ALBAJARI-La Entrevista en El Proceso Psicodiagnostico
ALBAJARI-La Entrevista en El Proceso Psicodiagnostico
La Entrevista
a) Conceptualización
Varios autores se han ocupado de analizar el tema de las entrevistas, por lo que nos
encontramos con diferentes conceptualizaciones y maneras de abordarlas.
Desde un punto de vista semántico la entrevista es un encuentro, reunión^' o cita de dos o
más personas en un lugar determinado, para tratar de resolver algún asunto o negocio.
Entendemos a la entrevista como una técnica, un instrumento clínico, que servirá en el
contexto de un psicodiagnóstico para revelar y relevar datos acerca del consultante.
Existe coincidencia en destacar a la entrevista como la técnica de mayor aproximación al
estudio del comportamiento humano y más utilizada en psicodiagnóstico ya que ella facilita
obtener datos de una mayor riqueza y amplitud en relación con cualquier otra técnica de
evaluación.
Pero aplicar una técnica concreta o una entrevista no significa hacer psicodiagnóstico. En
éste, se pone en marcha un proceso de investigación en el que se utilizan además de la
entrevista, diferentes técnicas de evaluación psicológicas, psicométricas, proyectivas y lúdicas.
Generalmente nos acercamos a un sujeto que por “motu proprio” o por ser enviado por
otro profesional o institución (escuela, tribunales de justicia) requiere ayuda para resolver y
esclarecer sus conflictos; es por esto que el psicólogo ' « interviene utilizando el conjunto de
técnicas anteriormente mencionadas para abordar los interrogantes que se le plantean.
Como lo expresa HELENA LUNAZZI DE JUBANY (1992): “El psicodiagnóstico representa por un
lado, el desarrollo de los procedimientos técnicos para dar cuenta de las preguntas que lo
demandan y también, por otro lado, el desarrollo del aparato conceptual para tratar y
explicitar tanto la naturaleza de los datos y los fenómenos que acontecen en su despliegue y
sus relaciones con las inferencias clínicas”.
M. OCAMPO, M. ARZENO y E. GRASSANO (1987) caracterizan al proceso psicodiagnóstico como
“una situación con roles bien definidos y con un contrato en
lOiiSrí
reiteración de datos similares que la refuercen o por la convergencia de datos que le den coherencia”.
En otras palabras, se realiza un proceso en donde las hipótesis pueden ser reformuladas, refutadas
o confirmadas, para lo cual nos guiamos por la presencia de recurrencias (la repetición de un mismo
indicador dentro de una misma técnica o en varias) y convergencias (la repetición de indicadores
disímiles que apuntan a una misma secuencia dinámica).
M. M. CASULLO (1991) sostiene que “el proceso de investigar tiene como finalidad lograr
conocimientos que contengan elementos de certeza a fin de poder ser utilizados como guías de una
práctica profesional transformadora. En la práctica investigativa los lincamientos metodológicos
muchas veces resultan insuficientes para acceder a las comprobaciones necesarias. Se requiere recurrir
a métodos esoecíficos, técnicas e instrumentos adecuados v nrecisos aue posibiliten recopilar y analizar
la información, aquella información empírica que la teoría utilizada y las hipótesis planteadas señalan
como relevantes para generar conocimientos válidos”.
La entrevista entendida como una técnica forma parte del proceso psico- diagnóstico, y su objetivo
es el estudio del comportamiento total del sujeto en el transcurso de la relación establecida.
Por lo tanto, si hablamos de la entrevista como una técnica es necesario incluir dos aspectos
fundamentales: ' v
— los fundamentos teóricos y
— las reglas que la sustentan
Dado que existen varias definiciones sobre la entrevista, es importante destacar las diferentes
aproximaciones conceptuales a fin de familiarizarnos con sus términos fundamentales.
Esto es importante ya que al hablar de entrevista, al conceptualizarla, estamos haciendo un
recorte teórico desde el cual vamos a entenderla y a realizar determinadas intervenciones. Esta
delimitación nos permite pensar en diferentes prácticas y por lo tanto en diferentes metas.
No solo nos vamos a encontrar con diversas maneras- de realizar una entrevista, sino también con
distintos objetivos por las que se realiza, el para qué de la entrevista va a determinar cómo se escucha y
qué se escucha.
En relación con ello, podemos diferenciar según sus objetivos, las llamadas Entrevistas de
Investigación” y las “Entrevistas Clínicas o de Intervención”.
□ Entrevista de investigación:
Se trata de recoger información que luego será procesada para obtener datos estadísticos; el contacto
con el entrevistado se realiza de manera fugaz. El objetivo principal está en relación con los fines
investigativos, con la temática a ser investigada, aunque no exclusivamente, ya que en un segundo
momento esos
La noción de campo es tomada de los conceptos formulados por KURT LEWIN quien lo define de la siguiente
manera: “Campo es la totalidad de hechos coexistentes concebidos como mutuamente interdeperCdientes”. Es por
esto que para estudiar los diferentes fenómenos que tienen su aparición en la entrevista, es necesario hacerlo en
función de sus relaciones, observar el conjunto de elementos, hechos y condiciones que configuran la situación, ya
que la entrevista psicológica se caracteriza por su dinamismo. Al mencionar a la entre- ’ . vista como campo,
debemos incluir el concepto de encuadre, que significa transformar una cierta cantidad de variables en
constantes; esta estandari-
psicoteca editorial
-17 . . La entrevista en
zación permite lograr una estabilización, de la situación. Si bien ciertas variables son transformadas en
constantes, esto no significa que no puedan realizarse modificaciones. Por el contrario, en caso de
introducirlas, deben observarse los efectos que estas producen.
En palabras de BOHOSLAVSKY (1976): “Tal fijeza es desde luego arbitraria, de ahí que el encuadre sea
un artificio, una táctica o un conjunto de reglas de juego. El significado de táctica (arte de poner orden a
las cosas), enriquece la comprensión del encuadre, puesto que así como el psicólogo tiene un arte, el de
poner orden en el proceso de la entrevista, el entrevistado tiene el arte de poner desorden en el mismo. El
intexjuego de ambas artes aclara eventualmente el porqué, para qué y cómo de las conductas del
entrevistado. Interpretar implica siempre una confrontación del dato (la conducta) emergente en
elinteijuego del encuadre del psicólogo (su táctica) y las tácticas del entrevistado. Estas últimas son
actuales siempre pero a la vez condensan y expresan su historia pasada y futura. Son hipotéticamente la
manifestación de su estructura de personalidad. Mantener fijo el encuadre de la entrevista (las reglas de
juego manifiestas) es el requisito indispensable para poder poner en evidencia las reglas de juego
latentes del entrevistado (sus pautas de conducta y su estructura de personalidad), comprenderlas y
eventualmente modificarlas”.
Los factores que intervienen en ekencuadre son: el tiempo, el lugar y el rol del profesional. Las
distorsiones que se produzcan en estos espacios constituirán material de información para obtener
hipótesis acerca del malestar del entrevistado.
El tiempo, el lugar, los roles, la actitud técnica y el objetivo dé la entrevista deben estar establecidos
con anterioridad ya que de lo contrario no contaremos con un marco de referencia desde el cual poder
entender la conducta del entrevistado.
Citamos nuevamente a BOHOSLAVSKY (1976): “el entrevistador as quien define y configura el campo,
su conducta, al fijar el encuadre, solo toma un conjunto de variables y las convierte en constantes, y deja
en libertad al entrevistado para configurar todo lo que ocurra dentro de la entrevista. Es decir que
podemos reconocer en la entrevista algo fijo, constante o rígido', que es. el encuadre y algo que es un
proceso dinámico que expresar el modo como el entrevistado ejerce la libertad de configurar la situación.
Es por esto que el modo como el entrevistado emplea su libertad para elegir la manera de configurar la
entrevista se convierte en un dato importante para entender los modos habituales mediante los cuales el
entrevistado ejerce su posibilidad de elección. Así, si bien el entrevistador fija ciertas lineas estables, y si
se quiere rígidas, que operarían a modo de carriles del proceso o del acontecer de la entrevista, el
acontecer en sí corre por cuenta del entrevistado”.
En otras palabras, el cumplimiento o no del horario, el pago o no de los honorarios a término y el
intento de sacar al psicólogo de su rol, como ejemplo de muchas situaciones posibles, dan cuenta de lo
expuesto anteriormente. Asimismo si el psicólogo se ve en la obligación de modificar algunas de las
pautas fijadas con anterioridad, debe tener en cuenta que introduce cambios que van a producir ciertos
efectos.
El psicólogo en las entrevistas, es un observador participante: en palabras de J. BLEGER (1971) “el
entrevistador forma parte del campo, es decir, que en cierta medida condiciona los fenómenos que él
mismo va a registrar. No hay observación pura en ningún sentido. Toda observación implica ya una
interpretación del hecho observado... no hay observador totalmente objetivo en ninguna disciplina
científica y la máxima objetividad se alcanza incluyendo al observador como una de las variables que
condiciona el fenómeno que se está observando”.
Su rol traerá como consecuencia, modificaciones en el campo de la observación, ya que las
variables que introduce dependen de su propia personalidad y afectan a otro sujeto.
Ya que el campo de la entrevista está en permanente cambio, pensamos a la misma en forma
dinámica, por lo que la observación se debe extender al campo específico existente en cada momento, a
su continuidad, sus cambios y el sentido de los mismos.
EDGARDO BOLLA (1981) considera la entrevista clínica como “uno de los pasos técnicos a dar en la
toma de contacto con una persona que dice desear ser ayudada (por iniciativa propia o-'por instancia
de otros), que es llevada a cabo por un psiquiatra o un psicólogo con la finalidad de arribar a un
diagnóstico de síntesis, al pronóstico y a la orientación terapéutica”.
Tanto J. Bleger como E. Rolla ponen énfasis en la manera que debe comportarse el profesional
ante el paciente/cliente, dando para ello una descripción minuciosa de la forma de proceder.
E, ROLLA (1981) va a diferenciar dos períodos en la entrevista, El primero comienza con el llamado
telefónico para solicitar ser atendidóTEl modo en que esto se produce forma parte de los datos a tener
en cuenta para luego poder formular hipótesis (quién llama, de qué manera se presenta, que impresión
provoca en el profesional, etc.). También debe considerarse para'el análisis global de la situación si la
hora pactada es respetada, si llega solo o acompañado, etc..
En el llamado “período de instrucciones”, E. Rolla hac*é referencia a su manera de proceder,
manifestando que “toda indicación del entrevistador debe ser explícita y dar lugar a un margen
mínimo de duda; el mensaje con el cual se explicitan las instrucciones puede ser verbal o no verbal. El
dar la mano o no es discutido, pero depende de las habilidades sociales de cada lugar. Le tiendo la
mano al entrevistado y mi saludo es parco pero tiene'sus razones de serlo, ya que solamente pronuncio
la palabra hola”.
Más adelante continúa afirmando que es conveniente que exista un objeto intermediario entre el
cliente y el profesional o experto (como un escritorio) y desalienta la posibilidad de tener en el gabinete
o consultorio algún elemento que por su colorido o tamaño perturbe el funcionamiento de la misma.
Luego de obtener los datos filiatorios de la persona, se establecen las “reglas de juego”, se le
informa cuánto tiempo demorará aproximadamente la entrevista, el costo de la misma, etc., para poder
comenzar con el trabajo propiamente dicho.
El segundo tiempo o período al que se refiere este autor, es el proceso de la dinámica en la cual
incluye los movimientos transferenciales y contratransfe- renciales que se desarrollan y de la
observación entre la concordancia o no que se produce entre la comunicación verbal y no verbal
(gestual, corporal, etc.) que presenta el entrevistado. De estos dinamismos nos ocuparemos más
adelante.
J. BLEGER aconseja no entablar relaciones comerciales ni amistosas, además de no utilizar la
entrevista como un medio de gratificación narcisista personal.
HARRY STACK SULLIVAN (1959) psiquiatra norteamericano, en su libro “La entrevista psiquiátrica”
se interesa en la comunicación que se establece en las relaciones interpersonales, por lo que analiza a
la entrevista psiquiátrica como un ejemplo de este vínculo que se establece entre dos personas. Para
él, la psiquiatría es el campo de estudio de las relaciones interpersonales, “destacándose en especial la
interacción de los participantes de una situación social, más que concentrarse exclusivamente en la
economía supuestamente privada de cualquiera de los participantes”.
El libro al que se hace referencia está basado en una serie de conferencias dictadas en la Escuela
de Psiquiatría de Washington, en los años 1944 y 1945, en las que se ocupa de los obstáculos que se
encuentran en la comunicación de dos personas que se reúnen con un objetivo común: el beneficio o
mejora de una de ellas. La comprensión de dichos obstáculos es uno de los objetivos principales de la
entrevista psiquiátrica descripta por H. SULLIVAN.
La entrevista psiquiátrica, según este autor, se diferencia de otras por el énfasis puesto en la
relación interpersonal y en el objetivo que debe cumplir: el beneficio al entrevistado. Aplica al estudio
del campo interp*ersonal el método científico ya que se basa en la teoría de las relaciones
interpersonales. Sostiene que “la persona observada puede ser comprendida solo en términos de su
relación con otras que ejercen influencia en su espacio vital o campo de vida, y en términos de la
conducta del observador, que es necesariamente una parte de aquel proceso”. ’ ■
Afirma que “la entrevista es, principalmente, una situación de comunicación vocal, en un grupo
de dos, más o menos voluntariamente integrado, sobre una base progresivamente desarrollada de
experto-cliente, con el propósito de elucidar pautas características de vivir del sujeto entrevistado, el
paciente o el cliente, y qué pautas o normas experimenta como particularmente productoras de
dificultades o especialmente valiosas, y en la revelación de las cuales espera obtener algún beneficio”.
En relación al carácter oral de la entrevista, enfatiza que la misma no solo se nutre de la
comunicación verbal sino que principalmente de la comunicación oral o vocal. Presta atención a la
entonación, al ritmo de la conversación, a las dificultades de enunciación, etc., como indicadores
significativos.
Las ideas principales de H. SULLIVAN, dentro de la denominada psicología dinámica, se basan en
el papel preponderantemente activo que toma el entrevistador, conceptualizándolo como un
observador participante que se encuentra comprometido con el cliente en una tarea común a ambos.
