o sus cualidades materiales: estéticos- formales, y por las cualidades que
sobrepasan su dimensión material, como son: los valores históricos, simbólicos y su valor de uso.
Otorgar este último valor, es por mucho todavía un desafío.
i Hernández, et al. (1996) utilizan el concepto valor efectivo, para establecer condiciones de
relación entre: la cualidad añadida a los recursos, las circunstancias sociales, el tiempo y la manera
en que se asumen las cosas, aseverando que estas varían y son posibles, de acuerdo a la actividad
económica que prevalece, las ideas, gustos y creencias (p.215). Desde este planteamiento el valor
no es algo inherente al recurso, es una categorización añadida o reconocida.
Figura 1: Valores reconocidos en el patrimonio cultural

Nota. Elaborada por la autora (2022), basado en i Hernández, et al. (1996), pp.216-221

Usualmente el componente social es tratado de manera tangencial como un aspecto que toca
o interfiere en el valor de uso y en el valor simbólico. Sin embargo, para aceptar al patrimonio
cultural como parte esencial del desarrollo sostenible, no basta con reconocer el aspecto social,
es necesario concretar acciones que aporten a dar garantías de convivencia y sobrevivencia a los
grupos. Para este trabajo significa estipular una valoración social del patrimonio cultural basados
en las significaciones y uso.

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Lo anterior se materializa al “considerar los principales constructos simbólicos que relacionan


a las personas con los bienes culturales: identidad, memoria, la cohesión social, la distintividad
(…) la estima, la actitud (…)” (Salinas, 2020, p.306). Para Leyton (2003), el valor del patrimonio
cultural está asociado con los colectivos, es decir “el patrimonio vale para el grupo social y no al
revés” (p.48).
El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios / Australia (19 de agosto de1979), es una
de las primeras referencias que introduce como valor la significación cultural y como parte de
ella valores sociales, así como: las asociaciones, significados, objetos relacionados, además de los
usos compatibles, la significación cultural y las asociaciones entre la gente y el sitio (Articulo 1,
inciso, 1.2,1.10 y1.15). Para Johnston (2017) es este Consejo, el que define la valoración social, al
reconocer que “la significación cultural yace con la comunidad” (p.7).
Este mismo autor señala como indicadores de significación social, que ayudan a caracterizar el
valor social del patrimonio e integrarlo a las prácticas de desarrollo sostenible a: la importancia
desde la distinción para la comunidad o grupo, la importancia por ser un punto de referencia para
la identidad, el apego por uso o asociación, y su representación simbólica (Johnston, 2017, p.17).
Otras valoraciones de tipo social, sobre el uso del patrimonio cultural, confiere al carácter
ideológico que este tiene, y a su vinculación con las relaciones de poder. i Guasch (2015) recuerda
que, en la ciudad, el uso del patrimonio encierra relaciones de poder sobre el espacio, logrando
la privatización de espacios públicos, y anulando derechos básicos de las poblaciones sobre la
propiedad y libre circulación. De igual forma, parte del discurso se vuelve un tanto positivo,
cuando es utilizado para fomentar la sensibilidad y solidaridad ciudadana, actuando como elemento
innovador de la ciudad (pp.79-81).
Ahora bien, hay marcadas diferencias temporales y culturales, entre el valor que socialmente se
le otorga al patrimonio y el valor que adquiere el patrimonio como mecanismo social en la dinámica
contemporánea. Es así que, el valor social del patrimonio está configurado según Dans y González
(2019) por las dimensiones que surgen del apego colectivo, a través de cuatro dimensiones:
existencia, estética, economía y legado (citados en Parga- Dans et.al, 2021, p.677), el patrimonio
es patrimonio por ser valioso (Barreiro, 2012, p.36).
Por tanto, el patrimonio cultural atraviesa constantemente un proceso social de “objetivación y
subjetivación de valor” (Barreiro y Parga-Dans, 2013, p.6), este proceso para García Canclini (1999)
es objeto de diferentes usos en donde se vincula al patrimonio con variadas redes conceptuales
(p.16), produciéndose constantes mutaciones sobre el valor del patrimonio.
La forma en que se asume el patrimonio cultural y se incluye como parte de las políticas de
desarrollo humano, “puede variar desde ser un factor principal, hasta un efecto inercial y no
intencional” (Barreiro y Parga-Dans, 2013, p.14), esto según las dimensiones de valorización que
se retomen, las cuales pueden ser: educativa, económica-como sector productivo y catalizador de
otras actividades económicas-, política-asociativa y estética (p.14).
En consecuencia, valorar el patrimonio cultural como componente esencial del desarrollo
social, significará “atender a las acciones concretas que reclaman el entrecruzamiento de todas
las condiciones de valor con las distintas fases de la cadena de valor” (Barreiro y Parga-Dans,
2013, p.15), es decir aprovechar íntegramente todas las dinámicas, condiciones, particularidades,
gustos e iniciativas que surgen de los colectivos, a través de un proceso democrático y participativo

