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Nueva Orden en El Caso de Daddy Yaneek y Mireddys González

Lee aquí la declaración de "no ha lugar" a moción de desestimación radicada por Mireddys González.

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CA2025CV00679 11/06/2025 04:56:38 p.m.

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ESTADO LIBRE ASOCIADO DE PUERTO RICO


TRIBUNAL DE PRIMERA INSTANCIA
CENTRO JUDICIAL DE CAROLINA
SALA SUPERIOR

RAMÓN L. AYALA RODRÍGUEZ, A.K.A CIVIL NÚM. CA2025CV00679


DADDY YANKEE, por sí y en SALA: 403
representación de EL CARTEL
RECORDS, INC. y LOS CANGRIS, INC.
Demandantes SOBRE:

VS. VIOLACIÓN DEBERES FIDUCIARIOS;


INCUMPLIMIENTO DE CONTRATO,
MIREDDYS GONZÁLEZ ACCIÓN EN DAÑOS
CASTELLANOS, AYEICHA GONZÁLEZ
CASTELLANOS,
Demandados

RESOLUCIÓN

El 4 de marzo del 2025, los demandantes Ramón L. Ayala Rodríguez, a.k.a

Daddy Yankee, por sí y en representación de El Cartel Records, Inc. y Los Cangris,

Inc., presentaron contra las demandadas Mireddys González Castellanos y Ayeicha

González Castellanos, una demanda por violación deberes fiduciarios,

incumplimiento de contrato, daños y perjuicios. En síntesis, se alega en la demanda

que las corporaciones El Cartel Récords, Inc. y Los Cangris, Inc., se constituyeron

por el demandante Ayala Rodríguez, Daddy Yankee, como instrumentos para el

desarrollo de su actividad artística y profesional; que con el objetivo de concentrarse

en el desarrollo de su gestión artística y así generar ingresos que redundarán en

beneficio de las empresas, mediante el flujo constante de ingresos producto de sus

intervenciones y creaciones, el demandante Ayala Rodríguez depositó su confianza a

su, en ese entonces, esposa Mireddys. A ésta se le encomendó manejar los asuntos y

la administración de las entidades corporativas El Cartel y Los Cangris.

Los demandantes continúan alegando que la demandada, Mireddys González

Castellanos, en la gestión que le fue delegada, reclutó a su hermana Ayeicha como

directora y oficial de la entidad. Tanto Mireddys como Ayeicha González Castellanos

se fijaron y recibieron compensaciones económicas con los recursos de la empresa.

Según los demandantes, las demandadas tomaron decisiones negligentes y egoístas

que resultaron perjudiciales tanto para las empresas, como para el Sr. Ayala

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Rodríguez en su carácter personal y como artista; no rindieron cuentas precisas de

sus gestiones, desatendieron formalidades y exigencias de la legislación corporativa,

tomaron decisiones financieras poco responsables, manejaron negligentemente la

contabilidad, no se ocuparon de hacer citaciones, actas, constancias o registros de

transacciones importantes, obviaron la celebración de juntas y reuniones, y

enajenaron indebidamente al Sr. Ayala Rodríguez de la toma de decisiones; no

proveían documentación indispensable sobre la operación de las empresas, las

giras/presentaciones musicales del demandante, el contrato de venta del catálogo

final junto a todos los anejos, documentos de apoyo y estados subsiguientes a la

transacción, contratos vigentes, informes de regalías, y la información financiera

corporativa.

Los demandantes continúan alegando que las demandadas eran las oficiales

de las entidades y como tal incurrieron en conducta displicente, falta de lealtad y

constitutiva de dejadez administrativa, violentando su deber de fiducia para los

demandantes; que incurrió en actuaciones imprudentes, mal intencionadas

afectando la carrera artística del demandante, imposibilitando el recibo de ingresos

a los que tenía derecho como artista, intérprete y compositor, menoscabando sus

ganancias por el desvío de recursos y falta de constatación de gastos y desembolsos.

