UNIVERSIDAD AUTONOMA DE SANTO DOMINGO (UASD)
Nombres:
Ismael Castillo Rodríguez
Matrícula: 100555975
Yaleiny Guzmán León
Matrícula: 100532351
Stephanie Montás Rodríguez
Matrícula: 100566645
Rosalies Jiménez Montero
Matrícula: 100477561
Materia:
Responsabilidad Civil
I Sección: WS1
Profesor:
Oneyda Lucia Pérez Uceta Tema:
Responsabilidad por las cosas Inanimadas
Concepto de las Cosa Inanimada
El concepto de la cosa inanimada ha sido abordado por muchos tratadistas, siendo un tema de
suma importancia en materia de relaciones jurídicas, ya que no solo pueden ser
objeto de derechos, sino que también generan obligaciones. Esto debido a que, la cosa
inanimada, siendo mal usada, puede ocasionar daños a terceras personas. Tal es el caso de los
vehículos de motor, herramientas de trabajo, edificios o casas abandonados o con vicios de
construcción entre otros.
Desde la perspectiva de los Mazeaud, son aquellos objetos o cosas que carecen de vida, por
ende, no son sujetos de derechos ni obligaciones, como son las personas. Para dichos juristas,
en materia de derecho, a las cosas inanimadas se les llaman bienes, sean estos la propiedad
(mueble inmueble), el usufructo (el producto o beneficio generado de la cosa) y la posesión, los
cuales pueden ser objeto de relaciones jurídicas. En este sentido, los Mazeaud hacen una
diferencia entre las personas y los seres animados, haciendo énfasis en su naturaleza
como objetos materiales, susceptibles de apropiación y uso.
Por otro lado, Henri Capitant, el ilustre e influyente civilista francés, la define como objeto
material carente de vida, que puede ser objeto de derechos y obligaciones dentro del ámbito
jurídico. Para Capitant, las cosas inanimadas son elementos del patrimonio que
pueden ser apropiados, transferidos o utilizados por las personas, y se distinguen claramente
de los seresanimados y de las personas.
El ámbito de las cosas inanimadas comprende un amplio campo de aplicación en términos de
relaciones jurídicas en las que estas pueden verse envueltas.
La esfera en la que intervienen las cosas inanimadas se enmarca dentro del Derecho de
Propiedad, esto debido a que las cosas inanimadas pueden ser objeto de derechos y
obligaciones.
También comprenden los Derechos Reales, en virtud de que pueden ser objeto de derechos
reales como la posesión, el usufructo, la servidumbre, entre otros. De igual forma repercuten en
cuanto a las Obligaciones, las cuales se contraen a través de los contratos, tales
como la compraventa, arrendamiento o donación, entre otros.
El Patrimonio también forma parte de lo que son las cosas inanimadas, ya sean físicas como
jurídicas.
Asimismo, las cosas inanimadas tienen gran incidencia en el comercio, en especial en las
personas jurídicas con fines lucrativos, y esto debido a la naturaleza de la actividad comercial
delas mismas.
Presunción de falta de prueba de la ausencia de falta
El concepto de presunción de falta y prueba de la ausencia de la falta se enmarca en el ámbito
del derecho civil, específicamente en la teoría de la responsabilidad civil extracontractual,
donde se analiza la existencia de un daño, la culpa o falta, y el nexo causal entre ambos.
En el Código Civil Dominicano, el artículo 1384 recoge una serie de responsabilidades que se
originan en el daño causado por las personas de quienes se debe de responder. Es decir,
cualquier hecho causado por una persona, animal o cosa que esté bajo el cuidado, tutela o
dominio de otra, hace a éste responsable por los daños ocasionados a terceras personas o al
patrimonio de estas. En el caso de los padres, la responsabilidad resultante de los daños que
ocasionen sus hijos menores recae sobre aquellos.
Para algunos juristas, como Julio Cury, la presunción de la falta constituye una violación al
artículo 40, numeral 15 de la Constitución de la República Dominicana, y esto debido
que, nuestra Constitución establece que: A nadie se le puede obligar a hacer lo que la ley no
manda ni impedírsele lo que la ley no prohíbe. La ley es igual para todos: sólo puede ordenar lo
que es justo y útil para la comunidad y no puede prohibir más que lo que le perjudica.
