Héctor Latorre es más profesor que escritor, más comunicador que ligón y,
orgullosamente, más imperfecto que seductor. Con formación en Filosofía y
postgrados en sexualidad humana, coaching, PNL, comunicación y lenguaje no
verbal, combina el rigor académico con más de diez mil horas de experiencia
en el terreno real de la seducción.
Referente en el mundo hispano, Héctor ha sido citado en varios libros
especializados y trabajos universitarios. Su enfoque práctico y directo lo ha
llevado a impartir talleres de interacción real en toda España y Estados Unidos,
ayudando a hombres a transformar su vida social y amorosa desde su
proyecto Carismaycon anza.com.
© Héctor Latorre, 2025
unoeditorial.com
La reproducción total o parcial de este libro, por cualquier medio, no autorizada por los autores y editores viola
derechos reservados. Cualquier utilización debe ser previamente autorizada.
Índice
Hoy empieza tu nueva vida
Que no se me olvide regalarte esto
Introducción
Cómo utilizar este libro
En qué orden leer
Por si tienes dudas de mi éxito seductor
Bases biológicas de la atracción
Eres un microondas
Origen de la sexualidad humana
Evolución y selección sexual
El nal de la selección natural
Pero ahora no queremos tener hijos
La hipergamia
La mayoría de hombres son feos
Qué atrae a las mujeres
Redes sociales, apps de citas y feministas
Por qué NO deberías usar las aplicaciones de citas (y dos excepciones)
El rol del feminismo institucional en las relaciones
Errores comunes en la seducción
La friendzone
La princesa de cuento
Ligar por ego
Idealizar a una mujer concreta
Babosear (hacer el «simp»)
Estilo de vida y atracción
Importancia del cuidado personal en la atracción
Tus hobbies mejoran tu atractivo
Proyectos y ambiciones en la percepción del atractivo
Mejora tu con anza
Desarrollar con anza interna
Emociones incómodas
Creencias limitantes
Técnicas para aumentar la con anza al acercarse a mujeres
Cambia tu propósito
Acepta el rechazo
A todos los rechazan
Ellas son más selectivas y menos receptivas
La estadística juega a tu favor
Rechaza tú a la chica que no te aporta
Aprende técnicas de seducción
Cambia tu CNV (comunicación no verbal)
Consigue compañeros de viaje
Comunicación no verbal
Así puedes besarla en menos de veinte segundos
Cuando yo creía que no sabía generar atracción
La contradicción entre tener este superpoder y la prudencia
Leer a las mujeres como un libro abierto
Cómo leer a las personas y su CNV
Mejora tu propia comunicación no verbal
Tu CNV sirve para algo más importante que gustarle
Qué CNV debes potenciar
Iniciar interacciones (llevar la iniciativa)
Las frases para iniciar conversaciones
La falacia de «sé tú mismo»
Cómo usar las frases de entrada
Mejores opciones que usar frases preparadas
Frases enlatadas, abridores, rompehielos...
Calentar, no en ese sentido que estás pensando
El baile de la seducción
Fases de la seducción
Fase social
Fase de tonteo
Fase de conexión
Fase de conexión sexual
Juego en equipo
Cómo usar el juego en equipo
Señales
Cambio de líder
Juego en equipo avanzado
Homenajes
Dónde y cómo conocer mujeres
Por qué es necesario socializar con tantas mujeres
Líneas rojas (entornos donde no debes ligar)
Por qué lo mejor que puedes hacer es conocer a muchas chicas, segunda parte
Dónde conocer chicas nuevas fuera de tu círculo social
Entornos fríos
Distintos lugares, distinta energía
Entornos templados (clases, cursos, eventos o gimnasios)
Entornos calientes (especí cos para encontrar pareja)
Si quieres hacerla tu novia
Tu enamoramiento vs. su enamoramiento
El sexo sí importa
El que etiqueta antes, se enamora antes
No nos chupemos las pollas todavía
Las mujeres quieren más que los hombres
Usando la hipergamia a tu favor
Mentalidad para el éxito
Para los que te dirán que el sexo está sobrevalorado
La falacia de una vida equilibrada
Cuando las cosas vayan mal
Mentalidad de aprendizaje
Crea una inteligencia arti cial seductora
No quiero que esto sea un adiós
Mecenas PREMIUM que hicieron posible este libro
Bibliografía
Hoy empieza tu nueva vida
Aún no lo sabes, pero la decisión que has tomado de leer este
libro es tan importante como cuando elegiste tus estudios o
cuando te atreviste a cambiar de trabajo.
