La Institución y Sus Organizaciones en Educación RESUMEN UNIDAD 1
La Institución y Sus Organizaciones en Educación RESUMEN UNIDAD 1
Unidad 1:
“Perspectivas teóricas de la organización”. Bianco Ivonne
En primer término, los paradigmas son saberes generales que permiten analizar, comprender e interpretar el
surgimiento y desarrollo de las teorías organizacionales y de los sujetos que intervienen en el proceso de decisión. El
surgimiento de una nueva racionalidad, que va reemplazando viejos paradigmas, se instituye en la comprensión de las
tendencias predominantes en el mundo actual de las organizaciones y de los sujetos.
En segundo término, se analiza la teoría organizacional, desde el desafío teórico para comprender los procesos
organizativos en un mundo que transitó desde la racionalidad y la certeza, a los planos de la ambigüedad, la
incertidumbre y la multirracionalidad.
La Teoría de la Organización, desde los inicios con Hebert Simon, pretende desarrollar un marco general en el que
se integren los aportes que el análisis institucional realizó para comprender el funcionamiento de las instituciones y
sus organizaciones. Los aportes que se pretenden ensamblar buscan mejorar la forma de ver, comprender e interpretar
un proceso desde ópticas diferentes buscando “el principio dialógico que se basa en la asociación compleja
(complementaria, concurrente, antagonista) de instancias necesarias para la existencia, el funcionamiento y el
desarrollo de un fenómeno organizado.
Es en esta instancia institucional donde se recurre a herramientas conceptuales que facilitan el análisis institucional
y el socioanalisis para descomponer lo que es manifiesto en la realidad social y sacar a luz lo oculto, lo que opera con
fuerza desde la dimensión simbólica detrás de cada uno de sus elementos y así enfrentarlos para descubrir su
realización dialógica de unidad en la dualidad.
En el plano personal de los sujetos, se rescata el valor de las emociones, de la identidad individual, de las diferencias
y la autonomía.
El contexto promete caracterizarse por su alta incertidumbre, dejando de lado la racionalidad en la búsqueda de
decisiones basadas en orientaciones que le permitan una comprensión de la realidad y una rapidez en su proceder. Ilya
Prigogine señala que buena parte de las estructuras sociales y organizacionales modernas son de final abierto, no
predecibles y contradicen la hipótesis conceptual que pide una sola trayectoria.
La nueva racionalidad que surge durante el siglo XX, implica el cambio de paradigma presidido por Descartes,
Newton y Laplace, entre otros, por el paradigma que promueven científicos y humanistas, psicólogos, de nuestro
tiempo: Morin, Guattari, Piaget. Destacas un nuevo paradigma que descubre en la naturaleza y la sociedad, la
proliferación de desórdenes que, a veces, son creadores de órdenes nuevos, entretejidos por fenómenos
complejos que son atravesados por movilidades múltiples abiertas al devenir. Esta nueva racionalidad deja de
lado el viejo paradigma que corresponde a un mundo pretendidamente estático, simple, determinista y ordenado que
legitimó el establecimiento de saberes fraccionados.
La teoría del caos es otra forma de rechazar los reduccionismos, y un instrumento clarificador para la investigación de
toda complejidad, en la que los momentos caóticos suelen proliferar.
Un recorrido diacrónico permite reconocer la existencia de dos grandes paradigmas que explicaron el
funcionamiento de las organizaciones y que atraviesan las estructuras y su funcionamiento, ligados a condiciones
particulares de su génesis, desarrollo y relación el medio con el que interactúan.
En el enfoque sobre modelos organizacionales se observa que el paradigma, una vez establecido, impone la manera en
que se interpreta la información nueva. Las políticas y los procedimientos se dan por sentado sin que se cuestione
mucho, y ni siquiera se piense en el principio racional que está detrás.
Los cambios en el paradigma se producen, entonces, no a partir del repentino descubrimiento de información
discrepante, que indica la falla del paradigma en un sentido técnico, sino más bien a partir de una serie de acciones
localizadas, inicialmente conservadoras que se llevan a cabo, en el contexto del paradigma, para resolver los
problemas que se perciben como relativamente pequeños. Así, si los paradigmas constituyen el aglutinante que
mantiene unida la organización y la distingue de su medio ambiente y de otras organizaciones, las modificaciones de
los paradigmas son traumáticas y representan sucesos fundamentales para las organizaciones.
La visión alternativa del cambio es que los paradigmas no cambian de repente.
El paradigma de la simplicidad
Explica a las organizaciones como mecanismos creados artificialmente para lograr objetivos y regularlos
externamente. Sus premisas, siguiendo a Etkin y Schvarstein, incluyen un amplio abanico de cuestiones en la
existencia y funcionamiento de las organizaciones sociales que se analizan en los siguientes supuestos:
1. Entre los elementos organizaciones existe una causalidad lineal. Las acciones son secuenciales, se encadenan
en el tiempo y cada condición causal tiene un efecto, o consecuencia, que lo hace predecible.
2. La organización, siguiendo el esquema de la linealidad, tiene una función de adaptación al contexto que la
regula externamente como fuerzas que se ejercen sobre la institución buscando, a través de la adaptación, la
integración entre ambos. El condicionamiento que ejerce el contexto permite suponer, nuevamente, la
predictibilidad en la medida que se mantienen las relaciones de fuerza y de control de medio sobre la
organización.
3. La búsqueda de orden y el equilibrio en las actividades de la organización solo puede ser pensada desde el
concepto de que los sistemas tienen una homogeneidad que permite conocer las consecuencias de leyes fijas
y predecir los comportamientos organizacionales en términos constantes. El cambio es visto como la situación
que introduce el desorden de la organización, y que rompe el equilibrio que existe entre sus partes. La
diversidad de situaciones, así como el conflicto son vistos como patológicos, no normales.
4. El reduccionismo con el que se aborda la realidad, se corresponde analíticamente, con un todo que
permite desarmar sus partes, aislarlas del entorno y del observador, incidir sobre ellas y reconstruirlas a
partir de la unión. Así se puede revertir y repetir las situaciones y volver al equilibrio.
5. Desde este paradigma, la toma de decisiones se interpreta como una posibilidad de lograr consenso entre
sus miembros si se mantiene la coherencia de metas que orientan la organización y la motivación de los
sujetos en un clima de neutralidad ideológica que evite las disputas y los conflictos. Así, el esquema de
funcionamiento de las organizaciones se constituye en una caja negra que opera de la misma manera, si se
aseguran determinadas constantes en las entradas. El papel del sujeto es el de no involucramiento con el
objeto que está en cuestión y de una neutralidad y asepsia que aseguren que los estímulos no se modificarán
para que las condiciones se mantengan estables.
