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Secuencia Pueblos Originarios 4to Grado 2024

El documento presenta una secuencia didáctica sobre los pueblos originarios, específicamente los diaguitas y querandíes, enfocándose en sus historias de conquista y resistencia ante la invasión europea. Se analizan las características culturales, sociales y políticas de los diaguitas, así como sus formas de resistencia y organización ante los imperios inca y español. A través de diversas actividades, se busca que los estudiantes comprendan la complejidad de estos procesos históricos y la importancia de la cosmovisión indígena.

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Secuencia Pueblos Originarios 4to Grado 2024

El documento presenta una secuencia didáctica sobre los pueblos originarios, específicamente los diaguitas y querandíes, enfocándose en sus historias de conquista y resistencia ante la invasión europea. Se analizan las características culturales, sociales y políticas de los diaguitas, así como sus formas de resistencia y organización ante los imperios inca y español. A través de diversas actividades, se busca que los estudiantes comprendan la complejidad de estos procesos históricos y la importancia de la cosmovisión indígena.

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SECUENCIA DIDÁCTICA DE CS. SOCIALES

PUEBLOS ORIGINARIOS: HISTORIAS DE CONQUISTA Y RESISTENCIA

DIAGUITAS – QUERANDÍES

ESCUELA: EP 35 JOAQUIN J. BARNEDA

DOCENTES:

AÑO: 4to

MES: MAYO-JUNIO

1
SECUENCIA DE ACTIVIDADES

Propósito: Establecer relaciones de multicausalidad en los procesos históricos


estudiados a nivel local, provincial, nacional y/o latinoamericano.
Clase 1:

PRESENTACIÓN DEL TEMA DE MANERA ORAL:

PUEBLOS ORIGINARIOS. HISTORIAS DE CONQUISTA Y RESISTENCIAS

Desde hace miles de años, el continente americano está habitado por los pueblos originarios. Se los
llama así porque fueron los primeros que poblaron estas tierras. Fueron muchos y muy diversos y se
distribuyeron por casi todo el continente.
Después de la llegada de Cristóbal Colón en 1492, los europeos invadieron América y la vida de los
pueblos originarios se transformó. Los invasores querían conquistar a los indígenas, apoderarse de sus
riquezas e incorporar sus tierras a grandes imperios coloniales. Los territorios conquistados se
convirtieron en colonias de los imperios europeos español o portugués.

EN LA CARPETA:
¿Cómo respondieron los pueblos originarios a la invasión europea?
PEGAMOS LAS SIGUIENTES FOTOCOPIAS Y LEEMOS

Algunos historiadores plantean que las sociedades indígenas se transformaron completamente, de


forma casi automática, como resultado de la conquista. Y que a partir de allí comenzó un período de
paz que se prolongó durante toda la etapa colonial. Sin embargo, es preciso modificar esa imagen.
Existen numerosas pruebas de que la colonización no fue un proceso aceptado sin oposición.
Luego de los primeros contactos, la resistencia indígena a las expediciones europeas que penetraron el
continente, fue tomando diferentes formas. (…)
En el Río de la Plata, los charrúas y los querandíes rechazaron los intentos de los españoles de ocupar
sus territorios durante más de medio siglo, obligando a despoblar el fuerte de Buenos Aires que había
sido fundado en 1536.
Los mapuches liderados por los caciques Caupolicán y Lautaro resistieron a la conquista española por
más de 300 años.
En los Valles Calchaquíes, la resistencia adoptó la forma de numerosas sublevaciones, fugas y
conspiraciones. En el año 1630 los diaguitas se sublevaron ante las presiones de los españoles por
obligarlos a aumentar el tiempo de trabajo.
Aunque ninguno de estos movimientos triunfó de manera definitiva, el temor a su estallido provocó la
permanente inquietud de los españoles. Por su parte, las acciones de resistencia permitieron a los
indígenas el mantenimiento de sus lazos culturales y la esperanza de recuperar su autonomía.

Adaptado de: Patricia Moglia y otros (1997) La resistencia indígena. Pensar la Historia. Plus Ultra.

La historiadora Ana María Lorandi dice:

“La penetración española se fue haciendo cargada de dificultades y miserias materiales y humanas.
Cuando se lograba colonizar ciertos sectores, otros ofrecían una feroz resistencia, como por ejemplo
los Valles Calchaquíes en el corazón del Noroeste. El Chaco y la Patagonia no fueron ocupados hasta
el siglo XIX. La colonización costó ríos de sangre, agotó los recursos e inundó los corazones de
amarguras, desazones y rencores, tanto de los indígenas como de los españoles. Muy pocas cosas se
consiguieron negociando; la mayoría se obtuvo a golpe de armas, una y otra vez”.

Ana María Lorandi (2000): Las rebeliones indígenas. Editorial Sudamericana.

Debate grupal, se recupera y anota en el pizarrón lo siguiente:

2
1-Distinguir las formas de organización social y política de las sociedades estudiadas,
identificar cambios y continuidades.

Clase 2:

LOS PUEBLOS DIAGUITAS

Para que los estudiantes logren comprender cómo los diaguitas resistieron a la
conquista española y por qué lo hicieron es preciso conocer algunas de las
características de estos pueblos.

