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06-RUBANO-GAJARDO DERECHO Nº30 - Láser 2 - Cotejo - Corregido

El documento analiza la evolución histórica del control de la constitucionalidad en Chile, centrándose en la creación y funciones del Tribunal Constitucional. Se destaca su papel en la efectividad del principio de supremacía constitucional y la armonización del ordenamiento jurídico, así como su autonomía y competencias en la revisión de leyes y actos del Estado. La investigación subraya la importancia de este tribunal en la protección de los principios constitucionales y la garantía de derechos fundamentales.

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El documento analiza la evolución histórica del control de la constitucionalidad en Chile, centrándose en la creación y funciones del Tribunal Constitucional. Se destaca su papel en la efectividad del principio de supremacía constitucional y la armonización del ordenamiento jurídico, así como su autonomía y competencias en la revisión de leyes y actos del Estado. La investigación subraya la importancia de este tribunal en la protección de los principios constitucionales y la garantía de derechos fundamentales.

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I.S.S.N.

2735-7902 Revista de Derecho y Ciencias Sociales Nº 30 (107-122), 2024, Universidad San Sebastián (Chile)

JUSTICIA CONSTITUCIONAL EN CHILE


Mariela Rubano Lapasta*
Camila Gajardo Cáceres**

RESUMEN

El objetivo de este trabajo es abordar la evolución histórica del control de la


constitucionalidad en Chile, especialmente a partir de la creación del Tribunal
Constitucional. En ese sentido, se analizan las atribuciones y los efectos de las sen-
tencias a la luz de los principios constitucionales.
Es en este nuevo escenario donde la justicia constitucional se perfila como aquella
destinada a dar eficacia al principio de supremacía constitucional y a la separación
flexible de funciones jurídicas y a lograr el cumplimiento efectivo de su preceptiva,
brindando mayor seguridad y armonía al ordenamiento jurídico, lo que está permi-
tiendo avanzar en la tutela de principios constitucionales con un sentido integrador
y sistemático.
Palabras clave: Constitución, Juez constitucional, Principios, Control, Interpretación
constitucional, Justicia constitucional.

ABSTRACT

The objective is to address the historical evolution of the control of constitutionality


in Chile, especially since the creation of the Constitutional Court. In this sense, the
Powers and effects of the sentences are analyzed in light of constitutional principles.
It is in this new scenario where constitutional justice is emerging as that intended
to give effectiveness to the principle of constitutional supremacy and the flexible
separation of legal functions and to achieve effective compliance with its precepts,
providing greater security and harmony to the legal system, which is allowing progress
in the protection of constitutional principles with an integrative and systematic sense.
Key words: Constitution, Constitutional Judge, Constitutional Justice, Principles,
Control, Interpretation Constitutional.

* Doctor en Derecho y Ciencias Sociales (U. de la República, Montevideo-Uruguay), Magíster en


Derecho Público (Pontificia Universidad Católica de Chile), Profesora de Derecho Político y
Derecho Constitucional (Universidad San Sebastián). Correo electrónico: [email protected]
** Abogada (Universidad San Sebastián). Correo electrónico: [email protected]

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1. INTRODUCCIÓN

Toda Constitución representa un programa político y refleja un modelo de so-


ciedad. Para alcanzar la plena vigencia se recurre a los llamados sistemas o modelos
de control de constitucionalidad de la norma constitucional; por tanto, se asegura
la subordinación a la Constitución y a las normas, la plena vigencia de los derechos
fundamentales y las correspondientes garantías constitucionales.
El objetivo de este trabajo es analizar la evolución histórica del control de la consti-
tucionalidad en Chile, especialmente a partir de la creación del Tribunal Constitucional.
En ese sentido, se aborda la evolución histórica del control de constitucionalidad,
el marco normativo del Tribunal, las características generales, las atribuciones y los
efectos de las sentencias a la luz de los principios constitucionales en el contexto
de un Estado Democrático y Constitucional de Derecho. Es en este nuevo escenario
donde la justicia constitucional, mediante un renovado Tribunal Constitucional, se
perfila como aquella destinada a dar eficacia al principio de supremacía constitucional
y a la separación flexible de funciones jurídicas y a lograr el cumplimiento efectivo
de su preceptiva, brindando mayor seguridad y armonía al ordenamiento jurídico,
lo que está permitiendo avanzar en la tutela de principios constitucionales con un
sentido integrador, sistemático y valorativo. Ello debido a que la norma constitucional
parte de un orden constitucional de valores reflejado en su artículo primero.

2. ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Los Tribunales Constitucionales nacen en Austria, gracias al influjo de Hans Kelsen,


a partir de 1920; luego, se extienden a los demás países de Europa, particularmente
después de la Segunda Guerra Mundial (Alemania, 1949; Italia, 1947; Francia, 1958,
y España, 1978). Igual cosa ocurre en Hispanoamérica.
El Tribunal Constitucional chileno, como institución, fue creado en 1970 por
medio de una reforma constitucional a la Carta Fundamental de 19251.
Sin embargo, sus antecedentes se remontan al origen de dicha Constitución, al
establecerse en esta, por primera vez, una forma de control de la constitucionalidad
de las leyes mediante un órgano distinto al Congreso Nacional, pues anteriormente
solo este poseía tal atribución (Constitución de 1833).
Este nuevo órgano que introduce la Constitución de 1925 corresponde al llamado
“Recurso de Inaplicabilidad por Inconstitucionalidad”, el que constituye una nueva

