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Ángeles Queipo (2019) Terapia y Perspectiva de Género

La ponencia explora la intersección entre feminismos, sesgos patriarcales y la psicoterapia, destacando la necesidad de una perspectiva de género en la práctica clínica. Se argumenta que los profesionales de la salud mental deben cuestionar y desafiar los sesgos patriarcales que influyen en su trabajo y en la vida de sus consultantes. La autora aboga por una práctica que no solo reconozca, sino que también resista las normativas de género, promoviendo un espacio terapéutico inclusivo y transformador.

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La ponencia explora la intersección entre feminismos, sesgos patriarcales y la psicoterapia, destacando la necesidad de una perspectiva de género en la práctica clínica. Se argumenta que los profesionales de la salud mental deben cuestionar y desafiar los sesgos patriarcales que influyen en su trabajo y en la vida de sus consultantes. La autora aboga por una práctica que no solo reconozca, sino que también resista las normativas de género, promoviendo un espacio terapéutico inclusivo y transformador.

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Feminismos, sesgos patriarcales y psicoterapia.​ Autora: Queipo.

Objetivo: La idea de esta ponencia es articular a través de determinados conceptos

una cartografía del espacio psicoterapéutico, visualizando-revisando el

atravesamiento de los sesgos patriarcales en la práctica clínica y su relación con el

feminismo.

Tesis​: La perspectiva de género como posicionamiento ético-político.

¨El poder es más eficaz allí donde no se ve¨ ​Foucault

El feminismo está de moda pero no es una moda. La revolución feminista estalló y

cobró visibilidad cuando la sociedad del espectáculo dirigió su reflector sobre ella y

empezaron a suceder cambios que impactaron en todas las disciplinas, la

psicoterapia no está exento de esto. Lejos de querer presentar al feminismo como

un lugar de verdad, lo pienso como uno de conflicto. No existe un feminismo, nunca

lo hubo. Hay feminismos para todes, algunas facciones expulsan a determinadas

subjetividades de su sujeto político de lucha. Dicha esta consideración vuelvo a las

preguntas que nos compete hoy: ¿Por qué algunes consultantes piden profesionales

con perspectiva de género? ¿Para qué?. ¿Qué subyace a este pedido?. Estas

preguntas sobrevolaran lo que voy a exponer, sin intención de responderlas, sí para

que tratemos de echar luz sobre ellas.


Si el feminismo, como todo movimiento de resistencia, intenta trocar cierto orden de

las cosas. ¿Qué sería deseable discutir? ¿Qué diálogo teórico conceptual podemos

realizar entre la práctica clínica y los movimientos históricos de resistencia?.

¿Estamos a la altura de nuestros consultantes?. Impresiona que muchas veces no.

Una muchacha de 26 años me contacta vía facebook para realizar tratamiento, en

consulta refiere que en una entrevista de admisión el profesional le pregunto:

¨¿Tenés novio?:’¨.​ Una psiquiatra me deriva una paciente con ideación suicida, me

informa: ¨​No es de riesgo, la dejó el novio por una chica menor y ya tiene 37 años.

Quiere ser madre. ¿Ahora cómo hace?. ¿Qué sentido le va a dar a su vida?¨​. Un

muchacho joven tuvo relaciones sexuales con otro varón, me cuenta: ¨​Dejé al

psicólogo porque casi me obligó a que dijera que era homosexual, no lo soy¨​. En

una supervisión colectiva se problematizó que en una pareja heterosexual el varòn

realizara el rol de cuidador fundamental de su hijx por la imagen que le transmitiría a

èste. He sido invitada a comentar casos en ámbitos hospitalarios y sólo cité,

ingenuamente y no tan ingenuamente, la frase de Butler: Los géneros inteligibles y

verdaderos son los que mantienen relaciones de coherencia y continuidad entre

sexo, género y deseo¨, algunes presentes se levantaron y se fueron. Puede ser que

el sesgo del auditorio haga que les resulte extraño lo expuesto. Tenemos que tener

registro que nuestros entornos suelen estar atravesados por una misma forma de

ver el mundo. Los casos y situaciones que expuse no son excepciones, es la norma

en los circuitos de salud mental. No responde solamente a las características de les

profesionales, es una falla estructural en la educación formal. Es una falla gravísima.

Garzón-Segura, un psiquiatra esspaño, realizó una revisión curricular; las


universidades latinas solo un 2 % incluye algo de género específico y un 4 % como

temática dentro de otra asignatura.

Consultantes y profesionales somos socializados en el patriarcado, la manera

patriarcal de pensarnos y hacer las cosas es la única que algunes conocen. ​Si el

poder es más eficaz allí donde no se ve. ​¿Cómo hacemos para que se revele lo

que está oculto y así rebelarnos?¿Está tan oculto?. Soy feminista, no me queda

bien callarme, soy del grito silencioso hasta que se transforma en estallido. Somos

movimientos de resistencia enmarcados en la ruptura de la normatividad. Todes

tenemos trayectos biográficos e intelectuales. Somos una posición situada, en la

vida y en el consultorio. El marco teórico nos excede, pero intervenimos desde allí​.

La práctica es una instituida pero también una instituyente. La idea de una ciencia

neutral, objetiva y científica con un correlato de intervenciones asépticas es falsa.

