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Delirio de Existencia Ante Una Muerte Nesesaria

El libro 'Delirio de existencia ante una muerte necesaria' de Gorpu Ibiltaria es un testimonio profundo y angustiante de un individuo que lucha con la depresión y la idea del suicidio. A través de su narrativa, el autor explora su dolor, su relación con la familia y la presión del capitalismo, mientras reflexiona sobre su vida y las tormentas emocionales que enfrenta. Este relato busca no solo expresar su sufrimiento, sino también ayudar a otros a reconocer los síntomas de la depresión y la importancia de la historia personal.

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Delirio de Existencia Ante Una Muerte Nesesaria

El libro 'Delirio de existencia ante una muerte necesaria' de Gorpu Ibiltaria es un testimonio profundo y angustiante de un individuo que lucha con la depresión y la idea del suicidio. A través de su narrativa, el autor explora su dolor, su relación con la familia y la presión del capitalismo, mientras reflexiona sobre su vida y las tormentas emocionales que enfrenta. Este relato busca no solo expresar su sufrimiento, sino también ayudar a otros a reconocer los síntomas de la depresión y la importancia de la historia personal.

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Delirio de

existencia ante una


muerte necesaria
De: Gorpu Ibiltaria

Un libro hecho con la pereza de existir

No hay sinopsis no hay sentido hay


vida. En este libro solo encontraran los
delirios de un débil que solo quiere
morir.
Leer este libro será como descender el
océano. Les pido cautela ya se podrán
ahogar o incluso aplastar entre estas
letras
Este libro es increíblemente monótono,
pero así es mi mente, así es mi vida
Esta historia es completamente real
PRÓLOGO

“Hay tormentas invisibles, que arrasan con todo a


su paso”
-delirio de un estúpido

Que harían ustedes si yo, o alguien más, les asegurara


que morirán en diez días. “ir al parque, montarme en
montañas rusas, besar a mi crush y disfrutar con los
seres que amo” Es lo que la gente normal
generalmente dice, pero yo, yo escribiré un libro sobre
lo que pienso. Este testimonio es real y cuando alguien
lea esto —si es que alguien lo lee— espero ya no estar
en este plano ni en ningún otro plano, espero que mi
alma por fin salga de esta tortura constante.

Seguramente se estarán preguntando ¿Quién soy yo? O


quizás ¿Qué estará pasando en mi vida para cometer
aquel acto de impura naturaleza? Les respondería, si
yo mismo lo tuviera claro, pero lo único que les puedo
contar es que no soy nada mas que carne y dolor
reprimido, que mi alma se encuentra en una prisión de
torturas.
Esta enfermedad ya me cobro la vida —de echo me la
cobro tres veces— y no quiero lastimar a nadie más
con ella.

Pero esto lleva a otra pregunta ¿No estaría haciendo


más daño terminando con mi existencia? Yo respondo
que no. Mi hermana lo superará y mi abuela también lo
hará, estoy seguro.

Y mi madre… Mi madre lo superara, durante toda mi


vida he aprendido a resistir tempestades por ella,
aunque me ha faltado aprender a cambiar y dejar ir tal
como ella lo hace. Mi madre le costara unos meses e
incluso años, y ahí por fin comenzara a vivir.

Ahora la resignación es mi estado en este preciso


momento, pues creo que me he convertido en el ser-en-
si de Sartre, en aquel objeto que no puede cambiar ni
negar. Pues no puedo negar que mi vida no va para
ningún lado, y no puedo cambiar de camino porque ya
no me queda fuerza alguna en mi cuerpo.

Se preguntarán cual es el objetivo de este libro ¿llamar


la atención? No, si quisiera hacer esto haría un video
de TikTok haciendo al estúpido o hablando de cosas
estúpidas, y la verdad no me gustaría hacer esto
nunca. Prefiero hacer un libro, porque podre contar
mis vivencias y tal vez a ayudar a alguien a identificar
los primeros síntomas de la depresión, y porque soy un
fiel creyente de la frase “el que no conoce su historia
está condenado repetirla” y además porque a veces los
sentimientos de depresión se ocultan entre excusas.

Durante estos diez días me acompañaran hasta las


profundidades de mi psique, por lo tanto, esta novela
será compleja ya que algunas veces no sabre explicar
mi perspectiva ni con todas las palabras del mundo.
Por último, les quiero pedir el favor que lean en esto
con los ojos de la esperanza. Aquellos ojos que, en mí,
han sido reemplazados por ojos que solo ven el oscuro
precipicio de agonía. Por un mar de emociones las
cuales se pusieron de acuerdo para dejar de existir.

DÍA 1
07/07/2025
El principio de mi agonía

“Nacer, crecer, construir metas y propósitos


absurdos esperando que la muerte nunca llegue,
reproducirse, darse cuenta que todo fue en vano y
morir. Ese es el ciclo de la vida”
-delirio del ser destruido

10 días para el acto.


Hoy lastime a mi madre, hoy lastime a mi madre,
hoy lastime a mi madre. ¿Por qué? No sé, y la verdad
no quiero saber. Esto solo me confirma una cosa,
merezco la muerte. Era de noche cuando ocurrió, mi
madre dijo algo como.

—¿Por qué no me haces caso? ¿No vez que yo soy


la única que te apoya? ¿Ni siquiera cuando yo estoy
enferma muestras signos de obediencia? —dijo madre
lloran

En ese momento algo se me revolvió en el


estómago. “le hice daño a mi madre, le hice daño a mi
madre, le hice daño a mi madre” repitió mi cerebro con
la vaga esperanza de que todo fuera una pesadilla, de
que esto no fuera real. Fue un puñal que se adentro
profundamente en mi alma, haciéndola sangrar de una
manera en la que pocas veces había sangrado y en
lugar de llorar en lugar de mostrar atisbos de dolor, me
quedé callado y me fui a mi cuarto.

Ya en mi cuarto, no sabia que hacer, me dolía el


corazón con tal violencia, me oprimía el pecho. En ese
preciso momento me puse a escribir unos fragmentos
de este libro, porque esta es la única forma que tengo
para expresar estos sentimientos tan profundos que ni
siquiera todas las hipérboles se le igualan.

¿Dónde están mis amigos? A es cierto, no tengo. No


tengo amigos porque soy alguien que no puede
expresar ni un poco de tristeza ni empatía alguna.

“mereces morir” ese era el único pensamiento que


pasaba por mi mente, y que ciertamente llegaba a
tranquilizarla. Hago este libro como mi ultimo delirio
ante mi muerte necesaria
Cuando me vean en mi funeral, por favor no me
digan cobarde porque nadie sabe mi pena ni siquiera
entienden mi dolor. Pero ¿Cómo empezó todo esto?

Al principio, todo era oscuridad. Hasta un día —29


de junio de 2009— donde saldría a la luz viendo algo
borroso y llorando. ¿No les parece curiosos? La
primera interacción que tenemos con el mundo es el
llanto, aquel que hace saber al médico que estamos
vivos. Según médicos dicen que el llanto es una
respuesta normal ante el cambio abrupto de ambiento,
otros dicen que es una respuesta fisiológica del cuerpo
para expandir los pulmones. Yo creo que esto es un
llanto normal, ya que antes de materializarnos fuimos
almas en paz, almas en descanso eterno, flotando en
las profundidades del espacio. Pero dios o el universo
quería ver algo de nosotros, quería ver cuanto
sufrimiento éramos capaces de soportar.

Nacer en un mundo sin sentido, siendo libres de


tomar cualquier decisión, aunque signifique
autodestruirnos o destruir a los demás. A eso le llamo
“el entretenimiento de dios”

Se que esto es una perspectiva pesimista, pero creo


simplemente que fuimos productos de un dios suicida,
de un universo en constante destrucción como diría
Mainländer.

Somos, fuimos y seremos seres que —como el


universo mismo— estamos en constante destrucción.
Por eso el ser humano tiene que luchar para construir
algo, a pesar de que tarde o temprano eso se va a tener
que destruir.

Retomando la historia. Después de mi nacimiento,


apenas distingo una cara entre la turbidez de mi visión
—probablemente una enfermera—, después de esto
vería otra cara que, en ese preciso momento no sabía,
pero esa cara seria mi ultima ancla a este mundo.

La historia continua 4 meses después. Por primera


vez estuve en los brazos de la muerte, muerte que
sería mi acompañante durante todos mis 16 años de
vida. Durante 2 meses, estuve hospitalizado por
meningitis bacteriana y otros 2 años en tratamiento.
pero esa enfermedad me dejaría con un problema
bastante grande, dificultad para socializar. Estoy
seguro que si hubiera muerto ahí, todo hubiera sido
mucho mejor tanto para mi familia como para mí. ¿Mi
familia se deprimiría? Sí, pero lo superarían
fácilmente. Y yo, yo estaría en el vacío o en el cielo, no
me importa, con tal de no sufrir me iría al infierno,
aunque ese sufrimiento fuera mas grave que el que
estoy padeciendo en este momento

No paso gran cosa durante unos 3 años más. A los


cinco años entre a transición/kínder, mis recuerdos ahí
son felices como el mejor de la clase, incluso ganando
una medalla.