En ese mismo orden, el artículo 1383 del Código Civil Dominicano establece que, cada cuales
responsable del perjuicio que ha causado, no solamente por un hecho suyo, sino también por su
negligencia o imprudencia.
Podemos deducir que esta posición por parte del Jurista Julio Cury, deviene en el Principio de la
Legalidad de la Prueba, el cual fue consagrado en la Resolución No.1920-2003 de fecha 13de
noviembre de 2003 de la suprema Corte de Justicia, principio este que establece que la
legalidad de la prueba es consustancial con el debido proceso, y que son entendidas
como procedimientos o medios para asegurar la vigencia efectiva de los derechos
fundamentales.
Este mismo principio establece que, las pruebas y sólo las legalmente admitidas, son
pertinentes en la acreditación de la verdad del hecho imputado, y justificantes de la motivación
de la sentencia condenatoria o absolutoria. Más aún, dicho principio establece que, también es
aplicable en la substanciación de cualquier otro proceso de carácter penal o determinación de
derechos y obligaciones de carácter civil, laboral, disciplinario, administrativo u otros.
En cuanto a la Prueba de la Ausencia de la Falta, ésta es definida como el mecanismo mediante
el cual, el presunto responsable, puede demostrar que actuó con la debida diligencia y cuidado,
evitando así su responsabilidad. En otras palabras, el demandado puede probar que no hubo
culpa o negligencia de su parte y que el daño ocurrió por causas ajenas a su control.
Tal es el caso de los padres con respecto de sus hijos menores y de los maestros y artesanos, en
el que estos pueden demostrar con diligencia y cuidado, que a los mismos les ha
sido imposible evitar el hecho que da lugar a la responsabilidad. En caso contrario, la
responsabilidad aplicable.
Tal es el caso de los padres con respecto de sus hijos menores y de los maestros y artesanos, en
el que estos pueden demostrar con diligencia y cuidado, que a los mismos les ha
sido imposible evitar el hecho que da lugar a la responsabilidad. En caso contrario, la
responsabilidad aplicable.
Diligencia: El demandado debe demostrar que actuó con toda la diligencia, cuidado y prudencia
exigidos por la ley.
Caso fortuito o causa mayor: El demandado debe probar que el hecho fue resultado de un
hecho imprevisible o inevitable, por lo que el demando puede ser eximido de
responsabilidad.
Acreditación de la culpa exclusiva de la víctima o de un tercero: En el caso de que el
demandado pruebe que la víctima o un tercero, hayan sido los únicos responsables del hecho, el
demandado queda liberado de responsabilidad.
El Código Civil Dominicano, en su artículo 1384, faculta tanto al demandante como al
demandado para que puedan hacer uso de los recursos que la ley y el derecho ponen a su
alcance, para hace valer sus pretensiones en justicia, uno para ser resarcido por los daños
sufridos, y el otro poder liberarse de la responsabilidad.
Falta personal y Falta del Guardián
La Falta Personal refiere a la responsabilidad producto de los daños causados por una
persona, ya sea por un hecho suyo o su negligencia o imprudencia. En este sentido, la persona
es responsable de los daños por actuar de manera imprudente, negligente o contraria a lo
que establece la ley.
En materia penal, la persona o sujeto activo, incurre en dos tipos de responsabilidades, una es la
penal y la otra civil. Ambas son producto de un hecho personal causado por la infracción de una
norma jurídica, y la otra, producto de la negligencia u omisión, o como se conoce
penalmente hablando, se incurre en responsabilidad en comisión por omisión, en la
que el individuo, pudiendo evitar el daño no hizo todo lo que estaba a su alcance para evitar
que el daño suceda.
Para que la falta personal pueda ser determinada, se deben de identificar una serie
de elementos, como son:
Acción u Omisión: la persona realiza un acto o deja de hacer algo que debía de hacer.
Culpa o Negligencia: Resulta de la falta de cuidado por parte del sujeto, lo cual le era exigible al
momento del hecho.
