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Revisión Del Neopsicoanálisis y Sus Aportaciones A La Psicología Clínica

El neopsicoanálisis, surgido de las divergencias con Freud, se centra en aspectos de la personalidad más allá de la teoría sexual, destacando las contribuciones de figuras como Adler, Jung, Horney, Sullivan y Erikson. Estas aportaciones han enriquecido la psicología clínica al enfatizar la importancia de las relaciones sociales, el desarrollo psicosocial y la influencia cultural en la neurosis. A pesar de su relevancia, el neopsicoanálisis a menudo es subestimado en la literatura científica actual.
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Revisión Del Neopsicoanálisis y Sus Aportaciones A La Psicología Clínica

El neopsicoanálisis, surgido de las divergencias con Freud, se centra en aspectos de la personalidad más allá de la teoría sexual, destacando las contribuciones de figuras como Adler, Jung, Horney, Sullivan y Erikson. Estas aportaciones han enriquecido la psicología clínica al enfatizar la importancia de las relaciones sociales, el desarrollo psicosocial y la influencia cultural en la neurosis. A pesar de su relevancia, el neopsicoanálisis a menudo es subestimado en la literatura científica actual.
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Revisión del neopsicoanálisis y sus aportaciones a la

psicología clínica
Desde sus inicios el Psicoanálisis ha sido ampliamente estudiado. Inicialmente fue
creado por Freud y a lo largo de la historia ha sido uno de los modelos más influyentes
para explicar las conductas humanas a través de los procesos inconscientes. Freud
tenía varios discípulos, algunos de ellos (Adler, Jung) tuvieron diferencias con él y
decidieron crear su propio modelo de Psicoanálisis. Las aportaciones de éstos y otros
de los seguidores de Freud como Horney, Sullivan y Erikson formaron las bases de lo
que hoy se conoce como neopsicoanálisis. Los fundadores del neopsicoanálisis en
general renuncian a la teoría sexual de la neurosis propuesta por Freud y se concentran
en otros aspectos de la persona. En Psicología Online, con el presente trabajo, hacemos
una revisión sobre el neopsicoanálisis y sus fundadores, asimismo presentamos las
aportaciones de los neopsicoanalistas al campo de la psicología clínica. Sigue leyendo
y descubre una amplia revisión del neopsicoanálisis y sus aportaciones a la
psicología clínica.

Introducción a las aportaciones del neopsicoanálisis a la psicología clínica:


El propósito de este trabajo es exponer a la comunidad científica los rasgos principales
de las perspectivas Neopsicoanalistas ya que la información sobre el
Neopsicoanálisis es escasa excluyéndose en ocasiones de la literatura y el campo
científico, a pesar de que la estructura de la psicología actual tenga fundamentos
psicoanalíticos y aspectos de la personalidad que fueron en un principio diseñados por
Neopsicoanalistas. ¿Cuáles son las aportaciones del Neopsicoanálisis a la
Psicología Clínica?, en este trabajo se señala que existen varios aspectos en la obra
de los Neopsicoanalistas que pueden ser considerados como aportaciones relevantes
para la Psicología Clínica, es por ello que este trabajo hace énfasis en tales aspectos y
pretendemos hacerlos visibles para su análisis.
Las contradicciones de Freud con algunos de sus discípulos fueron el primer paso
histórico para el surgimiento del Neopsicoanálisis. Entre los primeros analistas que
rompieron con Freud y desarrollaron sus propias escuelas de pensamiento están Alfred
Adler y Carl G. Jung. Ambos fueron primero seguidores importantes de Freud, Adler
fue presidente de la Sociedad Psicoanalítica de Viena y Jung presidente de la Sociedad
Internacional Psicoanalítica. Ambos se separaron de Freud porque sentían que había
un énfasis excesivo en las pulsiones sexuales. Durante 10 años Adler fue miembro
activo de la Sociedad Psicoanalítica de Viena. Sin embargo, en 1911, cuando presentó
sus ideas a los demás miembros de este grupo, la respuesta fue tan hostil que tuvo que
dejarlo para formar su propia escuela de Psicología Individual. Adler dio mayor énfasis
a los impulsos sociales y los pensamientos conscientes más que a los impulsos
sexuales instintivos y los procesos inconscientes. Se interesó posteriormente en los
sentimientos de inferioridad psicológicos y en los esfuerzos compensatorios para
enmascarar o reducir esos sentimientos dolorosos. Adler consideraba que las defensas
eran manifestaciones de esfuerzos compensatorios contra los sentimientos de
inferioridad asociados con una debilidad infantil, la manera en que la persona intenta
enfrentar esos sentimientos llega a ser parte de su estilo de vida. Adler habló de la
voluntad del poder como una expresión de los esfuerzos de la persona para enfrentar
los sentimientos de debilidad provenientes de la infancia. La teoría de Adler hace énfasis
en la manera en la cual la gente responde a los sentimientos acerca de si mismos, cómo
responde a las metas que orientan su conducta hacia el futuro y el modo en que el orden
de nacimiento entre hermanos puede influir en el desarrollo psicológico.
Jung se separó de Freud en 1914, pocos años después que Adler y desarrolló su propia
escuela de pensamiento llamada Psicología analítica. Al igual que Adler, Jung estaba
en desacuerdo con lo que él sentía que era un énfasis excesivo en la sexualidad. De
hecho, Jung veía a la libido como una energía vital generalizada. Aunque la sexualidad
forma parte de esta energía básica, la libido también incluye otros impulsos de placer y
creatividad. Jung aceptó el énfasis que hizo Freud en el inconsciente pero le agregó el
concepto de inconsciente colectivo. De acuerdo con Jung, la gente tiene almacenadas
en el interior de su inconsciente colectivo, las experiencias acumulativas de las
generaciones anteriores. El inconsciente colectivo, al contrario del inconsciente
personal, es compartido por todos los seres humanos como resultado de la raza en
común. Jung señala que una parte importante del inconsciente colectivo son las
imágenes universales o símbolos, conocidos como arquetipos. Jung hacía énfasis en la
manera en la cual la gente lucha contra las fuerzas opuestas de su interior. También
afirmaba que existía una lucha entre la parte masculina (animus) y una parte femenina
(anima) de los seres humanos.
