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UNA-NAVIDAD-DIFERENTE-FINAL

Obra de teatro corto

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Kenneth Burgara
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Escenario: Al abrirse el telón la escena representa el comedor de una casa, sencillo

pero bien arreglado. Habrá una mesa con sillas y algún otro mueble adecuado que
las circunstancias permitan ubicar adecuadamente. En caso de disponer de poco
espacio, el telón de fondo en el que algunos muebles estarán pintados permitirá
resolver el problema y completar el decorado. Un texto bíblico en un cuadro bien
visible indica al auditorio desde el mismo comienzo la condición de creyentes de los
moradores de la casa.

(La madre, vestida informalmente y con delantal, entra por un costado con
elementos para completar el arreglo de la mesa para una comida. Mientras
acomoda el mantel, platos, copas, etcétera, tararea suavemente alguna canción
sencilla. Por el mismo costado entra Sara con elementos para seguir adornando el
árbol de Navidad, el que ya estará semiarreglado en un lugar adecuado.)

SARA. —¡Cuánto trabajo cuesta tener preparadas las cosas!


¿ Verdad, mamá?
(Continúan trabajando cada una en su tarea.)

MADRE. —Créeme, hija mía, que estoy muy cansada. Me levanté muy temprano
esta mañana y no he parado ni un momento hasta ahora. A mediodía apenas tuve
ganas de comer un bocado y. .. ¡lo que falta todavía!

SARA. —Pues habrá que darse prisa, mamá, porque son casi las cuatro, y el tío y
los muchachos prometieron venir temprano. (Pausa.) ¡Qué lindo es celebrar la
Nochebuena!, ¿verdad, mamá? No se siente el cansancio de los preparativos.
(Afuera se oye golpear las manos.)

ELVIRA. (Desde afuera.) -¿Se puede?

MADRE. —¡Adelante, doña Elvira! (Elvira entra.) ¿Qué tal van esos preparativos en
su casa? Porque supongo que hoy vendrán todos y celebrarán la Nochebuena
juntos, ¿verdad?

ELVIRA. —Sí, así es. Esperamos a los hijos y a nuestros nietecitos que siempre
son motivo de mucha alegría para nosotros. Pero, con toda sinceridad, muchas
veces desearía que no llegara esta fecha. ¿Saben lo cansada que estoy? (Con
vehemencia.) Los viajes que he hecho al mercado, al almacén, a la panadería, qué
sé yo a cuántos lugares. .. ¿ el dinero? ¡Por favor! He gastado tanto y pienso que
todavía no termino de comprar todo lo que tengo anotado. ¡Es terrible!

MADRE. —No me lo diga. ¿Se fijó en lo caro que está todo?


Nosotros también llevamos gastada una pequeña fortuna en las compras de tantas
cosas: regalos, pan dulce, las cosas para la cena.
SARA. (Con gestos adecuados.) —¡Bueno, bueno, por favor, no hagan un drama
ahora! Esta noche es Nochebuena y no es noche de dormir. Vamos, alegrense,
viejitas, que es lo único que debe reinar hoy. ¡Alegría, mucha alegría!

ELVIRA. (Cariñosamente.) —¡Ah! ¡La juventud! Nunca piensa


con seriedad en nada.

ELVIRA. —Bueno, yo me voy, pues todavía me faltan muchas cosas por hacer.
Hasta luego, queridas, y ¡feliz Nochebuena!

SARA. —Gracias, doña Elvira, igualmente para ustedes. Yo voy


a ayudarte, mamá.

(Mientras canta bajito, acomoda la mesa como dando los últimos toques a todo:
sillas, manteles, copas, etc. Ha cambiado visiblemente su indumentaria por otra
apropiada para lo que sigue.)

MADRE. (Como hablando consigo misma.) "Ya pronto comenzarán a llegar. (Mira
su reloj.) ¡Oh, ya son las ocho y media!"
(Por el costado en que se supone está la calle, entran alegremente Isabel y Julio.)