En los siguientes años no me acuerdo de mucho. No


es sino hasta tercero de primeria que recuerdo un
evento que no me marco sino hasta después.

La experiencia comienza en un recreo común, unos


minutos después comienzo a ver que un grupo de cinco
muchachos de cuarto o quinto me comienzan a
seguirme. Yo, naturalmente no le prestó atención sino
hasta que me agarraron entre los cinco, neutralizando
e inmovilizando cualquier movimiento mío por
completo y levantándome del piso —agarrándome de
los brazos y los pies boca arriba— me llevaron al baño.
Con lagrimas de impotencia en mis ojos, trato de
resistirme, pero fracaso. Llegando al baño, me
encierran en un cubículo y se recuestan en la puerta
para impedir que yo salga.

Minutos después. Los muchachos salen corriendo y


yo salgo para encontrarme con una profesora que —
viéndome con lágrimas en los ojos— me preguntaría
que había pasado. Después de contarle lo que me había
hecho y quien me lo había hecho, a los muchachos los
castigaron.

Esta historia parece ser otra más de bullyng común.


pero esta historia me enseñaría una verdad muy cruda
de la realidad, donde los adinerados o jefes de las
empresas pasan siempre por encimo de sus empleados.
Los empleados no pueden hacer nada para frenarlos
porque si te atreves a levantarle la voz te echan, así
que les toca soportar burlas o agresiones para poder
comer.

Me cuesta entender esto, ¿Por qué viven esta


injusticia sin siquiera reconsiderar o cuestionar la
dirección de sus vidas? Se que muchos tienen sueños
que quieren cumplir, pero vale la pena perder toda tu
vida por un auto, una casa o tu familia. Tal vez el ser
humano es mas feliz con la ignorancia.

“esta vida es hermosa” es lo que siempre dice la


gente a un depresivo cuando por fin decide contarle lo
que le pasa. Díganme, es bonito que un jefe te humille
y tu tengas que aguantártelo solo para poder “cumplir
tu sueño” o “vivir bien”. Sé que este comentario es
marxista, pero me da impotencia que el capitalismo sea
el único sistema que funciona realmente bien en esta
asquerosa sociedad.
Porque el capitalismo me obligó a existir, a valer
según lo que produjera, según cuánto resistiera antes
de romperme. Vi a mi madre trabajar hasta que sus
ojos se le apagaban, vi a mi abuela sacrificarse para
sostener un hogar que se caía a pedazos, vi a mi
hermana tratando de sonreír mientras el mundo la
aplastaba. Y yo, yo ni siquiera pude funcionar como un
engranaje roto. No pude estudiar bien, no pude
trabajar, no pude ser productivo, y en esta sociedad
eso te convierte en desecho. Tal vez, en un mundo
donde el valor humano no dependiera de cuánto
aguantas, de cuánto produces, no sentiría que mi
existencia es una deuda que nunca podré pagar.

A veces me siento como Gregor Samsa en “La


metamorfosis” de Kafka, convertido en un insecto que
no puede trabajar y que, por ello, se vuelve un estorbo
para su familia. El capitalismo funciona tan bien que
incluso tu valor como ser humano se mide en tu
capacidad de aguantar, de producir, de resistir. Gregor
dejó de ser hijo y hermano en el momento en que dejó
de ser útil, en el momento en que no pudo sostener a
su familia con su trabajo. Yo soy ese insecto, aplastado
por un mundo que me exige ser productivo mientras
apenas puedo sostener mi respiración. Tal vez por eso
me siento menos humano cada día, porque el sistema
me convirtió en un monstruo inútil antes de darme
cuenta de que ya lo era.

Siguiendo con mi historia, no es sino hasta el grado


sexto —a mis once años— cuando la vida me pega un
golpe muy bajo. La cuarentena nos afectó a todos por
igual, pero digamos que yo no estaba bien construido y
que mi entorno tampoco era el más óptimo para
soportar este golpe.
Casi todo el 2020 —y gran parte del 2021— Salí de
mi casa unas cuatro veces, en las que no tuve
interacción con nadie por fuera de mi familia, una
familia limitada de 4 personas sin contarme a mí —mi
madre, mi hermana, mi abuela y mi tío), que en
realidad mi circulo se reduce a tres ya que con mi tío
tengo una relación bastante lejana. Mis vínculos reales
son dos, son las únicas personas con las que realmente
no tengo que ocultar nada de mi mismo. Pero ese dato
es innecesario, solo falta saber que actualmente hasta
con ellos tengo muros muy fuertes.

Dejare hasta aquí el día 1, mañana les tratare de


contar el tema de mis tres muertes, y ahí es cuando tal
vez comiencen a entenderme.

Dia 2
08/07/2025
Mis tres muertes

“La muerte natural nos iguala, las muertes


simbólicas nos diferencian”
-delirio de un estúpido
9 días para el acto.
Mi primera muerte de hecho fue las más discreta,
fue tan discreta que no me di cuenta, sino no hasta
mucho después.

Pero digo que fue la primera muerte porque desde


ese momento nunca volví a ser el mismo. Ahí fue donde
me contagie de ese virus, muy dentro de mí se alojaría
está plaga, este tumor benigno. Estoy hablando del
afán de mi padre de prescindir de mí. Curiosamente
hubiera preferido que se alejara de mí cuando ya
tuviera dieciocho o cuando solo era un bebé, cuando no
había desarrollado ningún sentimiento por él.

Pero de que estupideces estoy hablando. Él me daba


más que un sentimiento, él me daba la capacidad de
socializar.

Hay una metáfora que representa muy bien lo que


me pasó. En la metáfora la madre representa "una
boca de cocodrilo" que está constantemente queriendo
cerrar la boca. Adentro tiene "la presa", su hijo, pero la
madre no tiene una mala intención, simplemente
quiere proteger a su hijo. Y el padre "el palo" él cual
impide que la boca se cierre por completo, aislando a
la criatura del peligro, pero también,
inconscientemente, haciéndole daño. Hijo que no se dio
cuenta de que está siendo dañado sino hasta mucho
tiempo después.

Pero el punto al que quiero llegar es que realmente


mi padre era mi puente a la sociedad, pero ese puente
se rompió y, aunque lo intente arreglar, nunca volverá
a ser el mismo.
La relación con mi padre no era ni la más profunda
ni la más estable, simplemente lo quería porque me
sacaba de mi bucle, de mi aislamiento, me daba
confianza para poder hablar con alguien, y que no me
diera miedo. lastimosamente, ahora no tengo esa
posibilidad. Él me la quito.

¿Por qué? Aún no sé, pero no culpo a mi padre de


esto. Al fin y al cabo ¿Quién querría ir a una casa a una
casa en dónde el único sentimiento que hay hacia él, es
el resentimiento y el odio solo para ver a su hijo?
¿Quién querría ver a una familia la cual ha hecho todo
lo posible para separarte de tu hijo simplemente por
considerarte una mala influencia? Tampoco culpo
solamente, a mí familia. Al fin y al cabo, mi familia
tenía buenas razones para desconfiar de mi padre.
Considero que el problema es de los dos, los dos fueron
culpables de regar la mala hierba. Pero yo... Yo fui la
semilla de esa hierba, yo soy el moho de algo viejo que
ya se echó a perder.

Avancemos más en el tiempo, justo cuando me doy


cuenta del problema.

A principios de 2023 me doy cuenta que no tengo la


capacidad de hablar con alguien más de tres oraciones,
pero para ahí ya era muy tarde. Ya que cuando
volvimos a clases después de una larga cuarentena —a
finales de 2021— evite hablar con mis amigos o con
cualquier otra persona, no sé qué me pasa por la
cabeza en ese momento para interpretar eso como algo
normal. Pero siguió esta situación creciendo y
creciendo casi por un año medio, hasta que me di
cuenta.

En mi cabeza creía que un cambio de ambiente iba


a bastar. Trate de cambiar de colegio, pero esto solo
me sirvió para comprobar que había algo en mi
construcción que no encajaba con la sociedad. Decidí
comenzar a investigar que me pasaba, y encontré algo
llamado trastorno de ansiedad social, y descubrí que
encajaba perfectamente con el cuadro. Así que decidí
tomar cartas en el asunto.

Le pedí a mi madre que necesitaba terapia, una


psicoterapia siendo más específico. Mi madre accedió,
pero desde ahí comencé no solamente a estorbarle a mi
madre, sino también una secuencia de intentos e
intentos de cambiar sin éxito alguna, ya que después
de un año seguía siendo el mismo bicho raro, que
simplemente intentaba escapar de la sociedad.

Un círculo vicioso comenzó a matarme poco a poco,


"alguien me habla>trato de cerrar la conversación
rápidamente>me siento mal y me trató mal por lo
sucedido". Este maldito círculo fue el culpable de mi
segunda muerte.

A principios del 2024 tome una decisión polémica.


