UNIVERSIDAD DE HUÁNUCO
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS
MONOGRAFÍA
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DELITOS CONTRA LOS BIENES CULTURALES Y PATRIMONIO
PALEONTOLÓGICO
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DOCENTE:
Hector Martin Uriol Olortegui
CURSO:
DERECHO PENAL III
CICLO:
V
INTEGRANTES:
Hilario Martinez, Villiers Stuars
Zuñiga Capcha Candy Abigail
HUÁNUCO – PERÚ
2024
INTRODUCCION
El patrimonio cultural y paleontológico de un país constituye una parte
fundamental de su identidad y legado histórico. En el Perú, uno de los países más ricos
en recursos arqueológicos y paleontológicos, la protección de estos bienes es de suma
importancia para preservar la historia y las tradiciones de las diversas civilizaciones que
habitaron su territorio. Con este fin, el Código Penal dedica un capítulo específico a los
"Delitos contra los bienes culturales y el patrimonio paleontológico", en el cual se
encuentran los artículos 226 al 231.
En el presente trabajo, nuestro equipo se ha propuesto interpretar y analizar estos
artículos con el objetivo de comprender en profundidad las disposiciones legales que
regulan la protección de los bienes culturales y paleontológicos. A través de esta
interpretación, abordaremos la importancia de estas normativas, las implicancias
jurídicas de los delitos contemplados en dicho capítulo y el papel fundamental que
juegan en la preservación de nuestro patrimonio.
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TITULO VIII: DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO
CULTURAL Y PATRIMONIO PALEONTOLÓGICO
CAPITULO ÚNICO: DELITOS CONTRA LOS BIENES CULTURALES Y
PATRIMONIO PALEONTOLÓGICO
"Articulo 226.- Atentados contra monumentos arqueológicos, así como
zonas paleontológicas declaradas como patrimonio paleontológico del Perú”
“(…) El que se asienta, depreda o el que, sin autorización, explora, excava o
remueve monumentos arqueológicos prehispánicos o zonas paleontológicas
declaradas como patrimonio paleontológico del Perú, sin importar la relación de
derecho real que ostente sobre el terreno donde aquel se ubique, siempre que se
conozca el carácter de patrimonio cultural o de patrimonio paleontológico del Perú,
será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años y
con ciento veinte a trescientos sesenta y cinco días multa.
Inducción a la comisión de atentados contra sitios arqueológicos, así
como zonas paleontológicas declaradas como patrimonio paleontológico del Perú.
(…)”
Con esta criminalización, se pretende proteger «el valor cultural de los
yacimientos arqueológicos prehispánicos en mérito a la extraordinaria importancia de
orden histórico y científico, cívico o turístico que tienen para el patrimonio cultural
nacional» (Talancha Crespo, 1993, p. 93). Al respecto, se ha sostenido que «el valor
cultural es ambiguo para constituirse como bien jurídico tutelado. En ese sentido
estamos de acuerdo con la ley al considerar que el bien jurídico tutelado en estas
figuras delictivas son los bienes culturales considerados delimitadamente […] el bien
jurídico protegido son los yacimientos arqueológicos prehispánicos» (Peña Cabrera,
1992-1995, p. 665).
1. Tipicidad Objetiva:
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En el caso de «asentar», la ley reprime el solo hecho de ubicar una
residencia temporal o permanente en los terrenos que integran el área
arqueológica protegida. Se procura de esta manera alejar un riesgo de
deterioro o depredación por el uso que se dé a la zona tutelada. Es
más, la ley destaca lo absoluto de dicha intangibilidad del yacimiento
arqueológico al señalar que, frente a la tutela penal, carece de eficacia
cualquier «relación de derecho real que ostente» el autor del delito
«sobre el terreno donde aquel se ubique» y siempre que conozca o sea
de dominio público el carácter de «patrimonio cultural del bien».
En cuando a «depredar», significa dañar, alterar, sustraer con perjuicio
del yacimiento y de su estructura bienes culturales. Esta es la acción
clásica de los “huaqueros”.
Por su parte, explorar, excavar y remover son las actividades de
búsqueda y de carácter preliminar a un acto depredatorio. El sujeto
activo, en este caso, carece de autorización para realizar tales
investigaciones. La finalidad de la exploración o excavación no altera la
tipicidad, ya que lo que la ley pretende es que toda operación de
exploración o excavación cuente con el permiso y control respectivo.
El tipo penal requiere constatar que el monumento o yacimiento arqueológico
(templos, tumbas, huacas, etc.) corresponda a la etapa histórica prehispánica
(anterior al año 1530). Esta antigüedad del yacimiento arqueológico debe ser
abarcada por el dolo del agente.