La manera de entender y abordar la entrevista se confronta con la perspectiva psicoanalítica en
varios supuestos. ADRIANA RUBINSTEIN (1990) plantea que H. SULLIVAN ubica a la misma en un plano
imaginario, en un plano especular, donde “el saber aparece como una información a obtener sobre la
vida del paciente y que el psiquiatra debe conocer exhaustivamente. El que tiene el saber es el
profesional, no se trata de lograr una producción de saber inconsciente en base al trabajo analítico”.
Esto confronta los conceptos a los que hace referencia Jacques Lacan.
Se observa que HARRY SULLIVAN, al igual que CHARLES NAHOUM (1961) en su libro “La entrevista
psicológica”, hacen referencia a la entrevista como sinónimo de conversación, en la cual el psicólogo o
profesional ocupa el lugar del experto y otra persona ocupa el lugar del cliente.
En referencia a C. NAHOUM, éste hace mención a una estrategia y una táctica de la entrevista,
que son manejadas por lo que él denomina el “personaje central o personaje principal”. La estrategia
estaría dada por el análisis del conflicto y la confección de un plan para, realizar la investigación, en
tanto que la táctica está relacionada con las reglas de aplicación de la estrategia.
SIGMUND FREUD, a través de la técnica de asociación libre influyó en lo que luego se denominó
“entrevista no directiva’ o “centrada en el cliente” que desarrolló con posterioridad CARL ROGERS (1966),
aunque esa denominación no sea del todo correcta, ya que el entrevistado juega un papel activo en la
entrevista.
La actitud del entrevistador, según lo expresado por C. ROGERS es la de conducir la entrevista de
tal manera que el sujeto pueda adquirií>¿onciencia de la situación y por lo tanto desarrolle
comportamientos constructivos y responsables, “el experto será hábil en el arte de facilitar el
desenvolvimiento libre de las personas”.
La técnica propuesta por él aconseja escuchar lo máximo posible para tratar de “esclarecer y
objetivar” los sentimientos expresados para lograr formularlos nuevamente. El objetivo de las
entrevistas no consiste en encontrar una explicación, un consejo o una solución a determinado
problema sino permitir que el mismo sujeto la encuentre.
Sin embargo nos queda el interrogante de cómo se desarrolla una entrevista no directiva.
Siguiendo lo propuesto por C. ROGERS el psicólogo no realiza un interrogatorio sobre los antecedentes
del sujeto. En su lugar le pedirá al sujeto hablar de su problema para que él mismo encuentre la
solución. La iniciativa no pertenece al psicólogo sino que al sujeto, expondrá el problema y juzgará sus
propias ideas, sentimientos y pensamientos.
THORNE (1944), a diferencia de lo propuesto por C. ROGERS, sostiene que el psicólogo que se
maneja con la técnica “no-directiva”, pierde información valio
sa acerca del sujeto ya que no realiza una investigación sistemática ni exhaustiva por fuera de la
brindada por el sujeto. Para él, toda intervención psicológica en algún punto es directiva, ya que el
psicólogo es el que escoge el método a utilizar.
Otro de los autores que han trabajado sobre las entrevistas es OTTO KERNBERG (1981), quien
describió técnicamente la conducción de entrevistas orientadas a la determinación estructural de la
psicopatología; la llamada “entrevista diagnóstica estructural de orientación psicoanalítica”.
Dicha entrevista se centra en la sintomatología, los conflictos o dificultades del paciente y en los
modos en el que ellos se reflejan en el “aquí y ahora” con el entrevistador; esto permite llegar a un
diagnóstico sobre la base de la identificación de las características estructurales de los tres tipos
principales de organización de la personalidad (neurótica, psicótica y limítrofe).
Dentro de este esquema es importante pensar en los criterios que nos posibilitarán la
diferenciación clínica entre las tres organizaciones antes mencionadas. Estos indicadores son la prueba
de realidad y el pensamiento, la organización de identidad y la cualidad de los vínculos, y la organización
de las operaciones defensivas. No solo se evalúan en la entrevista sino tambiéri'en las diferentes técnicas
utilizadas en el psicodiagnóstico.
La entrevista estructural, que se divide en tres etapas según su autor (clarificación, confrontación
e interpretación) se centra en el análisis de la interacción terapeuta-paciente, en los mecanismos
defensivos y en la distorsión de la realidad, identiñcables mediante la transferencia.
La transferencia es “la presencia en la interacción diagnóstica de una conducta inapropiada que
refleja la reconstrucción de relaciones patogénicas y conflictivas con los demás significantes en el pasado
del paciente”. A través de la misma se pueden realizar interpretaciones que relacionan las experiencias
previas del sujeto con el “aquíy ahora”.
Para KERNBERG, el diagnóstico estructural es el que “incorpora al enfoque descriptivo (síntomas y
conductas), y al enfoque genético (historia familiar), la comprensión de las características estructurales
intrapsíquicas de los pacientes”. Su mayor interés se centraliza en los estados límites, en los pacientes
bor- derline sosteniendo que “un entendimiento de las características intrapsíquicas de los pacientes con
una organización de la personalidad límite junto con criterios originados en el diagnóstico descriptivo,
pueden resultar en una mejora amplia de la precisión del diagnóstico”.
Creemos importante situarnos en la concepción de entrevista de FERNANDO ULLOA (1985), ya que
para efectuar un buen trabajo* propone algunas nociones fundamentales y básicas que transcribiremos a
continuación:
— Todo entrevistador debe poder manejar la entrevista como un vínculo donde entrevistado,
entrevistador y sus respectivas motivaciones, actitudes técnicas y encuadre general, constituyan
un cuadro unitario.
— Entender que este campo se da dentro de un contexto más amplio que lo condiciona y que puede ser
condicionado por la entrevista (familia, hospital,
colegio, fábrica, etc.)
—Toda buena técnica descansa en un buen entrenamiento que permite conocer y aprovechar las
características y condiciones personales que serán vehiculizadoras de los esquemas teóricos.
—Además debe poseer autonomía responsable, ya sea científica (con buena información);
instrumental (con buena distancia lograda con el entrenamiento) y socioprofesional (revisando y
modificando los sistemas y ámbitos de trabajo sin someterse a ellos).
F. ULLOA (1985) introduce el concepto de "‘entrevista operativa"”, entendiendo por ella a la
“entrevista que procura resolver una situación en los dos sentidos que suele tener comúnmente la
palabra: en primer lugar resolver en cuanto esto implica una solución favorable de un problema. El
segundo alcance del término resolver, y que constituye el más importante dentro de la entrevista
operativa, es el de ‘yo resuelvo’, ‘yo decido’ y equivale a que el sujeto recobre la autonomía perdida y
se decida a emprender los cambios necesarios en su conducta, a fin de lograr un objetivo”.
La entrevista operativa se pone en marcha cuando la situación por la que atraviesa el sujeto es
vivida como traumática o cuando frente a condiciones establecidas se producen cambios bruscos; es
decir, ante situaciones traumáticas que irrumpen sorpresivamente y en las que el sujeto no contaba
con los mecanismos de defensa indispensables. F. ULLOA aconseja que se le pida al paciente el relato
de la situación vivida, ya sea un accidente, guerra, catástrofe o la inminencia de una intervención
quirúrgica para que el entrevistador opere explicitando las ansiedades provocadas.
Se intenta la resolución de un problema, de una situación crítica, en un tiempo limitado; por ello
es necesario un buen entrenamiento para lograr un diagnóstico total de la situación y una adecuada
derivación o intervención.
EDGARDO ROLLA (1981) realiza un aporte acerca de la “temática de los puntos de urgencia”; estos
puntos a detectar en una entrevista están en relación con la problemática del individuo.
El o los puntos de urgencia están vinculados con el sistema defensivo del sujeto; la insuficiencia
o el fracaso de las defensas provoca la aparición de cierta inestabilidad en su capacidad de
organización y adaptación. Es decir que entran enjuego los conceptos de integración, estructuración,
desestructuración y desintegración.
Existe cierta universalidad en las definiciones ofrecidas por los autores acerca de la entrevista
psicológica; algunos de estos “fenómenos comunes” se pueden observar en los siguientes conceptos:
Para C. ROGERS (1942) la entrevista “es el artificio destinado a estimular el intercambio
emocional en el que el consultor auxilia al cliente en descubrir y dominar sus propios sentimientos”.
Para J. MATARAZZO (1965) la entrevista “es un tipo de conversación, en la que “dos personas, o
más de dos, interactúan en forma verbal y no verbal con
el propósito de cumplir un objetivo previamente definido”.
Para CANNEL Y KAHN (1968) la entrevista “es una conversación entre dos personas, iniciada por el
entrevistador, con el propósito específico de obtener información importante para la investigación y
focalizada por él en el contenido especificado por los objetivos de investigación”.
Para SHAPIRO (1979) la entrevista es ”una conversación entre dos personas con un propósito. Una
tiene la responsabilidad principal del contenido de la entrevista, y otra, el sujeto, es el interesado en
la entrevista”.
Para BINGHAM Y MOORE (1941) la entrevista “es orna conversación seria, que se propone un fin
determinado, distinto del simple placer de la conversación”. Más adelante sostienen que “la
naturaleza de la entrevista varía evidentemente con el propósito perseguido o el uso al cual se la
destina. Esos usos son diversos, pero en rigor, pueden reducirse a tres: recoger hechos, informar, y
motivar o influir. En otros términos se utiliza la entrevista sea para averiguar algo de un sujeto, para
enseñarle algo, o bien para influir en sus sentimientos o comportamientos. Generalmente en una
entrevista domina una de estas intervenciones, pero sin excluir las otras dos. Por ejemplo, si el fin
principal es recoger hechos, el entrevistador debe a menudo influir en el sujeto para llevarlo a
cooperar en el descubrimiento de los hechos; igualmente, cuando se trata principalmente de influir en
el sujeto, por ejemplo, en el proceso de la venta o en un consejo disciplinario, el entrevistador debe
recoger ciertos hechos relativos al sujeto antes de intentar influir en él y debe, a la vez, darle ciertas
informaciones. Pero lo que distingue entre sí los tres tipos de entrevista, es que uno de los tres
objetivos predomina”.
Para F. SILVA (1979) es necesario, para hablar de entrevista, que exista una relación directa
entre dos o más personas, una vía de comunicación oral o simbólica, con objetivos prefijados y
conocidos al menos por el entr&vistador, así como una asignación de roles que significa un control
(ideal) de la conducta por parte del entrevistador. La relación interpersonal, para este autor, es
asimétrica.
Estas caracterizaciones, como ya expresamos anteriormente, son significativas por reiterar en sus
definiciones la concepción de entrevista, independientemente del modelo seguido.,
xV
**x
Capítulo Dos:
Elementos de la Entrevista
□ Transferencia y contratransferencia:
□ Ansiedad:
En este punto nos vamos a referir a la ansiedad que aparece tanto en el entrevistador como en el
consultante en el momento de la entrevista. Frente a la misma, no se debe recurrir a ningún
mecanismo que la anule o suprima sino que debe ser tenida en cuenta (al igual que la transferencia y
contratransferencia), para establecer cuáles son los factores que la producen y poder operar sobre ellos.
La ansiedad en la entrevista surge inevitablemente tanto en la persona del entrevistado como del
entrevistador, ya que ambos al enfrentarse a un hecho desconocido, deben modificar las pautas de
conducta anteriores ante la nueva situación.
J. BLEGER (1971) sostiene que “la ansiedad del entrevistador es uno de los factores más difíciles de
manejar, porque ella es el motor del interés en la investigación y del interés en penetrar en lo
desconocido. Toda investigación requiere la presencia de ansiedad frente a lo desconocido, y el
investigador tiene que tener capacidad para tolerarla y poder instrumentarla, sin lo cual se cierra la
posibilidad de una investigación eficaz; esto último también ocurre cuando el investigador se ve
abrumado por la ansiedad o recurre a mecanismos defensivos frente a la misma (racionalización,
formalismo, etc.). Si lo que predomina son los mecanismos defensivos frente a la misma, la tarea del
entrevistador es la de desarmar en cierta medida estas defensas para que aparezca cierto grado de
ansiedad, lo que significa un índice de la posibilidad de actualización de los conflictos. Todo este manejo
técnico de la ansiedad tiene que ser hecho teniendo siempre en cuenta la personalidad del entrevistado
y por sobre todo el beneficio que para él puede significar la movilización de la ansiedad, de tal manera
que aún frente a situaciones muy ciarás no se debe ser activo si ello significa abrumar al entrevistado
con conflictos que no podrá tolerar”.
Esto último está en relación con el concepto de ‘‘üniingj que es el tiempo propio de cada
consultante para poder enfrentar y resolver los conflictos que se le presentan.
Es probable que durante la entrevista de psicodiagnóstico se incrementen los montos de ansiedad
por parte del consultante. Por un lado, se-'énfrenta a una situación desconocida, nueva, sobre la que no
tiene control. Además está la incertidumbre de exponer aspectos de su personalidad a un desconocido
sin saber cuál va a ser el destino de esa información, cómo van a ser utilizados esos elejnentos. Esto
último se incentiva en el marco de entrevistas realizadas en los campos forense o laboral. ■* .
Por el lado del psicólogo también encontramos situaciones que provocan ansiedad: la presencia de
sujetos resistentes, poco colaboradores, desvalorizantes, con intentos de romper el encuadre
establecido. Por lo expuesto es evidente que el psicólogo debe entender que el comportamiento que el
consultante muestra es análogo a otras situaciones por fuera de? marco de la entrevista de
psicodiagnóstico y no por fallas o errores en su rol profesional. Este aspecto está íntimo monte
relacionado con el concepto de disociación instrumental que será abordado más adelante.
H. SULLIVAN (1959) entiende la ansiedad como señal de que la propia estimación y respeto se
encuentran en peligro, por lo que es necesario que se "maneje' la misma, tratando de evitarla
innecesariamente, actuando con claridad
para no obstaculizar la comunicación entre ambos.
En muchas oportunidades se presenta gran dificultad para hablar sobre determinados temas que
producen gran ansiedad, por lo que se los rodean sin poder abordarlos. Ante esto el entrevistador debe
estar atento al “hilo del discurso" para observar en qué punto se presenta la ansiedad, ponerla en
palabras para aliviar al entrevistado y permitir que la comunicación continúe.
E. ROLLA (1981) diferencia distintos tipos de ansiedades que se presentan en la entrevista
psicológica, predominando una de ellas sobre las otras en los momentos de la misma.
