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Unidad 6

El sector primario en España, que incluye la agricultura, la pesca, la silvicultura y la minería, ha disminuido su importancia económica desde mediados del siglo XX debido a la mecanización y el crecimiento de otros sectores. El espacio agrario se enfrenta a desafíos físicos y humanos que limitan su desarrollo, aunque se han implementado técnicas modernas para mejorar la producción. La política agraria actual busca la sostenibilidad y la diversificación económica en las áreas rurales, apoyada por fondos de la Unión Europea.
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Unidad 6

El sector primario en España, que incluye la agricultura, la pesca, la silvicultura y la minería, ha disminuido su importancia económica desde mediados del siglo XX debido a la mecanización y el crecimiento de otros sectores. El espacio agrario se enfrenta a desafíos físicos y humanos que limitan su desarrollo, aunque se han implementado técnicas modernas para mejorar la producción. La política agraria actual busca la sostenibilidad y la diversificación económica en las áreas rurales, apoyada por fondos de la Unión Europea.
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UNIDAD 6.

LOS ESPACIOS DEL SECTOR PRIMARIO

0. INTRODUCCIÓN

El sector primario o extractivo está formado por cinco subsectores: agropecuario,


pesquero, actividades forestales y minería. (Este último suele vincularse al sector
secundario). Hasta mediados del siglo XX fue el sector más importante de la economía
española. Desde entonces ha perdido importancia por la mecanización del campo y el
crecimiento industrial y terciario. Tradicionalmente, las actividades del sector primario
estaban relacionadas con la explotación agropecuaria y forestal. Hoy, en cambio, se
desarrollan en él otras actividades propias del sector secundario, como las agroindustrias,
o del sector terciario (turismo rural).

1. ESPACIO AGRARIO Y ESPACIO RURAL

​ El espacio agrario es aquel territorio en el que se realizan las actividades agrarias y


forestales. En la actualidad, estas actividades contribuyen poco a la ocupación y al VAB
de España (4,1% y 3% respectivamente, 2021); mientras que el espacio rural suele
definirse como el territorio en el que, además de las anteriores, se desarrollan otras como
las turísticas o de conservación ambiental. Es un territorio no urbanizado, identificado en
España con los municipios de menos de 10000 habitantes. De su estudio se ocupa la
geografía rural.

2. FACTORES CONDICIONANTES DE LA ACTIVIDAD AGRARIA

A) FACTORES FÍSICOS

El medio natural español ofrece, en general, condiciones poco favorables para las
actividades agrarias.

●​ El relieve: La elevada altitud media y las excesivas pendientes son desfavorables


para la práctica agrícola en buena parte de España, ya que favorece la erosión de
los suelos y dificulta su mecanización.
●​ El tipo de suelo: Problemas edáficos son la excesiva explotación de los suelos, son
fácilmente erosionables, la falta de permeabilidad, o la elevada salinidad. En
España solo un 10% de los suelos son favorables para el desarrollo agrícola.
●​ El clima: la agricultura española está condicionada por la escasez e irregularidad
de precipitaciones (con relativa frecuencia de tormentas y granizo) y por los fuertes
contrastes térmicos: heladas, olas de calor… y aridez más o menos acusada.
●​ Las aguas para el regadío agrario se ven limitadas por la escasez y la irregularidad
de las precipitaciones.
●​ La vegetación natural herbácea y arbórea (que permite un aprovechamiento
ganadero y forestal) se encuentra degradada en algunas zonas; o ha sido
eliminada en favor de otros usos del territorio.
​ No obstante, estas dificultades se pueden paliar con avances técnicos como la
creación de bancales o terrazas en zonas de pendiente, la práctica del barbecho o el uso
de abonos o de distintos cultivos según la acidez del suelo (cereales para suelos ácidos;
frutales para los básicos).​

B) FACTORES HUMANOS

●​ La población agraria: Hasta mediados del siglo XX la sociedad española era


eminentemente agraria (en 1900 casi el 70% de la población activa). Desde
entonces (1960-1975), el desarrollo industrial, el avance del sector servicios o la
mecanización del campo provocaron un éxodo rural masivo. Actualmente, menos
de un 4% de la población trabaja en el sector, aunque hay diferencias regionales
(más del 10% en Extremadura o Andalucía, menos del 2% en Madrid o País
Vasco). Además, la población se encuentra envejecida (más de la mitad tiene entre
40 y 64 años) y masculinizada.
●​ El sistema de la propiedad: Incluye el régimen de tenencia y el tamaño de las
explotaciones.
-​ El régimen de tenencia es la relación legal que el agricultor mantiene con la
tierra. Cuando propietario y empresario coinciden se llama directo; cuando
no, indirecto. En este caso hay dos variantes: arrendamiento (el agricultor
explota las tierras a cambio de un alquiler) y aparcería (se paga al
propietario una parte de la cosecha o de la producción ganadera).
-​ El tamaño de las explotaciones. El latifundio (más de 100 ha.) reúne a más
del 50% de las tierras y a menos del 1% de los propietarios. Es
predominante en el interior peninsular y Canarias. La mediana explotación
(entre 10 y 100 ha) se ha incrementado en número y superficie,
predominando en la cornisa cantábrica, el litoral mediterráneo peninsular y
Baleares. Los motivos han sido la reducción numérica de las pequeñas
explotaciones, la necesidad de incrementar la competitividad y la política
agraria de la UE que promueve las explotaciones medianas para mantener
un densa red de agricultores en Europa. La pequeña propiedad o minifundio
(menos de 10 ha.) reúne un 10% de la tierra y a más del 50% de los
propietarios. Predomina en el norte peninsular (minifundios tradicionales que
generan pocos ingresos) y en la Comunidad Valenciana (modernas y muy
rentables explotaciones hortofrutícolas).
●​ Los aprovechamientos agrarios pueden ser agrícolas, ganaderos y forestales.
Tradicionalmente coexistían en el mismo espacio agrario. En la actualidad se tiende a
la especialización según las condiciones naturales o la demanda del mercado; aunque
también se promueve la diversificación productiva.
●​ Los sistemas agrarios son los procedimientos empleados para obtener productos
agrarios. Pueden ser extensivos o intensivos. En la actualidad se avanza hacia la
intensificación agraria; aunque la nueva PAC impulsa la extensificación como forma
de mejorar el cuidado del suelo y el bienestar animal.
●​ Las técnicas agrarias o instrumentos de producción han incorporado avances como el
uso de maquinaria, la selección genética de semillas y razas ganaderas; el empleo de
fertilizantes y productos fitosanitarios químicos; y los piensos compuestos. No

1
obstante, crecen las explotaciones que aplican técnicas más naturales y respetuosas
con el medio ambiente.