• Retomamos el texto de la clase anterior e intercambiaremos con los alumnos acerca


de lo que las autoras dicen acerca de estos pueblos. Se aclarará que si bien los
diaguitas comparten características en común, son un conjunto de pueblos
independientes entre sí, con autoridades y territorios propios, dado que esto explica
diversos aspectos de sus procesos de resistencia.

Luego de detenerse en esta primera caracterización así como en la


interpretación de la imagen, se avanzará sobre otros aspectos de estos pueblos que se
presentan en la segunda página de la ficha:
- Su organización política y características de los jefes diaguitas
- Sus actividades económicas (en particular, qué alimentos producían)
- Sus creencias

Actividad (Ficha 2)

1) Se trabajará en grupos de estudiantes. Cada grupo leerá uno de los apartados de un


texto que se les entregará (encabezados por una pregunta) y luego intercambiarán
juntos para seguir conociendo a los diaguitas.

Los mapas incluidos en este texto permiten ubicar el territorio diaguita y


analizar algunas características y elementos físicos de los Valles Calchaquíes (las sierras
que los circundan, los ríos, la altura de las montañas, las salinas cercanas, etc.)

Intervención posible

• Se explicará a las/os alumnos que la Argentina no existía en el tiempo en el que


estamos presentando a los pueblos diaguitas. Tampoco las provincias ni países
limítrofes. Los territorios eran de los pueblos originarios. La representación de los
límites actuales busca facilitar la ubicación de lo que estamos estudiando en los
territorios tal como los conocemos hoy.

LOS PUEBLOS DIAGUITAS

Para presentar a los diaguitas vamos a ubicarnos en el año 1000 – hace 1000 años -. Aunque se los llama
con un mismo nombre, los diaguitas eran en realidad un conjunto de pueblos diferentes que eran

3
independientes entre sí: los quilmes, los tolombones, los pulares, los abaucanes, los famatinas, y
muchos otros.
Cada pueblo respondía a su propio jefe, vivía en su propia aldea y cultivaba sus propias tierras, pero
todos tenían mucho en común. Para todos los diaguitas era muy importante cultivar la tierra así como
defender su independencia. Sus aldeas estaban ubicabas en los cerros, valles y quebradas del noroeste
del actual territorio argentino, en tierras que hoy corresponden a parte de las provincias de Salta,
Tucumán, Catamarca y La Rioja.
Entre ellos eran muy frecuentes los conflictos por los recursos. Por eso, se instalaban en lugares altos de
las montañas para vigilar los accesos a sus aldeas y para que a los enemigos les fuera más difícil llegar.
En lo más alto de los cerros construían su pucará, que era una especie de fuerte para refugiarse en caso
de guerra. Bajando por la montaña, cerca de las zonas de cultivos, se encontraban las casas de la
mayoría de la población. Todos se preparaban para pelear en las guerras. Aunque guerreaban
frecuentemente, ninguno de estos pueblos podía descuidar la producción de alimentos, por eso nunca
luchaban en tiempo de siembra o de cosecha.

Aldea diaguita en la ladera de un cerro

¿Qué hacían los jefes? Los jefes o curacas se encargaban de organizar las tareas agrícolas, la
construcción de murallas y el trabajo de los artesanos especializados – alfareros, tejedoras, metalúrgicos-.
Además cada cacique estaba al mando de sus guerreros en las campañas militares y era el responsable de
organizar los rituales y fiestas religiosas. El cacique podía ser hijo o sobrino del cacique anterior pero no
alcanzaba con eso: para ser elegido, debía ser un muy buen guerrero y también tener capacidad para la
negociación.

¿Qué producían? Con el correr del tiempo los pueblos diaguitas llegaron a organizar sistemas de cultivo
con tanta precisión e ingenio que lograron producir alimentos en cantidad y mantener a una población que
crecía. Producían en abundancia distintas variedades de maíz y de papas, porotos, zapallos, quínoa.
También recolectaban algunos comestibles silvestres como las vainas de algarrobo porque utilizaban las
semillas machacadas para hacer una harina muy nutritiva. Con la harina preparaban una especie de pan y
la aloja, una bebida alcohólica fuerte para alegrar los festejos comunitarios y ofrendar a los dioses.
Criaban llamas que usaban como animales de carga y cazaban ñandúes y guanacos.

¿En qué creían? Estos pueblos rendían culto a la tierra, a fenómenos naturales como el rayo y el trueno,
a los astros y a sus antepasados. Hacían sus ceremonias en espacios abiertos, no tenían grandes templos
ni tenían sacerdotes. Muchos aspectos de su religión y su cultura no se conocen, porque hay muy poca
información en fuentes escritas. Aun así es posible afirmar que rendían un culto muy especial a la tierra.

Para los pueblos andinos, la Pachamama es la Madre Tierra y mucho más, porque tiene sentimientos y
voluntades. Los suelos y sus minerales, el aire, la lluvia, el agua de los arroyos, la vida de las plantas, de
los animales y de las personas como así también el cuidado de todos son parte de la Pachamama.
Cuando las comunidades cultivan el suelo y cosechan la producción, cuando aprovechan cualquiera de
los recursos, están tomando lo que la Pachamama les provee con generosidad para que puedan cubrir
las necesidades de todos mientras “caminan” por este mundo. Porque para estos pueblos nada de eso

4
es propiedad de las personas. Estos recursos están allí disponibles pero es necesario cuidarlos y no
tomar más de lo que se necesita. Para aprovecharlos, hay que pedírselos respetuosamente a la
Pachamama y después agradecérselos. Para agradecer se organizan ceremonias en las que las
comunidades tocan la mejor música, cantan y bailan; comen y beben los frutos de la tierra que más
aprecian. A la vez hacen ofrendas para devolverle a la Pachamama lo que recibieron de ella. Esta es la
base de la forma de ver el mundo -lo que se llama la cosmovisión- de los pueblos andinos del pasado y
de gran parte de sus descendientes en el presente.