Para él, en el comienzo de la entrevista prevalece un particular tipo de ansiedad de predominio
paranoide o persecutorio y se refiere a la necesidad del entrevistado de descubrir quién es y cómo es
su entrevistador. A este tipo de ansiedad predominante la denomina ansiedad de abordaje o ansiedad
de descubrimiento. De la misma manera que su presencia suministra elementos para elaborar
hipótesis para arribar a un diagnóstico, su ausencia también constituye un valor apreciable.
En una segunda etapa, el consultante pasará a mostrar un predominio de ansiedad depresiva,
que se relaciona con el mantenimiento del vínculo establecido por temor a la pérdida de dicha relación
y por ende la necesidad de cuidar el objeto y el vínculo. En palabras de su autor: “En una entrevista
que podríamos llamar normal, después del descubrimiento, luego que el entrevistado percibe y siente
que su relación objetal interpersonal ha sido establecida, recién pasará a transferir o desplazar otras
vinculaciones objétales intrapsíquicas y también componentes de su self que ya no nos serán difíciles
de establecer y de catalogar, pertenecen más o menos arcaicamente a su pasado o son elementos del
self que le promueven sus sentimientos de dificultad o de vacuidad. La dificultad generalmente
relacionada con la percepción y amenazóle la emergencia extemporánea de una agresividad que haría
peligrar el vínculo. En esa entrevista normal el cliente pasará a mostrar un predominio depresivo,
como que esto fuera el cambio desde el abordaje al logro del establecimiento y ahora el mantenimiento
de la vinculación; es básicamente el temor a la pérdida o ruptura del vínculo y por ende una necesidad
percibida como.de cuidar al objeto, y por ende al vínculo, y entre otras cosas tratará de subsanar ese
temor a través de la proyección transferencial de objetos de carácter abandonante o frustrante; sus
agresores como objetos de recuerdos. Es por esto que a este tipo particular de ansiedad que rubrica
esta parte de la vinculación es que propongo sea denominada “ansiedad de mantenimiento”.
Al final de la entrevista estaremos en presencia de la denominada ansiedad de separación, con
un predominio, a diferencia de las anteriores, de ansiedad ligeramente confusional.
Es importante establecer no solo el predominio de uno u otro tipos de ansiedad, sino la ubicación
temporal de las mismas, ya sea dentro de la secuencia esperada o como alteración al orden
mencionado anteriormente.
Si el orden de aparición de las mismas es el esperado (ansiedad de descubrimiento o paranoide,
ansiedad de mantenimiento y ansiedad de separación), es probable que el sujeto cuente con recursos
yoicos y de organización defensiva que le permiten un adecuado manejo de la angustia.
□ Disociación instrumental:
J. BLEGER (1971) sostiene que “el entrevistador debe operar disociado: en parte actuando con una
identificación proyectiva con el entrevistado y en parte permaneciendo fuera de esta identificación,
observando y controlando lo que ocurre, de manera de graduar así el impacto emocional y la
desorganización ansiosa. Esta disociación con la que tiene que operar el entrevistador es a su vez
funcional o dinámica, en el sentido de que tiene que actuar permanentemente la proyección e
introyección, y tiene que ser lo suficientemente plástica o porosa para que pueda permanecer en los
límites de una actitud profesional. En su tarea, el psicólogo puede oscilar fácilmente entre la ansiedad
y el bloqueo, y esto no perturba su tarea siempre que pueda resolver ambos fenómenos en la medida en
que aparecen”.
Más adelante sostiene que “el entrevistador tiene que jugar los roles que en él son promovidos por
el entrevistado, pero sin asumirlos en su totalidad. Asumir el rol implica la ruptura del encuadre de la
entrevista. Fastidio, cansancio, sueño, irritación, bloqueo, lástima, cariño, rechazo, seducción, etc., son
todos indicios contratransferenciales que el entrevistador debe percibir como tales en la medida en que
se producen, y tiene que resolverlo analizándolos para sí mismo en función de la personalidad del
entrevistado, de la suya propia, y en función del contexto y el momento en que aparecen”.
Una buena disociación instrumental es importante ya que el psicólogo cuenta como instrumento
de trabajo con su propia personalidad, que entra en juego en la relación con el entrevistado, por lo que
al examinar la vida de los demás queda implicada la revisión de su propia vida, conflictos, ansiedades,
éxitos, fracasos.
Una mala disociación puede producir en el profesional ’el desarrollo de conductas fóbicas, de
huida frente al entrevistado o la realización de entrevistas demasiado pautadas, estereotipadas, en las
cuales todo el acontecer está ordenado, reglado de antemano o la incorporación excesiva de técnicas
para evitar el acercamiento. Además de estas conductas, puede aparecer la rigidez (observar siempre lo
mismo) o la proyección (volcar los propios conflictos en el consultante) como mecanismos defensivos.
□ El proceso de comunicación:
Según P. WATZLAWICK “toda conducta en una situación de interacción tiene valor de mensaje de
comunicación (ya sea gestual, postural, contextual), por lo tanto hay un compromiso que define el modo
de relación entre el emisor y
el receptor”.
La Teoría Comunicacional entiende al síntoma como mensaje de comunicación, por lo tanto el
motivo que lleva a consultar a una persona tiene valor comunicativo.
Para esta escuela, la comunicación es una forma de transmisión de información. El primer
contacto con la persona tiene como objetivo establecer medios y canales de comunicación. En este
apartado se hará referencia a cuáles son los elementos que aparecen en toda entrevista psicológica.
Existen seis elementos básicos que se encuentran presentes en toda comunicación: el transmisor,
el receptor, la conducta misma, el código, el contexto y el canal.
—Transmisor: es el que realiza una “conducta desencadenante o estímulo”.
—Receptor: es el destinatario de dicha conducta.
—Conducta: entendida como un mensaje.
—Código: es el conjunto de reglas por las cuales se formula el mensaje.
—Contexto: el lugar en el cual se realiza dicha comunicación.,
—Canal: es la vía por donde circulan los mensajes, desde las conductas ges- tuales, mímicas,
pantomímicas y los silencios.
“El contexto, es importante destacarlo, está constituido por la situación misma de interacción, de
modo que todo lo que ocurre en la situación de entrevista tiene que considerarse como mensaje cuyo
referente es, además del aludido en el mensaje, el contexto mismo en el que se expresa. Los mensajes
que circulan por el canal están configurados en realidad por un paquete de conductas que integran las
palabras, los gestos, la mímica, la pantomima-y hasta los silencios, las entonaciones de la voz y el
estilo personal del mensaje emitido. Este paquete ha sido analizado por Pittenger, Hockett y Danehy
quienes dicen que todo mensaje está integrado en realidad por tres series: una serie auditiva
lingüística, o sea las palabras, que tienen un código conocido y formalizado en el léxico de una lengua,
una serie auditiva paralingüística, configurada por todos los componentes sonoros del mensaje, sea
por presencia o ausencia (los silencios), que no tienen hasta el momento una codificación formalizada
en ningún léxico, pero que sin embargo son indicadores fundamentales para la comprensión del clima
afectivo del mensaje; la tercera serie es denominada serie no auditiva paralingüística, (abarca los
gestos, la mímica y la pantomima). En esta serie el entrevistado y el entrevistador comprometen su
esquema corporal, y es por ello que desatenderla implica dejar de lado una importante fuente de
información”.
Además existen dos elementos básicos en el proceso de comunicación: la codificación y la
decodificación.
El primero consiste en la transformación de un sistema de hechos a otro; en cambio el segundo
permite transformar en significados que guarden relación con los datos reales, a las series auditivas y
no auditivas, lingüísticas y paralingüísticas. A partir de lo que ocurra en este proceso de
decodificación (distorsión, desajuste) vamos a tener elementos para determinar la estructura de la
personalidad del paciente.
Siguiendo a JAKOBSON, todo mensaje cumple con alguna de las siguientes funciones, pudiendo
llegar a cumplir más de una: emotiva, referencial, cona- tiva, metalingüística, pática y poética.
La función emotiva está relacionada con el aspecto afectivo y nos permite entender las
motivaciones y las actitudes del paciente; la función referencial es la que alude a un determinado
aspecto de la realidad, la de mencionar objetos diferentes; la función conativa apunta al tipo de
respuesta que el mensaje del paciente tiende a desencadenar en el psicólogo. Mientras la función
metalingüística es la que tiene en cuenta la posibilidad que tiene el mensaje de aludir a otros
mensajes; la función pática es la que nos da cuenta del tipo de contacto que establece el paciente con
las personas de su entorno y por último la función poética es la capacidad que tiene el mensaje de crear
nuevas realidades.
El análisis de estas funciones permite de alguna manera, aproximarnos cada vez más a un
diagnóstico.
— Técnica de “counseling”
— Señalamientos
— Interpretaciones
Técnica de “counseling”:
El objetivo de esta intervención consiste en la estimulación para obtener más datos acerca del
sujeto; los recursos con los que se cuenta son los empleados especialmente por C. ROGERS, como repetir
las últimás palabras del entrevistado en tono interrogatorio.
Señalamiento:
Es la verbalización o explicitación de mensajes, que sin ser inconscientes, no aparecen
verbalizados en el discurso. Puede pensarse en los señalamientos como el paso previo a una
interpretación, ya que nos darán el grado de insight que posee el entrevistado a través de la respuesta
recibida.
Interpretación:
Es la verbalización o explicitación “de la comprensión del cuándo y el cómo, el cuándo y el porqué,
el sobre qué, el para qué, el con qué, el dónde, latentes (inconscientes) de los emergentes o conductas
del entrevistado”.
A través de las interpretaciones se intenta explicitar cuáles son las razones o los móviles que
dan cuenta de la conducta del entrevistado. Pero hay que tener en cuenta que toda interpretación
fuera del contexto y de timing, como expresa J. BLEGER (1971), es una agresión y que parte de la
formación del psicólogo consiste también en aprender a callar. Es por esto que toda interpretación
debe formularse cuando se considera que el entrevistado está en condiciones de aceptarla y de poder
manejar la angustia que ella genera.
Los diferentes tipos de intervenciones pueden combinarse entre sí, teniendo en cuenta que no
existe una relación de jerarquía entre ellas, que cada una cumple su objetivo específico de acuerdo
con la situación del momento.
BRAMMER Y SHOSTROM (1961) proponen distintas técnicas de intervención a través de las cuales el
entrevistador le devuelve información al consultante sobre su conducta. Denominan a este conjunto
de técnicas “continuum interpretativo”.
El término “continuum interpretativo” alude a ciertos grados de profundidad en las
intervenciones. Cada una puede ser utilizada en diferentes momentos del proceso, según lo crea
oportuno el entrevistador. Los autores sostienen que el continuum abarca las siguientes técnicas de
intervención por parte del profesional:
— Reflejo
— Clarificación
— Reflexión
— Confrontación
— Interpretación
Reflejo:
Esta técnica ha sido trabajada fundamentalmente por C.*ROGERS (1966) en la corriente
“centrada en el cliente”. En la misma se intenta “expresar con palabras nuevas no tanto el contenido
(material lingüístico o paraliúgüístico con que se codifica el mensaje) expresado por el paciente sino
las actitudes esenciales”.
Si bien tiene características compartidas por la técnica del “counseling” debe ser distinguida de
aquélla ya que no consiste en la’simple repetición de las palabras del paciente sino que la función del
terapeuta o entrevistador consiste en formular con sus palabras las actitudes esenciales del paciente,
transformándose en un espejo de las actitudes de éste.
La técnica del reflejo posibilita que el consultante pueda asumir sus actitudes y sentimientos
como algo que le pertenece,, que forma parte de su propia personalidad.
Clarificación:
Este tipo de intervención es el más aproximado a la técnica del señalamiento anteriormente
mencionada.
Se incluye en ella, la explicitación de lo que está implícito en el mensa-
je, sin aludir a los contenidos inconscientes, defensas o ansiedades.
Reflexión:
Este tipo de intervención posibilita al entrevistador agregar más datos de los que aporta el
consultante; es la posibilidad de expresar con palabras lo que es implícito e inconsciente, siempre y
cuando esta intervención no lleve al entrevistado a levantar barreras contra ese contenido.
La reflexión implica que el entrevistado pueda conectar actitudes latentes, motivos, conductas y
afectos por parte del entrevistado.
Confrontación:
Se apunta a lo implícito o inconsciente, incluyendo “la relación de la conducta actual con datos
del pasado, señalando similitudes, diferencias y contradicciones entre los datos del pasado, los del
presente, igualmente contenidos en el relato. Es decir que los datos del pasado, los del presente y aún
las referencias al futuro están aún basados sobre el relato, no sobre la actualización que he
caracterizado al hablar de transferencia”.
Interpretación:
Este es el quinto nivel de profundidad al que hacen mención BRAMMER y SHOSTROM (1961). La
interpretación implica para ellos “la verbalización de los contenidos inconscientes, pero incluye
además la mención de las defensas, las resistencias a reconocer como propios, tales contenidos y
aquél que se supone es el origen del conflicto”.
En este nivel podemos dar cuenta del acceso al inconsciente del entrevistado, incluyendo los
contenidos transferenciales que se encuentran presentes, como ya se ha expuesto anteriormente, en
toda situación inte¿£personal.
BOHOSLAVSKY (1976) plantea que “toda interpretación incluye la verbalización del contenido
latente de la conducta, la resistencia a hacer consciente este contenido, la transferencia de aspectos
ajenos al campo, geográfico o interno del sujeto que se evidencian en su conducta”.
Desde una perspectiva psicoanalítica, las interpretacibnes deben realizarse una vez que el
consultante haya llegado a un punto en el que pueda formularla por sí mismo. La verbalización debe
realizarse siempre y cuando el consultante pueda absorberla, que pueda manejar la angustia que le
generar ya que podemos estar movilizando un núcleo patógeno.
El cuándo, cuánto y cómo interpretar variará $egún las características del entrevistado y de la
formación profesional.
b)Momentos de la entrevista
c)Clasificación
Este apartado tiene como finalidad diferenciar los tipos de entrevista psico- diagnósticas,
motivo por el cual necesitamos categoriz arlas.
El grado de estructuración do las entrevistas variará de acuerdo con las diferentes
combinaciones posibles de realizar, ya que es imposible separar dicotómi- camente las entrevistas
estructuradas de las no estructuradas; es preferible hacer referencia a los diferentes grados posibles
dentro de un continuo.