3. LA EVOLUCIÓN DE LA ESTRUCTURA AGRARIA EN ESPAÑA

A)​ La estructura agraria tradicional predominó hasta la década de 1960. Su objetivo


era conseguir la autosuficiencia alimentaria. Se caracterizaba por el empleo de una
población numerosa; el contraste entre pequeñas y grandes explotaciones donde
coexistían diversos usos agrarios (policultivo, ganadería y explotación forestal); el
predominio de sistemas extensivos y la tecnología atrasada. Como consecuencia,
la producción esa escasa y se destinaba ala autoconsumo y a un mercado interior
protegido por aranceles de la competencia exterior. El impacto sobre el medio
ambiente era moderado y consistía sobre todo en la deforestación para conseguir
tierras de cultivo y pastos para el ganado.
B)​ La estructura agraria productivista se inició en la década de 1960. Su objetivo es
maximizar la producción para vender al en el mercado. Se caracteriza por el
empleo de una población escasa, un progresivo aumento del tamaño de las
explotaciones que tienden a la especialización productiva, el uso de sistemas
intensivos y la incorporación de tecnología. Como consecuencia, la producción es
abundante y homogénea, y se destina a la venta en un mercado cada vez más
globalizado y liberalizado. El impacto medioambiental de esta agricultura es
elevado: deforestación, sobreexplotaicón y contaminación del aire, del suelo y del
agua.
C)​ La estructura agraria posproductivista se inició en la década de 1990. Su objetivo
es la sostenibilidad, combinando la competitividad con la conservación de la
herencia cultural agraria y del medio ambiente. Se caracteriza por el empleo de una
población escasa, pero suficiente para evitar el despoblamiento rural; el predominio
de explotaciones familiares que tienden a la diversificación productiva, el uso de
sistemas extensivos y de técnicas respetuosas con el medio ambiente. Como
consecuencia, la producción es variada y de calidad, y se destina a un creciente
número de consumidores “verdes”. El impacto ambiental trata de reducirse al
mínimo.

4. LA POLÍTICA AGRARIA

Las actuaciones políticas también repercuten en el espacio agrario. La entrada de


España en la UE desde 1986 supuso la reorientación de las importaciones en favor de
los países miembros, una subida de los precios agrarios para equiparse a los de Europa,
cuotas de producción para la leche, cereales, viñedo, pero también la llegada de ayudas
que contribuyeron a la modernización y elevaron las rentas y el nivel de vida de los
agricultores.

La PAC actual (2013) apuesta por modelo posproductivista desde 1990, cuyo
objetivo es la sostenibilidad o combinación de la competitividad con el cuidado
medioambiental, y la reducción de excedentes ha permitido suprimir las cuotas desde

2
2015. Pretende garantizar la seguridad alimentaria, conseguir una agricultura sostenible y
contribuir al desarrollo territorial de las regiones agrarias creando empleo y otras
actividades económicas que diversifiquen su economía. Para lograr estos objetivos la
PAC dispone de:
-​ El Fondo Europeo Agrícola de Garantía (FEAGA) que aporta fondos para
promocionar los productos europeos o el uso de sistemas ecológicos, y ayudas
directas a los agricultores con un pago por hectárea, otro para la instalación de
agricultores menores de 40 años, y otro pago ecológico si se mantiene parte de la
tierra como pasto. A estas ayudas los Estados pueden añadir otros dos pagos
voluntario para explotaciones como limitaciones naturales o para ciertos sectores
prioritarios económica y socialmente.
-​ Los fondos FEADER (Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural) financian la
mejora de la competitividad, el cuidado del medio ambiente y la mejora del nivel de
vida y del empleo en el campo, con fondos que repercuten en la construcción de
infraestructuras, planes de empleo, proyectos de capacitación de los agricultores,
etc.

5 LAS ACTIVIDADES AGRARIAS

Los usos del espacio rural se refiere a las actividades a las que se dedica este espacio. El 33,6%
de la superficie rural se destina a tierras cultivo, a uso forestal el 37,8%, a pastos y prados
naturales el 18,6%, y a otros usos el 10,7%. En lo referente a la producción, el 60% corresponde a
productos vegetales y el 40% a productos animales.

5.1. LA ACTIVIDAD AGRÍCOLA

5.1.1. LA ESTRUCTURA AGRÍCOLA

La agricultura actual se caracteriza por el monocultivo, por el uso de técnicas


modernas, poca mano de obra, altos rendimientos y producción destinada a la
comercialización. Las tendencias actuales se resumen en:
-​ Especialización de cultivos adaptados al tipo de suelo o a la demanda.
-​ Incorporación técnicas modernas: La agricultura se ha ido mecanizando desde los
años 60; utilización creciente de pesticidas y fertilizantes (sobre todo en regadíos);
selección de semillas y razas, incluyendo cultivos transgénicos; adopción de nuevas
técnicas de cultivo como los enarenados, invernaderos y los cultivos hidropónicos.
-​ Incremento de la agricultura intensiva. Se ha reducido el barbecho, ya que los abonos
hacen innecesario dejar descansar la tierra, aunque en zonas de secano sigue
practicándose. La agricultura intensiva se ha ligado, sobre todo, al aumento de la
superficie de regadíos. Los Planes de Regadíos se iniciaron ya con Joaquín Costa a
principio de siglo, aunque el más conocido será el Plan Badajoz de Franco, hasta que
la actual política de regadíos deriva de las exigencias de la UE y de la necesidad de
adaptarse al cambio climático. Se propone mejorar la eficiencia del riego (sustituir el
regadío “a manta” por los sistemas de aspersión, goteo) e incrementar el uso de
fuentes renovables. El regadío supone más productividad, fija población al crear
empleo y mejora la preparación técnica de los trabajadores; pero también supone más
consumo de agua, más erosión del suelo por el agua, la contaminación del suelo y del
3
agua por los fertilizantes y la alteración del paisaje por las infraestructuras de riego y
los invernaderos.

5.1.2. LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA

Aporta entre el 60-65% de la producción agraria, sobre todo en Castilla-Mancha, Andalucía,


