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Llamado, Liderazgo y Procesos Electorales en La Iglesia

El documento aborda la importancia de pautas para el liderazgo y procesos electorales en la iglesia, destacando la necesidad de una actitud de servicio entre los miembros. Se enfatiza que el llamado a servir debe ser discernido y confirmado por la congregación, y que las estructuras y procesos deben ser evaluados y renovados periódicamente. Además, se diferencia entre procesos electorales bíblicos y democráticos, subrayando que la dirección espiritual debe prevalecer en las decisiones de la iglesia.

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Llamado, Liderazgo y Procesos Electorales en La Iglesia

El documento aborda la importancia de pautas para el liderazgo y procesos electorales en la iglesia, destacando la necesidad de una actitud de servicio entre los miembros. Se enfatiza que el llamado a servir debe ser discernido y confirmado por la congregación, y que las estructuras y procesos deben ser evaluados y renovados periódicamente. Además, se diferencia entre procesos electorales bíblicos y democráticos, subrayando que la dirección espiritual debe prevalecer en las decisiones de la iglesia.

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Llamado, liderazgo y

procesos electorales en la
iglesia
A. ¿Por qué necesitamos pautas?
Para que la iglesia pueda realizar su tarea en forma saludable, la actitud de servicio de todos
los miembros de la congregación es una condición fundamental.
La tarea de nombrar a los colaboradores para los diferentes ministerios supera la capacitad
de un comité electoral. Por otra parte, todo el proceso electoral dentro de la congregación
fácilmente puede llegar a adoptar formas rígidas o confundirse con los procedimientos
seculares o democráticos. Además, siempre vuelven a surgir preguntas con respecto al voto
de la mayoría, los grados de parentesco, porcentajes, elección entre dos o más candidatos, o
preguntas relacionadas con el acompañamiento de los candidatos que se habían declarado
dispuestos a servir, pero que perdieron la elección. A menudo el consejo se ve limitado a
buscar candidatos y prepararlos para una eventual elección mediante la cual sean
confirmados. También los comités electorales piden una y otra vez orientación, tanto en
relación a asuntos prácticos como también en cuanto al alcance de sus competencias.
En este contexto el Consejo de Ancianos de la Asociación ha elaborado orientaciones
tendientes al cumplimiento de los siguientes objetivos:
 Animar a las congregaciones a llamar a colaboradores y a fomentar una actitud de
servicio en general.
 Los procesos de selección deberán ser realizados de tal modo que el llamado de
Dios y los dones de los individuos sean detectados y confirmados. Reevaluar las
estructuras de trabajo de la iglesia y de los cargos de
 servicio relacionados a ellos mediante la aplicación de las presentes pautas. Esto
permitirá poner en marcha los procesos de cambio necesarios.
 Proporcionar orientación teológica y consejos prácticos a los comités electorales de
las congregaciones.
B. La diferencia entre pautas bíblicas y estructuras culturales en el trabajo de la
congregación
La Biblia habla de la iglesia como el cuerpo de Cristo. Cada miembro de la congregación
está llamado a asumir y asumir una actitud de servicio que siga el ejemplo de Cristo. El
liderazgo de la iglesia tiene la función de capacitar a los miembros de la congregación para
que puedan realizar su servicio, es decir, guiarlos y alentarlos.
Estas directrices básicas de la Biblia han sido y son implementadas de manera muy variada
en las diversas culturas a través de los tiempos. Las características antes mencionadas y las
metas de la iglesia tienen una validez que trasciende los tiempos, pero la forma en que se
aplican, debe ser constantemente evaluada y corregida. Las siguientes pautas son útiles:
 Las estructuras de la congregación y sus estatutos sirven a la misión de la iglesia.
 Las estructuras y los estatutos de la congregación siempre están condicionados a un
tiempo y a una cultura, por lo tanto, estas requieren de una renovación periódica.
 Las estructuras y los estatutos de la congregación son vinculantes, ya que reflejan el
consenso de la congregación.