El paradigma de la complejidad
Vilar destaca que la ruptura definitiva con el paradigma de la simplificación se lleva a cabo, principalmente, por
los físicos cuánticos, Bohr y Heisenberg. Sus innovaciones revolucionan todas las ciencias, la propia concepción del
ser humano y su relación. El dilema del paradigma de la complejidad consiste en dar respuestas, entender, captar el
sentido de un microcosmo polívoco, con interacciones incontrolables, con plurimovimientos.
Morin postula que la complejidad es el desafío, no la respuesta. La idea de complejidad contiene la imperfección
porque incluye la incertidumbre y el reconocimiento de lo irreductible, presuponiendo que la realidad organizacional
presenta procesos que no son programables ni ordenables desde el exterior, admitiéndose que las relaciones de
coexistencia en el sistema tienden a ser simultaneas, antagónicas y complementarias. Estas fuerzas tienen una
presencia que reconocer su origen en múltiples fuentes, ejercen su acción en distintas direcciones y suponen una
variedad de conductas frente a un mismo impacto.
Los conceptos de variedad e interacción se utilizan como criterios para definir la complejidad de la organización
desplazando otros como el tamaño, la cantidad y recupera sentido el esfuerzo analítico para centrar y no aislar las
causas o síntomas. Sus características son:
1. La existencia de la policausalidad en los procesos organizacionales, reconoce que la organización, como
fenómeno complejo, funciona en varias dimensiones simultáneamente. Para comprender la lógica de sus
modos de relación se requiere conocer la naturaleza diversa de las fuerzas que actúan en el tema en
cuestión observando que no todas operan en el mismo plano, no son actos que proceden de una determinada
causa e intervienen condiciones que son modificables a partir de las interacciones. La organización como
esquema sociocultural es un fenómeno emergente, pero no el resultado de la programación de la conducta de
sus participantes. Así, las relaciones de poder en las organizaciones sociales, se ejercen desde diferentes
lugares y como parte de un juego de relaciones desiguales y móviles. La policausalidad implica reconocer
las múltiples dimensiones, lugares, causas que inciden en un hecho y cómo esta modificación, a su vez,
produce nuevas transformaciones.
2. La dinámica de la organización es el producto de sucesivos desequilibrios localizados y transitorios que
provienen tanto de las modificaciones externas como internas al propio sistema. No hay una dirección, en un
sentido hacia un equilibrio especial, predeterminado, sino hacia lugares en los cuales las variables se
estabilicen. De esta manera no hay un orden, hay una multiplicidad de líneas que coexisten buscando una
estabilización sobre bases cambiantes, hacia un equilibrio dinámico. Vivimos en sociedades naturalmente
inestables y por lo tanto imprevisibles.
3. El concepto de recursividad sirve para destacar que en los procesos organizacionales no existe un principio
o un final que puedan distinguirse físicamente, sino que es un recomienzo continuo, un ciclo no
interrumpido donde el observador hace un corte arbitrario en la estructura de la realidad. Las organizaciones
construyen sus propias reglas que les permiten conservar su actividad vinculada a la supervivencia. Así se
afirma que la organización es un fenómeno de clausura que procesa los impactos internos según su
constitución interna o una lógica que le es propia. Esto afianza la idea del todo como estructura continua.
Aún cuando las partes aparecen, desaparecen, o se transforman. Los elementos reemplazados o renovados en
forma continua no interfieren con el mantenimiento de la organización interna.
El principio de globalidad o de no fragmentación de la totalidad, indica que el todo es inexplicable sin
referirlo a las partes, del mismo modo que las partes son incomprensibles sin relacionarlas con el todo.
Globalidad, totalidad, todo, son conceptos tendientes a fragmentar lo menos posible las realidades que no
están fraccionadas, fragmentan las disciplinas. Son conceptos que nos sirven para sugerir que un “todo” está
relacionado con otras totalidades que momentánea o circunstancialmente no podemos tratar, o bien, cuyo
tratamiento está en manos de otros grupos científicos. La transdisciplinariedad en relación con los
fenómenos complejos, aspira a crear conocimientos puentes, a construir puntos de encuentro, confluencia y
osmosis que den curso a metaconocimientos.
4. La forma de concebir el tiempo. Los procesos en la organización no son deterministas, ni ahistóricos, ni
reversibles, ni homogéneos, ni uniformes. Se utiliza desde las perspectivas sincrónica y diacrónica, en el
sentido de marco de referencia que ofrece el tiempo externo, y sirve al análisis institucional cuando se pone en
relación con ciertos componentes internos de la organización. Desde la perspectiva sincrónica muestra los
contenidos, la dirección y sentidos en que las fuerzas están operando, y si éstas son o no convergentes. La
aproximación sincrónica permite tener una visión actual de los fenómenos en estudio mostrando el modo en
que se integran los factores organizacionales, su interacción en un momento determinado y el peso de cada
uno de ellos en el mantenimiento y con relación a los otros. Esto necesita complementarse con la perspectiva
diacrónica que aporta la trayectoria de la organización y sus lógicas de transformación estructural, así como
las propiedades estructurantes del propio sistema. Ambas perspectivas están unidas de manera simbiótica, se
necesitan mutuamente para un abordaje de las instituciones. Lo diacrónico, permite conocer la trayectoria y
reconocer el sentido o dirección en el que va, la trasformación, crecimiento o desviación; lo sincrónico,
muestra cómo está funcionando en conjunto.
5. La toma de decisiones se realiza en una organización con una diversidad de metas resultantes de las
cambiantes relaciones entre las partes. Los objetivos comunes constituyen una ilusión porque se pueden
cambiar, ser definidos de diversas maneras y representar intereses de diferentes grupos internos o del entorno.
Los sujetos que integran las instituciones son quienes tienen motivaciones y elaboran significados. De esta
forma los propósitos emergen de la interacción de los objetivos de la institución y de los intereses de los
grupos los cuales no siempre coinciden con los fines proclamados en la institución. Poder y conflicto son
los puntos focales para entender las organizaciones.
A diferencia del paradigma simplista, en el que el conflicto es visto como el producto de una mala planificación o una
falta de previsión, el conflicto admite un carácter teórico y hay que buscar las disfunciones que lo producen. En el
paradigma complejo el conflicto es inherente al devenir y funcionamiento de las instituciones, pasa a ser parte
constitutivo de ella. Los conflictos ameritan una elaboración, un conocimiento de su razón de existir, para abordarlos y
convertirlos en motos de transformación y mejora.
La toma de decisiones puede devenir en situaciones de conflicto porque muestra la oposición de intereses de los
grupos, a los sujetos que eligen determinadas alternativas, a las organizaciones, que con sus fines plurales y ambiguos,
son acompañados por procesos inciertos de tecnología abierta y con resultados imprecisos para tomar decisiones.