1.1. Sujeto Activo
Cualquier persona puede ser sujeto activo, ya que este delito
no exige características especiales del autor (no es un delito
especial). No se requiere que el sujeto tenga una relación
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especial con los bienes afectados, por lo que puede ser una
persona natural o jurídica que actúe con dolo, es decir, con
conocimiento del carácter patrimonial de los bienes y la falta de
autorización para intervenir en ellos.
1.2. Sujeto Pasivo
Como los monumentos arqueológicos y zonas paleontológicas
forman parte del patrimonio de la nación, el sujeto pasivo es el
Estado y la sociedad en su conjunto, que es la beneficiaria
de la preservación de dicho patrimonio.
2. Tipicidad Subjetiva:
Dolo: El autor debe conocer que está actuando sin
autorización y ser consciente del carácter patrimonial de los
monumentos o zonas. El delito requiere que la persona actúe
de manera consciente, sabiendo que afecta bienes culturales o
paleontológicos protegidos. Esto implica que el sujeto sabe
que el bien es patrimonio cultural o paleontológico y aun
así decide realizar las acciones prohibidas.
No se menciona expresamente la culpa en este tipo penal, por lo que parece
que el delito solo se configura con dolo (intencionalidad de dañar o intervenir en el
patrimonio sin autorización).
3. Consumación o Tentativa:
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Consumación: El delito se consuma cuando efectivamente se
lleva a cabo la acción de asentar, depredar, excavar o remover
los bienes arqueológicos o paleontológicos sin autorización.
Tentativa: En este delito es configurable; sin embargo, el delito
se consuma aun cuando las exploraciones o excavaciones no
logren descubrimiento alguno. Aunque el código no lo
menciona expresamente, en principio podría aplicarse la
tentativa si se interrumpe los actos antes de su consumación
total, dado que son delitos de acción.
“Articulo 227.- Inducción a la comisión de atentado contra sitios
arqueológicos, así como zonas paleontológicas declaradas como patrimonio
paleontológico del Perú.
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“(…) El que promueve, organiza, financia o dirige grupos de personas para la
comisión de los delitos previstos en el artículo 226 será reprimido con pena privativa
de libertad no menor de tres ni mayor de ocho años y con ciento ochenta a trescientos
sesenta y cinco días multa. (…)”
El legislador, en el artículo 227, sanciona conductas dirigidas a la concertación,
constitución y operatividad de una organización dedicada a la comisión de los delitos
de atentados a monumentos o yacimientos arqueológicos prehispánicos; es decir, a
quienes promuevan u organicen grupos para realizar de manera continua actos de
asentamiento, depredación, exploración y excavación clandestina en zonas
arqueológicas protegidas. Se trata de un tipo alternativo.
1. Tipicidad Objetiva
En cuanto a los «actos de promoción» es suficiente la
convocatoria o invitación a agruparse con aquella finalidad
ilegal. El delito queda consumado con los actos de
convocatoria, aun cuando nadie se integre al grup.
Los «actos de financiamiento» implican cualquier forma de
contribución económica o logística para el desarrollo de las
actividades ilícitas de la organización delictiva. Cabe anotar
que no se fija una cuota concreta o mínima para el
financiamiento; no obstante, cabe estimar que el aporte
económico debe ser idóneo y relevante para la integración y
operatividad de la agrupación.
Organizar o dirigir la organización ilícita comprende actos
de administración, planteamiento y control de las actividades
de los integrantes. El que organiza delinea las operaciones y
la estructura interna de la agrupación ilegal. Por su parte,
quien dirige impone un orden ejecutivo para los componentes
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del grupo, así como dispone la oportunidad y alcances de las
acciones de depredación, exploración, excavación o
remoción de los yacimientos arqueológicos prehispánicos
(Peña Cabrera, 1992-1995, p. 669).
1.1. Sujeto activo:
Cualquier persona puede ser sujeto activo, no se
requiere una característica especial. Sin embargo,
debido a la naturaleza de las acciones (organización,
financiación, liderazgo), puede implicar a personas con
recursos o poder de influencia sobre otros.
1.2. Sujeto pasivo:
El Estado peruano y la sociedad en general, que son
los titulares del derecho a la protección del patrimonio
arqueológico y paleontológico. La afectación de este
patrimonio tiene un impacto en toda la comunidad, por
lo que la sociedad y el Estado son quienes sufren las
consecuencias de estos actos.
