TEMA: LO QUE LA BIBLIA DICE EN CUANTO A LOS PADRES.
TEXTO: Deut 6
Hoy es el día del padre, hay un día de la madre que ya lo celebramos, y se celebra con
mucha emoción. Me parece justo también que tengamos un día nosotros para dedicarlo a
los padres y reconocer la importancia que tiene ellos en el hogar y en la vida de sus hijos.
Debemos confesar que muchas veces al padre lo pasaos por alto, y pensamos más en la
madre en relación con el hogar. Quizá esto se deba a que desafortunadamente hay muchos
padres que lo son solamente porque engendraron al hijo, pero no cumplen sus deberes de
progenitores. Sin embargo, es cierto que una infinidad de padres son tan amorosos, tan
abnegados y tan serviciales como lo son las madres y, porque no decirlo, aun se dan casos
en los que el padre ha sido más fiel que la madre. Pero en verdad que ser padre es una
responsabilidad tremenda. En la revelación que Jesucristo hizo de Dios, el recalco la de
Dios como nuestro Padre Celestial. Fue realmente, la palabra que más uso para referirse a
él. En un sentido muy especial y único.
1. ¿EN QUE BASAMOS NUESTRA PATERNIDAD?
La realidad es que nadie nos enseñó o nos dio un manual sobre el cómo ser padres. Ahora
bien, aunque todos fallemos, esto no quiere decir que debamos aprender de dicha manera.
Estamos formando a nuestros hijos y no queremos hacer un experimento de ellos; por lo
tanto, debemos meditar sobre los recursos de donde obtenemos nuestros consejos como
padres; si lo hacemos basados en nuestra experiencia – la cual, aunque no se desprestigia
va a cambiar en cada circunstancia – o estamos basando nuestros consejos de libros
escritos por otras personas que al igual que nosotros también fallan o estamos basándonos
en la Palabra perfecta de Dios.
La Biblia es el consejo infalible. Muchos nos preguntamos, ¿es tarde ya para seguir
aprendiendo a ser papa? La respuesta es no. Así como nunca es tarde para recibir a Cristo,
tampoco lo es para hacer ajustes en nuestra paternidad. Como padres tenemos una
esperanza para cambiar y el Señor nos muestra lo que necesitamos hacer para poder ser
unos padres que traigan gloria y honra a Su nombre.
2. ¿POR QUÉ UN PAPA ES IMPORTANTE?
Al leer esta pregunta algunos entenderán que la respuesta es obvia. Sin embargo, ¿es esta
la respuesta correcta? ¿Entienden los papas la importancia de su rol en la vida de sus
hijos? ¿Están siendo los padres efectivos en sembrar en sus hijos amor por Dios y Su
Palabra?
Para contestar nuestras preguntas revisemos Deuteronomio 6:6-7 y así ver lo que Dios tiene
que decir sobre por qué papá es importante para sus hijos.
”Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus
hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te
acuestes y cuando te levantes.” (NVI)
Primero debemos establecer el contexto de este pasaje dado por Dios a Moisés junto con
los demás mandamientos que serían la clave para asegurar la vida y prosperidad del pueblo
de Israel al entrar en la Tierra Prometida. Dios les estaba dando las herramientas para
vencer a los cananitas, el pueblo que habitaba esta tierra.
En este pasaje hay lecciones esenciales que evidencian la importancia del rol de papá
desde la perspectiva de Dios para preservar a Su pueblo. Analicemos tres argumentos
centrales.
1) Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando
-- Este es un mandato a los hombres, quienes están llamados a ser los líderes espirituales
de su casa. Al menos que el padre ponga toda su confianza y obediencia en Dios, sus
esfuerzos y desvelos serán en vano (Salmo 127:1).
-- Cada papá tiene el llamado a ser maestro de las enseñanzas de Dios para sus hijos. Ser
buenos maestros de la Palabra implica estar sumamente familiarizados, convencidos y
apasionados con ella, producto de una intimidad con Dios. Para transmitir pasión por Dios
hay que vivirla delante de los hijos.
-- El objetivo es crear en los hijos hambre y sed por el consejo sabio de los padres, que se
supone viene de Su palabra.
¿Qué le estamos enseñando a nuestros hijos? ¿Es la Biblia nuestro fundamento o es el
mundo? ¿Es la Palabra de Dios lo que más amamos? Porque el amor es el que empuja a
que tomemos todas las decisiones en nuestra vida.
Por ejemplo, si nos gusta hacer ejercicio no vamos a tener ningún problema en levantarnos
a las cinco de la mañana para ir al gimnasio. Nos levantamos porque amamos hacerlo y lo
que amamos nos empuja a tomar decisiones.
¿Por qué trabajamos tanto? Porque amamos a nuestra familia y queremos que ellos estén
bien. No es porque sea lo más satisfactorio; pues da más placer quedarse la casa,
levantarse tarde o no hacer nada durante el día.
