Gonzalo Sanabria
131 Sermones cristianos para
predicar
Estudios bíblicos para enseñar
Conoce todos los libros que hemos publicado aquí en:
Pastor Gonzalo Sanabria.
Todos los derechos reservados. Ninguna porción de éste libro
podrá ser reproducida, almacenada en algún sistema de
recuperación, o transmitida en cualquier forma o por cualquier
medio, mecánico, fotocopias, grabación u otro, sin
autorización expresa del autor o escritor.
Con excepción para citas breves en revistas o libros con la
correspondiente mención. A menos que se indique lo
contrario, las citas bíblicas han sido tomadas de la Biblia
Versión Reina-Valera 1960, de las sociedades Bíblicas. Todos
los derechos son reservados.
DEDICATORIA
Con todo mi corazón dedico este libro a mi buen Dios, por Su
amor y paciencia conmigo. A Jesucristo mi salvador y maestro
y al Espíritu Santo bendito Consolador. A mi linda esposa
Andrea regalo de Dios y a mi precioso hijo Daniel.
AGRADECIMIENTOS
Con sinceridad agradezco a mi familia, a la iglesia que Dios
me permite pastorear (por su apoyo y oraciones), a todos los
que leen nuestras publicaciones, y por supuesto a Dios, quien
me da la fuerza y la capacidad para escribir y desarrollar el
llamado que me ha hecho por su amor y bondad.
Contenido
JESÚS TRANSFORMA NUESTRA SITUACIÓN
ADELANTE, DIOS ESTÁ CONTIGO
PREPÁRATE PARA LO NUEVO DE DIOS
JESUCRISTO NOS DA LIBERTAD Y VICTORIA
SÓLO JESÚS SACIA LA SED DEL CORAZÓN
EN LA PRESENCIA DE DIOS SOMOS TRANSFORMADOS
EL ESPÍRITU SANTO TE FORTALECE
FORMACIÓN DIVINA
DIOS SABE LO QUE HACE
DIOS PREMIA LA PERSEVERANCIA
EN JESUCRISTO HAY NUEVAS OPORTUNIDADES
JESÚS CAMBIA EL FRACASO EN BENDICIÓN
TRANSFORMADOS POR EL PODER DE DIOS
LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO
ATRAVESANDO EL DESIERTO
LA VERDADERA FE CONFÍA EN DIOS
ES VITAL INSTRUIR A OTROS
DIOS SIEMPRE ESTÁ ALLÍ
CUIDADO CON LAS PALABRAS
NO DEMOS LUGAR AL ENEMIGO
LA MARAVILLOSA HISTORIA DE JABES
LA ORACIÓN QUE TRANSFORMÓ LA VIDA DE JABES
DIOS ESCUCHA Y RESPONDE NUESTRAS ORACIONES
UN ENCUENTRO CON DIOS
LA COMUNIÓN CON DIOS ES VITAL
FRUTO PARA DIOS
EN MEDIO DE TIEMPOS DIFÍCILES DIOS NOS CUIDA
UN MILAGRO EN MEDIO DE LA CRISIS
LA SOBERANA OBRA DE DIOS
RESTAURANDO LA COMUNIÓN CON DIOS
Ú
JESÚS LLEGA A TIEMPO
JESÚS RESUCITA A LÁZARO
JESÚS Y SU IGLESIA
¿CÓMO REGOCIJARSE EN DIOS?
¿POR QUÉ TODOS QUERÍAN TOCAR A JESÚS?
AVANCEMOS EN LOS TIEMPOS DE DIOS
EL ENDEMONIADO DE GADARA SE CONVIERTE EN UN
EVANGELISTA
RENOVADOS POR EL ESPÍRITU SANTO
DIOS ES NUESTRO FORMADOR
EL SEÑOR ES MI FORTALEZA
JESÚS ATIENDE A QUIEN LE BUSCA
DERROTANDO LOS DARDOS DEL DIABLO
JESÚS LIBERA A LOS ATORMENTADOS POR DEMONIOS
ES NECESARIO SER APASIONADOS POR DIOS
DIOS TRAE COSAS NUEVAS PARA TI
JESÚS TE ESTÁ LLAMANDO
VICTORIA SOBRE EL RESENTIMIENTO
LAGRIMAS A LOS PIES DE JESÚS
JESÚS SABE COMO HACER SUS COSAS
ES NECESARIO CONSTRUIR LA CASA DE DIOS
ADORACIÓN QUE AGRADA A DIOS
VICTORIA SOBRE EL ENGAÑADOR
EL DIOS DE MI ALEGRÍA
LO MEJOR ES HACER LA VOLUNTAD DE DIOS
DIOS TE ESCOGIÓ
CADA UNO DE NOSOTROS ES UN PROPÓSITO DIVINO
LLAMADOS POR DIOS
A SOLAS CON DIOS
TOMAR BUENAS DECISIONES ES FUNDAMENTAL
LA PRESENCIA DE DIOS NOS TRANSFORMA
INTÉNTALO DE NUEVO, DIOS ESTÁ CONTIGO
LAS PRUEBAS SON UNA BENDICIÓN
EL VERDADERO AMOR
CUIDADO CON LAS FALSAS ENSEÑANZAS
DIOS RECOMPENSA A SUS HIJOS
EL GRAN TRONO BLANCO DE DIOS
BENDECIDOS POR LA LEY DE DIOS
LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO ESTÁ CERCA
¿CÓMO ALCANZAR UN AVIVAMIENTO EN MI CORAZÓN?
TÚ NOMBRE ESTÁ ESCRITO EN LOS CIELOS
EL MARAVILLOSO ÁRBOL DE LA VIDA
LA PALABRA DE DIOS PROTEGE NUESTRA MENTE
JESUCRISTO ES NUESTRA VIDA
LIBRES PARA ADORAR A DIOS
EL MINISTERIO ES UN TESORO OTORGADO POR DIOS MISMO
DIOS TIENE EL PODER PARA TRANSFORMAR EL CAOS EN
BENDICIÓN
INSTRUMENTOS PODEROSOS EN LAS MANOS DE DIOS
HUIR DE DIOS NO ES LA SOLUCIÓN
CUANDO LA AMARGURA ES TRANSFORMADA EN BENDICIÓN
NO TEMAS, DIOS ES TU ESCUDO
DIOS NO MIENTE, ÉL ES FIEL
LAS CUALIDADES DE UN VENCEDOR
SERVIR A DIOS ES UN HONOR
ESCUCHEMOS LA VOZ DE DIOS
EL PODER DEL SEÑOR ESTÁ POR ENCIMA DE TODAS LAS COSAS
LA PROSPERIDAD QUE VIENE DE DIOS
EN SU TIEMPO DIOS HARÁ
HABLEMOS BENDICIÓN Y NO MALDICIÓN
LA VICTORIA ES POSIBLE
CADA HIJO DE DIOS ES UN PLAN DEL CIELO
NO ES POR MÉRITOS HUMANOS, SINO POR LA GRACIA DE DIOS
EL SEÑOR NO SE HA OLVIDADO DE SU PLAN CONTIGO
DIOS NUNCA SE EQUIVOCA
LIBRES PARA ADORAR Y SERVIR A DIOS
EL SEÑOR ESTÁ DE TU LADO
DIOS PLANEÓ LA SALVACIÓN PARA TU FAMILIA
CUANDO TE ACERCAS A JESÚS TODO CAMBIA
DESPUÉS DE LA TORMENTA HAY UN MILAGRO
Ó
DIOS FUE QUIEN TE ESCOGIÓ
EL PODER DE LA GRATITUD
DIOS TRAE UN NUEVO TIEMPO
UNGIDOS POR EL ESPÍRITU SANTO
DIOS NO HA PLANEADO TU FRACASO
LA PERSEVERANCIA ES LA PLATAFORMA DE TODAS LAS VIRTUDES
DIOS TIENE CUIDADO DE SUS HIJOS
PRINCIPIOS PARA ALCANZAR LA VICTORIA
LA FE QUE GENERA LOS MILAGROS
CRECIENDO EN LA COMUNIÓN CON DIOS
CUANDO CRISTO SE MANIFIESTA TODO ES TRANSFORMADO
UN GRAN OBSTÁCULO ES UNA GRAN PORTUNIDAD
TU SITUACIÓN NO ES DESCONOCIDA PARA DIOS
LA MEJOR PROVISIÓN ES LA QUE VIENE DE DIOS
UN MILAGRO EN MEDIO DE LA SEQUÍA
SOMOS VASIJAS DE BARRO
TU FAMILIA ES UN TESORO
QUITEMOS LO QUE ESTORBA LA CONQUISTA
DIOS TRAE COSAS NUEVAS
ES TIEMPO DE BATALLA Y DIOS NOS DA LA VICTORIA
JESÚS RESTAURA Y TRANSFORMA LAS FAMILIAS
LA PODEROSA ARMADURA DE DIOS PARA EL CRISTIANO
CRUCIFIXIÓN Y MUERTE DE JESÚS (1ª Parte)
CRUCIFIXIÓN Y MUERTE DE JESÚS (2ª Parte)
CRUCIFIXIÓN Y MUERTE DE JESÚS (3ª Parte)
TRANSFORMADO POR LA GLORIA DE DIOS
LA GRATITUD ES SEÑAL DE MADUREZ ESPIRITUAL
BUSCAR A DIOS DEBE SER UN ESTILO DE VIDA
AUNQUE PENSEMOS QUE TODO SE ACABA, DIOS CONTINUA AL
MANDO
JESÚS PUEDE CAMBIAR LA CRISIS EN UNA GRAN BENDICIÓN
NO MIRES ATRÁS
EL PODER DE LA GRATITUD
JESÚS CAMBIA EL LAMENTO EN GOZO
LA INTEGRIDAD UNA VIRTUD QUE TE HARÁ TRIUNFAR
ÉL TIENE CUIDADO DE TI
INTRODUCCIÓN
Este texto está conformado por sermones cuya fuente y
fundamento es la palabra de Dios, son estudios bíblicos que el
Señor Jesús en su bondad me ha permitido preparar, predicar y
publicar a lo largo de estos años de ministerio pastoral.
Estos sermones cristianos son un compendio de varios tomos
que hemos publicado, cuyo propósito es servir como
herramienta y apoyo en la labor de la predicación de la palabra
de Dios. Son estudios debidamente organizados y sencillos en
su presentación y estructura.
En este libro “131 Sermones cristianos para predicar” hallarás
no sólo sermones bosquejados, sino enriquecidos con
comentarios y notas del autor, anotaciones que tienen en
cuenta los aspectos generales de la Escritura, como son el
trasfondo histórico, geográfico, cultural, etc,
También se añade el significado de ciertas palabras en su
idioma original bíblico según sea cada caso, el propósito es
acercarnos al significado original del pasaje. Y por supuesto,
no descuidamos ni dejamos de lado el aspecto práctico de la
Escritura, por eso es muy importante para nosotros aterrizar el
pasaje bíblico a nuestra vida diaria y normal.
(Te invito a conocer todos nuestros libros publicados aquí en:
Pastor Gonzalo Sanabria en Amazon.com).
Este libro “131 Sermones cristianos para predicar”, como en el
caso de los libros anteriores, es el resultado de horas de
estudio, investigación y mejoramiento del material que Dios
en su bondad me ha permitido enseñar y predicar a lo largo de
este ministerio.
Deseo de corazón que este texto sea de edificación para tu
vida, y para bendición de muchas otras personas. Que sea, con
la ayuda de Dios, una herramienta para predicar la Biblia e
instruir a los demás en el camino de la fe en Cristo Jesús.
Lic. Pastor Gonzalo Sanabria.
CAPÍTULO 1
JESÚS TRANSFORMA NUESTRA SITUACIÓN
Un día Jesús llegó a una sinagoga a enseñar (parte
fundamental del ministerio de Jesús). A la sinagoga sólo
ingresaban judíos y gentiles prosélitos (allí había una mujer
encorvada, era judía y estaba en el culto al Señor), había
muchas sinagogas en ese tiempo, pero en ésta estaba Jesús y
cuando él está cualquier cosa puede pasar, él sigue siendo Dios
Todopoderoso.
Leamos Lucas 13:10-11 “Enseñaba Jesús en una sinagoga en
el día de reposo; y había allí una mujer que desde hacía
dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y
andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar”.
Ésta era una mujer piadosa, y estaba en la sinagoga adorando a
Dios, pero estaba sufriendo una larga aflicción. Hacía
dieciocho años “tenía espíritu de enfermedad” (pero era judía,
bajo pacto, descendiente de Abraham y asistía a la sinagoga
fielmente), pero éste espíritu la afligía y atormentaba, ella
trataba de vivir una vida normal, quizá procuró ayudarse con
algo, pero esto era espiritual (no toda enfermedad tiene origen
demoniaco, pero Jesús es sanador de todas).
Físicamente andaba ésta mujer encorvada (es decir no podía
enderezarse completamente), así que la situación espiritual se
veía en lo natural (“encorvada”). Sin duda, su vida conyugal,
familiar, social y espiritual estaba afectada por esto, pues para
muchos estaba bajo maldición o en pecado oculto.
La figura encorvada representa o nos habla de una carga que
se lleva y es tan pesada que doblega las fuerzas (hablamos
pues de crisis, heridas, miedo, preocupación, fracaso,
resentimientos, frustraciones, que al no entregarlas Dios
producen fatiga y desgaste).
Ésta mujer es sanada por Jesús “Cuando Jesús la vio, la llamó
y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. Y puso las manos
sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios”
Lucas 13:12-13. Jesús siempre actúa a nuestro favor.
Observemos todo lo que Jesús hizo por ella: “la vio”, “la
llamó”, “le dijo” y “la tocó”.
Quizá ella no era importante para los hombres, pero Jesús la
vio; quizá nadie la tenía en cuenta, pero Jesús la llamó; tal vez
pocos le hablaban, pero Jesús le dijo; quizá hacía muchos años
su esposo no la tocaba, ni su familia la abrazaba, pero Jesús la
tocó. Recuerda eres un(a) hijo(a) de Dios y él siempre estará
pendiente de ti. Jesús quiere que levantes tu cabeza.
El texto nos dice que: “y ella se enderezó y glorificaba a
Dios”; por dieciocho años sus ojos miraron al suelo, su
autoestima estaba en lo más bajo, su aflicción pesaba mucho
pero “se enderezó”, ésta palabra se traduce del griego
“anorthoo” que traduce
también: Reconstruir, restaurar, restablecer, enderezar. Jesús
sanó, liberó y restauró a ésta mujer completamente.
Por el poder de Dios ella se endereza y “glorifica Dios”, alaba
al Señor, seguramente ésta condición no le permitía fluir en
una adoración poderosa, pero ahora vive un nuevo nivel de
adoración, de presencia de Dios, un nuevo nivel de gloria, algo
que antes no había vivido, hay una liberación en su alma, en su
espíritu y entra en una nueva libertad de adoración. Jesús
libera a la mujer encorvada, es el Señor quien trae verdadera
libertad.
Reflexión final: Cristo sigue siendo el mismo, y quiere
tocarte, restaurar tu vida, tu adoración a Dios. No sé qué pueda
tenerte con la cabeza abajo (problemas, tropiezos, droga, crisis
matrimonial, decepciones, brujería, la quiebra económica, etc),
pero puedo decirte que Jesús tiene el poder para ayudarte a
salir de allí. Adora a Dios y el Señor extenderá su gloria sobre
ti y todo será diferente.
(Nota especial: Sí deseas ser informado de nuestros
próximos libros y las promociones gratuitas que
ofreceremos, y sí aún no lo has hecho, envíanos tu
correo electrónico a:
[email protected] .
Será para nosotros un gusto que formes parte de
nuestros contactos).
CAPÍTULO 2
ADELANTE, DIOS ESTÁ CONTIGO
Dios es el sanador de su pueblo, y en el escenario más difícil
él muestra su gloria. Según Éxodo 15:22 Israel estaba en el
desierto, habían transcurrido tres días sin agua, y las que
encuentran son aguas amargas, por eso llamadas las aguas de
Mara (aún hoy día hay allí aguas saladas y amargas, no
potables), pero Dios mostró su gloria transformando
totalmente la situación, pues él es quien transforma los sabores
amargos de la vida.
Nos dice la Biblia: “y dijo: Si oyeres atentamente la voz de
Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres
oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos,
ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré
a ti; porque yo soy Jehová tu sanador. Y llegaron a Elim,
donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y
acamparon allí junto a las aguas” Éxodo 15:26-27.
Aparece por primera vez en la Biblia el nombre “Jehová
Rapha” (que significa: el Señor Sana), fue entonces una nueva
revelación de Dios a su pueblo en las aguas amargas de Mara.
¿Por qué el Dios sanador se manifiesta ante su pueblo
endulzando unas aguas saladas y amargas?
Esta región es costera muy próxima al mar Rojo, región cuyo
suelo es muy rico en sodio (por ejemplo el Mar Muerto se
llama así porque allí no hay vida debido a su alto nivel de
salinidad).
Esto nos enseña que donde hay muerte, Cristo trae vida; que
en medio del desierto, Dios puede hacer florecer un jardín; que
en medio de tus dificultades, Dios puede mostrar su gloria; que
en medio de la maldición el Señor puede establecer su
bendición, porque él es Dios todopoderoso.
Dios renueva a su pueblo que va camino al lugar que él les ha
preparado. El pueblo de Israel estaba fatigado y cansado,
muchos quizá desanimados, pero Dios no sólo endulzó éstas
aguas sino que los llevó a Elim, Éxodo 15:27 “Y llegaron a
Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmas; y
acamparon allí junto a las aguas”.
La palabra Elim significa: “arboles grandes”. Por lo general se
lo identifica con el Wâds Gharandel, a unos 96 kilómetros al
sudeste de Suez, tiene una abundante vegetación de palmeras,
tamarindos y acacias, y una fuente permanente de agua que
produce unos 4.770 litros por minuto.
Allí encontraron sombra para descansar y aguas para beber, y
renovar fuerzas para continuar. Dios siempre tiene cuidado de
sus hijos.
Habían allí “Doce fuentes de aguas” nos dice el texto de hoy,
hablamos entonces de aguas no estancadas, eran corrientes
(una para cada tribu, porque Dios tiene suficiencia para todos).
Bajo las palmeras en medio del gran desierto, renovaron sus
fuerzas y llenaron sus vasijas de agua para seguir hacía el plan
de Dios: conquistar la tierra prometida.
Reflexión final: Aunque a veces el camino nos parece adverso
y difícil, Dios nos renueva y fortalece, con su poder y bondad
prepara las cosas para alentarnos a seguir adelante, pues no
podemos quedar a mitad de camino, es necesario avanzar
hacia el destino que el Señor nos ha preparado.
(Te invitamos a leer nuestro libro de sermones: 55 Sermones
para predicar).
CAPÍTULO 3
PREPÁRATE PARA LO NUEVO DE DIOS
Es interesante que cuando el Señor venga por su Iglesia quiere
encontrar una “iglesia gloriosa, sin mancha y sin arruga”. Nos
habla de una iglesia que resplandece a causa de la gloria de
Dios en ella; sin mancha, pura, donde su gran amor por Dios la
llevará a caminar en nuevos niveles de santidad.
Una iglesia “sin arruga” es decir una iglesia renovada, libre de
las tradiciones religiosas, de las estructuras humanas y
antiguas, y costumbres que por siglos se han mantenido, pero
con poco sustento bíblico y nada del Espíritu (salvo “buenas
intenciones”). Dios está trayendo nuevas revelaciones a su
iglesia y ésta debe prepararse para su encuentro con el Novio.
El Señor Jesús dijo: “Nadie pone remiendo de paño nuevo en
vestido viejo; de otra manera, el mismo remiendo nuevo tira
de lo viejo, y se hace peor la rotura. Y nadie echa vino nuevo
en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los
odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el vino
nuevo en odres nuevos se ha de echar” Marcos 2:21-22
El Maestro siempre nos está enseñando y nosotros debemos
siempre estar aprendiendo. Lo nuevo de Jesús requiere la
aceptación sincera de sus discípulos, en ésta ocasión el Señor
comienza desde cosas básicas para llevarlos a nuevas
verdades.
El contexto del pasaje de hoy es el ayuno que practicaban los
discípulos de Juan Bautista y los discípulos de los fariseos.
Todo tiene su tiempo y debe ser con la guianza de Dios. Nadie
rompería un vestido nuevo para reparar un vestido viejo; pero
por muchos siglos la iglesia ha estado vestida de religión, de
tradiciones de hombres, de estructuras religiosas, pero hoy el
Señor está trayendo sobre su iglesia un nuevo vestido de
gloria, resplandeciente (una iglesia que deja ver a Cristo), sin
mancha (que procura la santidad) y sin arruga (esto indica
renovación, es lo nuevo de Dios).
El Señor está trayendo sobre su iglesia una renovación en su
vestido, podemos relacionar esto con una nueva generación,
con un espíritu correcto hacía el servicio a Dios, como el
apóstol Pablo que por el Espíritu Santo dijo: “Porque os celo
con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo,
para presentaros como una virgen pura a Cristo”.
Es una iglesia que está siendo llamada a la intimidad con su
novio, que es Cristo. La iglesia debe verse también como
aquella que es llamada a la cámara nupcial y debe prepararse
para ese encuentro.
Recordemos por ejemplo que Ester, quien luego viene a ser
reina en el gobierno del rey Asuero, se preparó seis meses en
aceite de mirra y seis meses con perfumes aromáticos y
ungüento antes de presentarse ante el rey.
Esto es figura de la negación de la iglesia a todo aquel o
aquello que la quiera apartar de su fidelidad al Señor y, una
vida de obediencia bajo el aceite del Espíritu que desprende el
mejor perfume que al novio agrada.
Los odres son recipientes de cuero que guardan líquidos cómo
agua, leche, vino y aceite. Los odres viejos se rompen en el
proceso de fermentación del vino nuevo, y se pierde todo el
vino.
Cristo usa está verdad para decirnos que debemos preparar y
disponer nuestro corazón para lo nuevo que Dios está
depositando y trayendo a su iglesia (vino nuevo, sin fermentar,
vino dulce, vino del cielo).
Lo viejo rechaza lo nuevo, se repelen, por eso muchos
cristianos e iglesias locales rechazan lo nuevo que Jesús está
trayendo, perdiendo así grandes bendiciones de Dios.
Reflexión final: Prepárate y recibe lo nuevo que Dios trae. A
pesar de la resistencia religiosa, Dios seguirá adelante con su
plan y tú y yo debemos decirle aquí estoy, haz tu voluntad en
mí. Me dispongo como vasija para ti, lléname Dios de tu gloria
y poder, para hacer lo que tú quieres hacer.
(Te invitamos a leer nuestro libro: Sermones para predicar,
tomo 5).
CAPÍTULO 4
JESUCRISTO NOS DA LIBERTAD Y VICTORIA
Los discípulos de Jesús acaban de atravesar una tormenta en el
mar de Galilea, tormenta que ninguno esperaba ni vieron antes
de embarcarse (recordemos que ellos eran pescadores en éste
mar), pero fue un obstáculo a superar camino a Gadara, lugar
de uno de los más grandes milagros en el ministerio de Jesús,
pero el enemigo les estorbó e intentó su muerte o por lo menos
hacerlos volver. Definitivamente, detrás de grandes obstáculos,
hay grandes victorias.
“Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante
él. Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús,
Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me
atormentes. Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu
inmundo”, Marcos 5:6-8.
La Biblia nos enseña la realidad del conflicto en el mundo
espiritual, y Dios requiere un ejército con actitud de batalla. La
palabra Gadarenos es derivada de “Gad”, una de las doce
tribus de Israel, es decir los gadarenos ancestralmente
hablando eran pueblo de Dios, vivían en esta tierra que les
entregaron como herencia, aquí es donde crecieron y se
desarrollaron.
El significado de Gad es “tropa, ejército, soldados”, es decir
un ejército de Dios, éste era el oficio de los gadarenos, pero es
interesante que se dedicaron a apacentar cerdos (en la Biblia
los cerdos son figura de lo inmundo), seguramente dieron
lugar al pecado, y pasó a ser un territorio dominado por
espíritus inmundos.
Esto nos enseña que los de la tribu de Gad, estaban como un
ejército, pero no del lado de Dios para cumplir su comisión y
diseño, sino que estaban engañados e influenciados por el
enemigo en contra de la voluntad de Dios desarrollando un
propósito contrario para el cual fueron diseñados.
La batalla espiritual es real y se desarrolla en un marco de
legalidad. Observamos el texto bíblico: “Y le
preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me
llamo; porque somos muchos. Y le rogaba mucho que no los
enviase fuera de aquella región… Y le rogaron todos los
demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos
en ellos” Marcos 5: 9-12.
En ésta porción de la Escritura vemos varias cosas muy
importantes:
1. Los espíritus inmundos reconocen a Jesús, se sujetan a su
poder y autoridad (la batalla no es producto de la imaginación,
es real, sus resultados se ven en el mundo natural).
2. En un solo hombre habitaban muchísimos espíritus
inmundos (legión: era un término para designar una tropa de
3.000 a 6.000 soldados romanos).
3. Solicitan no ser expulsados de aquella región: expresan
territorialidad (lo más probable es que habían sido designados
por satanás para gobernar y traer destrucción a aquella
región).
4. ¿Por qué escogen los cerdos?
a. Era la principal actividad económica de la región (lo que
indica mayoría gentil, pues los judíos no cuidaban cerdos).
b. El cerdo en la mente judía simboliza: inmundicia, impureza,
pecado.
c. Los demonios procuran un ambiente acorde con su
naturaleza, por eso son llamados también “espíritu inmundos”
(habitan en la inmundicia, la maldad, el pecado, la
inmoralidad, etc).
La victoria requiere decisiones firmes en Dios. El pasaje nos
dice que ellos “comenzaron a rogarle que se fuera de sus
contornos” Marcos 5:17. Los habitantes de Gadara y su
entorno decidieron que Jesús se fuera para asegurar el
bienestar de sus cerdos.
Si Jesús permanecía su economía estaba en riesgo. Hoy día
sigue pasando igual, muchos prefieren que Jesús siga su
camino o se devuelva para que no sean afectados sus
“intereses materiales y carnales”.
Seguir a Jesús y vivir para él requiere decisiones firmes y
cuando lo hacemos vemos los mejores y más grandes
resultados. Pues aquel “endemoniado” fue liberado y
restaurado, para la gloria de Dios.
Reflexión final: Jesucristo vino a deshacer las obras del
diablo, vino a traer libertad para los cautivos. Él entregó su
autoridad a su Iglesia, por eso debemos caminar en su poder, y
por la unción del Espíritu Santo sanar enfermos y echar fuera
demonios, no es por tu capacidades, es por la obra perfecta de
Jesús en la cruz del calvario. A él sea la gloria.
(Te invitamos a leer nuestro libro: Liberación espiritual).
CAPÍTULO 5
SÓLO JESÚS SACIA LA SED DEL CORAZÓN
Jesús ofrece agua, pero es una diferente, pues la natural sacia
por un momento pero la que el Señor ofrece produce vida
eterna. El texto que abordaremos hoy nos dice: “en el último
día de la fiesta” ¿cuál? Nos habla de la fiesta de los
Tabernáculos, era tiempo de cosecha y recordaban su
peregrinaje por el desierto donde Dios les dio agua (pero
recordemos que al rato tenían sed de nuevo). El agua que Jesús
ofrece es agua de vida eterna que sacia la necesidad de Dios en
el ser humano.
“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y
alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba”
Juan 7:37.
Los sacerdotes en tiempos de Jesús tenían por costumbre
acarrear agua de la fuente de Siloé (muchos los acompañaban)
en una jarra de oro para derramarla sobre el altar en el templo,
después de haber entrado por la puerta de Agua, pero el último
día de la fiesta esto se omitía, todos lo sabían y es en éste
marco cuando Jesús hace la invitación, captando la atención de
todos.
El Espíritu Santo renueva y sacia la sed del sediento. Hay
muchas aguas y ríos, aguas contaminadas, sucias, turbias y
aguas limpias, diáfanas y cristalinas. La Biblia en el Libro de
Apocalipsis nos enseña del río en el cielo:
“un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal,
que salía del trono de Dios y del Cordero… es un río de
sanidad, multiplicación, vida abundante, los árboles a sus
orillas son de abundante fruto…”.
Jesús es nuestra fuente inagotable de vida, por eso hace la
invitación: “venga a mí y beba”. Dios sabe que requerimos de
esa agua para vivir, pues cuando el ser humano no la puede
beber su perspectiva de vida es escaza, su visión a lo eterno es
borrosa, su fuerza se agota y su ser desfallece en el caminar
terrenal. Para hacer la voluntad y la obra de Dios debemos
mantener claro que es él mismo quien nos da su fuerza y poder
para hacerlo.
¿Cuáles son los requisitos para beber del Espíritu? Están
expresados en el mismo pasaje de Juan 7:37-39
1. Creer en él,
2. Acercarse a él,
3. Tener sed de Dios.
La obra del Espíritu Santo en el creyente es comparada aquí
con la obra de los ríos que emanan de una fuente de agua viva.
Es aquella fuente que nunca se agota, los ríos que de ella salen
producen vida, limpian, transforman el árido paisaje en
hermosos valles y verdes montañas, generan vida
continuamente.
Es lo que Dios nos ha regalado por su Espíritu: vida,
renovación, limpieza, transformación, a él sea la gloria por su
amor y bondad.
Reflexión final: Dios es bueno, y por eso entrega al hombre el
maravilloso don del Espíritu Santo, no por méritos humanos,
sino por la gracia en Cristo Jesús. Por su Espíritu podemos
vivir, ser transformados, y avanzar hacía el plan divino. Dios
gracias por tu amor y bondad.
(Te invitamos a leer nuestro libro: Sanidad para el alma
herida).
CAPÍTULO 6
EN LA PRESENCIA DE DIOS SOMOS
TRANSFORMADOS
Cuando Saulo de Tarso tiene un encuentro real con Jesucristo
su vida fue completamente transformada, se convierte en
Pablo y pasa de ser un perseguidor a ser un predicador,
dispuesto a dar su vida por Aquel que un día perseguía. Un
encuentro real con Dios nunca nos dejara iguales, su gloria y
poder inevitablemente nos transforma.
“En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre
un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo” Isaías
6:1.
Ante el desaliento y la adversidad, debemos mirar la grandeza
de nuestro Dios. Consideremos el contexto de éste encuentro
de Isaías con el Señor. El rey Uzías muere después de
cincuenta y un años de reinado y de una penosa enfermedad:
lepra, quizá la padeció por diez años aproximadamente, pero
por su soberbia Uzías pecó contra Dios y sus últimos años
estuvo leproso.
El profeta Isaías al ver poco fruto en su ministerio consideraba
renunciar a su oficio. Además era muy joven. Era el profeta de
la corte, primo del rey Uzías que gozaba de su amistad y los
privilegios propios de su parentesco.
Sin embargo, un día murió el rey y ese acontecimiento afectó
la vida de Isaías ¿Qué hubo de extraordinario en la muerte del
rey que impactó tanto al profeta?
Leemos en las Escrituras que el rey Uzías fue un buen rey,
coronado a los dieciséis años e hizo lo recto ante Dios
mientras persistió en buscarle y fue prosperado por cincuenta y
dos años, también era entendido en asuntos espirituales. Su
reinado trajo terror a los enemigos de Israel con un poderoso
ejército y máquinas de guerra inventadas por ingenieros de la
nación.
Fue un reinado de bonanza, paz, gran prosperidad,
fortalecimiento militar, expansión de Judá (todos estaban
felices con todo esto por cincuenta años).
Isaías enfrenta ahora temor, incertidumbre, decepción, no
comprende lo que está pasando y decide ir al templo. Que
entre otras cosas, es lo que debemos hacer cuando vivimos
situaciones como estas.
Es fundamental mantener presente que Dios gobierna todas las
cosas en todo tiempo. Isaías ve “al Señor sentado en su trono
alto y sublime” (quizá antes Isaías veía al rey Uzías en su
trono, pero ahora ve al Gran Rey en su trono), ésta posición
indica gobierno, autoridad, esto lo entiende muy bien Isaías,
pues según la tradición judía él era de sangre real.
Nos añade la Biblia “Y sus faldas llenaban el templo”, las
faldas (del hebreo “Shul”, traduce también: falda, orilla, orla,
borde de la vestidura) nos recuerdan las túnicas usadas por los
gobernantes, reyes, magistrados, sacerdotes, autoridades. Con
ésta visión Dios le dice a Isaías: “yo continuó al mando,
continúo gobernándolo todo, y como las faldas cubren y
protegen, yo te cubro y te sostengo. No importa lo que ha
pasado, Yo soy tu fuerza”.
Reflexión final: Dios continúa sentado en su trono, él
gobierna todas las cosas, aunque las dificultades y obstáculos
que enfrentamos, a veces nos hacen experimentar dudas e
incertidumbres, el Señor mantiene el gobierno de todo. Lo que
debemos hacer es lo que Isaías hizo, buscarlo y recibir su
fortaleza y dirección.
(Te invitamos a leer nuestro libro: 75 Sermones para estudiar
y predicar).
CAPÍTULO 7
EL ESPÍRITU SANTO TE FORTALECE
En la vida de Jesús podemos ver algunos momentos
específicos donde la obra del Espíritu Santo jugó un papel
fundamental. Sin duda, Dios permitió que esto quedara
plasmado en las Sagradas Escrituras para enseñarnos la obra
poderosa que el Espíritu Santo puede hacer también en y a
través de nosotros.
“…Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí
mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de
obras muertas para que sirváis al Dios vivo” Hebreos 9:14.
El Espíritu Santo fortaleció al Señor para ir a la cruz, el texto
nos dice: “mediante el Espíritu eterno se ofreció”, el término
“ofreció” del griego “prosféro” significa además: presentarse
ante, llevar a cabo. Entonces el Espíritu Santo lo fortaleció
para ir a la cruz.
Los discípulos tenían temor de ir a Jerusalén, pero de Jesús la
Escritura dice: “Cuando se cumplió el tiempo en que él había
de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén”,
Lucas 9:51, recordemos que la Escritura nos dice: “no nos ha
dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio
propio”.
Es la fuerza del Espíritu Santo la que te sostiene en las pruebas
y momentos difíciles que están en la voluntad de Dios (porque
ir a la cruz era parte del camino de Jesús). Ante momentos
difíciles y dolorosos de la vida debemos acudir a nuestra
comunión con el Espíritu Santo para ser fortalecidos y seguir
adelante en el plan divino.
En la resurrección también vemos la manifestación poderosa
del Espíritu: “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los
muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los
muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos
mortales por su Espíritu que mora en vosotros” (Romanos
8:11).
El Espíritu Santo levantó a Jesús de entre los muertos y de la
misma manera nos vivifica para caminar en vida nueva (así
como un día el Espíritu Santo vino sobre María y engendró a
Jesús, también al tercer día vino sobre Jesús y lo levantó de los
muertos).
La palabra resurrección (del término griego “anastasis”)
significa: levantarse, ponerse de pie, así pues por el Espíritu
podemos estar de pie y avanzar, y si tropiezas, por el Espíritu,
levántate y avanza, él está contigo.
Reflexión final: Dios es fiel y no desamparó a su Hijo Jesús
en el momento más crítico de su vida, sino que lo fortaleció
ante la cruz y lo levantó de los muertos por el poder del
Espíritu Santo; así mismo podemos estar confiados en el
Señor, él nos fortalece por su Espíritu para superar los
obstáculos del camino y levantarnos ante la adversidad.
Fortalezcamos nuestra comunión con el Espíritu Santo, y
caminaremos en victoria siendo testigos de su obra
sobrenatural.
CAPÍTULO 8
FORMACIÓN DIVINA
Valoremos lo que Dios nos entrega por su gracia. No debemos
negociar el galardón o aquello que Dios tiene planeado para
nosotros. La Biblia expresa: “no sea que haya algún fornicario,
o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su
primogenitura” Hebreos 12:16.
Esaú cambió o negoció el derecho a la primogenitura por un
plato de lentejas (es interesante que Esaú estaba cansado, pues
cuando estamos cansados o fatigados somos vulnerables a la
tentación o ataque del enemigo).
Aun en los momentos más críticos, Dios nos quiere ayudar
para que nuestro pie no resbale, pero a veces la soberbia nos
impide recibir su gracia.
“y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os
dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del
Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; Porque el
Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por
hijo” Hebreos 12:5-6.
La palabra disciplina aquí viene del griego “Paideia” que
significa: formación dada a un niño, instrucción,
entrenamiento, corrección. Respecto a ésta nos dice la
Escritura “No la menosprecies, ni desmayes ante ella”,
debemos entonces darle el valor que corresponde, pues (según
Hebreos 12:10-11), ella produce o genera:
Santidad (también significa: pureza moral),
Fruto apacible (utilidad o provecho libre de preocupación,
pacífico),
Justicia (rectitud, integridad),
Una formación o entrenamiento único
“A los que en ella han sido ejercitados” ¿Qué significa
ejercitados? Traducción del griego “gumnazo” que significa
primeramente “ejercitarse ligero de ropas”, término para
práctica de la gimnasia griega.
Esto indica sin cosas que nos estorben o detrás de las cuales
nos podamos esconder; así pues la disciplina del Señor nos
conduce a la pureza y transparencia.
El término disciplina da origen al término discípulo; entonces
la disciplina es una faceta del discipulado en Cristo
(recordemos que su objetivo es formar, no destruir, por eso la
Biblia nos dice que “la autoridad no es para destrucción, sino
para edificación”).
Dios nos llama a ser esforzados e íntegros. El texto bíblico nos
dice: “Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas
paralizadas” Hebreos 12:12. La figura de “las manos caídas”
nos habla de lentitud, estancamiento, debilitamiento, y las
“rodillas paralizadas” nos hacen pensar en un caminar que
apenas se puede mover, es interesante que las manos no se
pueden levantar para adorar, y las rodillas no se pueden doblar
para orar (es figura del decaimiento de la vida espiritual).
El autor también nos dice: “seguid la paz, y la santidad, sin la
cual nadie verá al Señor”, nos habla de paz y santidad. Los
buenos atletas no sólo llegan a la meta, sino que lo hacen de la
manera correcta, y en los momentos más difíciles de la carrera,
no renuncian sino que se esfuerzan y continúan hasta llegar.
Recuerda Dios es nuestra fuerza, y Jesucristo nuestra
inspiración.
Esaú menospreció la herencia principal y el ejercicio
sacerdotal de la familia. Ten presente que nada de lo que el
mundo te ofrece, es comparable con la gloria venidera. Nada
de lo que el mundo te ofrece, es comparable con aquello que
Cristo ha diseñado para ti.
Reflexión final: No desmayes en el entrenamiento divino, no
renuncies en el camino, Jesús te espera en la meta con los
brazos abiertos (por eso dice “puestos los ojos en Jesús”) y
miles y miles de testigos del Antiguo Testamento te miran
correr (por eso dice: “teniendo en derredor nuestro tan grande
nube de testigos), y todos por estar allí, con su presencia, nos
dicen: adelante, tu puedes, no te desanimes, Dios nos ayudó y
aquí estamos, tú también puedes conquistar lo que Dios planeó
para ti.
Te invitamos a conocer todos nuestro libros aquí en: Escritor
pastor Gonzalo Sanabria Amazon.com
CAPÍTULO 9
DIOS SABE LO QUE HACE
Mientras estuvo en la cárcel José intentó en un comienzo a
través del copero del rey hablar a faraón, pero éste se olvidó de
él. No es que quería el copero hacerle mal a José, es que no era
el tiempo de Dios.
El Señor quería a José dos años más allí, administrando la
cárcel, él necesitaba prepararse dos años más, Génesis 41:1
(pues luego administraría los tesoros del imperio egipcio). José
no había pecado, simplemente estaba en las manos del alfarero
divino.
“Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo
esto, no hay entendido ni sabio como tú. Tú estarás sobre mi
casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente
en el trono seré yo mayor que tú… Era José de edad de treinta
años cuando fue presentado delante de Faraón rey de Egipto”,
Génesis 41:39-40, 46.
Los tiempos de Dios, generalmente son diferentes a los
tiempos de los hombres. Lo cierto es que Dios hace su
voluntad siempre; no es cuando queremos, no es con la ayuda
de los hombres, es en el tiempo de Dios, en el kairos (tiempo
indicado de Dios) del Señor. En su debido tiempo Dios a
través de Faraón mandaría a sacar a José de la cárcel.
Para éste tiempo, José tenía treinta años. Recordemos aquí,
que a los treinta años Jesús fue bautizado y comenzó su
ministerio terrenal, los levitas desde los treinta años servían en
el templo, y el rey David comenzó a reinar a los treinta años,
era el tiempo apropiado para gobernar, según la tradición
rabínica, el año treinta indica:
Plenitud de fuerza (era la edad para iniciarse como rabino,
profeta, sacerdote), era el tiempo de Dios. El Señor todo lo
hace bien, él tiene cuidado de su pueblo.
Dios es Todopoderoso y Soberano para hacer las cosas a Su
manera y en Su tiempo. Dios envió un sueño a Faraón, y uso al
copero en su tiempo para hablarle al faraón de la capacidad
que José tenía para interpretar sueños.
Éste sueño venía con un código del cielo que sólo el Espíritu
Santo podía revelar, y José había sido entrenado por Dios en el
ejercicio del talento (“interpretar sueños”), en la
administración de recursos y personas, y en su carácter, pues le
dice a faraón: “no soy yo, es de Dios la gloria”.
No te desalientes por la decepción de aquellos en quienes
confiabas, por la cisterna, por las adversidades en la casa de
Potifar, o por convivir con compañeros como el copero, Dios
sabe el cómo, el cuándo hacer las cosas, sólo sigue su camino,
se fiel a Dios, y él cumplirá aquello que ha dicho, usando a
quienes quizá no esperamos, y por los medios menos
esperados.
Reflexión final: Dios es fiel, es Todopoderoso, procuremos
seguir sus pisadas, seguir el testimonio de su Espíritu, caminar
en los tiempos de Dios, avanza a pesar de los obstáculos, y él
hará Su obra, lo que diseñó para ti lo cumplirá.
CAPÍTULO 10
DIOS PREMIA LA PERSEVERANCIA
Nuestra confianza en Dios debe ir más allá de las palabras,
esto significa superar en muchos momentos de nuestra vida la
ansiedad e incredulidad. Los dos ciegos de Jericó que
recibieron sanidad debieron superar varios obstáculos como su
incapacidad para ver, la gran multitud alrededor de Jesús, entre
otros. Pero el Señor premia la fe y la perseverancia, ellos
alcanzaron su milagro.
Al salir ellos de Jericó, le seguía una gran multitud. Y dos
ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron
que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David,
ten misericordia de nosotros! Mateo 20:29-30.
Como creyentes debemos luchar contra la ansiedad, ella es
enemiga de los tiempos de Dios. Ansiedad es afán,
preocupación, incertidumbre. La Biblia nos aconseja:
“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él
os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad
sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”, 1 Pedro. 5:6-7.
Debemos considerar en el texto de hoy que muchos seguían a
Jesús, pero estos dos ciegos se destacaron. Dice el texto:
“cuando oyeron”, en éste caso era el tiempo de Dios para ellos,
su fe se activó al oír, pues oyeron que Jesús pasaba.
La pregunta aquí es ¿qué estamos oyendo?, quizá frases como:
“no se puede”, “todo va a salir mal”, porque lo que oigas
fortalecerá o debilitará tu fe.
La fe en Dios nos hace superar obstáculos. Ellos clamaron
(levantaron su voz), superaron su quietud, su probable baja
auto lastima, el qué dirán, su propia condición como ciegos.
Levantaron su voz para superar el ruido propio de una
multitud, la distancia, y llegar a los oídos del Maestro.
Clamaron misericordia, superando el orgullo propio.
La perseverancia es una expresión de la fe. Valora más las
palabras de Dios, que la oposición y palabras de otros, la
Biblia nos dice: “Y la gente les reprendió para que callasen;
pero ellos clamaban más, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten
misericordia de nosotros! Mateo 20:31.
En situaciones como estas, la gente opina y dice muchas
cosas… y puede ocurrir que no te apoyen, que traigan
desaliento, te reprochen, no son sensibles a tu problema, y
pueden ser indiferentes a tu cambio o milagro. Pero recuerda
Jesús es tu ayuda y fortaleza.
Pero para Cristo sí es importante lo que tú haces, para él es
importante que lo busques, por eso él escuchó el clamor de los
ciegos (y nadie daba un peso por ellos…).
Ellos perseveraron y aumentaron el clamor: “clamaban más”
dice la Biblia, por eso como hijos de Dios, no debemos
abandonar nuestro clamor. Las dificultades deben más bien
impulsarnos, y no hacernos retroceder.
La fe fortalece nuestro caminar hacia Jesús, “Y deteniéndose
Jesús, los llamó” Mateo 20:32a. Jesús se detuvo (iba hacia
Jerusalén), pero éstos ciegos lo detuvieron por su clamor, y
Jesús “los llamó”, seguramente buscaron quien les ayudara a
caminar y se abrieron camino entre la multitud, a pesar de todo
ellos avanzaron hacia Jesús.
Los dos ciegos no podían ver, pero avanzaron confiados en las
palabras de Jesús, avanzaron confiados en el poder del Señor,
avanzaron con expectativa en su corazón.
Reflexión final: Esto nos enseña que por la fe en Dios
podemos avanzar aunque no veamos lo que queremos, aunque
el camino sea incierto o presente obstáculos a superar, lo
importante es que avanzamos siguiendo sus palabras. Pues, al
final recibiremos de Jesús el milagro o bendición que él tiene
diseñada.
CAPÍTULO 11
EN JESUCRISTO HAY NUEVAS
OPORTUNIDADES
Jesús inicia su ministerio llamando a cuatro pescadores a ser
parte de sus discípulos, no eran perfectos, ni reunían los
requisitos religiosos de la época para ser siervos del Señor, su
región (Galilea) tenía poco nivel de escolaridad, no eran
descendientes del sacerdocio, ni figuras significativas en su
comunidad, pero Jesús los llamó. Algunos cometieron grandes
errores, pecados, fallaron, pero Jesús continuó su labor en
ellos y los usó poderosamente.
“Entonces Pedro se acordó de las palabras de Jesús, que le
había dicho: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y
saliendo fuera, lloró amargamente” Mateo 26:75.
La palabra discípulo del griego “mathetes” significa además:
aprendiz, seguidor, uno que aprende para imitar. Somos
llamados a hacer discípulos, el Señor Jesús nos comisionó:
“Id, y haced discípulos”, esto significa avanzar hacia ellos y
desarrollar una labor específica y programada de enseñanza en
sus vidas.
En el llamado de Jesús a Pedro (Mateo 4:18-20) podemos ver
que de acuerdo a los estándares religiosos, él no clasificaría.
Pero Dios llama lo vil y menospreciado del mundo, por eso es
que toda la gloria es sólo suya. Recuerda el Señor te llamó con
un plan especial y muy importante.
Dentro de las características de Pedro, encontramos que era un
pescador de Galilea (región al norte de Israel; distante de
Jerusalén; rechazada por su “mezcla étnica con cananeos”; de
poca escolaridad), su temperamento era impetuoso, sanguíneo,
apresurado, de doble ánimo (luego Jesús lo llamó Pedro que
significa “roca”), humanamente no era el discípulo ideal, pero
Jesús sí vio el potencial que había en él. Dios como alfarero
divino restaura la vasija quebrada y la usa poderosamente.
La Biblia nos enseña que Pedro le falló a Jesús por su
autosuficiencia (Lucas 22:31-34, Mateo 26:69-75). Pedro fue
advertido por Jesús, es importante que consideremos aquí
varias cosas:
Sí somos fuertes, lo somos en Cristo.
Satanás no puede tocar a los hijos de Dios, sino con permiso
del Señor.
Pedro cae en la presunción, en la autosuficiencia, estaba
demasiado seguro de sí mismo.
Cuando Pedro debía orar en el Getsemaní, se quedó dormido.
Abandonó a Jesús, cuando los soldados romanos llegaron, y
luego lo negó tres veces y cada vez con mayor fuerza.
Abandona su servicio al Señor y vuelve a la pesca.
Cualquier maestro se decepcionaría de semejante discípulo,
pues al considerar su conducta y “méritos” no clasificaría para
el apostolado. Recordemos también que Pablo se decepcionó
de Juan Marcos, cuando abandonó el viaje misionero y no
aceptó llevarlo nuevamente a la misión. Aunque años después
reconoció el ministerio que Dios había puesto en él.
Reflexión final: Finalmente Jesús se aparece a los discípulos,
y le habla a Pedro ministrándolo y recordándole su llamado. El
Maestro no lo desecho, ni se olvidó de él, por el contrario le
recordó la razón de su vida, restauró su llamado y lo animó a
continuar adelante, y luego vemos a Pedro, como un gran
apóstol dirigiendo el avivamiento en Jerusalén.
Te invitamos a conocer todos nuestro libros aquí en: Escritor
pastor Gonzalo Sanabria Amazon.com
CAPÍTULO 12
JESÚS CAMBIA EL FRACASO EN BENDICIÓN
En una ocasión el Señor Jesús predicó desde la barca de Pedro
en el mar de Galilea, y al terminar Jesús le dice a Pedro “Boga
mar adentro, y echad vuestras redes”, éste le responde “todas
la noche hemos trabajado, y nada hemos pescado; pero en tu
palabra echaré la red”, y los resultados fueron sorprendentes,
ocurrió un poderoso milagro.
Cuando decidimos creer en Dios y avanzamos en su palabra
veremos resultados sobrenaturales.
“Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su
red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que
estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y
vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se
hundían” Lucas 5:6-7.
Una y otra vez vemos en la Biblia que los milagros ocurren en
un ambiente de fe. A la luz del texto de hoy y ante éste
milagro podemos concluir varias cosas: no importa que el
tiempo sea el menos indicado humanamente (era de día y ellos
pescaban de noche), lo importante es obedecer la voz de Dios.
El Señor bendice el esfuerzo de sus hijos (habían pescado toda
la noche).
En el monte, en la ciudad, en la playa o mar adentro, lo
importante es que Su presencia esté con nosotros. Dios no deja
sin recompensa a quien le sirve, y le cree. Pedro aprendió que
lo más importante no era la provisión, sino estar con el
Proveedor.
La fe promueve la comunión con Dios, es una fuerza que nos
invita a la obediencia y renueva nuestra visión en el Señor.
Dios habita con la santidad, y con aquel que reconoce su
condición.
El contexto del pasaje de hoy nos enseña que Pedro “cayó de
rodillas… soy hombre pecador”, Pedro ya había sido llamado
por el Señor a seguirlo, ya había visto milagros y liberaciones
por mano de Jesús, pero quizá, no era consciente que Jesús era
Dios mismo.
Las barreras cayeron, ahora Pedro puede acercarse a Jesús de
otra manera, sólo aquellos que reconocen su condición de
necesidad, tienen acceso al Señor, leamos Isaías 57:15
“Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad,
y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad,
y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el
espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los
quebrantados”.
El término “habitar” del hebreo “Shakan” significa
además: morar, habitar, asentarse, permanecer, quedar.
Recordemos también que en el libro de Éxodo Moisés recibe
una orden de Dios: “Que me hagan un santuario, y yo habitaré
en medio de ellos”, Éxodo 25:8. Entonces vemos que el deseo
de Dios ha sido habitar en y con el hombre, y requiere de éste
un corazón manso y humilde. El Señor habita con aquel que
reconoce su necesidad de él.
La fe y la visión caminan juntas. El temor es un obstáculo para
alcanzar los planes de Dios (“Pero Jesús dijo a Simón: No
temas”). Además le dijo: “Desde ahora serás pescador de
hombres”, Pedro siguió a Jesús porque le creyó, Pedro tiene
ahora una nueva visión de vida, de pescador a ser un apóstol,
de trabajar con peces a trabajar con hombres, de Galilea a todo
Israel y otros países.
Pedro fue testigo de un milagro (quizá trescientos peces
sacaron, y en Juan 21 se registra que en otra pesca sacaron 153
peces), pero luego Pedro sería “pescador” de tres mil personas
en Pentecostés, porque el milagro de hoy te prepara para
milagros mayores mañana.
Reflexión final: El Señor nos da su palabra, para
alimentarnos, guiarnos, él nos habla para llevarnos al lugar de
su propósito. Su llamado implica superar algunos obstáculos,
pero como Dios está con nosotros al final venceremos y
veremos su gloria.
CAPÍTULO 13
TRANSFORMADOS POR EL PODER DE DIOS
Jesús al tercer día resucitó, y después de dar instrucciones a
sus discípulos por el Espíritu Santo ascendió, está sentado a la
diestra del Padre y volverá por segunda vez.
Ahora está en su ministerio terrenal el Espíritu Santo, quien
vive dentro del creyente, él nos enseña, guía, redarguye, unge
para hacer la voluntad de Dios. Por eso es fundamental como
hijos de Dios desarrollar una relación constante y de calidad
con la persona del Espíritu Santo.
“Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro
Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por
obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su
misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la
renovación en el Espíritu Santo” Tito 3:4-5.
Sin duda es el amor el mayor poder o fuerza que existe. El
Hijo de Dios se hizo hombre y entregó su vida en un sacrificio
lleno de dolor y vergüenza por causa del pecado del hombre,
pero él Señor resucitó para dar vida y salvación a todo aquel
que en él cree, éste gran sacrificio evidenció el inmenso amor
de Dios por el hombre.
Es claro según el texto de hoy y el resto de la Biblia, que la
Gracia Divina no alcanzó al hombre por méritos de éste, sino
por su misericordia. Así pues ese amor alcanza al hombre no
sólo para darle perdón, sino que le otorga la oportunidad de ser
transformado, por el poder divino.
Entonces no importa la condición de la persona, sus errores,
fallas, maldad y numerosos pecados, el ser humano puede ser
regenerado por Dios. Lo que el Señor espera encontrar es un
corazón manso y humilde, que reconoce su condición y
necesidad.
El texto de hoy nos habla de la “regeneración”, éste término es
traducido del griego “palingenesia” que significa además:
renacimiento, nuevo nacimiento, nueva creación, nuevo origen
o linaje.
Hablamos entonces del nuevo nacimiento, de la naturaleza
divina que nos es impartida cuando le entregamos nuestra vida
a Jesucristo, y venimos a ser hijos de Dios.
La regeneración implica el lavamiento (del griego traduce
baño, lavadero, purificación), acto necesario a causa de la
impureza del pecado.
Juan 3:3-6 nos habla de “nacer de agua y del Espíritu”,
coincide con Tito que habla del lavamiento (agua) y de la
regeneración (obra del Espíritu Santo).
¿Qué limpia el pecado del hombre? Sólo la sangre de Jesús,
por eso el nuevo nacimiento está precedido del
arrepentimiento, aspecto fundamental para experimentar una
transformación real. Lo nuevo de Dios requiere un corazón
nuevo.
En la Biblia el agua es también símbolo de la Palabra de Dios,
por eso nos dice que “Cristo se entregó por ella (la iglesia)
para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del
agua por la palabra”. Entonces viene el Espíritu de Vida (ver
Romanos 8:2) y engendra la vida de Cristo en el creyente, el
Espíritu Santo es derramado abundantemente en nosotros
renovando nuestra vida (es decir trae lo nuevo de Dios y
quiere enseñárselo al nuevo creyente).
Estas realidades y tesoros de la revelación son enseñados por
el Espíritu en el espacio de la intimidad con Dios, por eso dice:
“Cosas que ojo no vio ni oído oyó, son las que Dios ha
preparado para los que le aman”.
Reflexión final: Dios anhela ayudar al hombre, esa ayuda está
sujeta a la disposición del corazón humano. Cuando éste es
humilde, reconoce su condición y se acerca a Dios encontrará
la gracia divina y el perdón, Dios derramará el poder
transformador del Espíritu Santo sobre la persona, quien
empezará a conocer al Señor y experimentará la verdadera
vida.
CAPÍTULO 14
LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO
La voluntad de Dios es que su iglesia camine bajo la misma
unción en la que caminó Jesús, por eso fue enviado el Espíritu
Santo y ahora mora dentro del creyente. Jesús “anduvo
haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el
diablo”, de ésta misma manera hoy día debe caminar su cuerpo
(la iglesia). Así pues los discípulos de Jesús son ungidos con
propósitos divinos (no para planes personales).
“Fue entonces Ananías, y poniendo sobre él las manos, dijo:
Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el
camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la
vista y seas lleno del Espíritu Santo. Y al momento le cayeron
de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y
levantándose, fue bautizado” Hechos 9:17-18.
Ananías le ministró sanidad a Pablo, además fue lleno del
Espíritu Santo y fue bautizado. Saulo era un hombre con una
autoridad significativa, muy docto, reconocido entre los
fariseos y en el sanedrín, de un temperamento fuerte y Dios
escoge a Ananías para enseñar y ministrar a Saulo el poder del
Espíritu Santo (Ananías no era apóstol, ni profeta, ni pastor),
era un discípulo del Espíritu, un hombre lleno del Espíritu
Santo.
De hecho el nombre Ananías significa “regalo de Dios”, no era
por las obras o capacidades de Saulo, sino por la misericordia
de Dios. Recordemos siempre que todo lo que viene de Dios
es por su gracia y misericordia, en realidad los méritos son de
Cristo.
El nombre Saulo es el griego del término hebreo Saúl que
significa: pedido a Dios, requerido, solicitado (el rey Saúl fue
pedido a Dios en la voluntad y deseo de los hombres). Cuando
un señor romano dueño naturalmente de esclavos, compraba
un nuevo siervo, le cambiaba el nombre como signo de que su
estado ya no era el mismo que antes: había cambiado como su
nombre.
Saulo pasa a llamarse Pablo que significa: pequeño, hombre de
humildad (ahora es el siervo de Dios, recordemos que Pablo
mismo manifiesta que Dios trataba con él para que la grandeza
de las revelaciones no lo exaltará desmedidamente). El Señor
tiene el poder para transformar cada uno de nuestros
corazones.
Los discípulos del Señor Jesús discipulan a otros en el poder
del Espíritu Santo. La iglesia ha recibido la comisión de hacer
discípulos, el evangelismo es una y la primera faceta del
discipulado.
Observemos lo que Ananías hizo: oró, siguió las instrucciones
divinas, se esforzó y superó sus argumentos y obstáculos,
aceptó a Pablo, le acompañó en su bautismo, y le acercó a los
otros discípulos de Damasco, Hechos 9:19.
Reflexión final: Dios ha enviado su Espíritu Santo para
santificarnos, ungirnos y capacitarnos para desarrollar un
servicio y ministerio sobrenatural. Éste es el deseo de Dios,
una iglesia pura, sin mancha, y que avance en el amor y poder
del Espíritu. Una iglesia llena del Espíritu Santo.
CAPÍTULO 15
ATRAVESANDO EL DESIERTO
Los sentidos naturales nos comunican con el mundo material,
nos permiten ver, oler, sentir, etc. Pero son los sentidos
espirituales los que pueden percibir y ver el poder y la
manifestación del reino de Dios, por eso dice la Escritura:
“andamos por fe, y no por vista”.
Nuestros sentidos naturales pueden “ver” grandes problemas,
pero los ojos de la fe ven la grandeza de Dios, por eso es que
Moisés “se sostuvo como viendo al Invisible no temiendo la
ira del rey de Egipto” (Hebreos 11:27). Con esa certeza y fe
debemos avanzar en nuestro caminar cristiano.
“Y salidos de Horeb, anduvimos todo aquel grande y terrible
desierto que habéis visto… y llegamos hasta Cades- barnea.
Entonces os dije: Habéis llegado al monte del amorreo, el cual
Jehová nuestro Dios nos da. Mira, Jehová tu Dios te ha
entregado la tierra; sube y toma posesión de ella, como Jehová
el Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes”
Deuteronomio 1:19-21.
Ellos estuvieron en Horeb. Horeb es figura o representa la
revelación de Dios. La palabra “Horeb” significa: desierto,
soledad, desolado, destruido, y en Éxodo 3:1 se le llama
“monte de Dios”. Nos habla de soledad y de silencio, un
momento y espacio donde Dios se revela.
Dios usó Horeb en la vida de Moisés y de Elías, para llamarlos
y enviarlos. Es donde Dios le da las tablas de la Ley a Moisés,
y allí también le revela el tabernáculo, el sacerdocio, las
ofrendas y sacrificios. Por eso Horeb representa un momento y
lugar de nuestra vida donde Dios nos habla e instruye.
Debemos tener presente que la fe del creyente es probada. En
éste caso el desierto es el escenario donde la fe es probada.
En el texto de hoy vemos que Moisés lo califica diciendo:
“aquel grande y terrible desierto”, pues recuerdan todo lo
sucedido, fue el lugar y tiempo donde faltó agua, y la que
hallaron era “amarga”, faltó el pan, Amalec se levantó contra
ellos, vinieron las serpientes, etc, pero en todas las situaciones
Dios les dio la provisión y la victoria.
Así pues, por difícil que sea el desierto lo importante es que
Dios esté con nosotros, y ten presente que el desierto es parte
del camino, no es nuestro destino, es una fase de preparación
para conquistar y sostener la tierra prometida (esto es
bendiciones y privilegios que Dios traerá).
Cades - barnea es el lugar o momento de la decisión. Éste
término Cades-barnea significa: “lugar santo o sagrado” (y un
diccionario de nombres bíblicos dice: “santidad del hijo
inconstante”).
Es el lugar donde Israel (“hijo”) debe decidir su avance hacía
la tierra prometida. Debe hacerlo sin la inconstancia e
incredulidad del pasado. Concluimos entonces que santidad
también es, avanzar creyéndole a Dios, a pesar de los temores
u obstáculos del camino.
El pueblo de Israel debe avanzar y tomar posesión de la tierra
que Dios ha prometido, deben confiar en el poder de Dios. El
Señor los anima, diciéndoles “No temas ni desmayes”, pues
Dios sabe que ante los desafíos el creyente puede enfrentar
temores y desaliento.
Pero, vemos que cuando la fe va acompañada de valor y
esfuerzo, los resultados son hermosos y Dios es glorificado.
Sin duda, para conquistar lo que Dios ha diseñado para
nosotros se requiere perseverancia, y las fuerzas vienen de él.
Reflexión final: Dios ha puesto grandes y hermosos desafíos
delante de sus hijos, él ha prometido estar con nosotros todos
los días. Por eso, confiados en él debemos avanzar sin temor y
con perseverancia. Adelante, Dios ha prometido bendecirte.
CAPÍTULO 16
LA VERDADERA FE CONFÍA EN DIOS
Dios ya había decretado la entrega de la tierra prometida a
Israel, y los israelitas vinieron a Moisés para enviar espías a
Canaán, pero su propósito no fue una estrategia para la guerra,
sino para ver sí era posible la conquista.
Ellos querían medir las posibilidades, lo vemos porque al final
se lamentan por la grandeza de los gigantes y la altura de las
murallas de las ciudades cananeas.
Esto nos recuerda que la fe obedece a Dios, aunque el camino
tenga gigantes y los muros a derribar sean fuertes, pues no se
trata de nuestra fuerza sino del poder de Dios operando en sus
hijos.
“Y vinisteis a mí todos vosotros, y dijisteis: Enviemos varones
delante de nosotros que nos reconozcan la tierra… Y el dicho
me pareció bien; y tomé doce varones de entre vosotros, un
varón por cada tribu. Y se encaminaron… y reconocieron la
tierra. Y tomaron en sus manos del fruto del país, y nos lo
trajeron… y dijeron: Es buena la tierra que Jehová nuestro
Dios nos da” Deuteronomio 1:22-25.
La fe camina por encima de los sentidos naturales, la fe nos
lleva a caminar aunque el camino sea difícil. Los espías
hebreos reconocen la buena tierra, pero no creen que la puedan
conquistar. Ellos fueron a ver la tierra porque: “le pareció bien
a Moisés” y a ellos (versículo 23), pero lo que hicieron fue
desanimarse y desanimar al resto del pueblo.
Lo que ellos estaban haciendo no le pareció bien a Dios, pues
esto era incredulidad y desconfianza. Los espías no creyeron
que el Señor les daría la victoria sobre el enemigo, ellos no
avanzaron en la perfecta voluntad de Dios.
Ellos pensaron más en los obstáculos que en el poder de Dios.
El razonamiento humano produce duda, murmuración y
rebelión, Deuteronomio 1:26-27 nos dice: “…no quisisteis
subir, fuisteis rebeldes al mandato de Jehová; y murmurasteis
en vuestras tiendas, diciendo: Jehová nos aborrece…”.
Esta porción nos hace reflexionar en varias cosas: Vieron a los
gigantes, pero no veían la grandeza de Dios. Consideraron las
grandes murallas, pero no el poder de Dios.
La muralla más grande no era la de Jericó, sino la de su
incredulidad. Dieron más lugar a la duda, que a la fe en las
promesas de Dios. La fe en Dios derriba gigantes y las más
grandes murallas, Deuteronomio 1:28-29.
No escuches las voces incrédulas y temerosas, escucha a Dios
y esfuérzate haciendo su voluntad. Los gigantes amenazan con
su voz, con su tamaño y menosprecian las palabras de Dios,
pero nuestra fe perseverante los verá al final caer, como cayó
Goliat ante la fe y valor de David. La fe nos hace testigos y
protagonistas de los milagros de Dios.