Decidí iniciar clases virtuales, una decisión que a ojos
ajenos es estúpida, aquellos ojos que no saben lo que
es sufrir pensando cada día en la noche "otra vez
tendré que ir a enfrentarme con mi miedo, a sufrir
pensando que alguien me va a hablar o que voy a
quedar en ridículo con alguien o con todos" es una
sensación que no se la deseo o nadie.

Para ustedes es una exageración, para mí es una


realidad.

Algo que se me olvidó decirles antes, es que aparte


de la ansiedad social sospechaba, también que tengo
autismo o también llamado "trastorno del espectro
autista (TEA)" pero no me gusta llamarlo de tal
manera, me gusta denominarlo síndrome de Asperger.
Por diferentes cosas y síntomas sospechaba de esto,
por ello le dije a la psicóloga, y ella me diera una
respuesta que perduraría en mi mente hasta el día de
hoy. Fue algo como "hasta que no me traigas un
examen médico que confirme eso, no te daremos
tratamiento. Yo te veo normal". No me dolió que
invalidara mi opinión con un "te veo normal", me dolió
la palabra “normal”. ¿Acaso no ves que soy un bicho
que se esconde de los humanos?

Trate de buscar por todos los medios de que mi


psiquiatra se convenciera de hacerme un examen o que
al menos les prestará atención a mis síntomas o a mi
preocupación. Pero tanto mi psicólogo como mi
psiquiatra ignoraron mi petición y después de muchos
intentos desistí.

El mundo es absurdo, Camus no tenía toda la razón.


¿Por qué el que debería atender mis preocupaciones y
preocuparse por mí está ignorándome y reduciéndome
todo el tiempo? ¿Por qué tengo que sufrir de una
condición que nunca pedí? ¿Por qué tengo que ser el
juguete de dios o del universo? ¿Por qué tengo que
aguantar un peso que yo no pedí? ¿Por qué por
aguantar esto y recibirlo con estoicismo soy un
rebelde? Esta vida no tiene sentido y yo ya no tengo la
capacidad para ponerle uno.

Retomando. Fui a ver devuelta a un psiquiatra


diferente, el cual me mandó a un programa llamado
"hospital día". Un lugar que volvería a llenar de
esperanza a mi corazón y mi mente, pero esas
esperanzas de fueron por un precipicio muy hondo,
porque aquí me encontraría exactamente en la misma
posición a cuando iba al colegio, y aunque intenté y me
esforcé para cambiar, fue como golpear a una pared
inamovible. Y esto terminaría por cavar mi tumba, para
sepultar mi alma dispuesta a cambiar. Esta fue mi
segunda muerte.

Aquí me di cuenta de algo. Esto no era una ansiedad


normal y pasajera, esto era algo llevado al extremo, era
algo que me iba acompañar por el resto de mi vida.
¿Cómo puede ser la vida de alguien que simplemente
no puede establecer una conversación sin terminarla
en tres oraciones? No tengo futuro en este mundo
absurdo con esta enfermedad absurda.

Después de haberlo meditado por unos cuantos


meses decidí quitarme la vida

verán cuando una persona que está en sus cabales


le presta atención al suicidio considerándolo una
posibilidad real, en lo primero que piensa es en la
gente que ama y la gente que lo ama a él. Está es
precisamente la diferencia entre una persona normal y
un suicida, un suicida no tiene un entorno recíproco de
amor, y si lo tiene, el sufrimiento de esta persona
supera con creces el amor que tenga hacia otros. Este
último es mi caso.

Retomando mi historia. Después de mi segunda


muerte comencé a ver dos sombras. La primero que se
me vino a la mente fue "tengo esquizofrenia".
Llámenme loco, pero no creo que sea lo primero que se
pregunte un esquizofrénico la primera vez que
comienza a alucinar. Por lo que investigue el porqué de
estas siluetas —completamente negras. Era como si la
sombra estuviera proyectando una prenda de ropa
invisible colgada— me encontré con un raro síntoma de
depresión. Las alucinaciones exteriorizan las
emociones de las que la padecen —a esto se le
denomina como depresión con características
psicóticas o depresión psicótica—. En otras palabras,
estás sombras o siluetas raras representan mis
emociones. Pero ¿Que emociones exactamente?

Después profundizare este tema de las sombras con


más detalles.

Continuando con mi historia. Después de una larga


charla conmigo mismo sobre el sufrimiento, mi amor
por los demás y el amor que ellos tienen hacia mí,
decidí acabar con mi existencia. Pero hubo un factor
que me convenció por completo y era el hecho de
estorbar a mis seres queridos, soy una piedra en el
camino de ellos. ¿Por qué? Déjenme hacerles una
pregunta ¿Acaso no sería una carga un hombre que no
puede hablar por sí mismo? ¿Acaso no sería una carga
un hombre que cuando habla, no deja de hablar de las
cosas que solamente a él le gustan? E incluso si
encontrara alguien a quien le guste lo mismo que yo,
no podría ni siquiera tener una conversación por el
pánico que me daría.

"Ya es muy tarde para mí" fue lo que pensé antes de


agarrar el cuchillo de la cocina con firmeza y apuntarlo
hacia mí barriga. Todavía no había identificado que
sentimiento estaba actuando, simplemente sabía que
iba a dejar de sufrir, a dejar de tratarme mal. Al fin
sufriría por algo de verdad y no por cosas estúpidas
que ni siquiera puedo ver. Esa es la depresión un
invento de tu mente para hacerte sufrir, aunque
psicólogos y psiquiatras me digan lo contrario yo sé
que este dolor es ficticio. Porque sé que hay personas
muriendo de hambre en África, sé que hay personas
muriendo por defender o su país, sé que hay personas
siendo torturadas en Afganistán o siendo amenazados
por piratas somalís. Por esto sé que mi sufrimiento es
ficticio.

La depresión es un mal chiste de Dios o quien sea que


la haya inventado. No saben la carcajada que saldría
de la boca de los niños muertos de hambre en África al
ver mi supuesto "problema"

Teniendo el cuchillo en la mano firmemente,


apoyándolo contra mi estómago, sin quitarle la vista de
encima.

Hora de muerte 3:39 AM o al menos eso esperaba.

Comencé a hacer presión, y más presión, y más.

Hasta que... Siento que alguien agarra mi mano.

Levanté la cabeza y vi a la sombra con una mano sobre


la mía, la mano venía de una silueta humana,
pareciendo estar hecha de niebla.

Mi corazón dio un brinco, y la sombra me habla —por


primera vez desde que la vi— diciéndome una oración
que no olvidaré nunca. "Si te vas a matar asegúrate de
no sobrevivir".

Está fue mi tercera muerte


Día 3
09/07/2025
El saber cómo condena de
muerte

“Las batallas más importantes no se ganan”


-delirio de un estúpido

8 días para el acto.


Desde mi tercera muerte hasta la actualidad no ha
pasado mucho en mí, ni en mi entorno. Después de lo
que pasó, mi alma comenzó a morir poco a poco hasta
convertirse en un cadáver andante, en un gorpu
ibiltaria —en euskera—. Parezco un bulto de carne sin
ningún tipo de sentimiento, por esto merezco la
muerte.

Hay algunos recuerdos que no dejan de pasar por


mi cabeza. Últimamente los he utilizado
constantemente para atormentarme. Tres recuerdos
para precisar mejor, aquellos tres son pruebas
irrefutables de que mi estructura es completamente
diferente al resto.

El primer recuerdo comienza cuando aún estaba la


cuarentena. Empezando las clases virtuales, nos
pusieron un trabajo en grupo. El profe escogió los
equipos, queda equipo tenía un link de llamada y cada
equipo tenía que hacer un grupo de WhatsApp.

En la primera reunión de mi equipo, teníamos que


escoger un tema de nuestro gusto, para hacer el
trabajo. Increíblemente, yo fui el primero en hablar,
propuse que hiciéramos un trabajo de la increíble era
jurásica. Hablando de la era de principio a fin,
detallando la increíble evolución de los dinosaurios y
de su trágico final. Esto obviamente no le gusto a mis
compañeros, y me dijeron una frase que aún me duele
hasta la fecha. "Que aburrido".

¿Cómo pudo haberme dolido tanto ese comentario?


¿Por qué me sigue doliendo? Fue simplemente una
opinión vaga y sincera ¿Porque cada vez que esté
recuerdo pasa por mi cabeza, me duele?

El segundo recuerdo ocurre también en cuarentena.


En una llamada con mis antiguos amigos, donde todo
estaba transcurriendo con normalidad, hasta que se me
ocurre la brillante y estúpida idea de hablar de un
tema peculiar. No sé qué pasó por mi cabeza en el
momento que comencé a hablar de como los fotones
del sol tardan miles de años desde ser creados hasta
llegar a la tierra, o de que todo agujero negro desafía
con creces las leyes de la física moderna y pone una
brecha entre la relatividad general y la mecánica
cuántica. La verdad no importa que me halla movido en
ese momento. Lo importante fue lo que ocurrió en la
posterioridad.
Aún no sé cuánto tiempo paso, para que me diera
cuenta de que mis amigos ya se habían ido de la
llamada. No los culpo la verdad es que, hablar de eso
con 13 años, es extremadamente aburrido. Pero a mí
eso me gustaba. Eso es otra cosa que no puede
entender de mí ¿Por qué me interesan cosas raras?
¿No me pueden interesar cosas normales, como el
fútbol, las series o incluso el anime? Pero ya eso no me
importa, he aceptado que soy una cucaracha para la
sociedad que merece ser exterminada.