De este modo la organización se evidencia como un sistema político, con dinámicas de poder, con grupos de fuerza
donde se perciben en la práctica organizativa, tensiones, conflictos, intereses, luchas y presiones, que constituyen el
entramado de la institución. Ambos paradigmas pueden coexistir, recuperando lo que Morin plantea respecto a que la
complejidad es la unión de la simplicidad y de la complejidad, es la unión de los procesos de simplificación que
implican selección, jerarquización, separación, reducción, con los otros procesos que implican la comunicación, la
articulación de aquello que está disociado y distinguido; y es el escapar de la alternativa entre el pensamiento reductor
que no ve más que los elementos y el pensamiento globalista que no ve más que el todo.
Kuhn investiga como los científicos cambian sus paradigmas en física, química o biología y qué pasa cuando esto
ocurre. Lo que el descubrió nos ayuda a explicar por qué muchas veces somos incapaces de anticipar cambios
significativos y a enfrentar los cambios de manera más efectiva.
Él descubrió que los paradigmas actúan como filtros que seleccionan los datos que llegan a la mente del científico.
Aquellos datos que concuerdan con el paradigma del científico son reconocidos fácilmente, los ven con gran claridad
y comprensión, y eso está bien. Pero hay un alarmante efecto negativo. Con alguno de los datos los científicos tenían
gran dificultad, porque esos datos no concordaban con las expectativas creadas por sus paradigmas. Cuantos más
imprevistos los datos, mayor era la dificultad de los científicos en percibirlos. En algunos casos los ignoraban o los
distorsionaban hasta que se acomodaran en sus paradigmas, en vez reconocer que constituían excepciones a la regla.
En términos generales, los paradigmas filtran nuestras experiencias, en todo momento observamos al mundo a
través de nuestros paradigmas, constantemente elegimos aquellos datos que mejor se acomodan a nuestras normas y
reglamentos, tratando de ignorar el resto. Como resultado, lo que es perfectamente obvio para una persona con un
paradigma, puede ser totalmente imperceptible para otra con un paradigma diferente, este fenómeno es llamado el
efecto paradigma.
El efecto paradigma puede cegar a los empresarios frente a nuevas oportunidades, impedir que cada uno de nosotros
elabore soluciones creativas para problemas difíciles. Son nuestras reglas y reglamentos los que nos impiden
anticipar exitosamente el futuro, porque tratamos de descubrir el futuro a través de nuestros viejos paradigmas. Así,
por ejemplo, en los años 60 se llega a la conclusión de que 4 hijos era la familia ideal, de que la televisión por cable
nunca tendría éxito, de que los productos japoneses siempre serían una basura y nos equivocamos porque nuestros
paradigmas tuvieron el poder de impedirnos ver lo que realmente estaba ocurriendo.
Ejemplos concretos de como los paradigmas influyen en nuestra manera de ver y entender el mundo:
- Un mazo de cartas. Nos va mostrando 8 cartas. Habían cartas excepcionales, tratábamos de ver las cartas de
acuerdo a nuestros paradigmas, de acomodarlas según nosotros. Es el efecto paradigma en acción.
- Maratón de 26 millas vs los indios de México. Paradigma de correr, de salud.
- Estudiantes de una materia y otra. Paradigma de la mecánica vs el otro paradigma.
- Paradigma tecnológico. Asiento de bicicleta. Asiento tipo montura vs asiento cómodo.
- “Hecho en Japón” en 1960: basura, barato, mala calidad, copias, poca tecnología. Actualmente: excelente
calidad, alta tecnología, caro, liderazgo, innovación. Hay contrastes. Hay un cambio de paradigmas.
Hay una regla del retorno a 0. Cuando un paradigma cambia, todo el mundo vuelve a cero. Sus éxitos pasados no
garantizan absolutamente nada. Por ejemplo: en 1968 dominaba Suiza la industria de la relojería, hoy es Japón, que en
ese entonces no participaban en el mercado. Los suizos perdieron el liderazgo porque volvieron a cero, hubo un
cambio de paradigma. Es por los relojes de cuarzo, totalmente electrónicos, son el nuevo paradigma del tiempo. El
reloj de cuarzo fue inventado por los suizos, pero fue rechazada porque no tenía lo de ese tiempo. Entonces los
japoneses la adoptaron. Los suizos estaban cegados por el éxito del viejo paradigma y todas sus inversiones en él, y
cuando se vieron confrontados con una manera radicalmente nueva y diferente de continuar con su triunfo en el
futuro, la rechazaron, porque no se ajustaba a las reglas a las que estaban acostumbrados.
Esto sucede con cualquier organización o compañía que asume que lo que tuvo éxito en el pasado va a seguir
teniéndola en el futuro. Cuando un paradigma cambia todo vuelve a cero, el pasado no garantiza nada si las reglas
cambian. De hecho, el pasado triunfal puede obstaculizar su visión del futuro, es por esto que deben estar abiertos
a las nuevas ideas, estar dispuestos a explorar maneras distintas de hacer las cosas porque solo con esa actitud se
pueden mantener abiertas las puertas al futuro.
El punto fundamental es que los paradigmas afectan dramáticamente nuestros juicios y nuestros procesos de
decisión al influenciar nuestras percepciones. Si queremos hacer juicios certeros acerca del futuro y anticiparlo con
éxito debemos ser capaces de reconocer nuestros paradigmas presentes y estar preparados para superarlos.
El paradigma es un arma de doble filo, por un lado selecciona información que nos es familiar de forma precisa y
detallada, pero por otro lado deja de lado la información que no concuerda con él, uno ve lo que espera ver, pero
verán poco o nada cuando los datos no se ajusten al paradigma.
Las observaciones principales de los paradigmas son:
1. Son comunes, están en todos los aspectos de nuestras vidas, en lo personal, espiritual, profesional, social.
2. Son útiles, nos muestran qué es importante y que no, nos ayudan a identificar problemas importantes y nos
proveen las reglas que nos ayudarán a resolverlos. Enfoca nuestra atención.
3. A veces los paradigmas, pueden convertirse en EL paradigma, la única manera de hacer algo. Entonces,
cuando nos encontramos con una idea alternativa la rechazamos. Esto puede llevarnos a un desorden, que es
una parálisis paradigmática, esta es una enfermedad mortal de certeza, es fácil contraerla y destruyó a más
de una institución, es lo que pasó con la industria relojera de Suiza.
4. La gente que crea nuevos paradigmas generalmente son foráneos, no son miembros de la comunidad de los
paradigmas establecidos, no están comprometidos con los antiguos paradigmas y no tienen nada que perder
creando los nuevos. Esto significa que hay que mirar más allá del centro, hacia la periferia, en el margen.