4. Tipicidad Subjetiva:
Este tipo penal también es doloso, lo que significa que
el autor debe actuar con intención deliberada de
realizar las acciones descritas. No se contempla la
culpa (negligencia o imprudencia) en este delito. No se
menciona expresamente la culpa en este tipo penal,
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por lo que parece que el delito solo se configura con
dolo (intencionalidad de dañar o intervenir en el
patrimonio sin autorización).
5. Consumación o Tentativa:
Consumación: El delito se consuma cuando el sujeto
lleva a cabo cualquiera de las acciones descritas
(promover, organizar, financiar o dirigir) con el
propósito de cometer los delitos del artículo 226.
Tentativa: Es posible, en principio, aplicar la tentativa si
el autor empieza a realizar estas acciones pero no las
concluye por razones externas.
“Articulo 228.- Extracción ilegal de bienes culturales y del patrimonio
paleontológico del Perú.
“(…) El que destruye, altera, extrae del país o comercializa bienes del
patrimonio cultural prehispánico o del patrimonio paleontológico del Perú, o no los
retorna de conformidad con la autorización que le fue concedida, será reprimido con
pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de ocho años y con ciento
ochenta a trescientos sesenta y cinco días multa.
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En el caso de que el agente sea un funcionario o servidor público con deberes de
custodia de los bienes, la pena será no menor de cinco ni mayor de diez años.(…)”
El artículo 228 sanciona conductas alternativas que tienen en común el afectar la
forma, naturaleza o residencia nacional de bienes culturales prehispánicos .
Debe tratarse de bienes muebles en el sentido de poder ser desplazados dentro o
fuera del territorio nacional.
1. Tipicidad Objetiva
El primer supuesto delictivo consiste en dañar un bien
cultural prehispánico; es decir, transformar negativamente
su naturaleza o forma, o afectar o disminuir su valor.
Luego, la ley se refiere a la «extracción ilegal de bienes
culturales». Se trata, pues, del llamado «contrabando de
bienes culturales», lo que implica su salida clandestina o
fraudulenta del territorio nacional. Asimismo, se criminaliza
la no restitución a territorio nacional de bienes culturales que
salieron del país legalmente (exhibiciones itinerantes, ferias
culturales, etc.) y con un plazo determinado de retorno. El
agente incumple esta obligación, por lo que incurre en una
especie de apropiación ilícita de bienes culturales.
1.3. Sujeto activo:
Es la persona que realiza las acciones prohibidas: destruir,
alterar, extraer, comercializar o no retornar los bienes. El
sujeto activo puede ser cualquier persona, natural o
jurídica, que tenga acceso a bienes culturales o
paleontológicos.
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En el caso de que el sujeto activo sea un funcionario o
servidor público con responsabilidades de custodia, las
sanciones son más graves, con una pena mínima de 5 años
y máxima de 10 años, debido a la especial confianza que
se deposita en estos servidores para proteger los bienes.
1.4. Sujeto pasivo:
El sujeto pasivo es el Estado peruano y la sociedad en
general, titulares del derecho a la protección y
preservación del patrimonio cultural y
paleontológico del Perú. La afectación de estos
bienes repercute directamente en el patrimonio
nacional y en la memoria histórica y cultural del
país.
6. Tipicidad Subjetiva:
Dolo: El autor debe actuar con conocimiento de que los
bienes son parte del patrimonio cultural o
paleontológico del Perú, y con la voluntad de destruir,
alterar, extraer, comercializar o no retornar dichos
bienes. El delito no puede cometerse por error, ya que
el sujeto debe tener conciencia plena del carácter ilícito
de sus acciones.
7. Consumación o Tentativa:
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Consumación: El delito se consuma cuando se lleva a
cabo cualquiera de las acciones mencionadas (destruir,
alterar, extraer, comercializar o no retornar los bienes).
Tentativa: Podría darse, por ejemplo, si una persona es
detenida en un aeropuerto mientras intenta sacar un
bien cultural del país sin autorización, pero no logra
extraerlo efectivamente.
BIEN JURIDICO PROTEGIDO DE LOS ARTICULOS 226, 227 Y 228:
El bien jurídico protegido es el Patrimonio Cultural y Paleontólogo del
Perú
INTERPRETACION DE LOS ARTICULOS
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Art. 229. Intervención o facilitación de funcionarios públicos
Las autoridades políticas, administrativas, aduaneras, municipales y miembros
de las fuerzas armadas o de la policía Nacional que, omitiendo los deberes de sus
cargos, intervengan o faciliten la comisión de los delitos mencionados en este capítulo
"delitos contra los bienes culturales y el patrimonio paleontológico del Perú" serán
reprimidos con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años, con
30 a 90 días de multa e inhabilitación no menor de un año. Si el agente obró por culpa,
la pena será privativa de libertad no mayor de dos años.
