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Realizado por:
PASTORAL DE LA COMUNICACIÓN SOCIAL
Parroquia de San Francisco de Asís, Apaxco.
Distribución Gratuita
PROHIBIDA SU VENTA
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ÍNDICE
Guía para rezar el Rosario 3
Misterios Gozosos. 14
Misterios Luminosos. 17
Misterios Dolorosos 20
Misterios Gloriosos 22
Reflexiones 26
Primer día 27
Segundo día 31
Tercer día 34
Cuarto día 37
Quinto día 40
Sexto día 43
Séptimo día 46
Octavo día 49
Noveno día 52
Levantamiento de Cruz 55
Oraciones 61
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(Guía para Rezarlo)
Guía: Ave María Purísima.
R: Sin pecado concebida.
Guía:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos,
líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre,
y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Para que nuestra oración pueda agradar a Dios,
purifiquemos nuestro corazón, arrepintiéndonos de
nuestros pecados. Recemos todos juntos el Acto de
Contrición.
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, me
pesa de todo corazón haber pecado, porque he
merecido el infierno y he perdido el cielo. Sobre todo,
porque te ofendí a ti que eres bondad infinita, y a
quién amo sobre todas las cosas. Propongo
firmemente, con tu gracia, enmendarme y evitar las
ocasiones próximas de pecado, confesarme y
cumplir con la penitencia. Confío en que me
perdonaras por tu infinita misericordia. Amén.
Guía: Abre, Señor, mis labios.
R: Y mi boca proclamará tu alabanza.
Guía: Dios mío, acude en mi auxilio.
R: Señor, date prisa en socorrerme.
Guía: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
R: Como era en el principio, ahora y siempre, por
los siglos de los siglos. Amén
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Guía: Abre, Señor, nuestros labios y limpia nuestros
corazones de impertinentes pensamientos, ilumina
nuestro entendimiento con la Luz del Espíritu Santo,
para que, atenta, digna y devotamente recemos
este Santo Rosario; pidiéndote por el eterno
descanso de nuestro hermano(a) N… Te damos
gracias por la vida que le diste y muy especialmente
por las personas que estamos presentes.
¡Oh Dios!, que perdonas y deseas la salvación de
todos los hombres y mujeres, imploramos tu
clemencia para que, por la intercesión de María
Santísima y de todos los santos concedas a tu siervo
(a) N… la gracia de llegar a la Vida Eterna. Amén.
Guía: Los misterios que vamos a meditar hoy son los
misterios:
MISTERIOS GOZOSOS / Lunes y Sábado.
Por tu limpia concepción, oh Soberana Princesa. Una
muy grande pureza, te pedimos de corazón.
MISTERIOS LUMINOSOS / Jueves.
Jesucristo, luz y vida del nuevo milenio. Sea la
Eucaristía mi alimento para el camino.
MISTERIOS DOLOROSOS / Martes y Viernes.
Madre llena de dolor, haz tú que cuando expiremos,
nuestras almas entreguemos, por tus manos al Señor.
MISTERIOS GLORIOSOS / Miércoles y Domingo.
María, Madre de gracia, Madre de Misericordia. En la
vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.
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• 1 Padre Nuestro
• 10 Avemarías.
• 1 Gloria
• 4 Jaculatorias.
• 1 Oh, Jesús mío…
1. Dale Señor el descanso eterno…
Y luzca para el la luz perpetua.
2. Que descanse en Paz…
Así sea.
3. Señor, si con tu sangre preciosa lo has
redimido…
Que lo perdones te pido por tu pasión
dolorosa.
4. Que el alma de nuestro hermano N… y las
demás de los fieles difuntos, por la misericordia
de Dios, descansen en paz…
Así sea.
5. De las puertas del infierno…
Libra Señor su alma.
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Guía: Oh Soberano Santuario, Sagrario del Verbo
Eterno.
R: Libra, Virgen, del infierno, a los que rezamos tu
Santo Rosario.
Guía: Emperatriz poderosa, de los mortales consuelo.
R: Ábrenos, Virgen, el cielo, con una muerte dichosa.
Guía: Y danos pureza de alma.
R: Tú que eres tan poderosa.
Guía: Padre nuestro, que estás en el cielo; santificado
sea tu nombre, venga a nosotros tu reino; hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo.
R: Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona
nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes
caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Guía: Dios te salve, María Santísima, Hija de Dios
Padre, Virgen Purísima antes del parto. En tus manos
encomendamos nuestra fe para que la ilumines y el
alma de nuestro (a) hermano (a) N... para que la
salves.
Llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita Tú
eres, entre todas las mujeres y bendito es el fruto de
tu vientre, Jesús.
R: Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega
por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
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Guía: Dios te salve, María Santísima, Madre de Dios
Hijo, Virgen Purísima en el parto. En tus manos
encomendamos nuestra esperanza, para que la
alientes y el alma de nuestro (a) hermano (a) N...para
que la salves.
Llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita Tú
eres, entre todas las mujeres y bendito es el fruto de
tu vientre, Jesús.
R: Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega
por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Guía: Dios te salve, María Santísima, Esposa de Dios
Espíritu Santo, Virgen Purísima después del parto. En
tus manos encomendamos nuestra caridad para que
la inflames y el alma de nuestro (a) hermano (a) N...
para que la salves.
Llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita Tú
eres, entre todas las mujeres y bendito es el fruto de
tu vientre, Jesús.
R: Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega
por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Guía: Dios te salve, María Santísima, Templo, Trono y
Sagrario de la Santísima Trinidad. Virgen concebida
sin la culpa del pecado original. Amén.
Todos: Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve, a Ti
llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti
suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de
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lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve
a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de
este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu
vientre. Oh clemente, oh piadosa, oh dulce siempre
Virgen María. Ruega por nosotros, Santa Madre de
Dios, para que seamos dignos de alcanzar las
promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Guía: Pidamos a la Virgen María que interceda por el
alma de nuestro hermano(a) N... y por quienes se
están purificando en el purgatorio, así como por los
que aún vivimos, para que alcancemos de Dios la
resignación, el consuelo y la paz; invocándola con los
títulos más bellos, que durante siglos, el pueblo
cristiano ha ido descubriendo en su honor.
Señor, ten piedad de él (ella)
Cristo, ten piedad de él (ella)
Señor, ten piedad de él (ella)
Cristo óyenos
Cristo escúchanos
Padre celestial que eres Dios,
(ten piedad de él [ella])
Hijo redentor del mundo que eres Dios
Espíritu Santo que eres Dios
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios
A las siguientes invocaciones todos respondemos:
Ruega por él (ella)
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Santa María,
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las vírgenes,
Madre de Jesucristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre virgen,
Madre incorrupta,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Virgen prudentísima,
Virgen venerable,
Virgen laudable,
Virgen poderosa,
Virgen misericordiosa,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la eterna sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso precioso de la gracia,
Vaso de la verdadera devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la alianza,
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Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consuelo de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los ángeles,
Reina de los patriarcas,
Reina de los profetas,
Reina de los apóstoles,
Reina de los mártires,
Reina de los confesores,
Reina de las vírgenes,
Reina de todos los santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina elevada al cielo,
Reina del santísimo rosario,
Reina de las familias,
Reina de la paz,
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
ten piedad y misericordia de nosotros.
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios;
no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras
necesidades; antes bien, líbranos de todos los
peligros, oh Virgen Gloriosa y Bendita.
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Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que
seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro
Señor Jesucristo. Amén.