TERRITORIOS DIAGUITAS

Estos mapas representan la zona habitada por los pueblos diaguitas: los Valles Calchaquíes – localizados
en parte de las actuales provincias de Salta, Tucumán y Catamarca-. Los límites entre provincias y países
que figuran en los mapas no existían en los años 1200, pero los cartógrafos los usan para facilitar la
ubicación en el territorio actual.
En el mapa de la derecha podemos analizar algunas características del territorio montañoso en el que
vivían los diaguitas y sus alrededores (sierras, ríos, picos montañosos, salinas, cordillera).

1 .Cada grupo deberá realizar anotaciones de la información más importante con


respecto a los Diaguitas siguiendo las siguientes preguntas orientadoras:
¿Cómo era su cultura? ¿ sus modos de relacionarse con la naturaleza?¿Que hacían los
jefes?¿En qué creían?¿Qué producían?¿Qué lugares habitaban?
2. Compartimos de manera general la información extraída.

Clase 3:

ALDEAS DIAGUITAS
1. Leer el texto (Aldeas protegidas) y observar la imagen de la Ciudad sagrada de
Quilmes y luego responder:
A) ¿Por qué las aldeas diaguitas eran así?
B) ¿Cómo lo explican los autores?

ALDEAS DIAGUITAS

5
Como ya sabemos, los pueblos diaguitas guerreaban entre sí para obtener las mejores tierras de cultivo
y buenas zonas para recolectar frutos. Los conflictos entre ellos eran frecuentes y por eso habían
aprendido a usar el territorio montañoso para defenderse. Veamos cómo…

Aldeas protegidas

“Los pueblos diaguitas vivían en aldeas levantadas en los valles o en las laderas de las montañas.
Algunas eran muy grandes, con una población de 1.500 a 3.000 habitantes. Las aldeas tenían distintas
formas. Unas eran circulares, otras alargadas; unas estaban amuralladas y otras no.
Algunas aldeas estaban en la cima de cerros más o menos chatos y la empinada subida los protegía de
posibles ataques.
También había pueblos fortificados, con casas que se apretujaban junto a las murallas que rodeaban la
parte más alta del pueblo. En caso de ataque, la gente subía por escaleras de piedra. Las murallas estaban
hechas con mucho ingenio, con trampas para los atacantes. Tenían puertas que daban a patios sin salida
donde los enemigos eran emboscados desde arriba. También tenían torres circulares, balcones, puestos
vigías y troneras –una especie de ventanitas angostas– para tirar flechas y piedras. Dentro de estos
fuertes, había depósitos con agua y comida que les permitían resistir durante bastante tiempo en caso de
ser sitiados. Aparentemente, los pobladores no vivían en esas aldeas fortificadas de manera permanente y
se usaban sólo en caso de ataque.”

Adaptado de Roxana Boixadós y Miguel A. Palermo (1992), Diaguitas, Libros del Quirquincho

Ciudad Sagrada de Quilmes. Esta fotografía aérea de las ruinas de la ciudad de los Quilmes nos permite observar la
construcción del poblado en las laderas del cerro.

Clase 4:

CONFLICTOS Y GUERRAS

La ilustración representa un enfrentamiento entre pueblos diaguitas muy cerca de una aldea
amurallada. Los guerreros usan armas de distinto tipo:
- arcos y flechas con filosas puntas de piedra que podían recorrer largas distancias,
- ondas hechas con lana para lanzar piedras,
- hachas y mazas de piedra o de bronce. Algunas mazas tenían un cabezal con forma de estrella.

6
“A pesar de los enfrentamientos frecuentes entre pueblos y el cuidado de su autonomía, los diaguitas
dejaban de lado sus diferencias y se aliaban si aparecía un enemigo que pudiera amenazarlos. Esto pasó
cuando los poderosos incas intentaron dominarlos y, años más tarde, los españoles. En las dos
ocasiones, los diaguitas se unieron para resistir a los invasores.”

Adaptado de Roxana Boixadós y Miguel A. Palermo (1992), Diaguitas, Libros del Quirquincho

1. Identificar las manifestaciones culturales de esos pueblos y sus modos de


relacionarse con la naturaleza, comparándolos con contextos culturales del presente.

Clase 5:

RESISTENCIA DIAGUITA

Como venimos planteando, los conflictos entre los pueblos diaguitas eran
frecuentes: guerreaban entre sí para obtener las mejores tierras de cultivo y otros
recursos valiosos para producir alimentos o resolver otras necesidades. Por eso, habían
aprendido a usar el territorio montañoso para defenderse.
Sin embargo, a pesar de sus diferencias, los pueblos diaguitas podían unirse si
se sentían amenazados. Eso pasó en dos ocasiones a lo largo de su historia, cuando dos
imperios los quisieron conquistar: los incas, primero, y los españoles, después.
Miguel A. Palermo y María de Hoyos, autores del libro “Diaguitas”, relatan cómo estos
pueblos se enfrentaron a estos dos imperios (Ver Ficha 5: “Los diaguitas contra los
imperios”).

