República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del poder popular para la Educación
U.E. Milagro De María
ACOSO
ESCOLAR
Docente: Estudiante:
Belkis Perozo Carmelo
Flores
Mariara, 02 Febrero del 2024
¿Qué es el Acoso Escolar?
El acoso puede definirse como una forma de violencia escolar especialmente
dirigida hacia una víctima concreta, que sufre de manera sistemática diferentes formas
de agresión física, verbal o psicológica. El acoso escolar también es conocido como
bullying, Algunas cuestiones importantes para entender el fenómeno del acoso o
bullying entre niños, adolescentes y jóvenes:
No es la única forma posible de violencia dentro de una escuela. En un centro
educativo también pueden darse otras formas de violencia, como las peleas
esporádicas, la tensión entre grupos rivales, distintas formas de disciplina física,
vandalismo o los ataques en escuelas, entre otras. Sin embargo, puede existir relación
entre estos hechos, ya que en todos los casos es necesario un entorno que, de alguna
forma, esté normalizando la violencia como respuesta a problemas cotidianos.
El bullying puede surgir dentro de la escuela, pero no se limita al entorno
escolar: puede prolongarse fuera de las horas lectivas, ya sea en el entorno del colegio,
en el barrio o a través de dispositivos como móviles u ordenadores, produciéndose
entonces ciberacoso, que es un tipo específico de bullying.
¿Cuáles son las causas del acoso escolar?
Investigaciones sobre la agresión en la infancia1 revelan que el aprendizaje tiene un
papel muy importante. Los niños y adolescentes aprenden la agresión de los adultos o
de otros niños y niñas a través de la observación y la imitación.
Además, este aprendizaje sólo se consolida si tiene consecuencias positivas para el
agresor, de tal modo que, si la conducta agresiva es reforzada por el entorno, es
probable que se generalice. Si por el contrario es rechazada o mal valorada por el grupo,
podrá desaparecer.
Por esta razón, algunas de las estrategias educativas contra el bullying con más éxito
reciente se centran en el papel del entorno y de los testigos del acoso escolar2.
Aunque hablamos de acoso escolar, los estudiantes que acosan pueden haber aprendido
las conductas agresivas fuera de la escuela: en su familia, en su entorno cercano o a
través de los medios de comunicación, Internet o redes sociales. Los valores culturales
y sociales son clave para fomentar o frenar la agresión.
Los desencadenantes del acoso son una mezcla de factores emocionales e
instrumentales:
Por una parte, es habitual que quien acosa experimente emociones de
frustración, activación emocional o dificultad para controlar impulsos, siendo la
agresión una forma de liberar estas emociones. Aunque existen otras formas de lidiar
con el estrés o el malestar, es frecuente que muchos niños, niñas y adolescentes no las
conozcan.
Por otra, dentro del acoso se da además un factor instrumental en el que se busca,
de manera calculada, un beneficio social o de poder grupal. Para que esto ocurra es
necesario que el entorno tolere y apoye el acoso. Es importante fortalecer competencias
de participación, negociación, colaboración y otras habilidades sociales para que niños,
niñas y adolescentes sean capaces de adaptarse socialmente y lograr sus objetivos sin
vulnerar los derechos de otras personas.
¿Qué consecuencias tiene el bullying?
Toda forma de violencia en las escuelas es una vulneración de varios derechos de
la infancia, entre ellos el derecho a la educación y a la protección. Estos derechos
resultan especialmente dañados en el caso de las víctimas, pero también pueden verse
perjudicados de diferentes formas en el caso de los agresores y los testigos. Ningún
niño o niña puede desarrollarse adecuadamente en un entorno donde se toleran las
agresiones.
Los efectos sobre las víctimas dependen mucho de sus circunstancias personales, su
capacidad de afrontamiento y su resiliencia. En general, una situación de acoso
prolongada y sistemática, tanto en niños como en adultos, puede llevar a desarrollar
cuadros de estrés agudo, ansiedad, depresión, sentimientos de aislamiento e
inadecuación, pobre autoconcepto, falta de autoestima, desarrollo de una visión del
mundo distorsionada y otros problemas emocionales y cognitivos. En casos extremos,
la víctima puede llegar a cometer suicidio.
Los acosadores también sufren consecuencias negativas del acoso, ya que su
desarrollo emocional y social puede llegar a ser disfuncional y provocarles dificultades
de adaptación social y estigma, así como las consecuencias legales derivadas de una
posible denuncia. Todos los niños y niñas tienen derecho a recibir una educación
basada en valores de paz y respeto que les permitan contribuir positivamente a la
sociedad y este derecho se les niega cuando no se reconducen sus actitudes y conductas
violentas. Además, no es infrecuente que algunos estudiantes tengan un doble rol de
víctima y acosador: o bien han sido víctimas de bullying o bien viven otras formas de
violencia en su entorno.