Por estos misterios santos de que hemos hecho
recuerdo, te pedimos, ¡oh María!, de la Fe santa el
aumento; la exaltación de la Iglesia; del Papa el
mejor acierto; de la Nación Mexicana, la unión y feliz
gobierno. Que el gentil conozca a Dios; que el hereje
vea sus yerros. Que todos los pecadores tengamos
arrepentimiento. Que los cautivos cristianos sean
libres de cautiverio. Goce puerto el navegante y de
salud a los enfermos. Que en el purgatorio logren las
ánimas refrigerio. Y que este santo sacrificio tenga
efecto tan completo en toda la cristiandad, que
alcancemos por su medio, el ir a alabar a Dios en tu
compañía en el cielo. Amén
Guía: OREMOS: Señor, concede a tus hijos gozar
siempre de completa salud de alma y cuerpo; y por
la intercesión de la gloriosa siempre Virgen María,
libranos de las tristezas de esta vida y concédenos
disfrutar de las alegrías eternas. Por cristo nuestro
señor. Amén.
AQUÍ PUEDES MEDITAR EL DÍA DEL NOVENARIO
CORRESPONDIENTE
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Al finalizar la meditación y para terminar el Santo
Rosario se reza:
Señor Dios, que nos dejaste las señales de tu Pasión
Santísima, en la sábana santa, en la cual fue envuelto
tu Cuerpo Santísimo, cuando por José fuiste bajado
de la Cruz; concédenos ¡Oh piadosísimo Señor! Que
por tu muerte y sepultura santa y por los dolores y
angustias de tu Santísima Madre María, Señora
nuestra, sean llevadas las almas del Purgatorio a la
gloria de tu Resurrección, donde vives y reinas con
Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo, por todos los
siglos de los siglos. Amén.
Guía: Ave María Purísima.
R: Sin pecado concebida
Para finalizar puedes rezar la siguiente oración o la
señal de la Cruz.
Opción 1:
Dulce Madre, no te alejes,
tu vista de mí nosotros no apartes,
ven nosotros a todas partes
y solos nunca nos dejes.
Ya que nos proteges tanto
como verdadera Madre,
haz que nos bendiga el Padre,
el Hijo y el Espíritu Santo.
Amén.
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Opción 2:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos,
líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre,
y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
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Por tu limpia concepción, oh Soberana Princesa.
Una muy grande pureza, te pedimos de corazón.
PRIMER MISTERIO
La anunciación del Ángel y Encarnación del Verbo divino
en las entrañas virginales de María.
¡Oh María Dulcísima, consuelo de las almas! Este Padre
Nuestro y diez Avemarías te ofrecemos por el gozo que tu
viste cuando, saludada por el Ángel, te anunció la
Encarnación del Hijo de Dios en tus entrañas; por él te
suplicamos que el alma de nuestro hermano (a) N., y las
demás del Purgatorio, reciban de los Ángeles por tu
intercesión, alegres nuevas de la gloria, a donde vayan a
descasar.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
SEGUNDO MISTERIO
La visita de la Virgen María a su prima Santa Isabel.
¡Oh María, refugio de los pecadores! Este Padre nuestro y
diez Avemarías te ofrecemos por el gozo que tuviste
cuando, visitando a Santa Isabel, fuiste de ella reconocida
por Madre de Dios, y por librar al niño Juan, de las prisiones
de la culpa; por este gozo te suplicamos visites y consueles
el alma de nuestro hermano (a) N., y las demás del
Purgatorio, y las libres de las prisiones que padecen y
salgan libres a la Gloria.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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TERCER MISTERIO
El nacimiento del Hijo de Dios.
¡Oh María, estrella del mar, norte fijo de la iglesia! Este
Padrenuestro y diez Avemarías te ofrecemos por el gozo
que tuviste cuando, naciendo de tu vientre, como de la
aurora, el Sol de Justicia, Cristo alumbró a los que estaban
en tinieblas; por Él te suplicamos que el alma de nuestro
hermano (a) N., y las demás del Purgatorio, merezcan por
ti salir de las tinieblas de aquella oscura cárcel a los
resplandores de la Gloria.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
CUARTO MISTERIO
Presentación del Niño Jesús en el templo y Purificación de
Nuestra Señora.
¡Oh purísima María, que sin obligarte la ley de la
Purificación presentaste a tu Santísimo Hijo en el templo,
con especial gozo de verle reconocido por el verdadero
Dios! Este Padrenuestro y diez Avemarías te ofrecemos,
suplicando que el alma de nuestro hermano (a) N., y las
demás del Purgatorio, sean purificadas para entrar en el
templo de la Gloria.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
QUINTO MISTERIO
El niño perdido y hallado en el templo.
¡Oh María, seguro medio para hallar a Jesús! Este
Padrenuestro y diez Avemarías te ofrecemos por el gozo
que tuviste hallando en el templo al Niño Dios, sin culpa
tuya perdido; por Él te suplicamos que el alma de nuestro
hermano (a) N., y las demás del Purgatorio, tengan por tus
ruegos el alivio de sus penas, mirando a Jesús en el templo
de su Gloria.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén
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Jesucristo, luz y vida del nuevo milenio. Sea la
Eucaristía mi alimento para el camino.
PRIMER MISTERIO:
El bautismo de Jesús en el río Jordán.
¡Oh María, dulcísima, ¡consuelo de las almas!, este Padre
nuestro y diez Avemarías te ofrecemos por la alegría que
nos da el sabernos Hijos de Dios y herederos de su
misericordia. Te suplicamos que el alma de nuestro(a)
hermano(a) N... y aquellas almas que están en el
purgatorio, regresen alegres a la casa del Padre, en donde
disfrutarán de la vida plena por siempre.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
SEGUNDO MISTERIO:
La Autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná.
Oh, María dulcísima, ¡consuelo de las almas!, este Padre
nuestro y diez Avemarías te ofrecemos por la tranquilidad
y la esperanza que nos da el saber que, en compañía de
tu Hijo Jesús, siempre estás cerca de nosotros para
sostenernos y ayudarnos cuando más lo necesitamos. Te
suplicamos que el alma de nuestro(a) hermano(a) N... y
todas aquellas que están en el purgatorio sean
bendecidas con la dicha de disfrutar de la Vida Eterna.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
TERCER MISTERIO:
Jesús anuncia el reino de Dios y nos invita a la conversión.
¡Oh, María, dulcísima, consuelo de las almas!, este Padre
Nuestro y diez Avemarías te ofrecemos en agradecimiento
por habernos dado al Hijo de Dios que nos trae una vida
nueva y digna para todos. Te suplicamos que el alma de
nuestro(a) hermano(a) N... y todas aquellas que están en
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el purgatorio disfruten en plenitud de esa vida, de ese
Reino que Jesús vino a anunciarnos.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
CUARTO MISTERIO:
La transfiguración de Jesús en el Monte Tabor.
¡Oh, María, dulcísima, consuelo de las almas!, este Padre
nuestro y diez Avemarías te ofrecemos por la esperanza
que tenemos de que, después de haber cumplido
fielmente nuestra misión en esta vida, también
contemplaremos cara a cara a tu Hijo Jesús; te suplicamos
que el alma de nuestro(a) hermano(a) N... y todas aquellas
que están en el purgatorio contemplen ya a nuestro Señor
como los apóstoles lo hicieron en el monte Tabor.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
QUINTO MISTERIO:
La Institución de la Eucaristía como expresión
Sacramental del Misterio Pascual.