Valencia, Murcia, Rioja o Canarias. Los cultivos de secano suponen el 78,8 % de las
tierras cultivadas y aportan un tercio a la Producción Final Agraria (PFA), mientras que el
regadío ocupa el 21,2 % de la superficie cultivada y el 60-70 % de la Producción Final
Agraria.
-​ Los cereales (Cebada, trigo, arroz, maíz, avena y centeno) se destinan a la
alimentación, piensos, biocombustible y ocupan el 34,8% de tierras cultivas,
preferentemente secano en régimen extensivo de rotación trienal, año y vez, y
barbecho, y con rendimientos escasos. Sólo el arroz y el maíz son de regadío.
Ocupan extensas áreas en Castilla, interior Ebro y Guadalquivir, campiñas
extremeñas, comarca leridana de Segarra y la cuenca de Vitoria y Pamplona. La
PAC subvenciona el abandono de la producción.
-​ Las leguminosas (judías, habas, lentejas, garbanzos) se destinan al consumo
humano y piensos para animales, se cultivan en las mismas regiones que los
cereales, rotando con ellos (aportan nitrógeno). Su producción se ha reducido por
su escasa productividad, la competencia de México, Turquía, China, y la
finalización de las subvenciones de la PAC.
-​ El Viñedo es un cultivo arbustivo de secano que produce uva para su consumo
como fruta, vino, alcohol, cava, en Castilla-La Mancha (Principal productora
mundial), La Rioja, Ribera del Duero, Rías Bajas Gallegas, Cariñena, Jerez,
Montilla, Extremadura, Cataluña, Huelva. Su producción se ha modernizado para
lograr mejorar la calidad mediante la creación de los Consejos Reguladores. A
pesar de las cuotas impuestas por la PAC seguimos ocupando el 2º-3º puesto
mundial.
-​ El Olivo es un cultivo arbóreo muy resistente a la sequía estival y produce aceituna
de mesa (10%) y aceite (90%). España es la 1ª productora mundial (40% del total),
siendo Andalucía la principal región productora (El 50% de la superficie de Jaén se
dedica al olivo), seguida de Castilla-La Mancha (Toledo, Ciudad Real),
Extremadura, Tarragona…. aunque tiene que hacer frente a la competencia de
Marruecos o Turquía, y a un excesivo control de empresas italianas en su
comercialización.
-​ El cultivo hortofrutícola (hortalizas y frutales) se destina al consumo en fresco,
conservas, zumos, y ocupa áreas de regadío en el Levante, Andalucía, Lérida,
valle de Guadiana, Coria, Navarra, y cultivos modernos de invernaderos en Almería
o regadío intensivo en Cataluña o Huelva. Destacan los frutales mediterráneo
(cítricos), valle Ebro (de hueso), Asturias, Lérida, y Barcelona (frutales pepita) y en
Canarias (plátano), floricultura en Andalucía y Cataluña. La mayoría se exporta,
convirtiendo a España en la huerta de Europa, a pesar de no tener subvenciones
PAC.
-​ Los llamados Cultivos industriales son de de regadío y suelen destinarse a su
transformación industrial, como la remolacha azucarera, lúpulo y el girasol

4
(Castilla-León), algodón y tabaco en Andalucía y Extremadura. La PAC ha reducido
o finalizado las subvenciones (tabaco) y ha establecido cuotas de producción
(girasol, colza), pero la demanda industrial, su transformación en biocombustible,
mantiene la producción.
-​ Los forrajes (Alfalfa, maíz forrajero, trébol) se cultivan en el norte (abundantes
precipitaciones) y en los regadíos de Andalucía, Aragón, Navarra y ambas
Castillas. Su producción ha aumentado desde los años 50, debido a la demanda
para alimentar ganado estabulado y para producir piensos.

5.2. LA ACTIVIDAD GANADERA

5.2.1. LA ESTRUCTURA GANADERA

La ganadería actual apuesta por la especialización (carne, leche, huevos..), con


razas específicas, la recuperación de razas autóctonas gracias a las subvenciones, uso
de técnicas modernas (mecanización, cuadras modernas), aumento de la ganadería
intensiva criada con piensos cerca de los centros de consumo, ya que la producción está
orientada al mercado. Esta especialización también conlleva un aumento del tamaño de
las explotaciones para abordar las grandes inversiones necesarias para la producción
intensiva, y una creciente dependencia de las grandes multinacionales productoras de
piensos o dominadoras de la distribución.
La ganadería extensiva se ha recuperado en el norte de España (Vacuno) y en
otras zonas de interior (ovino y caprino), gracias a las subvenciones europeas y a la
apuesta por unas explotaciones sostenibles medioambientalmente y que permitan
mantener las tradiciones rurales.
Actualmente la ganadería debe abordar algunos problemas: escasez de alimentos
para el ganado, creciente dependencia de piensos, tamaño explotaciones todavía
pequeñas, competencia exterior, problemas derivados de la sanidad animal que impone
inversiones para el control de enfermedades y prohíbe el uso de antibióticos y hormonas,
y problemas medio ambientales derivados, por ejemplo, de la producción de purines.

5.2.2. LA PRODUCCIÓN GANADERA


La cabaña bovina se dedica la producción de leche en régimen extensivo o mixto
en el norte, Andalucía y en explotaciones intensivas cerca de las ciudades. La producción
de carne se localiza en la España atlántica, en las dehesas extremeñas, y de forma
intensiva en granjas catalanas, aragonesas y de Castilla-León. La PAC subvenciona el
100% de la producción cárnica, pero sólo el 60% de la leche, y hasta 2015 mantuvo
cuotas de producción de leche que arruinaron la producción lechera de muchas
explotaciones medianas y pequeñas.
La cabaña ovina es mayoritariamente de régimen extensivo, en Castilla y León,
Castilla-La Mancha, Extremadura, Aragón… Produce carne, leche (quesos) y lana.
Conviven el sistema Trashumante, que hoy está en decadencia, la ganadería estante no
estabulada extensiva en pastos de secano del interior y de Extremadura, y la intensiva o
estabulada (ceba de corderos) en granjas. Debe abordar problemas como las
explotaciones excesivamente pequeñas, la necesaria modernización y maquinización y la
reducción de la subvenciones de la PAC al 50% de la producción y para razas autóctonas.

5
La cabaña porcina ha duplicado su producción en el siglo XX. La producción
intensiva en granjas con razas especificas alimentadas con piensos se localiza cerca de
los centros de consumo (Barcelona, Toledo, Segovia, Lérida, Murcia…), destinadas al
consumo en fresco y chacina. Las explotaciones extensivas con razas autóctonas (cerdo
ibérico) en Extremadura, Huelva y Salamanca, también han crecido notablemente. Aborda
determinados problemas, como la falta de subvenciones de la PAC, precios fluctuantes,
enfermedades frecuentes, y la competencia de países europeos (Polonia, Hungría,
Rumania), o el tratamiento de purines de las granjas.
Muy importante es la cabaña avícola en régimen de explotación intensivo en
granjas, en Cataluña, Aragón, Castilla-León, Galicia (COREN), Valencia, que producen
carne de pollo y huevos. La PAC sólo subvenciona la exportación de estos productos
fuera de la UE. Esta cabaña se ve favorecida por el continuo aumento de carne de pollo
desde los años 60, a medida que crecen las ciudades.
Podemos destacar otras cabañas con la Caprina, aunque en retroceso, para la
producción de carne de cabrito y quesos, sobre todo en Canarias, Extremadura y
Andalucía. La cabaña equina no deja de reducirse desde su sustitución por maquinaria
agrícola. Sin embargo ha crecido la producción de carne de conejo en granjas, la
apicultura (cera, miel y polen) intensiva y trashumante en las Hurdes y la Alcarria. Han
aparecido algunas cabañas reciente y casi testimoniales, como la cría de avestruz y el
búfalo (mozzarella).