Según los demandantes, el proceder de las demandadas ha sido imprudente,

malicioso, desleal y en abierta violación a las obligaciones fiduciarias que les imponen

los artículos 2.03. 4.03 y 4.04 de la Ley General de Corporaciones de 2011, todo lo

cual ha ocasionado daños económicos y pérdidas cuantiosas.

El 9 de mayo del 2025, las demandadas Mireddys González Castellanos y

Ayeicha González Castellanos presentaron una solicitud de desestimación. Las

demandadas alegan en síntesis que, de los hechos alegados en la demanda, no

permiten inferir que las demandadas hayan incurrido en conducta que implique

“malicia, abuso de facultades, negligencia crasa o grave, violación de ley o que las

actuaciones imputadas, aun tomando las alegaciones como ciertas, las demandadas

están protegidas bajo la doctrina del juicio comercial (“business judgment rule”).

Según la parte demanda, la demanda presentada en su contra debe desestimarse,

porque la misma no alega hechos suficientes para una reclamación de alegada

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violación de deberes de fiducia o porque las mismas alegaciones destruyen la

reclamación.

El 6 y 11 de junio del 2025, los co-demandantes, El Cartel Records, Inc., Los

Cangris, Inc., y Ramón L. Ayala Rodríguez presentaron respectivamente su Oposición

A “Solicitud De Desestimación”. Los demandantes antes mencionados, plantean, en

síntesis, que las alegaciones que surgen de la demanda son alegaciones concretas y

específicas, así como ante daños reales y sustanciales, razón por la cual la demanda

no debe ser desestimada. Plantean, además, que las alegaciones de la demanda son

unas plausibles y cumplen con lo dispuesto en la Regla 6 de Procedimiento Civil,

pues cumplen con detallar los alegados actos lesivos que causaron el alegado

perjuicio y contienen información suficiente y clara sobre las imputaciones contra la

demandada.

DERECHO APLICABLE

La Regla 10.2 de Procedimiento Civil

La Regla 10.2 de Procedimiento Civil, 32 LPRA Ap.III, R. 10.2, contempla que

una parte pueda solicitar la desestimación de la acción en su contra a base de varios

supuestos, aún previo a someter alegación responsiva. Permite al demandado

solicitar que se desestime la demanda en su contra cuando, entre otras razones, ésta

"no expone una reclamación que justifique la concesión de un remedio". A los fines

de disponer de una moción de desestimación, el tribunal está obligado a dar por

ciertas y buenas todas las alegaciones fácticas de la demanda radicada y que hayan

sido aseverados de manera clara. Roldán Rosario y otros v. Lutrón, SM, Inc., 151

DPR 883, 891 (2000); Harguindey Ferrer v. Universidad Interamericana, 148 DPR

12, 30 (1999); Ramos v. Marrero, 116 DPR 357, 369 (1985).

El promovente de la moción de desestimación tiene que demostrar que,

presumiendo que lo allí expuesto es cierto, la demanda no expone una reclamación

que justifique la concesión de un remedio. Pressure Vessels v. Empire Gas, 137 DPR

497, 505 (1994). Esta doctrina se aplica solamente a hechos bien alegados y

expresados de manera clara y concluyente, que de su faz no den margen a dudas.

Colón Muñoz v. Lotería de Puerto Rico, 167 DPR 625 (2006); Sánchez v.

Autoridad de los Puertos, 153 DPR 559, 569 (2001); Pressure Vessels v. Empire

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Gas, supra. Ante una moción de desestimación, las alegaciones hechas en la

demanda hay que interpretarlas conjuntamente, liberalmente y de la manera más

favorable posible para la parte demandante. Dorante v. Wrangler, 145 DPR 408, 414

(1998).

La demanda no deberá ser desestimada, a menos que se desprenda con toda

certeza que el demandante no tiene derecho a remedio alguno bajo cualquier estado

de hechos que puedan ser probados en apoyo a su reclamación. Pressure Vessels v.

