ESCUELA SUPERIOR POLITÉCNICA
DE CHIMBORAZO
FACULTAD CIENCIAS PECUARIAS
CARRERA DE ZOOTECNIA
ASIGNATURA: Microbiología
Grupo: 1
TEMA: Clasificación general de los parásitos en animales domésticos
1. DATOS GENERALES:
NOMBRE: CÓDIGO:
Shakira Ortiz 1131
Adrián Andino 1099
Alicia lema 1122
Alejandro Rodríguez 1236
Vanesa Yautibug 1222
Introducción
Los parásitos representan uno de los mayores desafíos sanitarios en los sistemas de
producción animal contemporáneos, con implicaciones que trascienden lo económico
para afectar aspectos fundamentales como el bienestar animal, la seguridad alimentaria y
la sostenibilidad ambiental. Según estimaciones de la Organización de las Naciones
Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, 2022), las pérdidas anuales
atribuibles a parasitosis en el sector pecuario superan los 10,000 millones de dólares a
nivel global, siendo particularmente severas en regiones tropicales y subtropicales donde
las condiciones climáticas favorecen el desarrollo y persistencia de estos organismos.
La interacción parásito-hospedero en animales domésticos ha evolucionado durante
milenios, dando lugar a complejos mecanismos de adaptación que permiten a los
parásitos evadir las defensas inmunológicas mientras obtienen nutrientes de sus
hospederos (Taylor et al., 2016). Esta relación parasitaria se manifiesta de diversas
formas según la clasificación taxonómica del organismo involucrado, siendo los
protozoarios (como Eimeria spp. Y Cryptosporidium parvum), helmintos (incluyendo
nemátodos, cestodos y tremátodos) y artrópodos (como garrapatas y ácaros) los grupos de
mayor relevancia en medicina veterinaria y producción animal (Urquhart et al., 1996).
El impacto económico de las parasitosis se manifiesta a través de múltiples vías:
reducción en las tasas de crecimiento (hasta un 30% en infecciones severas por
nemátodos gastrointestinales), disminución en la producción láctea (15-20% en casos de
fasciolosis hepática), aumento en los costos de tratamiento y prevención, y pérdidas por
decomisos en mataderos (Charlier et al., 2020). Además, muchas parasitosis animales
tienen carácter zoonótico, representando riesgos significativos para la salud pública,
como en el caso de la hidatidosis causada por Echinococcus granulosus o la triquinelosis
por Trichinella spiralis (OIE, 2023).
En los últimos años, el fenómeno de resistencia a los antiparasitarios ha emergido como
una crisis global, con reportes de resistencia a múltiples clases de antihelmínticos en
prácticamente todas las regiones productoras de ganado (Kaplan & Vidyashankar, 2012).
Esta situación ha impulsado la búsqueda de estrategias alternativas de control que
incluyen el uso de plantas medicinales con actividad antiparasitaria, vacunas, manejo
genético de la resistencia y programas de control integrado basados en el conocimiento
detallado de los ciclos biológicos parasitarios (Torres-Acosta et al., 2012).
Objetivo general
Comprender la clasificación, características y ciclos de vida de los principales parásitos
que afectan a los animales domésticos, con el fin de identificar sus formas de transmisión
y control.
Objetivos específicos:
Identificar y diferenciar los tipos de parásitos que afectan a los animales
domésticos: protozoarios, helmintos y artrópodos.
Comprender las diferencias entre endoparásitos y ectoparásitos según su
localización y forma de acción.
Analizar los ciclos de vida directos e indirectos de los parásitos para entender
cómo se transmiten y cómo pueden interrumpirse.
Justificación
Los parásitos representan un problema importante en la salud de los animales domésticos,
ya que afectan su bienestar, disminuyen su productividad y pueden transmitir
enfermedades tanto a otros animales como a los humanos. Por eso, conocer su
clasificación, forma de vida y comportamiento es esencial para prevenir y controlar
infestaciones de manera efectiva.
Los parásitos se dividen principalmente en tres grandes grupos:
• Protozoarios: son organismos microscópicos unicelulares que pueden vivir dentro del
cuerpo del animal (como Eimeria o Giardia).
• Helmintos: son gusanos parásitos y se clasifican en tres tipos: o Nematodos (gusanos
redondos, como Toxocara), o Cestodos (gusanos planos segmentados, como Taenia), o
Trematodos (gusanos planos no segmentados, como Fasciola).