1 Ley Nº 17.284 de Reforma Constitucional de 4-11-70.

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forma de control de la constitucionalidad de la ley mediante la intervención de la


Corte Suprema, de acuerdo con lo preceptuado en el artículo 86 de la Constitución2.
De esta manera se incorpora en el ordenamiento jurídico nacional una forma de
control posterior de la constitucionalidad de las leyes a cargo de la Corte Suprema,
cuyo objetivo fue cautelar que las leyes se enmarcaran en la Constitución Política de
la República con efectos concretos, intersubjetivos, solo entre las partes intervinientes.
Sin embargo, esta potestad fue entendida por la Corte Suprema de manera res-
trictiva, es decir, solo respecto del control de la constitucionalidad de fondo, con
carácter ex post y particular, y no de forma, pues se pensaba que al hacerlo se esta-
ría inmiscuyendo en las funciones propias del Poder Legislativo, afectando de esta
manera el principio de separación de funciones jurídicas.
En tanto, el control preventivo de la constitucionalidad de los actos del Poder
Ejecutivo le fue entregado a la Contraloría General de la República, incorporado en
la Constitución en 1943.
La declaración de inaplicabilidad en manos de la Corte Suprema y los conflictos
entre los distintos poderes del Estado generaron una creciente discusión en el mundo
judicial, político y académico, lo que llevó a la realización de paneles, seminarios y
charlas en torno a la necesidad de reforzar el control de la constitucionalidad res-
pecto de la inaplicabilidad por vicios de fondo, pero también para llenar un vacío
en cuanto al control de la constitucionalidad de forma.
En efecto, de esta discusión teórica nace la idea de crear un Tribunal Constitucional
que tuviera atribuciones de control preventivo, tanto en la forma como en el fondo,
respecto de las leyes, los decretos con fuerza de ley, los tratados internacionales y
los decretos supremos.
Tanto en el gobierno de don Jorge Alessandri Rodríguez (1958-1964) como en el
de don Eduardo Frei Montalva (1964-1970) se enviaron proyectos de ley al Congreso
donde se proponían distintas formas de solucionar los conflictos surgidos entre el
Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo ante la interpretación de las normas consti-
tucionales, los que fueron rechazados por el Congreso Nacional de aquella época.
Finalmente, el presidente Frei Montalva envió un nuevo proyecto de reforma
constitucional que contempló la creación de un Tribunal Constitucional, al estilo
europeo, el que fue aprobado por una amplia mayoría en el Congreso Nacional y
que se concretó con la Ley Nº 17.284 de 23 de enero de 1970 y que comenzaría a
regir desde el 4 de noviembre de 1970.
Dicha reforma constitucional, conocida como “La Reforma de 1970”, incluyó relevan-
tes cambios a la Carta Fundamental de 1925 que otorgaron al Tribunal Constitucional

2 Artículo 86 de la Constitución de 1925: “La Corte Suprema, en los casos particulares de que
conozca o le fueren sometidos en recurso interpuesto en juicio que se siguiere ante otro tribunal,
podrá declarar inaplicable, para este caso, cualquier precepto legal contrario a la Constitución”.

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facultades de control de constitucionalidad preventivo de la ley, facultades de control


de decretos con fuerza de ley y otras atribuciones de relevancia jurisdiccional.

3. MARCO NORMATIVO

Se encuentra regulado en el Capítulo VIII de la Constitución Política de la República


y en sus respectivas Leyes Orgánicas Constitucionales:

• Constitución Política de la República de Chile. Decreto Nº 100 del 2005.


• Ley Nº 17.997 Orgánica Constitucional del Tribunal Constitucional de 19 de mayo
de 1981.
• Ley Nº 20.381 Orgánica Constitucional del Tribunal Constitucional de 28 de oc-
tubre de 2009.

4. CARACTERÍSTICAS GENERALES

El Tribunal Constitucional es un órgano jurisdiccional que tiene atribuida la com-


petencia de lo contencioso constitucional y también el control de proyectos de normas
infraconstitucionales o de reforma constitucional. Asimismo, analiza la constituciona-
lidad de los tratados internacionales cuyo fin es incorporarse al derecho nacional, y
tiene a su cargo la resolución de las contiendas o conflictos de competencia.
El Tribunal Constitucional es el principal órgano encargado de tutelar la plena
vigencia de la ley, o su aplicación a un caso concreto en el contexto de los límites
constitucionales3.
Este órgano fue creado por la reforma constitucional de 1970 ya citada, pero
solo para las controversias constitucionales surgidas durante la tramitación de las
leyes, conservando la Corte Suprema de Justicia el conocimiento de la acción de
inaplicabilidad por inconstitucionalidad de los preceptos legales4.
En síntesis, la Constitución de 1980 regulaba un sistema de control mixto: pre-
ventivo, a cargo del Tribunal Constitucional, y posterior, siendo competente la Corte
Suprema. Con la reforma constitucional de 2005 (Ley Nº 20.050 de 26-8-2005), se le

3 Cárdenas Gracia, Jaime, Manual de Derecho Constitucional. Tirant lo Blanch, primera edición,
Santiago, 2020, p. 16.
4 Artículo 80 de la Constitución de 1925: “La Corte Suprema, de oficio o a petición de parte, en
las materias de que conozca, o que le fueren sometidas en recurso interpuesto en cualquier
gestión que se siga ante otro Tribunal, podrá declarar inaplicable para esos casos particulares
todo precepto legal contrario a la Constitución. Este recurso podrá deducirse en cualquier estado
de la gestión, pudiendo ordenar la Corte la suspensión del procedimiento”.