5.3. LA ACTIVIDAD FORESTAL

La superficie forestal de España es de 19,4 millones de hectáreas (2021). Desde el


punto de vista económico los bosques españoles son explotados fundamentalmente para
la obtención de madera, celulosa y pasta de papel, obtenidos tanto de coníferas (pino
pinaster e insigne) como de frondosas alóctonas como el eucalipto, especie de rápido
crecimiento y alta rentabilidad, pero muy perjudicial para el entorno natural. También se
obtiene madera de especies autóctonas como el roble, el haya o el castaño. Otros
aprovechamientos forestales importantes son la resina para disolventes y el corcho para
tapones y aislantes. Además, se están fomentando la recolección de setas, hongos,
castañas, piñones, y el serrín industrial en forma de pellets como combustible. Las áreas
madereras principales son Galicia y la cornisa cantábrica. También destacan las coníferas,
los pinos de Segovia y Soria; y en frondosas, el chopo de León y el eucalipto de
Extremadura y Huelva.

La PAC y el Plan Forestal Español fomentan las repoblaciones y la silvicultura o


dedicación forestal de las tierras de exceso de la agricultura. Los objetivos son
incrementar las producciones forestales como motor de desarrollo rural, sobre todo en las
zonas desfavorecidas; y fomentar otros usos del bosque, como los recreativos y los
medioambientales, especialmente la protección del suelo y la absorción de CO2.

No obstante, el principal beneficio que aportan los bosques españoles no es


económico sino medioambiental, ya que la masa forestal es el principal elemento de
control de la erosión de los suelos y del enriquecimiento de la biodiversidad, por lo que
hay que preservar nuestros bosques de incendios, plagas y repoblaciones con especies

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no autóctonas. Por todo lo anterior, es de gran importancia potenciar el equilibrio entre los
ecosistemas y la acción humana, haciendo compatibles la preservación del medio
ambiente con la explotación económica. Es el caso de la dehesa*, donde la convivencia
del hombre y del paisaje ha permitido la conservación y la obtención de recursos
agropecuarios, forestales y cinegéticos sin alterar el medio natural.

6. LOS PAISAJES AGRARIOS EN ESPAÑA

​ Los paisajes agrarios españoles se definen por su diversidad, debido a la variedad


de factores climáticos, topográficos y edáficos que influyen sobre ellos. Se distinguen
cuatro regiones agrarias:

4.2.1 LA ESPAÑA ATLÁNTICA

Formada por las comunidades de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco es


una zona con predominio de la actividad ganadera y forestal frente a la agrícola, debido a
que posee un relieve accidentado, con escasas superficies llanas y al clima oceánico
que con sus abundantes lluvias favorece el desarrollo de prados y bosques.

El poblamiento predominante es disperso. En el pasado albergó a una población


numerosa, que en la actualidad es escasa y envejecida.

Abunda el minifundio y el régimen directo de tenencia de la tierra. Es frecuente el


cercado de campos (bocage) con arbustos o muros de piedra que protegen los cultivos
del ganado y que las parcelas estén alejadas entre sí, lo que disminuye su rentabilidad y
dificulta la mecanización.

Los principales aprovechamientos y usos del suelo son:

​ La agricultura ocupa una escasa superficie. En la costa, los campos se sitúan en


el fondo de los valles; en el interior, al ser estos más estrechos su aprovechamiento
agrícola es muy reducido. Predomina el secano, debido a la regularidad de
precipitaciones. En el pasado se practicaba el policultivo, porque los campesinos vivían

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aislados y necesitaban autoabastecerse. Se cultivaba maíz, patatas, frutales como el
manzano… en pequeños huertos al lado de las viviendas y para consumo familiar. La
economía familiar se completaba con la cría de ganado. Solo una parte de estos
productos se vendían en el mercado. Actualmente, la agricultura se ha especializado en
cultivos de huerta, plantas forrajeras (trébol, maíz forrajero…) y vinos de calidad en
comarcas gallegas y vascas (ribeiro, albariño, chacolí). La agricultura tiene mayor
importancia en Galicia.

​ La ganadería es la actividad primordial. El ganado bovino en régimen extensivo


para producir carne; y para producir leche en régimen intensivo, principalmente en
Cantabria y Asturias. En Galicia la ganadería bovina subsiste en pequeñas explotaciones
familiares. En el País Vasco el ovino tiene cierta relevancia (oveja latxa).

​ La explotación forestal es otra actividad importante. En el País Vasco y Galicia la


repoblación forestal con especies como el pino y el eucalipto se destina a la industria
papelera, para la industria del mueble se usan especies autóctonas como hayas, robles y
castaños.

4.2.2 LA ESPAÑA MEDITERRÁNEA INTERIOR

​ Comprende casi el 50% del territorio nacional: Ambas Castillas, Extremadura,


(para su estudio remitimos al apartado 5) Valle del Ebro y Valle del Guadalquivir.

A diferencia de la España atlántica, el medio físico presenta un relieve llano u


ondulado, precipitaciones escasas e irregulares y acusados contrastes térmicos
estacionales (riesgo de heladas por la elevada altitud media y la continentalidad).

Abunda el poblamiento concentrado, con núcleos de población más grandes en


el sur que en el norte, aunque en Andalucía y Extremadura hay también núcleos
dispersos (cortijos). En la actualidad albergan a una población muy escasa y envejecida.
El paisaje de campos abiertos (openfield) es el predominante, ya que el antiguo
aprovechamiento comunal de los pastos y montes impedían el cercado de las
propiedades.

Las explotaciones son de diverso tamaño. El minifundio predomina en los


regadíos del Ebro y en el valle del Duero, donde se ha reducido mucho debido a la
emigración y a la concentración parcelaria. La gran propiedad es característica de muchos
secanos castellanos, aragoneses, extremeños y andaluces.

Los principales aprovechamientos:

La agricultura presenta claras diferencias entre las áreas de secano y de regadío.


La agricultura extensiva de secano domina los páramos y campiñas de la Meseta y del
Valle del Ebro y del Guadalquivir, dedicados sobre todo a cultivos de trilogía mediterránea;
es decir, cereal, vid y olivo. El trigo ha perdido extensión frente a la cebada; y el barbecho
utiliza el girasol como cultivo de descanso o ha desaparecido por el uso de abonos
químicos. Los cereales predominan en Castilla y León. Destaca el cultivo de la vid, tanto
por la extensión (Castilla-La Mancha) como por la calidad de los caldos (D.O. Ribera del
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Duero, Toro, Rueda en Castilla y León, Rioja). La vid predomina igualmente en el Alto
Guadalquivir (Montilla-Moriles, Jerez…). En Jaén y Córdoba hay casi un monocultivo
olivarero,

La expansión del regadío ha posibilitado un aprovechamiento intensivo del suelo.


Los canales del Duero, Ebro, las Vegas del Guadiana y Guadalquivir han facilitado la
expansión de plantas industriales (remolacha azucarera, girasol), hortalizas y frutales,
transformando amplias zonas del interior en un paisaje verde. También crece el regadío
en las agroindustrias conserveras de hortalizas (Navarra, La Rioja, Aragón), mientras que
los cítricos y el arroz se extienden por el Bajo Guadalquivir.

