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Psicologia de La Adultez y La Vejez E3

El duelo es un proceso emocional complejo y personal que se experimenta ante la pérdida de seres queridos, y su comprensión ha sido abordada por diversas teorías psicológicas. Durante la vejez, el duelo presenta características únicas debido a la acumulación de pérdidas y cambios en la salud, lo que puede complicar su procesamiento. Es fundamental ofrecer apoyo adecuado, como grupos de apoyo y terapia, para ayudar a las personas mayores a enfrentar y aceptar su duelo.

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Psicologia de La Adultez y La Vejez E3

El duelo es un proceso emocional complejo y personal que se experimenta ante la pérdida de seres queridos, y su comprensión ha sido abordada por diversas teorías psicológicas. Durante la vejez, el duelo presenta características únicas debido a la acumulación de pérdidas y cambios en la salud, lo que puede complicar su procesamiento. Es fundamental ofrecer apoyo adecuado, como grupos de apoyo y terapia, para ayudar a las personas mayores a enfrentar y aceptar su duelo.

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Universidad Yacambú

Facultad de Humanidades
Carrera: Psicología
Catedra: Psicología de la Adultez y la Vejez

Unidad 3: El Duelo Durante la Vejez y


Ancianidad.

Estudiante: Gisell Morales


Expediente: HPS-213-00226V
Profesor: Ángelo D'Addona Cillo

Barquisimeto, marzo de 2025


El Duelo Durante la Vejez y Ancianidad.

El duelo es una experiencia universal, pero su vivencia es profundamente


personal. A lo largo del tiempo, la psicología ha tratado de comprenderlo a través
de diferentes modelos, cada uno aportando una visión particular sobre cómo las
personas enfrentan la pérdida. No existe una única manera de vivir el duelo, pero
estos enfoques ayudan a reconocer patrones y brindan herramientas para su
acompañamiento.

Una definición sencilla para entender el significado del dolor que


experimentamos las personas tras la pérdida de un ser querido parte de la teoría
del apego de Bowlby. Según el autor, las personas tenemos tendencia a crear
vínculos con nuestros seres queridos para cubrir las necesidades de protección,
seguridad. De esta manera, cuando se quebranta uno de esos vínculos, se
producen fuertes reacciones emocionales. Por su parte, Engel (1960) planteó
¿Es el duelo una enfermedad? Él señala que la herida emocional que queda al
perder a un ser querido es tan trágica como herirse desde un plano más físico.
Por lo tanto, sería tan necesario curar una parte física para que no se infecte,
como sanar la psicológica. Es decir, para este autor, el duelo es un proceso
natural de sanación, no una enfermedad.

Por otro lado, para Barreto y Soler (2004), proponen que el duelo es un proceso
normal, con una limitación en el tiempo y una evolución previsiblemente
favorable. No se trata, pues de una patología, sino que, por el contrario, su
elaboración puede fomentar su madurez personal. Aunque las pérdidas implican
un gran sufrimiento, sólo una minoría de sujetos presentará trastornos psíquicos
o complicaciones en el proceso de resolución. Desde la perspectiva humanista,
el duelo es un proceso de elaboración realizado a partir de la integración de la
vivencia difícil y a veces traumática de la muerte de un ser querido, pudiendo
conducir a las personas afectadas a experimentar una transformación profunda.
El duelo se desarrolla y evoluciona en el tiempo como una experiencia de
aprendizaje, cuyo resultado final es la emergencia de cambios en la propia
identidad.

Hablando desde una perspectiva más general podemos mencionar que el duelo
es un proceso emocional que se desencadena por la pérdida de una persona,
una relación, un sueño o incluso una parte de uno mismo. Implica una gama de
reacciones psicológicas, físicas y sociales que son parte natural de la vida. Es
decir, el duelo no está representado únicamente por la pérdida o muerte de un
familiar, si no, que se puede experimentar el duelo por cualquier proceso de
perdida a lo largo de su vida. Además, el duelo puede clasificarse en diversas
categorías, en las cuales podemos mencionar el duelo normal, que se considera
como una reacción común a la pérdida, que incluye tristeza, llanto, y nostalgia, y
se espera que con el tiempo se procese y disminuya. En segundo lugar,
encontramos el duelo complicado, este tipo de duelo se caracteriza por la
prolongación o intensidad extrema de los síntomas, a menudo impidiendo la
capacidad de continuar con la vida. Puede incluir síntomas de depresión severa,
ansiedad y dificultad para aceptar la pérdida; y en estas categorías también está
presente el duelo anticipado, este duelo se da cuando se anticipa la pérdida,
como en enfermedades terminales. Las personas comienzan a experimentar el
duelo antes de que ocurra la muerte o la pérdida.

