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La Primera Revolución Industrial

El documento analiza la Revolución Industrial en España, destacando su tardía industrialización en comparación con otros países europeos, y las causas de este atraso, como la escasa capacidad de compra y la falta de recursos energéticos. Se examinan sectores específicos como la industria textil catalana y la siderurgia, así como la importancia del ferrocarril en la modernización de las infraestructuras. A pesar de algunos avances, España mantuvo una economía predominantemente agraria y con un desarrollo industrial limitado hasta el siglo XX.
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La Primera Revolución Industrial

El documento analiza la Revolución Industrial en España, destacando su tardía industrialización en comparación con otros países europeos, y las causas de este atraso, como la escasa capacidad de compra y la falta de recursos energéticos. Se examinan sectores específicos como la industria textil catalana y la siderurgia, así como la importancia del ferrocarril en la modernización de las infraestructuras. A pesar de algunos avances, España mantuvo una economía predominantemente agraria y con un desarrollo industrial limitado hasta el siglo XX.
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Historia de España 1

11- REVOLUCIÓN INDUSTRIAL. MODERNIZACIÓN DE LAS


INFRAESTRUCTURAS: EL IMPACTO DEL FERROCARRIL

I- Introducción
II- Causas del atraso de la industria española
III- La industria textil catalana
IV- La siderurgia
V- La minería
VI- La revolución del transporte: el ferrocarril
VII- La articulación del mercado
VIII- Conclusión

I- INTRODUCCIÓN
Con la expresión revolución industrial se designa el cambio de una economía agraria
y artesanal a otra dominada por la industria y la producción mecanizada. El conjunto
de transformaciones tuvo lugar, por primera vez, en algunas regiones inglesas a fines
del siglo XVIII.
La revolución industrial se generalizó en Gran Bretaña durante las primeras
décadas del siglo XIX y desde allí se extendió, con formas y ritmos desiguales, a los
principales países de la Europa continental, y, dentro del continente americano, a
Estados Unidos. Entre 1750 y 1850 la población creció tanto como en los mil años
anteriores. En Gran Bretaña se transformaron, en pocas décadas, la vida de las personas,
la estructura de la sociedad y las relaciones con los demás países del mundo.1
La economía española también experimentó durante el siglo XIX cambios, aunque,
como explicaré a lo largo de mi exposición, no consiguió los niveles de otros países
europeos. Excepto el País Vasco y Cataluña –donde sí se produjo una auténtica
revolución industrial-, España continuó siendo un país eminentemente agrario.

II- CAUSAS DEL ATRASO DE LA INDUSTRIA ESPAÑOLA


En España se pretendió impulsar, como en otros países de Europa, el proceso de
revolución industrial para transformar la vieja estructura económica, esencialmente
agraria, en otra nueva, basada en el desarrollo de la industria y del comercio. Pero los
resultados, en general, no se correspondieron con los objetivos.
Comenzare exponiendo cuáles fueron las causas que retrasaron, en el caso
español, el desarrollo de la industrialización:
1- Escasa capacidad de compra de la mayoría de los consumidores españoles,
que comportó una demanda insuficiente.

1
Se ha afirmado que el ciudadano inglés de 1750 estaba más cerca de los legionarios de Julio César, en
términos de bienes materiales, que de sus propios bisnietos.
1
Historia de España 2

2- Escasez de fuentes de energía, por la falta de cursos de agua importantes para


obtener energía hidráulica o por la mala calidad del carbón mineral, situó a la
economía española en una posición de desventaja respecto a otros países
europeos mejor dotados de fuentes de energía naturales.
3- La posición excéntrica de España en Europa constituyó un factor adverso
para la expansión industrial. Los elevados costes del transporte y la distancia al
núcleo central de la industrialización supusieron desventajas, que se
manifestaron en la difícil adquisición de materias primas y en la
comercialización del producto acabado.
4- La escasez de capital nacional. Los capitales españoles se invirtieron
preferentemente en la compra de tierras desamortizadas y, como explicaré más
adelante, en el negocio de los ferrocarriles. La industria española se levantó con
predominio del capital extranjero.
5- La industria se limitó en la práctica a dos focos periféricos: la industria textil
catalana y, desde finales de siglo, la siderurgia vasca. Pero ambos sectores
eran poco competitivos en el exterior, lo que obligaba a mantener una política
proteccionista para reservarles al menos el mercado nacional.
6- Pérdida de las colonias americanas (excepto Cuba y Puerto Rico), que
supuso la ausencia de mercados exteriores y la finalización de la importación de
materias primas.
7- Las malas condiciones geográficas de la península, con una orografía
compleja, un clima duro, y sobre todo la ausencia de una red fluvial y de
canales para las comunicaciones interiores. Esto unido a la falta de una red de
carreteras y ferrocarriles, provocó un encarecimiento del producto, que
resultaba más barato importarlo a los puertos.