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otorgó al Tribunal Constitucional el control concentrado de la constitucionalidad de


las leyes, tanto preventivo como posterior.
En consecuencia, hay un control concentrado de constitucionalidad de la ley y
de tutela de los derechos, con una extensión de su competencia, que refuerza su rol
de ser el supremo guardián de la Constitución. Todo ello acorde con los criterios de
interpretación derivados de la historia fidedigna de la norma constitucional y con
los principios sustentados por la jurisprudencia: “...La entidad que resguarde toda
la institucionalidad, y la cual especialmente se encargará de velar por la supremacía
constitucional” (Sesión N.º 365, p. 2461). Es decir, la función primordial del Tribunal
Constitucional es velar por la supremacía constitucional. Se trata del supremo garante
de toda la institucionalidad vigente.
En algunos países se le agrega el amparo extraordinario de derechos fundamen-
tales. Hay casos en que se suman funciones adicionales que tienen los tribunales
constitucionales, siempre que se refieran al concepto material de Constitución y
de delimitación del poder político. Aunque ellas no sean esenciales, se denominan
competencias residuales5.
La Ley Orgánica Constitucional respectiva, en su artículo 1°, prescribe: El Tribunal
Constitucional es un órgano del Estado, autónomo e independiente de toda otra
autoridad o poder.
Es un órgano colegiado, un tribunal de derecho, porque conoce, tramita y re-
suelve los asuntos de conformidad con la Constitución y las normas dispuesta en as /
ella y principalmente es un órgano autónomo e independiente, lo que le otorga la
potestad de dictar sus propios autos acordados con el fin de reglamentar el trámite
en los asuntos o cuestiones constitucionales, fuera de ser independiente de los demás
poderes del Estado.
Para ejemplificar esta autonomía, la Corte Suprema no tiene la superintendencia
directiva, correccional y económica del Tribunal Constitucional, a diferencia de los otros
tribunales de la Nación, tal como lo regula el artículo 82 de la Constitución de 1980,
ya que se confía a su Ley Orgánica Constitucional la regulación de su organización,
funcionamiento, planta del personal, régimen de remuneraciones y estatuto de su
personal. Se unifica en una sola jurisdicción, que es el propio Tribunal Constitucional,
que comprende el control preventivo y el posterior de constitucionalidad6.
La labor del Tribunal Constitucional también tiene efecto político. En efecto,
ello se manifiesta cuando el Tribunal declara que una ley es inconstitucional. En el

5 Nogueira Alcalá, Humberto, El Tribunal Constitucional Chileno y Perspectiva Comparativa con


Tribunales Constitucionales Latinoamericanos. Tirant lo Blanch, Santiago, 2019, p. 44.
6 Inciso 1 artículo 82, Constitución Política de la República: “La Corte Suprema tiene la superintendencia
directiva, correccional y económica de todos los tribunales de la Nación. Se exceptúan de esta
norma el Tribunal Constitucional, el Tribunal Calificador de Elecciones y los tribunales electorales
regionales”.

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momento en que esto ocurre, esa ley es expulsada del ordenamiento jurídico. Sin
embargo, no es un órgano político, es decir, el Tribunal no puede considerar aspectos
políticos en sus resoluciones. Es tarea del Tribunal establecer los límites del poder
estatal, característica de los Estados constitucionales democráticos modernos7.

5. LAS ATRIBUCIONES DEL TRIBUNAL

Es un órgano concebido para revisar la constitucionalidad de las leyes, ejerciendo


jurisdicción concentrada y especializada con el fin de que todas las normas estén
conformes con la Constitución, como se indicó precedentemente.
En relación con las atribuciones, es admisible destacar la declaración de inapli-
cabilidad de un precepto legal con efectos interpartes. Con posterioridad se podrá
ejercer la acción de inconstitucionalidad con efectos generales.
Hay un control preventivo y obligatorio de ciertos proyectos de ley, los que son:
en materia orgánica constitucional, de leyes interpretativas; también de los tratados
internacionales que versen acerca de materias propias de ley orgánica constitucional
e interpretativas de la Constitución.
Siguiendo con las atribuciones, le corresponde examinar la constitucionalidad de
los autos acordados dictados por la Corte Suprema, Cortes de Apelaciones y Tribunal
Calificador de Elecciones.
Es oportuno indicar que los autos acordados son reglas generales, abstractas,
dispuestas por el tribunal con el fin de lograr un mejor funcionamiento y ejecución
de las atribuciones; emanan de la llamada superintendencia económica de la Corte
Suprema de Justicia. Es decir, pueden tener un carácter interno, en el sentido de
que están dirigidos a los funcionarios judiciales. También, hay otros que tienen un
carácter externo, o sea, regulan la forma en que los afectados en el ejercicio de los
derechos y libertades puedan ejercer las acciones constitucionales y legales8.
Asimismo, conoce de las materias reguladas en la norma del Nº 10, artículo 93,
calificadas de ilícito constitucional, donde se establece una competencia sancionatoria
al sistema democrático. En efecto, el Tribunal está facultado para intervenir en casos
de existir organizaciones o partidos políticos que recurran a la violencia como método
de acción política, o procuren establecer un régimen totalitario o vulneren los prin-
cipios básicos de todo régimen político. Además, se regula la determinación de las
responsabilidades y sanciones establecidas en la ley. Ello resulta de la interpretación

7 Delaveau Swett, Rodrigo, Control de Constitucionalidad: Análisis Empírico desde el Derecho


Comparado. Cuadernos del Tribunal Constitucional. N° 67, 2020, p. 37.
8 Silva Gallinato, María Pía, “Cuestiones de Constitucionalidad de Autos Acordados”, en Henríquez
Viñas, Myriam, coordinadora, Derechos Fundamentales y Justicia Constitucional, Consolidación
o Reforma. LegalPublishing, Santiago, 2012, pp. 168-169.