En un proceso psicodiagn estico, los diferentes tipos de entrevistas se complementan entre sí,
priorizando alguna de ellas según el objetivo y el momento del proceso evaluativo.
Podemos diferencial’ tres tipos fundamentales de entrevistas:
1.Abierta o libre.
2.Cerrada o dirigida.
3.Semidirigida.
1 - Abierta:
En ésta, el entrevistador asume un rol poco participativo, en la cual la consigna consiste en que
el entrevistado exprese lo quí'quiera, que tenga la libertad de hablar de lo que desee. En palabras de
J. BLEGER (1971) “esta libertad reside en una flexibilidad suficiente como para permita’ en todo lo
posible que el entrevistado configure el campo de la entrevista según su estructura lógica particular.
O dicho de otro modo, que el campo de la entrevista se configure al máximo posible por las variables
que dependen de la personalidad del entrevistado”. '
En otras palabras, el entrevistado configura el campo de la entrevista según su
estructura psicológica particular; es por ello que este tipo de entrevista no tiene como objetivos
plantear preguntas ni recolectar datos.
Para J. BLEGER “la regla básica no consiste en obtener datos completos de la vida total de
una persona, sino en obtener datos completos de su comportamiento total en el curso de la
entrevista. Este comportamiento total incluye lo que recogeremos aplicarlo nuestra función de
vivenciar y observar, de tal manera que queden incluidas las tres áreas del comportamiento del
entrevistado”.
Lo importante es observar cuál es la historia que tiene organizada el consultante, no tanto
la historia objetiva sino la subjetiva, la que él pudo construir. 5 El concepto de entrevista libre o
no estructurada, de por sí, es utópico, ya que es difícil que un entrevistador pueda manejarse
sin esquemas, en especial cuando se trata de entrevistas en un proceso psicodiagnóstico.
Se visualiza como origen de esta modalidad el método de asociación libre delineado por
SIGMUND FREUD. Más adelante CARI., ROGERS planteará este tipo de entrevista para su modelo
terapéutico “psicoterapia no directiva”. Esta técnica es la utilizada en los abordajes
psicoanalíticos.
2 - Cerrada:
Las preguntas han sido establecidas con anterioridad, así como el orden y la manera de
plantearlas. El rol del entrevistador, a diferencia de la modalidad anterior, es directivo, guiando
a través de preguntas al entrevistado para obtener datos sobre su historia.
Un ejemplo de entrevista cerrada son los interrogatorios y la anamnesis, donde el objetivo
principal reside en la recolección de información sobre la historia personal del entrevistado
para lograr la mayor sistematización posible.
La anamnesis tiene su origen en el modelo médico; recopila datos concernientes al paciente
a través de interrogatorios, que permitan obtener una síntesis en el menor tiempo posible de la
historia de la salud y de la enfermedad de un sujeto.
Algunos de los puntos importantes a consignar en toda anamnesis son los siguientes:
nombre, edad, nacionalidad, estado civil, grupo familiar, domicilio, ocupación, estudios
cursados, curso de la enfermedad (prenatal, de la temprana infancia, niñez, adolescencia,
adultez y/o ancianidad), operaciones, internaciones, accidentes, relaciones afectivas (amigos,
novias/parejas), situación laboral, historia escolar, historia psicosexual, actividad deportiva,
hábitos e intereses.
El objetivo de toda anamnesis es la recopilación de datos y se considera que toda
aportación o comentario del paciente por fuera de los datos necesarios es pensada como una
perturbación. Para poder recogerlos, se trabaja con el supuesto de que el paciente conoce y está
capacitado para brindarlos.
Una de las diferencias entre la entrevista médica y la entrevista psicológica reside en que en
la primera el acento está puesto en la enfermedad, en el órgano enfermo, siendo el paciente un
mediador entre ésta y el médico. En cambio, en la entrevista psicológica la enfermedad es
tomada como un puente entre el paciente y el psicólogo, poniéndose énfasis en la personalidad
del paciente y en comprender cuál es el origen del malestar.
La Entrevista Diagnóstica Infanto-Juvenil (EDIJ) y la Entrevista Diagnóstica para Adultos
(EDPPA) son un ejemplo de este tipo de entrevista. Las mismas cuentan con el marco teórico
propuesto por el DSM III (Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Desórdenes Mentales) y la
9na versión de la clasificación de los Trastornos Mentales propuesta por la Organización Mundial
de la Salud (OMS).
3 - Semidirigida:
Como su nombre lo indica, en esta modalidad se alternan secuencias no directivas que
permiten que el entrevistado se exprese libremente y secuencias directivas en las que las
intervenciones tienen como finalidad esclarecer algunos puntos que han quedado confusos o que
no fueron referidos por el entrevistado.
Este tipo de técnica se utiliza en la entrevista inicial de todo proceso psico- diagnóstico.
Volveremos a este tema en el Capítulo Tres sobre “La entrevista inicial”.
Como entrevistadores, nos debemos guiar no solo por el lenguaje verbal sino también por el
gestual, el corporal ya que nos informan sobre la vida del paciente y pueden entrar en
contradicción con el lenguaje manifiesto, con el lenguaje consciente. Estas contradicciones o
disociaciones deberán ser analizadas para poder integrarlas durante el transcurso de la
entrevista.
Capítulo Tres:
La Entrevista Inicial
La entrevista inicial dentro un proceso psicodiagnóstico se caracteriza por ser semidirigida, esto
implica que el campo psicológico que configuran el entrevistador y el entrevistado se estructurará en
.función de las variables y parámetros señalados por este último. Se diferencia de la entrevista libre
ya que implica mayor intervención por parte del entrevistador.
La “entrevista inicial”, también denominada “primera entrevista” no necesariamente es una sola,
y debe realizarse al comienzo del proceso evaluativo. Su denominación está en relación con los
objetivos específicos que deben cumplir.
M. OCAMPO, M. ARZENO Y E. GRASSANO (1987) consideran que el entrevistador interviene con el fin
de:
—Señalar algunos vectores cuando el entrevistado no sabe cómo empezar o cómo continuar. Estas
preguntas se hacen, por supuesto, de la manera más amplia posible.
—Señalar situaciones de bloqueo o paralización por aumento de angustia para asegurar el
cumplimiento de los objetivos de la entrevista.
—Inquirir acerca de aspectos de la conducta del entrevistado a los que éste no se ha referido
espontáneamente, acerca de “lagunas” en la información que el paciente no ha suministrado y
que se consideran de especial importancia, o acerca de contradicciones, ambigüedades y
verbalizaciones “oscuras”.
Los criterios planteados para la interpretación de esta entrevista son los mismos que se aplican
para las diferentes técnicas; el tipo de vínculo que el entrevistado establece con el psicólogo y con
otras personas en sus relaciones interpersonales, las ansiedades y defensas predominantes,
transferencia y contratransferencia, los aspectos adaptativos y patológicos y el diagnóstico y
pronóstico.
Estas autoras proponen “comenzar con una técnica directiva en el primer momento de la
entrevista correspondiente a la presentación mutua y a la aclaración del encuadre por parte del
psicólogo, y luego operar con la técnica de entrevista libre, para que el paciente tenga la oportunidad
de expresar libremente el motivo de consulta. Finalmente, en el último momento de esta primera
entrevista debemos forzosamente adoptar una técnica directiva para poder 'rellenar’ nuestras
'lagunas’. Este orden recomendado opera como guía y cada psicólogo debe aprender cuál es en cada
caso el momento oportuno en que debe permanecer en la actitud adoptada o cambiarla, para hablar o
callar y escuchar”.
Considero conveniente comenzar operando, luego de la explicitación del encuadre, con la técnica de
entrevista libre para que el paciente pueda expresarse libremente de manera que las ansiedades
predominantes hallen una contención y para evaluar, en el caso de entrevista con padres de niños y/o
adolescentes, el rol que ocupa cada uno de ellos con el niño, entre sí, las fantasías de enfermedad y
curación sobre el mismo, la colaboración en la tarea diagnóstica. En un segundo momento, adoptar la
técnica de entrevista semi- dirigida para preguntar sobre aquellos aspectos que el sujeto no respondió
de manera espontánea y que son importantes para nuestro trabajo, como por ejemplo la “historia” del
síntoma en ese contexto familiar.
Esto está en relación con la “novela familiar” que se construyó en relación con ell síntoma, con sus
mitos, creencias y tradiciones: es la versión que traen los padres o el sujeto mismo a la consulta acerca
de su padecer.
M. E. GARCÍA ARZENO (1993) expresa que “conocido el motivo manifiesto de la consulta,
interrogaremos todo lo relacionado con él (el subrayado es mío). Si por ejemplo los padres dicen que el
niño de siete años se hace pis a la noche, preguntaremos si tiene el sueño muy pesado, si toma mucho
líquido de noche, qué hacen ellos al respecto, si el niño está preocupado o no por su enuresis y
paulatinamente entraremos en un terreno más profundo preguntando si hay algún familiar enurético,
si han dicho que lo llevan a la cama grande porque así no se orina, preguntaremos si esto interfiere o
no en las relaciones sexuales de la pareja y finalmente indagaremos si, por el contrario, lo llevan para
llenar un vacío que existe en la pareja y esta sobreestimulación provoca el síntoma. Si es así esto
explicaría por qué no consultaron antes y sí ahora que el niño se queja de que así no puede ir de
campamento o quedarse a dormir en lo de un amigo”.
El profesional cuenta con diferentes recursos para observar y registrar lo que acontece en la
entrevista: la comunicación verba-l, el registro no-verbal (gestos, modulación de la voz, silencios) y el
registro contratransferencial.
Podríamos distinguir diferentes “caras” del síntoma; citamos nuevamente a M. E. García Arzeno:
—Aspecto fenomenológico: se refiere a su descripción.
—Aspecto dinámico: el síntoma muestra y puede ocultar a la vez un deseo o fantasía inconscientes.
—Beneficio secundario: alude al beneficio que se obtiene a través del síntoma, qué se perdería al
abandonarlo.
—Expresión a nivel familiar: se refiere a la exploración del síntoma en relación con el contexto
familiar.
—Ruptura del equilibrio: el síntoma quiebra de alguna manera la homosta- sis del grupo familiar y
puede provocar un desequilibrio en su sistema de funcionamiento.
Es sumamente importante tener en cuenta el contexto institucional en el que se realiza la entrevista,
dado que ese contexto va a determinar cómo se aborda al paciente, qué tipos de preguntas se formularán
y el grado de colaboración que puede esperarse de la persona entrevistada. Así, por ejemplo, concretar
una entrevista en un servicio o consultorio de emergencias requiere un encuadre muy distinto al que
puede establecerse en el contexto de una consulta privada.
De la misma manera, serán diferentes los abordajes si se está trabajando en el ámbito de un
Hospital General o un servicio de Psiquiatría o Psicopatología.
En consultorios o servicios en los que se atienden emergencias es alta la probabilidad de que el
psicólogo tenga que entrevistar a un sujeto con trastornos psicóticos, síndromes orgánicos cerebrales
debidos al consumo de sustancias o secuelas de algún accidente, personas que llegan alcoholizadas,
sujetos afectados por crisis de pánico. En estos contextos los pacientes generalmente están muy
atemorizados y pueden no tener la lucidez suficiente como para ver- balizar lo que sienten o piensan.
Muchas veces, por estas razones los datos más importantes sobre el paciente los brindan miembros del
grupo familiar o amigos que lo acercan a la sala para su atención.
X
2
N. del E.: Puede consultarse acerca del M.M.P.I.-2 y del Inventario de Personalidad de Eysenck, respectivamente, en los libros:
“Evaluación de la Personalidad (Aportes del M.M.P.I.-2)” y “Teoría y Técnicas de Evaluación Psicológica”, ambos de Psícoteca
editorial..
pece o altera el desarrollo del sujeto; que las defensas que ha instrumentado un sujeto a lo largo de la
vida pueden ser beneficiosas o no según su contexto, sin que lo sean en sí mismas; que sobre la
estructura de base de predominio esquizoide o depresivo se instauran otras estructuras defensivas de
tipo obsesivo, fóbico o histérico; que los factores hereditarios y constitucionales desempeñan un papel
muy importante, por lo que no es recomendable trabajar exclusivamente con la historia del sujeto y el
factor desencadenante de la consulta, sino estar abiertos a la posibilidad de incluir otros estudios
complementarios (médico-clínico, neurológicos, endocrinológicos, etc)”.
La importancia de la elección de los instrumentos radica en poder comparar las diferentes
producciones del sujeto entre sí, correlacionando los resultados de las técnicas gráficas, verbales,
lúdicas y las respuestas a los cuestionarios e inventarios, con los datos aportados por las entrevistas,
para llegar a obtener elementos diagnósticos y pronósticos del sujeto en evaluación.
Capítulo Cuatro:
La Entrevista de Devolución
a)Concepto general
Luego de evaluar el material obtenido con las diferentes entrevistas y la administración de
técnicas, es necesario buscar las recurrencias y convergencias Ínter e intratests para arribar con un
mayor grado de certeza a las conclusiones que dichos materiales arrojan, a fin de realizar una
indicación terapéutica adecuada en la finalización del proceso psicodiagnóstico.
La entrevista de devolución forma parte del proceso psicodiagnóstico, y a partir de ella el sujeto
y/o su grupo familiar comenzarán a trabajar en la búsqueda de soluciones a su padecer. La
entrevista devolutiva no funciona por lo tanto como cierre sino como apertura resolutiva, tratando
que el consultante se posicione de manera diferente frente a los síntomas que motivaron la consulta.
Según el Diccionario Enciclopédico Salvat (1987) devolver significa “volver una cosa al estado que
tenía”, “restituirla a la persona que la tenía” y “retornar, dar la vuelta, regresar”.
Intentamos que el sujeto se reconozca, se encuentre, se re-descubra a partir de la visión
integradora que promueve la entrevista de devolución, ampliando “el retornar, el regresar” para
poder promover y orientar hacia algún tipo de cambio.
La devolución, según M. OCAMPO, M. ARZENO Y E. GRASSANO (1987) es la “comunicación verbal
discriminada y dosificada que el psicólogo hace al paciente, a sus padres y al grupo familiar, de los
resultados obtenidos en'el, psicodiagnóstico. La transmisión de esta información es, pues, el objetivo
básico de la misma, que se concreta en una entrevista fijada a posteriori de la administración del
último test”.
