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4° Año El Traje Nuevo Del Emperador

El documento detalla una secuencia didáctica para enseñar el cuento 'El traje nuevo del emperador' de Hans Christian Andersen a estudiantes de 4° año, enfocándose en la interpretación, escritura y reflexión sobre el lenguaje. Se proponen diversas actividades que incluyen lecturas, discusiones, escritura creativa y análisis de personajes, con el objetivo de involucrar a los alumnos en la comprensión del texto y el desarrollo de habilidades lingüísticas. A lo largo de las clases, se enfatiza la importancia de la reflexión crítica sobre el contenido y el lenguaje del cuento.
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4° Año El Traje Nuevo Del Emperador

El documento detalla una secuencia didáctica para enseñar el cuento 'El traje nuevo del emperador' de Hans Christian Andersen a estudiantes de 4° año, enfocándose en la interpretación, escritura y reflexión sobre el lenguaje. Se proponen diversas actividades que incluyen lecturas, discusiones, escritura creativa y análisis de personajes, con el objetivo de involucrar a los alumnos en la comprensión del texto y el desarrollo de habilidades lingüísticas. A lo largo de las clases, se enfatiza la importancia de la reflexión crítica sobre el contenido y el lenguaje del cuento.
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 DOCENTE:

 Ep Nº

 4° año

 ÁREA:Prácticas del lenguaje

 Período: Abril

Secuencia didáctica: El traje nuevo del Emperador de Hans Christian Andersen

Se planteará las siguientes situaciones:

 Compartir la lectura con las alumnas y los alumnos.


 Intercambiar oralmente en torno al cuento a fin de profundizar su interpretación.

 Releer o bien solicitar que las y los estudiantes relean algunos fragmentos por sí mismos para discutir sus
diferentes interpretaciones o para apreciar los efectos del lenguaje de los cuentos.

 Plantear por escrito algunas preguntas o problemas que contribuyan a involucrar a todas y todos en la reflexión
sobre el cuento.

 Proponer situaciones de escritura que impliquen un desafío en la composición del texto, es decir, un desafío
referido a la planificación, la textualización y la revisión.

 Acompañar a las y los estudiantes durante todo el proceso de escritura.

 Desarrollar una breve secuencia para profundizar y descontextualizar la reflexión sobre ciertos aspectos del
lenguaje.

Clase 1: El traje nuevo del emperador


Los alumnos visualizarán la tapa y contratapa, se indagará sobre el posible titulo a partir de las imágenes.
Posteriormente la docente leerá el título y el cuento.
Se realizará una puesta en común sobre lo escuchado.
Registran en sus carpetas titulo, autor, ilustrador, graficaran la tapa del cuento.

Clase 2: Un emperador en el ropero

1
Se inicia escuchando el cuento a través de un audiolibro https://www.youtube.com/watch?v=-Z4mL4yb7X8 . El
propósito de retomar este fragmento es advertir ciertas expresiones propias del lenguaje de los cuentos, que en este
caso se refieren a un aspecto central: las características del emperador. (escritura individual)

o ¿Qué nos dice esta parte del cuento sobre los gustos del Emperador?

Puesta en común
Durante el intercambio, a partir de los aportes de los alumnos, la docente:

 Focalizará la reflexión en las expresiones “gastaba todo su dinero en vestir con la máxima elegancia” y “no se
interesaba por sus soldados”, que -además de caracterizar la vanidad del emperador- muestran su negligencia
en el gobierno del reino.
 Compartirá sus impresiones sobre la frase “Tenía un traje distinto para cada hora del día”, que expresa a través
de una exageración cuánto le gustaba la ropa al emperador.

 Planteará una comparación que ayude a comprender el sentido figurado de “El Emperador está en el ropero”,
recurriendo a una expresión metafórica conocida: así como “está en la luna” significa que alguien está distraído,
“está en el ropero” es una forma de decir que en lugar de ocuparse de los asuntos del reino estaba siempre
atento a la ropa. Es importante hacer notar el matiz burlón y crítico de la expresión.

Clase3: El pueblo hace oír su voz

En esta clase el propósito es retomar este fragmento es profundizar en la interpretación del final del cuento, muy rico en
significaciones. En efecto, allí se pone en juego un fuerte sentido político de la historia, dado por las acciones del niño, el
pueblo y el Emperador. (escritura en parejas)

2
Puesta en común
Durante el intercambio en torno a las respuestas a las consignas dadas, la docente realizará algunos aportes:

 Indica que una posible pista para pensar por qué se atreve a hablar el niño es lo que dice su padre, cuando habla
de la “voz de la inocencia”.
 Sugiere que cuando la gente comenta por lo bajo “¡Es un niño el que dice que no lleva nada puesto!” parece
enfatizar el hecho de que él se anima a decir lo que las personas adultas ven y callan.

 Relee los últimos dos párrafos del cuento para hacer notar que el emperador decidió seguir desfilando aun
después de pensar que el pueblo tenía razón.

 Recupera la expresión “Y se irguió aún con mayor arrogancia que antes”. Para ayudar a comprenderla puede
incluso dramatizarla. Plantea -en términos accesibles para las niñas y los niños- que esa conducta puede deberse
a distintas razones: obstinación, vergüenza, soberbia, entre otras.