Empire Gas, supra. Nuestro deber es considerar si a la luz de la situación más

favorable al demandante, y resolviendo toda duda a favor de éste, la demanda es

suficiente para constituir una reclamación válida. Unisys v. Ramallo Brothers, 128

DPR 842 (1991); Romero Arroyo v. ELA, 127 DPR 724 (1991); González Camacho

v. Santos Cruz, 124 DPR 396 (1989); Candal v. CT Radiology Office, Inc., 112 DPR

227, 230-231 (1982).

Si se alega que una demanda no aduce causa de acción, esta defensa debe

examinarse a base de la faz de la demanda. Rafael Hernández Colón, Práctica

Jurídica de Puerto Rico, Derecho Procesal Civil, LexisNexis, 6ta. Ed. 2017, sec.

2604, pág. 307.

La Regla 6.1 de Procedimiento civil y jurisprudencia federal

Conforme a la anterior Regla 6.1 de Procedimiento Civil sólo era necesario

exponer en la demanda una “relación sucinta y sencilla de la reclamación

demostrativa de que el peticionario tenía derecho a un remedio”. 32 L.P.R.A Ap. III.

Este enfoque, de amplia liberalidad en la redacción de las alegaciones, cambió en el

2010 con la entrada en vigor de las nuevas Reglas de Procedimiento Civil. Ahora, la

Regla 6.1 establece que las alegaciones de una demanda contendrán una “relación

sucinta y sencilla de los hechos demostrativos de que la parte peticionaria tiene

derecho a un remedio”. 32 LPRA Ap. V, (énfasis suplido).

En lo que respecta a esta Regla el Comité Asesor Permanente de Reglas de

Procedimiento Civil explicó en su informe que: “la propuesta requiere que en las

alegaciones se aporte una relación de hechos con el propósito de que las partes y el

tribunal puedan apreciar con mayor certeza los eventos medulares de la

controversia”. Informe de Reglas de Procedimiento Civil, Vol. I, diciembre 2007, pág.

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70. Además, el Comité consideró que la Regla 6.1 debía analizarse en conjunto con

la Regla 9.1 que dispone que el escrito sometido por un abogado “está bien fundado

en los hechos y respaldado por el derecho vigente”. 32 LPRA Ap. V, R. 9.1.

Asimismo, cabe en este contexto referirnos a los casos federales Bell Atlantic

Corp. v. Twombly, 550 U.S. 544 (2007), y Ashcroft V. Iqbal, 556 U.S. 662, 678

(2009). Tanto en el primero como en el segundo, el Tribunal Supremo de Estados

Unidos tuvo ocasión de interpretar la contraparte federal de nuestra Regla 6.1, la

Regla 8 (a) de las Reglas de Procedimiento Civil Federal. Al hacerlo, el foro federal

exigió mayor agarre a las alegaciones hechas en la demanda, a fin de justificar que el

caso prospere hacia otras etapas del proceso.

Específicamente, en Bell Atlantic Corp. v. Twombly, supra, el Tribunal

Supremo precisó que la obligación del demandante de proveer una relación de los

hechos que justifique la concesión de un remedio requiere más que alegaciones en

forma de conclusiones: “a plaintiff’s obligation to provide the “grounds” of his

“entitle[ment] to relief” requires more than labels and conclusions, and a formulaic

recitation of the elements of a cause of action will not do.” Id., 555. El estándar “it

demands more than an unadorned, the defendant-unlawfully-harmed-me

accusation.” Ashcroft v. Iqbal, supra.

De igual modo, las alegaciones no pueden ser meramente especulativas:

“[f]actual allegations must be enough to raise a right to relief above the speculative

level”. Bell Atlantic Corp. v. Twombly, supra, pág. 555. En todo caso, los hechos

alegados deben dar margen a una expectativa razonable de que el descubrimiento de

prueba revelará evidencia relacionada con las alegaciones. Id., 556.7 No es mera

posibilidad lo que requiere la Regla, sino plausibilidad: “enough heft to “sho[w] that

the pleader is entitled to relief.” Id., 557. No prosperará una reclamación que sólo

alegue hechos meramente consistentes con la alegada responsabilidad del

demandado, sin más: “without further factual enhancement it stops short of the line

between possibility and plausibility of “entitle[ment] to relief.” Bell Atlantic Corp. v.