ISABEL. —¿Qué dice la mamita linda? Seguro que está muy cansada, ¿verdad?
Bueno, venimos a ayudarte. .. (Ambos se abrazan con cariño.)

MADRE. (Simulando enojo.) —¡A buena hora vienen ustedes a ayudar! ¡Ya está
todo listo! ¿En dónde han estado toda la tarde?

JULIO. —Bueno. .. Yo estuve un ratito con don Carlos.

MADRE. (Con picardía.) -¿Con don Carlos o con su hija Raquel?

JULIO. (Con rubor.) -Mamá!!!.

TIO. (Entrando de la calle.) -¡Hola, hola! ¿Qué están haciendo mi querida hermana
y mis queridos sobrinos? (Se saludan con naturalidad pero con visible afecto.)

ISABEL. —¡ Feliz Nochebuena, tío!

TIO: —Gracias, y lo mismo digo para todos ustedes. ¿Y mi


querido cuñado?

MADRE. —Ya llegará pronto. Tuvo que ir a la iglesia , pero dijo que. .. Mira,
justamente allí lo tienes. ..

PADRE. (Entrando.) -¡Bueno, bueno! Parece que soy el último en llegar, ¿no? ¡Feliz
Nochebuena a todos! (Se saludan.)
(Sara entra llevando una bandeja que pone sobre la mesa, en la que habrá una jarra
con refrescos y trozos de pan dulce en un plato.)

MADRE. —Buena idea, hijita. Será bueno que comamos un pequeño aperitivo antes
de la cena que hemos preparado para, medianoche.

TODOS. —¡Bien, muy bien!

(Todos se sientan informalmente. La madre y la hija sirven y todos participan. Esta parte debe
ser animada con conversación muy natural, muy informal, sobre temas de actualidad local:
deportes, trabajo, política, noticias de los diarios del día, etc., cualquier tema MENOS LOS
ESPIRITUALES. Para nada debe ser mencionada la iglesia, el Señor, etc., y todo debe ser
improvisado por los actores. Esta parte debe durar un rato y debe ser hecha con total naturalidad
y espontaneidad. Hablan varios a la vez como siempre ocurre en las reuniones de ese tipo.
Pasado un rato, el drama sigue.) ------ 3 min

TIO. (Pidiendo silencio.) -Perdonen que yo sea siempre el más atrevido, pero me
parece que si esperamos a medianoche para ver los regalos que hay en el árbol,
corremos el riesgo de que luego la cena se enfríe, y eso (con picardía) no nos
conviene, ¿verdad? Yo sugiero que abramos ahora los regalos.

TODOS. —¡Sí, sí! ¡Buena idea! ¡ Vamos!

(No muy ordenadamente, todos buscarán sus regalos y abrirán sus paquetes, haciendo cada
uno algún comentario adecuado Orespecto del contenido del mismo. También, podría alguien
¿encargarse de repartir los paquetes, llamando a cada uno por nombre. Debe ser un momento
espontáneo y alegre, realizado con naturalidad. Después de un rato, repentinamente se oirán
explosiones afuera, las que pueden ser realizadas en el patio haciendo estallar algunos
petardos. Todos mostrarán sorpresa.)

JULIO. —¿Oyen? Vamos afuera que están quemando fuegos


artificiales. Corramos..

(Salen todos apresuradamente, menos la madre, la que se sienta de frente al público,


mostrándose cansada y pensativa.
Pasado un momento en esa actitud, mientras se queda así, se oye una voz de mujer, claramente
audible para el auditorio, que muy pausada, suave y marcadamente irá hablando. La segunda
voz será la de un hombre que, con mucha claridad y buena dicción, leerá los versículos bíblicos.)

VOZ 1. Marcela, ¿me oyes? ¡Soy tu conciencia! ¿Qué has hecho todo el día? ¿Qué
ha hecho hoy toda tu familia? ¿Qué hace ahora? ¿Qué hará más tarde? Celebran
la Navidad, ¿no? ¿Cómo? ¿Te has fijado? Celebran, pero. . ¿recuerdan a quien
celebran? ¿Cómo está la vida espiritual? ¿Recuerdas, Marcela, lo que dijo Pablo?"