¡Oh, María, dulcísima, consuelo de las almas!, este Padre
nuestro y diez Avemarías te ofrecemos por el
agradecimiento que sienten nuestros corazones al saber
que tu Hijo se ha quedado con nosotros en la Eucaristía; te
suplicamos que el alma de nuestro(a) hermano(a) N... y
todas aquellas que están en el purgatorio, que ya desde
esta vida se alimentaron del Pan que da la Vida Eterna,
vivan para siempre en la presencia de nuestro Padre
Celestial.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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Madre llena de dolor, haz tú que cuando expiremos,
nuestras almas entreguemos, por tus manos al Señor.
PRIMER MISTERIO:
La oración del Huerto.
¡Oh dolorosísima Madre de Jesús, quien, despedido y
apartado de tu compañía, oró con mortales agonías en el
huerto, dónde por un ángel fue confortado!
Este Padre nuestro y diez Avemarías te ofrecemos,
suplicándote que, por tu intercesión, el alma de nuestro
hermano (a) N… y las demás del Purgatorio, sean
confortadas por los Ángeles en sus penas.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
SEGUNDO MISTERIO:
Desnudo Jesús, es cruelmente azotado.
¡Oh María, mar de dolores! Este Padre nuestro y diez
Avemarías te ofrecemos, en memoria del gravísimo dolor
que tuviste viendo desnudo y azotado cruelmente al Hijo
de tus entrañas; por Él te suplicamos que el alma de
nuestro hermano (a) N… y las demás del purgatorio, sean
libres de los azotes que allí padecen de la Divina Justicia,
por virtud de los azotes que Jesús llevo por su misericordia.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
TERCER MISTERIO:
Coronan a Jesús de espinas.
¡Oh María, cárdeno lirio entre espinas! Este Padre nuestro y
diez Avemarías te ofrecemos, en honra del agudísimo
dolor que tuviste viendo a tu amado hijo, hermoso lirio de
los valles, afeado y coronado de espinas; te suplicamos
que el alma de nuestro hermano (a) N… y las demás del
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purgatorio, sean libres de las espinas de penas que
padecen y sean coronados en la gloria.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
CUARTO MISTERIO:
Jesús condenado a muerte y con la Cruz a cuestas, se
encuentra con María su tierna Madre.
¡Oh María, traspasada de dolor en la calle de la amargura
por encontrar en ella a tu inocente Hijo, sentenciado a
muerte y agobiado con el grave peso de la Cruz! Este
Padre nuestro y diez Avemarías te ofrecemos,
suplicándote que el alma de nuestro hermano(a) N… y las
demás del Purgatorio, por tus ruegos sean libres de la cruz
de penas que padecen.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
QUINTO MISTERIO:
Crucifixión de Jesús y soledad de María.
¡Oh desconsolada Reina, afligida Madre desamparada!
Este Padre nuestro y diez Avemarías te ofrecemos,
pidiéndote por el agudo dolor que atravesó tu amante
corazón al ver morir entre tantas afrentas y dolores a tu
Santísimo Hijo para redimir con su muerte al género
humano; que el alma de nuestro hermano(a) N… y las
demás de Purgatorio, donde están solas y afligidas; la
Sangre de tu Hijo les alivie las penas y su muerte les de vida
de gloria.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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María, Madre de gracia, Madre de Misericordia. En la
vida y en la muerte, ampáranos, gran Señora.
PRIMER MISTERIO:
La Resurrección del Señor
¡Oh María, Señora, alegría de los justos y consuelo de los
pecadores! Este Padre nuestro y diez Avemarías te
ofrecemos en memoria de la alegría que tuviste viendo
resucitado y glorioso a tu Santísimo Hijo, te suplicamos que
así como con la presencia de Jesús recibieron alegría las
almas de los Santos Padres en el Limbo, la tengan el alma
de nuestro hermano(a) N… y las demás del Purgatorio.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
SEGUNDO MISTERIO:
Ascensión de Cristo nuestro Señor a los cielos.
¡Oh María, Madre de Dios! llena de sumo gozo en la subida
a los cielos de tu Santísimo Hijo, en compañía de los Santos
Padres que libertó de la oscura cárcel del Limbo,
¡llevándolos consigo a la gloria! Este Padre nuestro y diez
Avemarías te ofrecemos, suplicándote que el alma de
nuestro hermano(a) N… y as demás del Purgatorio, sean
libre de aquellas penas y llevadas por manos de los Santos
Ángeles a la gloria.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
TERCER MISTERIO:
Venida del Espíritu Santo.
¡Oh María, dulce esposa del Espíritu Santo! Este Padre
Nuestro y diez Avemarías te ofrecemos por el gozo que
tuviste cuando bajó el Divino Espíritu sobre ti y sobre todos
los apóstoles, para que, con la ausencia de Jesús, no
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quedase huérfanos. Por el te suplicamos que el alma de
nuestro hermano(a) N… y las demás del Purgatorio, salgan
a gozar de los brazos de su esposo Jesús en la Gloria.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
CUARTO MISTERIO:
Dichoso tránsito de María Santísima.
¡Oh dichosísima María, que entregaste tu purísimo espíritu
en la hora de la muerte, en manos de tu Santísimo Hijo, y
después unido al cuerpo, resucitaste gloriosa! Este Padre
nuestro y diez Avemarías te ofrecemos pidiéndote que el
alma de nuestro hermano(a) N… y las demás del
Purgatorio, sean libres de sus penas y te acompañen en la
gloria.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
QUINTO MISTERIO:
Asunción y coronación de María Santísima.
¡Oh soberana Virgen María, Madre de Dios! que,
resucitada en cuerpo y alma fuiste sublimada a la gloria y
coronada por Emperatriz de los Ángeles y de los hombres.
Este Padre nuestro y diez Avemarías te ofrecemos,
suplicándote que el alma de nuestro hermano(a) N… y las
demás del Purgatorio, merezcan por tus ruegos ser libres de
las penas que padecen, para que sean coronadas de
gloria, y que en compañía de tu Santísimo Hijo te amen por
todos los siglos.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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PRIMER DÍA
LA MUERTE ES EL CASTIGO DEL PECADO
Guía:
Hermanos, estamos aquí reunidos para
celebrar el novenario en sufragio del alma de nuestro
hermano(a) N…
Al mismo tiempo trataremos de meditar sobre el
misterio de la muerte, pensando que todos
tendremos que morir algún día y por eso es muy
importante que estemos siempre preparados.
La primera pregunta que nos hacemos es la
siguiente: ¿Por qué tenemos que morir?
Dios mismo nos da la respuesta en su Palabra:
la muerte es consecuencia del pecado, es un
castigo. Dios puso a prueba el amor de nuestros
primeros padres hacia él; pero ellos desobedecieron,
creyendo en la palabra del demonio, y pecaron. Así
que Dios los castigó con las enfermedades, la
ignorancia, el trabajo lleno de sufrimientos y como
conclusión a todo esto, con la muerte.
Escuchemos atentamente el relato de esta
historia, que es fundamental para nosotros
Lector:
Lectura del Libro del Génesis (Gén 2, 16-17; 3, 1-6)
Dios le dio esta orden al hombre: “Puedes comer de
cualquier árbol que haya en el jardín, menos del
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árbol de la ciencia, del bien y del mal; porque el día
que comas de él, morirás sin remedio”.
La serpiente era el más astuto de todos los animales
del campo que Yahvé Dios había hecho, y dijo a la
mujer: Es cierto que Dios les ha dicho: ¿No coman de
ninguno de los árboles del jardín? La mujer respondió
a la serpiente: “Podemos comer de los frutos de los
árboles del jardín, pero menos del fruto del árbol que
está en medio del jardín, pues Dios nos ha dicho: No
coman de él, ni lo toquen siquiera, porque si lo hacen
morirán.
