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Restaura y Cuida Tu Amistad Con Dios - Gonzalo Sanabria

El documento aborda la importancia de restaurar y cuidar la amistad con Dios, enfatizando que una verdadera relación con Él se basa en la confianza, la honestidad y el diálogo constante. Se menciona que la amistad con Dios es más valiosa que la amistad con el mundo, y que esta relación trae paz, bendiciones y revelaciones de sus secretos. Además, se destaca el papel del Espíritu Santo como consolador y guía en la vida del creyente.

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Restaura y Cuida Tu Amistad Con Dios - Gonzalo Sanabria

El documento aborda la importancia de restaurar y cuidar la amistad con Dios, enfatizando que una verdadera relación con Él se basa en la confianza, la honestidad y el diálogo constante. Se menciona que la amistad con Dios es más valiosa que la amistad con el mundo, y que esta relación trae paz, bendiciones y revelaciones de sus secretos. Además, se destaca el papel del Espíritu Santo como consolador y guía en la vida del creyente.

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GONZALO SANABRIA ANZOLA

Restaura y cuida tu amistad con


Dios

Sermones para predicar sobre la comunión con


Dios.
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BOSQUEJOS Y SERMONES DE LA BIBLIA PARA PREDICAR.

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Todos los derechos reservados. Ninguna porción de éste libro podrá ser
reproducida, almacenada o transmitida sin autorización expresa del autor. Las
citas bíblicas han sido tomadas de la Biblia Versión Reina-Valera de 1960, de
las sociedades Bíblicas, a menos que se indique otra cosa.

Restaura y cuida tu amistad con Dios

Con frecuencia al evaluar nuestra vida espiritual nos podemos hallar secos y
estériles, sin vida en nuestra comunión con Dios; de pronto la rutina religiosa
se ha tomado nuestra relación con el Señor y sólo oramos para cumplir con un
deber religioso, pero no hay pasión, el fuego por Dios se ha ido apagando y ya
no hay aquel primer amor que el Señor nos pide.
Es necesario restaurar lo que hemos descuidado, volver a las primeras obras y
a esos primeros tiempos de búsqueda de la presencia de Dios, es vital buscar
a Dios, pues él mismo dijo: “Buscadme y viviréis”.

La confianza es fundamental en una amistad. Santiago 2:23.


“Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado
por justicia, y fue llamado amigo de Dios”.
Una verdadera amistad tiene como fundamento la confianza, y ésta a su vez
requiere honestidad y transparencia. Cuando hay mentiras, engaños e
hipocresías en una relación no podemos hablar de amistad, más bien es un
compañerismo basado en el interés personal, es una relación egoísta.
Hay personas que incluso pueden llegar a descuidar su familia y hasta romper
su matrimonio por los “amigos”, no faltará incluso quien le diga a su cónyuge:
“primero está mi amigo fulano que usted”. Por supuesto hablamos de una
amistad distorsionada, pues un verdadero amigo o amiga nunca procura ni
genera el mal para la otra persona.
No es un verdadero amigo o amiga aquella persona que te incita a hacer lo
malo, o que cubre las malas acciones justificando el pecado, un verdadero
amigo te acerca a Dios, no te aleja de él.
La Biblia nos dice que Abraham fue llamado “amigo de Dios”. El mismo
versículo de Santiago 2:23 nos dice que “Abraham le creyó a Dios”, creerle al
Señor implica confianza y fe. En el contexto de éste versículo el Espíritu Santo
viene hablando de aquel momento en el que Abraham ofrece en sacrificio a su
hijo Isaac.
En aquel tiempo Abraham fue probado, porque la amistad con Dios será
probada. No es difícil ser amigo cuando todo está bien, de hecho cuando hay
prosperidad hay muchos “amigos”, pero en los tiempos de prueba la verdadera
amistad se deja ver.
Aunque era algo muy difícil lo que Dios le estaba pidiendo a Abraham, el
decidió obedecer, le creyó al Señor y fue llamado amigo de Dios. La vida de
Abraham fue una vida de fe, desde que fue llamado de Ur de los caldeos su
caminar fue un sendero de fe, él puso su corazón en las palabras de Dios, y eso
agradó al Señor.
Su amistad llegó a tal punto que Dios no le ocultó lo que pensaba hacer con
Sodoma y Gomorra, en varias ocasiones lo visitó y habló con él, Dios le
revelaba sus planes y propósitos.
La amistad implica dialogo, hay amigos que pasan horas juntos y hablan por
largo tiempo. De igual manera si deseamos construir amistad con Dios es
necesario invertir tiempo en el dialogo con él.

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La amistad con Dios es mucho más valiosa que la amistad con el mundo.
Santiago 4:2-5.

“Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar;


combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no
recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. ¡Oh almas
adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?
Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de
Dios. ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho
morar en nosotros nos anhela celosamente?”.
En este pasaje el apóstol Santiago por el Espíritu Santo nos enseña el porqué
de muchas oraciones nuestras sin respuesta. Son peticiones inspiradas en
nuestros propios deseos y no en la voluntad de Dios.
Son peticiones inspiradas por la codicia y la envidia de nuestro corazón, son
deseos que procuran satisfacer nuestros deleites y no procuran la gloria de
Dios en la tierra. Por eso dice el texto: “Pedís, y no recibís, porque pedís mal,
para gastar en vuestros deleites”.
Ante esta situación dice el Señor: “almas adúlteras”. Sabemos que nuestra
alma está compuesta por la voluntad, la mente y las emociones; y la palabra
“adulterio” hace referencia a aquella relación extramatrimonial, es la
infidelidad causada por uno de los cónyuges; entonces hablamos de aquellos
deseos, pensamientos y decisiones con las que somos infieles a Dios.
Seguidamente nos dice el pasaje que “la amistad del mundo es enemistad
contra Dios”, y va más allá diciendo que el que se hace amigo del mundo se
hace enemigo de Dios. ¿Quién es aquella persona que se hace amiga del
mundo?
Con frecuencia podemos caer en la trampa de los deseos de los ojos, los
deseos de la carne y la vanagloria del mundo, cosas que son pasajeras. Esta
carta es dirigida a la iglesia de Jesucristo, entonces hablamos de creyentes que
hacen amistad con el mundo, pero ¿cuál es ese mundo?
La palabra “mundo” aquí se traduce del término griego “Kosmos” que además
significa: adorno, decoración, ornamento, gente. Entonces hablamos de aquella
condición en la que el cristiano empieza a amar y valorar más los adornos y
brillo de ésta tierra que la presencia de Dios, el cristiano aprecia y valora más
los ornamentos y resplandor del mundo que las cosas del Señor.
Es cuando el cristiano cambia un tiempo con Dios por cosas terrenales y
pasajeras. Es cuando el cristiano seducido por el brillo de este mundo deja de
congregarse para vivir otras experiencias. Por ejemplo, Esaú cambio el
privilegio de ir a la presencia de Dios por un plato de lentejas.
El versículo cinco de Santiago cuatro nos recuerda que somos templo o
morada del Espíritu Santo de Dios, el cual nos ha sido dado precisamente para
santificarnos. La palabra “santificar” significa apartar, consagrar, separar para
Dios. Por eso el Espíritu Santo nos anhela celosamente para Dios.
El diablo vino a Jesús mientras ayunaba en el desierto y lo llevó a un monte
alto y le mostró los reinos de la tierra y la gloria (resplandor) de ellos, y le
dijo: “todo esto te daré, si tú postrado me adorares”. Jesús respondió y le
dijo: “Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a
él solo servirás”. Lucas 4:5-8.
No cambies tu adoración a Dios por la amistad con el mundo, porque nunca el
mundo podrá darte lo que sólo Jesucristo puede entregarte.
Nunca vendas tu amistad con Dios por la amistad con el mundo, porque lo que
éste te ofrece es pasajero y terrenal, lo que Dios tiene para ti es eterno y
celestial, lo que Dios tiene para ti es incorruptible y permanece para
siempre.

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GONZALO SANABRIA).

La amistad con Dios te libra del mal y te bendice en abundancia.


Job 22:21-28.
“Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; y por ello te vendrá bien.
Toma ahora la ley de su boca, y pon sus palabras en tu corazón. Si te volvieres
al Omnipotente, serás edificado; alejarás de tu tienda la aflicción; tendrás más
oro que tierra, y como piedras de arroyos oro de Ofir; el Todopoderoso será tu
defensa, y tendrás plata en abundancia.
Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente, y alzarás a Dios tu rostro.
Orarás a él, y él te oirá; y tú pagarás tus votos. Determinarás asimismo una
cosa, y te será firme, y sobre tus caminos resplandecerá luz”.
Este pasaje nos muestra múltiples bendiciones como resultado de “volver en
amistad con Dios”. La Biblia nos dice que por tener amistad con Dios nos
vendrá bien, y si acogemos su palabra en nuestro corazón (porque la amistad
con Dios está ligada a la amistad con su palabra).
Si fortalecemos o restauramos nuestra amistad con Dios seres edificados y no
destruidos, se alejará de nuestra casa (tienda) la aflicción, vendrán
bendiciones materiales en abundancia, Dios mismo será nuestro escudo y
defensa.
Como resultado de nuestra amistad con Dios nuestra comunión con él será un
deleite, cada momento con él será deseado, estar en su presencia será el mayor
y más importante deseo de nuestra vida.
No será una oración o rezo rutinario y desgastante, será un deleite, por eso
dice: “entonces te deleitarás en el Omnipotente”, y él escuchará nuestras
oraciones, que ya no estarán inspiradas en nuestros deseos o deleites egoístas,
sino que cada oración buscará con sinceridad hacer la buena voluntad del
Señor.
¿Por qué? Porque estaremos enamorados de Dios, y cuando estás enamorado
no piensas en nadie más sino en tu amor y en todo lo que podrás hacer para
agradarle.
Es muy interesante ver la traducción de éste pasaje (Job 22:24-25) en la
Biblia de las Américas y en la Nueva Versión Internacional, pues aquí se nos
enseña que al poner todo lo material en segundo lugar, será Dios nuestro oro,
será la presencia del Señor nuestro tesoro, veamos:
LBLA “Si pones tu oro en el polvo, y el oro de Ofir entre las piedras de los
arroyos, el Todopoderoso será para ti tu oro y tu plata escogida”.
NVI “Si tu oro refinado lo arrojas por el suelo, entre rocas y cañadas, tendrás
por oro al Todopoderoso, y será él para ti como plata refinada”.
Estas traducciones nos recuerdan que todo lo material debe ocupar un segundo
lugar, a esto la Biblia llama “añadiduras”, si buscamos a Dios y su justicia
primero, las demás cosas vendrán como resultado. Recuerda: donde esté tu
tesoro allí también estará tu corazón. Darle a Dios el primer lugar deja en
evidencia que él es tu tesoro.

