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Resumen Tema 9 de Geología

El documento explora el proceso histórico y científico para determinar la edad de la Tierra, desde la concepción de 6000 años hasta la comprensión moderna basada en la datación relativa y absoluta. Se discuten los métodos de datación, la importancia de los fósiles y las rocas como archivos de la historia geológica, así como la formación del sistema solar y la Tierra. Además, se abordan fenómenos geológicos y la evolución de la atmósfera y los océanos en la Tierra primitiva.

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Resumen Tema 9 de Geología

El documento explora el proceso histórico y científico para determinar la edad de la Tierra, desde la concepción de 6000 años hasta la comprensión moderna basada en la datación relativa y absoluta. Se discuten los métodos de datación, la importancia de los fósiles y las rocas como archivos de la historia geológica, así como la formación del sistema solar y la Tierra. Además, se abordan fenómenos geológicos y la evolución de la atmósfera y los océanos en la Tierra primitiva.

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RESUMEN TEMA 9

La edad de la Tierra
Uno de los pasajes más interesantes de la historia de la ciencia es el largo y conflictivo
proceso seguido para conocer la edad de la Tierra. En él se vieron implicados
ideologías, creencias religiosas y conocimientos científicos, y no resultó fácil
diferenciar unas de otros.
Siempre ha habido resistencia a aceptar las ideas que desplazaban a la especie
humana de la posición central. Ocurrió con la teoría de Copérnico y Galileo, según la
cual la Tierra no era el centro del universo. Tampoco fue fácil asumir que casi toda la
historia del planeta había transcurrido sin personas que lo habitasen.

La Tierra como morada de la humanidad


Desde el siglo IV, la edad de la Tierra más aceptada era de 6000 años. Esta
concepción se basaba en dos ideas fundamentales:
La Tierra había sido creada para ser la morada de la humanidad, de manera que la
historia de la Tierra y la de los seres humanos se consideraban simultáneas.
No existían más datos de la historia de la Tierra que los recogidos por las personas
que habían sido testigos de esa historia.
Un buen ejemplo de este modo de pensar lo encontramos en James Ussher, quien en
1650 publica la fecha de la creación de la Tierra "al anochecer del sábado 22 de
octubre del año 4004 a. C.", basándose en el calendario hebreo, la Biblia y ciertos
conocimientos astronómicos de la época.

La historia en las rocas


Todo empezó a cambiar a finales del siglo xvIII, cuando se comprobó que el pasado
de nuestro planeta había quedado recogido en las rocas, y ellas constituían los
verdaderos "archivos" en los que había que indagar.
A partir de ese momento, la tarea consistió en aprender a descifrar el código con el
que la Tierra había escrito su historia en las rocas.

La datación
Reconstruir la historia de la Tierra, o una parte de ella, exige descubrir qué ha
ocurrido, es decir, saber cuáles han sido los principales sucesos que la han afectado.
Pero, además, necesitamos determinar cuándo ha ocurrido cada suceso, de manera
que podamos ordenarlos temporalmente.

Hay dos formas de determinar cuándo ha sucedido un acontecimiento:


Datación relativa. Consiste en establecer qué ocurrió antes y qué después, sin
ofrecer fechas ni cifras del momento en el que sucedió. Se basa en los estratos
geológicos, es decir, en las capas de roca.
Datación absoluta. Consiste en indicar cuántos años, o millones de años, hace que
ocurrió un determinado suceso, expresándolo con cifras, por lo que también se
denomina datación numérica. Esta datación se vale de diferentes métodos; por
ejemplo, puede utilizar los isótopos radiactivos de ciertos elementos como base para
determinar la antigüedad de las rocas y de los organismos encontrados en los
diferentes estratos. Algunos de estos son el método del carbono-14, del samario-
neodimio, del tritio, del uranio-plomo, del berilio 10 y del potasio-argón, entre otros.
Principios fundamentales de la datación relativa
Para ordenar unos estratos del más antiguo al más reciente, o establecer si el
plegamiento se produjo antes o después de la formación de una roca determinada, se
aplican los siguientes métodos:
Principios fundamentales de la geología. Fueron propuestos por Steno en el siglo
XVII. Se centran en el estudio de los estratos, atendiendo a su disposición.
Principio de la sucesión faunística. Los materiales que se depositaron en diferentes
períodos geológicos tienen distintos fósiles. Dado que los organismos evolucionan, las
especies se han sucedido unas a otras. Por consiguiente, cualquier período de la
historia de la Tierra puede reconocerse por su contenido fósil.
Principio de las relaciones transversales. Todo proceso geológico es posterior a los
materiales y a las estructuras a las que afecta.

Los archivos de la Tierra


Las rocas son los "archivos" en los que la Tierra guarda información, y permiten
conocer su historia y la de la vida, los sucesos ocurridos y los cambios que generaron.
Para lograr comprender los eventos que moldearon la Tierra y le dieron su actual
forma, debemos buscar información en la naturaleza y la composición de las rocas, su
modelado y su estructura.
Además de estas características de las rocas, es fundamental conocer los seres vivos
que poblaron la Tierra a través de los fósiles.