Estas mismas autoras sostienen en relación al rol profesional que “el psicólogo funciona dentro
del grupo como un aspecto yoico que posee en mayor medida que los demás la capacidad de
percepción, discriminación, integración y síntesis. El percibe con más sentido de realidad lo’que está
ocurriendo y lo que puede ocurrir y está en condiciones de angustiarse menos ante tal percepción.
Pero su función sería harto limitada a ineficaz si solo percibiera. Si concebimos al psicólogo como un
agente promotor de cambios, debemos adjudicarle, además, otro rol más activo y directo, que sería el
de transmitir lo que percibe y percibir nuevamente para ponderar el resultado de su mensaje”.
Si bien la entrevista devolutiva se realiza al finalizar el proceso psicodiag- nóstico, la
misma se inicia al comienzo de la tarea* H. JUBANY (1992) expresa “es un proceso que se
inicia desde la primera entrevista cuando trabajamos para esclarecer las preguntas
latentes y manifiestas de la demanda que pone en marcha el proceso psicodiagnóstico y
en el recorte de una motivación personal en nuestros sujetos, en términos de
desciframientos de preguntas. La entrevista inicial contribuye por un lado a confirmar el
sentido de devolución de información al sujeto y por otro, es para nosotros una adecuada
fuente de investigación y orientación en los criterios de diagnóstico diferencial, además
de permitimos una referencia más acotada de nuestros datos a aquello que el sujeto
desea conocer, si focalizamos sus preguntas”.
Para poder realizar una adecuada devolución es imprescindible lograr un exhaustivo
conocimiento del caso, razón por la cual se sostiene que la devolución de información
forma parte de los objetivos propuestos en la entrevista inicial.
Podemos entender a la entrevista devolutiva dentro de un proceso, ya que está
presente a lo largo de todo el quehacer evaluativo; el profesional debe “revisar” lo
ocurrido en los diferentes momentos (primer contacto, entrevistas, administración de
técnicas) para luego integrar y analizar el material obtenido.
La entrevista de devolución se diferencia del informe; éste se realiza en forma escrita
y se dirige al derivante para dar respuesta a sus inquietudes.
Cuando nos referimos a la entrevista de devolución, estamos centrándonos
específicamente en los ámbitos clínicos y/o educativos, ya que en otras áreas de
evaluación no necesariamente se realiza la misma (selección de personal, forense,
investigación).
Dicha entrevista no necesariamente es una sola; puede plantearse la necesidad, por
parte del psicólogo o de los interesados, de realizar triras para poder ampliar, aclarar y
elaborar lo dicho por el profesional.
Algunos autores opinan de manera inversa, haciendo hincapié en que más de una
entrevista devolutiva puede fomentar la dependencia con el profesional y obstaculizar el
desprendimiento y la derivación.
Si bien no se pueden aplicar guías ni reglas fijas en relación con la cantidad de
entrevistas devolutivas, el objetivo principal de la devolución está dado por la elaboración
de la información juntamente con el consultante, respetando el “timing” del mismo para
evitar que éste tome decisiones apresuradas sin la suficiente reflexión. Asimismo, la
devolución no debería ser cerrada sino nutrirse del intercambio y de las intervenciones
deL entrevistado, observando las respuestas y el grado de recepción del mensaje
brindado por el profesional.
Si la consulta es en relación a un niño o adolescente (púber), la devolución se realizará
en primer lugar con los adultos a cargo para transmitirles los resultados, especialmente
la estrategia terapéutica, para incluir luego en la devolución con el niño la decisión de
sus progenitores. Además, la devolución a cada una de las partes, contribuye a lograr un
mayor reconocimiento y discri-
minación de los integrantes de la familia
La devolución, según M. OCAMPO, M. ARZENO Y E. GRASSANO (1987), se realiza teniendo
en cuenta la importancia que ésta otorga para el consultante (adultos, niños,
adolescentes) y para el psicólogo.
□ Desde el punto de vista del paciente:
—Restituye al paciente sus aspectos desvalorizados y temidos juntamente con los adaptativos; “el
examen psicológico implica, por las depositaciones en el psicólogo de partes adaptativas y
enfermas del paciente, un proceso que ataca su identidad, exigiendo una reconexión interna
entre ciertos aspectos que el sujeto reconoce como suyos (identidad manifiesta) y otros que
desconoce pero actúa (identidad latente). Esta reestructuración implica ya una modificación de la
dinámica intema y exige, para resolverse en el sentido de la integración, que se le devuelva al
examinado esa identidad latente que contiene, además de los aspectos desvalorizados y temidos,
otros enriquecedores y potencialmente adaptativos. Si esta reintegración no se produce, el
paciente queda permanentemente ligado al psicólogo en una relación de objeto que lo privó, y el
psicólogo experimenta dificultades para lograr una buena separación, porque se siente en deuda
con el paciente a quien recuerda con preocupación durante mucho tiempo u olvida totalmente”.
—Favorece como funcionamiento de la prueba de realidad; “el psicólogo ha salido indemne de la
depositación de los aspectos más dañados y dañinos del paciente, que los ha aceptado junto con
los buenos y reparadores, reconociéndolos como coexistentes y propios del examinador”.
—Contribuye a lograr una mejor disposición y compromiso por parte del consultante ya que sabe
que al finalizar se le darán los resultados.
—Se evita la sensación de empobrecimiento, de robo, de enfermedad, de incurabilidad, de
curiosidad, ya que funciona como mecanismo introyectivo de lo que el consultante nos fue
depositando a lo largo de las entrevistas y de la administración de técnicas.
—Contribuye a que el consultante se pueda observar con más objetividad, con mayor criterio de
realidad. •• ,
□ Desde el punto de vista de los padres del paciente o adultos a cargo:
—Corrige, actualiza y amplia las imágenes del hijo, de ellos y de su grupo familiar, que no siempre
concuerdan con la que traen a la consulta.
—Asumen la responsabilidad de poder llevar a cabo algún tipo de tratamiento.
—Contribuye a lograr cierto grado de insight de la situación, si han llegado a la consulta por
recomendación de algún tercero (escuela, pediatra).
□ Desde el punto de vista del profesional:
—Favorece la preservación de la salud psíquica del profesional, “la devolución de información es
recomendable para preservar la salud mental del
psicólogo evitando que su tarea se transforme en insalubre. Esto sucedería si se
hiciera cargo de las depositaciones masivas del paciente y/o sus padres. Si restituye
a sus verdaderos dueños tales fantasías, emociones, impulsos, etc., depositados en él
consciente o inconscientemente, el psicólogo está preservando su salud. Esto solo
puede hacerse en la entrevista final”.
—Contribuye, a partir de las verbalizaciones y reacciones del consultante, a aumentar
su caudal informativo acerca del mismo, enriqueciendo los elementos diagnósticos y
pronósticos hasta ese momento presentes.
—Facilita separarse del entrevistado.
La devolución no debe ser una mera descripción de la conducta ni del rendimiento
intelectual del entrevistado; su importancia radica en escuchar más allá del síntoma,
tratando de entender qué lugar está ocupando el mismo.
Los motivos por los cuales se cita a la primera entrevista a los padres son:
— ellos son los encargados y responsables del niño.
— crear un buen rapport y una alianza de trabajo para evitar que en el proceso
psicodiagnóstico se produzcan interrupciones, faltas, que dificulten la realización del
mismo.
— para que puedan explicitar ante el profesional todas sus preocupaciones y temores
que quizás ante la presencia del niño no lo harían abiertamente, para que no sientan
obstaculizada su libre expresión.
— discriminar si la consulta está relacionada con un problema que preocupa al niño, a
los padres, a ambos o a un tercero. Se evaluará cuáles fueron las razones para
realizar la consulta; si la decisión de buscar ayuda es espontánea y compartida por
ambos padres, si solo la realiza uno de ellos, o si fueron derivados por algún
profesional o tercero. Estas situaciones nos darán la pauta el grado de conciencia de
enfermedad y de insight que los padres tienen acerca del conflicto.
— para evaluar si la preocupación de los padres está relacionada con cambios
evolutivos normales y por lo tanto no se detecta un síntoma preocupante.
En muchas oportunidades esta entrevista no se lleva a cabo por la forma-, ción teórica
del profesional que cree necesaria la presencia del niño junto a los padres en la primera
consulta para observar, entre otras cosas, el vínculo que se establece con él. . . .x
También puede ser modificada según las características de la derivación y los datos
con los que se cuentan con anterioridad acerca del consultante, que pueden llevar a citar
a la primera entrevista no solo a los padres con el niño sino también a todo el grupo
familiar.
Otra de las variables a tener en cuenta es la posibilidad de que alguno de los padres
no pueda asistir o que los mismos estén separados; en eSte caso es conveniente
entrevistar a cada uno de ellos y si alguno tiene una nueva pareja, brindarle la
posibilidad de que acuda a la entrevista.
Las variables anteriormente mencionadas se circunscriben al ámbito privado ya que la
consulta en instituciones públicas se ve determinada además por sus propios criterios de
funcionamiento. ■’ .
En la entrevista con los padres, siguiendo a M. OCAMPO, M. ARZENO Y E. GRASSANO
(1987) es importante observar “qué dice cada uno de los padres, cómo y cuándo lo dicen,
qué recuerdan y cómo lo hacen, qué es lo que olvidan, de manera de poder reconstruir
posteriormente con la mayor fidelidad posible el diálogo y los elementos no verbales que
se dieron. Las amnesias son siempre significativas porque suponen un alto monto de
ansiedad que ha determinado una inhibición en el proceso mnémico. Un índice favorable
de la buena comunicación entre los padres y el psicólogo es el descenso de ese montante
de ansiedad, la supresión de la inhibición y la aparición del dato olvidado”.
Es i TU portante tener en cuenta la manera y la secuencia de presentación de los
aspectos (sanos y enfermos) del hijo; si ambos padres muestran solo lo adaptativo o solo lo
enfermo, si los roles se intercambian o si comienzan por un aspecto y terminan
exclusivamente con el otro.
Las autoras anteriormente mencionadas sostienen que en “el caso de padres que
comienzan por los aspectos más sanos y gratificantes del hijo, incluyendo paulatinamente
lo más enfermo, pensamos que se trata de padres que se preparan y preparan al psicólogo
para recibir gradualmente lo más ansiógeno. Esto conduce a diagnosticar la posibilidad de
una buena elaboración depresiva de la ansiedad, con lo que también puede preverse una
positiva colaboración con el psicólogo durante el proceso psicodiagnóstico y con el
terapeuta si el niño necesitase tratamiento. Puede ocurrir que los padres muestren
exclusivamente lo positivo del hijo hasta el punto de que el psicólogo se pregunte la razón
de la consulta”.
También hacen mención a casos en los que la secuencia se invierte: “aparece primero
lo más enfermo y luego ocasionalmente incluyen lo adaptativo. Consideramos esto, en
términos generales, como un indicador del deseo de depositar en forma rápida y masiva
en el psicólogo lo más ansiógeno para proseguir la entrevista con mayor tranquilidad y
soltura”.
Es importante en este primer encuentro lograr un buen rapport y un clima de
confianza, ya que para los padres la consulta significa hacerse cargo de que algo no
funciona bien, produciéndoles una herida narcisista, por lo que nos vemos obligados a
manejar adecuadamente la angustia y la culpa que les despierta esta situación.
Al consultar, los padres admiten, de alguna manera, que no han podido resolver el
problema y que necesitan ayuda, ya sea porque perciben al niño como el causante de lo
que ocurre o porque sienten que cometieron errores en su proceder.
ARMINDA ABERASTURY (1962) expresa que la entrevista “no debe parecerse a un
interrogatorio, en el cual se sientan enjuiciados. Por el contrario, hay que tender a
aliviarles la angustia y la culpa que la enfermedad o conflicto de un hijo despiertan y para
eso debemos asumir desde el primer momento el papel de terapeutas del hijo y hacernos
cargo del problema o síntoma”.
En esta entrevista con los padres, esta autora sostiene 1$ necesidad de obtener los
siguientes datos:
1) Motivo de consulta
2) Historia del niño
3) Desarrollo de su vida diaria, domingo, feriado y día de su cumpleaños
^Relaciones familiares •'
□ 1) Motivo de Consulta:
Es la causa por la cual solicitaron la consulta. Es necesario registrar el comienzo,
desarrollo, agravación o mejoría de la sintomatología y confrontar éstos con los que nos
comunica el niño.
Se le pedirá a los padres que den ejemplos de las situaciones que los preocupan,
cuándo se intensifica y cuándo mejora la situación, en qué ámbitos se observa con mayor
frecuencia (escuela, hogar), cuáles fueron hasta el momento las soluciones intentadas, con
qué frecuencia se observa el problema, cuál es la conducta del niño, de los padres y del
entorno (enojo, bronca, comprensión, apoyo) ante esas dificultades.
3
N. del E.: El Inventario de Estrategias de Aprendizaje y Estudio (LASSI) está editado por Psicoteca editorial.
—influencia que el grupo familiar ejerce sobre él
—temores y ansiedades predominantes frente a situaciones de cambio
—hábitos de estudio
—hobbys
—tiempo libre
—intereses
—aptitudes.
Lo importante radica en poder obtener datos que nos permitan dar cuenta de la
problemática vocacional del sujeto que nos consulta.
En relación con los aspectos dinámicos que intervienen en las entrevistas de
orientación vocacional, sostenemos que, como toda situación novedosa, ésta provoca en el
consultante un monto de ansiedad que además de ser instrumentada, nos sirve para
poder inferir o predecir cuál va a ser la reacción del adolescente frente a situaciones
desconocidas como el ingreso a la universidad.
El análisis de la transferencia en este contexto no está solamente relacionada con las
actualizaciones de los aspectos infantiles o pasados, sino que se hace hincapié
fundamentalmente en el futuro, en los proyectos, en el mundo.adulto al cual va a ingresar
el adolescente. X
En palabras de RODOLFO BOHOSLAVSKY (1976) “lo actualizado no es solo el pasado sino
también el futuro del entrevistado y no solo las relaciones objétales antiguas o futuras
sino, sobre todo, sus relaciones objétales internas. En otras palabras, su personalidad. La
comprensión de los fenómenos transferenciales permite al psicólogo —por lo tanto—
comprender las características de los objetos internos, pasados y futuros incluidos en la
conducta del entrevistado”.,.