III- LA INDUSTRIA TEXTIL CATALANA


Cataluña fue la única zona donde la industrialización se originó a partir de capitales
autóctonos. Dentro de la industria textil catalana el sector algodonero fue el más
dinámico y, como en el caso de Inglaterra, actuó como sector palanca de la
industrialización regional. Su prosperidad se debió a tres razones:
- La posición de ventaja con que partía, dado el temprano despegue industrial
de Cataluña en el siglo XVIII.

2
Historia de España 3

- La iniciativa empresarial de la burguesía catalana, que modernizó sus


industrias con la incorporación constante de nuevas máquinas y técnicas de
producción
- La protección arancelaria 2, que la puso a salvo de la competencia inglesa y le
permitió, tras la pérdida del mercado colonial americano, orientar su
producción al mercado nacional; así como a Cuba y Puerto Rico, cuya
independencia a finales de siglo le supondría otro duro golpe.

IV- LA SIDERURGIA
Para el desarrollo de una industria siderúrgica3 potente se requiere, además del
hierro, carbón en abundancia y de calidad; pero, sobre todo, que la demanda de
productos siderúrgicos resulte lo suficientemente grande como para rentabilizar las
elevadas inversiones iniciales.
La inexistencia en España de buen carbón y la demanda insuficiente explican el
desarrollo accidentado de esta industria, cuya localización fue cambiando a lo largo
del siglo XIX. Durante el reinado de Isabel II se pueden distinguir dos etapas:
1. La etapa andaluza, hasta los años sesenta, en torno a Málaga. Se basaba en la
explotación de hierro de la zona, pero la falta de carbón mineral obligaba a
recurrir en una gran proporción al vegetal, mucho más caro. Su apogeo
coincidió con las guerras carlistas, que impedían la explotación de las minas
del norte.
2. la etapa asturiana, entre los años sesenta y ochenta, en torno a las cuencas
carboníferas de Mieres y Langreo. Se basaba en la riqueza de carbón de la
zona, aunque no era de gran calidad.
Sin embargo, el verdadero despegue de la industria siderúrgica española se inició a
finales del siglo en torno a Bilbao, sobre todo por la actividad de unas pocas empresas
grandes. La clave del éxito estaban en el eje comercial Bilbao-Cardiff (Gales): Bilbao
exportaba hierro y compraba carbón galés, más caro, pero de calidad superior y, por
tanto, más rentable.

V- LA MINERÍA

2
Aranceles. Impuestos añadidos al precio de los artículos importados para encarecerlos y evitar que
hagan la competencia a los producidos en el país. Es una medida típicamente proteccionista.
3
Siderurgia. Arte de extraer hierro y de trabajarlo.
3
Historia de España 4

España era rica en reservas de hierro, plomo, cobre, mercurio y cinc.


Además, los yacimientos estaban próximos a zonas portuarias, lo que facilitaba el
transporte y exportación de los minerales.
Sin embargo, la minería española no alcanzó su pleno apogeo hasta el último
cuarto del siglo, en que se convirtió en uno de los sectores más activos de la economía
nacional.
Esto fue posible en gran medida por la ley de Bases sobre Minas de 1868
(promulgada tras el derrocamiento de Isabel II) que simplificaba la adjudicación de
concesiones y daba importantes seguridades a los concesionarios de minas.
Se hicieron cargo de la explotación minera sobre todo compañías extranjeras,
que extraían los minerales para su exportación en bruto a sus países de origen. España
se convirtió, por tanto, en exportadora de materias primas: plomo, mercurio, cobre y
hierro, fundamentalmente, que a fines de siglo representaba uno de los capítulos más
importantes de la balanza comercial.