​ La ganadería tiene importancia en ciertas áreas y en las dehesas occidentales. En


las penillanuras extremeñas y zamorano-salmantina y en el interior de Huelva dominan las
dehesas donde se cría el porcino extensivo (D.O. Jamón de Guijuelo, Dehesa de
Extremadura, Jabugo) En Castilla-León el porcino se encuentra mayoritariamente
estabulado. El vacuno para la producción de lácteos predomina en Salamanca y Ávila,
mientras que en ambas Castillas y el sur se desarrolla el ovino (churra y merina).

​ Las dehesas occidentales de Zamora, Salamanca, Extremadura y Andalucía son


explotaciones agroganaderas, surgidas del aclaramiento de bosques de encinas y
alcornoques. La dehesa tradicional tenía una orientación principalmente ganadera: sus
pastos alimentaban a los rebaños de ovino y porcino y, secundariamente de bovino; parte
de sus tierras se cultivaban en largas rotaciones para proporcionar alimentos y rastrojos al
ganado durante la larga sequía estival; y el fruto de las encinas y los alcornoques se
usaba en la etapa final de ceba del cerdo. En la actualidad, se han introducido algunos
cambios, como un mayor peso del ganado vacuno; la dedicación agrícola de algunas
dehesas con mejores suelos; y la reconversión hacia otros usos, como la caza.

​ La explotación forestal se reduce a pequeñas industrias del mueble en Soria y


Medina del Campo (Valladolid) y a la instalación de plantas de biomasa también en
Castilla-León.

4.2.3. LA ESPAÑA MEDITERRÁNEA LITORAL

​ Entre los rasgos físicos de la zona mediterránea (Cataluña, C. Valenciana,


Murcia, Baleares, costa andaluza) destaca la aridez de los suelos, la escasez de
precipitaciones y las elevadas temperaturas medias, que condicionan las prácticas
agrarias; así como, un relieve accidentado, llano cerca de la costa y algo montañoso en el
área prelitoral peninsular.

En cuanto a factores humanos, en esta zona domina la pequeña y mediana


propiedad familiar y la elevada productividad del regadío en el entorno de los ríos Turia,
Júcar y Segura. El hábitat predominante es concentrado, aunque subsisten poblamientos
aislados como las barracas (casas de campo valencianas) o las masías (Cataluña y
Baleares). La población, numerosa en el pasado, es hoy reducida debido al éxodo rural.

Los principales aprovechamientos y usos del suelo son:

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La agricultura predomina el regadío en explotaciones muy productivas dedicadas
a la horticultura (al aire libre o bajo plástico) y a la fruticultura en Levante, Murcia, litoral
de Granada, Almería (hortalizas) y Huelva (fresas). En ellas se obtienen varias cosechas
al año que se destinan mayoritariamente al comercio exterior. También destaca el viñedo
de secano en Murcia (Jumilla) o Valencia (Utiel-Requena y uvas de mesa del Vinalopó)

Las plantas tropicales (aguacate, mango…) se extienden por las costas de Málaga y
Granada, gracias a la excepcional suavidad de los inviernos. Destacan también las
plantas ornamentales y la floricultura.

La agricultura de secano: almendro, avellano, olivar y vid para vinos y cavas (D.O.
Priorato, Vallés, Penedés) se da en Cataluña.

​ En la ganadería destaca Cataluña, donde predominan las explotaciones porcinas y


bovinas que abastecen a una importante población urbana; y la ovina en los secanos.

​ La explotación forestal tiene escasa significación. Podemos citar Huelva, donde


hay grandes extensiones de eucalipto que se emplea como materia prima para la industria
de celulosa.

4.2.4. EL PAISAJE DE CANARIAS

Comprende el archipiélago canario.

El medio físico insular (rocas volcánicas y clima subtropical), su accidentado


relieve y la escasez de agua condicionan las prácticas agropecuarias insulares. La gran
ventaja es la benignidad de su clima que favorece la aparición de unos cultivos que no se
dan en ningún lugar de Europa (plátanos, papaya, piña…).

Abundan las explotaciones de tamaño medio y grande en la costa y las pequeñas


en las zonas montañosas. La falta de suelo provoca también la aparición de cultivos en
bancales o terrazas. En cuanto al poblamiento, se ha concentrado históricamente en
núcleos pequeños de casas y aldeas diseminadas. Los pueblos son pequeños. En ellos la
población se encuentra en retroceso debido a la atracción ejercida por las actividades del
sector terciario, como el turismo.

Los principales usos y aprovechamientos del suelo son:

​ En la costa, la agricultura que predomina es el monocultivo de regadío orientado a


la exportación (plátano, patata, tomate) los cultivos bajo plástico (pepinos, pimientos,
flores) y las plantaciones tropicales (aguacate, piña, mango…). En las zonas medias y
altas del interior de las islas, donde las precipitaciones son más abundantes, predomina la
agricultura tradicional de secano orientada al consumo interno (policultivo de patatas,
maíz, vid, cereales) y desarrollada en bancales. En las islas más áridas (Lanzarote y
Fuerteventura) la tierra se recubre con ceniza y arena volcánica para posibilitar el cultivo
de la patata y viñedos.

10
​ La ganadería que predomina es la ovina y caprina, más adaptada a la escasez de
pastos y terrenos abruptos.

​ La explotación forestal ha aprovechado la madera de laurisilva, la del fayal brezal


y de pino canario para el carboneo y construcción y los soportes de los cultivos.

4.2.5. EL PAISAJE AGRARIO DE MONTAÑA

Comprende los territorios montañosos por encima de los 1000 metros de altitud.

El medio físico es desfavorable: relieve de elevada altitud y fuertes pendientes, y


clima frío, con precipitaciones muy abundantes, que en invierno caen frecuentemente en
forma de nieve.

El poblamiento era tradicionalmente disperso en pequeños núcleos localizados en


los valles. En la actualidad tiende a concentrarse en pueblos mayores. Alberga a una
población con densidad muy baja y fuerte tendencia emigratoria.

Las explotaciones son contrastadas. Coexisten pequeñas explotaciones privadas


formadas por parcelas cerradas y frecuentemente separadas entre sí; con montes y
praderas municipales, de aprovechamiento exclusivo para los vecinos.

Los usos del suelo son diversos y complementarios, escalonándose en función de


las variaciones climáticas: agricultura en el fondo de los valles; explotación forestal en los
bosques de las vertientes; y ganadería en los matorrales y pastos de las cumbres; aunque
existen diferencias según el área climática donde se localizan las montañas.

La agricultura, en las montañas del norte peninsular, se practica en el fondo de los


valles y se centra en los cultivos de huerta. En cambio, en las montañas más térmicas de
Levante, del sur, y de Baleares, algunos cultivos como los almendros y olivos ascienden
por las vertientes en bancales y terrazas.