La docente abre una nueva línea de discusión. Algunas intervenciones posibles:

o Una vez que el niño señala la desnudez del emperador, todos rápidamente se dan cuenta de que el traje no existe
y se suman a su denuncia. ¿Cómo se explica que hagan esto? ¿Por qué será que no lo dijeron antes?
o ¿Conocen alguna situación de la vida real en la que uno solo -o unos pocos- se hayan animado a denunciar un
engaño a toda la gente?

o ¿Qué habrá pasado con el emperador?, ¿habrá seguido ocupándose de su vestimenta más que de los asuntos del
reino?, ¿o habrá reflexionado a partir de lo ocurrido y asumido una actitud más seria, más adecuada para un
gobernante?
3
Clase 4: ¿QUÉ DICE EL TEXTO?

En esta clase no se les entrega a los alumnos los fragmentos a releer, sino que son ellos mismos quienes deben
localizarlos en el texto. Los fragmentos escogidos son relevantes porque permiten profundizar en el mundo interno de
los personajes, mostrando la contradicción entre lo que piensan y lo que dicen. A su vez, esta actividad está fuertemente
vinculada con la primera consigna de escritura. (escritura en parejas)

La docente interviene para ayudar a las parejas que tienen dificultades a ubicar el fragmento. Para ello, puede acotar el
universo de búsqueda (“Relean sólo las páginas 4 y 5”) o bien orientar para que se utilicen algunos índices gráficos
(“Fíjense en las imágenes”). Si lo considera necesario, puede completarse el primer cuadro de forma colectiva.

Clase 5: El emperador envía a la emperatriz a ver la tela

La propuesta para esta clase es la narración de un nuevo episodio que consiste en el que, esta vez, el emperador envía
a la emperatriz a ver el traje. Si bien esta consigna conlleva cierto grado de invención, los alumnos tendrán como
referencia las escenas del cuento en las que los otros personajes van a ver el estado del tejido. (escritura en parejas)
Antes de comenzar la planificación en parejas, la docente puede:

 Anticipar que van a escribir de forma individual un episodio en el que aparece un nuevo personaje que es
enviado a ver el supuesto traje: la Emperatriz.
 Recuperar qué sucede en el cuento cuando el viejo ministro, el funcionario y el emperador ven la tela. Recordar
que en todos los casos piensan una cosa y dicen otra.

 Comentar con los alumnos que la emperatriz tiene que continuar con el engaño -como hacen los otros
personajes- para que no se modifique el final del cuento.

 Hacer un listado de los hechos que no pueden faltar en el episodio. Por ejemplo:

o El Emperador envía a la Emperatriz a ver la tela.

o La Emperatriz se presenta ante los tejedores.

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o Los tejedores le muestran la tela.

o La Emperatriz no la ve y piensa qué decir.

o La Emperatriz miente y halaga el tejido.

o La Emperatriz visita al Emperador y le describe la tela.

Luego, en parejas, discuten en torno a las siguientes consignas:

Puesta en común
La docente recupera lo conversado por las parejas y toma nota de las distintas posibilidades que surjan durante el
intercambio. Pueden confeccionarse afiches como los que se sugieren a continuación u otros que se consideren
pertinentes.

Durante la puesta en común, se puede volver al cuento a buscar qué expresiones utilizan los distintos personajes para
referirse a la tela, a fin de completar la columna “qué dice” del cuadro que se va elaborando.
Por último, para anticipar algunos de los problemas que se les presentarán al escribir, será productivo reflexionar con los
estudiantes sobre las marcas que se utilizan en el cuento para diferenciar lo que los personajes piensan de lo que dicen.
Para esto, se podrá elegir algún fragmento del cuento en el que se observen esas marcas. Por ejemplo:

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Los ejemplos que se analicen pueden anotarse en un afiche para que queden a la vista de los estudiantes durante la
escritura. Esta cuestión se retomará al revisar el nuevo episodio.

Revisión del texto: Algunos de los aspectos a revisar pueden ser los siguientes:
 ¿La Emperatriz continúa con el engaño?
 ¿Se incluyen todos los hechos que no pueden faltar en el episodio?

 En lo que piensa la Emperatriz, ¿se incluyen las razones que tiene para no decir la verdad? ¿Se hace referencia a
sus dudas y sus temores?

 En lo que dice la Emperatriz, ¿se observan las contradicciones con lo que piensa?

 ¿Hay marcas que diferencien lo que la Emperatriz piensa de lo que dice? ¿Queda clara esa diferencia para las
lectoras y los lectores?

Se enfocará en que los estudiantes vuelvan al texto que escribieron y se fíjen si tienen que agregar algo para que se
entienda bien cuándo la Emperatriz habla y cuándo piensa.