 Los procesos de cambio en la congregación deben ser cuidadosamente preparados y
guiados en forma responsable. Esto incluye la disposición valiente de modificar las
estructuras existentes de acuerdo con nuevos conocimientos.
Pasajes de la Biblia para profundizar el tema: Mateo 20:20-27, Juan 13, Filipenses 2,
Romanos 8:13, 12:1, Efesios 5:1-2; 1 Corintios 12:12-31, Juan 15:17, 21, 2 Corintios 3:3,
Efesios 4:11-13, 1 Pedro 2:9-10, 2 Timoteo 2:2 37
C. Conceptos bíblicos básicos en relación al llamado, al liderazgo y a los procesos
electorales
1. Llamado
 El llamado de una persona para un servicio parte de Dios, el Creador, Redentor y
Señor, y en este proceso la actitud espiritual básica de entrega y obediencia por
parte de los llamados es decisiva.
 Debido a que el mismo Espíritu de Dios actúa tanto en el llamado del individuo
como también en toda la iglesia, el llamado es reconocido y confirmado por la
iglesia.
 La renovación periódica y la confirmación de un llamado es importante, ya que a
través de esto se confirma la confianza de la congregación en los colaboradores
designados y éstos son alentados a seguir cumpliendo sus funciones de manera
responsable.
Pasajes de la Biblia para profundizar el tema: Hechos 2; Romanos 1:5-6, 1 Corintios 1:2 y
24; 1 Corintios 12 y 13, Hechos 13, 1 Timoteo 4:15-16, Abraham – Génesis 15; Elías en 1
Reyes 19; Pablo – 2 Tesalonicenses 3:1-5; 2 Timoteo 3:14-17.
2. Servicio
 El acercamiento de Dios, movido por el amor y la misericordia, produce en el
creyente una actitud de gratitud, que se manifiesta en la devoción y en el servicio.
Para un discípulo de Jesús el servicio desinteresado no es una opción que depende
de su preferencia, sino una expresión de ser hijo de Dios.
 La encarnación de Jesús es el mejor ejemplo para los discípulos de un servicio
desinteresado y sacrificial. Este servicio abnegado se expresa simbólicamente en el
lavado de los pies.
 El servicio realizado en el nombre de Jesús tiene las siguientes características:
abnegación, alegría y disposición voluntaria.
 El objetivo del servicio es transmitir el amor de Dios y su anhelo redentor a través
de demostraciones concretas de un amor práctico.
 Dios recompensa y honra el servicio de sus hijos. Esto se observa al experimentar
una vida plena que es la bendición por esta actitud de servicio. A esto se debe
agregar la recompensa eterna.
Pasajes de la Biblia para profundizar el tema: Filipenses 2:5-11; 2 Corintios 5:14, Mateo
9:13, Marcos 10:45; Mateo 20:27; Marcos 10:45; Romanos 12:1; Filipenses 2:5; Lucas
10:37, Mateo 19:27-30, Mateo 5:7, Mateo 10:39, Lucas 14:11-14, Lucas 17:7-10,
Santiago 2:17,1 Juan 3:13-18 38
3. Dones
 Cada miembro del cuerpo de Cristo ha recibido dones espirituales o habilidades
especiales de acuerdo a la gracia de Dios, para que la iglesia sea edificada
espiritualmente. Los dones del Espíritu se han de expresar de acuerdo con los frutos
del Espíritu, que se manifiestan sobre todo en el amor, la humildad y el dominio
propio. Ningún miembro del cuerpo de Cristo puede afirmar que no tiene ningún
don o que los tiene todos.
 El descubrimiento y desarrollo de los dones espirituales normalmente es un proceso
largo en el cual uno de los requisitos esenciales es la voluntad de servir. Además, a
esto se añade la disposición a recibir asesoramiento y corregir por los hermanos de
la congregación en lo que se refiere a la aplicación de los dones. Al mismo tiempo
es importante crear en la congregación las condiciones que posibiliten el ejercicio
de los dones.
 Se debe evitar el temor extremo al uso de los dones espirituales, como también la
manipulación y el abuso de los mismos.
 La oración en los procesos electorales y la capacitación de los colaboradores son
factores claves para promover las tareas orientadas al servicio de la congregación.
