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INFORME DE INVESTIGACIÓN CIJUL
TEMA: ALLANAMIENTO EN MATERIA DE PENSIONES ALIMENTARIAS
RESUMEN: La siguiente investigación versa sobre los allanamientos
que se pueden realizar con ocasión de lo establecido en el
artículo 26 de la Ley Pensiones alimentarias. Se establece, que
los allanamientos en esta materia deben regirse por la legislación
procesal penal, de forma que se realiza un análisis doctrinario
breve sobre la figura del allanamiento. Finalmente, se reseña un
voto de la Sala Constitucional, donde se analiza de forma extensa
la aplicación del instituto del allanamiento en materia de
pensiones alimentarias.
Índice de contenido
1. Doctrina......................................................2
a. Concepto...................................................2
b. Objeto.....................................................3
c. El Allanamiento y el Derecho Constitucional................4
2. Normativa.....................................................8
a. Constitución Política......................................8
b. Ley de Pensiones Alimentarias..............................9
c. Código Procesal Penal......................................9
3. Jurisprudencia...............................................10
a. Legalidad del Allanamiento en Materia de Pensiones
Aliemntarias..................................................10
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DESARROLLO:
1. Doctrina
a. Concepto
“En el transcurso de nuestras investigaciones, topamos con el
primer inconveniente: la definición de nuestro objeto de estudio,
pues, hay quienes aceptan que el término correcto es allanamiento
de domicilio y otros consideran que la expresión: "registro
domiciliario", es más atinada.
Lo cierto es que el Código Procesal Penal, hace mención a esta
medida coercitiva, con el nombre de allanamiento y el Código
Penal, sanciona en el artículo 205 al funcionario público o agente
de la autoridad que allanare un domicilio sin las formalidades
prescritas por la ley o fuera de los casos que ella determine.
Como se observa, el legislador ha elegido la palabra allanamiento
(Cfr. art. 24 de la Constitución Política) y el registro es
propiamente el acto material de búsqueda. Aunque la denominación
no hace la naturaleza de las cosas.
(...)
Ahora es necesario analizar el concepto de la figura estudiada.
Entre las opiniones destacan la de Clariá Olmedo, para quien el
allanamiento es: "un acto de coerción real limitativo de una
garantía constitucional, consistente en él franqueamiento
compulsivo de un lugar cerrado en contra de la voluntad expresa de
quien está protegido por esa garantía..."
Caferatta, expone que cuando se estime que el titular del derecho
de exclusión del lugar que se quiere registrar, posiblemente no se
preste voluntariamente a la realización del acto, la ley autoriza
al Juez a disponer de la fuerza pública y ordenar el registro.
Cabanellas, dice que allanar es, "autorizar a los funcionarios de
la justicia para que puedan penetrar a un domicilio particular, u
otro lugar cerrado, para efectuar registros, detenciones y demás
diligencias. La autorización -que ha de estar justificada al menos
por indicios o sospechas, suele extenderla el juez en el llamado
auto de allanamiento. En casos de flagrante delito y en las
excepciones de la inviolabilidad del domicilio no se requiere
permiso escrito".
Mientras tanto, la Sala Constitucional lo define como "la medida
que permite el ingreso de extraños a un recinto privado, así como
realizar actos necesarios para el desenvolvimiento del proceso
(inspección, registro, secuestro, captura) siempre que se hayan
satisfecho las formalidades impuestas por ley y respetando los
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valores jurídicos fundamentales de la colectividad, vida,
propiedad, etc".”1
b. Objeto
“En estos casos, la autoridad judicial puede ordenar el
allanamiento de la morada si existen elementos de convicción
suficientes que hagan presumir que en un determinado sitio existen
objetos o instrumentos relacionados con el delito, o que ahí pueda
efectuarse la detención del reo o de una persona evadida o
sospechosa.
Son las cosas materialmente afectadas por el delito (la cosa
dañada por ejemplo) y los instrumentos y efectos de éste y además,
los objetos utilizados para su preparación, o para asegurar o
aprovechar sus resultados. Medida que pretende conservar, recoger
y secuestrar si es necesario, las cosas relacionadas con el hecho
investigado.
El artículo 209 del Código Procesal Penal, utiliza el término
hecho punible, lo que deja entrever la posibilidad de que esta
medida coercitiva se verifique también en el caso de
contravenciones.
