Moralidad entre
Pueblos Indígenas
Punto Fijo, Abril de 2023.
La Moralidad entre los Pueblos Indígenas
De acuerdo a la Ley de Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas,
podemos considerar algunas definiciones:
1. Pueblos Indígenas: Son grupos humanos descendientes de los pueblos
originarios que habitan en el espacio geográfico que corresponde al territorio
nacional, de conformidad con la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela y las leyes, que se reconocen a sí mismos como tales, por tener uno o
algunos de los siguientes elementos: identidades étnicas, tierras, instituciones
sociales, económicas, políticas, culturales y, sistemas de justicia propios, que los
distinguen de otros sectores de la sociedad nacional y que están determinados a
preservar, desarrollar y transmitir a las generaciones futuras.
2. Comunidades Indígenas: Son grupos humanos formados por familias indígenas
asociadas entre sí, pertenecientes a uno o más pueblos indígenas, que están
ubicadas en un determinado espacio geográfico y organizados según las pautas
culturales propias de cada pueblo, con o sin modificaciones provenientes de otras
culturas.
3. Indígena: Es toda persona descendiente de un pueblo indígena, que habita en
el espacio geográfico señalado en el numeral 1 del presente artículo, y que
mantiene la identidad cultural,social y económica de su pueblo o comunidad, se
reconoce a sí misma como tal y es reconocida por su pueblo y comunidad, aunque
adopte elementos de otras culturas.
4. Tierras Indígenas: Son aquellas en las cuales los pueblos y comunidades
indígenas de manera individual o colectiva ejercen sus derechos originarios y han
desarrollado tradicional y ancestralmente su vida física, cultural, espiritual, social,
económica y política. Comprenden los espacios terrestres, las áreas de cultivo,
caza, pesca, recolección, pastoreo, asentamientos, caminos tradicionales, lugares
sagrados e históricos y otras áreas que hayan ocupado ancestral o
tradicionalmente y que son necesarias para garantizar y desarrollar sus formas
específicas de vida.
5. Hábitat indígena: Es el conjunto de elementos físicos, químicos, biológicos y
socioculturales, que constituyen el entorno en el cual los pueblos y comunidades
indígenas se desenvuelven y permiten el desarrollo de sus formas tradicionales de
vida. Comprende el suelo, el agua, el aire, la flora, la fauna y en general todos
aquellos recursos materiales e inmateriales necesarios para garantizar la vida y
desarrollo de los pueblos y comunidades indígenas.
La realidad sociológica de nuestro país nos indica que existen diversas razas
indígenas, permitiendo ello la existencia de varios sistemas jurídicos indígenas
que se adaptan a los diferentes espacios y tiempos de acuerdo a la realidad
antropológica de cada pueblo o comunidad indígena. Para el desarrollo de la
jurisdicción especial indígena debe considerarse el estudio de aspectos
importantes que conlleven a la reconstrucción de sus costumbres y antecedentes
históricos, a sus prácticas ancestrales, la interculturalidad, invención y redefinición
de costumbres. También convendría definir el concepto de norma o ley que estas
poblaciones comprenden, cuál es su idea de fuerza, alma y ánimo de acción, que
conexión existe entre la conducta natural y la conducta abstracta establecida en la
norma del derecho positivo.
1. Moralidad entre los Pueblos Indígenas
1.1 Convenio Nº 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
sobre los pueblos Indígenas y Tribales
La Organización Internacional del Trabajo, fue creada en 1919, presentando
especial atención a la situación de los pueblos indígenas y tribales en los países,
en 1957, se adoptó un primer instrumento internacional vinculante, el Convenio Nº
107 sobre Poblaciones indígenas y tribales en países independientes, ya para
junio de 1989, la Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT adoptó en forma
tripartita con participación de los gobiernos, organizaciones de empleadores y de
trabajadores, el Convenio Nº 169 sobre Pueblos indígenas y tribales en países
independientes. En el proceso de revisión del Convenio (1987-1989) también
fueron consultados y participaron un gran número de pueblos indígenas y tribales.
De acuerdo a ello, durante la conferencia se observó que en muchas partes del
mundo estos pueblos no gozaban de los derechos en igual grado que el resto de
la población, y han sufrido a menudo una erosión en sus valores, costumbres y
perspectivas. Los pueblos indígenas y tribales en América Latina presentan, hoy
en día, los peores indicadores socioeconómicos y laborales, y la discriminación
por origen étnico o racial.
Es por ello, que este convenio tiene dos postulados básicos: el derecho de los
pueblos indígenas a mantener y fortalecer sus culturas, formas de vida e
instituciones propias, y su derecho a participar de manera efectiva en las
decisiones que les afectan. Estas premisas constituyen la base sobre la cual
deben interpretarse las disposiciones del Convenio, por otro lado, garantiza el
derecho de los pueblos indígenas y tribales a decidir sus propias prioridades en lo
que atañe al proceso de desarrollo, en la medida en que éste afecte sus vidas,
creencias, instituciones y bienestar espiritual y a las tierras que ocupan o utilizan
de alguna manera, y de controlar, en la medida de lo posible, su propio desarrollo
económico, social y cultural.
De acuerdo la conferencia convocada en Ginebra por el Consejo de
Administración de la Oficina Internacional del Trabajo, y congregada en dicha
ciudad el 7 junio 1989, en su septuagésima sexta reunión, Adopta, con fecha
veintisiete de junio de mil novecientos ochenta y nueve, el siguiente Convenio, que
podrá ser citado como el Convenio sobre pueblos Indígenas y Tribales, 1989.
Haciendo referencia a algunos artículos que se vinculan con la moralidad entre los
pueblos indígenas:
Artículo 1:
1. El presente Convenio se aplica:
a) A los pueblos tribales en países independientes, cuyas condiciones
sociales, culturales y económicas les distingan de otros sectores de la
colectividad nacional, y que estén regidos total o parcialmente por sus
propias costumbres o tradiciones o por una legislación especial;
b) a los pueblos en países independientes, considerados indígenas por el
hecho de descender de poblaciones que habitaban en el país o en una
región geográfica a la que pertenece el país en la época de la conquista o
la colonización o del establecimiento de las actuales fronteras estatales y
que, cualquiera que sea su situación jurídica, conservan todas sus propias
instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas.
2. La conciencia de su identidad indígena o tribal deberá considerarse un criterio
fundamental para determinar los grupos a los que se aplican las disposiciones
del presente Convenio.
3. La utilización del término pueblos en este Convenio no deberá interpretarse en
el sentido de que tenga implicación alguna en lo que atañe a los derechos que
pueda conferirse a dicho término en el derecho internacional.
Artículo 2:
1. Los gobiernos deberán asumir la responsabilidad de desarrollar, con la
participación de los pueblos interesados, una acción coordinada y sistemática
con miras a proteger los derechos de esos pueblos y a garantizar el respeto de
su integridad.
2. Esta acción deberá incluir medidas:
a) que aseguren a los miembros de dichos pueblos gozar, en pie de igualdad,
de los derechos y oportunidades que la legislación nacional otorga a los
demás miembros de la población;
b) que promuevan la plena efectividad de los derechos sociales, económicos y
culturales de esos pueblos, respetando su identidad social y cultural, sus
costumbres y tradiciones, y sus instituciones;
c) que ayuden a los miembros de los pueblos interesados a eliminar las
diferencias socioeconómicas que puedan existir entre los miembros
indígenas y los demás miembros de la comunidad nacional, de una manera
compatible con sus aspiraciones y formas de vida.
Artículo 3:
1. Los pueblos indígenas y tribales deberán gozar plenamente de los
derechos humanos y libertades fundamentales, sin obstáculos ni
discriminación. Las disposiciones de este Convenio se aplicarán sin
discriminación a los hombres y mujeres de esos pueblos.
2. No deberá emplearse ninguna forma de fuerza o de coerción que viole los
derechos humanos y las libertades fundamentales de los pueblos
interesados, incluidos los derechos contenidos en el presente Convenio.
Parte II. Tierras
Artículo 13:
1. Al aplicar las disposiciones de esta parte del Convenio, los gobiernos
deberán respetar la importancia especial que para las culturas y valores
espirituales de los pueblos interesados reviste su relación con las tierras o
territorios, o con ambos, según los casos, que ocupan o utilizan de alguna
otra manera, y en particular los aspectos colectivos de esa relación.
2. La utilización del término tierras en los artículos 15 y 16 deberá incluir el
concepto de territorios, lo que cubre la totalidad del hábitat de las regiones
que los pueblos interesados ocupan o utilizan de alguna otra manera.
Artículo 14:
1. Deberá reconocerse a los pueblos interesados el derecho de propiedad y
de posesión sobre las tierras que tradicionalmente ocupan. Además, en los
casos apropiados, deberán tomarse medidas para salvaguardar el derecho
de los pueblos interesados a utilizar tierras que no estén exclusivamente
ocupadas por ellos, pero a las que hayan tenido tradicionalmente acceso
para sus actividades tradicionales y de subsistencia. A este respecto,
deberá prestarse particular atención a la situación de los pueblos nómadas
y de los agricultores itinerantes.
2. Los gobiernos deberán tomar las medidas que sean necesarias para
determinar las tierras que los pueblos interesados ocupan tradicionalmente
y garantizar la protección efectiva de sus derechos de propiedad y
posesión.
3. Deberán instituirse procedimientos adecuados en el marco del sistema
jurídico nacional para solucionar las reivindicaciones de tierras formuladas
por los pueblos interesados.
Artículo 15:
1. Los derechos de los pueblos interesados a los recursos naturales
existentes en sus tierras deberán protegerse especialmente. Estos
derechos comprenden el derecho de esos pueblos a participar en la
utilización, administración y conservación de dichos recursos.
2. En caso de que pertenezca al Estado la propiedad de los minerales o de los
recursos del subsuelo, o tenga derechos sobre otros recursos existentes en
las tierras, los gobiernos deberán establecer o mantener procedimientos
con miras a consultar a los pueblos interesados, a fin de determinar si los
intereses de esos pueblos serían perjudicados, y en qué medida, antes de
emprender o autorizar cualquier programa de prospección o explotación de
los recursos existentes en sus tierras. Los pueblos interesados deberán
participar siempre que sea posible en los beneficios que reporten tales
actividades, y percibir una indemnización equitativa por cualquier daño que
puedan sufrir como resultado de esas actividades.
Artículo 16:
1. A reserva de lo dispuesto en los párrafos siguientes de este artículo, los
pueblos interesados no deberán ser trasladados de las tierras que ocupan.
2. Cuando excepcionalmente el traslado y la reubicación de esos pueblos se
consideren necesarios, sólo deberán efectuarse con su consentimiento,
dado libremente y con pleno conocimiento de causa. Cuando no pueda
obtenerse su consentimiento, el traslado y la reubicación sólo deberá tener
lugar al término de procedimientos adecuados establecidos por la
legislación nacional, incluidas encuestas públicas, cuando haya lugar, en
que los pueblos interesados tengan la posibilidad de estar efectivamente
representados.
3. Siempre que sea posible, estos pueblos deberán tener el derecho de
regresar a sus tierras tradicionales en cuanto dejen de existir las causas
que motivaron su traslado y reubicación.
4. Cuando el retorno no sea posible, tal como se determine por acuerdo o, en
ausencia de tales acuerdos, por medio de procedimientos adecuados,
dichos pueblos deberán recibir, en todos los casos posibles, tierras cuya
calidad y cuyo estatuto jurídico sean por lo menos iguales a los de las
tierras que ocupaban anteriormente, y que les permitan subvenir a sus
necesidades y garantizar su desarrollo futuro. Cuando los pueblos
interesados prefieran recibir una indemnización en dinero o en especie,
deberá concedérseles dicha indemnización, con las garantías apropiadas.
5. Deberá indemnizarse plenamente a las personas trasladadas y reubicadas
por cualquier pérdida o daño que hayan sufrido como consecuencia de su
desplazamiento.
Artículo 17:
1. Deberán respetarse las modalidades de transmisión de los derechos sobre
la tierra entre los miembros de los pueblos interesados establecidas por
dichos pueblos.
2. Deberá consultarse a los pueblos interesados siempre que se considere su
capacidad de enajenar sus tierras o de transmitir de otra forma sus
derechos sobre estas tierras fuera de su comunidad.
3. Deberá impedirse que personas extrañas a esos pueblos puedan
aprovecharse de las costumbres de esos pueblos o de su desconocimiento
de las leyes por parte de sus miembros para arrogarse la propiedad, la
posesión o el uso de las tierras pertenecientes a ellos.
Artículo 18:
La ley deberá prever sanciones apropiadas contra toda intrusión no autorizada
en las tierras de los pueblos interesados o todo uso no autorizado de las mismas
por personas ajenas a ellos, y los gobiernos deberán tomar medidas para impedir
tales infracciones.
Artículo 19:
Los programas agrarios nacionales deberán garantizar a los pueblos
interesados condiciones equivalentes a las que disfruten otros sectores de la
población, a los efectos de:
a) La asignación de tierras adicionales a dichos pueblos cuando las tierras de
que dispongan sean insuficientes para garantizarles los elementos de una
existencia normal o para hacer frente a su posible crecimiento numérico;
b) El otorgamiento de los medios necesarios para el desarrollo de las tierras
que dichos pueblos ya poseen.
1.2 Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas
Fue Aprobada en la segunda sesión plenaria, celebrada el 14 de junio de 2016,
documento AG/DEC. 79 (XLIV-O/14), que reafirma como una prioridad de la
Organización de los Estados Americanos avanzar en la promoción y protección
efectiva de los derechos de los pueblos indígenas de las Américas, teniendo en
cuenta, la importante participación de los pueblos indígenas de las Américas en el
proceso de elaboración de esta Declaración, reafirmando que los pueblos
indígenas son sociedades originarias, diversas y con identidad propia que forman
parte integral de las Américas se declara:
Sección Primera: Pueblos Indígenas. Ámbito de aplicación y alcances
Artículo I:
1. La Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas se
aplica a los pueblos indígenas de las Américas.
2. El auto identificación como pueblos indígenas será un criterio fundamental
para determinar a quienes se aplica la presente Declaración. Los Estados
respetarán el derecho a dicha auto identificación como indígena en forma
individual o colectiva, conforme a las prácticas e instituciones propias de
cada pueblo indígena.
Artículo II:
Los Estados reconocen y respetan el carácter pluricultural y multilingüe de los
pueblos indígenas, quienes forman parte integral de sus sociedades.
Artículo III:
Los pueblos indígenas tienen derecho a la libre determinación. En virtud de ese
derecho determinan libremente su condición política y persiguen libremente su
desarrollo económico, social y cultural.
Artículo IV:
Nada de lo contenido en la presente Declaración se interpretará en el sentido
de que confiere a un Estado, pueblo, grupo o persona derecho alguno a participar
en una actividad o realizar un acto contrarios a la Carta de la Organización de los
Estados Americanos y a la Carta de las Naciones Unidas, ni se entenderá en el
sentido de que autoriza o alienta acción alguna encaminada a quebrantar o
menoscabar, total o parcialmente, la integridad territorial o la unidad política de
Estados soberanos e independientes.
1.3 Declaración de las Naciones Unidas
De acuerdo a estas declaraciones sobre los derechos de los pueblos indígenas
tiene el fin de prevenir y solucionar esos conflictos y consolidar una paz duradera,
a través del diálogo y la concertación, utilizando como guía los principios de la
Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Esta declaración fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones
Unidas en 2007, hace referencia directa al derecho de los pueblos indígenas a la
tierra y a la libre determinación, las dos cuestiones centrales en la mayoría de los
conflictos que afectan a estos pueblos, y contiene otros artículos relacionados con
la violencia y la solución de conflictos.