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sistemática con la norma del artículo 19, N° 15, que consagra el derecho o la liber-
tad de asociación; también el estatuto constitucional de los partidos políticos y la
situación de ilicitud indicada, así como las responsabilidades y sanciones. También
se regula el caso de que la persona involucrada fuera el Presidente de la República
electo o en ejercicio, en cuyo caso se exige la declaración de inhabilidad del Senado
(N° 7 artículo 53, CPR)9.
Asimismo, son objeto de control a los actos administrativos –ejemplo, los decretos
con fuerza de ley–, cuando estos invaden materias propias de ley o no se ha dictado
la previa ley habilitante (Nº 4, artículo 93, CPR)10.
Al igual que el control de constitucionalidad respecto de los decretos supremos
(Nº 16, artículo 93, CPR)11, la Constitución faculta al Tribunal para resolver acerca de
la constitucionalidad de los decretos supremos en términos amplios. Así, el control
se extiende tanto a los decretos dictados en ejercicio de la potestad reglamentaria
autónoma como a los dictados en ejercicio de la potestad reglamentaria de eje-
cución, sean estos de efectos generales o particulares, y la Constitución señala de
modo explícito que el Tribunal tiene competencia para conocer de la cuestión de
constitucionalidad, cualquiera sea el vicio invocado. Esta amplitud del examen que
le corresponde efectuar al ejercitar el control de constitucionalidad de los decretos
supremos se condice con la exigencia que el artículo 1°, inciso cuarto de la Carta
Fundamental, impone al Estado en el cumplimiento de su misión servicial y que no
es otra que actúe con pleno respeto a los derechos y garantías que esta Constitución
establece.
En ese sentido, el Nº 9 del citado artículo señala los casos en que la Contraloría
General de la República represente un decreto o resolución del Presidente de la
República por estimarlo inconstitucional12. En esta situación, el Jefe de Estado puede

9 Número 7, artículo 53 de CPR: “Son atribuciones exclusivas del Senado: Declarar la inhabilidad
del Presidente de la República o del Presidente electo cuando un impedimento físico o mental
lo inhabilite para el ejercicio de sus funciones; y declarar, asimismo, cuando el Presidente de
la República haga dimisión de su cargo, si los motivos que la originan son o no fundados y,
en consecuencia, admitirla o desecharla. En ambos casos deberá oír previamente al Tribunal
Constitucional”.
10 Número 4 artículo 93, CPR: “Son atribuciones del Tribunal Constitucional: Resolver las cuestiones
que se susciten sobre la constitucionalidad de un decreto con fuerza de ley”.
11 Número 16 artículo 93, CPR: “Son atribuciones del Tribunal Constitucional: Resolver sobre la
constitucionalidad de los decretos supremos, cualquiera sea el vicio invocado, incluyendo aquellos
que fueren dictados en el ejercicio de la potestad reglamentaria autónoma del Presidente de la
República cuando se refieran a materias que pudieran estar reservadas a la ley por mandato del
artículo 63”.
12 Número 9 artículo 93, CPR: “Son atribuciones del Tribunal Constitucional: Resolver sobre la
constitucionalidad de un decreto o resolución del Presidente de la República que la Contraloría
General de la República haya representado por estimarlo inconstitucional, cuando sea requerido
por el Presidente en conformidad al artículo 99…”.

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plantear un requerimiento ante el Tribunal en un plazo de diez días con el fin de


resolver la controversia entre ambos órganos de control13.
En relación con el control de constitucionalidad de las leyes, es posible señalar
lo siguiente:

Examina la constitucionalidad de las leyes durante su tramitación, como se señaló


precedentemente referido a las leyes orgánicas, las interpretativas y normas de un
tratado internacional que versen respecto de materias de orgánica constitucional
e interpretativas. Es un control preventivo y obligatorio.
Por tanto, el control de constitucionalidad de las leyes tiene por objetivo cautelar
que el ordenamiento jurídico de un determinado Estado de derecho se encuentre
en armonía con los preceptos de rango constitucional, observando –como se
indicó– aspectos tanto formales o procedimentales como de fondo.
Por lo expuesto, el control posterior de constitucionalidad de la ley se ejerce por
dos acciones constitucionales diferentes ante el Tribunal Constitucional, previstas
en el precepto constitucional Nº 6 y Nº 7 artículo 93 de la Constitución de 1980.
A continuación, se indican las características de ambas acciones constitucionales:

A) La acción de inaplicabilidad: presupuestos14.


1°. Solo puede pedirse la inaplicabilidad de un precepto legal.
2°. Tiene que corresponder a un precepto legal particular, concreto.
3°. Debe aplicarse en cualquier gestión, es decir, cualquier clase de juicios, pro-
cesos y procedimientos ante un Tribunal ordinario o especial.
4°. La aplicación del precepto legal a impugnarse debe ser decisiva en la reso-
lución del asunto.
5°. La impugnación del precepto legal debe estar fundada razonablemente. Ello
significa que la forma de contradicción entre la ley y la Constitución sea
adecuada y lógica, que opere la correspondencia entre la petición y la fun-
damentación de esta.
6°. La iniciativa recae en una de las partes de la gestión o del propio juez que
conoce de la causa. En ese sentido la norma indica, artículo 93, Nº 6°.