Karen Horney se educó como una analista tradicional en Alemania y llegó a los Estados
Unidos en 1932. Poco después se separó del pensamiento psicoanalítico tradicional y
desarrolló su propia orientación teórica y programa de formación psicoanalítica. Las
afirmaciones de Freud con respecto a la mujer hicieron pensar a Horney en la
importancia de la influencia cultural en las neurosis. El énfasis de Horney en el
funcionamiento neurótico está en la manera en que los individuos intentan enfrentar la
ansiedad básica, el sentimiento que tiene un niño de estar aislado y débil en un mundo
potencialmente hostil. De acuerdo con su teoría de la neurosis, en la persona neurótica
existe un conflicto entre las tres maneras de responder ante esta ansiedad básica. Estos
tres tipos, o tendencias neuróticas, se conocen como acercamiento, enfrentamiento,
alejamiento. En el acercamiento, la persona intenta afrontar la ansiedad mediante un
excesivo interés en que se le acepte, se le necesite y se le apruebe. En el
enfrentamiento, la persona supone que toda la gente es hostil y que la vida es una lucha
contra todos. En el alejamiento, el tercer componente del conflicto, la persona se aparta
de las demás personas en un acto neurótico de separación. Aunque cada persona
neurótica muestra una u otra tendencia como un aspecto especial de su personalidad,
el problema en realidad es que existe un conflicto entre las tres tendencias en su
esfuerzo por manejar la ansiedad básica.
Harry Sullivan nunca tuvo contacto directo con Freud y fue el que más acentuó el papel
de las fuerzas sociales e interpersonales en el desarrollo humano. De hecho, a su teoría
se le conoce como Teoría de Psiquiatría interpersonal. Sullivan dio gran importancia a
las primeras relaciones entre el niño y la madre, así como al desarrollo de la ansiedad y
el sentido del sí mismo. La madre puede comunicar la ansiedad en las primeras
interacciones con el niño. Para Sullivan el “sí mismo” tiene un origen social y se
desarrolla a partir de los sentimientos que se experimentan en contacto con los demás
y de apreciaciones reflejadas o percepciones que el niño hace de la manera en que es
valorado o apreciado por los demás. El sí mismo está en relación a la experiencia de
ansiedad como opuesta a la seguridad, por lo tanto existe el buen yo que está asociado
con las experiencias placenteras, el mal yo, que está asociado con el dolor y las
amenazas a la seguridad, y el no yo, o la parte del sí mismo que se rechaza debido a
que está asociada con la ansiedad intolerable.
Erik Erikson uno de los principales psicoanalistas del yo, describe el desarrollo en
términos psicosociales más que meramente sexuales, Erikson enfatizó las bases
psicosociales así como las instintivas para el desarrollo de la personalidad; extendió las
etapas del desarrollo para incluir el ciclo entero de la vida y articuló los principales
problemas psicológicos que se enfrentan en esas etapas posteriores; reconoció que la
gente mira hacia el futuro así como hacia el pasado y la manera en la cual construyen
su futuro puede ser una parte tan significativa de la personalidad como el modo en el
que interpretan su pasado. Erikson desarrolló una teoría psicosocial que hace hincapié
en la adaptación mutua entre el individuo y el ambiente, subrayando el papel que Freud,
asigno al yo, pero le proporciona otras cualidades como la necesidad de confianza,
esperanza, destreza, intimidad, amor e integridad. Consideraba al yo como una fuerza
creativa que permite manejar los problemas de manera eficaz. Erikson considera que el
desarrollo es un proceso que dura toda la vida, su punto de vista refleja su interés por
las necesidades interpersonales y culturales del individuo en desarrollo. Describe un
ciclo vital de etapas cada una de las cuales presenta al individuo las tareas que debe de
llevar a cabo. El fracaso para resolver los conflictos de una etapa en particular hace que
sea más difícil el afrontamiento en las etapas posteriores. Las etapas de Erikson van
desde la adquisición de una sensación de confianza hacia los demás hasta la
satisfacción consigo mismo y los logros propios, además de una sensación de orden y
significado de la vida que se desarrolla en los últimos años. Era más optimista que Freud
en su creencia de que el ego podría dominar tanto los impulsos instintivos y los desafíos
ambientales, lo que daría como resultado una vida de relativa satisfacción. Erikson se
interesaba particularmente en la capacidad de una persona para lograr tano el dominio
como la creatividad.
Entre las reelaboraciones del psicoanálisis más seguidas en la actualidad se encuentra
la de Jacques Lacan quien fundamenta su teoría en la lingüística estructuralista al
afirmar que el inconsciente está construido como un lenguaje. Con Lacan se tiende un
nuevo puente entre psicoanálisis y lingüística que revoluciona la teoría y práctica
psicológica, en especial la psicoterapia; razón por la que algunos teóricos lo consideran
como el psicoanalista más importante después de Freud. Mención especial también
requiere Wilhelm Reich, entre sus aportes a una nueva visión psicoanalítica de la psiquis
se encuentran: su interpretación de la neurosis como derivada de una reactivación de la
libido en su teoría de la energía vital del orgón o de los biones y la utilización de
experimentos psicofísicos y la creación de equipos para demostrar sus teorías y
transformar los estados mentales de los sujetos en sustitución de las tradicionales
terapias verbales psicoanalíticas, así como por ejemplo, su denominada
“vegetoterapía”. Es necesario mencionar también por su importancia para una
interpretación psicoanalítica del desarrollo psíquico infantil, la obra de Ana Freud quien
puede ser considerada como la fundadora del psicoanálisis infantil y de Melanie Klein
quien subrayó la importancia del juego para el conocimiento del inconsciente infantil y
el papel determinante de la madre en el psiquismo de los menores. Con posterioridad
se desarrolla un fuerte movimiento Neopsicoanalítico que llega hasta nuestros días en
múltiples escuelas y teorías que realizan sus propias elaboraciones a partir de nociones
freudianas acerca de la psiquis tales como el inconsciente, los instintos, la sexualidad,
la experiencia individual y las vivencias traumáticas (en particular en los primeros años
de la infancia), la dinámica de la personalidad, lo normal y lo patológico, el método
psicoanalítico, etc.