Dentro de estos artículos encontramos:
En el artículo 7: se reconoce que los pueblos indígenas tienen el derecho
colectivo a vivir en libertad, paz y seguridad como pueblos distintos y no serán
sometidos a ningún acto de genocidio ni a ningún otro acto de violencia,
incluido el traslado forzado de niños del grupo a otro grupo.
así mismo, el artículo 30: se afirma que no se desarrollarán actividades
militares en las tierras o territorios de los pueblos indígenas, a menos que lo
justifique una razón de interés público pertinente o que se haya acordado
libremente con los pueblos indígenas interesados, o que estos lo hayan
solicitado. También, se pide a los Estados que celebren consultas eficaces con
los pueblos indígenas interesados, por los procedimientos apropiados y en
particular por medio de sus instituciones representativas, antes de utilizar sus
tierras o territorios para actividades militares.
El artículo 32: hace mención, que los pueblos indígenas tienen derecho a
determinar y elaborar las prioridades y estrategias para el desarrollo o la
utilización de sus tierras o territorios y otros recursos. También se afirma que
los Estados celebrarán consultas y cooperarán de buena fe con los pueblos
indígenas interesados por conducto de sus propias instituciones
representativas a fin de obtener su consentimiento libre e informado antes de
aprobar cualquier proyecto que afecte a sus tierras o territorios y otros
recursos, particularmente en relación con el desarrollo, la utilización o la
explotación de recursos minerales, hídricos o de otro tipo. Además se pide a
los Estados que provean mecanismos eficaces para la reparación justa y
equitativa por cualquiera de esas actividades, y adopten medidas adecuadas
para mitigar las consecuencias nocivas de orden ambiental, económico, social,
cultural o espiritual.
Por último, el artículo 40: establece que los pueblos indígenas tienen derecho
a procedimientos equitativos y justos para el arreglo de conflictos y
controversias con los Estados u otras partes, y a una pronta decisión sobre
esas controversias, así como a una reparación efectiva de toda lesión de sus
derechos individuales y colectivos.
Debemos mencionar, que el derecho consuetudinario indígena, llamado
también derecho tradicional, derecho propio o costumbre jurídica, fue reconocido
expresa y formalmente por la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela de 1999, como un derecho colectivo de los pueblos originarios,
asociado al derecho a la propia cultura, usos y costumbres, cosmovisión y valores,
plasmados en el artículo 119 del Capítulo VIII del Título III dedicado a los derechos
humanos de los pueblos indígenas.
Por otro lado, específicamente, se dispuso como un elemento esencial de la
jurisdicción especial indígena como medio alternativo de justicia, consagrado en
el artículo 260, mediante el cual las autoridades legítimas de dichos pueblos y
comunidades tienen (y siempre han tenido) la potestad de resolver los conflictos
entre sus integrantes dentro de sus espacios territoriales (hábitat), de acuerdo a
sus tradiciones ancestrales. En otras palabras, se reconoció algo que ya aplicaban
los pueblos indígenas, es decir, la vigencia de sus normas consuetudinarias,
autoridades legítimas y procedimientos.
1.4 Otros Instrumentos Relevantes en los Convenios de Moralidad entre
Pueblos Indígenas
1.4.1 El Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos:
Adoptado por la Asamblea General el 16 de diciembre de 1966. El Comité de
Derechos Humanos, responsable de la supervisión del cumplimiento del Pacto, ha
aplicado varias de sus disposiciones en el contexto específico de los pueblos
indígenas, incluyendo el derecho a la libre determinación (artículo 1), y los
derechos de las minorías nacionales, étnicas y lingüísticas. (Artículo 27).
1.4.2 El Pacto International sobre Derechos Económicos, Sociales y
Culturales:
Adoptado por la Asamblea General el 16 de diciembre de 1966. El Comité de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, responsable de supervisor la
implementación del Pacto, ha aplicado también algunas de sus disposiciones en el
contexto específico de los pueblos indígenas, incluyendo el derecho a la vivienda;
el derecho a la alimentación; el derecho a la educación; el derecho a la salud; el
derecho al agua, y los derechos de propiedad intelectual.
1.4.3 La Convención para la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación Racial:
Adoptada por la Asamblea General el 21 de diciembre de 1965. El Comité para
la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD), responsable de la supervisión
de la Convención, ha prestado una especial atención a la situación de los pueblos
indígenas a través de sus distintos procedimientos.
1.4.4 La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer:
Adoptada por la Asamblea General el 18 de diciembre de 1979. El Comité para
la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) ha prestado una
especial atención a la situación de las mujeres indígenas como grupos
particularmente vulnerables y desaventajados. En la resolución que establece su
mandato, el Consejo de Derechos Humanos ha solicitado al Relator Especial que
preste una especial atención a la situación de las mujeres indígenas, así como a
tomar en cuenta una perspectiva de género en el desempeño de su mandato.
1.4.5 La Convención sobre los Derechos del Niño:
Adoptada por la Asamblea General el 20 de noviembre de 1989. El artículo 30
de la Convención se refiere explícitamente a la situación de los niños indígenas.
Sobre la base de esta disposición, el Comité sobre los Derechos del Niño ha
prestado una especial atención a la situación de la infancia indígena. En la
resolución que establece su mandato, el Consejo de Derechos Humanos ha
solicitado al Relator Especial que preste una especial atención a la situación de los
niños y las niñas indígenas.
1.4.6 La Convención sobre la Diversidad Biológica:
Adoptada en Río de Janeiro el 5 de junio de 1992. El artículo 8(j) de la
Convención reconoce el derecho a las “comunidades indígenas y locales” sobre
“los conocimientos, las innovaciones y las prácticas que entrañen estilos
tradicionales de vida pertinentes para la conservación y la utilización sostenible de
la diversidad biológica”, así como a participar en su aplicación más amplia y en los
beneficios derivados de los mismos. La Conferencia de las Partes de la
Convención ha adoptado una serie de decisiones pertinentes sobre estos asuntos,
y ha desarrollo unas Directrices Voluntarias para realizar evaluaciones de las
repercusiones culturales, ambientales y sociales sobre las comunidades
indígenas.
1.5 Reciprocidad Indígena
La reciprocidad es entendida como una correspondencia de bienes y servicios
entre actores sociales (de dar y devolver), para superar necesidades básicas,
como la escasez de alimentos, la práctica de la reciprocidad está basada en las
relaciones de paisanaje, compadrazgo y confianza entre los actores; los actores
sociales del intercambio recíproco, no necesariamente son parientes cercanos o
habitantes del mismo caserío; también puede suceder con personas foráneos.
Para que se establezca este hecho, es necesaria la confianza entre los actores
sociales, lógicamente el móvil de la reciprocidad es satisfacer necesidades
primordiales como de producción o de alimentación.
Enrique Mayer (1974), expresa que la reciprocidad es una relación social que
vincula tanto a una persona con otras, con grupos sociales y con la comunidad,
como a grupos con grupos, a comunidades con comunidades, productores con
productores y a productores con consumidores, mediante el flujo de bienes y
servicios entre las partes interrelacionadas.
Podemos decir, que las comunidades indígenas de los andes mantienen
relaciones basadas en ayni, o ciclos continuos de reciprocidad para intercambiar
trabajos o bienes comparables. Ayni es un valor central que ha servido a
generaciones de pueblos andinos desde la época preincaica.
Así mismo, si una persona ayuda a otra, luego este debe de devolverle lo
mismo; este mecanismo está considerado como una norma social implícita para
todos, aunque también hay casos donde, a pesar de haber dado algo por alguien,
la otra persona no nos responde con reciprocidad.
Por otro lado, “el Don", se refiere a la moral de la reciprocidad, no solamente
entre la gente, sino, también, con la naturaleza y con el mundo espiritual, para las
comunidades agrícolas de Bolivia y de todos los Andes, estas formas de
intercambio están basadas en una rica historia y en estrategias de supervivencia,
que ahora posibilitan una búsqueda para redescubrir su base ética.
La vida de los pobladores andinos se mueve entre las esferas de la vida
material, social y espiritual; la lógica económica está también reflejada en estas
esferas: transacciones comerciales para la vida material, trueque para la vida
social y "cambiacuy" para la vida espiritual, a la vez fuente primaria que
retroalimenta a los que participan en cualquier forma de intercambio.
También, la ética básica de la reciprocidad se refleja en el destino del producto;
si hay un excedente en la producción, éste es redistribuido en el contexto de las
necesidades materiales, los festivales y los rituales. Compartir los productos da
prestigio y, por lo tanto, es una forma de redistribución (ampliada) de los productos
fuera del ciclo económico, generado por las relaciones de reciprocidad y
parentesco y retroalimentado por la vida espiritual.
2. Formas de Sanción entre Pueblos Indígenas
Los pueblos indígenas de las Américas son grupos culturalmente diferenciados
que mantienen un vínculo ancestral con las tierras en las que viven, pasado ser
parte de su identidad, cultura y medio de subsistencia, así como también de su
bienestar físico y espiritual.
Así mismo, están representados por sus líderes y organizaciones tradicionales,
que son distintas o están separadas de aquellas de la sociedad o cultura
dominante, la mayoría de los indígenas mantienen un idioma distinto a los idiomas
oficiales del país o la región en que residen, a menudo carecen de reconocimiento
formal sobre sus tierras, territorio y recursos naturales.
Los pueblos indígenas, tiene conocimientos y experiencias ancestrales acerca
de cómo adaptarse, mitigar y reducir los riesgos derivados del cambio climático,
desastres naturales, aumento de fragilidad, pérdida de biodiversidad y
degradación de los sistemas de salud, ya que en su mayoría han crecido y
obtenido experiencia de supervivencia durante siglos.
De acuerdo a la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas hace
referencia a la Jurisdicción indígena que consiste en la potestad que tienen los
pueblos y comunidades indígenas, a través de sus autoridades legítimas, de tomar
decisiones de acuerdo con su derecho propio y conforme con los procedimientos
tradicionales, para solucionar de forma autónoma y definitiva las controversias que
se susciten entre sus integrantes, dentro de su hábitat y tierras.
Así mismo, la jurisdicción especial indígena comprende la facultad de conocer,
investigar, decidir y ejecutar decisiones, en los asuntos sometidos a su
competencia y la potestad de avalar acuerdos reparatorios como medida de
solución de conflictos; tiene competencia territorial, extraterritorial, material y
personal, las decisiones tomadas por las autoridades indígenas legítimas sólo
serán revisadas por la jurisdicción ordinaria cuando sean incompatibles con los
derechos fundamentales establecidos en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, los tratados, pactos y convenciones internacionales
suscritos y ratificados por la República.
La Justicia Indígena la podemos definir como la facultad o potestad que el
Estado les reconoce a los diversos pueblos indígenas asentados en el país para
que en casos de conflictos apliquen sus propias costumbres, lenguas, cultura a
través de la presencia y disponibilidad de un mediador, que en lenguas indígena
es conocido como el “palabrero” o “putchipü’üis”.
Esta persona debe ser un sujeto experimentado en la negociación e interacción
ante un conflicto entre los clanes, ellos promueven la reflexión colectiva y la paz a
través de la palabra o “pútchikalü”; este mediador indígena es una autoridad
reconocida dentro de ese clan o grupo de ciudadanos, que goza de credibilidad y
respeto, y los acuerdos que las partes alcancen a través de éste deben ser
cumplidos.
Por otro lado, la justicia indígena es un derecho que tienen estos de gozar de
sus propias leyes, puesto que, ellos desde la antigüedad han organizado y
desarrollado sus propias sociedades. Si damos una ojeada a la cosmovisión y
filosofía indígena, estas colectividades son entidades históricas que se han
desarrollado en base de instituciones económicas, sociales, culturales, filosóficas,
políticas e indiscutiblemente jurídicas; porque la existencia del sistema jurídico les
ha garantizado su existencia y supervivencia y les ha permitido desarrollarse como
sociedades organizadas.
En tal sentido, las autoridades indignas que ejercen la actividad jurisdiccional
deben respetar las normas internas de la comunidad a fin de no aplicar sanciones
que atenten contra los derechos humanos, tales como: el destierro del país o
nación aun cuando si puede ser desterrado de la comunidad indígena, prisión
perpetua, pena de muerte, confiscación de sus propiedades o bienes, así como no
extralimitarse en castigo de conductas lesivas u ofensivas. Porque de ser así, se
les violaría derechos constitucionales que igualmente les son consagrados a estas
personas, como sería el debido proceso, el principio de legalidad, presunción de
inocencia, proporcionalidad de la conducta y la sanción, el derecho a la defensa y
contradicción, entre otros.
En el artículo 253 de la Constitución de la República Bolivariana establece que
los medios alternativos de resolución de conflictos forman parte del sistema de
justicia, así como los ciudadanos y las ciudadanas que participan en la
administración de justicia; es por ello, que la justicia de paz que se organice en las
comunidades formará parte de la tutela del Estado, enmarcándose dentro de los
principios de oralidad, concentración, simplicidad, igualdad, celeridad y gratuidad.
Cabe destacar que la Justicia de Paz como mecanismo de resolución pacífica
de conflicto, prevé en la Ley Orgánica de Justicia de Paz que los Jueces son
competentes para conocer los conflictos y controversias por vía de equidad, pero
que de razonar que los hechos que le son sometido, vulneran disposiciones
legales cuyo conocimiento corresponde a la jurisdicción penal ordinaria o a
jurisdicciones especiales, deberá remitir sus actuaciones al Juez competente.
En cuanto a la Justicia Indígena, es un derecho concedido constitucionalmente
a la pluralidad de indígenas existentes en el territorio venezolano, y en tal sentido,
el Estado está obligado a promoverlo y dar voto de confianza a las capacidades de
autogobierno de los pueblos originarios.
2.1 Aislamiento
Teniendo en cuenta, que en el continente Americano habita el mayor número
de pueblos indígenas en aislamiento voluntario, ya que fueron los últimos pueblos
no colonizados y que no tienen relaciones permanentes con las sociedades
nacionales prevalecientes en la actualidad, estos pueblos y sus antepasados han
habitado el continente desde mucho antes de la existencia de los Estados
actuales.
Por otra parte, es importante considerar lo que significa para estos pueblos el
contacto, muchos de los pueblos en aislamiento y sus antepasados han tenido
algún tipo de contacto con personas ajenas a su pueblo, y las experiencias del
contacto, que por lo general han sido negativas, informan su reacción al contacto y
a menudo se transmiten en sus historias orales.
Al tener contacto con extraños y personas no indígenas supone ante todo una
afrenta a su cosmovisión, a su manera de entender e interpretar el mundo que los
rodea, cuando se da el contacto, se derrumba de modo irreversible todo un
sistema de creencias, tradiciones y supuestos que daban por sentados, y en los
que han basado su modo de vida y su cultura por varios cientos de años. Si el
contacto se da en un contexto violento, esto ocasiona que dichas creencias y
tradiciones se pierdan al ya no ser transmitidos a las generaciones más jóvenes, lo
que puede implicar la desaparición de toda una cultura humana
El derecho de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario y en contacto
inicial se recogen en varios tratados, convenciones, y declaraciones
internacionales, en instrumentos regionales dentro del sistema interamericano de
derechos humanos, así como en algunas legislaciones nacionales y esfuerzos a
nivel regional; estos pueblos tienen todos los mismos derechos que los pueblos
indígenas ya contactados o integrados en las sociedades mayoritarias, así como
los derechos humanos de que goza toda persona.
2.2 Protecciones en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos
El sistema interamericano de derechos humanos cuenta con una serie de
instrumentos que protegen una gran cantidad de derechos, incluidos derechos
específicos relativos a pueblos indígenas, Algunos de éstos son particularmente
relevantes para los pueblos indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial.
