FACULTAD: DERECHO
CURSO: TEORÍA GENERAL DEL PROCESO
DOCENTE:
TEMA: ANALISIS DE CASACIÓN NRO 1645-2016 AREQUIPA
GRUPO: 01
INTEGRANTES:
Oscar Luis De La Cruz Cusi Huamán
Araujo Escobar Bryam
Fernando Oscar López Mego
Jesús Manuel Salvador Anchayhua
Junior ventura zurita
Johnny Félix Condo Mamani
Eduardo Diego Mendoza Mamani
2025
CASACIÓN N. ª 1645-2016 AREQUIPA
1.Resumen
La Casación N.º 1645-2016 Arequipa surge a raíz de una demanda de nulidad de
acto jurídico presentada por la parte demandante, quien argumentó que la
compraventa de un inmueble no cumplía con los requisitos legales debido a la
existencia de un fin ilícito y la contravención al orden público.
El demandante sostuvo que el vendedor no tenía la facultad de disponer del bien, ya
que existían derechos previos de terceros sobre la propiedad, lo que tornaba la
transacción en un acto contrario a la ley. En este sentido, la compraventa afectaba
derechos legítimos de otras personas y, por ende, debía ser declarada nula.
En primera instancia, el juzgado competente declaró infundada la demanda,
argumentando que el comprador del inmueble actuó de buena fe y que la operación
se realizó conforme a los requisitos formales estipulados en el Código Civil peruano.
Posteriormente, en segunda instancia, la Sala Superior confirmó la sentencia de
primera instancia, sosteniendo que la protección al tercero registral de buena fe era un
principio fundamental del sistema jurídico, el cual debía prevalecer sobre cualquier
posible irregularidad anterior en la cadena de titularidad del bien.
Ante la confirmación de la sentencia desfavorable, el demandante interpuso recurso
de casación, invocando la indebida interpretación del artículo 2014 del Código Civil
peruano y argumentando que la seguridad jurídica en las transacciones no podía
amparar actos ilícitos. La Corte Suprema admitió el recurso y procedió con la revisión
del caso, estableciendo un criterio fundamental respecto a los límites de la buena fe
registral y su relación con la nulidad de actos jurídicos.
2. Análisis
El análisis de este caso gira en torno a dos principios jurídicos fundamentales que
entraron en conflicto:
1. El principio de protección al tercero de buena fe (artículo 2014 del Código
Civil peruano), que busca garantizar la seguridad en las transacciones
inmobiliarias y proteger a quienes adquieren bienes confiando en la
información de los registros públicos.
2. El principio de nulidad de actos jurídicos con fin ilícito o en
contravención al orden público, el cual establece que ningún acto contrario a
la ley puede generar derechos o ser amparado por el sistema legal.
El demandante argumentó que el inmueble fue transferido de manera irregular, ya que
el vendedor carecía de la facultad legal para disponer del bien, pues existía una
controversia previa sobre su titularidad. Alegó que, a pesar de que el comprador
realizó la transacción con base en la información registral, ello no podía convalidar un
acto jurídico que lesionaba derechos de terceros y que tenía un fin ilícito.
Por otro lado, el demandado defendió la validez de la compraventa, sosteniendo que
actuó con diligencia y adquirió el inmueble de buena fe, confiando en el Registro de
Propiedad Inmueble, donde no figuraban restricciones ni limitaciones en la titularidad
del bien. Según su postura, si existieron irregularidades previas en la cadena de
transferencias, estas no podían afectar su derecho legítimo como adquirente de buena
fe.
Al llegar el caso a la Corte Suprema, esta debía determinar si la protección al tercero
de buena fe era un criterio absoluto o si podía ceder ante pruebas que demostraran la
existencia de un acto ilícito previo. El análisis se centró en evaluar la jurisprudencia
existente y en interpretar de manera armónica las disposiciones del Código Civil para
evitar que se generaran precedentes contradictorios.
