INTRODUCCIÓN
En el Perú, los delitos contra el orden económico afectan el buen funcionamiento, estabilidad y
transparencia del sistema económico y financiero del país, es por ello que es de suma
importancia identificar cuáles son aquellas conductas establecidas como delitos por el derecho
económico, siendo así que “ el derecho económico tiene como fin la protección de los derechos
económicos y sociales de los ciudadanos. Esto incluye el derecho al trabajo, la vivienda,
la educación, la salud y otros aspectos esenciales para una vida digna. La investigación en
este campo ayuda a desarrollar normativas y políticas que promuevan el bienestar
económico de la población.(Skrypnyuk, Parkhomenko, & Оnishchenko, 2022)
Estos delitos afectan no solo a los acreedores individualmente, sino que también comprometen
la estabilidad del sistema crediticio en su conjunto, poniendo en riesgo la confianza en las
relaciones financieras y comerciales, lo que los diferencia de los delitos contra el patrimonio.
“En efecto, el denominador común de las diversas figuras delictivas que se enmarcan dentro
del título de los delitos contra la confianza y la buena fe en los negocios, radicaría en que todos
estos delitos, se cometen normalmente en el tráfico económico y patrimonial, es decir los
negocios”(Puccio, 2006). Aunque ambos tipos de delitos tienen como núcleo esencial la
protección del orden económico y patrimonial, los delitos contra el sistema crediticio buscan
salvaguardar los intereses económicos de los acreedores y mantener la estabilidad del sistema
financiero y comercial.
En ese contexto, se encuentran los delitos contra la confianza y la buena fe en los negocios, ya
antes mencionados, incluidos aquellos relacionados con la quiebra y la insolvencia fraudulenta,
los cuales guardan una estrecha relación con los fundamentos de la criminalidad económica.
Específicamente, estos delitos afectan el tráfico económico y patrimonial en su conjunto, y su
inclusión en el Código Penal de 1991 responde a la necesidad de proteger el orden económico
y evitar alteraciones que puedan perjudicar el sistema económico en su conjunto. La protección
no se dirige solo a la masa crediticia o a los derechos patrimoniales individuales, sino que
busca salvaguardar la estabilidad del orden económico global, que en estos casos aparece
vulnerado por conductas contrarias a la buena fe mercantil y a la confianza en las relaciones
comerciales.
2. DEFINICIÓN Y MARCO NORMATIVO
Se entiende por delito de atentado contra el sistema crediticio a aquellas conductas ilícitas
cometidas, generalmente por el deudor, su representante, administrador o liquidador, dentro de
un procedimiento de insolvencia, concurso preventivo, reprogramación de obligaciones u otro
procedimiento similar, que tienen como finalidad perjudicar a los acreedores y afectar el
funcionamiento y la estabilidad del sistema financiero y crediticio del país.
El marco normativo del delito de atentado contra el sistema crediticio en Perú está
principalmente contenido en el Artículo 209 del Código Penal peruano, que forma parte del
Título VI, Capítulo I, dedicado a los "Delitos contra la confianza y la buena fe en los negocios”
Artículo 209.- Actos Ilícitos
Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años e
inhabilitación de tres a cinco años conforme al Artículo 36 incisos 2) y 4), el deudor, la persona
que actúa en su nombre, el administrador o el liquidador, que en un procedimiento de
insolvencia, procedimiento simplificado, concurso preventivo, procedimiento transitorio u otro
procedimiento de reprogramación de obligaciones cualesquiera fuera su denominación,
realizara, en perjuicio de los acreedores, alguna de las siguientes conductas:
1. Ocultamiento de bienes;
2. Simulación, adquisición o realización de deudas, enajenaciones, gastos o pérdidas; y,
3. Realización de actos de disposición patrimonial o generador de obligaciones, destinados a
pagar a uno o varios acreedores, preferentes o no, posponiendo el pago del resto de
acreedores. Si ha existido connivencia con el acreedor beneficiado, éste o la persona que haya
actuado en su nombre, será reprimido con la misma pena.
