2.
El pecado nos roba la seguridad
«En esto sabremos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros
corazones delante de Él en cualquier cosa en que nuestro corazón nos
condene. Porque Dios es mayor que nuestro corazón y Él sabe todas las
cosas. Amados, si nuestro corazón no nos condena, confianza tenemos
delante de Dios» (1 Juan 3:19-21).
3. El pecado trae culpa
«Porque yo reconozco mis transgresiones, y mi pecado está siempre delante
de mí» (Salmos 51:3).
4. El pecado apaga el Espíritu de Dios
«No apaguen el Espíritu» (1 Tesalonicenses 5:19).
5. El pecado trae daño físico
«Señor, no me reprendas en Tu enojo,
Ni me castigues en Tu furor.
Porque Tus flechas se han clavado en mí,
Y sobre mí ha descendido Tu mano.
Nada hay sano en mi carne a causa de Tu indignación;
En mis huesos no hay salud a causa de mi pecado (Salmos 38:1-3).
«Pues mi vida se gasta en tristeza
Y mis años en suspiros;
Mis fuerzas se agotan a causa de mi iniquidad,
Y se ha consumido mi cuerpo» (Salmos 31:10).
6. El pecado causa dolor en el alma
«Mientras callé mi pecado, mi cuerpo se consumió
Con mi gemir durante todo el día.
Porque día y noche Tu mano pesaba sobre mí;
Mi vitalidad se desvanecía con el calor del verano.
Te manifesté mi pecado,
Y no encubrí mi iniquidad.
Dije: “Confesaré mis transgresiones al Señor”;
Y Tú perdonaste la culpa de mi pecado» (Salmos 32:3-5).
7. El pecado abre la puerta a otros pecados
«“¡Ay de los hijos rebeldes”, declara el Señor,
Que ejecutan planes, pero no los Míos,
Y hacen alianza, pero no según Mi Espíritu,
Para añadir pecado sobre pecado!» (Isaías 30:1).
8. El pecado rompe la comunión con Dios
«La mano del Señor no se ha acortado para salvar;
Ni Su oído se ha endurecido para oír.
Pero las iniquidades de ustedes han hecho separación entre ustedes y su
Dios,
Y los pecados le han hecho esconder Su rostro para no escucharlos» (Isaías
59:1-2).
9. El pecado produce temor
«El impío huye sin que nadie lo persiga,
Pero los justos están confiados como un león» (Proverbios 28:1).
10. El pecado desea controlar mi vida
«Jesús les respondió: “En verdad les digo que todo el que comete pecado es
esclavo del pecado”» (Juan 8:34).
«¿No saben ustedes que cuando se presentan como esclavos a alguien para
obedecerle, son esclavos de aquel a quien obedecen, ya sea del pecado para
muerte, o de la obediencia para justicia?» (Romanos 6:16).
Usualmente pecamos porque pensamos que obtendremos placer o beneficio
de ello. Pero estos pasajes muestran claramente que escoger el pecado
acarrea un precio alto. Y esto ni siquiera es una lista exhaustiva. Hay muchas,
muchas consecuencias potenciales que vienen por nuestros pecados. Basada
en mi experiencia, yo añadiría a esa lista, relaciones tensas, ansiedad y
depresión.
¿Qué consecuencias añadirías tú? ¿Has experimentado alguna en tu propia
vida? ¿Cómo crees que reflexionar en estas consecuencias marca alguna
diferencia a la hora de enfrentar una tentación?
¡Hey chicas! Nos encanta escuchar de ustedes, pero nos
sentimos limitadas por las formas en que podemos ayudarlas.
Si buscas consejo te animamos a hablar primero con tu pastor o
una mujer piadosa en tu vida, ya que ellos sabrán más detalles
de ti y te darán seguimiento y ayuda.Lo publicado en la sección
de comentarios no necesariamente refleja el punto de vista de
Aviva Nuestros Corazones.
Nos reservamos el derecho de remover opiniones que puedan
no ser de ayuda o inapropiadas. Puede ser que editemos o
removamos tu comentario si: * Requiere o contiene
información personal como emails, direcciones, teléfonos.
*Ataca a otras lectoras. * Utiliza lenguaje vulgar o profano.