Respecto a las aportaciones de Freud a la psicología Antonio Damasio afirma: “A
medida que pasen los años y acumulemos más datos sobre el funcionamiento del
cerebro, la gente cada vez se dará más cuenta de que la neurología confirma muchas
de las ideas de Freud”. (citado en Paniagua, 2004). En 1958, Geoffrey Gorer escribió
sobre la “influencia diluida” del psicoanálisis en nuestra cultura: “Gracias al trabajo de
Freud los débiles y los desheredados son comúnmente tratados con solicitud y
compasión, y con un intento de comprensión que constituye uno de los pocos cambios
del que no tenemos que avergonzarnos en el clima de opinión del presente siglo” (citado
en Waelder, 1960). Con lo de “influencia diluida”, este antropólogo británico se refería
precisamente a las repercusiones de las ideas de Freud en campos diferentes a la
aplicación clínica del psicoanálisis. Ha existido a lo largo de los años un debate acerca
de las teorías Neopsicoanalíticas, y de acuerdo con Ramirez, J.(2006) la mayoría de
textos que se producen por partes de algunos analistas, refleja una actitud muy cercana
al desmerecimiento que muchos teóricos de las Terapias Cognitivo-Conductuales
atribuyen a la clínica psicoanalítica por no arrojar datos empíricamente demostrables.

El psicoanálisis y el neopsicoanálisis y sus autores:


Ramírez J. (2006) también señala que a lo largo del tiempo el psicoanálisis se ha
tomado como un antagonista del procedimiento científico, ya que su principal sustrato
se encuentra del lado de lo inmaterial y alejado de la conciencia ligada a la razón.
Es difícil resumir los avances que se han logado en la terapia psicoanalítica durante
los últimos años debido a que son tantos y tan variados que muchas veces han llegado
a constituir sistemas teóricos y terapéuticos por sí mismos. No se refiere a aquellos que
desde el inicio no estuvieron de acuerdo con sus postulados básicos del psicoanálisis
freudiano (Jung, Adler, Rank) Explícitamente, hoy se acepta que el término
“psicoanálisis” se reserva para aquellos modelos que se fundamentan en los
descubrimientos de Sigmund Freud. Con esta consideración en mente, puede intentarse
una cierta clasificación (muy arbitraria) de los avances y ampliaciones que el
psicoanálisis ha tenido, dependiendo de:
 La edad del paciente y el tipo de patología: en cuanto a la primera, en la
actualidad el psicoanálisis se aplica a prácticamente todo el rango de edades:
niños (A. Freud, Jelin) adolescentes (Bos), adultos y jóvenes (que siempre ha
sido el grupo principal) e, incluso ancianos. En lo referente al tipo de patología,
ya se ha indicado que, hoy por hoy, se hace psicoanálisis con la mayor parte de
los psicopatolóvicos, aparta de las neurosis: psicóticos (Rosenfeld, Searles),
trastornos fronterizos de la personalidad (Kernberg), trastornos narcisistas
(Kohut, Kernberg), personalidades psicopáticas, disfunciones sexuales,
trastornos psicosomáticos y, aún, algunas adicciones (como complemento de
otros tratamientos), entre otros.
 La modalidad de tratamiento: además de la terapia individual, el psicoanálisis se
aplica a parejas (Dicks, Willi, Laemaire), grupos (Bion, Foulkes, Anzieu, Kaës,
Yalom), familias, sistemas educativos (Pichón Reviére, Bleger), instituciones
(Schavartein), etc.
 El elemento de la teoría que se destaca: la psicología del yo (Hartmann,
Lowenstein, Kris), la teoría de las relaciones objetales (Klei, Fairbasir, Balint,
Kernberg), el narcisismo (Kohut, el proceso de separación-individuación
(Mahler), el lenguaje y el significante (Lacan), entre otros.
Haciendo una revisión sobre las aportaciones del Neopsicoanálisis al campo de la
psicología clínica podemos partir de las investigaciones de Alfred Adler y William
Glasser, Adler (1870-1937), psicoanalista austríaco neo-freudiano, conocido por su
enfoque de la Psicología Individual y William Glasser (1925-), psiquiatra
norteamericano, humanista creador de la Terapia de Realidad y la Terapia de la
Elección. Estos dos teóricos hicieron propuestas sobre las explicaciones de la conducta
criminal y los aspectos a tener cuenta por los psicólogos y otros investigadores con el
fin de comprender esta amenaza mundial. Tanto Adler como Glasser realizaron
observaciones desde las cárceles y hospitales mentales. Adler ha sido considerado
como precursor del humanismo en la psicología Europea, mientras que Glasser se hizo
famoso con sus controversiales planteamientos sobre la personalidad criminal. Adler es
uno de los primeros teóricos en plantear la particularidad de decisión consciente del yo
y en postular la responsabilidad consciente de las decisiones. La visión de Adler era de
una personalidad compuesta pero funcionalmente unitaria. Otorgó gran importancia a
los procesos sociales de la persona y en donde el ser humano nace con un gran
sentimiento de inferioridad que le motiva consciente o inconscientemente a luchar por
su superación.
