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Moniciones Jueves y Viernes Santo

El documento describe las celebraciones del Jueves Santo y Viernes Santo, enfocándose en la Última Cena y la Pasión de Cristo. Se destacan los gestos de amor y servicio de Jesús, como el lavatorio de pies y la entrega de su vida, invitando a los fieles a vivir estos momentos con gratitud y compromiso. Además, incluye oraciones universales por la Iglesia, el Papa, y diversas necesidades del mundo.
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Moniciones Jueves y Viernes Santo

El documento describe las celebraciones del Jueves Santo y Viernes Santo, enfocándose en la Última Cena y la Pasión de Cristo. Se destacan los gestos de amor y servicio de Jesús, como el lavatorio de pies y la entrega de su vida, invitando a los fieles a vivir estos momentos con gratitud y compromiso. Además, incluye oraciones universales por la Iglesia, el Papa, y diversas necesidades del mundo.
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JUEVES SANTO

DE LA CENA DEL SEÑOR


«Los amó hasta el extremo»

MONICIÓN DE ENTRADA
(Saludo) Alrededor de la mesa de Jesús, nos reunimos como pueblo de Dios
para compartir esta cena Santísima. Iniciemos con gozo esta celebración que
nos prepara para la gran fiesta, para la noche santa; celebración donde todos
reviviremos esa gran entrega de amor del Señor por todos los hombres, que nos
conducirá a la vivencia de la gran resurrección de Cristo. Dispongamos nuestro
corazón a vivir estos tres días centrales del año litúrgico. Nos ponemos de pie
para comenzar la celebración cantando…

MONICIÓN A LAS LECTURAS

ÚNICA: Con Jesús, la Pascua celebrada por los judíos tiene un nuevo sentido:
Ya no es el recuerdo de la liberación del pueblo de Israel del yugo egipcio; ahora
es el memorial de su entrega de amor, es el memorial de su pasión, muerte y
gloriosa resurrección. Escuchemos con atención.
PRIMERA LECTURA: El texto que escucharemos del libro del Éxodo,
describe cómo celebraban y siguen celebrando los judíos su cena pascual,
empezando por aquella noche decisiva de su historia, cuando Moisés, con la
ayuda de Dios, los sacó de Egipto y se inició el éxodo de su liberación.
Escuchemos este relato pascual.

SEGUNDA LECTURA: La celebración de la eucaristía se ha realizado desde


Jesucristo y las primeras comunidades. En su relato de la institución de la
eucaristía Pablo refleja ciertas prácticas de uso corriente ya en su tiempo.
Escuchemos a continuación el más antiguo de los relatos eucarísticos del Nuevo
Testamento.

MONICIÓN LAVATORIO DE LOS PIES:

Jesús aquella tarde de la última cena, hizo un sorprendente y significativo gesto:


lavar los pies a sus apóstoles. Un signo de amor, entrega y humildad. Al repetir
hoy este gesto recordemos que debemos seguir el ejemplo de Jesús, mostrando
siempre esta máxima expresión de amor y servicio desinteresado y generoso a
los demás.
MONICIÓN DE OFRENDAS
Hoy llevamos al altar de una manera muy especial las ofrendas de Pan y Vino,
que fueron consagrados por Cristo en la última cena y convertidos en su cuerpo
y su sangre. Hoy viviremos nuevamente ese hermoso gesto de amor suyo para
cada uno de nosotros. Junto a estos dones presentemos también nuestra vida y
el anhelo de servir, amar y entregarnos a Él de la misma manera como lo hace
Dios con cada uno de nosotros. Cantamos.

MONICIÓN DE COMUNIÓN
Cristo nos amó hasta el extremo y por eso quiso también quedarse bajo las
especies de Pan y Vino para que podamos alimentarnos de su Cuerpo y su
Sangre. Acerquémonos solemnemente a participar de este gran banquete
Eucarístico.
Hacemos dos filas en el pasillo central y una en cada pasillo lateral, nos
podemos sentar y participamos cantando.
JUEVES SANTO
ORACÓN UNIVERSAL

SACERDOTE: Hermanos, hemos compartido el pan de la Palabra y luego


seremos comensales en la mesa de esta Cena eucarística. Supliquemos a Dios,
como comunidad de discípulos de Jesucristo, diciendo: Cristo, pan de vida,
escucha nuestra oración.

