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Actividad 10: Portafolio 3: Criticas al racionalismo positivista.
Autores: Victoria Marcela Zúñiga Gómez
Jaidys tatiana sierra chavez
Natalia Yiset Fernandez Doria
Programa de Trabajo Social de la Fundación Universitaria Uniclaretiana Disciplina:
Escuela de Pensamiento en Trabajo Social I
Profesor: Jairo Edison Mira Grajales
Bosconia 13 de Marzo de 2025
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Ensayo titulado “Crítica de Habermas al positivismo”
Introducción
En el contexto de la filosofía social y las ciencias sociales, la crítica al positivismo ha
sido un tema recurrente y central. Habermas, en su obra se plantea refutar la interpretación
positivista de la investigación científica y de los métodos analíticos de la ciencia. Según él, el
positivismo reduce y limita la reflexión crítica en las ciencias sociales y naturales,
excluyendo ciertos aspectos fundamentales de la discusión, como la relación entre teoría y
hechos, la influencia de los intereses en la investigación y el papel de la reflexión histórica.
En este ensayo, se argumentará cómo Habermas desarrolla su crítica al positivismo,
señalando las implicaciones de su enfoque limitado y proponiendo una perspectiva más
inclusiva y reflexiva sobre el conocimiento científico.
Tesis Central
La crítica principal de Habermas al positivismo radica en que esta corriente filosófica
reduce la capacidad de las ciencias para abordar cuestiones de gran relevancia en el ámbito
social, como los procesos de autocomprensión de los grupos sociales y la reflexión histórica.
Además, su visión restrictiva sobre la relación entre hechos y teorías genera una falsa
conciencia, ocultando la complejidad inherente a los procesos científicos y sociales.
Habermas aboga por un enfoque en el que el conocimiento científico no se limite a la simple
validación de hechos empíricos, sino que también integre la reflexión crítica sobre los
intereses y valores que subyacen en cada tipo de investigación.
Argumentación
El autor presenta cuatro argumentaciones principales; critica al positivismo y su
enforque reductivo sobre la ciencia; critica a la visión de Popper sobre la relación entre
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hechos y teorías; La crítica a la reducción de la investigación científica a la técnica; y La
crítica ideológica y los intereses cognoscitivos en la ciencia.
En primer lugar, Habermas critica al positivismo por su tendencia a limitar el ámbito
de la ciencia solo a aquellos aspectos que se pueden verificar empíricamente y que, a
menudo, son reducidos a un conjunto de enunciados técnicamente utilizables. Según el autor,
el positivismo niega el papel de la reflexión crítica y de la autocomprensión de los sujetos
históricos. Se enfoca únicamente en la validación de enunciados empíricos que resultan de
observaciones sistemáticas, ignorando que las investigaciones científicas están, de hecho,
impregnadas de precomprensiones teóricas que condicionan las observaciones mismas.
Habermas también señala que el positivismo favorece una visión reduccionista de la
ciencia, que excluye las interpretaciones históricas y los intereses cognoscitivos que guían el
conocimiento. En su crítica, el autor sostiene que las teorías científicas no deben verse
únicamente como instrumentos para alcanzar el conocimiento técnico, sino que deben ser
entendidas en su relación dialéctica con los hechos, como parte de un proceso interpretativo
que no se limita a la simple verificación empírica.
En su discusión con la obra de Karl Popper, Habermas se muestra crítico de la
interpretación de este filósofo del conocimiento, en especial sobre su visión objetivista de la
ciencia. Popper, aunque rechazó los presupuestos empiristas del positivismo, también
mantiene una concepción de la ciencia en la que los hechos pueden considerarse
independientes de las teorías. Habermas argumenta que este punto de vista es problemático,
ya que las observaciones científicas no son "hechos puros" ni "inmediatos", como plantea
Popper, sino que están siempre mediadas por teorías previas.
Para Habermas, las teorías y los hechos están profundamente interrelacionados y no
pueden separarse de manera estricta. El concepto de hecho, tal como lo entiende el
positivismo, es, según él, una construcción mediada y no una correspondencia directa con la
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realidad objetiva. El autor sostiene que la verdadera tarea de la investigación científica radica
en reflexionar sobre cómo las teorías y los hechos se interrelacionan, y no en tratar de aislar
hechos de teorías, como si fueran independientes entre sí.
Habermas también critica la reducción de la ciencia a un conjunto de enunciados
empíricos que sirven únicamente para justificar una acción técnica. En su opinión, este
enfoque pragmatista de la investigación empírico-analítica excluye la discusión sobre
cuestiones más complejas, como la identidad y la autocomprensión de los grupos sociales.
Según Habermas, la sociología y otras ciencias sociales no deben limitarse a obtener datos
empíricos acerca de regularidades sociales, sino que deben abordar cuestiones más profundas
que se relacionan con los procesos de autocomprensión histórica de los sujetos sociales.
Este enfoque limitado no solo afecta a las ciencias sociales, sino que también tiene
implicaciones más amplias sobre cómo los individuos se entienden a sí mismos dentro de la
sociedad. Habermas advierte que, si las ciencias se restringen únicamente a la validación
empírica de hechos, se corre el riesgo de perder de vista los procesos de identidad y de
comunicación social que son fundamentales para la cohesión de la sociedad.
Por último, el autor también critica la idea de que la ciencia pueda ser neutral en
términos de los intereses que guían la investigación. En lugar de tratar de separar los intereses
cognoscitivos de la investigación científica, Habermas señala que es necesario reconocer que
los intereses, tanto técnicos como sociales, son una parte integral de los procesos científicos.
De esta manera, Habermas plantea que los enfoques científicos deben ser conscientes de las
implicaciones ideológicas y de los intereses que guían el conocimiento. La crítica ideológica,
según él, debe ser entendida como una herramienta de reflexión que permita abordar cómo
los intereses subyacentes modelan las teorías y los enfoques científicos, en lugar de ser
ignorada o descartada.
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Conclusión
En su crítica al positivismo, Habermas presenta un enfoque más complejo y reflexivo
sobre la investigación científica, especialmente en las ciencias sociales. Rechaza la visión
reduccionista del positivismo que limita la ciencia a la validación empírica y a la simple
obtención de hechos, sin considerar la importancia de la reflexión crítica, los intereses
cognoscitivos y la relación dialéctica entre teoría y hechos. Habermas aboga por una
perspectiva que reconozca las dimensiones históricas y sociales del conocimiento,
permitiendo que la ciencia no solo sea un medio para obtener información técnica, sino
también un espacio para la comprensión profunda de los procesos sociales y humanos. La
crítica de Habermas, por tanto, no solo se dirige al positivismo, sino a una concepción más
amplia de la ciencia que abrace la reflexión crítica, la teoría y la práctica como elementos
interrelacionados e inseparables.
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Referencias
Habermas, J. (1988). La lógica de las Ciencias Sociales. Madrid, España: Tecnos, pp. 45- 70.
https://epistemologiauv.files.wordpress.com/2014/08/64849213-habermasjurgen-1967-la-
logica-de-las-ciencias-sociales-130217190311-phpapp02.pdf