Feist y Feist (citado en Vásquez, 2008) muestran un estudio longitudinal realizado por
Douglas Daugherty, Michael Murphy y Justin Paugh (2001) que comprueba la relación
entre bajos niveles de interés social y la conducta delictiva. Aunque los investigadores
diferencian entre dos tipos de delincuentes encontrados en las cárceles que estudiaron,
los de bajo interés social y los de normal interés social, encontraron que los de bajo
interés social, al ser puestos en libertad, tendían a reincidir con mayor frecuencia en
tanto que los que mostraron buen nivel de interés social mostraron mejores tendencias
adaptativas, reintegrándose a la sociedad (trabajo, familia, comunidad) y evitando caer
de nuevo en las cárceles. Un interesante y minucioso estudio sobre la criminalidad de
los años setenta en Guadalajara, México (Jiménez, 2006), coincide con las
características demográficas señaladas por Adler relacionadas al efecto del fallido
sentido de comunidad. Se encontró que la mayor parte de las personas encarceladas
residían en áreas de pocos recursos y servicios, muchos de ellos provenían de otros
Estados y estaban viviendo temporalmente (avecinados, migrantes) en Guadalajara con
dificultades de integración comunitaria, y la mayor parte tenían muy baja escolaridad (el
48 % no rebasaba la educación primaria, sólo el 16 % iniciaron, pero no terminaron,
estudios de educación media básica, 20% no tenían nada de escolaridad, y solo 8%
tenían licenciatura).
De otra parte, el Dr. Bernardo Kliksberg (2001) en su artículo titulado El crecimiento
de la criminalidad en América Latina: Un tema urgente, indica otra condición social,
también señalada por Adler como un factor de predisposición a la criminalidad y al
neuroticismo, referido a las condiciones de trabajo. En su libro, El sentido de la vida
(1935), Adler identificó algunas características específicas de la personalidad criminal,
sugiriendo una tipología de la conducta desviada. En síntesis, la causa de la criminalidad
en Adler responde a tres postulados centrales de su teoría de la Psicología Individual:
el sentimiento de inferioridad mal manejado, la necesidad de poder mal encausada, y al
fallido o débil sentido de comunidad. El fracaso es una experiencia psicológica y social
nefasta que produce estilos de vida nada saludables. Es inútil seguir trabajando con la
persona aislada a su contexto sin ejecutar modelos de transformación social.
Glasser por su parte considera que el ser humano es responsable de encontrar
satisfacción apropiada de ambas necesidades y no puede considerarse victima de nada
ni de nadie, sino asume esta responsabilidad, es responsable hasta de su deficiencia
asunto que ha resultado muy controversial ya que contradicen la política pública, judicial
y forense de irresponsabilizar victimizando al enfermo mental. El ser humano aprende a
ser libre en la medida en que aprende a ejercer sus elecciones y asumir la
responsabilidad de buscar la persona clave en su vida con la que se puede canalizar y
satisfacer sus necesidades emocionales. En general Adler y Glasser proponen las
siguientes perspectivas: La importancia de los procesos de la consciencia, el enfoque
de responsabilidad, la importancia del proceso de toma de decisiones, el enfoque del
humanismo.
Méndez, Ibáñez y Ramos (1999) ponen de manifiesto en un estudio con dos pacientes
con depresión dos caminos que puede tomar el modelo psicoanalítico, ambos
tratamientos se realizan en el marco de un Servicio de Salud Mental de la Comunidad
de Madrid con un encuadre de una sesión semanal y una duración limitada a un año.
En uno de los pacientes el objetivo terapéutico fue intentar entender al paciente
trabajando la temática concreta que aparece en su discurso, esto es, buscando la
disminución de su culpa persecutoria ofreciendo un modelo de mandato superyoico
menos exigente o más acorde con el sentido de realidad. En el otro paciente el objetivo
era abrir un marco en el que la queja sintomática pudiera ser expuesta sin
cuestionamiento, intentando su articulación con el resto de los componentes de la
personalidad en un doble ámbito: articulación consigo mismo. Este estudio pone de
manifiesto que muchos pacientes no tienen la capacidad para representar causas y
efectos, atribuir y experimentar intencionalidad a su conducta o sentimientos, por lo cual
el trabajo terapéutico Psicoanalítico no se concentra en estos pacientes en revelar
significados, sino de crearlos en el marco de la relación terapéutica, las intervenciones
del terapeuta se enfocaron en ayudar al paciente a experimentar el significado mismo
disipando las dudas sobre la validez de su experiencia. El trabajo psicoterapéutico actual
tiene diferentes abordajes terapéuticos sin embargo también defiende la implantación
de tratamientos combinados o multidimensionales necesarios cuanto más graves son
los trastornos psicopatológicos a tratar.
Las investigaciones de Margareth Mahler sobre las fases tempranas de la infancia han
permitido comprender detalladamente los procesos de individuación y de la formación
temprana de la identidad. Sus aportaciones al campo clínico, han brindado información
más precisa sobre el desarrollo de las relaciones objetales. La relevancia de los estudios
de Mahler (1975) se debe, en gran parte, a su estrategia metodológica, en la cual la
observación directa de niños fue siempre conectada con la indagación casuística y la
interpretación teórica. Ello le permitió evitar un modelo empirista limitado.
El estudio de Valadez (2006) sobre la relación de la emoción con la cognición en la
creatividad: estudio del caso Carl Gustav Jung revela algunas de las aportaciones de
éste a la psicología actual. Jung se introdujo a su propio mundo inconsciente y es así
como configura su teoría sobre el inconsciente colectivo, Jung estructuró su propia
experiencia como un proyecto científico. Con esto se desprende que existe un proceso
inseparable entre teoría, vivencia y método, un sello que ha sido característico de los
Neopsicoanalistas. Esto se extiende aún más allá de la cognición y con esto se avala
que las emociones son de igual forma importantes en cuanto que se convierten en una
vía de conocimiento; y pueden mostrar el proceso de configuración de un nuevo campo
simbólico.