El tercer recuerdo fue de echo el primero el orden


cronológico. Ocurrió antes de la cuarentena, cuando
tenía aproximadamente 10 años. Mi padre me llevo a
pasear al parque, y de un momento a otro recuerdo
que yo estaba sentado en una banca del parque, sin la
presencia de mi padre, se sienta una niña al lado —más
o menos de mi edad—. Y decido abrir una
conversación, aunque raro por mi parte ¿De qué creen
que le hable? ¿De algo normal? ¿De juegos? ¿De
juguetes? ¿Tal vez de canciones infantiles? No, le hable
de como las estrellas como el sol, cuando se quedan sin
energía colapsan sobre su propio eje, eclosionando en
una explosión de energía llamada supernova —o
hipernova si es lo suficientemente grande—. No sé qué
me dolió más si el hecho de que no me hubiera
prestado atención o el hecho de justo cuando termine
de hablar se halla ido.

Estos recuerdos me avergüenzan y me duelen,


porque me recuerdan mi condición, un bicho raro, una
planta deformada, una papa cuadrada. Aunque no sé si
notaron una especie de patrón o similitud en estos tres
recuerdos y este se repetirá para siempre si no acabo
con esto.
El saber para mí es una maldición, un afán de
calmar mi malestar que al final me termina separando
más de la sociedad, como diría Cioran "la conciencia es
una enfermedad" te aleja de la sociedad con cada
progreso.

Reflexionando, acabe por hacerme una pregunta


¿Cuál es el sentido de la vida? Preguntándome esto
llegué a descubrir un mundo asombroso. La filosofía, la
cual me haría repensar toda mi vida de otra manera,
me haría preguntas, sobre todo.

"Cuestionar todo" esa fue mi última condena.

Día 4
10/07/2025
La filosofía, mi peor error
“¿Quién ha escrito mi destino? Quien lo hacho es
un cabronazo
No creo en seres divinos”
-Porta

7 días para el acto


La filosofía es increíble, pero también peligrosa sino
se lleva con prudencia. En mi caso, mi cerebro decidió
obsesionarse con la filosofía en un intento vago de
encontrar esperanzas para vivir.

Decidí comenzar con Kant, aunque no podía leer sus


libros ya que no tenía dinero para comprarlos,
comencé a leer en diferentes fuentes de internet sobre
su filosofía y su biografía, descubrí que creo el
imperativo categórico, resolvió el debate entre
racionalistas y empiristas, propuso "el giro Copérnico"
e hizo muchas cosas que ocuparía un espacio
innecesario en este libro.

Cuando yo me obsesión con un tema nuevo


generalmente lo que hago es un mapa conceptual,
organizando los conocimientos por subtemas, esto es
algo bastante difícil de explicar. Digamos que tenemos
la filosofía, la base de todo y nos vamos una rama de
esta como por ejemplo el idealismo, tomamos un
conocimiento como "el ser humano no percibe lo real,
sino más bien lo que ve" y hay un conocimiento que
tiene como estructura este conocimiento. Ósea que
primero sería la idea de "el ser humano no percibe lo
real, sino más bien lo que su cabeza estructura como
real" y de segundo iría la idea de "el humano no se
adapta al mundo, el mundo se adapta al humano".

Hacer esto con la filosofía no es tan fácil con otros


temas ya que algunas ideas no encajan con ninguna
rama. Lo bueno de esto, es que mi mente deja de
pensar en tratarse mal y comienza a pensar en encajar
el conocimiento en alguna rama.

Volviendo a la filosofía, este tema pasa de ser una


simple obsesión a un deseo insaciable de conocimiento
que se terminaría sumando a los venenos que me
estaban matando. Sin embargo, segui investigando de
las diferentes filosofías como el empirismo,
racionalismo, idealismo, nihilismo, existencialismo,
cinismo, platonismo, neoplatonismo, hinduismo,
taoísmo, budismo, absurdismo, escolástica y algo de
metafísica.

Pero en cada lectura sentía que cada filósofo me


lanzaba preguntas que perforaban mi mente sin
compasión. Kant con su imperativo categórico me
preguntaba si mis actos eran dignos de ser ley
universal, y yo, incapaz de actuar, me sentía un
parásito de la moral. Schopenhauer me recordaba que
vivir es desear y que el deseo solo trae sufrimiento, y
ahí entendí que mi voluntad era un error de
fabricación. Cuando leí a Nietzsche y su “Dios ha
muerto” sentí una carcajada fría detrás de mí,
recordándome que, si Dios estaba muerto, yo era un
cadáver que nunca entendió el juego. La filosofía me
dio palabras, pero me quitó la paz, me enseñó que cada
paso que daba era un acto absurdo en un mundo que
no me quería.

Pero la rama que más me llamo la atención


—para sorpresa de nadie— fue el pesimismo, el cuál su
principal argumento es que "el sufrimiento es
inherente a la existencia humano" y que "la única
forma de escapar del sufrimiento es renunciar a los
deseos y la voluntad". Son argumentos parcialmente
ciertos, si bien es cierto que en la vida hay sufrimiento,
creo que el sentido de la vida radicaría en tratar de
escapar de ese sufrimiento, aunque fuera
momentáneamente, con un buen entorno y un buen
propósito. Yo no tengo eso, así que este argumento
sería totalmente cierto en personas como yo, personas
que trataron de escapar de ese sufrimiento y
fracasaron.

Digo que la filosofía es peligrosa porque gracia a la


filosofía han llegado pregunta que quizás estaban
mejor fuera de mi mente. Cosas como el propósito de
mi vida es algo que me he preguntado y que tengo
claro que es imposible, porque requiere previamente
de algo ya he intentado y he fracasado en cada intento.
Podría decirse que soy un plato roto que trato de
repararse con pegamento vencido.
Día 5
11/07/2025
El hombre el busca de
sentido y el universo
absurdo

“El hombre es un ser social por naturaleza, yo no”


-delirio de un estúpido

6 días para el acto


Tratando de encontrar una filosofía que diera un
propósito a la vida, me encontré con un libro llamado
"el hombre en busca de sentido" de un psicoanalista
llamado Viktor Frankl. Este libro me dejo con más
dudas que respuestas, pero me dejó con un mensaje
claro, el hombre con un propósito puede soportar casi
cualquier entorno o circunstancia. En palabras de
Nietzsche "el que tiene un porque, puedo soportar casi
cualquier como"

Me resonó está frase porque yo no encuentro un


sentido en estar aquí existiendo, si todo termina en la
muerte. Quise aplicar la idea de Frankl en mi vida,
buscando un propósito, tratando de sostenerme en ese
“porqué” del que hablaba. Intenté que mi madre fuera
ese propósito, que mi hermana fuera ese porqué, que
mi familia fuera el motor de mi resistencia. Pero cada
mañana, cuando abría los ojos, la ansiedad me
recordaba que no podía ni siquiera salir a la calle sin
sentir que el aire me aplastaba, que no podía hablar
con nadie sin sentir que cada palabra se convertía en
piedra en mi garganta. ¿De qué sirve un propósito si ni
siquiera puedes moverte? Frankl nunca conoció el
infierno de no poder hablar, de no poder alzar la vista,
de vivir en la parálisis. Mi “porqué” se convirtió en otro
peso más.

¿El sentido de la vida no sería disfrutarla hasta el


último minuto? Ahora les hago otra pregunta ¿Como
puede ser una vida plenamente "vivida" cuando el ser
que la vive no tiene la capacidad de hablar con
alguien?

Algo que he aprendido del ser humano es que su


estructura de pensamiento es muy diferente a la mía,
el ser humano no se obsesiona tanto con un tema como
para pasar horas y horas investigando y organizando
información. No eso no lo hace un ser humano, solo un
fenómeno como yo sería capaz de hacerlo.

Al punto que quiero llegar es que me siento


desarraigado de mi naturaleza humana, como si el
dolor estuviera arrasando cada vez más mi humanidad
dejando tan solo el sufrimiento.

La necesidad de ayudar a otras personas es otra


causante directa de mi sufrimiento. Trato de hacerme
cargo de problemas completamente ajenos a mí, trato
de solucionar problemas imponiendo mi propia opinión
ante la perspectiva de los demás y disfrazándolo de
"empatía".

Mi alma perdió la capacidad de llorar y aún no se el


porqué. Me mata el hecho de no saber el por qué no
poder llorar, no poder liberar el sufrimiento de ninguna
forma, reteniéndolo sin motivo alguno. Me mata no
poder disfrutar mi vida por una patología estúpida,
siento estar viviendo como una princesa que espera a
un príncipe que la salve de este infierno, pero ese
príncipe nunca llegará, ni siquiera para asistir a su
funeral. No puedo hacer nada porque mi mente está
segura que si lo intenta fracasara como todas las veces
que lo ha intentado.