Si la Junta de Acreedores hubiere aprobado la reprogramación de obligaciones en un
procedimiento de insolvencia, procedimiento simplificado, concurso preventivo, procedimiento
transitorio u otro procedimiento de reprogramación de obligaciones cualesquiera fuera su
denominación, según el caso o, el convenio de liquidación o convenio concursal, las conductas
tipificadas en el inciso 3) sólo serán sancionadas si contravienen dicha reprogramación o
convenio. Asimismo, si fuera el caso de una liquidación declarada por la Comisión, conforme a
lo señalado en la ley de la materia, las conductas tipificadas en el inciso 3) sólo serán
sancionadas si contravienen el desarrollo de dicha liquidación.
Si el agente realiza alguna de las conductas descritas en los incisos 1), 2) ó 3) cuando se
encontrare suspendida la exigibilidad de obligaciones del deudor, como consecuencia de un
procedimiento de insolvencia, procedimiento simplificado, concurso preventivo, procedimiento
transitorio u otro procedimiento de reprogramación de obligaciones cualesquiera fuera su
denominación, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de
ocho años e inhabilitación de cuatro a cinco años, conforme al Artículo 36 incisos 2) y 4).
3. CONCEPTOS PREVIOS PARA EL ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 209 CP.
3.1. La insolvencia
La insolvencia es una es una situación jurídica en la que una persona física, empresa o
institución (personas jurídicas) no puede hacer frente a los pagos que debe realizar (pasivo
exigible), porque éstos son superiores a sus recursos económicos disponibles (activos). El
deudor que se encuentra en estado de insolvencia también se le denomina fallido. Cuando el
fallido se encuentra declarado judicial en estado de insolvencia, se procede a un juicio de
insolvencia o procedimiento concursal, en el cual se examina si el fallido puede atender a parte
de la deuda con su patrimonio a las obligaciones de pago pendientes. En estos procesos, las
principales decisiones son tomadas y promovidas por los propios acreedores en coordinación
con las empresas, asumiendo el Estado, a través del Instituto Nacional de Defensa de la
Competencia y de la Propiedad Intelectual (INDECOPI), un rol supervisor de la legalidad de los
procesos.
3.2. Los procedimientos concursales
Los procedimientos concursales o de reprogramación mencionados en el artículo 209 del
Código Penal peruano son procesos legales aplicados cuando un deudor enfrenta dificultades
para cumplir con sus obligaciones financieras y busca una solución ordenada para satisfacer a
sus acreedores.
Según el artículo 209, estos procedimientos incluyen:
● Procedimiento de insolvencia
● Procedimiento simplificado
● Concurso preventivo
● Procedimiento transitorio
● Otros procedimientos de reprogramación de obligaciones, cualquiera sea su
denominación
Estos procedimientos tienen como finalidad principal la reorganización o reestructuración de las
deudas del deudor para proteger los intereses colectivos de los acreedores y evitar la
insolvencia fraudulenta.
3. BIEN JURÍDICO PROTEGIDO
Al respecto, como señala De la Rúa, existen ciertas variantes dependiendo de los derechos
patrimoniales que se vean afectados; así algunos, señalan que se lesiona el patrimonio propio
del deudor como prenda común de los acreedores; otros, en cambio, refiriéndose a la materia
de modo más específico en términos de la regulación de la quiebra, estiman que lo afectado es
el régimen de igualdad entre los acreedores (par conditio creditorum), que es uno de los
postulados principales del régimen jurídico especial propio de la quiebra1. Por otro lado, García
Cavero indica que, el bien jurídico objeto de protección en los delitos de insolvencia punibles es
la confianza que el acreedor deposita en el comerciante, la misma que aparece socavada en el
caso de que se suscite un incumplimiento de la prestación correspondiente, la misma que es
ejecutada mediante el correspondiente proceso judicial. En el caso de la legislación nacional, la
realización del tipo penal está orientada a la afectación de la expectativa normativa de conducta
de que los deudores no llevarán a cabo actos de disposición patrimonial, siempre que se trate
dentro de un procedimiento concursal con la finalidad de perjudicar a sus acreedores2. En
efecto el derecho de crédito de los acreedores se verá severamente limitado por el accionar del
deudor al disponer del mismo, tanto a la forma de efectivizarlo (pérdida de la acción singular; y
pérdida de la posibilidad de cobro preferente), como en cuanto a su monto, que pasa a
convertirse en un monto teórico que ascenderá a una suma incierta resultante no solo del
producido en la ejecución, sino, además de la aplicación de la igualdad de los acreedores (par
conditio creditorum), según su rango en orden a los privilegios. También su personería resultará
afectada, pues el derecho le impone una asociación obligatoria (la masa) con representación
necesaria, todo bajo el control jurisdiccional3.