2.3 Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre
El artículo 23, protege el derecho a la propiedad privada, la Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha interpretado este artículo de manera
que protege el derecho de propiedad de los pueblos indígenas y tribales sobre sus
tierras, territorios y recursos naturales; Este derecho incluye “preceptos básicos
referentes a la protección de las formas tradicionales de propiedad y supervivencia
cultural y del derecho a la tierra, los territorios y los recursos naturales de los
pueblos indígenas y tribales”. La CIDH considera que la protección de sus tierras,
territorios y recursos naturales es fundamental para la supervivencia física y
cultural de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial.
En virtud de lo antes expuesto, se puede avanzar en varias formas:
Desde los pueblos, comunidades y organizaciones indígenas
Inventariando en los territorios la existencia de estos pueblos o la decisión de
comunidades en aislarse por decisión propia.
Estableciendo estrategias de protección desde las jurisdicciones especiales
indígenas constituidas y por constituir en las comunidades.
Fijando mecanismos territoriales de protección en los territorios ancestrales y
tradicionales.
Creando mecanismos de alerta para el seguimiento y monitoreo en
concordancia con mecanismos nacionales, regionales e internacionales.
2.4 Desprestigio Social, caso Yanomami
El pueblo indígena Yanomami, relativamente es el más numeroso de América
del Sur, ubicados en las selvas y montañas del norte de Brasil en
aproximadamente 9,6 millones de hectáreas, y al sur de Venezuela en la Reserva
de la Biosfera del Alto Orinoco-Casiquiare, que tiene 8,2 millones de hectáreas;
conformando el mayor territorio indígena selvático del mundo; los Yanomamis,
viven en grandes casa comunales de forma circular llamados yanos o shabonos,
alojando hasta 400 personas por cada una, tiene una zona central que es utilizada
para rituales, fiestas y juegos.
Este grupo de indígena tuvo sus primeros contactos con foráneos en el año
1940, cuando el gobierno Brasileño comenzó a delimitar la frontera con
Venezuela, estableciendo posteriormente, el Servicio Estatal de Protección de los
indígenas y grupos misioneros, provocando las primeras epidemias de sarampión
y gripe, por la cual murieron muchos Yanomamis.
Seguidamente, comenzando los años 70, el Gobierno militar decidió construir
una carretera a través del Amazonas y a lo largo de la frontera norte; sin aviso
previo, las excavadoras atravesaron algunas comunidades, donde familias enteras
fueron aniquiladas por completo como consecuencia de enfermedades contra las
que no poseían inmunidad; este pueblo indígena continúa sufriendo los impactos
devastadores y duraderos de la carretera que introdujo colonos, enfermedades y
alcohol. Actualmente, los terratenientes y los colonos la utilizan como punto de
acceso para invadir y deforestar el área de los yanomamis. Así mismo, en los años
80 y 90, con la fiebre del oro, algunos forajidos invadieron territorio Brasileño en
busca de dicho oro, ocasionando muerte a muchos Yanomamis, invadiendo sus
tierras y exponiéndolos a enfermedades.
Tras una larga campaña Internacional liderada por Davi Kopenawa Yanomami,
Survival y la Comisión Pro Yanomami (CCPY), la tierra yanomami de Brasil fue
demarcada finalmente como “Parque Yanomami” en 1992 y los buscadores de oro
fueron expulsados; pero en la actualidad la invasión de la minería de oro en la
tierra de los yanomamis continúa. La situación en Venezuela es muy grave, y
algunos yanomamis han sido envenenados y han estado expuestos a violentos
ataques durante años.
Como resultado del creciente contacto e interacción con foráneos y viendo que
tienen que hacer frente a graves ataques contra sus derechos, los yanomamis han
formado organizaciones regionales para defender sus derechos; en el 2004,
yanomamis de once regiones de Brasil se reunieron para formar Hutukara (que
significa “la parte del cielo de la que nació la tierra”), para defender sus derechos y
desarrollar sus propios proyectos. Por su parte, en 2011 los yanomamis de
Venezuela también crearon su propia organización, Horonami, y yanomamis de
otras zonas en ambos países han fundado asociaciones similares.
Por otro lado, durante la última semana de este presente año se ha reportado que
al menos 45 menores de edad yanomami habían ingresado al Hospital Pediátrico
Santo Antonio en Boa Vista, capital del estado brasileño de Roraima; las consultas
eran, principalmente, por malaria, desnutrición, neumonía y diarrea, siendo la
causa principal de muerte por desnutrición.
En Venezuela, los Yanomamis habitan en comunidades pequeñas y se
mudaban cada año; abrían su conuco, no eran grandes agricultores, eran más
cazadores y recolectores, pero sí tenían cultivos. Pero llegaron los misioneros y la
presencia estatal. Entonces, los indígenas empezaron a vivir más cerca de los ríos
donde estaban las misiones que daban alimentos, fueron creciendo sus
poblaciones y haciéndose más sedentarios, cada vez había menos zonas para
abrir conucos, la tierra era más pobre, la cacería se fue agotando y tenían que ir
más lejos para encontrar animales. Estos factores fueron generando una situación
de crisis alimentaria; empezaron a hacerse más dependientes de los alimentos
industrializados.
Así mismo, otra de las preocupaciones es que hay un foco de tuberculosis que
viene en crecimiento entre los yanomami, poniendo en riesgo a los integrantes de
este pueblo que viven en aislamiento voluntario, generalmente el apoyo, se da
cuando se realizan jornadas de salud en los territorios indígenas, pero
lamentablemente ello no hace parte de una política pública sostenida en el tiempo.
2.5 Exigencias de los Indígenas Yanomamis
Primeramente, estos pobladores yanomami en Brasil piden que se expulse a
los mineros; un buen servicio de salud fuerte; por otro lado, en Venezuela, la
principal exigencia es que les reconozcan su territorio de manera legal, ya que
formalmente no tienen un territorio con autonomía legal; lo que hay es la Reserva
de Biosfera Alto Orinoco, que se creó en el año 1992 y que coincide en buena
medida con el territorio ancestral Yanomami. Su creación correspondió a un
intento de saldar la deuda del Estado venezolano con este pueblo.
También, exigen demarcación y titulación de sus territorios y políticas públicas
indígenas acordes con sus usos y costumbres. Además de ello, el reconocimiento
de sus formas de organización propia y de su identidad cultural, así como
medicamentos, insumos para ambulatorios, médicos y alimentos en las diferentes
comunidades.
2.6 Compensación Material caso Wayuu
Los wayúu, o guajiros se encuentran mayoritariamente asentados en la
península Guajira del estado Zulia, donde viven en familias, clanes o
comunidades; su lengua nativa es la wayúu o wayuunaiki y se dedican al pastoreo,
la siembra de café, yuca, plátano y maíz. Su territorio originario es denominado la
Guajira, en el municipio Páez, ubicado entre Colombia y Venezuela, porque son
anteriores a la creación de los Estados Nacionales, que no tomaron en cuenta su
historia y sus costumbres al momento de establecer los límites geográficos. Es
una zona casi desértica y consecuentemente muy seca y árida, por ello una de
sus necesidades y solicitudes más frecuentes es la democratización del agua y la
posibilidad de acceso al agua potable.
La distribución demográfica de los Wayuu, está intrínsecamente relacionada
con los cambios estacionales; durante la estación seca, muchos Wayúu buscan
trabajo en territorio venezolano o en otras ciudades o pueblos y en la temporada
de lluvias muchos retornan a sus rancherías; es importante señalar que los Wayúu
no se distribuyen de manera uniforme en su territorio tradicional, la densidad de
población en los alrededores de Nazareth (corregimiento de Uribia), por ejemplo,
es mayor que en las otras áreas de la península. Otras zonas de alta densidad de
población Guajira están ubicadas en los alrededores de Uribia, la Serranía de
Jala'ala y en las sabanas de Wopu'müin, en los municipios de Maicao y Manaure.
La sociedad Wayuu presenta una estructura compleja, es de carácter
matrilineal y tiene unos 30 clanes, cada uno con su propio territorio y su propio
animal totémico, los primeros Wayúu y sus clanes surgieron a partir de un espacio
en el alta Guajira, denominada Wotkasainru; Maleiwa distribuyó los animales a los
Wayúu y les dio la orden de trabajar para su mujer, su madre y su suegra. Así
mismo, fue la encargada de distinguir cada clan por medio de hierros con los
cuales eran marcados; se reconocen principalmente los clanes de: Uliana,
Jayaliyu,Uraliyú, Ipuana, Jusayú, Epieyú, Sapuana, Wouliyú, Siijuana y Jinnú.
(Vásquez y Correa, 1992).
2.7 Reconocimiento y Representación del Pueblo Wayuu
El pueblo Wayuu no tiene una organización social que cohesione al colectivo,
la inexistencia de un organismo único de representación ha significado los
continuos altercados entre miembros del pueblo. Ante estos casos, intercede el
palabrero, o putchipu, una figura mediadora imparcial, conocedor de los sistemas
culturales tradicionales, incluida la medicina. Así pues, la resolución de conflictos
se realiza a través del sistema de justicia que imparte el palabrero, lo que lo
convierte en una importante autoridad tradicional, este sistema está orientado por
el palabrero que fundamenta la base de una insipiente organización política, que
se presenta como insuficiente ante la necesidad de generar cohesión y control
social del pueblo en general.
Los conflictos entre ellos, surgen porque las culturas forman sistemas que no
siempre son coherentes a la existencia de fuerzas centrípetas de cohesión social y
de control de los individuos con base en las normas colectivas, se opone la
existencia de fuerzas centrífugas que impulsan la disgregación del sistema
(Bastide, 1977). Por otro lado, las sociedades no son estáticas, los wayuu son un
buen ejemplo de ello; los cambios que se dieron tanto en su organización
sociopolítica como en sus formas de subsistencia a partir del contacto con los
europeos y africanos durante el siglo XVI, crearon las condiciones históricas para
el surgimiento de nuevas formas de conflictos.
De allí podemos derivar tres de los factores fundamentales a los cuales se
hallan frecuentemente asociados los conflictos wayuu:
El control de áreas territoriales y de los recursos naturales presentes en
ellas;
El hurto de ganado;
La existencia de procesos locales de jerarquización social.
Muchos de los conflictos wayuu se encuentran relacionados con la competencia
por el control de áreas territoriales entre diferentes grupos familiares indígenas; los
wayuu basan los mecanismos de control territorial en los principios de
precedencia, adyacencia y subsistencia; en la práctica, la intervención de los
agentes gubernamentales es buscada cuando una familia está en inferioridad de
recursos con relación a otra y supone que tal apelación le resultará ventajosa;
además, es posible que un funcionario tenga más influencia en los círculos
políticos y judiciales de la sociedad nacional que un palabrero tradicional y pueda
ejercer presiones para lograr que a un grupo afectado se le reconozca una
compensación material (Sahler, 1988).
Seguidamente, cuando se producen disputas entre personas pertenecientes a
los pueblos indígenas y personas que se identifican a sí mismos como miembros
de la sociedad nacional, estas consideran que el sistema tradicional wayuu, de
exigir compensaciones económicas por las ofensas o lesiones causadas a un
individuo, es una especie de aprovechamiento inmoral del dolor propio. Por su
parte, los indígenas observan con desconfianza el sistema judicial colombiano
debido a lo dilatado e incierto de los procesos jurídicos cuyo sistema de castigos
no garantiza que se dé una paz efectiva entre los grupos familiares enfrentados, ni
restablece la dignidad de la parte ofendida.
De acuerdo a ello, la distribución de los elementos (collares, ganado, dinero)
entregados como pago por el grupo al cual pertenece el individuo que ha
ocasionado el conflicto se efectúa según el tipo de lesión ocasionada entre los
parientes uterinos (apüshii) o entre los parientes uterinos del padre (o’upayuu) del
individuo afectado. De acuerdo con el modelo tradicional, el aprovechamiento
económico que derivará dicho individuo de la compensación económica recibida
por sus familiares será mínimo o inexistente con el fin de que su conducta sea
prudente en el futuro y evite involucrarse en nuevas disputas.
No siempre el sistema tradicional logra soluciones rápidas a los conflictos
interfamiliares; algunas unidades políticas y sociales wayuu consientes de su
superioridad en hombres, armas y recursos económicos, pueden negarse a
entregar compensación económica a un grupo afectado por las acciones de uno
de sus miembros. Es posible incluso que los familiares de la víctima deban
abandonar su territorio tradicional ante la amenaza de sufrir nuevas agresiones.
Por otro lado, el pueblo Wayuu como uno de los 34 pueblos indígenas en riesgo
de desplazamiento forzado por el conflicto armado, se evidencia que el
desplazamiento en la comunidad genera un riesgo de extinción tanto físico como
cultural. Así mismo, se plantea que el pueblo Wayúu ha sido víctima de violación
de sus derechos fundamentales tanto individuales como colectivos, lo que ha
afectado su autonomía e identidad cultural debido al conflicto armado interno que
se vive, aún en el territorio ancestral, incluso el hacinamiento que les ha limitado el
ejercicio de sus derechos territoriales, acorde a sus usos, costumbres y ancestros,
han generado pobreza y una fractura en sus tradiciones y costumbres a nivel
social y cultural. Finalmente, la exploración y explotación de recursos naturales por
la presencia de multinacionales en el territorio indígena ha generado un gran daño
ambiental sobre el agua, la tierra y las personas.
También, debido a las pocas lluvias, las condiciones desérticas, la poca
posibilidad de desarrollo de la agricultura (y) la dificultad para adquirir alimentos
van generando todas estas condiciones para que el acceso a la comida, a la
manutención, sea una cuestión muy precaria; el pueblo Wayuu ha luchado con las
adversidades naturales de la región de la Guajira, tierra de sol, arena y vientos,
además de enfrentar discriminación, racismo, marginación y violencia por parte de
algunos habitantes no indígenas de la región.
Debido a la posición geográfica de este territorio, el clima varía desde árido a
seco, porque es una región con baja cantidad de lluvias y por tanto, hay una gran
deficiencia hídrica. Este territorio está compuesto por la Alta, Media y Baja Guajira.
La Alta Guajira se caracteriza por ser un espacio con una altura de 800m, está
cubierta por bosques secos y amplias llanuras desérticas. Se encuentran las
serranías de: Macuira, Jalaala, Palash, Cocinas y Carpintero.
En segundo lugar, la Media Guajira tiene una altitud máxima de 40m sobre el
nivel del mar y posee paisajes semidesérticos y sábanas cubiertas de montes
espinosos y áridos.
Finalmente, la Baja Guajira posee los ríos Ranchería y Limón y se encuentran
algunos bosques, los cuales son constantemente reemplazados por pastos y
cultivos, debido al gran interés sobre el territorio de diversas multinacionales
(Vásquez y Correa, 1992).
3. Formas de Gratificación entre Pueblos Indígenas
Los pueblos indígenas poseen grandes y antiguos patrimonios culturales y
consideran que hay una profunda interdependencia entre sus sistemas sociales,
económicos, ambientales y espirituales. Sus conocimientos tradicionales y su
comprensión del manejo de los ecosistemas son contribuciones valiosas para el
acervo mundial, a pesar de ello, los pueblos indígenas figuran al mismo tiempo
entre los grupos más vulnerables, marginados y desfavorecidos del mundo
Así mismo, los pueblos indígenas tienen en común entre sí la continuidad
histórica con una región determinada antes de la colonización y un fuerte vínculo
con sus tierras. Mantienen, al menos en parte, distintos sistemas sociales,
económicos y políticos. Tienen idiomas, culturas, creencias y sistemas de
conocimiento distintos.
