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Excepciones Frankil

Pedro Cuenca Escorche, defensor de Walter Alonso Castaño Rasgos, solicita la inadmisibilidad de la acusación por incumplimiento de las cargas procesales por parte del Ministerio Público en el caso de secuestro y extorsión. Argumenta que la acusación debe estar debidamente fundamentada y que los hechos imputados deben corresponder con los elementos de convicción presentados. Se enfatiza la necesidad de un control material de la acusación para garantizar el derecho de defensa y evitar acusaciones infundadas.

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Excepciones Frankil

Pedro Cuenca Escorche, defensor de Walter Alonso Castaño Rasgos, solicita la inadmisibilidad de la acusación por incumplimiento de las cargas procesales por parte del Ministerio Público en el caso de secuestro y extorsión. Argumenta que la acusación debe estar debidamente fundamentada y que los hechos imputados deben corresponder con los elementos de convicción presentados. Se enfatiza la necesidad de un control material de la acusación para garantizar el derecho de defensa y evitar acusaciones infundadas.

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CIUDADANA:

JUEZA DEL JUZGADO TRIGÉSIMO TERCERO (33º) DE PRIMERA


INSTANCIA ESTADAL EN FUNCIONES DE CONTROL DEL
CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL ÁREA METROPOLITANA DE
CARACAS.
SU DESPACHO.-
Expediente 19.032-16.

Quien suscribe, PEDRO CUENCA ESCORCHE, venezolano, titular de


la cédula de identidad No. V-4.263.886, abogado en ejercicio, inscrito en el
Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el Número 89.280,, ante su
competente autoridad comparezco, muy respetuosamente, en mi carácter de
Defensor privado del ciudadano: WALTER ALONSO CASTAÑO RASGOS,
titular de la Cédula de Identidad Numero V- 24.074.181, plenamente
identificado en la causa número 19.032-16 (NOMENCLATURA DE ESE
JUZGADO), Quien se encuentra recluido en el Internado Judicial ”RODEO
II” UBICADO en Guatire del Estado Miranda, en ocasión del auto de
Privación Judicial Preventiva de Libertad que le fuera dictado por este
honorable Juzgado Cuarto (4°) de primera instancia estadal en funciones de
control del circuito judicial penal extensión barlovento del estado
Bolivariano de Miranda, por atribuírsele su presunta participación
Criminosa en la comisión del delito de SECUESTRO BREVE, y
EXTORSIÓN, previstos y sancionados en los artículos 6 y 16,
respectivamente de la Ley Contra la Extorsión y el Secuestro, así como
ASOCIACIÓN PARA DELINQUIR, previsto y sancionado en el artículo 37
de la Ley Contra la Delincuencia Organizada y financiamiento al
terrorismo. Ante usted muy respetuosamente ocurro para exponer lo
siguiente: De conformidad con lo señalado en el artículo 311 del Código
Orgánico Procesal Penal, para presentar los argumentos preliminares de la
Defensa técnica en contra de la acusación interpuesta por la FISCALÍA
QUINTA (5°) DEL MINISTERIO PÚBLICO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN
JUDICIAL DEL ESTADO MIRANDA. Todo lo cual paso a hacer en los
siguientes términos:

INADMISIBILIDAD DE LA ACUSACIÓN
POR INCUMPLIMIENTO DE LAS CARGAS PROCESALES

Conforme a la propia Doctrina Vinculante del Ministerio Público y la


Jurisprudencia del Tribunal Supremo de Justicia (que de seguidas refiero) la
representación Fiscal debe explicar, como parte de los presupuestos
contenidos en el artículo 308 del texto adjetivo penal, cuál es la base o
sustento probatorio sobre la cual reposan sus afirmaciones de hecho, lo cual
sólo puede hacerse concatenando o relacionando los elementos de convicción
que adjunta a título de fundamentos de la acusación, con la imputación, esto,
por una parte, en aras de permitir el inexcusable control material del acto
conclusivo por parte de este órgano judicial y por otra parte, para respetar el
Derecho de la Defensa técnica a ejercer la contradicción del escrito
acusatorio.

Si en la formulación de su libelo acusatorio, el Ministerio Público se atiene al


principio de la “verdad como norte en el proceso penal”, contenido en el
artículo 13 del texto adjetivo penal y sus señalamientos de hecho se basan en
los elementos de convicción incorporados a los autos a través de las
diligencias de investigación, forzosamente debe existir una adecuación o
correspondencia entre los hechos afirmados (que endilga como demostrados
en la investigación) y los elementos de convicción señalados como
fundamentos de la imputación.
Esta adecuación entre los hechos demostrados en la investigación criminal, a
través de las diligencias que el titular de la acción penal pública señala en la
imputación como elementos de convicción al exponer los fundamentos de la
acusación, debe a su vez ser examinada por el Tribunal de Control para
poder establecer que el libelo acusatorio cumple con los requisitos que
permiten su admisión.
La admisión sólo procede en el caso que el resultado de la
investigación arroje un fundamento serio para el enjuiciamiento oral y
público del imputado.
Cito, con la venia del Tribunal, Doctrina Vinculante del Ministerio Público,
contenida en el Informe Anual del Fiscal General de la República 2004, Tomo
I, Págs., 827-829, Oficio DRD-25-27-013-2004, DEL 16 DE ENERO DE
1
2004, que tomamos de otra excelente publicación del Dr. Bustillos, ( )
extracto pertinente:

“…el legislador exige una debida fundamentación basada en los elementos


de convicción. Una imputación fundada no es solamente atribuir la
comisión de un hecho punible a determinada persona, sino que implica
explicar, razonar, en fin, dar cuenta de los soportes de la misma.”
(Resaltado nuestro).

Por ello, en cumplimiento de sus cargas procesales, el Ministerio Público


debe indicar en su acusación las diligencias, en concreto, que a su juicio le
condujeron a tener por demostrados los hechos que en su conjunto conforman
el delito por el cual acusa, máxime cuando –como sucede en el presente caso-
se trata eventos y circunstancias acaecidos en fecha donde mi defendido se
encontraba en un lugar distinto de donde sucedieron los hechos, en los cuales
además participaron varias personas como se puede verificar en auto.
El Fiscal General de la República ilustró la importancia de este aspecto de la
acusación afirmando en el Oficio DRD-25-27-013-2004, DEL 16 DE ENERO
DE 2004:

“…la labor investigativa del Fiscal, así como su correcta indicación en el


escrito de acusación, es de suma importancia, ya que de ello dependerá la

1
convicción que obtendrá el juez respecto a si efectivamente se cometió un
delito, así como si el imputado fue autor o partícipe del mismo; pero además
implica la garantía de los derechos del imputado y la efectiva correlación de
los hechos y el delito imputado…” (Resaltado nuestro)

La Doctrina de la Fiscalía General de la República es Vinculante:


Oficio S/N, que se menciona en el Informe Anual del 2004, Tomo I, Pág., 110-
113:
“…es la propia Ley Orgánica del Ministerio Público la que autoriza al Fiscal
General de la República a dictar tales circulares, que tienen carácter
obligatorio en el ámbito interno de la Institución, razón por la cual su
incumplimiento generaría consecuencia de orden disciplinario.”

El Ministerio Público, en su condición de titular de la acción penal pública,


es quien tiene la carga de PROBAR los hechos que IMPUTA y por su parte,
el Tribunal de Control, debe entonces examinar, sobre la base de los
elementos de convicción traídos al proceso y señalados por el Fiscal en su
libelo acusatorio, si los hechos Imputados poseen el debido soporte o
respaldo desde el punto de vista probatorio.

Como puede apreciarse de la trascripción parcial de la Doctrina Vinculante


del Ministerio Público, se impone a los Fiscales que al exponer los elementos
de convicción en que se apoya la acusación deben indicar el fundamento que
extrae de la información indicada respecto del cuerpo del delito y de la
culpabilidad:

“…no señala cuál es el fundamento que extrae de la información indicada


respecto a la efectiva materialidad del hecho o la responsabilidad de mi
defendido.” (Resaltado nuestro)

Como se desprende de esta Doctrina de la Institución, parte de la explicación


o razonamiento que debe hacer el Ministerio Público, debe estar orientada a
dar a conocer cuáles elementos de convicción considera que son
demostrativos del hecho punible en su corporeidad y cuáles en su criterio
podrían demostrar la responsabilidad penal o culpabilidad, puesto que
pudiera suceder que esté satisfecho alguno de estos extremos, verbigracia la
comisión del hecho y no así la autoría o la participación de alguna persona
en su ejecución.
De allí que el examen sobre la existencia del fundamento serio debe
extenderse a la verificación de que ambos extremos (que para fines didácticos
se han distinguido como cuerpo del delito y culpabilidad) estén debidamente
acreditados, sustentados a través de prueba suficiente para vulnerar la
presunción de inocencia.
Lo anteriormente expuesto, partiendo de la interpretación que la propia
Institución del Ministerio Público ha hecho respecto de la obligación del
Fiscal al libelar su acusación y que forma parte de los argumentos o alegatos
sobre los cuales el Tribunal de Control debe adentrarse y examinar a
profundidad y resolver de manera motivada, condición sine qua non para
poder acoger y hacer suyas las razones por las cuales se encuentran
demostrados los hechos que, de manera efectiva y precisa encuadran en un
tipo o en varios tipos penales en particular.
Si la acusación puede ser admitida y así lo pronuncia este Tribunal de
Control, se impone entonces que los elementos de convicción que incorpora a
su libelo acusatorio como “fundamentos de la imputación” constituyan en
efecto los soportes del “Hecho Imputado”, lo cual, tomando la citada
Doctrina Vinculante del Ministerio Público debió previamente “…explicar,
razonar, en fin, dar cuenta…”

Debe existir un adecuación entre los Hechos Imputados, con los Elementos de
Convicción, puesto que el auto de apertura a juicio, en la fijación judicial de
los hechos y sus circunstancias que serán objeto del debate en la audiencia
de juicio oral y público, se deberá atener a ellos y sucedáneamente también la
Sentencia del Tribunal de Juicio, atendiendo al principio de Congruencia.
En apoyo a lo anterior, me permito traer al presente escrito extracto de una
sentencia de la Sala Constitucional, que considero pertinente:

Sentencia 1303 de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia


con carácter vinculante del 20 de junio de 2005:

“…existe un control formal y un control material de la acusación…”


El control material:
“…implica el examen de los requisitos de fondo en los cuales se fundamenta
el Ministerio Público para presentar la acusación, en otras palabras, si dicho
pedimento fiscal tiene basamentos serios que permitan vislumbrar un
pronóstico de condena respecto del imputado (…) y en el caso de no
evidenciarse este pronóstico de condena, el Juez de Control no deberá dictar
el auto de apertura a juicio, evitando de este modo lo que en doctrina se
denomina la “pena del banquillo” (Resaltado nuestro)

En este mismo fallo, se expresó con relación a la audiencia preliminar, lo


siguiente:
“…es en ésta donde se puede apreciar con mayor claridad la materialización
del control de la acusación, ya que en la misma, es donde se lleva a cabo el
análisis de si existen motivos para admitir la acusación…” (Resaltado
nuestro)
Y como parte del llamado control material de la acusación el Juez de Control
deberá adentrarse en los fundamentos “…que tomó en cuenta el Fiscal del
Ministerio Público para estimar que existen motivos para que se inicie un
juicio oral y público contra el acusado, realizando el Juez el mencionado
estudio…” (Resaltado nuestro)

Sentencia del 3 de agosto de 2007, en el expediente 07-8000, en la cual se


reitera el contenido del pronunciamiento emanado bajo el Nº 1.500/2006, de 3
de agosto, dictada también por la Sala Constitucional:
“…se determina que, contrariamente a lo que suele afirmarse algunos
tribunales penales, el Código Orgánico Procesal Penal no establece una
prohibición absoluta, al juez de control, de que falle sobre cuestiones que son
propias del fondo de la controversia. Lo que prohíbe la referida ley es que el
juez de las fases preparatoria e intermedia juzgue sobre cuestiones de fondo
que son propias y exclusivas del juicio oral. De allí que materias como la
pertinencia, legalidad y necesidad de la prueba, las excepciones relativas a la
extinción de la acción penal (prescripción de la acción, cosa juzgada), el
sobreseimiento (atipicidad de los hechos que se investigan, concurrencia de
una causa de justificación, de inculpabilidad o de no punibilidad, la
inexistencia del hecho objeto del proceso o la no atribuibilidad del mismo al
imputado), son, indiscutible e inequívocamente, materias sustanciales o de
fondo sobre las cuales el juez de control tiene plena competencia para la
valoración y decisión.” (Resaltado nuestro)
En el caso que nos ocupa, lo que la defensa peticiona (y también decimos que
lo hacemos de manera expresa) es que el Tribunal de Control, sobre la base
de los elementos de convicción ofrecidos como fundamentos de la acusación,
realice una revisión en detalle del libelo acusatorio y de esta forma constate
si la representación del Ministerio Público ha sido consecuente con los
requisitos establecidos en el artículo 308 en sus numerales 2 y 3 del texto
adjetivo penal; o si por el contrario, al exponer el resultado de su
investigación, presentando los elementos de convicción sobre los cuales, a su
entender, se apoyan los hechos imputados, hace afirmaciones sobre hechos
que no están demostrados con los elementos que cita.
Haciendo nuestras también las palabras de la Sala Constitucional al enseñar
en qué consiste el denominado “Control Material”, lo que impetramos al
honorable Tribunal de Control, es que, en la ponderación y posterior
resolución sobre si el pedimento Fiscal tiene basamentos serios que permitan
vislumbrar un pronóstico de condena respecto del imputado, al proceder al
examen de los requisitos de fondo aducidos como fundamentos de la
acusación, verifique si –como afirma el Ministerio Público- tales diligencias
de investigación se corresponden en su contenido con los hechos que la
vindicta pública da por demostrados.
En contraposición a lo anterior, pudiera concluirse que, o bien los hechos
afirmados por el Ministerio Público, en los cuales se sustenta su imputación,
no poseen un debido respaldo o soporte probatorio o que éstos no han sido
adecuadamente expuestos o presentados en la acusación (en cumplimiento de
los numerales 2 y 3 del artículo 308 ibid), se impone que esta autoridad
judicial se abstenga de dictar el auto de apertura a juicio.