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estudiar y predicar).

La amistad con Dios te permitirá conocer sus secretos.


Juan 15:12-15.
“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.
Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré
siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado
amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer”.
Debemos recordar que el Señor Jesús en esta ocasión está reunido solamente
con sus doce discípulos, allí les enseña muchas cosas, como por ejemplo que
un verdadero amigo da su vida por aquellos que ama.
En el versículo catorce el Señor Jesús dice: “Vosotros sois mis amigos, si
hacéis lo que yo os mando”. Sin duda el deseo nuestro es renovar y fortalecer
nuestra amistad con Dios, y este versículo nos recuerda que la desobediencia
afecta nuestra amistad con el Señor.
La rebelión de nuestro corazón ha sido siempre un enemigo y obstáculo en la
amistad con Dios. Desde Adán en el huerto del Edén la desobediencia ha
afectado nuestra amistad con Dios, cuando Adán pecó fue expulsado del Edén
y en el tiempo de Dios el Señor Jesucristo vino a morir en la cruz por nuestros
pecados y a restaurar esa amistad con Dios.
Es muy importante valorar y cuidar la amistad con Dios, cuidémonos entonces
de hacer aquellas cosas que dañan nuestra comunión con el Señor.
En el versículo quince Jesús les dice a sus discípulos que trascienden en su
relación con Dios, irán más allá, pues no serán ahora solamente siervos sino
que serán amigos de Jesús, y por eso a partir de ese momento tendrán una
mayor revelación de los secretos de Dios.
Recordemos que el apóstol por el Espíritu dijo: “Cosas que ojo no vio, ni
oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado
para los que le aman, y nos son reveladas por el Espíritu Santo para que
sepamos lo que Dios nos ha concedido” 1 Corintios 2:9-12.
Jesús partió de la tierra y envió al Espíritu Santo, nunca Dios nos dejará solos,
los amigos terrenales son pasajeros, te pueden decepcionar y traicionar; Dios
nunca te dejará ni te abandonará: Juan 14:16-18
“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros
para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque
no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y
estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros”.

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El Espíritu Santo es nuestro “Parakletos”.


Juan 14:26.
“Más el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre,
él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”.
Aquí el Consolador, el Espíritu Santo, nos dice la Biblia viene para
enseñarnos y recordarnos lo que Jesús dijo. Uno que enseña es un maestro, y
así como Jesús fue maestro para los discípulos, quiere el Espíritu Santo ser
maestro nuestro.
La pablara “Consolador” se traduce del término griego “parakletos” que
además quiere decir: intercesor, abogado, llamado al lado de uno, uno que
presta ayuda, consejero, ayudador (¿no es éste un verdadero amigo?).
Entonces el Espíritu Santo ha sido enviado para estar a tu lado, es uno que te
defiende y ayuda, es quien quiere aconsejarte.
Juan 15:26 “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del
Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio
acerca de mí” nos enseña que una de las cosas que el Consolador hará será
darnos testimonio de Jesús, él hará a Jesús más real en nosotros y en nuestra
vida, él mismo nos enseñará a amar más a Jesús.
Juan 16:7 “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si
no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo
enviaré” Jesús les dice a sus discípulos que es conveniente que él se vaya,
pues de esta manera vendría el Consolador.
Jesús en su cuerpo humano no podía estar en todo lugar ni en todos aquellos
que habrían de creer en él. Cristo vino a salvarnos y el Espíritu Santo a
ungirnos y a santificarnos, a llevarnos más a Cristo, él nos anhela celosamente
y por eso nos acerca más a Dios.
El Espíritu Santo no sólo quiere manifestarse con su poder en cada reunión o
iglesia, él desea tener comunión, amistad con cada hijo de Dios. Él está
esperando que te acerques a él, él no es atrevido, no entrará impetuosamente
en tu vida, él espera que empieces a invocarlo, él espera que le busques como
a un amigo, cuando desarrollas amistad con el Espíritu Santo él llegará
primero a la cita de encuentro contigo.
Reflexión final: Es tiempo de volverse a Dios, es tiempo de restaurar nuestra
amistad con el Espíritu Santo, es tiempo de tomar decisiones y despojarnos de
aquello que está estorbando nuestra amistad con Jesucristo. Si deseamos no
caer en una vida religiosa, seca y llena de rutinas que no edifican, debemos
volvernos en amistad con Dios.

Esperamos que este libro haya sido de tu agrado.


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