Estrategias para Generar Climas Emocionales Positivos en el aula.
La clave de la neuroeducación consiste en aprovechar al máximo los conocimientos sobre el
funcionamiento cerebral para enseñar y aprender potencializando al máximo el logro y la
eficacia en los procesos. A continuación, se presentan “ocho estrategias fundamentales
basadas en el funcionamiento del cerebro”.
1.- NEUROGÉNESIS.
Como es de nuestro conocimiento el cerebro humano es un órgano con la capacidad
de adaptar su actividad y cambiar su estructura de forma significativa a lo largo de la vida,
aunque resulta más eficiente en los primeros años de desarrollo (periodos sensibles para el
aprendizaje). Si toda experiencia modifica, fortalece o debilita las sinapsis que conectan las
neuronas, por tanto, la regeneración neuronal es posible a cualquier edad ya que el individuo
esta siempre expuesto a múltiples experiencias. Aunque se considera que el cerebro es único
y particular (aunque la anatomía cerebral sea similar en todos los casos) resulta;
imprescindible la necesidad de conocer a profundidad la diversidad del alumnado, con la
intención de; diseñar instrumentos, técnicas y parámetros flexibles que evalúen y monitoreen
dichas conexiones con la mayor veracidad posible, siendo estos mas certeros y situados a las
realidades.
De modo que la plasticidad cerebral es trascendental pues posibilita la mejora de
cualquier alumno y en concreto, puede actuar como mecanismo compensatorio en
trastornos del aprendizaje como la dislexia y el TDAH. Para ello los profesores deberán
crear altas expectativas siempre positivas y no le han de condicionar actitudes pasadas
negativas.
La ciencia está en continua evolución. Hasta hace pocos años se creía que nuestro
cerebro era estático e inmutable, que nacíamos con un número determinado de neuronas que
iban perdiéndose con el paso del tiempo y que nuestros genes heredados condicionaban
nuestra inteligencia. Actualmente, debido al progreso de los experimentos realizados por la
moderna Neurociencia, sabemos que existe la Neuroplasticidad, una propiedad del Sistema
Nervioso que le permite adaptarse continuamente a las experiencias vitales. Nuestro cerebro
es extraordinariamente plástico, pudiéndose adaptar su actividad y cambiar su estructura de
forma significativa a lo largo de la vida. La experiencia modifica nuestro cerebro
continuamente, fortaleciendo o debilitando las sinapsis que conectan las neuronas. Este
proceso se conoce como aprendizaje. Independientemente del declive natural que conlleva la
vejez, el aprendizaje se puede producir a cualquier edad, somos capaces de generar nuevas
neuronas y nuestra inteligencia no es fija ni inmutable.
Desde la perspectiva educativa, el concepto de plasticidad cerebral constituye una
puerta abierta a la esperanza porque implica que todos los alumnos pueden mejorar. Aunque
existan condicionamientos genéticos, sabemos que el talento se construye con esfuerzo y una
práctica continua. Y nuestra responsabilidad como docentes radica en guiar y acompañar a
los alumnos en este proceso de aprendizaje y crecimiento continuo, no sólo para la escuela
sino, también y, sobre todo, para la vida.
Neuronas espejo e imitación: Las neuronas espejo tienen un papel imprescindible en la
comprensión de las conductas de los otros (aprendizaje social), en el aprendizaje por
imitación y en el procesamiento del lenguaje. Su papel en la evolución del lenguaje es muy
importante, ya que permiten la imitación de la vocalización y la interpretación de las
intenciones.
La imitación acelera el proceso de aprendizaje y multiplica las oportunidades; por lo
que es aconsejable que los alumnos con dificultades de aprendizaje aprendan por imitación,
ya que es más rápido que si sucede por descubrimiento individual, y más efectivo que el
obtenido por ensayo-error; lo que conlleva a un aumento de la autoestima que en este tipo de
alumnado suele ser muy baja. Es necesario remarcar que la imitación no es una simple copia
de lo que se observa, sino que sucede recreando los objetivos e intenciones de la persona
imitada. Destacar, en este sentido, el trabajo cooperativo como opción donde los alumnos
con más facilidades para desarrollar ciertas tareas educativas pueden colaborar con los
compañeros que muestran más dificultades, lo que resulta beneficioso para todo el grupo en
general, aumenta la motivación y la autoestima del grupo-clase.