Para Lacan (1966) en “La Ciencia y la Verdad”, el sujeto del cogito inauguró la vía de la
ciencia moderna por lo que ha sido necesario este paso para el surgimiento mismo del
psicoanálisis; en tanto que el sujeto sobre el que este opera es el sujeto de la ciencia.
Lacan propone que la misma ciencia da paso a la creación de la idea del inconsciente
pues a partir del vacío que esta genere por medio del lenguaje, es que el inconsciente
hablara desde ese sitio, entendiéndose que la ciencia al expulsar al sujeto lo relega a
una función que solo por medio de considerarse efecto del lenguaje es que podrá dar
cuenta de su existencia como efecto de ese vacío. Lacan (1964), afirma que la terapia
psicoanalítica será entendida como una acción concertada por el hombre, que le da la
posibilidad de tratar lo real mediante lo simbólico, consistiendo justamente en hacer
hablar. Existe un punto dentro del mismo acto de hablar que puede evocar lo más
profundo de cada sujeto, elucidándose una relación entre palabra y deseo, vía el afecto.
En contraparte, están las acciones de algunos especialistas, que prestan poca atención
al decir de cada “paciente”.
En una investigación más reciente Ramírez (2007) hace un abordaje sobre el
psicoanálisis y la educación especial con niños; dentro de su aportación menciona que
para Pernicone (2001), es fundamental saber escuchar al niño con necesidades
educativas especiales, pues tiene necesidad y derecho propio a expresar, como sujeto,
su sufrimiento y ser atendido como algo más que un mero objeto-cuerpo. Por eso deberá
existir un psicoanálisis especial para dichas necesidades especiales diagnosticadas,
que adapte su clínica y planteamientos a las exigencias del lenguaje particular emitido
por el sujeto que grita por ser atendido. Ranieri (2000) menciona que para hablar de la
intervención de un psicoanalista dentro de la constitución del sujeto, basta el ejemplo
otorgado por la clínica analítica con niños, que actúa desde la construcción de la escena
del juego. Dicho acto, que no sólo acompaña y entretiene, constituye un modelo de
expresión (en algunos casos el único), ya que incluye el planteamiento de la relación
estrecha del mismo con la fantasía. Así, es posible hablar de un lenguaje que se expresa
de forma tan cotidiana, que muchas veces es desatendido.

Otros autores del neopsicoanálsis y estrategias terapéuticas:


Melanie Klein trabaja la concepción del juego en su artículo La personificación del juego
en los niños (1929), donde explicita la forma en que el juego sirve como representación
de las fantasías, deseos y experiencias inconscientes del niño que no puede transmitir
con palabras. Esto significa que la angustia generada en el proceso de desarrollo se
convierte en un posterior síntoma desencadenante de una perturbación en la vida del
niño, por lo que el análisis presto a la escucha del lenguaje del juego permite una
liberación de esta angustia, aún cuando existen problemas con el simbolismo. Para Klein
el juego es una nueva expresión de un simbolismo arcaico, hecho que podría incluso
explicar los problemas de expresión, lenguaje y socialización. Lo anterior conduce a
concebir, junto con Aberasturi (2004), una técnica dentro de la clínica en la que el chico
pueda aportar una parte de su expresión de forma libre en el juego y donde el terapeuta
observe el tipo de juego y los roles donde se ubica el sujeto, para luego realizar
interpretaciones orales o dentro del mismo juego. Esto, siempre y cuando existan juegos
repetitivos y se tome en cuenta el lenguaje propio de cada sujeto, para que surja
libremente como individuo autónomo. Todas estas técnicas se aplican en la actualidad
en la terapia con niños y adolescentes en el campo de la psicología clínica.
Otro de los autores más sobresalientes del Neopsicoanálisis reconocidos está Heinz
Kohut. Las aportaciones de Kohut han constituido la llamada Escuela de la Psicología
del self, que en la actualidad congrega a muchos seguidores de diversas disciplinas
entre las cuales se cuentan a psicoanalistas, psicólogos, psiquiatras, médicos y
pedagogos, de diversas partes del mundo. En 1977 publica su libro El análisis del self,
respecto a este concepto; Kohut lo define como “una abstracción psicoanalítica del nivel
bajo (cercano a la experiencia), es decir, como el contenido del aparato psíquico”. Es
decir, que es algo que los sujetos pueden describir de sí mismos como experiencia de
un sentimiento y una representación cognitiva que engloba la sensación de ser una
persona en el tiempo.
La patología fundamental de la personalidad narcisista, nos dice Kohut, radica en el
hecho de que ni el self ni los objetos narcisistas arcaicos, están suficientemente
catectizados, por lo que están expuestos a la fragmentación temporaria. O bien, pueden
estar suficientemente bien catectizados pero no integrados con el resto de su
personalidad, privándose así el self maduro de las catexias narcisistas. De esta forma,
la conciencia de vulnerabilidad del self es lo que genera la angustia de los narcisistas.
La fuente principal de su malestar es la incapacidad psicológica para regular la
autoestima y conservarla en niveles normales. Este malestar se manifiesta en la clínica
terapéutica con la siguiente sintomatología transitoria: Sentimientos de vacío y
depresión sutiles pero penetrantes, que se alivian tan pronto se establece la
transferencia narcisista o se intensifican si la relación con el analista sufre alguna
perturbación.
El paciente, en ocasiones, tiene la impresión de que no es completamente real o tiene
emociones embotadas. Realiza su trabajo sin entusiasmo, se deja llevar por la rutina y
no tiene iniciativa. Estos problemas se presentan cuando se ha quebrado la
transferencia narcisista. Se ha perdido el self-object proveedor externo de autoestima.
