La indisciplina: un freno silencioso al progreso de la Sociedad
Maria Lourdes Del Cielo Moran Saavedra
Valentino Sebastian Pachas Tejada
José Hector Rodriguez Trigoso
La indisciplina: un freno silencioso al
progreso de la Sociedad
En toda sociedad que aspira a un desarrollo sostenible y equitativo, la disciplina se
presenta como un valor fundamental. Es decir que no se trata únicamente de obedecer normas
impuestas, sino de actuar con responsabilidad, respeto y compromiso hacia uno mismo y hacia los
demás. No obstante, en los últimos años, se ha vuelto cada vez más común observar
comportamientos caracterizados por la falta de orden, responsabilidad y respeto por las normas
establecidas. Esta actitud, aunque frecuentemente se minimiza o justifica, constituye un obstáculo
persistente para el crecimiento colectivo. Por tanto, resulta urgente reflexionar sobre cómo la
ausencia de disciplina afecta los distintos niveles de nuestra vida social, educativa y económica, así
como plantear soluciones que favorezcan una convivencia basada en valores sólidos.
En primer lugar, el ámbito educativo ha sido gravemente impactado por la falta de
disciplina. Actitudes como el irrespeto hacia los docentes, el incumplimiento de tareas escolares
y la falta de atención en clases crean ambientes poco propicios para el aprendizaje efectivo.
Según la UNESCO (2021), en entornos escolares donde prevalecen los comportamientos
disruptivos, los índices de fracaso y deserción aumentan considerablemente. De manera similar,
en el entorno laboral, la impuntualidad y el bajo compromiso disminuyen la productividad y
afectan la competitividad económica. Por ejemplo, en México, la Organización Internacional del
Trabajo (OIT, 2022) reporta que las pérdidas anuales por ineficiencia laboral superan los 85 mil
millones de dólares. Asimismo, en la vida cotidiana, prácticas como no respetar las señales de
tránsito o arrojar basura en espacios públicos deterioran la convivencia y fomentan la
desconfianza hacia las instituciones, fenómeno confirmado en el Latinobarómetro (2023).
Ahora bien, la solución no debe centrarse únicamente en sancionar conductas
inadecuadas, sino en fomentar una cultura de respeto y responsabilidad. La educación desde el
hogar, el fortalecimiento de valores en la escuela y el ejemplo ético de los líderes sociales son
pilares fundamentales para construir una sociedad más ordenada. Como advirtió Zygmunt
Bauman, "una sociedad sin valores compartidos es una sociedad en crisis", lo que evidencia la
necesidad de formar ciudadanos comprometidos no solo con su desarrollo personal, sino
también con el bienestar colectivo. Solo mediante el esfuerzo conjunto podremos revertir las
consecuencias de la indisciplina y avanzar hacia un progreso genuino.
En conclusion la falta de disciplina —ya sea en la educación, el trabajo o en los espacios
públicos— representa una amenaza constante para el desarrollo social. Este fenómeno no solo
deteriora la convivencia, sino que debilita la confianza institucional y limita el crecimiento en todos
los ámbitos. Resulta imprescindible impulsar una transformación cultural que promueva la
responsabilidad, el respeto y el compromiso ciudadano. Fomentar hábitos de orden y coherencia
no restringe la libertad, sino que la garantiza en un marco de equidad y armonía. El futuro de
una sociedad no se construye sobre la improvisación, sino sobre valores sólidos y actitudes
responsables."Una sociedad sin respeto por las normas es una sociedad condenada a
estancarse."
TEXTO EXTRAIDOR DE: https://www.latinobarometro.org