5. Todos los adeptos al viejo paradigma que eligen adoptar un nuevo paradigma en sus comienzos son pioneros
del paradigma. Porque la evidencia proporcionada por el nuevo paradigma no es suficiente para que ellos
deban cambiar. Tiene que tener valentía y confianza en su propio juicio.
6. Uno puede elegir cambiar sus reglas y reglamentos. No estamos programados genéticamente para mirar al
mundo de una sola manera, uno puede obviar un paradigma y adoptar uno nuevo. Podemos elegir ver el
mundo de una nueva manera.
Se entiende a la educación como una institución, con carácter universal y un alto potencial de regulación que alcanza a
todas las escuelas, todos los alumnos, los docentes, más allá de los roles que ocupen y de los niveles o modalidades en
los que se encuentren. En segundo lugar, es importante tener en cuenta la relación entre las instituciones y las
organizaciones porque será en las organizaciones, en tanto ámbitos concretos de acción, donde a través de un trabajo
de inscripción, de traducción y ajuste se saldará la brecha, la distancia entre aquello que se define como educación,
como educar, enseñar, aprender, formar, transmitir y las manifestaciones y configuraciones que se dan en el marco de
cada organización educativa en particular.
En esa relación entre la institución y la organización, la primera aparece intentando imponer su fuerza como ideal,
como deber ser, como matriz casi sagrada, para que todos aquellos que se reúnan alrededor de ese principio pugnen
por desactivar cualquier diferencia, asegurando afinidad y acuerdo. Esa cualidad casi divina, se ve conmovida por
múltiples tensiones que se plantean. Por un lado, entre el contenido de los mandatos que promueven la reunión
armónica entre unos y otros y su efectiva realización. Por otro, las tensiones que se plantean entre la especificidad de
diferentes lógicas que ponen en relación la dimensión del sujeto, de las identificaciones y del trasfondo de la vida
psíquica, de las interrelaciones, de los grupos, en el marco de contextos organizacionales específicos.
Kaes dice que la institución es, antes que nada, una formación de la sociedad y de la cultura, cuya propia lógica
sigue, se opone a lo establecido por la naturaleza. Es el conjunto de las formas y las estructuras sociales instituidas por
la ley y la costumbre: regula nuestras relaciones, nos preexiste y se impone a nosotros: se inscribe en la
permanencia.
Por eso miso todo lo que discute o amenaza los significados que las instituciones portan y que cuestiona esa supuesta
armonía es atribuido, en muchas oportunidades, a factores externos a las mismas, como si se tratara de errores
ajenos.
En la misma línea de pensamiento, Loreau al definir las instituciones se referirá a normas universales abstractas que
constituyen lo social y que se expresan en las condiciones particulares de los grupos y los individuos a partir de la
mediación de modos organizacionales singulares. Lo propio de la institución es hacer actuar simultáneamente estos
niveles o momentos.
Desde perspectivas sociológicas, por ejemplo, el énfasis está puesto en las formas de socialización y de trabajo,
aludiendo a valores y normas de carácter universal y a principios que se entienden como homogéneos y unívocos.
Dubet presenta la idea de “programa institucional” para referirse a un tipo de socialización que se define, desde sus
hipótesis, conforme a las modalidades y formas que adquiere el trabajo sobre los otros. El programa reposa sobre la
resolución de una paradoja fundamental. En un mismo movimiento, socializa al individuo y pretende constituirlo
como sujeto.
En general, se entiende a las instituciones como formaciones que entraman lo social, lo cultural, lo político y lo
subjetivo, que definen sus contenidos como sagrados y míticos, con alcance universal y con un alto potencial de
regulación que representa el deber ser y los mandatos, como también como un conjunto de principios, marcos de
pensamiento, creencias. Un espacio de reunión de procesos y lógicas, que va más allá de la idea de establecimiento y
que se enlazan en un entramado de diferente tipo garante del pasaje y la transmisión de unos a otros.
La organización y la institución no son sinónimos. Pero se hace énfasis en su relación y allí se reconoce la importancia
de la idea de transversalidad que lleva a pensar en un cruce de instancias que atraviesan todos los niveles de cualquier
formación o hecho social entendiendo que ese atravesamiento no necesariamente es longitudinal, sino que también
mostrará ondulaciones, o espirales. Así, lo sustancial, aquello que no se puede dejar de advertir, tiene que ver en gran
parte con lo que esa relación produce y entonces será el espacio de esa relación, en tanto entrecruzamiento de
lógicas, el objetivo del análisis e intervención.
Con ella se pone en cuestión otra idea, que es la de verticalidad, que lleva a pensar en niveles superiores e inferiores,
el de arriba o el de abajo, el primerio y el segundo y también la cuestión de la horizontalidad, en tanto
equiparamiento de diferencias. Se hará hincapié en ideas tales como inscripción, correlación, interrelación,
movimiento y dinámica que colaborarán en el tratamiento de la transversalidad.
En este sentido, los enunciados universales atraviesan los distintos niveles de la organización educativa:
contextual, estructural, grupal, interpersonal. Este atravesamiento evidencia diferentes movimientos y
figuraciones, pero siempre entendidas en el marco de una dinámica que supera los compartimentos estancos y las
relaciones fijas o lineales. Implica la inscripción y expresión de esos universales, siempre con un resto, una brecha
inherente a un acto que, en su movimiento, configura y da cuerpo a la organización. Formulaciones con valor
universal se presentan con matices, con variaciones, Aunque se sostienen como inimpugnables. En este sentido, los
mismos significados que aparecen como unívocos, poseen desviaciones y enfrentamientos en el seno de los mismos
colectivos que intentan regular. Por eso si bien ese universal tiene pretensión de plenitud, de absoluto y de
permanencia, esa pretensión es un fin que nunca se alcanza del todo. Es por ello que en la cotidianeidad del
funcionamiento de una organización se reconocen sentimientos de desapego, de ajenidad o como postula De Certeau,
de debilidad frente a la creencia.
Por eso sujetos y grupos se encuentran enfrentados. Uno encarna la institución plenamente, a diferencia del otro a
quien se define como contrincante y extraño. Unos intentan copiar ese valor ideal, reproducirlo sin fallas, pero a pesar
de eso nunca ocurre completamente. Se trata de tensiones en las cuales las relaciones de diferente tipo que se
entablan entre esos valores, creencias y sujetos son productores de sentido y movimiento, expresiones de
posibilidad, de algo nuevo, más que un acto acabado y absoluto.
Esta conflictividad propia de la relación entre las instituciones y las organizaciones, ponen en evidencia que en el
marco de ese encuentro es donde las diferencias, como expresión de lo plural, se hacen evidentes.