4. TIPICIDAD OBJETIVA
Sujeto pasivo.-
Al encontrarnos en un delito especial, el administrador es elegido propiamente por la junta de
los acreedores quienes acuerdan la administración temporal en un proceso de reestructuración
1
DE LA RÚA, Jorge. Los delitos contra la confianza en los negocios. Caracas: Instituto de Ciencias
Penales y Criminológicas de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Política de la Universidad Central de
Venezuela, 1980. p. 50.
2
GARCÍA CAVERO, Percy. Fraude en la administración de persona jurídica y delitos contra la confianza
y la buena fe en los negocios. Lima: Palestra Editores, 2005. p. 139.
3
DE LA RÚA, Jorge. Op. cit.; p. 58.
patrimonial. En ese sentido, la imputación jurídica penal recaerá sobre la persona física que
ejerce el cargo. Así mismo, el liquidador asume sus funciones cuando el insolvente es
declarado en liquidación mediante resolución, el cual será nombrado por votación directa de los
acreedores.
Sujeto pasivo.-
Persona natural o jurídica, es decir, aquellos acreedores cuyo crédito ha sido reconocido por la
autoridad concursal, incluyendo, además, a aquellos trabajadores cuyos créditos laborales
pueden verse burlados.
5. ANÁLISIS DE LOS INCISOS
5.1. OCULTAMIENTO DE BIENES
Se refiere al acto de ocultar bienes para perjudicar al acreedor, pues se entiende que este tipo
de delitos cause o agrave la insolvencia del deudor, impidiendo que los acreedores puedan
cobrar sus créditos sobre el patrimonio afectado, empleada por diversos métodos, tanto
físicos, como esconder objetos valiosos o trasladarlos a lugares inaccesibles, en el caso de
jurídicos se da por ejemplo en , ventas ficticias, traspasos de créditos, hipotecas simuladas,
donaciones fraudulentas o simulación de deudas. También se considera ocultación la
presentación de información falsa sobre la situación económica del deudor.
Es importante destacar que la ocultación requiere una acción positiva; no se considera
ocultación la simple omisión o la falta de inclusión de bienes en un balance, sino la conducta
activa de esconder o falsear información. La insolvencia punible o fraudulenta es la
consecuencia directa de estas acciones.
Por otro lado la ocultación puede ser total, cuando se desaparecen todos los bienes o parcial, si
se oculta solo una parte suficiente para impedir que los acreedores recuperen sus créditos. En
cualquier caso, el resultado es que el activo del deudor aparece menor que el pasivo, lo que
hace imposible cumplir con las obligaciones pendientes.
En ese entender, la ley no sanciona la insolvencia en sí misma, sino la conducta dolosa que la
provoca. Esto significa que solo se castigan los actos intencionales o fraudulentos que generan
el desequilibrio económico entre activos y pasivos. Se excluyen los casos fortuitos o por
negligencia simple, aunque sí se penalizan las conductas dolosas que agravan una insolvencia
ya existente, incluso si esta tuvo un origen fortuito o culposo.