Twombly, supra, pág. 557. Asimismo, en Ashcrof, el Tribunal Supremo reiteró esta

vision: “[t]he plausibility standard is not akin to a “probability requirement,” but it

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asks for more than a sheer possibility that a defendant has acted unlawfully.” Id.,

pág. 678.

En ese mismo caso, el Tribunal Supremo Federal detalló los principios que

subyacen Twombly de la siguiente manera:

First, the tenet that a court must accept as true all of the allegations
contained in a complaint is inapplicable to legal conclusions. Threadbare
recitals of elements of cause of action, supported by mere conclusory
statements, do not suffice. (Although for the purposes of a motion to
dismiss we must take all of the factual allegations in the complaint as true,
we “are not bound to accept as true a legal conclusion couched as a factual
allegation”). Rule 8 marks a notable and generous departure from the
hyper-technical, code-pleading regime of a prior era, but it does not unlock
the doors of discovery for a plaintiff armed with nothing more than
conclusions. Second, only a complaint that states a plausible claim for
relief survives a motion to dismiss. Determining whether a complaint
states a plausible claim for relief will, as the Court of Appeals observed, be
a context-specific task that requires the reviewing court to draw on its
judicial experience and common sense. But where the well-pleaded facts
do not permit the court to infer more than the mere possibility of
misconduct, the complaint has alleged–but is has not “show[n]”– “that the
pleader is entitled to relief.

In keeping with these principles a court considering a motion to dismiss


can choose to begin by identifying pleadings that, because they are no
more than conclusions, are not entitled to the assumption of truth. While
legal conclusions can provide the framework of a complaint, they must be
supported by factual allegations. When there are well-pleaded factual
allegations, a court should assume their veracity and then determine
whether they plausibly give rise to an entitlement to relief. Ashcroft v.
Iqbal, supra, págs. 678- 679.

Por su parte, el procesalista Rafael Hernández Colón hace el siguiente análisis de

los referidos casos federales:

[…] la Corte Suprema Federal en Ashcroft v. Iqbal, supra, desarrolló el mecanismo

de examen y evaluación para la consideración de este tipo de moción desestimatoria,

siguiendo la nueva doctrina establecida en Bell Atlantic Corp. v. Twombly, supra.

Básicamente, el tribunal debe identificar los elementos que establecen la causa de

acción y las meras alegaciones concluyentes que no pueden presumirse como ciertas.

El tribunal debe aceptar como ciertos todos los hechos bien alegados en la demandada

eliminando del análisis las conclusiones legales y los elementos de la causa de acción

apoyados por aseveraciones conclusorias.

Luego de brindarle veracidad a los hechos bien alegados, debe determinar si a

base de éstos la demandada establece una reclamación plausible que justifique que el

demandante tiene derecho a un remedio, guiado en sus análisis por la experiencia y el

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sentido común. De determinar que no cumple con el estándar de plausibilidad, el

tribunal debe desestimar la demandada y no permitir que una demanda insuficiente

proceda bajo el pretexto de que con el descubrimiento de prueba pueden probarse las

alegaciones conclusorias. […].

Este análisis derogó en la esfera federal la interpretación laxa de las reglas

equivalentes a nuestras Reglas 6.1 y 10.2, 1979 en el sentido de que la moción de

desestimación únicamente procedería cuando de los hechos alegados no podía

concederse remedio alguno a favor del demandante. La Regla 6.1, 2009 se orienta hacia

el "rationale" de las decisiones de la Corte Suprema Federal al requerir "una relación

sucinta y sencilla de los hechos demostrativos de que la parte peticionaria tiene

derecho a un remedio [...]". R. Hernández Colón, Rafael, Práctica Jurídica de Puerto

Rico, Derecho Procesal Civil, 6ta. ed., San Juan, Ed. Lexis Nexis, 2017, Sec. 2604, pág.

