UNIVERSIDAD PRIVADA
DOMINGO SAVIO
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
CARRERA DE PSICOLOGIA
SEDE TRINIDAD
Por:
Alejandra Gómez Zelada
Jemilet Gorayeb Vasquez
Mariana Callaú Melgar
Docente: Addy Soraya Suarez Bustamante
Materia: Filosofía
Mayo de 2022
Características generales del movimiento sofistico
Los sofistas pertenecen a una escuela filosófica en la Grecia Antigua durante mediados del siglo
V y IV a. C.
Tenían dos rasgos sobresalientes: en sus enseñanzas incluían disciplinas humanísticas como la
retórica, política, moral y más. y que cobraban sumas considerables por enseñar.
Llegan con un proyecto educativo bien estructurado que intenta derrocar las enseñanzas
pasadas, es especial el considerar la fuerza y patriotismo como mayor virtud del hombre, en
lugar de ello comparten el arte de vencer al adversario en la disputa refutando sus argumentos,
sin tener en cuenta quién estuviese en la posesión de la verdad.
Los sofistas y la filosofía anterior: relativismo y escepticismo
No tiene nada de extraño que este espectáculo creara una actitud escéptica ante la filosofía de la
naturaleza que se había mostrado incapaz de producir un sistema aceptable para todos.
El movimiento sofista tendía más al relativismo y escepticismo que al objetivismo
En la filosofía presocrática el escepticismo fue una teoría poco aceptada pero también tuvo sus
defensores, podemos definir el escepticismo como una corriente que niega que exista la verdad
objetiva, dudando así de todo lo que le rodea.
El relativismo es una corriente del pensamiento filosófico que considera al saber cómo
incompleto y que resulta absoluto sólo en comparación o relación a otra cosa. Es decir,
el conocimiento humano es relativo, subjetivo e incapaz de expresar el mundo de manera
objetiva porque está condicionado por la historia y los preconceptos adquiridos.
La verdad depende de factores físicos, psicológicos o culturales que influyen en los juicios que
las personas se hacen sobre la realidad.
No hay que confundir dos teorías muy próximas pero distintas, el relativismo y el escepticismo: el
escéptico afirma que no cabe conocimiento alguno, el relativista que sí es posible el
conocimiento pero que éste es relativo a las personas y que por lo tanto pueden existir muchas
verdades respecto de las mismas cosas.
"La circunstancia política y la temática filosófica de los sofistas Al abandono de la filosofía de la
naturaleza contribuyeron no solamente la circunstancia filosófica sino también las necesidades
planteadas por la práctica democrática de la sociedad ateniense. " En una sociedad donde las
decisiones las toma la asamblea del pueblo y donde la máxima aspiración es el triunfo, el poder
político. Este era precisamente el tipo de entrenamiento que proporcionaban las enseñanzas de
los sofistas.
Principales Sofistas
Protágoras de Abdera
Protágoras defendía el relativismo y el convencionalismo de las normas, costumbres y creencias del
hombre. Es su tesis más conocida y que queda reflejado en la frase El hombre es la medida de todas las
cosas, de las que son en cuanto que son y de las que no son en cuanto que no son, uno de los
fragmentos que conservamos de su obra.
Gorgias De Leontini
Se dedicó fundamentalmente a enseñar el arte de la retórica como el camino más adecuado para acceder
al poder. Su filosofía es expresada en tres proposiciones: nada existe; si algo existe, no puede ser
conocido; si algo existe y puede ser conocido, no puede ser comunicado. Sostenía que para cada ocasión
y para cada persona hace falta un comportamiento distinto, y entonces la moral es un instinto y no un
conocimiento resumible en palabras y, por lo tanto, enseñable.
Postura de Sócrates ante los Sofistas
Sócrates y muchos filósofos del momento cuestionaban el actuar de los sofistas y criticaban en especifico
aspectos como el cobrar por enseñar, argumentando que la verdad no era algo que se podría enseñar y
que el conocimiento debería estar disponible para todos.
Cuestionaban su saber enciclopédico con un discurso cerrado y el uso del debate, mientras que ellos
empleaban preguntas y respuestas.
Los acusaban de falsos al no perseguir una verdad absoluta y priorizar la retórica como virtud del hombre
y el discurso persuasivo.
Protágoras decía que en las batallas verbales debía haber un vencedor y un vencido independientemente
de quien tuviera la razón, cosa que se oponía al discurso del Sócrates quien decía que la finalidad común
era llegar a la verdad.