0% encontró este documento útil (0 votos)
4 vistas31 páginas

Guía Brindar Primera Atención Mujeres Víctimas Violencia

primera atencion a nmjeres
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
4 vistas31 páginas

Guía Brindar Primera Atención Mujeres Víctimas Violencia

primera atencion a nmjeres
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 31

1

2
3
4
GUÍA PARA BRINDAR
PRIMERA ATENCIÓN A MUJERES
VÍCTIMAS DE VIOLENCIA

ÍNDICE
PRESENTACIÓN 7

INTRODUCCIÓN 8

1. CONTEXTO 10

1.1 ¿Qué es una crisis? 10

1.2 Intervención en crisis 12

2. PERSPECTIVA DE GÉNERO DURANTE UNA INTERVENCIÓN EN CRISIS


EN CASO DE VIOLENIA CONTRA MUJERES 15

2.1 ¿Para qué sirve la perspectiva de género? 15

2.2 Intervención en crisis en casos de violencia contra mujeres 15

3. PASOS A SEGUIR EN LA INTERVENCIÓN EN CRISIS EN CASO DE VIOLENCIA


CONTRA MUJERES 17

3.1 PASO 1 – Establecer el primer contacto con la mujer 16

3.1.1 ¿Qué sí y qué no se debe hacer al establecer el primer contacto con la mujer? 20

3.2 PASO 2 – Dimensionar el problema 20

3.2.1 ¿Qué sí y qué no se debe hacer al dimensionar el problema? 25

3.3 PASO 3 – Reconocer y evaluar posibles soluciones 25

3.3.1 ¿Qué sí y qué no se debe hacer al reconocer y evaluar posibles soluciones? 26

3.4 PASO 4 – Construir acciones concretas 26

3.4.1 ¿Qué sí y qué no se debe hacer al construir acciones concretas? 27

3.5 PASO 5 – Dar seguimiento 27

3.5.1 ¿Qué sí y qué no se debe hacer al dar seguimiento? 28

4. CARACTERÍSTICAS DE LAS PERSONA QUE BRINDA LOS


PRIMEROS AUXILIOS PSICOLÓGICOS A MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA 28

Bibliografía consultada 31

5
6
GUÍA PARA BRINDAR
PRIMERA ATENCIÓN A MUJERES
VÍCTIMAS DE VIOLENCIA
ENTREVISTA INICIAL / PRIMEROS AUXILIOS PSICOLÓGICOS

PRESENTACIÓN

Esta Guía es una herramienta para las y los primeros


respondientes ante denuncias realizadas por mujeres víctimas
de violencia de género. Dirigida a personas servidoras públicas
de distintas entidades, principalmente aquellas que intervienen
en el proceso de atención y en el seguimiento de casos de
violencia de género (cuerpos policiales, institutos de mujeres,
juzgados cívicos o de fiscalías), en los tres niveles de gobierno.

No se trata de un instrumento de atención más. La Guía para


Brindar Primera Atención a Mujeres Víctimas de Violencia recoge
la metodología de Primeros Auxilios Psicológicos (PAPs) para
hacer frente a la primera fase de una intervención en crisis, la
intervención en primera instancia. La estructura y secuencia de
la Guía se ha organizado para facilitar la asimilación y empatía de
la situación emocional que está viviendo la mujer víctima o
denunciante. Posteriormente, a través de los cinco pasos que se
proponen en los PAPs (que pueden ser realizados por personas
no especializadas en atención psicológica) se procede a ejecutar
las acciones necesarias para ofrecer una rápida y adecuada
primera entrevista a la víctima.

Lo anterior, en vista de que tan solo una pequeña parte de


personas servidoras públicas están familiarizadas con las
acciones de contención para reducir el estrés inicial causado por
eventos traumáticos (no necesariamente ocurridos de manera
reciente) y, en consecuencia, podrían propiciar (de manera
involuntaria) efectos negativos en las víctimas.