2. LAS EMOCIONES SÍ IMPORTAN:
Según (Damasio, 1994) “a través de la Neurociencia se ha demostrado que las
emociones mantienen la curiosidad, sirven para comunicarse y son imprescindibles en los
procesos de razonamiento y toma de decisiones, es decir, los procesos emocionales y los
cognitivos son inseparables.”
En el día a día los seres humanos estamos expuestos a un sin de experiencias
sensoriales, a través de las cuales interactuamos en contextos emocionales, por una parte
tenemos contextos emocionales positivos que estimulan y facilitan la memoria y el
aprendizaje, en contra parte se puede interactuar en contextos emocionales negativos que
podemos identificar claramente que las personas están sumergidas en un estrés crónico, por
tanto, la amígdala (una de las regiones cerebrales clave del sistema límbico o “cerebro
emocional”), se atrofia lo que dificulta el paso de información del hipocampo a la corteza
prefrontal, sede de las funciones ejecutivas. Desde esta perspectiva “la Educación
Socioemocional no solo contribuye al bienestar social y personal, sino que propicia las
condiciones para que el aprendizaje sea placentero, significativo y duradero”.
Por consiguiente, las emociones se “gestionan no se erradican, bajo esta premisa,
los docentes tenemos la gran tarea de generar climas emocionales positivos, a través de la
escucha activa, poner de manifiesto interés en lo que los alumnos piensan, sienten y realizan,
fomentando con ello, un ambiente de respeto en donde todos se sientan seguros, para ello la
empatía es fundamental para educar desde la comprensión.
Los programas de educación emocional y social han de ayudar a los niños, mediante
un código ético y moral adecuado, a aprender a aprender. Y en este aprendizaje para la vida,
la escuela (siempre en colaboración con la familia y la comunidad) ha de estar cada vez más
comprometida con la vida cotidiana aportando una enseñanza relevante y crítica. El profesor,
es el instrumento didáctico más potente, ha de ser el impulsor de este cambio generando
climas de aprendizaje positivos. Fomentando un mayor control emocional y más empatía,
impulsando una mejora en nuestras relaciones con los demás y así promover una sociedad
más justa. Y, por supuesto, las competencias emocionales y sociales no han de sustituir a las
competencias cognitivas, sino que las han de complementar. Una muestra más de
cooperación y progreso conjunto, tan imprescindibles entre los ciudadanos de la sociedad
actual.
Por otra parte, el análisis de pacientes con lesiones cerebrales ha determinado qué
regiones son determinantes en la adquisición de las competencias socioemocionales o en lo
que se conoce como inteligencia emocional (Bar-On, 2003): la región ventromedial de la
corteza prefrontal (autocontrol), la amígdala derecha (autoconciencia social) o la región
derecha de la corteza insular (empatía). Problemas en estas regiones cerebrales específicas
conllevan “dificultades para tomar las decisiones adecuadas y estas personas son menos
efectivas para controlar y regular sus emociones, les cuesta más mantener una actitud
positiva y optimista y obtienen peores resultados académicos”.
La conclusión, es que no existe un área cerebral exclusiva que determine la inteligencia, sin
embargo, se puede deducir que;
✓ La inteligencia cognitiva depende más de las estructuras corticales que permiten las
funciones ejecutivas (corteza prefrontal),
✓ Mientras que la inteligencia socioemocional depende más de la estructura subcortical
(sistema límbico) que favorece el procesamiento emocional.