VOZ 2. HOMBRE. "Gozaos en el Señor" (Fil. 3:1).

VOZ 1. "Marcela, ¿vuestro gozo de hoy es EN EL SEÑOR? ¿Qué tal el gozo en


este año que ya está pasando? ¿Ha sido EN EL SEÑOR? ¿recuerdas, Marcela, lo
que dijo el evangelista Juan?
VOZ 2. HOMBRE. "No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo.
Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos,
y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa,
y sus deseos;
pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre" (1 Jn. 2:15-17).

VOZ 1. "Marcela, ¿no ama demasiado tu familia al mundo y las cosas del mundo?
¿Cómo ha sido la colaboración de tu familia al trabajo de la iglesia este año?
¿Cuándo y de qué manera ha estorbado el amor al mundo y las cosas del mundo
una colaboración mejor para con la iglesia? ¿ Recuerdas, Marcela, lo que dijo el
apóstol Pedro?"

VOZ 2 HOMBRE. "Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios,
y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea
manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes
teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed
también, vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed
santos, porque yo soy santo.
Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra
de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; sabiendo
que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de
vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre
preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación" (1 P. 1:13-
19).

VOZ 1. Marcela ¿sigue caminos de santidad tu familia, que


celebra la Navidad hoy? ¿Son de verdad fieles a aquel que los ha redimido a tan
alto precio? ¿Cómo anda tu familia, Marcela? ¿Recuerdas lo que dijo Jesús?"

VOZ 2 HOMBRE. "Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de
mí. Pues en vano me honran" (Mt. 15:8, 9).

VOZ 1. "Marcela, ¿está cerca del Señor el corazón de los tuyos? ¿ Tu honra a él en
esta Navidad, y todo el año, es de labios o de corazón? ¿Recuerdas lo que él dijo?"

VOZ 2 HOMBRE. "Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de
este pan, vivirá para siempre" (Jn. 6:51).

VOZ 1. *Marcela, hoy que hay tantos manjares en vuestra mesa,


¿está tu alma alimentada adecuadamente con el Pan de Vida? ¿Cómo anda tu
fortaleza en Jesús? ¿No te parece Marcela, que debieras llamar a los tuyos a la
reflexión? ¡Hazlo, Marcela! (Con voz persuasiva, como un ruego.)
¡Hazlo, no tengas temor, que será para bien. Haz que esta Navidad llegue a ser de
verdadero valor espiritual para los tuyos. Llámalos, Marcela, llámalos pronto, y diles
lo que el Señor te ha hablado. Hazlo, Marcela, hazlo. No te demores, recuerdales
del nacimiento del rey".

CAMBIO DE ESCENARIO
Voz 2: Mateo 1:18 al 24 ( Jose se encuentra dormido mientras se lee los verisculos
de fondo)

JOSE. —Disculpe señor, que lo molestemos a tan avanzada hora de la noche, pero
sucede que hemos venido desde lejos, somos de Galilea. Estamos agotados ya que
el camino es muy pesado y quisiéramos que nos alquile un cuarto en su mesón.
Además, mi mujer está encinta y los días de su alumbramiento se han cumplido y
no quisiera exponerla al frío de la noche.

JOZABAD. (Decepcionado.) —Comprendo la situación de ustedes pero todos los


cuartos están ocupados, más bien tuvimos que acomodar gente en los pasillos y no
contamos con el más mínimo espacio. Quizá en otro de los mesones haya lugar.
En esta aldea hay varios mesones. ¿Por qué no preguntan en algunos de ellos?

RUT. —Tengo una idea. Sé que no es muy buena, pero algo es mejor que nada.
Esa pareja necesita un lugar donde pasar la noche, y creo que podemos ofrecerles
aunque sea el establo..
Sé lo que piensas, pero no podemos dejar a esa mujer encinta expuesta al frío de
la noche.