Moisés declara: “Jehová vuestro Dios, el cual va delante de
vosotros, él peleará por vosotros, conforme a todas las cosas
que hizo por vosotros en Egipto” Deuteronomio 1:30.
Es como si Moisés dijera: “No miren el tamaño de los
gigantes, miren la grandeza de Dios. Recuerden todo lo que él
ha hecho, derrotó a faraón y su imperio, abrió el mar rojo y
murieron miles de soldados egipcios, Amalec y sus miles
fueron derrotados.
Dios hizo milagros sorprendentes en medio del desierto y ante
sus enemigos, y todo esto lo ha hecho no para volver atrás,
sino para que su pueblo avance y logre conquistar lo que el
Señor ha planeado.
Reflexión final: Dios conduce a su pueblo, y lo lleva su
destino. Quizá el camino tenga algunos obstáculos a superar,
pero el Señor ha prometido a su pueblo la victoria, él es fiel y
no fallará, avanza, no dejes de caminar, Dios va contigo.
CAPÍTULO 17
ES VITAL INSTRUIR A OTROS
El ministerio de enseñanza de Jesús fue muy fuerte, no sólo a
nivel de la sinagoga sino con sus discípulos, y no lo hizo sólo
con los doce pues luego tendría setenta más, aunque enfatizó
su labor en los doce que continuarían su ministerio. Su
ministerio magisterial fue reconocido, de hecho con frecuencia
era llamado Maestro, y aun los fariseos y escribas así lo
llamaban.
A lo largo de la Escritura, vemos por ejemplo que Moisés
instruyó a Josué, Elías a Eliseo, Jesús a los doce, Pablo a
Timoteo y Tito, y hoy día no es la excepción. La instrucción y
enseñanza son fundamentales para la extensión del reino de
Dios en la tierra.
“Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en
que moramos contigo nos es estrecho. Vamos ahora al Jordán,
y tomemos de allí cada uno una viga, y hagamos allí lugar en
que habitemos. Y él dijo: Andad. Y dijo uno: Te rogamos que
vengas con tus siervos. Y él respondió: Yo iré. Se fue, pues,
con ellos; y cuando llegaron al Jordán, cortaron la madera” 2
Reyes 6:1-4.
¿Qué significa la expresión: “hijos de los profetas”? expresión
usada para los discípulos de los profetas, aquellos que eran
preparados para ser profetas del Señor en Israel. Eliseo quedo
como profeta reemplazando a Elías (Según 2 Reyes 2), la
Escritura nos enseña que habían “hijos de los profetas” en Bet-
el, en Jericó y Gilgal.
Los hijos de los profetas vivían en el mismo lugar, era el sitio
de capacitación para los profetas. Siempre estaban con el
profeta-líder, eran instruidos y enseñados para dar el mensaje
de Dios, se oponían al culto de Baal, promovían la obediencia
y fidelidad al Señor Dios, y profetizaban por el poder del
Espíritu Santo.
Eliseo era el maestro y ellos eran los discípulos. Vemos éste
modelo en Moisés y Josué, Elías, Eliseo, y los profetas, Jesús
y sus discípulos, Pablo con Timoteo y Tito, Bernabé con Juan
marcos, etc.
La comunidad dirigida por el profeta Eliseo comienza a
experimentar un crecimiento. El lugar de habitación era
estrecho, por el aumento de discípulos. Seguramente Eliseo
habitaba donde había estado Elías, pues después del
arrebatamiento de éste y ver como Dios le abrió el Jordán a
Eliseo, los hijos de los profetas reconocieron la autoridad y
unción de Dios sobre él.
En el capítulo anterior su discípulo Giezi cayó bajo el juicio de
Dios y quedó leproso, siendo expulsado del grupo (pero Dios
trajo muchos discípulos más). El Señor delegó en Eliseo una
doble unción (quizá por eso vemos doble de milagros en
Eliseo que en Elías), y quizá por eso también los discípulos
aumentaron.
Ante lo ocurrido con Giezi, y la partida de Elías los discípulos
no se conformaron ni se excusaron, tampoco permitieron que
la tristeza llenará sus corazones, ellos lo entendieron y
continuaron trabajando para Dios y la extensión de su reino. A
veces enfrentamos momentos difíciles, pero debemos tomar
fuerzas en Dios y continuar.
Vemos en Eliseo un hermoso trabajo en equipo. El profeta y
los discípulos conocían muy bien el principio de trabajar en
equipo pues dijeron: “Tomemos cada uno una viga y
hagamos…”.
El crecimiento conlleva la superación de obstáculos y
esfuerzo. Algunos obstáculos que podemos imaginar en ése
momento fueron: perder la comodidad, caminar hasta el
Jordán (tres kilómetros de distancia), cortar la madera, traer las
vigas hasta la casa y construir la ampliación, y superar las
diferentes maneras de hacer las cosas.
Reflexión final: Es necesario que valoremos la importancia de
ser enseñados y formados para servir a Dios de manera
correcta y con motivos que glorifiquen Dios. Somos un cuerpo
en Cristo y coordinadamente debemos aportar desde los dones
recibidos del cielo para que el reino de Dios siga
extendiéndose.
CAPÍTULO 18
DIOS SIEMPRE ESTÁ ALLÍ
En el texto de hoy (2 Reyes 6) vemos en primer lugar como
Dios hace milagros en medio de las dificultades. El profeta
Eliseo y sus discípulos van a cortar madera para ampliar el
lugar de su residencia, pero el hacha que habían prestado cae
al río. Nadie esperaba algo así, habían prestado herramientas
para ese trabajo, y ahora tenían un problema a superar.
Esto nos recuerda que aunque estemos haciendo las cosas para
Dios, no significa que no habrá dificultades que superar. Pero
con el Señor no solo serán superadas, sino que seremos
instrumentos de sus milagros.
“Y aconteció que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó
el hacha en el agua; y gritó diciendo: ¡Ah, señor mío, era
prestada! El varón de Dios preguntó: ¿Dónde cayó? Y él le
mostró el lugar. Entonces cortó él un palo, y lo echó allí; e
hizo flotar el hierro. Y dijo: Tómalo. Y él extendió la mano, y
lo tomó” 2 Reyes 6:5-7.
Dios hace aquí un gran milagro. Es importante tener en cuenta
que el peso específico del hierro es 7,84 veces mayor que el
peso del agua y por lo tanto, la fuerza de la gravedad hace que
se hunda en el fondo del río. Pero el Dios de Eliseo que creó la
naturaleza, no está atado a las leyes de la misma y puede
otorgar a su siervo el poder para revertir los valores y aligerar
el peso del hierro.
No en vano su nombre Eliseo significa: salvación de Dios. Él
es el Dios de nuestra salvación, y nos sigue salvando de
nuestras crisis y dificultades.
El siervo de Eliseo clamó: “Ah, señor mío, era prestada”,
vemos aquí la importancia de clamar (si el siervo no lo hace el
hacha se hubiera perdido seguramente).
Eliseo era un profeta ungido, no es suficiente saber hacer las
cosas (el siervo lo estaba haciendo), necesitamos la unción del
Espíritu Santo (Eliseo es figura de eso), la unción nos es dada
para lograr aquello que humanamente no se puede hacer, es
decir para hacer lo sobrenatural por el poder de Dios.
El Señor ha prometido estar con nosotros. La pregunta de
Eliseo “¿Dónde cayó?”, podemos reflexionarla hoy, pues el
hacha es figura de lo que Dios nos da para hacer su obra, no es
nuestra, es de él y a veces podemos descuidar o ser
indiferentes a lo que él nos da.
Dios no los había desamparado, él estaba atento a lo que
estaban haciendo. No los dejaría en vergüenza, esa dificultad
fue pues una oportunidad para ver la gloria de Dios.
Estaban recuperando lo que se había perdido. Ese discípulo
nunca olvidaría esa lección, ese gran milagro. Dios necesita
“Elíseos” dispuestos a enseñar a otros, por eso nos envió a
hacer discípulos, Jesús dijo: “Id, y haced discípulos”.
El hacha no salió del agua sola, Eliseo actuó y el siervo la
sacó, vemos pues a Dios y al hombre trabajando juntos. Dios
quiere hacer grandes cosas, pero requiere de tu disposición y
diligencia.
Reflexión final: Dios ha planeado establecer su reino a través
de Su Iglesia, él no ha cambiado, sigue haciendo milagros, y
quiere usarte y bendecirte en gran manera. Ante la dificultad
clama a Dios y él actuará a tu favor.
Te invitamos a conocer todos nuestro libros aquí en: Escritor
pastor Gonzalo Sanabria Amazon.com
CAPÍTULO 19
CUIDADO CON LAS PALABRAS
La carta a los Hebreos nos insta diciendo: “puestos los ojos en
Jesús, el autor y consumador de la fe”, en todos los momentos
buenos o difíciles, mira a Jesús y no dejes de avanzar hacia la
meta.
Al considerar el caso de Israel por el desierto, vemos una
ausencia de adoración y abundancia de murmuración, por eso
el tránsito por el desierto fue tan difícil, porque la queja hace
el camino más duro. Debemos evitar la queja o murmuración,
pues es la adoración la que genera la acción de Dios a nuestro
favor.
“Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo,
para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el
camino. Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por
qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este
desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene
fastidio de este pan tan liviano” Números 21:4-5.
Confía en Dios en todo tiempo. La fe en él te sostendrá ante el
desánimo. El texto de hoy nos dice “y se desanimó el pueblo
por el camino”, otras versiones dicen por ejemplo: “en el
camino se impacientaron”, “el pueblo estaba fastidiado a causa
del viaje”, ellos no confiaron en Dios que los guiaba a la tierra
prometida, y entonces apareció el desánimo, la impaciencia, el
fastidio, entre otros.
Israel está caminando por el desierto, tierra difícil, adversa,
pero era parte del camino que debían recorrer, era una etapa,
no era su destino.
Es pues muy importante tener presente que estos tiempos
(difíciles o de prueba) son temporales, que allí no nos
quedaremos pues Dios tiene cosas grandes un poco más
adelante para sus hijos (¿Cómo avanzar cuando todo es tan
difícil?
Es la adoración a Dios la que nos fortalecerá para avanzar. La
adoración nos permite ver la grandeza de Dios y la pequeñez
de los problemas o de los enemigos. La adversidad u oposición
se hace más grande cuando el cristiano deja de mirar a Dios, y
se enfoca en las dificultades.
Cuando adoras tu espíritu se fortalece y el resto de tu ser
termina postrado exaltando la grandeza y poder de nuestro
Dios; aunque el desafío por delante sea muy grande, tu recibes
la revelación en tu corazón que es posible alcanzarlo con Dios.
La incredulidad genera palabras ociosas. Observamos palabras
contra Dios, contra Moisés, contra sí mismos (pues dijeron
“nos hicieron salir de Egipto para que muramos en este
desierto”) y palabras de menosprecio ante la provisión de
Dios, el maná, llamado en algunos pasajes de la Biblia “pan
del cielo”, ellos le llaman “pan liviano”, o como traduce la
RVA: “pan miserable”.
La fe habla de otra manera, pues su confianza está depositada
en la bondad y poder de Dios.
Ellos expresan: “nuestra alma tiene fastidio de este pan tan
liviano”, ellos añoran la comida egipcia, símbolo de la vida
pasada. Se destaca la frase “nuestra alma”, el alma nos habla
del ego, el yo, mis intereses personales, mis anhelos, nuestra
alma debe ser rendida ante la cruz cada día, pues es el espíritu
renacido el que anhela hacer la voluntad de Dios, pero el alma
se rebela contra Dios.
Vayamos al Señor cada día para recibir de él la fuerza y el
poder para hacer su buena, perfecta y agradable voluntad.
Reflexión final: Dios sabe lo que hace, avancemos siguiendo
su dirección en total confianza, pues él sabe a dónde nos lleva,
y sin duda es el mejor lugar pues por naturaleza, él es bueno.
CAPÍTULO 20
NO DEMOS LUGAR AL ENEMIGO
Israel transita por el desierto, y ante la adversidad del camino
y “cansados del maná” se quejan contra Dios y contra Moisés.
Ésta murmuración dio origen a tristes resultados, serpientes
ardientes aparecieron en abundancia y empiezan a morder al
pueblo de Dios.
Es muy significativa la expresión “pueblo de Dios”, pues
aunque seguían al Señor dieron lugar al enemigo con su
murmuración y rebelión de corazón. Por eso con razón la
Escritura nos enseña que la murmuración da lugar al
destructor. Por eso hablemos siempre palabras de bendición
que edifique a los oyentes.
“Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que
mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel” Números
21:6.
Debemos concluir que los resultados están determinados por la
fe, o por la ausencia de ésta. La fe promueve la manifestación
del poder de Dios.
Lo vemos por todas partes en las Escrituras, por ejemplo
cuando Noé creyó fue salvado de las aguas; cuando Abraham
creyó fue justificado por Dios; Moisés por la fe vio como el
mar rojo se abría; por la fe los amigos de Daniel no se
quemaron en el horno de fuego, por la fe en las palabras de su
Padre Jesús resucitó al tercer día, por la fe sanó a los enfermos
y liberó a los cautivos; entonces la fe promueve la
manifestación de la gloria de Dios.
La murmuración o calumnia en contraste con la fe, declara
fracaso, ruina, miedo, desvirtúa el poder de Dios, derriba la fe
de otros y aún hace dudar a los hijos de Dios. Las palabras
negativas son un enemigo de la fe, recordemos que Pablo por
el Espíritu dijo: “Creí, por lo cual hablé”. Nosotros creemos,
por lo cual hablamos palabras de Dios, no mintiendo acerca de
nuestras dificultades, sino confiando en Dios que siempre nos
guarda y sabe lo que hace.
La incredulidad da lugar a la acción destructora del enemigo.
El texto dice: “Jehová envió serpientes ardientes”, literalmente
venenosas, la misma Escritura enseña que el “desierto era
grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de
escorpiones” (Deuteronomio 8:15), y el Señor los había
guardado de éstos animales, pero ahora ellos habían activado
en su contra las serpientes por su pecado.
“Murió mucho pueblo” dice el texto, a veces Dios permite el
dolor en nuestras vidas para que nos acerquemos a él.
Tengamos en cuenta que en el versículo cinco ya el pueblo lo
había declarado, pues habían dicho: “para que muramos en
este desierto”.
Definitivamente nuestras palabras activan cosas a nuestro
favor o en nuestra contra, eso depende de las palabras que
hablemos.
Dios da instrucciones a Moisés para construir una serpiente de
bronce, “Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente,
y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y
mirare a ella, vivirá” Números 21:8.
Esta serpiente de bronce (el bronce es un metal que en la
Biblia simboliza juicio), es figura de Aquel que fue levantado
en una cruz, y murió llevando todo el juicio, y ahora todo
aquel que en él creyere será salvo y no ira a condenación
eterna.
Reflexión final: Dios desea derramar bendiciones sobre su
pueblo, siempre guardarlo y levantarlo en alto. Por eso,
procuremos ser fieles y con gozo hacer su voluntad, él nos
conduce al mejor lugar.
CAPÍTULO 21
LA MARAVILLOSA HISTORIA DE JABES
A veces al mirar ciertas genealogías o ascendencia de familias
vemos que su historia es un ciclo continuo de fracasos, ruinas,
matrimonios tristes, violencia y muerte, pero Cristo llega a
romper con todo esto y transforma las historias de cada
familia.
Esto lo vemos cuando Jesús visitó diferentes hogares, por
ejemplo en la casa de Pedro sano a su suegra, en Caná de
Galilea hizo un milagro, porque cuando Su presencia llega
todo es transformado; tu historia puede cambiar, como fue
cambiada la historia de Jabes.
“Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre
llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor” 1
Crónicas 4:9.
Es muy importante tener presente que nuestra historia por el
poder de Dios puede ser diferente. Debemos considerar aquí
que el Libro de Crónicas está mostrando los descendientes de
Judá, pero el Espíritu Santo (quien inspiró las Escrituras) se
detiene en el versículo nueve con Jabes para destacar y narrar
lo que sucedió en su vida.
El texto de hoy nos dice que Jabes llegó a ser el principal entre
sus hermanos. Pero debemos tener en cuenta que su
nacimiento fue doloroso.
Su madre lo llamó Jabes, que significa: “parto con dolor”,
“parto seco”, “lugar árido”, por eso relacionado con “él
entristece”, “confusión”, vergüenza”, “aflicción”.
El parto seco, se llama así por la pérdida del líquido amniótico
antes del alumbramiento, es más doloroso, es peligroso para él
bebe y la madre por posibles infecciones, pueden darse
alteraciones fetales y niños de bajo peso, esta alteración puede
darse por un envejecimiento de la placenta. Jabes tuvo varios
hermanos, quizá era el menor. Seguramente hubo
menosprecio, auto lastima, rechazo, la gente y la familia lo
señalaba y aislaba.
Pero la Biblia nos enseña que Jabes llega a convertirse en el
más “ilustre” de sus hermanos. El término ilustre, aquí viene
del hebreo “kabád”, que significa: honrado, distinguido,
importante.
Él llegó a ser así, esto nos habla de un camino que tuvo que
recorrer, por donde superó obstáculos, un proceso en el que se
sometió a Dios, un tiempo necesario y un trabajo de su parte.
Dios nos ayuda, pero debemos hacer lo que nos corresponde.
Jabes pudo haber optado por conformarse, llenarse de auto
conmiseración, aislarse, él podía deprimirse, no hacer nada, no
trabajar, o hacer algo y algo significativo para que su historia
fuera otra, él luchó con la ayuda de Dios y lo logró.
Aunque su madre asocio su nombre con el dolor, Jabes no
permitió que su vida fuera un fracaso, él logro ver que con
Dios era posible romper su contexto de fracaso y dolor, y lo
consiguió.
Reflexión final: Jabes alcanzó un gran triunfo, por encima de
lo que todos sus hermanos habían logrado, tuvo el gran anhelo
de hacerlo, pero no sólo lo soñó, sino que buscó a Dios y fue
diligente, logrando alcanzar aquello que el Señor había
planeado para él. Adelante, no permitas que los obstáculos te
detengan, uno más grande está contigo: Dios.
CAPÍTULO 22
LA ORACIÓN QUE TRANSFORMÓ LA VIDA DE
JABES
La estrategia y victoria de Jabes dependió de una decisión:
buscar a Dios por encima de sus limitaciones y problemas.
Nos dice el texto de hoy: “E invocó Jabes al Dios de Israel”,
otras versiones dicen: “rogó”, “oró”, “clamó”, y la versión
Nuevo Mundo: “Y Jabes empezó a invocar al Dios de Israel”.
Hablamos entonces no de una oración casual, sino de un
hombre que decidió buscar a Dios en oración, decidió ir más
allá de su búsqueda promedio, él procuró que algo pasara e
hizo lo correcto, generar una atmósfera donde Dios actuara a
su favor. Esto es lo que sucede cuando lo buscamos.
“E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, sí me dieras
bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera
conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le
otorgó Dios lo que pidió” 1 Crónicas 4:10.
El Espíritu Santo nos revela lo que pidió Jabes. Ésta oración
contiene aquello que Jabes anhelaba y que estaba en el
corazón de Dios para él, por eso la Biblia dice: “si pedimos
alguna cosa conforme a su voluntad, sabemos que él nos oye y
si nos oye él nos concederá lo que le pedimos”. Veamos ahora
lo que Jabes pidió:
El ensanchamiento de sus límites. “Si me dieras bendición”
(estaba agradecido, pero no satisfecho). Además pide:
“ensancha mis territorios”. Seguramente tenía algunos
pequeños territorios, por herencia o fruto de su trabajo, pero
¿por qué pide esto?
Recordemos que antiguamente antes de casarse se daba una
dote por la novia, eran necesarias las tierras para el ganado, los
cultivos y la casa donde vivir, pero entre líneas también dice:
“quiero ir más allá de mis límites actuales, y reconoce que sólo
puede lograrlo con la bendición de Dios.
Pidió el poder de Dios sobre su vida: “que tu mano esté
conmigo”, la mano de Dios hace referencia a su poder, a su
obra (por ejemplo cuando Dios liberó a Israel la Biblia nos
dice: “con mano extendida los sacó de Egipto”).
En el Nuevo Testamento Jesús dijo: “recibiréis poder cuando
haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo”. Precisamente
ése poder se renueva y se multiplica en la comunión con Dios,
es el poder que nos lleva a hacer la obra para Dios que
humanamente sería imposible. Es su poder, gracia y favor con
nosotros.
Oró por una vida de pureza y santidad: “líbrame del mal, para
que no me dañe”. El pecado causa daño (pero el diablo
procura hacerle creer al creyente que esto no es cierto).
También Jesús cuando enseñó acerca de la oración, dijo: “y no
nos metas en tentación, mas líbranos del mal”, también dice:
“fiel es Dios… quien dará con la tentación, la salida para que
podamos soportar”.
Reflexión final: Dios ha diseñado grandes y hermosas cosas
para sus hijos, pero sin duda espera que éstos le amen y le
busquen con diligencia, pues Dios “es galardonador de los que
le buscan”. Gracias Dios, por tu gran amor y cuidado.
CAPÍTULO 23
DIOS ESCUCHA Y RESPONDE NUESTRAS
ORACIONES
Recordemos que Jabes nace en medio de un parto muy difícil
que anunciaba defectos físicos o una vida limitada. Es decir, el
futuro no anunciaba nada bueno para él. Pero Jabes decidió
buscar a Dios y orar por su bendición, y el texto bíblico nos
enseña que Dios le otorgó a Jabes lo que pidió y llegó a ser
más ilustre que sus hermanos.
Él no permitió que las palabras de fracaso de los demás, o sus
limitaciones lo estancaran de por vida, él pensó: “Con Dios
puedo triunfar”, y EL Señor no lo decepcionó
“E invocó Jabes al Dios de Israel… le otorgó Dios lo que
pidió”, 1 Crónicas 4:10.
Esto significa que fue bendecido en su familia, en su trabajo,
en aquello que hizo para Dios. Sus fronteras se ampliaron, el
poder de Dios vino sobre él, pudo caminar en santidad para el
Señor, y llegó a ser más ilustre que sus hermanos, una ciudad
fue bautizada con su nombre (1 Crónicas 2:55), la tradición
judía enseña que fue un eminente doctor y maestro de la Ley, y
fue atrayendo tal cantidad de discípulos, que se conoció
aquella ciudad como la ciudad de Jabes.
Recordemos que Jabes significa: dolor, lugar seco. Entonces
quien era conocido como “dolor”, ahora era conocido como
una bendición. Quien era conocido como “lugar seco”, ahora
era conocido como tierra fructífera. El desconocido y
anónimo, ahora era el doctor de la Ley, maestro de la Ley,
honrado por Dios. Sin duda, su mejor clase o tema era: “el
poder de la oración”.
Esa gran victoria y conquista tuvo un secreto, fue lograda en la
íntima y perseverante oración. No hay bendición en público
sin testimonio de oración en lo secreto, por eso Jesús dijo:
“más tu cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta,
ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo
secreto te recompensará en público”.
Hubo algo en la extensa enumeración del historiador bíblico
del Libro de Crónicas (Esdras) que lo llevó a hacer una pausa
en ésta genealogía (1 Crónicas 4:9-10), al llegar aquí el
Espíritu Santo honra a Jabes (pues toda la Escritura es
inspirada por Dios), y revela su historia y estrategia, y lo
destaca en todas éstas generaciones.
Jabes no fue uno más, su historia fue diferente. Por eso la
historia de cada familia puede ser transformada, Dios está
esperando por más “Jabes”, dispuestos a luchar en oración por
los milagros en su vida y familia.
Reflexión final: En vez de murmurar, y consentir el desánimo,
en vez de aceptar el fracaso anunciado por los demás, debemos
buscar el rostro de Dios, porque él dijo: “clama a mí y yo te
responderé”, “todo aquel que en él creyere no será
avergonzado” y “aunque tu principio haya sido pequeño, tu
postrer estado será muy grande”. No renuncies al clamor, a la
oración, a tus sueños, confía en Dios, él es todopoderoso y
hará cosa nueva.
CAPÍTULO 24
UN ENCUENTRO CON DIOS
Es muy importante tener en cuenta aquí la condición del
apóstol Juan. Cuando él tiene esta experiencia con Dios era un
anciano. El apóstol Juan tenía aproximadamente noventa años
de edad, cuando recibe ésta revelación, y muere a los noventa
y seis años en la iglesia de Éfeso.
Aquí podemos ver que para Dios es más importante la
disposición que la edad. Es interesante ver a lo largo de la
Biblia como el Señor usa a muchos de sus siervos de avanzada
edad y de una manera gloriosa (pues Dios no desecha nadie, él
toma lo vil y menospreciado del mundo para avergonzar a los
fuertes y sabios).
“Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la
tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba
en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el
testimonio de Jesucristo” Apocalipsis 1:9.
Por su avanzada edad seguramente Juan esperaba partir al
cielo, ir a Dios, pero es el Señor quien viene a él. Algo
parecido le sucedió a Elías cuando quería morirse, Dios le
dijo: “largo camino te resta… ve y unge a Hazael como rey de
Siria, a Jehú como rey de Israel y a Eliseo lo ungirás como
profeta” (tarea que le llevaría a Elías como mínimo diez años).
Cuando nosotros creemos que todo va a terminar, para Dios
apenas está comenzando.
Lo mismo pasó con Moisés, a sus ochenta años pensaba
seguramente que ya su vida terminaría en el desierto cuidando
las ovejas de su suegro Jetro, pero fue el momento cuando
comenzó su ministerio. Definitivamente “como son más altos
los cielos que la tierra, así son más altos sus pensamientos que
los nuestros”.
El apóstol Juan ha sido desterrado por predicar el evangelio a
la isla griega de Patmos. Isla del Mar Egeo a cien kms de la
ciudad de Éfeso, Roma la tenía por isla prisión y región de
destierro. El apóstol Juan estaba allí por orden del emperador
Domiciano. Quizá el apóstol vivía en alguna cueva y sin
comodidades.
El apóstol Juan estuvo allí en la isla de Patmos dos años
aproximadamente. La Isla de Patmos es una isla volcánica, con
escasos árboles, rocosa y muy pocos cultivos hoy día. Eran
tiempos de persecución.
Pero allí Dios cuida de su siervo y lo visita trayendo la más
grande revelación que Juan había tenido, no sólo para él, sino
para toda la humanidad: el Libro de Apocalipsis. Por eso
recuerda, aunque tu entorno sea el más difícil y tu condición
inexplicable, poderoso es Dios para dejarnos ver la gloria y los
tesoros escondidos detrás de todo lo que hace y permite.
Es en ésta isla donde Juan tiene un encuentro con
Dios: Apocalipsis 1:10-11, 17a. Juan dice: “Cuando lo vi, caí a
sus pies como muerto”, era el apóstol amado, el que se
acercaba al Maestro con confianza, él había recostado su
cabeza en el pecho de Jesús, el teólogo, el que había escrito el
evangelio y tres cartas más, pero ahora toda la teología, su
conocimiento, su experiencia y el haber conocido a Jesús en su
ministerio terrenal, todo eso no lo puede sostener ante la
presencia de Jesucristo glorificado.
Cuando Cristo se manifiesta en toda su gloria, nada ni nadie
puede permanecer de pie, pues toda rodilla de los que habitan
en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra se doblará y toda
boca confesará que Jesucristo es el Señor. Finalmente por
orden del gobierno de entonces Juan es liberado y termina sus
últimos años pastoreando la iglesia de Éfeso.
Reflexión final: Jesucristo es Dios todopoderoso, y bueno, no
desamparó a Juan sino que tuvo cuidado de él en esa difícil
isla, y allí él le reveló el libro de apocalipsis. Lo más
importante de todo esto, es que Dios tiene cuidado de sus hijos
y tiene todo bajo su control.
CAPÍTULO 25
LA COMUNIÓN CON DIOS ES VITAL
Consideremos en primer lugar que el fruto de la vid depende
de la buena comunión. Los pámpanos dependen de la vid, pues
a través de éstos (que actúan como canales o tubos
conductores) reciben el agua y la savia del tronco.
El texto de hoy destaca la frase “permanecer en Cristo”, la
palabra permanecer viene del término griego “méno”, que
traduce también: quedarse, permanecer, morar. Nos habla de
comunión que persevera, intimidad, unidad con Cristo.
“Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no
puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así
tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid,
vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él,
éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis
hacer” Juan 15:4-5.
Observemos que es en la intimidad donde hay “mucho fruto”,
pues el versículo cinco dice: “el que permanece en mí y yo en
él, éste lleva mucho fruto”. Es interesante que la rama más
cercana al tronco o a la raíz sea la que produce más uvas.
Entonces la naturaleza misma nos enseña que “llevar mucho
fruto” es la consecuencia y beneficio de la comunión cercana
con la fuente de alimento (en nuestro caso con Dios). Cuando
procuramos la comunión con el Espíritu Santo
experimentamos la verdadera renovación, pues él es la fuente
de nuestra vida.
Dios quiere transformarnos de gloria en gloria. Podemos
observar a la luz de los versículos anteriores y en el cinco que
hay tres niveles de fruto:
Versículo dos, primera parte: “fruto”
Versículo dos, segunda parte: “más fruto”
Versículo tres: “mucho fruto”. Así pues confirmamos que Dios
quiere llevarnos cada vez a nuevos niveles de gloria, de
revelación, de madurez y fructificación.
Recordemos también que la parábola del sembrador, dice: “el
que fue sembrado en buena tierra es el que oye y entiende la
palabra, y da fruto, y produce a ciento, a sesenta y a treinta por
uno”.
Vemos también aquí tres niveles. Esto significa que
producimos o damos fruto para Dios en la medida en que nos
sometemos a su voluntad. Es la obediencia a Dios la que
permite el crecimiento.
Es fundamental nuestra comunión con Dios, pues así como se
muere un pámpano al separarse de la vid, se seca un cristiano
al separarse de Cristo. A donde más iremos si sólo Cristo tiene
palabras de vida eterna. Él es la vida, y alejarse de él es
caminar hacia la muerte. Alejarnos de él nos hace vanos e
improductivos para el reino, por eso dice: “separados de mí
nada podéis hacer”.
Reflexión final: Nuestra comunión con Dios es la que sostiene
la vida que el mismo Cristo un día nos dio. Así como es vital
el agua para los seres vivos y morirían sin ella, el creyente
necesita de Dios para vivir realmente su nueva vida. Acércate
a él y bebe del agua de vida.
Te invitamos a conocer todos nuestro libros aquí en: Escritor
pastor Gonzalo Sanabria Amazon.com
CAPÍTULO 26
FRUTO PARA DIOS
Es interesante que el texto de hoy (Juan 15:8) nos enseña que
es el fruto el que honra al labrador. No es el tamaño de la viña,
ni la cantidad de vides, sino el fruto de la vid. A veces
queremos impresionar a otros con las grandes metas
alcanzadas o con los grandes números, pero para Dios lo más
importante es el fruto, esto es su carácter en nosotros.
La vid verdadera es Cristo y sus nutrientes son conducidos a
los frutos a través de los pámpanos, por eso nosotros somos
canales a través de los cuales Dios quiere mostrar su gloria, y
no hay mayor gloria que vivir la vida de Cristo.
“En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y
seáis así mis discípulos” Juan 15:8.
Glorificamos al Padre “llevando mucho fruto” pero ¿Que es
glorificar al Padre? En primer lugar glorificar viene del
término griego “doxaso” que traduce además: magnificar,
alabar, exaltar.
Cuando alguien visita la viña, seguramente comerá las uvas,
mirara el color, el tamaño del racimo y dará el reconocimiento,
la alabanza, el elogio al labrador por la gran calidad de sus
vides, nunca la alabanza será para las ramas (o pámpanos). El
fruto hace referencia a la vida de Cristo manifestada en el
creyente.
Esto nos recuerda que cuando damos buen fruto para el Señor,
es primero por su gracia y segundo debemos con humildad
sincera reconocer que toda la gloria es de Dios, pues el
labrador es el Padre, y es él quien ha hecho el verdadero
trabajo para tener una buena cosecha a través de nosotros.
Cuando no es posible la poda, es decir el viñador por alguna
razón no pudo cortar bien las ramas secas o aquello que
estorba el fruto de la vid, entonces llega el invierno
(Recordemos aquí que tenemos libre albedrío y podemos
decirle al Señor que no intervenga, es decir que por ahora no
haga la poda, entonces eso queda como un asunto pendiente).
La vid en el invierno entra en un letargo vegetativo donde no
hay movimiento de savia, la vid está sin hojas, sin floración y
sin fruto, sólo está la cepa y lo que no fue cortado en la poda,
ahora cae en medio del invierno (lo que implica vientos recios
y contrarios, tempestades con granizo, tormentas, y frías
noches acompañadas quizá de heladas con temperaturas bajo
cero: figura de aquellas crisis y dolorosos procesos donde lo
que queda y no fue podado antes, será desprendido muchas
veces con dolor).
Lo que no fue podado por la mano amorosa del Labrador,
ahora caerá por la dureza del invierno. Las pruebas nos ayudan
a crecer y a entender mucho más el carácter de Dios.
Pero luego llega la hermosa primavera, donde la savia vuelve a
fluir, aparecen de nuevo las hojas, las flores y los frutos. La
vid vuelve a reverdecer, y su delicioso fruto volverá estar a
disposición para saciar la sed de la humanidad que anda
sedienta por el mundo procurando encontrar solución a su sed
espiritual, y que solo la Vid Verdadera, Jesucristo el Señor,
puede suplir plenamente.
Reflexión final: Dios nos ha puesto para llevar fruto, para
vivir en comunión con él. Permitamos al labrador que nos
pode de acuerdo a su voluntad, procuremos en él esa continua
renovación para que siempre glorifiquemos su nombre.
CAPÍTULO 27
EN MEDIO DE TIEMPOS DIFÍCILES DIOS NOS
CUIDA
Dios es el creador de los cielos y la tierra. Él es todopoderoso
y es especialista en hacer milagros cuando ya no se puede
hacer nada humanamente. Él no cambia, es el mismo ayer, hoy
y por los siglos, Dios sigue haciendo milagros, cuando el
hombre dice “no es posible”, podemos ver que para Dios no
hay ninguna cosa difícil.
No importa cuán difícil sea la situación, o cuán grande sea el
problema, Dios siempre será más grande. Lo vemos por
ejemplo en Egipto, Dios juzgó el imperio, pero en medio del
juicio tuvo cuidado de su pueblo.
“Y vino a él palabra de Jehová, diciendo: Apártate de aquí, y
vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que
está frente al Jordán. Beberás del arroyo; y yo he mandado a
los cuervos que te den allí de comer. Y él fue e hizo conforme
a la palabra de Jehová” 1 Reyes 17:2-5.
Debemos destacar la obediencia de Elías, pues fue sensible al
amor y cuidado de Dios. Elías obedeció sin cuestionar la
palabra del Señor, pudo haber pensado ¿pero cómo es posible
que unos cuervos me alimenten? ¿Por qué tengo que irme a
Querit? Entre otras preguntas. Dios espera más obediencia que
comprensión.
Recordemos que a Pedro le dijo: “Lo que yo hago ahora, lo
entenderás después”. Entonces vemos que para Dios prima la
obediencia, aunque sea después cuando logremos entender sus
obras. Realmente la fe cree de manera sencilla en la bondad y
grandeza de nuestro Dios. Detrás de la obediencia se esconden
grandes tesoros.
En el pasaje leído vemos varias cosas muy importantes. Por
ejemplo aunque con errores como nosotros (porque “Elías era
sujeto a pasiones semejantes a las nuestras”), fue obediente
yendo al arroyo de Querit, como Dios le dijo.
Jonás como Elías escuchó a Dios, la diferencia es que Jonás
huyó, y Elías obedeció (todos podemos oír a Dios, la
diferencia está en la obediencia de cada uno).
El arroyo de Querit es muy significativo aquí, el término
“Querit” significa: cortadura, garganta. El arroyo corre por el
fondo de una profunda y escabrosa garganta, nos habla de un
lugar difícil.
Tengamos en cuenta que en ninguna parte de la Escritura se
nos dice que hacer la voluntad de Dios o aceptar los desafíos
divinos sea fácil. Sin embargo siempre se nos garantiza que
Dios irá con nosotros.
Ahora consideremos los cuervos, éstas son aves de presa (que
más bien se hubieran comido la carne que era para Elías). Se
alimentan de insectos, gusanos y carroña, sin embargo a Elías
le traen carne sana y abundante.
Los cuervos naturalmente descuidan sus polluelos, pero el
Señor hizo que cuidaran a su siervo. Definitivamente Dios es
soberano y tiene cuidado de sus hijos.
Recordemos que para éste tiempo Israel tenía como dioses a
Baal y Asera, y estaba en medio de una gran apostasía, y fue
precisamente esto lo que provocó el juicio de Dios, es decir la
sequía, los cielos se cerraron.
Pero Elías conservó su fe, es significativo aquí que Elías
significa: “Mi Dios es Jehová”, y vemos a Dios cuidando su
propósito, el Señor no desamparó a Elías; la sequía vino sobre
la infidelidad de Israel, pero su bendición estuvo (y está
siempre) sobre los fieles.
A veces Dios “nos incomoda” para llevarnos a nuevos niveles
de fe y revelación. Pues la Escritura nos sigue diciendo:
“Pasados algunos días, se secó el arroyo, porque no había
llovido sobre la tierra” 1 Reyes 17:7.
Ahora Dios permite que se seque el arroyo y Elías debe
moverse ¿a dónde? Dios lo guía al escenario de un nuevo y
gran milagro, la provisión en casa de una viuda en Sarepta de
Sidón. Ese es nuestro Dios quien nos lleva de gloria en gloria.
No courre por accidente, Dios sabe cómo hace todas sus cosas.
Reflexión Final: Dios tiene cuidado de su pueblo. Lo vemos a
lo largo de la Biblia y de la historia, la grandeza y su bondad
de Dios deben ser la base de nuestra fe. Por eso está escrito:
“Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado
de vosotros”.
CAPÍTULO 28
UN MILAGRO EN MEDIO DE LA CRISIS
La perseverancia es una señal de la fe. Observemos la
perseverancia de Elías: No renunció en el arroyo de Querit
(figura de dificultad), no renunció en Sarepta de Sidón (figura
del espacio dónde somos formados o entrenados por Dios), no
renunció en los tres años y medio de sequía (figura de
escasez), Elías perseveró en medio de la adversidad,
evidenciado así su fe en Dios.
“Vino luego a él palabra de Jehová, diciendo: Levántate, vete a
Sarepta de Sidón, y mora allí; he aquí yo he dado orden allí a
una mujer viuda que te sustente” 1 Reyes 17:8-9.
Debemos reconocer la completa confianza de Elías en Dios.
Recordemos que Israel está bajo el juicio de Dios a causa de
su idolatría y por eso los cielos se han cerrado y no hay
lluvias. Éste pasaje nos enseña una vez más que la fe debe
sacrificar la razón.
Aquí podemos ver varias cosas muy
importantes: Humanamente es ilógico (Elías estaba en el
arroyo de Querit, cerca al río Jordán en Israel que era la tierra
prometida; mientras que Sarepta de Sidón quedaba fuera de
Israel en la costa y tierra fenicia a unos 150 kilómetros
aproximadamente).
Es improbable que “una mujer viuda”, que estaba sola, sin
herencia y en medio de una gran sequía pueda alimentarlo. Tal
vez si fuera un gran hacendado, o el dueño de un gran lote de
barcas pesqueras de fenicia, pero una viuda? Es la fe la que
nos hace avanzar en Dios.
Debemos considerar que Sidón, significa: pesca, caza, venado
o carne de venado. Lugar donde nació Jezabel, y lugar de
máxima adoración de Baal y Asera. Seguramente había
comida allí, pero no era el lugar de Dios para Elías.
El Señor envió a Elías a Sarepta que significa “taller del
orfebre” y “taller de fundición” (Esto nos enseña que Dios
estaba también trabajando en Elías, quizá enseñándole más
acerca de la fe, ejercitándolo en milagros sin importar cuán
difícil sea la situación, o enseñándole un poco más de
humildad al ser alimentado por una mujer viuda, pobre y no
hebrea).
Nos enseña también el pasaje que Dios conoce a todas las
personas y sus necesidades, es nuestro proveedor y tiene
misericordia pues en medio del juicio (sequía) envió su
provisión a la casa de la viuda. Dios no desampara a su
pueblo, lo vemos también a lo largo de Israel por el desierto.
Tengamos siempre presente que Dios es fiel, “Entonces ella
fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa,
muchos días. Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de
la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había
dicho por Elías” 1 Reyes 17:15-16.
Dios cumple sus promesas, aunque sea el tiempo
humanamente más difícil (sequía), aunque pensemos que ya
no hay posibilidad, aunque creamos que el tiempo se ha
acabado (era la última porción de harina y aceite que
quedaba), pues el Señor aún en la tierra más estéril es
poderoso para hacer florecer su bendición.
Reflexión final: Dios nos quiere llevar a nuevos niveles de fe,
de revelación, quiere usarnos para ser bendición para otros y
para muchos, él requiere de nosotros obediencia, confianza en
él y perseverancia. Dios no está ajeno a nuestra condición y
necesidad, busquemos su rostro y él se manifestará. Él tiene
cuidado de nosotros.
CAPÍTULO 29
LA SOBERANA OBRA DE DIOS
La tierra estaba desordenada y vacía, según Génesis 1. En
medio de ésta situación Dios comienza a reordenar y preparar
el lugar para el hombre. En el Nuevo Testamento Jesús dijo:
“Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en
tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” Juan 8:12.
Podemos considerar entonces que esa primera luz que brilló
fue la de Cristo. Como la luz del sol que no podemos ver de
noche pero que en su tiempo brillará.
Aunque la tierra estaba en una condición de caos y tinieblas, el
Señor comenzó a transformar las cosas, ése es nuestro Dios
quien cambia las cosas y trae un nuevo orden a nuestra vida.
“Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban
sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la
faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz” Génesis
1:2-3.
Consideremos en primer lugar las condiciones de la tierra a la
luz del texto de hoy. Nos dice la Escritura que la tierra estaba:
“desordenada y vacía”, estás palabras desde el hebreo también
traducen: “desolada y sin orden”, otras versiones traducen:
N.V.I. “la tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el
abismo” y la D.H.H. “la tierra no tenía entonces ninguna
forma, todo era un mar profundo cubierto de oscuridad”.
Entonces hablamos de una tierra en: desorden o ausencia de
orden. Desolación y/o soledad. Tinieblas (el abismo en hebreo
se refiere a la masa de agua o aguas profundas, fuente de aguas
subterráneas).
Según podemos ver la imagen de la tierra desde éstos términos
era oscura, sin árboles, cubierta totalmente de grandes masas
de agua, sin seres que la habiten.
Algunos interpretes enseñan aquí que esto se debe al diluvio
luciferino (juicio divino por la rebelión de satanás y sus
ángeles cuando fueron lanzados del cielo), provocando el
desorden y caos en la tierra que Dios había creado. Sin
embargo no hay fuertes y contundentes bases bíblicas para
afirmar esto.
Sea cual sea la razón de la condición de la tierra según el
versículo dos (la obra satánica o una fase de la creación
divina), vemos en éste escenario que Dios comienza a
intervenir para establecer su orden, su voluntad y naturaleza
para restauración y preparación del escenario donde será
creado y establecido el hombre.
Es muy importante que veamos aquí los agentes de
restauración en la tierra que la Biblia nos revela, pues Dios no
cambia, él sigue siendo el mismo:
1. El Espíritu de Dios, Génesis 1:2b. La frase “Se movía” del
hebreo “rakjaf” traduce además: empollar, revolotear,
moverse. Implica la acción de un ave cuando cubre y calienta
los huevos de los futuros polluelos.
Nos habla de la acción del Espíritu Santo preparando el
escenario y organizando el ambiente de la acción de Dios; esto
nos recuerda que también el Espíritu Santo vino sobre María
antes de nacer Jesús de Nazaret, y también vino sobre nosotros
para nacer de nuevo en Cristo. Definitivamente es el Espíritu
de Vida.
2. La Palabra de Dios, Génesis 1:3a. “Y dijo Dios”, la Biblia
nos enseña que Su palabra es viva y eficaz; que somos
renacidos por la palabra de Dios que viva y permanece para
siempre; Su palabra es vital; es nuestro pan, es decir alimenta
nuestro espíritu.
Cuando el profeta Ezequiel vio el valle de los huesos, Dios le
dijo: “profetiza y di: Huesos secos, oíd palabra de Jehová, así
ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo hago entrar espíritu en
vosotros, y viviréis”. Es hermoso ver la eterna y poderosa obra
conjunta del Espíritu Santo y la Palabra de Dios.
3. La luz de Dios, Génesis 1:3b. “Sea la luz, y fue la luz”. Es
la luz primera sobre la tierra, pues la luz de las estrellas y del
sol aparecen en el cuarto día, ver Génesis 1:14-19. La luz de
Dios es diferente a la luz del sol o de las estrellas, es diferente
a la artificial o demoniaca, pues ésta luz divina no sólo
ilumina, ella resplandece haciendo retroceder las tinieblas y no
solo deja ver, sino que trae revelación, discernimiento, es decir
no solo podemos ver, sino que nos hace comprender las
verdades de Dios.
Reflexión final: Es Dios, quien trae orden de verdad a nuestra
vida, es Dios quien realmente restaura, él trae Su luz, nos
ayuda a comprender Sus caminos y nos da su fuerza para
observar y alcanzar lo que él ha dispuesto.
CAPÍTULO 30
RESTAURANDO LA COMUNIÓN CON DIOS
De manera implícita vemos que lo primero que hace Elías es
examinar, antes que reparar el altar de Dios que estaba
arruinado en el Monte Carmelo. Esto nos recuerda que para
reparar o restaurar primero debemos examinar, examinarnos a
nosotros mismos (nuestros motivos, desobediencia, orgullo,
etc), por supuesto esto solo es posible con la ayuda del
Espíritu Santo, éste es el primer paso de la restauración o
reparación.
“Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo
el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Jehová que
estaba arruinado. Y tomando Elías doce piedras, conforme al
número de las tribus de los hijos de Jacob… edificó con las
piedras un altar en el nombre de Jehová” 1 Reyes 18:30-32a.
El monte Carmelo (ligar donde estaba el profeta Elías) se veía
imponente desde el mar y por eso muchos antiguos pensaban
que era la habitación de un dios. Su nombre Carmelo significa:
“jardín de frutas, o de árboles”, “cosecha”, “repleto de espigas
de grano”, “campo fructífero”.
Éste nombre nos permite sacar una conclusión aquí, pues en
medio de tierra fructífera estaba un altar a Dios, pero
arruinado; entonces no siempre “bendición” o “abundancia”
significa aprobación de Dios. La bendición de Dios estaba en
esa tierra, pero allí no había adoración a Dios, se había
apagado el fuego del altar.
“El altar de Jehová estaba arruinado”, la palabra “arruinado”
significa: roto, en pedazos, desbaratado. Éste altar estaba
descuidado, abandonado, llevaba años sin ser utilizado. La
Biblia nos dice que Elías “arreglo” el altar, pero antes de
hacerlo llamó al pueblo. Él estaba dando un mensaje para todo
Israel: “es necesario restaurar la comunión con Dios”.
Podemos ver también que Elías estaba confiado en el poder de
Dios, el contexto del pasaje de hoy nos relata que el fuego de
Dios descendió y consumió todo el holocausto, hasta las
piedras. Elías sabía que Dios no lo dejaría avergonzado.
Es interesante que en éste contexto de idolatría la respuesta de
Dios sea mediante el fuego, lo que nos recuerda que es el
fuego del Espíritu Santo el que derriba la idolatría. En un
corazón lleno de Dios, avivado por el fuego del Espíritu Santo
no hay lugar para otros.
El texto nos dice que Elías tomó doce piedras, conforme a las
doce tribus de Israel. Doce tribus, doce hijos de Jacob, que nos
hablan de familia. Podemos ver que esta gran familia no estaba
buscando a Dios.
Elías toma doce piedras para edificar el altar y cada piedra
representa un hijo de Jacob, él no fue a preguntarles si querían
eso, él los metió en el altar de Dios, y luego estaban ellos
postrados delante de Dios.
Fue Elías quien construyó el altar (no fueron ellos, ni sus
esposas, ni sus hijos). Elías edificó el altar, hizo una zanja,
preparó la leña, no le dejes todo a Dios, haz tu parte. Intercede
por tu familia, dales amor y buen testimonio, y Dios hará el
resto. Nuestras decisiones afectan o benefician a nuestra
familia y a todos los que están a nuestro alrededor.
Reflexión final: Dios quiere manifestar su gloria en nuestra
vida, en nuestra familia, busquemos su presencia y si la hemos
descuidado, volvámonos a Dios. Él tiene el poder de restaurar
todas las cosas. Presenta tu familia ante altar de Dios en
oración y confía en el Señor él es poderoso para hacer un
milagro.
CAPÍTULO 31
JESÚS LLEGA A TIEMPO
La fe ve más allá de las circunstancias; pone sus ojos en la
meta no se detiene en las adversidades; ve la grandeza de Dios
aunque los problemas sean de buen tamaño; la fe confía en
Dios aunque transcurra el tiempo y para los hombres se haga
tarde.
“Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la
aldea de María y de Marta su hermana. (María, cuyo hermano
Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume,
y le enjugó los pies con sus cabellos). Enviaron, pues, las
hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está
enfermo” Juan 11:1-3.
Las crisis no hacen distinción de personas, de clase social o
raza, simplemente aparecen un día. Según nos enseña la
Escritura Jesús tenía un amor especial por la familia de
Lázaro: “Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro”
(Juan 11:5). Era la familia que lo hospedaba cuando iba de
paso a Jerusalén.
Allí María lo ungió con perfume. Pero vemos que Lázaro
estaba gravemente enfermo, entonces concluimos que el amor
de Dios no significa ausencia de crisis, sino victoria sobre las
crisis.
Siempre veremos que en las crisis Dios muestra su gloria, pues
Jesús respondió a las hermanas de Lázaro: “Esta enfermedad
no es para muerte, sino para la gloria de Dios” (Juan 11:4). La
Biblia no nos declara cual era la enfermedad de lázaro, pero
Jesús siempre será más grande que el problema.
Este momento era difícil, no solo porque era un ser querido,
sino porque trabajaba para el sustento de la casa, era el varón
que representaba a las hermanas, el futuro se veía oscuro y
complicado… pero Jesús expresa que en esta situación se
manifestará la gloria de Dios.
A lo largo de la Escritura podemos ver que los hombres de
Dios enfrentaron grandes desafíos y dificultades, estuvieron en
algunos momentos a punto de desfallecer, pero el Señor
siempre estuvo allí para fortalecerlos e impulsarlos hacia su
destino y victoria. Pues, al final la gloria siempre es de Dios.
El Señor Jesús hace las cosas en su tiempo, él no se demora, ni
se anticipa, él siempre llega a tiempo. Después de transcurrir
algunos días Lázaro muere y Jesús llega, él no salió
apresuradamente para Betania.
El Señor Jesús estaba a orillas del río Jordán, y él llegaría en el
momento justo para glorificar a al Padre celestial. Finalmente,
Jesús levantó a Lázaro y todos glorificaron al Señor. Siempre
tengamos presente para Dios todo es posible.
Reflexión final: Dios conoce todos los momentos de nuestra
vida, no le son desconocidos y sabe cuándo actuar y
manifestar su gloria. Él no tarda, ni llega demasiado temprano,
cuando pensamos que demora es porque quiere mostrar mayor
gloria.
CAPÍTULO 32
JESÚS RESUCITA A LÁZARO
Sin duda las crisis son oportunidades para conocer más a Dios.
La familia de Marta y María acaban de vivir una momento
muy triste su hermano Lázaro ha muerto, y Jesús ha llegado a
su casa.
Marta, hermana de Lázaro vive una confusión entre la fe en
Jesús y su tristeza. Ella sabía de la resurrección, pero no sabía
quién era la resurrección y la vida, aunque lo tenía frente a
ella. No basta con saber de Jesús, es necesario conocerlo.
“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en
mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree
en mí, no morirá eternamente” Juan 11:25-26.
Marta como buena judía fue enseñada acerca de la
resurrección en el día final. Pero todo este conocimiento
doctrinal cae ante la revelación de Jesús, el Señor le dice a
Marta “Yo soy la resurrección y la vida”.
Esto nos recuerda que podemos tener bastante conocimiento
bíblico (que es bueno y necesario), pero esto no garantiza que
en ese mismo nivel conocemos a Dios. Jesús es dador de vida,
y ese poder está por encima de la misma muerte.
En ésta historia vemos una expresión de la humanidad de
Jesús. Jesús lloró, estremecido en su espíritu y muy
conmovido. La Biblia nos muestra a Jesús llorando aquí,
llorando en Getsemaní, lloró por Jerusalén (Lucas 19:41).
El Señor Jesús no es ajeno a nuestras dificultades y crisis, nos
comprende y fortalece para que sigamos adelante. Recuerda
que Jesús conoce lo que vives y sientes, y como llegó a ayudar
a Marta y a María también viene en tu ayuda.
Jesucristo es Dios todopoderoso, el Señor resucitó a Lázaro. El
milagro de la resurrección de Lázaro era más difícil
(humanamente) porque: la cueva tenía una piedra puesta
encima, Lázaro hedía pues tenía cuatro días de haber muerto,
para Marta y María el milagro ya no era posible.
Para todos ya no había nada que hacer, sólo llorar: Juan 11:18-
19, 31. La muerte ya tenía a Lázaro en sus manos.
Nuestra confianza en Dios debe estar por encima de las voces
humanas y circunstanciales, de la adversidad, de nuestros
sentimientos de fracaso y más bien debemos ir a Su presencia.
El Señor oró y declaró la palabra de vida y Dios fue
glorificado. Ante la palabra de Jesús la muerte devolvió a
Lázaro, y el sepulcro no fue lo suficientemente fuerte para
retenerlo.
Reflexión final: Nuestro Señor Jesús no ha cambiado, él es
Dios todopoderoso, conoce nuestra condición y tiene
misericordia. Acerquémonos confiadamente y depositemos
nuestro corazón en él y en su soberanía.
CAPÍTULO 33
JESÚS Y SU IGLESIA
Dios le habla a su pueblo de diversas formas y con muchos
ejemplos, desde el Antiguo Testamento vemos el uso de la
figura esposo-esposa (matrimonio) a través de la cual Dios
expresa la unión con su pueblo, por ejemplo en Isaías 54:4-5
“No temas, pues no serás confundida; y no te avergüences,
porque no serás afrentada, porque tu marido es tu Hacedor;
Jehová de los ejércitos es su nombre”.
En el Nuevo Testamento Dios nos revela que Jesucristo es el
esposo y la iglesia su escogida, por ejemplo: “Porque os celo
con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo,
para presentaros como una virgen pura a Cristo”, 2 Corintios
11:2. Veamos:
“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han
llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y
a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y
resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de
los santos” Apocalipsis 19:7-8.
Consideremos en primer lugar la definición: Bodas, del griego
“Gámos” que además significa: casamiento, matrimonio,
fiesta. Es la unión de Cristo con su Iglesia. El versículo seis
está conectado con el siete, indicando que ambos forman parte
de un mismo acontecimiento.
Las bodas del Cordero llegan cuando “el Señor nuestro Dios
Todopoderoso reina”, refiriéndose al establecimiento del reino
del Señor, antecedido esto de la victoria sobre la gran ramera,
Apocalipsis 19:1-2.
Está fiesta se llevará a cabo en el lugar celestial a donde ha
sido llevada la Iglesia después del arrebatamiento, en un
ambiente de gozo y alabanza, por eso dice el texto bíblico:
“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria…”.
La realidad del evento a la luz de la escritura está señalado en
pasajes como: Mateo 22:2; Génesis 2:21-24; Efesios 5:25, 31-
32; 2 Corintios 11:2-3; Apocalipsis 19:7-8. La boda se da
después de la caída de la gran ramera.
La última cita nos revela varias cosas muy importantes: El
testimonio de que su esposa se ha preparado (“…y su esposa
se ha preparado”), provino de la gran multitud celestial
garantizando el éxito de esta unión eterna entre la iglesia y su
Salvador, es decir ha llegado el tiempo y ella está lista.
“Preparado” del griego “jetoimázo” traduce también:
dispuesta, estar lista. Dios todo lo tiene preparado para tan
importante y hermosos evento.
Es interesante al considerar el Libro de Ester que ella antes de
presentarse ante el rey, se preparó (La reina Vasti por no ir
cuando el rey la llamó fue destituida; Vasti significa: la que
bebe, de hecho “hizo un banquete para las mujeres, y no
respondió al llamado del rey”), es figura de la gran ramera,
Apocalipsis 17 y 18, quien “…Tenía en la mano una copa de
oro llena de abominaciones… y todas las naciones han bebido
del vino de su fornicación”.
Luego el rey escogió a Ester como esposa, Ester significa:
secreto, oculto, escondido (recordándonos la importancia del
secreto o intimidad con el Rey).
Ella estuvo en el palacio antes de presentarse ante el rey, al
cuidado de Hegai, nombre que significa: meditación, palabra,
que gime, separación (es figura de la obra del Espíritu Santo
en la iglesia, es el que alista a la novia para el Señor).
Ester antes de ir ante el rey, durante doce meses se preparó:
seis meses con oleo de mirra y seis meses con perfumes
aromáticos (que nos recuerdan la vida de negación y
obediencia), y halló el favor del rey siendo coronada como
reina.
Así la Iglesia debe prepararse en el secreto, en la palabra, en la
intimidad con su Dios, en obediencia a su Señor, Dios Padre
percibirá el grato perfume y dirá: “está preparada para mi
Hijo”.
El lino fino, limpio y resplandeciente, nos recuerda los
vestidos sacerdotales del Antiguo Testamento símbolo de
santidad y pureza del sacerdote. La iglesia ha sido redimida y
lavada por la sangre del Cordero de Dios.
El lino fino son las acciones justas de los santos. El resultado
de la justificación en Cristo por su gracia, debe llevar al
creyente a vivir una vida transformada que muestra
precisamente, la obra de Cristo en él.
La boda judía y su relación con las bodas del cordero: La boda
judía estaba compuesta por tres etapas:
a) La etapa del desposorio: Ejemplo Mateo 1:18. Donde
ambos se comprometían para casarse en un año. Éste
compromiso era tan serio que para romperse era el proceso
equivalente al divorcio.
b) La etapa de la presentación: el Padre mandaba a sus siervos
a traer a la novia, algunas veces el novio iba con ellos y era
traída al hogar del padre del esposo. Efesios 5:25,27; Judas 24;
Apocalipsis 19:7-8 (Esto nos habla de arrebatamiento). Los
novios se preparaban como si fueran reyes.
c) La etapa de la celebración: el novio introducía en su propia
casa a la novia y se celebraba el banquete o la cena de las
bodas, ejemplo Juan 2:1-11.
Esta celebración duraba una o dos semanas, según la
capacidad del novio (Es un tiempo de gozo, alegría, alabanza,
fiesta, donde los esposos, invitados y testigos, dan la gloria a
Dios por el cumplimiento de sus planes).
Conclusión: Cristo vuelve por su Iglesia, debemos
prepararnos, por su gracia somos la novia que se unirá al
Señor y estaremos para siempre con el Amado, Jesucristo
nuestro Señor.
CAPÍTULO 34
¿CÓMO REGOCIJARSE EN DIOS?
La Biblia nos enseña que el gozo de Dios nos fortalece y
sostiene ante las adversidades. La Escritura también nos dice
que “el reino de Dios no consiste en comida y bebida, sino en
justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo”.
Pensemos por ejemplo, en el cielo no hay personas tristes y
afligidas, tampoco deprimidas, ni resentidas, ni enojadas con
el Señor, ni con su prójimo. Están en la presencia de Dios y
donde él esta hay un continuo regocijo.
La Escritura nos dice: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra
vez digo: ¡Regocijaos!” Filipenses 4:4
Nuestro Señor Jesucristo hoy día está sentado a la diestra del
Padre, y volverá por su iglesia (por supuesto habita también en
nuestro corazón). De manera muy especial mora en nosotros
también el Espíritu Santo de Dios, a quien muchas veces
contristamos con nuestra desobediencia (actitud que debemos
corregir).
Lo cierto es que Dios habita en nosotros, y ya ésta es una
razón de suma alegría. Esta verdad debe fortalecernos ante los
tiempos difíciles.
Respecto al texto de hoy (Filipenses 4:4) vemos que el apóstol
Pablo estaba encarcelado en Roma aunque estaba haciendo la
voluntad del Señor. Pablo le habla a una iglesia constituida,
libre, bendecida, y desde su condición (preso en una celda)
anima a los hermanos de la iglesia de Filipos. ¿Cuál era su
secreto? la comunión con Dios, en medio de la adversidad o
ante la bendición Pablo adoraba al Señor.
Es muy interesante que desde la cárcel Pablo anime a sus
hermanos que estaban libres y con un relativo bienestar en
Filipos. Él usa el término regocijarse, que tiene más fuerza que
simplemente tener gozo. Regocijarse es tener dos veces gozo,
un gozo doble, un gozo más fuerte e intenso ¿cómo logarlo
desde una cárcel?
Cuando tú sabes que Dios es tu escudo y que por encima de
toda circunstancia está Su mando poderosa, puedes descansar
y confiar que todo llegará a buen puerto, que finalmente la
voluntad del Señor se hará y esto es lo más importante.
Cuando obedecemos a Dios nuestro corazón se regocija,
experimentamos una alegría que no es normal, es algo
espiritual, es como una satisfacción que el mismo Espíritu
Santo te comunica. Ese regocijo nos fortalece, porque el gozo
del Señor es la fortaleza del creyente. Regocíjate en Dios.
Cuando Dios nos encomienda una obra requerimos Su fuerza,
Nehemías 8:8-10 “…no os entristezcáis, porque el gozo de
Jehová es vuestra fuerza”. Es muy interesante ver que el
regocijarse en Dios está conectado directamente con el
arrepentimiento, ése el contexto del término aquí.
El término “fuerza” aquí se traduce de un término hebreo que
además significa: peñasco, lugar fortificado, defensa,
inexpugnable. Entonces el regocijarse en Dios nos impulsa
para andar por sendas de seguridad en el Señor, donde el
enemigo no pude tocar a los hijos de Dios. Los planes del
Señor contigo avanzarán, porque tú caminas en Su fuerza.
Reflexión final: Sin duda el Señor ha planeado lo mejor para
nosotros, no permitamos entonces que las crisis o adversidades
nos arrebaten el gozo del Señor, entra en comunión con Dios y
permite que su gozo inunde tu corazón, fortalécete en Su
presencia, y avanza siguiendo Su dirección.
Oración: Amado Dios, dame tu gozo, dame esa capacidad de
perseverar con alegría en mi espíritu, no permitas que la
prueba o adversidad llene de tristeza mi corazón. Tú eres más
grande que todo problema, mi corazón confía en ti y por eso
puede con tu gozo seguir adelante. Gracias Dios mío. Amén.
CAPÍTULO 35
¿POR QUÉ TODOS QUERÍAN TOCAR A JESÚS?
La plenitud del Espíritu Santo reposó sobre el Maestro cuando
estuvo en la tierra. Por el poder del Espíritu desarrollo un
ministerio sobrenatural. En sólo tres años evangelizó Israel,
formó discípulos que luego evangelizaron el mundo conocido,
en unas cuantas décadas el imperio romano fue conmovido por
el mensaje del reino y del poder de Dios a través de su iglesia.
Multitudes seguían al Señor Jesús por veredas, montes y
ciudades, todos querían un toque del Maestro, pues su poder
transforma todas las cosas.
La Biblia nos dice: “Toda la gente procuraba tocarlo, porque
poder salía de él y sanaba a todos” Lucas 6:19.
Es muy interesante lo que el texto de hoy nos describe, pues
todos procuraban tocar al Señor Jesús. El contexto nos habla
de una multitud que seguía al Señor, y todos querían llegar a
él. Podemos imaginarnos como unos a otros se apretaban y se
esforzaban por alcanzarlo.
Todos sabían que si lograban tocarlo, ese toque no sería en
vano (pues en un encuentro con Dios cualquier cosa puede
pasar, nunca saldremos con las manos vacías de Su
presencia).
Todos tenían un anhelo o deseo al llegar a Jesús. Todos
reconocían el poder que estaba en él, la unción del Espíritu
Santo, el poder de Dios reposaba en él, y fue comisionado por
el Padre celestial y el Señor Jesús lo sabía, pues la profecía
dice:
“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido
para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a
los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los
cautivos, vista a los ciegos, a poner en libertad a los
oprimidos”, Jesús apareció con poder y autoridad del cielo
para transformar las vidas, y por eso todos querían tocarle.
Ese anhelo nos enseña que los habitantes de la región
reconocían que en el Señor Jesús estaba el poder para sanar,
salvar y librar a todos los afligidos. Por eso venían a él, era su
esperanza, su oportunidad de cambio y Jesús no los
decepcionó.
El poder sanador de nuestro Señor Jesucristo es integral. Él no
vino sólo a sanar a los enfermos y liberar a los cautivos,
también dio su vida en la cruz para dar salvación a los
hombres que por la fe en su obra reconocen el perdón de todos
sus pecados.
Por eso el milagro más grande ocurre cuando una persona
recibe la salvación, pues es liberada de la enfermedad más
mortal y cruel, como es el pecado (enfermedad que conduce al
hombre a la condenación eterna).