Esto constituye parte esencial de la función de depuración del proceso a la


cual se alude entre otras en la sentencia comentada del 3 de agosto de 2007
que antes citamos, en la cual la Sala dejó establecido lo siguiente:

“Al respecto, debe esta Sala reiterar que la fase intermedia del
procedimiento penal ordinario tiene por finalidades esenciales lograr la
depuración del procedimiento, comunicar al imputado sobre la acusación
interpuesta en su contra, y permitir que el Juez ejerza el control de la
acusación. Esta última finalidad implica la realización de un análisis de los
fundamentos fácticos y jurídicos que sustentan el escrito acusatorio,
fungiendo esta fase procesal entonces como un filtro, a los fines de evitar la
interposición de acusaciones infundadas y arbitrarias (sentencia n°
1.303/2005, de 20 de junio).” (Resaltado nuestro)

En el supuesto que el Tribunal de Control prescinda del examen y


ponderación de las diligencias de investigación criminal que indica el Fiscal
como elementos de convicción para acreditar los hechos imputados y resuelva
admitir la acusación aun cuando en esta no se hayan señalado cuál o cuáles
son los fundamentos que extrae de los elementos de convicción incorporados
al libelo acusatorio, estará quebrantando en forma directa y manifiesta el
carácter contradictorio del proceso y se favorecerá al Ministerio Público al
relevarlo del cumplimiento de una carga procesal.

Prescindir de la verificación a la cual he aludido en el presente acápite y


admitir la acusación, independientemente de que el Ministerio Público de
por demostrado hechos con actas de diligencias de investigación que no
señalan los hechos que el Ministerio Público afirma o que se admita la
acusación aun cuando el Fiscal no haya explicado de manera razonada y
clara en cuál o cuáles elementos de convicción apoya los hechos que
imputa, constituirá una intolerable violación a los derechos de alegación y
de defensa que amparan a mi defendido, imponiéndole un deplorable sesgo
a nuestra capacidad de intervenir en el presente proceso penal.
Citamos, con la venia del Tribunal de Control, extracto pertinente de un
pronunciamiento emanado de la Sala Constitucional, en la cual a su vez se
reflejó el criterio de la Sala de Casación Penal:

“La Sala de Casación Penal de este máximo Tribunal ha señalado al


respecto que:

“… el debido proceso es el conjunto de garantías que protegen al ciudadano


sometido a cualquier proceso, que le aseguran a lo largo del mismo una
recta y cumplida administración de justicia; que le aseguren la libertad y la
seguridad jurídica, la racionalidad y la fundamentación de las resoluciones
judiciales conforme a Derecho. Desde este punto de vista, entonces, el debido
proceso es el principio madre o generatriz del cual dimanan todos y cada
uno de los principios del Derecho Procesal Penal… ” (Sentencia N° 106, del
19 de marzo de 2003. Tribunal Supremo de Justicia. Sala de Casación Penal.
Magistrado ponente Beltrán Haddad. Expediente N° 02-0369).

Ahora bien, la defensa material, como manifestación del debido proceso,


implica en líneas generales la facultad del imputado de intervenir en el
proceso penal que contra él se ha incoado, así como también de llevar a
cabo todas las actividades procesales necesarias para evidenciar la falta de
fundamento de la potestad penal que contra él ejerce el Estado, o cualquier
circunstancia que la excluya o la atenúe. Tales actividades se concretan
básicamente en las siguientes facultades: a) ser oído, b) controlar la prueba
de cargo que podrá utilizarse válidamente en la sentencia, c) probar los
hechos que invoca a los fines de neutralizar o atenuar la reacción penal del
Estado, d) valorar la prueba producida en el juicio, y e) exponer los
argumentos de hecho y de derecho que considere pertinentes a los fines de
obtener una decisión favorable según su posición, en el sentido de excluir o
atenuar la aplicación del poder penal estatal (vid. Maier, Julio. Derecho
Procesal Penal. Tomo I. Segunda edición. Editores del Puerto. Buenos Aires,
2004, p. 546).

Sentencia de la Sala Constitucional del 30 de octubre de 2009, expediente 08-


0439:
“Artículo 49. El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales
y administrativas; en consecuencia (…)
El contenido de este derecho, se traduce en la facultad de toda persona de
intervenir en el proceso penal que contra ella se haya incoado, así como
también de llevar a cabo las actividades procesales necesarias para
evidenciar la falta de fundamento de la potestad penal que contra él ejerce el
Estado, o cualquier circunstancia que la excluya o la atenúe.” (Resaltado
nuestro)

Para que esta Defensa técnica pueda evidenciar la falta de fundamento de la


acusación, resulta imprescindible que el Tribunal de Control verifique, a
través del examen de los elementos de convicción señalados por el Ministerio
Público como el fundamento de la acusación y si estos poseen la aptitud o
capacidad demostrativa suficiente como para tener por efectivamente
probados los hechos imputados. Y en contraposición a esto, si por alguna
razón el órgano judicial omite el cumplimiento de su obligación (vale decir, la
de ejercer el Control Material de la Acusación), creemos que tal proceder
implicaría el quebrantamiento de Garantías y Derechos de rango
constitucional a un juicio justo con el respeto al debido al proceso, derecho a
una justicia accesible, imparcial, idónea, transparente, autónoma,
independiente, responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas,
sin formalismos o reposiciones inútiles, todos estos consagrados en los
artículos 2, 22, 23, 25, 26, 49, 51 y 257 de la Carta Magna.

En síntesis, estima esta Defensa técnica, que en cumplimiento efectivo de las


funciones atribuidas por la Constitución y el texto adjetivo penal, para
resolver acerca de la admisión o no de la acusación, este Tribunal Trigésimo
Tercero (33°) de Control debe examinar si el Ministerio Público cumplió con
las siguientes cargas procesales:

- Señalar en forma motivada (clara, precisa y circunstanciada) los


hechos imputados;

- Indicar cuál es el soporte o sustento probatorio de los hechos


imputados;
- Exponer, de manera clara y precisa, cuál o cuáles hechos considera
que se desprenden de cada uno de los elementos de convicción;

- Motivar la relación que existe entre los hechos Imputados y las


diligencias de investigación que indica como elementos de convicción;

Lo anteriormente expuesto se encuentra amparado en el artículo 308 del


Código Orgánico Procesal Penal, en la Doctrina Vinculante del Ministerio
Público antes citada y en la sentencia (también vinculante) de la Sala
Constitucional, Nro., 1303, del 20-06-05. Asimismo, en el sistema
interamericano de derechos y garantías (los cuales forman parte del bloque
de constitucionalidad), en complemento a lo antes afirmado, quedaron
obligados los países suscriptores en los siguientes términos:

CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS. Artículo


8: -2. Literal b) comunicación previa y detallada al inculpado de la
acusación formulada; c) concesión al inculpado del tiempo y de los medios
adecuados para la preparación de su defensa; (Resaltado nuestro)

PACTO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS CIVILES Y


POLÍTICOS DEL HOMBRE. Artículo 14. Del derecho al debido proceso:
derecho de defensa, proceso justo, juez natural e imparcial, estado de
inocencia, derecho al recurso, derecho a la indemnización, cosa juzgada en
bis in idem. 2. toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se
presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la
ley. 3. Durante el proceso, toda persona acusada de un delito tendrá derecho,
en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas: a) a ser informada sin
demora, en un idioma que comprenda y en forma detallada, de la naturaleza
y causa de la acusación formulada en su contra; b) a disponer del tiempo y
los medios adecuados para la preparación de su defensa…” (Resaltado
nuestro)

La observancia de los requisitos de la acusación antes señalados, permite el


ejercicio efectivo del derecho que asiste al imputado y a su defensor de
controvertir los “hechos imputados”, en tanto a sus fundamentos, como en la
aptitud de los supuestos elementos de convicción en que se sustenta para
comprobar la comisión del delito y para comprometer la presunta
responsabilidad del imputado.
Por lo tanto, más que un mero o simple formalismo por el cual no
debería ser sacrificada la justicia (artículo 257 de la Constitución), estas
exigencias atañen de manera directa al ejercicio del derecho de acción (ius ut
procedeatur o derecho a proceso) deducida de la interposición de la
acusación por parte del titular de la acción penal pública, que en los términos
-entre otras- de la sentencia vinculante de la Sala Constitucional antes
mencionada, comprometen a este honorable Tribunal de Control a un
pronunciamiento expreso, positivo y preciso con arreglo a la pretensión
deducida y a las excepciones o defensas opuestas.
El examen de la acusación por parte de esta Defensa técnica, conduce a
aseverar que el Ministerio Público no expresó adecuadamente la fuente u
origen de su convicción.

En lugar de cumplir con lo exigido en el artículo 308 del Código Orgánico


Procesal Penal (numerales 2 y 3) e indicar de forma motivada el resultado
del examen uno por uno de los elementos de convicción en que se apoya la
acusación contra mi defendido y de esta forma indicar cuál es la información
que extrajo de cada uno de éstos, procedió a dar por demostrados hechos que
no se corresponden con el contenido de dichas diligencias promovidas como
fundamentos de la imputación.

Incluso, al efectuar el examen de cada una de las diligencias indicadas como


fundamentos de la imputación, el representante Fiscal correlaciona algunas
de la diligencias de investigación en cuestión con información que
aparentemente habría obtenido a partir de otras diligencias, lo cual y en
honor a la verdad, no es mas que un SOFISMA del Ministerio público para
justificar su acusación, generando confusión al no poder diferenciarse entre
lo que el Ministerio Público da por demostrado y lo que efectivamente se
acredita con la diligencia que en ese momento señala.

CAPITULO II
Oposición de la Excepción de Acción Promovida no Conforme a la Ley,
prevista en el artículo 28, Ordinal 4°, letra i en relación con el Artículo
308, Ordinal 2° y 3º, ambos del Código Orgánico Procesal Penal al Escrito
de Acusación presentado contra mi defendido.

Para la demostración del vicio antes denunciado cito el contenido de los


folios veintisiete al treinta (27 al 30) de las ACTA DE INVESTIGACIÓN
PENAL de las actas procesales que conforman el expediente, suscrita por
uno de los trece (13) funcionarios que supuestamente integró la comisión

donde fue aprehendido mi patrocinado, en fecha 10 de Mayo del año 2016,


que conforman el presente expediente, en la cual narran una supuesta
confesión dada por otro detenido de nombre JOSÉ BERTILIO QUINTERO
RANGEL, quien según el funcionario que suscribe dicha acta, este le
manifestó que Walter Alonso Castaño era uno de los sujetos involucrados en
el hecho. Lo supuestamente manifestado por el ciudadano, Quintero Rangel
José, nunca fue corroborada por el Ministerio Público durante la fase de
investigación, ni en ningún otro momento; pero si fue desmentido por dicho
ciudadano en la AUDIENCIA DE PRESENTACIÓN, quien a pregunta
realizada por la defensa manifestó QUE NO CONOCIA A Walter Castaño,
que lo conoció fue cuando fue detenido, ESTA DECLARACIÓN RIELA EN
EL FOLIO 84 DEL EXPEDIENTE.
También se puede leer en el folio Cincuenta y Dos (52) del mismo expediente
de este asunto, una declaración de una ciudadana llamada GEIDY, de fecha
10 de Mayo del 2.016, que tampoco fue corroborada o verificada por el
Ministerio Público pues la misma fue dada ante funcionarios del CICPC,
quien manifiesta que Walter Castaño, las ultimas dos semanas le preguntaba
mucho por su jefe (esta declaración le sirve al Ministerio Público como
elemento de convicción), sin exponer este ente rector de la investigación, que
es lo que hace presumir la participación del hoy imputado en los delitos
imputados, como si el empleado le esta prohibido preguntar por su jefe.