JOZABAD. -¡Imposible! ¿Me crees capaz, Rut, de ofrecer el establo? Si me da


vergüenza ofrecer los cuartuchos del mesón, más vergüenza me daría dar ese
establo. ¿Quién va a querer acostarse encima de una paja en la que duermen los
animales? ¡No! Olvida esa idea.

ENTRAN LOS NIÑOS-. “ Andale papá!!, “dejales que se queden!!

RUT. -Pero, Jozabad, por Dios deja que se queden…

JOZABAD. (Con firmeza.) He dicho que no, y es definitivo. Así que no pienses en
discutir. ¡No, es no!

NIÑOS-. Andale papá, si , si ,si, siiiiiii

JOZABAD.- Bueno, puede quedarse.

JOZABAD.- Esta bien, nada mas que es incomodo dormir entre los animales y
huele mal.

JOSE. —No importa. Por favor, alquílenos aunque sea el establo, es el único lugar
que nos queda, compréndanos.
Voz 2: lucas 2: 6,7,del 9 al 14 (se le este versiculo)

RUT. (Abrazando a su esposo.) —Vamos, querido. ¿Sabes? Me siento muy


contenta de ver que has servido a estas personas. Y como dijo el hombre, Dios se
encargara de pagartelo.

CAMBIO DE ESCENARIO

MADRE: —( Voz preocupada) Vengan, vengan pronto, vengan todos, por favor.

TODOS. (Entrando asustados.) — ¿Qué? ¿Qué pasa?

PADRE. (Pone su mano sobre el hombro de la esposa, cariñosamente.) —¿Te


sientes mal? ¿Qué ha sucedido?

MADRE. (Con aflicción evidente, cubriendo su rostro con las manos.) —¡Oh, qué
ingratos, qué tremendamente ingratos!

PADRE. (Con insistencia.) -Pero, ¿qué pasa? ¿Qué te ha


pasado, esposa mía, por favor?

JULIO. —Mamá, por favor, nos preocupas mucho.

ISABEL. —Mamá, esta noche es Nochebuena.

MADRE. —Justamente, es Nochebuena y tanta ingratitud.

TIO. —Me parece que le ha molestado que nos hayamos ido todos y la hayamos
dejado sola. Perdónanos, por favor, creo que ni nos dimos cuenta.

SARA. —Sí, mamá, si es eso tienes razón. La verdad es que con el entusiasmo de
los fuegos artificiales ni pensamos.

MADRE. —Nada de eso. Es que el Señor Jesús acaba de hablarme y me ha


mostrado todo nuestro egoísmo, nuestra mucha ingratitud. Sí (con vehemencia),
¡egoísmo e ingratitud! En todos los preparativos, en todo el entusiasmo por celebrar
la Navidad, en todo hemos pensado en nosotros, solamente en nosotros. Comida
para nosotros, adornos para nosotros, regalos para nosotros, felicitaciones y
buenos deseos para nosotros, ni siquiera una alabanza, una palabra de acción de
gracias. ¡Qué pobre ha sido nuestro comportamiento! Oh, ¿qué haremos para
reparar nuestro mal?

PADRE. (Preocupado.) -Tienes razón, querida, hemos


sido muy ingratos.

SARA. —Es cierto. Estoy de acuerdo y ¡muy avergonzada! Yo


quiero proponerles algo.

JULIO. —¿Sí? ¿Qué haremos?

SARA. —¿Qué les parece si comenzamos cantando una canción de


Navidad?

TODOS. —¡Muy buena idea!

ISABEL. —¿Cuál podríamos cantar?

TIO. —Hay uno que a mí me gusta mucho... ¿Cómo era?

(Mientras el grupo está tratando de encontrar qué cantar, repentinamente se oye


afuera al coro de la iglesia que entona un himno de Navidad. La familia se queda
paralizada de asombro, en actitud contemplativa, mientras el coro, sin verse,
prosigue con una estrofa de un himno de Navidad, terminada la cual el padre habla.)