Clase 6: Los pícaros contraatacan

Esta propuesta consiste en escribir un cuento en el que los pícaros viajan a otro reino o pueblo y ponen en marcha un
nuevo engaño. Se trata de retomar dos personajes de “El traje nuevo del Emperador” para inventar una nueva historia.
A continuación se sugieren algunas opciones. (escritura colectiva, a través del docente)

Los estafadores dicen que:


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 tienen un pájaro que con su canto puede predecir el futuro;
 tienen una poción mágica que rejuvenece o que hace más fuertes a las personas;

 tienen un espejo en el que solo se ven reflejadas las personas bellas.

 otras opciones que surjan del intercambio con las niñas y los niños.

Durante la planificación, será necesario acordar colectivamente algunas cuestiones:

 ¿En qué lugar transcurre la historia: en un castillo, en una plaza, en las calles de un pueblo?
 ¿En qué consiste el engaño?

 ¿Cómo lo llevan adelante? ¿Utilizan algún objeto? ¿Qué les dicen a las personas?

 ¿A quiénes engañan los dos pícaros esta vez? ¿Las personas dudan? ¿Por qué no dicen lo que piensan?

 ¿Alguien descubre el engaño? ¿Una niña o un niño? ¿Un loco? ¿Un anciano sabio?

Además, es posible tomar otras ideas del cuento:

 La mentira inicial de los pícaros pone en marcha una red de engaños que finalmente se extiende a todo el lugar.
 Todos los personajes engañados contribuyen al engaño colectivo.

 La gente piensa una cosa pero dice otra. Todos afirman ver o escuchar algo que no existe por temor a quedar en
ridículo.

Para finalizar se realizará una puesta en común.

Clase 7: Reflexionar sobre las formas de referirse a un personaje para evitar repeticiones

Situación 1: ¿Cómo nombrar lo mismo muchas veces evitando repeticiones y de modo tal que el lector tenga siempre en
claro de qué o de quién se está hablando?
La docente propone un texto con problemas de repeticiones se los presenta a sus alumnos.

o Una chica de otra escuela escribió el siguiente texto. Leámoslo:

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La docente comparte la lectura del texto con el grupo y propone revisarlo a partir de una pregunta general. “¿Hay algo
que les ‘suene mal’ en el texto que acabamos de leer?”.
Es muy probable que algunos estudiantes señalen que se repite demasiadas veces la palabra “tejedores”, ¿cómo
nombrar a esos personajes sin usar la palabra “tejedores” una y otra vez?
Se les dará la palabra a los chicos para que, en un intercambio colectivo, propongan posibles soluciones para evitar las
reiteraciones innecesarias (¿De qué manera les parece que podemos resolver este problema?). Seguramente, algunas y
algunos propondrán reemplazar “tejedores” por “ellos” o, quizás, suprimir “tejedores” en la parte que dice “Y entonces
les dijo a los tejedores” puesto que ya se sabe que la Emperatriz está hablando con ellos.

Situación 2: Este momento constituye un primer acercamiento a aspectos sobre los que se profundizará en las
siguientes situaciones, para ello se recurre a ejemplos tomados del cuento para que los alumnos adviertan que es
posible utilizar distintas palabras para referirse a los mismos personajes.
o En esta parte se habla de “los estafadores” y de “los pícaros”. ¿A qué personajes se refieren estas
palabras?

Y entregó mucho dinero a los estafadores para que comenzaran su trabajo.

Los pícaros instalaron entonces dos telares y simularon que trabajaban en ellos aunque estaban totalmente vacíos.

Las chicas y los chicos discuten el problema en parejas. Durante la puesta en común se plantea una nueva discusión:
¿por qué se utilizarán dos palabras distintas para nombrar a los mismos personajes? ¿Qué efecto se produciría si dijera
“pícaros” en las dos ocasiones? Inclusive es posible que la docente relea el fragmento reemplazando “estafadores” por
“pícaros”, de modo que se note el efecto de repetición fatigosa que se produce. Se puede llegar así a una primera
conclusión provisoria:
Una forma de evitar repeticiones que "queden mal" es utilizar distintas palabras que nombren a los mismos
personajes.

Situación 3: El propósito de esta situación es que los alumnos descubran que el texto utiliza varias otras expresiones -
además de las ya vistas- para referirse a los mismos personajes.
o Relean este fragmento y ubiquen las partes en que se habla de los pícaros ¿Qué palabras se emplean ahora para
referirse a ellos?

Y así fueron nombrando todas las piezas del traje.

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—Las prendas son ligeras como si fuesen una tela de araña –elogiaron los bribones–. Se diría que no lleva nada en el
cuerpo, pero esto es precisamente lo bueno de la tela.

—¡En efecto! –asintieron todos los cortesanos, sin ver nada, porque nada había.

—¿Quiere dignarse Vuestra Majestad a quitarse el traje que lleva –preguntaron los bandidos– para que podamos
probarle los nuevos vestidos ante el gran espejo?

Esta actividad puede ser individual.