• Artrópodos: parásitos externos como pulgas, garrapatas, piojos o ácaros, que además de
dañar directamente al animal, pueden transmitir otras enfermedades. También se
clasifican según su ubicación en el cuerpo:
• Endoparásitos: viven dentro del cuerpo del animal (por ejemplo, en el intestino, sangre
o pulmones).
• Ectoparásitos: viven en la superficie del cuerpo, como en la piel o el pelaje.
Los ciclos de vida de los parásitos varían, pero en general pueden ser:
• Directos, donde el parásito pasa de un hospedador a otro sin necesidad de
intermediarios.
• Indirectos, cuando el parásito necesita uno o más hospedadores intermediarios (como
caracoles, insectos o roedores) para completar su desarrollo.
Comprender estos aspectos permite aplicar medidas de control adecuadas, como
desparasitaciones programadas, mejora en la higiene, manejo del ambiente y control de
vectores, contribuyendo así a la salud y productividad de los animales domésticos.
Desarrollo
Se denomina parásito a todo organismo vegetal (fitoparásito) o animal (zooparásitos) que
aprovecha o explota a otro organismo (hospedero) como fuente de alimentación o como
ambiente para su vida, requiriendo parcial o totalmente del mismo en dependencia de las
regulaciones de sus relaciones con el ambiente exterior. La finalidad del parásito es
aprovecharse su hospedero mediante la ganancia repetida o continuada de alimento,
teniendo como objetivo también asegurar su desarrollo y garantizar la existencia de su
propia especie.
Los parásitos que afectan a los animales domésticos se clasifican en ectoparásitos, que
habitan en el exterior del cuerpo (como garrapatas, pulgas, piojos y ácaros causantes de
sarnas), y endoparásitos, que viven en el interior del organismo (como tenías, nematodos,
protozoarios y larvas). Ambos tipos pueden causar problemas significativos de salud,
desde irritación cutánea, picazón y pérdida de pelo, hasta anemia, malnutrición y
enfermedades graves. Los ectoparásitos suelen transmitirse por contacto directo o a través
del ambiente compartido, mientras que los endoparásitos generalmente ingresan por vía
oral o a través de vectores. La prevención efectiva incluye tratamientos antiparasitarios
regulares, higiene adecuada del entorno y control de animales con los que tienen
contacto. El diagnóstico temprano y el tratamiento específico son fundamentales para
evitar complicaciones, especialmente en cachorros, gatitos y animales de edad avanzada,
que son más susceptibles a infestaciones graves y pueden sufrir consecuencias
potencialmente mortales. Las Interrelaciones existentes entre el parásito y su hospedador,
se denominan parasitismo siendo una manifestación biológica de la convivencia entre
estos organismos, ya que el parásito no tiene siempre interés en dañar la salud del
hospedero, pues si él muere, al mismo tiempo muere también el parásito. La adaptación
individual insuficiente de algunas o de ambas formas de vida puede causar la muerte
(Torres et al., 2022).
Parasitiasis: Es el estado asintomático detectado en uno o más hospederos (portadores)
sin daños o lesiones aparentes.
Parasitosis: Es cuando por la acción de uno o varias especies de parásitos se produce una
enfermedad caracterizada por síntomas y lesiones.
Las parasitosis pueden ser clasificadas atendiendo a la forma en que producen pérdidas
económicas y a la presentación de los síntomas, así se denominan parasitosis primarias:
cuando las pérdidas, bajas o muertes, son producidas exclusivamente por la acción de los
parásitos.
La parasitosis secundaria: aparecen o se prestan cuando el equilibrio entre el hospedador
y el parásito se altera por circunstancia externas o internas que determinan una mayor
actividad biológica de los parásitos, con la presentación de síntomas morbosos, en este
caso las muertes que se producen no sólo son causadas por la actividad de los parásitos,
sino que casi siempre están presentes otros factores determinantes.