Es por ello, que a pesar de que tienen sistemas sociales, económicos y
políticos, lengua, cultura y creencias diferentes comparten una experiencia común
de opresión y marginación por parte del Estado y tienen un vínculo estrecho con la
tierra y los recursos naturales circundantes y están decididos a mantener y
desarrollar sus entornos y sistemas ancestrales como pueblos separados y
desarrollar su identidad e instituciones distintas y forman un sector no dominante
de la sociedad.
3.1 El Respeto
El derecho de los pueblos indígenas al reconocimiento y respeto de los
tratados, acuerdos y otros arreglos constructivos es un derecho fundamental
reconocido en la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas; es por
ello, que honrar a los tratados y otros antiguos acuerdos puede ayudar a
establecer la confianza entre los pueblos indígenas, para la reconstrucción de las
relaciones entre los Estados y los pueblos indígenas en un verdadero espíritu de
buena fe, colaboración y el respeto mutuo.
Así mismo, el respeto de los derechos a las tierras y territorios de los Pueblos
Aborígenes, así como la necesidad de obtener su Consentimiento Libre, Previo e
Informado antes que cualquier proyecto de desarrollo sea realizado a sus
territorios, es crucial para proteger la biodiversidad que ahora se encuentra en un
estado muy grave de crisis.
Con respecto a los nuevos tratados y acuerdos que se están desarrollando,
incluidos aquéllos relacionados con las industrias extractivas que operan en o
cerca de las tierras indígenas, el experto de la ONU señaló que estos deben ser
compatibles con las normas internacionales relativas a los derechos de los
pueblos indígenas, tanto en relación a la participación indígena en estos procesos,
así como en cuanto a los resultados sustantivos.
Por último, en ningún caso los nuevos tratados o acuerdos deberían estar por
debajo o socavar las normas establecidas en la Declaración sobre los Derechos
de los Pueblos Indígenas o establecidas en otras fuentes internacionales.
3.2 El Prestigio
Los pueblos indígenas son los principales guardianes de los bosques del
mundo; gracias a sus prácticas ancestrales, han asegurado la conservación del
80% de la biodiversidad del planeta y los bosques que habitan proveen 1/3 de
la solución al cambio climático. Incluso muchos de los productos que México oferta
en el mundo con gran calidad y prestigio proviene de comunidades indígenas, un
ejemplo de ello es el café orgánico; producto de las zonas montañosas del centro
y sur del país, cultivado por pequeños productores indígenas.
Otro importante producto es la miel orgánica que se cosecha en Yucatán,
Campeche y Chiapas, principalmente; las frutas y hortalizas de las chinampas de
la Ciudad de México son otra importante aportación a la alimentación de muchas
entidades producidas por pueblos originarios.
De acuerdo al día Internacional de los Pueblos Indígenas, celebrado el 9 de
agosto se conmemora la primera reunión que celebró el Grupo de Trabajo sobre
las múltiples Poblaciones de pueblos originarios de la Subcomisión de Prevención
de Discriminaciones y Protección a las Minorías, en 1982; se consideran tan
importantes porque practican culturas y formas únicas y valiosas de relacionarse
con su entorno, y retienen rasgos sociales, culturales y políticos que son muy
diferentes a la sociedad globalizada.
De hecho, Los Principios mineros del ICMM también exigen a sus miembros
que apliquen la jerarquía de mitigación para afrontar los impactos adversos y
ofrecer beneficios sostenibles a los pueblos indígenas. Esto implica que las
empresas deben tratar primero de prever y evitar las repercusiones negativas,
luego minimizarlas y, como último recurso, compensarlos.
3.3 Reconocimiento
Una de las principales demandas del movimiento indígena en diversas partes
del mundo ha sido el reconocimiento constitucional de los pueblos o naciones
originarias. ¿Por qué resulta relevante el reconocimiento constitucional de pueblos
indígenas? Existen razones normativas y socio-políticas que explican su
relevancia; si la Constitución refleja una identidad (un “nosotros”, un “pueblo”)
pareciera razonable entonces que en dicha carta fundamental se reconociera la
diversidad de identidades que conviven en un territorio.
Además, la Constitución es la ley fundamental o suprema, entonces
debiésemos esperar que sea en dicho texto donde se refleje este reconocimiento;
también, existen razones socio-políticas que explican este reconocimiento, como
las desigualdades políticas existentes en América Latina han “constitucionalizado”
las luchas sociales, el sistema político y las instituciones del Estado se rigen por
una carta constitucional y como dicha carta es la que ordena al resto de las
normas, el reconocimiento de derechos sociales, económicos y culturales se ha
transformado en un hito relevante para los actores políticos y sociales.
3.3.1 Algunos Casos de Reconocimiento
Finlandia:
Los Sami son un pueblo indígena que habita los territorios del norte de
Finlandia, Noruega, Suecia y una parte de Rusia, viven principalmente de la pesca
y han sido nómades por el tipo de clima y actividades económicas que realizan,
hay un aproximado de 0,18% de la población total de ese país, además en estos
países se produjo un histórico proceso de intento de asimilación. Solo a partir de la
década de los 1970 se comenzaron los primeros esfuerzos serios de
reconocimiento. En 1973 se estableció un acta estableciendo el Parlamento Sami
de Finlandia, y el reconocimiento del pueblo Sami vino recién en el año 1995. Las
primeras políticas públicas se refirieron a la protección de la lengua Sami que
comenzaron en los 1970 y se formalizaron y reconocieron en 1992.
En la actual constitución se establecen pocos pero relevantes preceptos
asociados a la lengua y el territorio; sobre el primero, indica la Constitución que
“los Sami, como un pueblo indígena, así como los Roma y otros grupos, tienen el
derecho de mantener y desarrollar su propia lengua y cultura. Las provisiones
sobre el derecho de los Sami para el uso de la lengua Sami frente a las
autoridades es desarrollar en un Acta particular. Además, sostiene la Constitución
que “Las provisiones de autogobierno en áreas administrativas más extensas que
los municipios son explicitadas en un Acta particular.
Nueva Zelandia
Los Maorí son un pueblo indígena que se estableció en Nueva Zelandia desde
la Polinesia entre los siglos IX y X, en la fase de la expansión de los imperios
Europeos comenzaron las primeras interacciones con el pueblo Maorí. A
comienzos del siglo XIX fueron los británicos los que más interés tuvo en la región
lo que provocó un aumento en tráfico de esclavos, confrontación y finalmente un
proceso de colonización.
Para el año 1940, se estableció el tratado de Waitangi que fue la plataforma de
las posteriores luchas por el reconocimiento de ese pueblo y que recién se
concretaron luego de intensos procesos de protesta en la década de los 1970.
Entre 1975 y 1985 se estableció el Tribunal de Waitangi para resolver las
demandas del pueblo Maorí y que significaron el reconocimiento de una serie de
derechos territoriales, económicos, políticos y culturales, hoy los Maorí
representan aproximadamente el 15% de la población Neozelandesa.
Canadá
Hoy en día en Canadá hay 6 áreas culturales que aglutinan a los diversos
grupos indígenas, llamados First Nations, del país: Woodland, The iroquian, The
Plains, The Plateau, The Pacific Coast y The Mackenzie and Yukon River Basin,
estas regiones están habitadas por diversos grupos indígenas que pertenecen a
una o varias familias lingüísticas.
Seguidamente, la historia de encuentros entre las First Nations y el Estado
Nación tiene diversos capítulos, siendo el primero de estos la Real Proclamación,
emitida en Londres y dictada en 1763 y que demarca, por vez primera, los límites
geográficos entre la ocupación francesa, inglesa y de los pueblos indígenas.
Posterior a ello, se firmaron durante el transcurso del siglo XVII, diversos tratados
con distintos pueblos con la clara intención de ir apoderándose de las tierras
ocupadas por estos grupos.
Actividades productivas relacionadas con la naturaleza económica de la
colonización tales como el comercio de pieles, llevaron a diferentes conflictos
territoriales que la Real Proclamación no pudo prever ni solucionar. Ya hacia los
años 70’s del siglo XX, las First Nations contaban con un movimiento social fuerte
que les permitió entrar de lleno en el debate político nacional y renegociar algunos
de los tratados firmados en años anteriores. Para 1988 el nivel de elaboración
política de estos movimientos llegaba al punto que demandaba el control provincial
y federal de su territorio, sin embargo, no es hasta la década de 1990 que los
procesos de negociación rinden mayores frutos pasando a la demanda por el
reconocimiento. Demanda que es aceptada por el gobierno federal.
México
La historia de encuentros y desencuentros entre el estado de México y los
pueblos indígenas que habitan en su territorio es de larga data; empezó, como es
el caso de todos los países de raigambre colonial, con la conquista de una
potencia extranjera (en este caso la Corona Española), pero toma mayor
importancia, y otro matiz, una vez fundado el estado mexicano.
Durante el siglo XIX tienen lugar distintas instancias que intentaron regular la
propiedad y uso de tierras indígenas, pero siempre desde una perspectiva de
pobreza, entendiendo a las “tribus” como comunidades de campesinos pobres. Ya
durante los albores del siglo XX, en el año 1917, se reconoce por vez primera en
la Constitución de la República a los pueblos indígenas a través de la posesión de
tierras: el artículo 27 del inciso IV reconocía explícitamente la propiedad comunal
como un derecho primordial de los pueblos indígenas y tribus.
Ya para el año 1940 se llevó a cabo el Primer Congreso Indigenista
Latinoamericano, lo que a ojos de diversos autores marca el inicio de las políticas
de protección indígena en América Latina, es por ello que por estos días este país
es considerado como vanguardista en torno a lo que reconocimiento de derechos
indígenas refiere y esto queda a la vista, al menos en la teoría, en su actual
Constitución.
Por último, la constitución mexicana reconoce 10 de las 13 dimensiones
consideradas en este estudio y lo hace a través de párrafos textuales y explícitos.
En al artículo 2 afirma que “La Nación tiene una composición pluricultural
sustentada originalmente en sus pueblos indígenas, que son aquellos que
descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual del país al
iniciarse la colonización”.
Venezuela
De acuerdo a la Constitución de la República de Venezuela, establece como
una de sus premisas la protección y preservación de las culturas indígenas
amparadas en el concepto de pueblos originarios, contemplado en el Articulo 1
donde reconoce y protege la existencia de los pueblos y comunidades indígenas
como pueblos originarios, garantizándole los derechos consagrados en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, los tratados, pactos y
convenios internacionales y otras normas de aceptación universal, así como las
demás leyes de la República, para asegurar su participación activa en la vida de la
Nación venezolana, la preservación de sus culturas, el ejercicio de la libre
determinación de sus asuntos internos y las condiciones que los hacen posibles.
Es por ello, que la idea de proteger las culturas indígenas viene a significar un
hito importante en la concepción del Estado venezolano hacia los indígenas, pues
se espera que con ello supere la ambición por asimilar a los indígenas a la
sociedad criolla. No obstante, el mismo artículo contiene cierta ambigüedad, pues
contempla que el Estado garantice la participación de los indígenas en la vida
nacional, algo que podría interpretarse como querer asimilar a los indígenas a la
sociedad criolla, similar a como estaba contemplado en la Constitución de 1961 en
su artículo 77.
Colombia
De acuerdo a la nueva Constitución aprobada en 1991 han quedado
reconocidos una serie de derechos de las comunidades indígenas, lo cual
reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la Nación Colombiana
(artículo 7) y es obligación del Estado proteger las riquezas culturales
contemplada en el artículo 8; también, el articulo 10 hace mención que las lenguas
y dialectos de los grupos étnicos son también oficiales en sus territorios, y en las
comunidades con tradición lingüística propia la educación será bilingüe; su
formación deberá respetar y desarrollar su identidad cultural de acuerdo al artículo
68.
También, en el artículo 63 explica que las tierras comunales de grupos étnicos
y las tierras de resguardo son inalienables, imprescriptibles e inembargables, así
como el reconocimiento sobre la riqueza en su territorio arqueológica tienen
derechos especiales sobre esos patrimonios culturales, que deben ser
reglamentados por ley en su artículo 72.
Por otro lado se reconoce como nacionales colombianos a los indígenas que
compartían círculo en territorios fronterizos, a condición de reciprocidad de
acuerdo al artículo 96, también, crea cargos de senadores y un número a
reglamentarse de hasta cinco representantes a elegirse en circunscripción
nacional especial por comunidades indígenas (artículo 176).
Por último, el artículo 246 establece que las autoridades de los pueblos
indígenas podrán ejercer funciones jurisdiccionales dentro de su ámbito territorial,
de conformidad con sus propias normas y procedimientos, siempre que no sean
contrarios a la Constitución y leyes.
Brasil
La Constitución, por primera vez en la historia del constitucionalismo brasileño,
describe un capítulo específico sobre los Pueblos Indígenas, que comprende los
artículos 231 y 232 de su texto. Entre estas disposiciones, los Indígenas son
reconocidos por su organización social, costumbres, idiomas, creencias y
tradiciones, y los derechos originales sobre las tierras que tradicionalmente
ocupan, y la Unión es responsable por demarcar, proteger y garantizar el respeto
de todos sus activos (art. 231).
Por otro lado, la Constitución también define el concepto de "tierras
tradicionalmente ocupadas" como aquellas en que ellos habitan
permanentemente, aquellas utilizadas para sus actividades productivas, aquellas
esenciales para la preservación de los recursos ambientales, necesarios para su
bienestar y aquellas necesarias para su reproducción física y cultural, según sus
usos, costumbres y tradiciones (art. 231, § 1). Aun así, se enfatiza que sus tierras
están en posesión permanente de los Pueblos Indígenas y que las riquezas de la
tierra, los ríos y los lagos son su usufructo (art. 231, § 2).
Podemos decir, que como avances significativos, la Constitución determinó que
las tierras indígenas son inalienables y son indisponibles, y los derechos sobre
ellas son imprescriptibles (art. 231, § 4). En este sentido, el texto constitucional
considera nulos los actos que tienen como objetivo la ocupación, el dominio y la
posesión de estas tierras o la explotación de su riqueza (art. 231, § 6).
Referencias Bibliográficas
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humana de Colombia: Nordeste indígena. Tomo II. Instituto Colombiano
de Cultura Hispánica. Colección: Quinto Centenario. Bogotá D.C
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54552010000100013#:~:text=Conforme%20consignan%20los
%20expedientes%20de,el%20delito%20atribuido%20al%20condenado.
https://survival.es/indigenas/yanomami
https://beta.ifad.org/es/web/knowledge/-/los-pueblos-ind%C3%ADgenas-
valorar-respetar-y-apoyar-la-diversidad.
https://www.un.org/es/fight-racism/vulnerable-groups/indigenous-
peoples#:~:text=Los%20pueblos%20ind%C3%ADgenas%20tienen%20en,y
%20sistemas%20de%20conocimiento%20distintos.
https://www.culturalsurvival.org/es/publications/cultural-survival-quarterly/el-
respeto-por-los-derechos-indigenas-es-crucial-para
https://www.icmm.com/es/desempeno-social/derechos-humanos/respetar-a-
los-pueblos-indigenas
https://www.icmm.com/es/desempeno-social/derechos-humanos/respetar-a-
los-pueblos-indigenas
https://www.diainternacionalde.com/ficha/dia-internacional-poblaciones-
indigenas
https://labconstitucional.udp.cl/cms/wp-content/uploads/2018/06/
ICSO_DT_46_Fernandez_Fuentesv4.pdf
http://www.cidh.org/countryrep/colombia93sp/cap.11.htm#:~:text=En%20la
%20nueva%20Constituci%C3%B3n%20aprobada,riquezas%20culturales
%20(art%C3%ADculo%208).