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Suárez Bonilla, B. | Patrimonio cultural y desarrollo sostenible: pautas ARQUITECTURA+
para su valoración en los países de América Central

(García Canclini, 1999, p.24).


Marco de aprovechamiento del patrimonio cultural, como componente esencial del
desarrollo, en el territorio centroamericano: modelos y perspectivas
Como se ha podido constatar en los apartados anteriores la simple conjugación operativa de
las variables patrimonio y desarrollo, son un gran reto para la gestión y administración de los
sitios. Suponiendo que su vinculación es totalmente asumida, lo cual en algunos casos resulta
una total utopía, ya que actualmente existen modelos que consideren al patrimonio cultural como
componente esencial del desarrollo, al menos en una etapa conceptual.
El modelo de desarrollo asumido en los países de América Central proviene inicialmente -primera
mitad del S.XX-, del planteamiento de organizaciones internaciones como la Comisión Económica
para América Latina (CEPAL) y se caracterizó por la implementación de un sistema primario
exportador, que posteriormente fue evolucionando en diferentes escalas de industrialización (Pérez,
2010, pp.47-48).
Sin intenciones de profundizar en el recorrido, causas y efectos del desarrollo dependiente y el
subdesarrollo de Latinoamérica y Centroamérica en particular, hay un planteamiento específico
que emerge de la adopción de políticas sesgadas al funcionamiento e intereses globales, y es la
incapacidad de este modelo, para superar lo que Pérez (2010) llama : “sociedades nacionales
autónomas que superen el retraso social y la dependencia científica, tecnológica, financiera,
comercial y cultural” (p.57).
El desarrollo como crecimiento económico se ha presentado por mucho tiempo en cifras o
indicadores de crecimiento económico, que no develan la inequidad, marginalidad y subordinación
de los países; el desarrollo desde el punto de vista económico matiza fuertes contradicciones de
orden ambiental y social, desencadenando una serie de efectos negativos que atenta contra la propia
supervivencia de los seres humanos.
El desarrollo sustentable es un modelo equilibrado que articula la eficiencia, la justica social
distributiva y la preservación del medio ambiente (Pérez,2010, p.69), pero, ¿cómo se logra poner
en marcha sus propósitos?, ¿con que mecanismos y activos se cuenta para lograr el bienestar y la
mejora en la calidad de vida?
Retomar la cultura y el patrimonio cultural como parte esencial del modelo de desarrollo
sostenible, es más que una alternativa para un proceso que busca equilibrar y enfatizar sus acciones
en los seres humanos. Este estudio explora algunos planteamientos que, a diferentes niveles, dan
cabida a la dupla patrimonio cultural y desarrollo sostenible, además de representar una oportunidad
para los países de América Central, considerando su diversidad cultural, así como, las carencias y
demandas sociales a partir de:
Enfoque de capacidades
Pérez (2010) retoma a Sen (2000), al mencionar como alternativa para propiciar el desarrollo el
“fomento de las capacidades humanas” (p.102). Las capacidades en términos de desarrollo humano,
está enmarcado en función de lo que las personas pueden “ser” y “hacer” (Ul Haq, 1995, pp.5-8),
esto implica considerar las especificidades socio-culturales y cualidades colectivas.
En el plano de la acción, este enfoque acepta las capacidades auténticas de los grupos sociales