Los escáneres cerebrales han demostrado que cuando alguien está muy alterado la
amígdala está muy activada (LeDoux, 1999), así como la corteza prefrontal derecha respecto
a la izquierda (Davidson, 2012). Para afrontar este tipo de “secuestros emocionales”
negativos que conllevan una gran activación de la amígdala se pueden ofrecer planteamientos
cognitivos como el autorrebatimiento (¿por qué me pasa esto?) o se ha de recurrir a la
empatía. Otro tipo de estrategias mentales pueden ser también efectivas si se practican con
regularidad, como la meditación o la relajación corporal.
Estrés y rendimiento.
Sabemos que el estrés afecta al aprendizaje. Un cierto nivel de estrés es beneficioso
porque evita el aburrimiento y la complacencia, pero para que el aprendizaje sea óptimo el
nivel de estrés no puede ser excesivo porque puede provocar ansiedad o agotamiento (ley de
Yerkes y Dodson).
Los niveles de estrés crónicos se traducen en elevados niveles de la hormona
catabólica (cortisol), lo que puede afectar negativamente a la memoria porque el hipocampo
tiene muchos receptores de esta hormona. Se sabe además que, en esta situación de estrés
crónico, “se ven afectadas las capacidades lingüísticas, la creatividad, las habilidades
sociales o los procesos relacionados con la neurogénesis”. En una situación de estrés muy
intenso se activan muchos circuitos emocionales irrelevantes que afectan a la ejecución de
las tareas desarrolladas (Goleman, 2012).
Resulta interesante mencionar las cinco grandes destrezas pertenecientes a las áreas
intrapersonal e interpersonal según plantea: (Bisquerra, 2010; Pérez González y Pena, 2011)
• Autoconciencia: nos permite reconocer nuestras propias emociones y sentimientos.
• Regulación emocional: hay que saber gestionar las emociones, no erradicarlas.
• Empatía: hay que aprender a ponerse en la piel de los demás.
• Habilidades sociales: nos permiten aprender a relacionarnos con los demás.
• Habilidades para la vida: nos sirven para afrontar los retos que nos plantea la vida
cotidiana y construyen nuestro bienestar personal y social.
Efecto Pigmalión en el aula. (Rosenthal)
El efecto Pigmalión hace referencia a cómo las expectativas del profesor sobre el
alumno pueden condicionar su comportamiento hacia él y mejorar su evolución académica.
Se consideran cuatro factores determinantes que permiten explicar cómo las expectativas del
profesor pueden transmitirse a los alumnos de los que se espera más:
1) Se genera un clima emocional más cercano. Esto principalmente se debe a la utilización
de un lenguaje no verbal inconsciente que permite transmitir las emociones a través de gestos,
expresiones faciales, tono de voz, miradas, sonrisas, … Esta comunicación no verbal
constituye un complemento imprescindible del lenguaje verbal oral y permite al alumno
captar y reaccionar ante los mensajes transmitidos por el profesor.
2) Se enseña más materia. Las expectativas creadas en la capacidad del alumno hacen que el
profesor se esfuerce más para explicar nuevos contenidos académicos y sea más exigente con
el alumno del que espera más. Esto no ocurre con los alumnos que el profesor cree que son
menos inteligentes.
3) Se les pregunta más. El profesor confía más en las respuestas de estos alumnos, por lo que
se les pregunta más y con mayor grado de dificultad. Les ayuda más en las respuestas al
sugerirles alternativas, les interrumpe menos, les da más oportunidades de respuesta y más
tiempo para responder.
4) Se les elogia más. Cuanto más se cree en el niño más se le alaba para que pueda obtener
el mejor resultado. Si el profesor no cree en la capacidad del alumno puede aceptar una
respuesta incorrecta o incompleta.
A continuación, enumeramos algunos factores críticos que el profesor ha de considerar para
potenciar la autoestima de sus alumnos:
1) Asumir que todos tenemos capacidades.
2) Adaptar las tareas a las posibilidades del alumno.
3) Fomentar la participación.
4) Reconocer el esfuerzo realizado (el éxito se debe al esfuerzo no a la capacidad).
5) Enseñar que el error forma parte del proceso de aprendizaje.
6) Centrarse en las fortalezas del alumno no en sus carencias.