De igual forma durante el proceso de duelo se pueden identificar varias etapas,


estas pueden a su vez presentarse mediante diversos modelos teóricos que
varían según cada teórico, entre los más destacados tenemos el modelo de
Elisabeth Kübler-Ross, que identifica cinco etapas. La Negación, en esta etapa
la persona rechaza la realidad de la pérdida. La Ira, que puede manifestarse en
forma de frustración, rabia o resentimiento hacia uno mismo o hacia otros. La
siguiente en mencionar es La Negociación, en ella intenta hacer tratos o buscar
maneras de revertir la pérdida. Otra de estas etapas es La Depresión, la cual se
manifiesta con la tristeza profunda y la falta de interés son comunes en esta fase,
y finalmente La Aceptación, que cuando llega un momento en que la persona
comienza a aceptar la realidad de la pérdida y a adaptarse.
Siguiendo con esta dinámica de las etapas del duelo, John Bowlby destaca
varios aspectos relevantes en este tema, uno de ellos es los vínculos afectivos,
Bowlby relaciona el duelo con la teoría del apego. Sugiere que el duelo es la
respuesta natural a la pérdida de una persona amada, enraizada en la necesidad
de mantener un vínculo. Y lo describe es fases, propuso un modelo de duelo en
tres fases: Protesta (reacción inicial frente a la pérdida), Desesperación
(longevidad del dolor y la tristeza) y Desapego o reorganización (adaptación a la
pérdida y reconstrucción de la vida). Así mismo, nos habla del impacto relacional,
destaca cómo la pérdida afecta el sentido de identidad y la capacidad de formar
nuevos vínculos.

En este mismo orden de ideas, la Teoría de Elaboración del Duelo de Worden,


propone tareas de duelo. William Worden identificó cuatro tareas que las
personas deben cumplir para procesar el duelo: La primera es aceptar la realidad
de la perdida, la segunda experimentar el dolor y la tristeza, la tercera adaptarse
a un entorno en el que el fallecido está ausente, y la cuarta reinvertir en la vida y
continuar. Su enfoque practico se centra en actividades y acciones que los
dolientes deben realizar en lugar de etapas fijas.

Por su parte, Teoría de la Dualidad del Duelo de Margaret Stroebe y Henk Schut nos
habla de procesos duales, esta teoría propone que el duelo implica una serie de
procesos que oscilan entre: Enfocarse en la perdida, recuerdos y tristeza
asociados a la pérdida, y enfocarse en la restauración, es decir, la adaptación a
nuevos roles y la integración de la perdida en la vida diaria. Esta dualidad de
tareas sugiere que las personas deben alternar entre la confrontación de la
pérdida y la búsqueda de formas de reconstruir su vida.

Finalmente encontramos la Teoría de la Resiliencia que entre sus aspectos más


relevantes destaca la adaptación positiva, la cual se centra en la capacidad de
las personas para adaptarse positivamente a las pérdidas y el cambio. No todos
los tipos de duelo conducen a crisis prolongadas; algunos pueden promover el
crecimiento personal, y los factores protectores como el apoyo social, la
característica de personalidad y las habilidades de afrontamiento que influyen en
cómo una persona maneja el duelo.
Teniendo en cuenta todos los aspectos mencionados anteriormente, nos permite
entender que el duelo es un proceso que puede estar presente en todas las
etapas de desarrollo de las personas y que cada etapa se vive de manera
diferente. Si hablamos de duelo en la etapa del adulto mayor y en la ancianidad
presenta características y desafíos únicos, dado que este periodo de la vida
suele estar marcado por la acumulación de pérdidas significativas, así como por
cambios en la salud y en la dinámica social.

Durante la etapa del adulto mayor se pueden observar varios aspectos


importantes como la Acumulación de Pérdidas, esto se debe a que, en la etapa
de adultez mayor, las personas a menudo enfrentan la pérdida de amigos,
cónyuges o familiares cercanos. Estas pérdidas pueden ser más frecuentes y
acumulativas, generando un impacto emocional profundo. Así como también la
pérdida de roles, como el trabajo o el estado de "padre" o "madre" activa, también
puede conducir a un proceso de duelo que se incorpora al duelo por pérdidas de
seres queridos. Un segundo aspecto que destaca en esta etapa tiene que ver
con los cambios de salud, esto se debe a que los problemas de salud física que
son comunes en el envejecimiento, como enfermedades crónicas, pueden influir
en el proceso de duelo. La fatiga y el dolor físico pueden agravar la tristeza y el
estrés emocional. Al igual que la existencia de condiciones como la demencia
puede complicar la capacidad de la persona mayor para procesar y expresar su
duelo adecuadamente.