Ciudadana Jueza, como se podrá observar hay incoherencia en la


denuncia hecha por el ciudadano RAÚL CONCEIRO, y los hechos sé que
suscitaron y dieron origen a la aprehensión de ni defendido, la representación
fiscal en su libelo acusatorio le precalifica a mi defendido los delitos de
SECUESTRO BREVE, y EXTORSIÓN, previsto y sancionado en los
artículos 6 y 16 de la Ley Contra la extorsión y el secuestro, y ASOCIACIÓN
PARA DELINQUIR, previsto y sancionado en el artículo 37 de la Ley Contra
la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo, sin ningún
basamento serio, que pueda comprometer la supuesta participación
antijurídica ya que como claramente se evidencia en actas, no existe hasta
esta oportunidad procesal nada, absolutamente nada que pueda comprometer
que mi hoy defendido tenga algo que ver con algún hecho punible, ya que
evidentemente no hay un elemento probatorio que dé certeza jurídica de que
haya existido una conducta o una intención de cometer un hecho punible
como tampoco existe, bajo ningún tipo de vista, que mi patrocinado haya
desplegado una conducta antijurídica ya que en el supuesto iter criminis y
ante este evento de presunciones donde La Vindicta Pública, de forma
inquisitiva y señaladora, pretende en primer lugar involucrar a mi defendido,
calificando unos delitos por demás exagerados pues como es bien sabido y
según los propios dictámenes del mismo Ministerio Publico para que exista el
delito de SECUESTRO BREVE, tiene que existir lógicamente el pedido por
parte de los secuestradores de un pago a cambio de la libertad del
secuestrado, lo cual en el presente caso no se observa tal pedimento; ocurre
algo similar en lo relativo al delito de ASOCIACIÓN PARA DELINQUIR,
para determinar dicho delito se requiere de la participación de tres o mas
personas, así como también determinar los preparativos previos de esa
asociación para cometer ese delito, igualmente exige determinar cuando y
donde se reunieron, lo cual ninguno de estos supuestos ha sido precisado por
el Ministerio público en su acusación; ocurre lo mismo con el delito de
EXTORSIÓN, el Ministerio Público pretende llevar a juicio a Walter Alonso
Castaño porque según sus dichos este participó en la comisión de dicho
delito, sin enunciar en su escrito de acusación cual fue la participación de
este en dicho delito. Como pretende la Vindicta Publica involucrar a mi
defendido, en solo puros dichos, comentarios y nada concreto para vincular
una conducta desplegada sin un verdadero testigo presencial que de verdad,
de un testimonio fehaciente contundente y certero con respecto a los hechos y
sobre este supuesto de hecho, descansa su Acto Conclusivo y sobre la
calificación jurídica solicitada en contra de mi defendido, la cual estamos
debatiendo en esta causa, hace saber esta defensa técnica que mal podría este
digno tribunal en no controlar y evacuar las pruebas, que de forma ilícita está
promoviendo La Vindicta Pública, no siguiendo los pasos establecidos por el
Código Orgánico Procesal Penal en sus artículos 181, 182 y 183.

Así las cosas, ciudadana juez de esta instancia, si se analiza el presente caso,
que los FUNDAMENTOS que sirven de apoyo al escrito acusatorio
presentado por el Ministerio Público se basan completamente en solo las
referencias y dichos, donde nadie puede vincular a mi defendido, puesto que
las versiones de los hechos, cuando estos ocurrieron, no contó con los testigos
vinculantes que hayan presenciado estos los mismos, ni mediante los medios
tecnológicos con que cuentan los órganos de investigación pudieron aportar
algún elemento que vincule a Walter Castaño en ninguno de los delitos
propuestos por la vindicta publica, ya como se sabe según la doctrina, el
objeto del proceso penal es el hecho en torno al cual gira el proceso. Dicho
hecho debe ser concreto, especifico, por lo cual tiene que ser individualizado
en todas sus circunstancias de modo, tiempo y lugar, lo cual aquí en este
caso se evidencia que de verdad hacen presumir que no existe un hecho
punible, y de no existir este hecho punible lógicamente tampoco existe un
posible autor, he aquí la disyuntiva de esta causa y al respecto esta hace
mención a lo que dice EUGENIO FLORIAN en su texto, página 50 “ Las
partes no tienen poder de menoscabar el hecho, ni de manipularlo, ni de
IMPONER VERSIONES IMAGINADAS NI TESIS
PREESTABLECIDAS(…)”. Ahora bien en este mismo orden de ideas en
Sentencia de fecha 05 de abril de 2.005, con ponencia del Magistrado Dr.
Héctor Coronado Flores, la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de
Justicia, estableció: “…Sobre la base de la garantía procesal a la tutela
judicial efectiva consagrada en el artículo 26 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, los hechos que el tribunal estime
acreditados, deben no solo ser completos y coherentes, sino también
concisos y claros, toda vez que la falta de claridad en la declaración del
relato fáctico, por la incomprensión de lo que realmente se pretendió
manifestar ante la ininteligibilidad o ambigüedad de las frases empleadas o
por las omisiones sustanciales que provoquen lagunas o vacíos en la
relación históricas de los hechos, hacen imposible poder determinar la
existencia del delito, la participación concreta del acusado, en fin
imposibilita conocer la verdad de lo acontecido”, como se establece en esta
misma jurisprudencia donde claramente queda demostrado tanto los hechos
de una conducta antijurídica como el autor de este hecho, debe quedar bien
demostrado y debe contar con todos los extremos de Ley, para que se tenga
una certeza jurídica que pueda desvirtuar la presunción de inocencia, que
todo ciudadano tiene como garantía constitucional establecido este en el
artículo 49 de nuestra Carta Magna, en su ordinal 2º en concordancia con los
artículos 8 y 9 de nuestro Texto Adjetivo Penal. El Acto Conclusivo del
Ministerio Público, se basa en el Acta de Investigación Penal y como es bien
sabido una de las funciones más conocidas del Ministerio Publico en este
Sistema Acusatorio es quien dirige la acción penal y la competencia necesaria
para dirigir las investigaciones encaminadas a la demostración del hecho
punible y de los posibles autores o responsables del mismo, el Ministerio
Público, dispone de amplios poderes para practicar las diligencias
necesarias, a objeto de probar si hubo una conducta antijurídica, pues como
se evidencia en el expediente que estamos estudiando, la Vindicta Pública no
hizo ninguna diligencia, para investigar la comprobación de si existió un
hecho punible o no, pues es muy sencillo de razonar, tal hecho punible, a
todas luces no existió y por lo tanto no hay manera de comprobarlo, y el Acto
Conclusivo elaborado de la Vindicta Pública simplemente se fundamenta en
las actuaciones policiales, tal como si se tratara de una etapa sumarial, así
como lo establecía el viejo Código de Enjuiciamiento Criminal derogado, el
propio procedimiento inquisitivo, pues en esta causa se está amparando el
ejercicio de la acción penal, exclusivamente, en lo expuesto por los
funcionarios policiales bajo la creencia de que eso es suficiente para
comprometer penalmente la responsabilidad de una o varias personas,
ESTA DEFENSA SE PREGUNTA ¿será que el Ministerio Público no cree
que una de sus obligaciones establecidas en el COPP es investigar para así
obtener la verdad, será que es suficiente todo lo que diga el funcionario
policial actuante en la aprehensión?, esto es un grave error, al actuar de esta
manera se vulnera el principio de la presunción de inocencia. Quien así lo
hace acciona, sin obtener certeza acerca de la culpabilidad de aquél contra
quien se procede.

Este alegato de descargo no constituye en su esencia, una mera “petición de


principios” de las defensa, por el contrario, es el resultado lógico, racional y
asertivo, de que la ACUSACION FISCAL, presentada por la vindicta
pública, parte de un evidente FALSO SUPUESTO de hecho y de derecho
(falso supuesto fáctico), (falso supuesto normativo), pues constituye una
VERDAD AXIOMATICA (es decir una verdad tan clara que no requiere ser
demostrada), que en ningún momento mi defendido ampliamente identificado,
como erradamente lo afirma la honorable representación fiscal, desplegó una
conducta antijurídica que se pueda demostrar en autos (iter criminis), pues no
hay en autos prueba alguna que hagan presumir que mi defendido esté
incurso en delito alguno, puesto que este supuesto delito, no existe un
elemento convincente que dé certeza que se haya realizado y todas esas
consideraciones, que esta defensa se ha permitido explanar en el presente
capitulo, constituyen razones jurídicas lógicas y racionales, para afirmar que
mi defendido es totalmente inocente de los hechos por los cuales el Ministerio
Público lo acusa, y que los mismos en los cuales se sustenta dicho Acto
Conclusivo gozan de insuficiencia probatoria, por lo tanto no proporciona
fundamentos serios, que conlleven al enjuiciamiento oral y público de mi
defendido.
Con respecto a la calificación jurídica aplicable en el presente caso, se
advierte una ausencia total de motivación, al no realizar el representante del
Ministerio Público una apropiada adecuación de los hechos en el Derecho,
limitándose a señalar lo siguiente: “...que la conducta desplegada por mi
defendido WALTER ALONSO CASTAÑO RASGOS, encuadra los delitos de
SECUESTRO BREVE, y ASOCIACIÓN PARA DELINQUIR previstos y
sancionados en los artículos 6 y 16 de la Ley contra el Secuestro y la
Extorsión, y 37 de la Ley Contra la Delincuencia Organizada y
Financiamiento al Terrorismo.

En el presente caso, se prescindió del análisis y subsunción de la norma


citada para su aplicación conforme los hechos acontecidos, en razón de los
elementos de convicción obtenidos, omitiendo así explicar las razones o
motivos por los cuales la conducta punible del aquí imputado se adecuó a los
tipos penales antes señalados. Realizar la adecuada subsunción de los hechos
ilícitos en el Derecho implica narrar cómo la conducta ilícita asumida por el
imputado encuadra en cada uno de los elementos del tipo penal atribuido,
mediante la indicación expresa de las características propias del delito,
permitiendo ello el adecuado engranaje de la acción típica, antijurídica y
culpable en los elementos descriptivos del tipo penal, razonamientos éstos
ausentes en el escrito de acusación analizado. Al respecto, la Doctrina
Institucional ha señalado:

“(...) Cuando el fiscal del Ministerio Público indica los preceptos jurídicos
aplicables, resulta necesario que ponga de manifiesto en su escrito la
estrecha relación existente entre el hecho imputado y la norma que se
pretende aplicar en el caso en concreto (...)”

Honorable Juez, en la fase de investigación del proceso penal,


irrecusablemente tiene como fin de ésta es practicar las diligencias
investigativas dirigidas a determinar si existen o no suficientes razones para
interponer acusación contra mi defendido y, solicitar su enjuiciamiento o en
caso contrario, solicitar el sobreseimiento o archivo de la causa. En este
sentido se debe entender que la Fase de Investigación es dirigida por el
Ministerio Público y tiene como finalidad, conforme lo dispone el artículo 263
del Código Orgánico Procesal Penal, la preparación del Juicio, mediante la
investigación de los hechos en la búsqueda de la verdad, recabando todos los
elementos de convicción que sirvan de fundamento tanto a la acusación
Fiscal, como a la defensa del imputado. En esta etapa del proceso, la
representación Fiscal debe practicar todas aquellas diligencias que estime
pertinentes; siendo necesario acotar, que tales elementos a recabar, deben
servir tanto para demostrar la participación de una persona en un hecho
punible, como para exculparle, articulo 263 del Código Orgánico Procesal
Penal, estando obligado conforme lo pauta el citado artículo, a facilitar al
imputado todos los datos que lo favorezcan; el aludido artículo, hace mención
a que se practiquen todas las diligencias necesarias para el esclarecimiento
de los hechos, por ello, sólo durante esta fase es que deben realizarse todas y
cada una de las diligencias de investigación a ser integradas en el proceso.

El hecho punible en nuestro ordenamiento penal está constituido por la


concurrencia de varios elementos entre ellos tipicidad, antijuricidad y
culpabilidad, elementos estos indispensables de una conducta debidamente
demostrada, toda vez que de la atenta lectura del artículo 458 del Código
penal vigente, para el momento en que ocurrieron los hechos, se hace
necesario que el culpable para lograr el fin buscado es necesario que haya
habido amenazas a la vida y que lo haya ejecutado nuestro defendido a mano
armada, circunstancia esta que no fue demostrada en la investigación por el
Ministerio Publico, toda vez que si se detalla las declaraciones constantes en
autos de la VICTIMA, se puede observar que en ninguno de los folios del
expediente este hace referencia a que Walter Alonso Castaño pudiera estar
involucrado de algún modo en los hechos denunciados por él.

Ciudadano Juez, si bien es cierto que por lo denunciado por el Ciudadano


Raúl Conceiro, allí se pudo haber cometido un hecho Punible, el Ministerio
Publico, no puede atribuirlo a mi defendido, ya que el mismo no es señalado
directamente en alguna forma por este ciudadano, a quien le sería muy fácil
señalar ya que le es plenamente conocido por ser su empleado, y menos por
testigo alguno, sino que hacen mención en FORMA GENÉRICA de las
personas que estuvieron en el sitio, así mismo las múltiples incoherencias en
sus testimonios que presenta el representante del Ministerio Publico en su
acto conclusivo. Ya que se observa que no hizo ni una sola diligencia de
investigación solo copio y pego, las testimoniales de las víctimas, dejando un
cúmulo de vicios inexcusable, creando indefensión a mi defendido.

HONORABLE JUZGADOR, PARA QUE LA VINDICTA PUBLICA


ACUSE, EL CÓDIGO ORGÁNICO PROCESAL PENAL, ESTABLECE
CIERTOS PARÁMETROS COMO LOS ESTABLECIDOS EN EL
ARTÍCULO 308 NUMERALES 2 Y 3, COSA QUE EN ESTE CASO POR
ACCIÓN U POR OMISIÓN NO SE CUMPLIÓ.
EL QUE ALEGA PRUEBA CIUDADANO JUEZ.

¿Qué es lo que le da credibilidad a la propia Prueba?

La Sala advierte que los jueces son soberanos para apreciar los hechos y
deducir de ellos indicios o presunciones, pero es menester destacar que esa
soberanía de apreciación, no los exime de la obligación de especificar en la
sentencia, cuáles son las presunciones o indicios que han servido de
fundamento a su decisión.