Pasajes de la Biblia para profundizar el tema: Filipenses 2:5-11; 2 Corintios 5:14;
Filipenses 2:5-11; Mateo 9:13; Marcos 10:45; Mateo 20:27; Marcos 10:45; Romanos
12:1; Filipenses 2:5, Lucas 10:37, Mateo 19:27-30; Mateo 5:7; Mateo 10:39, Lucas
14:11-14; Lucas 17:7-10; Santiago 2:17; 1 Juan 3:13-18.
4. Liderazgo y autoridad
 Dios da autoridad a personas de la congregación para que puedan cumplir su
misión.
 La autoridad se le da a una persona o a un equipo de la congregación como una
expresión de confianza, con el fin de cumplir con la tarea encomendada.
 La autoridad en la congregación no depende sólo de los conocimientos y las
habilidades de un ser humano, sino también de su devoción a Dios, su naturaleza
espiritual y su amor por la congregación. La confianza de aquellos a los que se
otorga autoridad, debe ser ganada a través de una vida espiritual ejemplar, de una
actitud de humildad y de su disposición al servicio.
 La dirección y la autoridad se desarrolla en forma equilibrada y saludable con
humildad, espíritu de sacrificio, pureza y sensibilidad, por un lado, junto a la
capacidad de ejecución, la justicia, la soberanía y el uso adecuado del poder, por el
otro lado.
 En el estilo de liderazgo de Jesús reconocemos los siguientes principios, que siguen
siendo importantes para el liderazgo congregacional: los líderes se caracterizan por
su previsión y el cuidado de la iglesia. Ellos animan a otros a través de su servicio y
los potencian conscientemente para promover su crecimiento. Están dispuestos a
subordinarse a Dios y a los demás.
 Sólo se puede hablar de poder legítimo, cuando este se expresa en amor y
obediencia a Dios. En este aspecto, los mandamientos y los valores bíblicos son una
guía que bajo ninguna circunstancia pueden ser transgredidas en el ejercicio del
poder.
Pasajes de la Biblia para profundizar el tema: Lucas 10:19; Apocalipsis 2:26; Juan 19:11;
Mateo 20:25-28; Hechos 8:4-25.
5. Liderazgo y trabajo en equipo
 La unidad y la diversidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo son el arquetipo
de un trabajo en equipo saludable. Los tres tienen funciones diferentes en la historia
de la salvación, se subordinan y se promueven mutuamente.
 La diversidad de los dones espirituales, la variedad de servicios requeridos y la
cantidad de miembros diferentes en el mismo cuerpo hacen que la colaboración sea
necesaria y posible.
 El trabajo en equipo posibilita una mutua complementación. La responsabilidad
última y la carga general del trabajo no descansan sobre los hombros de una sola
persona sino de un grupo de personas a las que se ha encomendado la
responsabilidad.
 El trabajo en equipo es un tipo de liderazgo sabio. La humildad cristiana reconoce
que la sabiduría y la visión están “en la multitud de consejeros”. e. Procesos de
toma de decisión y discernimiento para hallar respuestas a preguntas específicas
sólo son sostenibles si se basan en el consenso del equipo de liderazgo.
 El trabajo en equipo sirve para corregir y prevenir el abuso de poder.
Pasajes de la Biblia para profundizar el tema: Mateo 20:26 b; 1 Corintios 3:6-7; 2
Corintios 6:1-10.
6. Diaconía y consejo de ancianos
 El consejo de ancianos de la Biblia tiene que ver con el liderazgo de la iglesia, con
ministerio pastoral, supervisión y enseñanza. En tiempos del Nuevo Testamento los
ancianos de las congregaciones tenían las siguientes obligaciones: una fiel
transmisión de la enseñanza, liderazgo de la iglesia, responsabilidad pastoral (por
ejemplo, la oración por los enfermos) y toma de decisiones que afectaban más allá
de la iglesia local (tales como el concilio apostólico en Hechos 15).