Asimismo, se regula una segunda acción:

13 Artículo 99, Constitución Política de la República: “…Si la representación tuviere lugar… el


Presidente de la República no tendrá la facultad de insistir, y en caso de no conformarse con la
representación de la Contraloría deberá remitir los antecedentes al Tribunal Constitucional dentro
del plazo de 10 días, con el fin de que este resuelva la controversia”.
14 Artículo 93 N.° 6, CPR: “Son atribuciones del Tribunal Constitucional: Resolver, por la mayoría de
sus miembros en ejercicio, la inaplicabilidad de un precepto legal cuya aplicación en cualquier
gestión que se siga ante un tribunal ordinario o especial, resulte contraria a la Constitución”.

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B) La acción de inconstitucionalidad, cuyos presupuestos son:


1°. Debe tratarse de la inconstitucionalidad de un precepto de rango legal.
2°. La referida norma debe haber sido declarada previamente inaplicable.
3°. El proceso de inconstitucionalidad debe haberse iniciado por el ejercicio de
una acción pública acogida a tramitación por el Tribunal Constitucional o
por una resolución de este actuando de oficio.
4°. Debe referirse a las mismas causales en que se sustentó la declaración previa
de inaplicabilidad.
5°. Los efectos de la declaración de inconstitucionalidad son generales, es decir,
se deroga la norma15.

En síntesis, la declaración de inaplicabilidad representa una contradicción concreta,


con efectos intersubjetivos; es un control concreto y la declaración de inconstitucio-
nalidad es una contradicción abstracta del precepto legal, con efectos generales. Es
decir, el Tribunal Constitucional no decide acerca de la base de un caso concreto, sino
que teniendo en consideración la vulneración a la Constitución en forma genérica.
La declaración de inconstitucionalidad se vincula con principios constitucionales
como la tutela del principio de supremacía constitucional e igualdad ante la ley. Se
trata de elementos fundamentales que son parte de un Estado de derecho16. Asimismo,
garantiza el respeto a los órganos colegisladores, constituye expresión del principio
de separación de funciones jurídicas del Estado y se atribuye a órganos competentes
de acuerdo con lo preceptuado en el inciso segundo del artículo 7, reflejo de una
separación flexible o relativa de funciones jurídicas17.
Por lo expuesto, la labor del Tribunal Constitucional es reflejo de la fuerza nor-
mativa directa e inmediata de los preceptos constitucionales que se impone a todos.
En lo referente al examen de la constitucionalidad de las leyes, se aplica el principio
de los checks and balances. En efecto, se trata de una expresión de la complemen-
tación y control recíproco entre las funciones y órganos del Estado.
Así, el Tribunal Constitucional ha fallado lo siguiente: “... b) Debe precisarse que
la decisión jurisdiccional del Tribunal ha de recaer en la conformidad o contrariedad
con la Constitución, en la aplicación del precepto impugnado que pueda tener en
cada caso concreto y en su contradicción abstracta y universal con la preceptiva
constitucional”18.

15 Artículo 93 N°7, CPR: “Son atribuciones del Tribunal Constitucional: Resolver por la mayoría de
sus miembros en ejercicio, la inaplicabilidad de un precepto legal cuya aplicación en cualquier
gestión que se siga ante un tribunal ordinario o especial, resulte contraria a la Constitución”.
16 Navarro Beltrán, Enrique, El Control de Constitucionalidad de las Leyes en Chile (1811-2011).
Tribunal Constitucional, Santiago, 2011, op. cit., pp. 13-152.
17 Op. cit., 13-152.
18 Aldunate Lizana, Eduardo, Jurisprudencia constitucional 2006-2008. Estudio selectivo, Legalpublishing,
Santiago, Chile, 2009, p. 8.

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En su labor, el Tribunal Constitucional sustituyó el literalismo por los principios


finalistas y de interpretación como un todo armónico, orgánico, en que no hay
desvinculación entre sus normas19. Por tanto, cada precepto constitucional debe
interpretarse en armonía con el resto, jamás en forma aislada.
Siguiendo con las atribuciones, podemos citar el precepto constitucional contenido
en el Nº 8, artículo 93 [CPR]; en este caso, el Tribunal está autorizado expresamente
para controlar una inconstitucionalidad por omisión del legislador20.
Según lo dicho, si el Presidente de la República no cumple con la obligación de
legislar, o dicta una norma incompleta, estaría vulnerando los preceptos constitu-
cionales contenidos en los artículos 72 (sanción, promulgación de la ley) y 75 (veto
presidencial) de la CPR21.
También se hace referencia al N° 11, artículo 93 de la CPR; en este caso, el Tribunal
Constitucional debe informar al Senado en las circunstancias a que se refiere el Nº 7,
artículo 5322. Este último precepto regula las atribuciones exclusivas del Senado,
órgano competente para declarar la inhabilidad del Presidente de la República o del
Presidente electo cuando un impedimento físico o mental lo inhabilita para el ejerci-
cio de sus funciones23; también refiere al caso en que el Presidente de la República
haga dimisión de su cargo.
Asimismo, son objeto de control, las llamadas contiendas de competencia (Nº 12,
artículo 93, CPR) que no están atribuidas al Senado24. Ello resulta de una interpre-
tación sistemática del principio de separación de funciones jurídicas y de la norma
contenida en el Nº 3, artículo 5325.