7) Adoptar una perspectiva optimista y un estilo más positivo (ya sabemos que nuestras
creencias condicionan nuestros comportamientos).
Si no se facilitan expectativas de logro y el alumno atribuye su éxito académico a
acontecimientos que no puede controlar, ya sean externos (“el profesor me odia”) o internos
(“yo no valgo para las matemáticas”), se puede provocar indefensión aprendida, sobre todo
si la autoestima es baja. Esta situación conlleva apatía casi total y una pasividad permanente.
Curiosamente, la mayoría de las decisiones en el ámbito escolar relacionadas con el
aprendizaje están fuera del control del alumno.
3. LA NOVEDAD ALIMENTA LA ATENCIÓN.
Los seres humanos somos curiosos por naturaleza y es esta condición la que activa
las emociones que alimentan la atención y facilitan el aprendizaje. Las neuronas
dopaminérgicas se activan cuando el organismo tiene una determinada expectativa y la
respuesta conductual es mejor de lo que se espera. Es decir, anticipar la recompensa a nivel
neuronal como en el conductual, contribuye a un mejor logro de los aprendizajes. Sin
embargo, La atención representa uno de los factores cruciales en la crisis educativa actual.
Una de las estrategias más efectivas para optimizar la atención en los niños menores,
es emplear los primeros minutos de la clase para enseñar los contenidos más importantes para
luego seguir con sesiones que oscilen entre 10 y 15 min. De igual manera, por su parte el
docente tiene que desempeñar un papel activo que se mueva por el aula y cambie el tono de
voz, ya que los contrastes sensoriales despiertan y mantienen la atención del alumno.
La gimnasia-mental, en un estado relajado, la atención y la memoria se encuentran
en una situación favorable para facilitar el aprendizaje. Ahora bien, los docentes no hemos
de pretender que nuestros alumnos presten atención basándose, únicamente, en su fuerza de
voluntad. Asumiendo que la perseverancia y el sentido del deber (poco asumido en una
cultura del éxito sin esfuerzo) desempeñan un papel importante en la realización de tareas,
“hemos de intentar generar procesos de atención espontánea a través de la motivación.”
Tras considerar la importancia de la meditación en el desarrollo cerebral y en el
sistema inmunológico, hemos de plantearnos si podemos integrar este tipo de entrenamiento
en la Educación. Como docentes, conocemos la importancia de vincular las habilidades
emocionales y sociales a las capacidades racionales de nuestros alumnos. Por su parte: Linda
Lantieri ha desarrollado proyectos en escuelas americanas, con resultados satisfactorios, en
los que utiliza la relajación corporal y la concentración mental para mejorar la capacidad de
atención y la concentración. Todo ello fomentando la empatía y la colaboración entre
alumnos. Así como el optimismo durante las actividades.
“La curiosidad, lo que es diferente y sobresale en el entorno, enciende la emoción. Y con
ella, con la emoción, se abren las ventanas de la atención, foco necesario para la creación
de conocimiento.”
4. EL EJERCICIO FÍSICO MEJORA EL APRENDIZAJE.
Ventajas que tiene El ejercicio físico al logro de los APRENDIZAJES:
✓ Mejora el estado de ánimo (la dopamina interviene en los procesos de gratificación)
y reduce el temido estrés crónico que repercute tan negativamente en el proceso de
aprendizaje.
✓ El ejercicio físico produce una activación de la neurogénesis en el giro dentado del
hipocampo, una región cerebral fundamental en los procesos de consolidación de la
memoria y el aprendizaje y, además, se ha comprobado un incremento de su
volumen.
✓ Promueve la Neuroplasticidad y la neurogénesis en el hipocampo, facilitando la
memoria de largo plazo y un aprendizaje más eficiente.
✓ A porta oxígeno al cerebro optimizando su funcionamiento, sino que genera una
respuesta de los neurotransmisores noradrenalina y dopamina que intervienen en los
procesos atencionales.
✓ Mejora el estado de ánimo, puede actuar como antidepresivo y reduce el estrés.