VI- LA REVOLUCIÓN DEL TRANSPORTE: EL FERROCARRIL


En España se pretendía seguir el ejemplo de países como Gran Bretaña, Bélgica,
Francia o Alemania, que desde 1840 habían creado una red de ferroviaria que
estimulaba la economía en su conjunto, pues facilitaba los intercambios y potenciaba
la industria siderometalúrgica. Además, existía la convicción de que, si se creaba un
medio barato de transporte, la facilidad de los intercambios animaría a la creación de
industrias.
Cuando a mediados del siglo XIX se inició la construcción de la red ferroviaria
en España, el atraso de los sistemas de transporte era notable con relación a otros países
del continente. España contaba con menos de diez mil kilómetros de carreteras y
caminos, ocho veces menos que Francia.
La primera línea construida en España fue la de Barcelona-Mataró (1848), pero la
verdadera fiebre constructora se desencadenó a partir de la ley General de
Ferrocarriles de 1855, hasta la crisis financiera de 1866.
La ley propiciaba la creación de compañías privadas que se encargarían de la
construcción y explotación de los diferentes tramos de la red. Para ello, el gobierno
estaba dispuesto a proporcionar todo tipo de recursos y facilidades, desde conceder
subvenciones –cuyos fondos los proporcionaría la aplicación de ley de Desamortización
general de Madoz de ese mismo año- hasta permitir la importación de materiales
extranjeros.

4
Historia de España 5

De la ley de ferrocarriles se derivó un ritmo rápido de construcción, pero también


algunas consecuencias negativas:
A) Las principales concesiones se otorgaron a compañías
extranjeras4, que podían importar el material ferroviario libre de aranceles,
con lo que, a diferencia de lo ocurrido en otros países, la construcción de la red
española no estimuló apenas la industria siderúrgica nacional. Esta política
arancelaria ha sido considerada una de las razones principales para defender que la
construcción de la red ferroviaria en España fue una oportunidad perdida para la
industrialización. De hecho, los fabricantes elevaron sus quejas al gobierno en
diversas ocasiones, denunciando el perjuicio que les ocasionaba la entrada libre de
mercancías extranjeras de mejor precio. Sin embargo, la industria española no
estaba en condiciones de incrementar su producción al ritmo necesario para
abastecer a las compañías constructoras del ferrocarril. La siderurgia era muy
modesta y la industria de construcción de maquinaria no existía.
B) El escaso capital privado español que no se había destinado a la
adquisición de tierras desamortizadas se invirtió en ferrocarriles, pero no en
industrias.
C) Al final existía el medio de transporte, pero apenas había
mercancías que transportar; las compañías ferroviarias no podían recuperar lo
invertido en la construcción de las líneas por los escasos beneficios de su
explotación; y en consecuencia, muchas de ellas quebraron y arrastraron en su
caída a bancos y sociedades de crédito en la crisis financiera de 1866.

Algunos de los aspectos de la Ley General de Ferrocarriles condicionaron la historia


económica de España de los cien años siguientes. En primer lugar, se consolidó la
estructura radial de la red ferroviaria española con centro en Madrid. Los motivos
de esta decisión fueron inseparables del deseo de consolidar un Estado centralizado,
articulado a partir de la capital. Un segundo aspecto controvertido fue el ancho entre
carriles, que se fijó en una anchura mayor que la de la casi totalidad de las líneas
europeas. La causa de esta decisión no fue, en contra de lo tradicionalmente señalado,
dificultar otra hipotética invasión desde Francia. En realidad los motivos resultaron de
carácter técnico, ya que se pretendía instalar calderas de vapor más grandes y aumentar
la potencia de las locomotoras para superar mayores pendientes. Sin embargo, adoptar

