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Pervivencias Y Modificaciones Del Trazado Medieval Del Casco Urbano de Zaragoza en Epoca Contemporanea

El urbanismo de Zaragoza refleja su rica historia cultural, con influencias ibéricas, romanas, musulmanas y cristianas que han moldeado su trazado a lo largo de los siglos. Desde la dominación árabe, que introdujo cambios sutiles en la configuración urbana, hasta las transformaciones significativas durante el siglo XIX debido a la Guerra de la Independencia, el casco urbano ha evolucionado mientras conserva elementos medievales. A pesar de las modificaciones y destrucciones, la estructura básica de la ciudad ha perdurado, manteniendo su esencia histórica.

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Pervivencias Y Modificaciones Del Trazado Medieval Del Casco Urbano de Zaragoza en Epoca Contemporanea

El urbanismo de Zaragoza refleja su rica historia cultural, con influencias ibéricas, romanas, musulmanas y cristianas que han moldeado su trazado a lo largo de los siglos. Desde la dominación árabe, que introdujo cambios sutiles en la configuración urbana, hasta las transformaciones significativas durante el siglo XIX debido a la Guerra de la Independencia, el casco urbano ha evolucionado mientras conserva elementos medievales. A pesar de las modificaciones y destrucciones, la estructura básica de la ciudad ha perdurado, manteniendo su esencia histórica.

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PERVIVENCIAS Y MODIFICACIONES

DEL TRAZADO MEDIEVAL DEL CASCO URBANO


DE ZARAGOZA EN EPOCA CONTEMPORANEA

Isabel Yeste Navarro

El urbanismo de una ciudad, no es en muchos casos, sino el reflejo de su


historia. La sucesión o convivencia de diversas culturas, se refleja en nume-
rosas ocasiones, a través de la superposición de distintas concepciones urba-
nísticas, que modelan su "fisonorrŭa" y la dotan de características propias.
Este es sin duda el caso de Zaragoza, ciudad ibérica, romana, musul-
mana y cristiana. Sobre el tradicional trazado romano, basado fundamen-
talmente en la formación de calles rectas y paralelas entre sí, cortadas
ortogonalmente por otras de similares características, la dominación árabe
de la ciudad introdujo en cierta forma, su peculiar concepción urbana.
Hasta el año 714, fecha en que las tropas musulmanas penetran en el
valle del Ebro y toman la ciudad de Zaragoza convirtiéndola en capital de
la Marca Superior de Al-Andalus, la población zaragozana continŭa habi-
tando en el interior de un recinto murado que databa ya del siglo III. Esta
muralla, de unos 3.000 metros de longitud y construida en piedra alternan-
do el muro liso con torreones de planta ultrasemicircular, encerraba una
superficie de unas 50 hectáreas, superficie que en principio habría de
resultar suficiente hasta época musulmana'. El acceso a la ciudad, se reali-
zaba a través de cuatro puertas, puntos de inicio y culminación de los anti-
guos Cardo y Decumano romanos.

1 FATAS CABEZA, Guillermo: "Zaragoza desde los orígenes hasta 1119, en Evolución histórico-
urbanística de la ciudad de Zaragoza, (Ciclo de congerencias, Zaragoza 1980). Ed. Colegio Oficial de
Arquitectos de Aragón. Delegación de Zaragoza. Comisión de Cultura. Zaragoza, 1982. Tomo I, pp. 7-12.

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ISABEL YESTE NAVARRO

La dominación árabe produjo en el trazado urbano de Zaragoza lige-


ras modificaciones que no alteraron sustancialmente su configuración
anterior 2 . En este periodo, la ausencia de un reglamento municipal de
ordenación urbana, permitió que a ŭn sin corregir prácticamente los traza-
dos preexistentes, se modificara la concepción que de la calle se había
tenido hasta entonces. Para los musulmanes la calle no separaba, unía y
en ella transcurría gran parte de la vida diurna. Esta "privatización" de la
calle, la convertía en un lugar en cierta medida intimo y ello propiciaba la
formación de trazados quebrados y de callejones sin salida -adarves (del
árabe al-darb)- y la sustitución de las plazas que en numerosas ocasiones
se formaban en las intersecciones de las calles, por ligeros ensanchamien-
tos de las mismas3.
En diciembre de 1118, Alfonso I toma la ciudad de Zaragoza. En las
capitulaciones firmadas a tal efecto, se permite a la población musulmana
continuar viviendo en la ciudad, no obstante, se exige que los mismos lo
hagan extramuros, asentándose así en el llamado arrabal de curtidores -se
localizaba en torno a los sectores de Azoque, Conde Aranda y San Pablo-.
Dos puertas comunicaban esta zona con el resto de la ciudad, una situada
en la salida de la antigua calle de Cedacería -Escuelas Pías, hoy desapare-
cida- y otra en las proximidades del también destruido Arco de San
Roque4.
La población judía, continuó habitando en la zona denominada pie-
dras del Coso -en torno al actual Seminario de San Carlos- y centrando
sus actividades alrededor del Castillo de los judíos.
A partir del siglo XII, los incipientes "ensanches" -lugares de asenta-
miento disperso al exterior de la muralla romana- comienzan a poblarse
de forma sistemática. Estos ensanches se situaban principalmente en dos
zonas, por una parte en torno a la zona de las Tenerías y San Miguel y por
otra, en San Pablo. Aunque ambos presentan una cronología similar, su
desarrollo urbano es bien distinto.

2 Se hace constar en algunos escritos árabes, como la trama urbana de Zaragoza, sorprendía a sus
autores por su trazado regular y uniforme.
3 MART1N, José Luis; CODOÑER, Carmen y SANCHEZ, Manuel: La Alta Edad Media. Volumen
3° de Historia de Espaha. Historia 16. Extra XV, Año V. Madrid, octubre de 1980.
4 La breve descripción que se hace de Zaragoza en la Edad Media, se ha realizado fundamentalmente
a través de la consulta de los siguientes textos:
FALCON PEREZ, María Isabel: Zaragoza en el siglo XV. Morfología urbana, huertas y término
municipal. Ed. Institución Fernando el Católico y Ayuntamiento de Zaragoza. Zaragoza, 1981.
FALCON PEREZ, María Isabel: "Desde la Reconquista hasta el ŭltimo cuarto del siglo XV", en
Evolución histórico-urbanística de la ciudad de Zaragoza (Ciclo de conferencias, Zaragoza 1980). Ed.
Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón. Delegación de Zaragoza. Comisión de Cultura. Zaragoza,
1982. Tomo I, pp. 13-23.
LEDESMA RUBIO, María Luisa y FALCON PEREZ, María Isabel: Zaragoza en la Baja Edad
Media. Colección Aragón, num. 17. Ed. Librería General. Zaragoza, 1977.