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y sus recursos socio-culturales, como propósitos a lograr, pero también como mecanismos para
alcanzar otros objetivos (ver figura 2), adquiriendo la dimensión de capital social, que consiste en:
“la reevaluación de los vínculos entre la cultura y el proceso de desarrollo” (Pérez, 2010, p.106).
Basados en el enfoque integral de capacidades que se abre a dimensiones como: oportunidades,
derechos humanos, democracia, garantías sociales, acceso a la educación y servicios en general
(Pérez, 2010, p.102), el desarrollo sostenible deberá, entre otros aspectos: a) valorar las capacidades
actuales (materiales y no materiales) que nacen del capital cultural, b) identificar las relaciones y
vinculaciones que surgen entre los objetivos de desarrollo, c) aprovechar los sistemas simbólicos
para la integración y gobernanza, d) priorizar acciones de gran impacto en función de las capacidades,
e) respetar el valor de cada elemento que integra el sistema social.
Figura 2: El patrimonio cultural como objetivo y mecanismo del desarrollo sostenible para el enfoque integral de
capacidades
Objetivos

Desarrollo sostenible Sociales, económicos,


culturales,
ambientales.
Mecanismos

Objetivos socio-culturales, económicos y ambientales


Para lograrlo

Utiliza los sistemas simbólicos Se acompaña del capital social Impulsa

Pertenencia, solidaridad, Redes culturales locales - Impulsa la democracia y


identidad cohesión social gobernabilidad social

Patrimonio Cultural

Nota. Elaborada por la autora (2022), basado en Pérez (2010), pp.105-109.

Creatividad
En un escenario global de marcadas diferencias estructurales y una economía en desarrollo,
la UNESCO promueve desde hace unos años el fomento de la creatividad en sus diferentes
expresiones, como un recurso común, renovable e ilimitado, crucial para el desarrollo inclusivo.
Este enfoque basado en la creatividad incentiva un conjunto de buenas prácticas en las que, se
potencia la creación artística, la innovación y el aprendizaje (s.f).
La Asamblea General de Naciones Unidas declaró el 2021 como el Año Internacional de la
Economía Creativa para el Desarrollo Sostenible, reafirmando la necesidad de promover el
crecimiento económico inclusivo, y a la economía creativa como: “una actividad económica
basada en el conocimiento y la interacción entre la creatividad humana y las ideas (…) así como los
valores culturales o el patrimonio artístico o cultural u otras expresiones (…)” (27 de septiembre
2021, p.2).
Al identificar la creatividad como factor estratégico del desarrollo sostenible, el potencial
humano se convierte en un aspecto clave para influir en la transformación positiva de su entorno.
Las estrategias creativas se vinculan con: las industrias creativas, como iniciativas en las que se

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involucran sectores de arte, tecnología y cultura, y la iniciativa de ciudades creativas que pone en
valor el impacto creativo de las ciudades.
La Dirección de Inteligencia Económica de la Secretaría de Integración Económica
Centroamericana ([SIECA], 2015), plantea como desafíos para la región centroamericana
la consolidación de pautas de desarrollo humano basado en el progreso social y la innovación
productiva (p.2). Visualiza la economía naranja como un motor de desarrollo, en torno a actividades
artísticas tradicionales y patrimoniales, e industrias convencionales (p.3).
La economía naranja en América Latina en el 2013, se muestra como la séptima economía más
grande de la región con, 175 miles de millones de dólares, y un peso económico similar al producto
interno bruto (PIB) de Centroamérica, que para entonces era de 173 miles de millones de dólares
(Dirección de Inteligencia Económica de la SIECA, 2015, con datos de Buitrago y Duque, p.7).
Los ámbitos de análisis entorno a la económica naranja o creativa realizados por el SIECA,
se basan en análisis económicos, importaciones, exportaciones y generación de empleo, faltando
destacar su incidencia a escala socio-cultural, sin embargo, corresponde a los países de América
Central adoptar una propuesta de política pública de desarrollo.
A continuación, se muestra el modelo de desarrollo para apoyar la economía naranja en la región
centroamericana:
Tabla 1: Ejes y acciones para apoyar la economía naranja en la región centroamericana