...cuando el juez aprecia los elementos probatorios está obligado a verificar


que éstos sean lo suficientemente contundentes como para desvirtuar la
presunción de inocencia que acompaña por derecho a todo acusado, pues
debe tomar en cuenta los elementos probatorios para llegar a una decisión
condenatoria estos se deben ajustar con tal perfección para que la conducta
efectivamente pueda ser atribuida al autor configurando el injusto típico y por
ende quede establecida la culpabilidad.
Es importante destacar que las investigaciones deben estar dirigidas
primordialmente a satisfacer lo que manda el Código Orgánico Procesal
Penal en su artículo 13, que es el principio de la finalidad del proceso, que no
es otra que la búsqueda de la verdad por las vías jurídicas, y establecer si hay
o no culpabilidad.
Ahora bien Ciudadano Juez, el representante del honorable Ministerio
Publico no puede pasar por alto pruebas de certeza que se presentaron
durante el procedimiento y la convicción de que mi defendido fue la persona
que estuvo presente justo antes, durante y después de ocurrir los hechos, es
fácil deducir que los funcionarios del órgano aprehensor cuando hacen su
entrevista al ciudadano: Raúl Conceiro, nunca le piden que describa a los
sujetos que Brevemente lo secuestran, cosa que sería muy fácil para él
identificarlo pues para ese momento era su empleado, y no lo hacen ya que se
le haría imposible atribuirle el delito a mi defendido ya que el mismo nunca
estuve presente en los hechos narrados, ni durante el presunto secuestro ni
durante la extorsión, o desplegó una conducta antijurídica, en contra del
denunciante.

Como bien se sabe, las pruebas demuestran la afirmación, la existencia de


que se cometió un delito desde el punto jurídico penal, y el mejor medio de
prueba que puede presentar tanto el imputado, la Vindicta Publica, y para la
defensa de un interés que deja por sentado la responsabilidad del hecho, cosa
que el Representante del Ministerio Publico, obvio por acción u omisión,
dirigir las investigaciones en busca de la verdad. En vista de que hubo
pluralidad de sujetos que presuntamente actuaron, y sería poco responsable
de parte del Representante del Ministerio Público, en esta fase, acusar a mi
defendido sin pruebas contundentes, que no dejen lugar a dudas.
El Ministerio Público, no actuó conforme a derecho toda vez que no se
practicó la referida actuación en ocasión a la fase en que se encontraba el
proceso, Son estas consideraciones Ciudadano Juez, las que nos permiten
concluir en primer lugar, que no posee asidero jurídico el argumento
sostenido por el representante del Ministerio público mediante el cual
pretende sostener que se desconozca el momento en que se llevó a cabo tal
actuación y quienes realmente la realizaron, dejando un vacío jurídico. Ya
que mi defendido el día y la hora en que ocurrió el presunto secuestro se
encontraba en la sede de la empresa para la que trabajaba y del cual es
propietario el ciudadano Raúl Conceiro.

Ahora bien, está determinado que sin testigos, o elementos de convicción que
se hayan detectado durante la investigación, que en este caso no existen, que
respalden los hechos que se le pretenden atribuir a mi patrocinado, se crea
una duda razonable, de lo cuál en este punto en específico se debe tomar en
consideración para la admisión o no de la acusación hecha por el Ministerio
Público.

Ahora bien Honorable Juez, el Representante del Ministerio Público, con los
relatos que hacen los funcionarios aprehensores, indica que ello le permite
determinar el ilícito penal investigado, por tanto se reproduce como elemento
que contribuya conjuntamente con la deposición de los funcionarios
actuantes. Resultado de diferentes experticias practicadas, por los órganos
auxiliares, proyectadas en disminuir la presunción de Inocencia,
materializando la institución de la imputación en el presente proceso.

Nada más alejado de la realidad, cuando observamos que el Representante


del ministerio Público, no realizo diligencia a los fines de aclarar tal
anomalía, en busca de la verdad de los hechos, colocando con su NO
INVESTIGACIÓN EN TOTAL INDEFENSIÓN A MI DEFENDIDO DE
IMPUTARLE UN HECHO DEL CUAL NO TIENE NADA QUE LO
RELACIONE CON EL MISMO.

SENTENCIA DE N° 225 DE FECHA 23 DE JUNIO DE 2004 y N° 345


DEL 28 DE SESPTIEMBRE DE 2004, PONENTE MAGISTRADA
BLANCA ROSA MARMOL DE LEON, en la cual se establece que: "el solo
dicho de los funcionarios policiales no es suficiente para inculpar a los
procesados, pues solo constituye un indicio de culpabilidad".'

De igual manera en Sentencia N° 272 del máximo Tribunal de la República,


en Sala Constitucional, con Ponencia de la Magistrado. Dra., CARMEN
ZULETA DE MERCHÁN, citamos extractos: ...es imprescindible, como se
explicará de seguidas, es corroborar con otros indicios la declaración de la
parte informante...
Ciudadana Jueza, en los autos que conforman el expediente, solo se evidencia
una ausencia absoluta de elementos de convicción que permitan
verdaderamente inferir que mi defendido cometió o colaboro en estos hechos,
por cuanto la representación fiscal asumió como cierta estas circunstancias,
que carecen de medios de convicción, con este tipo de afirmaciones hechas
por los funcionarios aprehensores, manifestado que nuestro defendido
presuntamente participo como autor o cooperador es decir, dicha
investigación ni siguiera puede arrojar la información actual y es como se
desprende de las actuaciones presentes en el expediente, que no hay
elementos serios que comprometan a mi defendido en la presunta comisión de
los delitos de SECUESTRO BREVE, EXTORSIÓN, Y ASOCIACIÓN
PARA DELINQUIR. Ahora bien, respecto a este delito, el Ministerio Publico
yerra al subsumir los hechos presentados en dichos tipos penales, en principio
por la falta de elementos probatorios serios que se evidencien en el expediente
que por lo menos indique la presunta participación en los delitos referidos, es
decir si el primero no se cumple, tampoco se puede cumplir el segundo y
menos el tercero. Ciudadano enjuiciador tales elementos considerados por el
Representante del Ministerio Publico, para acreditar que mi defendido,
WALTER ALONSO CASTAÑO RASGOS, esta presuntamente relacionado
con los hechos, en las Actas de Entrevistas, donde claramente se puede
observar la duda razonable de los hechos en la forma de hora, tiempo y lugar.
El representante del Ministerio Público,sin ningún basamento serio, que
pueda comprometer la supuesta participación antijurídica ya que como
claramente se evidencia en actas, no existe hasta esta oportunidad procesal
nada, absolutamente nada que pueda comprometer que mi hoy defendido
tengan algo que ver con algún hecho punible, ya que evidentemente no hay un
elemento probatorio que dé certeza jurídica de que haya existido una
conducta o una intención de cometer un hecho punible como tampoco existe,
bajo ningún tipo de vista, que mi defendido haya desplegado una conducta
antijurídica ya que en el supuesto iter criminis y ante este evento de
presunciones donde La Vindicta Pública, de forma inquisitiva y señaladora,
pretende en primer lugar involucrar a mi protegido, EN SOLO PUROS
DICHOS, COMENTARIOS Y NADA CONCRETO PARA VINCULAR
UNA CONDUCTA DESPLEGADA SIN UN VERDADERO TESTIGO
PRESENCIAL QUE DE VERDAD, DE UN TESTIMONIO FEHACIENTE
CONTUNDENTE Y CERTERO CON RESPECTO A LOS HECHOS Y
SOBRE ESTE SUPUESTO DE HECHO, DESCANSA SU ACTO
CONCLUSIVO Y SOBRE LA CALIFICACIÓN JURÍDICA SOLICITADA
EN CONTRA DE MI DEFENDIDO, la cual estamos debatiendo en esta
causa, hace saber esta defensa técnica que mal podría este digno tribunal en
no controlar y evacuar las pruebas, que de forma ilícita está promoviendo La
Vindicta Pública, no siguiendo los pasos establecidos por el Código Orgánico
Procesal Penal en sus artículos 181, 182 y 183. Así las cosas, ciudadana juez
de esta instancia, si se analiza el presente caso, que los FUNDAMENTOS
que sirven de apoyo al escrito acusatorio presentado por el Ministerio
Público se basan completamente en solos las referencias y dichos, donde
nadie puede vincularlos, puesto que las versiones de los hechos, cuando estos
ocurrieron, no contó con los testigos vinculantes que hayan presenciado
verdaderamente los hechos, ni los medios tecnológicos usados en la
investigación han dado indicios ciertos de la participación de mi mandante,
ya como se sabe según la doctrina, el objeto del proceso penal es el hecho en
torno al cual gira el proceso. Dicho hecho debe ser concreto, especifico, por
lo cual tiene que ser individualizado en todas sus circunstancias de modo,
tiempo y lugar, he aquí la disyuntiva de esta causa y al respecto esta hace
mención a lo que dice EUGENIO FLORIAN en su texto página 50 “Las
partes no tienen poder de menoscabar el hecho, ni de manipularlo, ni de
IMPONER VERSIONES IMAGINADAS NI TESIS PREESTABLECIDAS
(…)”. Ahora bien en este mismo orden de ideas en Sentencia de fecha 05 de
abril de 2.005, con ponencia del Magistrado Dr. Héctor Coronado Flores, la
Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, estableció: “…
Sobre la base de la garantía procesal a la tutela judicial efectiva consagrada
en el artículo 26 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, los hechos que el tribunal estime acreditados, deben no solo ser
completos y coherentes, sino también concisos y claros, toda vez que la falta
de claridad en la declaración del relato fáctico, por la incomprensión de lo
que realmente se pretendió manifestar ante la ininteligibilidad o
ambigüedad de las frases empleadas o por las omisiones sustanciales que
provoquen lagunas o vacíos en la relación históricas de los hechos, hacen
imposible poder determinar la existencia del delito, la participación concreta
del acusado, en fin imposibilita conocer la verdad de lo acontecido”, como
se establece en esta misma jurisprudencia donde claramente queda
demostrado tanto los hechos de una conducta antijurídica como el autor de
este hecho, debe quedar bien demostrado y debe contar con todos los
extremos de Ley, para que se tenga una certeza jurídica que pueda desvirtuar
la presunción de inocencia, que todo ciudadano tiene como garantía
constitucional establecido este en el artículo 49 de nuestra Carta Magna, en
su ordinal 2º en concordancia con los artículos 8 y 9 de nuestro Texto
Adjetivo Penal. El Acto Conclusivo del Ministerio Público, se basa en el Acta
de Investigación Penal y como es bien sabido una de las funciones más
conocidas del Ministerio Publico en este Sistema Acusatorio es quien dirige la
acción penal y la competencia necesaria para dirigir las investigaciones
encaminadas a la demostración del hecho punible y de los posibles autores o
responsables del mismo, el Ministerio Público, dispone de amplios poderes
para practicar las diligencias necesarias, a objeto de probar si hubo una
conducta antijurídica, pues como se evidencia en el expediente que estamos
estudiando, la Vindicta Pública no hizo ninguna diligencia, para investigar la
comprobación de si existió un hecho punible o no, pues es muy sencillo de
razonar, tal hecho punible, a todas luces no existió y por lo tanto no hay
manera de comprobarlo, y el Acto Conclusivo elaborado de la Vindicta
Pública simplemente se fundamenta en las actuaciones policiales, tal como
si se tratara de una etapa sumarial, así como lo establecía el viejo Código de
Enjuiciamiento Criminal derogado, el propio procedimiento inquisitivo,
pues en esta causa se está amparando el ejercicio de la acción penal,
exclusivamente, en lo expuesto por los funcionarios policiales bajo la
creencia de que eso es suficiente para comprometer penalmente la
responsabilidad de una o varias personas, esto es un grave error, al actuar
de esta manera se vulnera el principio de la presunción de inocencia. Quien
así lo hace acciona, sin obtener certeza acerca de la culpabilidad de aquél
contra quien se procede.

Este alegato de descargo no constituye en su esencia, una mera “petición de


principios” de las defensa, por el contrario, es el resultado lógico, racional y
asertivo, de que la ACUSACION FISCAL, presentada por la vindicta
pública, parte de un evidente FALSO SUPUESTO de hecho y de derecho
(falso supuesto fáctico), (falso supuesto normativo), pues constituye una
VERDAD AXIOMATICA (es decir una verdad tan clara que no requiere ser
demostrada), que en ningún momento mi defendido ampliamente identificado,
como erradamente lo afirma la honorable representación fiscal, desplegó una
conducta antijurídica que se pueda demostrar en las actas (iter criminis),
pues no hay en autos prueba alguna que hagan presumir que mi defendido
esté incurso en delito alguno, puesto estos supuestos delitos, no existe un
elemento convincente que dé certeza que se haya realizado y todas esas
consideraciones, que esta defensa se ha permitido explanar en el presente
capitulo, constituyen razones jurídicas lógicas y racionales, para afirmar que
mi protegido es inocente del delito que se le acusa.

Honorable Juzgador, cuando observamos esa premisa que mi


defendido participo en tales hechos, inmediatamente nos damos cuenta
que es falsa, mi patrocinado jamás participo lo dicen los medios
probatorios y de certeza, cursante en el expediente donde no hay
elementos probatorios que demuestren lo contrario y son
completamente erradas la acusación, aun en esas circunstancias el
representante de la Vindicta Publica hace su acusación para así
involucrar a mi defendido en este hecho punible, sin elemento de
convicción o de certeza que acrediten su decir. Es por ello que solicito
la LIBERTAD PLENA de mi defendido, visto que toda la información
que ellos manifiestan es falsa, ocasionando un daño irreversible a mi
defendido ya que el mismo se encuentra privado de su libertad.