La serpiente replicó: “De ninguna manera morirán. Es
que Dios sabe muy bien que el día en que coman de
él, se les abrirán los ojos y serán como dioses y
conocerán el bien y el mal”.
La mujer vio que el árbol era apetitoso, que atraía la
vista y que era muy bueno. Tomó de su fruto y comió
y se lo llevó enseguida a su marido, que andaba con
ella, quien también comió.
Palabra de Dios.
Todos: Te alabamos, Señor.
Guía:
Hermanos, meditemos un poco sobre nuestra
vida, para darnos cuenta de nuestras infidelidades a
Dios. Nadie puede decir: “Yo no tengo pecados”.
Tenemos que reconocer honestamente que todos
somos pecadores, como repetimos siempre en el
Padre nuestro, la oración que el mismo nos enseñó.
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Ahora que cada quién reflexione por su
cuenta, delante de Dios, como si estuviera para
morirse hoy mismo.
No queda más que pedir perdón a Dios por los
pecados que hemos cometido nosotros y nuestro(a)
hermano(a) N…
A cada petición contestemos todos: Escúchanos,
Señor.
Lector:
• Que Dios olvide completamente nuestros
pecados. Oremos.
• Que dios conduzca a nuestro(a) hermano(a)
N… junto a Él, a la región de la luz y de la paz.
Oremos.
• Que Dios le conceda la felicidad en
compañía de sus santos y elegidos. Oremos.
• Por nuestros hermanos y bienhechores
difuntos: Que Dios los tenga en la luz de su
gloria. Oremos.
• Por todos los fieles difuntos, que Dios les
conceda la felicidad eterna. Oremos.
• Por todos los que están afligidos en el alma y
en el cuerpo, que nunca piensen que han sido
abandonados por Dios. Oremos.
• Por todos nosotros, que Dios nos conceda
estar siempre preparados para comparecer
delante del tribunal. Oremos,
(Aquí pueden añadirse intenciones particulares)
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Oración:
Oh Dios, de quien tan propio es tener misericordia y
perdonar, te rogamos humildemente por el alma de
tu hijo(a) N… a quien has mandado salir de este
mundo, para que no la entregues en manos del
enemigo, ni la olvides para siempre, sino que mandes
a tus ángeles que la reciban y la llevan a la patria del
paraíso y pues en ti esperó y creyó, líbrala de las
penas del infierno y concédele las alegrías del cielo
para siempre. Por Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
SEGUNDO DÍA
CRISTO MURIÓ POR NOSOTROS
Guía:
Hermanos, hemos visto ayer que la muerte
entró en el mundo como castigo del pecado, y que
todos somos pecadores. Ahora nos preguntamos: “El
pecado, los sufrimientos y la muerte, ¿durarán para
siempre?”.
La respuesta es clara. “No”. Cristo, el Hijo de Dios, ha
cargado con nuestros pecados; ha pagado por
nosotros una vez y para que siempre, sufriendo hasta
derramar toda su sangre por nuestra salvación; y así
ha vencido al demonio y a la muerte de una manera
total y definitiva.
Cinco siglos antes de Cristo, hubo un profeta
que describió la Pasión de Cristo, como si la hubiera
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presenciado personalmente. Cristo es presentado
como el “varón de los dolores” que fue “molido por
nuestros pecados” y en cuyas “llagas hemos sido
curados”.
Escuchemos atentamente este relato del
profeta Isaías y meditemos sobre el inmenso amor de
Dios para con nosotros.
Lector:
Lectura del profeta Isaías (Is 53, 2-8)
No tenia gracia ni belleza, pera que nos fijáramos en
él, ni era simpático para que pudiéramos apreciarlo.
Despreciado y tenido como la basura de los
hombres, hombre de dolores y familiarizado con el
sufrimiento. Sin embargo, eran nuestras dolencias las
que él llevaba, eran nuestros dolores los que le
pesaban y nosotros los creíamos azotado por Dios,
castigado y humillado.
Ha sido tratado como culpable a causa de nuestras
rebeldías y aplastado por nuestros pecados. Él
soportó el castigo que nos trae la paz y por sus llagas
hemos sido sanados.
Todos andábamos como ovejas errantes, cada cual
seguía su propio camino y Yahvé descaró sobro él la
culpa de todos nosotros.
Fue maltratado y él se humilló y no dijo nada, fue
llevado cual cordero, como una oveja que
permanece muda cuando la esquilan.
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Fue detenido y enjuiciado injustamente, sin que
nadie se preocupara por él. Fue arrancado del
mundo de los vivos y herido de muerte por los
crímenes del pueblo.
Palabras de Dios.
Todos: Te alabamos, Señor.
Guía:
La muerte es siempre algo triste. En un castigo, el
precio del pecado de la rebeldía. Cuando también
nosotros estamos tristes por la muerte de algún amigo
o pariente, no nos queda más que acércanos a Cristo
agonizante sobre la cruz, meditar sobre la gravedad
del pecado y la inmensidad del amor de Dios para
con nosotros. Entonces será fácil aceptar con amor
las pequeñas pruebas que Dios nos manda, como
medio para participar en la Pasión de Cristo. Cristo ha
muerto por todos nosotros.
Ahora midamos a Dios que su sangre no sea inútil
para nuestro(a) hermano(a) N… y para todos
nosotros.
A cada petición contestemos todos: Concédele,
Señor, el descanso eterno.
• Por la sangre que derramaste en la cruz,
perdona todos los pecados que en su vida
cometió nuestro(a) hermano(a) N… Oremos.
• Por los grandes sufrimientos que probaste al
sentirte abandonado por todos, olvida
33
completamente todas las infidelidades de
nuestro(a) hermano(a) N... Oremos.
• Por el grande amor que tuviste hacia
nuestro(a) hermano(a) N…, al morir en la cruz
en medio de tan grandes penas. Oremos.
• Por el dolor que sentiste, al ver las lágrimas de
tu madre santísima al pie de la cruz, libra el
alma de tu hijo(a) del poder de las tinieblas y
del lugar de los sufrimientos. Oremos.
• Por todos los fieles difuntos, que Dios los tenga
en la luz de su gloria. Oremos.
(Aquí pueden añadirse intenciones particulares)
Guía:
Oración: Señor, te suplicamos humildemente que
recibas con benevolencia el alma de tu hijo(a) N… y
por la grandeza de tu compasión, le concedas que
todo lo que hizo mal en su vida, quede perdonado
por tu piedad, que, libre de los lazos de la vida
terrena, merezca pasar a la vida eterna. Por
Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
TERCER DÍA
CRISTO RESUCITÓ Y ESTÁ VIVO
Guía:
Cristo murió el viernes santo y fue sepultado;
pero al tercer día resucitó glorioso. Mediante su
muerte, destruyó nuestra muerte y mediante su
resurrección nos dio una nueva vida.
34
Así que frente a la muerte de nuestro(a)
hermano(a) N… no tenemos que estar tristes. Como
ya ha participado en la muerte de Cristo, así algún
día tendrá que participar de su resurrección.
Escuchemos atentamente lo que nos dice Dios,
mediante la palabra de San Pablo.
Lector:
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a
los Tesalonicenses (1 Tes 4, 13-18)
Hermanos, deseo que estén bien enterados acerca
de los que ya descansan, y no se pongan tristes como
los demás, que no tienen esperanza. Pues creemos
que Jesús murió para después resucitar, y de la misma
manera los que ahora descansan en Jesús serán
también llevados por Dios junto a Jesús.
Por la misma palabra del Señor les afirmamos esto:
nosotros los que ahora vivimos, si todavía estamos
con vida cuando venga el Señor, no nos
adelantaremos a los que haya muerto. Habrá una
señal, el arcángel gritará y resonará la trompeta de
Dios; entonces el propio Señor bajará del cielo y
primero resucitará a los que murieron en Cristo.