Pareciera que existe una franca oposición a la literalidad del
artículo 23 de la Constitución Política, que tocará en todo caso,
resolver al Tribunal Especializado de la Corte Suprema de
Justicia.
El registro domiciliario lo puede disponer el juez
facultativamente, siendo parte de su poder discrecional, es decir,
si los indicios que se le presentan no le son dignos puede negarse
a extender la orden.
"Lo que se debe evitar es el intento de obviar el control judicial
sobre la procedencia del allanamiento, escondido tras la
aceptación del consentimiento para autorizar la injerencia. El
control se debe realizar también frente a los allanamientos
urgentes o necesarios, permitidos sin orden judicial. El Juez debe
decidir sobre su legitimidad y para ello, se debe colocar, al
juzgarlos, en el lugar y el momento que obró el funcionario que
ordenó o autorizó el procedimiento.”2
c. El Allanamiento y el Derecho Constitucional
“Inicialmente se observa cómo conforme lo dispone este artículo 23
de nuestra Carta Fundamental, solo por excepción y mediante previa
orden escrita emanada del juez y conforme lo disponga la ley,
pueden allanarse el domicilio y demás recintos privados,
reafirmándose de esta manera el derecho a la intimidad y la
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privacidad del domicilio, permitiéndose la intromisión estatal
solo por excepción y en los casos que expresamente señale la ley.
No está demás recalcar, que esta garantía de inviolabilidad del
domicilio tiene asidero legal en los artículos 12 de la
Declaración Universal de Derechos Humanos, 9 de la Declaración
Americana de Derechos y Deberes del Hombre, 17 del Pacto
Internacional de derechos Civiles y Políticos (aprobado por Ley N°
4229 del 11 de diciembre de 1966), 11 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos (aprobada por Ley N° 4534 del 23 de febrero
de 1970), todos los cuales, son instrumentos de carácter
internacional con aplicación en nuestro país aún incluso por sobre
las leyes, de conformidad con lo que establece el numeral 7 de
nuestra Carta Magna.
Uno de los presupuestos formales mínimos al momento de realizar un
allanamiento es contar con una orden escrita previa por parte de
un juez competente para conculcar el ámbito de intimidad de las
personas. La misma Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia ha
establecido:
"Es incuestionable que el allanamiento autorizado por el juez,
debe ser ordenado por resolución judicial, sea que se requiere al
efecto de una orden escrita, sin que se admita la posibilidad de
un allanamiento por orden verbal. Diferente es el supuesto, del
allanamiento autorizado sin orden, que únicamente es procedente en
los casos de urgencia que establece el numeral 197 del Código
Procesal Penal, hipótesis contenidas anteriormente en el numeral
212 del Código de Procedimientos Penales (ante amenazas a la vida
de los habitantes o la propiedad, por denuncia de que se ha
observado a personas extrañas entrando al local con indicios de
cometer un delito, al introducirse a un local el imputado por
delito grave que era perseguido para su aprehensión; y cuando
voces provenientes del lugar anuncien que se está cometiendo un
delito o pidan auxilio) (...) "'.
(...)
Aunado a lo anterior, debemos indicar que no solo es suficiente la
orden escrita por parte del órgano jurisdiccional, sino que
además, la misma constitución habla de que el juez que la emita
debe ser COMPETENTE para tales efectos.
Al hablar de juez competente no solo es preciso tomar en
consideración lo referente al principio también de orden
constitucional (artículo 35 de la Constitución Política) referente
a lo que en doctrina se conoce como Principio de Juez Legal o Juez
Natural ( en nuestro país, la Sala Constitucional ha adoptado el
término de "Juez Regular" para referirse al respecto) -mencionado
también en el artículo tercero de nuestro Código Procesal Penal,
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según el cual, no es posible la existencia de "... tribunales,
comisiones o jueces extraordinarios, también llamados ex post
facto, creados para juzgar un hecho en particular o a una persona
determinada y además consagra la garantía fundamental de que,
quien imparte justicia está legitimado y es competente, por cuanto
la ley y el mismo ordenamiento jurídico así lo han establecido,
sino que además, debe observarse cómo el numeral 23
constitucional, no circunscribe de ningún modo el conocimiento de
los allanamientos a los jueces penales, como erróneamente creen
muchas personas, siendo que es posible para un juez civil, por
ejemplo dictar un allanamiento como una medida cautelar atípica."