El Artículo 229 del Código Penal aborda la responsabilidad penal de los
funcionarios públicos en relación con los delitos contra los bienes culturales y el
patrimonio paleontológico, constituyendo un marco normativo que refuerza la
obligación de estos servidores de actuar en defensa de los recursos culturales del país.
Este artículo establece que las autoridades políticas, administrativas, aduaneras,
municipales, así como los miembros de las fuerzas armadas y de la policía nacional,
serán penalmente responsables si, en el ejercicio de sus funciones, omiten cumplir con
sus deberes y facilitan la comisión de delitos en este ámbito. La referencia a la omisión
de deberes indica que no solo se penaliza la acción deliberada que favorezca estos
delitos, sino también la inacción que permite su ocurrencia, lo que subraya la
importancia de la diligencia debida en el ejercicio de la función pública. Las sanciones
propuestas son severas, con penas privativas de libertad que oscilan entre tres y seis
años, acompañadas de multas y la inhabilitación para ejercer cargos públicos, lo que
refleja la gravedad con la que el legislador considera estas infracciones.
Adicionalmente, el artículo contempla una reducción de la pena en casos donde la
acción del funcionario se clasifique como culposa, lo que introduce un criterio
diferenciador entre la negligencia y el dolo, permitiendo así una respuesta más ajustada
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a la conducta del infractor. Este enfoque no solo busca la retribución del daño causado,
sino que también pretende disuadir a otros funcionarios de caer en conductas similares,
promoviendo una mayor responsabilidad y ética en el ejercicio de la función pública. En
conclusión, el Art. 229 se configura como un instrumento legal esencial para la
protección del patrimonio cultural y paleontológico del Perú, estableciendo la
obligación de los funcionarios públicos de salvaguardar estos bienes y asegurando que
se responsabilice a quienes actúen en contra de este deber.
Elementos del Delito:
Sujeto activo: Autoridades políticas, administrativas, aduaneras,
municipales, miembros de las fuerzas armadas o de la Policía Nacional.
Sujeto pasivo: El Estado, en su calidad de titular del patrimonio
cultural.
Conducta típica: Omitir los deberes de sus cargos, intervenir o
facilitar la comisión de los delitos mencionados en el capítulo.
Tipo subjetivo: Dolo, es decir, el funcionario debe ser consciente
de que su conducta facilita o permite la comisión de un delito contra el
patrimonio cultural.
Pena:
o Dolo: Pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor
de seis años, con 30 a 90 días de multa e inhabilitación no menor de un
año.
o Culpa: Pena privativa de libertad no mayor de dos años.
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Art. 230. Destrucción, alteración o extracción de patrimonio cultural de la
nación y del patrimonio paleontológico del Perú
El que destruye, altera, extrae del país o comercializa sin autorización, bienes
culturales previamente declarados como tales, distintos a los de la época prehispánica,
así como fósiles previamente declarados como patrimonio paleontológico del Perú, o no
los retorna al país de conformidad con la autorización que le fue concebida, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de 5 años y con 90 a
180 días de multa.
El Artículo 230 del Código Penal se enfoca en la protección del patrimonio
cultural y paleontológico del país, estableciendo penalidades para quienes atenten contra
estos bienes de manera directa. En primer lugar, este artículo señala que cualquier
individuo que destruya, altere, extraiga del país o comercialice bienes culturales que
hayan sido previamente declarados como tales, así como fósiles clasificados como
patrimonio paleontológico, será sujeto a una sanción penal. Esta disposición refleja la
importancia que el Estado peruano otorga a la preservación de su patrimonio, el cual no
solo es vital para la identidad cultural de la nación, sino que también tiene un valor
histórico y científico incalculable.
El alcance del artículo es amplio, abarcando no solo bienes de la época
prehispánica, sino también aquellos de períodos más recientes, lo que indica una visión
integral sobre la protección del patrimonio cultural en su totalidad. La exigencia de
autorización para la extracción o comercialización de estos bienes establece un marco
regulatorio que busca garantizar que cualquier actividad relacionada con el patrimonio
sea supervisada y controlada, evitando así el tráfico ilegal y la mercantilización
irresponsable de elementos que son parte del legado cultural del país.
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Las sanciones previstas son significativas: una pena privativa de libertad que va
de dos a cinco años, acompañada de multas que oscilan entre 90 y 180 días. Esto
demuestra la seriedad con la que el legislador aborda la cuestión, ya que los delitos
contra el patrimonio cultural y paleontológico no solo afectan a la nación en su
conjunto, sino que también implican un menoscabo a la herencia de futuras
generaciones. La pena privativa de libertad busca disuadir a potenciales infractores al
mostrar que el daño a estos bienes conlleva consecuencias severas.