Las intervenciones con las que cuenta el profesional para devolver-en forma tamizada
al consultante la información sobre su conducta, tienen el objetivo de ayudarlo a resolver
en un tiempo determinado, su elección vocacional. En el Capítulo Dos hicimos referencia
al “continnum interpretativo” propuesto por BRAMMER Y SHOSTROM en relación con las
diferentes técnicas con las que cuenta el psicólogo para lograr este objetivo y que variarán
según su 'grado de profundidad (reflejo, clarificación, reflexión, confrontación e
interpretación).
Los momentos por los que atraviesa la entrevista en orientación vocacional son los
propuestos por FERNANDO ULLOA (preentrevista, apertura, acontecer propiamente dicho,
cierre, posentrevista), aunque debemos destacar algunas características específicas que
las diferencia de las ^entrevistas en el contexto de un proceso psicodiagnóstico.
En la preentrevista debemos tener en cuenta quién es el que solicita la consulta, si es
el adolescente mismo de manera espontánea o si la realiza por recomendación de terceros
(padres, docentes, amigos).
La apertura de la entrevista es el momento en el cual se observa un incremento de la
ansiedad ya que se produce el encuentro entre el adolescente y psi-
cólogo. RODOLFO BOHOSLAVSKY sostiene que la apertura y la manera en que se relaciona con el
entrevistador, dramatiza el modo en el que el adolescente fantasea su ingreso a la universidad y al
mundo adulto.
El acontecer propiamente dicho está ligado a los objetivos propuestos que son la elección de la
carrera y el proyecto futuro.
El cierre, es el momento en el cual se intenta una síntesis de lo trabajado en la entrevista para que
los esclarecimientos que se han establecido sigan operando en el consultante.
La devolución de la información al consultante en orientación vocacional se instrumenta de
manera paulatina a diferencia de otras áreas de evaluación psicológica. Creemos conveniente realizar
devoluciones parciales para que el adolescente pueda ir integrando paulatinamente lo trabajado y
elaborado y para evitarle el suspenso de obtener la "solución mágica” en la última entrevista. Esta
última nos sirve para realizar el cierre del proceso de elección vocacional.
El psicólogo, por intermedio de las entrevistas y de las técnicas administradas, debe ayudar al
adolescente a esclarecer los conflictos y obstáculos que le impiden elegir, confrontándolo con la
realidad socioeconómica y cultural y con las imágenes distorsionadas o fantaseadas que él posee sobre
los roles profesionales.
En este sentido, el consultante asume un rol protagónico en este proceso ya que es el que debe
elegir, dejándole el papel secundario (pero no menos importante) al profesional, que lo ayudará y
guiará a través de sus intervenciones, a poder tomar decisiones maduras.
a) Laboral
Las entrevistas en el área laboral tienen como objetivo principal conocer y evaluar las
cualidades, capacidades e intereses de los postulantes para poder acceder a un
determinado puesto de trabajo. Se intenta evaluar si las características de la
personalidad del entrevistado se adecúan a la vacante a cubrir.
El o los profesionales que realizarán la evaluación pueden desempeñarse como
consultores externos de una empresa o formar parte de la misma. En ambos casos es
necesario determinar, ño solo el perfil de la personalidad que se espera para quien cubra
la tarea, sino también conocer en detalle las características del puesto a cubrir, las
condiciones ambientales, el lugar de trabajo, los equipos utilizados, los riesgos y el grupo
de trabajo donde se va a incluir el trabajador.
A partir de los datos obtenidos a lo largo de la evaluación del candidato, se predecirá
cuál va a ser el futuro comportamiento (pronósticojjde éste, en el puesto específico de
trabajo.
T. FUKS, G. CABANILLAS, A. MALADESKY Y M. MARTÍNEZ sostienen que “la finalidad de la
evaluación no es el diagnóstico de la personalidad sino el diagnóstico de una situación
total del individuo y de la empresa”.
Estas entrevistas se caracterizan por ser ansiógenas ya que son vividas como una
situación de prueba y de cuyo resultado dependerá el acceso a un puesto de trabajo. Por
este motivo, el postulante trata de mostrar sus aspectos positivos, tratando de ocultar los
negativos, los que menos lo favorecen para poder lograr así su inserción en la empresa o
institución.
Por este motivo se intenta que el profesional no solo le brinde al entrevistado un
clima propicio que favorezca la comunicación, sino también información relacionada con
las condiciones de trabajo, posibilidades de capacitación, beneficios sociales, para que
éstos operen como elemento motivador y logren disminuir el montaje de ansiedad.
■ Como toda situación de interacción, en la entrevista se produce el fenómeno de la
transferencia y de la contratransferencia que debe ser tenido en cuenta
para poder analizarlo.
La transferencia, al asignar roles al entrevistador, nos mostrará cuál es la posible
modalidad de interacción que va a tener el postulante; por ejemplo, puede establecer una
relación de sumisión, dependencia, rebeldía, agresiva con el entrevistador que darán
cuenta de la forma en que éste tiende a manejarse.
La contratransferencia, debe ser bien instrumentada por el profesional, ya que puede
cometer el error de dejarse llevar por los sentimientos que experimenta (rechazo, deseos
de ayudar) y por lo tanto perder su objetividad.
La manera de abordar y la cantidad de entrevistas a realizar, dependerán del tiempo
con el que’se cuente para llevar a cabo la evaluación, de la información previa que se
tenga del candidato, de la etapa del proceso de selección en la que uno se encuentra y de
la importancia del cargo a cubrir.
La entrevista más adecuada en el área laboral (selección de personal, capacitación y
desarrollo, reubicación y promoción) es la entrevista semidirigida ya que si bien el campo
de la misma está controlado por el entrevistador, es el entrevistado el encargado de
estructurarlo en función de sus variables y parámetros.
NORA MOREAU (1995) sostiene que “la entrevista es una prueba de conducta y para que
funcione plenamente como tal es necesario que el entrevistador permita que emerjan
libremente en su transcurso los elementos característicos de la personalidad del
entrevistado. Así el entrevistado puede asumir una actitud de dependencia, de dominio,
de desconfianza, de colaboración, de omnipotencia respecto del entrevistador y todos estos
elementos que pertenecen a la estructura de su personalidad se ven mejor cuando se
permite que el campo de la entrevista sea configurado por el entrevistado.[...] La
experiencia nos indica que las entrevistas más útiles son aquellas que funcionan sobre la
base del esquema abierto, pero donde el entrevistador controla la situación teniendo
presente en forma permanente su objetivo (una evaluación) que*fiínciona como encuadre
y dirige preguntas para cubrir aspectos no encarados por el entrevistado. Normalmente,
el tipo de entrevista es determinado por el puesto que se debe cubrir, apareciendo como
muy indicadas las entrevistas abiertas cuando deben proveerse cargos medios o altos en
la organización y si,'como vimos, debemos llegar a la conclusión de que la técnica de la
entrevista, debe ser flexible a fin de adaptarse a cada caso”.
Si se trata de un puesto jerárquico o de una posición muy alta en una empresa, se
recomienda comenzar por una entrevista semidirigida a todos los aspirantes, y una vez
realizada la selección de los candidatos finales realizar ‘‘entrevistas en profundidad” que
permita al profesiorial conocer con más detalles los “puntos débiles o limitaciones” del
sujeto y postular al que él considere más idóneo.
□ Las diferentes áreas a evaluar son:
—Nivel de Instrucción: recabar información sobre la historia de los aprendizajes
formales (escuela primaria, secundaria, universidad, estu-
dios de posgrado) y la adquirida de manera autodidáctica.
Se evaluará el tipo de título recibido, la duración del estudio y la calidad de la
educación recibida (lugares donde recibió la instrucción). Se evaluará el
conocimiento de idiomas (lectura, traducción y conversación).
—Historia laboral y experiencia: se evaluará la experiencia acumulada y la evolución
laboral y/o profesional. Se tendrán en cuenta de los trabajos anteriores, la actividad
y responsabilidad en los mismos, si ésta era coherente con sus capacidades y
potencialidades, ascensos, los motivos por los cuales cambió de empleo, si existieron
períodos en los que no trabajó que explicite las causas, teniendo siempre en cuenta
las limitaciones impuestas por la economía del país.
Estos datos nos servirán para evaluar el grado de motivación, madurez, estabilidad
y sociabilidad del postulante.
—Situación familiar: se explorará el tipo de constelación familiar (actual y anterior),
tomando en cuenta solamente los elementos que tengan relación con el trabajo a
cumplir. Es importante recabar datos sobre la actividad o profesión de los padres,
hermanos y del cónyuge.
—Disponibilidad: este punto está en relación con el anterior; se evaluará la capacidad
del postulante de disponer de tiempo necesario para realizar eventuales viajes de
trabajo en los cuales deberá ausentarse o para participar en actividades organizadas
pórja empresa.
—Apariencia y estado físico: es muy importante la apariencia física si se trata de un
puesto en el que esto es muy valorado (vendedores). En relación al estado físico, se
evaluarán qué tipos de enfermedades y operaciones quirúrgicas sufrió el candidato.
—Forma de contacto social: se evaluará la calidad del vínculo con los otros; si posee
fluidez en el contacto o las relaciones intei^ersonales que establece son muy rígidas.
Se evaluarán las redes de apoyo, tanto internas como externas, preguntando, entre
otras cosas, qué tipo de actividades realiza en el tiempo libre y con quién las
comparte (cónyuge, hijos, amigos).
—Situación económica: se tratar de determinar si el candidato vive de acuerdo con sus
posibilidades y nivel económico, pará, a partir de estos datos, poder evaluar el grado
de responsabilidad, madurez y capacidad de planificación.
—Intereses, motivaciones, preferencias: el conocimiento de las preferencias,
capacidades e intereses nos dan un indicio de las actividades en las cuales el sujeto
puede mostrar un mejor rendimiento.
—Habilidades, competencias conductuales y carencias o necesidades de formación y
desarrollo: conocer las necesidades y/o carencias que presenta el candidato, para
recomendar cursos y/o seminarios de capacitación, que potencien sus habilidades y
conocimientos.
Estos datos se integrarán con los resultados de las evaluaciones de las pruebas de
aptitud y psicológicas administradas a los postulantes (individuales y/o grupales) para
luego confeccionar el informe con la descripción del o los candidatos seleccionados, para
que el Gerente de Recursos Humanos o el Jefe de Personal de la empresa decida cuál es
el postulante a incorporar en la misma.
La entrevista de devolución de la información se realiza en muy pocas oportunidades;
creemos que es conveniente realizarla, siempre y cuando el postulante la solicite, ya que
el psicólogo puede asesorarlo en relación con sus dificultades o aconsejarle un
tratamiento psicológico si considera que en el sujeto los problemas afectivos, cognitivos o
vinculares pueden estar interfiriendo en su desempeño laboral.
b) Forense
Las características generales de las entrevistas en el área forense son similares a las
del área laboral, ya que el sujeto a ser evaluado no se presenta de manera espontánea a
la misma; son citados por la autoridad judicial.
El psicólogo actúa en el ámbito judicial como auxiliar de la Justicia, asesora elevando
informes conforme con las pautas o cuestionarios suministrados, los cuales deben ser
confeccionados con un lenguaje claro y entendible para el magistrado o abogados
involucrados en el caso (habida cuenta el carácter de legos en la materia).
El psicólogo que se desempeña en este área puede insertarse de diferentes maneras:
—Perito oficial: es el psicólogo que forma parte del Cuerpo Orgánico Administrativo
del Poder Judicial. Recibe el pedido de pericia de los jueces de los distintos fueros o
del juez con el que directamente trabaja. Generalmente, en el Fuero Penal de la
Capital Federal, la relación pericial sétin aneja entre los Jueces y los miembros del
Cuerpo Médico Forense, motivo por el cual los informes son elevados por el perito
psicólogo al médico psiquiatra, quien a su vez remite las conclusiones al Magistrado
peticionante. De esta forma el psicólogo actúa como perito auxiliar. ,
—Perito de oficio: La relación de estos auxiliares con 'él Poder Judicial se encuentra
abarcada por una relación contractual o de convenio, mediante la cual los psicólogos
que se encuentren inscriptos en los listados —formados a tales fines por las distintas
Cámaras de Apelaciones— son llamados por el Juez para intervenir en las pericias
requeridas por las partes del proceso (demandante-demandado).
—Perito de parte: Cumple las funciones periciales solicitadas por la parte interesada
(demandante o demandado), mediante asesoramiento con la confección de informes
que luego son presentados como prueba en el expediente judicial.
Los aspectos sobre los cuales el juez requiere asesoramiento, son los denominados
puntos de pericia y el psicólogo los abordará a través de entre
vistas libres o semipautadas y mediante la administración de técnicas que se
seleccionarán según las necesidades de la investigación.
Las técnicas mayormente utilizad as son el Test Guestáltico Visomotor (Bender), El
Dibujo de la Figura Humana (DFH ), Casa-árbol-persona (HTP), WISC o WAIS,
Cuestionarios autoadministrables de Personalidad (MMPI-2 y MMPI- A), Desiderativo y
Rorschach.
Una vez realizado el psicodiagnóstico, se procede a confeccionar y elevar el informe
pericial al magistrado, que juntamente con los informes aportados por otros peritos
(médicos, contadores), resolverá la cuestión planteada en el expediente.
Deben destacarse las distintas actitudes de los peritados en las entrevistas según la
problemática planteada en el expediente, ya que en determinadas circunstancias
intentarán ocultar sus estructuras psicopatológicas y en otros exarcerbarlas a efectos de
lograr una decisión judicial favorable a sus expectativas, pudiendo mencionarse como
ejemplos;
—Conflictos familiares: (divorcio, exclusión del hogar de uno de los cónyuges, tenencia
de los hijos, etc.), en los cuales los examinados intentarán el referido ocultamiento.
—Accidentes de tránsito o laborales: Los entrevistados tratarán de evidenciar
consecuencias traumáticas, y demás secuelas psicoinvalidantes a efectos de lograr
una sentencia favorable a sus pretensiones.
El pedido de evaluación generalmente es concreto, por lo tanto en nuestra tarea
debemos circunscribirnos al mismo, contestando al juez o abogado de manera concisa
acerca de los puntos periciales requeridos.