Situación 4: Se retoma el trabajo en parejas. La idea es rastrear a lo largo del texto todas las formas que se usan para
designar a los falsos tejedores retomando su característica de engañadores. Para ello, la docente asigna a cada dupla
una parte del cuento y le indica que la relea y que anote las expresiones encontradas. La docente puede asignar
fragmentos de distinta extensión -una página, dos o tres párrafos, un único párrafo- de acuerdo a las posibilidades
lectoras de cada pareja.
Durante la puesta en común se elabora en forma colectiva un listado que quede a la vista en al aula:

Después, puede preguntar si todas las palabras son sinónimos, es decir, si significan aproximadamente lo mismo. Para
ayudar a las chicas y a los chicos a reflexionar sobre esta cuestión, puede invitarlos a pensar qué tienen en común, en
qué coinciden -en lo que refiere al sentido- las distintas palabras del listado. Así, se puede concluir colectivamente que
todas se refieren a personas que engañan o mienten a los demás para beneficiarse. Es de gran importancia que se
enfatice el carácter aproximado de la sinonimia, pues no existen dos palabras que sean exactamente equivalentes. A tal
fin, la docente puede señalar algunas diferencias de matices. Así, por ejemplo, “pícaro” y “pillo” son palabras que
resultan menos agraviantes que “tramposo” o “estafador”, y “bandido” se asocia más con el acto de robar que con el de
engañar.

Situación 5: El propósito de esta situación es introducir la idea de que es posible tomar en cuenta distintas
características de un personaje para referirse a él. Como ya se mencionó en la situación 4, la mayoría de las palabras
utilizadas en el cuento para nombrar a los pícaros se centran en la misma característica: su condición de engañadores.
Pero también es posible encontrar algún otro ejemplo.
o Ubiquen las palabras que se utilizan en este fragmento para nombrar a los estafadores y fíjense si significan
aproximadamente lo mismo.

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“Enviaré a mi viejo ministro a que visite a los tejedores”, pensó el Emperador. “Es un hombre honrado y el más indicado
para ver si el trabajo progresa, pues tiene buen juicio, y no hay quien desempeñe el cargo como él”.

El viejo y digno ministro se presentó, pues, en la sala ocupada por los dos pícaros, que seguían trabajando en los telares
vacíos.

Durante la puesta en común, la docente orienta la reflexión para que se advierta que en un caso se nombra a los
personajes a partir de su supuesto oficio -tejedores- mientras que en el otro se apela a una característica personal -
pícaros-. También es posible dar ejemplos de otras palabras que podrían utilizarse apelando a diferentes rasgos de los
personajes que se quiere nombrar, tales como “los forasteros” o “los ambiciosos hombres”. Se trata de favorecer que
los chicos se aproximen a la idea de que es posible basarse en diversas cualidades o aspectos de un personaje para
nombrarlo.
Además, la docente podría explicar que existen algunas palabras -como “él”, “ella”, “ellos”, etc.- que también sirven
para indicar de quién se está hablando. Se trata de palabras que se usan como “comodines” porque es posible utilizarlas
para nombrar a cualquier personaje, sin importar sus características. Se puede analizar el siguiente ejemplo tomado del
cuento:

Los estafadores volvieron a pedir más dinero, más seda y más oro, ya que lo necesitaban para seguir tejiendo. Lo
almacenaron todo en sus alforjas, pues ni una hebra se empleó en el telar, y ellos continuaron, como antes, trabajando
en el telar vacío.

Por último, será necesario advertir a los estudiantes que la repetición excesiva de estas palabras puede resultar
cansadora para el lector o generar dudas sobre la identidad de los personajes nombrados.

Situación 6: El propósito de esta situación es que los alumnos adviertan que es posible omitir la referencia a los
personajes -en este caso, los tejedores- cuando no se produce ambigüedad, es decir, cuando queda claro de quién se
está hablando. Para ello, puede proponer el análisis en parejas de un fragmento como el que sigue:

Los pícaros instalaron entonces dos telares y simularon que trabajaban en ellos aunque estaban totalmente vacíos. Con
toda urgencia, exigieron las sedas más finas y el hilo de oro de la mejor calidad. Guardaron en sus alforjas todo esto y
trabajaron en los telares vacíos hasta muy entrada la noche.
o ¿Quiénes son los que “exigieron las sedas más finas y el hilo de la mejor calidad”?
o ¿Y quiénes los que guardaron todo en sus alforjas y trabajaron durante la noche?

Durante la puesta en común, la docente interviene para que no haya dudas de que en todos los casos se sigue hablando
de los pícaros. Luego, plantea un nuevo problema para discutir en forma colectiva: ¿por qué aquí no es necesario indicar
quién realiza cada una de esas acciones? A partir de este interrogante, se puede ampliar la conclusión provisoria que se
escribió en la situación 2:

No siempre es necesario indicar de qué personaje se está hablando. Muchas veces se entiende igual porque se lo acaba
de nombrar. Esta es otra forma de evitar repeticiones.

Situación 7: Se retoma nuevamente el texto presentado en la situación 1 para que los alumnos lo revisen en parejas a
partir de lo trabajado en la secuencia de reflexión. El propósito de esta situación es que puedan utilizar los
procedimientos enseñados -sustitución u omisión- para evitar repeticiones innecesarias.
o Una chica de otra escuela escribió el texto que te mostramos a continuación. Su maestra le dijo que estaba muy
lindo, pero que había algunas repeticiones que se podrían evitar.

