Uso científico de las plantas medicinales
El empleo científico de las plantas medicinales se inició a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando se
obtuvieron las sustancias curativas (“sustancias o principios activos”) de diversos vegetales. Conforme el conocimiento
químico se incrementó, resultó posible fabricar en laboratorios las sustancias que se usan como medicamentos (es
decir, producirlas sintéticamente).
En nuestros días, se estudian los componentes químicos de plantas que, tradicionalmente, se han usado para tratar
enfermedades, con el objetivo de identificar las sustancias que tienen el efecto curativo y producirlas sintéticamente
en los laboratorios.
El uso medicinal de las plantas no sólo implica saber para qué sirve cada especie, sino como debe de usarse. Ese
conocimiento suele pasar de una persona a otra de generación en generación. A ese saber hay que agregar el uso de los
medicamentos tradicionales de distintas etnias de nuestro país, quienes utilizan las plantas en una terapéutica
completa, o sea, identificando el tipo de planta, la dosis, el tiempo de tratamiento, etc.
Pero también existe un campo científico dedicado a estudiar los efectos de las plantas medicinales y la obtención de las
sustancias curativas: la fitoquímica. Su intención es identificar las sustancias, probarlas y, de resultar útiles, obtenerlas
puras, ya sea al extraerlas de las plantas o crearlas en laboratorios químicos. Este trabajo es de gran relevancia, pues
cada año se descubren muchas sustancias que curan enfermedades y otras que las previenen. En México existen
instituciones públicas y privadas en las que se efectúan investigaciones fitoquímicas. Dos de las más importantes son el
Instituto Mexicano del Seguro Social y la Universidad Autónoma de Chapingo.
El uso de las plantas medicinales ha sido esencial desde el inicio de la humanidad, los primeros registros del uso de
plantas con fines curativos o medicinales parten del año 1500 a.C , cuando algunos personajes de las civilizaciones más
antiguas del mundo comenzaron a registrar el uso, descripción, clasificación y diferenciación de diferentes plantas.
Por supuesto, en Mesoamérica el papel de estas plantas medicinales es indiscutible, tanto en aspectos culturales como
medicinales. Los ejemplos más evidentes son los jardines botánicos especializados en plantas medicinales como el
Ilhicamina (fundado por Moctezuma, 1440-1468) y el Tetzcotzingo (fundado por Netzahualcoyotl en 1420).
El jardín de Moctezuma: considerado como el primer jardín etnobotánico de América, se construyó en el actual estado
de Morelos durante el gobierno de Moctezuma Ilhuicamina, es decir, cerca del año 1440. El jardín, llamado Oaxtepec, fue
un lugar de esparcimiento para la élite mexica y además, fue el sitio predilecto para sembrar plantas medicinales. No hay
evidencias arqueológicas que nos digan algo de su aspecto, solo se tienen menciones en crónicas y códices.
El jardín de Tetzcotzingo: el rey poeta y filósofo Nezahualcóyotl fundó en el siglo XV el que se considera uno de los
primeros jardines botánicos del mundo: Texcotzingo (también conocido como Tetzcotzinco). Este jardín se ubicaba en el
cerro homónimo, cerca de la actual Texcoco, en el Estado de México, y funcionaba como un espacio de contemplación,
recreación y estudio de la naturaleza.
Las sociedades se desarrollaron, y con ello, sus conocimientos en este ámbito. Científicos a partir del siglo XVIII
comenzaron a estudiar a través del método científico el estudio químico de la composición de los productos naturales,
así como de sus sustancias activas, y, el análisis fisiológico de los mecanismos de acción. Todo esto al mismo tiempo en
que la química se y la medicina se consolidaban como ciencias íntimamente relacionadas.
Se estudiaba la composición química de todo, de la atmósfera, de los objetos que nos rodean, de las plantas, se mejoró
el conocimiento acerca de la composición del cuerpo humano y animal, indispensable para poder estudiar sus
alteraciones por las drogas. Por otro, significó un gran avance en el campo del aislamiento de los principios activos.
Se produjo una larga carrera entre los químicos, farmacéuticos y médicos por hallar los componentes realmente activos
de los extractos vegetales.
El medicamento más famoso del mundo ,la aspirina, tiene su origen en la corteza del sauce blanco. El paludismo
(también conocido como malaria) es una enfermedad infecciosa causada por parásitos del género Plasmodium. Este
sauce crecía en este entorno, y no le pasaba nada. La Teoría de las Signaturas es una idea que fue propuesta por el
famoso médico y alquimista del siglo XVI, Paracelso (1493-1541), quien creía que las plantas, y otros elementos
naturales, contenían "signaturas" o "señales" que indicaban su uso medicinal. Según esta teoría, la forma, el color o la
apariencia de las plantas reflejaban las enfermedades que podrían tratar. EN 1763, un tal Edward Stone presentó una
comunicación a la Royal Society de Londres que llevaba por título Acerca del éxito de la corteza del sauce en el
tratamiento de la fiebre.