Y dentro de las siguientes páginas, tendrás que tomar otras
decisiones cruciales para ti. Lo que decidas moldeará tu vida para
siempre.
¿Es este un libro «cambiavidas» con una promesa exagerada y
respuestas genéricas que no te llevarán más que a comprar mi
siguiente libro?
NO.
Yo no soy quién para cambiar tu vida. Eso —si quieres— lo harás
tú. De lo que estoy 100 % seguro es de que los conocimientos
sobre atracción y seducción de este libro me cambiaron la vida a
mí.
«De sufrir por amor a gozar haciendo el amor», podría titularse
mi historia. Aunque la expresión «hacer el amor» me sabe tan
dulce como un helado de chocolate con un kilo de azúcar glas
encima. Y no quiero provocarte diabetes emocional.
Pero este no es un libro de historias, aunque está lleno de ellas,
ni de exhibir lo gorda que tengo la polla valentía.
Este es un libro educativo. Con enseñanzas que —en un mundo
ideal— te habrían compartido tus padres o tus profesores en el
colegio, mucho más importantes que hacer raíces cuadradas o
calcular el área de un polígono irregular.
Y como casi todos los libros educativos, no depende de mí que te
sirva. Depende de ti. Por eso, aquí dentro deberás tomar
decisiones y no puedes hacer trampas. Porque contigo mismo, a
solas, no te puedes esconder... y no hacer nada también es una
decisión.
Bienvenido a tu nueva vida.
Que no se me olvide regalarte esto
Cada semana envío varios consejos por email que no comparto
en ningún otro lugar; lo considero mi círculo más cercano con
quien avanzo algunos experimentos, descubrimientos y
re exiones más íntimas, sin intermediarios ni algoritmos.
Puedes acceder con el QR este tan bonito desde tu teléfono o
copiando la URL:
carismaycon anza.com
Introducción
Si eres rico, guapo y famoso, este libro te ayudará poco.
Puede que te anime a conocer a más chicas y, por tanto, a tener
mejores resultados..., pero no necesitas este libro como alguien
tan imperfecto como yo.
He trabajado con tíos millonarios, con modelos tness de cuerpo
escultural, deportistas de élite... y ellos sí que pueden limitarse a
ser «ellos mismos».
Después de leer este libro, si eres famoso, entenderás por qué
antes de tener 500k seguidores en Instagram ligabas menos. Eso
seguro. Pero mi objetivo aquí no es teorizar sobre la atracción y
la seducción, sino ayudar a hombres imperfectos a tener mejores
relaciones en el mundo real, no en su imaginación.
Este libro es para ti si eres imperfecto.
Si no eres alto, si tu cara no es la de Ryan Gosling, si tienes poco
dinero... o poco pelo. Por si no lo has notado, yo cumplo todas
estas características.
Es más, yo aprendí de seducción cuando estaba gordo (obesidad
tipo III y 129 kg de peso).
Fotos mías de cuando estaba obeso.
Y con ese físico empecé a ligar, por eso sé que cuenta mucho
más lo que haces con tus imperfecciones que las imperfecciones
mismas.
Rossy de Palma o Nathy Peluso podrían haber pensado (sin
intentar nada) que con su belleza «no normativa» sería imposible
triunfar. Igual que Adrien Brody, Woody Allen y tantos otros.
Pero, en lugar de eso, tuvieron el coraje para lanzarse. Y
triunfaron.
¿Vas tú a ser el seductor número uno del mundo con tus
defectos?
Probablemente no, ni falta que hace. Porque convertirte en un
«seductor rompebragas» no es mi objetivo.
Tienes en tus manos mi legado para construirte como hombre
masculino. Y si te comportas como un hombre masculino,
encontrarás pareja. O ligarás más, lo que tú quieras. Incluso
aprenderás sobre ventas y hacer negocios, porque vender y ligar
es lo mismo.