Nexo Causal: Debe de existir una relación entre el acto u omisión y el daño causado.
Daño: Debe existir un daño o perjuicio material o moral en la otra persona o agraviado.
En cuanto a la Falta del Guardián, el artículo 1384 es claro y extenso, ya que, no solo exige
responsables de otras personas, sino para los que son responsables de las cosas bajo su
cuidado.
El tipo de responsabilidad que se origina en estos casos no es directo, sino del deber de
vigilancia y cuidado que debe de tener de la cosa puesta bajo su cuidado.
Entre los elementos que constituye la falta del guardián, podemos citar los siguientes:
Custodia o control: El guardián tiene bajo su responsabilidad una cosa (por ejemplo, un animal,
un vehículo) o una persona (por ejemplo, un menor o un empleado).
Daño causado por lo custodiado: El daño es causado por la cosa o persona bajo
custodia.
Falta de vigilancia o control: El guardián no ejerció el debido cuidado o supervisión para evitar
el daño.
Nexo causal: Existe una relación entre la falta de vigilancia y el daño causado.
Presunción de responsabilidad
Para que la Presunción de Responsabilidad sea invocada como tal, debe de intervenir en la
materialización del daño una cosa, y que ésta ha causado el daño, es decir, debe existir un nexo
conexión entre el daño y la cosa que lo causó. De igual forma, la cosa debe de haber salido del
control del guardián, con lo que se deduce que el daño no fue ocasionado directamente por el
guardián.
Esto es lo que prescribe el artículo 1384 del Código Civil Dominicano, pues de otro modo no se
puede invocar presunción de responsabilidad para los guardianes o responsables de otras
personas.
Entre las cosas causantes de un daño que recoge el precitado artículo 1384, están las coas
inanimadas, como vehículos, edificios, locomotoras, motocicletas, carretas, aviones, entre otros
objetos, y las animadas, entiéndase personas o animales.
Base legal de la presunción contra el guardián
La Base Legal de la Presunción contra el Guardián se encuentra consagrada en el artículo1383,
ya que el mismo establece claramente que, cada cual es responsable del perjuicio que ha
causado, no solamente por un hecho suyo, sino también por su negligencia o su imprudencia,
esta negligencia imprudencia queda descrita en el 1384, en cuanto al cuidado que deben los
padres pos los hijos menores, así como delos maestros y artesanos con respecto a sus alumnos
y aprendices, de losamos y comitentes de los criados y apoderados, siempre que los
daños hayan sido causados durante el tiempo que están bajo su vigilancia. Fuera de allí, no se
puede establecer la presunción de responsabilidad.
Prohibición de llevar acción contra el guardián por ante la jurisdicción penal
Las infracciones penales son de carácter personal, y las responsabilidades originadas por la cosa
inanimada tienes un origen en un delito civil, por lo que no puede llevarse la acción pena contra
el guardián de la cosa. Esto debido a que, las acciones son personales, y en materia penal, para
que un delito o crimen sea tipificado como tal, deben de concurrir una serie de elementos que
permitan al juzgador si existía la marcada intención del actor en cometer el ilícito, si hubo dolo,
premeditación o alevosía, acechanza, entre otros; elementos estos que están ausentes en los
daños que ocasionan las cosas inanimadas.
Sin embargo, aunque la acción penal no puede ser llevada en contra del guardián de la cosa, en
el aspecto civil la responsabilidad sigue abierta, por lo que, una vez se cierre o suspenda la fase
penal, la victima puede iniciar el proceso de reclamación de daños y perjuicios ante la
jurisdicción civil.
En este contexto, el artículo 53 del Código Procesal Penal establece que: La acción civil accesoria
a la acción penal sólo puede ser ejercida mientras esté pendiente la persecución penal. En
caso de suspensión del procedimiento penal el ejercicio de la acción civil se suspende hasta
que la persecución penal continúe, sin perjuicio del derecho de interponer la acción
ante los tribunales civiles competentes en caso de extinción de la acción penal por estas
causas. La sentencia absolutoria no impide al juez pronunciarse sobre la acción civil
resarcitoria válidamente ejercida, cuando proceda.