Moralidad entre
Pueblos Indígenas
Elaborado por:
Angelica Trujillo C.I. 18.448.208
Darilys Alvarez C.I. 19.188.138
Yohendry Ulacio C.I. 27.005.928
Estefani Mosquera C.I. 31.234.648
Profesor: Braulio Medina
Sección: 001
Punto Fijo, Abril de 2023.
Indice
Introduccion
La Moralidad entre los Pueblos Indígenas
De acuerdo a la Ley de Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas,
podemos considerar algunas definiciones:
1. Pueblos Indígenas: Son grupos humanos descendientes de los pueblos
originarios que habitan en el espacio geográfico que corresponde al territorio
nacional, de conformidad con la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela y las leyes, que se reconocen a sí mismos como tales, por tener uno o
algunos de los siguientes elementos: identidades étnicas, tierras, instituciones
sociales, económicas, políticas, culturales y, sistemas de justicia propios, que los
distinguen de otros sectores de la sociedad nacional y que están determinados a
preservar, desarrollar y transmitir a las generaciones futuras.
2. Comunidades Indígenas: Son grupos humanos formados por familias indígenas
asociadas entre sí, pertenecientes a uno o más pueblos indígenas, que están
ubicadas en un determinado espacio geográfico y organizados según las pautas
culturales propias de cada pueblo, con o sin modificaciones provenientes de otras
culturas.
3. Indígena: Es toda persona descendiente de un pueblo indígena, que habita en
el espacio geográfico señalado en el numeral 1 del presente artículo, y que
mantiene la identidad cultural,social y económica de su pueblo o comunidad, se
reconoce a sí misma como tal y es reconocida por su pueblo y comunidad, aunque
adopte elementos de otras culturas.
4. Tierras Indígenas: Son aquellas en las cuales los pueblos y comunidades
indígenas de manera individual o colectiva ejercen sus derechos originarios y han
desarrollado tradicional y ancestralmente su vida física, cultural, espiritual, social,
económica y política. Comprenden los espacios terrestres, las áreas de cultivo,
caza, pesca, recolección, pastoreo, asentamientos, caminos tradicionales, lugares
sagrados e históricos y otras áreas que hayan ocupado ancestral o
tradicionalmente y que son necesarias para garantizar y desarrollar sus formas
específicas de vida.
5. Hábitat indígena: Es el conjunto de elementos físicos, químicos, biológicos y
socioculturales, que constituyen el entorno en el cual los pueblos y comunidades
indígenas se desenvuelven y permiten el desarrollo de sus formas tradicionales de
vida. Comprende el suelo, el agua, el aire, la flora, la fauna y en general todos
aquellos recursos materiales e inmateriales necesarios para garantizar la vida y
desarrollo de los pueblos y comunidades indígenas.
La realidad sociológica de nuestro país nos indica que existen diversas razas
indígenas, permitiendo ello la existencia de varios sistemas jurídicos indígenas
que se adaptan a los diferentes espacios y tiempos de acuerdo a la realidad
antropológica de cada pueblo o comunidad indígena. Para el desarrollo de la
jurisdicción especial indígena debe considerarse el estudio de aspectos
importantes que conlleven a la reconstrucción de sus costumbres y antecedentes
históricos, a sus prácticas ancestrales, la interculturalidad, invención y redefinición
de costumbres. También convendría definir el concepto de norma o ley que estas
poblaciones comprenden, cuál es su idea de fuerza, alma y ánimo de acción, que
conexión existe entre la conducta natural y la conducta abstracta establecida en la
norma del derecho positivo.
4. Moralidad entre los Pueblos Indígenas
1.1 Convenio Nº 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
sobre los pueblos Indígenas y Tribales
La Organización Internacional del Trabajo, fue creada en 1919, presentando
especial atención a la situación de los pueblos indígenas y tribales en los países,
en 1957, se adoptó un primer instrumento internacional vinculante, el Convenio Nº
107 sobre Poblaciones indígenas y tribales en países independientes, ya para
junio de 1989, la Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT adoptó en forma
tripartita con participación de los gobiernos, organizaciones de empleadores y de
trabajadores, el Convenio Nº 169 sobre Pueblos indígenas y tribales en países
independientes. En el proceso de revisión del Convenio (1987-1989) también
fueron consultados y participaron un gran número de pueblos indígenas y tribales.
De acuerdo a ello, durante la conferencia se observó que en muchas partes del
mundo estos pueblos no gozaban de los derechos en igual grado que el resto de
la población, y han sufrido a menudo una erosión en sus valores, costumbres y
perspectivas. Los pueblos indígenas y tribales en América Latina presentan, hoy
en día, los peores indicadores socioeconómicos y laborales, y la discriminación
por origen étnico o racial.
Es por ello, que este convenio tiene dos postulados básicos: el derecho de los
pueblos indígenas a mantener y fortalecer sus culturas, formas de vida e
instituciones propias, y su derecho a participar de manera efectiva en las
decisiones que les afectan. Estas premisas constituyen la base sobre la cual
deben interpretarse las disposiciones del Convenio, por otro lado, garantiza el
derecho de los pueblos indígenas y tribales a decidir sus propias prioridades en lo
que atañe al proceso de desarrollo, en la medida en que éste afecte sus vidas,
creencias, instituciones y bienestar espiritual y a las tierras que ocupan o utilizan
de alguna manera, y de controlar, en la medida de lo posible, su propio desarrollo
económico, social y cultural.
De acuerdo la conferencia convocada en Ginebra por el Consejo de
Administración de la Oficina Internacional del Trabajo, y congregada en dicha
ciudad el 7 junio 1989, en su septuagésima sexta reunión, Adopta, con fecha
veintisiete de junio de mil novecientos ochenta y nueve, el siguiente Convenio, que
podrá ser citado como el Convenio sobre pueblos Indígenas y Tribales, 1989.
Haciendo referencia a algunos artículos que se vinculan con la moralidad entre los
pueblos indígenas:
Artículo 1:
4. El presente Convenio se aplica:
c) A los pueblos tribales en países independientes, cuyas condiciones
sociales, culturales y económicas les distingan de otros sectores de la
colectividad nacional, y que estén regidos total o parcialmente por sus
propias costumbres o tradiciones o por una legislación especial;
d) a los pueblos en países independientes, considerados indígenas por el
hecho de descender de poblaciones que habitaban en el país o en una
región geográfica a la que pertenece el país en la época de la conquista o
la colonización o del establecimiento de las actuales fronteras estatales y
que, cualquiera que sea su situación jurídica, conservan todas sus propias
instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas.
5. La conciencia de su identidad indígena o tribal deberá considerarse un criterio
fundamental para determinar los grupos a los que se aplican las disposiciones
del presente Convenio.
6. La utilización del término pueblos en este Convenio no deberá interpretarse en
el sentido de que tenga implicación alguna en lo que atañe a los derechos que
pueda conferirse a dicho término en el derecho internacional.
Artículo 2:
3. Los gobiernos deberán asumir la responsabilidad de desarrollar, con la
participación de los pueblos interesados, una acción coordinada y sistemática
con miras a proteger los derechos de esos pueblos y a garantizar el respeto de
su integridad.
4. Esta acción deberá incluir medidas:
d) que aseguren a los miembros de dichos pueblos gozar, en pie de igualdad,
de los derechos y oportunidades que la legislación nacional otorga a los
demás miembros de la población;
e) que promuevan la plena efectividad de los derechos sociales, económicos y
culturales de esos pueblos, respetando su identidad social y cultural, sus
costumbres y tradiciones, y sus instituciones;
f) que ayuden a los miembros de los pueblos interesados a eliminar las
diferencias socioeconómicas que puedan existir entre los miembros
indígenas y los demás miembros de la comunidad nacional, de una manera
compatible con sus aspiraciones y formas de vida.
Artículo 3:
3. Los pueblos indígenas y tribales deberán gozar plenamente de los
derechos humanos y libertades fundamentales, sin obstáculos ni
discriminación. Las disposiciones de este Convenio se aplicarán sin
discriminación a los hombres y mujeres de esos pueblos.
4. No deberá emplearse ninguna forma de fuerza o de coerción que viole los
derechos humanos y las libertades fundamentales de los pueblos
interesados, incluidos los derechos contenidos en el presente Convenio.
Parte II. Tierras
Artículo 13:
3. Al aplicar las disposiciones de esta parte del Convenio, los gobiernos
deberán respetar la importancia especial que para las culturas y valores
espirituales de los pueblos interesados reviste su relación con las tierras o
territorios, o con ambos, según los casos, que ocupan o utilizan de alguna
otra manera, y en particular los aspectos colectivos de esa relación.
4. La utilización del término tierras en los artículos 15 y 16 deberá incluir el
concepto de territorios, lo que cubre la totalidad del hábitat de las regiones
que los pueblos interesados ocupan o utilizan de alguna otra manera.
Artículo 14:
4. Deberá reconocerse a los pueblos interesados el derecho de propiedad y
de posesión sobre las tierras que tradicionalmente ocupan. Además, en los
casos apropiados, deberán tomarse medidas para salvaguardar el derecho
de los pueblos interesados a utilizar tierras que no estén exclusivamente
ocupadas por ellos, pero a las que hayan tenido tradicionalmente acceso
para sus actividades tradicionales y de subsistencia. A este respecto,
deberá prestarse particular atención a la situación de los pueblos nómadas
y de los agricultores itinerantes.
5. Los gobiernos deberán tomar las medidas que sean necesarias para
determinar las tierras que los pueblos interesados ocupan tradicionalmente
y garantizar la protección efectiva de sus derechos de propiedad y
posesión.
6. Deberán instituirse procedimientos adecuados en el marco del sistema
jurídico nacional para solucionar las reivindicaciones de tierras formuladas
por los pueblos interesados.
Artículo 15:
3. Los derechos de los pueblos interesados a los recursos naturales
existentes en sus tierras deberán protegerse especialmente. Estos
derechos comprenden el derecho de esos pueblos a participar en la
utilización, administración y conservación de dichos recursos.
4. En caso de que pertenezca al Estado la propiedad de los minerales o de los
recursos del subsuelo, o tenga derechos sobre otros recursos existentes en
las tierras, los gobiernos deberán establecer o mantener procedimientos
con miras a consultar a los pueblos interesados, a fin de determinar si los
intereses de esos pueblos serían perjudicados, y en qué medida, antes de
emprender o autorizar cualquier programa de prospección o explotación de
los recursos existentes en sus tierras. Los pueblos interesados deberán
participar siempre que sea posible en los beneficios que reporten tales
actividades, y percibir una indemnización equitativa por cualquier daño que
puedan sufrir como resultado de esas actividades.
Artículo 16:
6. A reserva de lo dispuesto en los párrafos siguientes de este artículo, los
pueblos interesados no deberán ser trasladados de las tierras que ocupan.
7. Cuando excepcionalmente el traslado y la reubicación de esos pueblos se
consideren necesarios, sólo deberán efectuarse con su consentimiento,
dado libremente y con pleno conocimiento de causa. Cuando no pueda
obtenerse su consentimiento, el traslado y la reubicación sólo deberá tener
lugar al término de procedimientos adecuados establecidos por la
legislación nacional, incluidas encuestas públicas, cuando haya lugar, en
que los pueblos interesados tengan la posibilidad de estar efectivamente
representados.
8. Siempre que sea posible, estos pueblos deberán tener el derecho de
regresar a sus tierras tradicionales en cuanto dejen de existir las causas
que motivaron su traslado y reubicación.
9. Cuando el retorno no sea posible, tal como se determine por acuerdo o, en
ausencia de tales acuerdos, por medio de procedimientos adecuados,
dichos pueblos deberán recibir, en todos los casos posibles, tierras cuya
calidad y cuyo estatuto jurídico sean por lo menos iguales a los de las
tierras que ocupaban anteriormente, y que les permitan subvenir a sus
necesidades y garantizar su desarrollo futuro. Cuando los pueblos
interesados prefieran recibir una indemnización en dinero o en especie,
deberá concedérseles dicha indemnización, con las garantías apropiadas.
10. Deberá indemnizarse plenamente a las personas trasladadas y reubicadas
por cualquier pérdida o daño que hayan sufrido como consecuencia de su
desplazamiento.
Artículo 17:
4. Deberán respetarse las modalidades de transmisión de los derechos sobre
la tierra entre los miembros de los pueblos interesados establecidas por
dichos pueblos.
5. Deberá consultarse a los pueblos interesados siempre que se considere su
capacidad de enajenar sus tierras o de transmitir de otra forma sus
derechos sobre estas tierras fuera de su comunidad.
6. Deberá impedirse que personas extrañas a esos pueblos puedan
aprovecharse de las costumbres de esos pueblos o de su desconocimiento
de las leyes por parte de sus miembros para arrogarse la propiedad, la
posesión o el uso de las tierras pertenecientes a ellos.
Artículo 18:
La ley deberá prever sanciones apropiadas contra toda intrusión no autorizada
en las tierras de los pueblos interesados o todo uso no autorizado de las mismas
por personas ajenas a ellos, y los gobiernos deberán tomar medidas para impedir
tales infracciones.
Artículo 19:
Los programas agrarios nacionales deberán garantizar a los pueblos
interesados condiciones equivalentes a las que disfruten otros sectores de la
población, a los efectos de:
c) La asignación de tierras adicionales a dichos pueblos cuando las tierras de
que dispongan sean insuficientes para garantizarles los elementos de una
existencia normal o para hacer frente a su posible crecimiento numérico;
d) El otorgamiento de los medios necesarios para el desarrollo de las tierras
que dichos pueblos ya poseen.
1.2 Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas
Fue Aprobada en la segunda sesión plenaria, celebrada el 14 de junio de 2016,
documento AG/DEC. 79 (XLIV-O/14), que reafirma como una prioridad de la
Organización de los Estados Americanos avanzar en la promoción y protección
efectiva de los derechos de los pueblos indígenas de las Américas, teniendo en
cuenta, la importante participación de los pueblos indígenas de las Américas en el
proceso de elaboración de esta Declaración, reafirmando que los pueblos
indígenas son sociedades originarias, diversas y con identidad propia que forman
parte integral de las Américas se declara:
Sección Primera: Pueblos Indígenas. Ámbito de aplicación y alcances
Artículo I:
3. La Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas se
aplica a los pueblos indígenas de las Américas.
4. El auto identificación como pueblos indígenas será un criterio fundamental
para determinar a quienes se aplica la presente Declaración. Los Estados
respetarán el derecho a dicha auto identificación como indígena en forma
individual o colectiva, conforme a las prácticas e instituciones propias de
cada pueblo indígena.
Artículo II:
Los Estados reconocen y respetan el carácter pluricultural y multilingüe de los
pueblos indígenas, quienes forman parte integral de sus sociedades.
Artículo III:
Los pueblos indígenas tienen derecho a la libre determinación. En virtud de ese
derecho determinan libremente su condición política y persiguen libremente su
desarrollo económico, social y cultural.
Artículo IV:
Nada de lo contenido en la presente Declaración se interpretará en el sentido
de que confiere a un Estado, pueblo, grupo o persona derecho alguno a participar
en una actividad o realizar un acto contrarios a la Carta de la Organización de los
Estados Americanos y a la Carta de las Naciones Unidas, ni se entenderá en el
sentido de que autoriza o alienta acción alguna encaminada a quebrantar o
menoscabar, total o parcialmente, la integridad territorial o la unidad política de
Estados soberanos e independientes.