¿Amamos la Palabra de Dios? si así fuese, la buscaríamos, la leeríamos y sería
nuestra prioridad a la hora de tomar nuestras decisiones. ¿La practicamos? ¿La
enseñamos a nuestros hijos, a nuestra familia, a nuestros hijos espirituales?
Proverbios 1:8 “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la enseñanza de
tu madre” Esta palabra habla de la responsabilidad de los padres la cual es instruir a sus
hijos. Nuestro rol si verdaderamente amamos a nuestros hijos, es enseñarles la Palabra de
Dios. Pero lo más importante que debemos cuestionarnos es si nosotros la guardamos y
obedecemos. ¿Será para nosotros solamente un manual de hermosas frases o será un
libro que llevamos a la práctica en obediencia a nuestro Señor?
El primer problema es que los cristianos trabajamos y decidimos nuestra paternidad como si
fuéramos mundanos. No estamos en contra de la ciencia, de los avances tecnológicos ni de
las ciencias sociales. El problema está en la prioridad en la cual nosotros ponemos las
ESAS COSAS en nuestra vida. No estamos en contra de algunos métodos de enseñanza
para los hijos. Pero ¿qué pasa cuando el método de enseñanza choca con los
principios de la Palabra de Dios? ¿Cuál escogemos?
Existen padres para quienes pareciera que la iglesia no es tan importante. No ponemos a
escoger a nuestros hijos si van o no a la escuela, es que deben ir. si hacen o no deportes, si
comen o no, pero sí ponemos a nuestros hijos a escoger si van o no a la iglesia. Quizás la
iglesia y tener un encuentro con Dios no es tan importante para muchos.
Si queremos seguir una formación bíblica con nuestros hijos debemos entender que nuestro
rol no es ser el mejor amigo de ellos, sino poner límites; esto es ejercer
autoridad. Proverbios 19:18 “Corrige a tu hijo mientras haya esperanza, mas no se altere tu
alma para destruirlo.”
2) Incúlcaselas continuamente a tus hijos
Ahora me dirijo directamente a los papás, Dios quiere que continuamente hables de Él a tus
hijos con libertad y naturalidad, con amor y admiración por Él para transmitirles tu misma
pasión por tu Dios. Para maximizar este impacto es importante saber que:
1. No se trata sólo de leerles la Biblia a cada momento, de memorizar versículos y solo
ver, leer y escuchar material cristiano con los hijos. Son ante todo, todos los
mensajes No verbales que les transmitimos con nuestro ejemplo de vida.
2. No se trata de entrenarles como nosotros fuimos criados sino de ser sabios,
observadores y conocer su individualidad, fortalezas, preferencias y debilidades.
3. No se trata de darles grandes sermones o de tener “serios conversatorios” con ellos,
sino de continuamente aprovechar cada interacción trivial para presentarla desde una
perspectiva divina.
4. No hay tiempo que perder, los hijos están formando su autoestima, juicios y valores
desde muy tierna edad. A medida que crecen, la influencia del medio sobre sus
vidas toma una preponderancia mayor que la de los padres.
3) Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te
acuestes y cuando te levantes,
-- En uno de sus artículos titulado “El hogar”, Charles R. Swindoll nos dice que Dios mismo
ha establecido 3 grandes instituciones: el hogar (Gen 1:27-28, Ef. 5:22-31), la iglesia (Hch.
2:41-47, Mateo 16:18) y la nación o gobierno (Rom. 13:1-7). Una vez más se demuestra la
importancia que Dios da a la familia.
-- El tiempo de un papá debe dividirse en este mismo orden para poder desempeñar ese
rol, incluso cuando implique ir diametralmente opuesto a los valores de nuestra cultura.
-- En Salmos 127:4-6 los hijos son presentados como la máxima bendición de Dios a una
persona. Les pertenecen a Dios y nosotros sólo funcionamos como Sus mayordomos,
cuidando Sus pertenencias. La crianza de los hijos es un llamado supremo. Debemos
asumir nuestra responsabilidad con el valor que Dios le da.
ABRAHAM COMO PAPA
Yo les invito a que juntos meditemos en Abraham, quien fue el padre de Isaac. Por muchas
razones él fue un personaje destacado, pero mirémosle ahora sencillamente como papa, y
para hacerlo, no detendremos a considerar un episodio dramático en su vida, el cual es una
página llena de lecciones. (Génesis 22:1-24).
Dios le pidió a su unigénito, ¿Qué hubiésemos hecho nosotros?
El caso es que la Biblia dice que se levantó muy de mañana y comenzó a obedecer a Dios
en dodo lo que él le dijo. Pero que iban conversando? Que pueden conversar un padre y su
hijo? Como están tus conversaciones con tus hijos?