908
PERVIVENCIAS Y MODIF1CACIONES DEL TRAZADO MEDIEVAL...

La población asentada entre la Puerta de Valencia y San Miguel, pre-


senta un hábitat disperso e irregular, propiciado por la adaptación del mis-
mo a los límites impuestos por los terrenos conventuales -eras de San
Agustín y huerta de Santa Engracia (Convento de las Santas Masas)- y el
curso del rio Huerva en su confluencia con el Ebro.
Las construcciones realizadas en el barrio de San Pablo, se hicieron
segŭn un trazado ortogonal, trazado que podía adaptarse a los antiguos
caminos de comunicación existentes -Aljafería, Almozara, etc.- y que se
convirtió así en una "continuación" del esquema romano existente en la
ciudad.
Hacia fines del siglo XV, la configuración urbana de Zaragoza quedó
prácticamente definida y ésta no seria ya apenas modificada hasta época
contemporánea.
El casco urbano de la ciudad quedaba rodeado por una muralla de
"tierra" -muro de rejola- y en su interior se conservaba, aunque parcial-
mente enmascarada por las construcciones que se habían adosado a ella,
la antigua muralla romana de piedra.
En esta muralla romana se abrían cuatro puertas principales:
- Puerta de Toledo: situada en la confluencia de la calle Manifesta-
ción con la plaza del Mercado. Se cita ya en 1134. Estaba flanqueada por
dos torres en las que con el tiempo se ubicarían las cárceles reales y la de
los manifestados.
- Puerta Cinegia: situada en la confluencia de la calle Mártires con la
antigua cruz del Coso -plaza de España-. Se conocen referencias de la
misma a partir de 1117. Junto a ella se ubicaba tan sólo una torre, esta cir-
cunstancia, unida al hecho de que la misma no se encontrara en la salida
de la calle Don Jaime al Coso, hace pensar que ésta no fuera de origen
romano, sino que fuera abierta en el muro en fechas posteriores.
- Puerta de Valencia: situada en la salida de la calle Mayor al Coso.
Se cita en la documentación escrita a partir de 1155. Estaba flanqueada
por dos torres.
- Puerta del Puente -más tarde llamada del Angel-: situada junto al
Puente de Piedra, fue concedida al concejo zaragozano por Jaime I en mar-
zo de 1244. Su vinculación al Ayuntamiento de la ciudad, queda también
patente al ubicarse en sus proximidades las llamadas casas del puente, sede
municipal permanente. Estaba flanqueada por portones y sobre ella se
colocó a fines del siglo XV la figura del Angel custodio de la ciudad, obra
del escultor Gil Morlanes y de la cual tomaría posteriormente su nombre.
Junto a estas puertas principales se localizaban otras que podemos
catalogar como secundarias: Postigos de Santa María, de Francoy, del

909
ISABEL YESTE NAVARRO

Mercado y de Aguadores; Trenques de la Calle Nueva, de Ximeno Gordo,


del Tesorero, del Postigo de la Judería y del Estudio y Puertas Nueva y de
la Carnicería de los Judíos.
En la muralla medieval se alternaba el muro liso con 66 torres de
planta cuadrangular. En ella se abrieron igualmente una serie de puertas:
Postigo de Predicadores, Puerta de Sancho -citada ya en 1118-, Puerta del
Portillo, Puerta de Baltax -denominada en 1656 como del Carmen y susti-
tuida por la actual en 1792-, Puerta de Santa Engracia, Puerta Quemada,
Puerta Real -construida entorno a 1467 y cerrada poco tiempo más tarde-
y Postigo del Ebro -denominada desde 1749 Puerta del Sol-.
El casco urbano de la ciudad ocupado por población cristiana, estaba
dividido en quince parroquias: Santa María la Mayor -del Pilar-, San Sal-
vador -La Seo-, San Pablo, San Felipe, Santa Cruz, San Juan del Puente -
situada entre el Pilar y la Seo, se convirtió en el siglo XVIII en una capilla
más de la Seo-, Santa María Magdalena, San Gil, San Jaime -11amada
también de Santiago, hoy desaparecida, estaba situada en la calle Don Jai-
me a la altura de la plaza de San Voto-, San Lorenzo -situada en la plaza
de San Pedro Nolasco y hoy desaparecida-, San Juan el Viejo -también
desaparecida al igual que las dos siguientes, situada entre las calles Refu-
gio y San Juan y San Pedro-, San Pedro -próxima a la anterior-, San
Andrés -fue en un principio sinagoga y se convirtió en iglesia a comienzos
del siglo XIII, estaba situada entre las calles Verónica y San Andrés-, San
Nicolás -hoy convertida en capilla de las Comendadoras del Santo Sepul-
cro- y San Miguel de los Navarros.
Los edificios que componían el casco urbano de Zaragoza, eran casas
unifamiliares situadas entre medianerías que no se ajustaban en la mayo-
ría de los casos a una alineación rigurosa. A menudo, en las calles existían
profundos entrantes y salientes que las dotaban, independientemente de
un cierto trazado en general rectilíneo, de gran irregularidad.
A partir del siglo XV, el Ayuntamiento intentó regularizar el trazado
urbano de la ciudad, intentando el alineamiento de las calles que la com-
ponían. Estas nuevas alineaciones, obligaban a modificar la línea de
fachada de los edificios, fachadas que en la mayoría de los casos se alinea-
ron adelantando aquellas que permanecían retranqueadas con respecto a
las más adelantadas, lo que contribuyó a que dichas calles se estrecharan
considerablemente.
Existían numerosos pasos subterráneos que comunicaban varias casas
que pertenecían al mismo propietario. En ocasiones, estas comunicaciones
se establecían a través de arcos, arcos que igualmente sustentaban los edifi-
cios que comunicaban. De todos estos arcos hoy tan sólo se conservan dos,
el arco del Deán y el situado en un lateral de la iglesia de Santiago.