Los testigos y colaboradores también sufren: por un lado, pueden experimentar
ansiedad y miedo al identificarse con la víctima y su indefensión, por otro,
desensibilizarse respecto a la violencia y perder la capacidad de empatía y solidaridad
que necesitan para desarrollarse como seres humanos. Además, pueden experimentar
vergüenza, culpabilidad y sentimientos de impotencia.
Las consecuencias negativas no se limitan a los protagonistas del acoso, ya que se
extiende a las familias, al centro y tiene consecuencias para la sociedad en el futuro.
Una forma en la que perjudica a los centros educativos es a través del deterioro del
clima escolar, que tiene impacto sobre la calidad educativa, el bienestar del alumnado
y la satisfacción de las familias.
¿Cuáles son las características de una víctima de bullying?
Cualquier niño, niña o adolescente puede ser víctima de acoso escolar o bullying. El
perfil de la víctima de acoso escolar depende mucho del contexto. Por ejemplo:
En entornos donde se tolera el racismo y la xenofobia, pueden tener más
probabilidad quienes pertenezcan a determinadas etnias o credos o cuyo color
de piel sea diferente.
En entornos machistas, homófobos o tránsfobos, habrá más posibilidad de que
el acoso se centre en cuestiones de género.
En entornos donde no se trabaja adecuadamente por la inclusión de personas
con discapacidad o con diversidad funcional, serán ellos quienes puedan sufrir
acoso.
En entornos muy competitivos o influenciados por modas, pueden sufrir acoso
quienes no se ajustan a los cánones, ya sean físicos, comportamentales o
actitudinales.
Incluso los estudiantes teóricamente privilegiados: aquellos que tienen éxito
académico, social o deportivo pueden ser víctimas de acoso por rivalidades y
envidias mal resueltas a nivel educativo.
Por este motivo, en la prevención y abordaje del acoso escolar es tan importante,
considerar el contexto general, los prejuicios, los estereotipos y los mensajes
discriminatorios y de odio que puedan estar influyendo en la población estudiantil.
¿Cómo prevenir el acoso escolar en adolescentes?
La educación en valores de respeto, paz y tolerancia es clave desde edades muy
tempranas. Una buena base actitudinal y comportamental es muy importante para que
los cambios emocionales de la adolescencia y las presiones sociales que se
experimentan a esa edad no se conviertan en el caldo de cultivo para situaciones de
acoso.
Todos los estudiantes deberían conocer los derechos de los niños y niñas y ser
educados para que sean algo tangible y práctico que pueden aplicar a las situaciones
cotidianas de su día a día. La educación en derechos de la infancia permite a los centros
y a las comunidades educativas desarrollar herramientas de participación y de
protección que hagan a chicos y chicas más conscientes de su propio desarrollo como
personas y de sus responsabilidades.
Para el logro de un clima escolar que fomente actitudes colaborativas y de
crecimiento académico y humano, el papel de toda la comunidad educativa es
fundamental: implicar a padres, madres, al alumnado y al personal no docente nos
permitirá generar el entorno de confianza necesario para reconducir situaciones que
puedan desembocar en acoso, así como otras formas de violencia escolar.
La reflexión sobre el entorno social es también necesaria: el que algunos colectivos
sufran más violencia y acoso no nos habla sobre cómo son las víctimas, sino de la
sociedad en la que viven. El machismo, la xenofobia, el clasismo y otras formas de
discriminación son temas que es necesario tratar en las aulas y las familias para poder
prevenir el bullying y otras formas de violencia.
Día Internacional contra el Bullying o Acoso Escolar
El día contra el acoso escolar se celebra cada 2 de mayo para concienciar y movilizar
contra este serio problema. La celebración de este día en colegios, institutos, clubs
deportivos y de tiempo libre y otras instituciones relacionadas con la educación formal
e informal es una oportunidad para tratar el tema desde un enfoque educativo y
promover actividades que impliquen a la comunidad educativa en la búsqueda de
soluciones prácticas y adaptadas a sus circunstancias.
La celebración de un día mundial sobre este tema permite hacer visible el problema,
evitar que se convierta en tabú y dotar a los estudiantes y docentes de las herramientas
que necesitan para detectarlo, actuar e informar.