Los aparatos de verificación de verdad se construyen históricamente. Los discursos

ahistóricos y biologicistas están más vivos que nunca. Según Bordieu el campo de

salud se presenta como un espacio dinámico, flexible y permite generar diferentes

niveles de autonomía, aunque en estos microespacios de trabajo se reproduzcan

lógicas de disciplinamiento tanto para les consultantes como para nosotres.

Donna Haraway dice que nadie viene sin un mundo, por lo tanto, entender los

mundos es crucial. ¿Desde donde intervenimos? ¿Cómo amamos? ¿Cómo

dolemos? ¿Cómo resistimos?. ​Es nuestra responsabilidad ético-política

identificar los poderes normativos,sexuales-genéricos-etarios-etc,​que

sobrevuelan el consultorio. ​Las identidades falsas o inenteligibles para esta

sociedad son víctimas de una violencia sostenida, ha sido tan naturalizado el

discurso binario que no se visualiza el violento dispositivo normativo.


El espacio de psicoterapia es uno de poder, un dispositivo de reproducción,

producción, control y gestión de subjetividades. Podemos ser la mano ​ejecutora del

patriarcado o el espacio de resistencia​. Donde hay poder hay resistencia. Tener

perspectiva de género en nuestra práctica es tomar distancia para identificar,

interrogar y disputar determinados lugares, es un posicionamiento transteórico.

Tomamos decisiones políticas en cada intervención terapéutica. ¿Somos

ejecutores del patriarcado en un dispositivo de normalización?. Los sesgos

patriarcales están ocultos en cada teoría psicológica, en cada conceptualización de

caso.

Jessica Crispin postula que somos guiados con valores patriarcales, nuestra lectura

está sesgada en esa clave. El éxito, la felicidad y el sentido de la vida están

asociados a valores ofrecidos por este sistema de creencias. Muches quedamos por

fuera, por suerte. El binarismo, el androcentrismo, el amor romántico patriarcal, la

maternidad como destino, la heternormatividad, la familia como dispositivo prioritario

en los vínculos afectivos, la monogamia, la obligatoriedad de lo estandares de

belleza, los roles de género, etc. Amar y trabajar han sido los criterios de salud

mental desde Freud. ¿Cómo amamos? ¿Cómo sanamos?.

Heterocispatriarcalmente. La heterosexualidad es el aparato de verdad. Como dice

Preciado para hablar de sexo, género y sexualidad hace falta empezar por una

ruptura epistemológica, una desaprobación categórica que permita una

enmancipación cognitiva. Es una decisión contrarrestar la violencia de las normas

de género. El profesional de la salud que trabaja con perspectiva de género

cuestiona que su práctica profesional reproduzca los sesgos patriarcales ya que

considera que juegan un rol clave en cómo las personas construyen su vida, en lo
que se habilitan o prohiben decir, pensar, amar, sentir y por lo tanto genera padecer

psíquico. La idea no es educar a les consultantes en la deconstrucción patriarcal, sí

que èste tenga registro de estos sesgos y permitir, de ser necesario, fllexibilizarlos y

pensar (se) de otros modos posibles. Otros modos de doler, otros modos de amar,

otros modo de ser en la vida. Se torna indispensable Incluir la categoría género

como una de análisis que permita comprender mejor las experiencias de nuestros

consultantes.

Sarah Ahmed postula que ¨Rebelarse es deshacerse, es no reproducir una

herencia¨. ¿Reforzamos la mirada binaria de género? ¿Operativizamos

diversidades?.¿Ponemos de manifiesto el género como categoría? ¿Ponemos en

jaque los ejercicios de roles (esposa-madre-cuidadora)?¿Tratamos de desmontar la

idea de la mujer asociada al territorio del cuidado, afecto y trabajo

gratuito?.¿Recordamos que el género es un factor de diferenciación

político-económico, sino también de uno cultural-valorativo?. ¿Tenemos presente el

binarismo sexual como destino?. Las narrativas disponibles asociadas a la felicidad

están tan enraizadas que operan en la oscuridad. ​Lo simbólico puede tener

mucho más potencia que lo real a la hora de ejercer poder.

Nos tenemos que hacer cargo, aunque nos excedan, ​de las construcciones

hegemónicas de género naturalizadas y evidenciar su carácter social-histórico

y político. ​No tenemos que soportar ni reproducir un mundo que no debe ser

soportado. La deconstrucción es una posición política, decidir normalizar o no a les

consultantes es una pregunta fundamental que debemos hacernos. No hay nada

más cargado de intencionalidad política que la supuesta neutralidad funcional a

mantener el statu quo, prácticas y discursos invisibilizados que naturalizan y


consolidan lugares de desigualdad. La salud es un campo histórico de lucha, como

profesionales podemos disputar los espacios para transformarlos y continuamente

podemos estar generando resistencia e interpelando. Nuestra práctica puede seguir

institucionalizando, perpetuando y manteniendo el patriarcado, o ser una espacio de

resistencia. Realizar un corrimiento activo de los sesgos patriarcales se realiza por

elección y acción. Estemos a la altura de nuestros consultantes y de su

sufrimiento,rebelémonos colectivamente, imaginemos y habilitemos otras ficciones

sin violencia, tornando el consultorio y el mundo lugares habitables para todes.

Muchas gracias.

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