910
PERVIVENCIAS Y MODIFICACIONES DEL TRAZADO MEDIEVAL...

En época moderna -siglos XVI, XVII y XVIII-, la trama urbana de


Zaragoza no se modificó apenas 5 . Las nuevas y magníficas construcciones
que se realizaron fundamentalmente en el siglo XVI, se adaptaron a las
alineaciones establecidas, sin alterar apenas el trazado urbano preexisten-
te. La imagen de la ciudad se transforma renovando sus edificios, sin
embargo no modifica su representación en el plano.
El siglo XVIII trae consigo, cambios administrativos para la ciudad.
Las reformas urbanísticas llevadas a cabo en su interior, son sin embargo
más bien escasas6.
El perímetro de la ciudad es prácticamente el mismo que se fija a
fines de la edad media. Se mantiene la muralla medieval con siete puertas
de acceso -Ildefonso, Sancho, Portillo, Carmen, Santa Engracia, Quema-
da y Portaza- y la muralla romana -ya prácticamente cubierta por los edi-
ficios adosados a ella- con sus cuatro puertas tradicionales.
A partir de 1769 y hasta la primera mitad del siglo XIX, la ciudad
pasa de estar distribuida en parroquias, a estarlo en distritos, cuatro seg ŭn
la división de Conde Aranda. Estos cuatro grandes distritos -los cuales
comprendían a su vez ocho barrios cada uno- eran los siguientes: de la
Seo, del Pilar, de San Pablo y de San Miguel.
El siglo XIX, trajo para Zaragoza importantes transformaciones en su
trazado urbano. En 1808 comienza la Guerra de la Independencia y Zara-
goza se convierte en plaza a tomar por los franceses, para ello la somete a
un primer sitio entre junio y agosto del mismo año.
En este primer sitio, el ejercito francés atacó las Puertas del Portillo,
del Carmen y de Santa Engracia, logrando entrar ŭnicamente por esta
ŭltima. La noticia de la derrota francesa en la batalla de Bailén, junto a la
entrada el 8 de agosto de refuerzos al mando de Palafox, obligó al ejercito
invasor a levantar el sitio de la ciudad el 13 de agosto. El metódico ataque
francés y sus continuos bombardeos, conllevaron la destrucción de gran
parte del caserío zaragozano y especialmente de la zona denominada Cruz
del Coso. En su retirada, destruyeron el Convento de San Francisco y
volaron el de Santa Engracia.

5SOLANO COSTA, Fernando: "El urbanismo zaragozano durante los siglos XVI y XVII" en Evolu-
ción histórico-urbanística de la ciudad de Zaragoza (Ciclo de conferencias. Zaragoza 1980). Ed. Colegio
Oficial de Arquitectos de Aragón. Delegación de Zaragoza. Comisión de Cultura. Zaragoza, 1982.
Tomo 1, pp. 25-34.
6JIMENEZ JIMENEZ, María Rosa: "Desarrollo urbanístico de la ciudad de Zaragoza desde el siglo
XVIII hasta la 10 mitad del siglo XIX" en Evolución histórico-urbanística de la ciudad de Zaragoza (Ciclo
de conferencias, Zaragoza 1980). Ed. Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón. Delegación de Zarago-
za. Comisión de Cultura. Zaragoza, 1982. Tomo I, pp. 35-45.

911
ISABEL YESTE NAVARRO

Tras este primer sitio, la ciudad se preparó para un previsible segun-


do asedio, fortificando numerosos edificios y formando barricadas en sus
calles.
El segundo sitio de Zaragoza comenzó en los ŭltimos días de diciem-
bre de 1808. Tras numerosos bombardeos en los que se destruyeron edifi-
cios como los de la Universidad y Diputación, el ejercito francés entra en
la ciudad el 27 de enero. Tras un duro combate en el que cada una de las
casas de la ciudad se convirtió en un lugar a tomar, Palafox firmó la capi-
tulación de Zaragoza a 22 de febrero de 1909.
Los sitios de Zaragoza provocaron que gran parte de su caserío -prác-
ticamente en sus tres cuartas partes- y algunos de sus edificios más repre-
sentativos quedaran destruidos. Por otra parte, a las destrucciones de la
guerra, debe sumarse la perdida de un n ŭmero importante de población
-pasó de unos 50.000 habitantes a no más de 27.000- a causa de los comba-
tes sostenidos y de la epidemia de tifus que se aduerió de la ciudad debido
a las condiciones insalubres existentes.
Los arios posteriores a la Guerra de la Independencia, fueron duros
para Zaragoza. La reconstrucción de numerosos edificios se convirtió en
labor prioritaria, las posibles reformas urbanas a realizar, quedaron así
relegadas a un segundo plano.
Es sin embargo con motivo de estas destrucciones, por lo que comien-
za a fraguarse uno de los proyectos urbanos de mayor importancia lleva-
dos a cabo en la Zaragoza del siglo XIX. A partir de la remodelación de
la plaza de la Constitución -plaza de Esparia-sobre los terrenos del des-
truido Hospital de Nuestra Señora de Gracia, se comenzó la formación de
un nuevo paseo a imitación de los "boulevares" franceses, por iniciativa
en 1815 de Martín Garay. Desde la llamada Cruz del Coso -destruida
también en los sitios y reedificada posteriormente de forma más sencilla-
hasta la Puerta de Santa Engracia, transcurría una estrecha calle llamada
de la Princesa Mártir, esta calle daría origen al denominado en un princi-
pio SallOn de Sta. Engracia y hoy paseo de la Independencia8.
Las puertas de la ciudad, como es lógico, sufrieron importantes des-
trucciones en ambos sitios. De las cuatro puertas abiertas en la muralla
romana, la Cinegia quedó totalmente destruida, por lo que se derribo ya
en 1809. También la Puerta del Angel sufrió importantes deterioros, no

7VENTURA, Jorge: Desde la guerra de la Independencia hasta nuestros días. Tomo IV de Historia de
España. Plaza y Janes, S.A. Editores. Barcelona, 1975.
8GARCIA LASAOSA, José: Desarrollo urbanistico de Zaragoza (1885-1908). Institución Fernando
el Católico. Zaragoza, 1979.