Bien dijo Camus "el hombre busca sentido en un


universo carente de él". El mundo es absurdo, pero
Camus propone que seamos como Sísifo, alguien que
empuja una piedra hasta la cima de una montaña para
después dejarla caer y volver a empezar para
satisfacer a los dioses que lo condenaron a vivir, y a
pesar de todo eso ser feliz. No puedo ser el hombre
rebelde que Camus propone.

Cuando llegue a la vida después de la muerte —si es


que existe una— Dios me castigará como el cobarde
que soy. Y ahí tal vez seré feliz, entendiendo el porqué
de mi sufrimiento y no cargando con penas y
problemas ajenos a mí, dejando completamente de lado
mis propios problemas considerándolos una estupidez.
El mundo es absurdo porque todos hacemos parte
de una obra de teatro creada y dirigida por dios o el
destino. Bien lo dijo Shakespeare "todo el mundo es un
escenario, y todos los hombres y mujeres meramente
actores".

Día 6
12/07/2025
Para madre y familia
“No ve vieron en la vida, no verán en su nostalgia”
-delirio del ser destruido

5 días para el acto


Me gustaría decirle a mi familia lo que me pasa, que
me entendieran. Pero eso no pasará, ni en esta vida ni
en ningún otra. No soy la oveja negra de mi familia, soy
la invisible.

Otra pregunta que probablemente se hace un


suicida antes del acto es ¿En qué afectaría la muerte a
su familia? Esto a menos que el suicida no se hable con
su familia, lo cual es algo bastante raro. Sin embargo,
está preguntado no me la he hecho frecuentemente, sé
que para muchos en mi familia soy un cero a la
izquierda.

Pero ahí tres personas que se preocupan por mí, mi


abuela, mi hermana y mi madre. Aun no entiendo el
porqué de su amor hacia mí, pero hubo algo en eso que
me ayudó a resistir absurdamente, como si algo
pudiera cambiar en mí, como si no estuviera lo
suficientemente roto.

Después de pensar por bastante tiempo en este


"amor", me di cuenta que este amor no era recíproco,
era de posesión. No quiero que me amen, no quiero
vivir, pero ellos quieren tener aquí, sufriendo sin
ningún tipo de sentido. Este amor será difícil de
perder, sin embargo, creo con toda mi alma que será
superado con el tiempo.
Lo siento madre, lo siento abuela, lo siento
hermana; mas no puedo vivir para morir vanamente, no
encuentro conexión alguna, no encuentro pasión, ni
siquiera puede encontrarme a mí mismo. Soy un
fracaso, una pieza de otro rompecabezas.

A mí familia le digo que no llore por mí. Es estúpido


llorar por alguien que ni siquiera llegaron a conocer,
alguien que no soltaría lágrima alguna en sus tumbas,
alguien que las lágrimas no las merece. Les brindo la
felicidad que yo nunca tuve.

Mi casa —durante un tiempo— parecía un terreno


hostil. No había riñas, pero si alegatos varios. Esto
generalmente ocurría entre mi madre —el primer
bando— y mi abuela, que junto con mi hermano
conformaban el segundo bando. Generalmente me solía
poner en el primer bando siempre, pero la filosofía me
enseñó a analizar las dos partes por igual. Pero está
perspectiva me dejaría en un rol de "mediador", un
mediador inepto, que siempre colocaba sus intereses
por encima de cualquier otro.

Me coloqué como mediador porque fui el motor de


muchas peleas, peleas que eran ataque —mi abuela— y
defensa —mi madre—. Sin embargo, nunca vi a mi
abuela como persona, siempre la vi como la enemiga
de mis propios intereses.

No me gustaría entrar en detalles, pero cada vez


que trataba de solucionar un conflicto hablando
terminaba lastimando a la gente que amo, ¿Pero
realmente la amo o simplemente la uso para mis
propios fines? No sirvo para solucionar conflictos, sirvo
para generarlos
Sin ningún tipo de duda mi mayor error como
mediador fue dar siempre un "ganador" a veces sin
valorar realmente los sentimientos del otro bando.

Está guerra terminaría cuando nos mudamos de


casa, pero me dejaría una secuela muy grave, una
empatía extrema, vertiendo sentimientos ajenos en mí.

Ahora me gustaría dedicar una parte de este libro a


las personas que me amaron, o las que por lo menos
creo que me aman.

Querida hermana

Me gustaría recordar todos los momentos


emocionales que vivimos juntos, pero realmente no
tuvimos ninguno. Quizás en otra vida sea un mejor
hermano para ti. Se que me quieres a pesar de ser un
fenómeno y por esto mismo espero que entiendas mi
muerte, y si no, bueno espero te consuele saber que no
serás la única. Mas, fuiste la única que lloro por mi
cuando di a conocer que no estaba bien, cuando di a
conocer mi deseo de dejar de existir. Por esto me
gustaría dejarte una parte de mi alma, será fuente de
tu inspiración, será la fuerza que te levanté cuando
caigas y cuando por fin lo consigas puedas decir fuerte
"viví lo que mi hermano hubiera querido que viviera".

Y te quiero pedir un favor, cuida a madre. Ella estará


destruida por mi muerte, ayúdala a superarlo, no
quiero —si existe una vida después de la muerte—
verla sufriendo por mi culpa.

Gracias por ser la mejor hermana, por hacerme sentir


parte de tu entorno; y perdón por ser tan egoísta.
Atte. Mauricio

Querida abuela
Quiero decirte que fuiste una abuela maravillosa y
me amaste a más no poder, fuiste una parte demasiado
importante de mi crianza. Me trataste de escuchar y —
aunque a veces redujeras mis emociones— me diste un
refugio. Por esto quiero darte una parte de mi alma
para que, mientras vivas, recuerdes que las batallas
más duras se libran en silencio. No quiero que te
culpes de mi muerte, el único culpable aquí fui, soy y
seré yo; está mala hierba la cosecha con mis propias
manos.

Me superarás, sé que lo harás. Eres una mujer que


lucho por tener a su familia, por tener un hogar, para
que nunca le faltará nada a tus hijos. No quiero que mi
muerte sea un inconveniente en tu vida.

Gracias por ser una abuela tan amorosa y acogedora,


gracias por preocuparte por mí, incluso cuando yo ni
siquiera lo hago. Atte. Mauricio

Querida madre.

No espero que me perdones por lo que hice, pero


tal vez tú me entiendas, al fin y al cabo, tu fuiste quien
me defendió a pesar de no entender muchas cosas de
mí. Quizás te estés haciendo una pregunta ¿Por qué no
me dijo nada? Mis muros emocionales son demasiado
fuertes que ni siquiera un huracán podría derribarlos.
Se que esta respuesta no será suficiente para ti, sin
embargo, es la única que te puedo dar. No quiero que
te responsabilices de mi muerte, me gustaría que
supieras que, aunque a veces parece no importarme
tus sentimientos, tu fuiste aquella ancla que me ato al
mundo y que cada vez que te peleas o te frustras con
alguien yo lo siento como una patada al corazón, y este
mal no se revertirá ni con la muerte. Así que me
gustaría pedirte que tú tristeza sea pasajera, no quiero
que te apegues a mi recuerdo. No merezco ni una solo
de tus lágrimas, con mucho trabajo lograrás superarme
y cambiar de horizonte al cuál mirar.

Has sido la mejor madre que pude haber tenido, me


protegiste, me motivaste y me defendiste. Por esto me
gustaría darte la mitad de mi alma, quiero que la lleves
siempre contigo y que recuerdes que está siente
exactamente lo mismo que tú, en todo momento, en
todo lugar.

Fuiste cielo e infierno, vida y muerte, bendición y


desdicha. Fuiste tanto y yo tan poco

Te amo madre, aunque signifique perder la vida en el


intento, lo haría simplemente para poder amarte.
Atte. Mauricio

Día 7
13/07/2025
Mis sombras, mis
demonios

“Antes no te valorabas, pero ahora no puedes


valorar a nadie.

Has perdido por completo la empatía.


Eres un peligro para la humanidad. Tu único
destino es la muerte”

-frase de Sua o mía, ya no me importa

4 días para el acto.


Recordarán que anteriormente mencioné que dos
sombras aparecieron justo después de mi segunda
muerte. Bueno pues esto no fue ningún recurso
metafórico ni simbólico, esto es real tan real como mis
ganas de morir.

Después de verlas por primera vez me entró un


miedo profundo, como si mi corazón y mis pulmones se
apretujaran.

quede paralizado, como si estás sombras impidieran


cualquier movimiento.

Me era imposible gritar o hablar, como si mis cuerdas


vocales se hubieran ido con mi esperanza de vivir.

Eran sombras negras reflejadas en la pared. Las


sombras parecían provenir de una montaña curva, una
montaña que no estaba ahí.

Por alguna extraña razón no eran siluetas humanas,


eran sombras que provenían de fantasmas con cuentas
vacías, que parecían no ser más que dos círculos y que
sin embargo se deformaban como si la única forma de
expresarse fuera esa.