Los fósiles
Un fósil es cualquier resto de un organismo del pasado o de su actividad, como
pisadas, galerías, excrementos, etc., que se ha conservado hasta nuestros días. Los
fósiles proporcionan datos sobre la historia de la vida, el medio en el que se formó la
roca que lo contiene y su antigüedad, de modo que nos informan sobre la vida en el
pasado.

La naturaleza y la composición de las rocas


Informan sobre el proceso que las formó y las condiciones en que lo hizo. Por ejemplo,
una colada volcánica nos hablará de la erupción que la originó, y una morrena nos
informará acerca del glaciar que trasladó y depositó los materiales que la componen,
aunque el glaciar haya desaparecido hace mucho tiempo.
El modelado de las rocas
Informa sobre el agente que lo realizó. Por ejemplo, una platatorma de abrasión revela
el acantilado que la precedió y el oleaje que lo erosionó, incluso aunque esa zona va
no se ubique en la costa; y una duna nos habla de la labor del viento y de sus
características.

Las estructuras de las rocas


Nos informan de los esfuerzos y las presiones a los que fueron sometidas las rocas
durante sus procesos de formación. Así, un pliegue nos hablará de un esfuerzo
compresivo, mientras que una falla normal indicará un período de distensión.
El principio del actualismo
El análisis de un fósil, por ejemplo, el esqueleto de un titanosaurio, permite conocer su
longitud, deducir el peso que tendría el organismo vivo, su modo de desplazamiento,
su alimentación, la dimensión de su cerebro, etc. Para ello, los paleontólogos utilizan
su conocimiento de los organismos actuales, los comparan con los fósiles y establecen
similitudes y diferencias.
Este procedimiento de análisis se conoce como principio del actualismo y no solo se
emplea para interpretar los fósiles, sino que también constituye un método
fundamental en cualquier estudio geológico.
De acuerdo con el principio del actualismo, analizar los procesos que tienen lugar en la
actualidad es clave para interpretar lo que sucedió en el pasado.

Los principios fundamentales de la geología


La Tierra "ha escrito su larga historia en las rocas. Y lo ha hecho empleando un código
muy especial, cuya interpretación no siempre resulta fácil.
La geología estudia ese código y ayuda a descifrarlo a través de la estratigrafía.
Para ello, además del principio del actualismo, utiliza principios generales básicos, así
como procedimientos más complejos.

El principio de superposición
Para ordenar cronológicamente (del griego cronos, 'tiempo') una serie de estratos que
mantienen su disposición original, basta con aplicar el principio de super-posición: el
de abajo será el más antiguo y el de arriba, el más reciente.
Sin embargo, con frecuencia, las rocas han sufrido un plegamiento y los estratos se
encuentran en disposición vertical o incluso invertidos, es decir, los más modernos se
hallan debajo.
Para estos casos, se dispone de otros criterios complementarios, que son los fósiles,
la granoselección y las grietas de desecación.
Fósiles
No todos los fósiles son igualmente útiles para datar una roca. Los mejores reciben el
nombre de fósiles característicos o fósiles guía, y deben reunir tres condiciones
fundamentales:
Haber vivido durante un período geológicamente corto.
Haber tenido una amplia distribución geográfica.
Ser abundantes en las rocas para que se encuentren con frecuencia.

Granoselección o estratificación gradada


Es la distribución por tamaños de los materiales de un estrato. Se origina al
depositarse en un mismo lugar materiales de distintos tamaños que eran transportados
por una corriente de agua. Los más gruesos caen antes al fondo y los finos, después.
La granoselección permite saber cuál es la base de un estrato, o muro, y cuál es su
parte superior, o techo del estrato. Una vez orientado un estrato podemos orientar
todos los demás.
Grietas de desecación
Las grietas de desecación se constituyen al secarse los sedimentos arcillosos. Son
grietas muy abiertas en la superficie y se cierran en profundidad. En un corte, tienen
forma de V y su vértice apunta hacia el muro del estrato.
Las grietas de desecación indican que el sedimento estaba húmedo en un tiempo
determinado, por lo que en algún momento debieron corresponder a lugares con
cuerpos de agua, como lagos y cuencas.

Los fenómenos geológicos


Son todos aquellos procesos que ocurren en la Tierra y que causan cambios en la
estructura y el paisaje de un territorio determinado. Estos fenómenos pueden ser
internos o externos.
Fenómenos geológicos internos
Son los que producen la formación del relieve. Incluyen los sismos y terremotos, los
volcanes y el movimiento de las
placas tectónicas.
Fenómenos geológicos externos
Son los responsables de las modificaciones en el relieve.
Abarcan la meteorización, la erosión, el transporte o arrastre de materiales y la
sedimentación.