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PERVIVENCIAS Y MODIFICACIONES DEL TRAZADO MEDIEVAL...

obstante se reedificó en 1860. Las Puertas de Toledo y de Valencia se


mantuvieron en un principio, sin embargo la primera de ellas fue declara-
da en ruina y derribada en 1842 y la segunda se derribó en 1867 con moti-
vo de la ampliación de la plaza de la Magdalena9.
Las puertas de la muralla medieval quedaron también muy dañadas,
especialmente las del Portillo -destruida en 1808 y reconstruida posterior-
mente- y la de Santa Engracia -muy dañada, se derribó la primitiva puer-
ta, erigiéndose una nueva en 1828 bajo la dirección del arquitecto Tiburcio
del Caso y con motivo de la llegada de los reyes a Zaragoza-.
En 1834, se crea un organismo para la ejecución de obras p ŭblicas,
denominado Real Empresa de Isabel II. Dos arios más tarde, se establece
por ley, que sean los ayuntamientos los encargados del empedrado de las
calles y de la creación de paseos y lugares pŭblicos de recreo.
La aplicación de esta ley, dio un nuevo impulso a la formación del
Salón de Santa Engracia y se comenzó a trabajar en él a partir de un pri-
mer anteproyecto que data de 1847. Tras la elaboración de tres nuevos
proyectos, el paseo de la Independencia adquirió el aspecto de paseo
arbolado, porticado y con un amplio andén central que se mantendría ya
hasta bien entrado el siglo XX.
Ya en la segunda mitad de siglo, se Ilevó a cabo en Zaragoza un ambi-
cioso proyecto urbanístico que habría de modificar considerablemente su
antiguo trazado romano, la apertura de la calle Alfonso I. El 13 de agosto
de 1858, el Ayuntamiento acuerda encargar a los arquitectos municipales
Miguel Jeliver y José de Yarza, el estudio necesario para la formación de
una calle que comenzando en el Coso -a la altura de la calle del Trenque-
culminara en la plaza del Pilar. El 27 de septiembre de este mismo año,
José de Yarza presenta a la aprobación municipal el citado anteproyecto,
el cual proponía la apertura de una gran vía de diez metros de anchura y
cuatrocientos de longitudm.
Tras la realización de los trámites necesarios para su aprobación -trá-
mites entre los que se incluía la presentación del proyecto al Gobernador
Provincial, el cual solicitó la ampliación a doce metros de la anchura de la
nueva vía- ésta se concedió por Real Orden de 12 de septiembre de 1861 ".

9AYUNTAMIENTO DE ZARAGOZA: Las calles de la ciudad. Talleres Editoriales "El Noticiero".


Zaragoza, 1943. (Capítulo 2°: Las Puertas de la ciudad).
ioNegociado de Policía Urbana. N ŭm. de registro general 837, año 1858. Ayuntamiento de Zaragoza.
Archivo Municipal.
IITORGUET ESCRIVANO, Nardo: La reforma urbana en la Zaragoza de mediados del siglo XIX.
Apertura de la calle Alfonso I. Ayuntamiento de Zaragoza. Gerencia Municipal de Urbanismo. Colegio
Oficial de Arquitectos de Aragón. Zaragoza, 1987.

913
ISABEL YESTE NAVARRO

La apertura de esta calle se justificaba para Yarza, por el hecho de no


existir desde el Coso "...una comunicación espaciosa, recta y cómoda hacia
el interior de la población, si se except ŭa la incompleta de la calle de San
Gil, así mismo el grandioso templo Metropolitano de Nuestra Seriora del
Pilar (...) no tiene una calle regular que conduzca directamente a su espa-
ciosa plaza...2.
Es en estas fechas también, cuando un acontecimiento político modi-
ficará considerablemente el aspecto exterior de la ciudad. Tras la revolu-
ción de septiembre de 1868, la Junta Revolucionaria presidida por Angel
Gallifa, dispuso la abolición del derecho de consumos -impuesto indirecto
al que en numerosas ocasiones se habían opuesto las clases populares, ya
que recaía sobre artículos de primera necesidad-. Como consecuencia de
este clima revolucionario y al "grito popular de Viva la libertad!", fueron
demolidas algunas de las puertas medievales que la ciudad conservaba,
mateniéndose tan sólo hasta el siglo ,OC las del Carmen, Santa Engracia
• -derribada en 1904 como consecuencia de las urbanizaciones de la Huerta
de Santa Engracia y el paseo Sagasta- y Duque de la Victoria -abierta en
1854 para que por ella hiciese su entrada en la ciudad Baldomero Esparte-
ro, Duque de la Victoria, fue reedificada en 1860 y derribada ya bien
entrado el siglo XX-".
En los ŭltimos años de este siglo, se proponen dos nuevas e importan-
tes reformas urbanas: la apertura de la calle del Portillo -Conde de Aran-
da- y la urbanización de la Huerta de Santa Engracia. El primero de estos
proyectos quedaría suspendido debido a las altas indemnizaciones que el
mismo suponía, sin embargo, el segundo fue ya aprobado en 1890.
El proyecto de urbanización de las huertas de los conventos de Santa
Engracia, Santa Catalina y Jerusalen, comprendía los terrenos situados
entre el río Huerva y las calles Independencia y San Miguel. La definitiva
ejecución del mismo tuvo lugar con motivo del Centenario de los Sitios.
Este proyecto redactado por el arquitecto Ricardo Magdalena -las sucesi-
vas modificaciones que se introdujeron en el mismo, hicieron que su
redacción se prolongara en el tiempo entre los años 1890 y 1898- giraba
en torno a una gran plaza central, alrededor de la cual se pretendían cons-
truir distintos bloques de viviendas y edificios tan representativos como la
Escuela de Artes e Industrias, Museo Provincial, sede de la Caridad y
Casa Consistorial".

12Negociado de Policía Urbana. Nŭm. de registro general 315, año 1859. Ayuntamiento de Zaragoza,
Archivo Municipal.
131d. nota 9.
14Comisión de Fomento. Varios. N ŭm. de registro general 1.900, armario 53, legajo 30, año 1911.
Ayuntamiento de Zaragoza, Archivo Municipal.

