Tomás León Méndez – 202223633
Historia de América Latina S.XIX
El reconocimiento de América Latina como categoría de estudio histórica
Considerar a Latinoamérica como un sujeto de estudio para la historiografía, no es algo que
lleve más de un siglo, de hecho, los textos y fuentes secundarias que hoy día usamos para
estudiar y entender qué es América Latina, cómo podemos estudiarla, qué
debemos/queremos estudiar sobre Latinoamérica, son producciones relativamente recientes.
Con lo anterior, esta misma historiografía se ha centrado en la lucha de emancipación de los
imperios español y portugués, también de cómo fueron los procesos de independencia y de
abolición de esclavitud, pero, ¿realmente eso es lo único que nos puede ofrecer el territorio
para estudiar? ¿habrá más perspectivas para estudiar la formación y existencia de América
Latina como categoría histórica? En este ensayo busco argumentar que existen
producciones historiográficas que han reevaluado y beneficiado la posición de América
Latina desde la era colonial hasta el siglo XIX, y que dichas producciones han superado
gran parte de los eventos del norte global en cuanto a importancia.
En un principio, el mundo Atlántico se percibía como aquella ruta que unía por un mismo
lado (en un principio, colonial y económicamente) a los imperios europeos con el
continente americano, sobre todo el imperio español y el imperio británico. A raíz de esto,
estos imperios se repartieron el territorio de América para expandir sus fronteras y tener un
mayor control y alcance en lo que en Europa llamaron como el “Nuevo Mundo”, con esto,
se produjo el famoso Intercambio Colombino, lo que permitió que las producciones y
existencias de América se llevaran al territorio europeo, y viceversa. Sin embargo, las
relaciones monárquicas en Europa no estaban en su mayor momento de armonía y se
preveía que en algún momento, las guerras se podrían desatar entre los imperios, lo cual
posteriormente conoceremos como las guerras imperiales, es aquí donde el Atlántico y las
colonias en América empezaron a poseer una función más allá de ser una extensión de
territorio y poder. Para las dos primeras décadas de 1700, se desata en Europa la primera de
muchas guerras, esta primera es la que conoceremos como la Guerra de Sucesión Española,
en donde los diferentes imperios europeos empezaron a pelearse por la corona española y
evitar que los Borbones suban al poder, el imperio español pierde el monopolio que tenían
en el Caribe y este se lo quedaría la monarquía británica, además de que esta guerra llevó a
que los Habsburgo perdieran su poder en Europa y que los Borbones subieran al trono. Las
siguientes guerras como la Guerra de Sucesión Austríaca y la Guerra de los Siete años
permearon la situación que cambiaría la posición la cual América se enfrentará, ya que
estas colonias recibieron fuertes repercusiones económicas y políticas, todo esto empezó a
generar un cambio de posición frente a los imperios, las colonias iniciaron a cuestionarse su
papel en el mapa, si simplemente existen como sujetos subalternos y dominados o si
realmente merecen tener una voz y un voto. John Elliott menciona que tanto en la América
británica como en la española, la crisis del imperio se vio precipitada por los programas de
reforma iniciados por los gobiernos de Londres y Madrid, respectivamente, tras el final de
la Guerra de los Siete Años en 1763. Los gravosos costes de la guerra y defensa imperial
forzaron a ambas administraciones a reconsiderar la relación entre la metrópoli y sus
posesiones de ultramar1. Por consiguiente, las percepciones dentro de las colonias
empezaron a cambiar frente a sus dirigentes, las fuertes repercusiones económicas que
golpearon a las colonias posterior a la Guerra de los 7 años provocó un gran disgusto en las
personas, se crearon y aplicaron las Reformas Borbónicas las cuales buscaban fortalecer la
influencia española en el territorio, reducir el poder de las élites en el territorio que habían
sido elegidos por los Habsburgo, contrarrestar el contrabando y el mercado con colonias
rivales (en especial de aquellas influenciadas por Inglaterra o Portugal), debido a esto la
población colonial empezó a revaluar su rol, y empezaron a gestarse diversos alzamientos a
lo largo del territorio latinoamericano, estos levantamientos, como menciona McFarlane, no
fueron de gran escala ni de mucho impacto, pero que estos sucedieran a finales del siglo
XVIII es una demostración de que en la población colonial ya estaba cultivándose una idea
de libertad, de emancipación, de buscar separar su territorio de la corona española; dichos
levantamientos fueron: la Rebelión de Túpac Amaru II en Perú, la Rebelión de los
Comuneros en la Nueva Granada y la Rebelión de Hidalgo (más conocida como la
Revolución Mexicana) en México2. Esto demuestra que este proceso historiográfico sobre
1
J.H. Elliott, “¿Empezando de nuevo?: El ocaso de los imperios en las Américas británica y española”
en España, Europa y el Mundo de Ultramar (1500-1800). Madrid, Santillana Ediciones Generales, 2010, 277-
299.