Los modos de conceptualizar la institución tienen efectos directos en la definición de la idea de organización.
Cualquier definición que se haga se inscribirá en el marco de esa relación. La idea de organización no es sinónimo de
institución, ni es otro nivel, ni el adentro ni el afuera, sino que una y otra, organización e institución, se consideran en
vinculación y lo que prima es la idea de transversalidad. Eso es así cuando se define la institución como el resultado
de lo que la sociedad instituye en cada tiempo, en el sentido de mantener en pie la maquinaria social y, en
simultáneo, de producirla.
Kaes se refiere a la organización como espacio de concreción de las instituciones. Postula que la institución no sólo
está atravesada por la realidad psíquica. Ella es un nudo de órdenes de realidad heterogéneos y en interferencia: esta
intrincación produce una sobredeterminación de hechos que, por método, tratamos de aislar e intentamos articular.
La institución es una formulación social. Participa en los procesos de producción-reproducción de la sociedad
ejerciendo la organización de las tareas socialmente necesarias y sus correlatos: representaciones de la labor de la
institución, estructura de las comunicaciones requeridas, asignación de rangos y papeles reglamentados en las redes
sociales, jerarquías funcionales, control social. Es un dispositivo económico: participa en el conjunto de la vida
económica, produce valores, bienes y servicios.
Se organiza en el marco jurídico que regula las relaciones intra e interinstitucionales: las relaciones entre los sujetos
dentro de la institución y las relaciones de cada uno con la institución son mediatizadas y prescritas por el recurso de
la Ley contra la arbitrariedad. Tampoco está exenta del poder político, que se ejerce dentro de la institución y hacia la
sociedad a través de los procesos de influencia que tornan posible la toma de decisión y las modalidades de las
creencias, regula las relaciones de dominancia, rivalidad y sumisión en los cuales se persiguen los intereses de cada
uno y los fines propios de la institución.
Lapassade define las organizaciones como un acto organizador, como una realidad social compleja, donde se
visualiza un colectivo reunido para alcanzar fines determinados. Esto posee un atravesamiento político, social, etc.
Son un ámbito de desarrollo, de expresión, de producción, de acción y traducción de las instituciones. Suponen
una estructura, que en un recorte espacio temporal, con determinada ubicación geográfica y en un momento histórico
específico, reúnen a un determinado número de personas para trabajar y, conjuntamente, alcanzar una meta común,
unas finalidades específicas.
También las organizaciones sostienen la inscripción de posiciones en tanto lugares específicos de unos y otros, en el
marco de un ordenamiento jerárquico de roles y funciones y un conjunto de normas que regula y pautan los
desempeños.
En síntesis, podemos decir que una organización implica una trama, una disposición instrumental en el sentido de
objetivos, medios, lugares, tiempos que organización las relaciones sociales. En simultáneo, estos componentes y sus
relaciones particulares operan como condiciones para el desarrollo de los fines organizacionales entendidos como
aquello que la organización persigue y produce.
Además, esta trama está atravesada por lo que se instituye en términos políticos, inconscientes, sociales, como modos
de relación, de pensamiento, de producción con una dinámica tendiente a la estabilización, aunque simultáneamente
puede ser permeable a cambios y transformaciones.
La intención de avanzar en el conocimiento acerca de la institución se ve confrontada con el hecho de que estamos
allí, que nos constituye y pre existe; por lo cual, las herramientas para explorarlas, para adentrarnos en sus lógicas, son
parte de la misma, y tiene que ver con la ambición.
Los propósitos al hacer foco en la relación entre la institución y la organización tiene que ver con pensar y conocer
los modos de transmisión y traducción y desde allí advertir la emergencia de diferentes grados de conflictividad, de
tensión y de controversia, propias de esa relación, que requieren de la producción de condiciones de enunciación y de
escucha, de puesta y circulación de la palabra. Así queda atrás el hablar de una asociación automática y lineal entre
ambos conceptos y es indispensable reconocer entonces en el estudio de las instituciones y las organizaciones la
centralidad de la cuestión política, de las relaciones sociales y los modos de producción socio-históricos.
Hay que tener en cuenta recomendaciones respecto del tratamiento de estos temas, como la simplificación de la que es
objeto el término institución, la banalización de las diferencias que existen respecto de otras categorías, la
automatización de algunas explicaciones, la misma historia de este término.
Si las instituciones son abstracciones, las organizaciones son el sustrato material de las mismas; el lugar donde
aquellas se materializan y desde donde tienen efectos productores sobre los individuos, operando tanto sobre sus
condiciones materiales de existencia como incidiendo en la constitución de su mundo interno. Desde este punto de
vista, son mediatizadoras entre las instituciones y los sujetos. También son unidades compuestas, sus partes
componentes son: interacciones entre sujetos. Son unidades socialmente construidas para el logro de fines específicos
(Etzioni). Muchas definiciones más.
Organizaciones son aquello que se configura en “establecimientos tales como escuelas, fábricas, hospitales, a los que
se le asigna en general una finalidad social, determinada por una o más instituciones. Esto último ayuda a entender el
concepto de atravesamiento. Las organizaciones están atravesadas por muchas instituciones que determinan
verticalmente aspectos de las interacciones sociales que allí se establecen. Ejemplo: un hospital no solo materializa
aspectos prescriptos por la institución salud, sino que confluyen también las instituciones trabajo, tiempo libre,
sexualidad, etc.
En este sentido, las organizaciones se alimentan de las instituciones, y les dan una base concreta de existencia.
Schlemenson dice que la organización configura un grupo humano complejo, que actúa dentro de un contexto temporo
espacial concreto, artificialmente y deliberadamente constituido para la realización de fines y necesidades específicas.
También está enmarcada en políticas que son la expresión abstracta de conductas organizativas deseadas y que la
interacción y la cohesión mínima que le da unidad, continuidad y sentido operan en dos planos interdependientes:
integración regulada por procesos interpersonales, mecanismos de identificaciones, y una integración que opera a
través de sistemas sancionados explícita o implícitamente. Toda organización función en un medio ambiente que
llama contexto externo, con el cual la organización establece relaciones de intercambio significativas, y que
contribuye a darle su sentido.
La cohesión de una institución está dada por un saber teorizado y teóricamente indiscutible.
Siguiendo a Schavarstein, lo instituido es aquello que está establecido, el conjunto de normas y valores dominantes
así como el sistema de roles que constituye el sostén de todo orden social. Para entender la dinámica del cambio
social es necesario reconocer la presencia de una fuerza instituyente, constituida como protesta y como negación de
lo instituido.