 Los diáconos están llamados a apoyar la misión y el ministerio de los ancianos por
medio del cuidado del bienestar físico y espiritual de los miembros.
Pasajes de la Biblia para profundizar el tema: Mateo 20:26b; 1 Corintios 3:6-7; 2
Corintios 6:1-10; Hechos 15; Filipenses 1:1; Hechos 6; 1 Timoteo 3:1-13; Tito 1:19;
Efesios 4:11 ss.; Tito 1:5-9; 1 Pedro 5:1-4.
D. Perspectivas teológicas sobre los procesos electorales en la congregación
1. La cuádruple concordancia
En la Biblia se puede encontrar la aplicación de diferentes formas de elección y
nombramiento. Dios llama directamente de forma sobrenatural a gente como Abraham,
Moisés y Noé. Los reyes son ungidos por los profetas y proclamados por el pueblo. Los
profetas designan sucesores y discípulos. Jesús llama a sus 12 discípulos. Tanto en el
antiguo Israel como en la elección de Matías se realizó un sorteo entre dos candidatos. Al
final, sin embargo, pueden detectarse cuatro constantes:
1. Dios llama y encomienda para realizar un servicio.
2. La persona que recibe un llamado es consciente de la orden divina y se declara
dispuesta a cumplir con ese deber.
3. El pueblo de Dios designa y confirma a los individuos.
4. El llamado de Dios, el llamado de la congregación y la respuesta al llamado
personal deben ir juntos.
Si falta una de estas cuatro perspectivas, el llamado es dudoso.
2. La distinción entre procesos electorales bíblicos y democráticos
Los procesos electorales democráticos de la actualidad, tal como lo exigen a menudo las
constituciones nacionales y los estatutos de las asociaciones registradas y las
organizaciones religiosas, presentan ciertas similitudes con los principios bíblicos. Sin
embargo, es fundamental que el espíritu bíblico determine el tono y la dirección de las
elecciones y no las reglas y los procesos parlamentarios. La “democracia” en la congre-
gación sólo puede ser el “gobierno del pueblo” en la medida en que la iglesia se identifique
como pueblo de Dios y se declare bajo el dominio del Espíritu Santo y de la Palabra de
Dios.
3. Preparación de la iglesia para conocer la voluntad de Dios
Es irresponsable solicitar a una congregación que realice un proceso de elecciones sin haber
realizado la correspondiente preparación, asimismo, solicitar a una persona que se presente
como candidato a un cargo sin haberle provisto de la necesaria guía espiritual.
La toma de decisiones conforme a la Biblia siempre debe ser preparada y acompañada
mediante la oración y una sana enseñanza. Por eso, antes de llevar a cabo un nombramiento
o una elección, es importante dar prédicas relacionadas al tema y promocionar momentos
de oración. Tanto la congregación como el individuo necesitan reconocer y hacer la
voluntad de Dios. Los procesos electorales son sólo herramientas e instrumentos para lograr
este objetivo.
4. Elegir o confirmar
La práctica ha demostrado que la elección entre dos o más candidatos para un mismo cargo,
donde sólo una persona es elegida y la otra queda excluida, a menudo genera una
considerable cantidad de incertidumbre y discordia. Por otro lado, es de gran valor que los
hermanos estén dispuestos a someterse a una elección, aun sabiendo que pueden perder. En
todos los casos se deben encontrar formas honrosas de agradecer a los perdedores por su
predisposición y su voluntad de servir.
En muchos casos es preferible optar solo por la confirmación de un candidato, en vez de
elegir entre dos o más candidatos. En esos casos la iglesia, el Consejo de Ancianos o el
comité electoral busca un candidato para un determinado ministerio o cargo y se acerca a él
para averiguar su disponibilidad. Si esta persona se declara dispuesta, se pedirá a la con-
gregación que confirme al candidato presentado. La confirmación será aceptada como
válida, conforme a los reglamentos, si reúne 50 por ciento o más de votos positivos.