En conclusión, el guardián entraría en condición de un tercero civilmente responsable, lo cual
está consagrado en el Código Procesal Penal en su artículo 126, que también tiene su aplicación
en la Ley No.4117 sobre Seguro Obligatorio de vehículos de motor. En estos casos, el dueño del
vehículo es responsable por los daños ocasionados por el mismo, teniendo la facultad que le
otorga la ley de destruir la presunción de falta invocada por la víctima pero, para ello,
es necesario probar ante el tribunal que, al momento del daño, el vehículo le había sido robado
o se le había perdido y, en otros casos, la existencia de contratos de cualquier naturaleza que
lo eximiera de responsabilidad por los daños civiles y penales originados con el uso del vehículo
mientras estuviera en poder del conductor del mismo.
Presunción contra el propietario de la cosa inanimada
La obligación de custodia en principio recae bajo el propietario de la cosa, por
cuanto normalmente el uso de la cosa estaría bajo su mando, pues la propiedad conlleva la
facultad de usar y disponer de la cosa. Sin embargo, el propietario de la cosa causante del daño,
puede demostrar que ha transferido la custodia de la cosa o actividad y así el responsable será
quien tenga en realidad el poder intelectual de uso, dirección y control.
Esta presunción viene dada en virtud de que, el que adquiere la cosa no solo adquiere los
beneficios que ésta genera, sino que también se hace responsable de las consecuencias que la
equidad, el uso o la ley dan a la obligación según su naturaleza, en virtud de que, la persona es
todo aquel sujeto que puede adquirir derechos y contraer obligaciones, y estas obligaciones
tiene que ver, no solo con el cumplimiento de una convención, sino de todo lo que de ella se
derive.
Definición de guardián
Conforme a la definición que nos ofrece el Diccionario Panhispánico del español jurídico, el
Guardián es la persona que, al tener bajo su uso, cuidado y dirección una cosa que causa un
daño, se presume legalmente responsable de indemnizar a la persona víctima de ese daño.
El guardián de la cosa inanimada solo puede liberarse de esta presunción probando
la existencia de un caso fortuito o de fuerza mayor, la falta de la víctima o el hecho de un
tercero.
Según jurisprudencia constante de la Suprema Corte de Justicia, el Guardián sobre el cual recae
la responsabilidad por el hecho de las cosas inanimadas es la persona que tiene el uso, control y
dirección de la cosa, pudiéndose determinar que Andrés Santos era la persona que poseía
dicho control del vehículo que causó la muerte al menor, ya que el propietario
del vehículo Cemento Cibao no poseía la guarda del vehículo por existir un desplazamiento del
mismo, por lo que éste no puede responder civilmente por el daño que haya causado el
vehículo la víctima, en virtud de las disposiciones del artículo 1384, párrafo 1ro. del Código Civil:
Considerando, que la presunción de responsabilidad que pesa sobre el guardián de la cosa
inanimada, prevista en el artículo 1384, párrafo 1ro. del Código Civil está fundamentada en dos
condiciones esenciales, la primera, que la cosa debe intervenir activamente en la
realización del daño, es decir, que esta intervención produzca el daño; y la segunda, que la cosa
que produce el daño no debe haber escapado al control material de su guardián.
Prescripción de la acción contra el guardián
Cuando se habla de prescripción en el ámbito jurídico, se refiere al plazo que otorga la ley para
que una persona, física o moral, pueda hacer valer sus derechos indemnizatorios, por los daños
ocasionados por otra persona.
En relación a la acción contra el guardián, el plazo para accionar en contra del mismo es de seis
(6) meses, ya que se trata de cuasidelitos, y esto de conformidad con lo que establece párrafo
único del artículo 2271 del Código Civil Dominicano, el cual dispone que: Párrafo: Prescribe por
el transcurso del mismo período de seis (6) meses, contados desde el momento en que ella
nace, la acción en responsabilidad civil cuasi delictual cuya prescripción no hubiere sido fijada
por la ley, expresamente, en un período más extenso. Sin embargo, en los casos en que alguna
circunstancia imposibilite legal o judicialmente el ejercicio de la acción, no se
computará en el plazo el tiempo que dicha imposibilidad dure.