Reflexión final: Por amor Dios envió su Hijo Jesús, mientras
el Señor estuvo en la tierra, anduvo sanando, restaurando,
liberando, anunciando el evangelio del reino y perdonando los
pecados, resucitó y ahora vive en nosotros, él transforma
vidas, sana y libera. Es el mismo Dios que salva a sus hijos de
la crisis, de la angustia, los ayuda y fortalece en el tiempo de la
prueba.
Oración: Señor Jesucristo, vengo reconociendo mi gran
necesidad de ti, tu eres mi vida, eres la razón de mi existencia,
eres también mi fuerza y seguridad. Renuévame con tu poder y
dame la sabiduría para tomar las decisiones correctas cada día.
Gracias por caminar conmigo. Amén.
CAPÍTULO 36
AVANCEMOS EN LOS TIEMPOS DE DIOS
Con frecuencia le pedimos a Dios que bendiga lo que hemos
decidido hacer, sin preguntarle cuál es Su voluntad al respecto.
Damos por sentado que si lo queremos debemos procurar
alcanzarlo y Dios nos bendecirá pues somos sus hijos. Pero en
realidad la Biblia nos enseña que como hijos de Dios debemos
ser guiados por el Espíritu Santo.
Al declarar que Jesucristo es nuestro Señor, estamos diciendo
que nos sometemos a su señorío, a su gobierno, pues no somos
nuestros fuimos comprados a precio de sangre, somos
propiedad de Dios, y debemos hacer Su voluntad, el que ama a
Dios hace lo que le agrada a él y lo hace cuando él dice.
Avancemos en los tiempos de Dios.
La Escritura nos enseña: “Desde entonces comenzó Jesús a
predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos
se ha acercado” Mateo: 4:17.
La Biblia y la vida nos enseñan que las buenas decisiones de
hoy preparan el buen futuro mañana. El contexto del pasaje de
hoy nos enseña que el Señor Jesús ha cumplido sus treinta
años de edad y comienza a desarrollar aquello para lo cual
había venido a la tierra, Jesús comienza su ministerio en
obediencia a su Padre celestial. Optar por obedecer a Dios es
sin duda la mejor decisión que podemos tomar en la
vida.
Éste era el tiempo indicado para Jesús. El texto bíblico de hoy
comienza diciendo: “Desde entonces comenzó…”, es de vital
importancia para el hijo de Dios reconocer los tiempos del
Señor.
Jesús estaba convencido plenamente de que era el momento de
iniciar una nueva etapa en su vida. De igual manera nosotros
debemos ser sensibles a la guianza de Dios, seguir el orden de
sus tiempos y el testimonio del Espíritu Santo en nuestro
corazón. Avancemos en los tiempos de Dios.
Es muy interesante ver aquí que Jesús enseña sobre el
arrepentimiento, pues precisamente arrepentirse implica volver
a tomar la dirección o el camino correcto.
Más precisamente el término arrepentirse viene del griego
bíblico “metanoia” que significa: cambio de mente, es decir el
“arrepentíos” nos está hablando de decisiones de cambio en
nuestra manera de pensar, y esto implica también cambios en
nuestro estilo de vida. Debemos trascender la autosuficiencia y
el orgullo personal para ser guiados por Dios.
Al considerar que debemos dejarnos guiar por el Señor y
seguir Sus tiempos, vemos que con frecuencia hacemos
nuestra voluntad. Muchas veces no tomamos en cuenta cuales
son los tiempos de Dios.
No es suficiente con un buen motivo es necesario saber
cuándo. Vemos que Jesús no comenzó su ministerio antes ni
después de los treinta años, fue precisamente a esa edad,
porque era el tiempo marcado en el reloj del cielo.
El texto sigue diciendo: “Porque el reino de los cielos se ha
acercado”. El Reino de los cielos significa gobierno de Dios.
Entonces podemos decir que el reino se establece sobre
aquellos que desarrollan un corazón manso para obedecer a
Dios y humilde para darle toda la gloria él.
El reino de Dios viene también con todos los beneficios del
mismo, entonces someternos a éste implica recibir todas sus
bendiciones y privilegios.
Reflexión final: Cambiar nuestra actitud, decidir obedecer a
Dios, arrepentirnos de corazón, traerá un sinnúmero de
bendiciones no sólo para nosotros sino para nuestras
generaciones. Depender de Dios para avanzar en Sus tiempos
es lo que hace que Su reino sea establecido en la tierra, es
cuando se cumple la oración: “Venga tu reino y hágase tu
voluntad aquí en la tierra así como en el cielo”. Avancemos en
los tiempos de Dios.
Oración: Amado Señor Jesús, ayúdame a reconocer la maldad
que haya en mi corazón y acudir con fe al poder de tu preciosa
y poderosa sangre, la cual me limpia de todo pecado. Perdón
Dios por mi orgullo y soberbia, por dejarme llevar por el afán
y por la autosuficiencia, ayúdame Dios mío a hacer tu
voluntad y depender de ti. Te pido que la paz tuya gobierne mi
corazón. Amén.
CAPÍTULO 37
EL ENDEMONIADO DE GADARA SE
CONVIERTE EN UN EVANGELISTA
Los planes de Dios con cada uno de nosotros son diseños
celestiales hermosos y poderosos. Sin embargo, los poderes de
las tinieblas procuran enterrar y esconder estos planes a través
de las ataduras espirituales, adicciones, maldiciones, pecados,
heridas, y toda clase de cautiverio. Pero “para esto apareció el
Hijo de Dios para deshacer las obras del diablo”, para traer
libertad y conducirnos al cumplimiento de nuestro diseño
celestial.
Nos dice la Escritura: “…el que había estado endemoniado le
rogaba que le dejase estar con él. Mas Jesús no se lo permitió,
sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán
grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido
misericordia de ti. Y se fue, y comenzó a publicar en
Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y
todos se maravillaban” Marcos 5:18-20.
La libertad es fundamental para avanzar en el propósito de
Dios, y una expresión o evidencia de esa libertad, es la pasión
por Dios. El que había estado endemoniado quería estar con
Jesús, quería estar a su lado y seguirlo.
Cuando tenemos un encuentro real con Jesucristo, es
inevitable no seguirlo, pues entendemos que él es el camino, la
vida y la verdad.
Sin embargo, a causa de los planes de Dios él debe continuar
en esa tierra, y estar en medio de los suyos. Creo, que es casi
el mismo sentimiento que vivimos al conocer a Jesús,
quisiéramos sólo estar con él.
Pero, Jesús nos salva para que además de darnos vida eterna,
cumplamos con sus planes en la tierra. El cautivo de Gadara,
ahora liberado debe ser un instrumento de Dios para que
muchos otros sean liberados de las cadenas de las tinieblas.
Ahora se convierte en el evangelista de Decápolis,
confederación de diez ciudades greco-sirias, y Gadara era una
de ellas. Ahora él andaría anunciando el poder y la salvación
en Jesús, por mucho tiempo el diablo lo tuvo atado, y lejos de
su familia y sociedad, en montes y sepulcros.
Aquel que había tenido esa región atemorizada, ahora Dios lo
usa para bendecir diez ciudades. Porque lo que Dios tiene para
ti, es mucho mejor que lo que el mundo y las tinieblas te
puedan ofrecer.
Reflexión final: Cristo ha venido a salvar al hombre, y a
redimirlo (rescatarlo) de todo cautiverio, para que camine en el
cumplimiento del plan divino, para que fluya en el diseño que
Dios le ha otorgado.
Oración: Señor Jesús no quiero conformarme con nada menos
de lo que tú diseñaste para mi vida, por el contrario te pido que
me ayudes a comprender tu plan para mi tiempo y avanzar en
él, tú eres mi fuerza y escudo, en ti confió. Gracias Señor,
amén.
CAPÍTULO 38
RENOVADOS POR EL ESPÍRITU SANTO
Vi un documental en el cual se mostraba al cazador africano
persiguiendo a un gran venado, la persecución es larga y sin
descanso, hasta que literalmente el venado cae ante el
cansancio, ha perdido todas sus fuerzas y es cazado.
Ambos terminan cansados, la diferencia es que el cazador se
hidrata durante la persecución (pues persigue al animal
llevando agua consigo). La renovación es fundamental para
perseverar en la carrera de la fe, y superar los diversos
obstáculos que aparecen en el camino.
La Biblia nos dice que “Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera
que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que
bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que
el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte
para vida eterna” Juan 4:13-14.
La sequía espiritual produce desorden, escasez y aridez. Esto
lo podemos concluir al ver la vida de la samaritana. Ella tenía
una vida desordenada, una vida religiosa y rutinaria.
En el oriente el agua es de mucho valor, por eso vemos
cisternas y pozos, también se nos habla de fuentes de aguas.
Cristo le hace ver a la samaritana que hay un agua superior a la
del pozo, es agua de vida eterna.
La obra del Espíritu Santo trae orden y bendición, lo vemos
por ejemplo aquí en Génesis 1:2 “Y la tierra estaba
desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del
abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las
aguas”.
Observamos que el movimiento del Espíritu Santo antecede la
vida y el orden, los términos “desordenada, vacía, tinieblas”
nos describen la condición de la tierra, pero allí estaba
moviéndose el Espíritu, y también es quien sustenta la vida (el
creyente sin el Espíritu Santo desmaya, desfallece, poco a
poco muere). Es con su Espíritu dónde hallaremos ríos de agua
viva.
Dios siempre está dispuesto para saciar la sed de su pueblo,
nos dice la Escritura: “A todos los sedientos: Venid a las
aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed.
Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche”, Isaías
55:1.
Durante seis meses del año no llueve en Israel, el agua escasea
y aparece el aguador (vendedor de agua), que va por las calles
gritando: “a todos los sedientos, venid a las aguas”, en raras
ocasiones alguno pagaba toda el agua para repartirla gratis,
entonces el aguador decía: “a todos los sedientos venid a las
aguas y bebed sin precio”, palabras usadas por el profeta para
llamar al pueblo de Dios a un encuentro con su Señor, a un
tiempo de renovación.
Reflexión final: Dios dirigió, protegió y suplió todas las
necesidades de su pueblo por el desierto camino a Canaán.
Dios no ha cambiado, él sigue protegiendo, guiando y
sustentando a su pueblo camino al propósito de Dios. En éste
camino Dios nos ha dado su Espíritu Santo para ser renovados
cada día y perseverar hacia la voluntad del Señor.
Oración: Gracias Dios por tu cuidado y protección, gracias
por todas tus bendiciones y provisión. Seguir tus pasos a veces
implica superar dificultades y obstáculos, y esto genera con
frecuencia cansancio, pero vengo ante ti para adorarte y recibir
de ti la fuerza y le poder para perseverar y ver tu gloria.
Gracias por darme tus fuerzas, mi Señor. Amén.
CAPÍTULO 39
DIOS ES NUESTRO FORMADOR
Sabemos que Dios es nuestro creador, pero recordemos que él
es también nuestro formador, es decir nos da la forma de
acuerdo a su plan, como el alfarero moldea su vasija. Dios está
interesado en formar en nosotros su carácter, para él es más
importante nuestro ser que nuestro quehacer.
Nos enseña la Biblia en Isaías 44:1-2 “Ahora pues, oye, Jacob,
siervo mío, y tú, Israel, a quien yo escogí. Así dice Jehová,
Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te
ayudará: No temas, siervo mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo
escogí”.
Somos creados y formados por Dios. El Señor usa varios
términos para referirse a su pueblo: “siervo mío”, “escogido”,
“soy tu Hacedor”, “te formé desde el vientre” y “te ayudaré”,
palabras que expresan el cuidado de Dios hacía su pueblo en
todo tiempo, incluso en los días difíciles.
“No temas” dice Dios, mensaje que el Señor de continuo en la
Biblia dio a su pueblo y a sus siervos, pues ante los desafíos
encomendados o los peligros de los enemigos, el temor
aparecía para impedir el avance, pero Dios siempre está allí,
animando a sus hijos a seguir adelante para conquistar lo
diseñado por el Señor.
Para el momento en que se da éste pasaje Israel estaba en
completa aridez espiritual, y Dios promete renovar a su
pueblo: “Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos
sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu
generación, y mi bendición sobre tus renuevos; y brotarán
entre hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas”
Isaías 44:3-4.
El momento histórico de Israel era difícil, pues estaba bajo el
reinado de Manasés, llamado el peor rey de Judá, pues llevó el
pueblo hebreo a la idolatría, se volvió al ocultismo, la
tradición rabínica enseña que hizo aserrar al profeta Isaías a la
mitad; así que Judá estaba lejos de Dios, seco espiritualmente.
Pero Dios promete a su pueblo un derramamiento de su
Espíritu sobre la generación de ése tiempo y bendición de Dios
sobre sus descendientes, será tal la obra del Espíritu Santo en
medio de ellos, que se asemeja a la renovación y vida que
experimentan los árboles que crecen a la orilla de un rio.
A pesar de que todo sea difícil, Dios por su Espíritu Santo
sigue al mando de todo, y nos renueva y transforma.
Reflexión final: Dios desea fortalecer y renovar a sus hijos, ha
enviado a su Espíritu, para que cada día, cada momento,
podamos saciar nuestro anhelo, nuestra sed de Dios y nuestra
comunión con él sea fresca cada día.
Oración: Que bueno es saber Dios que tú sigues al mando de
todas las cosas, aunque a veces el panorama sea difícil y
oscuro, tú estás por encima de toda crisis. En medio de la
prueba tu señor me renuevas para que pueda seguir avanzando
y ver tu poder a mi favor. Muchas gracias Jesús. Amén.
CAPÍTULO 40
EL SEÑOR ES MI FORTALEZA
Dios es protección y provisión para sus hijos, el Señor es la
fortaleza del creyente. La palabra fortaleza en el texto de hoy
(Habacuc 3:19), es traducida del término hebreo “Kjáil” que
significa: facultad o “potencialidad”, capacidad de hacer o de
producir.
Con cierta frecuencia el término aparece en un contexto
marcial. Se trata de la “fuerza” física, de la “potencia” y
capacidad de desempeñarse bien en el campo de batalla.
“Fortaleza” nos habla primeramente de la fuerza de Dios que
viene sobre el creyente y lo capacita para vencer en medio de
la batalla espiritual, pues en él somos más que vencedores.
La Escritura nos dice “Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual
hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace
andar” Habacuc 3:19.
En el Antiguo Testamento los términos “ciudad” y “fortaleza”
eran virtualmente sinónimos, pues las ciudades a causa de los
enemigos debían construirse en sitios estratégicos (lugares
altos) y rodeados de murallas.
Nuestro Dios es nuestra fortaleza, pues nos guarda y protege
del enemigo, David vivió esta verdad cuando huía del rey Saúl
y Dios lo libró, y por eso cantó: “Jehová, roca mía y castillo
mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré,
mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio”
(Salmo 18:2).
Cuando logramos depositar nuestra confianza en Dios, le
adoramos y seguimos en medio de las dificultades, y
perseveramos en él, el Señor no sólo es escudo alrededor
nuestro, en él somos inaccesibles para el enemigo.
Reflexionemos ahora en la frase: “él hace mis pies como de
ciervas, y en mis alturas me hace andar”. Esto nos permite
concluir que con el poder de Dios podemos caminar en
victoria y ser intocables para el enemigo.
Los ciervos de las montañas palestinas se destacan por su
gracia y ligereza, con sus patas tienen la habilidad de saltar y
correr entre las pendientes rocosas (“alturas”).
El macho suele vivir en solitario, mientras que las hembras,
junto con los ejemplares más jóvenes y crías, se organizan en
rebaños que pueden ir desde tres ejemplares a más de veinte,
por ser las hembras las que finalmente se encargan del rebaño,
nos dice el texto: “Dios hace mis pies como de ciervas”.
Las ciervas en las zonas altas, escarpadas y pendientes, se
sienten más seguras, pues difícilmente los depredadores (osos,
leones, lobos) pueden alcanzarles para devorar sus crías. Así
pues, Dios nos da la capacidad de caminar por sendas seguras,
y de rectitud donde el enemigo no nos puede tocar, ni alcanzar.
Reflexión final: Como el profeta Habacuc, nosotros podemos
confiar en Dios en todo tiempo, esa confianza en él produce
gozo en nuestro corazón, pues sabemos que Dios nos
sostendrá y fortalecerá, y él nos impulsará para caminar en
victoria.
Oración: Amado Dios, tu palabra nos enseña que no podemos
ignorar las maquinaciones del enemigo, por eso en el poderoso
nombre de Jesucristo creemos que todo poder de las tiemblas
retrocede, y que avanzamos en tu poder, seguros en que tú eres
nuestro escudo y fortaleza. Gracias Dios por darnos la victoria.
Amén.
CAPÍTULO 41
JESÚS ATIENDE A QUIEN LE BUSCA
A veces nuestra vida se encuentra en un camino sin salida, y
como los problemas no distinguen clase social, llegan a todos;
pero confía en Dios, él traerá salvación. Un día el apóstol
Pablo estaba encarcelado por la fe en Jesús, y tomó una
decisión: buscar a Dios y alabar su nombre.
El resultado no se hizo esperar, pues Dios envió Su ángel e
hizo un milagro, y lo sacó de la cárcel de una manera
sobrenatural. Dios es Salvador Todopoderoso en todos los
momentos de nuestra vida, él es Salvador por excelencia.
Nos dice la Escritura en Lucas 6:17 que el Señor Jesús
“Descendió con ellos y se detuvo en un lugar llano, en
compañía de sus discípulos y de una gran multitud de gente de
toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón que
había venido para oírlo y para ser sanados de sus
enfermedades”.
Es muy importante ver aquí que el Señor Jesús no hace
acepción de personas, él no excluye a nadie. Jesús dejó su
gloria por amor a una humanidad perdida, él dio su vida por
todos sin excepción. Murió por ricos y pobres, blancos y
negros, ancianos y niños, derramó su preciosa sangre por todos
sin ninguna distinción.
El contexto del pasaje bíblico de hoy, nos enseña que Jesús
había pasado la noche en oración en el monte (Lucas 6:12),
éste era un monte de Galilea al norte de Israel. En la presencia
de Su Padre celestial, y escuchando Su Voz, había estado allí
por varias horas.
Con esto el Señor Jesús nos dio ejemplo y enfatizó la
importancia de mantener y fortalecer nuestra vida de
comunión con Dios.
El pasaje nos añade diciendo: “descendió”, Jesús no se quedó
allá, y escogió un lugar para enseñar Su palabra y ministrar a
una multitud necesitada (“se detuvo en un lugar llano”). El
Señor escoge el tiempo y lugar donde nos enseña, aunque
algunas veces no nos guste el momento ni el escenario.
El Señor Jesús atiende a quien le busca, él no rechaza a nadie.
En el texto de hoy vemos que Jesús atendió a la multitud que
le buscaba. El pasaje nos dice “una gran multitud” de Judea
(toda la región alrededor de Jerusalén), de la ciudad de
Jerusalén (capital de Israel y ubicada al sur del país) y de Tiro
y Sidón (ciudades puertos de Fenicia, país al norte vecino de
Israel).
Es muy interesante ver que no todos eran judíos, que además
muchos eran de la capital religiosa del país (Jerusalén) y que
venían de realizar un viaje largo (los de Jerusalén ciento treinta
kilómetros y los de Sidón setenta kilómetros, éste era un viaje
de varios días en esa época).
El pasaje bíblico nos sigue diciendo: “Venían para oírle” y
“para ser sanados”, su deseo profundo era escuchar aquellas
palabras de Jesús, pues éste era un mensaje diferente,
alentador, salvador, sincero y acompañado de la vida del
Espíritu, ellos anhelaban el poder del Señor Jesús que
transformaría sus vidas.
Ellos venían desde lugares distantes, seguramente cansados,
pero Jesús no fue ajeno a su esfuerzo y fe, premiándolos con
su bendición y sus milagros. Nunca es en vano buscar a Dios.
Reflexión final: En Dios no hay acepción de personas, Jesús
atiende a quien le busca. El Señor está presto para ayudar y
socorrer a todo aquel que le busca y clama su misericordia.
Dios es bueno y su misericordia es para siempre.
Oración: Te adoro Señor, por tu misericordia y por estar
atento a nuestro clamor, gracias porque siempre estas presto
para ayudarme. Tu presencia me bendice y tu poder me
renueva cada día para hacer tu voluntad. Gracias Jesús por tu
cuidado y bondad. Amén.
CAPÍTULO 42
DERROTANDO LOS DARDOS DEL DIABLO
La Biblia nos dice claramente que el diablo lanza dardos de
fuego contra los hijos de Dios. Estos dardos son la duda, la
incredulidad, el desánimo, la discordia, y por supuesto
mentiras, muchas mentiras, pues él procurará una y otra vez
engañar al creyente.
¿Cuál debe ser nuestra actitud como hijos de Dios ante todo
esto? Ten presente que “Mayor es el que está en nosotros, que
el que está en el mundo”.
La Escritura nos exhorta: “Desechando, pues, toda malicia,
todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones,
desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no
adulterada, para que por ella crezcáis para salvación” 1 Pedro
2:1-2.
El texto de hoy nos recomienda desechar, botar o expulsar una
serie de cosas que afectan nuestra vida espiritual (malicia,
engaño, hipocresía, envidias y calumnias) y más bien desear
con un profundo anhelo la Palabra del Señor.
La palabra de Dios produce crecimiento en la salvación, es
decir, ella nos conduce a la revelación de todo aquello que
Cristo conquistó en la cruz para nosotros. Si la leche materna
es vital para un recién nacido, imagínate lo que hará en
nosotros la poderosa y bendita palabra del Señor.
Debemos persistir en la verdad que enseñan las Sagradas
Escrituras (2 Timoteo 3:14-17). El apóstol Pablo motiva a
Timoteo para que estudie la palabra de Dios, para que la lea, y
así ocupe y llene sus pensamientos con la Biblia, porque ésta
es pura, santifica, renueva la mente y nutre nuestro espíritu.
Una mente ociosa da lugar a muchas cosas vanas y malvadas.
Nuestra mente es renovada con la Palabra de Dios. Cuando
meditamos en ella de día y de noche, ella misma empieza a
generar en nosotros una mente diferente, y por tanto una vida
transformada.
Recordemos que cuando el diablo vino a tentar a Jesús, lo hizo
en tres ocasiones y el Señor lo derrotó mediante la Palabra de
Dios, Jesús declaraba diciendo “Escrito está”. Esto nos enseña
el poder de la Palabra de Dios, ella es como una espada que al
ser declarada con fe por el hijo de Dios causa estragos en el
enemigo de nuestras almas.
Consideremos aquí el ejemplo de Jesucristo (1 Pedro 2:21-23),
el Señor es nuestro máximo ejemplo, y la Biblia nos enseña
que de su boca nunca salió una sola mentira, Jesús nunca
engañó a alguien (sí lo hubiese hecho, habría prestado su boca
al enemigo).
Aunque el Señor Jesús fue ultrajado, rechazado, calumniado y
amenazado, no se sintió con el derecho a hacer lo malo, ni
responder con la maldad de ellos, ni hacer lo que los otros
hacían, lo que Jesús hacia era ir al Padre celestial y
encomendarle su causa.
Debemos confiar en la bondad de Dios (Isaías 53: 9-10).
Recordemos por ejemplo que Eva dudó de la bondad de Dios
(y por eso pecó), el Señor Jesús sometió su voluntad a la del
Padre celestial, y guardó su corazón y sus labios de toda
mentira, no presto su vida ni su boca al diablo, por eso fue
exaltado y honrado, el propósito de Dios se cumplió en él, y
viene el momento cuando Su reino será establecido sobre
todas las naciones de la tierra.
Reflexión final: Nuestro Dios es bueno y desea lo mejor para
cada uno de sus hijos, por todo esto es necesario caminar en la
verdad, y no permitir ni consentir las mentiras del diablo.
Eres un hijo de Dios, no aceptes sus mensajes, ni sus mentiras,
porque su naturaleza es la destrucción, mientras que Jesús ha
venido a darnos vida y vida en abundancia. Gracias Señor por
tu amor y bondad.
Oración: Ayúdame Dios mío a amar la verdad, guardar tu
palabra en mi corazón, y procurar que sea ella lámpara a mis
pies para no apartarme de tus caminos. Dame tu fuerza para
creer tus promesas, y no consentir en mi corazón la duda o
incredulidad que el enemigo quiera sembrar. Amén.
Te invitamos a conocer todos nuestro libros aquí en: Escritor
pastor Gonzalo Sanabria Amazon.com
CAPÍTULO 43
JESÚS LIBERA A LOS ATORMENTADOS POR
DEMONIOS
Qué bueno y alentador es saber que “Jesucristo es el mismo,
ayer y por los siglos”. Pues esto nos recuerda que él sigue
sanando, liberando y salvando. Con poder caminó las calles de
Capernaúm y toda Galilea; todos querían tocarlo pues poder
salía de él y eran sanados, sí esto hacía el Maestro estando en
la tierra, mayor es su poder ahora glorificado en el cielo, él
habita en nosotros y por el poder del Espíritu Santo “mayores
cosas veremos”.
La Escritura nos dice: “y los que habían sido atormentados de
espíritus inmundos eran sanados” Lucas 6:18.
Es muy interesante el término que usa la Escritura para
referirse a la condición de aquellos afligidos por los espíritus
del mal o demonios. El término “atormentados” es traducido
aquí desde el término griego “ocleo” que significa además:
perturbar, angustiar, acosar.
Esto nos enseña que su vida espiritual física y emocional
estaba siendo dañada por estos espíritus inmundos (demonios)
cuya naturaleza es destruir.
Seguramente estas personas eran atormentadas con pesadillas,
enfermedades sin origen conocido, profundos deseos de
suicidarse, escuchaban voces que los llevaban a hacer lo malo,
su corazón experimentaba la angustia, miedos, desasosiego,
etc.
Pero todos ellos encontraron no sólo su libertad, sino la razón
de ser de su existencia, conocieron a Aquel que lo creó todo y
diseñó el mejor plan para sus vidas: Jesucristo nuestro Señor.
Jesús no sólo es nuestra solución, es la razón de ser del
universo.
En el texto bíblico de hoy el Espíritu Santo a través de Lucas
nos enseña que la liberación es una parte de la sanidad de
Dios. El pasaje nos dice: “y los atormentados de espíritus
inmundos eran sanados”, entonces no sólo se consideraba la
sanidad física como tal, sino que además la liberación viene a
ser era una expresión de la sanidad divina también.
El ministerio del Señor Jesús descrito en los evangelios
comprendía la enseñanza, la sanidad, la restauración y la
liberación. Porque en esto consiste el mensaje del reino de
Dios, un mensaje de vida, poder, transformación, salvación,
restauración, de libertad, y perdón para todo aquel que se
arrepiente de corazón y se acerca a Dios.
Jesucristo el Señor tiene todo poder sobre las tinieblas, la
enfermedad, los demonios y toda tormenta que se quiere
levantar. Cuando caminas con Jesús su poder está de tu lado y
verás cosas maravillosas.
Debemos tener presente aquí que la palabra salvación en la
Biblia es traducida del término griego “Soteria”, que traduce
también: salud, libertad, preservación, por tanto la salvación es
una bendición integral para el ser humano.
Oración: Gracias Dios por tan grande salvación, gracias Jesús
por dar tu vida para salvar la nuestra. Ayúdanos Jesús a
buscarte y caminar contigo, pues sólo en ti tenemos vida
eterna, seguridad, esperanza y veremos tu obra sobrenatural en
la tierra. Amén.
CAPÍTULO 44
ES NECESARIO SER APASIONADOS POR DIOS
La pasión por Dios hizo que se destacaran hombres y mujeres
en la Biblia, por ejemplo Moisés quien descendió del monte
Sinaí con su rostro resplandeciente a causa de la gloria de Dios
en él, y la misma Escritura nos dice que esto pasó por que
había hablado con Dios: “no sabía Moisés que la piel de su
rostro resplandecía, después que hubo hablado con Dios”
(Éxodo 34:29).
La pasión por Dios, la búsqueda de Su presencia provocará los
más grandes cambios que ser humano se pueda imaginar, pues
ante Él nada será igual. En su presencia todo es transformado.
La Biblia nos enseña que “Cuando habían pasado, Elías dijo a
Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea
quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de
tu espíritu sea sobre mí” 2 Reyes 2:9.
Es fundamental mantener un profundo anhelo por la presencia
de Dios. En esa decisión de buscar al Señor debemos echar
mano de la perseverancia ante las dificultades que esto
implica.
Podemos ver a la luz del contexto del pasaje de hoy que por lo
menos en tres ocasiones el profeta Elías le pide a Eliseo que se
quede, pero éste persevera siguiendo a su maestro y no lo
descuida, pues sabe que pronto Elías será llevado al cielo.
El profeta Eliseo deseaba una doble porción del Espíritu Santo
que reposaba sobre el profeta Elías. Tengamos en cuenta que
en el Antiguo Testamento el Espíritu de Dios venía sobre los
hombres, pero en el Nuevo Testamento vino a morar en los
hijos de Dios (hoy somos templo del Espíritu Santo, cosa que
no sucedía en el A.T.) pero aun así vemos que hombres como
el profeta Elías y Eliseo conocían de manera íntima al Espíritu
de Dios.
El profeta Eliseo quería más del Espíritu, tenía pasión por
Dios, podemos ver esto como una bendita insatisfacción. Así
nuestro corazón debe ser agradecido por todo lo que hemos
recibido de Dios, pero al mismo tiempo debemos mantener un
profundo anhelo por Su presencia, cuando ese deseo personal
por Dios se pierde, aparece con toda su fuerza el peso de la
religión y la agotadora rutina eclesial.
Dios derramó sobre Eliseo la doble porción que tanto anheló y
por la que perseveró. Ante el poder el corazón humano puede
caer en la soberbia y orgullo, por eso Dios requiere de sus
siervos un corazón humilde para seguir siendo vasijas útiles en
Su mano y dar gloria y honor siempre, pues todo viene de Dios
y lo que logramos es por Su gracia y misericordia.
Esa actitud mansa y humilde la vemos en el profeta Eliseo
cuando los discípulos reconocieron que la doble porción
reposó sobre él (2 Reyes 2:15-17). Eliseo no procedió con
soberbia ni con imposición, él valoró el equipo (quiero decir el
grupo de discípulos que seguían a Elías). Él actuó con
sabiduría y Dios demostró que se movía a través de él.
Un líder no se impone a la fuerza, más bien inspira a su
equipo, ese es el liderazgo que vemos en Jesús, los apóstoles
dieron su vida por el Maestro, no por miedo a él, sino por
amor y gratitud.
Un líder tiene en cuenta que no trabaja solo, que sus beneficios
no son individuales sino grupales, que es necesario el amor,
para tener paciencia y tolerancia, porque el trabajo en equipo
es esencial, y sus resultados siempre serán mayores.
Un líder debe tener ante todo pasión por Dios y un corazón
manso y humilde; pues la pasión por el Señor lo fortalecerá
para perseverar en todo tiempo y la humildad lo sostendrá en
las alturas donde Dios lo ponga, pues a mayor altura más
fuertes son los vientos.
Reflexión final: Sin duda debemos tener en cuenta estos tres
factores: pasión por Dios (que transforma el corazón), anhelo
por el poder de Dios manifestado (señales), y trabajar en
equipo procurando que Dios sea glorificado.
Oración: Señor, permíteme mantener un corazón apasionando
por tu presencia, que siempre busque tu rostro, que mi ser te
amé cada día más, que siempre tenga presente que derramaste
tu sangre por mí, no tengo palabras para agradecer tu amor.
Lléname Señor con tu Espíritu y ayúdame a hacer tu voluntad.
Amén.
CAPÍTULO 45
DIOS TRAE COSAS NUEVAS PARA TI
Dios determina llevarse a Elías, y ahora es Eliseo quien queda
al frente. Es muy interesante considerar que en el ministerio
del profeta Elías hallamos siete milagros poderosos, en tanto
que en el ministerio del profeta Eliseo hay catorce
milagros (vemos aquí el resultado de la doble porción del
Espíritu sobre Eliseo), porque Dios cumple su palabra, el
Señor no miente, y su palabra nos dice: “la gloria postrera será
mayor que la primera”.
Concluimos entonces que cuando Dios trae cambios a nuestra
vida no es para molestarnos, sino para llevarnos a un nuevo
nivel de fe y de unción, de autoridad y bendición, tengamos
presente una verdad: lo mejor está por venir. Dios viene con
cosas grandes y nuevas para ti.
La Escritura nos dice que “Y aconteció que yendo ellos y
hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego
apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino.
Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de
Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le vio; y tomando
sus vestidos, los rompió en dos partes” 2 Reyes 2:11-12.
El pasaje de hoy narra un acontecimiento sobrenatural, éste
carro de fuego es una manifestación del cielo en la tierra. El
Reino de Dios está siendo establecido en nuestro planeta, por
eso sus múltiples manifestaciones.
Recordemos que Jesús vino predicando el evangelio del reino,
y su ministerio estuvo acompañado de señales y poder
sobrenatural, pues precisamente es la gloria de Dios la que
sella éste mensaje que viene del cielo.
El ministerio del profeta Elías en la tierra había terminado, y
Dios envía un carro de fuego y se lo lleva vivo. Esto es muy
interesante porque tiempo atrás Elías bajo el enebro y ante la
persecución de Jezabel quiso morir, pero ese no era el tiempo
ni la manera en que terminaría el ministerio de éste profeta,
Dios tenía algo diferente para él.
Cuando pensamos que todo ha terminado, o deseamos que
termine, Dios nos enseña que todo tiene su tiempo y él hará las
cosas a Su manera, y siempre nos sorprenderá con su amor.
Cuando pensamos que todo ha terminado, Dios tiene la última
palabra.
Vemos también que comienza un nuevo tiempo y ahora sería
Eliseo el instrumento del Señor como profeta de Israel.
Gracias a Dios por todo lo que nos ha dado y lo que nos ha
permitido vivir, pero es necesario tener un corazón abierto a
los cambios que trae el Señor a nuestra vida.
Para Eliseo e Israel llega un nuevo tiempo, una nueva etapa de
acuerdo a los que el Señor ha planeado, y son tiempos de
mucha bendición y crecimiento pues Dios es grande y bueno
(así también son sus planes: grandes y buenos). Dios viene con
cosas grandes y nuevas para ti.
Es fundamental tener presente que quien hace la obra
finalmente es Dios: “Alzó luego el manto de Elías que se le
había caído, y volvió, y se paró a la orilla del Jordán… Y
golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías?
Y así que hubo golpeado del mismo modo las aguas, se
apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo” 2 reyes 2:13-14.
Los hombres y mujeres que servimos al Señor somos
instrumentos de él, sin su bendición y respaldo nada
contundente y trascendente podemos hacer.
Notamos que el profeta Eliseo dijo: “¿Dónde está, Jehová, el
Dios de Elías?” y esto nos hace ver que su anhelo era ver a
Dios glorificándose ante el río Jordán; no importa cuáles sean
los obstáculos a superar, ni cuan grandes sean los problemas,
siempre nuestro Dios será más grande.
Por eso está escrito: “Jehová el Señor me ayudará, por tanto no
me avergoncé; por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé
que no seré avergonzado (Isaías 50:7). Confía en Dios, él no te
dejará avergonzado.
Cuando Dios es quien guía nuestra vida debemos depositar
todo nuestro corazón en él. Los cambios que el Señor trae a
nuestra vida implican salir de nuestra comodidad o enfrentar
grandes desafíos, pero podemos avanzar y conquistar lo que
Dios pone delante, pues es él mismo quien nos ayuda y
fortalece.
Reflexión final: Dios no desampara a su hijos, quizá haya
dificultades por delante u obstáculos que superar, pero el
Señor no faltará dándonos su fuerza, y él manifestará su gloria
y veremos lo nuevo que ha planeado para nosotros. Adelante,
Dios viene con cosas grandes y nuevas para ti.
Oración: Amado Dios gracias porque puede contar contigo.
Tu sabes mi humana debilidad, pero tu poder se hace grande
en mi necesidad, gracias te doy por ayudarme y conducirme a
la bendición que me tienes preparada. Amén.
CAPÍTULO 46
JESÚS TE ESTÁ LLAMANDO
Debido a los azares de la vida tenemos la tendencia a dejar
para mañana lo que podemos y debemos hacer hoy. Pero creo
que la más grande equivocación es posponer nuestra decisión
de seguir y obedecer a Cristo. Cuando aceptamos el llamado
de Dios muchas bendiciones nos alcanzan y no sólo a nosotros
sino a todos aquellos que nos rodean.
La Biblia nos dice que “Andando Jesús junto al mar de
Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés
su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran
pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré
pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las
redes, le siguieron” Mateo 4:18-20.
El Señor Jesús sigue llamando al servicio. No era un accidente
que el Señor caminará por allí, todo estaba planeado por Dios
mismo. Pedro y Andrés estaban trabajando en el mar (vemos
entonces que Dios no llama a nadie desocupado).
El llamado que Jesús primero nos hace es el de la salvación,
nos habla de seguir Sus pisadas, Su camino, Su ejemplo, Su
voz. Hablamos entonces de un nuevo estilo de vida. Nos
convertimos en ciudadanos del Reino de Dios, hijos de Dios.
Vemos además que el Señor los llama a formar parte de la
extensión de su Reino. Éste es el más grande proyecto de la
historia y de toda la creación, el más digno y de una
trascendencia eterna. Seguramente hay grandes profesiones,
oficios y proyectos en la tierra, pero servir a Dios es el mayor
privilegio. Acepta el llamado de Jesús.
Este es también un llamado a buscar la presencia de Dios,
fortalecer nuestra fe, es un llamado a estar para siempre con él.
Los llamados a orillas del mar de Galilea siguieron al Señor
Jesús, con una firme decisión, y lograron perseverar ante la
oposición, y la Biblia enseña que Dios les tiene preparado un
gran galardón, no sólo la eternidad con él, sino privilegios en
el reino venidero.
Que hermosa fue la respuesta de Pedro y Andrés que la Biblia
nos relata: “ellos dejando al instante las redes le siguieron”.
No lo pensaron muchas veces, no estaba su corazón amarrado
a las redes de pesca, ni al lago de Galilea, lograron ver que
Dios les hacia un llamado mucho más grande.
Seguramente servir y seguir a Jesús es un camino con
obstáculos y enemigos que vencer, y Dios mismo nos ha
prometió darnos Su ayuda y fortaleza, él ha asegurado a través
de Su palabra que Su presencia y poder nos acompañará y si
Dios con nosotros ¿quién contra nosotros? Adelante Dios está
contigo.
Reflexión final: En nuestro caminar cristiano habrán
momentos difíciles, incomprensibles, y tal vez dolorosos pero
el Señor Jesucristo nos llama a un compromiso con Su Reino,
con Su Palabra, con Su obra, nos llama a vivir para él y hacer
Su voluntad. Él desea decirte al final de los tiempos: “Bien
buen siervo y fiel, sobre lo poco has sido fiel, sobre lo mucho
te pondré”. Escucha a Dios, pues Jesús te está llamando.
Oración: Gracias Dios por esta salvación tan grande, gracias
por tu protección y tus bendiciones, también quiero decirte que
necesito tus fuerzas, que es mi deseo servirte conforme a tu
divino plan. Reconozco mi condición y necesidad de ti, por
eso te pido fortaléceme y te serviré. Gracias mi buen Dios.
Amén.
CAPÍTULO 47
VICTORIA SOBRE EL RESENTIMIENTO
Aunque Jesús hizo la voluntad de Dios tuvo que enfrentar el
rechazo, la burla, oposición y la traición, pero su perseverancia
alcanzó salvación para todos. Cuando consideramos también
el ministerio del apóstol Pablo hallamos persecución,
murmuraciones y calumnias contra él, muchos peligros,
enfermedad, varias decepciones, soledad, muchas veces
incomprendido, continuos ataques espirituales y físicos.
Finalmente Pablo dijo: “He peleado la buena batalla, he
acabado la carrera, he guardado la fe, y me está guardada la
corona de justicia”, el enemigo hasta el fin lo acechó, pero
Pablo se fortaleció en Jesucristo nuestro Señor y pudo vencer,
porque más grande es nuestro Dios que cualquier poder y
estrategia del enemigo. Por eso renueva tus fuerzas en Dios y
avanza, pues hay grandes conquistas por alcanzar.
La Biblia nos dice que “Hablando ellos al pueblo, vinieron
sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo,
y los saduceos, resentidos de que enseñasen al pueblo, y
anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos. Y les
echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día
siguiente, porque era ya tarde” Hechos 4:1-3.
No podemos olvidar que los espíritus inmundos procuran
detener y estorbar los planes de Dios en nuestra vida. Una de
las estrategias que el enemigo utiliza es el resentimiento, el
enojo o rencor.
Consideremos primero que el término resentimiento en el
griego bíblico indica desagrado, indignación, estar
dolorosamente angustiado.
El texto de hoy nos enseña que los sacerdotes (en su
mayoría fariseos) y los saduceos, aunque diferían en doctrina
se unieron para hacer el mal, ellos estaban “resentidos” y
motivados por ese enojo hicieron encarcelar a los apóstoles.
Cuidémonos del resentimiento y del rencor, pues estos ciegan
el buen juicio. Vemos que aunque eran sacerdotes no lograron
ver que la obra era de Dios. Dirigían la vida espiritual de
Israel, pero llevados por el resentimiento, estaban peleando
contra el Señor.
Esto nos enseña que no importa cuánto conocimiento bíblico
tengamos, o que nivel de autoridad Dios nos ha entregado,
debemos desechar el resentimiento, o éste nos llevará a
cometer grandes y graves errores (tengamos presente también
que la falta de perdón introduce el corazón en un cautiverio
espiritual de maldad).
Debemos ver también como el enemigo procura cautivar o
encarcelar a los hijos de Dios. Dice el texto que: “los pusieron
en la cárcel”. Las cárceles y cautiverios no solo son físicos,
recordemos que las verdades físicas son resultados de las
espirituales. La misma Escritura nos dice: “Lo que se ve, fue
hecho de lo que no se veía”.
El profeta Isaías acerca del Señor Jesús profetizó: “He aquí mi
siervo, mi escogido… he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá
justicia a las naciones… para que abras los ojos de los ciegos,
para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de
prisión a los que moran en tinieblas”.
Un ejemplo de esto lo vemos en el cautiverio del
endemoniado gadareno, Jesús lo liberó y se convirtió luego un
evangelista que llevó el mensaje por toda Decápolis.
Cuidémonos del resentimiento y de las heridas en el corazón,
pues sin querer tal vez, seamos usados por el enemigo para
estorbar la obra del Señor. Por eso es fundamental, cuando así
se requiera ejercer el perdón (“perdonándoos unos a otros,
como Dios también os perdonó en Cristo”).
Los apóstoles hicieron su labor a pesar de la gran oposición,
ellos enfrentaban persecución por parte del imperio romano,
por parte de las autoridades religiosas del momento, por parte
de los judíos no creyentes y una fuerte oposición espiritual
demoniaca.
Los apóstoles no se rindieron, ellos se fortalecieron en Dios.
No cedamos ante el enojo o ante los deseos de venganza,
derrotemos el resentimiento con el perdón y el amor de Dios.
Las grandes conquistas nunca han sido fáciles, Hechos 4:4 nos
dice que “muchos de los que habían oído la palabra, creyeron;
y el número de los varones era como cinco mil”. Recordemos
queJosué tuvo que esforzarse, ser valiente, perseverante,
superar crisis, y muchas otras cosas para conquistar la tierra
prometida.
De la misma manera como los apóstoles y Josué, nosotros
debemos ser esforzados y valientes en el Señor, y veremos su
gloria y poder a nuestro favor.
Es interesante ver que cuando el resentimiento (en nosotros o
en otros) es derrotado por el amor, por el perdón, y por el
poder de Dios, los resultados son gloriosos, pues la gloria de
Dios fluye sin obstáculo (vemos en el libro de los Hechos que
miles y miles se convertían a Jesucristo).
Reflexión final: Dios ha prometido estar con nosotros,
seguramente en el camino encontraremos obstáculos que
superar, pero con la fuerza del Señor avanzaremos. No
permitamos que el enemigo siembre la semilla del rencor,
derrotemos el resentimiento y caminemos en el poder y en el
amor de Dios.
Oración: Hoy te pido Dios mío, ayúdame a perdonar a quien
me ofende o lastima, no halle la raíz de amargura terreno fértil
en mi corazón. Dame sabiduría y fortaleza para pagar con bien
el mal. Llena mi corazón con tu amor. Gracias mi buen Dios.
Amén.
CAPÍTULO 48
LAGRIMAS A LOS PIES DE JESÚS
Hay diversas razones por las cuales aparecen las lágrimas en
nuestros ojos, desde una gran alegría hasta una profunda
tristeza, pasando por el ardor de la cebolla. Pero sin duda
cuando adoramos y entramos en la presencia de Dios es
inevitable derramar nuestro corazón como aguas delante de él,
pues Su gloria, poder y amor nos envuelven.
Creo que es difícil con palabras describir lo que
experimentamos en un momento así. De igual manera cuando
recordamos Su perdón, y cómo ha preservado nuestra vida y la
de nuestra familia de grandes peligros, nuestras lágrimas caen
a los pies de Jesús. Gracias Dios por tu amor y protección.
LA Escritura nos enseña que “Entonces una mujer en la
ciudad, que era pecadora, como entendió que estaba a la mesa
en casa de aquel fariseo, trajo un vaso de alabastro con
perfume; Y estando detrás de él a sus pies, comenzó llorando a
regar con lágrimas sus pies, y los limpiaba con los cabellos de
su cabeza; y besaba sus pies, y los ungía con el
perfume” (Lucas 7:36-38).
Ante este acto de adoración, teniendo en cuenta el contexto,
debemos considerar las actitudes del fariseo. Vemos por
ejemplo que él no recibió al Señor Jesús como era digno.
Pues en la cultura judía tenían como práctica atender a los
invitados al banquete con las siguientes acciones o protocolo:
sus pies eran lavados, eran recibidos con un beso como saludo
de cortesía, su cabeza era ungida con aceite perfumado
(preparado con especies aromáticas, era un perfume especial).
Vemos entonces que ni siquiera trató a Jesús como un invitado
normal.
El fariseo juzgó el acto de adoración de la mujer, y a Jesús por
recibir la adoración de una pecadora (Lucas 7:39). La vida
religiosa (llena de rituales y formalismos) y la hipocresía eran
características evidentes de los fariseos, ellos siempre
buscaban las maneras de ser vistos y reconocidos por las
demás personas.
El espíritu fariseo juzga y cuestiona lo que el Señor Jesús hace
(como maestros de la Ley, ellos consideraban que eran tan
santos que una mujer pecadora no los podía tocar).
Vemos que éste fariseo no creía en Jesús como el Mesías (pues
piensa: “sí éste fuera profeta”), sin embargo lo invitó a su casa,
seguramente quería mostrar sus influencias al tener al Maestro
del cual todos hablaban en su casa.
En contraste veamos ahora las actitudes de nuestro Señor
Jesucristo. En primer lugar Él recibe la adoración de una
“pecadora”; esto nos enseña que para Jesús tiene mayor valor
un corazón sincero, que los títulos, posiciones y todas las
prácticas religiosas que podamos hacer y conocer.
Las lágrimas a los pies de Jesús son una expresión de
humildad y reconocimiento de nuestra condición y necesidad
de él.
En segundo lugar vemos que Jesús enseñó al fariseo lo que es
la verdadera adoración. Ésta va más allá de levantar las manos
o alzar la voz, le enseña que la verdadera adoración nace en el
corazón que con sencillez y honestidad reconoce su condición,
y recibe por la fe en Jesús la gracia de Dios al perdonar sus
pecados y darle el privilegio de entrar en Su gloriosa
presencia. Ante todo esto es inevitable que caigan las lágrimas
a los pies de Jesús.
En tercer lugar vemos que el Señor Jesús defiende a quien le
adora (Lucas 7:44-46, 50). Jesús le dice: “No mediste agua
para mi pies, no me diste beso, no ungiste mi cabeza con
aceite… pero ésta con sus lágrimas ha regado mis pies y con
su cabello los ha secado, ha besado también mis pies y con su
perfume los ha ungido”
Finalmente Jesús le dice a la mujer: “Tu fe te ha salvado, ve en
paz”. Recordemos que para el fariseo era una pecadora indigna
de tocar al Maestro, pero Jesús la honró delante de todos los
que allí estaban, porque Jesús defiende y honra a quienes le
honran.
Vemos en cuarto lugar que Jesús enseña algo muy importante:
El grado de revelación de tu perdón, determina tu nivel de
adoración (Lucas 7:47). El fariseo no adoró al Señor Jesús,
porque su justicia estaba basada en actos humanos y
religiosos.
La mujer que llegó lo adoró, porque solo en Jesucristo el ser
humano encuentra la gracia del perdón. Cuanto más entiendes
el perdón del Señor, más grande es tu amor por él.
Reflexión final: La adoración genuina no está llena de
rituales, es aquella que nace en un corazón sincero,
transparente delante de Dios y que al reconocer su necesidad
acude al Señor para beber de la fuente de vida.
Cuando adoras tú espíritu es renovado por el poder que emana
de Dios mismo, por eso Moisés descendía del monte y su
rostro resplandecía. Adora a Dios y cada vez te parecerás más
a él.
Oración: Deseo con todo mi corazón Jesús adorarte con un
corazón sincero y manso, deseo habitar en tu presencia, sólo
en ella hay verdadero gozo, paz y seguridad, eres tu quien la
da sentido a mi vida. Te amo, y requiero tu amor todos los días
de mi existencia. Gracias Señor por estar conmigo.
CAPÍTULO 49
JESÚS SABE COMO HACER SUS COSAS
A veces llegamos a cierto momento de nuestra vida dónde no
sabemos qué hacer, y no logramos ver el camino correcto. Nos
fatigamos tratando de hacer cosas y al final estamos cansados
y decepcionados.
Lo que debemos hacer desde un comienzo para no gastar en
vano nuestras fuerzas es buscar la solución en Dios, pues está
escrito: “Buscadme y viviréis”. No te desalientes, fortalécete
en el Señor y busca el consejo en Su palabra, Dios sigue
hablando y es Señor Todopoderoso.
La Escritura nos enseña que “Cuando alzó Jesús los ojos y vio
que había venido a él una gran multitud, dijo a Felipe: ¿De
dónde compraremos pan para que coman éstos? Pero esto
decía para probarlo, porque él sabía lo que iba a hacer” Juan
6:5-6.
Jesús y sus discípulos están en la región de Galilea. Debemos
tener presente que Galilea era un territorio rechazado por los
habitantes de Jerusalén (los galileos eran considerados judíos
mezclados con otras razas, con poda escolaridad y poco temor
de Dios).
El texto nos dice que venían grandes multitudes a Jesús y él
las atendía, dándoles sanidad, libertad, restauración y perdón.
Porque Jesús no rechaza a nadie que viene a él, ni lo devuelve
con las manos vacías.
El Maestro se sienta en la cumbre de un monte con sus
discípulos, debemos ver en todo éste escenario las condiciones
dadas para una gran enseñanza. Un buen discípulo sabe que
Jesús siempre está enseñando, somos nosotros los llamados a
estar siempre aprendiendo.
El contexto de este pasaje nos enseña que debemos reconocer
que todo viene de Dios. Nos dice la Biblia que Felipe fue
probado por Jesús. Las pruebas en nuestra vida tienen entre
otros objetivos, hacernos crecer y fortalecer en la fe.
De Dios no sólo vienen las recompensas o bendiciones físicas,
él nos prueba y aun disciplina cuando es necesario, y todo lo
hace por amor y para nuestro bienestar.
Jesús le pregunto a Felipe para probarlo, pues Jesús “sabía lo
que había de hacer”, éste momento era una prueba para Felipe,
pero para Jesús era un momento ideal para mostrar su poder y
cuidado con los suyos, era un momento para una poderosa
revelación, Jesús se manifiesta como el enviado del cielo y
Felipe desarrolla una mayor confianza en Jesús.
Así que gracias al Señor por sus bendiciones y también gracias
por las pruebas que nos han llevado a conocerlo más.
Recordemos aquí que el texto nos dice: “él sabía lo que había
de hacer” entonces ninguna prueba en nuestra vida toma por
sorpresa al Señor.
Antes de que tu problema, crisis o dificultad llegue, la
provisión en Jesucristo está dispuesta.
Dios es nuestro proveedor, y requiere que le creamos (Juan
6:7-9). La Biblia nos enseña que Felipe respondió: “doscientos
denarios de pan no bastarían”, eran aproximadamente cinco
mil varones y el texto nos confirma que cada uno comió pan y
pescado.
Jesús encomendó los pocos peces y panes a Dios, y vio el
milagro. Cuando tú pones en las manos de Dios lo poco, él te
sorprende con su abundancia. Definitivamente Jesús sabe
cómo hacerlo.
Debemos destacar que Jesús le preguntó a Felipe y éste le
respondió, pero fue Andrés quien trajo al muchacho que tenía
los pocos panes y peces. Entonces Felipe representa a aquellos
que se excusan porque no hay nada que hacer, Andrés
representa a aquellos que con diligencia ponen lo poco que
tienen en las manos de Dios.
Reflexión final: Ante las dificultades podemos dejarnos llevar
por la angustia o ansiedad. Lo correcto es ir a Dios y
encomendar en Sus manos nuestra situación. Él hará cosas
gloriosas, pues Jesús sabe cómo hacerlo.
Oración: Señor Jesús decido confiar en ti, hoy encomiendo en
tus manos mis dificultades y adversidades, creo que tú te haces
cargo de éstas situaciones, y por tanto les darás el mejor final.
Gracias Dios por ayudarme, y espero confiado en tu poder y
cuidado. Amén.
CAPÍTULO 50
ES NECESARIO CONSTRUIR LA CASA DE
DIOS
Es hermoso ver cómo fue edificado el tabernáculo en el
desierto, pues esto contiene muchas enseñanzas de sumo valor
para nosotros hoy día. Vemos por ejemplo que desde ésta
época tan antigua Dios edifica su templo a través de ofrendas
de su pueblo.
Ésta ofrenda debe ser con un corazón voluntario, y no con
tristeza ni por obligación. Nunca es en vano lo que hacemos
para Dios, y cuyo objetivo busque glorificar Su nombre.
Dios habló a Moisés diciendo: “Di a los hijos de Israel que
tomen para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su
voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda” Éxodo 25:2.
Vemos a la luz de la Escritura que éste modelo es el diseño de
Dios:
a) Lo fue para la construcción del tabernáculo en el desierto,
los israelitas trajeron sus ofrendas (oro, plata, bronce, telas
finas, aceites, muchas piedras preciosas, otros materiales
regalados por los mismos egipcios cuando Israel salió de allí y
ganados para los sacrificios).
b) También lo vemos en tiempos del Salomón, pues el templo
fue edificado con las ofrendas de su padre el rey David, sus
principales y de todo el pueblo del Señor (1 Crónicas 29).
c) Durante el tiempo de Esdras el templo fue reconstruido con
las ofrendas voluntarias del pueblo de Israel (Esdras 1).
Al considerar la frase “Voluntariamente, de corazón”
destacamos que es traducida del término hebreo “nadáb” que
además significa: impeler, impulsar; ofrecerse como
voluntario, como soldado, presentarse, y el término corazón
hace referencia al centro vital del hombre.
Entonces concluimos que es una decisión que nace en lo
íntimo y profundo del ser humano, que percibe o es sensible a
la convocatoria que hace el Señor a su ejército para emprender
una nueva campaña.
Vemos también que los materiales usados en la construcción
eran de gran valor (Éxodo 25:3-7). Cada uno de éstos
materiales tiene un valor especial y alto. Cuando Israel sale de
Egipto ha sido esclavo allí por cuatrocientos años, y Dios
ordena que los egipcios los despidan con oro, plata, telas y
piedras preciosas, entre otros, vemos entonces que el Señor
recompensa el trabajo de siglos allí, pues Dios es justo y
bueno.
Es muy interesante ver que el Señor solicita la ofrenda de
Israel justamente cuando está atravesando el desierto. Es muy
importante mirar en la Biblia el cómo, el qué, el cuándo, el
dónde de los personajes y eventos bíblicos, pues esto nos
ayuda a entender mucho más el objetivo de la Escritura.
Vemos pues que el Señor solicita una ofrenda significativa,
ellos van caminando a la tierra de la abundancia, pero en ese
momento estaban en el desierto. Hablamos entonces de
ofrendas o siembras con esfuerzo y sacrificio.
Podemos recordar por ejemplo algunas ofrendas como: la
ofrenda de la viuda de Sarepta de Sidón, también la ofrenda de
dos blancas de la viuda pobre en tiempos de Jesús, etc.
Consideremos que Israel no sembró éstas ofrendas en Egipto,
allí eran esclavos y no tenían nada, pero ahora el Señor los
había bendecido y ofrendaron en el desierto, y sin duda Dios
también los llevó a hacerlo para cosechar en Canaán la
abundancia prometida por él en la “tierra que fluye leche y
miel”.
Reflexión final: Dios es bueno y desea también prosperar
nuestras finanzas, con amor debemos respaldar la extensión de
Su reino. Recordemos las palabras de Jesús: “Más
bienaventurado es dar que recibir”.
Oración: Señor ayúdame a ser sensible a tu dirección, a amar
tus planes y deseos, a apoyar con generosidad tu obra en la
tierra. Muchas gracias por tu provisión y bendición sobre mi
casa y familia, y también te agradezco por todas las
bendiciones que vendrán sobre mi vida.
CAPÍTULO 51
ADORACIÓN QUE AGRADA A DIOS
El salmista expreso: “Mi alma tiene sed de Dios, del Dios
vivo”. Nuestro ser requiere del Señor para vivir, como las
plantas necesitan del sol y del agua para hacerlo. Cuando
vivimos sin Dios o alejados de él es como pretender caminar
por el desierto sin ser afectados por el ardiente sol y la gran
escasez de vida allí.
Sí el agua de la tierra sacia la sed de nuestro cuerpo, es vital
reconocer que sólo el agua de vida en Cristo puede saciar la
sed de nuestro corazón.
El Señor Jesús “vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta
mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas
ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con
sus cabellos. No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no
ha cesado de besar mis pies. No ungiste mi cabeza con aceite;
mas ésta ha ungido con perfume mis pies” Luca 7:44-46.
En esta porción bíblica el Maestro expresa como la adoración
de ésta mujer fue mucho más allá de la “atención” de Simón el
fariseo. Jesús destacó y valoró la adoración de la mujer
“pecadora”, por encima de los formalismos de Simón.
Consideremos entonces aquellos factores que componen la
adoración que a Dios agrada.
En primer lugar es necesario reconocer quien soy y quien es
Dios. Vemos que ella era una mujer “pecadora”, basados en la
Escritura no podemos concluir con seguridad que era una
prostituta, pero su pecado era evidente en toda la ciudad
(socialmente era rechazada y señalada), probablemente ese era
su oficio.
Dios es santo, y cuando nos acercamos a él es precisamente
esa santidad la que nos hace conscientes de nuestra condición,
y por ende podemos reconocer nuestra gran necesidad de él.
En segundo lugar debemos anhelar estar con el Señor Jesús (es
decir debemos tener pasión por la presencia de Dios). Este
anhelo lo vemos en esta mujer pues cuando ella se enteró que
Jesús estaba en la ciudad fue a buscarlo.
Ella se esforzó y perseveró pues se desplazó hasta la casa de
Simón el fariseo y tuvo que vencer algunos obstáculos: era la
casa de un fariseo y no sería bienvenida por ellos; no había
sido invitada; tuvo que vencer su sentimiento de indignidad,
entre otros.
En tercer lugar vemos una expresa y decidida disposición a
pagar un precio. El contexto nos habla de “un frasco de
alabastro”: el alabastro es un mármol translucido,
generalmente con visos de varios colores, y tiene mucho valor,
su contenido era “perfume” sin duda alguna también de gran
valor.
Podemos decir entonces que fue una “costosa” adoración,
debemos entonces tener presente que nuestro Dios no es
barato, él es el bien más preciado que en el universo visible e
invisible pueda haber, ayer, hoy y siempre.
En cuarto lugar vemos en la mujer una actitud de humildad (el
texto bíblico nos dice: “a sus pies”). El orgullo no se postra ni
se dobla ante el Señor. Pero la Biblia nos enseña que la
verdadera grandeza se alcanza de rodillas, porque “el hombre
es más grande cuando se humilla delante de Dios”. El Señor
da gracia a los humildes, y mira de lejos al altivo.
Reflexión final: Dios transformó completamente la vida de
esta mujer, la perdono y restauró su autoestima. Ella salió
justificada, aceptada y honrada por Jesús mismo. Este es el
resultado de un encuentro con Jesucristo.
Por eso ante la pregunta cómo adorar a Dios, debemos
responder que esto se hace con sencillez de corazón y
sinceridad, acerquémonos al señor, él es Dios todopoderoso,
bueno y misericordioso, digno de toda adoración.
Oración: Gracias Señor Jesús por dar tu vida por mí, gracias
por tu poderosa sangre que me limpia de pecado, te adoro Dios
mío y con todo mi corazón, gracias. A tus pies pongo mi
corazón, tómalo Señor y has tu buena voluntad en mí.
Restaura mi ser y has de mí un instrumento en tus manos.
Gracias Señor, amén.
CAPÍTULO 52
VICTORIA SOBRE EL ENGAÑADOR
Satanás se reveló contra Dios y provoco también que la tercera
parte de los ángeles del Señor se rebelaran contra él, y esto lo
hizo a través del engaño, hizo que ellos creyeran que lo que él
tenía era mejor, que Dios estaba equivocado y que era débil.
Satanás por su soberbia fue arrojado del cielo, y los ángeles
que lo siguieron fueron engañados, y por esta rebelión se
convirtieron en seres de maldad y destrucción.
Hoy vemos que el diablo sigue usando la mentira para engañar
a muchos, e incluso a los escogidos de Dios. Pero el Señor nos
ha dado su Espíritu Santo y Su Palabra para discernir y no
permitir los engaños del enemigo del pueblo de Dios.
La Escritura nos dice: “Y fue lanzado fuera el gran dragón, la
serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual
engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles
fueron arrojados con él” Apocalipsis 12:9.
En primer lugar consideremos lo que significa la palabra
engaño. En la biblia engaño tiene varios significados: desde el
hebreo engaño significa: fraude, malicia, falsedad, vanidad. Y
desde el griego engaño es: seducción, llevar cautivo, llevar al
error, engañar con un anzuelo, cebo o trampa.
Por ejemplo Romanos 3:13-14 nos dice “con su lengua
engañan”, queriendo decir que a través de las palabras el
hombre malvado lleva por el camino equivocado (trampa) al
oyente.
La mentira es la herramienta más antigua y usada por el diablo
para engañar a las personas. Eso lo vemos desde el cielo
cuando logró engañar a miles de ángeles, y los llevó por el
camino del error y su destrucción. Vemos también cómo usó la
mentira con Adán y Eva y logró engañarlos, y aún hoy vemos
los dolorosos resultados.
¿Detrás del engaño y la mentira quien se mueve? ¿Cómo
opera? El texto bíblico de hoy (Apocalipsis 12:9) nos deja ver
varios títulos que nos revelan su naturaleza y obra, la Biblia
misma nos enseña varias cosas de ellos, veamos:
a) El gran dragón: dará la bienvenida y poder al Anticristo en
la gran tribulación,
b) La serpiente antigua: quien sedujo a Adán y Eva,
haciéndolos caer y arruinando su descendencia.
c) Diablo: es aquel que lanza una acusación calumniosa.
d) Satanás: es un término que significa adversario, uno que se
opone.
El arma preferida y más antigua del diablo es la duda, 2
Corintios 11:3 nos dice: “Pero temo que como la serpiente con
su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna
manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo”.
El diablo engaña los sentidos a través de mensajes seductores,
mediante imágenes que cautivan los ojos, o a través de
palabras que engañan los oídos, etc. Podemos recordar aquí
que el diablo ni siquiera dejó de tentar al mismo Jesús, pero el
Señor lo venció y ahora Cristo vive en nosotros y por él
podemos vencer.
El diablo a través de las palabras siembra las semillas del mal
y de la rebelión contra Dios. Así lo hizo en el huerto del Edén,
y logro convencer a Adán y a Eva para que pecaran contra
Dios. El diablo sembró la semilla de la duda en sus corazones,
y ellos comenzaron ver el árbol del bien y del mal con otros
ojos hasta que desobedecieron Dios.
No permitamos que nuestro corazón sea tierra fértil para la
semilla de la rebelión, más bien dispongamos nuestro corazón
para que sea buena tierra para la semilla de Dios (Su Palabra)
y lleve fruto al ciento por uno.
El Señor Jesús llamó a los fariseos y escribas “hijos del
diablo”, pues ellos eran mentirosos, la Biblia nos dice que “el
diablo es padre de toda mentira”, él engaña, es hipócrita,
seduce a la rebelión, miente sin piedad.
Recordemos que Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la
vida” Jesús es verdad, nosotros debemos hablar verdad, la
transparencia y honestidad debe ser virtud del hijo de Dios.
Cuando eres honesto puedes caminar tranquilo, pues el
enemigo no tiene nada contra ti.