5. Llamado personal y llamado por la congregación
Cada congregación se enfrenta actualmente con el hecho de que muchos hermanos tienen
un llamado a algún ministerio fuera de la iglesia e independiente de la congregación. Esta
situación no es ideal y tiene sus raíces en la falta de enseñanza y en un entendimiento débil
de lo que es la iglesia y también en el hecho de que a muchas iglesias les resulta muy difícil
apoyar y acompañar servicios específicos, tales como misión mundial, misión estudiantil,
medios de comunicación, trabajo social cristiano, seminarios para matrimonios y familias,
entre otros. La experiencia demuestra que en estos casos se requiere de una doble
proactividad. En primer lugar, las congregaciones deberían ampliar su perspectiva y acom-
pañar, asesorar y bendecir a quienes quieran involucrarse en servicios cristianos de
ministerios realizados en conjunto por varias iglesias locales o incluso, paraeclesiásticos.
Por otro lado, cada miembro de iglesia debería desarrollar una conciencia más profunda de
que la iglesia local es el lugar donde se debe experimentar y confirmar el llamado al
ministerio.
E. Orientaciones prácticas para el trabajo de un comité electoral
1. ¿Es necesario un comité electoral?
La respuesta depende del tamaño y también en parte de la tradición de la iglesia. Debido a
que el comité electoral normalmente trabaja sólo en épocas de renovación o vacancia de
cargos, se puede establecer una comisión para la gestión y realización de las elecciones. En
todos los casos, el comité electoral debe realizar su labor de sondeo y búsqueda de can-
didatos con el acompañamiento del liderazgo y del pastor de la iglesia (ver en detalle en la
siguiente sección). En el día de la elección, el comité electoral conduce las formalidades
técnicas que aseguren una elección justa, objetiva y verificablemente imparcial.
2. ¿Cómo llegar a los candidatos?
La práctica habitual de recoger nombres de candidatos a través de propuestas que vienen de
la congregación, tiene un cierto valor espiritual y democrático: Obliga a todos los miembros
de la iglesia a pensar acerca de los ministerios y dones, y refuerza así en la conciencia de
todos, la magnitud del trabajo por hacer, y el tipo de dones que se necesitan para ello. Se
añade a esto el hecho de que cualquier persona puede hacer uso de su derecho a participar
en la elección de las posiciones del liderazgo de la congregación y expresar sus deseos.
Si se elige exclusivamente sobre la base de los candidatos propuestos, también hay serias
dificultades: El pastor y el consejo de la iglesia a menudo tienen una idea mucho más
precisa en cuanto a qué candidatos son adecuados para los servicios específicos. Además, la
congregación con frecuencia sugiere como candidatos a miembros que ya están en servicio
o a aquellos que se inclinan a aceptar los cargos por cualquier razón. Y si el comité
electoral entrevista a los candidatos solo de acuerdo a la cantidad de votos recibidos, se
pierde un importante espacio para encontrar y entrevistar a los mejores candidatos. Por lo
tanto, los Pastores de la iglesia, los predicadores, diáconos y el consejo deberían tener la
facultad de proponer candidatos y determinar el orden de preferencia para las entrevistas.
Todo esto debe hacerse en un proceso constructivo y en un espíritu de confianza, para que
ningún hermano se sienta confundido o herido. En este sentido, cada congregación debería
encontrar su propia reglamentación.
3. ¿Quién entrevista a los candidatos? (¿Consejo o comité de elecciones?)
La entrevista de los candidatos no es sólo una cuestión técnica, sino también una tarea
pastoral. Después de todo, se trata de alentar a los hermanos adecuados a considerar la
propuesta de la congregación como un llamado de Dios. En las entrevistas también se
procura conocer qué dones ha recibido el individuo, dónde está dispuesto a utilizarlos o con
qué inhibiciones y dificultades tiene que luchar. Dependiendo del ministerio a desempeñar,
predicadores, diáconos y el pastor principal de la iglesia deberían participar de la entrevista.
También es posible, que para ciertos puestos la entrevista la realiza el pastor o el consejo de
la iglesia, en consenso con el comité electoral.