Lean el texto de la compañera y reemplacen u omitan algunas repeticiones.

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La Emperatriz fue al salón donde estaban los tejedores. Al verla llegar, los tejedores se hicieron los que trabajaban. Los
tejedores cortaban el aire con sus tijeras y movían las agujas para todos lados, como si hubiese una tela de verdad.
Entonces la Emperatriz se asustó mucho y pensó: “¡No puedo ver nada! Debo ser medio tonta. Tengo que disimular para
que los tejedores no se den cuenta o dejaré de ser Emperatriz”. Y entonces les dijo a los tejedores:
—¡Nunca vi un vestido más hermoso que este!
Al escucharla, los dos tejedores se sonrieron porque se dieron cuenta de que la Emperatriz también había caído en la
trampa.

La docente circula hace notar -a quienes aún no lo hayan notado por sí mismos- que hay dos palabras que se repiten
varias veces: “tejedores” y “Emperatriz”. Propone que piensen expresiones que puedan reemplazar esta última (¿Se les
ocurre alguna otra forma de nombrar a la Emperatriz? ¿Qué característica de este personaje se puede tener en cuenta
para pensar en alguna opción? ¿Podrá reemplazarse en algún caso por alguna de esas palabras “comodín” que vimos el
otro día?). Seguramente, algunos alumnos pregunten si se puede reemplazar “emperatriz” por “reina” o propongan
expresiones sinónimas como “la esposa del Emperador”.

Durante la puesta en común, la docente recupera las soluciones de las distintas parejas y las pone en discusión. Es
preciso hacer hincapié en que no hay una única posibilidad: por ejemplo, en la segunda oración (“Los tejedores cortaban
el aire con sus tijeras y movían las agujas para todos lados, como si hubiese una tela de verdad.”), es posible omitir
“tejedores” -ya que acaban de ser nombrados y no hay duda de que son ellos los que fingían trabajar- o bien sustituir
por “ellos” o por “pícaros” u otros sustantivos sinónimos. Por último, resulta relevante discutir en qué casos es mejor
reemplazar la palabra repetida y en cuáles queda mejor omitirla.

Situación 8: Para cerrar la secuencia, la docente propone revisar las producciones de las y los estudiantes para ver si hay
repeticiones que pueden evitarse a partir de lo que se ha reflexionado.
Finalmente, es necesario plantear situaciones similares a las presentadas tomando ejemplos de otros cuentos leídos,
como “El gato con botas”. Las situaciones en las que se ofrecen ejemplos con otros sustantivos y adjetivos contribuyen a
generalizar las formas de resolver el problema que se está estudiando.

o Algunas clases atrás estuvimos analizando ejemplos del cuento y vimos que se usan distintas marcas para
distinguir lo que dicen o piensan los personajes de la voz del narrador. Veamos un nuevo ejemplo:

Seguido de una multitud de personajes distinguidos, entre los cuales figuraban los dos viejos y buenos funcionarios que
habían ido antes, se encaminó a la sala donde se encontraban los pícaros, los cuales continuaban tejiendo
afanosamente, aunque sin hebra de hilo.

—¿Verdad que es admirable? –preguntaron los dos honrados funcionarios–. Fíjese, Vuestra Majestad, en estos colores y
estos dibujos –y señalaban el telar vacío, creyendo que los demás veían perfectamente la tela.
o Como se habrán dado cuenta, en este fragmento los funcionarios están hablándole al Emperador. ¿Qué marcas
se utilizan para indicar que esa es su voz?
o Ustedes dicen que para señalar que hablan los personajes se usa la raya de diálogo al comienzo de su
intervención. ¿Hay alguna otra marca espacial que se use? ¿Se dieron cuenta de que la voz de los personajes se
coloca en el renglón siguiente? Busquen en el cuento otros fragmentos para ver si esto es siempre así.

o ¿Por qué después de preguntarle “—¿Verdad que es admirable?” se pone otra raya de diálogo? ¿Quién dice
“preguntaron los dos honrados funcionarios”?

Durante la puesta en común, la docente interviene para pasar en limpio las siguientes conclusiones:

 cuando el narrador le da la voz a uno de los personajes, lo que dice ese personaje se coloca en el renglón
siguiente precedida por una raya;
 cuando el narrador “interrumpe” la voz del personaje, lo que dice el narrador se encierra entre dos rayas.
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Luego, se puede proponer el análisis en parejas de un ejemplo en el que aparezca lo que piensa un personaje.

o Lean en parejas el siguiente fragmento del cuento:

“¿Qué es esto?”, pensó el Emperador. “¡Yo no veo nada! ¡Esto es terrible! ¿Seré tonto? ¿O es que no merezco ser
emperador? ¡Resultaría espantoso que fuese así!”.
o Discutan entre ustedes:
 En este caso, el Emperador está pensando. ¿Qué marcas se utilizan para separar sus pensamientos de la
voz del narrador?

 ¿Sucede algo similar a lo que vimos en el ejemplo anterior? ¿El narrador “interrumpe” los pensamientos
del personaje? ¿Cómo se señala esa “interrupción”?