• Se leerá y comentará el texto con las y los chicos para empezar a conocer esta

7
historia de resistencias a la dominación imperial. Luego se intercambiará sobre las
ideas de los autores para que las/os alumnas/os puedan acercarse a la complejidad del
tema.

RESPONDER:

1) ¿Por qué los autores eligieron como título “Los diaguitas contra los imperios”?
2) ¿Qué diferencias plantean los autores entre los dos imperios que invadieron a los
diaguitas?

Los diaguitas contra los imperios

Los diaguitas rechazaron al imperio inca en dos oportunidades, allá por el 1300. Pero en una tercera
avanzada -más de 100 años después-, los incas finalmente quebraron la resistencia de los diaguitas y
ocuparon su territorio. Construyeron entonces puestos de control, depósitos de alimentos y caminos. Los
diaguitas se rebelaban a menudo y no cumplían con sus obligaciones. Los incas no confiaban en ellos y
por eso instalaron en los valles a muchas personas leales al imperio: los colonos o mitimaes, que estaban
encargadas de vigilar a los diaguitas.
La presencia de los incas produjo solo algunos cambios en el estilo de vida de los diaguitas: debían
honrar al Sol (dios supremo de los incas) y al emperador (máxima autoridad) así como pagar tributo –
que consistía en trabajar un tiempo para el imperio en tareas agrícolas, de minería u obras públicas, como
la construcción de caminos. Aunque imponía estas obligaciones, el emperador respetaba la organización,
la cultura y las creencias de los pueblos que vencía.
Con los españoles, las cosas fueron diferentes. Cuando en 1534 Diego de Almagro (uno de los
conquistadores del Perú) pasó por primera vez por los Valles Calchaquíes, los diaguitas comprendieron
que debían enfrentar a otro imperio. Los nuevos invasores tenían extrañas costumbres: hablaban un
idioma que no era el quechua de los incas ni ninguna otra lengua conocida; montaban unos animales
raros, disparaban fuego, usaban barba y creían en otros dioses. Además, como ya habían dominado a
otros pueblos americanos, se corría el rumor de que explotaban a los indígenas que lograban someter.
Otra vez, los diaguitas se prepararon para luchar. La resistencia a la conquista española se sostuvo
durante 130 años…

Adaptado de: Diaguitas, de Miguel Ángel Palermo y María de Hoyos, 1998. AZ editora, Colección Gente americana.

Clase 6:

LOS INVASORES ESPAÑOLES

En este apartado, se hará una lectura compartida del texto “Los invasores
españoles”, así como promover el análisis de las escenas de los grabados de Guamán
Poma de Ayala. Se acompañará la propuesta del trabajo con un mapa de América.

► Para guiar el intercambio y sistematizar lo discutido, se hará foco en los siguientes


ejes:
- los objetivos de los españoles en América;
- las acciones de los españoles para conseguir sus objetivos;
- la conquista de los imperios azteca e inca (será preciso explicar por qué son imperios,
señalar su ubicación en un mapa de América o planisferio y analizar la información
relativa a su conquista7);

8
- en relación con la conquista, analizar los grabados de Guamán Poma de Ayala,
mestizo descendiente de una noble inca y un español que realizó una crónica8 de la
conquista y la sociedad que surgió de ese proceso:
- una escena de la conquista: la batalla de Cuzco (ver quiénes se enfrentan)
- una escena de la sociedad colonial: un encomendero es transportado por indígenas
en una litera inca;
- La fundación de ciudades españolas como modo de ocupar el territorio y organizar
desde allí el trabajo de la población sometida. Las características de las ciudades y el
estado de alerta de sus pobladores, en relación con las resistencias indígenas;
- La continuidad de la conquista hacia el sur: la llegada a los Valles Calchaquíes (ubicar
en el mapa).

Actividades

• Leer el texto “Los invasores españoles” y luego responder:


1) ¿Qué buscaban los españoles en América?
2) ¿Qué hicieron los españoles para lograr sus objetivos?
3) El texto dice que los españoles vivían siempre en estado de alerta, con las armas
cerca y el caballo preparado. ¿Por qué se sentirían amenazados?
4) ¿Por qué las autoras dicen que los diaguitas habían aprendido que resistir valía la
pena? ¿A qué se refieren?
5) ¿Qué relaciones establecen entre la resistencia de los diaguitas al imperio inca y su
preparación para enfrentar al “nuevo invasor”?