En estos casos se refiere a transferencia narcisista, en la medida en que la sensación
de autoestima se establece y se sostiene mediante el vínculo con el terapeuta. Kohut,
creía que los trastornos psicológicos se presentan cuando hay deficiencias importantes
en la estructura del yo. Las experiencias tempranas indeseables pueden interferir en el
desarrollo del yo.
Aksenchuck (2006) pone de manifiesto que en un país como Francia en épocas
actuales donde se hacen campañas contra la depresión el gobierno considera que el
mejor método para contrarrestar este padecimiento es el farmacológico y que el
psicoanálisis es la opción menos viable, puesto que en un mundo de vértigo y extrema
competitividad; para todo aquello que disfunciona es necesario encontrar recetas hiper-
rápidas. Aksenchuck (2006) frente a las terapias conductuales para las que poco o nada
importa la singularidad del padecimiento del sujeto, ya que la receta a aplicar es siempre
la misma: sugestión; propone el psicoanálisis como una terapia que: No se conforma
con mejorías sintomáticas no duraderas, No implica el retorno a un estado anterior , Ni
consiste en forzar al sujeto a coincidir con ideales universales de salud, maduración o
adaptación a ‘la’ realidad.
Blatt (2009) señala que existen diferentes tipos de pacientes y que los pacientes
altamente autocríticos, perfeccionistas e introyectivos demuestran una ganancia
significativamente mayor en la psicoterapia intensiva de largo plazo y en el psicoanálisis.
Los individuos excesivamente preocupados por cuestiones de autodefinición y
autovaloración, tienen usualmente los recursos intelectuales y las capacidades de
autoreflexión necesarias para involucrarse constructivamente en un tratamiento
psicoanalítico intensivo a largo plazo.
Blatt (1992) sugiere que un tratamiento substancialmente más largo e intensivo puede
ser requerido para los pacientes introyectivos, altamente autocríticos para permitirles
establecer una relación terapéutica y comenzar a cambiar las enraizadas
representaciones mentales negativas de sí mismo y otros. Es también probable que los
pacientes introyectivos que están preocupados por cuestiones de autonomía y control
reaccionen negativamente a limitaciones arbitrarias en el proceso terapéutico y que
respondan más constructivamente a un proceso de tratamiento en el que ellos participan
decidiendo cuando terminar. Estos hallazgos son consistentes con los provenientes de
una reciente encuesta realizada por Consumer Reports (Seligman 1995) la cual
encontró que los pacientes reportaban mayor ganancia terapéutica en un proceso de
tratamiento con final abierto.
Investigación realizada en 2004 por Alonso, menciona que la psicoterapia es la
interacción entre la teoría, la técnica y la práctica, sin embargo esta debe ser flexible
y no estandarizada para todas las personas , por esto se considera que no existe una
terapéutica idéntica para cada una de las personas, mas bien Jung propone un abordaje
en el que por medio de la experiencia, realizar un contacto en que se intente conocer en
cada caso individual los sueños, las tendencias curativas para activarlas para que se
manera consiente se utilicen y lleven al sujeto a la auto-curación.
En la terapéutica aportada por Jung. Las neurosis no tienen una connotación negativa,
pues se perciben como una oportunidad de lograr la transformación creativa. Visualizó
las siguientes estrategias terapéuticas (Alonso 2004):
 El proceso por lograr la individuación.- este se logra diferenciando al yo de la
sombra, el anima, animus, y el si mismo evitando la identificación con los
mismos y logrando con esto un “Completamiento” y una integridad.
 El trabajo con la persona y la sombra, el ánima y animus.- a partir del cual el
sujeto logra manifestar tanto sus partes aceptadas como aquellas no aceptadas.
Esta fase consiste en un momento de doloroso reconocimiento ante el que hay
que ayudar al paciente a aprender a utilizarle para la auto-transformación.
 Disolución de complejos.- esta estrategia busca que la persona evite la
identificación o proyección y consiga identificar y dar voz a aspectos reprimidos
para lograr integrar los opuestos a partir de actividad afectiva que se logra
cuando se vivencia el suceso que origino el complejo.
 La interpretación de símbolos por medio de los sueños.- esta interpretación
permitirá conocer la causa y el propósito del sueño, además facilitara el conocer
aspectos de la realidad del sujeto que se están compensando cuando sueña.
Esto se logra mediante asociación libre del sueño cuidando no alejarse de los
símbolos que se encuentran en su contenido.
 El uso de métodos auxiliares como la imaginación activa que consiste en llevar
acabo un dialogo donde se combine lo racional con lo irracional.
 El análisis didáctico.- este de trascendental importancia desde la perspectiva de
Jung, pues implica la necesidad de todo analista de ser analizado antes de
analizar a otras personas.
Principios fundamentales del psicoanálisis:
El análisis junguiano aunque no propone técnicas estereotipadas se considera como
un proceso que debe ser aprendido y enseñado a los pacientes para que estos lo
apliquen por si solos y eviten la dependencia del terapeuta.
Lama (2001) señala que en el psicoanálisis el objeto de estudio es "el material verbal
del paciente que expresa su versión subjetiva del mundo", ya que, "lo que se analiza no
es la vida del paciente, sino su psiquismo". Y el estudio del psiquismo, consciente e
inconsciente, es la tarea que mejor distingue el psicoanálisis del resto de terapias.
Lama (2001) afirma que las investigaciones con técnicas de imagen cerebral han
mostrado que el cerebelo juega un papel importante desde el nacimiento del niño y a lo
largo de todo el primer año de vida. El cerebelo constituye el substrato del sistema
mnémico más primitivo, el cual conserva y organiza las memorias más arcaicas,
especialmente las relativas a la experiencia motora, pero también las originadas a partir
de otras modalidades sensoriales. Con las primeras experiencias el cerebelo crea
mapas o planos del propio self y del mundo circundante que permiten desarrollar un
modelo de self-en-el-mundo. Es trascendente lo que sucede cuando en el curso del
primer año el cerebelo conecta con el tálamo y el cortex parietal.
