“El Bosque de las Maravillas”
En las afueras del pueblo de Arboleda, se extendía
un bosque antiguo y misterioso llamado El Bosque de
las Maravillas. Los ancianos decían que allí, los
árboles susurraban historias al viento, los animales
entendían el lenguaje humano, y las flores brillaban
como estrellas al caer la noche.
Lía, una niña valiente y curiosa, había escuchado
esas leyendas desde pequeña. Un atardecer, mientras
leía un libro polvoriento en la biblioteca del pueblo,
encontró un mapa envejecido con estas palabras:
"Quien llegue al corazón del bosque, descubrirá un
poder único".
Decidida a explorar, Lía empacó su mochila
resistente con una linterna plateada, un pañuelo rojo
(regalo de su abuela) y un puñado de semillas
aromáticas. Al cruzar el límite del bosque, sintió un
aire fresco cargado de olor a hojas húmedas y flores
silvestres.
De pronto, un sendero de piedras brillantes
apareció ante ella. Según el mapa, debía seguirlo
hasta un río de aguas cristalinas. Allí, un zorro de
pelaje dorado la esperaba:
Lía respondió sabiamente, y el zorro, con una
sonrisa, le entregó una llave tallada en madera. Más
adelante, en un claro iluminado por luciérnagas,
encontró un árbol gigantesco cuyas raíces formaban
una puerta. Al abrirla con la llave, descubrió que el
"tesoro" era un jardín secreto donde los animales del
bosque celebraban su amistad eterna con los humanos
que respetaban la naturaleza.