Esta narración de los hechos, manifestada por estos ciudadanos debe


corresponder al resultado de la investigación, cuyos fundamentos serios
permitan acreditar el hecho objeto de la indagación realizada por los órganos
encargados de la persecución penal. Es decir, el sustento de este relato de
hechos debe necesariamente ser tomado como elementos de convicción
RECABADOS DURANTE EL PROCESO INVESTIGATIVO; realidad que
en el presente caso no ha ocurrido; agregando que no se trata de cualquier
hecho sino unos cuyas características ENCUADREN dentro de una norma
que consagra un tipo penal y PUEDA ATRIBUÍRSELE A MI
PATROCINADO WALTER ALONSO CASTAÑO, DE FORMA
DETERMINADA y no se cimiente en elucubraciones (bártulos) de los
funcionarios policiales que ni si quiera presenciaron quien o quienes en
forma acertada cometió o cometieron el hecho.
Es así como puede perfectamente respetarse el derecho a la defensa del
justiciable y por ende garantizarle el debido proceso.
Los y las fiscales del Ministerio Público como directores del proceso penal
están en la obligación de supervisar y vigilar las labores realizadas por los
funcionarios policiales en las causas que le han sido encomendadas y dar
las instrucciones pertinentes con estricto apego a la normativa aplicable,
caso contrario no estarán dando cumplimiento al contenido de los
numerales 7 y 20 del artículo 34 de la Ley Orgánica del Ministerio Público
así como al contenido de los artículos 111 y 114 del Código Orgánico
Procesal Penal FRAGMENTO “Ejercer con precisión, firmeza y seguridad
la función de supervisión y vigilancia de las labores realizadas por los
funcionarios policiales en las causas que le han sido encomendadas, y girar
las instrucciones pertinentes con estricto apoyo a la normativa aplicable y
dentro del marco de sus atribuciones. En tal sentido, se le recuerda que en el
ejercicio de sus funciones debe observar las disposiciones previstas en los
artículos 111 y 114 del Código Orgánico Procesal Penal y los deberes
estatuidos en los numerales 7 y 20 del artículo 34 de la Ley Orgánica del
Ministerio Público, en el sentido de dirigir en los casos que le sean
asignados las investigaciones penales, realizadas por los órganos policiales,
y supervisar la legalidad de las actividades correspondientes, así como que
las mismas encuadren dentro de los preceptos constitucionales. Asimismo,
se le previene que de reincidir en situaciones como la expuesta será
sancionada, previa tramitación del procedimiento disciplinario respectivo, a
tenor de lo previsto en los artículos 90 al 92 de la Ley Orgánica del
Ministerio Público, en concordancia con los artículos 117 y 118 del Estatuto
de Personal del Ministerio Público...”.
En cuanto a la supuesta valoración de la referida prueba de los testimonios
rendidos por los testigos, lo siguiente: la Corte ha dejado establecido que al
examinar el dicho de los testigos, no puede el juez limitarse a señalar el valor
que da a la prueba y los hechos que de ella establece, sino que deberá
referirse al contenido de las preguntas o repreguntas formuladas, para que
sus aseveraciones al respecto se consideren fundamento de lo apreciado y no
meras peticiones de principios, que dan por demostrado lo que se debe
demostrar, véase PIERRE TAPIA, obra citada, año 1991, Nro. 8-9, pág. 351
al 352, doctrina ésta ratificada en sentencia del 18 de junio de 1992, PIERRE
TAPIA, obra citada, año 1992, Nro. 6, pág. 150-151...”(Mayúsculas del texto
transcrito).

“…PRIMERO. En consonancia con lo anterior, amén de que el


Representante del Ministerio Publico efectuó en conjunto, en forma corrida,
pero sin desglosar y analizar bien las deposiciones de las testimoniales, de la
simple lectura de ciertas referencias utilizadas que hicieron presumir los
supuestos elementos de convicción, se encuentran enmarcados en lo que se
conoce como TESTIGOS, en tal virtud, frente al testigo ocular o presencial,
según el modo como ha obtenido conocimiento de sus dichos, esto es, un
conocimiento original directo, según provenga de un contacto directo con la
realidad, o por un conocimiento derivado (indirecto), según provenga de un
contacto indirecto con las narraciones concernientes al hecho objeto del
testimonio. Por otro lado, cuando la declaración del testigo pudiera contener
simultáneamente una parte referencial y otra presencial, la jurisprudencia
considera que el sentenciador no puede extender indebidamente la parte de la
declaración del testigo que es referencial a la que es netamente presencial,
pues con esto atribuye falsamente al testigo la mención de que supo por
referencia lo que en realidad presenció, lo cual constituye uno de los casos de
falso supuesto.

El Acto Conclusivo del Ministerio Público, se basa en el Acta de


Investigación Penal y como es bien sabido una de las funciones más
conocidas del Ministerio Publico en este Sistema Acusatorio es quien dirige la
acción penal y la competencia necesaria para dirigir las investigaciones
encaminadas a la demostración del hecho punible y de los posibles autores o
responsables del mismo, el Ministerio Público, dispone de amplios poderes
para practicar las diligencias necesarias, a objeto de probar si hubo una
conducta antijurídica, pues como se evidencia en el expediente que estamos
estudiando, la Vindicta Pública no hizo ninguna diligencia, para investigar la
comprobación de si existió un hecho punible cometido por mi defendido o no,
pues es muy sencillo de razonar, tal hecho punible, a todas luces no existió ya
que mi protegido no lo cometió, por lo tanto no hay manera de comprobarlo.

El Acto Conclusivo elaborado de la Vindicta Pública simplemente se


fundamenta en las actuaciones de lo relatado por los funcionarios actuantes y
de la presunta victima, que en ningún momento hace mención a mi defendido
como una de las personas que lo secuestró o lo extorsionó, dichos que solo
ayuda a aclarar un hecho, mas no lo valida. El testimonio de este tipo de
víctimas no tiene mérito probatorio suficiente para terminar con la
presunción de inocencia.

La participación de esta clase de victima en un proceso solo puede colaborar


a esclarecer hechos que se han dado por ciertos, y no para validarlos con
esas declaración. En ese sentido, no se podrá expedir sentencias
condenatorias basadas exclusivamente en lo que cuenten estas víctimas, EN
CUANTO A MI DEFENDIDO al actuar de esta manera se vulnera el
principio de la presunción de inocencia. Quien así lo hace acciona, sin
obtener certeza acerca de la culpabilidad de aquél contra quien se procede.
Este alegato de descargo no constituye en su esencia, una mera “petición de
principios” de las defensa, por el contrario, es el resultado lógico, racional y
asertivo, de que la ACUSACION FISCAL, presentada por la vindicta pública
solicito de este tribunal que en ejercicio formal y material del CONTROL
JUDICIAL, al cual hace expresa referencia el artículo 264 del Código
Orgánico Procesal Penal, en la oportunidad procesal, preceptuada por el
articulo 313 eusdem, se sirva INADMITIR TOTALMENTE, la acusación del
Ministerio Público y en consecuencia de conformidad con lo establecido en el
artículo 300 eusdem numerales 1º y 4º, como efecto procesal sucedáneo, dicte
el correspondiente SOBRESEIMIENTO DE LA CAUSA, haciendo cesar la
medida de privación judicial de libertad que pesa sobre mi defendido. Así lo
solicito en justicia y en derecho.

En cuanto a la supuesta valoración de la referida prueba de los testimonios


rendidos por la víctima, lo siguiente: la Corte ha dejado establecido que al
examinar el dicho de las víctimas, no puede el juez limitarse a señalar el valor
que da a la prueba y los hechos que de ella establece, sino que deberá
referirse al contenido de las preguntas o repreguntas formuladas, para que
sus aseveraciones al respecto se consideren fundamento de lo apreciado y no
meras peticiones de principios, que dan por demostrado lo que se debe
demostrar, véase PIERRE TAPIA, obra citada, año 1991, Nro. 8-9, pág. 351
al 352, doctrina ésta ratificada en sentencia del 18 de junio de 1992, PIERRE
TAPIA, obra citada, año 1992, Nro. 6, pág. 150-151...”(Mayúsculas

La participación de esta clase de víctima, en un proceso solo puede colaborar


a esclarecer hechos que se han dado por ciertos, y no para validarlos con esa
declaración. En ese sentido, no se podrá expedir sentencias condenatorias
basadas exclusivamente en lo que cuenten estos testigos, al actuar de esta
manera se vulnera el principio de la presunción de inocencia. Quien así lo
hace acciona, sin obtener certeza acerca de la culpabilidad de aquél contra
quien se procede. Este alegato de descargo no constituye en su esencia, una
mera “petición de principios” de las defensa, por el contrario, es el resultado
lógico, racional y asertivo, de que la ACUSACION FISCAL, presentada por
la vindicta pública solicitamos de este honorable tribunal que en ejercicio
formal y material del CONTROL JUDICIAL, al cual hace expresa referencia
el artículo 264 del Código Orgánico Procesal Penal, en la oportunidad
procesal, preceptuada por el articulo 313 eusdem, se sirva INADMITIR
TOTALMENTE, la acusación del Ministerio Público y en consecuencia de
conformidad con lo establecido en el artículo 300 eusdem numerales 1º y 4º,
como efecto procesal sucedáneo, dicte el correspondiente
SOBRESEIMIENTO DE LA CAUSA, haciendo cesar la medida de
privación judicial de libertad que pesa sobre nuestro defendido.

III
EXCEPCION PREVISTA
EN EL NUMERAL 4° LITERAL “I” DEL ARTÍCULO 28 DEL COPP
FALTA DE REQUISITOS FORMALES PARA INTENTAR LA
ACUSACIÓN
(NO SE CUMPLE CON EL 308.4 DEL CODIGO ORGANICO PROCESAL
PENAL)

De la revisión hecha al escrito acusatorio interpuesto por el


Ministerio Público, resulta claro que al momento de pretender dar
cumplimiento a lo dispuesto en el numeral 4 del artículo 308 del
Código Orgánico Procesal Penal, se incurre en que yerra, toda
vez que básicamente se limita a citar la norma en la cual, según su
apreciación se subsume la conducta que presuntamente desplegó
mi representado WALTER ALONSO CASTAÑO RASGOS, no obstante
ello, la exigencia que plantó el Constituyente, al momento de
endosar la responsabilidad a la Fiscalía, de ejercer la acción
penal, va más allá de solo citar o transcribir una norma y
agregar, que en ella se adecuan los actos resolutivos
presuntamente ejecutados por la justiciable, de tal suerte que, no
resulta suficiente lo señalado en CAPÍTULO II RELACION
CLARA, PRECISA Y CIRCUNSTANCIADA DEL HECHO
PUNIBLE QUE SE ATRIBUYE AL IMPUTADO, del escrito
acusatorio por el Ministerio Público, pues este requisito, del cual
adolece el escrito in comento, consiste en realizar un análisis de
las normas cuya aplicación se solicita y su relación de
correspondencia con lo acontecido, conforme a los elementos de
convicción obtenidos, explicando las razones o motivos por los
cuales la conducta ilícita ya explanada se subsume en el tipo
penal que se señala, con indicación de ser el caso, de las
circunstancias agravantes, atenuantes, o cualquier otra que fuere
procedente; es necesaria una correcta adecuación de los hechos
con la norma jurídica aplicable al hecho ilícito que se imputa,
toda vez que ello permitirá proporcionar las razones de derecho
que motivan la solicitud de enjuiciamiento de una persona. La
expresión en la acusación de los preceptos jurídicos aplicables,
viene a ser la razón de derecho que motiva al acusador a solicitar
el enjuiciamiento público de una persona, y debe en consecuencia
señalar, cual fue la acción que, atendiendo al verbo rector del
tipo penal, evidencia que la subjudice adecuó su accionar en los
supuestos fácticos de la norma.

Por lo anterior, y con fundamento en el artículo 28, numeral 4,


literal “i”, del texto adjetivo penal, pido que luego de constatado
mi alegato, proceda a decretar con lugar la excepción opuesta, ya
que es evidente que no logró el Ministerio Público, satisfacer la
exigencia del artículo 308.4 del Código Orgánico Procesal Penal
y consecuencialmente in admita el escrito acusatorio, y dicte a
tenor de lo previsto en el artículo 34 del mismo texto adjetivo
penal, el sobreseimiento de la causa.

Visto lo anterior, quien suscribe, sostienen la tesis que señala que la


elaboración Acusación fiscal no es un simple reproducir la intervención de
las partes, la simple trascripción de los medios de pruebas, ni mucho menos
de invocar el articulado consagrado en nuestro ordenamiento legal, sino que
deben concatenarse los hechos con el tipo penal que se le acusa, que se
fundamenta en el verdadero análisis de los hechos encuadrándolos en la
norma aplicable según sea el caso, y más aún deberá cumplirse esta
exigencia, articulo 308 Numerales 2 y 3 del Código Orgánico Procesal
Penal.
En el presente caso, se prescindió del análisis y subsunción de la norma
citada para su aplicación conforme los hechos acontecidos, en razón de los
elementos de convicción obtenidos, omitiendo así explicar las razones o
motivos por los cuales la conducta punible de los aquí imputados se adecuó a
los tipos penales antes señalados. Realizar la adecuada subsunción de los
hechos ilícitos en el Derecho, implica narrar cómo la conducta ilícita
asumida por el imputado encuadra en cada uno de los elementos del tipo
penal atribuido, mediante la indicación expresa de las características propias
del delito, permitiendo ello el adecuado engranaje de la acción típica,
antijurídica y culpable en los elementos descriptivos del tipo penal,
razonamientos éstos ausentes en el escrito de acusación analizado. Al
respecto, la Doctrina Institucional ha señalado:

“(...) Cuando el fiscal del Ministerio Público indica los preceptos jurídicos
aplicables, resulta necesario que ponga de manifiesto en su escrito la
estrecha relación existente entre el hecho imputado y la norma que se
pretende aplicar en el caso en concreto (...)”