La devolución de la información a los individuos que fueron objeto de estudio no se
realiza, salvo que haya un pedido expreso del juez a esos fines.
c) Clínico
Según HAROLD KAPLAN y BENJAMÍN SADOCK (1990) son objetivos de las entrevistas
clínicas: •’ , •
—obtener una perspectiva histórica de la vida del paciente
—establecer una relación y una alianza terapéuticas
—lograr confianza y seguridad recíprocas
—conocer el funcionamiento actual
—llegar a un diagnóstico . •. .
—establecer un plan de tratamiento
Para esto podemos dividir a la entrevista clínica en dos partes: la anamnesis y el
estudio del estado mental o semiología de las funciones psíquicas.
Dentro de la anamnesis, recabaremos datos acerca de la historia cronológica del
paciente desde el nacimiento hasta la actualidad, incluyendo los datos personales, motivo
de consulta o de internación, antecedentes de la enfermedad actual, informes de
familiares o allegados al paciente (para complementar los datos vertidos por el mismo),
antecedentes hereditarios e historia familiar.
El examen de las funciones psíquicas se efectúa durante la entrevista y es un corte
transversal del estado mental del paciente en el momento mismo del desarrollo de la
entrevista.
Las áreas o comportamientos a evaluar para arribar a un diagnóstico válido son:
—Aspecto general: presentación, vestimenta, marcha, postura, gestos, expresiones
faciales, aseo.
—Actitud durante la entrevista: apático, irritable, ansioso, agresivo, seductor,
indiferente, cooperador.
—Atención y concentración: hiperprosexia, hipoprosexía, labilidad atentiva.
—Sensopercepción: evaluar la presencia de ilusiones, alucinaciones psi- cosensoriales
(visuales, auditivas, olfativas, táctiles, cenestésicas, motoras), alucinaciones psíquicas
(imágenes visuales o acústicas), alucinaciones hipnagónicas y/o hipnopómpicas.
—Pensamiento: evaluar la presencia de fugas de ideas, inhibición, interceptación,
disgregación, incoherencia, viscosidad, perseveración y mentismo. Dentro del contenido
del pensamiento, es necesario evaluar la presencia de ideas erróneas, sobrevaloradas,
obsésivas, fijas, delirantes (de grandeza, de persecución, pasionales, fantásticas),
déliroides, de referencia, neologismos.
—Lenguaje: evaluar si es lento, locuaz, balbuceante, tartamudeante, entrecortado,
espontáneo, estereotipante, incoherente, mutismo. Afasias, ecolalia, coprolalia,
logorrea.
—Orientación: autopsíquica (referida a su mundo interno, en relación con su situación y
su enfermedad) y alopsíquica (referida al mundo externo, tanto en tiempo como en
espacio).
—Inteligencia: evaluar el tipo de inteligencia (concreta o abstracta), el uso del
vocabulario, el nivel de educación y el caudal de conocimientos.
—Memoria: evaluar qué tipo de trastorno aparece en relación con esta función.
Hipermnesias, amnesias (anterógrada o retrógrada), paramnesias o criptomnesias
1
(dejá vu, dejá vecu, jamás vu).
—Voluntad o conducta motora: hipoabulia o abulia, hiperabulia, impulsiones,
compulsiones, apraxias, ecopraxias, estereotipas, negativismo, flexibilidad cérea,
tics, muecas, temblores, agitación o retardo psicomotor.
—Afectividad: evaluar el tipo de sentimiento predominante; alegre, jubiloso, confiado,
triste, preocupado, desamparado, angustiado, eufórico, aburrido, sensación de vacío,
melancólico, maníaco, suicida, desesperanzado. Hipertimia, hipotimia, paratimias.
—Juicio: evaluar la capacidad de comprender la relación entre hechos y poder extraer
conclusiones. Conservado, desviado, alterado, debilitado, suspendido.
—Nivel de insight: es el grado de conciencia de la situación, es poder reco
nocer el problema como propio. Puede reconocer la necesidad de tratamiento, responsabiliza!’ a
factores externos o negar la enfermedad.
La psiquiatría dinámica, al recibir influencia del psicoanálisis, sostiene prestar atención no solo
a las áreas anteriormente mencionadas (memoria, senso- percepción, pensamiento) sino también a
la historia del sujeto en relación con el síntoma, a su enfermedad. El objetivo es elaborar un
diagnóstico genético, dinámico y clínico de la vida del paciente .
En algunas ocasiones es conveniente efectuar exámenes complementarios médicos y neurológicos
(laboratorio, electroencefalogramas, diagnóstico por imágenes) ya que algunas psicopatologías
pueden tener basamento orgánico.
Independientemente del diagnóstico (por ejemplo a través del DSM IV), es necesario hacer
hincapié en la presencia de signos o síntomas que nos hagan pensar en la posibilidad de tendencias
suicidas u homicidas.
Una vez finalizado el diagnóstico, los pasos a seguir son la implementación de un plan
terapéutico (psicoterapia, internación, farmacoterapia) y la valoración del pronóstico del paciente
(curso y desenlace esperado).
Creemos importante hacer algunas referencias a los aportes del psicoanálisis. Al referimos a las
entrevistas desde el marco teórico psicoanalítico, estamos realizando un recorte que nos va a
permitir definir una práctica, los tipos de intervenciones posibles, el para qué de ésas
intervenciones, el qué se escucha y con qué objetivo se escucha.
En el contexto de la clínica psicoanalítica, S. FREUD (1913) planteaba en sus escritos técnicos, la
importancia del “período de prueba o ensayo” para arribar al diagnóstico, y para evaluar si el sujeto
era apto para el psicoanálisis, es decir si era posible establecer una neurosis de transferencia, ya que
no consideraba aplicable su método a la esquizofrenia o parafrenia.
Este período, que abarcaba una o dos semanas, ya forma parte del comienzo mismo del
psicoanálisis y por lo tanto obedece a ciertas reglas .(actualmente podríamos denominarlo encuadre).
Algunas de esas reglas o consejos son:
—no aceptar como pacientes a familiares o amigos.
—no considerar como obstáculo la desconfianza del paciente al tratamiento ni sobreestimar su
confianza al mismo, ya que son las resistencias internas las que mantienen la neurosis.
—en relación con el tiempo, se le asignaba a cada paciente una determinada hora que le
pertenecía por más que no la utilizara. La frecuencia recomendada era de seis sesiones
semanales y en tratamientos avanzados, tres sesiones a la semana.
—en relación con el dinero, fundamentaba el pago de los honorarios en varías razones: es el medio
de sustento del profesional y porque los tratamientos gratuitos incrementan las resistencias del
paciente.
—en relación con la duración del tratamiento, S. FREUD (1913) respondía que era imposible
predecirlo con anterioridad ya que “unas alteraciones
visarlo, promoverlo, quitarle obstáculos del camino, y también —por cierto— viciarlo en buena
medida. Pero, en líneas generales, ese proceso, i
una vez iniciado, sigue su propio camino y no admite que se le prescri- {
ban ni su dirección ni la secuencia de los puntos que acometerá”. |
—mantenía en este período de prueba, el uso del diván para evitar la mira- da del paciente, para
mantener la “atención flotante” y para “prevenir la inadvertida contaminación de la
transferencia con las ocurrencias del paciente, aislar la transferencia y permitir que en su
momento se la des- ■
taque nítidamente circunscripta como resistencia”.
—formulaba la regla fundamental de la técnica psicoanalítica, es decir “la !
asociación libre”.
Consideramos de suma importancia poner el acento en la “atención flotante” y en la “regla
fundamental” ya. que ambas son características de las entrevistas en el contexto de la clínica
psicoanalítica. La primera de ellas supone “no querer fijarse en nada en particular y eñ prestar a
todo cuanto uno escucha la misma atención parejamente flotante”.
Esta regla, según S. FREUD (1912) se corresponde con lo que se le exige al paciente a través de la
regla fundamental, “que refiera todo cuanto se le ocurra, sin críticas ni selección previa [...] Es
incorrecto dictar al analizado unos deberes: recopilar sus recuerdos, reflexionar sobre cierta época de
su vida, etc. Es que él tiene que aprender sobre todo —lo cual no es fácil de'aceptar para nadie— que
ni en virtud de una actividad mental como la reflexión, ni de un esfuerzo de atención y de voluntad,
se resolverán los enigmas de la neurosis, sino solo por la paciente obediencia a la regla
psicoanalítica que ordena desconectar la crítica a lo inconsciente y sus retoños”. v
A partir de estas reglas, los síntomas de la enfermedad adquieren una nueva significación
sustituyendo su neurosis por una neurosis de transferencia, teniendo en cuenta que “la enfermedad
no debe ser encarada como un hecho histórico sino como una potencia actual”.
Capítulo Siete:
Casos Clínicos
a) Número 1:
Síntesis de la primera entrevista con un paciente adulto en un Servicio de Psicopatología de un
Hospital General.
Miguel tiene 26 años, es soltero; en el momento de la entrevista se encontraba sin trabajo.
Concurre voluntariamente a solicitar turno con un psicólogo del equipo, por sugerencias de su novia.
Vive solo y ha completado sus estudios secundarios.
Ps.; —Ud. vino al servicio hace dos semanas y solicitó una entrevista con un psicólogo. ¿Podría
contarme por qué lo hizo1?
M: —Siempre que tengo que hablar en público, me pongo muy nervioso, y esto realmente
me-preocupa, me pone mal. Pensé que tal vez pueda ayudarme.
Ps.: —¿Qué quiere decir que se pone nervioso ?
M: —Bueno... lo que quiero decir es que me angustio, me pongo ansioso cada vez que tengo que
decir algo...me parece que lo voy a decir mal... que voy a estar tan ansioso que voy a empezar a
hablar pero que no voy "a-poder terminar de decir lo que quiero.
Ps.: —¿Podría darme un ejemplo de alguna vez que le haya pasado eso?
M: —Sí... recuerdo la última vez que concurrí a una reunión grupal, buscaba trabajo y era parte
del mecanismo de selección, fue hace menos de un año... teníamos que levantarnos, estábamos todos
sentados, y decir nuestros nombres. Empecé a sentirme tan nervioso que creía que iba a dejar de
respirar... que me iba a morir de los nervios... cuando me tocó el turno me paré y dije mi nombre,
pero me sentí tan estúpido.;, un idiota. Tanto lío y solo se trataba de decir cómo me llamaba.
Dado que expresiones como “me iba a morir" suelen ser bastante comunes en personas con
ataques de pánico, la profesional décidió indagar a efectos de poder clarificar las circunstancias de
sus primeras experiencias ansiosas.
Ps.: —Me gustaría que tratara de recordar la primera vez que le sucedió algo parecido a lo que
acaba de relatarme.
M: —La primera vez... bueno, yo estaba en el secundario... recuerdo que me ponía nervioso al
pensar que tendría que hablar en clase, decir algo. Pero, la primera vez que recuerdo bien era
cuando estaba por terminar eb secundario, creo que estaba en quinto año.
Ps.: —Cuénteme qué le sucedió,
M: Creo que teníamos que traer a clase recortes de periódicos, de diarios. Empecé a leer mi recorte
y empecé a ponerme muy nervioso. Cada vez me ponía más nervioso... llegó un momento en que no
pude seguir leyendo... dejé de leer... me sentí tan avergonzado...
Ps.: —¿Alguna otra vez le ha sucedido sentirse repentinamente muy ansioso ?
M: —Sí.
Ps.: —¿Cuándo?
M: —Cuando me pongo a pensar en cosas que hice. Pienso si realmente estuve ansioso, nervioso o
no. Pienso en qué me hubiera pasado si me hubiera sentido nervioso, si alguien me habría ayudado.
Me preocupa pensar que actué como un estúpido.
Ps.: —¿Qué le preocupa, saber si va a recibir ayuda o si actuó como, un estúpido? M: —Creo que lo
que más me pone mal, lo que me jode, es pensar que actué como un estúpido .
Ps.: —¿Solo se pone nervioso cuando piensa en situaciones en las que está con gente?
M: —No es exactamente así (toca y mueve sus dedos). Tengo que estar pensando en una situación
concreta, en una situación en la que tuve que decir algo... ahí empiezo a sentirme mal...
Ps.: —¿Su ansiedad aparece siempre que tiene que hablar en frente de otras personas? ■ .
M: —No siempre. Por ejemplo, me las arreglo bien cuando tengo que ir a una entrevista por
trabajo, a hablar con alguien a solas. Me pongo, mal cuando tengo que mostrar que puedo hacer
algo... cuando me siento fo]*zádo a hablar... cuando siento que ya no me las puedo tomar... irme...
Ps.: —¿Con qué frecuencia se siente ansioso porque tiene que. mostrar que puede hacer algo? ¿Una
vez por semana, dos veces, cada tanto? -
M: —No, yo diría que esas cosas me pasan una vez al mes;, más veces no creo que me pase. .
Ps.: —¿Qué siente?
M: —Siento que me falta el aire, que voy a dejar de respirar, que se me acelera la circulación, un
poco de mareos... que no soy yo... que voy a morirme...
Ps.: —Trate de recordar la última vez que le pasó el ponerse muy ansioso por tener que hablar en
público. ¿Cuándo fue?
M: —Fue en la reunión grupal de la que le hablé. Esa fue la última vez que me pasó.
A esta altura de la entrevista, el paciente ha dado cuenta de una serie de síntomas que
corresponden a lo que el DSM-IV denomina trastornos por pánico.
Ps.: —Además de las situaciones que me contó, ¿alguna otra vez sintió que iba a morirse?
M: —Sentí que iba a morirme en serio una vez, cuando estaba en séptimo grado del primario.
Estábamos en el bar de la escuela comiendo sandwiches... yo me puse el sandwich entero en la boca
y me atraganté, no lo podía tragar. Sentía que me moría... salí a buscar a la maestra... la profesora
de música venía caminando por un pasillo y pasó a mi lado y ni me miró... yo empecé a seguirla... no
podía hablar... la alcancé... se dio cuenta de lo que pasaba y me golpeó la espalda hasta que pude
escupir parte del sandwich... recuerdo que pensaba en todos los compañeros que me estaban
mirando:., recuerdo que por varios días no podía comer nada... mi mamá se dio cuenta y medio como
que a la fuerza me ayudó a volver a comer normalmente, pero me quedó la preocupación de que no
me faltara el aire.
Ps.: —¿Diría Ud. que aún le sigue preocupando?
M: •—Bueno, en parte sí. Me preocupa quedarme sin aire cuando tengo que hablar en ocasiones
formales.
Ps.: —¿Solo cuando tiene que hablar?