Cuando el ser humano miente y engaña, creyendo ser más
inteligente que los demás, en realidad se engaña a sí mismo,
pues la Escritura dice: “más los malos hombres y los
engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo
engañados” (2 Timoteo 3:1213). A veces por la presión social
o por orgullo podemos ser tentados a decir mentiras, pero al
final sufriremos pérdidas.
Entonces el engañador termina siendo el más engañado de
todos. Dios ama la verdad, por eso nunca quitará el bien a
quien camina en integridad (Salmo 84:11). No prestemos
nuestra boca a la mentira para que el engañador salga
victorioso, hablemos verdad para que Dios sea glorificado.
Cuidado con el engañador.
Reflexión final: No permitamos que el engañador (el diablo)
logre sus objetivos engañando nuestra mente; más bien
cedamos a Dios todo nuestro ser de manera que la verdad
reine, y derrotemos toda estrategia de mentira que el diablo
quiera establecer en nuestra vida, iglesia o familia. Recuerda
que la integridad es la mayor fortaleza contra el reino de las
tinieblas.
Oración: Ayúdame Dios mío a amar la verdad, la rectitud de
corazón, y que el temor de Dios more en abundancia en mi
corazón. Aumenta en mi vida el discernimiento para rechazar
con tu poder y autoridad toda mentira de las tinieblas, y más
bien procurar siempre tu verdad. Amén.
Te invitamos a conocer todos nuestro libros aquí en: Escritor
pastor Gonzalo Sanabria Amazon.com
CAPÍTULO 53
EL DIOS DE MI ALEGRÍA
La alegría o gozo del creyente es el mismo Señor. Recordemos
que la Escritura nos dice por ejemplo: “Entraré al altar de
Dios, al Dios de mi alegría y de mi gozo; y te alabaré con arpa,
oh Dios, Dios mío” Salmo 43:4. Vemos entonces que ésta
alegría o gozo está ligada a Dios mismo.
El vivir en la voluntad de Dios nos llena de su gozo, por eso el
Padre celestial también dijo de Jesús: “Éste es mi Hijo amado
en el cual tengo complacencia”, frase que también significa:
“Me gozo en mi amado Hijo” ¿Por qué el Padre se goza?
Porque el Hijo vivió para Su voluntad.
El Señor Jesús amó hacer la voluntad de su Padre celestial,
entonces el gozo del Hijo era el gozo del Padre.
La Biblia nos recomienda: “Puestos los ojos en Jesús, el autor
y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él
sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la
diestra del trono de Dios” Hebreos 12:2.
Tengamos en cuenta primero el significado de la palabra gozo
desde la Biblia. En el escrito del Antiguo Testamento el gozo
es alegría, bienestar, deleite, júbilo, regocijo, expresión
acompañada de moralidad y rectitud. En el Nuevo Testamento
el gozo tiene como significado la alegría, el deleite y la
complacencia.
Jesucristo es nuestro ejemplo y modelo. En el pasaje de hoy
(Hebreos 12:2) podemos ver la fuerza o poder del gozo, pues
vemos que llevó al Señor Jesús a la victoria en la cruz del
calvario, por el gozo soportó el dolor de la crucifixión, y
venció el oprobio de los hombres.
Nos dice el texto bíblico: “sufrió la cruz”, aquí la palabra
“sufrir” significa resistir, soportar y el término “oprobio”
significa: deshonor, injuria y deshonra. Por el gozo, el Señor
Jesús pudo resistir la cruz y tuvo en poco los insultos. El gozo
del Señor en nuestro corazón nos fortalece ante las diversas
dificultades.
Los hijos de Dios debemos ver lo que el Señor ve. Podemos
observar en la parte final de Hebreos 12:2, que se nos dice que
después de esto (la crucifixión y muerte del Señor) Jesús se
sentó a la diestra del Padre Celestial. Esa era la visión del
Hijo, porque era el plan del Padre (Señor ayúdanos a ver lo
que tú ves).
Recordemos por ejemplo que el pueblo de Israel anduvo por el
desierto e iba camino a la tierra de la abundancia, pero al
mantener una visión escasa y de fracaso, se fortalecía
continuamente la incredulidad en su corazón.
Las dificultades y pruebas del camino produjeron en ellos una
continua queja y murmuración; ellos no miraban por la fe la
tierra de la abundancia, y por eso los recuerdos del pasado (de
Egipto) y el miedo, los hacía pensar y desear volver atrás, y
renunciar al camino que ya habían empezado.
No olvidemos que la amargura y el resentimiento impiden
disfrutar el gozo o la alegría en Dios. Por ejemplo el profeta
Jonás recibe de Dios una encomienda: conquistar una ciudad
con Su mensaje.
Sería usado cómo fiel profeta del Jehová Dios. Pero el corazón
del profeta estaba resentido, había albergado en su corazón la
amargura, y por eso quería venganza. Por todo esto a Jonás se
le convierte en una amargura esa encomienda divina.
Cuando no está la alegría o el gozo en Dios, hay frustración y
enojo. La Biblia nos enseña que el profeta Jonás se enojó, él se
sintió frustrado, pues vio que Dios había perdonado a los
ninivitas.
La Biblia nos dice: “Pero esto disgustó mucho a Jonás, y lo
hizo enfurecerse”, y le dijo al Señor: “Así que ahora, Señor, te
suplico que me quites la vida. ¡Prefiero morir que seguir
viviendo!” (N.V.I Jonás 4).
Vemos entonces que la falta de perdón, la amargura y
resentimiento, le impidieron al profeta experimentar la alegría
en Dios por la salvación de todos los ninivitas.
Reflexión final: El resentimiento consume la vida del corazón
como una planta parasita que se alimenta de los nutrientes del
árbol donde se hospeda. Dios quiere llenar nuestros corazones
de Su alegría y gozo, perdonemos al ofensor, aceptemos la
disciplina de Dios, asumamos de la mano del Señor nuestras
responsabilidades, y él nos guiará por el camino de la
perfección, y poder decir “Él es el Dios de mi alegría”.
Oración: Amado Dios gracias por todo lo que tú haces por mí.
Toma en tus manos todas mis preocupaciones y afanes, llena
mi corazón de tu amor y gozo, ese gozo que me fortalece y me
ayuda a ver las cosas como tú las ves. Gracias Señor, porque
sé que lo mejor de tu mano está por llegar a mi vida. Amén.
CAPÍTULO 54
LO MEJOR ES HACER LA VOLUNTAD DE
DIOS
Generalmente nuestras oraciones son peticiones. La verdad es
que rara vez le preguntamos al Señor cuál es su deseo, cuál es
su anhelo, somos así por nuestro ego, ya que buscamos nuestro
beneficio o la satisfacción de nuestros deseos y necesidades.
Si queremos glorificar al Señor debemos pensar cual es el
deseo de Dios, como quiere él que hagamos las cosas.
Recordemos que somos templo del Espíritu Santo, no somos
nuestros, debemos hacer las cosas a la manera de Dios.
Cuando seguimos Sus instrucciones el diablo no puede
estorbar los planes del Señor.
Nos dice la Escritura que “Jehová habló a Moisés, diciendo…
Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del
tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo
haréis” Éxodo 25:1, 9.
A la luz del texto de hoy debemos tener presente que es Dios
quien diseña y el hombre debe seguir sus instrucciones. Es
hermoso ver que Dios sigue hablando a los hombres.
Desde el Antiguo Testamento el Señor ha utilizado diversos
medios e instrumentos para hablar a sus hijos: su propia voz,
sus profetas, también habla a través de su creación, y en el
Nuevo Testamento lo hace a través del testimonio del Espíritu
Santo a sus hijos confirmando las Sagradas Escrituras.
Por eso una de las virtudes de los hijos del Señor que debe ser
desarrollada y ejercitada es el oír y percibir en su espíritu
renacido la voz, dirección y testimonio del Espíritu Santo.
Recordemos que Jesús también dijo que una de las virtudes de
los hijos de Dios, es que oyen Su voz y le siguen. Cuando
oramos no solo debemos hablar, también es fundamental
escuchar. Hacer la voluntad de Dios es lo más importante.
El santuario en el desierto o tabernáculo era en términos
generales una cabaña en el desierto y en éste lugar moraba la
presencia del Señor. La palabra “Tabernáculo” es traducida del
término del hebreo “Mishkán” que también significa: casa,
residencia, choza, templo, cabaña, tienda de encuentro.
Hoy día somos templo del Espíritu Santo, es decir somos casa
de Dios, y en nuestro espíritu tenemos la comunión o
encuentro con Dios.
Ésta cabaña contiene muchas revelaciones de la persona y obra
del Señor Jesucristo, su construcción, materiales, el sacerdocio
que allí servía, los sacrificios y las ofrendas, la forma y su
ubicación, todas estas cosas señalan a Jesús y su obra
redentora. Es por esto que Jesús les dijo a los escribas y
fariseos: “Escudriñad las Escrituras pues ellas dan testimonio
de mi”.
Es Moisés quien dirige la construcción, pero el arquitecto es
nuestro Dios. Entonces nuestro éxito está en oír y seguir las
instrucciones del Señor. Ésta empresa requirió de Moisés suma
obediencia, un gran esfuerzo, perseverancia ante los
obstáculos, etc. Pero los resultados fueron maravillosos.
Cuando somos obedientes al Señor, él se hace grande en
medio de los hombres, Sus propósitos se hacen realidad en la
tierra. Dejan de ser sueños para convertirse en hechos.
Reflexión final: Preocupémonos no sólo por decirle a Dios
que necesitamos, sino también por escuchar que es lo que él
quiere que hagamos. Ante Dios es más importante oír que
hablar, es de mayor valor obedecerle que traerle multitud de
sacrificios. No se trata de satisfacer mis deseos, sino de hacer
la voluntad del Señor. Hacer la voluntad de Dios es lo más
importante.
Oración: Amado Dios gracias por recordarme cuán
importante es preguntar ¿Cuál es tu voluntad? ¿Qué deseas
que haga? Con frecuencia lo olvido, hoy te doy gracias por tu
paciencia y por ayudarme a ser más como tú. Mi vida es tuya,
por favor has tu voluntad en mí. Amén.
CAPÍTULO 55
DIOS TE ESCOGIÓ
Experimentar el profundo deseo de servir a Dios ya es una
gran bendición. Debemos ser conscientes que cuando vamos a
servir al Señor, en muchas ocasiones lucharemos con diversas
situaciones en cuanto a nuestra dignidad, idoneidad y
preparación.
La Biblia nos enseña por ejemplo que Moisés se negó en
varias ocasiones al llamado que el Señor le hacía, también lo
vemos en el profeta Jeremías y Gedeón. Pero la misma Biblia
es la que nos dice que en Cristo estamos
completos (Colosenses 2:10).
Nos dice la Escritura: “sino que lo necio del mundo escogió
Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo
escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y
lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer
lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia” 1
Corintios 1:27-29.
La lucha entre considerarnos aptos o no para servir a Dios se
debe a que consideramos que no somos lo suficientemente
“idóneos” “santos” o “maduros” para servir al Señor, pero en
realidad esto no se trata de cuán buenos o perfectos seamos,
sino de cuán poderoso es el Señor Jesucristo para hacer Su
voluntad en nosotros.
Consideremos por ejemplo a uno de los discípulos del Señor
Jesucristo: Pedro. Éste era nativo de la región de Galilea, una
tierra distante de la ciudad de Jerusalén, los galileos no eran de
raza hebrea pura, además era Galilea una zona con poco nivel
de escolaridad, y por tanto Pedro no tenía gran capacitación.
Era Pedro además un pescador (no era de familia sacerdotal, ni
descendiente de escribas, ni siquiera auxiliar en la sinagoga), y
si consideramos su carácter vemos que era inconstante e
impetuoso en sus decisiones. Pero a pesar de todo esto, el
Señor Jesús lo llamó para convertirlo en uno de los doce
apóstoles.
Cuando observamos el proceso de formación de Pedro, vemos
que una y otra vez cometió errores, y algunos de ellos fueron
muy significativos (como decirle a Maestro que no fuera a la
cruz).
A pesar de todo esto, cuando el Espíritu Santo de Dios se
derramó sobre los ciento veinte en el aposento alto, vemos que
también vino sobre Pedro (el que además había negado al
Señor tres veces), y después del derramamiento del Espíritu se
convirtió en un instrumento poderoso en las manos del Señor
para predicar y salvar a miles de personas en el poder del
Espíritu de Dios. Dios nos escogió por Su amor no por
nuestros méritos.
Gracias a Dios quien tiene misericordia de nosotros y perdona
nuestros pecados, él trata con nuestro carácter, y transforma
nuestro corazón día a día, perseverando en Su propósito,
enseñándonos como un padre lo hace con sus hijos, aunque a
veces por nuestra obstinación el escenario de aprendizaje lo
hacemos doloroso.
Dios toma lo necio y débil del mundo para avergonzar a los
fuertes y sabios, para que nadie se jacte en Su
presencia. Entonces a la pregunta ¿Por qué Dios me escogió?
Debemos responder “Por Su gracia y misericordia”.
Es necesario destacar la última frase del texto de hoy que dice:
“Para que nadie se jacte en Su presencia”. Pues debemos tener
presente que lo que somos lo somos por Su gracia y amor.
Podemos servirle y cumplir con Su plan porque todo viene de
él, la palabra es suya, los dones son de Dios, el ministerio es
de Cristo, la unción es del Espíritu Santo, las personas son de
Dios, el oro y la plata le pertenecen, luego ¿qué es nuestro?
Todo es de él, por eso toda la gloria y honra le pertenece
exclusivamente a nuestro Dios. Gloria al Señor por eso.
Reflexión final: Pedro falló en el aprendizaje, pero tuvo la
virtud de hacerlo de nuevo, de humillarse en la presencia de
Dios, perseveró aferrado a la gracia de nuestro Señor, hasta
alcanzar el plan de Dios para su vida.
Pedro glorificó a Cristo con un ministerio que alcanzó a miles
y miles; es el autor de la primera y segunda carta de Pedro; fue
el primero que lideró el avivamiento en la ciudad de Jerusalén.
Fue un poderoso instrumento en las manos de Dios. Por eso,
adelante, no desmayes, el Señor está contigo. Dios te escogió.
Oración: Amado Dios, soy consciente de mi gran necesidad
de ti, sé también que separado de ti nada puedo hacer, todo es
tuyo, por tu gracia puedo seguir tu camino y servirte. En
realidad toda la gloria te pertenece, gracias Dios mío por
darme el privilegio de ser tu hijo. Te amo y te doy muchas
gracias. Amén.
CAPÍTULO 56
CADA UNO DE NOSOTROS ES UN PROPÓSITO
DIVINO
El Señor Jesucristo no sólo marcó la historia, él es el referente
para un antes y un después. Jesús da inicio a un nuevo
comienzo. De hecho Su ministerio fue el inicio de un mensaje
completamente nuevo en tierras palestinas y para el mundo.
Al ser hijos de Dios somos llamados a cumplir esos grandes
planes que el Señor diseñó desde antes de la fundación del
mundo. No somos una persona más en el mundo, no somos
una casualidad, somos el resultado de un diseño o plan
celestial.
Nos dice la Biblia que “Cuando Jesús oyó que Juan estaba
preso, volvió a Galilea; y dejando a Nazaret, vino y habitó en
Capernaúm, ciudad marítima, en la región de Zabulón y de
Neftalí” Mateo 4:12-13
El verdadero éxito de un hijo de Dios no consiste en los bienes
que posee. Ante Dios éxito es hacer Su voluntad, es cumplir
con aquello para lo cual fuimos creados. Un hijo de Dios
exitoso es aquel que camina en la voluntad del Señor. Esto
implica una formación y crecimiento diario de la mano de
Dios.
Crecer es parte de la vida del hijo de Dios. El texto de hoy nos
enseña que Jesús sale de Nazaret y va a Capernaúm (esta
ciudad se convierte en la ciudad sede de su ministerio).
Al considerar la vida de Jesús vemos que ésta se desarrolla
básicamente en cuatro ciudades y cada una de ellas con un
significado hermoso el cual nos enseña muchas cosas, pues en
Dios no hay casualidades sino propósitos:
a) Jesús nace en Belén, palabra que significa: Casa de pan
(porque Jesús es el pan vivo que descendió del cielo y
verdadero alimento para el hombre). Por eso es Jesús el único
que puede saciar el hambre de amor y propósito del corazón
humano.
b) Jesús crece en Nazaret, palabra que significa: vástago, brote
que florece (es el lugar donde Jesús crece y se forma como
judío). Nos habla del fundamental tiempo o periodo en la vida
del creyente donde es formado y equipado para hacer la
voluntad de Dios.
c) el Señor Jesús establece su sede en Capernaúm, palabra que
significa: Ciudad de consuelo (Jesús realizaba sus giras
evangelísticas por todo Israel sobre todo en Galilea y volvía
allí. En Capernaúm Jesús realizó muchos milagros, allí venían
muchos enfermos y endemoniados, y recibían libertad y
sanidad).
Nos habla esto entonces del ministerio de consuelo de Jesús
para la humanidad afligida y cautiva en el pecado. Ministerio
que continúa el Señor hoy a través de Su iglesia en el mundo.
d) El Señor Jesús muere en Jerusalén, palabra que significa:
ciudad de paz. Porque Jesús al entregar su vida en la cruz,
llevó el juicio por nuestros pecados e hizo la paz entre Dios y
los hombres.
Todo esto nos enseña que el cristiano debe avanzar en cada
una de etapas que el Padre Celestial ha diseñado y preparado
para él. Jesús no escogió la ciudad para nacer, ni aquella en la
cual había de crecer, él se sometió a la voluntad de la
Autoridad en el cielo.
Jesús pasa del lugar de crecimiento, al lugar de formación y
equipamiento, y luego a la obra redentora en la cruz que Dios
Padre tenía reservada para él; así mismo nuestra vida debe
avanzar, paso a paso, hacia la buena voluntad de Dios.
Recuerda en Dios no hay casualidades sino propósitos.
Debemos avanzar de acuerdo a la Palabra del Señor, Mateo
4:14-16. La Biblia nos dice que “Para que se cumpliese lo
dicho por el profeta Isaías…”. Conforme estaba en la Palabra
de Dios el Señor Jesús caminó y vivió. Esto nos enseña la
importancia de la obediencia, de ver nuestras situaciones cómo
el Señor las ve.
El Señor Jesús no buscó la grandeza en la ciudad de Jerusalén
(que era la ciudad capital, allí estaba el Templo, era la cuna de
la religión y sus autoridades, estaban las multitudes y los
“señores”, era el lugar del comercio principal, etc) y eso
hubiera sido lo lógico, pero Jesús anduvo según la dirección
del Padre Celestial. Jesús vino a habitar en Capernaúm, ciudad
de Galilea.
Cuando caminamos en la voluntad de Dios, los poderes de las
tinieblas retroceden. El contexto bíblico nos enseña que desde
el mundo espiritual, está región estaba dominada y afligida por
las fuerzas de las tinieblas, pues sus habitantes estaban en
“región de sombra de muerte” y los resultados se evidenciaban
en la multitud de enfermos allí, además de los lunáticos,
afligidos por espíritus inmundos y la ruina integral de dicha
región.
Pero no casualmente fue el lugar que Jesús escogió para iniciar
Su poderoso y hermoso ministerio, también de allí escogió sus
primeros discípulos. Entonces la región olvidada por muchos,
vino a ser la principal, pues multitudes venían a escuchar a
Jesús y recibir su poder.
Esto es lo que Dios hace, el restaura y repara lo que ha sido
dañado, restituye lo que ha sido rechazado y honra lo que los
hombres han desechado. Bendito sea nuestro Dios.
Reflexión final: Dios tiene grandes planes con cada uno de
sus hijos, tal vez haya que superar obstáculos y derrotar la
oposición, pero Aquel que te llamó también te respaldará, él
no te decepcionará. Ahora somos hijos de Dios y en él no hay
casualidades sino propósitos. Tú eres un gran propósito de
Dios.
Oración: Gracias Dios por recordarme que mi vida es el
resultado de un plan tuyo, incluso desde antes de nacer ya
estaba mi vida diseñada en tu corazón, gracias por tu cuidado
desde el vientre de mi madre, pues hoy comprendo que me
guardaste para hacer tu voluntad. Ayúdame Señor Jesús para
cumplir con aquellos para lo cual me creaste. Amén.
CAPÍTULO 57
LLAMADOS POR DIOS
A lo largo de la Biblia se nos enseña que el Señor está más
interesado en la restauración de nuestro ser que en nuestro
quehacer. El texto de hoy nos enseña que Jesús subió al monte,
el evangelio de Lucas (6:12-13) nos añade diciendo que el
Maestro había pasado la noche orando antes de llamarlos.
De manera que ese llamado no fue un accidente, ni una
casualidad, todo esto era dirigido por el Padre celestial, todo
esto era guiado por Dios. El llamado que el Señor te ha hecho
no es una causalidad es un propósito del cielo.
La palabra de Dios nos enseña que “Después subió al monte, y
llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. Y estableció a
doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, y
que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar
fuera demonios” Marcos 3:13-15.
El Señor Jesús llamó a los doce discípulos, y debemos destacar
los objetivos que se describen en éste pasaje bíblico. En primer
lugar los llamó “para que estuviesen con él” esto nos habla de
comunión con Dios, y el hecho de que sea lo primero en ser
mencionado nos indica que es prioridad para Dios (primero la
comunión con Dios y después el resto).
En segundo lugar nos dice “para enviarlos a predicar” que
hermoso orden vemos aquí, pues se nos enseña que primero
debemos estar con él para poder hablar de él.
Esto también nos habla de servicio, entonces Dios quiere
ungirnos con Su poder para su obra poder hacer. En la
intimidad con el Padre celestial los hijos de Dios somos
equipados para desarrollar el plan para el cual fuimos creados.
Es interesante ver que nos dice la Biblia que Jesús delegó en
ellos autoridad y poder, creo que en la medida de nuestra
comunión con él los niveles de poder y autoridad delegados
son mayores, pues de la misma manera como en una amistad
crece la confianza, también Dios deposita mayor confianza en
sus hijos derramando más de su gloria en ellos.
En nuestra vida la formación es una fase vital e imprescindible
para servir de manera correcta al Señor. Consideremos por
ejemplo el caso del David. Él era un pastor de ovejas, pero
cuando venía el oso o el león, los perseguía y hería, librando la
oveja y si estos querían atacarlo él los mataba (1 Samuel
17:34-35).
Precisamente esas batallas y victorias fueron eventos en la
vida de David que lo fueron formando para enfrentar y vencer
con el poder de Dios a Goliat.
David fue rechazado por sus hermanos, no era muy tenido en
cuenta por su padre Isaí, pero a pesar de todo esto, cuidó con
valor y diligencia lo que Dios a través de su padre le
encomendó (el rebaño de ovejas).
Durante todo este tiempo, su carácter se afirmó, y fue un
hombre adiestrado por Dios para la batalla, aprendió a batallar
en silencio (era un adorador en secreto, oraba en los montes y
llanuras de Israel, trabajaba con amor y esfuerzo, Dios estaba
formándolo para ser el futuro Rey de su pueblo). Por eso la
comunión y la formación son prioridades en el servicio a Dios.
Reflexión final: Dios tiene grandes planes contigo. Él está
trabajando en ti para formar aquel instrumento poderoso en
Sus manos y aquel corazón que le dé a Dios toda la gloria.
Cuida tu comunión con el Señor y valora la formación divina,
pues son prioridades en el servicio a Dios.
Oración: Ayúdame Señor Jesús para hacer según tu plan.
Quiero servirte con todo mi corazón, dame más de la unción
de tu Espíritu Santo y de aquella sabiduría que viene de ti,
concédeme la fuerza y la habilidad para procurar la extensión
de tu reino en la tierra. Mi corazón en tus manos está, dale la
forma que tú quieras Señor. Gracias Dios mío. Amén.
CAPÍTULO 58
A SOLAS CON DIOS
En medio de tanto quehacer y ante las altas velocidades y
desarrollo del mundo de hoy el hijo de Dios se ve inmerso en
un activismo que puede socavar la vida de comunión con el
Señor sino se manejan correctamente las prioridades.
La Biblia nos enseña que aquellas personas que impactaron
con su vida y alcanzaron logros significativos para Dios fueron
hombres y mujeres de altar, personas que procuraban el tiempo
o encuentro a solas con Dios, el mismo Señor Jesús se
apartaba a orar.
Recordemos la promesa: “entra a tu aposento y cerrada la
puerta ora a tu Padre que ve en secreto y él te recompensará en
público”.
El apóstol Pablo dice “Pero cuando agradó a Dios… me llamó
por su gracia… no subí a Jerusalén a los que eran apóstoles
antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a
Damasco.
Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro,
y permanecí con él quince días; pero no vi a ningún otro de los
apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor” Gálatas 1:15-
19.
El texto de hoy (Gálatas 1:15-19) nos enseña cómo el apóstol
Pablo recién convertido al Señor, decide viajar a Arabia y
posteriormente a Damasco, periodo en el que transcurrieron
nos dice la Biblia tres años, y posteriormente va a Jerusalén.
Éste tiempo podemos verlo como un “periodo para estar a
solas con Dios, un tiempo para reflexionar y concientizarse de
todo lo que implicaba su llamado como apóstol del Señor”.
Hablamos entonces de un tiempo de revelación y
conocimiento personal y especial de Dios, también hablamos
de conocerse a sí mismo y conocer a los otros (es un tiempo o
periodo para mirar al Señor y reconocer nuestra humana
condición y realidad interna, es un intervalo de tiempo de
soledad donde no se trata de los otros, sino de mí).
Es un tiempo donde nuestros ojos “miran hacia adentro”. Esto
ocurre cuando tenemos ese tiempo o encuentro a solas con
Dios.
No fue un tiempo de mucha vida social para Pablo, más bien
vemos que fue todo lo contrario. Lo más probable es que en
ese tiempo no sólo buscó conocer más a Dios sino que
procuraba la revelación de la Gracia que predicaría el resto de
su vida.
Sólo aquel que está plenamente convencido de su necesidad de
Dios sabe cuánto lo necesitan los demás. No era el tiempo del
ministerio público, no era el tiempo de las multitudes, era
tiempo de revelación y formación en la intimidad con Dios.
Consideremos también el caso de nuestro Señor Jesús. Él
creció cómo cualquier otro judío, y en su niñez fue enseñado
en la Tora; como joven hebreo aprendió un oficio, en éste caso
el de José (su padre adoptivo): la carpintería.
Un carpintero era un artesano, constructor, o uno que trabaja la
madera, especialmente construyendo arados, yugos, puertas,
ventanas, techos, entre otros, sus herramientas esenciales eran:
la regla, el cepillo, el compás, el serrucho y martillo, el cincel,
etc.
Durante éste tiempo seguramente Jesús, desde su humanidad,
adolescencia y juventud, vivió y desarrolló cosas cómo:
a) Sujeción: de su niñez la Biblia nos enseña que Jesús:
“estaba sujeto a ellos” (a José y María) y esa sujeción continuo
en el taller de carpintería.
b) Crecimiento y aprendizaje. Aprender el oficio de carpintero
seguramente requirió tiempo y una actitud enseñable.
c) Jesús se movió en los tiempos de Dios, pues estuvo en casa
de ellos y trabajando con José hasta que el Padre celestial lo
determinó (el ministerio de Jesús no empezó a los 27 años, ni a
los 29, era a los 30 años como ocurrió).
d) Jesús comparaba lo que hacía con la obra de Dios en cada
persona, por ejemplo una tradición judía enseña que él hacía
arados y yugos en madera (recordemos que Israel era
esencialmente agrícola y ganadero) por eso cobra relevancia
recordar aquí que el Señor dijo:
“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy
manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para
vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”
Mateo 11:28-29 (Esto nos recuerda cuan pesado, duro y difícil
es enfrentar las consecuencias de la desobediencia).
e) Lo más probable es que allí en la carpintería, el Señor Jesús
no sólo hacía éstas cosas, sino que también reparaba y
restauraba piezas dañadas (base y fundamento de su ministerio
y del plan de redención y restauración que vino a cumplir).
f) No era el tiempo del ministerio público, no era el tiempo de
las multitudes, era el tiempo de aprender en casa, fue el tiempo
de fortalecer y desarrollar esa comunión íntima con el Padre
celestial que lo caracterizó a lo largo de su ministerio terrenal
y sin duda fue el secreto de un caminar sobrenatural y de un
impacto trascendente que hoy día sigue siendo el ejemplo y
vida para todos nosotros.
Reflexión final: El propósito de Dios es que cada día seamos
más como su Hijo Jesús, por eso trabaja con Su amor y poder
dándonos la forma que él ha diseñado para nuestra bendición.
Jesús tiene el poder para restaurar, sanar y renovar lo que ha
sido dañado en cada persona.
En esencia Dios es bueno y debemos confiar en esa bondad
disponiendo nuestra vida en Sus manos, porque él sabe lo que
hace y nadie lo hace como él. Valora el tiempo de tu encuentro
a solas con Dios.
Oración: Amado Jesús ayúdame a valorar el tiempo que estoy
contigo, no permitas que los afanes de este mundo apaguen mi
amor por ti. Hablar contigo cada mañana es vital para mí.
Enséñame a escucharte y captar tu dirección, pues en verdad
deseo hacer tu voluntad, seguir tu camino y hacer las cosas en
tu tiempo. Gracias por escucharme Señor. Amén.
CAPÍTULO 59
TOMAR BUENAS DECISIONES ES
FUNDAMENTAL
Hermosa expresión la del salmista: “Como el ciervo brama por
las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma
mía” (Salmo 42:1). En ella se refleja la huida del ciervo
cuando es perseguido por los cazadores (la expresión “brama”
nos indica que: anhela, suspira, en la NVI traduce: “jadea”).
Esta porción de la Palabra de Dios nos hace reflexionar en la
gran necesidad que hay en nuestro corazón por la presencia del
Señor. También nos recuerda todo el poder y fuerza que sólo
en él se puede encontrar.
Cuando nos alejamos de Dios no sólo somos vulnerables al
enemigo sino que vivimos tristes consecuencias, porque sin él
nada podemos hacer, por eso es tan importante tomar buenas
decisiones.
La escritura nos dice que “De doce años era Manasés cuando
comenzó a reinar, y cincuenta y cinco años reinó en Jerusalén.
Pero hizo lo malo ante los ojos de Jehová… Porque él
reedificó los lugares altos que Ezequías su padre había
derribado, y levantó altares a los baales, e hizo imágenes de
Asera, y adoró a todo el ejército de los cielos, y les rindió
culto” 2 Crónicas 33: 1-3.
A la luz del pasaje de hoy debemos recordar una gran
responsabilidad: buscar a Dios es una decisión de cada uno.
Manasés tuvo un gran ejemplo a seguir, pues fue el rey
Ezequías su padre. El rey Ezequías fue una persona piadosa,
fue un hombre que busco a Dios, y uno de los mejores
gobernantes de Judá.
La Biblia nos enseña que el rey Ezequías hizo muchas cosas
de la mano de Dios (es muy interesante también tener en
cuenta que Ezequías significa: Jehová es mi fuerza). El rey
Ezequías tomó la mejor decisión: buscar a Dios.
El rey Ezequías realizo cosas muy significativas y agradables a
Dios durante su reinado, por ejemplo:
a) Puso su completa confianza en el Señor,
b) Dirigió grandes cambios como la restauración del templo,
así como el sacerdocio y el culto a Dios,
c) Derribó la idolatría en Judá,
d) Restauró el orden sacerdotal conforme a las Escrituras,
e) Restauró el sostenimiento del templo y de los sacerdotes
mediante la recolección de los diezmos y las ofrendas.
Dios uso al rey Ezequías para traer de nuevo el orden del
Señor sobre su pueblo, y por tanto multitud de bendiciones, ya
que el resultado de buscar y servir a Dios es su bendición, por
eso dice la Biblia: “Más buscad primeramente el reino de Dios
y su justicia y lo demás vendrá por añadidura”.
Lamentablemente su hijo el rey Manasés no siguió el ejemplo
de su padre. La Biblia (2 Crónicas 33:2-6) nos enseña que
Manasés estableció y promovió el politeísmo, rechazó el culto
a Jehová Dios, promovió prácticas como el espiritismo y la
astrología, para colmo de males persiguió a los profetas del
Señor (la tradición judía nos enseña que fue él quien hizo
aserrar al profeta Isaías después de introducirlo en un tronco
hueco).
El rey Manasés es presentado por algunos como: “el peor rey
de Judá y el que más tiempo reinó”. Para nada es un buen
legado o herencia. Él no quiso tomar una buena decisión, se
dejó llevar por su propio corazón.
Cabe destacar aquí que su nombre Manasés significa: uno que
hace olvidar, aquél que es olvidado, olvido (la verdad es que
hace honor a su nombre, pues fue precisamente quien hizo que
el pueblo de Dios olvidará a su Dios a través de la idolatría, y
él mismo terminó siendo olvidado preso en una cárcel del rey
de Babilonia).
El rey Manasés tomo en su momento una muy mala decisión,
él decidió no buscar al Señor, y se fue por otro camino,
acabando con lo que su padre el rey Ezequías había hecho y
logrado. Manasés reedificó el culto a ídolos como Baal y a
Asera, y aún respaldó y participó de los cultos donde había
sacrificios humanos.
Como nos enseña la Biblia Manasés terminó preso en una
celda del Babilonia ¿Por qué es importante tomar buenas
decisiones? porque nuestras buenas decisiones hoy,
determinan nuestro buen o mal vivir mañana.
Reflexión final: Dios procurará siempre llevarnos por el
mejor camino, pero al final cada uno de nosotros decide
obedecer o no. Dios nunca se ha equivocado y nunca lo hará,
él es bueno y por todo eso podemos confiar plenamente toda
nuestra vida en él. De la mano de Dios toma las mejores
decisiones.
Oración: Ayúdame Dios a tomar las mejores decisiones, no
quiere vivir el dolor de tomar el mal camino, deseo cosechar tu
bendiciones y ante todo agradar tu corazón. Dame tu sabiduría,
y la fortaleza para permanecer firme en tus caminos. Gracias
Dios mío porque sé que tú me guardas. Amén.
CAPÍTULO 60
LA PRESENCIA DE DIOS NOS TRANSFORMA
Nos dice la Biblia en Éxodo 34:29 “Y aconteció que
descendiendo Moisés del monte Sinaí… no sabía que la piel
de su rostro resplandecía, después que hubo hablado con
Dios”.
No podemos evitarlo ni negarlo, la comunión con el Señor
Jesús nos transforma, y cuando decidimos mantener como
estilo de vida un tiempo con Dios empiezan a suceder cosas
maravillosas.
Cuando alguien busca la presencia de Dios no será
decepcionado, las Escrituras nos dicen que: “Jehová descendió
en la nube, y estuvo allí con él, proclamando el nombre de
Jehová”, Éxodo 34:5.
El Señor está en todo lugar, también ha prometido estar con
nosotros en todo tiempo, sin embargo es necesario reconocer
que hay momentos específicos y sobrenaturales donde él
manifiesta Su gloria, por ejemplo aquí nos dice que Dios
“descendió y permaneció junto a Moisés”.
El Señor no busca perfección, él busca primero disposición.
Podemos observar por las Escrituras que Moisés tenía
falencias, debilidades, luchas con su temperamento, pero
buscaba a Dios y por eso el Señor vino a él, también
recordemos que la Biblia nos dice: “Acercaos a Dios, y él se
acercará a vosotros” Santiago 4:8.
Una transformación real ocurre en la comunión con Jesucristo,
esto sucede cuando el ser humano decide acercarse al Señor y
tener tiempo con Dios. El texto bíblico nos enseña que: “el
rostro de Moisés resplandecía después de haber
estado hablando con Dios”, aquí la palabra “hablar” viene del
término hebreo “Dabár” que traduce también: arreglar,
hablar, someter.
Entonces podemos concluir que fue un tiempo en el que
Moisés arregló u ordenó cosas de su vida ante la presencia
divina, él escuchó y conoció revelaciones del Señor y todo
esto quedó rendido y sometido al poder de Dios.
Todas estas decisiones y acciones de Moisés, permitieron que
la gloria de Dios resplandeciera en su rostro. Él no tenía que
gritar para que vieran el resplandor, simplemente los demás lo
veían. Por eso rinde tu corazón a Dios y él resplandecerá en ti.
El texto nos dice que todo esto ocurrió “después que Moisés
hubo hablado con Dios”. Muchas cosas no ocurren
precisamente porque no se ha hablado con Dios. Un tiempo
con Dios es fundamental para tomar decisiones correctas, para
resistir la tentación, para conocer lo que está en el corazón de
Dios y avanzar según Su dirección.
Así todo lo que hagamos será bendecido, pues estaremos
haciendo Su perfecta voluntad. Hay grandes tesoros que te
están esperando en Su presencia, por eso aparta tu tiempo con
Dios.
Oración: Gracias Señor Jesús por tus sacrifico en la cruz, por
eso puedo ahora acercarme con confianza ante el trono de mi
padre celestial. Dios mío, te abro mi corazón, lléname con tu
presencia, dirige mi vida, enséñame a amarte y a obedecerte.
Dame Señor tu fuerza para hacer tu voluntad. Gracias por tu
cuidado y amor. Amén.
CAPÍTULO 61
INTÉNTALO DE NUEVO, DIOS ESTÁ CONTIGO
Aunque Dios nos haya prometido grandes bendiciones, a veces
por las dificultades y crisis la fe flaquea. Todo esto es parte del
caminar cristiano, pensemos por un momento ¿Cuál de
aquellos grandes instrumentos de Dios según la Biblia no
atravesó por momentos difíciles?
Pero todos ellos tuvieron una gran virtud: fueron a Dios
reconociendo su condición y gran necesidad de él. Por eso
lograron ver la gloria de Dios, pues él se hace grande cuando
el hombre reconoce su pequeñez.
Nos dice la Escritura en 1 Reyes 18:42-45
“Y Acab subió a comer y a beber. Pero Elías subió a la cumbre
del Carmelo; y postrándose en tierra, puso su rostro entre las
rodillas. Y dijo a su criado: Sube ahora y mira hacia el mar. Y
él subió y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir:
Vuelve siete veces. Y a la séptima vez dijo:
Yo veo una pequeña nube, como la palma de la mano de un
hombre, que sube del mar. Y él dijo: Ve y di a Acab: Prepárate
y desciende, para que la lluvia no te detenga. Y aconteció que,
estando en esto, los cielos se oscurecieron con nubes y viento
y hubo una gran lluvia”.
Israel estaba pasando por una gran sequía, los cielos estaban
cerrados por la idolatría que el pueblo practicaba adorando a
los baales. Habían abandonado su fe y culto a Dios. El Señor
usó a muchos profetas para que su pueblo se volviera a él, pero
como sucede la mayoría de las veces sólo el dolor y fracaso
hace que el hijo de Dios se vuelva a él.
Todo esto nos recuerda que la obediencia genera cielos
abiertos, es decir bendiciones del Señor para su pueblo, y un
poderoso fluir en el Espíritu.
Han transcurrido tres y medio años de sequía y ahora el
profeta Elías aparece de nuevo para declarar al rey de Israel
que va a llover. El texto bíblico nos dice que el profeta sube a
la cumbre del monte Carmelo, recordemos que en la Biblia los
montes representan poder, entonces podemos ver aquí la
evidencia del poder de la oración.
El profeta se postró en tierra poniendo su cabeza entre las
rodillas, posición que sólo se logra en la medida en que es un
hábito. Ésta posición también nos habla de humillación en la
presencia del Señor. La humildad es condición para acercarse
al Trono.
Elías empieza a orar y el criado una y otra vez le da malas
noticias, su oración no obtiene respuesta las primeras seis
veces. Ante esto Elías pudo haber murmurado, renunciado o
decirle a Dios: “me mentiste”. Pero el profeta persiste en
oración.
Ejemplo que debemos imitar. Con frecuencia renunciamos a la
oración ¿por qué? Porque pensamos que Dios se está
demorando, o que lo está haciendo mal, o dudamos que lo
haga como deseamos.
Debemos tener presente que nosotros somos quienes estamos
al servicio de Dios y no él al nuestro. Dios es soberano, hace
cuando, como y con quien él quiera. Sin duda, todo lo hace por
amor y por lo tanto lo que el hará a nuestro favor será lo mejor
para nuestra vida.
Dios nos permite ver la pequeña nube como evidencia de lo
que hará. Elías concluyó que al aparecer una pequeña nube
vendría la gran lluvia prometida por Dios, lo que así fue.
Entonces él te dejará ver su mano aun en pequeñas cosas y
detalles para mostrarte que él lo hará, que está de tu lado, no
renuncies, persevera y en el tiempo de Dios veras sus
maravillas a tu favor.
Oración: Señor decido confiar en ti, mis necesidades y
problemas están en tus manos y tú les darás el mejor final. En
tus manos está mi vida, mi futuro y mi familia, gracias por que
puedo esperar confiado en tu amor y cuidado. Dame tu fuerza
para no renunciar y seguir adelante. Gracias por ayudarme a
orar. Amén.
CAPÍTULO 62
LAS PRUEBAS SON UNA BENDICIÓN
La Biblia nos enseña: “Hermanos míos, tened por sumo gozo
cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que
la prueba de vuestra fe produce paciencia. Pero tenga la
paciencia su obra perfecta, para que seáis perfectos y cabales,
sin que os falte cosa alguna” Santiago 1:2-4
Cuando enfrentamos pruebas en nuestra vida cristiana
pasamos por diferentes sentimientos en nuestro corazón, desde
la tristeza hasta el enojo, y desde la auto condenación hasta
deseos de renunciar y abandonarlo todo. Pero el apóstol
Santiago nos ayuda a ver otra perspectiva de estos difíciles
tiempos.
En primer lugar nos aconseja “gozarnos” en medio de la
prueba, claro está para nuestra mente natural esto es ilógico y
demostraría tal vez incompetencia personal. Pero es necesario
ver que detrás de todo eso está la mano de Dios, quien busca
ayudarnos a crecer en diferentes aspectos necesarios y
fundamentales de la vida cristiana.
Tengamos en cuenta que el texto bíblico habla de “la prueba
de la fe” es decir nuestra confianza en Dios pasará por eventos
en los que nuestra fe será examinada.
¿Confiaremos tanto en Dios en momentos de adversidad como
en los momentos cuando todo está bien? ¿Seguiremos
levantando las manos al cielo alabando al Señor aunque
perdamos el negocio, el empleo o cualquier otra cosa?
¿Seguiremos obedeciendo a Dios con el mismo gozo cuando
nos pida hacer aquello que no nos gusta?
Debemos recordar aquí que la fe no depende de sentimientos,
ni emociones, la fe es aquella plena confianza en el buen y
poderoso Dios que nos rescató, independiente de mis
circunstancias y sentimientos, él permanece para siempre y
sabe lo que hace y permite.
Estas pruebas o situaciones complicadas generan en el hijo de
Dios “paciencia”. Aquella virtud que muestra “perseverancia”
“constancia” “capacidad de permanecer firme” es pues la
paciencia aquel fruto fundamental en la vida del cristiano que
lo hace permanecer en Dios y en la fe aunque las tormentas
arrecien, pues sabe que el Señor mismo traerá bonanza y él
alcanzará una nueva conquista para su Maestro.
Así como Jesús cuando liberó al endemoniado gadareno
después de atravesar una gran tormenta en el mar de Galilea.
Después de toda tormenta hay una gran victoria. Las pruebas
son una bendición.
La voluntad de Dios es que sigamos creciendo para que
seamos maduros, preparados, sin que nos falte cosa alguna,
dispuesto para toda buena obra. Entonces después de una
prueba tu fe es más grande y fuerte, tu capacidad de
perseverancia es mayor y te conviertes en una vasija más apta
para el reino de Dios, y por eso el Padre celestial derrama
sobre ti mayor gloria, pues no permitirás que fácilmente se
derrame o pierda.
No renuncies, no desmayes, ni siquiera pienses que Dios se ha
olvidado del plan contigo, y mucho menos consideres
renunciar a lo que el Señor te ha entregado, si estás pasando
por un tiempo de prueba, entra en Su presencia y llénate de
Dios y sigue adelante, sólo es cuestión de tiempo para que
alcances aquello que el cielo ha preparado para ti.
Oración: Gracias Señor porque tú me ayudas en momentos
cuando mi fe mengua, o cuando pienso que estoy solo, tú eres
mi escudo y quien pelea por mí. Gracias Dios mío porque eres
mi sustento y Aquel que me da verdadera paz cuando los
sentimientos de mi corazón se alteran. Gracias por
comprenderme y ayudarme. Amén.
CAPÍTULO 63
EL VERDADERO AMOR
Ante las ofensas, traiciones o decepciones podemos no sólo
enojarnos sino dar cabida a pensamientos de venganza. Pero
inmediatamente viene a nuestro corazón el testimonio del
Espíritu Santo que mora en nosotros diciendo: “Amad a
vuestros enemigos y orad por los que os maldicen”.
Porque es aquí donde se conocen los hijos de Dios, pues si
reaccionamos con ira y venganza ¿no esto lo que hacen
quienes no tiene al Señor Jesucristo en su corazón? Como
cristianos en quienes habita el temor de Dios debemos
bendecir y no maldecir, pues es el Señor quien está sentado en
su trono y da a cada uno según sea su obra.
La Escritura nos enseña: “No como Caín, que era del maligno
y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus
obras eran malas, y las de su hermano justas” 1 Juan 3:12.
Éste pasaje nos lleva a un triste evento en el comienzo de la
humanidad. Caín y Abel los primeros hijos de Adán y Eva.
Como es normal se esperaba que ellos tuvieran una buena
relación, pero la Biblia nos describe un doloroso final y
aparece el primer homicidio. Lo hace más triste aun es ver que
esto sucede entre dos hermanos.
Caín permitió que su corazón se llenara de resentimiento,
durante el proceso Dios le habló y procuró corregir éste
malvado sentimiento pero Caín no acepto el consejo del Señor.
Cuando Caín y Abel llevaron su ofrenda a Dios, el hermano
mayor lo hizo a su manera. Mientras tanto Abel ofreció lo
mejor de sus ovejas al Señor, él sabía que sus pecados solo
serían expiados con la sangre de un cordero.
Nuestra soberbia u orgullo personal se exhibe aun en nuestra
manera de adorar o de acercarnos a Dios. La Escritura nos
enseña: “Dios da gracia al humilde, y mira de lejos al altivo”.
Cual fariseo podemos justificarnos proclamando “nuestra
propia bondad y justicia” pero todo esto es a los ojos del Señor
como dijo el profeta: “trapos de inmundicia”. Podemos
acercarnos a Dios sólo a través de la obra perfecta y completa
de Jesucristo nuestro Señor.
Dios aprobó la ofrenda de Abel, pero no miró con buenos ojos
la ofrenda de Caín. Éste se llenó de enojo y la raíz de amargura
halló cabida en el terreno de su corazón. Así comenzó a
planear la muerte de su hermano Abel. Vemos entonces que un
resentimiento puede llegar a ser más fuerte que un afecto
familiar.
La Biblia nos dice que las obras de Caín eran malas. Las obras
son el resultado de la condición del corazón. Jesús dijo: “no
puede el árbol malo dar frutos buenos y el árbol bueno dar
frutos malos”. Entonces debemos considerar el origen de
nuestras obras.
Cuando el corazón se llena de rencores, resentimiento,
soberbia, envidias, etc, las obras o frutos serán amargos y
malvados. Es fundamental caminar en el amor de Dios, lo que
implica ejercer continuamente el verdadero perdón.
El verdadero amor no sólo nos lleva a perdonar sin reservas ni
condiciones, sino que es abundantemente generoso en buenas
obras. El ejemplo mismo lo vemos en el Padre celestial y en su
Hijo Jesucristo quien por amor dio su vida, por eso escrito
está: “de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo
unigénito”.
Que amor tan grande el que amó al mundo sabiendo que sería
rechazado abundantemente, pero por ti y por mí, por millones,
lo hizo. Bendito sea Dios y gracias Señor Jesús por enseñarnos
con tu ejemplo el verdadero amor.
Reflexión final: La Biblia nos enseña: “Sed más bien amables
unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros,
así como también Dios os perdonó en Cristo” Efesios 4:32.
Pidamos al Señor Jesús que llene nuestros corazones con Su
amor, pues el amor humano y terrenal está lleno de egoísmo y
malvados motivos. Oremos los unos por los otros, procurando
siempre lo mejor para el cuerpo de Cristo.
Oración: Ayúdame Señor Jesús a perdonar de verdad, a
tolerar a mi prójimo, dame amor para mi familia, esposa, hijos,
etc. Sólo con tu verdadero amor puedo derrotar el egoísmo de
mi corazón. Llena con tu amor todos los vacíos de mi corazón,
y ayúdame a buscarte siempre reconociendo que tú eres la
fuente de mi vida y del mor genuino. Amén.
CAPÍTULO 64
CUIDADO CON LAS FALSAS ENSEÑANZAS
Hoy día vemos muchos engaños y mentiras, aún en medio de
la iglesia del Señor. Se hace fundamental desarrollar y ejercer
el discernimiento espiritual para desechar lo malo y
permanecer en lo que a Dios le agrada.
El diablo no entra a dañar sin una autorización previa ¿Qué es
lo que le permite su acción destructora? Nuestras malas
decisiones. Cuando en vez de ejercer discernimiento nos
dejamos llevar por nuestras pasiones o emociones. Pero, gloria
sea a Dios, quien tiene el poder de restaurar y transformar
todas las cosas.
Jesús le habla a la iglesia de Pérgamo y le dice: “Pero tengo
unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la
doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo
ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los
ídolos, y a cometer fornicación. Y también tienes a los que
retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco”
Apocalipsis 2:14-15.
En Su gran amor y bondad el mismo Señor Jesucristo también
le dice a su iglesia que debe corregir. Vemos que en medio de
la iglesia de Pérgamo había quienes retenían éstas doctrinas: la
doctrina de Balaam y la doctrina de los Nicolaítas.
Por eso Cristo se ha presentado a la iglesia de Pérgamo como
“el que tiene la espada de doble filo” porque viene con su
palabra a corregir a su iglesia, y a desbaratar la doctrina falsa y
pecaminosa de Balaam y Nicolás.
Veamos un poco más acerca de estas “doctrinas” pues aún hoy
día podemos ver esto en medio de la iglesia del Señor, y es
precisamente por esto que es tan necesario distinguirlas:
1. Doctrina de Balaam: Balaam fue un falso profeta del
Antiguo Testamento que intentó maldecir a Israel por dinero,
pero Dios no se lo permitió. Ante esto, aconsejó que trajeran
mujeres de Moab, y los hijos de Israel cometieron fornicación.
El término doctrina significa enseñanza, instrucción, es decir
ellos seguían las instrucciones de Balaam, es decir:
inmoralidad sexual y codicia. Concluimos entonces que la
iglesia estaba tolerando la inmoralidad sexual, la ganancia
deshonesta, quizá “vendiendo bendiciones”, participando de la
mundanalidad en los festivales paganos y desordenes de
Pérgamo.
La iglesia de hoy debe cuidarse de éstas cosas, pues no somos
del mundo. Más bien somos la luz del mundo, en la medida en
que Cristo en nosotros resplandece, y por un estilo de vida
diferente que se ve en el seguidor de Cristo.
2. Doctrina de los Nicolaítas: Nicolaítas, del griego
“nikolaítes”, “seguidores de Nicolás”. Secta herética en la
iglesia apostólica. Cristo alabó a la iglesia de Efeso por
aborrecer “las obras de los Nicolaítas” (Apocalipsis 2:6), y
censuró a la iglesia de Pérgamo por aceptar sus enseñanzas
(versículo 15).
Se le identifica como una secta gnóstica (dentro de sus
enseñanzas estaba el aferrarse a la libertad de la carne, ya que
las obras de ella no tienen efecto sobre la salud del alma y, en
consecuencia, ninguna relación o afectación con la salvación).
Secta que unía el gnosticismo y paganismo, con el
cristianismo y daba libertad para la inmoralidad sexual, social,
religiosa, etc.
Es decir, la iglesia de Pérgamo aceptaba, abrazaba y estimaba
lo que Dios aborrecía. Es muy importante aquí destacar que
Pérgamo significa: “matrimonio mixto”, “la que se casa con el
mundo”, es una iglesia que profesa a Cristo, pero le es infiel
porque está unida a otro (al mundo y sus deseos).
La iglesia es llamada al arrepentimiento: Apocalipsis 2:16.
“pues si no, vendré a ti pronto”, frase que nos habla de una
visitación, pero para traer juicio y disciplina, autoridad que por
amor corrige.
Debemos destacar que Dios primero habla y nos dice que
hacer, como el buen padre que primero aconseja, y ante la
dureza de corazón de su hijo, luego toma medidas más
estrictas. Todo esto impulsado por Su gran amor, pues al final
nos forma para ser más a Su imagen y semejanza, a la postre
nos hará bien.
Reflexión final: Dios es bueno y en esencia él es amor.
Procura el bienestar de Su iglesia, pureza y fidelidad de la
novia hacía su único y exclusivo Señor. Con la ayuda y
discernimiento del Espíritu Santo desechemos las obras de las
tinieblas y procuremos hacer Su voluntad. “Buscad primero el
reino de Dios y su justicia y lo demás vendrá por añadidura”.
Oración: Amado Dios, tú conoces mi corazón, todo está
descubierto delante de ti, nada te puedo esconder, perdona
todo anhelo en mi ser por aquellas cosas que tu aborreces,
lávame con tu sangre y limpia también mi mente, para que
pueda pensar conforme a la mente de Cristo. Sea tu palabra mi
alimento y el temor de Dios abunde en mi corazón. Gracias
por hacerlo Señor Jesús. Amén.
CAPÍTULO 65
DIOS RECOMPENSA A SUS HIJOS
A la iglesia vencedora Dios le promete recompensa. Es muy
interesante esta verdad, y debemos tenerla en cuenta, pues
vemos que Dios anhela recompensar a sus hijos, además
vemos que ningún esfuerzo es en vano.
Dios premia o recompensa a quienes se esfuerzan y procuran
agradarlo, Dios honra a los que le honran (aquí en la tierra y
en el reino venidero).
Nos dice el Señor: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu
dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná
escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita
escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel
que lo recibe” Apocalipsis 2:17.
La victoria comienza en el oído (“el que tiene oído, oiga”).
Muchas y grandes batallas, muy buenos negocios, gobiernos,
ministerios y vidas se han perdido por no oír bien, o por
escuchar pero hacer las cosas a la manera de los hombres y no
a la manera de Dios. Por eso recordemos que la Biblia nos
dice: “oirá el sabio y aumentará el saber”.
Al vencedor se le promete el maná escondido y un nombre
nuevo. El maná nos recuerda la provisión de Dios para Israel
en el desierto, y Jesús mismo dijo al respecto: “Vuestros
padres comieron el maná en el desierto y murieron. Yo soy el
pan de vida, si alguno comiere de este pan, vivirá para
siempre” Juan 6:48-51.
El texto de hoy nos habla del “maná escondido”, es decir el
maná que ha estado en secreto, el que ha estado oculto, nos
habla de “los tesoros escondidos, los secretos muy guardados”
Isaías 45:3, revelaciones nuevas y gloriosas “del misterio de
Dios el Padre, y de Cristo”, en términos de Pablo “palabras
inefables que no le es dado al hombre expresar”.
Pero que en nuestro estado de gloria es decir cuando
recibamos el cuerpo glorificado, podemos recibir y entender,
el maná escondido es aquello que está guardado para que los
hijos de Dios tomen, se alimenten y disfruten.
La piedrecita blanca nos recuerda en aquellos tiempos los
juicios: la blanca significaba absuelto, la negra indicaba
condenación (entonces nos dice que en Cristo hemos sido
plenamente justificados de toda culpa o condenación).
En otras ocasiones se usaban ciertas piedras como
identificación especial para ingresar a los festivales (hablamos
entonces del acceso a la plenitud de todas las bendiciones
establecidas por Dios para sus hijos).
El nombre nuevo nos habla de un nuevo tiempo, un nuevo
carácter, una nueva relación más íntima y fuerte con Dios, un
nuevo llamado y servicio especial y glorioso (esto lo vemos
cuando a varios Dios les cambió el nombre, por ejemplo:
Abram, Jacob, Simón, Saulo de Tarso, etc).
Conclusión: Dios tiene grandes tesoros y bendiciones para sus
hijos, él espera la fidelidad de los suyos, él espera disposición
y búsqueda por parte de su iglesia. Su voluntad es honrar y
bendecir a sus hijos.
Oración: Señor deseo con todo mi corazón honrarte, glorificar
tu nombre haciendo tu voluntad aquí en la tierra. Transforma
mi corazón, obra en él con poder y has de mí un instrumento
para tu honra. Pondo mi vida delante de ti, has con ella como
tú quieras, sólo dame tus fuerzas y sabiduría para avanzar en
tu Nombre. Amén.
Te invitamos a conocer todos nuestro libros aquí en: Escritor
pastor Gonzalo Sanabria Amazon.com
CAPÍTULO 66
EL GRAN TRONO BLANCO DE DIOS
El libro de Apocalipsis es un libro escatológico, es decir en su
mayor parte nos describe los acontecimientos finales. El
evento del gran trono blanco es el juicio final (del que somos
librados por le fe en Jesús).
El color blanco del trono nos habla de Su santidad, y el que la
tierra y el cielo huyan de delante del trono (Apocalipsis 20:11)
indican el poder y la grandeza de Aquel que está sentado en él,
además de la solemnidad de ese momento. Sí aun la misma
naturaleza tiembla ante la presencia majestuosa de nuestro
Dios, cómo no postrarnos y adorar en Su presencia.
Nos dice el apóstol Juan: “Y vi un gran trono blanco y al que
estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el
cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los
muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros
fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la
vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban
escritas en los libros, según sus obras” Apocalipsis 20:11-12.
Todos los que comparecen ante este gran trono blanco, vienen
a oír la sentencia final y condenatoria, pues ellos ya no están
ante el trono de la gracia, sino que comparecen ante el trono
del juicio eterno.
Comparecer o venir ante el gran trono blanco es presentarse
ante el Juez para escuchar la sentencia de condenación final
por no haberse acogido a la gracia de Dios en Cristo Jesús.
El pasaje nos enseña que todos los muertos comparecerán ante
Dios. El texto nos dice: “Y vi a los muertos, grandes y
pequeños, de pie ante Dios”. La expresión “Todos los
muertos” involucra a todos los seres humanos impíos que han
muerto desde Caín hasta el tiempo futuro cuando Dios
establezca Su reino en la tierra.
“Grandes y pequeños” es una frase que indica: poderosos y
débiles, doctores y analfabetas, ricos y pobres, sin distinción
alguna de raza, estrato social o color de piel. El texto bíblico
nos añade “De pie ante Dios” como un acusado cuando espera
que dicten su sentencia.
La Biblia también nos enseña que en el cielo hay varios libros
y algunos contienen escrito el pecado de los hombres,
versículo doce: “… y fueron juzgados los muertos por las
cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”. La
expresión “y fueron juzgados los muertos”, nos enseña que la
muerte no cancela ni evita el juicio venidero.
Los pecados aquí mencionados son aquellos que no han sido
perdonados, pues los hombres no se arrepintieron de éstos, y
no acudieron a la sangre derramada del Señor Jesús en la cruz,
no aceptaron por la fe el perdón de sus pecados por cuanto no
creyeron en él.
Aunque todos los que rechazaron la gracia en Cristo (impíos)
padecerán la misma condenación eterna, podemos ver que
habrán diversos grados de condenación, por ejemplo en Mateo
23:14 dijo el Señor Jesús:
“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque
devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas
oraciones; por esto recibiréis mayor condenación”.
Todos aquellos que tengan sus nombres inscritos en el libro de
la vida del Cordero son salvos de la condenación eterna (es
decir no irán al lago de fuego), y esta es una razón de sumo
gozo para el hijo de Dios, por eso el Señor Jesús dijo:
“regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los
cielos” Lucas 10:20.
Recordemos que una práctica en la antigüedad era anotar en
un registro escrito los nombres de los ciudadanos de una
región o país, por eso hablamos de una cédula de ciudadanía o
documento de identificación. Cuando experimentamos el
nuevo nacimiento, nuestro nombre es inscrito en el cielo como
nuevos ciudadanos.
Tengamos presente entonces que en ésta tierra estamos de
paso, por eso somos extranjeros porque somos ciudadanos del
cielo; el apóstol Pablo por el Espíritu dijo: “Mas nuestra
ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al
Salvador, a Jesucristo nuestro Señor” Filipenses 3:20.
Reflexión final: Dios entregó a su hijo Jesucristo por
nosotros, él ha diseñado lo mejor para nuestra vida, y él vuelve
por Su iglesia, él viene por ti, gózate porque tu nombre esté
escrito en el libro de la vida, y un día entraremos a la Jerusalén
celestial, y estaremos para siempre con el Señor. Si aún no
estás seguro de esto, entrégale tu vida al Señor él te oye y te
ama.
Oración: Dios mío te pido perdón por todos mis pecados,
lávame de toda maldad, creo Señor Jesús que tu sangre me
limpia de todo pecado y me libra de todo juicio venidero; hoy
tengo vida eterna por mi fe en ti, y gracias Señor porque mi
nombre está escrito en el libro de la vida. Amén.
CAPÍTULO 67
BENDECIDOS POR LA LEY DE DIOS
Nuestro mundo describe generalmente el éxito en relación con
la cantidad de logros materiales alcanzados. La Biblia en
cambio nos enseña que el verdadero éxito no es otra cosa que
alcanzar el plan para el cual fuimos diseñados por Dios.
En muchas ocasiones el creyente se siente frustrado por no
lograr el “éxito”, pues por lo general nos vamos en pos de lo
que la Biblia llama añadiduras.
Las Sagradas Escrituras nos revelan que lo más grande e
importante para los hombres, no lo es necesariamente para
Dios. El verdadero gozo y plenitud de vida no se pueden
alcanzar sin el Señor Jesús, pues separados de él nada
podemos hacer.
Nos dice el salmista: “Bienaventurado el varón… que se
deleita en la ley de Jehová, y en ella medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da
su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace
prosperará” Salmos 1:1-3.
El término bienaventurado hace referencia a una persona llena
de gozo y alegría por cuanto su camino y obra cuentan con la
bendición y aprobación de Dios. Es el resultado de aquel que
camina en la verdadera prosperidad, pero ¿Cuál es la
prosperidad que viene de Dios? Veamos esto a la luz del texto
de hoy.
En primer lugar nos describe a alguien que se “deleita” en la
ley de Dios. Con frecuencia nos podemos deleitar en muchas
cosas no siendo una de ellas la ley del Señor.
Quizá practicando algún deporte, invirtiendo horas en nuestro
hobby o viendo películas continuamente, y tal vez veamos la
lectura y estudio de la Biblia como una obligación o tarea que
sencillamente debemos hacer como cristianos, pero no se
deleita o disfruta ese privilegio. Creo que el siguiente párrafo
nos ayuda en esto.
En segundo lugar nos dice el Salmo uno que ésta persona
“medita” en la ley del Señor de día y de noche. La palabra
“meditar” va mucho más allá de una lectura, hablamos de una
profundización con el corazón, y esto sólo es posible cuando
podemos estudiar la Biblia con Aquel que la inspiró, el
Espíritu Santo de Dios.
Él es nuestro Consolador, y uno de los significados de
consolador es: uno que está al lado de. Por tanto él quiere
hacernos compañía y ayudarnos, además mora en nosotros
para enseñarnos.
Así como Jesús fue el maestro de los doce, el Espíritu de Dios
quiere instruirnos, permitamos que él sea nuestro Maestro en
cada uno de esos momentos cuando abrimos la ley de Dios
para leerla, él nos enseñará a meditarla y entonces
empezaremos a deleitarnos en ella, pues el Espíritu nos
enseñará “cosas que ojo no vio, ni oído oyó”.
En tercer lugar nos describe la Biblia los resultados de alguien
que ama y sigue el consejo de la Palabra de Dios. Cuando
empezamos a llenarnos de Su palabra y ésta nutre nuestra vida
espiritual, vemos cómo nuestras decisiones son iluminadas por
el consejo del Señor y por tanto caminaremos en Su voluntad
cosechando las bendiciones propias de la obediencia.
Es interesante considerar la manera en que un árbol se
beneficia al vivir junto a un río. Será fructífero, permanente y
próspero. De ésta manera se relaciona la vida de aquella
persona que ama la palabra de Dios y se deleita en ella, será
una vida que llevará buen y abundante fruto para Dios,
permanecerá aun ante la adversidad y oposición, y la
prosperidad o bendición del Señor le seguirán en todos sus
caminos.
Reflexión final: Dios desea bendecir con la abundancia del
cielo a sus hijos. Hoy nos recuerda que para esto es vital
deleitarnos en Su palabra y permitir que Su poder
transformador trabaje día a día en cada uno de nuestros
corazones.
Oración: Ayúdame Señor a amar tu palabra, a deleitarme en
ella cada día; cada vez que la abra para leer y estudiar
enséñame amado Espíritu Santo, dispongo mi corazón para
aprender y recibir la revelación de tu palabra. Dame Dios mío
la capacidad de no sólo aprender más de tu palabra, sino de
ponerla por obra. Gracias Dios. Amén.