De modo que; en los Centros Educativos tendrán que implementar las siguientes acciones
a fin de contribuir al sano desarrollo intelectual y físico de sus estudiantes.
A. Potenciar las clases de educación física, dedicarles el tiempo suficiente y no
colocarlas al final de la jornada académica como se hace normalmente.
B. Fomentar las zonas de recreo al aire libre que permitan la actividad física voluntaria
y aprovechar los descansos regulares para que los alumnos puedan moverse.
C. Un simple ejercicio antes del comienzo de la clase mejora en los niños su
predisposición física y psicológica hacia el aprendizaje, con mayor motivación y
atención.
D. Junto a la actividad física, son muy importantes también la adecuada hidratación (se
ha de permitir a los niños beber agua en clase), hábitos nutricionales apropiados y
dormir las horas necesarias.
E. Impartir una enseñanza que tenga en consideración la actividad cerebral, con un
enfoque interdisciplinar que incluya el movimiento y la actividad física. Ya que la
salud física y mental lo requiere.
5. LA PRÁCTICA CONTINUA PERMITE PROGRESAR.
Cuanto más trabajamos un contenido, mejor permanece en la memoria, que es la
capacidad de adquirir y almacenar información muy variada. Nuestra identidad personal
viene determinada por lo que aprendemos y lo que recordamos, por lo que la memoria
constituye un recurso fundamental del ser humano que nos hace inteligentes y nos permite
compartir y transmitir la cultura.
Cabe señalar que el aprendizaje puede ser explícito o implícito. En el primero,
somos conscientes de lo que aprendemos y en el segundo no. En la práctica conviene utilizar
ambas estrategias para optimizar el aprendizaje. Los docentes sabemos que a menudo se
hacen explícitos conocimientos implícitos. Bajo esta premisa podemos aseverar que la
memoria se clasifica en 2 tipos, las cuales atienden a cómo se almacena y recuerda la
información:
1.- La memoria explícita; hace referencia al almacenamiento de información de hechos
generales (memoria semántica) y sucesos determinados de nuestra vida (memoria episódica).
Son recuerdos conscientes que pueden describirse con palabras y es a este tipo de memoria
al que suele referirse la gente cuando habla de memoria.
2.- La memoria implícita; hace referencia a los recuerdos inconscientes y adopta la forma
de hábitos, estrategias perceptivas o motoras y condicionamiento asociativo o no. Se expresa
de forma automática y es difícil de verbalizar.
Para optimizar el aprendizaje, el cerebro necesita la repetición de todo aquello que
tiene que asimilar. Es mediante la adquisición de toda una serie de automatismos como
memorizamos, pero ello requiere tiempo. La automatización de los procesos mentales hace
que se consuma poco espacio de la memoria de trabajo (asociada a la corteza prefrontal, sede
de las funciones ejecutivas) y sabemos que los alumnos que tienen más espacio en la memoria
de trabajo están más dotados para reflexionar (Willingham, 2011).
Según (Jesús C. Guillén); la optimización del aprendizaje requiere entrenamiento, es
decir, la repetición apropiada que permita la automatización y consolidación de hábitos
adecuados. Cuando la información es significativa se facilita el proceso. Tener presente que
la atención, la motivación y la implicación emocional nos permiten memorizar y aprender
mejor. En consecuente, el desempeño del docente juega un papel protagónico principal:
“facilitar estos factores”.
6. EL JUEGO NOS ABRE LAS PUERTAS DEL MUNDO.
La integración del componente lúdico en la escuela; resulta imprescindible porque estimula
la curiosidad y esa motivación facilita el aprendizaje.
El modelo de videojuego como herramienta de aprendizaje y enseñanza, resulta ser una de
las estrategias mas populares y recientes, ya que, estudios demuestran que la tendencia actual
del uso de videojuegos no es enemiga de la educación, sino más bien. Los juegos
insertan a los jugadores en un nivel de desafío alcanzable y recompensan el
esfuerzo y la práctica del jugador con el reconocimiento del progreso incremental
de los objetivos, no solo del producto final.