Eran miradas completamente frías, eran sombras que


no se iban nunca, ni en mi soledad ni con gente a mi
lado. Sin embargo, no le comenté nada, ni a mi madre
ni a nadie porque no sé si realmente esto sea un
problema mental o simplemente los últimos delirios de
mi alma antes de irse.

Me sentía perseguido, no podía dormir. Parecían


absorber completamente mi energía, muchas veces
incluso no comía porque estás parecían quitarme hasta
el apetito

Estás parecían mirarme todo el tiempo, todo el día.


Pero de alguna manera sabía que no eran reales, sabía
eran proyecciones de mi cerebro completamente
averiado. Tal vez el no socializar me llevo a inventar
estás sombras para sentirme acompañado, o tal vez
para convencerme más de morir.

Siempre que comenzaban a atormentarme, era


cuando estaba completamente solo, esto me lleva a
pensar que tal vez estás sombras sabían que si las
descubrían los psiquiatras las matarían. Yo lo sabían y
sin embargo no hice nada, tal vez sabía que yo, con
alucinaciones o sin ellas, no tenía remedio alguno.

Con el paso del tiempo me termine acostumbrando a


esta presencia. Trataba siempre de ignorarlas, pero
cada que podía les echaba un ojo. No me sentía seguro
con ellas observándome todo el tiempo. Por suerte,
nunca que dijeron o me susurraron nada, sin embargo,
siempre tenían algo que me hacía sospechar de ellas,
era como si tramaran algo. En ese momento estaba
muy paranoico, pero no le podía decir a nadie, me
meterían a un psiquiátrico y eso sí que me asusta más
que cualquier sombra.

Las dos sombras tenían algo que las diferenciaba


una de otra, una era más baja y ancha, parecía ser más
curiosa y comprensiva que la otra; a esta que gustaba
llamarla "Sua". La otra era más alta y delgada que Sua,
tenía una mirada de desprecio y rabia; a esta me
gustaba llamarla "Izozti". Estás sombras me
recordaban al quijote y sacho, pero esto era solo en lo
físico.

Viví esto hasta que intenté quitarme la vida. Si


recuerdan bien, una sombra —Sua— me detuvo justo
antes de que el cuchillo atravesara mi abdomen y me
dijo una frase que me dejó completamente helado, "si
te vas a suicidar, asegúrate de no quedar vivo, ya le
estorbaste a tu familia lo suficiente".

En ese momento, el tiempo se paralizo junto a mi


cuerpo, estaba frío, veía borroso, parecía estar tan
fuera del mundo que incluso me pregunte si había
muerto. No sé cuánto tiempo paso desde que la silueta
hablo hasta yo darme cuenta que estaba paralizado,
parecía haber pasado horas, sin embargo, pasaron
unos veinte minutos.

Seguido de eso, me di cuenta que Izozti también


había salido de la pared, una forma humana que
parecía estar hecha de niebla. Estás dos conservaban
sus características de cuando estaban en la pared, pero
Izozti era de un gris oscuro contrario a Sua que era
gris claro.

Después de esto me fui a dormir esperando que esto


hubiera sido un simple y raro sueño o pesadilla,
dependiendo de quién lo viera.

Eso no pasó. Por desgracia cuando me levanté seguían


estas siluetas, pero con una condición algo extraña,
estás siluetas se volvían sombras cuando sentía la
presencia de otra persona diferente a mí.
Esto no tardaría en convertirse en una pesadilla
para mí, porque me quitarían la poca esperanza de
vivir. Estás sombras pelearían conmigo, quitándome
todos mis hobbies, quitándome el sueño, el apetito.
Estás siluetas siempre me hacían sentir inútil, y este
sentimiento duraría meses y meses hasta convertir mi
vida en el peor infierno posible.

Tenía discusiones frecuentes con estas sombras,


pero siempre que me intentaba resistir, estás sombras
me provocaban un dolor demasiado intenso, un dolor
que se extendía por todo mi cuerpo, un dolor
completamente real, un dolor que me hacía retorcerme
hasta quitarme toda la energía. Esto duro unos 4
meses.

Actualmente me cuesta cada vez más


desobedecerlas cuando me ordenan que me haga daño.

Esto me llevo a hacerme preguntas ¿Por qué tengo


que soportar yo esto? ¿Qué hice mal? Preguntas que
me recordaron lo absurda e injusta que es la vida.

Las discusiones variaban según el día, pero hubo


una que me marco, porque entendí que significaban
estás "alucinaciones". La discusión comenzó más o
menos así.

—No mereces vivir —dijo con rabia Izozti.

—No vayas a comenzar otra vez —dije, sabiendo


exactamente lo que iba a pasar.

—Sabes que tengo razón —reclamo Izozti.

—Cállate ya por favor —dije tratando de mantener


la calma.

—¿Por qué ocultas tu sufrimiento? —pregunto Sua.


—Ya no siento sufrimiento alguno, solo el que me
provocan ustedes —dije sin ánimo.

—Eso siempre lo dices, pero en realidad tu alma


quiere ser amada, quiere ser comprendida —dije Sua.

—Eso era antes, ahora no puedo hacer nada. No


puedes arreglar un automóvil oxidado —dije con
resignación.

—Nunca estuviste oxidado, simplemente nunca


tuviste la voluntad verdadera de cambiar, eres un inútil
—dijo Izozti con tono tajante.

—¡Oye, hice todo lo que estuvo a mi alcance para


salir de esto! —grité tan fuerte que tuve miedo de que
alguien me escuchara

Me levanté de la cama rumbo a la cocina a beber


agua, pensando "estoy perdiendo el juicio, no puede
ser". Estás sombras inexistentes me estaban ganando.

Suspiré tratando de tranquilizarme, y volví a mi cuarto


con la esperanza de que estás siluetas se callaran.

Sorpresa, no paso, el primero el hablar fue Sua.

—Vas a seguir con la idea del suicidio —dijo Sua, que


desde el principio se había mostrado en desacuerdo
con la idea de morir, sin embargo, en eso momento
parecía estar cambiando de opinión.

—Sí —dije a secas.

—Es lo que al egoísta me conviene —dijo Izozti con


desprecio

—Al final no eres tan egoísta, simplemente no


quieres ser un estorbo para tu familia, no quieres
dañarlos más de lo que ya lo has hecho —dijo Sua,
llevándole la contra a Izozti.

En ese momento la discusión continua para ellos.


Pero yo... Yo me sentí comprendido.

Por primera vez en mi vida, aunque fuera por un ser no


existente, mi alma se sintió acogida por alguien, sentí
paz. Paz que no duraría mucho, pero creo que esto el
último delirio de mi alma, el último destello de vida.

Reflexionando, después de esta conversación. Me


di cuenta que estos "entes" eran dos emociones claras,
el amor hacia los demás y el odio hacia mí mismo. Sua
se fijaba más en los demás, en los seres que amaba y
en los seres que me amaban; por otro lado, estaba
Izozti, que tenía un odio profundo hacia mí, igual al
odio que sentía hacia mí mismo antes de que el
apareciera.

Yo soy la maldición, aniquilarme es la única forma


de revertirla, está es la única forma de no hacerle más
daño a nadie.

Cada vez me cuesta más desobedecer a Izozti.


"Mátate, mátate, mátate" es lo que repite Izozti en
buscada de obediencia.
Día 8
14/07/2025
Tras el último velo

“Nací para ser asesinado por la nostalgia, no para


olvidar lo que un día fue y nunca volverá”

-delirio del ser destruido


3 días para el acto
Lo primero que hice tras levantarme de la cama fue
discutir con aquellos "entes". Estoy agotado de discutir
con estas partes de mí, estoy harto de existir sin ser
realmente. Cada día es una discusión diferente, sin
embargo, la de hoy fue bastante pelicular en bastantes
sentidos. Fue algo así.

—¿Qué pasaría si quedas vivo? —pregunto Sua.

—No cambiará nada, el inútil seguirá siendo inútil y


el perezoso seguirá siendo perezoso —respondió Izozti
metiéndose adrede.

—No estoy de humor para hablar con ustedes —dije


tratando de evadir.

—¿Alguna vez lo has estado? —pregunto Sua con


tono burlesco.

—Eres tan inútil. No me sorprendería que no fueras


capaz ni siquiera de matarte —continuo Izozti

—Créeme, haría lo que fuera para que salieras de


mi cabeza, por supuesto que eso incluye dejar de
existir —dije subiendo el tono.

—Espero que eso sea verdad —continuo Sua— si


vives serás un estorbo muy grande para tu madre y tu
familia.

—Con tu forma de ser, estuviste desde el principio


condenado a la muerte intencionada —dijo Izozti.
—Solo quiero estar en paz como antes, cuando era
niño, cuando jugaba con otros sin temor alguno,
tiempos de antaño donde era feliz sin saberlo —dije
con las pocas gotas de esperanza que me quedaban.