Cómo utilizar este libro
Si lees este libro, no mejorarás nada.
De hecho, este libro podría tener una advertencia cada tres
páginas que dijera: «Deja de leer y sal a conocer mujeres». Pero
quiero creer que eres un hombre adulto y responsable, así que
como tal te voy a tratar.
A ratos, te voy a hablar de forma directa; en otros momentos,
seré menos «cuñado» y me pondré el traje de lósofo
académico. Si lees con la intención de ofenderte, lo conseguirás,
pero si lees con la mente abierta, aprenderás.
Este libro solo sirve si sales a conocer chicas. Evidentemente, te
contaré cómo hacerlo y dónde hacerlo.
Pero tendrás que aplicar una de mis técnicas preferidas: MEC.
Porque eso es lo que hace un hombre adulto responsable.
Mueve
El
Culo
Yo puedo ser tu Miyagi, tu Maestro Yoda, siempre que tú te
atrevas a ser el protagonista de tu propia historia.
En qué orden leer
Este libro puede leerse de forma típica, empezando por el primer
capítulo y avanzando linealmente... o no.
Empiezo el libro explicando las bases antropológicas y
biológicas..., pero tal vez ya las conoces y quieres ir directamente
al método («El baile de la seducción»). Sin problema.
Cada capítulo presenta una o varias enseñanzas que pueden
ayudarte en un momento concreto de tu vida. Tal vez estés
deseando tener pareja, puedes ir a ese capítulo («Si quieres
hacerla tu novia»). O puede que te cueste iniciar conversaciones
con chicas desconocidas y te apetezca empezar a leer el capítulo
sobre con anza...
Saltar de un capítulo a otro está bien. Leer solo lo que te motiva,
también. Y deja que me repita: lo que de nirá si te sirve o no te
sirve es lo que hagas en tu vida con este conocimiento.
Por si tienes dudas de mi éxito seductor
No soy un seductor natural, ni un ligón. Soy experto en ambos
temas, precisamente, porque mi naturaleza es muy parecida a la
de mis alumnos. Soy emocional, tímido e inseguro. Por eso, sé
cómo enseñar a otros como yo.
Cuando leas algunas de mis historias con mujeres vas a quedarte
con la boca abierta, pero te aseguro que tú puedes vivir cosas
parecidas.
Por otro lado, si no confías en mí, eres gilipollas.
No por no creerme, que eso es muy legítimo. Sino porque en ese
caso estás desperdiciando tu vida leyendo un libro de alguien en
quien no confías.
Si eres escéptico pero vienes con la mente abierta a que pueda
cambiarte alguna creencia, perfecto, pero no necesitas fe ciega.
Tampoco pretendo hacerme gurú ni líder de una secta. Yo mismo
soy muy crítico con cualquier enfoque «alternativo» a la ciencia
o cial, y como tal dudo de casi todo.
Te recomiendo que desconfíes de todo lo que digo, que
compruebes mis fuentes y que pongas a prueba mi método en el
mundo real.
Si no funciona, puedes dejar tu queja aquí:
https://carismaycon anza.com/quejas
Si funciona, acepto donaciones en bitcoin o jamones de bellota
(es broma).
Bases biológicas de la atracción
Eres un microondas
Imagina que vas por la calle tranquilamente y en la otra acera, a
lo lejos, distingues una gura esbelta enfundada en un vestido
rojo muy sexy. A medida que se va acercando, puedes ver un
escote pronunciado que sugiere unos pechos perfectamente
redondos y duros.
La chica lleva zapato de tacón, y a cada paso que da, su cadera
perfecta se mueve de lado a lado, permitiendo que la raja del
vestido deje entrever sus piernas largas justo hasta el punto
donde querrías ver más.
De repente, recibes un golpe fuerte en la cabeza.
¿De dónde ha salido esta farola?
Hasta canciones se han escrito sobre el efecto hipnótico que
tiene el cuerpo de una mujer para los hombres.
«Por la raja de tu falda yo
tuve un piñazo con un Seat Panda» (Estopa).
Imagina ahora que esa belleza de curvas sexys te para y con una
sonrisa pícara te pregunta dónde puede tomar un cóctel por esa
zona. ¿Estarías deseando tomártelo con ella? ¿O llevártela a un
sitio tranquilo y follártela como un loco?