La sentencia final de la Corte Suprema tuvo un impacto relevante en la jurisprudencia
peruana, al precisar que la protección al tercero de buena fe no es absoluta y que, si
se demuestra la existencia de un acto ilícito o en contravención al orden público, la
nulidad del acto jurídico puede proceder, independientemente de la confianza
depositada en el sistema registral.
3. Controversia
La controversia en este caso se centra en la siguiente pregunta: ¿Debe prevalecer la
seguridad jurídica del tercero de buena fe o la nulidad de los actos jurídicos
cuando se demuestra la existencia de un fin ilícito?
Este conflicto pone en tensión dos valores fundamentales del derecho civil:
1. La seguridad en las transacciones comerciales y la confianza en los
registros públicos. Si un comprador adquiere un inmueble en base a
información registral aparentemente válida, debe ser protegido para evitar la
inseguridad en los negocios jurídicos.
2. La primacía de la legalidad y la necesidad de evitar que actos ilícitos
generen derechos. No se puede permitir que una persona se beneficie de un
acto que vulnera la ley, incluso si actuó sin dolo o desconocía la irregularidad.
Desde mi perspectiva, la decisión de la Corte Suprema es acertada, ya que permite
equilibrar ambos principios sin sacrificar la legalidad. La protección al tercero de buena
fe no puede servir como un escudo absoluto para validar actos que violen derechos de
terceros.
Sin embargo, también es importante señalar que este criterio puede generar
inseguridad en el tráfico inmobiliario. Si un comprador puede perder su propiedad aun
cuando actuó de buena fe, se crea un riesgo que puede desincentivar las inversiones.
Por ello, es crucial que existan mecanismos de verificación más rigurosos para
prevenir este tipo de situaciones y que el Estado garantice una mayor certeza en los
registros públicos.
4. Conclusiones
Tras el análisis del caso, se pueden extraer las siguientes conclusiones:
1. El principio de protección al tercero de buena fe no es absoluto. Aunque
el artículo 2014 del Código Civil peruano busca garantizar la seguridad en las
transacciones, no puede utilizarse para validar actos jurídicos que vulneran
derechos de terceros o que tienen un fin ilícito.
2. Los registros públicos no siempre reflejan la realidad jurídica de los
bienes. Este caso demuestra que la información registral puede ser
insuficiente para garantizar la legitimidad de una transacción. Se recomienda
que los compradores realicen una investigación más profunda, incluyendo
antecedentes judiciales o administrativos sobre la propiedad.
3. Es necesario fortalecer los mecanismos de control y supervisión del
tráfico inmobiliario. Para evitar conflictos como este, el Estado debe mejorar
la fiscalización de los registros y establecer sistemas más eficaces para la
detección de irregularidades en la titularidad de los bienes.
4. El fallo sienta un precedente importante en la jurisprudencia peruana. La
decisión de la Corte Suprema establece un criterio claro sobre los límites de la
buena fe registral, lo que permitirá una mejor orientación en futuros casos de
nulidad de actos jurídicos.
5. Debe haber un equilibrio entre seguridad jurídica y justicia material. Si
bien es importante proteger a quienes adquieren bienes confiando en la
información oficial, esta protección no puede servir para legitimar actos ilícitos.
La sentencia de la Corte Suprema reafirma que la justicia material debe
prevalecer sobre formalismos que puedan generar impunidad.
Este caso refuerza la necesidad de revisar y actualizar el marco normativo sobre
transferencia de bienes inmuebles en el Perú, garantizando mayor transparencia y
seguridad tanto para vendedores como para compradores.
5. Referencias bibliográficas
Zúñiga Rodríguez, J. A. (2022). Informe sobre la casación de la Sala Civil
Permanente de la Corte Suprema de Justicia n.º 1645-2016 Arequipa. Pontificia
Universidad Católica del Perú. https://tesis.pucp.edu.pe/items/d22c32a5-b5c8-
464d-9c01-832d60e20946