EL HERMANO DISTRAIDO
Estos días en casa nos permiten limpiar, acomodar, ordenar, sacar ropa que no
usamos, cocinar comida que tenías tiempo de no hacer. Pasar tiempo en familia, pero
también tener más tiempo para orar, para leer la Biblia y en algunos casos retomar
historias que ya hemos escuchado antes, y ver qué fresco y nuevo Dios tiene para
nosotros.
Hoy quiero compartir con ustedes una historia que me encanta y es la del Hijo pródigo
la he escuchado desde pequeño, han hecho obras de teatro con ella, películas de
dibujos animados, canciones y montones de predicaciones. En algunas versiones de la
Biblia se le conoce también como la parábola del buen Padre.
Creo que conocemos la historia, en resumen: un hijo le pide a su papá la herencia, se
va lejos a otro país lo gasta y pierde todo en cosas que no duran, no le queda otra que
pedir trabajo haciendo la labor más baja de todos, darle de comer al chicharrón, darle
de comer al chifrijo… o sea darle de comer a los cerdos, en esa época un trabajo mal
visto, y sin dinero, con muchos días sin bañarse, sin desodorante, sin amigos ni familia
cerca de quien recurrir y con muchísima hambre, pensando comer la comida para
chanchos, el concentrado, los desechos, para por lo menos tener algo en la panza…
Toco fondo, estando en lo más bajo, recuerda que los empleados de su papá viven
relativamente bien y que él podría “pedir cacao” y arrepentido como diría el Chavo, “con
el rabo entre las patas” emprende el regreso a casa. Su padre lo ve a lo lejos, sale a su
encuentro, lo abraza y le da un gran beso, manda a darle un nuevo vestido un anillo y
hace fiesta porque su hijo regreso, su hermano mayor llega luego y se enoja porque
hay fiesta por su hermano que regresó y no quiere entrar a la casa, su papá sale y le
dice que hay que hacer fiesta porque su hermano regreso, el que estaba muerto hoy
está vivo, el que se había perdido fue hallado.
Creo que sí conocíamos la historia o por lo menos nos acordamos de gran parte de
ella.
Como les dije antes, se le ha llamado la historia del hijo pródigo o la historia del padre
bueno.
Yo hoy quiero ponerle por nombre la historia del “hijo distraído”
Vamos a ir al libro de: Lucas 15:11-32
Reina-Valera 1960
Y quiero que me acompañe a repasar esta historia que conocemos y de la cuál le hice
un resumen hace un momento. Pero ahora quiero que se ponga, no en los zapatos de
hijo pródigo que regresa a casa, o del Padre amoroso que lo recibe, sino que hoy
quiero que tome el lugar del otro hijo, el hermano mayor… O sea cada vez que yo
hable del hermano mayor en la historia, pongasé en su lugar, vuelvase uno de los
protagonistas de la historia.
Empecemos:
11
También dijo: Un hombre tenía dos hijos;
12
y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me
corresponde; y les repartió los bienes.
Un Hombre tenía 2 hijos y el menor le pide la herencia: El padre le reparte la herencia a
los 2, al mayor por ser el primero, el primogénito, que para esa época se podría decir
que tenía ciertos privilegios, el papá le dio el doble de lo normal de la herencia…
imagínese que su papá divide todo lo que tiene en tres, al hijo mayor le tocan 2 partes y
al menor solo una.
Lo extraño de la solicitud del menor es que históricamente a él chiquillo no le
correspondía pedir la herencia, porque deporsí le tocaba menos, sino que al mayor no
solo le tocaba la herencia (recibir el doble, le correspondía una bendición especial por
parte del papá y el honor de convertirse en el sacerdote de la familia.
Y si queremos echarle más leña al fuego, el menor prácticamente le estaba diciendo al
papá, que le importaba más lo que le daba, que la relación que tenía con él. Que le
importaba más el dinero que tenía la familia, que la familia, ¿así o más cara de barro?
13
No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una
provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.
No hay mucho que agregar, comprando todos los números de la rifa para que le fuera
mal, o pensaba posiblemente… “Vida solo hay una, mejor aquí comió, tomó, disfrutó y
se divirtió, que aquí murió o se quedó”. O sea imagínese ir a un lugar donde nadie le
conoce, donde no hay nadie que pueda ir con el chisme a la mamá o que lo pueda
criticar por lo que haga, y además con más plata de la que había visto en toda su vida.
El hijo menor se volvió loco y gastó todo.
14
Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia,
y comenzó a faltarle.
15
Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su
hacienda para que apacentase cerdos.
16
Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie
le daba.
Qué raro en esta historia, la ley de Morphi, apenas se le había acabado el dinero, llegó
una gran hambruna, posiblemente una sequía, una pandemia, o la gente se volvió loca
y no dejó nada en los supermercados para comprar… póngale el nombre que usted
quiera. Pero no había comida. Una persona le dio trabajo si se puede llamar así,
cuidando los cerdos… pero seguro no había llegado en quincena o pagaban una vez al
mes o estaba en periodo de prueba, pero no tenía con qué comprar comida, así que,
pero a él le sonaba la tripa tanto, que le pedía los que le daban de comer a los cerdos
que le dieran un poco y nadie le quería dar. Seguro decían está tan loco que quiere
comer basura, que quiere comer la peor comida del mundo. La estaba viendo fea y
estaba cayendo tan bajo, que nadie quería ser cómplice de ello.
