Salamanca y La Guerra Del Chaco
Salamanca y La Guerra Del Chaco
Cnl.P.B. DAEN. Nibardo Viscarra Rivera Conforme a la habitual infamia de la poltica, se ataca encarnizadamente al que no puede defenderse. Todava hay en Bolivia otro aliciente para los cobardes, se difama y calumnia, sin peligro, por que no hay castigo y por que el pueblo no tiene memoria. A todos los que me hacen responsable de la guerra y sus
Reiteradamente formul cargos concretos contra el Comando por la prdida de el Chaco Boreal y la desventajosa situacin militar, en que nos haba puesto con su incapacidad. Esperaba que, acaso esos cargos, tocaran a su delicadeza y a su honor militar, obligndole a pedir su relevo. Era esperar peras del olmo. La falta de vergenza y de honor militar en el Comando eran infinitas. No obtuve ms que una grosera como respuesta a mis cargos, el Comando intocable continuaba impertrrito en la tarea de llevarnos al desastre, en plena rebelin militar. Sobrevino la derrota de El Carmen que en mi concepto era de responsabilidad inexcusable del Comando. El ms grosero descuido y poco ms o menos a sabiendas del peligro que nos acechaba, este Comando ocasiono este funesto desastre. Imagine que el Comando estara humillado y que era la ocasin de renovarlo para salvar a Bolivia. Era mucho imaginar, suponer que aun exista en el Comando, algn tomo escondido de honor militar o de vergenza. Aunque yo tena mis dudas, pues ya conoca la condicin del Comando, yo deba intentar el cambio de su personal, a todo riesgo como la ultima esperanza de salvar a Bolivia de la derrota. Part de La Paz y llegue a Villamontes el 25 de noviembre. El 26 se dicto la Orden General sustituyendo a Pearanda por el General Lanza y a Rivera Jefe de Estado Mayor, con el Tcnl. Yez. Pero el 27 en la maana mi alojamiento fue cercado y asaltado por unos 400 hombres bien armados, encabezados por los mismos militares destituidos y por otros ms que no quiero recordar. Yo y mis compaeros quedamos presos e incomunicados. Por la tarde se me impuso la dimisin a mi cargo. No faltaran, segn lo espero quienes describan detalladamente esa brillante operacin militar de aquel comando, que no supo detener al enemigo extranjero y que solo aspiro a derribar al gobierno de su propio pas con una maestra admirable. En mi concepto ese acto, consumado en presencia del enemigo es el ms escandaloso de nuestra historia. Y fue ridculo y grotesco en sus medios y fatal para Bolivia por sus resultados. El Comando quedo victorioso del Gobierno y sigui llevando nuestras armas a la derrota ante el enemigo. Adems engendro instantneamente, al gobierno liberal que ahora nos rige y que no es ms que una hechura del Comando rebelde. Todos los altos jefes del ejrcito reunidos en Villamontes, se solidarizaron con la infamia, con las solas excepciones del Coronel Bilbao, excluido ya del ejrcito activo y del Teniente Coronel Moscoso que habiendo sembrado la semilla de esta rebelin, retrocedi ante sus consecuencias. El verdadero autor de esta proeza fue a mi juicio el Coronel Rodrguez.
Desde aquel momento quede excluido de toda intervencin y de toda influencia en el curso de las operaciones militares. Verdad que, anteriormente, tampoco tuve influencia valedera en su curso. Los diversos comandos que se han sucedido en el Chaco, han dirigido la guerra segn su criterio militar, repugnando siempre toda sugestin del Gobierno. Qu responsabilidad pude tener en los desastres militares ocasionados por la incapacidad de nuestros comandos?. El deber del Gobierno era procurar los contingentes de hombres y los elementos blicos necesarios para la defensa del pas y para la victoria. El gobierno, ha cumplido ese deber suficientemente. Despus de cada derrota a reorganizado la defensa con supremo esfuerzo. A organizado tres ejrcitos sucesivos y los ha armado. Los comandos los han llevado a la derrota y han entregado hombres y armas al enemigo. El Gobierno para salvar la deficiencia y la incapacidad de los militares, contrato asesores extranjeros que fueron rechazados por el Comando con una soberbia que resulta ridcula. El Comando humillado por las derrotas, fingi recibirlos como a los salvadores, pero en la realidad los redujo a la inaccin, impidindoles toda influencia positiva. El gobierno puso de su parte todo su esfuerzo y dio cuanto poda dar para nuestra defensa. Desgraciadamente no estaba en mis manos el insuflar a nuestros comandos la capacidad que les faltaba.