LOS INVASORES ESPAÑOLES

Los imperios que intentaron dominar a los diaguitas tenían objetivos diferentes. Los españoles querían
mucho más que los incas: pretendían apropiarse de los metales -oro, plata- y piedras preciosas de los
pueblos que invadían, recibir tributos mucho mayores y usar a la población como mano de obra en
trabajos muy pesados. Muchas veces trasladaban a grupos de trabajadores o poblaciones enteras a lugares
muy alejados de su residencia y desarticulaban familias y comunidades. Además, querían imponerles sus
leyes, su religión y su cultura y obligarlos a abandonar las propias. Finalmente, los conquistadores
pretendían apropiarse de las tierras y convertir a los pueblos vencidos en súbditos del rey de España.
Para lograr sus objetivos, los españoles se lanzaron a la conquista de los pueblos originarios. En primer
lugar, dominaron a los dos grandes imperios que existían en América cuando la invadieron: el imperio
azteca y el imperio inca. Entre 1519 y 1522, los hombres liderados por Hernán Cortés conquistaron a los
aztecas. Poco tiempo después, entre 1531 y 1533, un reducido ejército de españoles conducido por
Francisco Pizarro hizo sucumbir al gran imperio de los incas, que extendía su dominio por la franja
andina, desde el Ecuador hasta Chile. Después de dominar al imperio incaico, los españoles siguieron
camino hacia el sur.

9
Para controlar los territorios sobre los que avanzaban, los conquistadores iban fundando ciudades. Desde
allí organizaban a las poblaciones indígenas que habían dominado y los obligaban a trabajar para ellos.
Las ciudades que fundaban los españoles eran, en realidad, pequeñas aldeas que tenían pocos pobladores
con sus casas de adobe y paja, algunas calles de tierra y una plaza en el centro. Allí vivían los españoles
siempre en estado de alerta. “Se cuenta que dormían con las armas junto a la cama y el caballo ensillado
en el patio, dispuestos a saltar al primer toque de campana que anunciara peligro” (Ciencias Sociales 4.
NAP: Cuadernos para el aula. MEN. 2007).
En su avance hacia el sur, los españoles llegaron a los Valles Calchaquíes. Los diaguitas -que habían
evitado la dominación incaica durante mucho tiempo y habían aprendido que resistir valía la pena- se
prepararon para luchar contra el nuevo invasor…

Clase 7:

¿QUÉ HICIERON LOS DIAGUITAS PARA RESISTIR A LOS ESPAÑOLES?

Como era habitual, los españoles avanzaron sobre los territorios de los pueblos
originarios fundando ciudades.
Así lo hicieron en los Valles Calchaquíes. Pero los pueblos diaguitas hostigaron
cada ciudad española instalada en sus tierras: todas fueron “despobladas”y los
españoles expulsados tras reiterados intentos de asentarse allí.
Se abordará la Ficha 6 mediante una estrategia combinada de una explicación y
lectura compartida con las/os alumnas/os de fragmentos de los textos.

Actividades
Para responder :

1) El artista Luis Soler representó a Juan Calchaquí con una flecha en la mano. ¿Por qué

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les parece que lo representó de esa manera? (en relación con el proceso de
convocatoria entre jefes diaguitas: “pasarse la flecha”)
2) En el monumento dice: “Al cacique que defendió la cultura de nuestros ancestros”.
¿Cómo podemos explicar esa leyenda a partir de lo que aprendimos?

¿QUÉ HICIERON LOS DIAGUITAS PARA RESISTIR A LOS ESPAÑOLES?

En una primera etapa, los españoles intentaron establecerse en los Valles Calchaquíes fundando ciudades.
Como en otras regiones de América, buscaban minas de oro o plata. Pero además tenían otro interés. En
sus primeras expediciones habían visto que los valles estaban habitados por miles de personas: querían
someterlos a su servicio y utilizarlos como mano de obra.
Cuando los españoles fundaban una ciudad en territorio diaguita, los pueblos que estaban cerca la
hostigaban: cortaban los arroyos que abastecían de agua a sus pobladores, incendiaban sus casas, los
atacaban con flechas o piedras… En definitiva, obligaban a los españoles a abandonar la ciudad. Así
sucedió con la ciudad de Barco, la primera ciudad española fundada en 1549. Tres intentos hicieron los
españoles en diferentes lugares de los valles y tres veces los guerreros diaguitas los obligaron a abandonar
la ciudad. Barco I, Barco II y Barco III fueron destruidas. La cuarta vez que la fundaron la ciudad logró
persistir, pero fuera de los valles. Más tarde la llamaron Santiago del Estero.
Años después, los españoles intentaron nuevamente instalarse en territorios diaguitas y fundaron otras
tres ciudades. Fue entonces cuando Juan Calchaquí, cacique de los tolombones, convocó a los jefes de
otros pueblos diaguitas a unirse para enfrentar al invasor.

Pasarse la flecha...

Cuando un jefe diaguita buscaba aliados para la guerra enviaba a los jefes de otros pueblos un
mensajero con una flecha. Al entrar a cada pueblo, el mensajero se presentaba al curaca y se la ofrecía.
Este tenía que pensar bien lo que hacía, porque si agarraba la flecha significaba que estaba de acuerdo
en unirse a los otros para hacer la guerra, y si la rechazaba quería decir que se mantenía al margen
(...) Nadie podía obligarlo; cada pueblo era independiente y tenía derecho a tomar sus propias
decisiones.

Adaptado de: Roxana Boixados y Miguel A. Palermo, Los diaguitas, Los libros del Quirquincho, Colección La otra historia, Buenos
Aires, Coquena Grupo Editor, 1992.

Muchos jefes aceptaron la flecha de Juan Calchaquí. Así se formó una gran confederación que reunió a
varios miles de guerreros que asediaron a las ciudades españolas hasta que fueron abandonadas.
Ninguna ciudad quedó en pie en territorio diaguita. Los investigadores llaman “Primera gran rebelión”
(1560-1563) a estas acciones comandas por Juan Calchaquí. Los Valles Calchaquíes se llaman así en su
honor.