Por otro lado, la competencia entendida como el ejercicio práctico
de la jurisdicción, es decir como aquella que permite distribuir
la función jurisdiccional entre una pluralidad de órganos
jurisdiccionales (jueces), mediante criterios como el territorio,
cuantía, materia y función, permite no solo que exista seguridad
jurídica para los ciudadanos que deseen encontrar la efectiva
solución a su problemas, sino que además facilita la pronta y
cumplida persecución de la justicia. El hecho de que la estructura
interna del Poder Judicial se encuentre previamente delimitada,
facilita el manejo y distribución de los casos en cada uno de los
órganos judiciales, y al mismo tiempo, las partes dentro del
proceso penal tendrán conocimiento con antelación de cuáles son
esos tribunales a los que pueden acudir.
Y es que el resguardo de los derechos fundamentales no se asegura
con solo la intervención de una persona nombrada como juez -como
parte de la doctrina lo sostiene, amparándose en una presunción de
legalidad del nombramiento y exigiendo su previa nulidad en vía
administrativa para reclamar el motivo-. En un Estado de Derecho,
debe exigirse que la persona que ha actuado en calidad de juez,
cumpla con los requisitos legales, porque solo eso asegura, al
menos medianamente, que su actuación va a ser ajustada a derecho.
"Afirma CLARIÁ OLMEDO: "Se llama juez natural, al juez de la
Constitución; es decir el designado conforme a las normas y a las
garantías constitucionales. No actúa como "juez natural" el que lo
hace sin reunir las condiciones impuestas por estas normas
aseguradas de la función judicial del Estado y de las leyes que en
su consecuencia se dicten para el efectivo y correcto ejercicio de
la función jurisdiccional por el órgano predeterminado" (...). La
importancia de exigir al juzgador la calidad de abogado, es tal
porque asegura objetivamente, que la decisión se tomará al amparo
de la ley. La función jurisdiccional permite darle contenido a la
norma —abstracta por característica-, y exige un juicio valorativo
entre el supuesto de la norma y el conflicto presentado, para lo
que se debe meditar sobre la situación y encontrar una solución
precisa, legal, equitativa y ajustada al principio de
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proporcionalidad y razonabilidad. El principio de legalidad rige
la función jurisdiccional, y si el juez solo puede hacer lo que la
ley le permite, el conocimiento científico de la misma es
requisito esencial. Los principios del debido proceso, juez
natural, juicio previo e inviolabilidad de la defensa, constituyen
una garantía de justicia, y aseguran la estabilidad del orden
jurídico. El principio de juez natural cumple un papel esencial en
el derecho penal y procesal penal, máxime que en la fase de
investigación, el juez penal no puede intervenir de oficio, y
tiene como función decidir motivadámente, sobre la viabilidad & el
fundamento de las pretensiones jurídicas deducidas por las partes.
Solo la resolución por parte de un profesional en derecho, asegura
la actuación efectiva de la ley y el respeto de los derechos
fundamentales del ciudadano. La potestad decisoria es compleja y
su trascendencia está en los efectos que puede producir, por esa
razón, como defecto absoluto califica el legislador, los defectos
concernientes al nombramiento, capacidad y constitución de los
jueces."
En el caso particular de los allanamientos, se tomará en
consideración las pautas dispuestas por el artículo 47 del Código
Procesal Penal, respecto de la circunscripción judicial dónde deba
ejercer sus funciones un determinado juez o bien un tribunal, de
tal forma que el representante del Ministerio Público, por
ejemplo, conozca exactamente ante cuál órgano jurisdiccional del
territorio nacional debe gestionar su solicitud para realizar un
allanamiento.”3
2. Normativa
a. Constitución Política4
Artículo 23.-
El domicilio y todo otro recinto privado de los habitantes de la
República son inviolables. No obstante pueden ser allanados por
orden escrita de juez competente, o para impedir la comisión o
impunidad de delitos, o evitar daños graves a las personas o a la
propiedad, con sujeción a lo que prescribe la ley.
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b. Ley de Pensiones Alimentarias5
Artículo 26.- Allanamiento
Cuando el deudor alimentario se oculte, podrá ordenarse allanar el
sitio donde se encuentre. El allanamiento se llevará a cabo con
las formalidades del Código de Procedimientos Penales, previa
resolución que lo acordare.
c. Código Procesal Penal6
Artículo 193.- Allanamiento y registro de morada
Cuando el registro deba efectuarse en un lugar habitado, en sus
dependencias, casa de negocio u oficina, el allanamiento y
registro será realizado personalmente por el juez y deberá
iniciarlo entre las seis y las dieciocho horas.