En definitiva, la Guía se configura como una estrategia


homologada que busca brindar a personas servidoras públicas,
partícipes del proceso de atención y seguimiento de denuncias
de violencia hacia las mujeres, una herramienta que favorece a la
contención de crisis causadas por eventos violentos, por medio
de una primera atención oportuna y eficiente.

7
INTRODUCCIÓN

A través de diferentes instrumentos jurídicos nacionales e


internacionales, se ha reconocido que la violencia contra las
mujeres es un problema estructural de discriminación y de las
relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y
hombres, que constituye una violación a los derechos humanos y,
por tanto, se trata de una ofensa a la dignidad humana.

Una de las estrategias diseñadas para contribuir a mejorar la


actuación policial fue la creación, en 2020, del Protocolo Nacional
de Actuación Policial para la Atención a la Violencia de Género
contra las Mujeres en el Ámbito Familiar. Este instrumento tiene
la finalidad de dotar a los cuerpos policiales de un procedimiento
idóneo y efectivo que garantice una respuesta adecuada ante la
violencia que se ejerce contra las mujeres en el ámbito familiar.

En ese sentido, la presente guía pone énfasis en el trato que debe


darse a la mujer víctima de violencia, con la finalidad de no
revictimizar, dar un trato respetuoso con enfoque de derechos
humanos para brindar seguridad.

Las instituciones competentes en seguridad pública pueden


implementar procedimientos que orienten a sus oficiales para
manejar casos de violencia, mediante la identificación oportuna
de los mismos; desarrollar labores tendientes a la protección y
seguridad de las mujeres víctimas, y aportar los elementos
necesarios para que la autoridad conozca de los hechos.

Protocolo Nacional de Actuación para la Atención a la Violencia de Género contra las Mujeres en el Ámbito Familiar.
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/614682/DOF_-
PROTOCOLO_NACIONAL_DE_ACTUACI_N_POLICIAL_PARA_LA_ATENCI_N_DG_NERO_CONTRA_LAS_MUERES_EN
EL_MBITO_FAMILIAR_VF.pdf

8
Aunado a este esfuerzo, la GUÍA PARA BRINDAR PRIMERA
ATENCIÓN A MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA presenta
criterios básicos para la atención psicológica de las mujeres
víctimas en situación de crisis, con la finalidad de que se brinde un
servicio oportuno, de calidad y con calidez, que no incremente los
daños a la salud emocional y contribuya a frenar la situación de
violencia.

La incorporación de la perspectiva de género en la presente guía,


permite entender la complejidad de la situación en la que las
mujeres se encuentran inmersas, los aspectos individuales,
sociales y culturales que normalizan la violencia en una relación y
la hacen invisible o minimizan ante la propia víctima.

Mirar la violencia contra las mujeres a través de los lentes y la


perspectiva de género, permite tener en cuenta las relaciones de
poder desde el lugar de quienes no lo tienen en ese momento, y
entender a quienes están en situación de desigualdad y
vulnerabilidad por la violencia que sufren.

De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional sobre la


Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021, el 70%
de las mujeres de más de 15 años han experimentado violencia a
lo largo de su vida, y el 42% en el último año. El 99.7% de los casos
de violencia sexual contra mujeres, no fue denunciado.

Partimos de que en todo momento debe asumirse como cierto lo


que la víctima narra, evitar juicios personales o minimizar su
sentir, y de forma primordial, hacer lo necesario para eliminar las
barreras existentes, a fin de que acuda a los servicios adecuados
para solucionar su situación y asegurar su acceso a la justicia.

Esta guía tiene como objetivo, brindar a las personas servidoras


públicas que intervienen en el proceso de atención y denuncias
de violencia contra mujeres, una herramienta que favorezca a la
contención de crisis causadas por los eventos violentos, por
medio de una primera atención oportuna y eficiente a la mujer
víctima.

9
1. CONTEXTO
Se ha demostrado que las mujeres que viven violencia y solicitan
apoyo, regularmente se encuentran en un estado de crisis, es
decir, presentan confusión en sus pensamientos, emociones y
comportamientos.

1.1 ¿Qué es una crisis?