11
LA REBELIÓN DE LOS DIAGUITAS, SEGÚN CUENTAN LOS ESPAÑOLES

Los funcionarios españoles enviaban cartas al rey de España para informar lo que pasaba en tierras
americanas.
En 1563, los oidores de la Real Audiencia de Charcas –en la actual Bolivia- relataron lo sucedido
cuando los diaguitas sitiaron Córdoba de Calchaquí, una ciudad que los españoles habían fundado en los
Valles Calchaquíes. Los funcionarios cuentan que guerreros diaguitas, al mando de Juan Calchaquí,
cortaron el agua de los arroyos que abastecían el fuerte. Pasados tres días, sus pobladores decidieron huir
para no morir de sed.
Al abandonar la ciudad en medio de la noche, los españoles fueron perseguidos y atacados con flechas.
Los que lograron sobrevivir llegaron a la ciudad de Nieva -al norte de los Valles Calchaquíes-, pero allí
también la población española estaba huyendo. Lo mismo les pasó en la Quebrada de Humahuaca.
Las autoridades de Charcas estaban preocupadas: temían que la rebelión indígena liderada por Juan
Calchaquí se siguiera expandiendo y llegara a su ciudad. Entonces construyeron defensas.
La carta de los oidores describe la enorme influencia que Juan Calchaquí tenía sobre los pueblos del
valle y su gran capacidad de negociación. El jefe diaguita fue apresado varias veces por los españoles
pero logró que lo dejaran ir a cambio de promesas que luego no cumplía.

Clase 8:

DESPUÉS DE LA DERROTA…

Las Fichas 8 y 9 presentan textos de Roxana Boixadós y Miguel Ángel Palermo


que relatan la historia de dos pueblos diaguitas tras la derrota frente a los españoles.
• “Una historia especial”, narra el destierro de los Quilmes
• “Otra historia especial” , cuenta la historia de los Amaichas.

Actividades (se dividirá el aula en dos grupos de estudiantes)

1er grupo: Leerá la historia de los Quilmes.


2do grupo: Leerá la historia de los Amaichas.

Para cerrar este apartado, se hará una puesta en común sobre las historias de
estos pueblos.

12
DESPUÉS DE LA DERROTA…

UNA HISTORIA ESPECIAL


Es por los quilmes, claro, que Quilmes –la localidad del Gran Buenos Aires- se llama así. Al repartir a
los calchaquíes derrotados, el gobernador Mercado y Villacorta decidió que los quilmes fueran enviados
muy lejos de allí. ¿Por qué? En parte porque eran de los más combativos y prefería tenerlos bien
apartados; pero también porque estaba en deuda con la ciudad de Buenos Aires, que lo había ayudado
con su campaña militar. En pago, los quilmes (…) pagarían tributo y prestarían servicios a esta ciudad. A
los vecinos porteños les venía muy bien, porque siempre les faltaba gente para las cosechas, la
construcción y otros trabajos.
El viaje empezó a principios de 1666 y en su primera etapa, hasta Córdoba, muchos murieron y otros se
fugaron. En la ciudad de Córdoba quedarían sesenta quilmes, entregados a distintos españoles, a
conventos y a la misma ciudad para su servicio.
En los últimos meses del año llegaron cerca de Buenos Aires y los instalaron en un campo a 15
kilómetros al sur de la ciudad, en una zona que en esa época estaba despoblada. Esa fue la reducción de
Exaltación de la Cruz de los Quilmes, que estaba gobernada por su cacique, un cabildo indígena, un
administrador español y un cura que se ocuparía de su cristianización, muy difícil al comienzo porque
los quilmes no hablaban castellano y el cura no sabía una palabra en kakán. (…)
(Los quilmes) trataron de adaptarse a una región muy distinta a la suya. Sembraron trigo, criaron vacas,
caballos y mulas (todas eran especies europeas), aprendieron a cazar vacas salvajes para vender sus
cueros, se hicieron casas de adobe y una iglesia, y de a poco conocieron el castellano (…). Además
trabajaban para la ciudad y sus vecinos, porque los hombres debían cumplir turnos para hacer distintas
tareas: construyeron casas y la Catedral, cuidaron ganado, sacaron cal de una cantera y cargaron y
descargaron barcos en el puerto a cambio de unos jornales muy bajos que no les pagaron durante años.
Por varias epidemias de viruela, la cantidad de quilmes de la reducción bajó mucho en los primeros años.
Además, posiblemente unos cuantos se escaparon para vivir tranquilos en el campo, cerca de las
fronteras, con los indígenas de las tribus pampeanas.
Cien años después de llegar, había allí solo un puñado de personas y varias de ellas no descendían de los
quilmes porque eran aborígenes de otras partes y criollos pobres casados con alguien de la reducción.
Luego de la Revolución de Mayo se decretó la igualdad de todos los habitantes, y como los “indios” no
eran menos que nadie –se dijo- no hacía falta ya una reducción: eran totalmente libres. Eso sí, los
echaron inmediatamente del lugar y otra gente se adueñó de esas tierras, que por entonces eran muy
valiosas.

Roxana Boixadós y Miguel A. Palermo (2008) Los diaguitas. Colección La otra historia. Los pueblos originarios. A-Z editora.