El cambio social resulta de la dialéctica que se establece entre lo instituido y lo instituyente. Hay tres nociones que
definen tres fases:
- Lo instituido: designa lo que está establecido y tienen una pretensión de universalidad y de verdad que lo
convierte en una fuerza conservadora. Desde un punto de vista histórico y dialectico constituye la fase de
afirmación.
- Lo instituyente: define la fuerza de protesta contra lo instituido, se manifiesta haciendo caer la mascada de
universalidad y verdad con lo que lo instituido presenta. Es la fase de negación.
- La institucionalización: consiste en la recuperación de la fuerza innovadora de lo instituyente por lo
instituido. Aparecen nuevas reglas pero que permiten que la institución se perpetúe. Fase de integración
(recuperadora de la contradicción entre instituido e instituyente).
El sistema informal señala que es la respuesta del individuo en forma consciente o inconsciente frente a las presiones
que impone el sistema formal; comportamiento, relaciones, estrategias no previstos. Las relaciones informales, van
más allá del aspecto afectivo, tienen un sentido en relación al funcionamiento de la organización; son relaciones
reciprocas de intercambio basadas en una necesidad práctica y una conveniencia; alude a una negociación implícita
entre iguales o entre jerárquicos y subordinados.
Schvarstein habla de no perder de vista el carácter de construcción social que está en la naturaleza misma de las
organizaciones. Desde allí existe una imposibilidad de aprehensión directa de todo lo que sucede y la presencia de
todos, que implica la supremacía de categorías perceptivas y su necesidad de procesos de comunicación. Esas
categorías establecen vigencia de valores que se utilizan para construir la realidad. Valores entendidos como códigos
de reconocimiento: categorías conceptuales significativas que recubren un campo. Al pensar la organización estamos
frente a un concepto cultural, convencional, existente a través de la construcción que de él se hace y que, como toda
descripción, existe en el lenguaje.
Nicastro Sandra
Debate 1
La escuela en la época
En el marco de este cambio, para hablar de la tecnología hay que inscribir a la escuela en la época. A veces se dice:
“¿La escuela y la época? ¿La escuela y el contexto?” hay que inscribir la escuela en la época, en el contexto. El
pensar la escuela desde una clave epocal permite ver qué, cómo, etc. Acá aparece la tecnología.
A la tecnología se la piensa únicamente como un “modo de…” y entonces se reduce a una metodología, herramienta.
Además de pensarla así, también hay que pensarla como un rasgo de esta época. Algo que en esta época nos está
planteando modos de producir conocimiento de otra manera, de encontrarnos de otra manera. Esto es porque a veces a
los docentes no saben cómo utilizar este recurso, se preocupan por el cómo y se pierde de vista el qué se quiere
enseñar, ¿Qué cree que tiene que saber ese alumno de lo que él enseña?
Si uno miro algunas escenas escolares, hay una preocupación que es ¿Cómo resuelvo mi presencia frente a este otro
que sabe tanto de esto otro? Las tecnologías le hacen una pregunta a la organización educativa, pero la respuesta no
está solo en decir qué tenemos que hacer con eso dentro de la escuela. Lo que pasa en la escuela es más complejo
como para quedarnos en esa respuesta de “cambia por esto, hace esto”. Pensadas organizacionalmente, las TIC son
un recurso que conmueven los roles, los oficios, la trama institucional. Las TIC como oportunidad para dar vuelta
sobre los propios saberes, sobre las propias convicciones, sobre los propios amores de la disciplina.
Debate 2
Se puede decir que hay institución cuando tenemos grupos que tienen leyes de funcionamiento (como la familia),
sistema de reglas, modos de transmisión y cierta influencia sobre el funcionamiento de la sociedad. Lo
fundamental es entender que si pensamos en una institución estamos tocando el funcionamiento social en general.
Esto lleva a considerar que las instituciones se fundan, se basan en un saber, un sistema de valores y de acciones que
tienen fuerza de ley y que, por lo menos en un primer momento, se presentan como verdaderas. La cohesión de una
institución está dada por un saber teorizado y teóricamente indiscutible, por ejemplo, el pensamiento teológico en la
iglesia, la doctrina de la iglesia. Cuando uno empieza a interrogarse sobre el valor de la institución, no se cuestiona
sólo el valor de la institución, sino la institución en su propio funcionamiento.
Otra característica que deriva de esto es que este saber que tiene fuerza de ley tiene que ser internalizado en
comportamientos concretos, o sea, no debe ser simplemente un modo de instaurar las cosas sino que debe penetrar
en lo más profundo de nuestro ser. La obediencia tiene que derivar de la interiorización de un ideal. Hay una
sumisión activa. Se ve claramente que cuando lo valores ya no son internalizados o cuando empiezan a ser
cuestionados, la institución empieza a quebrarse.
Un tercer punto es que todas las instituciones giran en torno a una persona que ocupa un lugar central y toda
institución plantea entonces el problema de la paternidad. No puede ser de otra manera porque lo que da origen a
todo es el verbo creador. Hago algo y digo que voy a hacerlo. Una institución también existe por la posibilidad de
consultar textos y preceptos y ahí se ve la conexión entre paternidad y saber.
En cuarto lugar, a partir de que las instituciones existen, apuntan a establecerse, mantenerse y tienen entonces
tendencia a reproducirse. Por ejemplo, los padres tratan de que sus hijos sean a su imagen y semejanza, los docentes
tratan de hacer buenos alumnos según su concepción. Las instituciones más sólidas y rígidas tienden a que la
reproducción sea lo más fiel posible.
Se podría hasta definir una institución porque asegura un proceso educativo; en la Iglesia se aprende el catecismo, en
la familia se aprenden los buenos modales, en la escuela se aprende a ser buen alumno y así sucesivamente. No se
puede pensar en una institución que no asegure una formación que garantice la continuidad de la institución y permita
la transmisión a una generación futura. Esta transmisión debe, naturalmente, integrarse en los comportamientos o
conductas de las demás personas para que ellas mismas puedan después tomar a cargo los preceptos de la institución.
Hay alienación no sólo cuando uno está sometido a una ley profundamente interiorizada sino cuando nos volvemos su
portavoz y esto hace que nos convirtamos en el héroe de esta fe. Lo difícil en este problema es que hay un grado de
alienación necesario para poder vivir en la institución, pero la alienación pude volverse total si nunca me pregunto
sobre los dogmas, si tengo una fe totalmente fiel, si habida cuenta de esto cometo las acciones, aun las más terribles,
sin preguntarme nada.