CAPITULO IV

Finalidad del Proceso

Artículo 13. El proceso debe establecer la verdad de los hechos por las vías
jurídicas, y la justicia en la aplicación del derecho, y a esta finalidad deberá
atenerse el juez o jueza al adoptar su decisión.

En este mismo orden de ideas el Ministerio público, especula cuando


afirma que el ciudadano: en complicidad con otros sujetos, (los cuales
nunca pudo ni podrá determinar), que Walter Castaño participó en el
secuestro breve y la extorsión en contra de del ciudadano Raúl Conceiro.
Esta defensa técnica hace mención a los señalamientos hechos por el
Ministerio Público, Así como de la entrevista que le fueran realizada a
las ciudadana: GEIDY, a quien le pareció raro que Walter preguntara
por su jefe, ya que está demostrado que mi patrocinado no fue la
persona, que cometió tales hechos punibles y tampoco se está
determinando, por medios de prueba de certeza.
“Es requisito necesario para el ejercicio de su defensa que el procesado
sea informado de los hechos tal y como resultan del sumario, y respecto
a los cuales se admite la acusación y juicio oral.”

En efecto, la fase preparatoria del proceso penal venezolano, tiene ese objeto
obtener los datos necesarios para acreditar tanto el hecho delictivo como la
responsabilidad de sus autores y partícipes.
En consecuencia, debe ser congruente el hecho que se dice atribuírsele al
imputado con los datos serios obtenidos durante la investigación, con lo cual
se respeta al justiciable el derecho a la defensa, debido a que puede de ese
modo contradecir con eficacia los elementos incriminatorios, sin embargo,
no es posible para el imputado sostener una defensa material efectiva contra
una acusación cuyo relato sobre el hecho no se corresponde con los
elementos de convicción obtenidos durante la investigación y menos aún
donde no se menciona que fue lo que él hizo mi patrocinado (WALTER
ALONSO CASTAÑO)

En este sentido, el Fiscal General de la República en la Circular Nº DFGR-


DFGR-DGAJ-DRD-3-2001-004, de fecha 28 de noviembre de 2002, que fuera
dirigida a los diferentes fiscalías, girándoles instrucciones sobre el contenido
estructural del escrito de acusación y los Requisitos del mismo, expreso lo
siguiente:
”Es necesario señalar que el cumplimiento de este requisito permitirá
conocer de una manera adecuada, el hecho y sus circunstancias. Es por ello
que esa relación requiere de una exposición clara, precisa y
circunstanciada, que comprenda lugar, tiempo, modo y demás elementos
que caracterizan la comisión del delito, es decir, la narración de cada hecho
en forma cronológica, detallada correlacionada y sin discriminación. Por
consiguiente, es importante tener presente que son los hechos contenidos en
la acusación, los que van a ser considerados por el órgano jurisdiccional
para fijar el objeto del juicio. En este sentido se reitera que no basta una
narración indiferenciada de sucesos, se requiere que éstos sean narrados,
precisando claramente su relación con él o cada uno de los imputados,
según fuere el caso, lo que permitirá verificar cuál fue el hecho que cometió
o cometieron, así como también cuándo y cómo fue realizado, elementos
éstos relevantes a los efectos de establecer la calificación jurídica, los grados
de participación…”

Por los motivos, antes indicados, solicito al Juez de Control no admitir la


acusación fiscal por no cumplir la acusación presentada por Ministerio
Público con los requisitos a que se refiere el artículo 308 ordinal 2º y 3º del
Código Orgánico Procesal Penal, y proceda en consecuencia a sobreseer la
causa a mi defendido. Igualmente, se da por demostrado que mi defendido
WALTER ALONSO CASTAÑO, entendiéndose las condiciones anómalas
que en que el Ministerio Publico manifiesta su acusación, sin elementos serios
que pudiesen ser tomados como medios probatorios, donde mi defendido en
ningún momento actuó o desplegó una conducta antijurídica en contra de este
ciudadano.

El Ministerio Público efectuó de forma voluble, autónoma y arbitraria en


base a especulaciones y elucubraciones, una Acusación Fiscal que va en
menoscabo del Principio de la Defensa Contradictoria no complementándose
con el de igualdad en este asunto y en el ejercicio de los recursos, de manera
tal que esa posibilidad de alegación y prueba sea real y efectiva para las
partes comparecidas en estos últimos. La posibilidad de que exista una
defensa contradictoria no queda satisfecha por el simple hecho de
permitírsele al imputado o a su defensor la oportunidad de solicitar
diligencias de investigación y a presentar sus alegaciones de hecho y de
derecho; más allá, debe concretarse esa posibilidad con la efectiva
realización de ese derecho, materializada en la búsqueda y obtención de las
pruebas de descargo, incluso de aquellas cuya práctica le pueda ser
racionalmente exigidas al Ministerio Público.

En razón de ello, a partir de ese momento, en lo que respecta a la


asistencia y representación de mi defendido en el presente proceso penal, se
ha producido y reiterado una intolerable situación de menoscabo de sus
derechos y garantías de rango constitucional y legal que integran al debido
proceso, especialmente aquellos atinentes al ejercicio efectivo del derecho a
la defensa y el principio de igualdad de las partes en el proceso.
El Representante del Ministerio Público vaga cuando afirma que mi defendido
fue el autor de los hechos nada más incierto que esa aseveración de parte la
Vindicta pública, ya que no puede determinarse cual fue la conducta del
ciudadano (WALTER ALONSO CASTAÑO RASGOS), la que origino tal
anomalía.

En este mismo orden de idea asiento a ponderación de este Juzgado, que la


Representación Fiscal, no hizo diligencia alguna en virtud de obtener unas
diligencias de investigación que verdaderamente fueran certeras y eficaces
como para destruir la presunción de inocencia que goza mi defendido, solo
tomo su tiempo en copiar y pegar, porque no manifiestan el carácter
contradictorio de este asunto, que excluye inconcusamente la responsabilidad
penal de nuestro patrocinado.
Es también indudable la poca coherencia exhibida de la Fiscalía del
Ministerio Público que presentó la acusación, que se extienden en una
actividad caprichosa, vaga e infundadas desde una perspectiva jurídica,
afirmando una vez más la arbitrariedad del Ministerio Público cuando este se
convierte en una máquina de acusación y su norte no es la justicia sino el
perseguir el delito a toda costa sin fundamentos y con débiles elementos de
convicción o de juicio.

Por los anteriormente señalados, solicito al Juez de Control no admitir la


acusación fiscal por no cumplir este libelo acusatorio con los requisitos a que
se refiere el artículo 308 ordinal 2º y 3º del Código Orgánico Procesal Penal,
y proceda en consecuencia a sobreseer la causa a mi defendido.

. Oposición de la Excepción de Acción Promovida no Conforme a la Ley,


prevista en el artículo 28, Ordinal 4°, letra i, en relación con el Artículo
308, Ordinal 3°

CAPÍTULO V
FUNDAMENTOS DE LA IMPUTACION CON EXPRESION DE LOS
ELEMENTOS DE CONVICION QUE LA MOTIVAN

Los hechos imputados al ciudadano WALTER ALONSO CASTAÑO


RASGOS, planamente identificado en auto, la representación fiscal presenta
formalmente la acusación por los delitos SECUESTRO BREVE,
EXTORSIÓN Y ASOCIACIÓN PARA DELINQUIR.

En su Escrito Acusatorio, en los folios del 107 al 141 del expediente, pasa el
Ministerio Público a exponer las diligencias de investigación que a su juicio
sirven para acreditar los hechos imputados.

Con relación a estos supuestos elementos de convicción y las afirmaciones


hechas por la representación Fiscal con relación al contenido de cada uno de
ellos, esta Defensa técnica hace las siguientes observaciones:
Se trata de los posibles elementos de convicción que el Ministerio Público
señala como elementos serios suficientes para presumir la participación de
mi defendido en los hechos por el cual se le esta acusando, donde al
analizar toda esa bagatela de entrevistas y análisis de llamadas y mensajes
telefónicos hechos por los expertos, en ninguna de ellas se puede apreciar la
vinculación de Walter Castaño con los hechos ocurridos.

Ciudadana Jueza, el testimonio sobre todo en el proceso penal sigue siendo la


prueba más común y es la prueba que más se aprovecha en este proceso
penal BENTHAN dijo una vez // LOS TESTIGOS SON LOS OJOS Y OIDOS
DE LA JUSTICIA//, Ciudadana Juzgadora, en primer término resulta
importante destacar que, en muchas oportunidades, en el afán de administrar
de justicia, el dispositivo judicial deja por sentado al sujeto que testimonia,
socavando, en algunos casos intencionalmente, la dignidad humana.

Para fundamentar, señala esta defensa que tanto que el Ministerio Publico
han debido determinar de forma precisa y circunstanciada los hechos que se
estiman acreditados para cada uno de los acusados con las pruebas no sólo
para la autoría del delito del cual se les acusa, sino también para determinar
el grado de participación de cada uno de ellos, por el contrario el Ministerio
Publico solo encuadra los hechos de forma general.

“La Representación de la Fiscalía que presento acusación en contra de mi


patrocinado debió indicar de manera pormenorizada y separada los actos
realizados por cada uno de los acusados de autos en el delito que se les
estaba imputando...”.

“ la importancia que tiene la motivación de la acusación fiscal y la


necesidad de lo exhaustivo que debe ser el análisis, valoración y
comparación de los elementos probatorios que cursen en autos, así como el
deber que tiene usted ciudadano Juez, de no englobar el acervo probatorio
cuando haya dos o más acusados...”.

Considera esta Defensa, que para que una prueba sea contundente en un
juicio debe estar acompañado de otros elementos, como lo son los testigos
instrumentos y hasta cualquier otro indicio, pero no podemos olvidar que los
policías son órganos de seguridad del Estado, son parte interesada, y es por
una de las tantas razones que existen que ese dicho policial, debe estar
reforzado con otros elementos informativos para adminicular sus
testimonios que efectivamente acrediten esas circunstancias de modo,
tiempo y lugar, entonces, continuar con un debate en el que es posible que
se tenga certeza del hecho histórico, por cuanto se hace necesario un
elemento objetivo distinto al dicho de los funcionarios policiales y así
obtener la plena prueba. De modo que la plena prueba la señala la ley
adjetiva y en este caso en el debate no se podría arribar a ella con el solo
dicho policial. En tal sentido la prueba de cargo, es aquélla que va revestida
de ese elemento objetivo y este no es el caso; por cuanto no se contó con una
parte de ella que fue el dicho de los funcionarios policiales, pudiéndose
concluir que es una prueba notoriamente insuficiente para demostrar la
responsabilidad penal de mi defendido.

Es evidente que el Ministerio Público no está indicándole al Tribunal de


Control las circunstancias de hecho que a su entender se desprenden de este
supuesto elementos de convicción. El Ministerio Público, en lugar de informar
cuál o cuáles hechos se desprenden del contenido de esta acta investigación y
cuál es la relación entre ese hecho y la imputación, señala otros hechos que
no se corresponden con lo señalado por el funcionario actuante.

Por lo tanto, el Ministerio Público se aparta del contenido de las referidas


actas policial como de entrevista, aduciendo que la misma contiene
menciones sobre hechos que en realidad no están contenidos en dicha acta,
puesto que no fueron afirmados ni por los funcionario actuante, ni por las
presuntas víctimas, incurriendo en consecuencia en una violación de los
numerales 2 y 3 del artículo 308 del texto adjetivo penal.

A decir del Ministerio Público, de forma genérica que existió una conducta
típicas y antijurídica de mi patrocinado; la pregunta de la defensa material es
a;
¿Por qué se le atribuye a mi patrocinado los delitos que señala el Ministerio
Público en su libelo acusatorio si no hay suficientes elementos que acrediten
que él fue el autor o participe de dichos hechos?
¿Por qué se le atribuye a mi patrocinado los delitos de Secuestro Breve,
Extorsión y Asociación Para Delinquir, ya que no está probado que él los
hizo por las mismas actas procesales?

¿Por qué el Ministerio Público en su libelo acusatorio indica los preceptos


jurídicos Aplicables a mi defendido no teniendo elementos que se
configuren con dicho delito?

Es de observar, cuando en su escrito acusatorio el fiscal del ministerio


público señala las actuaciones, producto de la investigación realizada, no
constituyen la fundamentación de la imputación exigida por el legislador e
individualiza a mi patrocinado en un delito, es decir que esta narración
incompleta en el libelo acusatorio genera el nacimiento de cuantiosas
interrogantes carentes de repuesta, afectando el derecho legítimo a la defensa
de mi patrocinado.

La acusación no es un acto mecánico destinado a exponer una historia y


señalar una lista, rol o elenco de actuaciones, sino una función
importantísima del Estado mediante la cual, entre otras cosas, el fiscal debe
conseguir convencer racionalmente al Juez de Control de que es procedente el
enjuiciamiento del ciudadano WALTER ALONSO CASTAÑO.

Si bien es cierto, que el Ministerio Público en su escrito acusatorio, señala los


presuntos elementos de convicción que a su criterio obran contra mi
patrocinado, esto no es, sino una enumeración de actos de declaración del
expediente, que en muchos de los casos no se desprende el convencimiento
que dice la acusación obtener de ellos; estos elementos de convicción deben
traducirse en manifestaciones claras que recojan una argumentación y no una
simple lista o elenco de diligencias.