914
PERVIVENCIAS Y MODIFICACIONES DEL TRAZADO MEDIEVAL...

Se proyectaron tres nuevas vías a partir de la calle San Miguel: una en


prolongación de la de los Sitios, otra a partir de la de Santa Catalina y una
tercera en relación con la calle Rufas. Hacía el paseo de la Independencia
se abrían igualmente tres vías: Zurita, San Clemente y Costa -a través de
la plaza de Santa Engracia-. Estas calles, a excepción de la de San Cle-
mente que se consideró principal y a la que se dio una anchura de 25
metros, se proyectaron con una anchura de 15 metros.
A partir de 1900, Zaragoza se transforma considerablemente.
Comienzan a proyectarse diversos ensanches que amplían un perímetro
que se había mantenido durante siglos -cubrimiento del Huerva y forma-
ción de la Gran Vía, ensanches de Miralbueno y Miraflores, actuaciones
en la margen izquierda del Ebro, etc.-; pequeños asentamientos de carác-
ter semirrural situados en las proximidades de la ciudad, comienzan a
ampliarse hasta unirse definitivamente a la misma -progresivo desarrollo
de los barrios de Delicias, Torrero, Las Fuentes, etc.- y ambiciosos pro-
yectos de reforma interior, alteran profundamente el antiguo trazado de la
ciudad.
Entre los primeros proyectos redactados para la reforma interior de
la ciudad, podemos serialar los siguientes: alineación y ensanche de la
calles San Jorge y Mayor, prolongación del paseo de la Independencia y
prolongación de la calle de la Yedra.
Los proyectos de alineación y ensanche de las calles San Jorge y
Mayor, fueron redactados por el arquitecto municipal Ricardo Magdalena
en abril de 1902 y junio de 1903 respectivamente. Ambas reformas vienen
condicionadas a la resolución de un problema que comenzaba a hacerse
patente, el tráfico rodado. En el caso de la calle Mayor este problema
adquiría gran importancia al ser ésta una vía principal que, junto a las
calles Espoz y Mina y Manifestación, atravesaba el casco antiguo de la ciu-
dad en el sentido este-oeste, antiguo decumano romano".
La prolongación del paseo de la Independencia surgió a propuesta
del concejal Sr. Franco en mayo de 1905. No obstante no era ésta la pri-
mera vez que el tema se trataba, ya que de forma un tanto imprecisa, se
consideraba "...una antigua aspiración de la ciudad". Los problemas que
esta reforma debía subsanar, eran de dos tipos. Por una parte, las condi-
ciones higiénicas en que se encontraban los edificios que componían la
zona, aconsejaban, seg ŭn el Sr. Franco, su sustitución por otros nuevos.

15 Proyecto de alineación y ensanche de la calle de San Jorge: Comisión de Fomento. Planos. N ŭm.
de registro general 916. armario 31, legajo 24, año 1902. Ayuntamiento de Zaragoza, Archivo Municipal.
Proyecto de alineación y ensanche de la calle Mavor: Comisión de Fomento. Planos. N ŭm de regis-
tro general 731, armario 59, legajo 3, año 1903. Ayuníamiento de Zaragoza, Archivo Municipal.

915
ISABEL YESTE NAVARRO

Por otra, la realización de este gran proyecto, vendría a solucionar el con-


flicto social provocado por el paro obrero, paro que quedaría reducido, al
emplear en su ejecución a gran nŭ mero de trabajadores. La reforma no
obstante quedo aplazada'6.
El proyecto de prolongación de la calle de la Yedra -hoy de San
Vicente de Pa ŭl- fue redactado por el Arquitecto Municipal Ricardo
Magdalena en octubre de 1905. No fue éste no obstante el primer estu-
dio realizado para la zona, ya que existían planes para la misma desde
mediados del siglo XIX' 8 . La finalidad primordial de esta reforma era la
sustitución de "...casas viejas por otras nuevas de cierto lujo que den un
mayor valor al barrio". Al igual que en los casos ya mencionados de las
calles Mayor y San Jorge, estos proyectos se plantearon a largo plazo.
En la década siguiente, el panorama no se modifica sustancialmente.
Quizá las dos reformas más importantes de esta época son la unión de las
plazas del Pilar y de La Seo' 9 y la apertura de la calle del Portillo, aunque
de las dos, tan sólo la segunda se llevó a cabo de forma inmediata.
El proyecto de apertura de la calle del Portillo -hoy Conde de Aran-
da-, fue redactado por José de Yarza en abril de 1915. El objetivo funda-
mental de esta reforma era facilitar las comunicaciones entre la plaza del
Portillo y el Coso, haciendo que una calle de "orden inferior", pasara a ser
de primera categoría".
En la década de los veinte, la actividad remodeladora del casco anti-
guo de Zaragoza es mínima. Tan sólo un proyecto merece la pena desta-
carse: la urbanización del paseo María Agustin en el tramo comprendido
entre la plaza del Portillo y la ribera del Ebro. Este proyecto fue redacta-
do por Miguel Angel Navarro en marzo de 1928. La reforma consistía en
la pavimentación y ampliación de este tramo del paseo, con el objeto de
facilitar el tráfico rodado -"...no sólo presente sino también futuro..."- y
hacer que éste se desplazara hacia las rondas perimetrales en vez de circu-
lar por el interior del casco antiguo21.

16Comisión de Fomento. Planos. N ŭm. de registro general 1.003, armario 59, legajo 23, año 1905.
Ayuntamiento de Zaragoza, Archivo Municipal.
i7Comisión de Fomento. Planos. N ŭms. de registro general 603 y 1.890, armario 59, legajo 23, año
1905. Ayuntamiento de Zaragoza, Archivo Municipal.
IsProyecto de pro1ongación y ensanche de la calle de la Yedra del arquitecto Eusebio Lidón Barra,
1888. Comisión de Fomento. Archivado con n ŭm. de registro general 591, armario 31, legajo 18, año 1888;
consta sin embargo con el n ŭm. de registro general 1.783, año 1901. Ayuntamiento de Zaragoza, Archivo
Municipal.
I9Comisión de Fomento. Planos. N ŭm. de registro general 2.335, año 1914 y n ŭm. de registro general
3.257, año 1915; unidos al expediente con n ŭm de registro general 737, año 1916. Ayuntamiento de Zara-
goza, Archivo Municipal.
20Comisión de Fomento. Planos. N ŭm. de registro general 580, armario 88, legajo 32, año 1915.
Ayuntamiento de Zaragoza, Archivo Municipal.
21 Comisión de Fomento. N ŭm. de registro general 1.120, año 1928. Ayuntamiento de Zaragoza,
Archivo Municipal.