Es un estado temporal de desequilibrio y desorganización, que se


caracteriza principalmente por una incapacidad de la persona
para manejar situaciones particulares utilizando métodos
acostumbrados para la solución de problemas, y por el potencial
para obtener un resultado radicalmente positivo o negativo
(Slaikeu, 1996, p.16).

Se presenta cuando la víctima vive un acontecimiento que para


ella tiene un significado catastrófico y/o la coloca en una
situación vulnerable.

La persona se enfrenta a un problema ante el cual sus recursos de


adaptación, así como sus mecanismos de defensa usuales no
funcionan.

El desequilibrio que caracteriza la crisis se ve determinado


por los sentimientos de tensión, parálisis o falta de
capacidad de actuar y desamparo al ver afectadas distintas
áreas de la vida como sus sentimientos, pensamientos,
conducta, relaciones sociales y funcionamiento físico.

Una persona que atraviesa por una crisis se encuentra en una


etapa importante en el curso de su vida, no importa qué tipo de
crisis sea, el evento es emocionalmente significativo e implica un
cambio radical en su vida.

10
Las mujeres víctimas de violencia pueden
sentir algunas de las siguientes
situaciones: tensión, desesperanza,
indefensión, desesperación, angustia,
agobio y una sensación de parálisis frente
a la toma de decisiones.

Las mujeres que atraviesan por una crisis puede sentir pérdida de
control de la situación que viven, de reconocerse con derechos,
encontrar alternativas ante la violencia, pensar en una situación
futura o en una forma diferente de vivir (si la reconocen, no saben
cómo acceder a ella).

En ese ambiente la crisis es resultado de la gravedad de la


violencia y tiene como consecuencia que la víctima sienta que no
tiene alternativas de acción o solución.

Las soluciones que identifican, en


ocasiones colocan a las mujeres ante
una situación de riesgo para sí mismas
o para las personas que las rodean.
Ante ello es necesaria una intervención
que les permita estabilizarse y tomar
las decisiones que salvaguarden su
integridad emocional.

11
1.2 Intervención en crisis

Su objetivo es restaurar la estabilidad emocional para activar los


recursos de afrontamiento que la persona requiere para superar
la crisis.

Se brinda en dos fases:

La intervención en crisis es una estrategia que se aplica en


momentos de desorganización y consiste en una entrevista en la
que se deben considerar las siguientes acciones:

1. Facilitar la expresión de las emociones sin permitir el


descontrol: Permitir y normalizar el llanto. Es importante
resaltar la utilidad de llorar como elemento de descarga
emocional. Hay que evitar el descontrol de la mujer
cambiando el tono de voz, postura corporal o el tema,
cuando se intuye que esté a punto de suceder.

En caso de descontrol (la persona se levanta, grita, se tira


al suelo, etc.), es necesario conservar la calma, hablar en
un tono de voz tranquilo y suave permitiendo que pase
la crisis. En caso de agresividad verbal, es preciso facilitar
la expresión de su enojo procurando que ésta no se
desborde.

12
2. Aclarar y ordenar: Cuando la mujer está confundida
respecto qué camino tomar, el papel del apoyo en crisis
consiste en ayudarle a ordenar las ideas sin decir nunca
lo que la persona debe hacer.

Para este fin, se puede contribuir de diferentes formas, como lo


muestra la Figura 1.

Mostrar una actitud directiva a través de instrucciones sencillas y


breves.

Figura 1. Posibles acciones para aclarar y ordenar

3. Enfocarse en preguntar respecto al contexto y temas


importantes para la atención.

4. Escucha pasiva: Permitir los silencios, la información


angustiante y el dolor de la otra persona sin ponerse
nervioso/a. Es importante dejar de pensar que hay algo
por decir.

5. Saber esperar: Aunque la labor de apoyo en crisis sea


buena, en ocasiones, el momento no es idóneo para que
la mujer esté receptiva y escuche.

Fuente: elaboración propia.