4. Cooperación entre el pastor, el consejo de la iglesia, y el comité de elecciones
Todo lo dicho anteriormente deja en claro que los procesos electorales son momentos
cruciales para la vida de una congregación. Ninguno de los órganos competentes podrá
desentenderse de sus responsabilidades, tampoco puede intentar decidir solo la elección. Se
ha demostrado ser útil que la congregación tenga un administrador que se encargue tanto de
los asuntos financieros como de los legales, así como guiar, o por lo menos acompañar, el
proceso electoral. Es muy positivo dar mucho espacio al pastor para conformar un equipo
de colaboradores motivados y dispuestos a dejarse asesorar por él y a experimentar con él
un discipulado y mentoreo.
5. Abstenciones, las papeletas, votación secreta, votación abierta.
El alto número de abstenciones en los procesos electorales (que a veces se da) puede causar
mucho dolor. A menudo es una indicación de que en la congregación hay muchos
miembros indecisos, que los candidatos en principio no satisfacen totalmente, o es una
manera de expresar desacuerdo con la situación existente. Sin embargo, se debería animar a
la congregación a recurrir lo menos posible a la abstención, ya que esta práctica provoca
incertidumbre y malestar. En todo caso, las abstenciones deberían ser consideradas
exactamente como lo que son: votos nulos, que no se asignan ni a los perdedores ni a los
ganadores, no son votos a favor, ni votos en contra. Las abstenciones transmiten un
determinado mensaje, pero nunca deben influir en una decisión, porque entonces, ya no son
realmente abstenciones.
Siempre que el consejo lo considere oportuno, la elección debería ser por voto secreto.
Incluso, los miembros de la congregación pueden expresar su deseo de decidir ciertos temas
por medio de una votación secreta. En estos casos es especialmente importante que las
boletas estén preparadas debidamente y que el recuento de los votos sea confiable. Una vez
terminado el recuento de los votos, anunciado oficialmente el resultado y anotado en acta el
resultado, se recomienda destruir las boletas electorales. Es recomendable dar a conocer el
resultado de la elección inmediatamente después del acto eleccionario.
En muchas cuestiones y decisiones también se debería proceder confiadamente mediante
una elección abierta, levantando la mano o poniéndose de pie, sobre todo cuando se trate de
la confirmación de algún puesto.
Cada iglesia puede determinar en su reglamento interno qué elecciones serán secretas.
6. Mayoría simple, mayoría cualificada
Según los procesos electorales habituales en la cultura occidental, cada candidatura y cada
pregunta suele ser decidida mediante una simple mayoría de votos. Sin embargo, este tipo
de decisiones debería desempeñar sólo un pequeño papel en la congregación. Para que una
decisión realmente pueda prosperar, un alto grado de consenso en la congragación es
necesario.
Sin embargo, con la determinación de porcentajes para establecer una mayoría cualificada
se debe ser muy cauteloso. Dos tercios (66%) o tres cuartos (75%) de los presentes podrían
ser necesarios para determinados puestos especificados en los estatutos, como para la
elección del pastor de la iglesia o de los predicadores. Si se establece un porcentaje superior
al 75% se abre espacio para la manipulación, ya que mediante abstenciones y votos por el
“no” es relativamente fácil alcanzar el 25% necesario para bloquear procesos importantes
de decisión.
También es importante, sin embargo, en lo relacionado al porcentaje, que el así llamado
quórum esté establecido, es decir ¿Cuántos miembros con derecho a voto deben asistir o
estar presentes para que una elección sea válida? Como regla general, se considera el 50%
más un voto en la primera llamada.
7. Establecimiento y ceremonia de bendición
Es bíblico y recomendable bendecir y encomendar a los hermanos y hermanas elegidos/as
para el servicio. La forma de una ceremonia de este tipo puede ser diseñada en función de
la ocasión y del servicio. Para la ordenación de predicadores y diáconos existen formas y
orientaciones en el Manual de Orientaciones para el Pastor y Colaboradores y en el Docu-
mento del Consejo de Ancianos para la Ordenación.
(Este documento fue elaborado por el consejo de ancianos de la Asociación Hermanos
Menonitas y aceptado formalmente por los delegados de las iglesias el 30 de marzo de
2012.)

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