Posteriormente se aisló el principio activo y se le nombró como salicina, además, se encontraron otras sustancias
parecidas químicamente a esta. Posteriormente se acetiló el ácido salicílico, uno de sus derivados es el ácido
acetilsalicílico (aspirina), patentado en por la farmacéutica alemana Bayer a finales del siglo XIX.
En 1803 Derosne obtuvo del opio un producto que llamó "sal de Derosne" o narcotina. Sertürner, dos años después, aisló
el morphium o morfina. Estas sustancias tenían la característica química de ser básicas, por lo que se les llamó alcaloides.
Wöhler, quien en 1818 fue capaz de sintetizar la urea, lo que mostró que la materia orgánica podía producirse
artificialmente en el laboratorio. Éste fue el germen de algo que podía ser capaz de hacer el hombre: obtener por síntesis
sustancias no existentes en la naturaleza con acciones no logradas o peor logradas por los productos naturales.
Qué es un principio activo: cualquier sustancia, ya sea de origen humano, animal, vegetal o químico, que se utiliza para
elaborar un medicamento y que produce el efecto para el que ha sido creado.
Es la sustancia responsable del efecto terapéutico de un medicamento o de una planta medicinal. Es el componente que
produce una acción específica en el organismo (como aliviar un dolor, reducir una inflamación, bajar la fiebre o combatir
una infección).
Un metabolito es una molécula producida durante el metabolismo, es decir, durante las reacciones químicas que
ocurren dentro de los seres vivos para mantener la vida. Estos compuestos cumplen funciones ecológicas importantes
para la planta y su medio.
Las plantas son capaces de sintetizar miles de compuestos químicos, ya que algunos de ellos son indispensables para su
crecimiento, desarrollo, reproducción y metabolismo básico, a los que conocemos como metabolitos primarios. Pero,
existe otro grupo de compuestos, que no son indispensables para el metabolismo básico de la planta, sino que su
síntesis ofrece a la planta ciertas ventajas, principalmente para su supervivencia. Estos compuestos se conocen como
metabolitos secundarios y tienen funciones primordiales en la defensa de las plantas, ya que son con los que hacen
frente al ataque de microorganismos patógenos y animales herbívoros, les sirven de protección contra las radiaciones
como la luz ultravioleta (UV) y de otras situaciones estresantes como las altas y bajas temperaturas, o bien, poco o
exceso de agua. Estos metabolitos secundarios que las plantas producen para su protección e interacción con el
ambiente, son precisamente los responsables del efecto terapéutico de las plantas, es decir, los medicamentos que
nosotros necesitamos para aliviar las diversas enfermedades que nos aquejan.
Existen diferentes tipos de metabolitos secundarios y se dividen en grupos de compuestos, dependiendo de la ruta
metabólica mediante la cual se sintetizan, por lo que también tienen semejanzas estructurales. Generalmente se
agrupan en alcaloides, compuestos fenólicos, esteroides y terpenoides, con sus respectivos derivados.
Que es un alcaloide: compuesto orgánico de origen natural que contiene, en su estructura, al menos un átomo de
nitrógeno en forma de una amina. La mayoría de los alcaloides se encuentran en plantas, aunque también pueden
hallarse en hongos, bacterias y animales. Muchos alcaloides tienen efectos potentes en el sistema nervioso de los
animales y humanos, por eso se usan como medicamentos, estimulantes, analgésicos o incluso venenos.
Ejemplo: morfina (analgésico potente, derivado del opio), cafeína (estimulante del sistema nervioso), Nicotina, Cocaína.
Compuestos fenólicos: es un tipo de molécula orgánica que contiene uno o más grupos fenólicos, es decir, un anillo de
benceno al que está unido al menos un grupo hidroxilo (-OH). Se encuentran principalmente en las plantas, donde
cumplen funciones importantes como defensa contra plagas, radiación ultravioleta y estrés oxidativo. Son antioxidantes
naturales. Tienen propiedades antimicrobianas, antiinflamatorias y anticancerígenas en algunos casos.
Ejemplos: Ácido salicílico (antiinflamatorio y analgésico; base de la aspirina, Flavonoides (antioxidantes; protegen células
del daño oxidativo), Taninos (antimicrobianos y antioxidantes; contribuyen al sabor y conservación de alimentos).
Ejemplo de flavonoides: apigenina, Inhibe el crecimiento de hongos patógenos; regula el desarrollo. Presente en el
perejil y la manzanilla.
Taninos: Proantocianidinas. Repele insectos; fortalece tejidos vegetales; acumulación en hojas y frutos inmaduros. Uva,
manzana, corteza de árbol.