17
Y volviendo en sí, dijo: !!Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen
abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
18
Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra
ti.
19
Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.
Me llama la atención la expresión y volviendo en sí… quiere decir que antes algo le
pasó que perdió la razón, se volvió loco. A veces pensar solo en nosotros mismos y en
nuestros antojos y deseos nos puede volver locos. Pero ya más sano gracias A Dios
decidió Volver y pedir perdón y algo más que eso decidió ir a trabajar para el papa.
Creía que lo que había hecho era imperdonable y eso le quitaba el derecho de ser
llamado “Hijo”
Hay algo cierto para todos los seres humanos sin distingo de edad, raza, etc. Es que
todos somos hijos, es algo a lo que no podemos renunciar… todos somos hijos de
alguien, este vivo o no, nos haya reconocido o no, sea Bueno o sea malo. Todos
tenemos eso en común, somos hijos, venimos de alguien… el menor creyó perder
todo. Y pedía ni siquiera ser llamado eso que es HIJO y que lo tratara como un
empleado, ni siquiera como un esclavo… que en esa época un esclavo era
prácticamente un hijo más.
20
Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y
fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.
21
Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno
de ser llamado tu hijo.
22
Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un
anillo en su mano, y calzado en sus pies.
23
Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta;
24
porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y
comenzaron a regocijarse.
El padre lo vio de lejos, el papá tenia Buena vista o tenia la esperanza de que su hijo
volvería o le traerían noticias de él. (posiblemente el papa ya Viejo, porque estaba en
casa, en lugar del campo, ya no podía hacer lo de antes), sin embargo corrió… la
Misericordia, el perdón… lo hizo correr, lo hizo tomar acción, el perdón acelera los
procesos, el perdón mueve las cosas, la Misericordia responde en lugar de esperar.
El papa lo abrazo, lo besó, no le importo … que viniera sucio, mal oliente. Solamente le
importo… demostrarle que le amaba, que era querido, que era importante y que era
perdonado.
La expresión de amor va primero que la justificación… (el padre fue el que corrió al
encuentro, el desesperado por perdón no corrió, pero el que entregó misericordia fue
rápido)
Amar, perdonar, mostrar Misericordia, no es estar de acuerdo con lo que hiciste, no es
aplaudir tu comportamiento, es simple y sencillamente un reconocimiento, que no hay
suciedad, falla u olor que no permita que seas recibido y tengas una nueva oportunidad
de encontrar tu identidad.
Y lo mejor de todo es que aunque la suciedad, el olor y la falta estén ahí. El padre no
quería que se siguiera sintiendo así manchado, dañado, algo que no era el hijo. Así que
le dio algo nuevo. (anillo, ropa, calzado y alimento) Lo necesario, no solo para
restablecer lo que estaba afuera, sino también para sanar lo que va adentro.
Y cuando el hijo menor, empezó a disfrutar el perdón y la misericordia del padre,
también el resto de la casa, los empleados, los esclavos, prácticamente todos los que
estaban ahí se les unieron… celebraron (uno normalmente no celebra sin saber…),
casi siempre vamos a una fiesta de cumpleaños y sabemos quién cumpleaños, o
vamos a una vela y mínimo conocemos a alguien allí, aunque sea 1 persona que tenga
relación.
Así que ese amor y misericordia es contagioso.
25
Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa,
oyó la música y las danzas;
26
y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
27
Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo,
por haberle recibido bueno y sano.
28
Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que
entrase.
29
Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no
habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para
gozarme con mis amigos.
30
Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has
hecho matar para él el becerro gordo.
31
Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son
tuyas.
32
Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era
muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.
El dueño de todo lo que quedaba se enojó, no entendía, no se había contagiado de ese
amor y perdón que el resto de la casa tenía en ese momento, así que no quería entrar.
Y sí como hermano mayor debo confesar que yo también hubiera estado de un
chichón, casi creería que mi papá tenía favoritos. Así que el papá tuvo que salir, para
recordarle que él también es hijo y dueño. El menor se había olvidado que era hijo,
pero el mayor también. Se concentró tanto en solo el título, que se le olvido la relación,
que podía tener acceso a su papá siempre, acceso a lo que él tenía, pero sobre todo
acceso a su corazón y cuidado, a su chineo.
Y como hijos despistados, como hijos distraídos, nuestra atención se la lleva tantas
otras cosas, que se nos olvida que podemos llegar a Dios con tan solo una oración, con
tan solo voltear una página o tocar en un icono en nuestro teléfono celular… Nos da
celos lo que otros consiguen de Dios, pero no nos interesa disfrutar todo eso y más que
Dios ha puesto para nosotros.
En esta época en que la distancia y el aislamiento pudieran parecer lo peor que le
puede pasar a la humanidad, Dios nos recuerda que a quienes le amamos TODO
ayuda para bien. Este tiempo ha hecho que la iglesia se vuelva iglesia, que la iglesia
deje de ser un edificio y se convierta en personas de carne y hueso. Una imagen que
circula por internet en la que salen 2 personajes, uno parece el diablo y otro Dios y el
diablo dice, viste como con una pandemia tan fácil cerré tus iglesias, a lo que Dios
sonriente le dice, muchas gracias por eso, porque ahora ha abierto una iglesia en cada
hogar.
Seamos hermanos mayores que nos alegremos, seamos hermanos atentos a las
necesidades de los demás, seamos hermanos amorosos, y veamos como a un medio
de un tiempo como este, la misericordia y el amor de Dios cambian al mundo.