Y OTRA HISTORIA ESPECIAL


Muy distinto fue el caso de los amaichas, que antiguamente vivieron en el valle de Amaicha y zonas
cercanas, cerca del límite entre Catamarca y Tucumán.
En 1561 los amaichas estaban firmes al lado de Juan Calchaquí, confederados con otros diaguitas para
resistir a los españoles, pero en 1608 fueron encomendados por primera vez y así estuvieron hasta
comienzos del siglo XIX. Sin embargo, la habilidad de sus caciques los llevaron a un arreglo bastante
favorable con el encomendero: igual que sus vecinos, los tafíes, los amaichas pudieron quedarse en sus
tierras sin tener que mudarse a las del español, como solía suceder; a cambio, le mandaban hombres para
cumplir con la mita o turnos de trabajo. Era beneficioso para el encomendero porque no tenía que
destinarles tierras en la llanura tucumana donde él vivía ni darles de comer a cambio de sus servicios.
También era beneficioso para los amaichas porque se mantenían en su territorio.
Durante el último alzamiento diaguita, los amaichas mantuvieron buena relación con el encomendero del
momento, a quien siguieron mandando hombres para servirlo en el llano; pero al mismo tiempo se
plegaron a los sublevados y pelearon en los cerros. En 1662 los españoles ahorcaron a su cacique Alonso
Calimai y entonces los amaichas se retiraron al Valle Calchaquí, donde guerrearon hasta su rendición
dos años después. De todas formas su nuevo cacique, a cambio de ser emisario ante los diaguitas que
seguían peleando, consiguió cosas importantes: que el grupo conservara su territorio y siguiera viviendo
en él, continuara prestando servicios por turno y fuera reconocido como Comunidad Indígena,
conservando sus autoridades internas.
Al mismo tiempo lograron que su encomendero les pagara muchos de los trabajos que hacían y,
poniendo la diferencia con dinero que obtenían vendiendo las carretas que fabricaban y otros productos,
pudieron pagar el tributo y no prestar más servicios personales. De ese modo, mientras otros pueblos
diaguitas se extinguían, ellos consiguieron mantener su población hasta el siglo XIX.
Después de la Revolución de Mayo sufrieron reclutamientos forzosos para las guerras civiles y perdieron

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parte de las tierras porque fueron entregadas a hacendados de Salta y Catamarca que las reclamaban.
Pero en 1853 lograron la legalización de sus títulos de propiedad sobre la tierra comunal. La comunidad
de Amaicha pudo seguir adelante hasta hoy aunque siguieron teniendo pleitos por sus tierras y todavía
los tienen, en la actualidad.

Roxana Boixadós y Miguel A. Palermo (2008) Los diaguitas. Colección La otra historia. Los pueblos originarios. A-Z editora.

Clase 9:
LA RESISTENCIA DE LOS QUERANDÍES Y LA DESPOBLACIÓN DE LA PRIMERA CIUDAD
DE BUENOS AIRES

poblaban la zona, los querandíes, así como a algunas de las características de


este pueblo.
► Se análizará el dibujo de Schmidl sobre el ataque a Buenos Aires. Se puede observar:
- La cantidad de indígenas que atacan al fuerte
- Las armas utilizadas (flechas encendidas)
- El carácter organizado del ataque (formación y avance de los cuerpos de guerreros)
- La defensa de los españoles con armas de fuego desde el interior del fuerte. Su
inferioridad numérica
- Las características de la ciudad-fuerte: sus dimensiones, la muralla, su localización a la
vera del río
- El incendio de las casas y de los barcos

Actividades - UN CIERRE POSIBLE

• Releer el texto de Ana María Lorandi presentado al inicio de esta secuencia.


Al referirse a la Conquista, la etnohistoriadora plantea:

“La penetración española se fue haciendo cargada de dificultades y miserias


materiales y humanas. Cuando se lograba colonizar ciertos sectores, otros ofrecían
una feroz resistencia, como por ejemplo los Valles Calchaquíes en el corazón del
Noroeste. El Chaco y la Patagonia no fueron ocupados hasta el siglo XIX. La
colonización costó ríos de sangre, agotó los recursos e inundó los corazones de
amarguras, desazones y rencores, tanto de los indígenas como de los españoles. Muy
pocas cosas se consiguieron negociando; la mayoría se obtuvo a golpe de armas, una
y otra vez”.
Ana María Lorandi (2000): Las rebeliones indígenas.

Luego, responder:
1) ¿Qué ideas plantea la autora acerca de la conquista?
2) ¿Qué piensan sobre sus ideas?

LA RESISTENCIA DE LOS QUERANDÍES

La ciudad de Buenos Aires fue fundada el 2 de febrero de 1536 por el español Pedro de
Mendoza, quien desembarcó en las costas del Río de la Plata acompañado por 1500
hombres. Pero el intento de instalarse en la zona fracasó rápidamente: los pueblos

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originarios de la región resistieron el avance de los conquistadores y los obligaron a
abandonar la ciudad.
Ulrico Schmidl, un cronista alemán que formó parte de la expedición española, relató y
realizó ilustraciones de lo sucedido en esos días.