916
PERVIVENCIAS Y MODIFICACIONES DEL TRAZADO MEDIEVAL...

A comienzos de los arios treinta, se retoman dos de los proyectos ya


mencionados. En 1930, se pone de nuevo sobre la mesa el tema de la pro-
longación del paseo de la Independencia y en 1933 los arquitectos Secun-
dino Zuazo y José Derqui redactan para ello un anteproyecto. En él se
alude al reencuentro de la ciudad con el Ebro, a partir de la creación de
un nuevo puente sobre el mismo culminando dicha prolongación y tam-
bién, a la conservación de edificios de valor histórico-artístico -casa Par-
do, palacio de los Torrero, iglesia de Santa Cruz...-, desviando ligeramen-
te el eje de esta nueva vía, con respecto al del paseo22.
De 1933, data también el nuevo proyecto de prolongación de la calle
de la Yedra, redactado por el arquitecto Miguel Angel Navarro. La dife-
rencia fundamental entre éste y el anterior, consistía en el plazo de ejecu-
ción fijado para su realización. Debido al caos existente en la zona, por la
coexistencia de nuevas y antiguas alineaciones, la reforma se plantea a
muy corto plazo por medio de expropiaciones forzosas que permitieran la
rápida explanación de los terrenos".
Tras la Guerra Civil, en octubre de 1939, se redacta el Plan de Refor-
ma Interior de la ciudad de Zaragoza. Este plan, firmado por los arquitec-
tos Regino Borobio y José Beltrán, plantea la reforma global del casco
histórico de la población, ya que los planes parciales no abarcaban el pro-
blema de la ciudad en su conjunto y habían de ser modificados, al relacio-
narlos con los de otros sectores de la misma".
Este plan de reforma estaba destinado a solucionar de manera con-
junta los problemas que presentaba el casco antiguo de la ciudad, proble-
mas que para sus autores eran los siguientes: tráfico, salubridad y estética.
La solución a estos problemas, habría de conseguirse, dando mayor
amplitud a las vías principales que atravesaban el casco antiguo y abriendo
otras nuevas en su interior.
Los problemas de tráfico quedaban eliminados al ensancharse las
calles por donde éste había de transcurrir. La demolición de edificios en
zonas insalubres y su sustitución por otros nuevos, suprimirían igualmente
los problemas de higiene.

22 No ha sido posible localizar el proyecto de Secundino Zuazo en los archivos municipales. El mate-
rial del que se ha dispuesto, ha sido localizado en una carpeta perteneciente a Miguel Angel Navarro,
Arquitecto Jefe Municipal. Esta carpeta -junto a otros estudios y trabajos- estaba todavía sin archivar,
esto hace que sea imposible dar su referencia y n ŭmero de registro para su localización en dichos archivos.
23Los expedientes relativos al proyecto de alineación, prolongación y ensanche de la calle de la Yedra
y su zona, redactado por Miguel Angel Navarro, se conservan en los archivos de la Dirección Municipal de
Arquitectura. Estos expedientes no se encuentran sistemáticamente archivados y es por esto, por lo que
no podemos dar una referencia bajo la cual localizarlos en dichos archivos.
24 Plan de Reforma Interior de la ciudad de Zaragoza. Ayuntamiento de Zaragoza, Dirección Munici-
pal de Arquitectura.

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ISABEL YESTE NAVARRO

Las reformas más importantes incluidas en el plan eran las siguientes:


1.- Prolongación y ensanche de la calle de la Yedra -hoy S. Vicente
de Paŭl-: Se recogía aquí el ya mencionado proyecto, no obstante y para
evitar la escasez de nuevos edificios que las mínimas expropiaciones apro-
badas permitían, éstas se ampliaban".
2.- Barrio del Sepulcro: Se incorpora al plan el proyecto ya aprobado,
destinado a sanear e higienizar la totalidad del barrio26.
3.- Unión de las plazas del Pilar y de la Seo: Incorporando el proyecto
definitivo, redactado por Regino Borobio en 1937 y destinado a crear un
espacio monumental frente al templo del Pilar, en el que pudieran cele-
brarse con la mayor comodidad, los actos religiosos y patrióticos allí pro-
gramados'.
4.- Prolongación del paseo de la Independencia: Recogiendo así las
antiguas aspiraciones de la ciudad e intentando dotar a la nueva plaza del
Pilar, de un acceso de gran nobleza y crear igualmente una gran perspecti-
va hacia la Casa Consistorial, motivo final del trazado.
5.- Barrio de San Pablo: El objetivo fundamental de esta reforma,
consistía en sanear el barrio dando una mayor amplitud a sus calles y cre-
ando tres plazas en su interior.
6.- Apertura de una vía de enlace entre la Puerta del Carmen y San
Juan de los Panetes: La apertura de esta nueva calle, se planteó funda-
mentalmente para facilitar el tráfico rodado entre ambos puntos, comuni-
cando igualmente con los mismos, zonas intermedias de gran densidad de
población como lo eran las de Azoque y Mercado.
7.- Plaza de la Magdalena: Con esta reforma se pretendía mejorar
notablemente el tráfico en dicha plaza, ya que el Coso quedaba estrangu-
lado junto a la antigua Universidad.
8. - Prolongación de la calle Valenzuela: Eliminación del Arco de San
Roque y por consiguiente, del estrechamiento que éste generaba en la
salida de dicha calle al Coso".

25Comisión de Fomento. Varios. N ŭm. de registro general 3.060, año 1937. Ayuntamiento de Zara-
goza, Archivo Municipal.
26Comisión de Fomento. Planos. N ŭm. de registro general 1.550, año 1903, unido al expediente con
nŭ m. de registro general 264, armario 59, legajo 14, año 1904. Ayuntamiento de Zaragoza, Archivo Muni-
cipal.
27Comisión de Fomento. N ŭm. de registro general 3.552, año 1937. Ayuntamiento de Zaragoza,
Archivo Mun icipal.
28Comisión de Fomento. Planos. Nŭ m. de registro general 2.571, año 1937. Ayuntamiento de Zara-
goza, Archivo Municipal.