La ganadería es extensiva. En las montañas del norte peninsular es bovina u


ovina, y pasta en los claros de los bosques, en los matorrales y en las praderas de las
cumbres. En la montaña mediterránea, donde suelen faltar los pastos, domina la
ganadería ovina, que practica una trashumancia local entre el valle y la cima.

La explotación forestal es mayor en las montañas del norte. Se centra en el


aprovechamiento de la leña y de la madera de especies como el roble, el haya o el pino.

7. LOS PROBLEMAS AGRARIOS Y EL DESARROLLO RURAL

El mundo rural actual tiene diversos problemas que se intentan solucionar con
subvenciones procedentes de fondos FEADER y con políticas coordinadas por el
Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014-20120, al tiempo que la evolución actual
lleva a una multifuncionalidad (nuevos usos agrarios) y a una gran heterogeneidad (gran
diversidad según las regiones y comarcas).

11
7.1 LOS PROBLEMAS AGRARIOS Y EL DESARROLLO RURAL

a.Los problemas demográficos: La disminución, el envejecimiento y la


masculinización de la población rural por la emigración de los jóvenes y de las mujeres,
huyendo de las bajas rentabilidades agrarias y de una baja natalidad. La consecuencia es
el despoblamiento rural que implica desagrarización, deterioro del patrimonio cultural
agrario y del medio ambiente. Para solucionarlo se conceden ayudas para la instalación
de jóvenes agricultores (menores de 40 años) y de mujeres; se fomenta la formación
profesional y el emprendimiento juvenil y femenino.

b.Los problemas económicos: La modernización y la competitividad agraria son


insuficientes para mejorar la renta y competir con productos extranjeros, por lo que se
intenta: Reestructurar y mejorar las explotaciones apoyando la concentración parcelaria,
la renovación de maquinaria, la mejora del regadío y de las infraestructuras y el acceso al
crédito; transferir tecnología e innovación a las explotaciones para obtener productos
específicos para nuevos mercados (ecológicos, hipocalóricos, bajos en colesterol) y
productos de calidad (denominación de origen); y disminución de los costes de producción
aprovechando mejor los recursos energéticos, reduciendo dependencia con compañías
abastecedoras de semillas o abonos, y fomentando el acceso directo a los mercados.
La diversificación económica del espacio rural es escasa, por lo que se promueve
la transformación artesanal, industrial o energética de la producción; el comercio de
productos agrarios (agrotiendas); la caza; y el turismo rural en sus distintas modalidades.
Las exigencias de seguridad alimentaria, sanidad y bienestar animal de la PAC
incrementan los costes y reducen la competitividad, aunque mejoran la confianza de los
consumidores y aumentan la demanda. La seguridad alimentaria obliga a fijar la
trazabilidad de los alimentos, controla la venta de transgénicos y la utilización de
determinados productos químicos. La sanidad establece controles de plagas y epidemias
ganaderas. El bienestar animal se encarga de garantizar un trato adecuado a los
animales.

c.Los problemas sociales: La calidad de vida de las zonas rurales empeora en


función de la accesibilidad a infraestructuras de transportes, comunicaciones, sanidad o
educación, y por ello las políticas de desarrollo rural intentan invertir en estos apartados.
La exclusión social, la pobreza y el desempleo debe combatirse con programas de
desarrollo rural que impulsen el empleo, la capacitación de la población rural, el fomento
de cooperativas o microempresas para emprendedores.

d.Los problemas medioambientales: se producen por prácticas agrarias


inadecuadas que requieren Buenas Prácticas Agrarias (reducir las emisiones de GEI
mediante el uso eficiente de la energía, las máquinas; el uso de energías renovables; la
reducción del metano y el manejo del estiercol; otras medidas serían evitar la
contaminación del agua y del suelo por nitratos y productos químicos fitosanitarios,
impedir la desaparición de la vegetación por talas e incendios; proteger el suelo mediante
la rotación de cultivos y proteger la biodiversidad, preservando los hábitats y las especies.
En general se intenta que las prácticas agrarias sean sostenibles económica,
social, y medio ambientalmente. La agricultura ecológica no puede utilizar determinadas
12
prácticas, de la misma forma que la ganadería ecológica tienen que renunciar a la
estabulación permanente y apostar por los pastos o piensos naturales. La explotación
forestal sostenible se garantiza con la emisión del certificado forestal, consistente en
controlar que la explotación siga una serie de parámetros sostenibles
medioambientalmente. Muy importante es la apuesta por una producción integrada, que
está a medio camino entre la producción ecológica y la productivista, recurriendo a
productos químicos sólo cuando no hay otra posibilidad, y apostando por una agricultura
tradicional que aproveche al máximo los recursos naturales.

e.El deterioro paisajístico. El despoblamiento provoca el abandono de espacios


rurales y su cultura, por lo que se intenta preservar el paisaje rural tradicional y su
población, mediante programas que impulsen nuevas actividades, subvenciones para
rehabilitación de viviendas, construcción de infraestructuras de caminos rurales (Red de
Caminos Naturales y Rurales), o creando espacios rurales protegidos que impidan la
invasión del entorno rural por urbanizaciones residenciales en zonas próximas a las
ciudades.

8. LAS DINÁMICAS RECIENTES DEL ESPACIO RURAL

8.1. LA MULTIFUNCIONALIDAD
El espacio rural actual está diversificando sus funciones debido a varias causas:
Una nueva percepción positiva de lo rural por la sociedad urbana posmoderna; la
tendencia a descentralizar residencia, producción y servicios; y la mundialización de la
economía, que impulsa la competencia entre territorios, empujando a los menos
competitivos a experimentar nuevos usos agrarios.
Los nuevos usos se resumen en: Usos residenciales como viviendas de fin de
semana o urbanizaciones próximas a las ciudades, usos industriales en polígonos o por la
industria endógena, usos terciarios como la caza, ubicación de centros comerciales y
distribución cerca ciudades, turismo rural; y usos ambientales para proteger espacios de
interés medioambiental o histórico.
Como consecuencias, desde el punto de vista demográfico estos usos han atraído
población a determinados espacios, invirtiendo la tendencia a despoblarse;
económicamente provoca una dinamización del mundo rural, aunque los nuevos usos
pueden entrar en conflicto con los viejos por la utilización del agua o el suelo; socialmente
hay una mayor diversidad social, pero pueden producirse conflictos de intereses por el
control político de la localidad o pérdida de la identidad rural a favor de los nuevos
habitantes de origen urbano; ambientalmente existe una mayor valoración de la
naturaleza, pero también puede haber una mayor presión sobre los recursos y más
contaminación, si no se regulan bien las nuevas actividades; y en el plano territorial se
mejora la integración con el resto de territorios, aunque también se agudizan las
diferencias entre los espacios más dinámicos y los más ruralizados o aislados.