Después nosotros, los vivos, los que todavía estemos,
nos reuniremos con ellos llevados en las nubes al
encuentro del Señor, allá arriba. Y para siempre
estaremos con el Señor. Guarden, pues, estás
palabras, para confortarse unos a otros.
Palabra de Dios.
35
Todos: Te alabamos, Señor.
Guía:
Hermanos, meditando sobre este misterio tan
grande de la muerte y resurrección de Cristo, nuestro
ánimo se llena de alegría, pensando en que nuestro
destino final es un destino de gloria y no de muerte.
Demos gracias a Dios, por el inmenso amor que nos
ha manifestado, llamándonos a participar de la
misma felicidad.
Lo que de veras puede ayudar a nuestro(a)
hermano(a) en este momento es la oración. Pidamos,
pues, por nuestro(a) hermano(a) delante de nuestro
Señor Jesucristo.
A cada petición diremos: Escúchanos Señor.
Lector:
• Tú, que lloraste por la muerte de Lázaro,
enjuga nuestras lágrimas. Oremos.
• Tú, que llamaste a los muertos a la vida, dale a
este(a) hermano(a) nuestro(a) la vida eterna.
Oremos.
• Tu que prometiste el paraíso al ladrón
arrepentido, introduce en el cielo a este(a)
hermano(a) nuestro(a). Oremos.
• Tú que lavaste a nuestro(a) hermano(a) con el
agua del bautismo, perdónale ahora sus
culpas y concédele la gloria eterna. Oremos.
• Y a nosotros, Señor, que estamos afligidos por
la muerte de nuestro(a) hermano(a) N…
36
concédenos el consuelo de la fe y la
esperanza de la vida eterna. Oremos.
(Aquí pueden añadirse intenciones particulares)
Guía:
Oración: Padre clementísimo, te encomendamos el
alma de nuestro(a) hermano(a), apoyado en la
certeza de que resucitará en el último día con Cristo
y con todos los que han muerto en Cristo.
Que tu corazón misericordioso se conmueva, Señor,
por nuestras plegarias; abre a tu hijo(a) las puertas del
cielo, y a nosotros, que permanecemos en este
mundo, consuélanos con las palabras de la fe, hasta
que un día todos encontremos a Cristo y
permanezcamos con Él y co nuestro(a) hermano(a).
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Todos: Amén.
CUARTO DÍA
CAMBIAR DE ACTITUD Y ACEPTAR A CRISTO
Guía:
Hermanos, Cristo murió y resucitó y así logró
cambiar el destino de la humanidad. Como por
Adán entró el pecado en el mundo, así por Cristo ha
entrado la vida. Cada quien tiene que renunciar a las
obras de antiguo Adán, cambiar de actitud, es decir,
37
cambiar su manera de pensar, de actuar y de
aceptar a Cristo.
De otro modo ¿de qué serviría toda la sangre
que Cristo derramó en la cruz? Es necesario que
cada uno de nosotros renuncie al pecado y viva con
Cristo.
Así que mientras por un lado estamos pidiendo
a Dios por nuestro(a) hermano(a) N… por otro
tenemos que pensar en que algún día también
nosotros tenemos que morir y por eso necesitamos
estar preparados.
Escuchemos atentamente la Palabra de Dios.
Lector:
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (Hech
2, 36-38)
Sepa con seguridad toda la gente de Israel que Dios
ha hecho Señor y Cristo a este Jesús a quien ustedes
crucificaron. Al oír esto se afligieron profundamente.
Dijeron, pues, a Pedro y a los demás apóstoles:
“Hermanos, ¿Qué debemos hacer?” Pedro les
contestó: “conviértanse y háganse bautizar cada
uno de ustedes en el nombre de Jesucristo, para que
sus pecados sean perdonados.
Palabra de Dios.
Todos: Te alabamos, Señor.
Guía:
Todos estamos convencidos de que somos
pecadores. Lo que nos falta muchas veces es el valor,
38
para levantarnos e ir al padre, que nos espera con los
brazos abiertos.
Hermanos, pidamos a Dios por nuestro(a)
hermano(a) N… para que Dios lo(a) reciba en el
banquete celestial, como hizo con el hijo pródigo.
A cada petición vamos a responder: Concédele
Señor, el descanso eterno.
Lector:
• Que nuestra oración aproveche el alma de
nuestro(a) hermano(a). Oremos.
• Que por la sangre de Cristo y por nuestros
sufrimientos diarios, el alma de nuestro(a)
hermano(a) pueda alcanzar la gloria del
paraíso. Oremos.
• Que por las pruebas que nuestro(a)
hermano(a) tuvo que superar en esta vida,
Dios le conceda el premio de la vida eterna.
Oremos.
• Que por el deseo que nuestro(a) hermano(a)
tuvo de hacer el bien, Dios borre
completamente todas las faltas que haya
cometido y lo(a) reciba en la patria del cielo.
Oremos.
(Aquí pueden añadirse intenciones particulares)
Guía:
Oración: Libera, Señor, el alma de tu hijo(a) N… de
toda atadura del pecado, para que, en el día
glorioso de la resurrección, resucite a una nueva vida
39
entre tus santos y elegidos. Por Jesucristo nuestro
Señor.
Todos: Amén.
QUINTO DÍA
VIVIR EN EL AMOR
Guía:
Tener fe en Dios y aceptar a Cristo, no quiere decir
creer que existe Dios o estar convencidos de que
hace mucho tiempo el Hijo de Dios se hizo hombre
para salvarnos. La verdadera fe consiste en aceptar
a Cristo como propio Salvador. Cada uno de nosotros
tiene que repetir constantemente: “Cristo dio su vida
por mí, yo también quiero entregarme totalmente a
él”.
¿Cómo? Observando toda la ley de Dios.
Escuchemos atentamente los consejos que dio Josué
al pueblo de Israel antes de morir.
Lector:
Lectura del libro de Josué (Jos 23, 6; 24, 14a)
Ustedes pondrán empeño y cuidarán de observar y
cumplir con l escrito en el libro de la Ley de Moisés, sin
desviarse de ella por ningún lado. Tengan mucho
cuidado en amar a Yahvé, tengan temor a Yahvé y
sean cumplidores y fieles en servirlo.
Palabra de Dios.
Todos: Te alabamos, Señor.
40
Guía:
Josué insiste en que se observe toda la ley de Dios.
Nosotros no podemos decir: “Esto no me gusta, no lo
voy a hacer”. Nuestro propósito tiene que ser el de
cumplir toda la Ley de Dios, sin quitar voluntariamente
ningún mandamiento. ¿Y si por debilidad humana
pecamos? Entonces acordémonos de que Cristo nos
espera continuamente con los brazos abiertos, para
perdonarnos. Lo importante es estar arrepentidos y
hacer el esfuerzo para observar todos los
mandamientos.
¿Podemos resumir todos los mandamientos en uno
solo?
Si, en el mandamiento del amor: “Ámense unos con
otros, como yo los amo a ustedes. No hay amor más
grande que éste: dar la vida por sus amigos”.
Decir “Voy a misa, rezo… cuando me nace del
corazón”, es un gran error. No es ésta la enseñanza
de Cristo si de veras queremos ser discípulos de Cristo.
Tenemos que conocerlo primero y después hacer el
esfuerzo para observar sus mandamientos y
especialmente el mandamiento del amor. Claro que
no es fácil ya que nuestra naturaleza humana, nos
lleva naturalmente al pecado.