Ejes Acciones-propósitos
Instituciones -Construcción de Cuentas Satélites de cultura.
-Promover programas de cooperación.
-Destinar fondos para la investigación e innovación para el desarrollo de las cadenas de
Información valor.
-Fomentar la seguridad jurídica.
-Establecer mecanismos de apoyo a la gestión.
-Desarrollar programas de fortalecimiento y asistencia técnica.
Industria
-Mejora y acceso al financiamiento.
-Promover programas asociativos.
-Aumentar inversión para crear y mejorar infraestructura de apoyo a la cultura.
Infraestructura
-Fomento a través de programas educativos.
-Incentivar modelos de negocios y emprendimientos.
-Crear clusters creativos.
Integración -Desarrollar actividades de carácter cultural.
-Desarrollar programas de certificación regional.
-Establecer proyectos de desarrollo rural ligados al patrimonio cultural.
Inclusión
-Desarrollar centros de capacitación técnicas en zonas con vulnerabilidad social.
-Establecer mesas de diálogos con los actores, para el desarrollo de políticas públicas.
Inspiración
-Organizar regionalmente mesas cooperantes.

Nota. Elaborado por la autora, 2022, basada en Dirección de Inteligencia Económica de la SIECA (2015), pp.10-11.

Es importante mediar el curso que puede tomar este modelo de desarrollo, frente a: la
priorización de las industrias creativas convencionales, el desplazamiento de las actividades

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relativas al patrimonio cultural, la comercialización del patrimonio, los desafíos de conservación y


preservación, entre otros aspectos.
El patrimonio cultural para el desarrollo sostenible, desde la visión de creatividad de UNESCO
(s.f) permite: a) identificar ámbitos y temas del patrimonio cultural ( quizás no valorizados), b)
fomentar el comercio y el turismo con enfoque sostenible, c) generar nuevos puestos de trabajo, d)
aumentar la participación de los actores y gestores culturales, e) comprometer la inversión pública
con el ámbito cultural y creativo, f) proteger y promover las industrias culturales, g) formalizar y
empoderar sectores socio-culturales, g) optimizar recursos, h) emprender acciones de protección y
promoción innovadoras, entre otras posibilidades.
Al implementar este enfoque, es transcendental mantener una postura equilibrada entre la
generación de beneficios económicos, y su contribución al desarrollo equilibrado y sostenible, así
como, enfocarse en el logro de los propósitos particulares y locales, conjuntamente discutidos.
Innovación
Como enfoque para el logro de la sostenibilidad y el desarrollo, la innovación se convierte en
el medio principal para lograr operativizar y concretar acciones. A través de la investigación y el
desarrollo pueden surgir una serie de ideas, productos o procesos que verdaderamente propicien el
bienestar humano (Barreiro y Parga-Dans, 2013, pp.7-8).
La innovación forma parte de la historia humana, es inherente a la cultura y a su propia
sobrevivencia. Barreiro y Parga-Dans (2013) mencionan que, buena parte de la innovación proviene
del valor cognitivo del patrimonio, como fuente de información y conocimiento (p.11), es decir,
hay casos donde la innovación es posible por el rescate cultural.
El índice Mundial de Innovación (2021), presenta una clasificación mundial de ciento treinta
y dos economías según su nivel de innovación, sobre la base de ochenta y uno indicadores. Entre
los aspectos que considera, se encuentran: el componente institucional, el capital humano y la
investigación, elementos asociados a la infraestructura, la economía y el mercado, los avances en
negocios, productos de conocimiento y tecnología, resultados creativos dentro del cual figuran los
servicios culturales creativos. Según estos indicadores de medición de innovación, los países de
América Central se encuentran en el siguiente orden:
Tabla 2: Posición de los países centroamericanos, según el Índice de Innovación Global 2021.
Posición en la Región
País Puntaje Posición mundial
Latinoamericana
Belice No incluido
Costa Rica 34.5 56 3
El Salvador 25.0 96 14
Guatemala 24.1 101 16
Honduras 22.8 108 18
Nicaragua No incluido
Panamá 28.0 83 10

Nota. Elaborado por la autora, 2022, basada en la información de la Organización Mundial de la Propiedad
Intelectual, 2021, p.4.