Siguiendo el mismo orden, la Suprema Corte de Justicia ha dictado en sentencia que: Las
demandas en reparación de daños y perjuicios con motivo de la responsabilidad del guardián de
la cosa inanimada, tal y como la del caso de que se trata, tienen como fundamento la falta en
la guarda y que esta falta supone una negligencia o una imprudencia a cargo del
guardián, constituye un cuasidelito civil.
Que, en virtud de dicho criterio jurisprudencial, la Suprema Corte de Justicia entiende que la
prescripción aplicable en este caso es la consagrada en el artículo 2271 del Código Civil, que es
de seis (6) meses.
Cosa robada
Cuando una cosa es robada y causa un daño, el propietario no es responsable, ya que ha
perdido el control, el uso y la dirección sobre la cosa, lo cual implica la pérdida de la guarda. En
estos casos, la guarda se desplaza hacia quien ha tomado ilícitamente la cosa. Por tanto, el
artículo 1384 del Código Civil no se aplica al propietario en estos supuestos, ya que no ejerce
efectivamente la guardia en el momento del hecho. La Suprema Corte de Justicia, en su decisión
del 20 de febrero de 2002, núm. 56.331, sostiene que un propietario no responde por los daños
causados por su vehículo cuando ha sido sustraído, porque ha perdido la posibilidad de
controlarlo.
Desplazamiento de la guardia
El desplazamiento de la guardia ocurre cuando el guardián original ya no tiene el control
efectivo de la cosa y este control pasa a un tercero. Esto puede suceder por actos voluntarios
como el préstamo o el alquiler, o por actos involuntarios como el robo o el uso no autorizado
por parte de un tercero. En tales situaciones, la responsabilidad recae en quien tiene la guarda
efectiva al momento del daño, es decir, quien puede ejercer el poder de dirección, uso y control.
Un ejemplo jurisprudencial se encuentra en la sentencia de la Suprema Corte de Justicia del 26
de enero de 2011, núm. 168, donde se determinó que la guarda se había desplazado a un
tercero que utilizó el bien sin consentimiento.
Participación activa de la cosa y presunción de participación
La participación activa de la cosa en el ámbito jurídico se refiere a la intervención directa de un
objeto o bien en una relación jurídica, donde la cosa misma desempeña un papel relevante en la
configuración de derechos y obligaciones. Es de relevante importancia en áreas del derecho
civil, como es en los bienes y las obligaciones.
Así pues, la cosa comprende la causa misma de una convención, ya que el uso o la posesión de
una cosa no es más que eso. De ahí que, la negligencia o imprudencia produce
responsabilidades para el guardián de la cosa, por ser esta objeto de contraer obligaciones y
derechos.
En la responsabilidad civil, la cosa, por su participación activa, puede ser la causa directa de un
daño, creando así obligaciones para el guardián de la cosa.
En materia de responsabilidad civil, el comitente, quien es la persona que encarga a un
comisionista a comprar o vender mercancías por su cuenta de forma onerosa, solo responde
cuando el preposé actúa en el ejercicio normal de las funciones encomendadas, así como del
abuso que haga de esas funciones cuando haya podido creerse por las circunstancias aparentes
del hecho que el pre posea actuaba por cuenta de su comitente.
En los casos en que el preposé haya realizado alguna actividad que no guarda relación alguna
con las funciones para las cuales fue contratado ni usó los medios que le habían sido entregados
para desempeñar las funciones encomendadas, el Comitente o Guardián de la cosa no incurre
en responsabilidad.
Tampoco se compromete la responsabilidad del comitente, cuando la víctima tuviera
conocimiento que él preposé actuaba fuera de sus funciones y sin autorización del comitente.
A tales fines, el artículo 1384 consagra la responsabilidad de los amos y comitentes, con relación
a sus criados y apoderados en las funciones en que estén empleados. Como en los casos de los
padres y las cosas inanimadas, el tercero civilmente responsable (Guardián de la Cosa), la ley
prescribe la oportunidad que tiene éste de romper la presunción de falta en su contra. Sin
embargo, si el guardián no probare ausencia de responsabilidad, ya sea por
negligencia o imprudencia, su responsabilidad civil queda comprometida y deberá resarcir a la
víctima por daños causados por el empleado, criados o apoderado que esté bajo su
responsabilidad.