19 “Informe de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento del Senado”. Reforma


Constitucional, 2005, Congreso Nacional, Santiago, Chile, 2005, p. 379.
20 Artículo 93 Nº 8 [CPR]: “Son atribuciones del Tribunal Constitucional: Resolver los reclamos en caso
de que el Presidente de la República no promulgue una ley cuando deba hacerlo o promulgue
un texto diverso del que constitucionalmente corresponda”.
21 Verdugo Ramírez, Sergio, “Inconstitucionalidad por omisión del legislador”, Revista de actualidad
jurídica 19 (1), Santiago, Chile: Universidad del Desarrollo, 2009, pp. 373-396.
22 Artículo 53 N°7, CPR, op. cit., p. 13.
23 Artículo 93 Nº 11, CPR: “Son atribuciones del Tribunal Constitucional: Informar al Senado en los
casos a que se refiere el artículo 53 Nº 7 de esta Constitución”.
24 Artículo 93 N°12, CPR: “Son atribuciones del Tribunal Constitucional: Resolver las contiendas de
competencia que se susciten entre las autoridades políticas o administrativas y los tribunales de
justicia, que no corresponden al Senado”.
25 Artículo 53 Nº 3, CPR: “Son atribuciones exclusivas del Senado: 3) Conocer de las contiendas
de competencia que se susciten entre las autoridades políticas o administrativas y los tribunales
superiores de justicia”.
Artículo 7 inciso 2, CPR: “Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden
atribuirse, ni aun a pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los
que expresamente se les hayan conferido en virtud de la Constitución o las leyes.

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También son atribuciones del Tribunal Constitucional declarar la inhabilidad de


de /
los ministros de Estado (93 Nº 13), pronunciarse sobre las inhabilidades, incompatibili-
dades y causales de cesación en el cargo de los parlamentarios26. La incompatibilidad
puede ser entendida como el impedimento o tacha legal para ejercer una función
determinada, o para ejercer dos o más cargos a la vez. Esta noción puede asimismo
expresar la imposibilidad legal de acumular funciones públicas, o cargos electivos, con
el ejercicio de determinadas actividades privadas, estableciendo con ello la garantía
pública de independencia, de la que generalmente queda exceptuada la docencia.
En efecto, ello implica respetar el principio de probidad en el ejercicio de las
funciones públicas y de transparencia en la actuación de los órganos del Estado27.
Asimismo, es competencia del Tribunal resolver la constitucionalidad del Decreto
Supremo que convoca a plebiscito (Nº 5, artículo 93, CPR)28, respetando el principio
de separación de funciones jurídicas, porque el órgano competente para ejercer el
control de legalidad o juridicidad es el Tribunal Calificador de Elecciones (artículo 94
bis, CPR). “El Tribunal deberá comunicar al Presidente de la República el resultado
del plebiscito e indicar el texto aprobado dentro de los cinco días siguientes a dicha
comunicación a efectos de ser promulgado como reforma constitucional”.
También, el precepto constitucional contenido en el Nº 15 faculta al Tribunal
Constitucional para calificar la inhabilidad de un parlamentario, en los términos del
inciso final del artículo 60, cuando presentan renuncia al ejercicio de su cargo, en
el caso de sufrir una enfermedad grave y de ello resulta la imposibilidad de ejercer
su cargo29.

26 Artículo 93 Nº 13, CPR: “Son Atribuciones del Tribunal Constitucional: N°13: Resolver sobre las
inhabilidades constitucionales o legales que afecten a una persona para ser designada Ministro
de Estado, permanecer en dicho cargo o desempeñar simultáneamente otras funciones”.
Artículo 93 Nº 14, CPR: “Son atribuciones del Tribunal Constitucional: Pronunciarse sobre las
inhabilidades, incompatibilidades y causales de cesación en el cargo de los parlamentarios”.
27 Artículo 8, incisos 1 y 2: “El ejercicio de las funciones públicas obliga a sus titulares a dar estricto
cumplimiento al principio de probidad en todas sus actuaciones.
Son públicos los actos y resoluciones de los órganos del Estado, así como sus fundamentos y los
procedimientos que utilicen. Sin embargo, solo una ley de quorum calificado podrá establecer la
reserva o secreto de aquellos o de estos, cuando la publicidad afectare el debido cumplimiento
de las funciones de dichos órganos, los derechos de las personas, la seguridad de la Nación o
el interés nacional”.
28 Artículo 93 Nº 5, CPR: “Resolver las cuestiones que se susciten sobre la constitucionalidad con
relación a la convocatoria a un plebiscito, sin perjuicio de las atribuciones que correspondan al
Tribunal Calificador de Elecciones”.
29 Artículo 93 Nº 15, CPR: “Calificar la inhabilidad invocada por un parlamentario en los términos
del inciso final del artículo 60 y pronunciarse sobre su renuncia al cargo”.
Inciso final artículo 60, CPR: “Los diputados y senadores podrán renunciar a sus cargos cuando
les afecte una enfermedad grave que les impida desempeñarlos y así lo califique el Tribunal
Constitucional”.