307.

Es importante destacar que la jurisprudencia federal citada se asienta en las

exigencias del debido proceso de ley en su vertiente procesal, relacionadas con el

requisito de la debida notificación de la reclamación formulada al amparo de las

enmiendas I y XIV de la Constitucional Federal, lo que hace esa jurisprudencia

aplicable a Puerto Rico.

DISCUSION DE LOS HECHOS Y DERECHO

Al resolver si procede la desestimación de la presente demanda, por ésta no exponer

una reclamación que justifique la concesión de un remedio, no podemos perder de vista

la norma de que debemos dar por ciertas todas las alegaciones fácticas de dicha

demanda, según esbozada. También debemos considerar que la demanda no deberá

ser desestimada, a menos que se desprenda con toda certeza que el demandante no

tiene derecho a remedio alguno bajo cualquier estado de hechos que puedan ser

probados en apoyo a su reclamación. Pressure Vessels v. Empire Gas, supra.

Nuestro deber es considerar si a la luz de la situación más favorable al

demandante, y resolviendo toda duda a favor de éste, la demanda es suficiente para

constituir una reclamación válida. Unisys v. Ramallo Brothers, 128 DPR 842 (1991);

Romero Arroyo v. ELA, 127 DPR 724 (1991); González Camacho v. Santos Cruz,

124 DPR 396 (1989); Candal v. CT Radiology Office, Inc., 112 DPR 227, 230-231

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(1982). Cónsono con lo antes expuesto, se ha señalado que, si se alega que una

demanda no aduce causa de acción, esta defensa debe examinarse a base de la faz de

la demanda. Rafael Hernández Colón, Práctica Jurídica de Puerto Rico, Derecho

Procesal Civil, LexisNexis, 6ta. Ed. 2017, sec. 2604, pág. 307.

Luego de una cuidadosa lectura de la demanda presentada y los planteamientos de

las partes, este Tribunal determina que en esta etapa de los procedimientos, y sin que

se considere una adjudicación en los méritos, las alegaciones de la demanda pueden

justificar un remedio en contra de la parte demandada.

A la luz de lo antes expuesto, el Tribunal declara no ha lugar a la solicitud de la

parte demandada de desestimar la demanda. De conformidad con la Regla 10.1 de

Procedimiento Civil, se conceden 10 días a la parte demandada para presentar su

contestación a la demanda1.

Por último, el Tribunal les recuerda a las representaciones legales de las partes, que

conforme a la Regla 10.7 de Procedimiento Civil, la parte que presente una moción de

desestimación al amparo de la Regla 10.2, tiene que acumular en esa moción todas

las defensas que la Regla 10 le permite presentar mediante moción. De no

hacerlo, se entenderán renunciadas, a menos que la moción esté fundada en falta

de jurisdicción sobre la materia (Regla 10.2(1) de Procedimiento Civil, 32 LPRA

Ap. V), o en una de las defensas privilegiadas que contempla la Regla 10.8 (b) de

Procedimiento Civil, 32 LPRA Ap. V. Véase el caso, Conde Cruz v. Resto

Rodríguez, 205 DPR __ 2020 TSPR 152.

NOTIFÍQUESE.

Dada en Carolina, Puerto Rico, a 11 de junio de 2025.

ISMAEL ÁLVAREZ BURGOS


JUEZ SUPERIOR

1En lo pertinente dicha Regla establece que:


La notificación de una moción permitida por estas reglas o bajo la Regla 36, altera los términos
arriba prescritos del modo siguiente, a menos que por orden del tribunal se fije un término
distinto: (1) si el tribunal deniega la moción o pospone su resolución hasta que se celebre el juicio
en sus méritos, la alegación correspondiente deberá ser notificada dentro de los diez (10)
días siguientes a la notificación de la orden del tribunal;…

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