13
6. Aceptar sin juzgar: La persona que apoya debe mostrar
una aceptación incondicional, sin emitir juicios de valor
sobre su comportamiento.

7. Motivar a la mujer a que haga pequeños cambios de


conducta. Lo importante es hacer contacto emocional
mostrar empatía.

Tras la intervención en crisis, se espera cumplir con metas que


contribuyan a un cambio positivo en la vida de la mujer que
atraviesa por una crisis (Figura 2). Comentado [XANH1]: Contemplar que tendrá modificaciones.

Figura 2. Metas de la intervención en crisis


Fuente: elaboración propia.

14
2. PERSPECTIVA DE GÉNERO DURANTE UNA INTERVENCIÓN
EN CRISIS EN CASO DE VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

La perspectiva de género muestra que las diferencias entre


mujeres y hombres no sólo se dan por el aspecto biológico, sino
también por diferenciales culturales asignados a mujeres y
hombres.

El género permite tomar consciencia de que las vivencias


personales de mujeres y hombres y los papeles masculinos y
femeninos son diferentes para unos y para otras y esto tiene
consecuencias en su condición de vida, oportunidades y
posibilidades de desarrollo.

En México las mujeres son más propensas a sufrir abuso sexual,


violencia familiar o doméstica, de acuerdo con la Encuesta
Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares
(ENDIREH) 2021.

2.1 ¿Para qué sirve la perspectiva de género?


La importancia de la aplicación de la perspectiva de género radica
en las posibilidades que ofrece para comprender cómo se
produce la violencia y discriminación hacia las mujeres, así como
generar alternativas a sus necesidades para disminuir y eliminar
sus consecuencias.

2.2 Intervención en crisis en casos de violencia contra


mujeres

En la sección 1, se mencionaron las acciones a realizar durante una


entrevista de atención en crisis; sin embargo, cuando se incorpora
el componente de violencia contra las mujeres, la atención en
crisis tiene sus propias particularidades que no fueron incluidas en
las acciones generales.

15
Para brindar apoyo cálido y eficaz a una mujer que vive violencia,
se debe manejar el supuesto de que una crisis sirve como base
para un crecimiento futuro, para mejorar o enriquecer las
aptitudes y recursos que permitan afrontar estos sucesos; de
modo que se debe prestar especial atención a la importancia de
los recursos personales y sociales con los que cuenta la mujer.

La intervención en crisis en casos de violencia contra mujeres,


debe incitar a la acción de las mujeres que sufren este tipo de
violencia; por ello, plantea metas específicas (Figura 3).

Figura 3. Metas de la intervención en crisis en casos de violencia contra mujeres

Fuente: elaboración propia.

16
3. PASOS A SEGUIR EN INTERVENCIÓN EN CRISIS EN
PRIMERA INSTANCIA EN CASOS DE VIOLENCIA CONTRA
MUJERES

Figura 4. Pasos para la intervención en crisis en casos de violencia contra


mujeres.

3.1 PASO 1 – Establecer el primer contacto con la mujer.

Es muy importante el primer contacto que se establece con la


mujer que vive violencia tanto para la construcción de la confianza
como para el desarrollo de la intervención en crisis.

17
I. Bienvenida y presentación.

Al estar ante la presencia de una mujer que requiere apoyo por


violencia, se le debe saludar de manera respetuosa.

La persona que la recibe o atiende debe presentarse diciendo


su nombre, cargo o de la participación que lo acredita,
asimismo explicar o señalar sus funciones.

Debe preguntar el nombre de la mujer y recabar datos


generales como domicilio, número de contacto, fecha de
nacimiento, edad, si es la primera vez que pide ayuda, entre
otros.

Para referirse a la mujer le corresponde preguntar la forma en


que le gusta ser nombrada, y si le gusta ser tuteada o no.

Se puede dar la bienvenida a la mujer al reconocer su decisión


de solicitar apoyo.

II. Tiempo y sitio donde se realizará


la intervención en crisis.