Podrá procederse a cualquier hora cuando el morador o su
representante consienta o en los casos sumamente graves y
urgentes. Deberá dejarse constancia de la situación de urgencia en
la resolución que acuerda el allanamiento.
Artículo 195.- Contenido de la resolución que ordena el
allanamiento
La resolución que ordena el allanamiento deberá contener:
a) El nombre y cargo del funcionario que autoriza el
allanamiento y la identificación del procedimiento en el
cual se ordena.
b) La determinación concreta del lugar o los lugares que
habrán de ser registrados.
c) El nombre de la autoridad que habrá de practicar el
registro, en el caso de que la diligencia se delegue en el
Ministerio Público o en la policía, por proceder así
conforme lo dispuesto en este Título.
d) El motivo del allanamiento.
e) La hora y la fecha en que deba practicarse la
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diligencia.
Artículo 196.- Formalidades para el allanamiento
Una copia de la resolución que autoriza el allanamiento será
entregada a quien habite o posea el lugar donde se efectúe o,
cuando esté ausente, a su encargado, y, a falta de este, a
cualquier persona mayor de edad que se halle en el lugar. Se
preferirá a los familiares.
Cuando no se encuentre a nadie, ello se hará constar en el acta.
Practicado el registro, en el acta se consignará el resultado, con
expresión de las circunstancias útiles para la investigación.
La diligencia se practicará procurando afectar lo menos posible la
intimidad de las personas.
El acta será firmada por los concurrentes; no obstante, si alguien
no la firma, así se hará constar.
3. Jurisprudencia
a. Legalidad del Allanamiento en Materia de Pensiones
Aliemntarias
“Presenta el recurrente acción de inconstitucionalidad contra el
artículo 20 de la Ley de Pensiones Alimenticias por violar lo
dispuesto en el artículo 23 constitucional al autorizar lo
siguiente:
En casos muy calificados de ocultación del deudor de alimentos, a
fin de evitar el apremio, podrán ordenar el allanamiento, que se
llevará a cabo con las formalidades que contiene el Código de
Procedimientos Penales y previa resolución que lo acordare.
- Considera importante esta Sala, previo a la resolución de esta
acción de inconstitucionalidad interpuesta, clarificar los tres
conceptos medulares, que a nuestro criterio, se encuentran dentro
de esta problemática y son los que fundamentan el resultado de la
misma, cuales son:
1. Naturaleza de la deuda alimentaria.
2. Concepto de allanamiento de morada.
3. La inviolabidad del domicilio.
- LA DEUDA ALIMENTARIA: Es este primer concepto imprescindible en
su definición, ya que el recurrente aduce en la interposición de
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la acción, que la pensión alimenticia es una deuda civil y por lo
tanto, se encuentra fuera de la esfera coercitiva que las
autoridades judiciales poseen para dictar allanamientos para su
cumplimiento. En primer plano, debemos señalar que la deuda
alimentaria no es en sí misma una deuda civil, ya que a la misma,
a pesar de ser una obligación patrimonial, le alcanzan los
caracteres fundamentales propios de la materia alimentaria,
diversos de las obligaciones meramente patrimoniales comunes, las
cuales tienen su base en los contratos o fuentes generales de las
obligaciones, en tanto la obligación de dar alimentos se deriva de
las vínculos familiares que impone ya sea el matrimonio, la patria
potestad o bien el parentesco, obligación dentro de la cual se
encuentran incluidos todos aquellos extremos necesarios para el
desarrollo integral de los menores o la subistencia de los
acreedores de alimentos.
- ALLANAMIENTO DE MORADA: Como segundo aspecto, es importante
diferenciar entre el allanamiento como acto procesal que se
realiza a gestión de parte -en el cual debe efectuarse un análisis
comprobatorio de los presupuestos previstos por el legislador y
que fundamentan su validez-, y el allanamiento de morada
constitutivo de una conducta típica, los que, sin embargo en este
caso, se encuentran íntimamente ligados entre sí, de conformidad
con lo que en posteriores considerandos se expondrá.