Los parásitos suelen ser divididos o clasificados atendiendo a varios factores:
Por su localización en el organismo hospedero:
ectoparásitos (EPIZOOS)
endoparásitos (ENTOZOOS)
Por su localización con respecto a las células:
intracelulares
extracelulares
Por su dependencia:
facultativos
Obligatorios
Por su permanencia:
Temporales
Estacionarios
Permanentes
Periódicos
Ectoparásitos (EPIZOO) Endoparásitos (ENTOZOOS)
Los ectoparásitos son organismos que viven en el exterior de sus hospederos
generalmente adheridos a la piel, plumas, pelos, branquias, etc. Se designan como
endoparásitos a los organismos que viven en el interior de sus hospedadores, pueden
encontrarse en los intestinos, las cavidades del cuerpo, los pulmones u otras
localizaciones internas. Ciertos parásitos en realidad pueden contemplarse
indistintamente en una u otra de las divisiones antes explicadas, constituyen ejemplo
típico ciertos ácaros (Sarcoptes scabei) productores de alteraciones de la piel que se
conocen con el nombre de sarnas, estos parásitos horadan túneles en la piel y satisfacen
por tanto las condiciones de un ectoparásito y de un endoparásito, es costumbre
clasificarlos dentro del grupo de los ectoparásitos (Torres et al., 2022).
Los ectoparásitos en animales domésticos viven adheridos al exterior del hospedador,
principalmente en piel, pelo y plumas. Incluyen garrapatas, pulgas, piojos y ácaros como
Sarcoptes scabei, que, aunque crean túneles bajo la piel, se clasifican como ectoparásitos.
Estos organismos generalmente dependen de adaptaciones específicas para fijarse
firmemente al hospedador, resistir el acicalamiento y acceder fácilmente a su alimento,
que suele ser sangre, tejidos o secreciones dérmicas. Los ectoparásitos pueden transmitir
enfermedades y provocar irritación, picazón, dermatitis y pérdida de pelo.
Los endoparásitos habitan el interior del cuerpo del animal doméstico, localizándose
principalmente en intestinos, pulmones, hígado y otros órganos internos. Este grupo
incluye tenías, gusanos redondos, protozoarios y algunos insectos en fase larvaria. Estos
parásitos han desarrollado complejos mecanismos para evadir el sistema inmune del
hospedador y sobrevivir en ambientes hostiles como el tracto digestivo. Los
endoparásitos pueden causar daños graves como anemia, malnutrición, obstrucciones
intestinales y debilitamiento general, comprometiendo significativamente la salud y
bienestar del animal doméstico cuando la carga parasitaria es elevada.
Parásitos Facultativo y Parásitos Obligatorios
Los parásitos facultativos son los que han evolucionado adaptándose a vivir
ordinariamente de sustancias animales en o vegetales en descomposición, parásitos
obligatorios aquellos que están obligados durante alguna o varias etapas de su desarrollo
a llevar una existencia parasitaria y son incapaces de sobrevivir y cumplir su ciclo de vida
en un medio de vida natural, mayor parte de los helmintos y esporozoos.
Parásitos Temporales y Estacionarios
Parásitos temporales son aquellos que en los hospederos no se desarrollan, no se
reproducen y solo se alimentan de las sustancias orgánicas del hospedero, los mosquitos y
tábanos constituyen un ejemplo de este grupo de parásito. El término de parásito
estacionario es utilizado para identificar a aquellos parásitos que permanecen
obligatoriamente sobre el hospedador de modo duradero, o sólo con breve interrupciones
en su acción parasitaria (Bowman, 2021).
Parásitos Permanentes y Parásitos Periódicos
Los parásitos permanentes viven en uno o más hospedadores toda su vida, en todos sus
estadios de desarrollo constituyen ejemplo los ácaros de la sarna y los piojos. En tanto
que los parásitos periódicos efectúan un aparte esencial de su desarrollo en un momento
determinado de su vida en el hospedador ya sea como ejemplares sexualmente maduros o
desarrollados, como ejemplo se puede señalar los nemátodos endoparásitos, o bien en sus
estadios larvales como los intra nasales, faríngeos, estomacales (larvas parasitarias de
determinadas especies de moscas). Pueden también ser clasificados los parásitos tomando
en cuenta su localización con respecto a las células que constituyen o forman los tejidos
(Bowman, 2021). Así por ejemplo si consideramos el tejido sanguíneo y los parásitos que
tienen localización en él, pueden distinguirse: parásitos intracelulares como las Babesias
y parásitos extracelulares, como los tripanosomas esta clasificación se refiere casi
enteramente a los protozoarios.