La atención debe ser pronta, en un lugar privado que le permita a


la mujer sentirse segura de no exponerse ante desconocidos que
pudieran colocarla en riesgo. Puede ser en un lugar cerrado o
apartado de la gente, donde exista un espacio en el cual pueda
sentarse cómodamente.

III. Confidencialidad.

Es preciso comunicar a la mujer que se tendrá confidencialidad


de todo lo que diga, a menos que se encontrara en situación de
riesgo ella o la persona que brinda la atención, se rompería la
confidencialidad.

18
IV. Planteamiento del problema.

Identificar la historia de la evolución de la violencia,


circunstancias, situaciones y espacios que rodean el problema.

V. Necesidades y expectativas de la mujer.

Preguntar cuáles son sus necesidades ante el problema de


violencia y cuáles son sus expectativas del servicio o apoyo.
También es conveniente corregir los malentendidos o dudas que
puedan existir en torno a la situación que expone y el servicio que
se brinda.

VI. Autoafirmacionespara ayudar a la mujer a


sentirse cómoda al hablar de su situación de
violencia.
Se pueden sugerir las siguientes autoafirmaciones para su
revisión crítica:

Tome un respiro y tranquilícese.

Recuerde que usted tiene derechos, que ha pasado por


situaciones difíciles y ha podido salir adelante.

Considerando el tiempo que tiene viviendo esta situación de


violencia, usted debe ser muy fuerte para solicitar apoyo.

No hay catástrofes inmediatas.

Piense en este problema como un reto.

Puede manejarlo.

Pare y piense.

19
3.1.1 ¿Qué sí y qué no se debe hacer al establecer el
primer contacto con la mujer?

3.2 PASO 2 – Dimensionar el problema.

Se sugiere dimensionar el problema a partir de la evaluación del


riesgo en que pudiera encontrarse la mujer, tomando en cuenta la
peligrosidad del agresor y la vulnerabilidad de la mujer víctima de
violencia. Hay que recordar que una de las metas de la
intervención en crisis es reducir el riesgo de mortalidad, en el caso
de la violencia contra las mujeres, de feminicidio y suicidio.

20
A. Evaluación del riesgo.

En seguida se retoma del protocolo de impresión clínica y evaluación


psicosocial, la fórmula para determinar el riesgo basado en la
vulnerabilidad y el peligro en que se encuentra la mujer.

La evaluación del riesgo, busca determinar los factores de riesgo a partir


de establecer la peligrosidad de la persona agresora, con la finalidad de
preservar la integridad física y psicológica de la mujer víctima de
violencia.

Se trata de una aproximación psicosocial que permite también,


determinar la vulnerabilidad y el riesgo en la cual se encuentra la mujer
víctima de violencia.

Se realiza a través de la interacción de dos factores: la peligrosidad del


agresor/a y la vulnerabilidad de la mujer para afrontar el riesgo.

La relación que mantienen la mujer víctima de violencia y el agresor


puede ser:

De violencia: La persona agresora utiliza la violencia para controlar a la


mujer y obligarla a que ejecute sus órdenes y la mujer cuenta con pocos
recursos para defenderse, ponerse a salvo y para darse cuenta que su
vida está en riesgo.

De hostilidad: La persona agresora se encuentra “en guerra


permanente”, constantemente violenta a la mujer. Generalmente la
violencia es psicológica por lo tanto el daño a la mujer también es
psicológico. En este caso la mujer puede defenderse y responder de
manera asertiva o agresiva, aunque viva con malestar emocional en
forma permanente.

De feminicidio: La persona agresora la puede matar a la víctima, o ella


puede actuar, defenderse o disponer de su propia vida.

21
Al evaluar la peligrosidad del agresor podemos identificar posibles
conductas del pasado que puedan determinar las acciones
presentes y futuras en términos de violencia.

Al estimar la vulnerabilidad de la víctima, podemos identificar su


estado general frente a la situación de crisis y sus estrategias de
afrontamiento ante un posible riesgo físico o mental, como
consecuencia del impacto psicológico de la violencia sufrida.

Figura 5. Gráfico para evaluar el nivel del riesgo.