Desde la primera perspectiva, doctrinariamente se ha considerado
el allanamiento de un domicilio como el acto por el cual la
autoridad, en función de tal, penetra en un recinto considerado
como privado, contra o sin la voluntad del titular, siendo
legítimo cuando la autoridad lo practica en los casos previamente
determinados por ley y con las formalidades requeridas por ella,
sea, que haya sido dispuesto por un juez competente y
fundamentando la necesidad del mismo, exhibiéndose dicha orden al
titular o bien a cualquier otra persona mayor de edad que allí se
encontrare, debiéndose realizar el registro en presencia de ellas
y levantando acta de lo actuado, considerándose que la omisión del
cumplimiento de alguna de las formalidades puede tornar ilícito el
allanamiento (ver formalidades del allanamiento, art. 213 del
Código de Procedimientos Penales). Asimismo, deviene en ilegal
cuando se realiza fuera de los presupuestos taxativamente
establecidos por las reglamentaciones procesales, o sin la
presencia del juez que lo dictó. Es así que cuando en materia
alimentaria nos referimos al allanamiento debemos entender que se
trata del allanamiento de morada regulado en el artículo 210 del
Código de Rito. También es importante para la resolución de este
asunto comprender que el allanamiento de morada -el cual puede ser
ordenando en casos excepcionales en esta materia como bien lo
indica el artículo cuestionado- tiene como fin el cumplimiento de
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una orden de apremio corporal, dictada en contra de un deudor
alimentario quien ha sido requerido para su cumplimiento por
Autoridad competente, por encontrarse en mora con dicha obligación
y que, amén de ello, es imposible su aprehensión, pues éste evade
la acción de la justicia con su ocultamiento.
Es importante, a nuestro criterio, separar también, para efectos
de estudio y comprensión, los dos elementos que integran el
allanamiento de morada, ya que por un lado debemos conceptualizar
-como ya lo ha hecho esta Sala- el significado de allanamiento y,
por otro, la figura de la morada como elemento de éste, sin perder
de vista su gran trascendencia y configuración histórica, pues
recordemos que el allanamiento de morada fue desconocido por el
derecho romano y cuando se incriminó, se hizo dentro de una noción
amplísima del derecho del delito de iniuria en la Ley Cornelia, no
debiendo olvidarse el carácter sagrado que le fue atribuido a la
domus romana como receptáculo de los dioses y lares y penates, y
no fue sino hasta la Edad Media que con los pueblos germánicos se
inicia una nueva y más ideal noción de morada. Por su parte, el
derecho penal en la Alta Edad Media destacó el papel central que
cumplía el concepto de paz, el que puede referirse a la paz común
y a las paces especiales y, dentro de estas últimas, inmersas la
paz doméstica y la paz de la casa (pax domus).
Es importante, asimismo, para estos efectos destacar la íntima
relación existente entre la seguridad y la paz de casa, a la cual
el derecho germánico le da inclusive un cierto carácter sagrado,
pues dentro de ella se trataba de proporcionar y hacer posible la
seguridad personal de los ciudadanos en la casa habitada o bien
donde se mora, frente a los ataques violentos de los particulares
y de los funcionarios públicos inherentes al sistema de
convivencia imperante en aquella época, aspectos éstos recogidos
por sobre todo en el Derecho foral español, el cual además
diferenciaba entre:
a) El quebrantamiento, el cual comprendía que toda entrada en la
casa puede considerarse ilegal, ya sea porque se realizara contra
la voluntad del dueño o bien por las intenciones nocivas del
agente respecto a los moradores y,
b) El encerramiento, que consistía en el ataque violento a la casa
desde el exterior.
Desde esta panorámica histórica debemos observar la importancia de
dichas ideas y concluir que los términos paz de la casa y
seguridad personal del ciudadano son los antecedentes claros del
concepto de allanamiento de morada. Este antecedente histórico
permite, asimismo, destacar el aporte que éste tuvo en las
declaraciones medievales sobre derechos individuales y libertades,
las que pueden situarse en la esfera de la libertad personal y
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garantías individuales, considerándose aquél como el hilo
conductor de las modernas declaraciones de los derechos
fundamentales del hombre.
Dentro de este marco del allanamiento de morada debemos, asimismo,
definir dentro de nuestro sistema de derecho cuál es el bien
jurídico protegido por el delito de allanamiento de morada,
íntimamente relacionado con el punto que nos atañe, y a este
respecto debemos señalar que dos han sido las posiciones
doctrinarias más relevantes:
a) La que considera que en el delito de allanamiento de morada se
protege la libertad de la voluntad y
b) Aquella que considera que lo es la libertad individual
localizada. Dentro de los seguidores de esta tesis se llega a la
conclusión de que lo que se protege en realidad con ello es la
intimidad personal.