PADRE. —¿Quiénes serán que tan hermosa y oportunamente


han cantado en nuestra puerta?

VOZ. (Desde afuera.) —¿Se puede pasar?

JULIO. (Asomándose.) -Miren, son los jóvenes del coro de la iglesia que han venido
a cantarnos un himno de Nochebuena. Sin saberlo ellos son la solución para nuestro
problema (mira hacia afuera.) Pasen, pasen, por favor.

(Entran los integrantes del coro, se saludan expresando deseos de felicidad y se


acomodan adecuadamente en la escena.)

MADRE. —Queridos hermanos, estábamos justamente muy tristes en el momento


en que ustedes llegaron, porque el Señor ha dicho a nuestros corazones una gran
verdad.
Estábamos celebrando el nacimiento de nuestro Señor sin acordarnos
absolutamente para nada de él. Pero, ¡qué bien!
Hemos oído su voz y ahora, sí, ustedes podrán ayudarnos a celebrar dignamente
esta Navidad.

SARA. —¿Por qué no cantamos todos juntos ahora mismo


algunos cantos? ¿Quieren?

PADRE. —¿Cómo podríamos no querer? ¡Sí, cantemos!

(El coro y la familia cantan los himnos de Navidad que han sido preparados al efecto,
que pueden ser varios según la extensión que se quiera dar a la obra. Cuando están
terminando de cantar se oye llamar a la puerta.)
ELVIRA. —Permiso, ¿se puede pasar?

SARA. —Adelante, doña Elvira, ya sabe que esta es su casa.


(Entran doña Elvira y don Ramiro, su esposo.)

ELVIRA. —Desde casa hemos estado escuchando cantar tan lindo, y cuando nos
dimos cuenta de que era aquí no pudimos resistir el deseo de venir a ver qué pasa...
porque se escuchaba tan lindo.

RAMIRO —Sí, queremos saber qué significa.. por qué están tan felices.

JULIO. —Yo soy el más joven y les voy a explicar.

TIO. —Sí, es una hermosa oportunidad para completar nuestro gozo en esta
Nochebuena: ¡dar testimonio!

JULIO. —Hoy hemos descubierto que habíamos olvidado el verdadero sentido de


la Navidad. La habíamos transformado en una fiesta para nosotros olvidando que
en ella se celebra el nacimiento de Jesús.

ISABEL. —Déjame decirles que Jesús es nada menos que el


Hijo de Dios que vino al mundo para salvar a los pecadores.

RAMIRO. —Sí, pero para que! pues ustedes son gente buena.

ISABEL. —La Biblia dice que no hay nadie bueno delante de


Dios.

SARA. —Claro. Dice que todos somos pecadores. Que no hay justo ni siquiera uno.

JULIO. —Y que todos necesitamos de su Salvador.

MADRE. —Y que Jesús es el Salvador, porque Dios nos amó de tal manera que lo
envió para morir en la cruz y hacer posible nuestra salvación.

RAMIRO. —¡MMMMMM! Un momento, por favor, que nos confunden con tantas
cosas juntas. ¿De que tanto hablan?

MADRE. —Es algo realmente maravilloso, que deben saber.

ELVIRA. —Sí, parece maravilloso, pero... no entiendo.

PADRE. —Es sencillo. Todos tenemos una deuda que pagar a


Dios y no hay cosa alguna que podamos hacer para pagarla.
Nuestros pecados nos han separado completamente de Dios y no podemos
acercarnos a él por ningún medio nuestro.
Por eso la Biblia dice que "todos pecaron" y que por ello
"están destituidos de la gloria de Dios", porque dice que "la paga del pecado es la
muerte". Ahora bien, si no dijera más que eso sería terrible pero, gracias a Dios, que
dice que él nos amó de tal manera que mandó a su Hijo para que, naciendo en un
pesebre y luego, más tarde, muriendo en la cruz, pagara esa deuda nuestra.
Quienes así lo aceptan con fe son perdonados de sus pecados y Dios les asegura
la vida eterna.