1.3 Declaración de las Naciones Unidas
De acuerdo a estas declaraciones sobre los derechos de los pueblos indígenas
tiene el fin de prevenir y solucionar esos conflictos y consolidar una paz duradera,
a través del diálogo y la concertación, utilizando como guía los principios de la
Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Esta declaración fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones
Unidas en 2007, hace referencia directa al derecho de los pueblos indígenas a la
tierra y a la libre determinación, las dos cuestiones centrales en la mayoría de los
conflictos que afectan a estos pueblos, y contiene otros artículos relacionados con
la violencia y la solución de conflictos.
Dentro de estos artículos encontramos:
En el artículo 7: se reconoce que los pueblos indígenas tienen el derecho
colectivo a vivir en libertad, paz y seguridad como pueblos distintos y no serán
sometidos a ningún acto de genocidio ni a ningún otro acto de violencia,
incluido el traslado forzado de niños del grupo a otro grupo.
así mismo, el artículo 30: se afirma que no se desarrollarán actividades
militares en las tierras o territorios de los pueblos indígenas, a menos que lo
justifique una razón de interés público pertinente o que se haya acordado
libremente con los pueblos indígenas interesados, o que estos lo hayan
solicitado. También, se pide a los Estados que celebren consultas eficaces con
los pueblos indígenas interesados, por los procedimientos apropiados y en
particular por medio de sus instituciones representativas, antes de utilizar sus
tierras o territorios para actividades militares.
El artículo 32: hace mención, que los pueblos indígenas tienen derecho a
determinar y elaborar las prioridades y estrategias para el desarrollo o la
utilización de sus tierras o territorios y otros recursos. También se afirma que
los Estados celebrarán consultas y cooperarán de buena fe con los pueblos
indígenas interesados por conducto de sus propias instituciones
representativas a fin de obtener su consentimiento libre e informado antes de
aprobar cualquier proyecto que afecte a sus tierras o territorios y otros
recursos, particularmente en relación con el desarrollo, la utilización o la
explotación de recursos minerales, hídricos o de otro tipo. Además se pide a
los Estados que provean mecanismos eficaces para la reparación justa y
equitativa por cualquiera de esas actividades, y adopten medidas adecuadas
para mitigar las consecuencias nocivas de orden ambiental, económico, social,
cultural o espiritual.
Por último, el artículo 40: establece que los pueblos indígenas tienen derecho
a procedimientos equitativos y justos para el arreglo de conflictos y
controversias con los Estados u otras partes, y a una pronta decisión sobre
esas controversias, así como a una reparación efectiva de toda lesión de sus
derechos individuales y colectivos.
Debemos mencionar, que el derecho consuetudinario indígena, llamado
también derecho tradicional, derecho propio o costumbre jurídica, fue reconocido
expresa y formalmente por la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela de 1999, como un derecho colectivo de los pueblos originarios,
asociado al derecho a la propia cultura, usos y costumbres, cosmovisión y valores,
plasmados en el artículo 119 del Capítulo VIII del Título III dedicado a los derechos
humanos de los pueblos indígenas.
Por otro lado, específicamente, se dispuso como un elemento esencial de la
jurisdicción especial indígena como medio alternativo de justicia, consagrado en
el artículo 260, mediante el cual las autoridades legítimas de dichos pueblos y
comunidades tienen (y siempre han tenido) la potestad de resolver los conflictos
entre sus integrantes dentro de sus espacios territoriales (hábitat), de acuerdo a
sus tradiciones ancestrales. En otras palabras, se reconoció algo que ya aplicaban
los pueblos indígenas, es decir, la vigencia de sus normas consuetudinarias,
autoridades legítimas y procedimientos.
1.4 Otros Instrumentos Relevantes en los Convenios de Moralidad entre
Pueblos Indígenas
4.4.1 El Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos:
Adoptado por la Asamblea General el 16 de diciembre de 1966. El Comité de
Derechos Humanos, responsable de la supervisión del cumplimiento del Pacto, ha
aplicado varias de sus disposiciones en el contexto específico de los pueblos
indígenas, incluyendo el derecho a la libre determinación (artículo 1), y los
derechos de las minorías nacionales, étnicas y lingüísticas. (Artículo 27).
4.4.2 El Pacto International sobre Derechos Económicos, Sociales y
Culturales:
Adoptado por la Asamblea General el 16 de diciembre de 1966. El Comité de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, responsable de supervisor la
implementación del Pacto, ha aplicado también algunas de sus disposiciones en el
contexto específico de los pueblos indígenas, incluyendo el derecho a la vivienda;
el derecho a la alimentación; el derecho a la educación; el derecho a la salud; el
derecho al agua, y los derechos de propiedad intelectual.
4.4.3 La Convención para la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación Racial:
Adoptada por la Asamblea General el 21 de diciembre de 1965. El Comité para
la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD), responsable de la supervisión
de la Convención, ha prestado una especial atención a la situación de los pueblos
indígenas a través de sus distintos procedimientos.
4.4.4 La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer:
Adoptada por la Asamblea General el 18 de diciembre de 1979. El Comité para
la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) ha prestado una
especial atención a la situación de las mujeres indígenas como grupos
particularmente vulnerables y desaventajados. En la resolución que establece su
mandato, el Consejo de Derechos Humanos ha solicitado al Relator Especial que
preste una especial atención a la situación de las mujeres indígenas, así como a
tomar en cuenta una perspectiva de género en el desempeño de su mandato.
4.4.5 La Convención sobre los Derechos del Niño:
Adoptada por la Asamblea General el 20 de noviembre de 1989. El artículo 30
de la Convención se refiere explícitamente a la situación de los niños indígenas.
Sobre la base de esta disposición, el Comité sobre los Derechos del Niño ha
prestado una especial atención a la situación de la infancia indígena. En la
resolución que establece su mandato, el Consejo de Derechos Humanos ha
solicitado al Relator Especial que preste una especial atención a la situación de los
niños y las niñas indígenas.
4.4.6 La Convención sobre la Diversidad Biológica:
Adoptada en Río de Janeiro el 5 de junio de 1992. El artículo 8(j) de la
Convención reconoce el derecho a las “comunidades indígenas y locales” sobre
“los conocimientos, las innovaciones y las prácticas que entrañen estilos
tradicionales de vida pertinentes para la conservación y la utilización sostenible de
la diversidad biológica”, así como a participar en su aplicación más amplia y en los
beneficios derivados de los mismos. La Conferencia de las Partes de la
Convención ha adoptado una serie de decisiones pertinentes sobre estos asuntos,
y ha desarrollo unas Directrices Voluntarias para realizar evaluaciones de las
repercusiones culturales, ambientales y sociales sobre las comunidades
indígenas.
1.5 Reciprocidad Indígena
La reciprocidad es entendida como una correspondencia de bienes y servicios
entre actores sociales (de dar y devolver), para superar necesidades básicas,
como la escasez de alimentos, la práctica de la reciprocidad está basada en las
relaciones de paisanaje, compadrazgo y confianza entre los actores; los actores
sociales del intercambio recíproco, no necesariamente son parientes cercanos o
habitantes del mismo caserío; también puede suceder con personas foráneos.
Para que se establezca este hecho, es necesaria la confianza entre los actores
sociales, lógicamente el móvil de la reciprocidad es satisfacer necesidades
primordiales como de producción o de alimentación.
Enrique Mayer (1974), expresa que la reciprocidad es una relación social que
vincula tanto a una persona con otras, con grupos sociales y con la comunidad,
como a grupos con grupos, a comunidades con comunidades, productores con
productores y a productores con consumidores, mediante el flujo de bienes y
servicios entre las partes interrelacionadas.
Podemos decir, que las comunidades indígenas de los andes mantienen
relaciones basadas en ayni, o ciclos continuos de reciprocidad para intercambiar
trabajos o bienes comparables. Ayni es un valor central que ha servido a
generaciones de pueblos andinos desde la época preincaica.
Así mismo, si una persona ayuda a otra, luego este debe de devolverle lo
mismo; este mecanismo está considerado como una norma social implícita para
todos, aunque también hay casos donde, a pesar de haber dado algo por alguien,
la otra persona no nos responde con reciprocidad.
Por otro lado, “el Don", se refiere a la moral de la reciprocidad, no solamente
entre la gente, sino, también, con la naturaleza y con el mundo espiritual, para las
comunidades agrícolas de Bolivia y de todos los Andes, estas formas de
intercambio están basadas en una rica historia y en estrategias de supervivencia,
que ahora posibilitan una búsqueda para redescubrir su base ética.
La vida de los pobladores andinos se mueve entre las esferas de la vida
material, social y espiritual; la lógica económica está también reflejada en estas
esferas: transacciones comerciales para la vida material, trueque para la vida
social y "cambiacuy" para la vida espiritual, a la vez fuente primaria que
retroalimenta a los que participan en cualquier forma de intercambio.
También, la ética básica de la reciprocidad se refleja en el destino del producto;
si hay un excedente en la producción, éste es redistribuido en el contexto de las
necesidades materiales, los festivales y los rituales. Compartir los productos da
prestigio y, por lo tanto, es una forma de redistribución (ampliada) de los productos
fuera del ciclo económico, generado por las relaciones de reciprocidad y
parentesco y retroalimentado por la vida espiritual.
5. Formas de Sanción entre Pueblos Indígenas
Los pueblos indígenas de las Américas son grupos culturalmente diferenciados
que mantienen un vínculo ancestral con las tierras en las que viven, pasado ser
parte de su identidad, cultura y medio de subsistencia, así como también de su
bienestar físico y espiritual.
Así mismo, están representados por sus líderes y organizaciones tradicionales,
que son distintas o están separadas de aquellas de la sociedad o cultura
dominante, la mayoría de los indígenas mantienen un idioma distinto a los idiomas
oficiales del país o la región en que residen, a menudo carecen de reconocimiento
formal sobre sus tierras, territorio y recursos naturales.
Los pueblos indígenas, tiene conocimientos y experiencias ancestrales acerca
de cómo adaptarse, mitigar y reducir los riesgos derivados del cambio climático,
desastres naturales, aumento de fragilidad, pérdida de biodiversidad y
degradación de los sistemas de salud, ya que en su mayoría han crecido y
obtenido experiencia de supervivencia durante siglos.
De acuerdo a la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas hace
referencia a la Jurisdicción indígena que consiste en la potestad que tienen los
pueblos y comunidades indígenas, a través de sus autoridades legítimas, de tomar
decisiones de acuerdo con su derecho propio y conforme con los procedimientos
tradicionales, para solucionar de forma autónoma y definitiva las controversias que
se susciten entre sus integrantes, dentro de su hábitat y tierras.
Así mismo, la jurisdicción especial indígena comprende la facultad de conocer,
investigar, decidir y ejecutar decisiones, en los asuntos sometidos a su
competencia y la potestad de avalar acuerdos reparatorios como medida de
solución de conflictos; tiene competencia territorial, extraterritorial, material y
personal, las decisiones tomadas por las autoridades indígenas legítimas sólo
serán revisadas por la jurisdicción ordinaria cuando sean incompatibles con los
derechos fundamentales establecidos en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, los tratados, pactos y convenciones internacionales
suscritos y ratificados por la República.
La Justicia Indígena la podemos definir como la facultad o potestad que el
Estado les reconoce a los diversos pueblos indígenas asentados en el país para
que en casos de conflictos apliquen sus propias costumbres, lenguas, cultura a
través de la presencia y disponibilidad de un mediador, que en lenguas indígena
es conocido como el “palabrero” o “putchipü’üis”.
Esta persona debe ser un sujeto experimentado en la negociación e interacción
ante un conflicto entre los clanes, ellos promueven la reflexión colectiva y la paz a
través de la palabra o “pútchikalü”; este mediador indígena es una autoridad
reconocida dentro de ese clan o grupo de ciudadanos, que goza de credibilidad y
respeto, y los acuerdos que las partes alcancen a través de éste deben ser
cumplidos.
Por otro lado, la justicia indígena es un derecho que tienen estos de gozar de
sus propias leyes, puesto que, ellos desde la antigüedad han organizado y
desarrollado sus propias sociedades. Si damos una ojeada a la cosmovisión y
filosofía indígena, estas colectividades son entidades históricas que se han
desarrollado en base de instituciones económicas, sociales, culturales, filosóficas,
políticas e indiscutiblemente jurídicas; porque la existencia del sistema jurídico les
ha garantizado su existencia y supervivencia y les ha permitido desarrollarse como
sociedades organizadas.
En tal sentido, las autoridades indignas que ejercen la actividad jurisdiccional
deben respetar las normas internas de la comunidad a fin de no aplicar sanciones
que atenten contra los derechos humanos, tales como: el destierro del país o
nación aun cuando si puede ser desterrado de la comunidad indígena, prisión
perpetua, pena de muerte, confiscación de sus propiedades o bienes, así como no
extralimitarse en castigo de conductas lesivas u ofensivas. Porque de ser así, se
les violaría derechos constitucionales que igualmente les son consagrados a estas
personas, como sería el debido proceso, el principio de legalidad, presunción de
inocencia, proporcionalidad de la conducta y la sanción, el derecho a la defensa y
contradicción, entre otros.
En el artículo 253 de la Constitución de la República Bolivariana establece que
los medios alternativos de resolución de conflictos forman parte del sistema de
justicia, así como los ciudadanos y las ciudadanas que participan en la
administración de justicia; es por ello, que la justicia de paz que se organice en las
comunidades formará parte de la tutela del Estado, enmarcándose dentro de los
principios de oralidad, concentración, simplicidad, igualdad, celeridad y gratuidad.
Cabe destacar que la Justicia de Paz como mecanismo de resolución pacífica
de conflicto, prevé en la Ley Orgánica de Justicia de Paz que los Jueces son
competentes para conocer los conflictos y controversias por vía de equidad, pero
que de razonar que los hechos que le son sometido, vulneran disposiciones
legales cuyo conocimiento corresponde a la jurisdicción penal ordinaria o a
jurisdicciones especiales, deberá remitir sus actuaciones al Juez competente.
En cuanto a la Justicia Indígena, es un derecho concedido constitucionalmente
a la pluralidad de indígenas existentes en el territorio venezolano, y en tal sentido,
el Estado está obligado a promoverlo y dar voto de confianza a las capacidades de
autogobierno de los pueblos originarios.
2.1 Aislamiento
Teniendo en cuenta, que en el continente Americano habita el mayor número
de pueblos indígenas en aislamiento voluntario, ya que fueron los últimos pueblos
no colonizados y que no tienen relaciones permanentes con las sociedades
nacionales prevalecientes en la actualidad, estos pueblos y sus antepasados han
habitado el continente desde mucho antes de la existencia de los Estados
actuales.
Por otra parte, es importante considerar lo que significa para estos pueblos el
contacto, muchos de los pueblos en aislamiento y sus antepasados han tenido
algún tipo de contacto con personas ajenas a su pueblo, y las experiencias del
contacto, que por lo general han sido negativas, informan su reacción al contacto y
a menudo se transmiten en sus historias orales.
Al tener contacto con extraños y personas no indígenas supone ante todo una
afrenta a su cosmovisión, a su manera de entender e interpretar el mundo que los
rodea, cuando se da el contacto, se derrumba de modo irreversible todo un
sistema de creencias, tradiciones y supuestos que daban por sentados, y en los
que han basado su modo de vida y su cultura por varios cientos de años. Si el
contacto se da en un contexto violento, esto ocasiona que dichas creencias y
tradiciones se pierdan al ya no ser transmitidos a las generaciones más jóvenes, lo
que puede implicar la desaparición de toda una cultura humana
El derecho de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario y en contacto
inicial se recogen en varios tratados, convenciones, y declaraciones
internacionales, en instrumentos regionales dentro del sistema interamericano de
derechos humanos, así como en algunas legislaciones nacionales y esfuerzos a
nivel regional; estos pueblos tienen todos los mismos derechos que los pueblos
indígenas ya contactados o integrados en las sociedades mayoritarias, así como
los derechos humanos de que goza toda persona.