2
Anthony McFarlane, “Visión comparada de los levantamientos en Hispanoamérica a finales de la colonia”.
Historia Caribe Vol. 2 no. 4 (1999): 119-14
la percepción de una “búsqueda de identidad” en la Colonia, es importante para poder
comprender lo que fueron las revoluciones de cada una de las colonias en América,
demostrando que este proceso no fue de la noche a la mañana, sino que fue una evolución
dentro del pensamiento de la sociedad colonial durante años que permitió este idealismo de
independizarse.
Ahora bien, junto a esta idea de revoluciones e independencias, ¿dónde entra la población
negra/esclava que se trajo al continente? Bueno, Trouillot nos explica que un ejemplo para
poder entender esto que ha sido silenciado y olvidado en la historia de las revoluciones, es
la Revolución de Haití, la única revolución exitosa negra en toda la historia 3. Pero, ¿Por
qué un acontecimiento tan importante y de aclamar, ha sido silenciado por la hegemonía del
norte global? Una hipótesis de esto es que la historiografía producida por Europa e incluso
Estados Unidos, ha silenciado este acontecimiento por el hecho de que es inconcebible que
gente negra y esclava se rebele Y que esta misma sea exitosa, ya que, en ese orden, si este
acontecimiento hubiese llegado, digamos, a las colonias africanas que estaban subyugadas
por los mismos poderes europeos, la historia hubiera sido muy diferente. Además de que
concederle voz, voto y poder a una persona negra en el Siglo XIX era algo que muchos
consideraban casi que herético, y que esta misma “categoría” de personas tuvieran poder
sobre un territorio previamente colonizado, le daría mayor significancia a silenciar esta
historia. Trouillot además menciona que esta búsqueda por emanciparse, no solo era desde
una visión geográfica, sino que también se buscaba una emancipación de ese sesgo
generado entre blancos, negros, criollos, mestizos y demás, ya que se buscaba que se
reconocieran a los haitianos cómo personas, como seres humanos con derechos y deberes,
esto se respalda con la Constitución de Haití escrita y proclamada en 1805, donde se dice
que “Los ciudadanos haitianos son hermanos en su casa; la igualdad a los ojos de la ley es
incontestablemente reconocida, y no puede existir otro título, ventajas o privilegios, sino
aquellos que resulten necesariamente de la consideración y en recompensa a los servicios
rendidos por la libertad y la independencia. Ningún blanco, cualquiera sea su nación,
pondrá un pie en este territorio con el título de amo o de propietario, y de ahora en adelante
3
Michel-Rolph Trouillot (1990). “Una historia impensable: la revolución haitiana como un no-
acontecimiento”. Silenciando el pasado: el poder y la producción de la historia. Granada: 2017, 59-91
aquí no podrá adquirir ninguna propiedad” 4. Esto para la historiografía es un hito grande,
un hito a seguir explorando, ya que esto reivindica la posición que se tenían en las mentes
las personas esclavizadas, que concebían qué era ser un ser humano igualitario, pero más
allá, qué era ser un ciudadano, una persona con derechos y que se le trate en la vida y en la
sociedad como una persona igual en condiciones y en deberes.
Avanzando con el tema, hablamos mucho de la connotación de América Latina dentro de la
globalización, pero, ¿cuál globalización? Esta pregunta también se la hace Hilda Sábato
cuando busca hablar sobre cómo podemos pensar y abordar la historia sobre América
Latina. Sábato dice que pensar a Latinoamérica como un solo bloque igualitario que fue
afectado por lo que sucedía en los imperios es alejado de lo que realmente implicó la
participación de América como agente esencial desde el Siglo XVII en los sucesos en un
marco global5. Aunque se cuestiona mucho en qué momento de la historia se puede usar el
término “historia global” por el hecho de que son varias las maneras de embarcar esa
globalización, y varias de estas contextualizaciones se sitúan en distintas temporalidades,
Sábato menciona que se debería de reformar (cuando hablamos de América Latina) en un
momento donde las relaciones económicas y políticas que surgen del territorio están
afectando directamente a los imperialismos europeos, con esto anterior, no solo se deberían
de considerar las independencias, las guerras y políticas que se ejercieron en el continente,
también los hitos económicos como fueron las minas de plata en Zacatecas y Potosí que le
dieron una re-significación al mercado trasatlántico y transpacífico, también a lo que fue el
Intercambio Colombino que impulsó por varias décadas el desarrollo y progreso de los
imperios. Esto implica que las producciones historiográficas que han explorado más
márgenes que afectaron a las colonias tienen un significado más relevante pero no menos
importante que, digamos, los estudios sobre las independencias.