 Escriban una conclusión que dé cuenta de lo que conversaron sobre el uso de las marcas en este caso.

La docente coordina la puesta en común y propone ampliar las conclusiones anteriores:

 se usan comillas para indicar que un personaje está pensando;


 si el narrador “interrumpe” la voz del personaje, se cierran las comillas y se vuelven a abrir cuando continúan los
pensamientos del personaje.

A modo de cierre, se puede ofrecer el siguiente texto que incluye tanto las voces de los personajes como sus
pensamientos. Los chicos deberán leerlo y explicar por qué en algunos casos se usa la raya de diálogo y en otros las
comillas.

o Lean el siguiente fragmento del cuento y expliquen:


 qué marcas se usan para distinguir las voces de los personajes de la del narrador;

 qué marcas se usan para distinguir los pensamientos de los personajes de la voz del narrador.

Los dos estafadores le pidieron que se acercase y le preguntaron si no encontraba preciosos el color y el dibujo. Al
decirlo, señalaban el telar vacío, y el pobre ministro seguía con los ojos desencajados, pero sin ver nada, puesto que
nada había.
“¡Dios mío!”, pensó. “¿Seré tonto acaso? ¿Es posible que sea inútil para el cargo? No debo decir a nadie que no he visto
la tela”.
—¿Qué? ¿No decís nada del tejido? –preguntó uno de los pillos.
—¡Oh, precioso, maravilloso! –respondió el viejo ministro mirando a través de los lentes–. ¡Qué dibujos y qué colores!
Desde luego, diré al Emperador que me ha gustado extraordinariamente.

Por último, la o el docente podría proponer el análisis de fragmentos de “El traje nuevo del Emperador” o de otros
cuentos leídos durante el año para analizar qué verbos se utilizan para introducir las voces de los
personajes (dijo, respondió, contestaron, murmuró, preguntamos, aseguró…). En ese marco, sería interesante elaborar
un listado que quede disponible en el aula para ser consultado en otras situaciones de escritura.

Para los días de lluvia:


Clase 1: Sobre los engaños en el cuento
El engaño constituye un eje central del cuento. Seguramente los alumnos advertirán que hay dos personajes -los
tejedores- que estafan al rey. Sin embargo, otros sentidos vinculados con el engaño que están en juego en el cuento no
resultan tan evidentes en una primera lectura. Es lo que ocurre, por ejemplo, con los siguientes:

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 La mentira inicial de los tejedores pone en marcha una red de engaños que finalmente se extiende a todo el
reino.
 Cada uno de los personajes -el viejo ministro, el funcionario de confianza, el Emperador con su séquito, y más
tarde el pueblo en su conjunto- es engañado con la tela inexistente, pero a su vez engaña al afirmar que la ve. Es
así como todos los personajes contribuyen al engaño colectivo.

 A medida que va creciendo el número de personas que dicen ver la tela, se hace más y más difícil afirmarse en el
propio juicio, porque no es sencillo ir en contra de la opinión de la mayoría.

 El engaño a gran escala es posible porque todos los personajes -excepto el niño- renuncian a creer lo que es
evidente a sus propios ojos, para confiar en lo que dicen los demás. La palabra de los otros -aun cuando se trata
de forasteros desconocidos- no es puesta en duda por ninguno de los personajes.

 El temor a la mirada de los otros actúa como la causa que expande la mentira en todas direcciones.

 De alguna manera, el traje del emperador resultó finalmente efectivo para “distinguir a los listos de los tontos”
en el reino.

Algunas intervenciones posibles

o ¿Quiénes engañan a quiénes en este cuento?


o ¿Cómo es posible que tan solo dos bribones hayan podido engañar a un reino entero?

o No hay duda de que los tejedores engañan a todos, pero… ¿son los únicos que engañan o hay otros personajes
que también mienten? ¿Quiénes? Vamos a ir nombrándolos a todos…

o ¿Se dieron cuenta de que el engaño es como una bola de nieve que se va agrandando? Cada vez hay más
personas que dicen ver la tela… Vamos a releer estos fragmentos para ver cómo se extiende:

Todos en la ciudad hablaban de la espléndida tela como si la hubiesen visto.


—¡Es preciosa, elegantísima, estupenda! –corría de boca en boca y todos estaban entusiasmados con ella.
o ¿Cómo es posible que nadie sospeche que los tejedores puedan estar mintiendo? ¿O alguien sospechará?
o Cada uno de los personajes parece confiar más en lo que ven los demás que en lo que ven sus propios ojos, ¿por
qué será?

o Vamos a releer esta parte para ver si nos ayuda a entender por qué se impuso el engaño de esa manera entre
toda la gente:

Nadie permitía que los demás se dieran cuenta de que no veían nada, porque eso hubiera significado que eran indignos
de su cargo o que eran tontos de remate.
o El traje que supuestamente hicieron los tejedores servía para diferenciar a quienes no eran muy perspicaces de
quienes sí lo eran. ¿Sucede esto en el cuento? Al final del cuento, ¿sabemos quiénes son astutos y quiénes no lo
son?

Los alumnos registrarán y resolverán algunas consignas propuestas durante las intervenciones, luego se realizará una
puesta en común.