Retrato de Ulrico Schmidl, Museo Histórico Nacional

Cuenta Ulrico Schmidl:


“En esta tierra dimos con un pueblo de indios llamados querandíes. Eran como 2.000 hombres con las
mujeres e hijos.
Estos querandíes traían y compartían con nosotros pescado y carne por 14 días sin faltar, hasta que un
día no vinieron. Entonces nuestro general Don Pedro de Mendoza despachó a un alcalde acompañado
por otros dos que se acercaron a caballo a los querandíes, que se hallaban a 4 millas de nuestro fuerte.
Y cuando llegaron a donde estaban los indios, salieron los tres bien escarmentados, teniendo que volver
en seguida a nuestro fuerte.
Pedro de Mendoza, nuestro capitán, envió entonces a Diego de Mendoza, su propio hermano, con 300
hombres de a pie y 30 a caballo bien pertrechados. Yo iba con ellos y las órdenes eran tomar presos o
matar a todos estos indios querandíes y apoderarnos de su pueblo. Pero cuando nos acercamos a ellos
había ya unos 4.000 hombres, porque habían reunido a sus amigos.”
Durante el enfrentamiento, los españoles conocieron las boleadoras y la excelente técnica de los
habitantes de las pampas para derribar animales con esa precisa herramienta. Dice Schmidl:
“Emplean unas bolas de piedra aseguradas a un cordel largo del tamaño de las balas de plomo que
usamos en Alemania. Con estas bolas enredan las patas del caballo o del venado cuando lo corren y lo
hacen caer. Fue con estas bolas que mataron a nuestro capitán y a otros soldados, como que lo vi yo
con los ojos de esta cara, y a los que iban de a pie también los voltearon con esas bolas.” A pesar del
triunfo, a fuerza de pólvora y arcabuces, los españoles sufrieron no solo el calor de la temporada, los
mosquitos y las zonas empantanadas del terreno, sino la falta de preparación y alimento para
sobrevivir en aquella planicie pampeana. Schmidl detalla cómo la expedición se transformó en una
historia dramática: “Así aconteció que llegaron a tal punto la necesidad y la miseria que por razón de la
hambruna ya no quedaban ni ratas ni ratones, ni culebras, ni sabandija alguna que nos remediase en
nuestra gran necesidad y miseria; llegamos hasta comernos los zapatos y cueros todos”. Los
conquistadores se mantuvieron en Buenos Aires durante un mes, “pasando grandes necesidades”,
como describió Schmidl, y resistiendo el asedio de los pueblos originarios, que se unieron para expulsar
a los invasores. “Por este tiempo los indios atacaron con fuerza y gran poder a nosotros y a nuestra
ciudad de Buenos Aires. Eran unos 23.000 hombres porque contaban con la ayuda de otras naciones
como los charrúas y chanás timbúes. Unos trataron de tomar la ciudad por asalto y otros empezaron a
tirar con flechas encendidas sobre nuestras casas, cuyos techos eran de paja (menos la de nuestro

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capitán general que tenía techo de teja) y así nos quemaron la ciudad. Las flechas de ellos son de caña y
con fuego en la punta; y una vez prendidas y arrojadas no dejan nada. Con esas flechas nos
incendiaron.” El daño fue mucho mayor porque, además de la aldea, las flechas encendidas también
quemaron cuatro de los grandes navíos anclados en el agua del Río de la Plata. Al parecer, el incendio
habría ocurrido el 24 de junio de 1536 y marcó el final de la aventura. Varios españoles consiguieron
escapar de la matanza por el mismo lugar por donde llegaron: el agua. Entre ellos Pedro de Mendoza,
quien emprendió la vuelta enfermo y no pudo llegar a destino. Murió en altamar el 23 de junio de
1537. Texto adaptado de “2 de febrero de 1536: primera fundación de Buenos Aires”, Ministerio de
Cultura, Presidencia de la Nación. https://www.cultura.gob.ar/2-de-febrero-de-1536-primera-
fundacion-de-buenos-aires-10067/

Los querandíes atacan la ciudad de Buenos Aires, 1536.


Ilustración de Ulrich Schmidl

Clase 10:

LAS RESISTENCIAS DE LOS PUEBLO ORIGINARIOS EN LA ACTUALIDAD

Para finalizar la secuencia se trabajará con materiales audiovisuales o notas


periodísticas para tratar en el aula la continuidad de las resistencias de los pueblos
originarios en la actualidad. Se enfocarán las actividades sobre las resistencias actuales
de los pueblos diaguitas y querandíes.

En el caso de los diaguitas, se trabajará con la selección de algunos fragmentos


del video “Diaguitas. La lucha por la tierra”, de la Serie Pueblos originarios producida
por Canal ENCUENTRO.

Fuente. “Diaguitas. La lucha por la tierra”, Serie Pueblos originarios, Canal


ENCUENTRO. Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=oAW5tBfUumo

Temas de análisis que se tendrán en cuenta durante la proyección del video:


- Persistencias de las luchas por sus tierras del pueblo diaguita
- Reivindicación de la identidad diaguita
- Recuperación pacifica de la Ciudad Indígena Quilmes

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- Ceremonia de la Pachamama.

PARA CERRAR LA SECUENCIA, ESCRIBIR…

Actividad Final

Se dará un cierre al trabajo con una producción escrita sobre las resistencias actuales
de los pueblos originarios. Se trabajará en pequeños grupos. Cada grupo decidirá qué
aspectos de las historias de resistencia estudiadas deciden relatar y cómo hacerlo.

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