Destaca que el Ministerio Público hace una afirmación que constituye más
una inferencia o razonamiento, que la expresión de los hechos que se
desprenden de la diligencia que exhibe como supuesto elemento de
convicción.

La prueba es lo más importante de todo proceso judicial, solo a través de la


actividad probatoria el Juez pronunciará su sentencia, ya que la misma es el
sustento de la condena, absolución o sobreseimiento del acusado en el
proceso penal, su relevancia en todos los sentidos es suprema, es por ello que
en el campo del derecho procesal penal el tema de la Prueba ilícita, genera
complejas y profundas discusiones debido a los valores que se conjugan, al
constatarse que un proceso es nulo por razón de que las pruebas sean
prohibidas o se practicaron con violación de normas fundamentales o por el
desconocimiento de procedimientos legalmente determinados.

. Esta situación reitera que la acusación se basa en información obtenida de


manera ilícita, contrariando expresamente lo previsto en los artículos 174 del
Código Orgánico Procesal Penal, como quedó establecido en el criterio del
Tribunal Supremo de Justicia antes invocado y que la Fiscalía General de la
República asentó en Doctrina de Carácter Vinculante, antes invocada, hecha
pública mediante el Oficio Nº DCJ-5-2898-2003-49104: el imputado

“…debe rendir declaración en presencia de su abogado, so pena de nulidad


del acto…” que la presencia del letrado “…constituye un requisito sine qua
non cuya inobservancia acarrea la nulidad del acto efectuado, y
consecuencialmente, la causa se retrotraerá al estado de darse cumplimiento
al violado precepto, ello sobre la base de lo establecido en el artículo 191 del
Código Orgánico Procesal Penal.”

En efecto, el Ministerio Público finaliza su exposición con relación al


elemento de convicción, haciendo señalamientos que no aparecen en el acta
de investigación penal ni en acta de denuncia.
De lo anteriormente afirmado, se puede apreciar que el Ministerio Público
llega a una conclusión no soportada por la diligencia de investigación
criminal que indica como elemento de convicción.

Creemos que el Ministerio Público no cumplió su obligación de señalar en


forma clara, precisa y circunstanciada los hechos que se desprenden de esta
diligencia de investigación criminal ni las razones por las cuales la misma
integra o conforma un elemento de convicción en contra del ciudadano
WALTER ALONSO CASTAÑO RASGOS.
En una suerte de copiar y pegar, el Representante Fiscal, hace las
afirmaciones de una manera muy genérica, repetitiva e impertinente, al
querer explicar cada uno de los presuntos elementos de convicción, para
nosotros detallar los errores ortográficos y de sintaxis incurridos a lo largo
de las páginas, sería cargar en demasía al Tribunal, basta con la letanía que
se observa a lo largo del contenido del referido libelo acusatorio.
De lo anteriormente señalado se desprende que el Ministerio Público no ha
explicado con claridad y suficiente especificidad los hechos que se
desprenden de las diligencias de investigación criminal invocadas como los
supuestos elementos de convicción que obran en autos en contra de mi
defendido, sino que por el contrario, al exponer los fundamentos de la
acusación ensaya afirmaciones de hechos que no se compaginan o reflejan
con el contenido de tales diligencias de investigación criminal, hecha por el
organismo auxiliar, como órgano aprehensor, de forma que resulta
imposible conocer si se trata de hechos realmente demostrados o son simples
conjeturas o elucubraciones del titular de la acción penal pública.

Considera esta defensa, que este aspecto formal de la acusación, no está


circunscrito a la exigencia de señalar los fundamentos de la imputación, sino
que las faltas antes denunciadas poseen un reflejo respecto de los hechos que
imputa el Ministerio Público en su acusación, como un todo inseparable:
hechos imputados – fundamentos de la imputación.
En este sentido, la acusación, lejos de ofrecer una base segura y clara,
contiene señalamiento de hechos que no están acreditados o que por lo menos
el Ministerio Público no ha sabido o podido argumentar de manera
coherente; y ello se evidencia cuando la vindicta pública incluye hechos en su
comisión, SIN QUE HAYA PODIDO ACREDITAR EL INEXCUSABLE
FACTOR DE CONEXIÓN.

Esta situación ha sido descrita por la doctrina, de la cual citamos las


palabras del Profesor Dr. Marcelo Sancinetti:

“Se presupone que si el fiscal ni siquiera puede identificar el hecho


concretamente es porque o bien carece de pruebas sobre él, o bien ignora el
hecho concreto (lo que es similar), o bien quiere restringirle al acusado su
posibilidad de defenderse en razón de que el hecho concreto, en verdad
conocido, no constituye infracción jurídica de la que se trata; y no se puede
pasar por alto la exigencia diciendo que se omite la descripción concreta
del hecho porque de todos modos “está probado” (un círculo vicioso). Por
otra parte, a la inversa, si realmente el hecho de la instigación “está
probado” ¿por qué no está individualizado?”

El honorable Tribunal de Control, en el examen de esta cuestión, deberá


considerar además que el Ministerio Público no ha explicado de manera
clara, circunstanciada ni precisa, cómo acredita cada una de las acciones que
a su entender constituye la comisión del delito por los cuales acusó a mi
defendido, cuando lo menos que debía haber hecho era indicar con cuáles
elementos de convicción demuestra cada uno para acreditar los delitos de
SECUESTRO BREVE, EXTORSIÓN y ASOCIACIÓN PARA DELINQUIR
en contra de mi defendido WALTER ALONSO CASTAÑO RASGOS.

La falta de bases o fundamentos de la acusación es en tal extremo palmario o


evidente, cuando en ninguno de los supuestos elementos de convicción que
expone el Ministerio Público se afirma acreditada la comisión del delito que
se le imputa a mi protegido.

Esta Defensa técnica es de la opinión que la forma como aparecen expuestos


los supuestos elementos de convicción, limita inconstitucional e ilegalmente
mis posibilidades de ejercer la inexcusable contradicción y por otra parte, al
no ofrecer suficiente claridad los argumentos en que se sustenta el libelo
acusatorio, resultará inviable la fijación judicial de los hechos por parte de
este Tribunal de Control, a menos que se aparte de su condición de tercero
imparcial y asuma la actividad de alegación y carga de prueba que
corresponde al Ministerio Público.

Con fuerza en lo antes expuesto, interpongo y pido se declare CON LUGAR


la excepción contenida en el literal “e” del numeral 4 del artículo 28 del
Código Orgánico Procesal Penal, puesto que la acción se ha interpuesto en
forma y condiciones que, por ser contrarias a los derechos y garantías de
rango constitucional y legal consagrados a favor del Imputado en los
procesos penales, incumplen las condiciones o los requisitos de
procedibilidad de la acción penal.

Como pretensión subsidiaria, ante el evidente quebrantamiento de las cargas


impuestas por el Código Orgánico Procesal Penal a la actividad de ejercicio
de la acción penal, solicito que en resguardo de la garantía al debido proceso
y al derecho a la defensa, NO ADMITA la acusación propuesta, decrete el
SOBRESEIMIENTO de la presente causa, habida cuenta de los defectos en
la promoción de la acción penal en los cuales incurrió el Ministerio Público,
de conformidad con lo previsto en el numeral 3 del artículo 313, del Código
Orgánico Procesal Penal.

La admisión sólo procede en el caso que el resultado de la investigación


arroje un fundamento serio para el enjuiciamiento oral y público del
imputado.
Cito, con la venia del Tribunal, Doctrina Vinculante del Ministerio Público,
contenida en el Informe Anual del Fiscal General de la República 2004, Tomo
I, Págs., 827-829, Oficio DRD-25-27-013-2004, DEL 16 DE ENERO DE
2
2004, que tomamos de otra excelente publicación del Dr. Bustillos, ( )
extracto pertinente:

“…el legislador exige una debida fundamentación basada en los elementos


de convicción. Una imputación fundada no es solamente atribuir la

2
comisión de un hecho punible a determinada persona, sino que implica
explicar, razonar, en fin, dar cuenta de los soportes de la misma.”
(Resaltado nuestro).

OPOSICIÓN DE EXCEPCIÓN
LA ACUSACIÓN SE FUNDAMENTA
EN PRUEBA ILÍCITAMENTE OBTENIDA

En razón de ello, a partir de ese momento, en lo que respecta a la asistencia y


representación de mi defendido en el presente proceso penal, se ha producido
y reiterado una intolerable situación de menoscabo de sus derechos y
garantías de rango constitucional y legal que integran al debido proceso,
especialmente aquellos atinentes al ejercicio efectivo del derecho a la defensa
y el principio de igualdad de las partes.

El Principio de Defensa Contradictoria ha de verse complementado con el de


igualdad de armas en el proceso y en el ejercicio de los recursos, de manera
tal que esa posibilidad de alegación y prueba sea real y efectiva para las
partes comparecidas en estos últimos. La posibilidad de que exista una
defensa contradictoria no queda satisfecha por el simple hecho de
permitírsele al imputado o a su defensor la oportunidad de solicitar
diligencias de investigación y a presentar sus alegaciones de hecho y de
derecho; más allá, debe concretarse esa posibilidad con la efectiva
realización de ese derecho, materializada en la búsqueda y obtención de las
pruebas de descargo, incluso de aquellas cuya práctica le pueda ser
racionalmente exigidas al Ministerio Público.

“En conclusión, una actuación contraria a la prevista en nuestro


ordenamiento jurídico violentaría por una parte, postulados constitucionales
y procesales tendentes a garantizar el debido proceso –derecho a la defensa-
principio de obligatorio cumplimiento por parte de los fiscales del Ministerio
Público, y por otro lado, el supremo deber que tienen los funcionarios en
mención de desplegar sus funciones con estricta sujeción a la Constitución,
los tratados internacionales y las leyes.”

De igual forma el artículo 127 (numeral 1) ibíd. señala el derecho del


imputado a ser informado de forma clara y específica de los hechos que se le
imputan, esto se inicia con la exposición que, en el caso de la imputado
debía hacer el Ministerio Público antes de tomársele declaración, con el
objeto de que una vez informados e imputados sobre los hechos por los
cuales se les investiga, pudieran ejercer su derecho a ser oídos y de esta
forma garantizarle la defensa de los derechos e intereses legítimos, mediante
la puesta en conocimiento del acto o resolución que los provoca.

En una sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia


a la cual se le atribuyó Carácter Vinculante, la Sala dejó asentado su criterio
con relación a la inviolabilidad del derecho a la defensa, en todo estado y
grado de la investigación y del proceso:
Sentencia 875 del 30 de mayo de 2008 de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia:

“Una de las manifestaciones de este derecho antes mencionado, es el derecho


fundamental a la defensa y a la asistencia técnica en todas las actuaciones
judiciales y administrativas que los órganos del poder público tramiten en sus
relaciones con el ciudadano, siendo este derecho inviolable en todo estado de
la investigación y del proceso, a fin de garantizar a toda persona el
conocimiento previo de los cargos por los que se le investiga y las pruebas
que obran en su contra, así como disponer del tiempo adecuado para reparar
los medios con los cuales se defienda y, principalmente, el derecho a recurrir
del fallo adverso en procura de una revisión superior, tal como lo dispone el
artículo 49.1 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(Sentencia n° 482/2003, del 11 de marzo).”

De lo anterior se desprende entonces, que el imputado goza del derecho a la


asistencia técnica, esto es, a ser asistido, desde los actos iníciales de la
investigación, por un defensor que éste designe -abogado de su confianza- o
por un defensor público, ello en razón de ser dicho derecho una manifestación
del derecho a la defensa (Sentencia n° 3.654/2005, del 6 de diciembre). En
efecto, este derecho del imputado no es un mero requisito formal, ya que se
trata de un verdadero derecho fundamental, y su incumplimiento impide la
continuación del proceso e incluso el ejercicio de otros derechos asociados a
la tutela judicial efectiva (por ejemplo, el acceso a los recursos).
Sobre el derecho a un abogado defensor, JAUCHEN afirma lo siguiente:

“La defensa técnica es la ejercida por abogado, quien debe desplegar una
actividad científica, encaminada a asesorar técnicamente al imputado sobre
sus derechos y deberes, controlar la legalidad del procedimiento, la
exposición crítica de los fundamentos y pruebas de cargo desde el doble
enfoque de hecho y derecho, destacar las pruebas y argumentos de descargo,
recurrir la sentencia condenatoria o la que imponga una medida de seguridad
(Cfr. JAUCHEN, Eduardo. Derechos del Imputado. Editorial Rubinzal -
Culzoni. Buenos Aires, 2005, p. 420).” (Resaltado fuera del texto)

La realidad de los hecho acontecidos, señalando muy subrepticiamente a mi


defendido, tales declaraciones transgrede groseramente las normas que
hemos invocado, siendo que el acto conclusivo se apoya en un acto cumplido
en contravención y con inobservancia de las formas previstas en el texto
adjetivo penal y en la Constitución de la República, de lo cual se deriva la
consecuencia prevista por nuestro legislador en el artículo 175 también del
texto adjetivo penal:

“Nulidades Absolutas
Artículo 175. Serán consideradas nulidades absolutas aquellas concernientes
a la intervención, asistencia y representación del imputado o imputada, en los
casos y formas que este Código establezca, o las que impliquen inobservancia
o violación de derechos y garantías fundamentales previstos en este Código,
la Constitución de la República, las leyes y los tratados, convenios o acuerdos
internacionales suscritos y ratificados por la República Bolivariana de
Venezuela.”
El artículo 181. Del texto adjetivo penal interdicto la información que
provenga de medios que violenten los derechos fundamentales del imputado.
El derecho a la defensa es un derecho fundamental.
“Licitud de la Prueba
Artículo 181. Los elementos de convicción sólo tendrán valor si han
sido obtenidos por un medio lícito e incorporados al proceso conforme
a las disposiciones de este Código.
No podrá utilizarse información obtenida mediante tortura, maltrato,
coacción, amenaza, engaño, indebida intromisión en la intimidad del
domicilio, en la correspondencia, las comunicaciones, los papeles y los
archivos privados, ni la obtenida por otro medio que menoscabe la voluntad o
viole los derechos fundamentales de las personas. Asimismo, tampoco podrá
apreciarse la información que provenga directa o indirectamente de un medio
o procedimiento ilícitos”
Tomando la exposición del Ministerio Público contenida en el acto
conclusivo, claramente se observa que el Ministerio Público se valió de
información –que por las razones antes expuestas- fue obtenida de manera
ilícita.
Estamos frente a una actuación cuya Nulidad Absoluta se encuentra
expresamente previsto o señalado por el texto adjetivo penal. “El principio es
que será nulo todo acto procesal cuyo efecto no esté específicamente previsto
por la Ley” y en el caso que hoy denunciamos ante este Tribunal, los motivos
de la nulidad que se pide sea declarada atañen a garantías que informan al
debido proceso, entendiéndolo como el marco o espectro dentro del cual se
sitúan las más elementales bases respeto a los justiciables como partes o
sujetos de un proceso.