Terpenoides: compuesto orgánico derivado de los terpenos, que son moléculas formadas por unidades de isopreno
(C₅H₈), y que han sido modificadas químicamente, por ejemplo, mediante la adición de oxígeno o la reorganización de su
estructura de carbono. Estas modificaciones son causadas por los procesos metabólicos de las plantas. Muchos
terpenoides son responsables del olor y sabor característicos de muchas hierbas, flores y frutas. Defensa contra
depredadores, atracción de polinizadores, y protección frente a estrés ambiental.
Ejemplos: Mentol (de la menta, efecto refrescante, usado en cosmética y medicina), Citral (en cítricos, aroma a limón,
con propiedades antimicrobianas), Carotenoides (pigmentos naturales. como el beta-caroteno en zanahorias,
antioxidantes y precursores de la vitamina A).
Carotenoide: Licopeno. Da color rojo a frutos; antioxidante; atrae animales para dispersión de semillas. Tomate, sandía,
pomelo rosado.
Fitoquímicos: compuestos químicos naturales presentes en plantas. Todos los fitoquímicos son metabolitos
secundarios, pero no todos los metabolitos secundarios son fitoquímicos. Por ejemplo, un alcaloide producido por una
planta es ambos: un metabolito secundario y un fitoquímico, pero un metabolito secundario producido por un hongo no
sería considerado un fitoquímico (porque no proviene de una planta).
Los medicamentos pueden ser desarrollados a partir de una gran variedad de fuentes: compuestos naturales, síntesis
química (medicamentos creados totalmente en el laboratorio, a veces inspirados en compuestos naturales),
Biotecnología o Ingeniería genética (se producen mediante organismos modificados genéticamente ,como bacterias o
células de mamífero).
La fitoquímica es la rama de la química que estudia los compuestos químicos producidos por las plantas, conocidos
como fitoquímicos. Estos compuestos no son esenciales para la vida de la planta como lo son las proteínas,
carbohidratos o lípidos, pero cumplen funciones importantes en la defensa, atracción de polinizadores o adaptación al
entorno.
Fases de desarrollo de un nuevo fármaco:
Proceso de Desarrollo y Comercialización de un Medicamento
1. Descubrimiento del principio activo
o Identificación de una diana terapéutica.
o Búsqueda de compuestos que puedan interactuar con dicha diana.
2. Investigación preclínica
o Evaluación de la seguridad y eficacia en modelos animales.
o Estudio de la farmacocinética y farmacodinámica del compuesto.
3. Ensayos clínicos
o Fase I: Pruebas en un pequeño grupo de voluntarios sanos para evaluar seguridad.
o Fase II: Evaluación de la eficacia y efectos secundarios en pacientes.
o Fase III: Confirmación de eficacia y monitoreo de efectos secundarios en una población más amplia.
4. Aprobación regulatoria
o Presentación de los resultados a agencias como la FDA (EE.UU.) o EMA (Europa).
o Revisión y aprobación para su comercialización.
5. Producción y distribución
o Fabricación a gran escala del medicamento.
o Distribución a hospitales, farmacias y otros puntos de venta.
6. Monitoreo post-comercialización
o Vigilancia de efectos adversos a largo plazo.
o Estudios adicionales para nuevas indicaciones terapéuticas.
Diferencia entre planta y planta medicinal:
Existe un gran número de especies vegetales que pueden clasificarse de muchas formas, especialmente por su aspecto,
uso e interacción con el medio ambiente; por ejemplo, existen las alimenticias, ornamentales, industriales y medicinales.
Son muchas las sustancias presentes en una especie vegetal, entre las que se encuentran componentes como
macronutrientes, micronutrientes y sustancias útiles para la planta, como ácidos nucleicos, prótidos, grasas y lipoides.
Las plantas generan metabolitos secundarios (fitoquímicos), como alcaloides, terpenos y flavonoides, entre otros. Es en
estos metabolitos en donde radica la importancia y uso de la especie como “planta medicinal”, ya que se ha demostrado
que ta les metabolitos, administrados en dosis adecuadas, producen efectos curativos en la prevención de sig nos y
síntomas de enfermedades simples e incluso complejas.
Hasta la fecha, se han identificado aproximadamente 390,900 especies de plantas conocidas por la ciencia. Este número
proviene de un informe del Royal Botanic Gardens de Kew, Reino Unido, que representa la primera evaluación global
exhaustiva de la flora mundial. En su informa mas reciente (2023), su quinto informe.
De las 390,000 especies de plantas conocidas, se estima que 35,000 a 50,000 especies tienen algún uso medicinal
documentado. Esto representa entre el 9% y 13% del total. la investigación científica sobre el sustento de las especies de
la herbolaria medicinal es muy poca; sólo el 15 % de las plantas existentes han tenido una evaluación fitoquímica o
farmacológica (es decir, aislamiento, purificación y caracterización fitoquímica), y sólo 6 % ha sido validada y verificada
con respecto a la actividad biológica o terapéutica adjudicada por la población.