Aparece la pregunta que Abraham no esperaba, (7) y la respuesta del papa (8)
Pero, hay una frase que resuena en esta historia y que se repite hasta 2 veces. (6.8)
Iban juntos. Padre e hijo deben ir siempre juntos, y no solo en el aspecto físico sino también
en el espiritual.
Contar ilustración. En un pueblo muy frio donde los caminos se tapaban con la nieve, un
padre salió de su casa, después de haber caminado unos cuantos metros, miro hacia atrás
y vio que su pequeño hijo de 6 años lo seguía, el padre le pregunto, ¿A dónde vas hijo? Y la
respuesta de aquel niño fue, voy siguiendo las huellas de mi papa. Esta respuesta hizo
reflexionar al hombre, pues ese día iba a la cantina a tomar licor y emborracharse, y decidió
regresar a casa con su hijo. ¿Vamos con nuestros hijos juntos en el camino de la vida?
¿Hacia dónde lo están dirigiendo nuestras huellas?
De este relato Bíblico hay también varias cosas que podemos aprender, especialmente los
que somos padres como Abraham.
1. ABRAHAM FUE UN PAPA PIADOSO Y TEMEROSO DE DIOS. (11-12) (SAL 103:13)
El mismo Ángel lo reconoció cuando le dijo… porque ya conozco que temes a Dios.
Es muy necesario que todo padre cristiano sea así. El mundo está necesitando esta clase
de padres. No dice nada la biblia si solo Abraham escucho la voz del Ángel, y no dice
tampoco que Isaac lo pudo haber escuchado, pero Abraham desato a su hijo y ofreció el
carnero que Dios le mando. Isaac nunca olvidaría este ejemplo grandioso de su padre.
Así también nuestros hijos, si somos fieles al Señor, nos recordaran con aprecio.
2. ABRAHAM FUE UN HOMBRE DE OBEDIENCIA.
Abraham demostró su fe obedeciendo. Desde que Dios apareció en la vida de Abraham fue
órdenes y órdenes, y Abraham obedecía y obedecía. Sal de tu tierra y deja todo, obedeció.
Ofrece a tu hijo en holocausto, y así lo hizo. Más tarde le dijo que circuncidara a todos los
varones de su casa, y así lo hizo. Cuando como padres le pedimos obediencia a los hijos,
deberíamos pensar en si nosotros estamos obedeciendo a nuestro padre celestial.
JOB COMO PAPA.
Job 1.1-8
Indiscutiblemente Job es uno de los grandes hombres de la Biblia, pero tengo la impresión
que a él se le conoce más por su ejemplo de piedad, sufrimiento y paciencia, que como un
padre ejemplar y modelo. • Todos los sermones que he escuchado sobre él tienen que ver
con alguien a quien Dios usó como ejemplo de aflicción a los creyentes, pero ninguno en su
función paterna. Sin embargo, un estudio de lo que él es en el contexto familiar nos revela a
un modelo de padre como muy pocos tenemos en la Biblia. • Se nos dice que tuvo siete
hijos y tres hijas. Él tuvo una especial devoción por la familia; y es por su carácter, que sus
hijos recibieron la mayor influencia.
La Nueva Traducción Viviente dice que era “un hombre de absoluta integridad” (Job 1.1). Se
preocupaba mucho por el bienestar espiritual de sus diez hijos. Ellos se turnaban para
organizar celebraciones en las que pasaban días festejando. Pero después Job se
levantaba temprano y ofrecía holocaustos por cada hijo, por si alguno de ellos había
pecado. Tenía tanta reverencia por Dios que hacía todo lo posible para asegurarse de que
sus queridos hijos estuvieran en buenos términos con Dios.
Esta reverencia no titubeó, ni siquiera cuando le fue quitado todo. Sus amigos, que no lo
apoyaban, expresaron dudas, y su esposa incluso lo tentó a maldecir a Dios. Pero Job
siguió honrando a su Creador y creyó que Dios triunfaría al final (Job 19.25).
Vivir reverentemente delante de Dios día a día no es solo lo apropiado; hacerlo moldea
nuestra visión de la vida y alinea nuestro corazón con el suyo, no importa lo que se nos
presente.
Conclusión. Sin duda que la historia de estos padres nos inspiran mucho el día de hoy.
Procuremos, pues con la ayuda de Dios, ser padres obedientes a su palabra, ser padres
que caminan con sus hijos, ser padres que oran por sus hijos, ser padres que establecen
como prioridad la palabra de Dios, y las ponen en práctica en sus vidas, en su familia, en su
comunidad, en la Iglesia y a donde vayan. Si somos padres obedientes a Dios entonces
seremos merecedores no solamente de la celebración alegre de un día como este, sino de
la aprobación de aquel ante quien tenemos que rendir cuenta.