13
8.2. LA HETEROGENEIDAD DEL ESPACIO RURAL
La diversidad en el mundo rural sigue siendo una de sus características. Conviven
algunos espacios rurales donde predominan las actividades tradicionales (ganadería,
agricultura) con otros espacios que han diversificado y modernizado los usos agrarios.
Los primeros subsisten en zonas aisladas de montaña, en el interior de las dos
mesetas, en zonas de agricultura extensiva, con unos sistemas de producción muy
tradicionales y poco competitivos. Los segundos corresponden a zonas que han adoptado
el modelo productivista que busca la rentabilidad para competir en el mercado (regadío
intensivo, vid, olivo, producción hortofrutícola, invernaderos…), y a zonas
posproductivistas que han apostado por la calidad y la conservación de productos
autóctonos (agricultura ecológica) o usos turísticos y de conservación del patrimonio
natural e histórico. También hay espacios rurales en los que se han impuesto actividades
urbanas o de turismo de masas, en zonas de playa o en el espacio periurbano próximo a
las grandes ciudades.

9. EL SECTOR PRIMARIO EN EXTREMADURA

​ Pese a los cambios, el sector primario continúa siendo muy importante en nuestra
región. Por ejemplo, casi un 11% del empleo en Extremadura se localiza en el sector
primario, lo que casi triplica la media nacional y comunitaria.

FACTORES CONDICIONANTES DEL SECTOR PRIMARIO EXTREMEÑO

Los factores físicos: Las mayores dificultades para el desarrollo agrario proceden
de la debilidad de los suelos, de la escasez e irregularidad de las lluvias y de las elevadas
temperaturas en los meses secos.

Los factores humanos: En la región se mantiene la dualidad entre el latifundio


(secano) y el minifundio (mayoritariamente de regadío), que ha originado importantes
problemas sociales1 para los que se ensayaron diversas reformas como la extensión del
regadío mediante el fallido Plan Badajoz2. Los trabajadores son, en su mayor parte, de
edad avanzada que trabaja la tierra en régimen de propiedad. También existe una
importante cifra de jornaleros.

​ Estos condicionantes están siendo superados con la PAC, de donde Extremadura


recibe cuantiosas subvenciones para mejorar la rentabilidad mediante la mecanización o
la tecnificación de los regadíos. Se apuesta por desarrollar una agricultura de calidad
mediante el control de las denominaciones de origen de numerosos productos de alta
calidad (cereza del Jerte, Pimentón de la Vera, aceite de Monterrubio, aceite Gata-Hurdes,
vinos Ribera del Guadiana…) y el fomento del cooperativismo agroindustrial, no exento de
problemas (ACOREX).

1
En este sentido, podemos recordar la figura del cacique extremeño y del terrateniente absentista, magníficamente retratados en la
novela de Miguel Delibes, Los Santos Inocentes, fielmente adaptada al cine por Mario Camus en 1984.
2
Se inició en 1952 con una política de extensión del regadío, mediante la construcción de presas (Orellana, Cíjara, García Sola,)
canales (Montijo, Orellana…) y embalses (Brovales, Valuengo…) en los cauces del Guadiana y sus afluentes. Con estos regadíos se
crearon unos 40 pueblos de colonización, los llamados “pueblos blancos”,como Guadiana del Caudillo, Hernán Cortés, Valdelacalzada,
La Bazana…que en los ochenta perdieron población porque las pequeñas parcelas dadas a los propietarios no resultaban rentables.

14
LOS ESPACIOS AGRARIOS EN EXTREMADURA

Los cultivos de regadío se localizan en las vegas del Guadiana en Badajoz y en las
del Alagón, valle del Tiétar, Campo Arañuelo y Jerte en Cáceres. Los rendimientos son
elevados. Los principales cultivos son el tabaco, el tomate, el arroz, el maíz, el espárrago,
la cereza y otros frutales (peras, ciruelas, melocotones…)

Las dehesas se sitúan en el sur y suroeste de Badajoz, parte de la Penillanura


Trujillano-Cacereña y las Sierras de Guadalupe, Montánchez y San Pedro. De ellas se
obtienen recursos forestales (bellotas para el cerdo ibérico; leña, carbón y corcho)
ganaderos (cría del porcino ibérico) y agrícola (cultivo de cereal).

Los cultivos de secano se extienden por la Penillanura trujillano-cacereña, la


Serena, los Llanos de Olivenza, las Villuercas… Los principales cultivos son el olivo, la vid
y los cereales.

PRODUCCIONES AGRÍCOLAS

​ Extremadura está a la cabeza del país en la producción de tabaco, tomate, maíz y


soja. En el caso del tabaco, prácticamente todo el que se produce en España procede de
la comarca de Campo Arañuelo, con Talayuela como eje central. Un 85% de la cosecha
nacional de tomate para industria se obtiene en las Vegas Bajas y Altas del Guadiana.
También es importante la producción de arroz o aceituna de mesa. Mención aparte
merece la cereza del Jerte, famosas en todo el país (aunque la mayor producción procede
de Aragón). La región ocupa posiciones destacadas en la producción de ciruela, aceite y
trigo. También son importantes los viñedos, destacando Tierra de Barros y Vegas del
Guadiana, donde hay una agroindustria muy activa vinculada a la D.O. Ribera del
Guadiana.

LA GANADERÍA

​ El subsector ganadero se ha basado tradicionalmente en la ganadería extensiva.


La cabaña ganadera* está formada mayoritariamente por razas autóctonas (cabra verata,
vacuno retinto, oveja merina y porcino ibérico) adaptadas a su entorno. También se han
recuperado otras como el vacuno de raza blanca cacereña, casi extinta.

En ganado ovino Extremadura es la región con mayor número de cabezas de


España. La raza predominante es la merina, repartida principalmente por la Serena, la
Siberia o la Penillanura Trujillano-Cacereña. La producción ovina se destina a carne (D.O.
CORDEREX) y lácteos como D.O. Queso de la Serena y Torta del Casar.

Ganado bovino: La producción se destina a la industria láctea, algunas en régimen


de cooperativa. La producción cárnica se da en las dehesas, donde se crían especies
autóctonas como la retinta, avileña, o blanca cacereña, cruzadas con razas europeas.
Destaca como producto de calidad la D.O. Ternera de Extremadura.

15
Ganado caprino: Se cría en zonas montañosas de las estribaciones de los Monte
de Toledo y Sierra Morena. La producción se destina a carne y quesos (D.O. Queso de los
Ibores)

Ganado porcino: En el caso del porcino, más de la mitad de los animales


registrados pastan en las dehesas extremeñas. Este dato también sirve para aclarar que
el origen de las piezas que se curan en dos de las principales zonas productoras de
España, Jabugo y Guijuelo, proceden de animales criados en dehesas extremeñas.
Destaca la D.O. “Dehesa de Extremadura”.

OTRAS ACTIVIDADES DEL SECTOR PRIMARIO

La apicultura: Es una actividad importante en zonas deprimidas. Destacan las


comarcas de Las Hurdes, La Siberia y las Villuercas-Ibores en la producción de miel y
cera (D.O. Miel de Villuercas-Ibores).