En síntesis, el Artículo 230 establece un marco legal que subraya la necesidad de
proteger el patrimonio cultural y paleontológico del Perú, al mismo tiempo que busca
prevenir acciones que puedan poner en riesgo este legado invaluable. La disposición de
penas severas es un claro indicativo de la voluntad estatal de salvaguardar estos bienes,
promoviendo una cultura de respeto y conservación que es esencial para el desarrollo
sostenible del país y la preservación de su historia.
Elementos del Delito:
Sujeto activo: Cualquier persona, natural o jurídica, que realice
las conductas descritas.
Sujeto pasivo: El Estado, en su calidad de titular del patrimonio
cultural.
Conducta típica: Destruir, alterar, extraer del país o comercializar
sin autorización bienes culturales o fósiles previamente declarados.
Tipo subjetivo: Dolo, es decir, el sujeto debe ser consciente de
que los bienes que está dañando o comercializando están protegidos por la ley.
Pena: Pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de 5
años y con 90 a 180 días de multa.
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Art. 231. Decomiso
Las penas previstas en este capítulo "delitos contra los bienes culturales y el
patrimonio paleontológico del Perú", se imponen sin perjuicio del decomiso en favor
del estado, de los materiales, equipos y vehículos empleados en la comisión de los
delitos contra el patrimonio cultural, así como de los bienes culturales obtenidos
indebidamente, sin perjuicio de la reparación civil a que hubiera lugar.
El Artículo 231 del Código Penal establece disposiciones sobre el decomiso de
bienes en el contexto de los delitos contra los bienes culturales y el patrimonio
paleontológico. Este artículo es fundamental porque no solo se enfoca en la sanción
penal impuesta a los infractores, sino que también contempla medidas adicionales que
refuerzan la protección del patrimonio cultural.
En primer lugar, el artículo aclara que las penas impuestas por los delitos
mencionados se aplican sin perjuicio del decomiso de ciertos bienes, lo que implica que
la sanción penal y el decomiso son independientes. Esto significa que, además de
cumplir con las penas privativas de libertad y multas que puedan corresponder, el
infractor también puede perder la propiedad de aquellos bienes utilizados en la comisión
del delito. Esta medida busca desincentivar la actividad delictiva al privar al infractor de
los medios que le permitieron realizar el delito, como materiales, equipos y vehículos.
Asimismo, se especifica que los bienes culturales obtenidos indebidamente serán
confiscados a favor del Estado. Este punto es particularmente relevante, ya que subraya
el carácter irrenunciable del patrimonio cultural nacional. Los bienes culturales, al ser
considerados parte de la herencia colectiva de la nación, deben ser protegidos y
recuperados para su conservación y disfrute público. El decomiso de estos bienes no
solo busca castigar al infractor, sino también restituir al Estado lo que le corresponde y
asegurar que no se sigan comercializando de manera ilícita.
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Finalmente, el artículo menciona la posibilidad de una reparación civil, lo que
sugiere que, además de las sanciones penales y el decomiso, el infractor puede estar
obligado a compensar económicamente por el daño causado. Esto establece un enfoque
integral que busca no solo castigar, sino también reparar los efectos de las infracciones,
lo que refleja una concepción más amplia de justicia que incluye la restitución de
derechos y la protección del patrimonio cultural.
Entonces, el Artículo 231 es una disposición clave que complementa las
sanciones penales establecidas en el capítulo sobre delitos contra los bienes culturales y
el patrimonio paleontológico, al introducir el decomiso de bienes utilizados en la
comisión de delitos y la recuperación de aquellos obtenidos de manera indebida. Esta
medida refuerza la protección del patrimonio cultural y establece un marco legal que
busca prevenir la impunidad en la explotación y el tráfico ilegal de bienes culturales,
reafirmando así la responsabilidad del Estado en la defensa de su herencia cultural.
Elementos del Decomiso:
Sujetos pasivos: Los materiales, equipos, vehículos empleados en
la comisión del delito, así como los bienes culturales obtenidos ilícitamente.
Sujeto activo: El Estado, que se beneficia con la incautación de
estos bienes.
Fundamento: La comisión de un delito contra el patrimonio
cultural.
Finalidad: Recuperar los bienes para el Estado y evitar que sean
utilizados nuevamente para cometer delitos.
Adicionalidad: La medida de decomiso se aplica sin perjuicio de
las penas principales establecidas en los artículos anteriores (pena privativa de
libertad y multa).
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Reparación civil: El decomiso no impide que se exija al
condenado el pago de una reparación civil a favor de la víctima.
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