Como lo demostraron desde este punto de vista tanto Lacan como Levi Strauss, hace falta un grado de alienación
necesario para vivir en sociedad, es decir, que hay cierto grado de alienación social necesaria que permite tomar en
cuenta a los demás. Alienarse significa estar ligado con gente del exterior y entonces cierto grado de alienación social
impide la aparición de la alienación patológica, el quedar alienado por fantasmas personales incontrolables. Pero
entre la alienación normal para vivir en sociedad y la alienación total –la sumisión total- hay una diferencia
importante. Ahí reside también otra dificultad de la institución. La institución no podría durar si sus miembros no
tuvieran cierto grado de alienación. Si la alienación es total, la institución se vuelve totalitaria, impide la libre
expresión de cada uno de nosotros y corre al riesgo de destruirse. Es un vínculo que se impone desde el exterior, que
interiorizamos, no es este vínculo espontáneo que tenemos unos con otros.
En las sociedades individualistas como las nuestras, donde cada individuo está considerado como sujeto, estamos
definidos de manera totalmente diferenciada y creamos vínculos los unos con los otros. El vínculo fundamental de
nuestra sociedad es ése, pero como esto podría ir en cualquier dirección y quizás no haya manos invisibles que
muevan los hilos, se producen reagrupamientos en las instituciones que permiten un menor grado de alienación pero
que son, en definitiva alienación. Si está demasiado pegado deja de existir y si es completamente libre se vuelve
megalómano, hace cualquier cosa o puede volverse loco.
Esta transmisión e internalización implica, de manera oculta, disfrazada, una presión fuerte. Cuando los
preceptos o los interdictos de una institución no están internalizados, entonces la institución puede vengarse y expresar
la violencia que queda en ella y que parecía haber desaparecido. Si efectivamente en una institución familiar, quizás u
poco antigua, el padre no es obedecido por el hijo puede ejercer una sanción sobre él. Los que detentan el poder
paterno pueden siempre sancionar los comportamientos que no les parecen adecuados. Hay una violencia en la
institución que queda enmascarada, pero que reaparece cada vez que hay una tentativa de transgresión de esta
institución, porque en ese momento la institución se defiende contra la posibilidad de quebrarse.
Cada nivel interactúa, se influye, en las situaciones de intervención, por lo cual el profesional está obligado a
organizar el campo de modo de obtener la mayor información de “datos”. Esto se hace de la siguiente manera:
- Proyecto fundante de la institución: su indagación permite verificar si ese proyecto se fue realizando (de
modo de mantener una continuidad histórica); o si un conflicto actual revela una equivocada percepción de la
realidad. Este proyecto institucional es la anticipación simbólica de un conjunto de acciones organizadas
que en el futuro tendrían que dar resultados “ahora” previsibles y posibles.
- Objeto de intervención y objeto de análisis: si la intervención constituye el brazo empírico del análisis, el
analista institucional tiene que anticiparse simbólicamente aquellos elementos constitutivos de una situación,
que pueden “ser objeto” de indagación y de recopilación de datos. El objeto de intervención está constituido
por una institución que aparece en dos niveles: el del discurso manifiesto “tenemos un problema con los
empleados” y el del discurso latente, de lo que no se dijo, el por qué. El objetivo de la intervención es
entonces conocer ese objeto, el por qué. El objetivo de análisis: para entender el por qué como objeto de
intervención interesa la organización del campo de análisis. Se constituye a partir de un encuadre conceptual
coherente de modo de tener hipótesis para verificar. Cada modalidad de intervención, sea cual fuere el marco
conceptual analítico del que procede, tiene como objetivo introducir un cambio en el objeto, por lo tanto, la
variedad conceptual habrá de indicar el sentido del cambio.
- La indagación de los mitos: pueden estar circulando en la escena actual y permiten descubrir las
características del conflicto y aportar datos en cuanto al porqué, o sea, la ubicación del problema.
- El conflicto: ¿síntoma o estructurante de la institución? las partes en conflicto interactúan con ataques
personales o grupales inculpándose mutuamente, pero el nivel de la comunicación se altera, constituyendo una
barrera epistemológica y como tal un objeto de análisis. Pero al convertir el conflicto en objeto de análisis
lo estamos considerando como parte activa de la institución. es decir, no es algo que “le está ocurriendo a la
institución”, no es un síntoma, sino un aspecto estruturante de la institución, porque no todas las
instituciones configuran iguales conflictos. Cada una se encubre con una específica configuración de silencios,
rivalidades, rumores, ansiedades; con una específica dinámica que no tiene solo que ver con los roles y status,
esto es lo que configura y pone el sello a cada institución. El conflicto indica una carencia y es justamente ella
la que provee de posibilidades de crecimiento y cambio; derechos al disenso, reaperturas de la comunicación.
- La demanda: ¿Qué se enfoca en la demanda contenida en un pedido de análisis institucional expresado
en la consulta? El conflicto se manifiesta como discurso institucional; como escena dramática; pero el
problema no necesariamente aparece ahí porque está en relación con la dinámica del microcontexto y con la
realidad del macrocontexto, el cual atraviesa la escena del conflicto siempre. Por eso, los datos de esta
configuración compleja de los tres niveles permiten una cierta comprensión institucional del conflicto y del
problema.
En los comienzos de los estudios, el grupo era un conjunto de personas reunidas que conformaban un conglomerado,
una constelación, etc. Después, los sociólogos y psicólogos hablaron de grupo primario y secundario, el primero
tenia nociones de relaciones emocionales, informales, y el segundo relaciones formales, racionales, producidas en
tareas organizadas, con roles distribuidos para fines establecidos previamente.
Después, en la perspectiva dinámica de Kurt Lewin, el grupo se considera una realidad sui generis, irreductible a
los individuos que lo componen. Se constituye con una tensión interna que tiende a funcionar con una acción hacia
afuera y entre todos (consenso).
Según la Teoría Moderna de los Sistemas de Buckley, el grupo constituiría una estructura donde el proceso, si bien
tiende a mantener dicha estructura puede cambiarla durante la acción, considerando fundamental el no equilibrio del
sistema organizacional. Esto no da posibilidad a evaluar los sistemas socioculturales en su complejidad y en sus
configuraciones dinámicas.
Influencia americana
Las primeras influencias proceden de la sociología y la psicológica social de EEUU. Se desarrollaron investigaciones
y aportes de conceptos acerca de las relaciones entre el “individuo y la sociedad” para poner masa tarde el énfasis
en el grupo, trabajando los conceptos de status, rol, autoridad, liderazgo, comunicación, que se emplazan luego en
el estudio de las Organizaciones. El conductismo social está en la base de esos estudios orientando la elección de
los recursos técnicos y su aplicación. Del mismo modo, los aportes de la corriente de la Dinámica de Grupo de
Lewin acentúan la transición del énfasis sobre la relación del individuo en el grupo, con conceptos como cohesión
social, situación, etc. El interaccionismo simbólico de George Mead aporta que la institución existe en la realidad a
través del nivel simbólico, compartido entre las personas.