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Como se observa en la tabla 2, a nivel mundial, Costa Rica ocupa posición número 56, seguido
por Panamá en el lugar 83, luego el Salvador en la posición 96, y posteriormente Guatemala y
Honduras ocupando los lugares 101 y 108, respectivamente. Costa Rica es el país con mejor puntaje
y posición global. A nivel Latinoamérica sobresale en la posición 3 después de Chile y México
(Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, 2021, p.3).
A pesar de que los datos globales y regionales comprueban grandes retos que tienen los países
de la región, se cuenta con una serie de herramientas funcionales para el desarrollo sustentable y el
patrimonio cultural a través de la innovación, estas son: planes nacionales de ciencia, tecnología
e innovación, programas de fomento a la innovación a través de las instituciones de educación
superior, programas de fomento de la creatividad y de la cultura innovadora y emprendedora,
incentivos fiscales que pueden ser utilizados para propósitos de innovación, programas e iniciativas
para fomentar y popularizar la ciencia, la tecnología y la innovación, entre otros instrumentos
(CEPAL, 2013, pp.66-68).
La innovación como medio de articulación entre el patrimonio cultural y como componente
del desarrollo sostenible facilita : a) actividades científicas de preservación de valores y atributos,
b) retomar saberes asociadas al medio y condicionantes existentes, c) atender nuevas demandar
y retos sin menoscabo de los bienes patrimoniales, d) establecer prácticas que permitan una
mayor democratización de los recursos y bienes patrimoniales, e) innovar en medios y métodos
de organización social, f) establecer formas de adaptación climática, g) aprovechar el potencial
económico (Vergara, 27 de septiembre 2021, p.3), h) incluir diferentes sectores y apoyar el
emprendimiento (p.3).
Gestión integrada y sostenible
La visión de planificar integralmente, nace y crece en el seno de grandes transformaciones
sociales y ambientales (que iniciaron en los años setenta), en donde la ciudad se convierte en la
principal fuente de demanda y consumo de los territorios, y en donde se incorporan los escenarios
más críticos en términos ambientales y sociales.
UNESCO (2014), establece que:
Hoy en día el patrimonio cultural está intrínsecamente ligado a los desafíos más acuciantes
a los que se enfrenta toda la humanidad, que van desde el cambio climático y los desastres
naturales (tales como la pérdida de biodiversidad o del acceso a agua y alimentos seguros),
a los conflictos entre comunidades, la educación, la salud, la migración, la urbanización, la
marginación o las desigualdades económicas. Por ello se reitera que el patrimonio cultural
es “esencial para promover la paz y el desarrollo social, ambiental y económico sostenible”.
(p.132)
El modelo de gestión integrada confiere a distintas escalas de planificación estratégica, en
relación al desarrollo sostenible y el aprovechamiento del patrimonio socio-cultural, concede
importancia en los niveles regionales, nacionales, locales y sectoriales. El Sistema de Integración
Centroamericano (SICA), es un marco institucional creado en 1991, por los Estados de Costa Rica,
El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá que posteriormente integra a Belice y
República Dominicana, como un espacio más efectivo para promover en la región la paz, libertad,
democracia y desarrollo.

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Desde este macro nivel de organización, se consolidan algunos instrumentos que rigen los
procesos de gestión integrada y sostenible de los territorios, en función del aprovechamiento del
patrimonio cultural en Centroamérica. En las siguientes tablas se analizan algunas herramientas de
actuación comunes, que integran el ámbito de la protección del patrimonio cultural y el desarrollo:
Tabla 3: Principales aportes de instrumentos comunes de los Estados miembros del SICA, sobre el rol del
patrimonio cultural como factor de desarrollo
Instrumentos Aportes
Convención sobre la protección y Integra el PC como factor de desarrollo.
la promoción de la diversidad de Como medidas de protección de las expresiones culturales, orienta tomar
las expresiones culturales (2005). medidas de inserción de la cultura en las políticas de desarrollo.

Entre sus acuerdos se encuentra: “la conservación y rescate del pluralismo


cultural y la diversidad étnica de Región, en el marco del respeto a los
Tratado de la Integración Social
derechos humanos” (artículo 6. P.2). Además de propiciar el desarrollo
Centroamericana (1995).
sostenible de la población, aprovechando diversas fortalezas del ámbito
económico y social.