CAPÍTULO 68
LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO ESTÁ
CERCA
Creo que un tema profundamente interesante en las Escrituras
es la escatología o estudio de los acontecimientos finales. Pero
más allá de la curiosidad o deseo de saber al respecto debemos
hacerlo para estar preparados y dispuestos para la venida del
Señor.
Como una novia se prepara para el día de su boda, la iglesia
debe prepararse para la venida del Señor Jesús, al fin y al cabo
lo más importante no es la casa donde la novia vivirá, sino
Aquel con quien estará por los siglos de los siglos.
Nos dice la Escritura: “Bienaventurado el que lee, y los que
oyen las palabras de ésta profecía, y guardan las cosas en ella
escritas; porque el tiempo está cerca” Apocalipsis 1:4.
La primera frase “Bienaventurado el que lee” nos recuerda la
gran bendición que es leer la palabra de Dios, nuestro espíritu
se fortalece pues ella es su alimento, nuestra sabiduría crece al
conocer más el carácter y el consejo de nuestro buen Dios, y
somos equipados para toda buena obra. Descuidar o abandonar
la lectura de la Biblia hace al creyente más débil ante el
enemigo y sus ofertas o tentaciones.
Recordemos también que el salmista dijo: “Lámpara es a mis
pies tu palabra y lumbrera a mi camino”, esta frase nos enseña
que la palabra de Dios nos da las herramientas para tomar
decisiones correctas y para evitar las trampas que el enemigo
pone en nuestro camino.
La palabra de Dios ilumina nuestra caminar disipando las
tinieblas que quieren traer confusión y desanimo. Por eso
leamos con disposición y diligencia la bendita Palabra del
Señor.
El pasaje bíblico de Apocalipsis nos añade diciendo: “y los
que oyen las palabras de ésta profecía”. Generalmente la
oímos reunidos en casa o en el templo. Que bendición e
importante es congregarnos, esa era una costumbre del Señor
Jesús mientras estuvo aquí en la tierra (pues “el día de reposo
él iba a la sinagoga como era su costumbre” nos dice la
Biblia).
En el templo escuchamos la palabra de Dios que edifica
nuestra vida, ilumina nuestro caminar y nos enseña para no
caer en manos del enemigo de nuestras almas.
Somos un cuerpo y por eso nos necesitamos los unos a los
otros. Por supuesto debemos además estudiarla en nuestro
hogar.
El texto bíblico que estudiamos ahora añade: “y guardan las
cosas en ella escritas”. Entonces es necesario leer, oír y hacer.
Es sin duda esta tercera etapa el desafío para cada uno de
nosotros. Obedecer lo que leemos y oímos es sin duda lo que
honra a Dios.
Poner por obra lo que el Señor nos enseña es lo que agrada a
su corazón. No es suficiente con leer bastante y oír mucho, es
necesario vivir lo que se nos enseña.
Podemos recordar aquí aquel gran escriba y doctor de la ley:
Esdras. Quien se propuso en su corazón escudriñar la ley de
Dios, guardarla en su corazón, y enseñarla al pueblo de Israel.
Pues vemos en este hombre el proceso correcto: estudiarla,
obedecerla y enseñarla.
El primer objetivo de estudiar la Biblia no es llenarnos de
conocimiento, sino conocer al Dios que se revela en ella y por
amor a él seguir su consejo y cumplir su voluntad. Este es el
éxito en la vida y es el secreto de la verdadera prosperidad.
Concluye el versículo de hoy diciendo: “Porque el tiempo está
cerca”. Jesucristo nuestro Señor vuelve. Ésta verdad es
columna y esencia de nuestra fe. Ante ésta realidad como
iglesia debemos preparar nuestro corazón y con diligencia
espiritual avanzar hacia aquello que él diseñó para nuestra
vida, no sea que cuando el Señor venga no nos halle haciendo
como él espera.
Como la novia que se va a casar la iglesia debe vestirse de
blanco y hermosura para su esposo (es decir apartarse del
pecado y caminar en el carácter y fruto del Espíritu).
Esta preparación la hallamos acudiendo a la poderosa sangre
del Cordero que limpia nuestro corazón y en la comunión con
el Espíritu Santo quien nos redarguye, enseña y capacita para
hacer la buena voluntad del Señor. Prepárate el Señor está
cerca.
Reflexión final: Dios nos invita a leer y escuchar Su palabra
con amor y disposición, él mismo es nuestra ayuda y fortaleza
para ponerla por obra. Decidamos pues en nuestro corazón
seguir Su consejo, como los sabios del oriente siguieron la
estrella que los llevó a Jesús, sigamos Su palabra que a la vida
eterna en Su presencia nos llevará.
Oración: Muchas gracias Señor Jesucristo por haberme dado
esta salvación tan grande, gracias por dar tu vida por mí en la
cruz. Fortaléceme con tu Espíritu y con tu palabra, ayúdame a
estar preparado con diligencia todos los días, pues tu vuelves,
levantaras a tu iglesia y estaremos para siempre contigo.
Gracias Dios mío. Amén.
CAPÍTULO 69
¿CÓMO ALCANZAR UN AVIVAMIENTO EN MI
CORAZÓN?
Con frecuencia encontramos que la religión o rutina religiosa
enfría el corazón del creyente, casi que sin darnos cuenta el
fuego o pasión por Dios se apaga.
Es interesante tener en cuenta aquí que uno de los símbolos del
Espíritu Santo es precisamente el fuego. Debemos procurar el
avivamiento en nuestro corazón, pues Cristo viene por una
iglesia enamorada de él…
Nos dice la Escritura en 1 Reyes 18:36-39 “Y sucedió que
cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el
profeta Elías, y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de
Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo
soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas
cosas. Respóndeme, Jehová, respóndeme…
Entonces cayó fuego de Jehová, el cual consumió el
holocausto, y la leña, y las piedras, y el polvo, y aun lamió las
aguas que estaban en la zanja. Y viéndolo todo el pueblo,
cayeron sobre sus rostros, y dijeron: ¡Jehová es el Dios!
¡Jehová es el Dios!”.
En ésta porción de la Escritura podemos ver varias cosas muy
importantes para avivar el fuego del Espíritu Santo en nuestro
corazón:
a) El profeta oró a Dios (Esto indica que él reconocía que era
el Señor mismo quien hacia la obra, esto muestra dependencia
de Dios. además de recordarnos la importancia de mantener
una vida de oración).
b) Obediencia (Elías dijo: “por mandato tuyo he hecho todas
estas cosas”). Dios no puede manifestar su gloria en un
corazón soberbio e independiente.
c) Anhelo de ver su gloria manifestada (“Respóndeme, Jehová,
respóndeme”). Debemos mantener un corazón apasionado por
la manifestación de la gloria y poder de Dios.
d) El fuego del Espíritu Santo consume lo terrenal (vemos que
el fuego consumió el buey, la leña, las piedras y hasta el
polvo) y provoca cambios en el corazón dispuesto (nos dice la
Biblia: “todo el pueblo se postró”). Definitivamente el fuego
del Espíritu Santo nos lleva a otros niveles espirituales y
genera cambios profundos.
e) El Señor requiere corazones sinceros (La expresión “Jehová
es el Dios, Jehová es el Dios” nos permite pensar en que no
expresan identidad con él, pues no dicen: “Jehová es nuestro
Dios”, sino que expresan la realidad de su existencia como
Dios). Entonces requerimos disponer nuestro corazón para
Dios, pues el fuego, poder y obra del Espíritu Santo producen
una verdadera conversión en el ser hombre.
f) El resultado de buscar a Dios fue la manifestación poderosa
y sobrenatural de su poder. El fuego de Dios consumió todo,
hasta el agua que con abundancia habían derramado, asunto
prácticamente imposible ya que el fuego se apaga con el agua.
No hay nada imposible para el Señor. Cuando buscas a Dios y
persistes en esto, empezarás a ver la acción sobrenatural de él
a través de ti.
g) El fuego del Espíritu Santo es fundamental en la vida del
creyente, pues es luz que dispersa las tinieblas, es calor que
consume el frio de la muerte espiritual, es luz que trae orden a
la vida porque en medio de la tierra desordenada y vacía lo
primero que Dios dijo fue: “sea la luz”.
El fuego del Espíritu es luz que ilumina nuestro camino para
no tropezar; el fuego consume la madera, el heno y la
hojarasca de lo que hablo Pablo haciendo referencia a lo vano
y a los motivos egoístas del corazón humano para no buscar lo
nuestro, sino que cristo sea glorificado.
Conclusión: Dios tiene el poder de restaurar todas las cosas.
Acerquémonos a su presencia, y presentemos nuestra familia
ante altar del Señor en oración confiados en que poderoso es él
para hacer milagros en nuestra familia. Permitamos que el
Espíritu Santo avive su fuego en nuestros corazones, y
desechemos las cosas, cargas y pecados que procuran apagar el
fuego de Dios en nuestro corazón.
Oración: No permitas mi amado Señor que mi corazón caiga
en la rutina o frio espiritual, te pido por favor que siempre el
fuego de tu Espíritu Santo esté encendido en mi ser. Cada día
de mi vida quiero hablar contigo, y darte el lugar que te
corresponde. Gracias por escucharme y avivar mi corazón.
Amén.
CAPÍTULO 70
TÚ NOMBRE ESTÁ ESCRITO EN LOS CIELOS
Hay grandes riquezas y poderosos privilegios en la tierra, pero
ninguno es mayor al honor de ser hijo de Dios. Muchos
procuran ganarse la lotería o esperan un gran golpe de suerte,
pero el tesoro más grande que el ser humano puede hallar es
encontrarse con Jesucristo y seguirlo.
EL Señor Jesús dijo: “He aquí os doy potestad de hollar
serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y
nada os dañará. Pero no os regocijéis de que los espíritus se os
sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos
en los cielos” Lucas 10:19-20.
Jesús ha formado otro grupo de setenta discípulos y los ha
enviado de dos en dos a toda ciudad, delegó en ellos poder y
autoridad para sanar enfermos y liberar endemoniados y
regresan al Señor con un gozo inmenso pues los demonios se
les sujetaban. Es normal cuando el poder de Dios fluye a
través de nuestra vida sentir alegría al ser usados por el
Señor.
Jesús les recuerda el poder que ha delegado en ellos para
vencer serpientes y escorpiones (que representan a los
demonios) y sobre toda fuerza del enemigo ¿Por qué el Señor
les recuerda esto?
Porque además de echar fuera demonios en su ministerio
enfrentarían poderes de las tinieblas que procurarían impedir
el avance del reino de Dios en la tierra, por eso les dice: No
importa que poder o fuerza del enemigo se levante, el poder de
Dios en ellos estará sobre toda fuerza del enemigo.
“Nada os dañará” como sucedió con Israel ante los gigantes de
Canaán, quizá los discípulos sentirían temor, pero Jesús les
asegura que nada los dañará. Podrían avanzar y continuar
llevando el evangelio del reino, pues Dios mismo sería su
escudo y protección. Cuando el Señor te llama y te envía,
también asegura tu protección y provisión.
Sin embargo el Señor Jesús le da a sus discípulos una
enseñanza superior y fundamental para la vida cristiana y para
el servicio a Dios: “No os regocijéis de que los espíritus se os
sujeten, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos
en los cielos”.
Ellos estaban gozosos al ver el poder de Dios sobre los
demonios, pero el Señor les enseña que el verdadero gozo
debe ser el tener la certeza de su salvación y de la vida eterna.
Gracias a Dios por las sanidades, por las liberaciones y por los
milagros, pero lo más grande es nuestra salvación. Lo más
importante es nacer de nuevo, la verdadera y más grande razón
de nuestro gozo es habernos encontrado con Jesucristo y
entregarle nuestra vida.
Todas las riquezas del planeta y los más grandes honores que
el mundo pueda ofrecer nunca serán comparables con la gloria
venidera que en nosotros ha de manifestarse.
Reflexión final: Para Dios lo más valioso e importante es la
salvación del ser humano, por eso envió a su Hijo. No hay
nada de mayor valor que la salvación por la fe en Jesucristo,
por eso dice la Escritura que “fuimos comprados no con oro ni
con plata, sino con la sangre preciosa de Jesucristo”.
Oración: Gracias Señor Jesús por haber dado tu vida por mí
en la cruz. Muchas gracias por escribir mi nombre en el libro
de la vida. Con todo mi corazón te doy gracias; hoy te pido
también mi Dios que tu salvación alcance toda mi familia. Te
bendigo y hay gratitud en mi corazón por todo lo que haces.
Amén.
CAPÍTULO 71
EL MARAVILLOSO ÁRBOL DE LA VIDA
Dios ha diseñado bendecir al hombre y darle lugares de
privilegio en toda su creación. Con frecuencia los problemas
de la vida y los afanes de éste siglo nos pueden hacer olvidar
por tiempos de la realidad espiritual eterna que en Jesús
tenemos, por eso debemos cuidar nuestro corazón, Cristo
vuelve.
Según Apocalipsis 2:7 dice el Señor: “le daré a comer
del árbol de la vida que está en medio del paraíso de Dios”. El
vencedor se alimentará del árbol de la vida, como su nombre
lo indica su alimento genera vida en aquel que lo toma. Es
muy importante que veamos Génesis 2:7-9, y varias cosas se
destacan aquí:
“Formó, pues, Jehová Dios al hombre del polvo de la tierra, y
sopló en su nariz aliento de vida; y fue el hombre un alma
viviente. Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente, y
puso allí al hombre que había formado. Y Jehová Dios hizo
nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para
comer: también el árbol de la vida en medio del huerto, y el
árbol del conocimiento del bien y el mal.”
a) Después de crear Dios al hombre, plantó un huerto en Edén
y allí puso al hombre. Edén significa: delicia, paraíso, placer.
Vemos entonces que el Señor le concedió al hombre lo mejor
para su bienestar.
b) Toda esa bendición, abundancia y privilegios estaban
sujetos a la obediencia del hombre (podemos concluir
entonces que por gracia Dios da sus bendiciones, y por su
obediencia el hombre las sostiene).
c) En aquel huerto estaba el árbol de la vida y el árbol del bien
y del mal. El hombre podía comer de todos los árboles, menos
del árbol del bien y del mal. Dios siempre le ha dado al
hombre la provisión suficiente para hacer su voluntad.
Jesucristo es dador de vida y es quien sana nuestras dolencias
Quien es la vida sino Cristo mismo, quien es nuestro sanador
sino Jesucristo el Señor, por eso también Juan nos dice en
Apocalipsis 22:1-2 “Sus hojas eran para la sanidad de las
naciones”.
Cuando el hombre decide rechazar el árbol del bien y del mal,
y más bien se acerca al árbol de la vida (Cristo mismo), recibe
vida eterna y con ella todos los beneficios del reino.
Éste árbol es figura de Cristo, el que sana y el que da vida.
Mediante un árbol Dios endulzó las aguas amargas de Mara y
allí se revelo a Israel como Jehová Rapha que significa: Dios
Sanador, él es quien transforma las amarguras de la vida en
bendición; en un madero fue el Señor crucificado y allí su
muerte nos dio vida.
La Biblia nos dice en Apocalipsis 2:7 que el árbol de la
vida está en medio del paraíso, el apóstol Pablo visitó el
paraíso y allí oyó palabras que nos le es dado al hombre
expresar (revelaciones únicas), y nos dice la Biblia que
comeremos del árbol de la vida, nos nutriremos de la
revelación de Cristo, de la revelación de Dios.
¿Por qué los seres vivos se acercan a un árbol? Porque
encuentran sombra, refugio, alimento (frutas), vivienda, otros
salvan su vida allí, nosotros nos acercamos a Cristo y en él
encontramos vida, nuestro vacío corazón se alimenta de él,
Jesús se convierte en nuestro amparo y fortaleza, escondedero
o refugio ante las tormentas de la vida.
Según Apocalipsis 22:14 “Bienaventurados los que guardan
sus mandamientos, para tener derecho al árbol de la vida, y
poder entrar por las puertas en la ciudad” es a través de la
sangre de Jesús (que lava nuestros vestidos del pecado) que
tenemos acceso a las grandes bendiciones de Dios.
Conclusión: Es el deseo de Dios habitar en medio de su
pueblo y ministrar con su poder, vida y libertad para sus hijos.
Debemos caminar en un continuo primer amor, pues es el
amor el más grande poder del reino.
Oración: Gracias Dios por los grandes privilegios que hasta
hoy nos has dado y por todos aquellos que nos tienes
preparados. Deseo conocerte más, alimentarme de tu poderosa
palabra cada día y por supuesto caminar en ella. Dame el
privilegio y la bendición de tener un corazón con hambre de ti
siempre. Amén.
CAPÍTULO 72
LA PALABRA DE DIOS PROTEGE NUESTRA
MENTE
No podemos ignorar las maquinaciones del enemigo, él lanza
sus dardos de fuego contra nuestra mente, buscando sembrar la
duda y el engaño, pero nosotros tenemos la mente de Cristo y
es la palabra de Dios la que guarda nuestra mente.
La palabra de Dios guarda nuestra mente y es una poderosa
arma contra el enemigo: Mateo 4:4, 7, 10.
“Pero Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá
el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios…
Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu
Dios… Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito
está: Al Señor tu Dios adorarás, y a Él sólo servirás”
Vemos en éstos versículos el tremendo poder que hay en la
palabra de Dios que incluso el mismo Señor Jesús la usó para
vencer los dardos de fuego del maligno. Cristo venció con el
“Escrito está”, y hoy día sigue siendo igual.
El Espíritu Santo inspiraba al Señor y Jesús hablaba según el
Espíritu le guiaba, modelo que debemos seguir hoy día.
La palabra de Dios se convierte como en un escudo que
protege nuestra mente de los dardos del diablo, y cuando su
ataque viene contra nuestro pensamiento podemos usar con
seguridad la palabra de Dios para establecer la autoridad de
nuestro Cristo.
Según Efesios 6:17 la palabra de Dios es una poderosa arma
contra las tinieblas: “y tomad el yelmo de la salvación, y la
espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”
Vemos en Efesios 6:17 dos elementos fundamentales en la
batalla espiritual, el yelmo de la salvación y la espada del
Espíritu. Es muy interesante a la luz del tema de hoy, pues el
término yelmo desde el griego bíblico indica protección para
la cabeza.
Era el casco que usaba el soldado de entonces para proteger su
cabeza de las flechas y otros proyectiles que les lanzaba el
enemigo. También guardaba su cabeza de golpes mortales y
servía para identificar a sus compañeros de batalla.
Es muy interesante que Pablo hable del “yelmo de la
salvación” pues el término salvación indica todo lo que Cristo
alcanzó para nosotros, y que el enemigo con sus dudas y
mentiras procurará atacar la mente de creyente. Es decir las
tinieblas procuran desvirtuar la revelación de la salvación que
el cristiano recibe de Dios.
Finalmente nos habla de la “Espada del Espíritu” la cual es la
Palabra de Dios, es decir la verdad de Dios guarda nuestra
mente y la confesión guiada por el Espíritu Santo de su palabra
es una poderosa arma que hace huir al enemigo, y derriba las
fortalezas que las tinieblas quieren edificar en nuestro
pensamiento. La palabra de Dios protege nuestra mente.
Conclusión: Cristo ha vencido, vive ahora en nosotros y por él
podemos vencer. Declaremos su buena palabra y renunciemos
a lo que hemos aceptado en nuestra mente y que es contrario al
conocimiento de Dios y llevemos todo pensamiento sujeto a la
obediencia a Cristo. Para esto apareció el Hijo de Dios para
deshacer las obras del diablo.
Oración: Gracias amado Dios por darnos tu poderosa palabra,
ayúdame Señor a amarla, estudiarla, pero ante todo que sea tu
Espíritu Santo quien me enseñe cada día. Amo tu palabra, sea
ella mi pensamiento continuamente, y genera en mí un
corazón manso, humilde y obediente. Amén.
CAPÍTULO 73
JESUCRISTO ES NUESTRA VIDA
Una verdad que además hallamos en la Escritura es que
nuestro Señor Jesús es el mejor predicador de todos Los
tiempos, y en los evangelios vemos que utilizaba ejemplos del
diario vivir de los judíos para revelar poderosos misterios y
principios del reino de Dios. Así pues hacia más fácil de
entender el reino espiritual.
En Juan 15 el Señor Jesús usa un cultivo reconocido por todos
los habitantes de las tierras palestinas (y es la vid), y a través
de éste ejemplo sencillo enseña grandes verdades espirituales.
Vemos pues como nuestro Dios utiliza todos los medios
posibles para que podamos recibir y entender lo que nos quiere
dar.
Nos dice Jesús en Juan 15:1-3 “Yo soy la vid verdadera, y mi
Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo
quita; y todo el que da fruto, lo poda para que dé más fruto.
Ustedes ya están limpios por la palabra que les he hablado”.
Entonces Jesucristo es la vid verdadera (esto quiere decir que
es la fuente veraz y genuina), es la vid que genera vida
verdadera, es la vid que sacia realmente la necesidad del
corazón humano. Nunca decepciona.
Podemos entonces concluir a la luz de sus palabra que hay
“falsas vides”, estas pueden ser: los ídolos, las drogas, la vida
desordenada y desenfrenada, el alcohol, y otras cosas, en lo
que el hombre busca saciar su sed de vida; sin embargo
experimenta con estas cosas un mayor vacío, y esto se debe a
que sólo Jesús llena en realidad el corazón del hombre.
Sólo Cristo satisface la sed de vida y amor que toda persona
tiene. Es Jesús la verdadera respuesta.
Dios tiene grandes planes con cada uno de sus hijos. Algunas
veces la falta de disposición o a lo mejor conductas incorrectas
estorban este propósito, es allí cuando el buen labrador, el
Padre celestial, viene a podar o a trabajar en nuestro corazón,
obra que debemos permitir con humildad. Al final veremos un
maravilloso resultado, pues Dios sabe lo que hace.
En éste proceso como en el resto de nuestra vida es primordial
mantener y cuidar nuestra relación con Dios, así como el
pámpano (sarmiento) está asido a la vid. Así como la vid
alimenta al pámpano, es Cristo vital para el cristiano.
Oración: Amado Jesús tu eres el motivo, fuente y fuerza de
mi vida, sin ti nada efectivo puedo hacer. Por eso hoy vengo
ante tu presencia para decirte: Señor te necesito, cada día te
necesito. Haz tu maravillosa voluntad en mí, solo ayúdame a
seguirte y ser sensible a tu dirección, pues seguro estoy que
me darás la fuerza para llegar a la meta.
CAPÍTULO 74
LIBRES PARA ADORAR A DIOS
Éxodo 5:1 “Después Moisés y Aarón entraron a la presencia
de Faraón y le dijeron: Jehová, Dios de Israel dice así: Deja ir
a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto”.
Moisés comienza a cumplir con la labor que Dios le ha
encomendado, acompañado de su hermano Aarón. Es
interesante que Moisés deba enfrentar un antiguo temor, pues
cuarenta años atrás, había salido huyendo de Egipto y de
Faraón, pero ahora Dios lo envía revestido de Su poder. Esto
nos enseña que para servir a Dios y vencer nuestros temores,
no es suficiente con nuestros deseos y anhelos, se requiere del
poder de Dios.
Para éste momento, el pueblo de Israel ha estado sometido a la
esclavitud egipcia por cuatrocientos años, y Dios solicita la
liberación de su pueblo para que le rinda culto: “Entonces tú le
dirás de mi parte al faraón: Israel es mi primogénito. Ya te he
dicho que dejes ir a mi hijo para que me rinda culto”, Éxodo
4:22-23ª, con suma dificultad se puede rendir culto a Dios
desde el cautiverio.
Sólo cuando nuestro espíritu es liberado del dominio de las
tinieblas y vivificado por el Señor Jesucristo, puede levantarse
y adorar a Dios. A veces nuestro culto al Señor enfrenta
diferentes obstáculos:
Miedos (cómo los de Moisés),
Una mente escaza y conformista (como la de Israel en
esclavitud),
Profundos complejos y resentimientos (como la falta de
perdón),
Exceso de ocupaciones y negocios,
Una vida cuya nostalgia es su pasado.
Debe aparecer aquí, un profundo deseo de libertad y la
decisión de acercarse al libertador, a Jesucristo el Señor, quien
con su poder rompe las cadenas del cautiverio.
El deseo de Dios, expresado en éste pasaje, es que Su pueblo
le “celebre fiesta en el desierto”. Aquí el término “fiesta”
significa: celebración cultica o solemne, Dios quiere una
celebración en honor a él, que sus hijos se gocen en él.
El escenario escogido es el desierto, sinónimo de soledad,
dificultad, dureza, escasez y ausencia, pero al recordar las
manifestaciones sobrenaturales de Dios en éste desierto,
vemos que fue un espacio escogido por Dios para revelar Su
gloria y poder a Israel.
Conclusión: Dios es nuestro libertador y debemos acercarnos
a Él, pues con su poder quebranta los obstáculos que estorban
e impiden nuestra comunión y adoración. Por encima de tu
condición, levántate y adora Dios, él quiere revelar Su gloria y
poder en medio de tu desierto.
CAPÍTULO 75
EL MINISTERIO ES UN TESORO OTORGADO
POR DIOS MISMO
2 Corintios 4:7 “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro,
para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de
nosotros”.
Después de conocer a Cristo, uno de los deseos que surge con
mucha fuerza en nuestro corazón es el de servir a Dios, y
apasionadamente empezamos a hacer cosas para él. Aquí es
muy importante tener en cuenta fundamentos cómo los que
nos enseña el texto de hoy.
Podemos considerar por lo menos, tres frases muy
significativas aquí:
La primera es: “éste tesoro”: con éstas palabras, el apóstol
Pablo se refiere en contexto al ministerio, resaltando lo valioso
y precioso que es, por tanto, debe ser conservado con sumo
cuidado, recordando que es una riqueza del cielo puesta en la
tierra.
La segunda es: “vasijas de barro”: expresión con la que el
apóstol se refiere a las personas que llevan el ministerio,
destacando su humanidad (debilidades, errores, fragilidad,
etc), y su necesidad de depender de Aquel que los llamó, pues
una vasija de barro no es fuerte en sí misma.
Y la tercera es: “la excelencia del poder sea de Dios y no de
los hombres”: en ésta frase Pablo destaca cuán sobrenatural
son los dones de Dios, el término excelencia aquí traduce
también “grandeza extraordinaria”, que Dios deposita en sus
hijos conforme a Su voluntad. Sin embargo, también Pablo por
el Espíritu nos enseña que esa excelencia es de Dios, para la
gloria del Señor y no para los hombres. Es por eso que los
siervos de Dios debemos tener en cuenta que somos vasijas de
barro, y que el alfarero y dueño es el Señor.
Es por la gracia de Dios que hoy tenemos salvación, y que
tenemos el privilegio de participar de Su obra. La excelencia
de Su poder, de la que hemos hablado, se manifiesta con
mayor resplandor en aquellos que con corazón manso y
humilde, procuran que su Nombre sea glorificado, pues
finalmente el poder es de Dios.
Conclusión: Dios nos ha alcanzado con Su gracia, dándonos
salvación e impartiendo en nuestra vida dones para servir en
Su reino, persevera con gozo en tu servicio al Señor Jesús,
sabiendo que es por su poder que podemos hacerlo. Aunque tu
entorno sea difícil y adverso, recuerda que es temporal, y que
Jesús venció y ahora vive en ti.
CAPÍTULO 76
DIOS TIENE EL PODER PARA TRANSFORMAR
EL CAOS EN BENDICIÓN
Génesis 1:2-3 “Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las
tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios
se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y
fue la luz”.
Al detallar la condición de la tierra según el texto citado,
observamos inicialmente por lo menos tres factores: desorden,
vacío y tinieblas.
No podemos negar que en ciertos momentos de nuestra vida,
parece que esa fuera también nuestra condición, porque a
causa de las crisis, o por las malas decisiones, nuestra familia
y economía sufren el desorden; por nuestra desobediencia
experimentamos un vacío, cómo si camináramos sobre la nada
y las fuerzas de las tinieblas arrecian contra nuestro corazón,
mente y emociones.
Es muy alentador lo que el texto bíblico dice a continuación:
“el Espíritu de Dios se movía”; Dios no abandonó su creación,
él mismo estaba allí y no estaba quieto. La expresión “se
movía” es traducida del término hebreo “rakjáf” que traduce
además: empollar, revolotear.
Al considerar la condición inicial, nosotros diríamos: “no hay
nada que hacer, todo está muy mal” o “es imposible restaurar”,
pero Dios estaba allí preparando, cubriendo con sus alas,
organizando, cómo las aves se preparan para el nacimiento de
sus polluelos; Dios haría una gloriosa obra: una tierra
reordenada y hermosa, en las mejores condiciones posibles;
sería la casa para su nueva creación: el hombre.
Luego Dios habló: “y dijo Dios”, de la boca del Señor sale
ahora Su palabra, ésa Palabra que transforma, que restaura y
ordena todo lo que está mal y desordenado en nosotros. Esa
Palabra que corrige e ilumina nuestras decisiones, aquella que
nos alimenta y edifica; por eso debemos bendecir y amar Su
palabra.
Finalmente aparece la luz, es importante recordar que la luz
del sol y de las estrellas aparece luego, cuando fueron creados
en el día cuarto, entonces es la luz de Dios mismo la que
resplandece.
Jesús dijo: “yo soy la luz del mundo”, es Su luz la que
necesitamos cada día, ante ésta luz las tinieblas retroceden, es
ésta luz la que saca a los prisioneros de los oscuros calabozos
de la aflicción, es la luz que resplandeció para salvación de los
hombres.
Conclusión: Dios envió a su Hijo Jesucristo para restaurar
todas las cosas. No importa que haya pasado, o en qué
condiciones está tu vida, éste es el momento para acercarse a
Dios y permitir que su orden, su palabra y su luz vengan y
hagan Su obra en tu corazón.
CAPÍTULO 77
INSTRUMENTOS PODEROSOS EN LAS MANOS
DE DIOS
1 Corintios 1:27 “Lo necio del mundo escogió Dios, para
avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios,
para avergonzar a lo fuerte”.
Cuando se trata de servir al Señor o de cumplir con una
comisión divina, muchas veces luchamos con diversas
situaciones en cuanto a nuestra dignidad y preparación idónea.
Por ejemplo, Moisés se negó varias veces al llamado de Dios,
al igual que Jeremías y Gedeón.
Ésta lucha se da porque consideramos que no somos lo
suficientemente “santos” o “maduros” para servir a Dios; pero
en realidad no se trata de cuán bueno soy, sino de cuán
poderoso es Dios para actuar a través de nosotros.
Reflexionemos por un momento en uno de los discípulos del
Señor Jesús: Pedro. Quien por ser de Galilea, una región
distante de Jerusalén, cuyos habitantes no eran de raza hebrea
pura, y una zona con poca escolaridad, no tenía la mejor
capacitación.
Era además un pescador (no sacerdote, ni escriba, ni auxiliar
en la sinagoga), y al considerar su carácter era un hombre
inconstante e impulsivo en sus decisiones y acciones. Aun así,
el Señor lo llamó a ser uno de los doce apóstoles del Cordero.
Entonces en el orden de prioridades, lo primero para Dios no
es la capacitación sino la disposición.
En la formación e instrucción de Pedro, una y otra vez cometió
errores, y algunos de “gran tamaño”. Sin embargo, cuando el
Espíritu Santo se derramó sobre los ciento veinte en la fiesta
de pentecostés en Jerusalén, también vino sobre Pedro, quien
algunos días atrás había aconsejado al mismo Señor Jesús para
no ir a la cruz, y también había negado al Maestro (incluso
profiriendo maldiciones), pero después del derramamiento del
Espíritu fue usado por el Señor para predicar y salvar a miles
de personas en el poder del Espíritu Santo.
El Señor tiene misericordia y perdona nuestros pecados, trata
con nuestro carácter, y continua adelante con su propósito,
enseñando a sus hijos aunque a veces el escenario de
aprendizaje sea difícil y doloroso.
Dios toma lo vil y menospreciado del mundo para avergonzar
a los fuertes y sabios, para que nadie se jacte en Su presencia.
Todo esto lo hace por Su gran amor y misericordia, no por las
“virtudes o méritos” de los llamados.
Conclusión: A pesar de todo, Pedro perseveró aferrado a la
gracia de Dios, hasta alcanzar el plan del Señor para su vida.
Glorificó a Cristo con un ministerio que alcanzó a miles y
miles, escribió la primera y segunda carta de Pedro, fue el
primer líder del avivamiento en Jerusalén.
Pedro fue columna fundamental de la primera iglesia, y sí
antes negó al Señor, al final de su vida fue crucificado por
orden del imperio romano, y él pidió que lo pusieran con la
cabeza hacia abajo, pues dijo no ser digno de morir cómo el
Señor Jesús. Recuerda, no se trata de cuan capacitado estás,
sino de Su gracia.
CAPÍTULO 78
HUIR DE DIOS NO ES LA SOLUCIÓN
Jonás 1:1-3 “Vino palabra de Jehová a Jonás… diciendo:
Levántate y vé a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra
ella… y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a
Tarsis… pagando su pasaje”.
Sin duda es un gran privilegio escuchar a Dios y que buenos es
saber que Dios habla y sigue hablando a sus hijos. El Espíritu
Santo ha venido a morar en los hijos de Dios y mediante Su
testimonio da a conocer la voluntad del Señor, y éste mensaje
es percibido en nuestro interior y es una razón para gozarnos,
pues vemos Su cuidado y amor personal.
Observamos en términos generales que cuando el Señor nos
comisiona un privilegio, experimentamos un gran gozo en
nuestro corazón y nos dirigimos con toda la pasión del caso a
hacer lo que Dios nos ha encomendado. En otras ocasiones
nuestra respuesta es como la de Jonás: huir. ¿Por qué a veces
nuestra respuesta es huir al llamado de Dios? Podemos
considerar algunas varias razones, por ejemplo:
La palabra que oímos de Dios no es agradable para nosotros.
Lo que Dios nos entrega no responde a nuestras expectativas.
Los resentimientos y complejos del corazón se levantan e
impiden avanzar.
Los miedos a los resultados o desafíos que aparecerán en el
camino.
Los fracasos del pasado hacen pensar que será un fracaso más.
Debemos considerar y destacar que el versículo tres del texto
de hoy, nos dice: “pagando su pasaje”, el viaje era largo y por
tanto costoso, y esto nos recuerda el alto costo que tenemos
que pagar cuando no hacemos la voluntad del Señor, y aun
quienes nos rodean sufren algunas pérdidas (como les ocurrió
a los marineros que iban con Jonás).
El objetivo de Jonás era “irse lejos de la presencia de Jehová”,
él conocía la teología hebrea muy bien, sabía que Dios era
omnipresente, que estaba en todo lugar. Sin embargo, creyó
que podía huir de Dios.
¿Qué le ocurrió? Creo que lo mismo que sigue pasando hoy:
sabemos muchas cosas de Dios, pero nuestro ego y dureza de
corazón terminan siendo más fuertes y hacemos nuestra propia
voluntad, experimentando las correspondientes consecuencias.
Conclusión: El testimonio de Jonás nos recuerda que una vez
Dios habla, nuestra respuesta, sin duda alguna, debe ser
obedecer. Él va delante de nosotros y proveerá lo necesario.
Recordemos que nuestra obediencia es nuestra mejor
adoración. Cuando obedecemos a Dios, él es glorificado, otros
son salvados y nosotros somos bendecidos.
CAPÍTULO 79
CUANDO LA AMARGURA ES
TRANSFORMADA EN BENDICIÓN
Éxodo 15:23-25 “Llegaron a Mara, y no pudieron beber las
aguas de Mara, porque eran amargas… Entonces el pueblo
murmuró contra Moisés, y Moisés clamó a Jehová, y Jehová
le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se
endulzaron… y allí los probó”.
Cuando el Señor saca al pueblo de Israel de Egipto, sabe muy
bien a donde y por donde los lleva, Su presencia estaba
manifiesta de día (en una columna de nube) y de noche (en
una columna de fuego). Sin embargo, a Israel le costó entender
esto y por eso una y otra vez murmuró contra el diseño
celestial.
Cuando llegaron a las aguas de Mara (nombre que significa:
amargo), llegaron a un tiempo y lugar donde su fe sería
probada. Después de caminar durante tres días sin agua
(Éxodo 15:22) llegan a éstas y son amargas, imagínate el
momento, sin duda, ellos corrieron a saciar su sed… y de
repente alguien grita: “No beban, son aguas amargas, son
aguas malas”, la decepción de su corazón fue intensa. ¿Cómo
reaccionamos, cuando caminando en la voluntad de Dios, los
resultados son de sabor amargo?
La biblia nos enseña que “Israel murmuró contra…” pues con
frecuencia culpamos a otros, incluso a Dios, nos enojamos,
renunciamos, murmuramos, entre otros. Nos cuesta esperar en
Dios y confiar en Su dirección, es algo que se aprende paso a
paso en éste caminar con Dios.
Debemos tener en cuenta y seguir el ejemplo de Moisés, quien
“clamó a Jehová”, él sabía que Dios los había llevado allí,
sabía que era el escenario divino para ser enseñados por el
Maestro, iban a recibir una profunda enseñanza en el desierto.
En respuesta a la oración de Moisés, Dios muestra la solución
(debían lanzar un árbol a las aguas y éstas se volverían
dulces).
El texto bíblico nos sigue diciendo: “las aguas se endulzaron”,
cuando dependemos de Dios (y la oración es una muestra de
dependencia del Señor), él revela las estrategias para superar
los obstáculos y vencer las dificultades del camino. Es en Su
presencia donde recibiremos la sabiduría necesaria para tomar
las decisiones correctas ante las adversidades propias del
camino.
Que interesante ésta frase: “Allí los probó”, dice la Biblia,
nuestra fe y confianza en Dios serán probadas, y allí
recibiremos del Señor revelaciones de su poder, de su
grandeza y aprendemos que Dios puede cambiar los sabores de
nuestra vida, con Su poder, él hace que lo amargo se haga
dulce. Es fundamental asimilar Su voluntad, pues con el gozo
de Dios, aún el desierto es bonito.
Conclusión: Dios es todopoderoso, requiere de sus hijos
confianza en él. Aunque el camino sea difícil, adverso, aunque
los vientos sean contrarios, cree en él, confía en Su bondad,
adóralo, en el desierto o en la tierra de la abundancia, él es el
mismo. Él sigue allí y su plan con cada uno, sigue adelante,
pues al final su consejo prevalecerá.
CAPÍTULO 80
NO TEMAS, DIOS ES TU ESCUDO
Génesis 15:1 “Después de estas cosas vino la palabra de
Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, yo soy tu
escudo, y tu galardón será sobremanera grande”.
Al considerar éste versículo la frase “Después de éstas cosas”
nos hace mirar atrás ¿Qué había sucedido? En el capítulo
anterior Abram había enfrentado a quienes habían secuestrado
a su sobrino Lot, familia y bienes. La batalla había sido
intensa, pero finalmente Dios le dio la victoria sobre sus
enemigos (eran cuatro reyes cananeos).
Vemos que inmediatamente después el Señor habla a Abram y
lo primero que le dice es: “No temas”. Frase que
frecuentemente usó (y usa) Dios para hablar a sus hijos y
siervos, por ejemplo se lo dijo al profeta Isaías, a Jeremías, a
Gedeón, a Josué el conquistador, a Pablo el apóstol, y hoy a
nosotros.
Aquí se lo dice a Abram, pues seguramente temía las
represalias de los reyes cananeos que había derrotado, o temía
su futuro, o quedarse sin hijo (ver Génesis 15:2-3), pero Dios
que conoce el corazón de Abram, le habla fortaleciendo su fe.
Ahora Dios le explica a Abram la razón por la que no debe
temer: “yo soy tu escudo”, algo así como: “aunque no tengas
ejércitos como ellos, yo soy tu ejército” o “aunque no tengas
corona como ellos, yo soy tu corona y poder”. La palabra
“escudo” aquí, viene de un término hebreo que además
traduce: defensa, protección, arma. Esto era Dios para Abram
(y también para nosotros, pues también es nuestro Dios y él no
cambia).
El miedo se levanta como un muro que no deja avanzar, ata a
las personas y no permite el fluir de los dones de Dios. Es el
diablo un experto en el uso del miedo, pues con éste impide
que los hijos de Dios avancen a hacia aquello que el Señor les
ha preparado, por eso dice Dios: “No temas”. Avanza, el Señor
está contigo.
Ahora Dios le hace una promesa a Abram: “tu galardón será
sobremanera grande”. Al observar las Escrituras vemos que
Dios anima a sus hijos (ejemplo que los padres debemos
imitar), y lo hace de diversas maneras, en éste caso promete un
“gran galardón” que traducido del hebreo significa:
“multiplicación de la recompensa”, “gran salario”.
En el versículo diez y ocho la Biblia nos dice: “Dios hace un
pacto con Abram, diciendo: a tu descendencia daré esta tierra”,
y podemos concluir entonces que las bendiciones, galardones,
y recompensas que el Señor envía, no sólo son para nosotros
sino también para nuestra descendencia.
Conclusión: Dios es nuestro escudo, nuestra fortaleza, por
tanto debemos desechar el miedo, porque el Señor está al tanto
de todo, recordemos que uno de sus nombres es “Jehová de los
ejércitos”. Continuemos en el camino de Su propósito, sin
desmayar, él ha prometido Su protección y bendición.
Adelante, los que avanzan son los que llegan a la meta.
CAPÍTULO 81
DIOS NO MIENTE, ÉL ES FIEL
Génesis 21:1-2 “Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e
hizo Jehová con Sara como había hablado. Y Sara concibió y
dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le
había dicho”.
Sin duda Sara experimenta un gran privilegio: “Dios la visitó”,
esto fue algo glorioso en su vida, pues Dios mismo vino a ella.
Hoy día los hijos de Dios somos templo del Espíritu Santo, y
debemos anhelar más que una “visitación”, debemos procurar
una relación íntima y constante con Dios.
Es necesario y vital que anhelemos estar con el Consolador,
tanto como él anhela estar con nosotros, pues el apóstol
Santiago nos dice: “¿O pensáis que la Escritura dice en vano:
El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela
celosamente?” (Santiago 4:5), sin embargo creo que por
muchas razones, motivos o excusas nuestras, ese anhelo del
Espíritu es correspondido someramente.
El texto bíblico nos dice que Dios hizo esto “como había
dicho… como había hablado”, el Señor lo había prometido y
lo cumplió. Creo que todos nosotros hemos experimentado en
algún momento de nuestra vida la decepción, la tristeza o el
dolor, ante el incumplimiento de promesas que otros nos han
hecho.
Pero cuando se trata de las promesas de Dios, podemos estar
tranquilos y seguros, pues Dios no miente, ni se retracta, nunca
falla, él cumple su palabra, pues en él no hay cambio ni
sombra de variación, es decir en él no hay el más mínimo
margen de error ¡Bendito sea nuestro Dios!
Isaac nace en la vejez de Abraham y Sara. Recordemos que
ambos se habían reído cuando Dios les hizo ésta promesa,
pues eran de edad avanzada. Es en éste contexto cuando Dios
pregunta: “¿hay alguna cosa difícil para Dios?” (Génesis
18:14), y la respuesta es una sola: “No, no hay nada difícil
para Dios”.
Aunque veamos las circunstancias adversas y contrarias,
aunque nuestra razón nos diga que no es posible y otros
concluyan diciendo que es una fantasía, sí Dios lo dijo, él lo
hará. Entonces persevera, continúa avanzando, él es fiel a su
palabra, él no te miente y no te decepcionará.
Hemos leído que “Dios lo hizo en el tiempo que había dicho”.
La verdad es que generalmente nos cuesta esperar, por qué?
Por nuestro orgullo, por nuestra ansiedad, por querer mostrar
resultados a los hombres, porque queremos decir: “yo tenía la
razón”, etc. Pero, Dios no está de afán, no se anticipa ni llega
tarde, todo lo tiene planeado, nada lo toma por sorpresa, sólo
requiere de sus hijos: obediencia.
Conclusión: Debemos fortalecer nuestra intimidad con Dios,
pues él quiere estar con nosotros y allí nos hará entender su
infinito poder y fidelidad para cumplir sus promesas en su
tiempo, allí aprenderemos a caminar en armonía con los
tiempos de Dios, y allí nos concientizamos que nuestra vida
está en sus manos, las mejores manos.
CAPÍTULO 82
LAS CUALIDADES DE UN VENCEDOR
Génesis 22:5 “Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad
aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y
adoraremos, y volveremos a vosotros”.
En este capítulo nos enseña una de las etapas más difíciles de
la vida de Abraham. Dice la Escritura que “probó Dios a
Abraham” pidiéndole lo que quizá éste más amaba: su hijo
Isaac. Pero, al final de ésta historia, Abraham es aprobado por
Dios, y logra superar éste difícil momento de su vida.
En el versículo mencionado, podemos observar varias
actitudes y acciones fundamentales para superar los tiempos
adversos y los momentos de prueba, veamos:
Obediencia: Vemos esto cuando Abraham dice: “yo y el
muchacho iremos hasta allá”, Dios le había dicho que viajará
hasta la tierra de Moriah y así lo hizo, y cuando vio de lejos el
lugar, ordena a sus siervos que se queden allí y él continua el
camino con su hijo. No cuestionó a Dios, ni le pidió
explicaciones, simplemente obedeció, y por esto fue bendecido
y honrado por el Señor.
Adoración: Abraham expresa su primer objetivo para ir hasta
allá: “adoraremos”. La vida de adoración cuando depende del
estado emocional del adorador, es casi aniquilada, cuando
llegan las dificultades.
Cuando el adorador ha aprendido que su Dios es el mismo en
toda circunstancia, y que es Dios Todopoderoso, lo adora por
encima de la adversidad, lo adora aunque el camino por donde
transite sea difícil.
Perseverancia: Después de viajar tres días (con su hijo y con
sus siervos), Abraham ve de lejos el monte y continua el viaje,
caminando sólo con su hijo, fue un viaje difícil, por tierra
semidesértica, ahora empieza subir por el monte que Dios le
indica, cansado, pensando y preocupado por el futuro de su
hijo, el de su familia, recordando las promesas del Señor…
Pero a pesar de todo, Abraham siguió adelante hasta el lugar
que Dios había determinado.
Fe: Abraham dice: “adoraremos y volveremos”, confiado en
que volverá con su hijo, pues Dios le había dicho: “por Isaac
se prolongará tu descendencia”. El Espíritu Santo nos revela
en el N.T. que Abraham obedeció a Dios, pensando que es
poderoso para levantar aún de entre los muertos (Hebreos
11:19), así que Abraham tenía toda su confianza en Dios.
Conclusión: Lo que destacó a Abraham fue precisamente su
fe en Dios. Es necesario continuar nuestro camino de fe, sin
desmayar, ni renunciar, tal vez sea necesario descansar, hazlo,
sabiendo que el verdadero reposo sólo se halla en Su
presencia, Dios es nuestra fuerza.
CAPÍTULO 83
SERVIR A DIOS ES UN HONOR
Génesis 25:34 “Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado
de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así
menospreció Esaú la primogenitura”.
Esaú y Jacob, hermanos gemelos, crecieron en el mismo hogar
y con los mismos padres, pero con perspectivas muy diferentes
respecto a los tesoros y privilegios celestiales.
El contexto nos dice que Esaú vendió su primogenitura por un
pan y un guisado de lentejas, al detenernos en algunas palabras
y frases, podemos identificar la indiferencia en el corazón de
Esaú por los favores de Dios, lo vemos cuando dice:
“¿para qué me servirá la primogenitura?”
“comió, bebió, se levantó y se fue”.
Consideremos ahora, lo que significaba en ése tiempo la
primogenitura: el hijo primogénito heredaba el doble, el
liderazgo de toda la familia o clan, y recibía el privilegio
“sacerdotal” ante Dios por toda la familia (es decir, presentaría
los sacrificios, ofrendas y oraciones a Jehová Dios).
El pan y las lentejas son figura de aquellos “valores terrenales”
que en algún momento consideramos son de mayor estima que
los privilegios y oficios celestiales. En el Nuevo Testamento
Esaú es llamado profano: “…profano, como Esaú, que por una
sola comida vendió su primogenitura” (Hebreos 12:16). El
término hebreo para profanar traduce: irreverencia, pisotear,
vulgar. Vemos entonces que Esaú no valoró con temor de Dios
lo que el Señor le estaba entregando.
Es interesante que el versículo veintinueve nos añade “Esaú
venía del campo cansado”, estaba fatigado, agotado, sin
fuerzas, lo que seguramente lo hizo más vulnerable (por eso,
es muy importante cuidar nuestra fortaleza en el Señor).
Recordemos aquí, que cuando Jesús estaba en el desierto en
ayuno, al final “sintió hambre”, y vino el tentador, procurando
encontrar una debilidad en Jesús y le dice: “convierte estas
piedras en pan”, Jesús venció, pues su fortaleza y alimento
siempre fue hacer la voluntad del Padre celestial.
La frase “así menospreció Esaú la primogenitura” nos hace ver
su gran equivocación y falta de discernimiento. Pero
pensemos, a veces nosotros descuidamos, cambiamos o
negociamos las bendiciones y privilegios que Dios nos ha
dado, como la relación con él, nuestra familia, el ministerio, el
trabajo honesto y otros, por cosas cuyo valor es temporal,
engañoso y corruptible.
Conclusión: Dios ha diseñado para todos sus hijos grandes
planes y bendiciones, es por eso, que debemos valorar cada
momento de nuestra vida, cada obra y regalo de Dios, y
siempre procurar seguir Su consejo, él nos conduce al mejor
destino: Su propósito eterno.
CAPÍTULO 84
ESCUCHEMOS LA VOZ DE DIOS
Génesis 26:2-3, 12 “Y se le apareció Jehová, y le dijo: No
desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré. Habita
cómo forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te
bendeciré… Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel
año ciento por uno; y le bendijo Jehová”.
Cuando enfrentamos tiempos de adversidad, casi que por
instinto de salvación, reaccionamos diseñando rápidamente un
plan a seguir, procurando superar la crisis que atravesamos. De
ésta manera reaccionó Isaac, pues Génesis 26:1 nos dice que:
“hubo hambre en la tierra” y él planeó ir a Egipto, como
hacían las personas de la época ante ésta situación.
Sin embargo Dios le habla, no sólo para prevenirlo sino para
conducirlo al lugar de la bendición. Esto implica un desafío
para Isaac, pues debe desarrollar y mantener un corazón
sensible a Dios para seguir Su voz, el Señor le dice:
“habita en la tierra que yo te diré” (Debemos invertir más
tiempo en la escuela del Espíritu, para escuchar a Dios y
desarrollar un corazón sensible a Su dirección, esto nos librará
de dolorosos fracasos y penosas vergüenzas).
Es fundamental buscar la dirección de Dios en cada tiempo,
pues lo que el Señor ha dicho, no es necesariamente lo que
está diciendo, por ejemplo en éste capítulo Dios le dice a Isaac
“no desciendas a Egipto”, pero en Génesis 46:3 Dios le dice a
Jacob (hijo de Isaac) “No temas descender a Egipto, porque
allí yo haré de ti una gran nación”. Así que debemos procurar
conocer Su voluntad para cada tiempo específicamente.
El versículo doce comienza así: “”y sembró Isaac en aquella
tierra”, frase que nos dice cosas muy importantes, por ejemplo
Isaac sembró, él tenía la promesa de bendición y respaldo del
Señor, pues Dios le había dicho: “estaré contigo y te
bendeciré” y él caminó en esa promesa, no se quedó sólo con
ella sino que actuó en fe, fue diligente y esforzado.
Nos dice además el texto “En aquella tierra” frase que destaca
la obediencia de Isaac, aunque al principio planeaba ir a
Egipto, él decidió creerle a Dios, obedeció y siguió el consejo
del Señor y la bendición de Dios no se hizo esperar (La
obediencia a Dios actúa como un imán para las bendiciones).
Los resultados de la obediencia fueron tan sorprendentes que
hasta los filisteos reconocieron la mano sobrenatural de Dios,
pues le dijeron a Isaac: “Hemos visto que Jehová está contigo”
(versículo veintiocho).
Sin duda, con nuestra obediencia Dios es glorificado, ésta es
nuestra mejor adoración. Y por añadidura nosotros y nuestra
casa son bendecidos.
Conclusión: Debemos seguir el consejo de Dios en todas
nuestras decisiones y planes, pues nuestra obediencia glorifica
al Señor, y los resultados estarán alineados al propósito divino.
CAPÍTULO 85
EL PODER DEL SEÑOR ESTÁ POR ENCIMA DE
TODAS LAS COSAS
Génesis 37:23-24, 28 “Cuando llegó José a sus hermanos, le
quitaron la túnica de colores que tenía, y le echaron en la
cisterna, pero la cisterna estaba vacía, sin agua… y cuando
pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José, y le
vendieron por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a
Egipto”.
La historia de la vida de José, hijo de Jacob, tiene un altísimo
contenido de enseñanzas para nosotros. En éste capítulo, sus
hermanos planean matarlo, pero finalmente lo venden como
esclavo, después de haberlo despojado de su valiosa túnica de
colores (Observemos que un resentimiento, no sanado, puede
llegar a ser más fuerte que el amor de familia; eran sus
hermanos y planearon matarlo).
José es arrojado por sus hermanos a una cisterna (depósito
subterráneo para almacenar el agua que se juntaba cuando
llovía, o procedente de vertientes), el texto nos dice
literalmente: “pero la cisterna estaba vacía”, cuán significativo
es éste “pero”, pues vemos la mano de Dios protegiendo su
propósito.
No era una casualidad que estuviera sin agua, era parte del
plan divino, José estaría en la cisterna (pero sin agua) por un
corto tiempo. Recordemos que está escrito: “No dará mi pie al
resbaladero, ni se dormirá el que me guarda”.
Después de estar un tiempo allí, aparecen unos madianitas
mercaderes y José es vendido por sus hermanos por veinte
piezas de plata y su corazón es lastimado profundamente,
definitivamente las heridas más dolorosas son las causadas por
nuestros íntimos, aquellos de quienes nunca se esperaría una
traición (Esta escena nos recuerda que Jesús fue vendido por
uno de sus discípulos, Judas Iscariote, por eso podemos ir a él,
pues nos comprende perfectamente y con Su ayuda podemos
salir triunfantes, izando la bandera del perdón).
Éstos ismaelitas “llevaron a José a Egipto”. En medio de todas
éstas circunstancias estaba la mano de Dios, aunque José fue
vendido como esclavo, estaría en la casa de un general
egipcio, administrando su hacienda con el favor y la gracia
sobrenatural de Dios.
José estaba siendo equipado y formado para ser el segundo en
el imperio egipcio y ser instrumento de bendición y salvación
para miles y miles de personas, incluyendo a su padre y los
hermanos que un día lo habían rechazado y traicionado.
Conclusión: Los propósitos de Dios están diseñados para
salvación y bendición de muchos, es por eso que las tinieblas
se oponen, procurando dañar a los hijos de Dios, pero el
consejo de Dios es el que prevalece, el Señor fortalece, guarda
y protege sus hijos, requiriendo de éstos perseverancia ante las
dificultades, pruebas, tentaciones y adversidades, para
conducirlos a la victoria.
CAPÍTULO 86
LA PROSPERIDAD QUE VIENE DE DIOS
Génesis 39:2, 4-5 “Pero Jehová estaba con José, quien llegó a
ser un hombre próspero… Así halló José gracia a los ojos del
egipcio, y lo servía; y él lo hizo mayordomo de su casa y
entregó en su poder todo lo que tenía. Y desde cuando le dio el
encargo de su casa, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa
de José”.
La porción bíblica de hoy, destaca la bendición sobrenatural de
Dios sobre José en la casa de Potifar, capitán egipcio, y la
razón se describe en la primera frase “Pero Jehová estaba con
José”. Sus hermanos lo habían rechazado, su padre pensaba
que estaba muerto, y él estaba en tierra extranjera, pero no
estaba sólo, Dios estaba con él, y esto es lo más importante.
La Biblia nos añade “y fue varón prospero”, el término hebreo
que traduce “prospero” usado aquí es “tsalákj” y traduce
además: empujar hacia adelante, triunfar, lograr (lo que nos
deja ver la actitud de fe, pujante y diligente de José, a pesar de
las circunstancias adversas).
José halló gracia a los ojos de Potifar, es decir el favor de Dios
estaba con José. El favor del Señor es aquella virtud que
resplandece, es aquel espíritu superior, es aquella gloria de
Dios que brilla, otorgada por el Señor que hace destacar a sus
hijos, que respalda de manera sobrenatural los oficios,
profesiones, o proyectos encomendados a los hijos de Dios.
Recordemos que la Biblia dice del profeta Daniel: “Daniel
mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque
había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo
sobre todo el reino” (Daniel 6:3). De allí que Daniel siempre
se destacará en cualquier función que le era encomendada.
Potifar entregó a José todo lo que tenía y le hizo mayordomo
de su casa. Dios estaba usando al egipcio con todo su
patrimonio, para formar al futuro gobernador de Egipto (José
tenía aproximadamente veinte años de edad).
José no sólo administró bien la gracia de Dios con él, sino que
es evidente el temor de Dios en su vida (el temor de Dios es
aquel tesoro en el corazón que nos lleva a apartarnos del
camino de perversidad, para andar por la senda de la
integridad).
Aunque José tenía una gran autonomía sobre los bienes de
Potifar, no tenía la Biblia cómo nosotros hoy, tampoco vivió la
llenura del Espíritu Santo (experiencia neotestamentaria), y
estaba en tierra extranjera, no se cedió a las ofertas de la
esposa de potifar, ni a sus presiones, por el contrario dijo: “mi
señor ha puesto en mi mano todo lo que tiene… ¿cómo, pues,
haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” (Sin duda
alguna, es un ejemplo a seguir).
Finalmente la Biblia nos dice “Jehová bendijo la casa del
egipcio a causa de José” y Potifar lo vio. José no tuvo que
decir, ni que gritar, ni que anunciar que Dios estaba con él, los
demás lo vieron, el Señor mismo dio evidencia de eso (No
tenemos que gritarle a los demás que Dios está con nosotros,
simplemente él dará testimonio de Su presencia en nuestra
vida).
Conclusión: Es por eso que procurar la presencia de Dios,
debe ser nuestra prioridad de vida. Fortalecer y crecer en
nuestra intimidad con el Señor Jesús y su Espíritu es
fundamental, y él mismo nos quiere ayudar en esto, por eso
envió su Hijo, su Santo Espíritu, y su bendita Palabra.
CAPÍTULO 87
EN SU TIEMPO DIOS HARÁ
Génesis 40:23, 41:1, 9, 14 “Y el jefe de los coperos no se
acordó de José, sino que le olvidó. Aconteció que pasados dos
años tuvo Faraón un sueño… Entonces el jefe de los coperos
habló a Faraón… y Faraón envió y llamó a José. Y lo sacaron
apresuradamente de la cárcel, y se afeitó, y mudó sus vestidos,
y vino a Faraón”.
El texto de hoy nos deja ver una nueva decepción que José
experimenta. Estando en la cárcel (y por el favor de Dios
atendía todas las cosas en éste lugar), le correspondió servir a
el jefe de los coperos y al jefe de los panaderos que el Faraón
había enviado allí, además les interpretó sus sueños, los cuales
se cumplieron a cabalidad.
José pidió al jefe de los coperos que se acordará de él, pero
éste lo olvido. Seguramente nos ha pasado también, que
habiendo servido y bendecido a otros, éstos se olvidan
rápidamente de los favores recibidos.
La Biblia dice que “pasados dos años el faraón tuvo un
sueño”. Caminar en los tiempos de Dios, es algo que debemos
aprender, no era a los seis meses, ni a los cinco años, faraón
tendría el sueño dos años después de salir el copero de la
cárcel, así pues, en realidad el olvido del copero formaba parte
del cronograma divino. Dios no se mueve como queremos,
sino como él lo ha diseñado.
Es en éste tiempo (cuando José tenía treinta años de edad,
según Génesis 41:46) cuando el jefe de los coperos habló de
José al faraón, vemos entonces a Dios usando diversos medios,
recursos y personas para finalmente conducirnos a Su voluntad
(Dios usó a Potifar, al jefe de la cárcel, al jefe de los coperos y
luego al mismo faraón).
José fue sacado de la cárcel apresuradamente para ser
presentado ante el faraón. Estar en la cárcel y además sin una
razón justa, es una crisis que vivieron varios siervos del Señor,
sin embargo, Dios siempre les dio la victoria.
Es bueno recordar cómo enfrentaron ellos la cárcel: José con
integridad y diligencia, Pablo y Silas con adoración y
alabanzas, Pedro y la iglesia primitiva con oración e
intercesión, y todos fueron testigos del poder de Dios
librándolos de su cautiverio ¡La manifestación del poder
sobrenatural de nuestro Dios siempre superará el tamaño de
nuestra dificultad!
José debe ir al faraón para interpretar sus sueños. Dios quiere
usarnos en gran manera, sin embargo él desea trabajar primero
en nuestro ser (carácter) y luego en nuestro quehacer (dones y
servicio). Con frecuencia descuidamos éste orden y por eso
damos muchas veces más valor a los dones que al carácter
forjado por Dios en el corazón humano.
En José vemos la manifestación de los dones divinos, desde su
adolescencia, tenía diez y siete años cuando fue vendido por
sus hermanos y pasó trece años entre la casa de Potifar y la
cárcel, lugares donde aprendió no sólo administración, sino
perdón, tolerancia, humildad, sujeción, responsabilidad, etc, y
desarrolló aún más el don recibido del cielo.
Ahora el Señor, aprueba su aparición en público, y José tiene
claro su lugar, pues dice a faraón: “No está en mí; Dios será el
que dé respuesta propicia al faraón”.
Conclusión: Nuestra vida está en las manos de Dios, manos
que nos protegen, manos que proveen, manos que nos
conducen al propósito de vida y que nos forman, cómo las
manos del alfarero. Por eso, avanza siguiendo a Jesús, él sabe
lo que hace.
CAPÍTULO 88
HABLEMOS BENDICIÓN Y NO MALDICIÓN
Génesis 48:9 “Y respondió José a su padre: Son mis hijos, que
Dios me ha dado aquí. Y él dijo: Acércalos ahora a mí, y los
bendeciré”.
Que hermoso cuadro el que vemos aquí: Jacob en su vejez,
José su hijo, Efraín y Manasés sus nietos. Hay aquí tres
generaciones, al leer la Biblia vemos que nuestro Señor es un
Dios de generaciones, por ejemplo a Moisés Dios dijo: “Yo
soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y
Dios de Jacob”. Dios desea que nosotros lo sigamos, y
también todos nuestros descendientes.
La Escritura nos dice muchas cosas de los hijos, veamos
algunas por ejemplo:
“He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el
fruto del vientre” (Sal. 127:3).
“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y
profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas… y vuestros
jóvenes verán visiones” (Joel 2:28).
“Instruye a tu hijo, y te dará descanso, y dará alegría a tu
alma” (Prov. 29:17).
En el texto de hoy, José dice: “son mis hijos que Dios me ha
dado aquí”. Ni siquiera en broma debemos poner en duda
quienes son nuestros hijos, y expresarlo delante de ellos y de
otros es muy importante, pues su identidad es afirmada. José
reconoce que son un don del cielo, que Dios se los ha dado y
honra al Señor declarándolo. Concluimos entonces que los
hijos no son un problema, ni un obstáculo, sino una bendición
de Dios, a través de la cual el Señor quiere perpetuar su
Nombre.
Por supuesto, a veces en su proceso de formación, se originan
dificultades, que requiere la sabiduría de Dios en los padres. El
Señor nos encomienda instruirlos en Su camino, conducirlos
hacía el propósito divino, y para lograr esto, definitivamente
tenemos que hacer equipo con el Espíritu de Dios, pues el
desafío es grande. Qué bueno que Dios es Padre, Jesús es Hijo,
y el Espíritu Santo está con nosotros para ayudarnos.
Jacob como patriarca y líder de la familia, impone sobre Efraín
y Manasés sus manos y abre sus labios para bendecirlos,
declara palabras de bendición, de multiplicación, crecimiento
y devoción a Dios. Vemos aquí la tremenda autoridad que Dios
ha depositado en los padres, y por tanto la importancia de
bendecir y no maldecir.
Esto debemos hacerlo con nuestros hijos, orar por ellos,
ministrarlos y profetizar palabras de bendición sobre sus vidas,
pues los padres tienen la autoridad de Dios sobre sus hijos para
hacerlo.
Si en el pasado hubo palabras de maldición sobre los hijos,
pues ahora en Cristo, es el tiempo de cancelar esas palabras
ociosas y declarar palabras de bendición y victoria en ellos.
Conclusión: Dios diseñó la familia, el matrimonio y la
continuación de la vida a través de los hijos. Son ellos para
nosotros un regalo de Dios, que debemos cuidar y formar con
responsabilidad ante los ojos de Dios, animándolos y
guiándolos al propósito divino, conscientes de que somos un
modelo de vida para ellos.
CAPÍTULO 89
LA VICTORIA ES POSIBLE
Éxodo 1:12 “Pero cuanto más los oprimían, tanto más se
multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a
los hijos de Israel”.
Para esta época, José había muerto y se levantó un nuevo rey
en Egipto que no conoció a José. El pueblo de Israel se había
multiplicado y eran numerosos y fuertes en extremo. El rey
egipcio planeó someterlos a trabajos pesados, edificando
ciudades.