5.2. DELITO DE SIMULACIÓN, ADQUISICIÓN O REALIZACIÓN DE DEUDAS,
ENAJENACIONES, GASTOS O PÉRDIDAS EN AGRAVIO DE LOS ACREEDORES
Se trata del aumento del pasivo del deudor concursado de una manera fraudulenta y como
consecuencia de ello de una disminución del pasivo. La ley señala diferentes conceptos por los
que se puede ver disminuido el patrimonio del deudor; a saber: deudas, enajenaciones, gastos
o pérdidas. Aunque cada uno de estos conceptos tienen diferentes significados y cada uno de
ellos sus propias connotaciones sobre todo en el terreno jurídico, como lo señala Peña
Cabrera, no toda disminución del patrimonio por cualquiera de los conceptos mencionados
adquiere relevancia típica, sino que es necesario cierto elemento defraudatorio4.Se refiere a
cuando el deudor de una forma fraudulenta incrementa su pasivo simulando pérdidas o gastos
que son o han sido inexistentes en la labor comercial del deudor. El hecho de que el deudor
recurra a una simulación fraudulenta en detrimento de su patrimonio, configura por sí misma un
acto de defraudación suficiente para dar relevancia típica a esta conducta. En ese sentido, esta
conducta no adquiere relevancia típica per se, sino que debe de tratarse de actos de
endeudamiento o de reducción patrimonial no justificados o autorizados5.
5.3. REALIZACIÓN DE ACTOS DE DISPOSICIÓN PATRIMONIAL
La realización de actos de disposición patrimonial hace referencia a las acciones que un deudor
lleva a cabo para modificar, enajenar o reducir su patrimonio, en circunstancias en las que
estos actos puedan estar motivados por fines fraudulentos, especialmente en situaciones de
4
PEÑA CABRERA. Tratado de Derecho penal, parte especial. II-B. Lima, 1995. p. 698.
5
GARCÍA CAVERO, Percy. Op. cit.; p. 154.
insolvencia o riesgo de insolvencia. Estos actos incluyen enajenaciones de bienes, gastos
excesivos, pérdidas no justificadas o cualquier disposición del patrimonio que tenga como
finalidad disminuir el patrimonio del deudor en perjuicio de los derechos de los acreedores.
La ley penal busca proteger la efectividad del crédito y la expectativa legítima de los acreedores
de que podrán cobrar sus créditos con el patrimonio del deudor. Cuando el deudor, buscando
evadir sus obligaciones o para disminuir su pasivo, realiza actos que afectan su patrimonio,
esto puede configurarse como un delito de simulación, adquisición o realización de deudas,
enajenaciones, gastos o pérdidas en agravio de los acreedores, siempre que exista un
elemento defraudatorio claro, como la simulación o la ocultación de bienes,.
Por ejemplo, si un deudor, en pleno proceso de insolvencia, enajena bienes valiosos a precios
por debajo del mercado con la finalidad de esconderlos, con el propósito de impedir que los
acreedores puedan cobrarlos, está cometiendo un acto de disposición patrimonial con fines
fraudulentos. Esto puede ser sancionado penalmente porque afecta la finalidad del sistema
jurídico que es garantizar la igualdad entre los acreedores y proteger el patrimonio del deudor
en la medida necesaria para pagar las obligaciones.
C
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
● DE LA RÚA, Jorge. Los delitos contra la confianza en los negocios. Caracas: Instituto de
Ciencias Penales y Criminológicas de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Política de la
Universidad Central de Venezuela, 1980. p. 50.
● GARCÍA CAVERO, Percy. Fraude en la administración de persona jurídica y delitos
contra la confianza y la buena fe en los negocios. Lima: Palestra Editores, 2005. p. 139.
● DE LA RÚA, Jorge. Op. cit.; p. 58.
● PEÑA CABRERA. Tratado de Derecho penal, parte especial. II-B. Lima, 1995. p. 698.
● GARCÍA CAVERO, Percy. Op. cit.; p. 154.