Por eso, nos encontramos aquí reunidos, para
interceder por nuestro(a) hermano(a) N… que ya se
encuentra en la presencia de Dios. Que tenga en
cuenta más su buena voluntad que el resultado de
sus actos.
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A cada petición, contestemos todos: Concédele
Señor, el descanso eterno.
Lector:
• Por la gloriosa intercesión y mérito de la
bienaventurada Virgen María, madre y
abogada nuestra, dígnate mirar compasivo el
alma de nuestro(a) hermano(a) N… que
durante su vida se acogió a su amparo
maternal. Oremos.
• Por la piadosa muerte de San José, dígnate
admitir su alma en compañía de todos los
santos. Oremos.
• Por la intercesión de todos los santos y santas,
que gozan de ti en el cielo, dígnate
misericordiosamente llevar a tu hijo(a) a la
eterna felicidad. Oremos.
• Por las súplicas de la iglesia peregrina en la
tierra, dígnate hacer participe a nuestro(a)
hermano(a) de las alegrías eternas.
(Aquí pueden añadirse intenciones particulares)
Guía:
Oración: Te rogamos Señor, tengas piedad de tu
hijo(a) N… y por tu misericordia no lo (la) castigues
por los actos de su vida, pues su intención fue
cumplir tu Santa voluntad para que, así como la
verdadera fe lo (la) unió en la tierra a la comunidad
de los creyentes, también en el cielo te dignes
juntarlo(a) a tus santos y elegidos.
Por Cristo nuestro Señor. Todos: Amén.
42
SEXTO DÍA
LA VIDA NO TERMINA, SE TRANSFORMA
Guía:
Una pregunta que todos nos hacemos, es la
siguiente: ¿Qué sucede después de la muerte?
Algunos dicen: “Después de la muerte todo termina”.
Otros piensan que, aunque siga viviendo el espíritu,
sin embargo, no puede ni sufrir ni gozar: es como si
siguiera viviendo en estado de semi-inconciencia.
Esta no es la respuesta que nos da Cristo, Escuchemos
atentamente la parábola del rico Epulón.
Lector:
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas (Lc 16,
19-31)
Había un hombre rico que se vestía con ropa finísima
que cada día comía regiamente. Había también un
pobre, llamado Lázaro, todo cubierto de llagas, que
se tendía a la puerta del rico, que sentía ganas de
llenarse con lo que caía de la mesa del rico, y hasta
los perros venían a lamerle las llagas.
Pues bien, murió el pobre y fue llevado por los ángeles
hasta el cielo cerca de Abraham. Murió también el
rico y lo sepultaron.
Estando en el infierno, en medio de tormentos, el rico
levando los ojos, ve de lejos a Abraham y a Lázaro
cerca de él. Entonces grita: “Padre Abraham, ten
piedad de mi y manda a Lázaro que se moje la punta
43
de un dedo para que me refresque la lengua, porque
estas llamas me atormentan”.
Abraham respondió: “Hijo, acuérdate de que
recibiste ya tus bienes durante la vida, lo mismo que
Lázaro recibió males. Ahora él aquí encuentra
consuelo y tú en cambio tormentos. Sepas que por
estos lados se ha establecido un abismo entre
ustedes y nosotros, para que los que quieran pasar de
aquí para allá no puedan hacerlo, que no atraviesen
tampoco de allá hacia nosotros”.
Contestó el rico: “Entonces, te ruego, Padre, que
mandes a Lázaro a mis familiares, donde están mis
cinco hermanos, para que les advierta y no vengan
ellos también a este lugar de tormentos”. Y Abraham
contestó: “Tienen a Moisés y a los profetas; que los
escuchen”.
“No Padre Abraham, dijo el rico, si uno de entre los
muertos los va a visitar, se arrepentirán”. Pero
Abraham les dijo: “Si no escuchan a Moisés y a los
profetas, aunque resucite uno de entre los muertos,
no le creerán”.
Palabra del Señor.
Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.
Guía:
Como hemos visto, después de la muerte el
cuerpo va al sepulcro, mientras el alma o espíritu,
sigue viviendo en la gloria como Lázaro o en el
sufrimiento como el rico Epulón. Si uno se portó mal,
44
va a recibir el castigo. Por lo tanto, lo que importa en
esta vida es hacer el bien en cualquier ocasión.
A cada petición, contestemos todos: Concédele
Señor, el descanso eterno.
• Por la intercesión de la Virgen María, que
compartió contigo los sufrimientos de la cruz,
te pedimos que suavices la severidad de tu
juicio con nuestro(a) hermano(a) N… Oremos.
• Por la intercesión de todos tus ángeles, te
pedimos que admitas en tu reino a nuestro(a)
hermano(a). Oremos.
• Por los méritos de todos los mártires, que ha
derramado su sangre en la confesión de la fe,
te pedimos que recibas el alma de nuestro(a)
hermano(a) en la gloria de tu reino.
• Por los sacrificios que están haciendo los
misioneros para predicar tu palabra en todo el
mundo, te pedimos que mandes al olvido
completo todos los pecados que haya
cometido nuestro hermano(a) N… y le
concedas la felicidad eterna.
(Aquí pueden añadirse intenciones particulares)
Guía:
Oración: Oh Dios, para quien todos viven y para
quien no perecen las almas cuando mueren los
cuerpos, sino que pasan a otra vida mejor, te
suplicamos humildemente que sea llevada el alma
de nuestro(a) hermano(a) y le concedas la gloria de
la resurrección en el último juicio.
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Tú, bondadoso y misericordioso Señor, perdónale
cualquier deuda que, por engaño del demonio,
hubiera contraído.
Te lo pedimos, por Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén
SÉPTIMO DÍA
UNIDOS POR EL AMOR
Guía:
Una vez que el alma se separa del cuerpo, hay tres
posibilidades: la gloria eterna, si se encuentra
completamente purificada; la pena eterna si se
encuentra lejos de Dios o un período de purificación
si le falta algo para que esté completamente limpia.
¿Cuántos son los que se salvan o se pierden? Sólo
Dios lo sabe. Para nosotros lo que importa es sabe
que podemos ayudar a los difuntos que se están
purificando. ¿Y si acaso el alma de un difunto ya no
necesita de nuestros sufragios? No importa, nada se
pierde: Dios decide a quién pueden servir nuestros
sufragios.
Él es un Padre amoroso y todo lo que hace está bien
hecho. Por eso nuestra confianza en Él, tiene que ser
plena y total. Hay muchas maneras de hacer
sufragios por los difuntos: la más eficaz es la Santa
Misa que es la re actualización del misterio pascual,
es decir de la muerte y resurrección de Cristo. El Hijo
46
de Dios sigue presentándose al Padre como cordero
pascual para que perdone todos los pecados del
mundo y no dé la nueva vida.
Además de la celebración de la Santa Misa,
podemos ayudar a nuestros hermanos difuntos
mediante la oración espontánea o tomada de la
biblia (por ejemplo, los Salmos) o del rezo del Santo
Rosario.
Podemos ofrecer a Dios también nuestras obras a
favor de los difuntos. Lo importante es estar
convencidos de que nadie nos puede separar de
nuestros seres queridos y que seguiremos estando
siempre unidos por el amor.
Nosotros los podemos ayudar en su purificación y
ellos pueden interceder delante de Dios por nosotros.
Escuchemos lo que nos dice el apóstol Santiago
sobre la importancia de hacer buenas obras para
confirmar nuestra fe y ser verdaderos discípulos de
Cristo.