Sin embargo “cuanto más los oprimían, tanto más se
multiplicaban”, ésta misma situación la podemos ver en varios
momentos de la historia del pueblo de Dios (por ejemplo
durante los tres primeros siglos la iglesia cristiana, fue
intensamente perseguida, sin embargo logró impactar el
mundo conocido). Podemos concluir entonces que a mayor
persecución, mayor crecimiento y multiplicación.
La Escritura también nos enseña: “Si sois vituperados por el
nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso
Espíritu de Dios reposa sobre vosotros” (1 Pedro 4:14), y esto
lo vemos por ejemplo, cuando la iglesia del primer siglo fue
perseguida, pues la unción de Dios que vino a reposar sobre la
iglesia y sobre sus líderes era mayor, manifestándose en
milagros, maravillas y señales sobrenaturales.
Es por esto entonces, que debemos gozarnos y prepararnos
para las bendiciones del cielo y un mayor respaldo de Dios,
cuando seamos calumniados, obstaculizados o cuestionados
por hacer la voluntad del Señor.
La frase “de manera que los egipcios temían a los hijos de
Israel”, nos señala que el respaldo sobrenatural de Dios sobre
su pueblo, generaba temor en los corazones egipcios (pues el
pueblo hebreo se multiplicaba de manera exponencial, a pesar
de las malvadas estrategias del rey egipcio).
Vemos entonces la mano de Dios actuando poderosamente
para cumplir lo que había dicho: “no temas descender a
Egipto, porque allí haré de ti una gran nación” (Génesis 46.3).
De algo debemos estar seguros y confiados: Dios cumple sus
promesas, aunque el enemigo procure con sus estrategias
detener el plan del Señor. Dios hará su voluntad a pesar de
todo. En él siempre hay victoria (aunque no sea de la manera
que espero, él sabe cuándo y cómo hacerlo).
El temor en el corazón de los egipcios se expresaba a través de
acciones específicas, como: persecución, trato con dureza,
opresión y limitaciones al crecimiento del pueblo hebreo. Es
por eso que muchas veces el trato severo y la actitud soberbia,
no es otra cosa que un escudo de defensa, que procura
esconder el miedo.
Conclusión: Los planes de Dios con sus hijos son grandes y
magníficos. Sin embargo el enemigo del pueblo de Dios
intentará por diversos medios estorbar los propósitos del cielo,
pero Dios moverá su mano a nuestro favor, pues finalmente lo
que él se ha propuesto se cumplirá.
El Señor siempre cumple lo que ha dicho, finalmente sus
planes prevalecerán. Por eso, avanza, camina, no te
desalientes, sólo sigue a Aquel que sabe el camino que te lleva
al plan divino diseñado en el cielo para ti.
CAPÍTULO 90
CADA HIJO DE DIOS ES UN PLAN DEL CIELO
Éxodo 2:1-2 “Un hombre de la familia de Leví fue y tomó por
mujer a una hija de Leví, la que concibió y dio a luz un hijo, al
ver que era hermoso, lo tuvo escondido durante tres meses”.
Es muy importante tener en cuenta que el faraón había
decretado que todo hijo de los hebreos que naciera debía
morir, él había dicho: “Echad al río a todo hijo que nazca”.
Observamos aquí una constante tarea del reino de las tinieblas:
destruir las nuevas generaciones que servirán a Dios; lo vemos
aquí en éxodo uno y en Mateo dos, cuando Herodes mandó a
matar a todos los niños menores de dos años en Belén y sus
alrededores.
Las estrategias del reino de las tinieblas son variadas,
multiformes y crueles, y todo esto se convierte en un desafío
para los padres de hoy, pues en todo éste marco, debemos
enseñar a nuestros hijos el consejo de Dios y procurar llevarles
por el camino que el Señor ha planeado para ellos.
Es interesante que los padres de Moisés pertenecieran a la
tribu de Leví, la que más adelante se convertiría en la tribu
sacerdotal. Vale la pena destacar aquí que cuando una pareja se
va a casar, debe existir unidad en cuanto a la fe, visión
ministerial, pasión por Dios, pues la ausencia de estos
elementos producirá grandes dificultades.
Los nombres de los padres de Moisés: Amram y Jocabed, que
significan gente exaltada y Jehová es gloria, respectivamente,
nos dejan ver la piedad y fe de los abuelos de Moisés, a pesar
del yugo de esclavitud egipcia (hablamos entonces de tres
generaciones de fe, ejemplo que debemos imitar).
Los padres de Moisés experimentan una mezcla de emociones,
por un lado felicidad, pues iba a nacer un nuevo hijo, y por
otra lado miedo, ante el mortal decreto de faraón.
El texto de hoy, destaca que ellos “le vieron hermoso”, sin
embargo debemos reconocer que para todos los padres sus
hijos son hermosos. Entonces podemos concluir que ellos
pudieron ver algo más en Moisés, pudieron vislumbrar o
percibir el plan de Dios con él.
La carta a los Hebreos destaca la fe de los padres de Moisés,
“por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus
padres… porque lo vieron niño hermoso y no temieron el
decreto del rey” (Hebreos 11:23), fueron tres meses difíciles
donde protegieron al bebe.
Al considerar cómo planearon la arquilla, el encuentro con la
hija de faraón en el río, y cómo la propia madre de Moisés se
convierte en nodriza de éste por orden de la hija de faraón,
quien le pagaría por sus servicios, vemos que actuaron con
inteligencia espiritual y Dios fue entonces propicio.
Él bebe fue llamado Moisés, que significa: salvado de las
aguas ¡El lugar que según faraón era el lugar de muerte, Dios
lo usó como lugar de vida! Como padres debemos proteger y
cubrir a nuestros hijos con oración, sabiduría e instrucción
divina, y por supuesto, con el mejor sermón: un ejemplo
piadoso en casa. Cuando caminamos en esto, Dios hará el
resto en nuestros hijos.
Conclusión: Nuestra fe en Dios se expresa mediante actos
coherentes en nuestra vida diaria, y es fortalecida en la
comunión íntima con él. La fe nos lleva a vencer la adversidad
y los miedos, nos conduce a la victoria en Cristo. ¡Dios gracias
por conducirnos a tu propósito!
Te invitamos a conocer todos nuestro libros aquí en: Escritor
pastor Gonzalo Sanabria Amazon.com
CAPÍTULO 91
NO ES POR MÉRITOS HUMANOS, SINO POR
LA GRACIA DE DIOS
Éxodo 2:11-2 “En aquellos días sucedió que, crecido ya
Moisés, salió a visitar a sus hermanos. Los vio en sus duras
tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de sus
hermanos hebreos. Entonces miró a todas partes, y viendo que
no había nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena”.
A esta altura Moisés tiene cuarenta años de edad, y por unos
treinta y cinco fue educado en la corte real egipcia con los
mejores profesores y asesores del imperio. El texto nos dice
“él salió a visitar a su hermanos hebreos”, de manera que
Moisés sabía que era hebreo y que el pueblo oprimido era su
pueblo. Las décadas de educación y formación egipcia no
lograron diluir su identidad hebrea.
Cuán importante es esto, mantener nuestra identidad como
pueblo de Dios por encima del entorno en el que nos
encontremos, pues somos “real sacerdocio, nación santa, linaje
escogido para anunciar las virtudes de nuestro Dios”.
En éste escenario Moisés (quien “era poderoso en palabras y
obras”) era testigo del maltrato de un egipcio a un hebreo e
impulsado por su ira y deseos de justicia propia, habiendo
observado que no había testigos, se lanza contra el egipcio y lo
mata.
Creo que como Moisés, muchas veces nosotros impulsados
por la ira u otras pasiones, hemos actuado loca y
apresuradamente, provocándonos un profundo daño y
lastimando a otros. Acto seguido, cual Moisés que esconde el
cuerpo en la arena, queremos justificar, cubrir o esconder
nuestras acciones.
La verdad es que en nuestra mente hay muchos conceptos
bíblicos, de tal manera que podemos tener extensas y variadas
conversaciones teológicas, sin embargo, observamos que buen
número de veces, nuestra vida diaria no se ajusta a ese
conocimiento teológico ¿por qué? Porque requerimos más que
un saber, esto es, revelación de Dios, su temor en nuestro
corazón y una relación consciente, sincera y constante con él.
Moisés pensaba que sus hermanos hebreos habían
comprendido ya, que él era el libertador (Hechos 7:25), pero
ellos no lo habían entendido así. Seguramente en sus primeros
años antes que su madre lo entregará a la hija de faraón,
Moisés fue instruido y había asimilado la razón de su vida:
sería el libertador de Israel.
Pero Moisés como nosotros tenía que aprender a caminar en
los tiempos de Dios y entender que la obra del Señor no se
hace “ni con fuerza, ni con ejército, sino con el Santo Espíritu
de Dios”. Ante éste error y fracaso (el homicidio), Moisés
huye y vive como extranjero en la tierra de Madián, éste
nombre Madián significa: disputa, y revela la condición del
corazón de Moisés, luchaba con su llamado, con su futuro, con
lo que acababa de hacer.
Pero Dios estaba al tanto de lo que estaba pasando, y sabía lo
que había de hacer, visitaría a Moisés, lo llamaría, y restaurado
lo enviaría a cumplir con aquel plan para el cual había nacido.
Conclusión: Es fundamental que nos acerquemos cada vez
más a Dios, y procurar conocerle más allá de un saber bíblico
y escrito. Perseverar a pesar de los errores y tropiezos, y en ese
espacio de encuentro con Dios, él nos corregirá, y guiará al
cumplimento de aquello para lo cual fuimos diseñados, y es
esto lo que produce en nosotros un gozo altísimo, gozo
incomprendido por el mundo, pues su naturaleza es celestial, y
nada iguala la plenitud que se experimenta cuando hacemos
aquello para lo cual Dios nos creó.
CAPÍTULO 92
EL SEÑOR NO SE HA OLVIDADO DE SU PLAN
CONTIGO
Éxodo 3:1-2 “Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su
suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del
desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. Y se le apareció
el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una
zarza”.
Han pasado cuarenta años desde que Moisés huyó de Egipto, y
se ha refugiado en la tierra de Madián, y ahora está casado con
Sefora, tiene un hijo a quien le puso por nombre: Gersón, cuyo
significado es “forastero soy en tierra ajena” (Éxodo 2:22), y
expresa en buena manera lo que estaba Moisés viviendo,
estaba muy lejos de su pueblo, en tierra extranjera, y no volvió
a ver a sus padres.
Ahora es pastor de ovejas, y son muy importantes los detalles
que la Escritura nos brinda, por ejemplo nos dice que: eran
“las ovejas de Jetro su suegro” (por tanto no eran de él,
entonces aunque habían pasado muchos años no le había ido
muy bien), y también nos dice el texto: las “llevó a través del
desierto”, de manera que hablamos de un camino difícil: calor
de día, mucho frio de noche, peligros, soledad, etc. Las cosas
no eran fáciles en la vida de Moisés.
Considerando que para Moisés han pasado cuarenta años, tiene
familia, vive muy lejos de la tierra de sus padres y es pastor de
ovejas, seguramente en su mente y corazón ya no laten con
fuerza aquellos sueños de ser un libertador, un gran líder y un
poderoso instrumento de Dios.
Probablemente los había olvidado. Pero Dios no, aunque había
fallado, aunque estaba en un desierto, aunque tenía ochenta
años de edad, Dios no lo había desechado.
La Escritura nos dice que Moisés “llegó hasta Horeb, monte de
Dios”, la palabra Horeb significa: desolado, seco, desierto. La
Biblia lo califica como “monte de Dios”, lugar de
manifestación divina. Es un lugar donde no hay muchas voces,
ni distracciones, soledad en la que Dios se manifiesta, y a la
cual a veces nos lleva para escuchar sólo Su voz y en medio
del “desierto” donde reconocemos nuestra débil condición.
Dios se le aparece a Moisés en el desierto, a sus ochenta años,
en un escenario y modo que ninguno de nosotros esperaría.
Pero así es Dios, se manifiesta cuando él quiere, y dónde él
quiere (de acuerdo a Su perfecta voluntad), él es el Señor, Dios
todopoderoso y soberano.
Moisés (por el fracaso del pasado) huía de la gente, de grandes
responsabilidades, de cualquier posible liderazgo, pero no
podía huir y esconderse de Dios. Por eso el salmista dice: “¿a
dónde huiré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu
presencia?”.
Conclusión: Cuando hemos cometido errores significativos en
nuestra vida o ministerio, o hemos experimentado
decepciones, somos tentados a huir, a no intentarlo de nuevo, o
pensamos en olvidar lo que un día soñamos.
Sin embargo, la Escritura nos enseña que Dios es restaurador
por excelencia, él no desecha a sus hijos y vuelve a
convocarlos a su plan celestial, animándolos y depositando en
ellos Su poder. Adelante, Acércate al monte de Dios (Su
presencia) y él te hablará y te enviará con un nuevo nivel de
gloria.
CAPÍTULO 93
DIOS NUNCA SE EQUIVOCA
Éxodo 5:22-23 “Entonces Moisés se volvió a Jehová, y dijo:
Señor, ¿por qué afliges a este pueblo? ¿Para qué me enviaste?
Porque desde que yo vine a Faraón para hablarle en tu nombre,
ha afligido a este pueblo; y tú no has librado a tu pueblo”.
Recordemos que para este momento el pueblo de Israel trabaja
para faraón construyéndole ciudades de almacenamiento, bajo
un fuerte ritmo de trabajo y en condiciones difíciles.
Moisés y Aarón enviados por el Señor, se presentan ante
faraón para que deje ir a Israel, pero ante esta petición éste
decide aumentar el trabajo de los hebreos, pues la paja que
antes les facilitaba para hacer los ladrillos, ahora debían los
hebreos buscarla.
Moisés y Aarón son ahora señalados como culpables de esta
situación. Recordemos que ellos estaban haciendo la voluntad
de Dios, y que fueron enviados por el Señor. Esto nos recuerda
algo muy importante que debemos tener presente: el hecho de
que estemos haciendo la voluntad de Dios, no significa, ni
implica, que estaremos exentos de adversidades, dificultades e
incomprensión.
Consideremos por ejemplo el caso de nuestro Señor Jesucristo,
quien “anduvo haciendo bienes y sanando a todos los
oprimidos por el diablo” y “nunca hizo maldad ni hubo engaño
en su boca”, sin embargo fue calumniado, rechazado,
ofendido, resistido y traicionado.
El texto nos dice que “Moisés se volvió a Jehová”, nos habla
de la oración, de buscar a Dios, y es en realidad el camino
correcto ante la adversidad o ante la incapacidad de asimilar la
realidad de nuestro entorno.
Sin embargo, las preguntas que hace Moisés a Dios reflejan
nuestra humana reacción ante lo que pensamos es un fracaso o
una equivocación, y entonces cuestionamos al Señor, Su
manera de actuar y murmuramos de Su voluntad; Moisés
pregunta: ¿por qué afliges a este pueblo? ¿Para qué me
enviaste?
Moisés además se culpa, pues dice: “desde que yo vine a
faraón… ha afligido a este pueblo”; culparnos es la otra
tentación en la que caemos cuando las cosas no salen como
esperamos, pero esto no soluciona la situación, por el contrario
la complica.
Debemos buscar a Dios como hizo Moisés, pero con el
objetivo de encontrar Su dirección y estrategia para salir en
victoria, pues finalmente lo que procuramos es hacer Su
voluntad.
Finalmente Moisés le dice al Señor: “y tú no has librado a tu
pueblo”, culpar a Dios, es otra de las cosas que somos tentados
a hacer ante los resultados adversos, esto es parte de nuestra
herencia adánica, pues cuando Dios le pregunta a Adán por su
desobediencia, éste le responde: “la mujer que me diste por
compañera me dio del árbol, y yo comí”, notemos que no dice
“mi esposa”, Adán dice “la que me diste”.
Dios no tiene falla alguna (“es de sus hijos la mancha”
Deuteronomio 32:5), Dios no se equivoca, él siempre tiene la
razón, continua sentado en Su trono y sus acciones son el
resultado de Su amor. Cuando nos aconseja es para llevarnos
por el mejor camino y evitarnos el dolor y la muerte.
Conclusión: En medio de las dificultades y adversidades,
acudamos a Dios para fortalecernos y continuar haciendo Su
voluntad, superando la incomprensión, y la tentación de querer
cuestionar la obra de Dios. El Señor sabe lo que hace y a
dónde nos lleva, confiemos en él.
CAPÍTULO 94
LIBRES PARA ADORAR Y SERVIR A DIOS
Éxodo 6:6, 9 “Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy
JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de
Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo
extendido, y con juicios grandes… De esta manera habló
Moisés a los hijos de Israel; pero ellos no escuchaban a Moisés
a causa de la congoja de espíritu, y de la dura servidumbre”.
Dios habla a Israel a través de su siervo Moisés, en medio de
la esclavitud egipcia, y la primera frase que Dios pronuncia es:
“Yo soy Jehová”, y básicamente Jehová significa: el Existente,
el Eterno, el Todo Suficiente, el Todopoderoso que existe por
sí mismo y para siempre.
Ésta revelación es muy importante para Moisés y para Israel,
pues ambos deben creer en el poder total y absoluto del Dios
que ha venido a liberarlos. De igual manera es fundamental
para nosotros creer que nada es difícil para nuestro Dios, que
él es el Todopoderoso, porque esto es columna esencial de
nuestra fe.
Es muy interesante ver que Dios describe lo que hará por su
pueblo:
“Yo os sacaré de debajo de las pesadas tareas de Egipto”: es el
Dios que quita el yugo o carga de nuestros hombros.
“Os libraré de su servidumbre”: es el Dios que nos libera de la
esclavitud y de todo cautiverio.
“Os redimiré con brazo extendido y con juicios grandes”: es el
Dios Todopoderoso y que juzga al maligno.
Todo esto expresa el gran amor de Dios por su pueblo y lo que
puede hacer por él. Moisés obediente al Señor, fue y habló a
los hebreos, pero “ellos no escuchaban a Moisés”.
Cuán difícil es esto, seguramente Moisés se ha esforzado,
procura lo mejor para sus hermanos, y está obedeciendo al
Señor. Pero lo mismo nos sucede hoy cuando hacemos cosas
para Dios, pero que esto no te desanime, más bien considera lo
que la Biblia nos sigue diciendo.
La razón por la cual Israel no escuchaba, era “debido a la
congoja de espíritu”, la palabra congoja, es traducida del
término hebreo “cótser” que además significa: poquedad,
limitación, decaimiento. Así estaba Israel, y esto era producido
por la opresión egipcia.
Vemos entonces que el desánimo, es un obstáculo para oír a
Dios y es usado por el enemigo para hablar al oído del
cristiano, trayendo más decaimiento y una visión sombría de
su presente y futuro.
La opresión del enemigo gradualmente roba o da muerte al
gozo del creyente. Las cadenas o prisiones espirituales
producen dolor, tristeza y le impiden al creyente escuchar la
voz de Dios.
Es hermoso ver que acerca del ministerio de Jesús el Espíritu
Santo hace énfasis en su poder libertador, pues dice la
Escritura que fue enviado: “A pregonar libertad a los cautivos,
y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos…”.
Conclusión: El enemigo va a intentar estorbar nuestras vidas,
pero acerquémonos a Dios, nuestro Salvador, Sanador,
Libertador, al Todopoderoso y ejerzamos la autoridad que nos
ha dado para caminar en victoria. Confiemos en el Señor, pues
no hay nada imposible para él.
CAPÍTULO 95
EL SEÑOR ESTÁ DE TU LADO
Éxodo 8:1 “Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la
presencia de Faraón y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi
pueblo, para que me sirva”.
La Biblia nos enseña ahora las plagas o juicio de Dios sobre
Egipto y la dureza del corazón de Faraón, quien veía la
destrucción gradual de su imperio, pero continuaba lleno de
arrogancia y soberbia, sin dar oído al mensaje de Dios.
Al considerar esto, debemos reconocer que a veces la dureza
de nuestro corazón nos lleva a sufrir las consecuencias de no
oír y obedecer al Señor.
Moisés estaba en la presencia de Dios, pues el texto dice:
“Jehová dijo a Moisés”, y es enviado por el Señor a “entrar en
la presencia de Faraón”. Cuán importante es mantener éste
orden: primero Dios y luego lo demás. Es en Su presencia
donde conocemos Su voluntad, sus planes, allí somos
comisionados y ungidos para llevar a cargo su encargo.
Por eso, recordemos que el ministerio o servicio, debe ser el
resultado de la comunión con Dios, así lo dijo Jesús: “escrito
está: Al Señor tu Dios adorarás y a él sólo servirás”, la
adoración personal, intima, debe preceder el ministerio o
servicio.
El mensaje que Dios envía a Faraón, es muy significativo:
“deja ir a mi pueblo, para que me sirva”. La primera parte de
la frase (“deja ir a mi pueblo”) nos revela varias cosas:
El enemigo del pueblo de Dios usará todos los medios posibles
para tenerlo cautivo, de manera que no pueda servir al Señor.
El enemigo del pueblo de Dios le presentará muchas
alternativas para tenerlo ocupado y distraído, de manera que
no le sirva al Señor (Ej: ocupaciones múltiples, muchos
negocios, depresión, heridas, tentaciones, resentimientos, etc).
La segunda parte de la frase (“para que me sirva”) nos habla
de propósito, diseño y plan divino. Dios nos ha equipado para
alcanzar lo que él ha planeado para nosotros.
El término “servir” viene del término hebreo “abád” que
además traduce: adorar, arar, culto, desempeñar, honrar,
ministrar, trabajar. Así pues nuestro servicio debe ser una
expresión de adoración a Dios, y no una carga incomoda.
Servimos a Dios por gratitud, porque lo amamos, porque ha
extendido su gracia sobre nosotros y cómo dijo el apóstol
Pablo: “su gracia no ha sido en vano para conmigo”.
Finalmente Dios saca a su pueblo, a través de obras
sobrenaturales y es lo que está dispuesto a hacer por ti, si
avanzas y le crees, pues él no ha cambiado, su deseo es la
libertad para sus hijos y que éstos avancen hacia su plan.
Conclusión: Dios muestra su gran poder a favor de su pueblo,
y lo libera conduciéndolo hacia la tierra prometida. Esto nos
recuerda que nuestro Dios es todopoderoso, que él no cambia,
y es quien nos saca del cautiverio, rompe las cadenas
espirituales, para que con gozo y gratitud le adoremos y
sirvamos, Dios está de tu lado.
CAPÍTULO 96
DIOS PLANEÓ LA SALVACIÓN PARA TU
FAMILIA
Éxodo 12:21-22 “Y Moisés convocó a todos los ancianos de
Israel, y les dijo: Sacad y tomaos corderos por vuestras
familias, y sacrificad la pascua. Y tomad un manojo de
hisopo, y mojadlo en la sangre que estará en un lebrillo, y
untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en el
lebrillo; y ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa
hasta la mañana”.
Dios ha manifestado su poder sobre Egipto mediante las
plagas enviadas, y ahora viene la muerte de los primogénitos,
evento que terminará con la salida de los hebreos de Egipto.
Es interesante que debieran sacrificar un cordero por familia,
pues aquí Dios nos recuerda su deseo de salvar familias.
Lo vemos por ejemplo, cuando Noé y su familia fueron salvos
del diluvio, cuando los ángeles procuraron salvar a Lot y su
familia, y cuando la salvación llegó a la familia del carcelero
de Filipos, a quien Pablo dijo: “cree en el Señor Jesucristo, y
serán salvos tú y tu casa”.
Por eso confía en Dios, intercede por tu familia, con la ayuda
del Señor dales un testimonio coherente y Dios tocará sus
corazones.
El cordero que se sacrificaba debía cumplir con ciertos
requisitos, debía ser perfecto, de un año de edad, sin fractura o
defecto alguno; todo esto apuntaba a Cristo, era sombra de lo
que había de venir. Jesús es ese Cordero: santo, inocente, sin
defecto ni pecado, perfecto, es pues el Cordero de Dios que
quita el pecado del mundo.
La sangre del cordero debía ser aplicada en el marco de la
puerta con un manojo de hisopo (ramas de un arbusto),
ninguno podía salir de la casa esa noche. Todos habían entrado
a ella, confiados en que la señal de la sangre los guardaría del
juicio, y ninguno de sus hijos pereció al igual que ningún otro
miembro de la familia.
Aquí vemos el mensaje de Dios para los hombres desde el
comienzo de la Biblia: “la fe en la sangre del cordero produce
salvación”.
Este acontecimiento, nos recuerda el poder de la sangre de
Jesús, que nos limpia de pecado, nos libra de la esclavitud, es
señal nuestra como pueblo redimido para Dios, y que debemos
procurar sea “aplicada” en toda nuestra familia, porque
recuerda en Dios hay salvación para tu familia, en él hay
restauración y sanidad.
La sangre en las puertas era la señal y el heridor (o ángel
destructor) no podía entrar a las casas señaladas, así fueron
librados y protegidos del juicio aquella noche.
En la mañana el pueblo de Israel salió libre de la opresión
egipcia y llenos de los tesoros egipcios, hacía la nueva tierra
que Dios les tenía preparada.
Recordemos que nuestra pascua es Cristo y que ya fue
sacrificada, y es la pascua la que nos recuerda que en Cristo
somos librados del juicio venidero, libres de la esclavitud de
las tinieblas, protegidos por Su poder y con derecho a la
herencia del Padre celestial en Cristo, como hijos de Dios.
Conclusión: Desde el Antiguo Testamento vemos la
manifestación del deseo de Dios para sus hijos, libertad,
salvación, salud, prosperidad integral, protección y bendición.
Además, es el deseo del Señor que toda nuestra familia venga
al conocimiento del Salvador. Persevera, no dejes de orar por
ellos, dales amor y se paciente, y el Espíritu Santo hará la obra
en medio de tu casa.
CAPÍTULO 97
CUANDO TE ACERCAS A JESÚS TODO
CAMBIA
Mateo 9:27-30 “Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos,
dando voces y diciendo: ¡Ten misericordia de nosotros, Hijo
de David! Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús
les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí,
Señor. Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a
vuestra fe os sea hecho. Y los ojos de ellos fueron abiertos”.
En el pasaje de hoy, en primer lugar hay un mensaje de Dios:
“No renuncies a tu esperanza, aunque tu condición sea difícil”.
Eran ciegos, ya eso era muy difícil, se encontraban en un nivel
social extremadamente bajo, pues se dedicaban a la
mendicidad, y además les era prohibido por la ley entrar al
templo, su condición era considerada un juicio de Dios,
estaban en suma escasez, pues no podían trabajar.
Además, qué mujer se quiere casar con un hombre en éstas
condiciones, pero clamaban a Jesús, y esto nos enseña que en
su corazón había esperanza a pesar de todo.
No renuncies, aunque aparezcan obstáculos. Observamos que
tuvieron que seguir a Jesús hasta su casa, quizá tropezaron con
muchas cosas, quizá pidieron ayuda a otros, tal vez en el
camino apareció la duda, el menosprecio por sí mismos, la
incertidumbre, etc.
No sé qué obstáculos tú has tenido que enfrentar, pero estos
ciegos a pesar de su condición, siguieron a Jesús. No fue un
camino fácil, pero la meta es Jesús, y eso lo vale todo.
Jesucristo es el salvador enviado, y ellos reconocieron que en
Jesucristo estaba su respuesta. La solución no era el
fariseísmo, no eran los escribas, no eran los líderes religiosos
de la época, no era la filosofía griega, ellos buscaron a Jesús,
él era su respuesta.
Encontramos hoy movimientos religiosos que promueven la
adoración de los restos de sus líderes hallados en sus
sepulcros, pero cuando los discípulos de Jesús fueron a su
tumba, estaba vacía, porque nuestro Señor y Salvador
Jesucristo, murió y resucitó, venció la muerte, está sentado a la
diestra del Padre y volverá por su iglesia.
Confía en Jesús, él puede hacerlo. Cristo venció la muerte,
venció los poderes del infierno, por eso puede salvarte. Cristo
es creador de todo, él puede sanarte, puede hacerte libre y
transformar tu corazón.
Un toque de Jesús transforma toda la vida, Jesús les tocó los
ojos, eran ciegos, vivían en tinieblas ¿con qué podemos
asociar las tinieblas? Con temores, incertidumbre, vacíos,
golpes y accidentes, y una gran inseguridad hacia el futuro…
Pero en éste encuentro con Jesús sus vidas fueron totalmente
transformadas, ya no tenían que mendigar, podían entrar al
templo a adorar, podían disfrutar su familia y aún constituirla.
Conclusión: Se acercaron a Jesús y vieron la luz, Jesús lo
dijo: “yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en
tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12). Él
quiere guiarte, y llevarte al lugar de Su propósito. Adelante,
confía en él, nunca te fallará.
CAPÍTULO 98
DESPUÉS DE LA TORMENTA HAY UN
MILAGRO
Marcos 4:35-39 “Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo:
Pasemos al otro lado… Pero se levantó una gran tempestad de
viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se
anegaba. Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal;
y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que
perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar:
Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza”.
Es fundamental concientizarnos de la realidad de las
tormentas. El mar de Galilea, se llama así por su gran tamaño
en comparación con el territorio de Israel, pero es un gran lago
de agua dulce.
Debido al bajo nivel del mar de Galilea, la temperatura del aire
es mucho más cálida allí que en las mesetas y montañas
circundantes, y por el valle del Jordán llegan fuertes vientos
procedentes del monte Hermón, que se encuentra hacia el
Norte no muy lejos de allí y cuya cima está coronada de nieve,
lo que resulta en trastornos atmosféricos, que facilitan la
formación de tormentas repentinas.
Habían varios pescadores entre los discípulos, que habían
crecido allí, conocían muy bien el lago, seguro calcularon que
la noche estaba bien para viajar por el lago. “Pero se levantó
una gran tempestad”, fue repentina. A veces nuestra
experiencia y capacidad son impotentes ante ciertas tormentas
de la vida.
Debemos tomar la actitud correcta ante las tormentas. Jesús
dormía, el Señor confiaba en la protección de su Padre y
estaba seguro del propósito divino, esta certeza produce paz y
confianza. Los discípulos estaban temerosos e incrédulos, el
antónimo de la fe es el temor, la fe se alimenta con la Palabra
de Dios, el miedo se alimenta con las palabras de fracaso.
Tu boca es el instrumento de Dios para vencer la tormenta. Por
eso Jesús le habló a la tormenta, mientras que los discípulos
hablaban de morir. ¿Cómo hablas tú cuando estás en medio de
la tormenta? Porque tus palabras alimentarán la tormenta o la
harán desaparecer.
Jesús ejerció la fe y la autoridad, Jesús le habló a la tormenta,
ejerciendo la autoridad, y declarando la “bonanza”. El término
bonanza es traducido de la palabra griega “galene” que
significa calma, gozo, raíz de sonreír.
Nos dice el texto bíblico que Jesús “reprendió al viento… y
cesó el viento” Entonces háblale con autoridad al origen de tu
tormenta y Dios se levantará a tu favor (es decir declara las
buenas palabras de Dios y Sus promesas en medio de la
dificultad).
Al otro lado de la tormenta, hay una gran victoria. El plan de
Jesús era ir al otro lado, allí Jesús realizó uno de los más
grandes milagros de su ministerio: la liberación del
endemoniado gadareno. A veces podemos estar caminando en
el propósito de Dios y encontrarnos con una tormenta.
Había sido un día largo de trabajo para el Señor, había estado
enseñando y ministrando, por eso dice: “despidiendo a la
multitud” (versículo 36a) y por eso dormía, pero aparece una
tormenta.
Obstáculos seguro aparecerán cuando caminas hacía el
propósito de Dios, pero esfuérzate porque el plan de Dios
prevalecerá. Al otro lado hay un gran milagro, y no serás sólo
testigo de él, sino instrumento de Dios.
Conclusión: Una tormenta puede venir para distraerte, para
evitar que avances, para generar miedo e incredulidad y
hacerte retroceder, para procurar que tus sueños se hundan,
pero al otro lado hay una gran conquista, hay una gran
victoria, hay un milagro, seguro que la fe de los discípulos
después de esto era más grande. Dios tiene para ti grandes
cosas.
CAPÍTULO 99
DIOS FUE QUIEN TE ESCOGIÓ
Hageo 1:14 “Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo
de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de
Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del
pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los
ejércitos, su Dios”.
Comencemos teniendo en cuenta que somos hijos de Dios, y
que debemos ejercer con sabiduría la autoridad que él nos da.
Observamos que Zorobabel es un antepasado de David, de
Jesucristo, y por tanto de linaje real con derecho al trono
(Según Mateo 1:12-13).
Como nosotros, somos de linaje real, pues somos hijos del
Rey. El Reino de Dios es un Reino de autoridad, y todo reino
tiene una estructura de autoridad, aún el reino satánico.
Un fundamento para ser usado por Dios es estar bajo
autoridad, y es muy importante aprender esto, para luego
ejercer bien la autoridad que nos deleguen. El hombre es
llamado desde el principio de la creación a ejercer autoridad.
Recuerda que la autoridad es para edificar, no para destruir. El
texto de hoy nos enseña que la autoridad no debe envanecerse
por su posición, la autoridad más bien hace equipo con los
otros para trabajar por el Reino.
Procuremos participar activamente en el plan de Dios. El plan
de Dios es la restauración de su creación. El plan de redención
es un plan de restauración, pues aún la misma tierra será
restaurada.
Dios nos ha enviado a restaurar a la humanidad, tu papel es
restaurar, no destruir, como nos lo enseña Hageo 2:4;
procuremos pues no lastimar con frases, gestos o acciones a
quienes nos rodean. Dios está con nosotros y es poderoso para
restaurar lo que ha sido destruido.
Dios usó a Zorobabel para dirigir la primera repatriación
(volver del cautiverio babilónico), restaurar el templo, el altar
y los sacrificios y la fiesta de los tabernáculos.
La reconstrucción no es barata, según Hageo 1:7-8 esto
implica:
Remover escombros (no es una tarea agradable). El mismo
pueblo de Israel se debilitó removiendo los escombros: “las
fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es
mucho, y no podemos edificar el muro” Nehemías 4: 10, a
veces esto pasa en nuestra vida, cuando restaurando nos
fatigamos por el lento proceso o por los pequeños resultados.
Es necesario perseverar pues al final Dios manifiesta Su gloria
y poder.
Un comienzo desde los cimientos (es agradable ver el edificio
terminado e ir de compras para amoblar, pero no es muy
bonito cuando están sacando la tierra para ubicar los
cimientos).
Superar la oposición externa e interna (samaritanos, amonitas
y aún de los mismos judíos habían burlas, calumnias, mentiras,
incredulidad, desánimo, fatiga).
Recuerda y sé consciente de tú elección y propósito, Hageo.
2:23. Dios anima a Zorobabel, le anuncia que le tiene
preparado un honor, que no estará solo, que el plan divino en
él se cumplirá, y que Dios mismo será su fuerza.
El pueblo seguía viendo la opresión babilónica, veían los
soldados del ejército de Babilonia pasearse por las calles de
Jerusalén, y quizá se preguntaban ¿cuándo seremos libres? Y
Dios les responde “viene un tiempo cuando haré caer los
reinos de la tierra, y te tomaré y te pondré como autoridad
sobre la tierra” Hageo 2:21-23.
Zorobabel es de linaje real y aquí es figura de Cristo, y nos
dice que el Señor hará caer los reinos de las naciones, y Cristo
será establecido como la autoridad sobre toda la tierra “y su
reino permanecerá para siempre, y todos los dominios le
servirán y obedecerán” y nosotros reinaremos con él.
La palabra escogido significa: separado, seleccionado,
calificado, elegido, entresacado, agradable e implica un
propósito. “Por yo te escogí, dice Jehová de los ejércitos”, esto
nos permite concluir que somos un propósito de Dios.
Según el Salmo 139:13, 16, tu vida se corresponde con un plan
diseñado por Dios, fuiste seleccionado por el Dueño del
universo y te ha comisionado para un gran plan y él te llamó
porque cree que puedes hacerlo con su ayuda.
Es muy interesante ver que Zorobabel significa: “nacido en
Babilonia” “salido de Babilonia”, él nació en cautiverio, pero
Dios lo liberó y lo convirtió en instrumento para la
restauración y liberación de miles y miles de personas.
Conclusión: Eres un plan divino, que nació en el corazón del
Rey del universo, eres un diseño celestial, hijo(a) del Rey con
la autoridad en Cristo para vencer, y ser instrumento de
restauración en la vida de muchos, el mensaje de Dios hoy es:
“esfuérzate, y cobrad ánimo, porque te tomaré, y te usaré
poderosamente, porque yo te escogí, dice Jehová de los
ejércitos”.
CAPÍTULO 100
EL PODER DE LA GRATITUD
Lucas 17:11-16 “Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre
Samaria y Galilea. Y al entrar en una aldea, le salieron al
encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de
lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten
misericordia de nosotros! Cuando él los vio, es dijo: Id,
mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban,
fueron limpiados. Entonces uno de ellos, viendo que había
sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se
postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era
samaritano”.
Es fundamental la fe en medio de las crisis, pues ésta nos lleva
a buscar a Jesús. El texto dice: “yendo Jesús a Jerusalén…
ellos le salieron al encuentro”, ellos se enteraron que él pasaba
y lo buscaron. La mayoría de las veces las angustias nos
acercan a Dios.
La vida de los leprosos no era nada fácil: para la mente judía
estaban bajo juicio de Dios, debían habitar en las afueras de
las ciudades, debían anunciar su condición si alguien se les
acercaba, ceremonialmente estaban impedidos, no podían
ingresar al templo, lo más seguro es que perdían su familia, su
trabajo.
Pero desde esa condición buscaron a Jesús creyendo en su
poder, a pesar de todo tenían fe, y clamaron al Señor.
Veamos la respuesta de Jesús. Ellos captaron la atención del
Señor, “Cuando él los vio…” recordemos que el Maestro iba
camino a Jerusalén, pero se detiene y los vio. Por eso el texto
de hoy nos invita a llamar la atención de Jesús, clamar a él su
misericordia y él responderá.
Jesús demanda de ellos un acto de fe, Jesús les dijo: “id,
mostraos a los sacerdotes”, este fue un paso de obediencia y
fe, pues según la ley el leproso iba a mostrarse al sacerdote
para que éste certificará su sanidad, por eso dice: “aconteció
que mientras iban, fueron limpiados”, mientras actuaban
creyendo la palabra de Dios, fueron sanados, esto es ejercitar
la fe en la palabra de Dios.
Un corazón agradecido glorifica a Dios. El samaritano volvió
a dar gracias, y aprendemos que su corazón quería estar con
Jesús. “Se postró en tierra a sus pies” le dio adoración, era
samaritano, los otros seguramente eran judíos.
Qué triste cuando nos acostumbramos a las bendiciones y no
damos gracias a Dios, qué triste cuando nos acostumbramos a
las sanidades y liberaciones y no damos gracias. Éste
samaritano adoró a Jesús, y el Señor lo honró, pues Dios honra
a los que le honran.
Todos debemos reconocer que la gloria es de Jesucristo
nuestro Señor, que todo viene de él y a él damos gracias.
La salvación es el milagro más grande, Jesús le dijo: “tu fe te
ha salvado”, es la fe en Cristo la que te da salvación, sanidad,
libertad, restauración. Jesús es salvador, nos libra de la
condenación eterna y nos sigue salvando de la angustia, del
enemigo, del pozo de la desesperación, etc.
Conclusión: Estamos en tiempos de salvación y sanidad, el
señor Jesucristo murió por ti, alcanzó la victoria para ti, con un
corazón agradecido adórale, y con fe acércate a su presencia y
grandes cosas sucederán, nuestro Dios es sobrenatural.
CAPÍTULO 101
DIOS TRAE UN NUEVO TIEMPO
2 Reyes 2:9-10 “Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo:
Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado
de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu
espíritu sea sobre mí. Él le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me
vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; más si no,
no”.
Se requiere pasión por la presencia de Dios, y perseverancia en
medio de las dificultades. En tres ocasiones por lo menos,
Elías pide a Eliseo que se quede en diferentes lugares, pero
éste persevera, siguiendo a Elías. Eliseo anhelaba una doble
porción del Espíritu Santo que estaba sobre Elías.
Que interesante, porque en el Antiguo Testamento el Espíritu
Santo venía sobre los hombres, pero en el Nuevo Testamento
mora en los hijos de Dios, sin embargo, hombres como Elías y
Eliseo le conocían de manera íntima y Eliseo quería más:
bendita insatisfacción.
Debemos procurar un crecimiento manifiesto del poder de
Dios. El carro de fuego es una manifestación del cielo en la
tierra. El reino de Dios está siendo establecido en la tierra. El
ministerio de Elías en la tierra había concluido, pero comienza
ahora un nuevo tiempo y Eliseo sería el instrumento de Dios.
Gracias a Dios por las bendiciones alcanzadas, pero viene un
nuevo tiempo, una nueva etapa que debemos administrar
sabiamente, para que lo que Dios ha planeado no sea dañado,
sino que seamos testigos e instrumentos de una gloria mayor.
Quien hace la obra finalmente es Dios. Los hombres y mujeres
que servimos al Señor somos instrumentos, pero sin su
bendición nada efectivo y trascendente podemos hacer, Eliseo
cuando fue a pasar el río Jordán dijo: ¿Dónde está, Jehová, el
Dios de Elías? y esto expresa que su anhelo era ver a Dios
glorificándose ante éste obstáculo. No importa cuáles sean los
impedimentos u obstáculos a superar, siempre el Señor será
más grande.
En el ministerio de Elías vemos siete milagros poderosos, pero
en el ministerio de Eliseo vemos catorce milagros (evidencia
de una doble porción), porque Dios cumple sus promesas, y Su
palabra dice: “la gloria postrera será mayor que la primera”.
El liderazgo en equipo es esencial (2 Reyes 2:15-17). Eliseo
no estaba solo, había un equipo. Y le reconocían como el
siervo puesto por Dios, pero es muy importante también lo que
ellos veían: “ellos dijeron: el espíritu de Elías reposó sobre
Eliseo”, el Espíritu Santo daba evidencias que estaba sobre
Eliseo, daba evidencias que un nuevo tiempo había
comenzado.
La actitud de Eliseo, no fue de imposición, sino que actuó con
sabiduría y Dios demostró que se movía a través de él.
Un líder no se impone a la fuerza, más bien inspira a su
equipo, ese es el liderazgo que vemos en Jesús, los apóstoles
dieron su vida por el Maestro, no por miedo a él, sino por
amor y gratitud. Liderazgo no es imposición, es inspiración.
Un líder tiene en cuenta que no trabaja solo, que sus beneficios
no son individuales sino grupales, que es necesario el amor,
para tener paciencia y tolerancia, porque el trabajo en equipo
es esencial, y sus resultados siempre serán mayores.
Conclusión: Dios quiere llevarnos de gloria en gloria,
debemos tener en cuenta estas tres cosas: pasión por su
presencia, anhelo por el poder de Dios manifestado y trabajar
en equipo, todos procurando la gloria del Señor. Adelante,
Dios trae cosas nuevas y gloriosas.
CAPÍTULO 102
UNGIDOS POR EL ESPÍRITU SANTO
Éxodo 31:1-6 “Habló Jehová a Moisés, diciendo: Mira, yo he
llamado a Bezaleel… y lo he llenado del Espíritu de Dios, en
sabiduría, inteligencia, ciencia y todo arte, para inventar
diseños y trabajar en oro, plata y bronce… y he puesto con él a
Aholiab, para que hagan todo lo que te he mandado”.
Dios le ha encomendado a Moisés construir el tabernáculo, y
por supuesto él no podía hacerlo sólo. Bezaleel y Aholiab son
llamados por Dios y equipados por él para una labor
específica: construir los muebles y utensilios del tabernáculo.
Así que Dios los equipó para hacer esa obra; entonces
concluimos que Dios nunca te envía a hacer aquello que no
puedes hacer, cuando Dios te envía ya te ha equipado (sólo
debes aprender a usar lo que él te ha dado).
Observamos también que ellos tenían unos dones específicos
para una labor determinada. Así como cada estrella tiene su
propio brillo, nosotros no debemos envidiar a otros o
murmurar por lo que Dios nos ha dado; más bien depender del
Espíritu Santo y Su gracia para brillar con la luz de Cristo y
glorificarlo mediante la correcta administración de lo que él
nos ha entregado.
Observemos que Bezaleel era de la tribu de Judá (la más
grande y que marchaba adelante por el desierto) y que Aholiab
era de la tribu de Dan (era pequeña y la última que marchaba
por el desierto), vemos que Dios no hace distinción de
personas, llama a todos por igual.
Dios imparte talentos y deben estar en el lugar correcto. 1
Corintios 12:27-31, nos enseña que es Dios es quien pone los
miembros del cuerpo donde él quiere, según su perfecta y
soberana voluntad. La Escritura nos habla de cuerpo, unidad,
miembros, particularidad, diversidad de oficios y propósitos,
complementación, etc. Entonces podemos concluir:
La persona correcta en el lugar equivocado, genera confusión
y frustración.
La persona correcta en el lugar correcto, genera progreso y
alabanza a Dios.
Las personas correctas en los lugares correctos generan fruto
que honra a Dios, multiplicación y crecimiento.
Nos necesitamos los unos a los otros, pues somos un cuerpo.
Es muy importante reconocer que la instrucción o capacitación
es necesaria. Un fundamento esencial es el claro objetivo de la
capacitación: Glorificar a Cristo, y no alimentar el ego.
La necesaria instrucción la observamos desde la antigüedad, el
Antiguo Testamento nos enseña por ejemplo que el profeta
Samuel era el maestro de la escuela de profetas (1 Samuel
19:20), en el Nuevo Testamento (Hch.22:3), Pablo nos dice
que fue instruido por Gamaliel (fariseo, doctor de la ley,
venerado por todo el pueblo y nieto de Hillel, famoso rabino),
también vemos como Jesús enseñó a sus discípulos.
Si tu motivación es egoísta, tu destino es el fracaso. Dios es
amor, y por ende podemos concluir que todo lo que hace lo
hace por amor, por su perfecto amor. Sí Dios es amor y el
reino de Dios es gobernado por el amor, entonces éste debe
gobernar las intenciones de nuestro servicio al Señor.
No buscamos fama, ni reconocimiento de los hombres,
busquemos que Dios sea exaltado. Servimos a él por su gracia
y misericordia, porque nos da el aliento de vida, porque en
nuestro corazón hay gratitud por ésta salvación tan grande.
Conclusión: Dios nos diseñó, él nos planeó un día y quiere
que conozcamos aquel plan que trazó para nuestra vida, y
aquellos dones que depositó en nosotros. Déjate guiar por el
Señor y sírvele con gozo, gratitud y ante todo por amor
(Oración: Amado Jesús ayúdame a servirte con amor, fidelidad
y perseverancia, gracias por el privilegio de servir al Rey de
reyes y Señor de Señores, tú eres la razón de mi servicio.
Amén).
CAPÍTULO 103
DIOS NO HA PLANEADO TU FRACASO
Jueces 13:24-25 “Y la mujer dio a luz un hijo, y le puso por
nombre Sansón. Y el niño creció, y Jehová lo bendijo. Y el
Espíritu de Jehová comenzó a manifestarse en él en los
campamentos de Dan, entre Zora y Estaol”.
Por revelación de Dios, Manoa y su esposa estéril se enteran
que ella quedará embarazada, y su hijo será un instrumento de
Dios para comenzar a salvar a Israel de la opresión filistea.
Vemos también casos como el profeta Jeremías, como Juan el
bautista, en fin todos nosotros, porque somos un propósito de
Dios “según nos escogió en él antes de la fundación del
mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él”
(Efesios 1:4), por eso Sansón nació en el tiempo de Dios, en la
familia que le correspondía, en la nación donde el Señor lo
requería.
Fue ungido desde su adolescencia. El término hebreo para
niño en el pasaje de hoy es “naar” que traduce también joven,
juventud, denota un joven soltero pero con edad para casarse.
La palabra “manifestarse” viene de un término hebreo que
significa: impulsar, agitar, dar golpecitos. La bendición de
Dios, el testimonio del Espíritu Santo y la unción estaban con
él, lo que evidenciaba un propósito especial.
Sansón experimentó el poder sobrenatural de Dios (Jueces
14:5-6), Imagínate aquella experiencia donde “despedazó al
león, por el poder del Espíritu Santo, sin tener nada en su
mano”, su gozo debió ser muy grande, porque cuando Dios
nos usa con Su poder, nuestro corazón se regocija.
Lamentablemente Sansón descuidó su verdadera fuerza: la
consagración. Sansón era nazareo (Jueces 13:5). La palabra
nazareo significa: apartado, consagrado, príncipe, corona, eran
dedicados a Dios y a su servicio.
También implicaba abstención, pues no tomaban vino, ni sidra,
no podían comer “cosa inmunda”, es decir los animales no
permitidos por la Ley. Sin duda, éste término nos hace
reflexionar que tan consagrados estamos a nuestro Dios en un
mundo como el de hoy.
Sansón olvido su propósito de vida: salvar a Israel de los
filisteos. Dios había expresado ya la razón de ser de Sansón,
sin embargo con el paso de los años, él se acercaba a las
mujeres del pueblo enemigo, hasta que llego al valle de Sorec,
cuyo nombre significa: vino rojo, por las uvas rojas que allí se
recogían y el vino que se producía (recordemos que el nazareo
no podía tomar vino.
Sin duda alguna el ambiente en el valle de Sorec no era para
Sansón), y añade el texto bíblico: “se enamoró de Dalila”,
cuyo nombre significa “coqueta, veleidosa, antojadiza, ligera,
inconstante. Puso sus ojos en la mujer equivocada (no era
temerosa de Dios).
Dios requiere fidelidad en sus elegidos.
Sansón era una vasija donde Dios había depositado su gloria.
El carácter sostiene la unción, como la vasija sostiene el
aceite. La formación de un carácter fiel requiere: Tiempo,
Formación (pruebas) e Instrucción.
Los dones de Dios pueden manifestar rápidamente, pero un
carácter maduro y formado en Cristo toma tiempo. La
naturaleza misma nos enseña, pues los árboles grandes y
resistentes a las tormentas y recios vientos son aquellos cuya
altura y grosor han logrado con los años.
Sansón perdió la visión natural, los filisteos le sacaron los ojos
(Jueces 16:20-21). El resplandor de Dios en sansón no pudo
brillar como estaba planeado. Sansón significa “pequeño sol”,
cuando sus padres le pusieron ese nombre, consideraron lo que
el ángel les había dicho, y su hijo sería entonces una luz de
esperanza en medio de la crisis… Sansón no perdió la “visión”
cuando le sacaron los ojos, ya la había perdido, y juzgaba con
sus ojos naturales.
El pecado de la presunción es confiar en sí mismo. Es
interesante que Pablo le dijo a Timoteo: “ten cuidado de ti
mismo”, y Sansón nos dice la Biblia: “se dijo: Esta vez saldré
como las otras y me escaparé”. Pablo por el Espíritu dijo:
“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está
entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que
debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la
medida de fe que Dios repartió a cada uno”… No podemos
confundir: Poder con integridad. Unción con santidad.
Bendición con aprobación, siempre debemos depender de
Dios.
En la cárcel y ciego, Sansón reflexionó mucho, y la Carta a los
Hebreos (Hebreos 11:32) lo presenta como un héroe de la fe,
pero su final fue triste. Dios nos guarde de nuestros propios
errores.
El Señor delega dones, talentos y ministerios, y es el hombre
quien los administra, procuremos pues glorificar a Dios con lo
que por Su gracia nos ha dado.
Conclusión: Somos un plan de Dios, llamados para vencer, no
podemos olvidar eso, es necesario perseverar, permanecer
fieles y permitir que Dios sea glorificado. Él ha prometido
darnos con la tentación juntamente la salida, ha prometido
estar con nosotros, él nos ayudará a vencer, sólo requiere de
nosotros un corazón plenamente dispuesto para hacer Su
voluntad, recuerda eres un propósito de Dios.
CAPÍTULO 104
LA PERSEVERANCIA ES LA PLATAFORMA DE
TODAS LAS VIRTUDES
“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado;
pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás,
y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al
premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”,
Filipenses 3:13-14.
Una gran virtud que vemos en Moisés es que durante los
cuarenta años de camino por el desierto, nunca pensó en
volver a Egipto, nunca dijo: “volvámonos a la esclavitud, pues
éste camino por el desierto es muy duro”, en los momentos
más difíciles lo que hizo fue buscar a Dios, ésa fue su
fortaleza, él era un adorador, un apasionado por la presencia
del Señor.
Cuando el apóstol Pablo se encontraba preso en la cárcel de
Filipos con Silas, según Hechos 16:25, lo que hicieron fue
adorar a Dios, no murmuraron, ni se quejaron y tampoco
pensaron en renunciar. Ellos siguieron adelante con la fuerza
de Dios, tuvieron una actitud diferente pues la fe transforma
nuestra visión de la vida.
La adversidad es parte del camino. Ante ella hay diversas
reacciones: enfrentarla, negarla, huir de ella, etc. Se requiere
aquí una profunda decisión de no volver atrás si queremos
lograr o alcanzar algo significativo, pues las cosas sin valor no
requieren ningún esfuerzo, ni presentan dificultades.
Podemos encontrarnos con personas que tienen grandes
talentos pero no logran grandes metas, pues les falta
perseverancia. Y vemos también el contraste, es decir personas
cuya constancia los ha llevado a grandes conquistas.
Grandes talentos se pierden sin brillo por falta de constancia.
La perseverancia logra brillar donde muchos han fracasado.
El apóstol Pablo perseveró a pesar de todo, como lo expresa el
texto de hoy (Filip. 3:13-14). Recordemos que el apóstol
escribe ésta carta a los filipenses desde la cárcel.
Es un cristiano que ha vivido naufragios, fue traicionado,
abandonado, apedreado, en peligro muchísimas veces,
menospreciado por judíos y discípulos, etc. Pero no abandonó
los caminos del Señor, ni su servicio a Dios. Su decisión de
perseverar hasta el fin fue firme, y lo expresa diciendo:
“Prosigo a la meta” y así lo hizo, fue fiel a Dios hasta el fin de
sus días.
Cabe destacar la frase: “olvidando lo que queda atrás”, es un
ejercicio fundamental de la voluntad y la mente.
Lamentablemente muchas veces se recuerda con frecuencia lo
que ha quedado atrás y que hoy no es útil, como heridas y
ofensas, desordenes de la vida pasada, antiguas relaciones, o
anhelos del corazón que sabemos, no nos hacen bien (los
recuerdos del pasado deben ser un testimonio para continuar y
no para retroceder).
Veamos un ejemplo en Israel, que camino a la tierra prometida
dijo: “Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de
balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y
los ajos; y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este
maná ven nuestros ojos ¿No nos sería mejor volvernos a
Egipto? Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y
volvámonos a Egipto”.
Eran recuerdos y anhelos del alma que expresaban su deseo de
volver atrás, aunque era Dios mismo quien los guiaba, y quien
los había sacado con maravillas de la esclavitud egipcia.
La perseverancia es requerida en el Reino de Dios: “Y Jesús le
dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia
atrás, es apto para el reino de Dios” Lucas 9:62.
El arado era llevado por una yunta de bueyes (dos bueyes), y
el labrador ponía una mano en el arado y en la otra, la vara
para empujar y motivar a los bueyes, mirando siempre al
frente, adelante, y así evitar que el surco quedara torcido.
El arado es símbolo de un caminar recto, de servicio al Señor,
mirando al frente, de seguir a Cristo con los ojos puesto en él
(haciendo caso omiso de las fuentes de distracción y
perseverando ante los obstáculos del camino).
Reflexión final: Seguir a Jesucristo, ser un discípulo suyo
implica esfuerzo y perseverancia, pues los obstáculos y
oposición son parte del camino. Gracias a Dios, él ha
prometido estar con nosotros todos los días y multiplicar
nuestras fuerzas como las del búfalo. Persevera, sólo aquellos
que con constancia avanzan paso a paso alcanzan metas que de
otra manera son imposibles de lograr.
Habla con Dios: Señor Jesús dame cada día las fuerzas para
seguirte y avanzar en tu voluntad. Ante los obstáculos
fortaléceme y cuando el desánimo quiera venir ayúdame a
mirar tu grandeza y poder con los ojos de la fe. Gracias porque
me llevas al destino de la bendición. Amén.
CAPÍTULO 105
DIOS TIENE CUIDADO DE SUS HIJOS
“Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube
para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de
fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de
noche. Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de
nube de día, ni de noche la columna de fuego” Éxodo 13:21-
22.
Dios conduce a su pueblo a la tierra prometida y ha decidido
no llevar a Israel por el camino de la tierra de los filisteos, sino
por el desierto, para que no se arrepintiera al ver la guerra
(Recordemos que todo tiene su tiempo, y para Israel no era el
tiempo de la guerra, más adelante la tendrían).
Era el tiempo para aprender a Seguir a Dios, oír Su voz,
conocer sus leyes y su poder proveedor en medio del desierto,
pues Dios mismo iba delante de ellos).
Es muy significativo ver que Dios guiaba a su pueblo de
acuerdo al tiempo que afrontaban, de día en una columna de
nube y de noche en una columna de fuego. Dios quiere seguir
guiando a sus hijos hoy día, por eso envió a su Espíritu Santo
(La Biblia nos dice: “y los que son guiados por el Espíritu,
estos son hijos de Dios”).
Así como vemos que Dios cambiaba su manifestación de la
nube al fuego de acuerdo al tiempo, es fundamental depender
del Señor en todo momento y mantener esa sensibilidad, pues
lo que Dios dijo e hizo ayer, no es necesariamente lo que está
diciendo y haciendo hoy.
Es interesante que la palabra “guiarlos” aquí, sea traducida del
término hebreo “nakjá” que además significa pastorearlos, así
pues dejarse guiar por Dios, es dejarse pastorear por él.
Cuando decimos “el Señor es mi pastor” entonces también
estamos diciendo: “él es quien me guía y yo sigo su
dirección”.
Dice el texto “a fin de que anduviesen de día y de noche”,
entonces el deseo de Dios era que ellos caminaran sin importar
la adversidad del tiempo (un sol intenso en el día o un gran
frío en la noche, pues en ambos momentos el Señor era su
fortaleza y protección). Hoy Dios te hace el mismo llamado:
“avanza, aunque el tiempo sea adverso y difícil, yo estoy
contigo”.
Es de resaltar la frase del versículo veintidós “Nunca se
apartó… la nube… ni el fuego”, claro hasta que entraron en la
tierra prometida.
Recordemos que mientras Israel caminó por el desierto,
provocó la ira y decepción de Dios varias veces (quisieron
volverse a Egipto en numerosas ocasiones, se rebelaron contra
Moisés y Aarón, murmuraron por falta de agua y comida,
menospreciaron el maná, etc).
Sin embargo el Señor en su santidad consigo mismo y
fidelidad hacia su palabra “nunca” apartó su protección,
provisión y dirección de su pueblo, siempre estuvo allí
conduciéndolo, cuidándolo y formándolo de acuerdo al
momento.
Reflexión final: Nuestro corazón puede descansar confiado en
Dios, en su soberanía y amor. Él siempre sabe lo que hace y
cómo lo hace. Confía en Dios, procura su dirección, persevera,
avanza, aunque el tiempo sea difícil, él va contigo.
Habla con Dios: Gracias Dios porque tienes cuidado de mí en
todo tiempo. Tu amor y fidelidad me permiten descansar.
Ayúdame a desarrollar cada vez más un corazón sensible y
humilde para seguir tu consejo. Amén.
CAPÍTULO 106
PRINCIPIOS PARA ALCANZAR LA VICTORIA
“Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama
Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto
que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de
Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran
manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste,
hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo” Mateo 26:36-
38.
Consideremos el primer principio: Busca a Dios aunque tu
alma esté afligida.
El monte de los olivos está ubicado al nororiente de Jerusalén,
muy cerca de la capital, en éste monte hay un huerto especial
que se llama huerto de Getsemaní, actualmente vallado y
mantenido como jardín.
Su nombre significa: “prensa de aceite” o “lagar de aceite”
(instrumentos con los que se obtenía el aceite de las aceitunas
que eran trituradas o pisadas, figura del proceso en el que
somos formados).
Es un huerto muy diferente al huerto del Edén, pues en éste
Jesús dice: “hágase tu voluntad”, y en el Edén, Adán hizo su
propia voluntad.
Jesús desde su profunda tristeza, optó por orar. Al día
siguiente sería crucificado, experimentaría dolores nunca antes
vividos, viviría un momento de separación del Padre.
Aunque iba con sus discípulos, escogió a tres de ellos para
abrirles su corazón, su angustia y tristeza era profunda, y
desde ésta condición decidió buscar el rostro del Padre
celestial (porque es lo correcto).
Jonás desde el vientre del gran pez clamó a Jehová, David
invocó al Señor en medio de la angustia y la persecución,
Jabes desde su situación de fracaso, de esterilidad y
frustración, invocó al Dios de Israel y le otorgó Dios lo que le
pidió. Busca a Dios, aunque tus circunstancias sean adversas e
incomprensibles, porque el Señor oirá tu clamor y actuará a tu
favor.
El segundo principio es: Rendir la voluntad a Dios.
Mateo 26:39 “Yendo un poco adelante, se postró sobre su
rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí
esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú”).
Su prioridad era el deseo del Padre; en su humanidad, expresa
el deseo de no tener que beber la copa que el cielo le ponía
delante (la cruz), “se postró” indicándonos su humillación y
sometimiento a la voluntad del Padre: “pero no sea como yo
quiero, sino como tú”.
La naturaleza de Adán nos impulsa a hacer nuestra propia
voluntad, pero ahora Cristo, el postrer Adán ha venido a vivir
en nosotros para que hagamos Su voluntad, sin embargo la
mayoría de las veces preferimos nuestra propia voluntad, pues
es más fácil no entrar en nuestro propio “Getsemaní” porque
eso implica morir a nuestros deseos, implica dolor.
Jesús oró tres veces de la misma manera (versículo 44: “se fue
de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas
palabras”). El número tres en la Biblia indica: plenitud,
completo, perfección en testimonio.
Cuando Jesús terminó de orar la tercera vez, habló con
seguridad y fortaleza acerca del momento que tenía que
enfrentar, versículo 46. Estaba seguro de la voluntad del Padre
y de sus promesas, pues al tercer día lo levantaría de los
muertos en poder y gloria.
Debemos notar que el Padre no quitó la cruz, pero lo fortaleció
para enfrentarla. El evangelio de Lucas nos añade que “se le
apareció un ángel del cielo para fortalecerle”, o para “recobrar
fuerzas”, con su inmenso poder el Padre no anuló la cruz, sino
que le envió fortaleza para vencer lo que estaba por delante.
Es muy importante tener esto en cuenta pues habrá situaciones
diseñadas en el cielo que Dios no quitará sino que nos
fortalecerá para atravesarlas.
El tercer principio: Persevera aunque otros te fallen.
Mateo 26:40, 43 “Vino luego a sus discípulos, y los halló
durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar
conmigo una hora?… Vino otra vez y los halló durmiendo,
porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño”. Sus
discípulos lo dejaron solo, aún aquellos tres en quienes él
confiaba de manera especial.
Qué difícil es cuando los de casa no están contigo, por
ejemplo: la esposa no apoya a su esposo, o cuando al esposo le
es indiferente la dificultad de su esposa, cuando tus hijos no se
involucran en el sueño o meta para la familia, o cuando nadie
se entera o se preocupa de tu crisis… eso le paso a Jesús, esa
noche el Señor tenía una prioridad, pero ellos tenían otra:
dormir. Seguramente otros nos fallarán y entonces ¿qué
haremos?
Cuando los discípulos le fallaron, Jesús se fue por segunda vez
y oró, y luego por tercera vez se fue y oró.
En diferentes momentos de su vida, Jesús vivió el rechazo, la
decepción, la tristeza, y aún la traición, pero su respuesta fue
la oración, fue buscar el rostro del Padre, entrar en su
presencia, renovar las fuerzas en él, y seguir adelante, pues
aunque en la tierra te fallen, Dios nunca te fallará.
Reflexión final: Ten presente estos principios para alcanzar tu
victoria, Dios nunca te dejará, ni te desamparará, sin importar
la condición de tu alma busca al Señor, rinde tu voluntad a
Dios y persevera buscando su rostro, sin importar que suceda,
él es fiel y se levantará para socorrerte.
Habla con Dios: Señor Jesús sé que tú me comprendes y
gracias por eso. En mi debilidad ayúdame a obedecerte, traigo
hoy mi corazón ante ti, te lo entrego. Te pido haz tu voluntad
en mí. Gracias por hacerlo y por ser mi amigo. Amén.
(Te invitamos a leer nuestro libro: 55 Sermones para
predicar).
CAPÍTULO 107
LA FE QUE GENERA LOS MILAGROS
“…tuvo hambre. Y viendo una higuera cerca del camino, vino
a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo:
Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera.
Viendo esto los discípulos, decían maravillados:
¿Cómo es que se secó en seguida la higuera? Respondiendo
Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no
dudareis, no sólo haréis esto de la higuera, sino que si a este
monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. Y todo
lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis” Mateo
21:18-22.
Jesús comprende y conoce nuestra condición. Jesús nació y
creció como cualquier niño judío, y como todo ser humano
“tuvo hambre”, sueño, fatiga, por eso él comprende nuestra
humanidad y nuestras necesidades.