M: —Bueno, creo que si me encerraran en una caja muy chica o me enterraran vivo me
preocuparía también que me falte el aire. Pero no pienso en esas cosas.
Ps.: —¿Se siente nervioso cuando está en un ascensor o en lugares cerrados?
M:;—No, solo me preocupa cuando tengo que hablar.
Dado que el paciente continúa haciendo^ referencia a “preocuparse” se considera adecuado
orientar la entrevista hacia la posible presencia de trastornos generalizados de ansiedad.
Ps.: —Ud. habla de estar preocupado por si le falta el aire, por tener que hablar en público. ¿Hay
otras cosas que también le causan preocupación?
M: ¿Bueno, me preocupa poder conseguir un buen trabajo. Y yo creo que este problema mío
relacionado con hablar va a impedirme poder conseguir un buen trabajo.
Ps.: —¿Le preocupan su salud, su futuro, su situación económica?
M: —No, no me definiría como una persona “preocupada”, (se inclina un poco hacia adelante). Me
importa estar preparado, listo para hacer algo. Y creo que los demás también deben estar
preparados para hacer eos-as.
Ps.: —¿Se ha sentido ansioso, nervioso, sin tener motivo o razón para estarlo?
M: —No, en absoluto. En general me siento muy bien.
Ps.: —Bien. Trate de recordar situaciones que podrían hacer, que no se sintiera bien, que le
causaran miedos.
M: —Bueno, ahora no, pero cuando iba al secundario me daba miedo ir en colectivo a la escuela.
Eso fue después de la experiencia que le conté con el sandwich. Creo que me preocupaba que no
hubiera suficiente aire en el colectivo; nunca dejé de tomarlo pero trataba de sentarme o quedarme
adelante, cerca de la puerta.
Ps.: —¿Sigue tratando de sentarse o quedarse adelante ahora?
M: —No. Ni siquiera pienso en eso. Ni se me hubiera ocurrido pensar en eso si Ud. no hubiera
mencionado hablar de miedos.
Ps.: —¿Ycómo se siente en restaurantes o en bares?
M: —Oh, esto es inteligente.
Ps.: —¿Qué es inteligente?
M: —El que haya mencionado los restaurantes. Yo me siento un poco raro en los restaurantes.
Ps.: —¿Cómo se siente?
M: —No me siento nervioso... me siento raro, extraño.
Ps.: —¿Evita ir a restaurantes?
M: —No, para nada. Como ya le dije, no siento miedo, siento algo... extraño.
No hay evidencia de que el paciente padezca de ataques de pánico y también ha negado tener
fobias específicas. En razón de ello se intenta profundizar los datos relacionados con temores
sociales.
Ps.: —Cuando Ud. está con otras personas ¿le preocupa el decir o hacer algo que lo haga sentir
humillado o avergonzado?
M: —Si Ud. se refiere a sentirme mal por sentir que me va a faltar el aire, la respuesta es sí.
Ps.: —¿Qué pensamientos le vienen a la cabeza cuando está en una de esas situaciones?
M: —¿Si siento pánico? ¿Si pienso qué van a pensar de mí? Yo no quiero aparecer como un
estúpido enfrente de otras personas.
Ps.: —¿Siente pánico?
M: —Sí, lo siento.
Ps.: —¿Trata de evitar estar en ese tipo de situaciones?
M: —Por supuesto que sí.
Ps.: —Me gustaría que nombrase algunas situaciones en las que siente miedo estando con gente y
ala vez se siente ansioso.
M: —Bueno, en cualquier reunión en la que pienso que tal vez tendría que decir algo... cuando me
encuentro con gente que no conozco y tengo que presentarme... si tengo que hablar con un jefe,
gerente, alguien con algún cargo de importancia.
Ps.: —¿Algunas personas lo hacen sentir más incómodo qUe otras?
M: —Me siento peor cuando estoy con hombres de mi edad... me siento mal de verdad. No quiero
mostrarme como alguien débil ante ellos. Yo sé que soy una persona capaz, pero si el trabajo que
tengo que hacer implica hablar adelante de otros, no me siento capaz de poder hacerlo... es algo muy
frustrante.
Ps.: —¿Ese temor está limitando sus oportunidades htíboráles, lo ha afectado en su vida académica
o social?
M: —No, realmente no lo creo.
Ps.: —¿Es Ud. una persona que tiene que repetir algunos comportamientos o hacerlos de
determinada manera aunque ello no tenga para Ud. mucho sentido?
¿Siente que si no los hace le podría pasar algo desagradable o malo?
M: —Bueno, a mí me gusta que las cosas se hagan de determinada manera, pero puedo cambiar si
es necesario.
Ps.: —Cuénteme si le ha tocado vivir alguna experiencia desagradable, muy estresante.
M: —¿Algo parecido a lo que me sucedió con el sandwich?
Ps.: —Bueno, esa podría ser una. ¿Ha vivido situaciones parecidas a esa'?
M: —Bueno... recuerdo algo que me sucedió cuando era muy chico, no sé si es a eso a lo que Ud. se
refiere... yo tendría tres, cuatro años... mi padre estaba discutiendo con un vecino... no recuerdo bien
por qué discutían, pero sí que el vecino vino a la puerta de casa. Yo le abrí la puerta y me encontré
con él gritando. Mi padre se acercó y los dos empezaron a gritarse... siguieron gritando afuera, en la
vereda... yo recuerdo que los miraba... estuvieron discutiendo un rato largo y después el vecino se
fue. Papá entró a casa pero no dijo nada. La ventana de mi habitación daba justo a la casa de ese
vecino y lo que sí recuerdo es que a la noche, cuando me acostaba... pensaba que ese hombre iba a
venir a mi pieza y que iba a tratar de lastimarme... de hacerme algo.
Ps.: —¿Pensó a menudo eso?
M: —Todas las noches.
Ps.: —¿ Y por cuánto tiempo tuvo esos pensamientos?
M: —Por lo menos por uno o dos años.
Ps.: —¿A qué se debió que dejara de pasarle?
M: —Nos mudamos a otro barrio. Creo que si no nos hubiéramos mudado me hubiera seguido
preocupando ese tema.
Podría pensarse en síntomas de estrés postraumático o en una estructura de tipo obsesivo.
Ps.: —Me gustaría saber si ha tenido algunas otras experiencias relacionadas con sentirse nervioso,
ansioso, de las que no hayamos hablado.
M: —Bueno... me sentí muy mal cuando empecé a ir al jardfr/de infantes. Creo que por dos
semanas o algo así me ponía a llorar cada vez que mi mamá me dejaba y se iba. Con el tiempo dejé
de hacerlo. No lloré más. ■
Ps.: —Ud. ha mencionado a su madre, a su padre. ¿Por qué no me cuenta algo acerca de ellos?
M: —Bueno, mis padres viven juntos. Se llevan bien. Papá está jubilado, trabajó siempre en una
empresa metalúrgica. Mi madre es ama de casa... somos cuatro hermanos, yo soy el único varón...
tengo dos hermanas mayores y una menor que yo. Siempre tuve una relación muy buena con mi
padre... a él le preocupaba que con tantas mujeres a mi alrededor yo saliese algo maricón, por eso
me dedicaba tiempo los fines de semana y me llevaba**á ver fútbol, a veces íbamos a pescar. El
quería una hijo fuerte, seguro... nadie en mi familia sabe que vine a verla, realmente me daría
vergüenza que supieran acerca de estos miedos míos. La única que lo sabe es mi novia, ella
realmente me empujó mucho para que viniera.
Fui bastante buen alumno en la escuela... las materias que más me gustaron fueron las ciencias...
matemáticas. Tenía muchos amigos en la escuela y lo pasé
muy bien... tengo un título en electrónica... hay pocos trabajos en este campo...creo que tendría que
haber ido a la universidad... en realidad me hubiera gustado ir, pero siempre pensé que tema que
hablar en público y eso me frenó.
Ps.: —¿Alguien de su familia tiene problemas parecidos a los suyos?
M: —Creo que papá tiene algo parecido... si sabe que tiene que hablar delante de otras personas,
desaparece... ningún otro en la familia, que yo sepa.
Ps.: —Bueno, ahora me gustaría que hablemos un poco acerca de sü forma de ser, de su
personalidad. ¿Cómo se describiría a Ud. mismo, cómo es Ud.?
M: —Creo que soy emprendedor, honesto, testarudo, e... impaciente.
Ps.: —¿Quépalabras, qué términos usarían sus amigos para describirlo?
M: —Emprendedor, honesto, testarudo, impaciente.
Ps.: —¿Quién ha sido la persona con más influencia en su vida?
M: —Probablemente mis padres... salgo testarudo a mi padre. Mi amigo Marcelo... mi novia, ella
me apoya mucho.
Ps.: —¿Cómo fue o es su relación con estas personas?
M: —Siempre fui muy apegado a mis padres, pero somos poco demostrativos... yo no soy una
persona demostrativa... mi novia me reprocha eso algunas veces. Me gusta la gente pero me cuesta
expresar lo que siento. Con Marcelo nos contamos todo lo que nos pasa... en realidad él me cuenta
más que yo a él.
Ps.: —Esa forma suya de ser ¿le ha traído problemas en sus relaciones?
M: —Puede ser, nunca pensé en eso? Tengo problemas cuando enfrento injusticias. Por ejemplo...
soy poco tolerante con las personas ventajeras, con la gente que no es solidaria con sus' amigos. Me
dicen que soy una persona muy exigente con los demás...
Estos datos sugieren la presencia de una personalidad obsesiva-cómpulsiva. Por lo tanto, se
indaga este área.
Ps.: —El ser así ¿le ha provocado dificultades en sus relaciones con otros? ¿Le reprochan que sea
testarudo?
M: —¿Cómo lo adivinó? realmente, siempre me lo echan en cara. Me cuesta mucho darle la razón
a otro, aunque sepa que la tiene. Me pasa con mi novia. Me hacen bromas sobre mi puntualidad. Me
gusta ser puntual y me sacan de las casillas las personas impuntuales. Me da mucha bronca -tener
que esperar a alguien.
Ps.: —¿Y qué diría sobre expresar otros sentimientos? ¿Le resulta fácil demostrar cariño?
M: —No, eso es para mí muy difícil. Puedo decirle a mi novia lo que siento por ella, pero... no a
mi familia... nunca les dije que los quiero... no me salen las palabras.
Ps.: —Ud. dijo ser testarudo. ¿Diría que también es perfeccionista?
M: —Muy perfeccionista. No hago cosas si no estoy seguro de poder hacerlas bien. Ser así me
hacía ser más lento que mis compañeros en la escuela... siempre hacía las cosas muy bien pero
incompletas... también soy muy perfeccionista conmigo, con mi forma de vestirme. Mi novia me
carga y me dice
que tardo más que una mujer en vestirme. No me causó problemas en mis trabajos ser así, pero, en
realidad no había mucho con lo que ser muy perfeccionista. Pero soy testarudo... no dejo que los
otros hagan las cosas por mí... dudo que las vayan a hacer bien, como yo las quiero hechas.
Ps»: —¿Alguna vez pensó haber hecho algo que fuera moralmente incorrecto?
M: —Yo no creo que esas cosas me preocupen, pero mis amigos piensan que soy algo moralista...
me dicen que la vida no es blanco o negro, como yo pretendo que sea. Mis amigos dicen que hay que
violar una ley si el fin es importante, necesario. Yo no lo puedo entender. Para mí un reglamento es
un reglamento. Hay que cumplirlo.
Ps.: —¿Se considera Ud. un adicto al trabajo?
M: —No, nunca tuve un trabajo que pudiera provocar eso. Tal vez si lo hubiera tenido, hubiera
podido llegar a dedicarme totalmente. Me gustaría encontrar un trabajo al que dedicarme con todo.
Ps.: —¿Le gusta guardar cosas, aún las que no tienen mucho valor, simplemente por conservarlas?
M: —Bueno, me pasa con las revistas. No puedo dejar de guardarlas. Las compro y las conservo...
y... realmente... no sé para qué las guardo. Solo me pasa con las revistas.
El paciente reúne los criterios que corresponden a un trastorno de personalidad de tipo
obsesivo-compulsivo. Se pasa a indagar si están presentes otros trastornos.
Ps.:—¿AZgí/na vez piensa o siente que la gente trata de hacerle daño o que no puede confiar en
nadie?
M: —No, en absoluto. En general confío en los demás y creo que si me pasa algo es porque no
hice las cosas como corresponde.
Ps.: —¿Se considera una persona solitaria, le molesta estar conferirás personas?
M: —No, no soy solitario. Me gusta cada tanto estar con mis padres y mis hermanas. Salgo
bastante con mi novia, tenemos un par de amigos. No, no soy para nada un solitario... me gusta
estar con gente aunque a veces desapruebe lo que piensan o hacen. No me gusta estar donde hay
mucha gente junta.... en una manifestación, por ejemplo. En una marcha, eso no. •* .
Ps.: —¿Alguna vez ha tenido problemas legales por su forma de comportarse?
M: —¿Legales? ¿Usted quiere decir con la policía?
Ps.: —Algo de eso.
M: —Para nada... cumplo con lo que hay que hacer, jamás podría tener problemas por no
cumplir... en la escuela siempre tuveíó que llaman buena conducta. Más, le diría que no entiendo a
la gente que hace cosas que son ilegales... me molestan.
Ps.: —¿Ha tenido otras novias antes?
M: —Novias... no. Amigas, algunas. Estoy de novio desde hace dos años y me gusta esta relación,
estoy muy bien con ella. Susana es muy buena conmigo, me hace sentir bien... me entiende. Nos
llevamos bien tanto en lo corporal
b) Número 2:
La presente entrevista de devolución se realizó con ambos padres de Ignacio (9 años, 4 meses),
cuyo psicodiagnóstico se realizó a solicitud de la maestra y director de la escuela primaria a la que
concurre. Vive con sus padres, Juan, 45 años, empleado bancario e Isabel, 43 años, ama de casa y
con un hermano menor, Juan, de 18 meses.
Los motivos de la derivación son las dificultades en el aprendizaje, el deterioro en sus logros
académicos y los problemas de relación en clase con algunos de sus compañeros.
□ Técnicas administradas:
—Entrevista con ambos padres.
—Hora de juego diagnóstica.
—Test de Bender. .
—Prueba gráfica Familia Kinética
—Dibujo de la Figura Humana
—Escala de inteligencia WISC-R