La presencia de parásitos en animales domésticos, ya sean facultativos, obligatorios,
temporales o permanentes, ha tenido un impacto significativo en la salud y bienestar
animal a lo largo de la historia. La carga parasitaria en animales domésticos se traduce
frecuentemente en problemas como anemia, pérdida de peso, retraso en el crecimiento y
disminución de la producción en animales de granja, con consecuencias económicas
considerables para la industria pecuaria. Adicionalmente, las infestaciones por
ectoparásitos permanentes como ácaros y piojos provocan intenso prurito y autolesiones
por rascado, mientras que los parásitos periódicos como ciertas larvas de moscas pueden
causar miasis traumáticas con severas complicaciones tisulares.
Hiperpasitismo y Poliparasitismo
El hiperparasitismo representa un fenómeno fascinante en el ámbito de la parasitología
veterinaria, donde un organismo parásito se convierte a su vez en hospedador de otro
parásito. En animales domésticos, este fenómeno se observa con cierta frecuencia en
casos como el de las avispas parasitoides que infectan a larvas de moscas que ya están
parasitando a rumiantes o equinos, el hiperparasitismo tiene relevancia ecológica y puede,
en ocasiones, servir como mecanismo natural de control biológico para ciertos parásitos
primarios que afectan a los animales domésticos.
El poliparasitismo, por otro lado, se caracteriza por la presencia simultánea de múltiples
especies parasitarias en un mismo hospedador, frecuentemente involucrando diferentes
grupos taxonómicos como protozoarios, helmintos y artrópodos coexistiendo en un
mismo animal. En perros y gatos, es común encontrar infestaciones mixtas de
nematodos intestinales (Toxocara, Ancylostoma) junto con protozoarios (Giardia,
Cryptosporidium) y ectoparásitos como pulgas o garrapatas, creando un escenario
clínico complejo.
Las implicaciones del poliparasitismo en animales domésticos son particularmente
significativas, ya que las interacciones entre diferentes especies parasitarias pueden
potenciar sus efectos patógenos. Por ejemplo, la presencia simultánea de parásitos
hematófagos como Haemonchus contortus y coccidias intestinales en pequeños
rumiantes puede exacerbar la anemia y la malabsorción, comprometiendo severamente
el estado general del animal. Asimismo, en bovinos, la coexistencia de fasciolas
hepáticas con parásitos gastrointestinales puede provocar un efecto sinérgico negativo
sobre el rendimiento productivo, con pérdidas económicas superiores a las causadas por
cada parásito individualmente.
El manejo del poliparasitismo representa un desafío clínico considerable, en animales de
compañía, la presencia simultánea de nemátodos y cestodos intestinales junto con
ectoparásitos exige protocolos antiparasitarios de amplio espectro, mientras que en
animales de producción, el poliparasitismo frecuentemente involucra rotación de
principios activos para evitar resistencias. Los programas sanitarios modernos en
medicina veterinaria han evolucionado para abordar esta realidad, incorporando
medidas preventivas que consideran los diferentes ciclos biológicos y vías de
transmisión de las múltiples especies parasitarias que comúnmente afectan a los
animales domésticos simultáneamente (Taylor et al., 2016).
De acuerdo a las funciones que desempeñan los hospederos se distinguen, hospederos
falsos. Existen tipos de hospederos, recibiendo cada uno diferentes denominaciones entre
ellas las siguientes:
Hospedero definitivo o final:
Obligatorio
Principal
complementario
Hospedero Intermediario:
Primera Categoría
Segunda Categoría
Tercera categoría
Hospedero Intermediario
El término de hospedero intermediario se emplea para señalar a los organismos
vertebrados o invertebrados en el cual el parásito obligatoriamente en su forma larval
necesita pasar para realizar o efectuar algunos estadios de desarrollo larval. Algunos
realizan multiplicación patogenética en ellos(asexual). Los hospederos intermediarios
(H.I) pueden ser divididos en varias categorías de acuerdo al tipo de desarrollo
transformación o maduración (adquisición del poder invasivo), que en ellos efectúen los
estadios larvales, así tenemos:
Hospederos intermediarios de primera categoría, en los cuales las formas larvarias de los
parásitos no efectúan transformaciones, en ellos solo adquieren la propiedad invasiva, es
decir solo sirven para que las larvas de determinados parásitos se preparen para su
entrada en el hospedero definitivo (H.D).