Clase 2: Sobre las motivaciones de los personajes


En esta clase se propone que los alumnos reflexionen en torno a la diversidad y multiplicidad de los motivos que llevan a
los seres humanos a actuar. En esta historia, las únicas motivaciones evidentes son las de los tejedores, ya que no se les
puede atribuir otra intención más allá de la de enriquecerse.

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Respecto del resto de los personajes, el cuento permite ver que puede haber varias razones que llevan a una persona a
obrar de cierto modo. Ese es el caso del emperador, que encarga el traje a los tejedores impulsado por dos motivos: por
un lado, una razón de índole personal -su vanidad y su afición a la vestimenta- y, por otro, una cuestión de Estado, como
lo es “distinguir a los listos de los tontos” entre los funcionarios de su corte.

Por otro lado, es posible advertir que, en ocasiones, las personas actúan de forma similar a partir de motivos
diferentes. Así, varios personajes mienten al afirmar que ven el traje, pero las razones que los guían a hacerlo no son
exactamente las mismas. Algunos tienen miedo de perder su puesto, otros de quedar en ridículo. Mientras los
funcionarios temen a la mirada del emperador, la gente del pueblo teme a la mirada de sus vecinos. El emperador, el
personaje más poderoso, es quizás también el más vulnerable, ya que probablemente se siente amenazado tanto por la
opinión de sus funcionarios como por la de su pueblo.

Asimismo, el texto permite asomarse al carácter contradictorio que muchas veces tienen las motivaciones de los seres
humanos. Frente al prodigio de una tela capaz de revelar las capacidades de cada quien, varios de los personajes pasan
de un estado de excesiva autoestima -creen que los “tontos” son siempre los demás- a un estado de angustiante duda
sobre la propia valía, para concluir en un estado de ocultamiento de la propia estupidez.
Será interesante hacer notar a los alumnos que, en un primer momento, el emperador no considera la posibilidad de
que él mismo pueda ser un tonto, sino que piensa que el traje le va a ser útil para poner a prueba a sus servidores. Sin
embargo, “por si acaso”, envía primero a sus funcionarios. Lo mismo sucede con la gente del pueblo cuando se dice
que “todos estaban deseosos de ver lo tonto o inútil que era su vecino”.

Por todas estas razones, muchas veces no resulta sencillo advertir los motivos que hay detrás de determinados
comportamientos, que pueden entonces parecer incomprensibles o incoherentes. Así ocurre, por ejemplo, con las
razones que llevan al niño a hacerse oír para poner en evidencia el engaño colectivo, o bien con las motivaciones del
emperador para seguir desfilando -y las de los chambelanes para seguir sosteniendo la cola imaginaria del traje- cuando
el engaño ha sido descubierto.

Algunas intervenciones posibles

o Ustedes dicen que el emperador manda a hacer el traje porque le gustaba la ropa, pero creo que hay otra razón
también. Vamos a releer el fragmento en el que el emperador decide encargarlo…
o Dijimos que los tejedores engañan, pero que también lo hacen el emperador y sus funcionarios. ¿Todos engañan
por la misma razón? ¿Por qué engaña cada uno de ellos?

o A mí me parece que al emperador la tela le genera algunas dudas y sentimientos contradictorios. Vamos a
releer una parte en la que expresa sus pensamientos y la discutimos entre todas y todos:

“Me gustaría saber lo que han avanzado con la tela”, pensaba el Emperador, pero se encontraba un poco confuso en su
interior al pensar que el que fuese tonto o indigno de su cargo no podría ver lo que estaban tejiendo. No es que tuviera
dudas sobre sí mismo; pero, por si acaso, prefería enviar primero a otro para ver cómo andaban las cosas.
o Cuando se difunde por el reino la noticia de que había una tela mágica, el narrador dice que “todos estaban
deseosos de ver lo tonto o inútil que era su vecino”. Parece ser que al principio todas las personas tenían mucha
confianza en su propia inteligencia. ¿Qué les ocurre más adelante?
o Les voy a releer una parte de la escena en la que el Emperador va con su séquito a ver cómo había quedado su
traje, para que tratemos de entender qué piensan los funcionarios.

—¿Verdad que es admirable? –preguntaron los dos honrados funcionarios–. Fíjese Vuestra Majestad en estos colores y
estos dibujos –y señalaban el telar vacío, creyendo que los demás veían perfectamente la tela.
o Aquí el narrador afirma que los funcionarios eran honrados. ¿Cuál será entonces el motivo que los lleva a mentir?
¿Cómo creen que se sentían mientras lo hacían?
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o Ustedes dicen que todos mentían porque no querían que se pensara que eran tontos, y yo creo que es así. Pero
me parece que ese temor no era igual para todos. ¿Ante quién temían quedar en ridículo los funcionarios? ¿Qué
consecuencias podían sufrir si se descubría que no veían la tela?

o Y la gente del pueblo, ¿a qué le temerá? ¿Qué le podrá pasar?

o El niño es el único que dice lo que piensa. ¿Por qué lo hará?, ¿no le importa lo que los demás piensen de él?, ¿se
dará cuenta de que todos están fingiendo que ven la tela?