Mientras estas estructuras van madurando, activan sus propios sistemas mnémicos y
son capaces de crear sus propios mapas de la experiencia, los mapas cerebelosos
previos no se destruyen. No sólo no se destruyen sino que la información procedente
de los mapas cartografiados por el cerebelo perdura, se comparte e influencia la
elaboración de los nuevos mapas/representaciones tálamocorticales. Es decir, las
memorias más arcaicas van a ser transferidas a los centros superiores y casi nada de
nuestra biografía se va a perder. Por tanto, el nuevo modelo de self-en-el-mundo,
llamémoslo "cortico-límbico", que albergará representaciones complejas del self, del
mundo y de las relaciones entre ambos, no se va a crear desde la nada sino bajo la
influencia de la experiencia previa cerebelosa. De hecho, el cerebelo sigue ejerciendo
cierto control sobre las funciones cognitivas del adulto y, por eso, ya no se considera un
mero órgano de control del movimiento. En este sentido, los sistemas mnémicos
cerebelosos son los mapas del SNC necesarios para poder "mapear".
Desde el punto de vista del funcionamiento cerebral, durante la etapa edípica ocurre un
hecho de importancia capital: la mielinización interhemisférica comienza a ser suficiente
para que se produzca un notable intercambio de información. Aunque esta mielinización
interhemisférica es todavía incompleta a los 9 o 10 años de vida, durante el tercer año
las relaciones interhemisféricas cambian drásticamente y el hemisferio izquierdo -el
hemisferio del lenguaje-se vuelve dominante respecto al hemisferio derecho. Por tanto,
el comienzo de la etapa edípica, un periodo evolutivo crítico psicológica y
neuroanatómicamente, coincidiría con un cambio radical en el procesamiento de la
información. La maduración del SNC permitiría a los hemisferios cerebrales funcionar
de una manera más coordinada y consolidaría el funcionamiento de los sistemas
mnémicos relacionados con el logro de un self cohesivo. El éxito de la transición desde
la etapa preedípica a la edípica dependería de la capacidad cerebral para coordinar
diversas funciones interhemisféricas, entre ellas, la integración del funcionamiento
según el proceso primario -hemisferio derecho- con el funcionamiento según el proceso
secundario -hemisferio izquierdo.
Otra consecuencia de la colaboración interhemisférica sería la puesta en marcha de
nuevos y más maduros -neuróticos-mecanismos de defensa. De hecho, la represión no
sería sino el resultado de cierto bloqueo del intercambio interhemisférico, que sería
susceptible de verificarse mediante técnicas de neuroimagen. El conflicto psíquico sólo
sería posible cuando las diferentes unidades funcionales cerebrales estuvieran
conectadas pues, de lo contrario, esquemas o patrones arcaicos podrían coexistir
aunque fueran mutuamente incompatibles.
La maduración fisiológica y psicológica puede llevar un ritmo diferente en un niño
particular con respecto a la media, por ejemplo en la talla, sin que ello implique patología.
No parece que la dinámica pulsional edípica pueda ser experimentada y elaborada de
manera idéntica. Un cerebro "bihemisférico" pondría a disposición del aparato psíquico
una serie de mecanismos sublimatorios muy necesarios en el escenario edípico. En
caso de demora en la mielinización, la colaboración interhemisférica precisaría que la
información compartida siguiera transitando por estructuras arcaicas del SNC. De esta
forma, el riesgo que cogniciones, afectos o conductas primitivas impregnaran los
conflictos y relaciones objetales edípicas parecería evidente.
Estas hipótesis, aunque basadas en hallazgos empíricos, son todavía especulativas,
pero son una muestra del tipo de relación que puede establecerse entre la neurociencia
y el psicoanálisis durante el recién comenzado siglo XXI.
En muchas de las grandes ciudades del mundo se han formado redes de investigación
interdisciplinar que unen los campos de la neurología y el psicoanálisis, y que han dado
origen a la Sociedad Internacional Neuropsicoanalítica (Fundada en Londres en el año
2000).
Mark Solms, neuropsicólogo de la Universidad de la ciudad del Cabo (Sudáfrica) en
un reciente artículo publicado en la revista Investigación y ciencia, que lleva por
título Vuelve Freud señala que los neurólogos están encontrando pruebas que avalan
algunas de las teorías de Freud y que, a la vez, están atando cabos acerca de los
mecanismos subyacentes a los procesos mentales que describió, también afirma que
los neurólogos están cayendo en la cuenta de que las descripciones biológicas del
cerebro resultan más coherentes si se les integra en las teorías psicológicas que Freud
enunció hace un siglo confirmando la existencia de los procesos mentales
inconscientes, por último afirma que los neurólogos creen que los mecanismos
instintivos que rigen la motivación humana son aún más primitivos que lo que Freud se
imaginó cuando hablaba del ello,
Con el transcurso de los años, el psicoanálisis se ha desarrollado hacia una enorme
pluralidad de concepciones teóricas y técnicas diferentes; en 1979, Joseph E. ex
Presidente de la Asociación Psicoanalítica Internacional, concluyó que aunque existan
diferentes conceptuaciones, los psicoanalistas se mantienen unidos alrededor de tres
principios fundamentales:
1. Existen procesos psíquicos inconscientes y barreras que se oponen a su
concienciación.
2. Existe una continuidad en la vida psíquica.
3. Existe una energía psíquica que proviene de fuentes somáticas, pero que es
diferente a ellas.
Las aportaciones del Neopsicoanálisis, aunque por su variabilidad de enfoques,
concepciones y su intensa evolución histórica durante más de medio siglo resulta difícil
establecer generalizaciones acerca de los rasgos característicos, pero de manera
resumida se pueden distinguir:
Su contemplación de los procesos sociales y culturales, incluyendo a la educación como
elementos formadores de la personalidad y/o desencadenantes de los conflictos
intrapersonales y/o interpersonales.