TIO. —Eso quiere decir que toda persona que reconoce su condición espiritual, que
reconoce que es pecadora y acepta a Jesucristo como su Salvador personal es
salva, pues es en Jesucristo y en su muerte en la cruz que Dios perdona a los
pecadores sus pecados y les hace posible comenzar una nueva vida de gozo.
¿Comprenden?

ELVIRA. —Creo que sí, pero. .. nosotros. .. ¿Podemos aceptar?

MADRE. —No sólo pueden, sino que deben hacerlo.

PADRE. —También en esto habíamos fallado, pues hasta hoy no les habíamos
hablado del Señor. ¡Qué vergüenza!

RAMIRO. —Yo siempre he estado pensando que algo tenía que haber para que los
hombres pudieran encontrarse con Dios, aunque reconozco que no le había
prestado mucha atención.
Ultimamente, algo me ha estado preocupando, los años pasan, uno piensa, pero…
qué sé yo, tantas cosas. Pero yo tambien quiero creer como ustedes porque yo
también deseo encontrarme con Dios.

ELVIRA. —Ahora creo que comienzo a comprender.

MADRE. —¡Gloria al Señor! Ahora sí que esto ha sido una navidad completa.

ELVIRA. (Como hablando consigo misma.) – Ya entiendo que Jesus murio en la


cruz en mi lugar, Dios me perdona todos mis pecados… ( a todos) ¿Es asi?

MADRE.- Si, doña Elvira, es asi, Jesus dijo: “Al que a mi viene, no lo echo fuera”
(Jn. 6:37). “El que cree en mi aunque esté muerto vivirá” (Jn. 11:25). Sí cree, ¡tiene
asegurada por Dios la vida eterna!

ELVIRA. —Yo creo, Dios mío. ¡Qué hermoso!

JOSE.— Yo también creo. Sí, esto es lo que sin saber estuve buscando siempre.
Gracias. ¡Dios mío!, ¡esto es maravilloso!.

PADRE. —Hoy ustedes van a poder celebrar dos nacimientos: el del Señor y el de
ustedes mismos, pues él ha dicho que aceptarlo y ser salvos es ¡NACER DE
NUEVO! ¡Gracias al Señor! ¿Qué les parece si oramos?
ISABEL. —Antes, creo que debiéramos hacer otra cosa, porque ahora lo vamos a
poder hacer mejor que nunca. ¿Por qué no cantamos la mas linda canción de
Navidad, "Santa la noche"?

RAMIRO. —Sí; aunque nosotros no nos sabemos ningun canto, vamos a


escucharles con emoción. Pero, por favor, terminen pronto porque tengo un
tremendo apuro por ir a casa y decirles a los míos lo que ha pasado y decirles
también que ellos pueden ser salvos, porque el Señor Jesús les ama a ellos también
y murió por ellos, ¿verdad?

MADRE. —Si, es verdad. Qué hermoso es ver cómo usted, don


Ramiro, ya está pensando en testificar. ¡Dios le ayude!

JULIO. —Bueno, cantemos "Santa la noche".

(Cantan todos juntos mientras los vecinos, que no lo saben, escuchan con evidente
felicidad. Finalmente, el padre hace una oración espontánea y sentida, después de
la cual se cierra el telón.)

Fin

Trabajemos para el senor y hagámoslo con amor


PERSONAJES

OBRA #1
Papá- Uziel
Sara- Paola
Tio- Jared
Ramiro- Kenneth
Mamá- Cynthia
Vecina- Emy
Niños- Obed, Marco, Iram
Isabel- Maibelly
Julio- Elias

OBRA #2
Josabad- Abraham
Jose- Uziel
Rut- Ashley
Maria- Maibelly
Niños- Sarahi, Emmanuel

VOZ HOMRE- Isaí


VOZ CONCIENCA- …

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