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PERVIVENCIAS Y MODIFICACIONES DEL TRAZADO MEDIEVAL...

9.- Plaza de San Felipe: Ampliación de dicha plaza para facilitar así
el tráfico rodado en su interior. Los edificios de valor artístico que la con-
formaban -Iglesia de San Felipe, Palacio de Argillo y Torreón Fortea-, no
se modificaban.
10.-Urbanización de sectores no edificados:
A) Urbanización de las huertas de los conventos de Santa Inés, Fece-
tas y Santa Lucía: Posibilitando la construcción de nuevas manzanas en un
lugar céntrico de la ciudad.
B) Urbanización del sector de la Encarnación y Hospicio: Con un
objetivo similar al anterior.
C) Urbanización del extremo este de la población comprendido entre
la ronda -paseo de la Constitución, paseo de la Mina y Conde Asalto- y la
desembocadura del río Huerva: Esta reforma tenía por objeto enlazar el
casco antiguo con el ensanche este de la ciudad.
A comienzos de la década siguiente -1943-, José de Yarza redactó el
Plan General de Ordenación Urbana de Zaragoza. Este plan incorpora
para el casco antiguo, el ya descrito Plan de Reforma Interior de 1939. En
la memoria de este plan de ordenación, se aboga no obstante por la supre-
sión de la prolongación del paseo de la Independencia porque complicaba
la situación del tráfico en el casco antiguo de la ciudad más que lo solucio-
naba, ya que introducía una vía rápida en un entorno de calles estrechas
que no permitían salidas transversales a la misma; porque suponía la rup-
tura del primitivo trazado romano y de su ambiente y finalmente porque
al crear una nueva calle de relación, se aumentaba considerablemente la
densidad de población de la zona".
Para Yarza debía conservarse la ciudad antigua "...en su mayor inte-
gridad posible...", desplazar el comercio hacia la plaza Aragón, poniéndo-
lo así en relación con los modernos ensanches y reducir la circulación en el
primitivo recinto romano, desviando el tráfico hacia el Arrabal a través de
la construcción de dos nuevos puentes en los extremos del Coso.
La oposición que a esta supresión del proyecto manifestó Regino
Borobio, autor como ya se ha dicho del Plan de Reforma Interior de 1939,
hizo que el mismo se mantuviera. Para Borobio la prolongación del paseo
de la Independencia se justificaba en pro de facilitar peregrinaciones reli-
giosas y desfiles cívicos hacia la plaza del Pilar. Finalmente estas razones
coyunturales se mantuvieron frente a aquellas que pretendían una proyec-
ción al futuro desarrollo de la ciudad.

29 YARZA, José de: BELTRAN. José y BOROBIO, Regino: -Ordenación Urbana de Zaragoza" en
Revista Nacional de Arquitectura. N ŭm. 95. año IX. Madrid, noviembre de 1949. Pags. 481-488.

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ISABEL YESTE NAVARRO

El Plan General de Ordenación Urbana de 1957, redactado por José


de Yarza, no introduce variación alguna a la situación existente en torno
al casco antiguo de Zaragoza". Dos años más tarde, el Pleno del Ayunta-
miento de fecha 10 de octubre de 1959, declara el barrio de la Seo, Barrio
Monumentar.
En la década de los arios sesenta, contin ŭa la polémica en torno a la
conveniencia de la prolongación del paseo de la Independencia. Frente a
las mociones en favor de la misma, presentadas por el concejal Emilio
Larrodé en julio de 1965 y basadas en la conveniencia de crear una vía que
facilitara el acceso al templo del Pilar y en la sustitución de un caserío en
estado de ruina progresiva, por otro compuesto de edificios nuevos que
hicieran, segŭn él, del centro de Zaragoza, "...el más bonito de Esparia", se
manifiesta la opinión del arquitecto Emilio Larrodera, el cual, considera
perjudicial la prolongación puesto que creaba una zona de intenso tráfico
en el casco antiguo de la ciudad, que permitía la construcción de nuevos
edificios que contrastarían notablemente con su entorno y ya que la reali-
zación del mismo, suponía la desaparición de zonas de interés ambiental
de Zaragoza de "...contenido humano y afectivo'32.
La polémica quedó finalmente zanjada, cuando Emilio Larrodera
redactó en 1968 el nuevo Plan General de Ordenación Urbana. En él se
toma como base para la reforma interior, el plan redactado en 1939 por
Regino Borobio. No obstante, se elimina del mismo, la prolongación del
paseo de la Independencia por las razones antes mencionadas. El objetivo
primordial del plan, consistía en reconquistar el casco antiguo de la ciu-
dad, convertirlo en un lugar apto para el peatón y en donde el automóvil, no
tuviera sino un acceso marginal a través de estacionamientos colectivos ".
En la década de los arios setenta, se ultimaron algunas de las reformas
proyectadas en el Plan de Reforma Interior de 1939 y se redactaron tam-
bién algunos planes especiales para distintos sectores de la ciudad. Entre
estos planes podemos destacar los siguientes:

30AYUNTAMIENTO DE ZARAGOZA: Plan General de Ordenación Urbana de Zaragoza por José


de Yarza García, Arquitecto Jefe de Urbanismo. Zaragoza, enero de 1957.
31 Comisión de Fomento. N ŭm. de registro general 38.080, año 1963. Ayuntamiento de Zaragoza,
Archivo Municipal.
32Sesión Ordinaria de 9 de septiembre de 1965.
33Plan General de Ordenación Urbana Municipal, 1968. Ayuntamiento de Zaragoza, Gerencia Muni-
cipal de Urbanismo.

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PERVIVENCIAS Y MODIFICACIONES DEL TRAZADO MEDIEVAL...