Por último, es dentro de una concepción puramente formalista -que
existe en un sector de la doctrina penal española- que surgió la
consideración de que el bien jurídico protegido es la libertad y
seguridad del individuo, llegándose a estimar inclusive, que es la
seguridad de las personas lo protegido por el Derecho.
Regresando al concepto de la intimidad como bien tutelado por el
Estado, nos econtramos ante dificultades de definición de su
contenido, pero sin duda alguna ello se traduce en un problema de
libertad personal, aludiéndose en especial a la relación persona-
ambiente, es decir, en la morada aparece la persona reflejada en
una cierta esfera espacial tendiente a presevar el carácter
íntimo, doméstico o cuando menos privado de determinados
comportamientos subjetivos. En síntesis, este concepto alude a una
serie de perfiles de la vida privada del ciudadano como el de
protección de la inviolablidad del domicilio _tercer elemento de
este análisis_, y al cual nos referiremos posteriormente, aspecto
este invocado por el recurrente para alegar la
inconstitucionalidad del artículo 20 de la Ley de Pensiones
Alimenticias N° 1620 de 5 de agosto de 1953, reformada por leyes
Nos. 1686 de 13 de noviembre de 1953, 3051 de 31 de octubre de
1962 y 5476 de 21 de diciembre de 1973.
Sin dejar de lado la importancia que podría implicar el concepto
de intimidad como bien jurídico en otras áreas del derecho,
considera importante esta Sala analizarlo, para la mejor
comprensión y resolución de este asunto, desde el plano
constitucional.
El Tribunal Constitucional español ha considerado que la
protección constitucional al domicilio es una protección de
carácter instrumental, que defiende los ámbitos en que se
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desarrolla la vida privada de la persona.
Este fundamento constitucional del derecho a la vida privada,
genéricamente entendido, se encuentra en los derechos
fundamentales de la dignidad humana y del libre desarrollo de la
personalidad y es así como cierta parte de la doctrina española lo
delimita como un auténtico derecho individual, que debe garantizar
al individuo, desde su dignidad de hombre y en interés de su libre
desarrollo, una esfera de vida elemental.
Ha de tenerse muy en cuenta que la intimidad considerada como uno
de los bienes inmersos dentro de los derechos de la personalidad,
es decir, como uno de los derechos supremos del hombre que le
garantizan el goce de uno de sus bienes personales, se encuentra
consagrada en los artículos 23 y 24 constitucionales.
- INVIOLABILIDAD DE DOMICILIO: Señala el Artículo 23
constitucional:
El domicilio y todo otro recinto privado de los habitantes de la
república son inviolables. No obstante pueden ser allanados por
orden escrita de juez competente, o para impedir la comisión o
impunidad de delitos, o evitar daños graves a las personas o a la
propiedad, con sujeción a lo que prescribe la ley.
Conforme lo señalado en el considerando anterior, la intimidad y
el derecho a la vida privada constituyen el fundamento
constitucional de la protección del domicilio; sin embargo, como
ya señaló esta Sala en el voto 2942-92:
...ningún derecho individual ni ninguna libertad son tan
ilimitados que no estén restringidos por la necesidad de proceder
a la defensa de los intereses individuales opuestos, o con mayor
motivo de la colectividad. De ahí que se haya previsto la
posibilidad de entrar en el domicilio ajeno contra la voluntad,
aún expresa, de su dueño, sin que ello signifique atentar contra
esa inviolabilidad...
De la norma constitucional citada, se desprende entonces lo
señalado anteriormente, sea, que en el tanto la orden de
allanamiento sea dictada correctamente por juez competente para
ello, no se estaría incurriendo en violación de un recinto
privado, pues como bien lo señaló el voto citado:
...Las violaciones a la Constitución no se miden en el tanto
perjudique o beneficie al ciudadano, sino en el tanto y cuanto se
haga lo que la Constitución no quiere que se haga.