La Política está ligada con los desafíos globales y Objetivos de Desarrollo


Política Cultural de Integración Sostenible (ODS) e introduce a la cultura como eje de desarrollo, a través de
Centroamericana PCIC 2012- las industrias creativas.
2030.
Introduce la importancia del sector cultura para el desarrollo social y
económico.
Uno de los cinco componentes del desarrollo sostenible es la identidad
cultural del territorio.
Estrategia Centroamericana de
Desarrollo Rural Territorial 2010- Su enfoque es territorial, reconoce los procesos de transformación integral, y
2030, (ECADERT, 2010) como retos y potencialidades del medio rural centroamericano la dimensión
cultural. Como líneas de acción de la ECADERT está el componente:
identidad cultural del territorio.
Los ODS establecen un modelo de desarrollo y sustentabilidad. El Objetivo 11
integra en dos de sus metas los procesos de salvaguardia del PC. La Meta 11.4
y la Meta 11.b.
Los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS)
Resulta indispensable destacar que para los ODS el patrimonio y su
salvaguardia, son un fin o propósito de la sustentabilidad urbana, otorgando
una visión mucho más equilibrada y articulada sobre la comprensión del
patrimonio y sus oportunidades para contribuir al desarrollo humano.
Como parte de los compromisos de transformación en pro del desarrollo
urbano sostenible se encuentran:
Nueva Agenda Urbana: Hábitat (…) aprovechar de forma sostenible el patrimonio natural y cultural,
III Conferencia de las Naciones tanto tangible como intangible, en las ciudades y los asentamientos
Unidas sobre la Vivienda y el humanos, según proceda, mediante políticas urbanas y territoriales
Desarrollo Urbano Sostenible integrada e inversiones adecuadas en los planos nacional, subnacional
(2016) y local (…) (ONU, 2016, p.15, compromiso 38).

La Nueva Agenda Urbana, es sin duda uno de los instrumentos más


destacables, si se tiene en cuenta que reconoce la necesidad de establecer
relación e integración entre el PC y el planeamiento urbano.

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Instrumentos Aportes
Marco de referencia para la planeación, que puede ser utilizado y adaptado a
diferentes escalas y contextos, locales, nacionales, y regionales, incorporando
como dimensiones de análisis: gobernanza y políticas públicas, planificación
urbana y territorial para; el desarrollo sostenible, el desarrollo social, el
crecimiento económico sostenible, y el medio ambiente.
Directrices Internacionales sobre
Incluye los siguientes principios:
Planificación Urbana y Territorial
La planificación urbana y territorial constituye una inversión
(2015)
esencial en el futuro. Es una condición previa para una mejor calidad
de vida y para el éxito de los procesos de globalización que respeten el
patrimonio cultural y la diversidad cultural, y para el reconocimiento
de las diferentes necesidades de los diversos grupos (Programa
de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos [ONU-
Hábitat], 2015, p.14).

Nota. Elaborado por la autora, 2022.

La integración y la sostenibilidad forman parte de los ideales de diferentes posturas, la vinculación


puede y debe surgir considerando situaciones favorables al contexto, medios, recursos, estrategias,
causalidades. Siempre será importante para el diseño de un modelo integral y sostenible tener en
cuenta lo relacionado con: los tipos de organización territorial -como en el caso del modelo SICA-,
integración de actividades materializadas a través de proyectos, combinación de grupos o colectivos
para la puesta en común de ideas y aspiraciones, mezcla de problemas y realidades complejas,
confluencia de procesos, integración de elementos potenciales, el trabajo multidisciplinario a nivel
de miradas locales y conocimiento profesional, coordinación interinstitucional, diversidad de
recursos de los sitios, y todo lo que genere dinámicas de interacción.
Será determinante en los procesos de gestión integrada, centrar las intenciones en los objetivos
comunes construidos a partir de la perspectiva de sostenibilidad, y no exclusivamente en la
problemática, carencia, recursos de los grupos.
En un nivel de integración sectorial, las exigencias actuales: sociales, ambientales, políticas
y económicas, y el debate académico y científico, visibilizan que las propuestas de desarrollo,
apunten a tener más incidencia con menos recursos. En relación al tema cultural, un mecanismo
viable para lograr este fin, es articular su conservación con el progreso de los territorios, los modelos
de planeamiento y el turismo.
Troitiño (2007), enfatiza en modelo de integración entre la planificación turística, territorial,
urbanística y cultural, en el cual la revalorización y utilización del patrimonio se encuentre con
proyectos donde: a) prima la oferta sobre la demanda, b) se organizan los destinos patrimoniales
en términos territoriales, urbanísticos, de oferta cultural, de rutas e itinerarios y de equipamiento e
infraestructura turística, c) se abordan políticas de recuperación del patrimonio cultural, d) se tiene
puentes de comunicación entre las políticas urbanísticas, territoriales, turísticas y del patrimonio
cultural, entre otros aspectos (pp.229-230).