4
De las cuatro grandes compañías ferroviarias existentes en 1869 en España, dos eran de capital
exclusivamente francés, la tercera lo tenía en un 90% y sólo en una de ellas había una importante
presencia de capital español
5
Historia de España 6

un ancho de vía distinto al europeo fue un error muy grave, porque dificultó los
intercambios por ferrocarril con el resto de Europa ya que obligaba a transbordar las
mercancías en la frontera, con el consiguiente aumento de costes y tiempo.
A pesar de todas las limitaciones y despropósitos de la construcción, el ferrocarril
tuvo efectos positivos para la economía española. La red ferroviaria facilitó el
intercambio de personas y mercancías entre las distintas regiones de España.
También resultó fundamental en el transporte de vino y minerales para su exportación
y contribuyó a la articulación de un mercado interior, especialmente de cereales y
tejidos. De todas maneras, el escaso desarrollo industrial de muchas regiones españolas
y el hecho de que, en muchas de ellas, predominase una economía agrícola con pocos
intercambios, motivó que el volumen de mercancías transportado fuese escaso y, con
ello, también lo fueran los beneficios de los promotores ferroviarios.

VII- ARTICULACIÓN DEL MERCADO


El comercio exterior español aumentó considerablemente en volumen a lo
largo del siglo XIX. Pero la balanza comercial se mantuvo deficitaria y con una
estructura propia de un país poco desarrollado: se exportaban a Europa materias primas
y productos semielaborados, y se importaban productos industriales. Gran Bretaña y
Francia fueron tanto los principales clientes, como los principales abastecedores.
Sin embargo, España, como todas las naciones europeas, trató de reservar su
mercado interior para la producción nacional, mediante la imposición de aranceles
a los productos extranjeros e, incluso, la prohibición de importar ciertos artículos.
Los grupos socioeconómicos que reclamaban un proteccionismo de elevados
aranceles eran, en primer lugar, los fabricantes de algodón catalanes, para evitar la
competencia inglesa; en segundo lugar, los productores cerealistas castellanos, que
así se aseguraban la venta de sus cosechas de trigo a cualquier precio; y por último, ya a
finales de siglo, los industriales siderúrgicos vascos.
Por tanto, la política proteccionista, que arrancaba de la centuria anterior, se
mantuvo con altibajos durante todo el siglo XIX. Solamente durante el Sexenio
Democrático se vivió un paréntesis de relativa apertura del mercado español con el
arancel Figuerola (1869), que rebajaba las tarifas arancelarias y no prohibía la
importación de ningún tipo de artículo.

VIII- CONCLUSIÓN

6
Historia de España 7

En la historia de la economía, el siglo XIX es el siglo de la industrialización. El


nacimiento de algunos países (Gran Bretaña, Francia, Alemania y Bélgica) de una nueva
sociedad donde la industria era la actividad principal condujo a un aumento de la
producción y del producto por habitante de una magnitud desconocida hasta entonces.
La industrialización implicó un cambio radical en las formas de producir y en las formas
de propiedad, y supuso también una transformación en la organización de la sociedad,
la cual recibe el nombre de capitalista.
En este contexto, España presenta, como hemos visto, una evolución singular,
pero no excepcional: gran parte de los países del Este y del Sur del continente
quedaron al margen de la consolidación de la sociedad industrializada. Las
transformaciones de su economía durante la centuria, sin ser irrelevantes, fueron
mucho más modestas. Aun así, al final del siglo, las relaciones sociales propias del
capitalismo se habían consolidado. Sin embargo, en el primer tercio del siglo XX,
España continuaba siendo una economía predominantemente agraria y con un sector
industrial limitado y poco capaz de competir en el mercado exterior. Como
resultado, la renta por habitante era inferior a la de los países con una economía basada
en la industria moderna, en especial Gran Bretaña, convertida en la fábrica del mundo.

Vocabulario
Capitalismo: sistema económico caracterizado por la propiedad privada de los
medios de producción (máquinas, tierra, herramientas, materias primas, fábricas) y la
libertad de empresa y de mercado (la articulación del mercado mediante la ley de la
oferta y la demanda). El capitalismo no es sólo una manera de organizar la economía,
sino que se aplica también a un modelo de sociedad donde el capital es la base
organizativa de las distintas relaciones entre individuos y grupos.

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