B. Factores que ayudan a determinar el grado de peligro y


vulnerabilidad.

Para contribuir a la definición de peligrosidad y vulnerabilidad, en


la Figura 6 se enlistan una serie de factores que pueden ser
identificados durante la intervención, en caso de que no se
mencionen, es prudente inducir a preguntas que arrojen esa
información.

Los factores de riesgo son aquellos elementos que nos ayudarán


a identificar los antecedentes de conductas violentas, realizadas
por el agresor y que aumentan la probabilidad de reincidencia en
las mismas.

Los factores de vulnerabilidad son aquellos que hacen que una


mujer sea más propensa a sufrir violencia.

Conocer éstos factores nos permite tomar medidas para prevenir


la violencia contra las mujeres.

22
Figura 6. Factores que ayudan a determinar el grado de peligrosidad y
vulnerabilidad.

C. Alternativas de atención.

Algunas alternativas de atención a la mujer víctima en relación a la


seguridad personal, integridad psicológica, apoyos sociales y
seguimiento jurídico que pueden ser sugeridas y/o canalizada, según el
nivel de riesgo identificado en la mujer, se pueden observar en la Figura
7.

23
Figura 7. Alternativas de atención.

3.2.1 ¿Qué sí y qué no se debe hacer al dimensionar el


problema?

3.3 PASO 3 – Reconocer y evaluar posibles soluciones.

I. Soluciones intentadas, fuerzas y recursos de la mujer. Cuando


las mujeres viven violencia y acuden a solicitar apoyo,
generalmente, ya han intentado implementar algunas soluciones

24
al problema, por lo que es conveniente reconocerlas y evaluarlas
para identificar las más favorables.

En este paso de la intervención en crisis, el conocer y poner en


movimiento recursos y habilidades individuales de la víctima
externas o internas hacia la solución de la crisis, dará cuenta de lo
que ha funcionado y lo que no, si ha recibido atención
especializada, si ha contado con red de apoyo y/o si ésta es
segura o no.

Se puede ayudar a la mujer a plantear soluciones sugiriéndole las


siguientes acciones:

3.3.1 ¿Qué sí y qué no se debe hacer al reconocer y evaluar


posibles soluciones?

3.4 PASO 4 – Construir acciones concretas.

I. Plan de acción

Una vez que se manejó la crisis, la mujer ha encontrado


estabilidad en sí misma y se ha dimensionado el problema, debe
construir un plan de acción de acuerdo con sus necesidades y
expectativas.

25
En este momento de la intervención, se debe ayudar a la toma de
decisiones y a llevarlas a la práctica, indicar a la mujer que:

1. Piense en una salida.


2. Ahora piense en otras alternativas (por lo menos dos o tres).

Comentarios sobre los planes de acción:

Si la mujer requiere de atención médica especializada por la


violencia física sufrida, se deberá hacer el acompañamiento
o la canalización (en caso de que la mujer pueda acudir sola).

Si la mujer visualiza una red de apoyo segura, deberá


construirla, quizá con la ayuda de quien le brinda la atención
o de la red institucional o comunitaria.

Si la mujer desea denunciar, se valorará el dar


acompañamiento para ello, así como los medios que le
permitan hacerlo.

El primer auxilio psicológico puede apoyar a las mujeres para


valorarse a sí mismas, tomar decisiones, recuperarse
emocionalmente, ejercer derechos y empoderarse. Para ello,
es útil el establecimiento de redes e identificar
organizaciones sociales e instituciones que colaboren en ese
nivel.

Una obligación es tener un registro de la atención brindada


a mujeres que viven violencia, por lo tanto es imprescindible
el registro en el Banco Nacional de Datos e Información
sobre casos de Violencia contra las Mujeres (BANAVIM).

3.4.1 ¿Qué sí y qué no se debe hacer al construir acciones


concretas?

26
3.5 PASO 5 – Dar seguimiento.

I. Herramienta de seguimiento

Existen herramientas que permiten la verificación del progreso de


los casos atendidos, con la finalidad de medir el cumplimiento de
los objetivos. Lo anterior en el sentido también de evaluar las
intervenciones.