1. Por el Santo Padre, los obispos, sacerdotes y ministros de la Iglesia, para


que, en Jesús, que lava los pies a los apóstoles, y en la mesa pascual en la
que se instituye el Orden Sacerdotal, sepan reconocer los grandes signos de
la realeza y el amor de Dios. Oremos.
2. Por los sacerdotes de nuestra diócesis, para que en este día especial para ellos
reciban de Cristo la fuerza necesaria para ejercer devotamente su
ministerio. Oremos
3. Por nuestros gobernantes, para que siguiendo el ejemplo de humildad y
servicio del Señor, cumplan con honestidad sus funciones, haciendo realidad
en los pueblos sus anhelos de paz y justicia. Oremos

4. Por los débiles, los enfermos, los encarcelados, los secuestrados, para que
todos tengan vida por el alimento que perdura hasta la vida eterna y se
distribuye en esta Cena. Oremos

5. Por todas las personas consagradas, los laicos y animadores de la vida


pastoral, para que viviendo plenamente el amor demos ejemplo de unidad y
mutuo servicio al mundo. Oremos

6. Por todos nosotros los que compartimos esta Cena, para que redescubriendo
la alegría de creer vivamos las realidades temporales – familia, trabajo,
apostolado – como primicia de las realidades eternas. Oremos

SACERDOTE: Dios y Padre Nuestro, atiende la oración que tus hijos te


dirigen al inicio de este Triduo santo, y haz que sus vidas sean un permanente
servicio, a ejemplo de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
VIERNES SANTO
DE LA PASIÓN DEL SEÑOR
«Él fue traspasado por nuestros crímenes»

MONICIÓN DE ENTRADA
(Saludo) Jesús, nuestro Maestro y Señor, ha sido detenido, torturado y
condenado a muerte. Hoy, le hemos acompañado en su camino hacia la cruz y
ahora nos reunimos para orar en silencio. Les invitamos, a vivir esta celebración
como acto de fe y respuesta de amor, al que nos ama de verdad, sin pedir nada
a cambio.
Postración: Postrarse rostro en tierra es un gesto de humildad, de anonadación,
expresa la pequeñez del hombre frente a la grandeza de Dios. Por este motivo,
el sacerdote, ministro de Cristo, se postra con reverencia y humildad para
concentrarse y orar con intensa fe ante el misterio que va a celebrar. Nosotros,
como pueblo de Dios, nos ponemos de rodillas y nos unimos en oración,
reconociendo la grandeza de Dios y nuestra debilidad humana.