También es importante mencionar que muchas personas mayores experimentan


un menor contacto social debido a la muerte de amigos y la disminución de la
movilidad, lo que puede intensificar la soledad y el sufrimiento emocional tras
una pérdida. Durante este periodo es crucial contar con la atención adecuada ya
que el debilitamiento de la red de apoyo puede dificultar el enfrentamiento del
duelo y aumentar el riesgo de depresión.

En este sentido, durante la ancianidad, el duelo puede estar intensificado por la


creciente conciencia de la propia mortalidad. La proximidad de la muerte, junto
con la pérdida de seres queridos, puede llevar a un profundo examen de la vida
y de su significado. Esta etapa a menudo implica reflexionar sobre la vida vivida
y las relaciones pasadas, lo que puede provocar una mezcla de emociones,
desde la tristeza hasta la gratitud. De igual forma durante este periodo se vive
una fase de desapego y reorganización, recordemos que las teorías de duelo
como la Bowlby, sugieren que, en esta etapa, las personas pueden experimentar
un proceso de desapego que implica dejar ir no solo a los seres queridos
perdidos, sino también a su propio pasado o a su propia identidad. Esta
reorganización se enfoca en establecer nuevos vínculos y encontrar propósitos
en la vida después de la pérdida.

Como hemos visto hasta ahora, son muchas las etapas y procesos que se viven
durante el duelo en esta etapa del ciclo vital del desarrollo del ser humano, si
bien es cierto que afrontar el proceso de duelo puede ser difícil durante cualquier
edad o etapa de la vida, durante la ancianidad puede ser más complicado, ya
que además del dolor y el sufrimiento que se vive por la perdida, las personas
mayores tienen otras limitantes de carácter físico, cognitivas y emocionales,
propias de este periodo de vida, una de estas son las condiciones
neurodegenerativas como la demencia que pueden afectar el procesamiento del
duelo, complicando la expresión de emociones y la comprensión de la pérdida.
Sin contar que a menudo, los ancianos pueden retraerse emocionalmente o
experimentar confusión, lo que puede llevar a un duelo más complejo y
prolongado.

En este sentido es importe tener en cuenta que, aunque el duelo es un proceso


natural por cual pasamos todos los seres humanos, su proceso transitorio puede
variar para cada individuo y aunque sin importar el periodo de la vida en el que
nos encontremos, siempre puede ser de gran ayuda el apoyo que se le brinde a
las personas durante este proceso, sobre todo a las personas de la tercera edad.
Una de las principales estrategias recomendadas son los grupos de apoyo, ya
que promover la participación en grupos de apoyo diseñados para personas
mayores puede ayudar a compartir experiencias y emociones en un entorno
seguro. Las actividades de recuerdo también son recomendadas debido a que
fomentar actividades que honren a los seres queridos perdidos, como rituales,
escritura de memorias o elaboración de álbumes de fotos, son estrategias que
pueden ayudar a las personas a manejar el duelo, entenderlo y aceptarlo. Pero
lo fundamental en este proceso es el apoyo familiar, la educación sobre el duelo
y la salud mental para la familia puede facilitar una mejor comprensión del
proceso de duelo en las personas mayores. Todo esto sumado a las
intervenciones psicológicas, si bien el apoyo familiar juega un papel fundamental,
ofrecer terapia individual o grupal, con enfoque en el duelo, puede ayudar a
procesar la pérdida y desarrollar estrategias de afrontamiento.

En resumen, podemos mencionar que el duelo es un fenómeno complejo que


requiere un enfoque integral que considere las dimensiones biológica,
psicológica y social del ser humano. Entender el duelo a través de este prisma
permite una mejor atención, tanto en el ámbito clínico como en el social, y
proporciona las bases para la recuperación emocional post-pérdida

Referencias
Lorena Alonso Llácer. Marta Ramos Campos. Pilar Barreto Martín. Marian Pérez
Marín. Modelos Psicológicos del Duelo: Una Revisión Teórica. (Calidad de Vida
y Salud 2019).

Microsoft Word - V12N1.5.docx

John Bowlby. El Apego y La Perdida. (Capitulo 12 y 13).

Bowlby - El Apego y La Perdida-1.pdf · versión 1.pdf - Google Drive

Psicorevistas. James N. Butcher; Susan Mineka; Jill M. Hooley. “Psicología


clínica” 12.a edición. Editorial Pearson Educación, S.A., Madrid, 2007. Pag. 218.

ᐈ Pérdidas Y El Proceso De Duelo –John Bowlby - Psicorevista

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