El combustible para este proceso es la experiencia de placer relacionada con
la liberación de dopamina. En un videojuego secuencial de varios niveles, la
retroalimentación del progreso suele ser continua, como la acumulación de puntos,
fichas visuales o efectos de sonido de celebración, pero la verdadera sacudida de
la recompensa de dopamina es en respuesta a que el jugador logre el desafío, la
solución, la secuencia, etc. necesarios para avanzar al siguiente y más desafiante
nivel del juego. Cuando el cerebro recibe esa retroalimentación de que se ha hecho
este progreso, refuerza las redes utilizadas para te ner éxito. A través de un sistema
de retroalimentación, ese circuito neuronal se vuelve más fuerte y duradero. En
otras palabras, se refuerza la memoria de la respuesta mental o física utilizada para
lograr la recompensa de dopamina.
7. EL ARTE MEJORA EL CEREBRO.
La instrucción musical o el teatro que tantas habilidades sociales, emocionales y
cognitivas son capaces de desarrollar deberían de formar parte de todo currículo educativo y
no, como ocurre frecuentemente, quedar como actividades complementarias y opcionales.
La práctica nos dice que, si un niño tiene habilidades para la música, ello contribuye
a la mejora en geometría y / o las capacidades espaciales, siempre y cuando el entrenamiento
sea intenso. Por su parte, el teatro y el baile desarrollan habilidades socioemocionales como
la empatía y son beneficiosos para la memoria semántica. Por ejemplo, al hablar en público
se genera noradrenalina, una sustancia que se sabe que interviene en los procesos
relacionados con: “la atención, la memoria de trabajo o el autocontrol”.
De modo que, al integrar y hacer arte en la escuela, ya sea, dibujar, pintar, tocar
música, escribir o bailar, el cerebro de los niños se pone en acción de una manera increíble.
Los científicos han descubierto que hacer arte activa partes del cerebro que ayudan a mejorar
nuestro bienestar emocional y mental. Al estar tristes o estresados, el arte puede ser como
una especie de terapia para nuestro cerebro.
Por tanto, el arte libera sustancias químicas en nuestro cerebro, como la dopamina y la
serotonina; sustancias químicas que hacen que nos sintamos mejor, es decir relajan nuestro
Sistema Nervioso y disminuye los niveles de estrés. El arte también puede ayudarnos a
expresar nuestras emociones, a veces, es difícil decir lo que sentimos con palabras, pero a
través del arte podemos contar mejor lo que nos pasa. Esto puede ser muy liberador y
ayudarnos a sentirnos mejor.
8. SOMOS SERES SOCIALES
Todas las personas necesitamos de los demás (somos seres sociales) porque nuestro cerebro
es social; necesitamos aprender a vivir con otros, a sentirnos parte de una sociedad, por tanto,
todo humano se considera social, ya que, su cerebro se desarrolla en contacto con otros
cerebros.
Lo que nos hizo realmente humanos fue el descubrimiento de las neuronas espejo, en este
sentido, resulta trascendental al observar como las neuronas motoras permitieron explicar
cómo se transmitió la cultura a través del aprendizaje por imitación y el desarrollo de la
empatía.
Se ha demostrado que los bebés con pocos meses de edad ya son capaces de mostrar actitudes
altruistas (Warneken, 2007), por lo que hemos de evitar en la educación la propagación de
conductas egoístas fruto de la competividad.
“El aprendizaje del comportamiento cooperativo” se construye en el día día con una
comunidad en la que impera la comunicación y en la que podemos y debemos actuar
libremente. Cuando se colabora se libera más dopamina y ya sabemos que este
neurotransmisor facilita la transmisión de información entre el sistema límbico y el lóbulo
frontal, favoreciendo la memoria a largo plazo y reduciendo la ansiedad.
La “excelencia en la educación requiere profesores vocacionales que puedan mostrar:
entusiasmo por su materia y afecto por sus alumnos.” Cerebro y corazón en plena
consonancia…