Las actividades forestales: Se centra en la explotación de madera, (cerezo, castaño


y coníferas); los frutos de castaños y pinos, el corcho, la leña y el carbón, que se obtienen
de alcornoques y encinas.

Los recursos cinegéticos: El número de licencias, venta de armas, complementos


de caza y arrendamientos de cotos es creciente y forman parte de la oferta turística
extremeña. Lo mismo puede decirse de la pesca.

La agricultura ecológica: Aunque en nuestra región hay pocas agroindustrias de


productos ecológicos, esta actividad se centra en el olivo, los cereales, los frutales…
transformando y envasando pimentón, aceite de oliva, miel, mermeladas.... En ganadería,
las explotaciones producen carne de ovino y vacuno.

La acuicultura: Ya en 1591 la tenca se consumía en las proximidades de


Plasencia y en 1620 se daba la cría en cautividad de la trucha. Sin embargo, no podemos
decir que hoy en día exista en Extremadura una acuicultura industrial con vistas al
consumo, ya que la mayor parte de la producción se dedica a la repoblación de ríos y
lagunas (Centro de Acuicultura de Villafranco del Guadiana y centro de trucha común del
río Jerte).

10. LOS ESPACIOS DE LA ACTIVIDAD PESQUERA

El espacio pesquero español o caladero nacional se extiende desde la costa hasta


las 200 millas náuticas, que delimitan la zona económica exclusiva de pesca (ZEE). Se
organiza en ocho regiones: noroeste, cantábrica, tramontana, levantina, surmediterránea,
suratántica, balear y canaria. Además, la flota pesquera española faena en caladeros
comunitarios e internacionales, siendo el más importante el del Atlántico.

​ La actividad pesquera tiene escasa significación en la ocupación (0,17% en 2021).


No obstante, mantiene gran importancia en regiones como Galicia, en la dieta alimenticia

16
española y en el desarrollo de otras actividades (astilleros, fábricas de conservas,
instrumental…)

LA FLOTA Y LA POBLACIÓN PESQUERA

La flota pesquera española se compone mayoritariamente de embarcaciones de


menos de 20 toneladas de registro bruto (TRB) y buques algo mayores (entre 20 y 150
TRB) que practican principalmente la pesca de bajura en aguas territoriales. Las
técnicas de pesca más empleadas son las de superficie (palangre*, cerco, pesca de
arrastre*…) y las de fondo. Muchas empresas son de carácter familiar y suelen agruparse
en cofradías.

​ La pesca de altura y gran altura opera en los grandes caladeros mundiales con
barcos de gran tamaño que emplean modernas técnicas de pesca. Suponen un 20% del
total de buques y aportan la mayoría del pescado fresco y congelado en buques
factorías*. En ambos casos España tiene la flota más envejecida de la UE, por lo que su
número se ha visto reducido para poder adaptarse a las normas de la Política Pesquera
Común (PPC).

​ Por lo que respecta a la población activa, el número de trabajadores en el sector es


menor al 1%, se encuentra envejecida y posee escasa formación. Los riesgos de la mar o
la estacionalidad impuesta por las paradas biológicas han hecho que cada vez sean
menos los pescadores nacionales y aumente la presencia de inmigrantes.

CALADEROS Y REGIONES PESQUERAS

Hoy en día, la pesca española se realiza en varias zonas:

​ Los caladeros nacionales: Las aguas nacionales son las que discurren desde la
costa hasta 200 millas náuticas o Zona Económica Exclusiva (ZEE). En esta zona faena la
mayor parte de la flota pesquera española. Ofrece recursos modestos. ​

Los caladeros comunitarios: La pertenencia de España a la UE ha permitido el


regreso de los barcos españoles a zonas como Irlanda o Groenlandia. La UE impone
también las capturas que se pueden realizar y los periodos de parada biológica, para
impedir el agotamiento de los caladeros.

Los caladeros en terceros países: La UE suscribe acuerdos con países africanos


del Atlántico y del Índico y con países latinoamericanos y Canadá. Los barcos que faenan
en estos caladeros aportan el 50% de las capturas.

LOS PROBLEMAS MEDIOAMBIENTALES

Los más vinculados a la pesca son la sobreexplotación y la contaminación. La


sobreexplotación de los recursos se debe al exceso de capturas y al empleo de artes de
pesca indiscriminadas, que amenazan con agotar algunas especies. Para prevenirla, la
nueva PPC fija cuotas para cada especie según el rendimiento máximo sostenible y se

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establecen paros biológicos. Se prohíben la pesca de tallas mínimas, el uso de artes de
pesca indiscriminadas. Se repueblan los caladeros y se protegen.

La contaminación producida por la actividad pesquera afecta al clima por las


emisiones de los barcos. Por tanto, es necesario mejorar los motores y la eficiencia
energética y desarrollar las energías renovables de origen marino. La contaminación
afecta también al agua por los vertidos. Frente a este problema se compensa la
recuperación de artes de pesca perdidos y otros desechos, se adoptan estrategias para
recoger el plástico e incorporarlo a la economía circular y se regeneran las zonas
degradadas.

LA PPC, en la actualidad, debe enfrentarse a nuevos retos, que marcan sus


prioridades desde 2020: contribuir a la seguridad alimentaria, proporcionar a la sociedad
pescado seguro y de calidad; conseguir una pesca sostenible, promover el desarrollo de
los territorios costeros (atrayendo a los jóvenes, promoviendo el empleo y la creación de
empresas); y reforzar la gobernanza o cooperación internacional sobre los océanos para
garantizar su protección, seguridad, limpieza y gestión sostenible. Las medidas para
alcanzar estas prioridades se financian con el nuevo Fondo Europeo Marítimo de Pesca y
de Acuicultura (FEMPA).

LA ACUICULTURA

El cultivo de especies acuáticas es una alternativa para combatir la


sobreexplotación. España posee unos condicionantes naturales favorables porque
dispone de costas largas y diversas; y de numerosos lagos, ríos y embalses. Por otro
lado, la población dedicada a esta actividad es escasa y decreciente. España es el
principal productor de especies acuícolas, tanto de agua dulce (trucha arcoiris, tencas y
esturiones) como de agua salada: moluscos (mejillones, ostras, almejas) en las bateas de
las rías gallegas (primera región productora) y pescado (dorada, lubina, rodaballo, salmón
y atún rojo). Así como de algas y esponjas para cosmética y alimentación.

Los problemas que afectan a la acuicultura son su escasa rentabilidad y


competitividad. Los motivos son los elevados costes de instalación y de producción
(piensos). Los gastos para el cumplimiento de las exigencias sobre protección
medioambiental, seguridad y bienestar animal, la competencia de otros países, entre otros
aspectos. Por eso, la PPC concede ayudas para aumentar la rentabilidad: mejora de
infraestructuras, se financia la acuicultura ecológica, prevención de patologías y planes de
I+D+I sobre nuevas variedades de cultivos.

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