Por último, y continuando con el ítem de la independencia de Haití, las luchas de libertad
por parte de los esclavos negros a lo largo del Caribe y América no fueron procesos simples
y lineales, fueron procesos que demoraron mucho tiempo, hasta la abolición de la
esclavitud en Brasil en 1888. Quien nos habla de estos procesos que, aunque sucedieron en
4
Constitución Imperial de Haití, 1805
5
Hilda Sábato, “Historia latinoamericana, historia de América Latina, Latinoamérica en la historia,”
Conferencia de clausura XVII Congreso Internacional de la Asociación de Historiadores Latinoamericanistas
Europeos, Berlín, 12 /09/2014
casi un “mismo” espacio geográfico, su desarrollo fue totalmente distinto dentro de sus
mismos contextos. Reíd aclara que los negros esclavos no fueron personas sumisas e
incapaces de pelear por sí mismos, al contrario, Reíd dice que ellos mismos fueron actores
políticos los cuales lucharon por sus objetivos, los cuales lastimosamente tuvieron que
pasar y sobrevivir por distintos conflictos para poder lograr y conseguir su libertad, sobre
todo para ser ciudadanos y sujetos con derechos 6. Estas luchas “sociales” por buscar la
libertad no nacieron de una sola iniciativa aislada, las noticias y rumores de la revolución
haitiana inspiró a muchas comunidades esclavas negras, las cuales se acogieron de este
suceso y se inspiraron para su propia búsqueda de libertad, lugares como Cuba, Puerto Rico
y Brasil son quienes adoptan y replican los motivos que tuvieron los haitianos de
emanciparse.
En conclusión, las producciones historiográficas que se han hecho últimamente a cerca y
sobre Latinoamérica han abarcado temáticas muy generalizadas como lo son las
independencias, los imperios en el continente, la esclavitud, pero han dejado por fuera
muchas otras situaciones que colocan al término de “Latinoamérica” como una categoría
realmente importante para entender diversos procesos globales e internos que le dieron una
gran relevancia al mundo colonial, moderno y contemporáneo. En ese orden de ideas, se
puede decir que de cierta forma los silencios históricos que han sido estudiados y llevados a
la academia por historiadores han colocado al continente en un lugar especial para ser
estudiado, ya que lo que pasa aquí, afecta allá, todos somos parte de este proceso, de un
mismo proceso global.
Tomás, tu ensayo refleja que entiendes a los autores que hemos visto en clase, estableciste
una buena tesis en la introducción lo que permitió identificar el hilo conductor del ensayo.
Lograste destacar sus ideas principales y estableciste un panorama general de los relatos
revisionistas que proponen estos historiadores. No obstante, la falencia principal de tu
ensayo radica en el hecho de que, si bien traes a colación autores relevantes y resumes sus
argumentos, no estableces un diálogo que permita hacer un análisis histórico más allá de
hablar sobre los hechos. No hay un análisis comparativo tan evidente y los comentarios que
haces frente al papel que juegan estos autores dentro de la historiografía es muy breve y
6
Andrews, George Reíd, “Un rayo exterminador: las guerras por la libertad” (segunda parte: paz (y
guerra), Afro-Latinoamérica 1800-2000. Madrid: Iberoamericana, 2007, 116-144
general. Es importante detenerse en cada autor y plantear una discusión más profunda sobre
lo que significa darle otra mirada a la historia de las independencias en América Latina.
Adicionalmente, tienes algunos problemas de escritura, ten cuidado con los tiempos
verbales que utilizas y la conjugación de las palabras, igualmente, trata de escribir párrafos
más cortos; muchas veces hay bloques de texto muy largos que hacen difícil la lectura de tu
texto.
Tu nota es 3.8