Influencia inglesa
La teoría vigente es el psicoanálisis en la línea inglesa de Melanie Klein. Es a partir de ella que provee a los que
estudian a los grupos ciertas hipótesis que llevan a escuchar bajo los discursos manifiestos en el grupo, un discurso
inconsciente. Integra en la teoría de la Dinámica de Grupo de Lewin la dimensión inconsciente. Elliot Jaques se
dedica al estudio de las organizaciones, denominando socioanalisis a su trabajo de análisis de las organizaciones.
La integración de ambas corrientes permitió empezar el abordaje a las instituciones con un cuerpo de conceptos que
habilitaban para una percepción de observables estructurales y dinámicos. Proporcionaron los recursos técnicos
nacidos de la “Dinámica de grupo” y se usa al gripo pequeño como instrumento de indagación y análisis de las
instituciones con nombres tales como: grupo de discusión, grupo operativo, grupo de reflexión, etc.
Influencia francesa
Ya no se trata de ver qué sucede dentro de una institución a nivel laborar y a la comunicación, sino de un cambio en la
concepción de la realidad social y de su inclusión en nuestra modalidad de análisis (la arg). No se trataba tanto de
cambiar técnicas de abordaje sino acceder a una nueva ideología. Ahora hay un nivel ideológico político. Los
franceses retoman el conductismo social americano, la concepción del individuo en la sociedad y en el grupo, pero
hacen un salto cualitativo para mirar desde el psicoanálisis: hablan de resonancia fantasmática. Las fantasías
inconscientes son individuales y dentro de la dinámica de los grupos resuenan en algunos más que en otros, con lo
cual se produce un desequilibrio indispensable que lleva a la búsqueda de información, comunicación y de
comprensión de la situación real. Las relaciones intersubjetivas configuran discursos móviles; y dinámicas
discontinuas, en cuyos intervalos se insertan las carencias y los interrogantes. Los franceses que siguen teniendo
vigencia son: Mendel, Kaes, Lourau.
El análisis institucional
A lo largo de esta interpretación se abre paso a la institución de la cual la corriente del AI enunció una hipótesis
fundamental: es el equivalente en el campo social de lo que era el inconsciente en el campo psíquico. O sea, la
institución es el inconsciente político de la sociedad. Este inconsciente es el producto de la represión de la raíz de
las relaciones sociales y de su reproducción. También utiliza un vocabulario psicoanalítico a la hora de hablar de las
nociones de transferencia y de contransferencia institucionales.
- Muchas prácticas (formación, trabajo colectivo, intervenciones) tienen lugar sobre grupos y en grupos (tmb en
organizaciones).
- El grupo se construye también como objetivo de conocimiento.
- Es un nivel de análisis. La dinámica de grupo es así un momento del trabajo este. Cuando es necesario, se
analiza a nivel del grupo en el curso de un socioanalisis,
Análisis institucional y sociología
Es misión del AI convertirse en una contrasociologia, en oposición a las diversas corrientes de la sociológica clásica.
Fue acusada de aislar la organización en relación con la economía, la política, la vida social y sindical cuando estudia
los fenómenos de poder, las disfunciones burocráticas y los procesos de cambio. A medida que la sociología de las
organizaciones fue mostrando que sus análisis tenían en cuenta las relaciones de la organización con el entorno
político, económico, social y cultural, dicha crítica perdió credibilidad.
La noción de institución
Loreau insiste en los caracteres polisémico, equivoco y problemático de la noción de institución. Lapassade
advierte su ambigüedad.
- Establecimiento u organización: es una confusión que impide analizar y descomponer en elementos, una
realidad en la que, precisamente, la institución (en el sentido sociológico clásico) puede considerarse como el
motor de la organización.
- Conjunto de normas que se aplican en un sistema social, y que definen lo que es legítimo y lo que no es
en dicho sistema. Es la definición clásica. Puede ser un grupo, una clase, un taller, una organización este
sistema social.
- Nivel de la realidad social que define cuanto está establecido, que es en el Estado, pero se encuentra en
otros niveles de la realidad social, en los grupos y en las organizaciones.
- Inconsciente político de la sociedad, según el psicoanálisis.
Pero hay una nueva definición que se apoya en tres nociones que definen tres fases, unidas por un mismo esquema
dialectico: lo instituido, lo instituyente, la institucionalización:
- Lo instituido designa lo que está establecido; es el conjunto de valores y normas dominantes, de status y
roles, de leyes que fundamentan el orden social. Tiene pretensión de universalidad, de perennidad y de verdad
que lo convierten en una fuerza conservadora. Desde un punto de vista histórico y dialectico, lo instituido es
una primera fase, la de la afirmación.
- Lo instituyente definen la fuerza de protesta contra lo instituido. Se manifiesta haciendo caer la máscara
de universalidad y verdad con que lo instituido se presenta. Se trata de una fase de negación.
- La institucionalización es la recuperación de la fuerza innovadora de lo instituyente por lo instituido,
aparecen así unas reglas nuevas, pero que permiten que la institución se perpetúe. Es la fase de integración
recuperadora de la contradicción entre lo instituido y lo instituyente.
La noción de analizador
El término analizador aparece en los discursos del AI. Lapassade dice que es todo lo que hace surgir la verdad de
lo que está oculto; todo, es decir, grupo, individuo, situación, acontecimiento, escándalo. Lo que se esconde es la raíz
de las relaciones sociales y de su producción, o sea, la institución como inconsciente político de la sociedad, es
también la confrontación de lo instituyente con lo instituido.
Además, es una máquina de descomponer, o bien natural o bien construida con fines de experimentación o fines
de intervención.
- Analizadores naturales: surgen de la situación. Puede ser una crisis en un grupo, política social, en estos
últimos se trata de analizadores históricos.
- Analizadores construidos: son dispositivos que se ponen en juego, en situación de intervención, para revelar
lo que no dice la institución, para provocarla y forzarla a hablar, según Lourau.
Los analizadores tienen un lugar central en el AI. Sus teóricos y prácticos insisten en el hecho de que son ellos y no
el analista, lo que realizan el análisis, aunque la presencia y la acción del analista en un grupo o una organización
tienen efectos analizadores. En conjunto, forman un dispositivo analizador cuya función es desmontar lo instituido.
Sin embargo, no existe una única teoría de la organización, ya que el término abarca múltiples perspectivas y
modelos. Lo mismo ocurre con la organización escolar: no hay un enfoque único para entenderla, sino distintas teorías
que, más que descriptivas, suelen ser normativas, proponiendo soluciones desde una visión cultural homogénea, sin
considerar adecuadamente los contextos específicos.