—Nunca estuviste en paz, siempre te perturbaba lo


más mínimo. Cosas como el ruido de los autos, el canto
de las aves o de los grillos; no puedes disfrutar ni
siquiera una taza de café en la lluvia con alguien por tu
estúpida necedad de estar solo —continuo Izozti— lo
que te molesta no es el hecho de poder tener
profundidad en tus relaciones, sino el hecho de no
poder disfrutar ni siquiera lo más neto de la absurda
existencia. No eres de este mundo, nunca lo fuiste y
nunca lo serás.

—Ya habíamos tenido está conversación antes,


créeme nada era así antes de que mi padre se fuera,
antes de que me encerrará tanto en mí mismo que me
diera igual las opiniones externas —dije tratando de
conservar el control.

—Me sorprende tu capacidad para distorsionar la


verdad ¿Acaso eso te enseño la filosofía? —añadió
Izozti— vives en un pasado idealizado. Nada era como
lo pinta tu cabeza, siempre tuviste miedo, miedo de
que tus padres se separan, miedo de no ser aceptado,
miedo a que se pelearán por tu culpa. Y tuviste aún
más miedo cuando escuchaste los gritos y alegatos de
tu padre y tu madre cuando se separaron, fue tu culpa
y lo sabes. Ese evento empeoró tu naturaleza, hasta
hacerte la sucia rata que eres ahora.

—Ya sé que mi padre se fue por mi culpa, nunca


valí la pena —dije con ganas inmensas de llorar, pero
no podía porque mis lagrimas están encerradas con el
resto de mi alma.
—Será mejor que apures tu dichoso libro, ya estás
estorbando demasiado a tu madre —añadió Sua— si
pelearte con tu madre por cosas vánales fuera un
deporte serías el mejor en ese deporte, o por el
contrario ni para eso serías el mejor.

—Hay necesidad alguna de recordar lo obvio—


replique con rabia.

—Sabes, realmente no respondiste mi pregunta


¿Que harás, en caso tal de fallar?

—Créeme después de una apuñalada al cuello,


quedar vivo es realmente difícil —dije.

—Con tu nivel de inutilidad no se puede asegurar


nada —dijo Izozti.

—¿Y si no tienes el valor para enterrar el cuchillo?


—dije Sua.

—Pues lo intentaré hasta reunir el valor suficiente


—dije completamente seguro.

—Confió en tus palabras, pero ¿Y si te salvas


milagrosamente? —dijo Sua en tono dudoso.

—Te puede asegurar que lo volveré a intentar


hasta suicidarme —dije con mucha seguridad.

—¿Y si por cosa extraña pierdes la memoria? —


pregunto Sua.

—Esa será otra de las cosas para las que servirá el


libro, si mi yo del futuro pierde la memoria, cuando lea
el libro sabrá que su misión seguirá siendo concretar la
cuarta muerte —dije.

—¿Y si descubren el libro? —pregunto Sua.


—Bueno nadie me quitara la idea de la cabeza. La
cuarta muerte tendrá que concretarse tarde o
temprano —afirme.

—¿Y si te internan en un psiquiátrico? —pregunto


devuelta Sua.

—Me portare bien, fingiré que ya no estoy


deprimido y me dejarán ir —dije.

—Vaya, de verdad estás muy determinado a morir,


espero que tú determinación sea igual de fuerte que tu
voluntad —dije Sua, ahora no se apreciaba duda en su
rostro, confiaba en mí, no puedo destruir otra
confianza más.

—Si alguien en esta absurda existencia deba


desaparecer, soy yo —dije resignado.

—Ojalá cuando mueras, estés en ese idealizado


pasado, y cuando estes ahí te des cuenta que la
nostalgia mancha el pasado como el café a la hoja —
dijo Izozti.

—No fallaré en mi suicidio —dije con seguridad.

—Por favor no lo hagas —dijeron en sincronía las


dos siluetas.

No puedo fallar, mi cuarta muerte es


completamente necesaria
Día 9
15/07/2025
La vida tras la muerte y el
verdadero sentido de la
vida

“El verdadero sentido de la vida es la muerte”

-delirio de un estúpido

2 días para el acto


Mi mente ha estado pensando mucho sobre un tema
en particular. ¿Y es en verdad existe una vida tras la
muerte? Todas las religiones condenan al suicida por
cobarde. Quizá haya algún dios que se compadezca del
sufrimiento, quizás en aquel lejano mundo algún padre
me comprenda. Pero eso no va a pasar, Dios para mí es
alguien que simplemente se entretiene viéndonos
sufrir, reír y llorar; lo mas probable es que Dios
castigue al que no quiere jugar su juego, al que no
quiere estar en el infierno.

Tendré que acostumbrarme al castigo físico en el


infierno o adonde sea que vaya, aunque parezca
contradictorio, ahí podre ser feliz y estar en paz. Me
acostumbrare al dolor, y ahí podre saber el porqué de
mi castigo.

Porque si hay algo que me mate más que el miedo,


es no saber la razón de mi sufrimiento. Me muero de
impotencia, al tratar de comprender la razón de mi
sufrimiento ¿Acaso fui mal hijo? ¿Un mal hermano?
¿Tal vez un mal nieto? ¿Quizá un mal compañero?
Durante mi corta vida siempre me dijeron que todo
pasa por un motivo, aunque este se encontrara en las
profundidades del pasado o del futuro, ¿Acaso tengo
algo que me espera en el futuro? No puedo ni siquiera
manejar el fracaso ¿Acaso podre manejar el éxito?

Pero sin duda lo que mas me preocupa es la


posibilidad de reencarnar, de volver a ser humano, es
el peor final o principio que existe. No me aterra el
hecho de volver a sufrir por enfermedades invisibles,
me aterra el hecho de ser consciente de mi sufrimiento
y no poder hacer nada para detenlo.

Como dijo Kierkegaard en el concepto de la


angustia “La angustia es el vértigo de la libertad”, es
mi caso la conciencia de mi sufrimiento es el vértigo en
consecuencia de enfrentarme con mi libertad.
Aunque… ¿Realmente fui alguna vez libre? No me
acuerdo de haber tomado ninguna decisión importante
en mi vida, mi madre era la que siempre tomaba las
decisiones importantes. Eso ya no importa, creo que si
yo hubiera tomado las decisiones importantes estaría
probablemente muerto para estas estancias, incluso
más muerto que ahora.

La conciencia es el peor don que dios le pudo dar al


ser humano, si es que a eso se le puede llamar un don.

Es que la conciencia me despierta cada noche


recordándome todo lo que no soy, todo lo que no puedo
ser. Me repite como un disco rayado cada error, cada
palabra que no dije, cada mirada que evité, cada
conversación que dejé morir antes de nacer. Cuando
intento dormir, la conciencia se sienta a mi lado y me
susurra que no merezco un día más. Cuando intento
comer, me recuerda que hay personas muriendo de
hambre y que yo soy un inútil que no merece el
alimento que consume. Y cuando intento vivir, me dice
que vivir es un acto de arrogancia que yo no merezco
ejecutar. No quiero este don, no quiero este eco que se
burla de mí cada segundo que respiro.

Me gustaría reencarnar en cualquier cosa que no


fuera un ser humano, aunque fuera la mas diminuta de
las bacterias, no seria consciente de mi existencia. No
viviría el absurdo de Camus, no viviría el sin sentido de
Nietzsche, tampoco el sufrimiento de Schopenhauer, ni
siquiera la libertad de Sartre.

Ahora por fin comprendo cómo la gente vive siendo


felices con su ignorancia, sin embargo, me hubiera
gustado entender eso antes.
En psicología, el miedo a molestar proviene de un
cerebro que aprendió desde muy temprano, que existir
ya era demasiado.

No soporto la idea de existir, no soporto la idea de


saber que existo. La conciencia de libertad es una
maldición, mi libertad esta condicionada por el miedo.
Estoy enfermo, soy el fruto podrido que se niega a ser
libre. Prefiero el infierno a saber que existo.

En mi corta vida he comprendida muchas cosas, he


comprendido que el verdadero sentido de la vida es la
muerte, la muerte de versiones, la muerte de culpas, la
muerte de errores. mueran y maten, pero sobre todo
maten esos sentimientos malos antes de que estos les
ganen la carrera, como paso conmigo.

¡Oh dulce penumbra del miedo que me arrulla cual


bebe! ¡Oh dulce estrella de la muerte que alumbra a
los desdichados! ¡Oh maldito fruto de conciencia! Que
mis últimos momentos de lucidez les sirvan como
enseñanza.

Bajo el deseo escribo estos párrafos, bajo el vago


deseo de no existir, bajo el vago deseo de no contagiar
mi sentimiento.

Les repito lo que he aprendido, maten y mueran,


maten y mueran, maten y mueran; el objetivo del ser
humano es vivir ¿Por qué? Porque el ser humano nace
atado a relaciones, porque cuando naces, naces
condenado a mantener esas relaciones a toda costa,
aunque eso signifique sufrimiento. Y si no lo hacen, si
se niegan a existir, serán tachados de cobardes por una
sociedad que solo los vio en la muerte, en vida los
ignoraron, y te recuerdan para sentirse superiores, sin
siquiera tomar en cuenta el sufrimiento.
¡Oh bello humano egoísta! ¡Oh bella rata ignorante!
Dia 10
16/07/2025
La muerte de Sísifo

“Fui cobarde, me rendí más de una vez estuve a


punto.