Textos legales y precedentes jurisprudenciales en cada caso
Los textos legales aplicables son el artículo 1382 del Código Civil, que establece la
responsabilidad por el hecho propio; el artículo 1384, que se refiere a la responsabilidad por el
hecho de las cosas que están bajo guarda; y el artículo 2271, que establece el plazo de
prescripción. En cuanto a la jurisprudencia, destacan decisiones como la del 29 de enero de
2003 sobre la definición del guardián, la del 20 de febrero de 2002 sobre la cosa robada, la del
19 de diciembre de 2007 sobre la presunción de participación activa, y la del 26 de enero de
2011 sobre el desplazamiento de la guarda. Todas estas sentencias contribuyen a definir y
delimitar la responsabilidad del guardián en el Derecho dominicano.
Importancia de la Distinguir Extracontractual
Diferenciación Legal:
La responsabilidad civil extracontractual se rige por diferentes normativas comparadas con la
responsabilidad contractual. En muchos sistemas legales, como el dominicano, se definen
claramente las obligaciones de indemnización bajo el Código Civil, lo que permite condiciones
específicas y procedimientos.
Construcción de Normas y Protección Social:
La distinción ayuda a establecer reglas y principios claros sobre cómo se debe actuar para
prevenir daños y cómo se repararán en caso de que ocurran. Además, proporciona mecanismos
alternativos, como el seguro de responsabilidad civil, que permiten a las víctimas recibir una
compensación sin complicar excesivamente la situación.
Implicaciones Prácticas:
En la práctica, la delimitación entre estas responsabilidades afecta la forma en que las personas
y empresas necesitan actuar de manera preventiva para evitar daños. Por ejemplo, un
empresario debe cumplir con normativas de seguridad para prevenir accidentes que puedan
generar responsabilidad extracontractual
Efectos en el Ámbito Social y Económico:
Entender las esferas de responsabilidad civil extracontractual fomenta la conciencia social sobre
el deber de no causar daño a otros y puede influir en las decisiones económicas, promoviendo
una cultura de prevención y aseguramiento de riesgos en actividades cotidianas y en el contexto
empresarial. Esta distinción, además, puede evitar que la víctima soporte el costo del daño,
asegurando que el responsable asuma las consecuencias de sus acciones.
Las víctimas en materia de responsabilidad civil:
Se benefician de presunciones que facilitan su carga probatoria, como la presunción de culpa en
actividades peligrosas y la presunción de daño moral en casos de parentesco cercano.
Presunciones Legales en Responsabilidad Civil
Presunción de Responsabilidad:
En muchos sistemas jurídicos, la responsabilidad civil puede establecerse bajo la presunción de
que quien realiza una actividad peligrosa es responsable por los daños que dicha actividad
causa.
Esto implica que la carga probatoria se invierte, y es el autor de la actividad quien debe
demostrar que no fue negligente al causar el daño.
Presunción de Daño Moral:
En el ámbito administrativo, existe una presunción que beneficia a las víctimas indirectas (como
familiares) en casos de daño moral, donde no se requiere que estas pruebas de dolor o
sufrimiento sean explícitamente demostradas. La mera relación de parentesco hasta el segundo
grado suele ser suficiente para reconocer el daño moral.
Esta presunción se basa en el entendimiento de que el agravamiento emocional es una
consecuencia natural de la pérdida de un ser querido.
Implicaciones de las Presunciones
Facilitación de la Prueba:
Estas presunciones permiten que las víctimas no enfrenten la carga completa de la prueba
respecto a la culpa del demandado, lo que puede ser particularmente valioso en casos donde es
difícil obtener pruebas directas de la negligencia o actuaciones del infractor.
Proporcionalidad y Equidad: A través de estas disposiciones, el sistema busca lograr un
equilibrio entre las partes, especialmente en situaciones donde la víctima es vulnerable.
En este sentido, se trata de un enfoque que busca justicia ante la imposibilidad de demostrar
claramente el daño moral en algunos contextos.