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6. LA SENTENCIA CONSTITUCIONAL

Las sentencias dictadas por el Tribunal Constitucional tienen carácter definitivo;


no cabe recurso alguno, salvo para modificar los errores de hecho en que hubiere
incurrido el propio tribunal (inciso primero, artículo 94 de la Constitución de 1980)30.
El profesor español Luis Sánchez Agesta caracteriza a la sentencia como “un acto
en el cual se reúnen circunstancias políticas, realidades jurídicas y evidentes necesi-
dades de interpretación fundadas en la hermenéutica constitucional”31.
Este concepto evidencia algunas de sus características, entre ellas que la sentencia
constitucional es un acto procesal, vale decir, la decisión de un órgano jurisdiccional
colegiado que pone término a un requerimiento; es una actividad interpretativa e
integradora, creadora del derecho; es una decisión política, es decir, un acto de un
poder en relación con otros poderes del Estado; es una sentencia declarativa.
En este sentido, el profesor Eduardo Couture señala que la sentencia “al declarar
que una ley adolece de inconstitucionalidad, no está constituyendo o creando el
vicio de inconstitucionalidad, sino expresando que ese vicio existe”32. El efecto de la
sentencia del Tribunal Constitucional radica en que por medio de aquella se garantiza
el principio de la supremacía constitucional; como se indicó precedentemente, es
un tópico que se inserta en el contexto de la denominada justicia constitucional33.
En esta misma dirección, el profesor Colombo expresa: “La jurisdicción cons-
titucional se presenta, así, como la garantía básica del Estado Constitucional de
Derecho. El poder público en todas sus manifestaciones –Estado Legislador, Estado
Administrador y Estado Juez– debe someter su quehacer a la Constitución y a las
normas. La jurisdicción constitucional asegura que efectivamente todos los poderes
públicos sujeten sus actos (aquí quedan comprendidos entre otros las leyes, las sen-
tencias y los actos administrativos) a las normas, valores y principios constitucionales,
de modo que cada una de las funciones estatales sea el correcto y legítimo ejercicio
de una función constitucional”34.
El profesor Nogueira explica: “En los países que tienen una jurisdicción cons-
titucional concentrada de normas jurídicas infraconstitucionales, la sentencia del

30 Artículo 94 inciso 1, CPR: “Contra las resoluciones del Tribunal Constitucional no procederá
recurso alguno, sin perjuicio de que puede, el mismo Tribunal, conforme a la ley, rectificar los
errores de hecho en que hubiere incurrido”.
31 Sánchez Agesta, Luis, Curso de Derecho Constitucional Comparado. Madrid, Facultad de Derecho,
Universidad de Madrid, 6° edición, 1976, p. 61.
32 Rubano Lapasta, Mariela, “La Sentencia Constitucional y su eventual inserción en el sistema de
fuentes”, en Jornadas de Derecho Público {Sección Derecho Constitucional}, Valparaíso, Chile,
2021, p. 2.
33 Ibid., pp. 298-299.
34 Colombo Campbell, Juan, Relaciones entre la Jurisdicción Constitucional y Jurisdicción Ordinaria,
Santiago, Tribunal Constitucional de Chile Publicaciones, 2002, pp. 47-48.

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Tribunal o Corte Constitucional adopta el carácter de cosa juzgada formal y material


o sustancial, salvo los casos en que ella sea revisable, mediante algún procedimiento
o trámite por el propio Tribunal Constitucional (...)”35.
El artículo 94 de la Carta Fundamental, en su inciso primero, dice: “Contra las
resoluciones del Tribunal Constitucional no procederá recurso alguno, sin perjuicio
de que puede, el mismo Tribunal, conforme a la ley, rectificar los errores de hecho
en que hubiere incurrido”. Si bien no hay expresa mención a la cosa juzgada, dicho
artículo consagra la inatacabilidad de la sentencia constitucional por medio de re-
curso alguno; por esta razón, “siempre el fallo del Tribunal o Corte Constitucional
produce cosa juzgada formal, ya que ella no puede ser revisada por otro órgano
jurisdiccional nacional”36.
En principio, el precedente constitucional y el efecto vinculante de
la sentencia es obligatorio para el propio Tribunal Constitucional en lo
interno; sin embargo, aquel “no tiene fuerza vinculante para los demás tribu-
nales, salvo en el caso particular en que se pronuncien, sí efectos persuasivos
para todos los demás órganos, en función de los principios generales del derecho”37.
Sin perjuicio de que, en virtud del principio de legalidad o juridicidad precep-
tuado en el artículo 7 de nuestra Carta Fundamental exista una actitud del Tribunal
Constitucional en no invadir las competencias de otros órganos del Estado, como
lo que sucede con la “deferencia respecto del juez de la gestión pendiente, a fin
de evitar pronunciamientos que puedan predeterminar la decisión que este último
debe adoptar, en definitiva. Ello sin perjuicio de que, como se vio antes, el Tribunal
Constitucional controla la interpretación de preceptos legales a través de la denomi-
nada interpretación conforme”38.
Así las cosas, la sentencia constitucional es la justicia constitucional. Por medio
de este acto procesal se determinará si preceptos normativos, actuaciones o circuns-
tancias contempladas en los numerales del precepto constitucional contenido en el
artículo 93 se ajustan o no a la Constitución, deviniendo en su posterior declaración de
constitucionalidad o inconstitucionalidad, produciendo su invalidación o derogación.
En ese sentido, compartiendo la opinión del profesor Arturo Fermandois, “estimamos
desde ya que las resoluciones del tribunal de alguna forma limitan el espacio de
reglamentación, valoración y examen propios de aquellas funciones del Estado”39.