1.- Plan parcial especial para el Barrio de La Seo. Redactado por la


Comisión de Urbanismo en marzo de 1970. Destinado principalmente a la
remodelación de la red viaria, formando espacios de reposo y creando
perspectivas cerradas con cuerpos volados similares al Arco del Deán,
pero con nuevas formas34.
2.- Plan especial de la plaza Santa Cruz. Redactado en febrero de
1975 por el arquitecto J. Antonio Fernández. Este proyecto afectaba a la
zona comprendida entre las calles D. Jaime I, Méndez N ŭriez, Espoz y
Mina y Alfonso I. Los objetivos fundamentales del mismo consistían en la
reducción del tráfico rodado, reservando un mayor espacio para uso pea-
tonal y la conservación del trazado existente y de los edificios de interés
histórico-artístico".
3.- Plan especial para la reforma interior del sector de la Magdalena.
Redactado por Elvira Adiego en 1976. La finalidad de este proyecto es
similar a la del anterior36.
La década de los ochenta, supone importantes reformas para el casco
antiguo de la ciudad. En 1981, la Oficina de Planeamiento del Ayunta-
miento redactó el Plan Especial del Centro Histórico de Zaragoza, apro-
bado inicialmente en el Pleno de 10 de Marzo de 1983. Este plan proponía
la protección especial del antiguo n ŭcleo urbano de forma global y unifor-
me, deteniendo el deterioro físico, inmobiliario y urbano del mismo, al
igual que su degradación funcional y social".
Por ŭltimo, en 1988, el Area de Urbanismo e Infraestructuras del
Ayuntamiento, presenta un Plan de actuaciones para el Casco Histórico
de la ciudad bajo la propuesta "Zaragoza 1992. Este plan, fue redactado
por el Arquitecto Jefe del Servicio del Casco Histórico, Miguel Angel
Navarro Trallero y comprende dos tipos fundamentales de proyectos":

34 Sección de Urbanismo. N ŭm. de registro general 15.883, año 1970. Ayuntamiento de Zaragoza,
Gerenecia Municipal de Urbanismo.
35Sección de Urbanismo. N ŭm. de registro general 7.690, año 1975. Ayuntamiento de Zaragoza,
Gerencia Municipal de Urbanismo.
36Sección de Urbanismo. N ŭm. de registro general 23.876, año 1976. Ayuntamiento de Zaragoza,
Gerencia Municipal de Urbanismo.
37 AYUNTAMIENTO DE ZARAGOZA: Plan Especial Centro Histórico de Zaragoza. Información
para participación pública en el avance. Editorial Heraldo de Aragón. Zaragoza, octubre de 1981.
AYUNTAMIENTO DE ZARAGOZA: Plan Especial del Centro Histárico. Zaragoza, mayo de
1983.
38AYUNTAMIENTO DE ZARAGOZA: Zaragoza. Actuaciones en el Casco Histárico. 1992-2000.
Zaragoza, 1988.
AYUNTAMIENTO DE ZARAGOZA: Zaragoza, plazas y plazos. Actuaciones en el Casco Históri-
co. Zaragoza, junio de 1988.
AYUNTAMIENTO DE ZARAGOZA: Zaragoza, viviendas municipales de alquiler. Zaragoza,
diciembre de 1988.

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ISABEL YESTE NAVARRO

1.- Proyectos tendentes a la mejora del hábitat: Actuaciones en zonas


que exigen un mínimo de intervención por su potencial definición, actua-
ciones tendentes a la sustitución del caserío obsoleto y actuaciones para la
renovación de infraestructuras.
2.- Proyectos de intervención y recualificación de elementos d e fin i-
dores del ser de la ciudad:Paseo de la Independencia, Avenida Cesar
Augusto en el tramo comprendido entre el Coso y el paseo Echegaray y
Caballero, sector Alfonso, parte posterior de La Seo y plaza del Pilar.
Tras la exposición de las reformas interiores llevadas a cabo en época
contemporánea en la ciudad, cabe preguntarse que es lo que permanece
de aquella Zaragoza medieval. Quizá la respuesta sea "apenas nada".
Se han conservado algunos trazados, más por falta de presupuesto
para iniciar su reforma, que por un deseo expreso de mantenerlos. La tra-
ma romana se distingue aŭ n sobre el plano, sin embargo, la misma ha sido
surcada por amplias vías que pretendían facilitar las comunicaciones inte-
riores. Estas calles no obstante, se integran en un entorno ajeno a las mis-
mas y por ello se colapsan en sus salidas laterales. Esta falta de continui-
dad, ha provocado que aquellas nuevas vías que fueron abiertas para faci-
litar el tráfico rodado, hoy pasen de nuevo a ser peatonales.
Esta vuelta atrás, no refleja sino una serie de lamentables despropósi-
tos en materia urbanística. Los problemas de tráfico no se han soluciona-
do y las falsas espectativas creadas en su entorno, no han hecho sino
degradar un casco histórico en el que los lugares "visitables", esconden un
intrincado laberinto de callejuelas que abandonadas por sus habitantes se
convierten en lugares ruinosos ocupados por clases marginadas, más preo-
cupadas por su supervivencia que por la conservación del pasado.
Fuera ya del recinto romano, existen dos zonas bien diferenciadas.
Aquellas que son fruto de una reciente urbanización -Independencia, Pla-
za de los Sitios y alrededores, María Agustín, etc.- se han adaptado al
paso del tiempo, fomentando un sabor tradicional de escasa proyección en
el mismo. Por el contrario, aquellas que nacieron de una primitiva y en
cierta forma espontánea ampliación de la ciudad -San Pablo, Pignatelli,
Tenerías, etc.- han pasado quizá a convertirse en intemporales en el peor
sentido de la palabra. Edificios nuevos y viejos, adobe y hormigón, convi-
ven en un espacio anodino y masacrado por el intento de adaptarse a la
modernidad.
Se intenta ahora conservar aquellos trazados urbanos que perpet ŭan
la memoria histórica de la ciudad, sin embargo, el espacio ha quedado
definitivamente roto. Se intenta también conservar sus edificios, no obs-
tante, estos pasan a convertirse en ocasiones, en telones teatrales que
enmascaran una trastienda de miseria y abandono.

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PERVIVENCIAS Y MODIFICACIONES DEL TRAZADO MEDIEVAL...

La Zaragoza medieval ha sido destruida por el paso del tiempo, hoy


es una ciudad moderna que rodea un casco antiguo en el que "las ŭltimas
tendencias" en mobiliario urbano, pretenden crear lugares "apacibles" en
los que pasear. Quizá la solución pase por convertir el casco antiguo de
Zaragoza, en un lugar no sólo para pasear, sino también y esto es lo fun-
damental, para vivir.

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