Lector:
Lectura de la carta del Apóstol Santiago (St 2, 14-17)
Hermanos, ¿qué provecho saca uno cuando dice
que tiene fe pero no la demuestra con su manera de
actuar? ¿Acaso lo puede salvar su fe? Si un hermano
o una hermana les falta ropa y el pan de cada día, y
uno de ustedes les dice: “Que les vaya bien; que no
sienta frío ni hambre”. Sin darles lo que necesitan, ¿de
qué les sirve?
47
Así pasa con la fe, si no se demuestra por la manera
de actuar, está completamente muerta.
Palabra de Dios.
Todos: Te alabamos, Señor.
Guía:
Y ahora, hermanos, ofrezcamos a Dios nuestro Señor
todos nuestros sufrimientos, nuestros trabajos y
nuestras esperanzas, en unión con el sacrificio de
Cristo, para que limpie de todo pecado el alma de
nuestro(a) hermano(a) N… y lo(la) reciba en su gloria.
A cada petición contestemos todos: Concédele
Señor, el descanso eterno.
• Te rogamos, Dios Padre omnipotente, que
creaste el alma de tu hijo(a) N… que te dignes
recibirla en tu seno como Padre
misericordioso. Oremos.
• Te rogamos, Dios Hijo y Señor nuestro
Jesucristo, que redimiste el alma de nuestro(a)
hermano(a) N… mediante tu gloriosa muerte y
resurrección, te dignes liberarlo (a) de las
penas del purgatorio. Oremos.
• Te rogamos, Dios Espíritu Santo, que
santificaste el alma de nuestro(a) hermano(a)
N… con tus sacratísimos dones y gracias, te
dignes borrar de su alma toda huella o
mancha de pecado. Oremos.
• Te rogamos, oh Augusta Trinidad, que aceptes
todos nuestros trabajos, penas y esperanzas en
48
sufragio del alma de nuestro hermano(a) para
que pronto pueda entrar en el gozo eterno
con todos los santos del cielo. Oremos.
(Aquí pueden añadirse intenciones particulares)
Guía:
Oración: Te pedimos Señor, que nuestras humildes
súplicas aprovechen a tu hijo(a) N… para que lo (la)
libres de toda culpa, y le hagas participar de tu
redención. Por Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
OCTAVO DÍA
VENID, BENDITOS DE MI PADRE
Guía:
Para los que hacen el esfuerzo para seguir a Cristo, la
gloria representa la etapa final de su existencia, una
etapa que durará para siempre.
Al principio se tratará de una felicidad imperfecta, ya
que el alma estará separada del cuerpo, pero
llegará el día de la resurrección y entonces
comenzará la felicidad completa, juntamente con
Cristo el hermano mayor, con María nuestra madre
celestial, los ángeles y los santos.
Escuchemos atentamente el relato de San Mateo.
49
Lector:
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (Mt 25,
31-40)
Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria
rodeado con todos sus ángeles, se sentará en su
trono como Rey glorioso. Delante de él se reunirán
todas las naciones, y como el pastor separará las
ovejas de los machos cabríos, así también lo hará él.
Separará unos de otros, poniendo las ovejas a su
derecha y a los machos cabríos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los que están a la derecha:
¡Bendecidos por mi Padre!, vengan a tomar posesión
del Reino que está preparado para ustedes desde el
principio del mundo. Porque tuve hambre y ustedes
me alimentaron; tuve sed y ustedes me dieron de
beber. Anduve sin ropas y me vistieron. Estuve
enfermo y fueron a visitarme. Estuve en la cárcel y me
fueron a ver.
Entonces los buenos preguntarán: “Señor, ¿cuándo
te vimos hambriento y te dimos de comer; sediento y
te dimos de beber, o forastero y te recibimos, o sin
ropa y te vestimos o enfermo, o en la cárcel, ¿y te
fuimos a ver?” El Rey responderá: “En verdad, les digo
que cuando lo hicieron con alguno de estos
hermanos más pequeños, lo hicieron conmigo”
Palabra del Señor.
Todos: Gloría a ti, Señor Jesús.
50
Guía:
Pensando en todo esto, ¿Qué son los sufrimientos de
la vida presente en comparación con la gloria que
nos está preparada? Nada. Lo que nos hace falta es
meditar sobre el fin de nuestra vida y darnos cuenta
de lo que realmente vale, evitando seguir ideales
vacíos, que dejan la amargura en el corazón ya que
no llevan a Dios.
Buscar y amar a Cristo en nuestro prójimo tiene que
ser nuestra preocupación constante, si queremos
estar seguros de alcanzar la vida eterna. Todo lo
demás es inútil y hasta peligroso, ya que nos puede
desviar del recto camino.
Invoquemos confiadamente a Dios Padre
omnipotente que resucitó a Jesucristo su Hijo, de
entre los muertos, para salvar a los vivos y a los
difuntos.
A cada petición responderemos: Te lo pedimos,
Señor.
• Roguemos al Señor por nuestro(a) hermano(a)
N…, que por el bautismo recibió el germen de
la vida eterna; que le conceda vivir
asociado(a) perpetuamente con los santos.
Oremos.
• Roguemos por él (ella) que en vida se alimentó
con el cuerpo de Cristo, el pan de la vida
eterna, para que lo(la) resucite en el último
día. Oremos.
• Roguemos al Señor por las almas de nuestros
hermanos, parientes y bienhechores, para que
51
el Señor les dé la recompensa de sus trabajos.
Oremos.
• Roguemos al Señor por todos los que duermen
ya con la esperanza de la resurrección, para
que reciban la luz de su rostro. Oremos.
• Roguemos al Señor por todos los que estamos
aquí reunidos con fe y devoción, para que
Dios nos reúna en su reino glorioso. Oremos.
(Aquí pueden añadirse intenciones particulares)
Guía:
Oración: Señor, que esta oración de los que ahora te
suplicamos, aproveche a las almas de tus hijos e hijas,
para que las libres de sus pecados a todas y las hagas
participantes de tu redención.
Por Cristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
NOVENO DÍA
VEN, SEÑOR JESÚS
Guía:
Si nuestro destino es un destino de felicidad, ¿por qué
tener miedo a la muerte? Se trata sólo de un paso
obligado para entrar en la gloria. Este es el verdadero
52
final: La felicidad eterna. Por eso, “La creación
entera, dice San Pablo, gime hasta el presente y sufre
dolores de parto. Y no sólo ella, también nosotros que
poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos
gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de
nuestro cuerpo”.
Escuchemos atentamente la conclusión del
Apocalipsis, que expresa el deseo de la iglesia
peregrina de unirse para siempre con Cristo.
Lector:
Lectura del libro del Apocalipsis (Ap 22, 12, 14-15, 17-
20)
“Fíjense que vengo pronto, llevando el pago que
daré a cada uno, conforme a su trabajo. Felices los
que lavan sus ropas; disfrutarán del árbol de la vida y
se les abrirán las puertas de la ciudad. Fuera los
perros, los hechiceros, los impuros, los asesinos, los
idólatras, y todos aquellos que aman y practican la
mentira”.
El espíritu y la esposa dicen: “Ven”. Que el que
escucha diga también “Ven”. Que el hombre
sediento se acerque, y quien lo desee reciba
gratuitamente el agua de la vida.
El que da fe de estas palabras, dice: “Si, vengo
pronto”. Amén, ven Señor Jesús.
Palabra de Dios.
Todos: Te alabamos, Señor.
53
Guía:
Hermanos, pidamos a Dios nuestro Señor por
nuestro(a) hermano(a) N… y por todos los que
murieron en el Señor.
A cada petición, contestemos todos: Concédeles,
Señor, el descanso eterno.
• Concédele y perdona sus pecados. Oremos.
• Admítelo en la vida eterna. Oremos.
• Acepta sus buenas obras. Oremos.