3.5.1 ¿Qué sí y qué no se debe hacer al dar seguimiento?

4. CARACTERÍSTICAS DE LA PERSONA QUE BRINDA LOS


PRIMEROS AUXILIOS PSICOLÓGICOS A MUJERES VÍCTIMAS DE
VIOLENCIA.

Tal como se muestra a lo largo de la guía, la intervención en crisis


en caso de violencia contra las mujeres, requiere de muchas
acciones para evitar caer en una serie de malas prácticas que
favorezcan a que prevalezca la violencia y/o que evolucione.

Por lo anterior, la persona primera respondiente tiene una gran


responsabilidad con la víctima de violencia y debe contar con una
serie de características (Figura 8) que le permita brindar una
adecuada contención.

Para la persona primera respondiente, quizá sea la llamada


número veinte; pero para la víctima puede ser la primera vez que

27
se siente capaz de compartir la situación de violencia que vive, es
aquí donde radica la importancia de la atención inicial.

Figura 8. Características de la persona que brinda intervención en primera


instancia a mujeres víctimas de violencia.

28
Figura 9. Elementos para brindar una adecuada atención.

Finalmente, con todo lo revisado en esta guía, se puede dar


cuenta del gran compromiso que conlleva ser parte de un
Gobierno que debe asegurar una vida libre de violencia para las
mujeres, acceso a la justicia y la garantía de no revictimización,
mientras brinda una atención digna y respetuosa.

Bibliografía Consultada.

29
Burin, M. (1996). Género, psicoanálisis, subjetividad. Buenos Aires, Paidós.

Burin, M. y Meler, I. (1998) Género y familia: poder, amor y sexualidad en la


construcción de la subjetividad. Buenos Aires, Paidós.

Claramunt, M. (1999). Serie Género y salud Pública 1. Mujeres maltratadas: Guía


de trabajo para la intervención en crisis. Costa Rica, Organización Panamericana
de la Salud. Programa Mujer, Salud y Desarrollo.

Corsi, J. (1994). “Una mirada abarcativa sobre el problema de la violencia


familiar”. En: J. Corsi (comp.) Violencia familiar. Una mirada interdisciplinaria
sobre un grave problema social (pp. 15-63). Buenos Aires, Paidós.

---------- (1995). Violencia masculina en la pareja: una aproximación al


diagnóstico y a los modelos de intervención. CIPAF, República Dominicana,
Paidós.

Heise, L. (2001). La coerción sexual y la salud reproductiva de las mujeres. En:


Figueroa, y C. Stern, (coord.) Sexualidad y salud reproductiva. Avances y retos
para la investigación (pp. 235-273). México, Colegio de México.

INEGI, (2021). Encuesta nacional sobre la dinámica de las relaciones en los


hogares (ENDIREH). https://www.inegi.org.mx/programas/endireh/2021/

Lagarde, M. (1992). Identidad de género. Managua, Cenzontle.

--------- (2001). Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas,


presas y locas. UNAM, PUEG.

Rubin, G. (1996). “El tráfico de mujeres: notas sobre la economía política del sexo”.
En Martha Lamas, (comp.) El género: la construcción cultural de la diferencia
sexual (pp. 17-27). México, UNAM.

Sistema nacional de prevención, atención, sanción y erradicación de la violencia


contra las mujeres. Modelo integral para la sanción de las violencias contra las
mujeres, (2022).

Slaikeu, K. (1996). Intervención en crisis. Manual para práctica e investigación. (p.


16) 2ª ed. México, Universidad Autónoma del Estado de México.

Walker, L. (2012). Síndrome de la mujer maltratada. Desclée de Brouwer Editores.

30
Webster. (2000). Crisis Vital: Ayudar cuando los riesgos son altos. En: K. Slaikeu,
Intervención en crisis. Guía para práctica e investigación (pp. 3-6). 2a ed. México,
El manual Moderno.

31

También podría gustarte