Los alumnos registrarán y resolverán algunas consignas propuestas durante las intervenciones, luego se realizará una
puesta en común.

Clase 3: Sobre el lenguaje de los cuentos


En esta clase es importante sostener en los intercambios sobre los diversos cuentos que se van leyendo, de modo que
los alumnos tengan muchas oportunidades de apreciar los múltiples efectos que se ponen en juego a partir de la
particular forma en que se usa el lenguaje en los textos literarios. Así, se podrían comentar las comparaciones que se
usan para hacer más vívidas algunas descripciones (“abriendo unos ojos como platos”, “las prendas son ligeras como si
fuesen una tela de araña”).

Algunas palabras y frases tienen un matiz expresivo que contribuye fuertemente a la construcción del sentido del texto.
Es el caso, por ejemplo, de la palabra “cuchichear”, que se utiliza cuando el pueblo empieza a hacerse oír sin atreverse a
alzar la voz todavía, o de la frase “Y se irguió aún con mayor arrogancia que antes”, que define el posicionamiento del
emperador frente a su pueblo. Probablemente los alumnos desconozcan estas expresiones, pero aun así sin duda están
en condiciones de apreciar el efecto que producen, sobre todo cuando la docente focaliza la atención sobre ellas.

Algunas intervenciones posibles

o Me gusta mucho la parte que dice “Las prendas son ligeras como si fuesen una tela de araña -elogiaron los
bribones-. Se diría que no lleva nada en el cuerpo, pero esto es precisamente lo bueno de la tela.” Me causa
mucha gracia porque los tejedores les están tomando el pelo al emperador y a su séquito sin que se den cuenta.
También me gusta la comparación con la tela de araña. ¿Con qué otras cosas podríamos comparar la tela del
traje para dar sensación de que son muy livianas?
o “Cuchichear” es una palabra muy bonita. Significa hablar en una forma especial, muy diferente a gritar. Les releo
el fragmento para que noten la diferencia:

Y todo el mundo empezó a cuchichear sobre lo que acababa de decir el pequeño.

—¡Pero si no lleva nada puesto! ¡Es un niño el que dice que no lleva nada puesto!

—¡No lleva traje! –gritó, al fin, todo el pueblo.


o ¿Quiénes quieren leer lo que dicen los personajes cuchicheando y gritando?
o Entonces, el pueblo primero cuchichea y después grita… ¿Por qué creen que pasa eso?

o También es importante notar que dice “gritó al fin”. Es como si se hubiesen estado conteniendo y ya no
aguantaran más.

Los alumnos registrarán y resolverán algunas propuestas durante las intervenciones, luego se realizará una puesta en
común.

Clase 4: Sobre las semejanzas y diferencias con “El gato con botas”

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Durante esta clase se establece algunas vinculaciones entre “El traje nuevo del Emperador” y “El gato con botas”. El
tema del engaño se constituye en el eje de las comparaciones. Entre otras cosas, se pueden comparar los motivos por
los que se engaña, las trampas que se utilizan o bien las características de los personajes, tanto de engañadores como de
engañados.

En los cuentos tradicionales el engaño muchas veces es el arma que usan los más débiles para defenderse de los más
poderosos, y es por eso que en los cuentos “nunca vamos a encontrar a un rey o un alcalde o un hombre rico dando
muestras de ingenio: los que consiguen hacer caer en sus trampas a los poderosos son personas que están bajo sus
órdenes”1. Tanto en “El traje nuevo del Emperador” como en “El gato con botas”, los que resultan engañados son reyes
que, además, tienen algunas características que facilitan que se los burle: son crédulos y poco perspicaces.

En cuanto a los personajes que engañan, hay diferencias: mientras que el gato resulta simpático y querible -por su
astucia y porque saca a su amo de la pobreza- el carácter malicioso de los tejedores es enfatizado a lo largo de todo el
cuento. Además, en “El traje nuevo del Emperador" hay múltiples engaños, como ya hemos visto. Otro aspecto
interesante es que en ambos cuentos hay engaños asociados con el amor propio, la vanidad y el valor simbólico de la
ropa.

Algunas intervenciones posibles

o Antes de “El traje nuevo del Emperador” ya habíamos leído otros cuentos en los que hay engaños. Les propongo
que los comparemos…
o Vamos a pensar en los personajes que son engañados en “El traje nuevo del Emperador” y en “El gato con
botas” ¿Encuentran algunos que se parezcan?

o Pensemos ahora en el gato y en los tejedores, ¿cuál de estos personajes les resulta más simpático?, ¿por qué?

o En “El gato con botas” había un engaño que también tenía que ver con la ropa. ¿Cuál era?

o En este cuento los tejedores tienden una trampa al emperador, usan la tela maravillosa para atraerlo porque
saben que es muy vanidoso. El protagonista de “El gato con botas” también se aprovecha del amor propio de un
personaje mucho más poderoso que él para engañarlo. ¿Se acuerdan de ese episodio?

Los alumnos registrarán y resolverán algunas propuestas durante las intervenciones, luego se realizará una puesta en
común.
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