2.2 Protecciones en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos
El sistema interamericano de derechos humanos cuenta con una serie de
instrumentos que protegen una gran cantidad de derechos, incluidos derechos
específicos relativos a pueblos indígenas, Algunos de éstos son particularmente
relevantes para los pueblos indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial.
2.3 Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre
El artículo 23, protege el derecho a la propiedad privada, la Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha interpretado este artículo de manera
que protege el derecho de propiedad de los pueblos indígenas y tribales sobre sus
tierras, territorios y recursos naturales; Este derecho incluye “preceptos básicos
referentes a la protección de las formas tradicionales de propiedad y supervivencia
cultural y del derecho a la tierra, los territorios y los recursos naturales de los
pueblos indígenas y tribales”. La CIDH considera que la protección de sus tierras,
territorios y recursos naturales es fundamental para la supervivencia física y
cultural de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial.
En virtud de lo antes expuesto, se puede avanzar en varias formas:
Desde los pueblos, comunidades y organizaciones indígenas
Inventariando en los territorios la existencia de estos pueblos o la decisión de
comunidades en aislarse por decisión propia.
Estableciendo estrategias de protección desde las jurisdicciones especiales
indígenas constituidas y por constituir en las comunidades.
Fijando mecanismos territoriales de protección en los territorios ancestrales y
tradicionales.
Creando mecanismos de alerta para el seguimiento y monitoreo en
concordancia con mecanismos nacionales, regionales e internacionales.
2.4 Desprestigio Social, caso Yanomami
El pueblo indígena Yanomami, relativamente es el más numeroso de América
del Sur, ubicados en las selvas y montañas del norte de Brasil en
aproximadamente 9,6 millones de hectáreas, y al sur de Venezuela en la Reserva
de la Biosfera del Alto Orinoco-Casiquiare, que tiene 8,2 millones de hectáreas;
conformando el mayor territorio indígena selvático del mundo; los Yanomamis,
viven en grandes casa comunales de forma circular llamados yanos o shabonos,
alojando hasta 400 personas por cada una, tiene una zona central que es utilizada
para rituales, fiestas y juegos.
Este grupo de indígena tuvo sus primeros contactos con foráneos en el año
1940, cuando el gobierno Brasileño comenzó a delimitar la frontera con
Venezuela, estableciendo posteriormente, el Servicio Estatal de Protección de los
indígenas y grupos misioneros, provocando las primeras epidemias de sarampión
y gripe, por la cual murieron muchos Yanomamis.
Seguidamente, comenzando los años 70, el Gobierno militar decidió construir
una carretera a través del Amazonas y a lo largo de la frontera norte; sin aviso
previo, las excavadoras atravesaron algunas comunidades, donde familias enteras
fueron aniquiladas por completo como consecuencia de enfermedades contra las
que no poseían inmunidad; este pueblo indígena continúa sufriendo los impactos
devastadores y duraderos de la carretera que introdujo colonos, enfermedades y
alcohol. Actualmente, los terratenientes y los colonos la utilizan como punto de
acceso para invadir y deforestar el área de los yanomamis. Así mismo, en los años
80 y 90, con la fiebre del oro, algunos forajidos invadieron territorio Brasileño en
busca de dicho oro, ocasionando muerte a muchos Yanomamis, invadiendo sus
tierras y exponiéndolos a enfermedades.
Tras una larga campaña Internacional liderada por Davi Kopenawa Yanomami,
Survival y la Comisión Pro Yanomami (CCPY), la tierra yanomami de Brasil fue
demarcada finalmente como “Parque Yanomami” en 1992 y los buscadores de oro
fueron expulsados; pero en la actualidad la invasión de la minería de oro en la
tierra de los yanomamis continúa. La situación en Venezuela es muy grave, y
algunos yanomamis han sido envenenados y han estado expuestos a violentos
ataques durante años.
Como resultado del creciente contacto e interacción con foráneos y viendo que
tienen que hacer frente a graves ataques contra sus derechos, los yanomamis han
formado organizaciones regionales para defender sus derechos; en el 2004,
yanomamis de once regiones de Brasil se reunieron para formar Hutukara (que
significa “la parte del cielo de la que nació la tierra”), para defender sus derechos y
desarrollar sus propios proyectos. Por su parte, en 2011 los yanomamis de
Venezuela también crearon su propia organización, Horonami, y yanomamis de
otras zonas en ambos países han fundado asociaciones similares.
Por otro lado, durante la última semana de este presente año se ha reportado que
al menos 45 menores de edad yanomami habían ingresado al Hospital Pediátrico
Santo Antonio en Boa Vista, capital del estado brasileño de Roraima; las consultas
eran, principalmente, por malaria, desnutrición, neumonía y diarrea, siendo la
causa principal de muerte por desnutrición.
En Venezuela, los Yanomamis habitan en comunidades pequeñas y se
mudaban cada año; abrían su conuco, no eran grandes agricultores, eran más
cazadores y recolectores, pero sí tenían cultivos. Pero llegaron los misioneros y la
presencia estatal. Entonces, los indígenas empezaron a vivir más cerca de los ríos
donde estaban las misiones que daban alimentos, fueron creciendo sus
poblaciones y haciéndose más sedentarios, cada vez había menos zonas para
abrir conucos, la tierra era más pobre, la cacería se fue agotando y tenían que ir
más lejos para encontrar animales. Estos factores fueron generando una situación
de crisis alimentaria; empezaron a hacerse más dependientes de los alimentos
industrializados.
Así mismo, otra de las preocupaciones es que hay un foco de tuberculosis que
viene en crecimiento entre los yanomami, poniendo en riesgo a los integrantes de
este pueblo que viven en aislamiento voluntario, generalmente el apoyo, se da
cuando se realizan jornadas de salud en los territorios indígenas, pero
lamentablemente ello no hace parte de una política pública sostenida en el tiempo.
2.5 Exigencias de los Indígenas Yanomamis
Primeramente, estos pobladores yanomami en Brasil piden que se expulse a
los mineros; un buen servicio de salud fuerte; por otro lado, en Venezuela, la
principal exigencia es que les reconozcan su territorio de manera legal, ya que
formalmente no tienen un territorio con autonomía legal; lo que hay es la Reserva
de Biosfera Alto Orinoco, que se creó en el año 1992 y que coincide en buena
medida con el territorio ancestral Yanomami. Su creación correspondió a un
intento de saldar la deuda del Estado venezolano con este pueblo.
También, exigen demarcación y titulación de sus territorios y políticas públicas
indígenas acordes con sus usos y costumbres. Además de ello, el reconocimiento
de sus formas de organización propia y de su identidad cultural, así como
medicamentos, insumos para ambulatorios, médicos y alimentos en las diferentes
comunidades.
2.6 Compensación Material caso Wayuu
Los wayúu, o guajiros se encuentran mayoritariamente asentados en la
península Guajira del estado Zulia, donde viven en familias, clanes o
comunidades; su lengua nativa es la wayúu o wayuunaiki y se dedican al pastoreo,
la siembra de café, yuca, plátano y maíz. Su territorio originario es denominado la
Guajira, en el municipio Páez, ubicado entre Colombia y Venezuela, porque son
anteriores a la creación de los Estados Nacionales, que no tomaron en cuenta su
historia y sus costumbres al momento de establecer los límites geográficos. Es
una zona casi desértica y consecuentemente muy seca y árida, por ello una de
sus necesidades y solicitudes más frecuentes es la democratización del agua y la
posibilidad de acceso al agua potable.
La distribución demográfica de los Wayuu, está intrínsecamente relacionada
con los cambios estacionales; durante la estación seca, muchos Wayúu buscan
trabajo en territorio venezolano o en otras ciudades o pueblos y en la temporada
de lluvias muchos retornan a sus rancherías; es importante señalar que los Wayúu
no se distribuyen de manera uniforme en su territorio tradicional, la densidad de
población en los alrededores de Nazareth (corregimiento de Uribia), por ejemplo,
es mayor que en las otras áreas de la península. Otras zonas de alta densidad de
población Guajira están ubicadas en los alrededores de Uribia, la Serranía de
Jala'ala y en las sabanas de Wopu'müin, en los municipios de Maicao y Manaure.
La sociedad Wayuu presenta una estructura compleja, es de carácter
matrilineal y tiene unos 30 clanes, cada uno con su propio territorio y su propio
animal totémico, los primeros Wayúu y sus clanes surgieron a partir de un espacio
en el alta Guajira, denominada Wotkasainru; Maleiwa distribuyó los animales a los
Wayúu y les dio la orden de trabajar para su mujer, su madre y su suegra. Así
mismo, fue la encargada de distinguir cada clan por medio de hierros con los
cuales eran marcados; se reconocen principalmente los clanes de: Uliana,
Jayaliyu,Uraliyú, Ipuana, Jusayú, Epieyú, Sapuana, Wouliyú, Siijuana y Jinnú.
(Vásquez y Correa, 1992).
2.7 Reconocimiento y Representación del Pueblo Wayuu
El pueblo Wayuu no tiene una organización social que cohesione al colectivo,
la inexistencia de un organismo único de representación ha significado los
continuos altercados entre miembros del pueblo. Ante estos casos, intercede el
palabrero, o putchipu, una figura mediadora imparcial, conocedor de los sistemas
culturales tradicionales, incluida la medicina. Así pues, la resolución de conflictos
se realiza a través del sistema de justicia que imparte el palabrero, lo que lo
convierte en una importante autoridad tradicional, este sistema está orientado por
el palabrero que fundamenta la base de una insipiente organización política, que
se presenta como insuficiente ante la necesidad de generar cohesión y control
social del pueblo en general.
Los conflictos entre ellos, surgen porque las culturas forman sistemas que no
siempre son coherentes a la existencia de fuerzas centrípetas de cohesión social y
de control de los individuos con base en las normas colectivas, se opone la
existencia de fuerzas centrífugas que impulsan la disgregación del sistema
(Bastide, 1977). Por otro lado, las sociedades no son estáticas, los wayuu son un
buen ejemplo de ello; los cambios que se dieron tanto en su organización
sociopolítica como en sus formas de subsistencia a partir del contacto con los
europeos y africanos durante el siglo XVI, crearon las condiciones históricas para
el surgimiento de nuevas formas de conflictos.
De allí podemos derivar tres de los factores fundamentales a los cuales se
hallan frecuentemente asociados los conflictos wayuu:
El control de áreas territoriales y de los recursos naturales presentes en
ellas;
El hurto de ganado;
La existencia de procesos locales de jerarquización social.
Muchos de los conflictos wayuu se encuentran relacionados con la competencia
por el control de áreas territoriales entre diferentes grupos familiares indígenas; los
wayuu basan los mecanismos de control territorial en los principios de
precedencia, adyacencia y subsistencia; en la práctica, la intervención de los
agentes gubernamentales es buscada cuando una familia está en inferioridad de
recursos con relación a otra y supone que tal apelación le resultará ventajosa;
además, es posible que un funcionario tenga más influencia en los círculos
políticos y judiciales de la sociedad nacional que un palabrero tradicional y pueda
ejercer presiones para lograr que a un grupo afectado se le reconozca una
compensación material (Sahler, 1988).
Seguidamente, cuando se producen disputas entre personas pertenecientes a
los pueblos indígenas y personas que se identifican a sí mismos como miembros
de la sociedad nacional, estas consideran que el sistema tradicional wayuu, de
exigir compensaciones económicas por las ofensas o lesiones causadas a un
individuo, es una especie de aprovechamiento inmoral del dolor propio. Por su
parte, los indígenas observan con desconfianza el sistema judicial colombiano
debido a lo dilatado e incierto de los procesos jurídicos cuyo sistema de castigos
no garantiza que se dé una paz efectiva entre los grupos familiares enfrentados, ni
restablece la dignidad de la parte ofendida.
De acuerdo a ello, la distribución de los elementos (collares, ganado, dinero)
entregados como pago por el grupo al cual pertenece el individuo que ha
ocasionado el conflicto se efectúa según el tipo de lesión ocasionada entre los
parientes uterinos (apüshii) o entre los parientes uterinos del padre (o’upayuu) del
individuo afectado. De acuerdo con el modelo tradicional, el aprovechamiento
económico que derivará dicho individuo de la compensación económica recibida
por sus familiares será mínimo o inexistente con el fin de que su conducta sea
prudente en el futuro y evite involucrarse en nuevas disputas.
No siempre el sistema tradicional logra soluciones rápidas a los conflictos
interfamiliares; algunas unidades políticas y sociales wayuu consientes de su
superioridad en hombres, armas y recursos económicos, pueden negarse a
entregar compensación económica a un grupo afectado por las acciones de uno
de sus miembros. Es posible incluso que los familiares de la víctima deban
abandonar su territorio tradicional ante la amenaza de sufrir nuevas agresiones.
Por otro lado, el pueblo Wayuu como uno de los 34 pueblos indígenas en riesgo
de desplazamiento forzado por el conflicto armado, se evidencia que el
desplazamiento en la comunidad genera un riesgo de extinción tanto físico como
cultural. Así mismo, se plantea que el pueblo Wayúu ha sido víctima de violación
de sus derechos fundamentales tanto individuales como colectivos, lo que ha
afectado su autonomía e identidad cultural debido al conflicto armado interno que
se vive, aún en el territorio ancestral, incluso el hacinamiento que les ha limitado el
ejercicio de sus derechos territoriales, acorde a sus usos, costumbres y ancestros,
han generado pobreza y una fractura en sus tradiciones y costumbres a nivel
social y cultural. Finalmente, la exploración y explotación de recursos naturales por
la presencia de multinacionales en el territorio indígena ha generado un gran daño
ambiental sobre el agua, la tierra y las personas.
También, debido a las pocas lluvias, las condiciones desérticas, la poca
posibilidad de desarrollo de la agricultura (y) la dificultad para adquirir alimentos
van generando todas estas condiciones para que el acceso a la comida, a la
manutención, sea una cuestión muy precaria; el pueblo Wayuu ha luchado con las
adversidades naturales de la región de la Guajira, tierra de sol, arena y vientos,
además de enfrentar discriminación, racismo, marginación y violencia por parte de
algunos habitantes no indígenas de la región.
Debido a la posición geográfica de este territorio, el clima varía desde árido a
seco, porque es una región con baja cantidad de lluvias y por tanto, hay una gran
deficiencia hídrica. Este territorio está compuesto por la Alta, Media y Baja Guajira.
La Alta Guajira se caracteriza por ser un espacio con una altura de 800m, está
cubierta por bosques secos y amplias llanuras desérticas. Se encuentran las
serranías de: Macuira, Jalaala, Palash, Cocinas y Carpintero.
En segundo lugar, la Media Guajira tiene una altitud máxima de 40m sobre el
nivel del mar y posee paisajes semidesérticos y sábanas cubiertas de montes
espinosos y áridos.
Finalmente, la Baja Guajira posee los ríos Ranchería y Limón y se encuentran
algunos bosques, los cuales son constantemente reemplazados por pastos y
cultivos, debido al gran interés sobre el territorio de diversas multinacionales
(Vásquez y Correa, 1992).
6. Formas de Gratificación entre Pueblos Indígenas
Los pueblos indígenas poseen grandes y antiguos patrimonios culturales y
consideran que hay una profunda interdependencia entre sus sistemas sociales,
económicos, ambientales y espirituales. Sus conocimientos tradicionales y su
comprensión del manejo de los ecosistemas son contribuciones valiosas para el
acervo mundial, a pesar de ello, los pueblos indígenas figuran al mismo tiempo
entre los grupos más vulnerables, marginados y desfavorecidos del mundo
Así mismo, los pueblos indígenas tienen en común entre sí la continuidad
histórica con una región determinada antes de la colonización y un fuerte vínculo
con sus tierras. Mantienen, al menos en parte, distintos sistemas sociales,
económicos y políticos. Tienen idiomas, culturas, creencias y sistemas de
conocimiento distintos.