Profundización en los problemas de la existencia humana (cómo debe vivir el hombre y
qué debe hacer), transitándose de esta manera, de lo estrictamente psicológico en su
manifestación clínica a lo filosófico en sus aspectos axiológicos, éticos, etc.
Actitud crítica ante la sociedad moderna que deshumaniza al hombre y enajena su
personalidad, produciendo a un sujeto reprimido, patológico, lleno de conflictos y
traumas. Es por tanto, función del neopsicoanálisis reformarlo para en muchos casos
considerar a su vez esta vía como la idónea para modificar a esta sociedad misma,
enfermiza y pervertida.
Búsqueda de determinados valores vitales que deben ser objeto de atención psicológica
como vía de armonización de los intereses personales con los de la sociedad.
Búsqueda de la individualidad y de la acción volitiva del hombre en la superación de sus
conflictos y traumas, y para el desarrollo de su personalidad; de ahí que en su cuerpo
categorial predominen términos tales como el autodesarrollo, autodeterminación,
autorrealización, autorreflexión, personalidad madura, personalidad desarrollada, etc.
Para Gottingen (citado en Laverde, 2008) la Terapia Psicoanalítica es: “Una terapia
que incluye una cuidadosa atención a la interacción terapeuta-paciente, opera con un
uso continuo de intervenciones de interpretación y soporte, a la medida de las
necesidades del paciente”. Y de acuerdo con Marzi (Citado en Laverde, 2008) el método
clínico psicoanalítico es una condición que se activa a través del vínculo que sostiene la
pareja analista-analizado, basada en los conceptos primarios del psicoanálisis:
inconsciente dinámico, fantasía, transferencia, contratransferencia, que le otorgan una
dimensión tridimensional a la realidad psíquica.
Las terapias Neopsicoanaliticas se enfocan en la reconstrucción y la interpretación, el
psicoanalista no maneja las reconstrucciones e interpretaciones buscando el hallazgo
científico, sino que intenta originar una serie de efectos clínicos deseables, a partir de
los cambios metapsicológicos que pone en marcha en los conflictos inconscientes del
analizado.
La teoría y la práctica psicoanalíticas mantienen que el trabajo psicoanalítico, y en
particular la interpretación, ocasiona que los contenidos inconscientes, que mantienen
activos los conflictos, puedan pasar a la esfera de lo consciente, al proceso secundario
o al dominio del yo, a través de la eliminación de las defensas/resistencias y de los
oportunos insights.

Discusión:
Existe una infinidad de detractores de Freud que aseguran que sus teorías no son más
que el producto final del autoanálisis de su personalidad, Eynseck (2004) por ejemplo
recopiló y criticó todos los estudios sobre la efectividad del psicoanálisis, llegando a la
conclusión de que el tratamiento psicoanalítico no supone ninguna mejora sobre la tasa
de remisión espontánea de las neurosis. Sin embargo, frente a estas críticas tan
demoledoras, científicos de la talla de Antonio Damasio o Eric Kandel, dos de los
grandes de la neurociencia actual, consideran que la biología podría realizar grandes
contribuciones a la comprensión de los diversos procesos mentales inconscientes y a la
explicación de los beneficios terapéuticos del psicoanálisis; y que, a su vez, el
psicoanálisis podría ayudar al avance de la investigación neurocientífica; y también, que
las principales ideas de Freud sobre el mundo emocional son consonantes con las
perspectivas más avanzadas de la neurociencia actual. El debate continúa abierto en
torno a los Neopsicoanalistas, quienes continúan haciendo investigaciones
incorporando nuevos enfoques dentro del mismo campo.

Conclusiones:
Freud y sus seguidores fueron sin duda personajes influyentes del siglo XX, sus teorías
marcaron las fronteras de un antes y un después en la comprensión de la naturaleza
humana, la cultura, el arte, la religión. Las aportaciones del Neopsicoanálisis han abierto
nuevos caminos en diferentes esferas del comportamiento humano y han supuesto
un fuerte estímulo para la investigación. El Psicoanálisis es la más popular de las
doctrinas psicológicas, forma parte de nuestra cultura, ha dejado su huella en ámbitos
tan diversos como la neurología, la psiquiatría, la psicología, la pedagogía, la sociología
, la filosofía, la hermenéutica, la antropología, la historia, la religión, la literatura, el arte,
el cine, etc.
El Neopsicoanálisis también está vigente más por su polémica que por la cantidad de
aportaciones. Parte de esto se debe a que la comunidad científica lo ha encasillado en
las pseudociencias con lo cual ha perdido su identidad y esencia. A pesar de extensas
afirmaciones de lo contrario, parece ser claro que el Neopsicoanálisis continua haciendo
contribuciones vitales para la comprensión contemporánea de la naturaleza y la etiología
de varios tipos de psicopatología y a su vez estas contribuciones favorecen una mejor
comprensión de las dinámicas del proceso terapéutico. Tomando en cuenta la revisión
que hicimos de las aportaciones del Psicoanálisis consideramos que hace falta evaluar
las etapas del curso de la terapia en el enfoque Neopsicoanalítico y hacer más
investigaciones en ésta área para que se reformulen las técnicas con lo cual se
alcanzaría un nivel más aceptable en el campo clínico.
Y con respecto al proceso terapéutico consideramos que la aplicación del saber
psicoanalítico debe evolucionar a distintas formas de psicoterapia que pueden ser
relativamente breves y focalizadas rompiendo el esquema del largo y arduo tratamiento
de diván. Es necesario que los Neopsicoanalistas actuales se enfoquen en establecer
un nuevo marco conceptual para la psicología actual que permita concluir la tarea
iniciada por Freud en donde el campo clínico y el Psicoanálisis se reconcilien.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para


hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo
para que trate tu caso en particular.

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