35 Nogueira Alcalá, Humberto, op. cit., p. 79.


36 Nogueira Alcalá, Humberto, op. cit., p. 81.
37 Rubano Lapasta, Mariela, op.cit., p. 303.
38 Martínez Estay, José Ignacio, “La deferencia del Tribunal Constitucional respecto del juez de la
gestión pendiente en la cuestión de inaplicabilidad”, en Estudios Constitucionales, año 13, Nº 1,
2015, p. 250.
39 Fermandois Vohringer, Arturo, “Efecto Vinculante de las Sentencias del Tribunal Constitucional:
¿Mito o realidad?”, en Zúñiga Urbina, Francisco, Reforma Constitucional. Editorial Lexis Nexis,
Santiago, p. 687.

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7. CONCLUSIONES

La Justicia Constitucional es una justicia especializada donde el Estado encomien-


da la imposición forzosa de los mandamientos jurídicos supremos, con la finalidad
de tutelar el principio de supremacía constitucional, lo que se manifiesta en que las
normas deben adaptarse a la Constitución, tanto en la forma como en su fondo. Los
límites de la tarea interpretativa estarían determinados por el sentido y significado
de la Constitución.
De acuerdo con la enmienda contemplada en la precitada Ley de Reforma
Nº 20.050, tanto el control preventivo como el posterior de la constitucionalidad
de las leyes quedan radicados en el Tribunal Constitucional, y si bien se mantiene
la declaración de inaplicabilidad por inconstitucionalidad con efectos particulares,
también, concurriendo ciertos presupuestos, se permite al Pleno del Tribunal declarar
la inconstitucionalidad con efectos generales: el precepto legal queda eliminado del
ordenamiento jurídico nacional (Nº 7, artículo 93 de la Constitución).
En relación con el rol del Juez, hay que subrayar que debe interpretar la ley
conforme con la Constitución. Ello significa contrastar la interpretación que ha
hecho de la ley aplicable con las normas constitucionales. Si el precedente cons-
titucional tuviera fuerza vinculante para todos, ello implicaría un rol activo de la
Magistratura Constitucional en su función jurisdiccional, excediendo sus atribucio-
nes constitucionales.
Se expresa por algunos que la labor del Tribunal Constitucional afecta la división
de funciones jurídicas porque invade atribuciones propias del órgano legislativo,
siendo el único órgano competente para aprobar, modificar y derogar las leyes. A
nuestro juicio la jurisdicción constitucional se desarrolla para proteger la Constitución
de la actuación de los órganos constitucionales, dentro de los que se encuentra el
Congreso Nacional. Así la jurisdicción constitucional asegura la fuerza normativa de
la Constitución que posibilita entenderla como norma jurídica vinculante.
En consecuencia, el control de constitucionalidad de las leyes tiene por objetivo
cautelar que el ordenamiento jurídico de un determinado Estado de derecho se en-
cuentre en armonía con los preceptos de rango constitucional, observando aspectos
formales o procedimentales, así como aspectos de fondo.
Hoy esta especie de jurisdicción constitucional contribuye a resolver conflictos
de manera pacífica dentro del marco de la Constitución y el medio es la existencia
de distintos sistemas de control de constitucionalidad. La jurisdicción constitucional
se legitima por el paso del Estado legal al Estado constitucional de derecho y el
reconocimiento de la Constitución como norma jurídica superior y obligatoria para
los poderes del Estado y para los destinatarios del ejercicio del poder político.
En este contexto, recordemos la relación estrecha que existe entre Justicia
Constitucional, Estado de derecho y democracia. Esta última impone la existencia de
un modelo de Justicia Constitucional independiente y con atribuciones para alcanzar

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que todo órgano del Estado actúe subordinado a la Constitución y en especial a los
valores y principios democráticos reconocidos40.
En consideración a que nuestro sistema político está constituido por el conjun-
to de órganos estatales que ejercen la soberanía, siendo titular el Presidente de la
República, en su doble calidad de Jefe de Estado y Jefe de Gobierno, y los ministros
de Estado, quienes son los colaboradores directos e inmediatos del Primer Mandatario,
el ejercicio del poder político debe ser legal y legítimo. La legitimidad del control
jurisdiccional está determinada por la legitimidad del Estado Constitucional, con la
plena vigencia de sus principios constitucionales, los que representan un medio de
defensa de la norma suprema y también de los derechos fundamentales que ella
reconoce y asegura frente a la actuación de los órganos del Estado.
Como se expresó, la importancia de la labor cumplida por el Tribunal radica en
que por medio de la sentencia se garantiza el principio de la supremacía constitu-
cional, concentrando dicha Magistratura tanto el control preventivo como ex post
de la ley, interviniendo en la etapa de elaboración de la norma, así como una vez
nacida; es decir, al enfrentarse esta con la realidad se pueden constatar vicios de
inconstitucionalidad, siendo el Tribunal Constitucional competente para declararla
inconstitucional.
La Magistratura Constitucional ha reforzado el principio de supremacía consti-
tucional como ya se indicó precedentemente, porque se le asigna una aplicación
directa e inmediata por su fuerza normativa. A ello se agrega el bloque axiológico,
el que reúne valores, principios y derechos, teniendo como centro a la persona
humana y el reconocimiento de sus derechos esenciales preceptuados en las Bases
de la Institucionalidad (Constitución Política de la República [CPR] artículo 1°, 1980).
Finalmente, como se abordó anteriormente, los límites de la interpretación consti-
tucional estarían determinados por el sentido y significado de la Constitución, que
exige una interpretación sistemática y valorativa.

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