La historia geológica de una zona


La utilización de los principios geológicos de datación, así como los criterios
complementarios, deben facilitarnos la reconstrucción de la historia geológica
de una zona.
El relato de esa historia incluye la formación de las rocas que aparecen y los
principales procesos geológicos que les han afectado. Por ejemplo:

Los inicios de la datación


Los procedimientos utilizados en la datación relativa son insuficientes para saber, por
ejemplo, que el Mediterráneo se secó hace 6 Ma o que los dinosaurios se extinguieron
hace 66 Ma.
A finales del siglo XVIII, James Hutton ya estaba convencido de que la edad de la
Tierra debía ser superior a 6000 años. Sin embargo, no disponían de un método para
calcularla.
Una de las dataciones absolutas más influyentes la realizó Charles Darwin en
1859. Estudió un área costera del sureste de Inglaterra y consideró que, si se
determinan el ritmo medio al que es erosionada y el volumen total de los materiales
retirados, podría conocerse el tiempo que llevaba actuando la erosión. Así, calculó que
la antigüedad de esta zona de Inglaterra no sería inferior a 300 Ma y, por tanto, el
planeta debía tener una edad mayor.
Desintegración de elementos radiactivos
Gracias al descubrimiento de la radiactividad se halló el reloj geológico que se
estaba buscando.
Hay elementos químicos inestables que se transforman en otros estables. Así, el
carbono-14 se convierte en nitrógeno-14. El paso de uno a otro se produce con la
liberación de ciertas partículas. El elemento radiactivo inicial se denomina elemento
padre y el estable final, elemento hijo.
La transformación del elemento padre en el hijo se hace a un determinado ritmo, que
es constante para cada elemento en particular. Se llama semivida o período de
semidesintegración al tiempo que tarda en desintegrarse el 50 % del elemento padre.
De este modo, si se mide la cantidad de los elementos padre e hijo de una roca y se
conoce el ritmo al que uno se transforma en el otro, se puede calcular el tiempo que
lleva produciéndose esta transformación. Esa será la edad de la roca.

La escala geológica
Entendemos por tiempo geológico el período transcurrido desde que la Tierra se
formó hasta la actualidad; por tanto, comprende 4560 Ma.
La noción de tiempo geológico se emplea también para hacer referencia a la
necesidad de considerar en geología tiempos extraordinariamente extensos, que no se
miden con los parámetros habituales de la vida de una persona o de la historia
de la humanidad.
El inicio del sistema solar
Hace 4600 Ma, nuestro sistema solar no existía como tal. En su lugar había una
nebulosa, es decir, una enorme nube de polvo y gas cuyas dimensiones eran
superiores a las del sistema solar actual.
La atracción gravitatoria hizo que las partículas de polvo y gas estelar comenzaran a
unirse, originando cuerpos progresivamente mayores, hasta formar los cuerpos
celestes actuales.
Los científicos consideran que el proceso pudo ocurrir en una serie de pasos que se
iniciaron con una enorme nebulosa que progresivamente dio paso a la aparición del
sistema solar

Todo este proceso debió de producirse en algunas decenas de millones de años. Y


aunque desde entonces el sistema solar no ha dejado de evolucionar, su aspecto
hace 4500 Ma seguramente ya sería bastante similar al actual.
Los planetesimales que no llegaron a unirse son los asteroides y los cometas actuales.
Y son, además, los únicos "testigos" que quedan del proceso de constitución de
nuestro sistema solar. Por tanto, su edad coincide con la de la formación de la Tierra.
La conformación del sistema solar
El proceso que acabamos de ver dio como resultado el sistema solar tal y como lo
conocemos, formado por una estrella a la que llamamos Sol, ocho planetas, satélites,
asteroides, cometas, polvo y gas cósmicos.

El nacimiento de la Tierra
La Tierra recién formada era muy diferente de la que conocemos. Su masa era el 60 %
de la actual y sufría el continuo bombardeo de asteroides, lo que le aportaba nuevos
materiales y generaba tanto calor que se encontraba parcialmente fundida.
Los materiales terrestres comenzaron a distribuirse por densidades: los más pesados
se fueron al fondo, originando el núcleo terrestre de hierro y níquel; los menos densos,
los gases, se desplazaron hacia la superficie y formaron la atmósfera. Por último, los
materiales de densidad intermedia constituyeron el manto.
La teoría más aceptada sobre el origen de la Luna se conoce como el gran impacto,
esto es, la colisión de la Tierra con Theia, un planeta del tamaño de Marte. Tras el
gran impacto, la Tierra estaría cubierta por un océano de magma y el proceso de
diferenciación en capas se aceleraría.
Atmósfera primitiva y formación de los océanos
La atmósfera primitiva o protoatmósfera, formada a partir de los gases que escaparon
del interior de la Tierra, tenía como componente mayoritario el dióxido de carbono,
además de otros gases, y no tenía oxígeno. Era una atmósfera muy distinta a la
actual. Tampoco existía la protectora capa de ozono.
Una vez que la superficie del planeta se enfrió, el abundante vapor de agua que había
en la atmósfera se condensó. Las aguas ocuparon las zonas más bajas del relieve,
formando los océanos. La salinidad de mares y océanos se debe a las sales disueltas
que se originaron de las erupciones volcánicas y por las corrientes que transportaron
minerales disueltos.

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