Como niño fue instruido, como joven y adulto fue tentado y
enfrentó diversas dificultades, por eso comprende nuestras
diferentes situaciones y condiciones humanas.
En su deidad Jesús conoce todo nuestro ser, la Escritura nos
dice que “todo fue creado por medio de él y para él”, como
nuestro creador conoce nuestra estructura material, emocional
y espiritual, y por tanto es él quien sabe exactamente cómo
ayudarnos y como guiarnos.
La higuera es una oportunidad para enseñar y aprender. La
higuera apreciada entre los israelitas, produce su delicioso
fruto durante diez meses del año, pero Jesús no encontró fruto.
En nuestro “camino” hacia la voluntad de Dios (ellos iban a
Jerusalén) nos vamos a encontrar con cosas que no responden
a nuestras expectativas, quizá: decepciones, traiciones,
engaños, calumnias, pero esas “higueras” deben ser
aprovechadas para crecer y madurar; Jesús la aprovechó para
enseñar, y los discípulos para aprender.
El Maestro sigue enseñando, nosotros sus discípulos debemos
seguir aprendiendo. Las palabras de Jesús son poderosas, la
Biblia describe a la Palabra de Dios con muchas
características: convierte el alma, santifica, alimenta, es eterna,
es viva, eficaz y poderosa, sana y libera (Salmo 107:20 “envió
su palabra y los sanó, y los libró de su ruina”) y vemos aquí
que cuando él habló la higuera se secó. Esto es el poder de Su
palabra en acción.
Jesús revela el poder de la fe y cómo esta genera maravillas y
milagros. Los discípulos se maravillaron, la palabra maravilla
aquí viene del término griego “dsaumázo” que significa:
admirados, asombrados, sorprendidos.
Esto es lo que sucede cuando por nuestra fe en Dios, él hace
maravillas entre nosotros, hace maravillas en tu vida, en tu
hogar, en tus hijos, en tu liderazgo, porque Jesús lo dijo: “si
puedes creer, al que cree todo le es posible” Marcos 9:23.
La fe en Dios transforma nuestra manera de hablar.
Jesús aprovecha éste momento para enseñar a sus discípulos
cosas muy importantes acerca de la fe:
La fe hará que superen los más grandes obstáculos (“si a
este monte dijereis quítate, será hecho”).
La fe los llevará a cosas mayores (de secar una higuera a
trasladar un monte).
La fe los llevará a declarar grandes cosas en la voluntad de
Dios. (Jesús les dijo: “si dijereis a este monte quítate, será
hecho”, la fe nos lleva a hablar de manera diferente, pues
declaramos nuestra confianza en el Señor y en sus promesas).
La fe determina nuestra comunión con Dios. Nuestra manera
de orar es alimentada por nuestro nivel de fe, si lo hacemos
“creyendo” recibiremos la respuesta de Dios, la fe debe ser
declarada en nuestras oraciones, evitemos oraciones lastimeras
y “quejabanzas”, porque éstas no producirán los milagros de
Dios.
Reflexión final: Jesús conoce nuestra condición, nuestras
luchas y necesidades, y él quiere que lo busquemos y que lo
hagamos con fe, porque Dios quiere moverse a tu favor,
permite su acción sobrenatural orando, siendo guiado por su
Espíritu y verás las maravillas del Señor a tu favor.
Habla con Dios: Gracias Dios por todas las personas,
situaciones y cosas que usas para enseñarme. Ayúdame a tener
un corazón enseñable, líbrame de la soberbia religiosa e
intelectual y ayúdame a recibir los tesoros de la revelación.
Gracias por ayudarme a crecer en la fe y confianza en tu poder.
CAPÍTULO 108
CRECIENDO EN LA COMUNIÓN CON DIOS
Si usted sale al parque y arroja al suelo un poco de hojarasca,
los pájaros no se fijarán en ella; pero sí por el contrario arroja
pequeñas semillas, verá cómo inmediatamente los pajaritos
descienden de las ramas de los árboles para comerlas. Un
verdadero hijo de Dios sabe distinguir la hojarasca de las
semillas.
Es decir conoce al alimento de la palabra de Dios y no recibe
la hojarasca que el mundo le quiere dar. Sabe que lo único que
puede alimentar en realidad su espíritu es la poderosa Palabra
de Dios.
Cita Bíblica: “En aquellos días, como creciera el número de
los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los
hebreos… Entonces los doce convocaron a la multitud de los
discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la
palabra de Dios, para servir a las mesas. Buscad, pues,
hermanos, de entre vosotros a siete varones… Y nosotros
persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra”
Hechos 6:1-4.
Podemos ver que aún en medio de la abundancia pueden llegar
las crisis. El texto bíblico comienza diciendo: “En aquellos
días”, es decir seis años después de pentecostés, días de
crecimiento, de unción y poder, días de un impresionante
respaldo de Dios, en éstos días se presenta ésta dificultad en la
iglesia; pero puede ser en la casa, en el trabajo, en la
universidad, etc. Aunque una murmuración sea cierta, su
naturaleza es dañina.
La palabra murmuración viene del término griego
“gongusmós” que traduce también: murmullo, voz muy baja,
queja, desacuerdo, conversación de descontento en privado.
Y se añade la frase: “los griegos contra los hebreos”, ambos
eran creyentes, vemos entonces una separación dentro del
mismo cuerpo, y esto estaba afectando a la iglesia. Dios quiere
una iglesia caminando en una misma visión: el establecimiento
y extensión de su Reino.
Es fundamental tener como prioridad de vida, la comunión con
Dios. Actividad no es sinónimo de espiritualidad. A veces
pensamos que movernos mucho, indica vida espiritual. Aquí
vemos que los apóstoles tienen una prioridad: la oración y la
Palabra.
El versículo cuatro dice: “nosotros persistiremos en”, la
palabra persistir es traducida del término griego “proskartereo”
que significa además: perseverar, ser continuamente constante.
Allí en ése espacio de comunión con Dios, recibían: el poder y
la sabiduría para dirigir la iglesia, eran fortalecidos contra los
ataques del enemigo, Dios les daba la revelación de la doctrina
apostólica, adquirían el consejo divino para atender las
diversas situaciones de ésta gran iglesia.
Un espíritu fortalecido vencerá las dificultades y
tentaciones del día.
Al observar la Escritura vemos que los hombres y mujeres
usados por Dios de manera especial, que glorificaron a Dios
con sus vidas, tenían una vida devocional fuerte y constante,
por ejemplo el rey David dijo: “Dios, Dios mío eres tú; De
madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te
anhela”.
El mismo Señor Jesús lo hacía: “Levantándose muy de
mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar
desierto, y allí oraba”.
El mundo ofrece muchas cosas que no agradan al Señor, y nos
presenta obstáculos y tropiezos, y los podemos vencer
fortalecidos en la presencia de Dios; José huyó de la mujer de
Potifar, los tres jóvenes fueron protegidos en el horno de
fuego, Daniel fue protegido por Dios en el foso de los leones,
Cristo venció al tentador en el desierto, y por él podemos
vencer hoy.
La comunión con Dios traerá resultados evidentes:
“Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos
se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de
los sacerdotes obedecían a la fe” Hechos 6:7. El crecimiento
integral es manifiesto, hay vida espiritual, corazones
arrepentidos y transformados, crecimiento en la iglesia y en la
labor que desarrollemos.
Cada día que pasaba se añadían personas a la iglesia, porque a
causa de la presencia de Dios los corazones eran impactados.
Cuando tenemos comunión con el Señor, no es necesario
decirlo pues los demás lo notarán, por ejemplo Moisés cuando
descendía del monte Sinaí después de hablar con Dios su
rostro resplandecía.
Veremos la victoria sobre la oposición. Los sacerdotes, eran
fariseos y por tanto se oponían a la fe en Jesucristo el Señor,
pero aquí dice que “muchos obedecían a la fe”. Cuando
tenemos comunión con Dios, los enemigos terminan buscando
al Señor y los que se oponen terminan ayudando.
Procura mantener tu comunión con Dios, porque él se encarga
de tus enemigos. El Señor quiere manifestar su poder en medio
de su pueblo, porque ésta es característica de nuestro Dios, él
es Todopoderoso, es Sobrenatural. La comunión con Dios te
llevará a nuevos niveles y lo sobrenatural comenzará a suceder
a través de ti.
Reflexión final: Nuestra comunión con Dios es fundamental,
es vital. Las crisis deben impulsarnos a intensificar nuestra
comunión con el Señor, pues pueden ser un llamado de Dios a
la intimidad. La comunión con el Señor da la fortaleza para
vencer y alcanzar el propósito divino en nuestras vidas,
renueva y cuida tu comunión con Dios.
Habla con Dios: Señor a veces por los afanes y multitud de
ocupaciones descuido ese importante tiempo. Ayúdame a
retomar y renovar mi comunión contigo. Deseo conocerte y
seguir tu consejo. Gracias por escucharme y enseñarme tu
poderosa palabra.
CAPÍTULO 109
CUANDO CRISTO SE MANIFIESTA TODO ES
TRANSFORMADO
En el principio todo estaba desordenado y vacío, pero Dios
con su poder cambió todas las cosas, la verdad es que a veces
nuestra vida está así: desordenada y vacía, con necesidad de
dirección y objetivo. Es allí donde debemos acudir al Señor,
pues el reordena nuestra vida y nos revela el verdadero sentido
de ésta.
Después de la muerte del Señor los discípulos estaban pasando
por momentos difíciles, pero Jesús vino a ellos y todo empezó
a cambiar:
“Y los otros discípulos vinieron con la barca, arrastrando la
red de peces, pues no distaban de tierra sino como doscientos
codos. Al descender a tierra, vieron brasas puestas y un pez
encima de ellas, y pan. Jesús les dijo: Traed de los peces que
acabáis de pescar” Juan 21:8-10.
Dios lo prepara todo, y va más allá de nuestros pensamientos.
Al considerar el texto de hoy, vemos que el pez que estaba
asando Jesús no era de los pescados por ellos, pues cuando
descendieron de la barca estaba listo el pez y el pan.
El Señor Jesús siempre va más allá de lo que pensamos o
esperamos, ellos estaban experimentando un milagro (su red
estaba llena de grandes peces por dirección del Señor), sin
embargo Jesús les enseña su sobreabundante poder. Él es
proveedor por excelencia.
El versículo once nos enseña que pescaron “ciento cincuenta y
tres grandes peces”, y “siendo tantos la red no se rompía”, en
el escrito original para “grandes” se utiliza el término griego
“mega”. En este lago había veintidós clases de peces, algunos
alcanzaban el metro de longitud, podemos hablar entonces de
peces de diez o doce kilogramos.
Según el contexto los discípulos que estaban allí, eran siete y
comen del mismo pescado, confirmando así que el pez era de
gran tamaño. Así pues, tenían ahora una tonelada de pescado
aproximadamente.
Cuán grande, bueno y poderoso es nuestro Dios, pues la noche
anterior no habían pescado nada, y ahora solo unos minutos
después hay abundancia de pescado. En Dios podemos
conocer y vivir una prosperidad integral.
Recuerda que Jesús conoce tu condición y te cuida.
“Les dijo Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos se
atrevía a preguntarle: ¿Tú, quién eres? sabiendo que era el
Señor. Vino, pues, Jesús, y tomó el pan y les dio, y asimismo
del pescado” Juan 21: 12-13. “Venid, comed” les dijo el
maestro, Jesús sabía que habían estado toda la noche
pescando y tenían hambre.
Jesús mismo les sirvió, aunque estaba resucitado con todo
poder, se ocupó de servirles. Jesús siempre nos está
enseñando, por eso lo vemos aquí ministrándolos, y no los
reprende después de haberlo abandonado, sino que los anima a
creer en él.
El milagro más grande ocurre cuando te encuentras con Jesús:
“Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus
discípulos, después de haber resucitado de los muertos”, Juan
21:14. Era la “Tercera vez que Jesús se manifestaba”, el
número tres indica: plenitud divina, perfección en testimonio.
Por tanto el Señor estaba confirmándolos en la verdad de Su
resurrección.
Fue en el mar de Tiberias donde Jesús impartió gran parte de
sus enseñanzas, es pues, una revelación del Señor a sus
discípulos, Cristo dándose a conocer y esto es maravilloso
pues la noche había sido muy difícil. Por eso, aunque nuestro
momento sea oscuro y adverso, debemos seguir confiando,
pues Jesús aparecerá y todo será diferente.
Reflexión final: Los discípulos seguían aprendiendo, y Jesús
seguía enseñando. Él no ha dejado de hacerlo; como discípulos
debemos continuar aprendiendo de él, y no te extrañes, sus
escenarios de enseñanza son tan diversos como los colores del
arco iris. Dios cumplirá su propósito en ti.
Habla con Dios: Dios gracias por tu cuidado y comprensión.
Muchas gracias por tu provisión y bendición. Señor ayúdame a
perseverar y amarte en todo tiempo. Muchas gracias por ser mi
fortaleza y mi aliento diario.
CAPÍTULO 110
UN GRAN OBSTÁCULO ES UNA GRAN
PORTUNIDAD
Las mujeres que seguían a Jesús fueron muy de mañana al
sepulcro donde habían puesto el cuerpo, y se preguntaban
quién iba a remover la gran piedra que estaba en la entrada.
Es interesante, porque ellas habían visto a Jesús hacer grandes
milagros, pero ante el difícil momento que vivían no eran
conscientes del poder de Dios. Debemos tener presente que
aunque los sentimientos nos aflijan, para ver los milagros del
Señor es necesario seguir creyendo que él es Dios
todopoderoso.
“Pero cuando miraron, vieron removida la piedra, que era muy
grande. Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven
sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y
se espantaron. Mas él les dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús
nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí;
mirad el lugar en donde le pusieron” Marcos 16:4-6.
El texto anterior comienza diciendo: “Pero cuando miraron”,
mirar es traducción del término griego “anablepo” que además
traduce: “alzar la vista” “mirar hacia arriba” “recuperar la
visión”.
Los problemas (aún imaginados o supuestos) afectan nuestra
visión y por ende nuestra actitud frente a la vida. En muchas
ocasiones sólo nos concentramos en el problema y esto hace
más difícil ver el poder de Dios en acción.
Un ángel había removido la piedra, el evangelio de Mateo nos
describe el poder que el Padre Celestial desplegó para esta
acción:
“Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor,
descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se
sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su
vestido blanco como la nieve. Y de miedo de él los guardas
temblaron y se quedaron como muertos” Mateo 28:2-4.
El Padre resucitó a su Hijo como lo había prometido. El
sepulcro, la muerte no lo pudo retener. Cristo había resucitado,
su sepulcro no sería un lugar de peregrinaje para ver los restos,
sino un testimonio de que vive, él ha resucitado y da vida a
todos aquellos que a él se acercan. Jesucristo venció la muerte
y puede vencer toda adversidad.
Cristo cumple su palabra, “Pero id, decid a sus discípulos, y a
Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis,
como os dijo” Marcos 16:7.
Cristo les había prometido que al tercer día resucitaría, y que
los vería en Galilea, y cumplió Su promesa. Los hombres
pueden mentir, y seguramente van a fallar pero Jesús siempre
cumplirá Sus promesas.
El ángel dice: “decid a sus discípulos, y a Pedro, que él va
delante… como os dijo” ¿por qué pronuncia de manera
especial a Pedro?
Porque él tenía un liderazgo significativo sobre los otros
(Cuando Cristo muere, Pedro se fue a pescar y los demás con
él) y también fue una frase de restauración, pues éste lo había
negado tres veces, quizá se consideraba indigno de estar con
los otros apóstoles, y aun así Jesús no lo había desechado, el
Señor Jesús restauró a Pedro y lo uso poderosamente.
Reflexión final: No hay nada difícil para Dios, debemos
acercarnos a él confiadamente, con su ayuda venceremos los
obstáculos que nos impidan buscarlo, y aquellas adversidades
en el camino.
Habla con Dios: Señor Jesús sé que tienes cuidado de mí.
Muchas gracias por darme nuevas fuerzas y por alentarme con
tu poder y presencia. Dios dame la capacidad de ver más tu
grandeza que el tamaño de los problemas. Gracias porque
puedo descansar y confiar en ti. Amén.
CAPÍTULO 111
TU SITUACIÓN NO ES DESCONOCIDA PARA
DIOS
Una noche se prendió fuego en una casa y un joven
adolescente tuvo que subir al techo. Su padre afuera con los
brazos extendidos gritaba: “brinca hijo y yo te agarro”. Él
sabía que no había otra alternativa, su hijo tenía que saltar. Su
hijo sólo podía ver las llamas de fuego, el humo y la
oscuridad, y ante todo esto el joven tenía miedo de saltar.
Su padre continuaba gritándole: “Brinca hijo. Yo te agarro”. El
adolescente respondió: “Pero papá… es que no te veo”. Y el
padre le dijo: “hijo, la única cosa importante es que yo sí te
puedo ver” finalmente su hijo se lanzó y su padre lo tomo
entre sus brazos.
Tal vez algunas veces nos sentimos así, con miedo,
confundidos, pero Dios es todopoderoso, es bueno, tú puedes
creer y confiar en él, aunque no lo veas él está allí.
Leamos Mateo 20:29-30, “Al salir ellos de Jericó, le seguía
una gran multitud. Y dos ciegos que estaban sentados junto al
camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo:
¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!”.
Eran dos ciegos, mendigaban junto al camino, vivían en
oscuridad, dependientes de otros, seguro con una gran
frustración, pero aun así creyeron en Jesús, creyeron en una
nueva oportunidad; por encima de la adversa situación, es
necesario creer.
Ellos vivían en tinieblas, así es cuando vivimos sin Cristo,
pues el pecado nos hace vivir separados de Dios, por eso vino
Cristo a morir por nuestros pecados y darnos salvación, por
eso dice la Biblia que: “Jesús habló diciendo: Yo soy la luz del
mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que
tendrá la luz de la vida” (Juan. 8:12).
La fe se activa mediante el mensaje de Jesús: “oyeron que
Jesús pasaba”, alguien les informó que el Mesías, el Salvador,
el Sanador estaba pasando por allí. Era su momento, era la
oportunidad para cambiar de vida, era el tiempo señalado en el
cielo para ellos, así como hoy es el tiempo para ti.
La fe nos impulsa a clamar Su misericordia. Ellos
“clamaron… misericordia”, Dios responde al corazón que
reconoce su condición, ellos no fueron orgullosos,
reconocieron que necesitaban la misericordia del Señor, a
diferencia de los escribas y fariseos. Ellos reconocieron que
Jesús podía cambiar sus vidas, que Jesús podía sanar sus ojos
y su corazón.
Vamos, persevera, aunque las circunstancias sean difíciles.
El texto nos dice: “Y la gente les reprendió para que callasen;
pero ellos clamaban más, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten
misericordia de nosotros!” (Mateo 20:31).
Quizá otros no van a compartir tu fe, dice la Biblia: “La gente
los reprendía”, estaban haciendo mucho ruido, los demás no
podían entender que ése era el momento más importante en la
vida de estos ciegos, y ellos habían decidido no dejarlo pasar.
Puede ser que algunos te molesten por querer seguir a Jesús,
pero después reconocerán que también lo necesitan, porque
sólo en Jesucristo hay salvación, sólo en Jesucristo hay una
nueva vida, sólo en el él hay nuevas oportunidades.
Tal vez lo único que escuchas es: “no se puede”. Cuando
enfrentamos dificultades, mucha gente dice muchas cosas.
Pero lo que es realmente importante, es que dice Dios, y el
Señor dice en su Palabra: “para el que cree, todo es posible” y
también dice: “lo que es imposible para los hombres, es
posible para Dios”.
Jesús actuará a tu favor: “Y deteniéndose Jesús, los llamó, y
les dijo: ¿Qué queréis que os haga? Ellos le dijeron: Señor, que
sean abiertos nuestros ojos” (Mateo 20:32-33). Jesús los
atendió y se interesó por su condición.
Dios no está ocupado en otras cosas, él es Dios todopoderoso
y está atento al clamor de los que le buscan; en medio de la
multitud Jesús los escuchó, y los llamó y les preguntó cuál era
su anhelo, su deseo, qué querían y manifestaron su deseo de
ser sanos.
Jesús los sanó expresando su compasión por ellos, los tocó,
versículo 34: “Entonces Jesús, compadecido, les tocó los ojos,
y en seguida recibieron la vista; y le siguieron”. El corazón de
Jesús es compasivo, él tiene misericordia de la condición
humana.
Éstos hombres experimentaron un cambio total en su vida no
sólo porque dejaron de ser ciegos, sino porque ahora veían a
Jesús, su salvador. Ellos se convierten en seguidores de Jesús,
así pues el milagro más grande no es una sanidad, es
encontrarse con Jesús y seguirlo, pues sólo en él hay vida
eterna, sólo en él puedes encontrar la verdadera razón de ser
de tu vida.
Reflexión final: Cuando estamos sin Cristo vivimos en
tinieblas pues él es la Luz, él es nuestro salvador, nuestro
sanador, en él hay perdón de pecados y vida eterna, él puede
transformar tu vida, él puede ayudarte, tiene el poder y quiere
hacerlo, acércate a Jesús como ellos lo hicieron y él lo hará.
Habla con Dios: Señor Jesús reconozco que tú eres mi luz.
Separado de ti no sé adónde ir, guíame para seguir tu camino y
hacer tu voluntad. Ayúdame en cada decisión que debo tomar,
dame Dios mío la sabiduría del cielo para hacer lo correcto.
Amén.
CAPÍTULO112
LA MEJOR PROVISIÓN ES LA QUE VIENE DE
DIOS
“Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del
cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de
un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no”, Éxodo
16:4.
Ésta provisión sobrenatural de Dios para su pueblo en el
desierto es uno de los grandes milagros del Antiguo
Testamento. Lamentablemente el contexto en el que se origina
éste milagro no es una respuesta de Dios a la oración, ni a la
adoración, ni al clamor de su pueblo, sino que dice la
Escritura: “Israel murmuró”.
Aunque Dios iba delante de ellos, los defendía y grandes
señales había hecho, Israel no estaba agradecido ni confiado
en él, más bien expresa su inconformidad quejándose y
murmurando ante la voluntad de Dios. Evitemos la
murmuración, pues el Señor siempre sabe lo que hace, cuando
y como).
Dios esperaba que Israel confiara en él, pues los había sacado
de Egipto con grandes señales y los llevaba a la tierra
prometida de una manera sobrenatural.
Nosotros debemos confiar en el Señor pues él sabe de dónde
nos ha sacado y sabe a dónde nos quiere llevar (Él lo sabe
todo). Dios habla a Moisés, no sólo porque era quien estaba a
cargo, sino porque era un corazón sensible en el desierto.
Recordemos que el sol endurece el barro, pero ablanda el
hielo. A veces ante el difícil camino algunos corazones se
endurecen, pero Moisés mantuvo un corazón sensible a Dios.
Dios es soberano y todopoderoso.
El Señor le dice a Moisés: “hare llover pan del cielo”, aunque
eso nunca antes había ocurrido, aunque hacer llover en el
desierto ya era difícil, y hacer llover pan era algo único y
humanamente imposible, Moisés confió plenamente en las
palabras del Señor.
Es interesante tener en cuenta el pan en tiempos de Moisés,
algunos alargados, redondos, de tamaño personal y familiar, de
color café oscuro y claro, y él pudo imaginárselos así, pero el
maná pan del cielo era “como semilla de culantro (cilantro),
blanco, y su sabor como hojuelas con miel” (Éxodo 16:31).
Concluimos entonces que aunque Dios siempre hace lo que
dice, no siempre lo hace como nos lo imaginamos o
esperamos.
Estaban en el desierto de Sin, cuyo nombre significa
“arbusto”. Éste era el panorama: arena y arbustos, por
supuesto esto ya era difícil, y allí es donde debemos caminar
con los ojos de la fe, ver por encima de las circunstancias,
creer lo que Dios ha dicho, pues adelante estaba la tierra que
fluye leche y miel, tierra de abundancia y bendición, pasar por
allí era temporal y formativo.
Dios da instrucciones respecto a la manera de recoger el maná:
“recogerán diariamente la porción de un día” y en esto serían
probados. El Señor nos prueba, él espera que caminemos en su
ley, es la prueba de la obediencia.
Para Dios la obediencia es más valiosa que miles de
sacrificios, pues con él no es posible negociar la obediencia
por obras religiosas o rutinas espirituales.
El maná fue temporal, fue la provisión de Dios en el desierto
para Israel. Sin embargo Jesús dijo: “Vuestros padres
comieron el maná en el desierto, y murieron. Yo soy el pan
vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan,
vivirá para siempre” (Juan 6:49, 51).
¡Que bendición! Cristo es nuestra provisión para la eternidad y
para nuestro ahora, podemos nutrirnos de él sin medida, Jesús
es nuestra vida y fortaleza, es nuestro alimento por la
eternidad: “cualquiera que come de este pan vivirá para
siempre” (Juan 6:58).
Reflexión final: Dios tiene cuidado de nosotros como cuidó
de Israel en el desierto, e igualmente nos quiere llevar a la
tierra de bendición, es decir al lugar de su perfecta voluntad.
El Señor es nuestro proveedor y la más grande provisión ha
sido su Hijo mismo: Jesucristo, el pan vivo que descendió del
cielo.
Habla con Dios: Gracias amado Jesús por tu obra, permítenos
alimentarnos de ti cada día. Tú eres mi fuerza y mi aliento.
Dame Señor revelación de tu palabra y escríbela en mi
corazón. Amén.
Te invitamos a conocer todos nuestro libros aquí en: Escritor
pastor Gonzalo Sanabria Amazon.com
CAPÍTULO 113
UN MILAGRO EN MEDIO DE LA SEQUÍA
Sin duda alguna nuestra fe es exhibida realmente en los
tiempos de prueba, en los momentos cuando no se puede,
cuando no es posible, cuando no hay, cuando no hay más
fuerzas… Allí es fundamental seguir creyendo, seguir
caminando, recuerda que el momento más oscuro de la noche,
debe más bien recordarnos que nuestro Sol de justicia está por
brillar. Veamos lo que Dios puede hacer en medio de una gran
sequía:
“Vino luego a él palabra de Jehová, diciendo: Levántate, vete a
Sarepta de Sidón, y mora allí; he aquí yo he dado orden allí a
una mujer viuda que te sustente. Entonces él se levantó y se
fue a Sarepta.
Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer
viuda que estaba allí recogiendo leña; y él la llamó, y le dijo:
Te ruego que me traigas un poco de agua en un vaso, para que
beba”, 1 Reyes 17:8.
Es necesario conocer las palabras de Dios y sus promesas,
éstas son fieles porque él lo es. Dios envía a Elías a Sarepta de
Sidón, y allí encuentra como Dios se lo dijo a una viuda. El
Señor cumple sus promesas, por su naturaleza santa él no
miente, no queda mal, no engaña, ni crea falsas expectativas,
puedes confiar plenamente en él.
Dios tiene planeado un gran milagro, pero requiere la
obediencia de Elías y la acción obediente de la viuda, ambos
oyen a Dios, ambos deben obedecer al Señor: Elías debe ir a
Sarepta de Sidón y la viuda debe alimentarlo.
Ante las dificultades pueden aparecer los temores, 1 Reyes
17:12 “Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo
pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja,
y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños,
para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo
comamos, y nos dejemos morir”.
El temor trae frustración y provoca un alejamiento de Dios,
veamos:
Ella esperaba lo peor, la muerte de ella y de su hijo.
Estaba enfocada en lo poco que tenía.
El temor nos roba la fuerza, el entusiasmo y la confianza.
El temor nos aleja del poder de Dios.
La fe es la certeza de que el Señor hará, el miedo es la certeza
de la catástrofe que vendrá.
Dios quiere reemplazar el temor por la fe en Jesucristo:
1 Reyes 17:13-14 “Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz
como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña
torta… Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina
de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá,
hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra”.
Una frase muy usada por el Señor la cita aquí Elías: “No
tengas temor”. La fe implica avanzar en la Palabra de Dios
aunque a veces suene ilógico.
Es interesante que el lugar era Sarepta de Sidón, la palabra
Sidón significa: caza, pesca, venado o carne de venado, es
decir era un lugar de abundante fauna y flora, pero ahora por la
sequía no había nada, a veces así pasa en nuestra vida.
Son periodos en los que entramos en un proceso de Dios, de
hecho el nombre Sarepta significa: taller del orfebre, entonces
es el lugar y tiempo donde Del Señor moldea nuestro carácter,
como el orfebre moldea el oro para darle la forma que él
quiere.
La fe en Dios siempre triunfará, 1 Reyes 17:15 “Entonces ella
fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa,
muchos días. Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite
de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había
dicho por Elías”. A pesar de toda aquella mujer actuó en fe.
Recordemos que era una mujer viuda, estaban en medio de una
sequía terrible, un puñado de harina y un poco de aceite era lo
último que tenía y el versículo quince nos dice: “ella fue e hizo
como le dijo Elías”. Y Dios cumplió su promesa, y fueron
testigos de un milagro.
La sequía duró tres años y medio, y en la casa de la viuda,
Elías estuvo dos años aproximadamente. Cada mañana cuando
ella llegaba a la cocina, allí estaba el aceite y la harina, allí
estaba Dios cuidando de su siervo Elías, cuidando de la viuda
y de su hijo.
No importa si hay sequía, si la economía mundial se balancea
de un lado a otro, miremos a Cristo, nuestro proveedor, él es
quien nos sustenta, caminemos en su palabra, en sus
principios, dale a Dios el lugar que le corresponde, y él actuará
a tu favor.
Reflexión final: Dios protege a sus hijos, los bendice cada día,
envía la provisión sobre sus familias, cumple sus promesas,
Dios tiene cuidado de sus hijos, y él espera que sus hijos
tengan cuidado de Su Palabra.
Habla con Dios: Con todo mi corazón Dios mío te doy
gracias. Tú eres mi proveedor y protector. Mi corazón puede
descansar en ti confiadamente, porque sé qué harás lo mejor
por mí y que de tu mano me llevaras hacia el plan que has
diseñado para mi vida. Amén.
CAPÍTULO 114
SOMOS VASIJAS DE BARRO
Nos dice la Biblia en 2 Corintios 4:7 “Pero tenemos este tesoro
en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de
Dios, y no de nosotros”.
Al conocer Jesucristo nuestro Señor, uno de los deseos que
nace con fuerza en nuestro corazón es el de servir a Dios, y
con pasión empezamos a hacer cosas para el Señor. Y ante
esto es fundamental tener en cuenta principios cómo los que
nos enseña el pasaje de hoy: 2 Corintios 4:7.
Podemos observar en detalle por lo menos tres expresiones
importantes aquí:
a) “Éste tesoro”: El apóstol Pablo con éstas palabras se refiere
en contexto al ministerio, destacando lo valioso y precioso que
es el servir a Dios, por lo tanto, debe ser conservado con gran
cuidado, teniendo presente que es un tesoro del cielo puesto en
seres humanos.
b) “Vasijas de barro”: Frase con la que Pablo hace referencia a
los cristianos que llevan sobre sí el ministerio, hace evidente
su humanidad (es decir sus debilidades, errores, fragilidad,
entre otros), y su necesidad de depender de Dios quien fue
quien los llamó, pues una vasija de barro no es fuerte por sí
misma.
c) “La excelencia del poder sea de Dios y no de los hombres”:
Con estas palabras Pablo destaca cuán sobrenatural y
maravillosos son los dones de nuestro Dios, la palabra
“excelencia” aquí también significa: “grandeza
extraordinaria”, que el Señor delega en sus hijos conforme a
Su soberana y perfecta voluntad.
Además el apóstol Pablo por el Espíritu Santo también nos
enseña que esa excelencia es de Dios, para la gloria de su
Nombre y no para los hombres. Es por eso que los siervos del
Señor debemos tener presente siempre que somos vasijas de
barro, y que el alfarero y dueño es el Señor, y que toda la
gloria sólo le pertenece a él.
Es por la gracia y amor de Jesucristo que hoy tenemos
salvación, y que además tenemos el privilegio de participar en
Su obra. La excelencia de Su poder, que se ha mencionado, se
manifiesta con mayor gloria en aquellos que con corazón
humilde, procuran que su Nombre sea exaltado, pues
finalmente el poder es de nuestro buen Dios.
CAPÍTULO 115
TU FAMILIA ES UN TESORO
Al considerar que la serpiente atacó y dañó la familia en el
Edén; luego sólo una familia fue salva: la de Noé;
posteriormente el faraón en Egipto dio la orden para que todo
niño hebreo que naciera lo mataran; y Herodes dio orden para
que mataran en Belén y alrededores a todo niño varón menor
de dos años, vemos que el enemigo de nuestras almas, procura
dañar las familias. Es aquí donde los hombres y mujeres de
Dios debemos levantarnos y salvar nuestra familia.
“Oyó Abram que su pariente (Lot) estaba prisionero, y armó a
sus criados… y los siguió hasta Dan… él y sus siervos, y les
atacó, y les fue siguiendo hasta Hoba, y recobró todos los
bienes, y también a Lot su pariente y sus bienes, y a las
mujeres y demás gente” Génesis 14:14-16.
Es fundamental una conciencia clara de la realidad familiar.
Veamos: Lot vivía sin discernimiento, pues la ciudad donde
vivía era Sodoma, estaba allí con su familia e hijos, era un
lugar conocido por su depravación, desde el más pequeño
hasta el más grande.
Lot escogió ese lugar porque lo vio bonito y “prospero”, pero
no había temor de Dios allí, ni era el lugar apropiado para la
educación de sus hijos. Su nombre Lot significa: envuelto,
cubierto, oculto, escondido. Es decir, su propia oscuridad, sus
propias tinieblas lo llevaron a Sodoma.
La práctica homosexual en la Biblia se denomina varias veces
sodomía, en relación a lo que caracterizaba a ésta ciudad.
Allí Lot fue despojado y hecho prisionero, el enemigo tomó a
Lot, a su familia y sus bienes. La palabra prisionero también
traduce del hebreo al español: cautivo, robado, transportado.
A veces nuestra familia por malas decisiones, se encuentra en
un estado de cautiverio, ha sido despojada, ha perdido el gozo
de Dios, o nunca lo ha tenido, han perdido sus bienes, o son
prisioneros de alguna adicción, prisioneros de la depresión o
de la idolatría, etc.
El amor y la perseverancia conducen a la victoria.
Aunque la relación entre ellos no había terminado bien, Abram
no tenía ningún resentimiento hacía su sobrino Lot, por el
contrario tenía un corazón perdonador y quiere el bienestar de
sus familiares.
Las crisis familiares son también una oportunidad para ejercer
el perdón. Aunque el contexto nos enseña que Abram tenía
trescientos dieciocho criados, estaba muy bien, tranquilo y
próspero, él no fue indiferente a la situación de su sobrino Lot.
El corazón de Abram tomó la actitud de batalla por su familia:
“Armó a sus criados”, y “cayó sobre ellos de noche y les
atacó”, aunque Abram no era un guerrero de su tiempo, se
armó de valor para salvar a su familia.
Abram moraba en el encinar de Mamre, y “los siguió hasta
Dan” (viaje de aproximadamente doscientos kms) y allí los
atacó, y volvió a perseguirlos “hasta Hoba”, (viaje de 160 kms
aproximadamente), él batalló por su familia en varias
ocasiones, y no se desanimó, ni descansó hasta rescatarlos.
Tu recompensa es el bienestar de tu familia. Recuperar a la
familia debe ser nuestra meta. El texto bíblico nos dice que
Abram “recobró” y recobrar en otras versiones traduce:
recuperar, reconquistar, volver a traer. ¿Qué fue lo que Abram
recuperó? A su sobrino Lot, a las mujeres y demás gente, y
todos los bienes.
¿Qué será necesario recuperar o recobrar en casa? Tal vez la
paz, el amor de esposos, el cariño y ternura hacía los hijos, el
orden, recuperar la estabilidad económica, la devoción a Dios
como familia, traer a los otros miembros de la familia a Cristo,
etc, pero contamos como Abram con la ayuda de Dios.
No dejes de luchar por tu familia, Dios cumplirá su propósito.
Después de ésta batalla, quizá había temor en Abram por las
represalias, o temor porque el tiempo estaba pasando, y las
promesas divinas no se cumplían.
Pero el Señor no se tarda, él siempre sabe lo que hace y al final
veremos su recompensa, por eso Dios le dijo: “Abram no
temas, yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera
grande”, parafraseando le dice: “yo iré mucho más allá de tus
limitaciones, no tengas temor, yo haré un milagro en tu
familia, y mi propósito en ti se cumplirá, tu descendencia será
como las estrellas del cielo”.
Reflexión final: Dios responderá a tu perseverancia, Dios
responderá a tu fe y amor por tu familia, no te desanimes por
las actitudes en tu casa, o por lo que el enemigo esté haciendo,
lucha por tu familia. Dios peleará contigo y venceremos,
porque nuestra familia es de Jesucristo.
Habla con Dios: Dios mío tu sabes cuánto amo a mi familia y
no quiero que se pierdan. Hoy te pido sálvalos, cumple tu plan
en cada uno de ellos. Guarda la vida de mi familia y
encamínalos por el sendero de tu verdad. Gracias porque sé
que mi hogar está en tus bondadosas y poderosas manos.
Amén.
CAPÍTULO 116
QUITEMOS LO QUE ESTORBA LA
CONQUISTA
Por la fe alcanzaron grandes cosas los antiguos, según Hebreos
11. Éste principio no ha cambiado, las grandes conquistas para
Dios requieren la fe en él. Josué avanzó hacía la tierra
prometida creyendo en las promesas de Dios, y en efecto el
Señor cumplió Su Palabra. Cuando crees en Dios, él no te
dejará avergonzado.
“Cuando todos los reyes de los amorreos que estaban al otro
lado del Jordán al occidente, y todos los reyes de los cananeos
que estaban cerca del mar, oyeron cómo Jehová había secado
las aguas del Jordán delante de los hijos de Israel hasta que
hubieron pasado, desfalleció su corazón, y no hubo más
aliento en ellos delante de los hijos de Israel” Josué 5:1.
Los milagros del pasado deben fortalecer nuestra fe hacia el
futuro, y recordar para glorificar a Dios es muy importante. En
el texto de hoy, la ubicación geográfica es significativa, Israel
ha atravesado el desierto y el río Jordán (Dios hizo un milagro
ellos pasaron por el río en seco), y están a punto de iniciar la
conquista de la tierra prometida, la tierra que fluye leche y
miel.
Lo que Israel tenía por delante era un gran desafío, pero Dios
les había mostrado Su poder atrás: las plagas de Egipto, les
abrió el Mar Rojo, les dio carne y pan en el desierto, sació su
sed con agua de la roca, les dio la victoria sobre Amalec y los
protegió de Balaam, Dios estaba con ellos, y ahora acababa de
abrirles el Jordán. Debemos recordar las obras de Dios para
impulsarnos hacia adelante, y no recordar la maldad con
nostalgia para volver atrás.
Es fundamental tener presente que aunque Dios desea lo mejor
para nosotros, no pasará por alto Su propia Palabra, pues él es
santo. El pueblo de Israel debía prepararse para el nuevo
tiempo, para el nuevo desafío, para conquistar la nueva tierra
que el Señor ponía delante de ellos, según Josué 5:2-3
“En aquel tiempo Jehová dijo a Josué: Hazte cuchillos
afilados, y vuelve a circuncidar la segunda vez a los hijos de
Israel. Y Josué se hizo cuchillos afilados, y circuncidó a los
hijos de Israel en el collado de Aralot”.
Dios nos enseña en todo tiempo:
1) La frase “en aquel tiempo” del versículo 2, nos hace pensar
en instrucciones específicas de Dios a Josué para ése momento
en especial. Por eso nuestro oído debe permanecer sensible a
la voz del Señor, pues cada tiempo trae cosas nuevas.
2) La circuncisión (que consiste en el corte del prepucio), era
una práctica antigua, anterior al pacto con Abraham, y Dios la
tomó como señal de Su pacto. Es útil desde el punto de vista
médico por la higiene, pues favorece la limpieza, la pureza y la
fecundación o multiplicación.
Israel no logró entender, como Dios se lo dijo muchas veces,
que la verdadera circuncisión es la del
corazón… Deuteronomio 10:16 “Circuncidad, pues, el
prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra
cerviz”.
3) El versículo 5 nos aclara por qué Josué debía hacerlo (“los
del pueblo que habían salido, estaban circuncidados; mas todo
el pueblo que había nacido en el desierto, por el camino,
después que hubieron salido de Egipto, no estaba
circuncidado”).
4) La aplicación espiritual de la circuncisión hoy, es que nos
habla de: pureza, pacto, diferencia, entrega de corazón,
identidad con Dios. Es un corte que implica dolor: versículo
tres. La circuncisión espiritual es una condición para dejar
atrás el desierto y entrar a la tierra que fluye leche y miel
(tierra de bendición).
5) El versículo nueve nos habla de: “El oprobio de Egipto” por
generaciones estuvo sobre Israel, y hace referencia a la
esclavitud, la palabra hebrea para oprobio, traduce además:
desgracia, afrenta, deshonra, vergüenza, pero Dios le dice a su
pueblo, “hoy (en un día) he quitado el oprobio que estaba
sobre ustedes”. Dios puede cambiar las cosas en un solo día.
6) En el versículo 10 encontramos: “Y los hijos de Israel
acamparon en Gilgal, y celebraron la pascua a los catorce días
del mes, por la tarde, en los llanos de Jericó”, Israel participa
de la Pascua, que nos habla de sacrificio, cordero, fuego, la
pascua era símbolo del sacrificio de Cristo, antes de iniciar la
conquista de Canaán.
Concluimos entonces que para conquistar la tierra que fluye
leche y miel, era necesaria la circuncisión (pureza de corazón)
y comer la Pascua (creer y tomar lo que Cristo ganó en la cruz
del Calvario).
Reflexión final: Al considerar esta experiencia de Israel antes
conquistar la tierra prometida, concluimos que Dios requiere
de nosotros éstos elementos mínimos para avanzar y
conquistar lo nuevo del Señor para nosotros: fe en Sus planes,
pureza de corazón y apropiarse de los beneficios de Cristo
alcanzados en la cruz del calvario. Más que capacitación, lo
que Dios espera es disposición y fe. No dejes de avanzar, lo
nuevo está por llegar.
Habla con Dios: Amado Dios ayúdame a despojarme de
aquellas cosas que estorban mi caminar y obstaculizan tu plan
en mi vida. Te abro mi corazón y te pido quita de él lo que no
debe estar y aquellas cosas acerca de las cuales debo renunciar
dame tus fuerzas para obedecer. Gracias Dios mío por tu ayuda
y obra. Amén.
CAPÍTULO 117
DIOS TRAE COSAS NUEVAS
El desierto era una parte del camino que Israel debía atravesar
hacia la tierra prometida, y Dios fue su proveedor. Aunque el
desierto era un lugar difícil, el Señor nunca faltó con Su
provisión y protección, siempre suplió las diversas
necesidades de Israel en éste complicado lugar.
El desierto era un escenario de formación en el que Israel
debía conocer más a su Dios y crecer en su fe y fidelidad al
Señor, pues la nueva tierra exigiría estas cosas.
“Al otro día de la pascua comieron del fruto de la tierra, los
panes sin levadura, y en el mismo día espigas nuevas tostadas.
Y el maná cesó el día siguiente, desde que comenzaron a
comer del fruto de la tierra; y los hijos de Israel nunca más
tuvieron maná, sino que comieron de los frutos de la tierra de
Canaán aquel año” Josué 5:11-12.
Debemos agradecer a Dios la provisión y victorias del pasado,
pero es necesario extendernos hacia lo nuevo. Aquí el maná es
figura de la provisión divina del pasado. El Señor tuvo cuidado
de su pueblo mientras caminaban por el desierto, les dio a
comer pan del cielo, la Escritura dice que “era como semilla,
blanco, y su sabor como de hojuelas con miel”.
El maná fue la provisión de Dios en el desierto, en el pasado;
ahora a punto de entrar a la tierra prometida enfrentaban un
nuevo tiempo.
Recordemos que Jesús dijo: “Vuestros padres comieron el
maná en el desierto, y murieron… Yo soy el pan vivo que
descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para
siempre” Juan. 6:49-51. Dios es propicio a nuestras
necesidades en cada tiempo o periodo de nuestra vida. Es
virtud del creyente ser sensible a esos diversos tiempos.
Nuestro corazón debe mantener una comunión continua y
sensible a la voluntad de Dios y a sus tiempos, pues el maná
fue la provisión en el desierto, pero en la tierra prometida las
cosas cambiarían.
Dios por su Espíritu ha dispuesto revelarnos sus planes y
diseños, esto implica sin duda una comunión íntima y
constante, pues él se revela en el secreto.
Dios es propicio para cada tiempo de nuestra vida.
Los frutos de Canaán representan lo nuevo del Señor. Ahora
comienza una nueva etapa. Hay cambios en su estilo de vida,
pues por años salieron a recoger el maná que caía del cielo,
pero ahora entran en una nueva tierra, algo nuevo ha llegado, y
Dios lo deja claro, pues cesó el maná (bendición para el
desierto, pero el Señor mismo lo suspende, y ahora deben
tomar los frutos de la nueva tierra).
En reemplazo del maná, ahora recogen los frutos de la tierra
que Dios les había prometido, pues él no miente, él cumple Su
palabra. Los mayores de veinte años habían muerto en el
desierto por su continua rebelión contra Dios, y los menores de
veinte años son los que ingresan a la tierra prometida.
A excepción de Josué y Caleb, Dios tuvo que hacerlo a través
de una nueva generación, el Señor siempre cumplirá su
propósito, aunque tenga que levantar una nueva generación.
Entonces debemos ser entendidos de los tiempos de Dios para
avanzar en lo que él ha planeado para nosotros y para nuestra
generación.
El haber comido el fruto de la tierra prometida, panes y
espigas nuevas, al otro día de la pascua, nos recuerda que
después de participar de nuestra pascua (es decir, apropiarnos
por la fe de la obra redentora de Cristo).
Iniciamos una nueva vida, donde nuestro espíritu se alimenta
mediante el “pan fresco y diario” de la palabra de Dios, y es
fundamental mantener ese anhelo cada día de nuestra vida, por
eso dice la Escritura: “Como niños recién nacidos, busquen la
leche no adulterada de la Palabra; gracias a ella crecerán y
alcanzarán la plenitud” 1 Pedro 2:2.
Reflexión final: Los planes del Señor son perfectos, y lo
correcto es disponer nuestro corazón para entenderlos y
caminar en sus tiempos. Dios sabe lo que hace. Fortalezcamos
nuestra comunión con él, y nos revelará Sus secretos y tiempos
para bendición nuestra y de nuestra generación. El Señor sabe
a dónde nos lleva, aunque en el camino vivamos muchos
momentos donde no entenderemos las acciones de Dios.
Habla con Dios: Amado Dios gracias por conducir mi vida.
Enséñame y ayúdame a seguir tu consejo, que tu palabra sea
lámpara a mis pies, sea ella mi meditación de día y de noche.
Haya en mí un corazón sensible a tu dirección y las fuerzas
para avanzar conforme a Tu voluntad pues deseo todo lo que
has planeado para mí. Gracias Señor. Amén.
CAPÍTULO 118
ES TIEMPO DE BATALLA Y DIOS NOS DA LA
VICTORIA
Dios es propicio para cada tiempo de nuestra vida. Dios fue el
proveedor de Israel en el desierto, y aunque era un lugar
difícil, Dios nunca faltó con Su provisión y protección,
siempre suplió las diversas necesidades de Israel en éste
complicado lugar. Ahora Josué e Israel, deben iniciar la
conquista de la tierra prometida, lo que implica batalla con los
ejércitos cananeos, es pues un nuevo tiempo de avanzada y
guerra…
“Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón
que estaba delante de él, el cual tenía una espada
desenvainada en su mano… Entonces Josué, postrándose… le
adoró… Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a
Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás
es santo. Y Josué así lo hizo” Josué 5:13-15.
Josué tiene un encuentro con el Señor precisamente antes de
las batallas en Canaán. El Señor se manifiesta como Príncipe
del ejército de Dios para las batallas que ahora enfrentarían.
Una vez más Dios se revela de acuerdo al momento por el que
atravesamos, él viene a equiparnos y animarnos para enfrentar
los nuevos desafíos.
Josué e Israel deben pasar por una transición, del Dios
proveedor en el desierto al Dios de los ejércitos; de estar en la
posición de recibir la provisión del Señor a batallar y
conquistar la tierra prometida. De igual manera el creyente
debe transicionar de sólo esperar la provisión a conquistar los
nuevos desafíos que Dios pone por delante.
Nuestro Dios es además guerrero, nunca ha perdido ninguna
batalla, requiere de su ejército obediencia, sensibilidad a Su
voz, firmeza ante el enemigo y santidad, por eso se manifiesta
así a Josué: con una espada desenvainada, como Príncipe (del
hebreo “sar” que significa: jefe, capitán, general, cabeza) del
ejército de Dios y le ordena quitar su calzado, pues era santo el
lugar donde estaba, y surge la pregunta ¿dónde estaba?
En tierra cananea, tierra pagana, idolátrica, pero la presencia
de Dios allí la santificaba. No es el resplandor de la
decoración, ni el brillo de la fantasía, ni la arquitectura
religiosa lo que hace santo un lugar, sino la manifestación
gloriosa de la presencia de Dios allí.
El señor le ordena a Josué “Quita el calzado de tus pies”, el
calzado es figura de nuestro andar. Recordemos que Jesús lavó
los pies a sus discípulos. Aunque seguimos a Jesús, a veces
nuestros pies se ensucian en éste peregrinar terrenal, y
debemos ir al Señor para que éstos sean limpiados por Su
sangre, y ejercitarnos en el Espíritu y en Su Palabra para andar
por el camino de la santidad.
Ahora, el Señor se manifiesta así (“Príncipe del ejercito de
Jehová”) a Josué animándole a seguir adelante, pues Su
presencia estaría con él, aunque ya no estaba Moisés, Dios
seguía allí.
Cuando Israel estuviera en batalla aquí en la tierra, desde el
cielo los ejércitos angelicales estarían a su favor, y aunque
Israel vería a Josué dirigiendo, en realidad su capitán sería
Jesucristo nuestro Señor, y así los ejércitos cananeos no
prevalecerían contra el pueblo de Dios.
Reflexión final: La Escritura nos dice que Dios nos lleva de
gloria en gloria, él conduce nuestra vida hacia lo nuevo, él ha
estado con nosotros y seguirá ayudándonos, su provisión y
protección no nos ha faltado, ni nos faltará, él nos conduce
hacia Su voluntad. No desmayes, fortalécete en Su palabra,
porque fiel es el que prometió.
Habla con Dios: Gracias Dios por tu protección y provisión.
Aunque ande por caminos difíciles que forman parte del
recorrido por tu voluntad sé que nunca me abandonaras.
Gracias por fortalecerme y equiparme para la batalla, eres tu
quien adiestra mis manos y renueva mis fuerzas. Muchas
gracias por venir conmigo. Amén.
CAPÍTULO 119
JESÚS RESTAURA Y TRANSFORMA LAS
FAMILIAS
Cuando enfrentamos una dificultad, prueba o ataque espiritual,
el desánimo, la duda, la crítica o la murmuración, aparecen
como enemigos que quieren atacar la fe, desvirtuando la
bondad de Dios, su poder y soberanía.
Es muy importante recordar que a Dios nada lo toma por
sorpresa, él continúa sentado en su trono y gobernando todas
las cosas, él sigue siendo el Hacedor de milagros, Aquel que
llega en el momento preciso para manifestar su gloria.
“Vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste postrada
en cama, con fiebre. Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella
se levantó, y les servía” Mateo 8:14-15.
Cuando Jesús llega todo es transformado, también los hogares
y familias. Había enfermedad en casa de Pedro. A veces en
nuestra casa hay tristeza, depresión, crisis matrimonial,
dificultades con los hijos, heridas del corazón, pero Cristo es
poderoso para cambiar las cosas.
El Señor Jesús tiene el poder para restaurar lo que se ha
perdido o ha sido dañado. La suegra de Pedro estaba postrada
en cama con fiebre (enferma, limitada, impotente), y Jesús la
tocó… y aquello que la oprimía, que la afligía se fue y ella se
levantó, “y les servía”.
Tal vez has caído, o tropezado, o estas postrado, o
desanimado, pero Dios puede levantarte, y renovarte para que
lo sigas, y con un corazón agradecido le sirvas.
Esta porción nos enseña también que como Pedro con su
suegra enferma en casa, podemos estar siguiendo a Jesús y
sirviéndole, y experimentar dificultades y dolencias que
superar en casa. Ante esto, debemos esforzarnos y perseverar,
pues Jesús llegará en el momento oportuno para establecer su
voluntad y bendición en nuestro hogar.
Jesús es nuestro libertador y sanador, Mateo 8:16 (“…y con la
palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los
enfermos”).
El Señor es la respuesta y verdad para todos los hombres, el
texto nos dice cómo venía la gente de la ciudad de Capernaúm
a Jesús: afligidos espiritualmente, vacíos en su corazón
(aunque eran muy religiosos), mal físicamente (enfermos, con
dolencias) y emocionalmente con crisis, depresión,
resentimientos, confundidos… pero encontraron en Jesús su
respuesta.
Es interesante aquí mencionar que Capernaúm (ciudad donde
Pedro vivía y ocurren éstos hechos) significa: “ciudad de
consuelo”, y esto fue lo que encontraron sus habitantes en
Jesús: consuelo, sanidad, liberación y salvación.
Jesús es la verdad que salva y libera a los hombres de la
condenación eterna, y después de acercarnos a él, es
fundamental caminar en Su verdad, sin apartarnos de su
Palabra, pues él es la verdad, el camino y la vida.
Su obra estaba profetizada, así como su segunda venida,
Mateo 8:17 (“para que se cumpliese lo dicho por el profeta
Isaías”).
Acerca de Jesús estaba dicho que nacería de una mujer que no
había conocido varón, en una aldea llamada Belén, que sobre
él reposaría el Espíritu del Señor, que estaría predicando en
Galilea de los Gentiles, que andaría sanando a los enfermos y
liberando a los cautivos, que habría de morir en una cruz y al
tercer día resucitaría, y fielmente se cumplió todo lo que
estaba escrito de él.
Por todo esto, podemos estar seguros y confiados que Dios
siempre cumplirá sus palabras, pues él no miente, él es la
Verdad, es fiel y verdadero, aunque los hombres e instituciones
te fallen, él nunca te fallará, puedes confiar totalmente en él.
Reflexión final: Cuando hay dificultad o crisis en casa esto
afecta profundamente nuestra ser, lo correcto y lo que nos
enseña la palabra de Dios hoy es acudir a Jesús en oración y
confiar en Su obra sobrenatural, él sabe muy vine cómo y
cuándo hacerlo.
Habla con Dios: Dios mío, qué bueno es saber que puedo
confiar plenamente en ti. Aunque la adversidad aparezca o el
enemigo se levante tú me defiendes con tu poder, ayúdame a
descansar en ti. Hoy te doy gracias por los milagros que haces
en mi casa, gracias por transformar mi hogar. Amén.
CAPÍTULO 119
LA PODEROSA ARMADURA DE DIOS PARA EL
CRISTIANO
Respecto a la batalla espiritual debemos mantener un sano y
correcto equilibrio, y evitar los extremos. Es decir, el extremo
de pensar que el diablo nada intentará contra los cristianos, o
el otro extremo que dice: él está detrás de todo lo que ocurre y
tiene la culpa de todo.
Dios es soberano y todopoderoso, y ha delegado Su autoridad
a la Iglesia para que esta camine en victoria sobre las
tentaciones, sobre su naturaleza pecaminosa, sobre las pruebas
y sobre las tinieblas.
“Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar
firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos
lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra
potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este
siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones
celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que
podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar
firmes” Efesios 6:11-13.
Debemos ser conscientes de la realidad de la batalla espiritual.
El término lucha del griego “pale” traduce: combate cuerpo a
cuerpo, relacionado con mecer, vibrar. El texto nos habla de un
conflicto espiritual, absolutamente real, aunque generalmente
invisible. Somos soldados del ejército de Dios contra el
ejército de las tinieblas, la condición y efectos de ésta lucha se
expresan en lo natural.
En el texto de hoy se nos presentan nuestros adversarios: el
diablo y sus ángeles. El diablo era un querubín ungido en el
cielo, pero un día se rebeló contra Dios y muchos ángeles le
siguieron, cayeron del cielo, se corrompieron y se convirtieron
en agentes de maldad y destrucción, que aborrecen el modelo
de Dios y todo lo que tenga su imagen, procuran destruir a los
hombres natural y eternamente.
Por el Espíritu Santo el apóstol Pablo nos muestra las actitudes
ante ésta batalla. Primero: fortalecerse en el poder del Señor, la
palabra “fortaleceos” significa: recibir poder, derramar poder
dentro de, y añade: “en el Señor”, quiere decir que recibimos
de Dios su fuerza (para perseverar) y su poder (para servir con
autoridad y eficazmente al Señor).
Velad como hijos sabios y diligentes.
Es la armadura de él por cuanto es la provisión del Señor para
sus hijos, quienes deben mantenerla puesta, es decir velar, no
descuidando ninguna área de sus vidas, porque el enemigo
atacará la parte vulnerable.
Cada una de las partes de la armadura hace referencia a una
verdad del Evangelio y están diseñadas para cubrir al cristiano
en ésta batalla.
Perseverar con firmeza. “Estad, pues, firmes” dice aquí, y el
final del versículo 13 dice: “y habiendo acabado todo, estar
firmes”, los verdaderos soldados que van a la batalla saben
esto, perseverar hasta el fin.
La palabra “firmes” indica posición de dominio y seguridad
después de la victoria. El guerrero va a la batalla con firmeza
para vencer, y luego no yace postrado y derrotado, sino que se
mantiene firme sobre el terreno vencido y sometido.
Sin duda es vital la comunión genuina con Dios. Efesio 6:18
destaca la oración “en el Espíritu Santo”, nos habla entonces
de orar guiados por el Espíritu, fortalecidos por él, orar en él y
con él, inmersos en su presencia y bajo su dirección y consejo,
pues es nuestro consolador.
Nos habla de una comunión consciente, apasionada, ferviente,
a la expectativa de lo nuevo que Dios tiene para nosotros.
Reflexión final: Ésta batalla es real, así como la completa
victoria de Cristo sobre las tinieblas en la cruz del Calvario.
Lo que debemos hacer es caminar equipados con lo que Cristo
conquistó para su Iglesia, y avanzar en Su autoridad.
Lo que Dios le dijo a Josué antes de conquistar Canaán, te lo
dice hoy: “como estuve con Moisés estaré contigo; no te
dejaré ni te desampararé. Esfuérzate y se valiente… Jehová, tu
Dios, estará contigo”.
Habla con Dios: Consciente de la batalla espiritual hoy
reconozco Dios que te necesito cada día. Gracias Señor Jesús
por darnos la victoria en la cruz. Hoy caminamos en el poder
de tu Espíritu Santo por ti, amado Jesús. Fortaléceme cada día
y enséñame a apropiarme de lo que has venido a darnos.
Gracias por tu presencia y poder Señor. Amén.
CAPÍTULO 120
CRUCIFIXIÓN Y MUERTE DE JESÚS (1ª Parte)
Cuando el apóstol Pablo estaba prisionero con Silas, por
predicar la fe en Jesús, en el calabozo de más adentro de la
cárcel de Filipos, con los pies en el cepo y sus espaldas heridas
por los azotes, “a medianoche comenzaron a cantar a Dios y
los presos los oían… entonces de repente sobrevino un gran
terremoto, y al instante se abrieron todas las puertas y las
cadenas de todos se soltaron”.
Cuando el panorama es oscuro y complicado, en necesario
depositar nuestra confianza en Dios.
“Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía
del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras
Jesús. Y le seguía gran multitud del pueblo, y de mujeres que
lloraban y hacían lamentación por él” Lucas 23:26-27.
No podemos evitarlo, las pruebas o crisis son reales, ellas
forman parte de nuestro camino. Aparecen por voluntad de
Dios o por nuestras malas decisiones. Éste momento era
doloroso para todos: para Jesús, para los discípulos, y para las
multitudes que seguían al maestro… Pero Jesús estaba
haciendo la voluntad del Padre: entregar su vida en sacrificio
por nosotros, era un momento doloroso en la voluntad de Dios.
Sin embargo, en otras ocasiones nuestra vida experimenta
momentos críticos, porque tomamos malas decisiones (no son
pruebas, sino consecuencias), por ejemplo Moisés no entró a la
tierra prometida por golpear la Roca. Pero de algo podemos
estar seguros, cualquiera que sea el momento el Señor no nos
abandona.
Es fundamental mantener presente que la comunión con Dios
nos fortalecerá en medio de las pruebas (“Pero Jesús, vuelto
hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino
llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos” Lucas 23:28).
Jesús a quienes están llorando les dice: “clamen por ustedes, y
por sus hijos… pues si esto hacen con el árbol verde, cuánto
peor será lo que harán con el seco?” es como decir: “si esto
hacen con el inocente, que pasará con los culpables?”, Jesús
está profetizando aquí lo que vendrá, es decir tiempos de
destrucción para Jerusalén, y deben llorar (clamar, orar) por
ellas mismas y sus familias.
La comunión sincera con Dios les iba a fortalecer en medio de
esa futura situación (vemos que Jesús las llama: “Hijas de
Jerusalén” versículo 28, pues no venían de Galilea, eran
observadoras locales, sus lágrimas eran de dolor por el
sufrimiento del reo, no de arrepentimiento por el pecado.
Es vital sostener nuestra comunión con el Señor en todo
tiempo, por eso el apóstol Pablo también nos dice: “fortaleceos
en el Señor, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis
resistir en el día malo y permanecer firmes”.
El apóstol no nos está asustando, sino concientizando de una
realidad espiritual, hay días difíciles (“malos”), y éstos serán
conquistados por aquellos cuya comunión con Dios es sincera,
fuerte y constante.
Recordemos que el Señor Jesús alcanzó la victoria sobre la
traición de Judas, sobre la decepción del abandono de sus
discípulos en el momento de su captura, sobre el dolor y
menosprecio, con diligencia fue al huerto de Getsemaní y allí
oró “con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la
muerte, fue oído a causa de su temor reverente”, Hebreos 5:7.
Reflexión final: Ante ésta realidad (las crisis o pruebas), la
comunión con Dios es nuestra fortaleza, es la herramienta o
provisión del Señor para nuestra victoria. Aun haciendo la
voluntad de Dios, tendremos que superar obstáculos y será él
mismo quien nos dará sus fuerzas para vencer, no desmayes, el
Padre le dio la victoria a su Hijo, y también es nuestro Padre y
con él venceremos.
Habla con Dios: Señor, deseo con todo mi corazón crecer en
mi comunión contigo. Ayúdame a orar y a perseverar,
despierta en mi corazón un mayor deseo por estudiar tu
bendita palabra. Gracias porque tú eres mi provisión en todo
tiempo, eres mi fortaleza en circunstancias de adversidad, eres
mi todo Señor. Amén.
CAPÍTULO 121
CRUCIFIXIÓN Y MUERTE DE JESÚS (2ª Parte)
Hay circunstancias dolorosas por las cuales debemos pasar,
son diseñadas en el cielo, son parte de nuestra formación y
tiene un propósito divino. Lo vemos en el ministerio del
apóstol Pablo, en el resto de apóstoles y siervos del Señor.
Al considerar la vida de Jesús lo vemos claramente, él fue
rechazado, traicionado, calumniado, menospreciado y
perseguido. La misma Escritura dice: “y aunque era Hijo, por
lo que padeció aprendió la obediencia” (Hebreo 5:8). Uno de
los factores que nos impulsa y ayuda a perseverar en medio de
éstas situaciones dolorosas, es el temor de Dios.
“Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores,
para ser muertos. Y cuando llegaron al lugar llamado de la
Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la
derecha y otro a la izquierda” Lucas 23:32-33.
Nuestra vida a veces atraviesa por tiempos humanamente
incomprensibles, y el temor de Dios es una fortaleza en medio
de ésos tiempos dolorosos y difíciles de asimilar.
Consideremos el momento que nos narra el pasaje de hoy.
Jesús es llevado como un criminal por las principales calles de
Jerusalén, su rostro está desfigurado, ha perdido abundante
sangre, y sus discípulos lo han abandonado.
Sin duda, éste momento era difícil de entender y asimilar para
la multitud y para los discípulos, para su madre y sus
hermanos (aunque él ya los había advertido). Podemos
considerar varias razones para pensar así:
¿Por qué morir de manera tan deshonrosa, y en medio de
criminales?
¿Por qué ahora, en la plenitud del ministerio?
¿Por qué ahora, cuando hay tanto por hacer y tanto que
conquistar?
¿Por qué si sólo lleva tres años con sus discípulos?
Y seguramente muchas otras preguntas, pero la voluntad
divina estaba detrás de todo esto, finalmente Dios sabía lo que
estaba haciendo, aunque en la tierra no se entendía lo que
estaba pasando allí (recordemos que aún el mismo Pedro trató
de disuadir a Jesús cuando se acercaba la crucifixión).
El temor de Dios nos fortalecerá y nos llevará al cumplimiento
de la voluntad del Señor. En ésta ocasión uno de los
malhechores expresa su temor de Dios:
“Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes
tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la
verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que
merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo” Lucas
23:40-41.