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4. Conclusiones
Con este estudio se logra definir una serie de pautas que, desde lo teórico e institucional, puede
favorecer en la forma en que se valora el patrimonio cultura y su contribución, para el logro del
desarrollo socio-cultural y sostenible de los territorios.
El valor atribuido socialmente al patrimonio cultural, es determinante para su participación
e influencia con los procesos de desarrollo humano; ligados a la participación de los diferentes
actores, prácticas democráticas, respeto hacia la cultura y sus identidades. El desarrollo sostenible
se compone de dimensiones sociales y naturales, por lo cual, sus acciones se fundamentan en el
aprovechamiento racional y funcional de sus recursos.
Existen relaciones de equivalencia entre el logro del desarrollo patrimonial-cultural, económico,
político, espacial y ambiental, siempre que estos se enfoquen en las intenciones de la sostenibilidad.
Destacar la relevancia que tiene el patrimonio cultural para el desarrollo, ha constituido un
proceso, ya que en muchos casos esta vinculación solo se materializa en los instrumentos normativos
y acuerdos. A pesar de los múltiples escenarios propiciados por la UNESCO, las agendas que
dirigen el marco de actuación global, no terminan de considerarla, en la práctica, al patrimonio y la
cultura como un elemento de interacción del modelo sostenible.
La valorización del patrimonio cultural como un activo de promoción y desarrollo, debe iniciar
por ejecutar acciones de puesta en valor desde la propia gestión del patrimonio, sin obviar sus
dimensiones simbólicas, formales, y de uso. La cultura y el patrimonio constituye uno de los activos
sociales más importantes de América Central, su ámbito de aprovechamiento y valorización no se
limita a su difusión y al cuido del patrimonio cultural mueble e inmueble, sus múltiples formas y
expresiones, representan una necesidad de gestión más amplio, como bien común de los territorios.
Los nuevos compromisos adoptados; los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Nueva Agenda
Urbana (Hábitat III), La Política Cultural de Integración Centroamericana, entre otros, incorporan
una visión sistémica sobre los asentamientos humanos y su desarrollo, indicando categóricamente
la necesidad de aprobar instrumentos de planeamiento territorial para la conservación y
aprovechamiento del PC.
Los enfoques integrales de capacidades, uso de la creatividad y la innovación, parecen ser una
alternativa viable e ilimitada para incentivar otro tipo de economía y desarrollo en América Central.
Existen muchas experiencias iniciadas y capital humano aprovechable para redirigir el curso del
crecimiento económico. El SICA se presenta como una oportunidad para construir un modelo
conjunto, y favorecer las negociaciones económicas y políticas a nivel internacional.
Los instrumentos para integrar el aspecto patrimonial al desarrollo territorial, pueden ser diversos;
estos abarcan desde acciones de regeneración de espacios, hasta programas de sensibilización, por
lo tanto, es importante discutir cuales pueden ser más efectivos según los recursos y necesidades
de las naciones.
Se recomienda desarrollar propuestas de desarrollo sustentable de los territorios fundamentados
principalmente en: superar el análisis desarticulado tradicional, establecer mecanismos
administrativos que permitan la integración, incorporar proceso participativos, considerar las
tendencias actuales, organizar los resultados según ámbitos y zonas estratégicas, revalorizar el
patrimonio cultural como recurso democratizado, trabajando la doble connotación del PC, cómo

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para su valoración en los países de América Central

; objeto cultural y componente del territorio complejo. Igualmente se debe visualizar al territorio
cómo un bien cultural.

5. Referencias
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