• Concédele la felicidad en compañía de tus
santos y elegidos. Oremos.
• Acepta nuestros trabajos y sufrimientos en
sufragio de todos nuestros hermanos que se
están purificando. Oremos.
(Aquí pueden añadirse intenciones especiales)
Guía:
Oremos: Señor Dios, omnipotente y eterno, tú que
tienes señoría sobre vivos y los muertos, y estás
dispuesto a compadecerse de todos; por la
intercesión de todos tus santos te pedimos que
recibas en tu reino a todos los que han muerto con la
esperanza de la resurrección y a nosotros nos
concedas un gran deseo de contemplarte en la
patria celestial. Por Cristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
54
55
LLEGADA LA HORA
Para hacer la levanta cruz, es necesario considerar lo
siguiente:
• Una caja, puede ser de cartón o madera, que
servirá para colocar la cruz de cal.
• Espátulas para recoger la cruz.
Nota: Puedes adornar la cruz con pétalos de flores.
Guía:
Después de haber meditado sobre el gran amor de
Cristo por nosotros, que llego a derramar toda su
sangre en una cruz para librarnos de nuestros
pecados, pidamos a Dios en favor de nuestro(a)
hermano (a) N… Que Dios borre todos los pecados
que cometió mediante sus pensamientos, palabras y
acciones.
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NÚMERO 1: LA CABEZA
Guía: Señor Jesús, tu sabes cómo es difícil poder
alcanzar la sencillez y la humildad que nos enseñaste
mediante tu palabra y ejemplo. Tu sabes cómo
nuestra mente se deja guiar siempre por el orgullo y
la soberbia, y como nos resulta difícil someternos a los
demás. Te pedimos de todo corazón que perdones
todos los pecados de orgullo y soberbia que haya
cometido nuestro(a) hermano (a) N… y le concedas
poder entrar pronto en la gloria.
Te lo pedimos, confiando no en nuestros méritos sino
en la sangre que derramaste en la cruz mediante la
corona de espinas que te hizo sufrir tanto.
Todos: Concédele, Señor, el perdón de todos sus
pecados.
Nota: Se reza un padre nuestro mientras que los
padrinos borran el número 1 de la cruz.
NÚMERO 2 Y 3 LA MANO DERECHA Y LA
MANO IZQUIERDA
Guía: Señor Jesús, bendito sea por siempre tu santo
nombre por el gran amor que has manifestado hacia
nosotros, sufriendo tanto en la cruz. Tus manos, que
tanto bien habían hecho sanando a los enfermos y
perdonando a los pecadores, fueron traspasadas por
los clavos, para pagar todos los pecados que
nosotros hemos cometido usando mal de las manos,
o no cumpliendo con nuestro deber.
57
Perdónanos, Señor y persona de una manera
especial los pecados que mediante las manos
cometió nuestro(a) hermano(a) N…
Todos: Concédele, Señor, el perdón de todos sus
pecados.
Nota: Se reza un padre nuestro mientras que los
padrinos borran el número 2 y 3 de la cruz.
NÚMERO 4: EL CORAZÓN
Guía: Hermanos, un día Jesús nos invitó a poner
mucho cuidado con el corazón, porque del corazón
sale todo lo bueno y lo malo que hacemos. Por eso
tenemos que evitar antes que nada los malos deseos,
si queremos evitar las malas acciones.
Jesús para manifestar su completa entrega hacia
nosotros, quiso que, al morir, un soldado le abriera el
corazón con una lanza.
Contemplarán al que traspasaron, así San Juan
concluye este relato de la pasión de Cristo. Y nosotros
ahora estamos aquí precisamente para contemplar
a Cristo en la cruz a causa de nuestros pecados.
Viendo el corazón abierto de Jesús, comprendemos
como de veras nos ha amado y sentimos una gran
tristeza en nuestro corazón, viendo que no estamos
poniendo en práctica la ley del amor, que Jesús nos
ha enseñado mediante su palabra y ejemplo.
Oh Señor, ayúdanos a tener un gran amor por todos
nuestros hermanos y perdónanos por todos los malos
58
deseos que hemos tenido en nuestro corazón, las
envidias, y los odios. Que no volvamos a caer en el
pecado.
De manera especial, te pedimos ahora por el eterno
descanso de nuestro(a) hermano(a) N… para que le
perdones, todos los pecados que cometió mediante
su corazón y le concedas poder contemplar la gloria
de tu rostro.
Todos: Concédele, Señor, el perdón de todos sus
pecados.
Nota: Se reza un padre nuestro mientras que los
padrinos borran el número 4 de la cruz.
NÚMERO 5: LOS PIES
Guía: Después de haber caminado tanto, predi-
cando la Palabra de Dios y haciendo el bien a todos.
Jesús termino su vida con los pies clavados en una
cruz. De esta manera él quiso pagar por todos los
pecados que hemos cometido, tomando algún
camino equivocado.
Señor Jesús, perdónanos por todas las veces que, en
lugar de seguirte, hemos preferido seguir a otros
maestros. Sabemos que solo tú tienes palabras de
vida eterna, pero muchas veces por no renunciar a
tantas cosas que nos alejan de ti, nos hemos perdido
y hemos sufrido inútilmente.
Te pedimos que nos perdones por todo esto y nos
concedas más fuerza para ser tus verdaderos
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discípulos escuchando tu palabra y poniéndola en
práctica.
Te pedimos de una manera especial en favor de
nuestro(a) hermano(a) N… que ya dejo este mundo,
para que pronto te pueda alcanzar en la gloria
celestial, donde vives y reinas con el Padre celestial y
el Espíritu de amor, por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
Nota: Se reza un padre nuestro mientras que los
padrinos borran el número 5 de la cruz.
Guía: Y ahora, hermanos, antes de terminar nuestro
encuentro de oración en favor de nuestro(a)
hermano(a) N… pidamos a Dios una vez más por su
eterno descanso y por las necesidades de la iglesia y
del mundo entero.
A cada petición contestemos todos: Te rogamos,
Señor.
1. Por todos nuestros amigos y parientes difuntos,
para que Dios limpie completamente su alma
de toda mancha de pecado y les conceda el
descanso eterno. Oremos.
2. Por todos los que están por dejar este mundo,
para que se arrepientan de sus pecados y
entreguen su vida a Cristo, como ofrenda
agradable. Oremos.
3. Por todos los que no conocen a Cristo, para
que Dios mueva su corazón y les conceda la
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oportunidad de conocerlo y entregarse a él,
antes de que sea demasiado tarde. Oremos.
4. Por todos nosotros, para que estemos siempre
preparados para el gran encuentro con Cristo.
Oremos.
5. Por los pastores de la iglesia, para que
prediquen con valentía y autenticidad la
Palabra de Dios y así vayan despertando en
los feligreses el sentido verdadero de la vida y
de la muerte. Oremos.
Guía: Oremos, Padre misericordioso, tu que eres el
Señor de los vivos y de los muertos, concédenos
poder vivir siempre santamente, según el ejemplo y la
enseñanza de Cristo y así algún día tener la dicha de
contemplarte con el Espíritu Santo y de tu Hijo
amado, en la nueva tierra y los nuevos cielos que
tienes preparados para los que te aman. Te lo
pedimos por Cristo Nuestro Señor.
Todos: Amén
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ORACIONES
Padre Nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.
Ave María
Dios te salve, María,
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
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Gloria
Gloria al Padre
y al Hijo
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Jesús mío.
¡Oh Jesús mío!, perdona nuestros pecados, líbranos
del fuego del infierno, lleva todas las almas
al cielo y socorre especialmente a las más
necesitadas de tu Misericordia.
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