Éste temor reverente también estuvo en Jesús: “Y Cristo, en
los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran
clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído
a causa de su temor reverente” Hebreos 5:7.
La Biblia dice que: “el temor de Dios es el principio de la
sabiduría”, “el temor de Dios es un tesoro”, el temor de Dios
debe ser la pareja inseparable de la fe, pues Hebreos 11:7 nos
enseña que Noé “por la fe… y con temor preparó el arca”, Noé
no entendía, no veía, pero creyó y con temor de Dios
construyó por ciento veinte años el arca.
El temor de Dios te hace pensar: “no entiendo, pero creo. No
comprendo, pero confió en Su amor y Su cuidado, no entiendo
lo que está pasando, pero le seguiré, no comprendo, pero voy a
obedecerle”.
Reflexión final: En nuestro caminar cristiano vamos a vivir
circunstancias no sólo dolorosas sino incomprensibles, y allí
debemos asirnos de la fe y del temor de Dios, para perseverar
confiando en la bondad y soberanía del Señor, pues él es
bueno y sin duda, sabe lo que hace.
Habla con Dios: Gracias Señor por tu sacrificio en la cruz.
Hoy decido confiar más en ti, aunque no comprenda del todo
mis circunstancias o tal vez me sienta tentado a criticarlas, más
bien encomiendo mi corazón en tus soberanas y bondadosas
manos. Creo en ti y en tus promesas y palabras descanso
Señor. Amén.
CAPÍTULO 122
CRUCIFIXIÓN Y MUERTE DE JESÚS (3ª Parte)
La confianza en Dios, siempre triunfará. El Señor usará
muchas cosas para llevarnos al cumplimiento de su plan,
algunas dolorosas como ésta (la crucifixión en el caso de
Jesús). Nuestra vida puede experimentar cambios repentinos,
incomprensibles, difíciles, quizá dolorosos, pero siempre al
final comprobaremos una cosa: Dios es bueno, y sabe lo que
hace.
“Y era como la hora de sexta, y fueron hechas tinieblas sobre
toda la tierra hasta la hora de novena. Y el sol se oscureció, y
el velo del templo se rompió por medio. Entonces Jesús,
clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo
mi espíritu. Y habiendo dicho esto, espiró” Lucas 23:44-46.
Dios siempre nos impulsa hacía el cumplimiento de su
voluntad, por eso podemos confiar en sus poderosas manos.
Jesús dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” la
palabra encomiendo es traducida del término griego
“paratithemi” que también significa: poner cerca de,
encomendar, confiar, ofrecer, depositar.
Jesús depositó, ofreció o confió su vida totalmente en las
manos de la voluntad del Padre celestial.
El momento que enfrentaba el Señor era el más difícil de su
vida, y lo que lo llevó a triunfar fue esa profunda confianza en
Su Padre que “no lo dejaría en el Hades, ni permitiría que su
carne viera corrupción” (Hechos 2:27). La plena certeza del
Hijo estaba basada en quien era Su Padre y en la promesa que
había hecho.
Cuando tú confías en Dios, la creación, el reino espiritual, y
los hombres glorificarán al Señor, veamos lo que ocurrió:
“Cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a
Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo” Lucas
23:47.
El centurión romano (un gentil, capitán de cien soldados
romanos) dio gloria a Dios, afirmando la justicia e integridad
del Señor Jesús. Vemos pues que al final aunque el proceso sea
difícil, los demás reconocerán que Dios está contigo.
“Y toda la multitud de los que estaban presentes en este
espectáculo, viendo lo que había acontecido, se volvían
golpeándose el pecho” (Lucas 23:48). Toda la multitud que le
seguía y sus conocidos que venían desde Galilea, vieron lo
sucedido: Jesús había muerto. Quizá muchos pensaron:
“bueno, todo esto acabó aquí”.
Sin embargo, Jesús confió en su Padre celestial, confió en Sus
promesas (que al tercer día lo levantaría de entre los muertos)
y tres días después, ángeles y demonios, discípulos y
seguidores, eran testigos de su victoria sobre la muerte, Cristo
había resucitado.
Fueron días difíciles para los discípulos (soledad, fracaso,
desanimo, entre otros), y aún para las multitudes, pero
eran tiempos de cambio… (A veces no entendemos los
cambios a los cuales Dios nos somete, pero él sabe lo que
hace, era necesario lo que estaba sucediendo).
Pues vendría la salvación para los hombres, nacería la Iglesia
del Señor, vendría el derramamiento del Espíritu Santo, los
apóstoles y la iglesia caminarían en nuevos niveles de unción,
poder y autoridad, el evangelio llegaría a los confines del
mundo conocido, etc.
Reflexión final: Dios sabe lo que hace, todo está en sus manos
y en esa verdad debe descansar nuestro corazón. Debemos
confiar en el Señor en medio de los tiempos difíciles, con
temor de Dios conducirnos en nuestra vida, y con la confianza
de que él continua en su trono gobernando y tiene el dominio
de todas las cosas.
Habla con Dios: Dios mío que bueno y grande eres. Tu poder
y soberanía sobrepasa la capacidad de mi mente, te mueves de
manera poderosa y todo lo haces por amor. Ayúdame Señor a
confiar en ti, en tus promesas, y aun en medio de la prueba
ayúdame a alabarte porque sé que detrás de toda tormenta hay
una gran conquista. Amén.
CAPÍTULO 123
TRANSFORMADO POR LA GLORIA DE DIOS
Que tremenda fue la conversión de Saulo de Tarso, el celoso
fariseo, perseguidor de la iglesia de Cristo, pero cuando se
encontró con Jesús, dijo: “¿Señor, que quieres que yo haga?” y
luego Pablo llevó el evangelio por varios países de Asia y
Europa el resto de su vida. Éste hombre fue transformado por
Dios. Un encuentro con la gloria de Dios inevitablemente nos
transforma (transfigura).
“Pero os digo en verdad, que hay algunos de los que están
aquí, que no gustarán la muerte hasta que vean el reino de
Dios. Aconteció como ocho días después de estas palabras,
que tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar.
Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra,
y su vestido blanco y resplandeciente” Lucas 9:27-29.
La comunión con el Señor inevitablemente nos transforma.
Cuando el Reino de Dios se establece en un corazón, en una
ciudad o en una región, hay una transformación.
En el versículo veintisiete Jesús ha dicho que algunos de ellos
iban a ver el Reino de Dios antes de morir (algunos creen que
para ver y participar del Reino de Dios, hay que morir
primero, pero no es así). Jesús llamo a sus tres discípulos más
cercanos, los que compartían con él momentos muy íntimos, y
fueron testigos del Reino.
El resplandor espiritual es el resultado de la comunión con
Dios. El Antiguo Testamento nos enseña que cuando Moisés
descendía del monte Sinaí, después de estar con Dios, su
rostro resplandecía En tiempos de Jesús, los escribas y fariseos
no tenían ése resplandor, porque la rutina religiosa no
transforma al hombre, sino la gloria del Señor.
La gloria de Dios nos transforma: “he aquí dos varones que
hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías, quienes
aparecieron rodeados de gloria” Lucas 9:30-32.
La palabra gloria desde el hebreo traduce: honor; honra; gran
cantidad; multitud; riqueza; reputación; majestad; esplendor,
importancia, peso; y en griego traduce: esplendor, grandeza,
magnificencia, brillo. La Gloria de Dios es la manifestación
grandiosa, poderosa, magnifica de Su presencia.
La gloria es de Dios, pero hace partícipe al hombre.
Vemos que el texto nos dice: “Moisés y Elías
aparecieron rodeados de gloria” y “vieron la gloria de Jesús”,
porque la gloria es de Dios (le pertenece al Señor) pero él
delega porciones de gloria en sus hijos, por eso la Biblia dice:
“¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo
del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que
los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste
señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo
de sus pies” (Salmo 8:4-6).
Exponerse a la presencia de Dios o a su gloria, es exponerse a
la transformación del Señor en nuestra vida, le ocurrió a
Moisés en el Sinaí:
“Y la gloria de Jehová reposó sobre el monte Sinaí, y la
nube lo cubrió por seis días; y al séptimo día llamó a Moisés
de en medio de la nube. Y la apariencia de la gloria de Jehová
era como un fuego abrasador en la cumbre del monte, a los
ojos de los hijos de Israel”.
Esa transformación la ha diseñado también Dios para nosotros,
pues ya en el Nuevo Testamento la Escritura lo declara: “Por
tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un
espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en
gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” 2
Corintios 3:18.
La palabra “transformación” es traducida del término griego
“metamorfoo”, raíz de nuestra palabra: metamorfosis, proceso
compuesto por varias etapas de formación de un estado
larvario a la adultez, resultando en una hermosa mariposa.
El texto dice: “de gloria en gloria”, otras versiones dicen: “con
gloria creciente”; “cada vez más gloriosos”; “cada vez
tenemos más de su gloria”; “cada día con mayor resplandor”,
indicando que vamos de un nivel de gloria a otro, la meta es la
misma imagen del Señor, participando el Espíritu Santo y Su
poderosa palabra en ésta hermosa labor.
Reflexión final: Dios ha planeado que nuestra vida sea un
continuo crecimiento, él ha enviado a su Hijo para mostrarnos
el camino, y ha enviado su Espíritu Santo para que sea nuestro
consolador, maestro y guía.
Dios nos ha dado su poderosa palabra y nos llama a caminar
con él, y en ése andar seremos transformados, de gloria en
gloria. El Señor quiere traer cambios a tu vida, cosas nuevas,
búscalo y déjalo actuar en ti.
Habla con Dios: Amado Dios te pido continua tu obra en mí
cada día. Anhelo con todo mi corazón más de tu gloria en mí,
lléname de tu presencia y úsame conforme a tu plan y
misericordia. Dispongo mi corazón en tus manos, haz conmigo
como tú quieras. Gracias por hacerlo, pues sé que la obra que
empezaste en mí no la terminarás hasta perfeccionarla. Amén.
Te invitamos a conocer todos nuestro libros aquí en: Escritor
pastor Gonzalo Sanabria Amazon.com
CAPÍTULO 124
LA GRATITUD ES SEÑAL DE MADUREZ
ESPIRITUAL
Es fundamental administrar bien todo lo que Dios nos da.
Recordemos que Adán no administró bien lo que el Señor le
entregó ¿por qué? Porque no siguió el mandamiento divino.
Pensó que podía hacerlo mejor por su propia cuenta (sin Dios).
Creyó que era posible quebrantar las leyes divinas, y salir bien
librado. Cristo es también llamado el postrer Adán, quien vino
a restaurar las incorrectas acciones del primer Adán. En éste
pasaje vemos cómo Jesús sigue la dirección divina (la de su
Padre Celestial).
“Entonces tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando
los ojos al cielo, bendijo, y partió los panes, y dio a sus
discípulos para que los pusiesen delante; y repartió los dos
peces entre todos. Y comieron todos, y se saciaron. Y
recogieron de los pedazos doce cestas llenas, y de lo que sobró
de los peces. Y los que comieron eran cinco mil hombres”,
Marcos 6:41-44.
Es necesario reconocer que Dios es nuestro proveedor. Jesús
recibió lo que los discípulos habían encontrado (cinco panes y
dos peces), y “miró al cielo” señal de reconocimiento, de
dependencia, de adoración. El salmista lo dijo así: “¿De dónde
vendrá mi socorro? Mi socorro de Jehová que hizo los cielos y
la tierra” (Salmo 121:2). Cuando nuestros ojos están en él,
nunca seremos decepcionados.
El Señor Jesús “bendijo” los cinco panes y los dos peces, o
como dice en otras versiones: “dio gracias a Dios”.
La ingratitud nos aleja de la bendición divina, por ejemplo
Israel por el desierto continuamente se quejó y murmuró (se
quejaron por el camino que les había tocado, por la provisión
del maná, por la escasez de agua, por los enemigos
encontrados en el desierto, por el líder que Dios había puesto,
etc). La murmuración y la queja no arreglan las cosas, más
bien las empeoran.
Aquí vemos a nuestro Maestro, a Jesús, dando gracias (aunque
en primera instancia no era suficiente para todos, aunque pudo
haber dicho a sus discípulos: “muchachos esperaba algo más”,
no se quejó sino que dio gracias…). Recordemos que la misma
Escritura nos aconseja: “Entrad por sus puertas con acción de
gracias”.
Aprendemos aquí que los milagros están precedidos de la
gratitud. Sí el quejarse, murmurar, preocuparse, o angustiarse,
solucionará los problemas no habría dificultades en el mundo.
Al observar la Escritura, vemos que Dios nos enseña a ser
agradecidos en todas las circunstancias, aún en las difíciles,
pues esto nos ayuda a tener una perspectiva diferente: veremos
los problemas como una oportunidad para crecer, para conocer
más a Dios, para avanzar hacia el propósito divino.
Miles de personas aquel día fueron testigos de uno de los más
grandes milagros en el ministerio terrenal de Jesús, pues se
alimentaron cinco mil varones sin contar mujeres y niños,
ellos habían seguido y buscado a Jesús, y él no los decepcionó.
Reflexión final: Concluimos que nuestro corazón debe ser
agradecido con Dios en todo momento, y más bien debemos
caminar con él para ver su obra sobrenatural, pues quienes le
siguieron a éste lugar de Galilea fueron testigos y bendecidos
por los milagros y las palabras de vida del Señor Jesús.
Habla con Dios: Señor tú tienes cuidado de mí en todo
tiempo, a veces por el afán y las continuas ocupaciones paso
esto por alto. Perdóname, hoy te doy gracias por darme tu
protección y provisión, por cuidar mi casa y derramar tus
bendiciones, gracias por darme vida eterna. Muchas gracias
por darme el placer de disfrutar el sol y la naturaleza cada día,
y gracias por todas las bendiciones de hoy y mañana. Amén.
CAPÍTULO 125
BUSCAR A DIOS DEBE SER UN ESTILO DE
VIDA
Al comenzar su reinado, Uzías tomó la firme decisión de
buscar al Señor. El versículo cinco nos dice que el rey Uzías
“persistió”, la raíz de éste término hebreo significa: respirar;
ser (en sentido de existencia), acontecer, llegar a ser,
existir. Así pues, Uzías existía para buscar a Dios, era su
pasión, era la razón de vida en su juventud y llegó a hacerse
altamente poderoso. Buscar a Dios debe ser un estilo de vida.
“… De dieciséis años era Uzías cuando comenzó a reinar, y
cincuenta y dos años reinó en Jerusalén… E hizo lo recto ante
los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho
Amasías su padre. Y persistió en buscar a Dios en los días de
Zacarías, entendido en visiones de Dios; y en estos días que
buscó a Jehová, él le prosperó” 2 Crónicas 26:1-5.
Buscar a Dios ¿qué significa aquí? No podemos negar que ésta
es una frase casi de moda en los círculos cristianos. Pero
vamos un poco más allá a la luz del texto leído. El término
hebreo usado aquí para “buscar” traduce además: indagar,
consultar, preguntar, requerir, frecuentar, pisar, seguir. Es pues,
ir en pos de Dios mismo y conocer todo lo posible acerca de
él. Él término hebreo es “darásh” y en algunos pasajes bíblicos
se traduce adorar.
Es muy importante que procuremos caminar con otros
buscadores de Dios. Zacarías era un profeta (vidente). Su
nombre, Zacarías significa: Dios se ha acordado; el Señor ha
traído a memoria.
Por supuesto, Dios no olvida nada, y nada se le pasa por alto,
pero Zacarías era un hombre de intimidad con el Señor, era un
hombre que atraía la mirada de Dios. Cómo profeta del Señor,
su oído estaba desarrollado y ejercitado para discernir la voz
del Altísimo. Él estaba al lado del rey Uzías.
Zacarías era entendido en visiones. Esto significa que hacía
distinción, separaba, comprendía, era un hombre prudente,
inteligente por la sabiduría que de Dios tenía, había sido
adiestrado, capacitado en lo profético.
Al moverse en un ambiente profético, es decir del Espíritu
Santo, veía en el espíritu, es importante tener en cuenta que
dice: “entendido en visiones de Dios” (no eran las de él, eran
las que Dios le permitía ver). Por esa pasión por Dios, Zacarías
inició a Uzías en los caminos del Señor.
La visión de Dios va de la mano con el conocimiento de las
Sagradas Escrituras. En el primer libro de Samuel 3:1, dice
así: “El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí;
y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había
visión con frecuencia”. Cuando hay escasez de la Palabra de
Dios, hay escasez de una correcta visión del Señor y de sus
planes.
Cuando hay escasez de Su Palabra, los caminos por donde
andamos son oscuros, pues la Escritura dice: “Lámpara es a
mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”.
La prosperidad es integral y la quiere Dios para sus hijos.
El texto que leemos hoy nos dice: “en estos días que buscó a
Jehová, él le prospero”, aquí el término hebreo usado para
prosperar es “saleaj” que significa también: triunfar, prosperar,
ser efectivo.
Al ver la vida de Uzías vemos que Dios lo prosperó de manera
integral: creció espiritualmente, venció a sus enemigos, edificó
ciudades, tuvo muchos ganados y una extensa agricultura, y un
gran ejército armado con lo mejor y más avanzado del
momento.
Al observar la Escritura, vemos que los buenos reyes fueron
aquellos que buscaron a Dios, y estos reyes piadosos fueron
prósperos en todo. El rey Uzías, un día abandonó la decisión
que había tomado (buscar a Dios), y su corazón se rebeló
contra el Señor, y este fue el motivo de su ruina: “Mas cuando
ya era fuerte, su corazón se enalteció para su ruina; porque se
rebeló contra Jehová su Dios” (2 Crónicas 26:16).
Dios nos bendice por buscarlo, pero la bendición no debe ser
la prioridad, amar y seguirlo a él es lo más importante. Cuando
creemos que lo que tenemos o somos capaces de hacer se debe
a nuestras propias virtudes y no reconocemos que es por la
gracia de Dios, estamos sembrando nuestra propia caída.
Reflexión final: Después de la salvación, el don más preciado
que el hombre puede tener, es un corazón cuya satisfacción sea
buscar el rostro de su Dios; después de la preciosa sangre del
Cordero de Dios, la mayor bendición y privilegio de un
hombre es mantener una buena comunión con su Señor.
Habla con Dios: Señor todo lo que tengo y puede hacer es por
tu gracia y misericordia. Enséñame cada día a mantener un
espíritu humilde, que te de gloria. Dame Dios un corazón que
te busque todos los días de su existencia, que sólo tu presencia
pueda saciar mi sed. Gracias por guardarme para ti. Amén.
CAPÍTULO 125
AUNQUE PENSEMOS QUE TODO SE ACABA,
DIOS CONTINUA AL MANDO
El hijo del rey David, Absalón quiere quitarle el trono.
Absalón es el tercer hijo de David, mató a su hermano Amnón
(pues éste violó a su hermana Tamar); preparó un complot
contra su padre para convertirse en el rey de Israel.
Absalón representa a aquel familiar o persona cercana que nos
decepciona o causa dolor. La batalla que David enfrenta ahora,
es la más grande de su vida.
“Y David subió la cuesta de los Olivos; y la subió llorando,
llevando la cabeza cubierta y los pies descalzos. También todo
el pueblo que tenía consigo cubrió cada uno su cabeza, e iban
llorando mientras subían. Y dieron aviso a David, diciendo:
Ahitofel está entre los que conspiraron con Absalón. Entonces
dijo David: Entorpece ahora, oh Jehová, el consejo de
Ahitofel”, 2 Samuel 15:30-31.
David enfrentó a Goliat, vivió la persecución del rey Saúl,
enfrentó en muchas ocasiones a los ejércitos filisteos, a
muchos enemigos, pero nunca planeó pelear contra su propio
hijo, nunca esperó que su propio hijo lo traicionara. No sólo
era una batalla más, era una profunda crisis personal y
familiar.
El hacer la voluntad de Dios, no significa ausencia de
obstáculos en el proceso, lo que el Señor si nos asegura es que
estará con nosotros todos los días hasta el fin. El rey David
vivió momentos difíciles, al final Dios lo fortaleció y ayudo.
La estrategia del rey David ante la batalla, fue la adoración,
fue buscar a Dios. Sube a los olivos. Llamado el monte de los
olivos por la abundancia de éstos allí. Requiere esfuerzo subir.
El árbol de olivo simboliza fortaleza, abrigo y bendición.
El monte de los olivos fue un lugar preferido por Jesús, allí
enseñaba a sus discípulos (revelación), allí oraba (comunión),
allí se fortaleció en oración (renovación) para ir a la cruz.
Es interesante cómo subía el rey David éste monte, nos dice la
Biblia que subió: “llorando” indica el dolor de su corazón por
la traición de su hijo, y las consecuencias de ésta batalla, “con
la cabeza cubierta”, “con los pies descalzos” como los
prisioneros de guerra.
“Todos iban llorando mientras subían” a veces toca subir así, a
veces los nuevos niveles que Dios tiene para nosotros están
precedidos de un difícil ascenso. Pero tengamos en cuenta
Jesús subió muchas veces éste monte y por eso nos puede
ayudar.
Mira más a Dios que al problema.
El rey David se entrega a la adoración (Versículo 32): “…
David llegó a la cumbre del monte para adorar allí a Dios, he
aquí Husai arquita le salió al encuentro…”. La Biblia nos
enseña esto una y otra vez: fortalezcamos nuestras fuerzas
adorando al Señor, contemplemos Su grandeza, en vez de
detenernos a mirar los problemas.
Un hombre le salió al encuentro: Husai, cuyo nombre
significa: “que se apresura”, siervo incondicional de David,
que se identifica con la condición del rey, que se apresuró a
buscarlo y manifestarle su apoyo, éste hombre sería
instrumento para la posterior victoria de David. Vemos pues
que mientras adoramos, Dios se ocupa de nuestra situación y
nos bendice.
La “Cumbre” nos habla de la cima, de la parte más alta del
monte, alturas, allí se construían las fortalezas, lugar de
protección. La adoración es cobertura, es protección, Dios se
levanta a tu favor.
La Biblia enseña que David cantó el Salmo tres en éste difícil
tiempo, y allí expresó: “Mas tu Jehová, eres escudo alrededor
de mí; mi gloria y el que levanta mi cabeza, clamé a Jehová y
él me respondió…”.
Las crisis deben empujarnos a fortalecer nuestra vida de
oración. El aliado de Absalón, Ahitofel significa: hermano de
hablar necio, locura, ruina, necedad. Era un consejero del rey
David, pero ahora es consejero de Absalón, y David ¿qué
hace? Ora. Ante las adversidades, debemos crecer en oración.
Mientras el enemigo conspira, Dios nos defiende.
David fue empujado por los problemas hacia éste monte. El
Señor sabe que cosas debemos enfrentar, Dios no evitó la cruz
para Jesús, pero lo fortaleció para enfrentarla, y luego le dio un
nombre sobre todo nombre, lo exaltó hasta lo sumo.
En éste monte (circunstancia o momento), Jesús y David
sembraron lágrimas, pero ambos alcanzaron la victoria.
Finalmente Absalón muere en medio de la batalla, Ahitofel se
suicida y David vuelve a reinar, el Señor le da la victoria.
Reflexión final: Dios nos recuerda la manera de enfrentar las
crisis, los problemas, las decepciones, aquellas circunstancias
que nos decepcionan o causan dolor… adora a Dios, elévate
por encima de las dificultades a través de tu comunión con el
Señor, como las águilas, que cuando viene la tormenta se
levantan por encima de ella.
Habla con Dios: Gracias Señor porque puede contar contigo
en todo tiempo. Aunque los cercanos o íntimos puedan fallar,
tu permaneces fiel. Amado Dios aunque a veces los tiempos
sean difíciles, ayúdame a confiar en ti y alabarte, pues sé que
la prueba es pasajera y al final veré tu victoria en mi vida.
Amén.
CAPÍTULO 126
JESÚS PUEDE CAMBIAR LA CRISIS EN UNA
GRAN BENDICIÓN
Las dificultades en nuestra vida pueden producir desánimo, y
son nuestras palabras las que expresan la condición del
corazón. Pedro había crecido a orillas del Lago de Genesaret
(llamado también mar de galilea), aprendió el oficio de
pescador y conocía muy bien el lago.
Notemos que estaban pescando de noche ¿por qué? Porque de
noche los peces se acercan a la superficie, pero en esa mañana,
después de pescar toda la noche no tenían nada.
“Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y
echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le
dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada
hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo
hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía”
Lucas 5:4-6.
Ante las órdenes del Señor Jesús creo que Pedro, como
cualquiera de nosotros pudo haber pensado muchas cosas, por
ejemplo: “Él es carpintero, yo soy el pescador”, “Yo sé a qué
horas es la pesca”, “Estamos cansados para intentarlo de
nuevo”. Pedro está pasando por un tiempo desfavorable.
Ha sido para Pedro una noche de trabajo difícil, sin resultados,
está cansado, no lleva nada para su familia; pero esa mañana
Jesús llega justo al lugar dónde están las barcas, estaban los
pescadores lavando las redes, y entra a la barca de Simón (no
era una coincidencia) y desde allí enseñaba a la multitud, pero
Pedro estaba desanimado, cansado y sin resultados… Como a
veces nos sucede.
Sin embargo en medio de la adversidad el señor Jesús nos hace
mirar hacia el futuro, y usa su palabra para activar en nosotros
la fe (Pedro dice: “…más en tu palabra echaré la red”). La fe
es la certeza de lo que se espera (futuro) y la convicción de lo
que no se ve (presente), la fe nos lleva a vivir de manera
diferente en nuestro presente y a mirar nuestro futuro con
esperanza y expectativa de que lo mejor está por venir.
Jesús ha estado enseñando, y uno de los oyentes era Pedro
(quizá el que estaba más cerca en la barca con el Señor), al
terminar la enseñanza Jesús le dijo: “boga mar adentro”,
parafraseando: “no te quedes aquí, vamos nuevamente…”.
¿Cuál era la diferencia, si de allá venían? Era la misma barca,
el mismo lago, las mismas redes, los mismos pescadores, la
diferencia era que ahora Jesús estaba con ellos en la barca.
Algunas veces Dios permite que nuestras capacidades
fracasen, para mostrar su poder (“encerraron gran cantidad de
peces”). Pedro era pescador, tenía la experiencia, las
capacidades, el talento, pero el único Todopoderoso es Dios,
de él es toda la gloria.
Jesús transforma y restaura los sueños.
El poder de Dios impacta el corazón de pedro, produciendo
un cambio profundo. La Biblia nos dice: “Cuando terminó…
dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes…
Respondiendo Simón, dijo: Maestro, toda la noche hemos
estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra
echaré la red… y encerraron gran cantidad de peces, y su red
se rompía” Lucas. 5:8-10a.
Ante éste milagro, Pedro cae de rodillas ante el Señor
reconociendo su condición de pecador (el poder de Dios nos
redarguye, la manifestación de Su presencia nos lleva a
reconocer nuestra condición y necesidad).
El Señor Jesús transforma nuestra visión de vida: “Pero Jesús
dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de
hombres. Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo,
le siguieron” Lucas 5:10b-11. Pedro era uno de los pescadores
del mar de Galilea, dedicado a su oficio, seguramente su padre
fue un pescador toda la vida y Pedro tenía la misma visión.
Pero un día llegó Jesús y la vida de Pedro fue radicalmente
transformada y recibe del Señor el diseño de Dios para su
vida, y le dice en otras palabras: “Pedro hasta aquí ha llegado
este periodo de tu vida, éste ciclo se ha cerrado y comienzas
uno nuevo, un nuevo tiempo, desde ahora serás pescador de
hombres” y recibe la más grande profesión, el más grande
oficio, el mismo de Jesús, quiero decir rescatar almas para
Dios.
Pedro pasa de las redes a la predicación, de los peces a los
hombres, de lo poco a las multitudes, del conocimiento hebreo
a la revelación del Espíritu, del anonimato a ser el líder del
avivamiento en Jerusalén (pentecostés); llegó a ser un
poderoso apóstol en las manos del Señor, “del vulgo y sin
letras” llega a ser el escritor de dos epístolas de la Biblia: 1ª y
2ª de Pedro. Es lo que Dios puede hacer, cuando el corazón
humano se dispone en sus manos.
Reflexión final: Es necesario acercarnos a Dios con sencillez
y confianza, con el deseo de ser guiados por él. Eso significa
que nuestro corazón debe tener una actitud enseñable y dejarse
ministrar por el poder del Señor, que nos convence y
redarguye, que nos transforma en la medida que lo dejamos
actuar.
Habla con Dios: Creo que tú puedes transformar mi vida, y
restaurar en mi lo que ha sido dañado. Dios hoy te pido
renueva en mi corazón el propósito con el cual me creaste,
ayúdame a seguirte y servirte con diligencia y amor. Gracias
por restaurar mi corazón. Amén.
CAPÍTULO 127
NO MIRES ATRÁS
Sin duda cuando la mujer de Lot se convierte en estatua de sal,
es una de las historias que llaman la atención de la Biblia.
Poco a poco, después de vivir con su tío Abraham, Lot se
acercó y llegó a vivir en Sodoma, allí estableció su hogar, allí
crecieron sus hijas, pero la vida de Lot era triste ante la
pervertida conducta de los habitantes de Sodoma y Gomorra.
La decisión de establecerse allí en Sodoma, fue una decisión
equivocada y las consecuencias fueron dolorosas. Sin
embargo, Dios en su gran misericordia, envió ángeles para
salvar a Lot y a su familia.
“Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu
vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al
monte, no sea que perezcas… Entonces la mujer de Lot miró
atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal” Génesis
19:17, 26.
El pasado malsano debe quedar atrás, para bendición y
salvación nuestra, de lo contrario los resultados nos
alcanzarán. Un triste ejemplo, lo vemos en la familia de Lot,
específicamente su esposa, después de recibir las
instrucciones para salir de Sodoma y Gomorra, desobedece
pues no debía mirar atrás, y surge la pregunta ¿por qué lo
hizo?
La mujer de Lot seguía amando a Sodoma y Gomorra
(ciudades pecadoras a los ojos del Señor), estas ciudades son
símbolo de la inmoralidad, de la perversión, de una vida sin
temor de Dios.
En la Biblia se usa el término “sodomita” para referirse a la
práctica homosexual, difundida ampliamente en estas
ciudades, la Biblia enseña que “desde el más pequeño hasta el
más grande”, es decir todos se habían alejado de Dios, por
generaciones.
La esposa de Lot, mira hacia atrás expresando su pesar por las
ciudades y añorando lo que Dios quería destruir, y ella perdió
su vida.
Mirar atrás nos estanca, mirar atrás nos produce pérdidas,
mirar atrás produce dolor en la familia, mirar atrás expresa el
anhelo de no abandonar el pasado que desagrada a Dios. Es
fundamental avanzar sin temor y sin mirar atrás, pues Dios
tiene adelante grandes cosas para nosotros.
Es fundamental para bendición y salvación de nuestra familia,
desechar lo que nos afecte y haga daño a quienes amamos.
La familia de Lot sufre un dolor adicional, pues ya habían
perdido todo lo material en la destrucción de las ciudades, pero
ahora se añade la pérdida de la esposa y madre (por una mala
decisión al desobedecer lo que el ángel había dicho), y sólo
queda Lot y sus dos hijas. Nosotros debemos confiar en Dios,
él siempre tiene la razón.
Seguramente las costumbres aprendidas o vistas en Sodoma y
Gomorra, llevan a las hijas de Lot a pecar contra Dios,
engañando a su padre: Génesis 19:34-36 “El día siguiente, dijo
la mayor a la menor: He aquí, yo dormí la noche pasada con
mi padre; démosle a beber vino también esta noche, y entra y
duerme con él, para que conservemos de nuestro padre
descendencia… y las dos hijas de Lot concibieron de su
padre”.
Seguramente el incesto era práctica común en Sodoma y
Gomorra, y ahora nacen dos hijos: Moab y Amón, y éstos
llegaron a ser pueblos que se convirtieron en espinas para el
mismo pueblo de Israel. No podemos evitarlo, nuestras
decisiones marcaran nuestro destino.
Reflexión final: Dios envió a sus ángeles para librar a Lot y a
su familia, porque ese es el deseo del Señor: salvar las
familias. Él dio las instrucciones para evitar el juicio, pero a
veces nuestra obstinación produce dolorosos resultados.
Pero él nunca faltará con su misericordia, por eso
acerquémonos confiadamente ante el trono de su gracia, para
hallar oportuno socorro. Sus brazos siempre están abiertos.
Habla con Dios: Dios mío, yo te pido ayúdame a tomar las
decisiones correctas. Con tu fuerza y sabiduría ayúdame a
dirigir mi familia, y ser un instrumento de bendición para
ellos. Hoy te pido guarda y bendice mi casa, derramando sobre
todos la salvación y el temor de Dios para conducirnos
rectamente delante de ti. Amén.
Te invitamos a conocer todos nuestro libros aquí en: Escritor
pastor Gonzalo Sanabria Amazon.com
CAPÍTULO 128
EL PODER DE LA GRATITUD
La gratitud es una emoción positiva que se produce al
reconocer los beneficios recibidos. El acto de agradecer tiene
el poder, de acuerdo a los expertos en la psicología, de
aumentar la felicidad y el bienestar personal y de fortalecer
nuestra relación con otras personas.
La Biblia nos dice: “Dad gracias en todo, porque esta es la
voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”. “Dar
gracias” es una alabanza al Señor, y contiene un poder
especial.
“Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el
de Tiberias. Y le seguía gran multitud, porque veían las
señales que hacía en los enfermos. Entonces subió Jesús a un
monte, y se sentó allí con sus discípulos. Y estaba cerca la
pascua, la fiesta de los judíos. Cuando alzó Jesús los ojos, y
vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De
dónde compraremos pan para que coman éstos?” Juan 6:1-5.
Jesús caminó sanando a los enfermos, perdonando al pecador,
restaurando al caído, liberando al cautivo, el poder
sobrenatural del Espíritu Santo estaba con él. Éste ministerio
lo delegó el Señor Jesús a su iglesia, por eso también fue
enviado el Espíritu Santo.
Debemos dar gracias a Dios por todo lo que ha hecho a
nuestro favor. La gratitud es una razón más fuerte que el
interés personal para seguir a Jesús.
El interés personal cuando es satisfecho, pierde su fuerza,
porque es egoísta; mientras que la verdadera gratitud mantiene
su fuerza, pues se concentra en la bondad del otro.
Consideremos por ejemplo varios casos de la Escritura: el
endemoniado gadareno (quería seguir a Jesús); la ingratitud de
los nueve leprosos sanados y el único de los diez que volvió a
dar las gracias y Jesús dijo:
“¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde
están? ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este
extranjero? Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado”,
Vale la pena destacar aquí que éste era un samaritano. La
historia de los diez leprosos nos hace reflexionar sobre la
ingratitud del hombre, y cuanto valor tiene para Dios un
corazón agradecido.
La gratitud nos fortalece en tiempos difíciles.
La Biblia nos enseña que nuestra fe será probada, Jesús “dijo a
Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos?
Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de
hacer” Juan 6:5-6.
Jesús estaba probando a Felipe, la palabra probar es traducida
del término griego “Peirazo” que significa además: intentar,
escudriñar, examinar, someter a otro a una prueba para
conocer su verdadera naturaleza o carácter.
Éstas circunstancias son entonces situaciones donde sale a la
luz nuestro verdadero carácter, no es que Dios nos haya
desamparado, pues el texto dice que Jesús “sabía lo que había
de hacer”. Son escenarios dónde nuestro corazón es probado y
se exhibe nuestra madurez espiritual o falta de crecimiento.
La respuesta de Felipe (“Doscientos denarios no bastarían para
ellos”) refleja la impotencia de la incredulidad, aunque al lado
está Jesucristo, hacedor de milagros. Un denario, moneda
romana, Se estima que equivalía a casi cuatro gramos de plata,
o el salario de un día de trabajo.
Recordemos aquí, que en medio de las dificultades, un corazón
agradecido se levanta en alabanzas a Dios, por ejemplo David
en el desierto, perseguido por el rey Saúl, escribió muchos
salmos.
Las acciones de fe, aunque no sean de gran tamaño, son de
gran valor para Dios “Uno de sus discípulos, Andrés, hermano
de Simón Pedro, le dijo: Aquí está un muchacho, que tiene
cinco panes de cebada y dos pececillos” Juan 6:8-9.
Cuando estamos agradecidos con Dios, el escenario adverso
no es tan difícil, Andrés (uno de sus discípulos) trae a Jesús
cinco panes y dos peces, es muy poco, pero hizo algo, es aquí
donde opera el poder de la fe.
Jesús requiere de nosotros fe y hay actos que demuestran
nuestra fe en el Señor, recordemos por ejemplo el milagro del
paralitico traído por cuatro, pues la Biblia son dice: “Al ver
Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son
perdonados” (Marcos 2:5).
La gratitud precede a los milagros.
Más que comprensión, Dios requiere disposición. Aunque
Andrés veía insignificante lo que había a la mano (cinco panes
y dos peces), los trajo a Jesús, y es allí donde el Señor
comienza a trabajar. El mandamiento de Jesús pudo haber
parecido ilógico en el momento: “Haced recostar la gente”,
pero los discípulos obedecen y se convierten en testigos y
actores de un milagro.
Jesús agradeció la provisión del momento, tomándola como
una señal de la abundancia que vendría “y se recostaron como
en número de cinco mil varones. Y tomó Jesús aquellos panes,
y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los
discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los
peces, cuanto querían” Juan 6:11.
En la Escritura con frecuencia vemos pequeñas muestras de
cosas grandes que vendrán, por ejemplo la pequeña nube de
Elías cuando iba a llover; un ramo de uvas cuando los espías
regresaron de la tierra de la abundancia; las primicias de la
resurrección: Cristo Jesús.
Es necesario ver cómo Dios ve, los israelitas en el desierto
sólo veían montañas de arena y por eso se quejaban, y no
lograban ver más adelante: la tierra de la abundancia. Esos
panes son símbolo de la provisión de Dios, de su protección y
cuidado.
Los milagros deben ser bien administrados: “Y cuando se
hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos
que sobraron, para que no se pierda nada” Juan 6:12.
Es Jesús quien les dice a los discípulos ahora que hacer, los
instruye. Es necesario administrar correctamente las
bendiciones y milagros del Señor, pues finalmente todos los
recursos son de Dios. Administrar bien las primeras
bendiciones de Dios, es capacitarse para las que vendrán.
Reflexión final: Ante todas las bendiciones de Dios, nuestro
corazón debe estar agradecido, hoy debemos reflexionar sobre
Su cuidado, Sus bendiciones y cómo ha hecho Su voluntad en
medio del amor, dándonos la fortaleza para continuar, para
seguirlo y con expectativa de lo nuevo, pues él es Dios
sobrenatural.
Habla con Dios: Señor gracias por ser mi proveedor. Te doy
gracias aunque a veces las cosas no se den como anhelo, pues
sé que tú tienes cosas mejores para mí. En tus manos pongo
mis recursos y capacidades, ayúdame a administrar
correctamente tus bendiciones. Gracias Dios por tu cuidado y
bendición. Amén.
CAPÍTULO 129
JESÚS CAMBIA EL LAMENTO EN GOZO
Ante la adversidad aparecen diversas reacciones: huir,
murmurar, esperar, o enfrentar la situación. Como hijos de
Dios debemos actuar con la sabiduría del Señor, teniendo
presente que él Jamás duerme, él tiene cuidado de nosotros, y
que antes de que una crisis llegue a nuestra vida, Dios ya lo
sabe y ha provisto una salida para la victoria de sus hijos.
“Cuando volvió Jesús, le recibió la multitud con gozo; porque
todos le esperaban. Entonces vino un varón llamado Jairo, que
era principal de la sinagoga, y postrándose a los pies de Jesús,
le rogaba que entrase en su casa; porque tenía una hija única,
como de doce años, que se estaba muriendo. Y mientras iba, la
multitud le oprimía” Lucas 8:40-42.
El verdadero gozo consiste en conocer a Jesús: “Cuando
volvió Jesús”. El contexto nos enseña que el Señor había
salido de Galilea, y venía de Gadara, volvía seguramente a
Capernaúm, Su ciudad en Galilea.
Los habitantes conocían Su poder y lo esperaban con gozo.
Observamos que Jairo era principal de la sinagoga, es decir
administrador del orden en sinagoga, tenía un corazón
humilde, pues “postrándose a los pies… le rogó”, tenía su
única hija enferma de muerte y creía en Jesús, y lo buscó.
Los milagros generalmente tienen que superar algunos
obstáculos, como la incredulidad, y junto con ésta, el temor, el
desánimo y la inconstancia. A Jairo le dijeron: “no molestes
más al Maestro, ya murió”, y la incredulidad a veces se
contagia y estaba produciendo temor y desánimo en Jairo.
Además debía superar la multitud, el pasaje nos enseña que “le
recibió la multitud con gozo” y “la multitud le oprimía”, no
era fácil llegar al maestro. En otras ocasiones es el orgullo, a
diferencia de muchos principales y fariseos, Jairo se humilló
delante de Jesús reconociéndolo como Señor y Dios.
La fe constante derrota la burla y el menosprecio: “Y se
burlaban de él, sabiendo que estaba muerta. Mas él, tomándola
de la mano, clamó diciendo: Muchacha, levántate. Entonces su
espíritu volvió, e inmediatamente se levantó” (Lucas 8:53-55).
Todo es posible para Dios, todos decían “ya murió, no se
puede hacer nada, todo se perdió”, pero definitivamente el
Señor tiene la última palabra.
Persevera y declara la confianza en Dios, pues vemos que en
la casa de Jairo todos lloraban y se lamentaban, pero el Señor
Jesús declaró una palabra diferente, las personas de fe hablan
diferente.
Podemos ver al Señor manifestando su poder y voluntad,
Cristo es la resurrección y la vida, y tiene el poder para
levantar a los muertos, y restaurar lo que se ha perdido. Él
puede levantar al que ha caído, y aún al que ha muerto.
El señor Jesús hizo el milagro, resucitó a la hija de Jairo, y
quedaron atónitos, asombrados e impresionados, aunque la
gran mayoría no creía que fuera posible. “Lo que es imposible
para los hombres, es posible para Dios”. El Señor Jesucristo es
el mismo ayer, hoy, mañana y siempre, él sigue haciendo
milagros.
Reflexión final: Nuestro Dios es Todopoderoso, no hay nada
difícil para Él, sólo procura Su presencia, los obstáculos
caerán, y lo sobrenatural del Señor se hará manifiesto. Sólo
como Jairo, acércate a Él, cree y persevera, y los otros se
sorprenderán ante lo que Dios hará.
Habla con Dios: Ante la dificultad dame tus fuerzas y llévame
a lo nuevo que tienes para mí. Aunque los demás se quejen o
no puedan lograrlo, sé que tú me ayudas, y puedo hacerlo. En
ti confió, tú puedes cambiar el fracaso en victoria. Gracias mi
Dios por tu ayuda. Amén.
CAPÍTULO 130
LA INTEGRIDAD UNA VIRTUD QUE TE HARÁ
TRIUNFAR
“Jesús, pues, estaba en pie delante del gobernador; y éste le
preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le
dijo: Tú lo dices… Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas
cosas testifican contra ti? Pero Jesús no le respondió ni una
palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba
mucho. Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el
gobernador soltar al pueblo un preso…” Mateo 27:11-15.
La integridad es requerida especialmente cuando debemos
tomar decisiones. En primer lugar veamos la definición de
integridad: tanto en el hebreo como en el griego, integridad es:
rectitud, verdad, sinceridad, sin mancha, pureza.
En este caso es Pilato, el hombre que debe decidir y enfrenta
una difícil decisión, está bajo presión de los judíos, y su esposa
lo ha aconsejado. Son momentos que no quisiéramos enfrentar,
pero que llegarán.
La integridad nos ayuda a discernir entre la luz y las tinieblas.
Barrabás es figura de aquel que quebranta la ley. La Biblia nos
describe a Barrabás como un delincuente muy conocido, un
homicida (Lucas 23:25) y ladrón (Juan 18:40).
Su nombre, Barrabás significa: hijo de deshonra, hijo de
confusión, hijo de vergüenza. Es figura, pues, de aquel hijo
que deshonra a su padre, por su corazón rebelde y no sometido
a la ley.
Jesús, es figura del justo y sin delito. Pilato y su esposa sabían
que Jesús era integro, sin mancha, honesto, recto, ajustado a le
ley. Era acusado falsamente (“le habían entregado por
envidia”), no había hecho sino bienes.
Todo lo que hizo lo hizo en obediencia a su Padre celestial. Tu
nivel de santidad está determinado por la suma de tus buenas
decisiones.
Pilato ofrece una opción a la multitud, una opción entre la
maldad y la justicia, entre las tinieblas y la luz, entre el pecado
y la santidad. Todos enfrentamos decisiones cada día. La
multitud fue influida por los sacerdotes y ancianos religiosos
(“No permitas que otros te lleven por el camino equivocado”).
La integridad nos protege de dolorosos resultados. Debemos
tener en cuenta aquí, que la comodidad inicial no significa
aprobación divina. Por ejemplo cuando Jonás huye, todo sale
bien por un tiempo (se desplaza al puerto de Jope, pagó su
pasaje y emprendió el viaje, pero al poco tiempo vino la
tormenta).
Las malas decisiones pueden producir un bienestar inicial,
pero luego aparecerán los verdaderos resultados.
El pueblo allí reunido atrajo sobre sí, sus propias
consecuencias diciendo: “Su sangre sea sobre nosotros, y
sobre nuestros hijos” (Mateo 27:25-26). Es fundamental
entender el alcance de nuestras decisiones. (Éstas no sólo
afectarán mis resultados, sino los de mi familia.
Definitivamente nuestras decisiones afectaran a otros).
Dios nos quiere bendecir, todos queremos la bendición del
Señor y, que nuestros hijos sean bendecidos. Sin embargo, en
el pasaje de hoy, los israelitas que estaban allí, declaran juicio
sobre sí y sobre sus hijos.
Los sacerdotes y escribas llevados por el celo religioso, otros
por la envidia, otros por miedo, otros por ignorancia, otros por
enojo, pierden la cordura espiritual y cometen grandes errores.
Tu puedes decidir: “no congregarte fielmente”, “tener un(a)
amigo(a) y no es tu esposo(a)”, “tú puedes tomar licor y
fumar”, “no perdonar”, pero siempre ten presente que quieras
o no cada decisión influirá en la vida, en la de nuestros hijos
(es decir en otras generaciones) y en otras personas.
Reflexión final: No importa que te ofrezca el mundo, los
amigos, o tu entorno, jamás igualará a lo que Dios tiene
preparado para ti. Decide obedecer al Señor, seguir a Cristo
hasta el fin, “él es galardonador de los que le buscan”. La
integridad siempre traerá excelentes resultados y poderosas
bendiciones.
Habla con Dios: Señor a veces hago a un lado la integridad
por presión de los amigos, por deseos personales, pero hoy te
pido perdón. Ayúdame a decidir siempre lo correcto y ser
fuerte cuando tengo que hacerlo, deseo de corazón obedecerte
y seguir tu camino. Mueve tu mano sobre mi vida de manera
que siempre me encuentre en tu voluntad. Amén.
CAPÍTULO 131
ÉL TIENE CUIDADO DE TI
Dios siempre nos está enseñando, y utiliza diferentes
circunstancias, situaciones y elementos para forjar en nosotros
su carácter y ayudarnos a crecer de manera integral. El Señor
usará distintos ambientes, personas y medios para hablarnos y
darnos a conocer su carácter y propósito, por eso muchas
veces nos sorprenderá.
“Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos
junto al mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo,
Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros
dos de sus discípulos. Simón Pedro les dijo: Voy a pescar.
Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y
entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada” Juan
21:1-3.
En primer lugar vemos a los discípulos sin Cristo, con ellos ya
no estaba Jesús, y experimentan una ausencia de dirección, e
invierten fuerzas y tiempo sin resultados. Este mar tenía varios
nombres: mar de Galilea, lago de Genesaret y mar de Tiberias,
se le llamaba mar por su gran tamaño en comparación con el
país, pero realmente era un gran lago de agua dulce.
Se ha distinguido por su gran cantidad de peces. Es interesante
que aunque el agua era dulce y los peces abundaban, estaban
pasando por un momento triste y difícil: “aquella noche no
pescaron nada”.
El Señor Jesús siempre llega en el momento preciso: “Cuando
ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; más los
discípulos no sabían que era Jesús” Juan 21:4. El texto bíblico
nos dice: “cuando iba amaneciendo”, quizá cinco seis de la
mañana, “se presentó Jesús”, seguramente volvían
desanimados. Ellos “no sabían que era Jesús” pero la mirada
de Dios estuvo sobre ellos toda la noche.
Cristo tiene muchos títulos y uno es “Sol de justicia”, ellos no
sabían que era Jesús, pero allí apareció, así que no importa
cuán oscura, difícil y fría esté la noche, nuestro Sol de Justicia
aparecerá y brillará, y todo el panorama cambiará.
La presencia y guianza de Dios siempre marcará la diferencia:
“él les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y
hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la
gran cantidad de peces” (Versículo seis).
Que gran diferencia entre “toda la noche que no pescaron
nada” y “cuando echaron una sola vez la red encerraron gran
cantidad de peces”, solo basta seguir la dirección de Dios para
ver los gloriosos resultados.
Los milagros de Cristo siempre deben acercarnos a Él, pues
Pedro se lanzó al mar para llegar a la orilla donde Jesús estaba.
En este lago, Jesús hizo dieciocho de los treinta y tres milagros
registrados.
La Biblia dice que Pedro “se lanzó al mar” porque quería
llegar primero a ver a su Maestro, valoró más la presencia de
su Señor que las bendiciones y los milagros, no le importaron
los peces, él quería estar con su Maestro, él fue más allá del
milagro.
Reflexión final: Con su poder, Cristo cautiva tu atención; con
su amor y cuidado, Cristo cautiva tu corazón. El amor a Dios
va más allá de un milagro, es una profunda pasión por su
presencia y por hacer su voluntad. Cristo es Dios
todopoderoso, dador de vida, sólo en él hallamos vida eterna.
Permitamos a Dios hacer su obra, sólo él sabe cómo hacerlo.
Búscalo y sigue adelante, él cumplirá su propósito en ti.
Habla con Dios: Deseo con todo mí ser que me guíes, llévame
al lugar que has diseñado para mi vida. Te pido Dios que mis
pies siempre caminen por tu sendero, y cuando estén cansados
dame tus fuerzas. Deseo perseverar y alcanzar aquello que
diseñaste para mi vida. Gracias Dios. Amén.
Esperamos que este libro haya sido de tu agrado.
Puedes conocer todos nuestros libros aquí: LIBROS DEL
PASTOR GONZALO SANABRIA.
Recuerda que puedes adquirir los libros del Pastor
Gonzalo Sanabria en Amazon.com - Hallarás los siguientes
títulos:
100 Sermones bíblicos.
Predicas bíblicas para el domingo.
Sermones sobre la oración.
70 sermones y bosquejos de la Biblia (Compendio de folletos
publicados).
Bienestar emocional (Compendio de folletos publicados).
¿Cómo Arrancar La Amargura Del Corazón?
¿Cómo Enfrentar y Superar Las Crisis?
¿Cómo Fortalecer Mí Fe En Dios?
¿Cómo Hallar La Paz Interior?
¿Cómo Vencer La Preocupación?
¿Qué Es El Gozo De Dios y Por Qué Es Tan Importante?
¿Qué Es Orar y Por Qué Es Tan Importante?
1 y 2 De Timoteo, Tito y Filemón
100 Predicaciones Bíblicas
30 Mensajes Cristianos
33 Devocionales Cristianos Tomo 3
40 Devocionales Cristianos
56 Sermones Cortos Para Predicar
75 Sermones Para Estudiar y Predicar
Actitudes Correctas Ante La Adversidad
Alimento Para El Espíritu
Aprendiendo A Esperar En Dios
Bosquejos Para Predicadores
Bosquejos y Sermones
Bosquejos y Sermones De La Biblia Para Predicar
Bosquejos y Sermones Para Predicar Tomo 4
Cada Familia Tiene Un Diseño Divino
Comentario Bíblico Carta A Los Hebreos
Comentario Bíblico De 1 y 2 Timoteo, Tito y Filemón
Comentario Bíblico De 1, 2, 3 De Juan y Judas
Comentario Bíblico De Santiago, 1 y 2 De Pedro
Cometario Bíblico Gálatas y Efesios
Cómo Derribar Gigantes
Cómo Perseverar y No Renunciar En El Proceso
Cómo Renovar y Fortalecer Mi Vida De Oración
Cómo Vencer El Desánimo
Cómo Vencer La Inconstancia
Cómo Vencer La Preocupación
Como Vencer Mis Propias Debilidades
Confía En Dios Aunque Todo Esté En Tu Contra
Cuentos Para Niños
Cuidado Con Las Emociones Tóxicas
Devocionales Cristianos Tomo 3
Dios Abrió El Mar Rojo
Dios Es Fiel y Cumple Sus Promesas
Dios Es Quien Tiene La Última Palabra
Dios Renueva Nuestra Esperanza
El Ayuno Según La Biblia
El Caminar De Israel Por El Desierto y Sus Poderosas
Enseñanzas
El Espíritu Santo
El Espíritu Santo y El Hablar En Lenguas Según La Biblia
El Fuego Del Espíritu Santo
El Juicio Ante El Gran Trono Blanco
El Lenguaje Del Espíritu Santo
El Liderazgo y La Biblia
El Plan De Dios En Tu Vida
El Poder De Dios
El Poder De Dios Está Por Encima De Nuestras Dudas
El Poder De La Fe En Dios
El Poder De La Oración A Dios
El Poder Restaurador De Dios
El Poder Transformador De La Oración
El Verdadero Servicio A Dios
Elegidos Por Dios A Pesar De Todo
Es Posible Superar El Fracaso
Escogidos Desde El Vientre
Estudios Bíblicos
Estudios y Sermones De La Biblia
Filipenses, Colosenses, 1 y 2 Tesalonicenses
Fortalécete En Dios y Supera Tus Obstáculos
Instrucciones Del Espíritu Santo
Jesucristo, La Vida De Jesús De Nazaret
Jesús Camina Sobre El Mar De Galilea
Jesús Oró Toda La Noche
Jesús Sana A La Mujer Con El Flujo De Sangre
Jesús Visita El Hogar De Simón El Fariseo
La Adoración Celestial, El Rollo y El Cordero
La Biblia
La Biblia, Sermones y Reflexiones Cristianas
La Biblia: Sermones y Reflexiones Cristianas Tomo 1
La Biblia: Sermones y Reflexiones Cristianas Tomo 2
La Fe De Abraham
La Fidelidad De Dios
La Oración Efectiva
La Oración, Un Encuentro Con Dios
La Revelación De Jesucristo Según Apocalipsis 1
Las Siete Iglesias Del Apocalipsis
Libertad Espiritual
Libro De Sermones Para Estudiar y Predicar
Liderazgo Cristiano
Los Ángeles Que Se Convirtieron En Demonios
Los Ángeles y Su Participación En La Tierra
Los Dones Del Espíritu Santo
Los Siete Sellos Del Apocalipsis
Mensajes Bíblicos
Mensajes Bíblicos
Mensajes De Vida y Libertad Basados En La Biblia
Sermones sobre personajes de la Biblia (compendio de folletos
publicados).
Palabras Que Transforman El Corazón
Predicaciones Bíblicas
Predicaciones Cristianas
Prepárate Para Vencer En La Guerra Espiritual
Puedes Confiar En Dios, Él Siempre Será Más Grande Que Tu
Problema
Qué Es El Agotamiento Emocional y Cómo Superarlo
Qué Es La Ira y Cómo Manejarla
Quiero Caminar Con Dios
Reflexiones Cristianas
Reflexiones De Ánimo y Fortaleza
Reflexiones y Sermones Que Animan y Fortalecen La Fe En
Dios
Restaura y Cuida Tu Amistad Con Dios
Restauración De La Familia
Sanidad Para El Alma Herida
Sermones Cortos Para Predicar
Sermones Cristianos Tomo 3
Sermones Cristianos Tomo 3
Sermones De La Biblia
Sermones De La Biblia Para Predicar El Domingo
Sermones De La Biblia Reina Valera Para Enseñar
Sermones Para Predicar El Domingo
Sermones Para Predicar El Domingo
Sermones Para Predicar Tomo 2
Sermones Para Predicar Tomo 3
Sermones Para Predicar Tomo 5
Sermones Para Predicar Tomo 6
Sermones Sobre La Vida De Enoc
Sermones Sobre La Vida De Job
Sermones Sobre La Vida De José
Sermones Sobre La Vida De Moisés
Sermones Sobre La Vida Del Profeta Jonás
Sermones Sobre Milagros De Jesús
Sermones Sobre Personajes De La Biblia
Sermones y Reflexiones De La Biblia Tomo 4
Sobre Los Cuatro Jinetes Del Apocalipsis y Las Dos Bestias
Tú Puedes Salir De Tu Crisis
Verdades Que Liberan.
Table of Contents
JESÚS TRANSFORMA NUESTRA SITUACIÓN
ADELANTE, DIOS ESTÁ CONTIGO
PREPÁRATE PARA LO NUEVO DE DIOS
JESUCRISTO NOS DA LIBERTAD Y VICTORIA
SÓLO JESÚS SACIA LA SED DEL CORAZÓN
EN LA PRESENCIA DE DIOS SOMOS
TRANSFORMADOS
EL ESPÍRITU SANTO TE FORTALECE
FORMACIÓN DIVINA
DIOS SABE LO QUE HACE
DIOS PREMIA LA PERSEVERANCIA
EN JESUCRISTO HAY NUEVAS OPORTUNIDADES
JESÚS CAMBIA EL FRACASO EN BENDICIÓN
TRANSFORMADOS POR EL PODER DE DIOS
LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO
ATRAVESANDO EL DESIERTO
LA VERDADERA FE CONFÍA EN DIOS
ES VITAL INSTRUIR A OTROS
DIOS SIEMPRE ESTÁ ALLÍ
CUIDADO CON LAS PALABRAS
NO DEMOS LUGAR AL ENEMIGO
LA MARAVILLOSA HISTORIA DE JABES
LA ORACIÓN QUE TRANSFORMÓ LA VIDA DE JABES
DIOS ESCUCHA Y RESPONDE NUESTRAS ORACIONES
UN ENCUENTRO CON DIOS
LA COMUNIÓN CON DIOS ES VITAL
FRUTO PARA DIOS
EN MEDIO DE TIEMPOS DIFÍCILES DIOS NOS CUIDA
UN MILAGRO EN MEDIO DE LA CRISIS
LA SOBERANA OBRA DE DIOS
RESTAURANDO LA COMUNIÓN CON DIOS
JESÚS LLEGA A TIEMPO
JESÚS RESUCITA A LÁZARO
JESÚS Y SU IGLESIA
¿CÓMO REGOCIJARSE EN DIOS?
¿POR QUÉ TODOS QUERÍAN TOCAR A JESÚS?
AVANCEMOS EN LOS TIEMPOS DE DIOS
EL ENDEMONIADO DE GADARA SE CONVIERTE EN
UN EVANGELISTA
RENOVADOS POR EL ESPÍRITU SANTO
DIOS ES NUESTRO FORMADOR
EL SEÑOR ES MI FORTALEZA
JESÚS ATIENDE A QUIEN LE BUSCA
DERROTANDO LOS DARDOS DEL DIABLO
JESÚS LIBERA A LOS ATORMENTADOS POR
DEMONIOS
ES NECESARIO SER APASIONADOS POR DIOS
DIOS TRAE COSAS NUEVAS PARA TI
JESÚS TE ESTÁ LLAMANDO
VICTORIA SOBRE EL RESENTIMIENTO
LAGRIMAS A LOS PIES DE JESÚS
JESÚS SABE COMO HACER SUS COSAS
ES NECESARIO CONSTRUIR LA CASA DE DIOS
ADORACIÓN QUE AGRADA A DIOS
VICTORIA SOBRE EL ENGAÑADOR
EL DIOS DE MI ALEGRÍA
LO MEJOR ES HACER LA VOLUNTAD DE DIOS
DIOS TE ESCOGIÓ
CADA UNO DE NOSOTROS ES UN PROPÓSITO DIVINO
LLAMADOS POR DIOS
A SOLAS CON DIOS
TOMAR BUENAS DECISIONES ES FUNDAMENTAL
LA PRESENCIA DE DIOS NOS TRANSFORMA
INTÉNTALO DE NUEVO, DIOS ESTÁ CONTIGO
LAS PRUEBAS SON UNA BENDICIÓN
EL VERDADERO AMOR
CUIDADO CON LAS FALSAS ENSEÑANZAS
DIOS RECOMPENSA A SUS HIJOS
EL GRAN TRONO BLANCO DE DIOS
BENDECIDOS POR LA LEY DE DIOS
LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO ESTÁ CERCA
¿CÓMO ALCANZAR UN AVIVAMIENTO EN MI
CORAZÓN?
TÚ NOMBRE ESTÁ ESCRITO EN LOS CIELOS
EL MARAVILLOSO ÁRBOL DE LA VIDA
LA PALABRA DE DIOS PROTEGE NUESTRA MENTE
JESUCRISTO ES NUESTRA VIDA
LIBRES PARA ADORAR A DIOS
EL MINISTERIO ES UN TESORO OTORGADO POR DIOS
MISMO
DIOS TIENE EL PODER PARA TRANSFORMAR EL
CAOS EN BENDICIÓN
INSTRUMENTOS PODEROSOS EN LAS MANOS DE
DIOS
HUIR DE DIOS NO ES LA SOLUCIÓN
CUANDO LA AMARGURA ES TRANSFORMADA EN
BENDICIÓN
NO TEMAS, DIOS ES TU ESCUDO
DIOS NO MIENTE, ÉL ES FIEL
LAS CUALIDADES DE UN VENCEDOR
SERVIR A DIOS ES UN HONOR
ESCUCHEMOS LA VOZ DE DIOS
EL PODER DEL SEÑOR ESTÁ POR ENCIMA DE TODAS
LAS COSAS
LA PROSPERIDAD QUE VIENE DE DIOS
EN SU TIEMPO DIOS HARÁ
HABLEMOS BENDICIÓN Y NO MALDICIÓN
LA VICTORIA ES POSIBLE
CADA HIJO DE DIOS ES UN PLAN DEL CIELO
NO ES POR MÉRITOS HUMANOS, SINO POR LA
GRACIA DE DIOS
EL SEÑOR NO SE HA OLVIDADO DE SU PLAN
CONTIGO
DIOS NUNCA SE EQUIVOCA
LIBRES PARA ADORAR Y SERVIR A DIOS
EL SEÑOR ESTÁ DE TU LADO
DIOS PLANEÓ LA SALVACIÓN PARA TU FAMILIA
CUANDO TE ACERCAS A JESÚS TODO CAMBIA
DESPUÉS DE LA TORMENTA HAY UN MILAGRO
DIOS FUE QUIEN TE ESCOGIÓ
EL PODER DE LA GRATITUD
DIOS TRAE UN NUEVO TIEMPO
UNGIDOS POR EL ESPÍRITU SANTO
DIOS NO HA PLANEADO TU FRACASO
LA PERSEVERANCIA ES LA PLATAFORMA DE TODAS
LAS VIRTUDES
DIOS TIENE CUIDADO DE SUS HIJOS
PRINCIPIOS PARA ALCANZAR LA VICTORIA
LA FE QUE GENERA LOS MILAGROS
CRECIENDO EN LA COMUNIÓN CON DIOS
CUANDO CRISTO SE MANIFIESTA TODO ES
TRANSFORMADO
UN GRAN OBSTÁCULO ES UNA GRAN PORTUNIDAD
TU SITUACIÓN NO ES DESCONOCIDA PARA DIOS
LA MEJOR PROVISIÓN ES LA QUE VIENE DE DIOS
UN MILAGRO EN MEDIO DE LA SEQUÍA
SOMOS VASIJAS DE BARRO
TU FAMILIA ES UN TESORO
QUITEMOS LO QUE ESTORBA LA CONQUISTA
DIOS TRAE COSAS NUEVAS
ES TIEMPO DE BATALLA Y DIOS NOS DA LA
VICTORIA
JESÚS RESTAURA Y TRANSFORMA LAS FAMILIAS
LA PODEROSA ARMADURA DE DIOS PARA EL
CRISTIANO
CRUCIFIXIÓN Y MUERTE DE JESÚS (1ª Parte)
CRUCIFIXIÓN Y MUERTE DE JESÚS (2ª Parte)
CRUCIFIXIÓN Y MUERTE DE JESÚS (3ª Parte)
TRANSFORMADO POR LA GLORIA DE DIOS
LA GRATITUD ES SEÑAL DE MADUREZ ESPIRITUAL
BUSCAR A DIOS DEBE SER UN ESTILO DE VIDA
AUNQUE PENSEMOS QUE TODO SE ACABA, DIOS
CONTINUA AL MANDO
JESÚS PUEDE CAMBIAR LA CRISIS EN UNA GRAN
BENDICIÓN
NO MIRES ATRÁS
EL PODER DE LA GRATITUD
JESÚS CAMBIA EL LAMENTO EN GOZO
LA INTEGRIDAD UNA VIRTUD QUE TE HARÁ
TRIUNFAR
ÉL TIENE CUIDADO DE TI