Ahora bien, es importante vincular los aspectos anteriormente
citados sobre el allanamiento de morada, la inviolabidad del
domicilio y la deuda alimentaria, con la pretendida
inconstitucionalidad del artículo 20 de la Ley de Pensiones
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Alimenticias, pues a criterio del recurrente, viola el artículo 23
de nuestra Carta Fundamental, ya que aduce, por un lado, que no se
trata de materia penal, sino que la materia de familia debe ser
enmarcada dentro del campo del derecho civil, a la que no le es
aplicable las disposiciones del allanamiento por estar
restringidas al ámbito meramente penal; además considera que su
asunto es muy sui generis. Los argumentos dados por el gestionante
carecen de validez, toda vez que la interpretación constitucional
que da a la norma cuestionada es incorrecta. En cuanto a este
punto es importante recordar que si bien es cierto la deuda
alimentaria -y las consecuencias por su incumplimiento- no
proceden de un asunto penal, debemos tomar en consideración que
entratándose de asuntos en los cuales se encuentra de por medio
derechos de la familia o de los menores, la Constitución Política
establece protecciones sobre ellos, protecciones que imponen, en
caso de incumplimiento, restricciones -inclusive en cuanto a la
libertad personal se refiere- y en la especie, a la inviolabilidad
del domicilio consagrada en el artículo 23 constitucional como
derivación de aquel incumplimiento. Estos derechos encuentran
además protección en el artículo 7, inciso 7 del Pacto de San
José, el cual desarrolla lo referente a los derechos a la libertad
personal, con la excepción o restricción dicha. Es así como el
artículo citado señala:
7. Nadie será detenido por deudas. Este principio no limita los
mandatos de autoridad judicial competente dictados por
incumplimientos alimentarios.
Vemos en consecuencia, que la orden de allanamiento que contempla
el artículo cuestionado como inconstitucional, aun cuando remite a
regulaciones procedimientales penales que deben observarse bajo
pena de nulidad -conforme lo establece el numeral 213 del Código
de Procedimientos Penales-, y la cual debe ser emitida únicamente
en casos de excepción (Art. 20. de la Ley de Pensiones
Alimenticias), no lo hace incurrir en el vicio de
inconstitucionalidad alegado, ya que es menester aclarar que si
bien es cierto el juez que dicta el allanamiento de conformidad
con el artículo 20 cuestionado, no lo es el Juez de Instrucción,
sino el juez que conoce del incumplimiento alimentario, debemos
interpretar con claridad que cuando el artículo 23 constitucional
hace referencia a juez competente no define que sea necesariamente
un juez de la materia penal, sino el que la ley considera como
competente para conocer del caso concreto, de manera que el
allanamiento, no solo es posible -como erróneamente lo interpreta
el recurrente-, para perseguir un delito o recabar pruebas en
relación con éste, sino que la norma constitucional deja abierta
al legislador la posibilidad de que, en los casos en que se
considere necesario, pueda ordenarse allanamiento en otras ramas
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Convenio Colegio de Abogados – Universidad de Costa Rica
del Derecho y con mucho más razón si se trata de la protección del
derecho de alimentos constitucionalmente tutelado. Por todo lo
expuesto, el artículo 20 de la Ley de Pensiones Alimenticias N°
1620 de 5 de agosto de 1953 y sus reformas no deviene en
inconstitucional, debiendo declarse, en consecuencia, sin lugar la
acción interpuesta por el recurrente.”7
FUENTES CITADAS:
Dirección Web http://cijulenlinea.ucr.ac.cr/ Teléfono 207-56-98
E-mail:
[email protected]1 DUARTES Delgado, Edwin y SEGURA Montero, Francisco. El allanamiento de
domicilio y otros recintos. 1° Edición. Editec Editores S. A. san
José, 1996. pp. 13-14.
2 DUARTES Delgado, Edwin y SEGURA Montero, Francisco. El allanamiento de
domicilio y otros recintos. 1° Edición. Editec Editores S. A. san
José, 1996. pp. 15-16.
3 MUÑOZ Con, Carolina y RUIZ Ugalde, Alfonso. El Allanamiento en el
Derecho Penal Costarricense y su Incidencia en los Derechos
Fundamentales. Tesis para optar al grado de Licenciatura en Derecho.
San José, Costa Rica: Universidad de Costa Rica, Facultad de Derecho,
2002. pp. 20-24.
4 CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA DE COSTA RICA, 7 de noviembre de
1949.
5 Ley Número 7654. Costa Rica, 19 de diciembre de 1996.
6 Ley Número 7594. Costa Rica, 10 de abril de 1996.
7 SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Resolución No.
1620-1993, de las diez horas del dos de abril de mil novecientos
noventa y tres.