MONICIÓN A LAS LECTURAS


ÚNICA: En la pasión, Cristo nos da una gran lección de generosidad. Esto
debe despertar en nosotros una respuesta de gratitud y compromiso serio. El
camino de la cruz es el camino de nuestra vida, que debemos recorrer apoyados
en Jesús. Al final, Él nos dará la victoria.
PRIMERA LECTURA: La primera lectura de hoy es una narración
apasionada de los sufrimientos del siervo de Yahvé, pero también, de su
exaltación. El testimonio de los Evangelios nos demuestra que esta profecía
encuentra su cumplimiento en Jesucristo y en su pasión dolorosa. Escuchemos
la palabra de Dios, con un corazón dispuesto y dócil a sus inspiraciones.
SEGUNDA LECTURA: La fe de la Iglesia nos enseña que el Señor Jesús, es
verdadero Dios y verdadero hombre, pues se ha identificado del todo con
nosotros, llegando al extremo de ofrecer su vida en obediencia al Padre, para
concedernos la auténtica liberación.
MONICIÓN AL EVANGELIO
Con el corazón atento a la Buena Nueva de la salvación, dispongámonos a
escuchar la proclamación de la Pasión del Señor según San Juan, ésta es una
continuación de la última cena y del discurso de despedida. Un tema
predominante es el de la “hora” de Jesús. Pongan atención
MONICIÓN ADORACIÓN DE LA CRUZ
La cruz, instrumento de muerte, es exaltada y venerada ahora como instrumento
de triunfo, como árbol del cual brota la vida para todo el género humano. Al
adorar la Santa Cruz reconocemos que este signo ignominioso se ha convertido
para nosotros en signo de victoria y expresión de nuestra esperanza. En Ella
adoramos a Cristo que nos trae la victoria sobre el pecado.
MONICIÓN SAGRADA COMUNIÓN
Comulgamos en este Viernes Santo con el pan eucarístico consagrado ayer, y
así nos podemos unir más a Jesús, que se entregó a la muerte con el fin de
salvarnos a todos.
ORACIÓN UNIVERSAL
Monición: Todos los domingos, en la Eucaristía, después de escuchar la
Palabra de Dios, levantamos los ojos y oramos por las necesidades de la Iglesia
y del mundo entero. Hoy, después de haber escuchado la narración de la Pasión
del Señor, nuestra oración quiere ser más intensa que nunca. Oremos hermanos
con todo nuestro corazón para que nadie quede fuera de la vida que nace de la
cruz de Jesucristo.
1. Por la Santa Iglesia: Oremos, hermanos, por la santa Iglesia de Dios, para
que el Señor le conceda la paz y la unidad, la proteja en todo el mundo y nos
conceda la vida serena, para alabar a Dios Padre todo poderoso. (Pausa)
2. Por el Papa: Oremos también por nuestro santo padre el Papa Francisco,
para que Dios nuestro Señor, que lo llamó de entre los obispos, lo asista y
proteja para bien de la Iglesia, como guía y pastor del pueblo santo de Dios.
(Pausa)
3. Por el Pueblo de Dios y sus ministros: Oremos también por nuestro
Arzobispo N., por todos los obispos, presbíteros y diáconos, por los que ejercen
algún ministerio en la Iglesia, y por todos los miembros del pueblo santo de
Dios. (Pausa)
4. Por los Catecúmenos: Oremos también por los catecúmenos, para que Dios
nuestro Señor les ilumine interiormente, y les comunique su amor; y para que,
mediante el bautismo, se les perdonen todos sus pecados y queden incorporados
a Cristo Nuestro Señor. (Pausa)
5. Por la unidad de los cristianos: Oremos también por todos aquellos
hermanos nuestros que creen en Cristo, para que Dios nuestro Señor les conceda
vivir sinceramente lo que profesan y se digne reunirlos para siempre en un solo
rebaño, bajo un solo pastor. (Pausa)
6. Por los judíos: Oremos también por el pueblo judío, al que Dios se dignó
hablar por medio de los profetas, para que el Señor le conceda progresar
continuamente en el amor a su nombre y en fidelidad a su alianza. (Pausa)
7. Por los que no creen en Cristo: Oremos también por los que no creen en
Cristo, para que, iluminados por el Espíritu Santo, puedan encontrar el camino
de la salvación. (Pausa)
8. Por los que no creen en Dios: Oremos también por los que no conocen a
Dios, para que obren siempre con bondad y rectitud y puedan llegar así a
conocer a Dios (Pausa)
9. Por los gobernantes: Oremos también por los jefes de Estado y todos los
responsables de los asuntos públicos, para que Dios nuestro Señor les inspire
decisiones que promuevan el bien común, en un ambiente de paz y
libertad. (Pausa)
10. Por los que se encuentran en alguna tribulación: Oremos, hermanos, a
Dios Padre todopoderoso, para que libre al mundo de todas sus miserias, dé
salud a los enfermos y pan a los que tienen hambre, libre a los encarcelados y
haga justicia a los oprimidos, conceda seguridad a los que viajan, un pronto
retorno a los que se encuentran lejos del hogar y la vida eterna a los
moribundos. (Pausa)

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