En particular, lo que se peticiona es precisamente que se haga efectiva la


prohibición de indefensión y sea censurada la privación o limitación del
derecho de defensa, en la procuración de la real y verdadera tutela judicial
efectiva que se encuentra obligado garantizar este órgano judicial. Una
efectiva regulación judicial conlleva a que se prive de efectos a lo que se
obtiene a partir de tal actividad que deviene de la infracción o
quebrantamiento de tan elementales reglas procesales, en tanto estas estén
erigidas como verdaderas garantías de justicia.

Además, la situación jurídica infringida no quedaría subsanada únicamente


con la declaratoria de Nulidad de la referida acta entrevistas, sino que su
Nulidad debe extenderse a los actos de investigación que tuvieron lugar con
posterioridad y que dependen causalmente de ésta.
En este estado, con fundamento en lo anteriormente expresado, esta defensa
procede de manera formal a oponer la EXCEPCIÓN referida al
Incumplimiento de las Condiciones o Requisitos de Procedibilidad de la
Acción.

En atención a las anteriores consideraciones, que indefectiblemente deben


producir la declaratoria de HA LUGAR el pronunciamiento por parte del
honorable Tribunal de Control respecto de la procedencia de la excepción
contenida en el literal “e” del numeral 4 del artículo 28 del Código Orgánico
Procesal Penal, relativo al Incumplimiento de las Condiciones Objetivas de
Procedibilidad la cual oponemos seguidamente.

Como apunte ut supra, el Ministerio Público usó en su escrito acusatorio, una


actuación de su órgano auxiliar de investigación que viola de manera
flagrante, grosera y directa derechos y garantías de rango constitucional y
legal que amparan a mi defendido.

El artículo 174 del Código Orgánico Procesal Penal, prevé la regla de


exclusión de cualquier actuación de los órganos auxiliares de investigación y
del Ministerio Público que viole o menoscabe derechos y garantías de rango
constitucional y legal, al señalar que los mismos no podrán ser apreciados
para fundar una decisión judicial, ni utilizados como presupuestos de ella, en
tanto se trate de actos cumplidos en contravención o con inobservancia de las
formas y condiciones previstas tanto en el Código Orgánico Procesal Penal
como en la Constitución, como resulta claramente ser el caso que ocupa en
este instante la atención de la honorable Jueza, Tratándose de actuaciones
cuya nulidad absoluta prevé de manera taxativa el Código Orgánico Procesal
Penal en su artículo 174, con los efectos señalados en el artículo 181 ibíd.,
nulidad que se deriva o es consecuencia de la violación del cúmulo de
derechos y garantías que corresponden a la persona del Imputado en todo
proceso penal (artículos 1, 10, 126, 127, 132, 133, 137, 139 y 373), a su vez,
la nulidad de esta actuación del órgano auxiliar de investigación y sus
consecuencias, en cuanto respecta al orden constitucional, está prevista en el
artículo 49.1 de la Carta Magna.

Sentencia 256 del 14 de febrero de 2002, con ponencia del Magistrado Dr.
Luis Eduardo Cabrera Romero:

“…son nulas por mandato constitucional las pruebas obtenidas mediante


violación del debido proceso. Por lo tanto, si existen formas procesales
predeterminadas para la obtención de una prueba y éstas se violan, las
pruebas, como medios obtenidos por el infractor, obviando las formas, son
nulas (artículo 49.1 constitucional).” (Resaltado fuera del texto)

Así como la tortura está prohibida por el artículo 46 de la Constitución y las


declaraciones producto de esta clase de violencia, son nulas por mandato de
la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura del 28 de
febrero de 1987 (artículo 10) y de la Convención contra la Tortura y Otros
Tratos o Penas Cueles, Inhumanos o Degradantes del 26 de junio de 1987
(artículo 15), el Código Orgánico Procesal Penal prevé la Nulidad Absoluta
de cualquier clase de declaración del imputado que contraríe las
formalidades y la oportunidad prevista legalmente para este acto.

En la mencionada sentencia (la cual constituye un Precedente) se determinó


la competencia del Juez en su carácter de tutor de la Constitución para
declarar la nulidad dentro del proceso donde tuviese lugar dicha nulidad:
“…la inconstitucionalidad de un acto procesal -por ejemplo- no requiere
necesariamente de un amparo, ni de un juicio especial para que se declare, ya
que dentro del proceso donde ocurre, el juez, quien es a su vez un tutor de la
Constitución, y por lo tanto en ese sentido es juez constitucional, puede
declarar la nulidad pedida.”

En el anterior acápite, la Defensa técnica formuló al honorable Tribunal de


Control un pedimento de nulidad absoluta tanto la actuación del órgano
auxiliar de investigación que actuando bajo la dirección del Ministerio
Público violó derechos y garantías de rango constitucional y legal del
imputado, como de las actuaciones que dependen causalmente de dicha
actuación por las razones ya conocidas por el honorable Juez.
De acuerdo con la sentencia 256 de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, del 14 de febrero de 2002, un alegato de indefensión se
convierte en el incumplimiento de un requisito de procedibilidad:
“…una petición de inconstitucionalidad atinente a la acusación fundada en la
indefensión de los imputados… se convierte, a juicio de esta Sala, en el
incumplimiento de un requisito de procedibilidad de la acción, ya que ésta -
diferente a la acusación- pero incoada mediante ella, no debería proceder si
se basa en actividades inconstitucionales de quien la ejerce. Quien tortura y
obtiene una supuesta prueba y en ella funda una acusación, está pidiendo la
intervención jurisdiccional en base a la violación de derechos fundamentales
del acusado, y lo lógico -a juicio de esta Sala- no es solo anular las pruebas,
sino rechazar la acción, ya que ella no puede fundarse en violaciones
constitucionales. Aceptar tal situación, conduce a que sería lícito que la
acción se utilice para crear procesos instrumentales cuya finalidad es el
fraude a pesar de que ello viola el orden jurídico constitucional.”

De allí que, como lo advirtió la Sala Constitucional en la sentencia que he


traído a estos autos, también resulta afectada la acusación, la cual presupone
no sólo el cumplimiento de los requisitos previstos en el artículo 308 del
Código Orgánico Procesal Penal, sino que, para su elaboración debieron
haber sido cumplidos todos los actos procesales, ceñidos a la Constitución de
la República:

“…la acusación, como actuación que da lugar a la fase intermedia, debe


reunir las condiciones señaladas, no sólo en el artículo 326 del Código
Orgánico Procesal Penal, sino haber cumplido previamente para su
elaboración, con los pasos procesales ceñidos a la Constitución; por lo que la
acción no procede si en la formación de la acusación no se han cumplido los
derechos y garantías constitucionales. Así como no procede una acción para
instrumentar un fraude, igualmente, no debe proceder una acción que se
funda en la indefensión del imputado, y los alegatos en ese sentido deben ser
resueltos por el Juez de Control antes de admitir o negar la acusación.”
Para utilizar el derecho de accionar, es necesario que la acción se ejerza
habiendo respetado derechos y garantías constitucionales de los accionados.

MEDIOS DE PRUEBAS
OFRECIDOS POR LA DEFENSA

Esta defensa, de conformidad con lo establecido en el numeral 7 del artículo


311 del Código Orgánico Procesal Penal, promueve u oferta para ser
evacuados en el Juicio oral (si se desestimare el pedimento de Sobreseimiento
definitivo), el acervo probatorio que se indica a continuación

Ofrezco El principio de la comunidad de la prueba, también llamado de la


adquisición, se refiere a que la prueba pertenece al proceso; en este sentido,
ya la prueba no es de quien la aportó, sino que pertenece a la comunidad
procesal concreta.

Por todo lo anteriormente expuesto, impetro en nombre de mi representado


protección frente a los abusos en el ejercicio del Ius Puniendi del Estado y
que se declare con lugar la excepción contenida en el literal “e” del numeral
4 del artículo 28 del Código Orgánico Procesal Penal, relativa al
Incumplimiento de las Condiciones o Requisitos Objetivas de Procedibilidad,
puesto que el ejercicio de la acción penal por parte del Ministerio Público,
presupone el exacto cumplimiento de todos los requisitos que confieren
carácter constitucional y legal al proceso.

Es de resaltar que los defecto no subsanables respecto a la deficiente


redacción de los hechos o la falta de claridad de los fundamento en la
acusación, producen el sobreseimiento con carácter definitivo, Tribunal
Supremo de Justicia .Sala Constitucional. Luisa Estela Morales. Fecha
11/05/2005. Expediente 05-0557.sentencia: 797.

Por último, demando que se le otorgue la tutela judicial efectiva y ruego a


usted que en su función de Juez de Garantías, luego entonces en la obligación
de otorgarle respuesta que le restablezca en el derecho a la defensa y el
debido proceso, declare CON LUGAR la solicitud que formulo de NULIDAD
DE LA ACUSACIÓN, de acuerdo con los artículos 174, 175 y 179 del
Código Orgánico Procesal Penal.

Por lo que en criterio de esta Defensa, los requisitos exigidos en el Numeral


3, del Artículo 308 del Código Orgánico Procesal Penal, fueron parcialmente
incumplidos por la respetada Vindicta Pública. Y en vista de ello, solicito muy
respetuosamente, que la ACUSACIÓN presentada por el Ministerio Público
en el proceso de marras, en cuanto a nuestro defendido sea DESESTIMADA,
por haber sido promovida dicha acción ilegalmente, por falta de dos de sus
requisitos formales para intentarla, específicamente el previsto en el Numeral
2y3, del Artículo 308 del Código Orgánico Procesal Penal, y en
consecuencia DECRETE EL SOBRESEIMIENTO LA PRESENTE
CAUSA, de conformidad con lo establecido en el Numeral 4., del Artículo 34,
en concordancia con el único Aparte del Artículo 300, ambos del ya citado
Código Orgánico Procesal Penal, pues, este defecto en su promoción no es
subsanable de inmediato, ni en la presente audiencia, ni suspendiéndola,
pues, sólo lo sería mediante la presentación de una nueva acusación, de
conformidad con lo establecido en el Numeral 2., del Artículo 20 del tantas
veces mencionado Código Orgánico Procesal Penal, que no adolezca de tal
transgresión.
PETITORIO
En razón de todo lo antes señalado, encontrándonos frente a un caso de
NULIDAD ABSOLUTA expresamente señalado por el Código Orgánico
Procesal Penal, que afecta a una actuación del órgano auxiliar de
investigación durante la fase preparatoria que ha sido utilizada por el
Ministerio Público para fundar su escrito acusatorio y que a su vez pretende
sea incorporado como medio de prueba en la audiencia de juicio oral y
público; siendo que esta actuación del órgano auxiliar colocó en situación de
INDEFENSIÓN a mi defendido, corresponde a esta defensa interponer,
como en efecto lo hace, la excepción contenida en el literal “e” del numeral 4
del artículo 28 del Código Orgánico Procesal Penal, relativa al
Incumplimiento de las Condiciones o Requisitos Objetivas de Procedibilidad.
Sabiendo que los requisitos de procedibilidad son aquellas condiciones sin
cuya concurrencia no puede iniciarse la averiguación previa o bien, si ya fue
iniciada, no puede legalmente continuar.
Pido se declare HA LUGAR la excepción opuesta, se decrete el
SOBRESEIMIENTO de la presente causa de conformidad con el artículo
34.4 ibíd, y se acuerde la inmediata LIBERTAD sin restricciones de mi
defendido WALTER ALONSO CASTAÑO RASGOS.-

DOMICILIO PROCESAL

Avenida Lecuna Esquina de Reducto a Municipal Edificio Saverio Russo


Torre B piso 6 Oficina 64, Teléfono 0424-142.98.22, y 0212-741.16.84,
Municipio Libertador del Distrito Capital
En la Ciudad de Caracas, a la fecha de su presentación.

El Defensor Privado.
PEDRO CUENCA ESCORCHE
Abogado

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