Es por ello, que a pesar de que tienen sistemas sociales, económicos y
políticos, lengua, cultura y creencias diferentes comparten una experiencia común
de opresión y marginación por parte del Estado y tienen un vínculo estrecho con la
tierra y los recursos naturales circundantes y están decididos a mantener y
desarrollar sus entornos y sistemas ancestrales como pueblos separados y
desarrollar su identidad e instituciones distintas y forman un sector no dominante
de la sociedad.
3.1 El Respeto
El derecho de los pueblos indígenas al reconocimiento y respeto de los
tratados, acuerdos y otros arreglos constructivos es un derecho fundamental
reconocido en la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas; es por
ello, que honrar a los tratados y otros antiguos acuerdos puede ayudar a
establecer la confianza entre los pueblos indígenas, para la reconstrucción de las
relaciones entre los Estados y los pueblos indígenas en un verdadero espíritu de
buena fe, colaboración y el respeto mutuo.
Así mismo, el respeto de los derechos a las tierras y territorios de los Pueblos
Aborígenes, así como la necesidad de obtener su Consentimiento Libre, Previo e
Informado antes que cualquier proyecto de desarrollo sea realizado a sus
territorios, es crucial para proteger la biodiversidad que ahora se encuentra en un
estado muy grave de crisis.
Con respecto a los nuevos tratados y acuerdos que se están desarrollando,
incluidos aquéllos relacionados con las industrias extractivas que operan en o
cerca de las tierras indígenas, el experto de la ONU señaló que estos deben ser
compatibles con las normas internacionales relativas a los derechos de los
pueblos indígenas, tanto en relación a la participación indígena en estos procesos,
así como en cuanto a los resultados sustantivos.
Por último, en ningún caso los nuevos tratados o acuerdos deberían estar por
debajo o socavar las normas establecidas en la Declaración sobre los Derechos
de los Pueblos Indígenas o establecidas en otras fuentes internacionales.
6.2 El Prestigio
Los pueblos indígenas son los principales guardianes de los bosques del
mundo; gracias a sus prácticas ancestrales, han asegurado la conservación del
80% de la biodiversidad del planeta y los bosques que habitan proveen 1/3 de
la solución al cambio climático. Incluso muchos de los productos que México oferta
en el mundo con gran calidad y prestigio proviene de comunidades indígenas, un
ejemplo de ello es el café orgánico; producto de las zonas montañosas del centro
y sur del país, cultivado por pequeños productores indígenas.
Otro importante producto es la miel orgánica que se cosecha en Yucatán,
Campeche y Chiapas, principalmente; las frutas y hortalizas de las chinampas de
la Ciudad de México son otra importante aportación a la alimentación de muchas
entidades producidas por pueblos originarios.
De acuerdo al día Internacional de los Pueblos Indígenas, celebrado el 9 de
agosto se conmemora la primera reunión que celebró el Grupo de Trabajo sobre
las múltiples Poblaciones de pueblos originarios de la Subcomisión de Prevención
de Discriminaciones y Protección a las Minorías, en 1982; se consideran tan
importantes porque practican culturas y formas únicas y valiosas de relacionarse
con su entorno, y retienen rasgos sociales, culturales y políticos que son muy
diferentes a la sociedad globalizada.
De hecho, Los Principios mineros del ICMM también exigen a sus miembros
que apliquen la jerarquía de mitigación para afrontar los impactos adversos y
ofrecer beneficios sostenibles a los pueblos indígenas. Esto implica que las
empresas deben tratar primero de prever y evitar las repercusiones negativas,
luego minimizarlas y, como último recurso, compensarlos.
3.3 Reconocimiento
Una de las principales demandas del movimiento indígena en diversas partes
del mundo ha sido el reconocimiento constitucional de los pueblos o naciones
originarias. ¿Por qué resulta relevante el reconocimiento constitucional de pueblos
indígenas? Existen razones normativas y socio-políticas que explican su
relevancia; si la Constitución refleja una identidad (un “nosotros”, un “pueblo”)
pareciera razonable entonces que en dicha carta fundamental se reconociera la
diversidad de identidades que conviven en un territorio.
Además, la Constitución es la ley fundamental o suprema, entonces
debiésemos esperar que sea en dicho texto donde se refleje este reconocimiento;
también, existen razones socio-políticas que explican este reconocimiento, como
las desigualdades políticas existentes en América Latina han “constitucionalizado”
las luchas sociales, el sistema político y las instituciones del Estado se rigen por
una carta constitucional y como dicha carta es la que ordena al resto de las
normas, el reconocimiento de derechos sociales, económicos y culturales se ha
transformado en un hito relevante para los actores políticos y sociales.
3.3.1 Algunos Casos de Reconocimiento
Finlandia:
Los Sami son un pueblo indígena que habita los territorios del norte de
Finlandia, Noruega, Suecia y una parte de Rusia, viven principalmente de la pesca
y han sido nómades por el tipo de clima y actividades económicas que realizan,
hay un aproximado de 0,18% de la población total de ese país, además en estos
países se produjo un histórico proceso de intento de asimilación. Solo a partir de la
década de los 1970 se comenzaron los primeros esfuerzos serios de
reconocimiento. En 1973 se estableció un acta estableciendo el Parlamento Sami
de Finlandia, y el reconocimiento del pueblo Sami vino recién en el año 1995. Las
primeras políticas públicas se refirieron a la protección de la lengua Sami que
comenzaron en los 1970 y se formalizaron y reconocieron en 1992.
En la actual constitución se establecen pocos pero relevantes preceptos
asociados a la lengua y el territorio; sobre el primero, indica la Constitución que
“los Sami, como un pueblo indígena, así como los Roma y otros grupos, tienen el
derecho de mantener y desarrollar su propia lengua y cultura. Las provisiones
sobre el derecho de los Sami para el uso de la lengua Sami frente a las
autoridades es desarrollar en un Acta particular. Además, sostiene la Constitución
que “Las provisiones de autogobierno en áreas administrativas más extensas que
los municipios son explicitadas en un Acta particular.
Nueva Zelandia
Los Maorí son un pueblo indígena que se estableció en Nueva Zelandia desde
la Polinesia entre los siglos IX y X, en la fase de la expansión de los imperios
Europeos comenzaron las primeras interacciones con el pueblo Maorí. A
comienzos del siglo XIX fueron los británicos los que más interés tuvo en la región
lo que provocó un aumento en tráfico de esclavos, confrontación y finalmente un
proceso de colonización.
Para el año 1940, se estableció el tratado de Waitangi que fue la plataforma de
las posteriores luchas por el reconocimiento de ese pueblo y que recién se
concretaron luego de intensos procesos de protesta en la década de los 1970.
Entre 1975 y 1985 se estableció el Tribunal de Waitangi para resolver las
demandas del pueblo Maorí y que significaron el reconocimiento de una serie de
derechos territoriales, económicos, políticos y culturales, hoy los Maorí
representan aproximadamente el 15% de la población Neozelandesa.
Canadá
Hoy en día en Canadá hay 6 áreas culturales que aglutinan a los diversos
grupos indígenas, llamados First Nations, del país: Woodland, The iroquian, The
Plains, The Plateau, The Pacific Coast y The Mackenzie and Yukon River Basin,
estas regiones están habitadas por diversos grupos indígenas que pertenecen a
una o varias familias lingüísticas.
Seguidamente, la historia de encuentros entre las First Nations y el Estado
Nación tiene diversos capítulos, siendo el primero de estos la Real Proclamación,
emitida en Londres y dictada en 1763 y que demarca, por vez primera, los límites
geográficos entre la ocupación francesa, inglesa y de los pueblos indígenas.
Posterior a ello, se firmaron durante el transcurso del siglo XVII, diversos tratados
con distintos pueblos con la clara intención de ir apoderándose de las tierras
ocupadas por estos grupos.
Actividades productivas relacionadas con la naturaleza económica de la
colonización tales como el comercio de pieles, llevaron a diferentes conflictos
territoriales que la Real Proclamación no pudo prever ni solucionar. Ya hacia los
años 70’s del siglo XX, las First Nations contaban con un movimiento social fuerte
que les permitió entrar de lleno en el debate político nacional y renegociar algunos
de los tratados firmados en años anteriores. Para 1988 el nivel de elaboración
política de estos movimientos llegaba al punto que demandaba el control provincial
y federal de su territorio, sin embargo, no es hasta la década de 1990 que los
procesos de negociación rinden mayores frutos pasando a la demanda por el
reconocimiento. Demanda que es aceptada por el gobierno federal.
México
La historia de encuentros y desencuentros entre el estado de México y los
pueblos indígenas que habitan en su territorio es de larga data; empezó, como es
el caso de todos los países de raigambre colonial, con la conquista de una
potencia extranjera (en este caso la Corona Española), pero toma mayor
importancia, y otro matiz, una vez fundado el estado mexicano.
Durante el siglo XIX tienen lugar distintas instancias que intentaron regular la
propiedad y uso de tierras indígenas, pero siempre desde una perspectiva de
pobreza, entendiendo a las “tribus” como comunidades de campesinos pobres. Ya
durante los albores del siglo XX, en el año 1917, se reconoce por vez primera en
la Constitución de la República a los pueblos indígenas a través de la posesión de
tierras: el artículo 27 del inciso IV reconocía explícitamente la propiedad comunal
como un derecho primordial de los pueblos indígenas y tribus.
Ya para el año 1940 se llevó a cabo el Primer Congreso Indigenista
Latinoamericano, lo que a ojos de diversos autores marca el inicio de las políticas
de protección indígena en América Latina, es por ello que por estos días este país
es considerado como vanguardista en torno a lo que reconocimiento de derechos
indígenas refiere y esto queda a la vista, al menos en la teoría, en su actual
Constitución.
Por último, la constitución mexicana reconoce 10 de las 13 dimensiones
consideradas en este estudio y lo hace a través de párrafos textuales y explícitos.
En al artículo 2 afirma que “La Nación tiene una composición pluricultural
sustentada originalmente en sus pueblos indígenas, que son aquellos que
descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual del país al
iniciarse la colonización”.
Venezuela
De acuerdo a la Constitución de la República de Venezuela, establece como
una de sus premisas la protección y preservación de las culturas indígenas
amparadas en el concepto de pueblos originarios, contemplado en el Articulo 1
donde reconoce y protege la existencia de los pueblos y comunidades indígenas
como pueblos originarios, garantizándole los derechos consagrados en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, los tratados, pactos y
convenios internacionales y otras normas de aceptación universal, así como las
demás leyes de la República, para asegurar su participación activa en la vida de la
Nación venezolana, la preservación de sus culturas, el ejercicio de la libre
determinación de sus asuntos internos y las condiciones que los hacen posibles.
Es por ello, que la idea de proteger las culturas indígenas viene a significar un
hito importante en la concepción del Estado venezolano hacia los indígenas, pues
se espera que con ello supere la ambición por asimilar a los indígenas a la
sociedad criolla. No obstante, el mismo artículo contiene cierta ambigüedad, pues
contempla que el Estado garantice la participación de los indígenas en la vida
nacional, algo que podría interpretarse como querer asimilar a los indígenas a la
sociedad criolla, similar a como estaba contemplado en la Constitución de 1961 en
su artículo 77.
Colombia
De acuerdo a la nueva Constitución aprobada en 1991 han quedado
reconocidos una serie de derechos de las comunidades indígenas, lo cual
reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la Nación Colombiana
(artículo 7) y es obligación del Estado proteger las riquezas culturales
contemplada en el artículo 8; también, el articulo 10 hace mención que las lenguas
y dialectos de los grupos étnicos son también oficiales en sus territorios, y en las
comunidades con tradición lingüística propia la educación será bilingüe; su
formación deberá respetar y desarrollar su identidad cultural de acuerdo al artículo
68.
También, en el artículo 63 explica que las tierras comunales de grupos étnicos
y las tierras de resguardo son inalienables, imprescriptibles e inembargables, así
como el reconocimiento sobre la riqueza en su territorio arqueológica tienen
derechos especiales sobre esos patrimonios culturales, que deben ser
reglamentados por ley en su artículo 72.
Por otro lado se reconoce como nacionales colombianos a los indígenas que
compartían círculo en territorios fronterizos, a condición de reciprocidad de
acuerdo al artículo 96, también, crea cargos de senadores y un número a
reglamentarse de hasta cinco representantes a elegirse en circunscripción
nacional especial por comunidades indígenas (artículo 176).
Por último, el artículo 246 establece que las autoridades de los pueblos
indígenas podrán ejercer funciones jurisdiccionales dentro de su ámbito territorial,
de conformidad con sus propias normas y procedimientos, siempre que no sean
contrarios a la Constitución y leyes.
Brasil
La Constitución, por primera vez en la historia del constitucionalismo brasileño,
describe un capítulo específico sobre los Pueblos Indígenas, que comprende los
artículos 231 y 232 de su texto. Entre estas disposiciones, los Indígenas son
reconocidos por su organización social, costumbres, idiomas, creencias y
tradiciones, y los derechos originales sobre las tierras que tradicionalmente
ocupan, y la Unión es responsable por demarcar, proteger y garantizar el respeto
de todos sus activos (art. 231).
Por otro lado, la Constitución también define el concepto de "tierras
tradicionalmente ocupadas" como aquellas en que ellos habitan
permanentemente, aquellas utilizadas para sus actividades productivas, aquellas
esenciales para la preservación de los recursos ambientales, necesarios para su
bienestar y aquellas necesarias para su reproducción física y cultural, según sus
usos, costumbres y tradiciones (art. 231, § 1). Aun así, se enfatiza que sus tierras
están en posesión permanente de los Pueblos Indígenas y que las riquezas de la
tierra, los ríos y los lagos son su usufructo (art. 231, § 2).
Podemos decir, que como avances significativos, la Constitución determinó que
las tierras indígenas son inalienables y son indisponibles, y los derechos sobre
ellas son imprescriptibles (art. 231, § 4). En este sentido, el texto constitucional
considera nulos los actos que tienen como objetivo la ocupación, el dominio y la
posesión de estas tierras o la explotación de su riqueza (art. 231, § 6).
Conclusión
Referencias Bibliográficas
Libros:
Vásquez, Socorro & Correa, Hernán. (1992). Los Wayuu. Geografía
humana de Colombia: Nordeste indígena. Tomo II. Instituto Colombiano
de Cultura Hispánica. Colección: Quinto Centenario. Bogotá D.C
Bastides, George. Antropología Aplicada. Editorial Amorrortu. Buenos
Aires. 1977.
Sahler, Benson (1988) Los Wayuu (Guajiro) en Aborígenes de
Venezuela. Fundación La Salle Monte Ávila Editores. Caracas.
Mayer, Enrique y Giorgio Alberti. (1974). Reciprocidad e intercambio en
los Andes Peruanos. Lima, IEP.
Colmenares Olívar, Ricardo (2005). “El derecho consuetudinario
indígena en Venezuela: Balance y perspectivas”. Revista IIDH, Vol. 41.
Instituto Interamericano de Derechos Humanos. Edición especial sobre
Derechos Indígenas Enero-Junio 2005.
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Gaceta Oficial, Nº
36.860, del 30/12/1999
Ley de Demarcación y Garantía del Hábitat y Tierras de los Pueblos
Indígenas. Gaceta Oficial Nº 37.118 de fecha 01/12/2001.
Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas Gaceta Oficial Nº
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Ling:
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