Discusión
La clasificación de los parásitos que afectan a los animales domésticos en protozoarios,
helmintos y artrópodos representa un enfoque taxonómico fundamental para la medicina
veterinaria preventiva. Esta categorización no solo facilita la identificación de los agentes
patógenos, sino que también permite establecer protocolos específicos de diagnóstico y
tratamiento basados en las características biológicas de cada grupo. Los protozoarios,
siendo organismos unicelulares, presentan mecanismos de infección y reproducción que
difieren significativamente de los helmintos multicelulares, lo que implica distintas
estrategias terapéuticas. Asimismo, la diferenciación entre parásitos con ciclos directos e
indirectos resulta crucial para implementar medidas preventivas eficaces, ya que permite
identificar los puntos vulnerables donde interrumpir la transmisión.
La complejidad de los ciclos biológicos parasitarios representa un desafío constante para
los profesionales veterinarios, quienes deben mantenerse actualizados sobre las
interacciones entre los parásitos y sus huéspedes. Los endoparásitos, al habitar órganos
internos, suelen requerir diagnósticos más sofisticados y tratamientos sistémicos,
mientras que los ectoparásitos permiten una identificación visual más directa, pero
pueden actuar como vectores de otros patógenos. Esta dualidad epidemiológica exige un
enfoque integrado que considere tanto el control del parásito primario como la
prevención de enfermedades transmitidas por estos. En consecuencia, el conocimiento
detallado de la taxonomía parasitaria constituye la base para el desarrollo de programas
de desparasitación efectivos que protejan la salud animal y, por extensión, la salud
pública en casos de zoonosis.
Conclusiones
Los parásitos en animales domésticos son diversos y se clasifican en protozoarios,
helmintos y artrópodos, cada uno con características y efectos distintos sobre la salud
animal.
Los endoparásitos afectan órganos internos, como el sistema digestivo y la sangre,
mientras que los ectoparásitos viven en la piel o pelo y pueden causar irritación, anemia o
transmitir enfermedades.
Comprender los ciclos de vida parasitarios, ya sean directos o indirectos, es clave para
diseñar estrategias de prevención y control efectivas, como desparasitación, higiene,
control ambiental y manejo del hospedador intermedio.
El conocimiento de la parasitología en animales domésticos permite mejorar el bienestar,
la sanidad y la productividad, reduciendo pérdidas económicas en sistemas de producción
animal y previniendo posibles zoonosis.
Recomendaciones
Implementar exámenes coproparasitológicos periódicos (cada 2-3 meses en
rumiantes)
Utilizar técnicas cuantitativas como el recuento de huevos por gramo de heces
(HPG) para evaluar cargas parasitarias (MAFF, 1986)
Realizar necropsias diagnósticas para identificar parásitos de importancia
económica
Mantener una higiene adecuada en los espacios habitados por los animales,
limpiando diariamente las áreas de descanso y eliminando las heces de forma
inmediata para interrumpir los ciclos parasitarios directos.
Controlar el acceso de las mascotas a zonas potencialmente contaminadas como
basureros, aguas estancadas o áreas frecuentadas por fauna silvestre que puedan
servir como reservorios de parásitos.
Administrar dietas balanceadas y de alta calidad para fortalecer el sistema
inmunológico de los animales, aumentando su resistencia natural frente a las
infestaciones parasitarias.
Realizar exámenes coprológicos preventivos al menos dos veces al año, incluso
en animales asintomáticos, para detectar tempranamente infestaciones y aplicar
tratamientos específicos antes de que se desarrollen cuadros clínicos graves.
Bibliografías
Academia Mexicana de Ciencias. (2017). Parasitología veterinaria Facultad de
Medicina
Bowman, D. D. (2021). Georgis' parasitology for veterinarians (11ª ed.). Elsevier.
Dantas-Torres, F., y Otranto, D. (2022). Dogs, cats, parasites, and humans in Brazil:
opening the black box. Parasites & Vectors, 15(1), 1-18.
https://doi.org/10.1186/s13071-021-05128-z
Facultad de Ciencia Animal. (s.f.). Parasitología Veterinaria I. Universidad Nacional
Agraria.
CDC. (2024). Acerca de los parásitos. Centros para el Control y la Prevención de
Enfermedades.
Universidad de Buenos Aires. (2018). Introducción a la parasitología médica. Enlace al
documento
Taylor, M. A., Coop, R. L., y Wall, R. L. (2016). Veterinary parasitology (4ª ed.).
Wiley-Blackwell.