Apunto en mi libreta esta historia incompleta, ya ni


lucho” -porta

Ultimo día para el acto


Leyendo este libro, probablemente se dieron cuenta
que no trate de contar una historia, tampoco de
transmitir un mensaje claro. El único propósito de este
libro era plasmar mis últimos sentimientos en él, antes
de mi necesaria muerte. Los últimos sentimientos de
alguien que perdió la capacidad de socializar, de
alguien que perdió la capacidad de sentir cualquier
cosa por fuera del sufrimiento inherente de la vida.

Esta es la muerte del Sísifo, Camus estaría


decepcionado de mí, lo bueno es que no seria el único.
La muerte de alguien que vive atormentado por las
sombras del pasado, del presente y del futuro al mismo
tiempo. Sé que en mi pasado fui feliz, sé que en mi
presente no puedo salir a la calle sin sentir una
estúpida presión en el pecho que me hace devolver y sé
que no tengo futuro alguno en un mundo como esté.

Un idiota que no hizo ni el más misero esfuerzo por


cambiar, un débil que no tiene la capacidad de vivir. Ya
no soy más que un objeto estático, patético. Ahora las
únicas fuerzas que tengo vienen de mis ganas de dejar
de existir. Quiero dejar de existir no para dejar de
sufrir, sino, mas bien para tratar inmutar, de inmutar a
este misero objeto inmutable, esta maldita bohemia.

¿A quién engaño? Todavía tengo sentimientos,


sentimientos que siempre me hacen actuar de la misma
forzada forma, la alienación. Alienación, eres la asesina
de mis sueños y esperanzas, eres tan mala que ninguna
maldición, por grave que fuera, te equivaldría.

Me he rendido, la vida me ha ganado, y


probablemente sea una verdad inmutable. ¿Saben? Un
pensamiento que me tranquiza creer en mis noches de
eterno insomnio y silencio aparente, es algo particular,
“nunca fui feliz”. Por extraño que parezca, creer en
este pensamiento es, para mí, una forma de creer que
no fue culpa mía el haberme convertido en este objeto,
es una forma de creer que siempre estuve condenado a
este destino. Pero ya se me acabaron las mentiras, el
único culpable de mi destino fui yo. Maldita libertad,
maldita conciencia, maldito libre albedrio.

Me gustaría que mi tumba dijera algo como “aquí


murió un nadie, alguien que tenía sentimientos tan
contrariados, que su propia existencia no tenía sentido
alguno”, porque ese fui yo, alguien que quería vivir,
pero no cambiar. Alguien que temía al humano, pero
necesita compañía. Alguien que aborrecía a la
sociedad, pero también el no ser parte de ella. Alguien
que despreciaba al humano de todas las formas
posibles, pero era una de ellos.

Estos días fueron los peores de mi vida porque mis


entes me presionan cada vez mas para concretar el
acto, Izozti sigue repitiendo “matate, matate, matate” y
Sua dice algo que me molesta aún mas “acaso sigues
teniendo la absurda esperanza de que alguien te
salve”. Estos entes se están volviendo demasiado
pesados para mí. Estos malditos, tengo miedo de
perder el control por culpa de estas cosas, tengo miedo
porque estas cosas pueden atacarme en cualquier
momento, aunque yo este con el mejor ánimo.

La última conversación que tuve con Sua fue hoy,


fue algo corta.

—¿Si tienes el deseo de morir, por qué no mueres


simbólicamente? —pregunto Sua con curiosidad
autentica.

Me tomo algo de tiempo pensar en una respuesta.

—Porque yo ya estoy muerto, y ese deseo de morir,


de cambiar es simplemente la ilusión de los vivos —dije
por fin— ya yo no puedo renacer.

—Veo algo en ti —dijo Sua— ¿Acaso es esperanza?

—Sí —dije— la esperanza de morir, la bella


tentación de dejar de existir.
Dia de muerte
17/07/2025
Legajos de dignidad

“Bella muerte, sepárame de la angustia de vivir”

-delirio del ser destruido

Hoy por fin es el día, por fin dejare de sufrir, por fin
me liberare de la aparente libertad. Hoy estoy más
muerto que ayer y menos muerto que mañana. Hoy es
el día en el que aquel misero cobarde huira para
siempre de su más profundo miedo, existir.
Ahora mi más profundo miedo es que la parte, la
efímera parte de mí que aún quiere vivir me posea. En
parte esa fue razón de este libro, porque mis ansias de
vivir venían del querer ser recordado, de dejar huella
en esta podrida sociedad. Con este libro no dejare
huella en la sociedad, pero al menos algún lector
tendrá un profundo tatuaje en el alma. Quizás sucumba
en el olvido, así como sucumbí ante el miedo.

Hoy en mi día de muerte, solo pienso en que


hubiera pasado en otro universo, en otro entorno más
agradable. ¿Acaso tengo un error de fabrica? ¿Acaso si
mi entorno hubiera sido mejor seguiría siendo igual?
No sé, pero al menos esa pregunta mantiene distraída
mi mente para no pensar en cosas que ya sé, cosas
como que soy inútil, que soy la peor basura de la
existencia o que soy un dramático.

¿Acaso hay alguna versión de mi que no halla


estado condenada al fracaso? Quizás, tal vez con una
cabeza que no se obsesionara tanto con los mismos
temas, tal vez otro ser completamente diferente a este
repugnante yo. ¿Qué me interesa a mí, mis versiones
que solo existencia en mi imaginación? Tal vez esa sea
la esperanza hablando, tal vez esa sea la dignidad que
me queda.

Si alguna vez encuentran este libro, quiero que


entiendan que estas palabras no buscan compasión ni
redención. Este es el grito de alguien que entendió
demasiado tarde que el conocimiento sin la capacidad
de aplicarlo es tortura. Este es el último testimonio de
un inútil consciente de su inutilidad, de un ser que se
dio cuenta de que la vida no se trata de pensarla, sino
de vivirla, y que, para algunos, simplemente vivir es
imposible.
Por último, en este libro, en esta vida, me gustaría
que ustedes me recuerden, aunque sea en los más
profundos legajos de sus memorias, aunque me
recuerden como aquel cobarde y débil que no supo
vivir, aunque me recuerden como el bicho raro, no
importa. Aunque no me recuerden que gustaría
agradecerles por haberse leído este libro, sé que este
fue una perdida de tiempo para ustedes, sé que este
libro, sé que esta vida no mereció ni un segundo de su
valioso tiempo. Por esto les quiero dar una pequeña
parte de mi alma, acéptenla o rechácenla, pero quiero
que recuerden que esta alma, que mi alma siempre les
quedara en infinitamente en deuda

Sin nada más que añadir, les dejo con un poema que
hice con ayuda de Chatgpt, él ponía los versos y yo el
sentimiento.

Sin nada más que añadir me voy a bailar un tango


con la muerte y despedir a la vida. Adiós y espero no
verlos ni en esta vida ni en ninguna existencia con
conciencia.

Hoy he muerto tantas veces,


que mi cuerpo es un museo de despedidas,
un Sísifo que dejó caer su piedra,
un Gregor Samsa que olvidó la forma de
humano,
y en el absurdo de Camus me reconozco:
un rebelde que se cansó de empujar.

El infierno es esta consciencia que arde,


este eco de pasos en mi mente,
esta hambre de no ser,
esta sed de no existir,
mientras Sua susurra "espera",
e Izozti grita "muere".

Madre, hermana, abuela,


les dejo las migajas de mi alma,
un testimonio inútil en un mundo de
utilidad,
un eco de un hijo que ya era un cadáver
mucho antes de dejar de respirar.

La filosofía me regaló preguntas


como clavos en las manos,
como cruces que no redimen,
porque no hay redención en esta piel
que tiembla ante la vida,
que huye de los abrazos,
que se oculta detrás de paredes de aire.

Hoy pido al universo


que me borre con su lluvia,
que me deje ser polvo de estrellas
sin conciencia, sin historia,
sin este cuerpo que late por inercia,
sin esta mente que se flagela
con cada amanecer que no pedí.

Quiero ser la nada pura


donde el hambre se sacia
en la inexistencia misma,
quiero ser el silencio tras el disparo,
la calma tras el último aliento,
la paz tras la renuncia final.

Maten y mueran, susurran las sombras,


maten las culpas antes de que los maten a
ustedes,
mueran a cada pasado que los devora,
mueran al miedo, al juicio, a la nostalgia,
antes de que se conviertan en un yo
que solo sabe llorar sin lágrimas.

Hoy me despido, no con un grito,


sino con la dignidad rota de quien se
cansa,
con la serenidad trémula de quien se rinde,
con la belleza triste de quien supo que vivir
no era para él, y que morir
es la última forma de amar en silencio.

Aquí quedo, aquí me borro,


en este poema que no busca compasión,
sino ser el epitafio de un alma cansada,
la última vigilia de quien eligió,
en un acto de pequeña libertad,
dejar de ser.

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