Seguramente preferirías lo segundo, aunque cuando termines
este libro entenderás que es más fácil llegar a ello pasando por lo
primero.
Porque tú eres un microondas, ella un horno solar.
Tú te calientas muy rápido viendo su físico. Podrías estar listo
para la acción en cero coma. En cambio, ella necesita más.
Mucho más.
Ella tarda bastante en calentarse, y solo lo hace si las
circunstancias son las adecuadas. Cuando se da la situación
correcta, se pone muy caliente... y no es magia, simplemente hay
que aprovechar (como en el caso del horno solar) nuestro
conocimiento cientí co sobre sexualidad humana, entendiendo
los estímulos que provocan ese deseo en ella y aplicándolos en
las interacciones.
Origen de la sexualidad humana
El ser humano no viene del mono. Mi profesor de Antropología I
en la universidad nos amenazó con «suspender y ser insultados»
si nos atrevíamos a llamar «monos» a nuestros ancestros.
Los monos actuales comparten con nosotros unos tatarabuelos
tan lejanos que se remontan unos 4,5 millones de años. La
evolución va lenta, y no necesariamente en línea recta. Pero
entender un poco de dónde venimos puede ayudarte a tratarte
mejor a ti mismo y también a ellas.
Porque nosotros somos fruto de cientos de miles de
apareamientos. Y se han producido muchísimos cambios en
nuestra biología a través de la presión del ecosistema y de la
propia especie.
Por ejemplo, los humanos no sabemos cuándo una mujer es
fértil. Los perros, sí.
Fíjate que eso marca muchas diferencias. Los perros van
tranquilos por la vida hasta que huelen a una hembra en celo.
Entonces, la lían.
¿Por qué fue útil para la especie «ocultar» el momento fértil de
las hembras?
¿Por qué conviene que las mujeres puedan procrear en cualquier
momento del año, no solo en una época concreta?
Parece que tuvo su utilidad en cierto momento, y no voy a
profundizar en esto ahora, porque lo que me interesa es
«desprogramarte» de lo que has visto en las películas y lo que te
han dicho en la escuela. Porque gran parte de lo que has visto
y escuchado es mentira. Puedes consultar los libros de
Geo rey Miller y de Noah Harari (ver bibliografía) si te interesa
mucho este tema.
Aunque para ti puede ser un problema estar tan cachondo
siempre, y que te duela no conseguir pareja sexual, para la
especie es cojonudo. Porque así está garantizado que los machos
buscarán aparearse cueste lo que cueste.
¿Sabes ese dolor tan horrible que sientes cuando te deja tu novia
o follamiga? Para la especie también es (o fue) bueno. Ojo, no te
estoy diciendo esto para consolarte. Sino para que entiendas,
aprendas y apliques.
Yo me rebelé a mi destino, que era morir virgen, y he tenido más
sexo que el 80 % de hombres, solo superado por los más «alfa»,
los famosos y por los que pagan...
No te digo esto para que sepas lo grande que la tengo
(gigantesca, comparada con la de un bonobo), sino porque
quiero que entiendas que casi cualquiera puede tener éxito
social, sexual y sentimental.
Si aplicas mis técnicas, en especial la técnica MEC.
Evolución y selección sexual
Hace miles de años, los humanos dominaron el mundo. Llámalos
sapiens si quieres parecer más culto.
Fíjate que te estoy diciendo miles de años, unos cien mil años,
100k si eres menos boomer que yo.
Olvídate de hombres primitivos huyendo de dinosaurios. Eso no
pasó.
Olvídate de hombres «alfa» cazadores de mamuts. Tampoco
pasó.
Los humanos fueron más carroñeros y oportunistas, más de
cazar cabras cojas y conejos enfermos. En cambio, un león veía a
un humano de lejos y, si no estaba hambriento, se escondía.
Porque la fortaleza humana fue la colaboración. El grupo.
Un humano ni corre, ni salta, ni muerde como la mayoría de
animales.
Pero iban de veinte en veinte. Con piedras a ladas. Palos largos.
Y se escondían muy bien los hijos de puta, pillaron desprevenido
al león y lo convirtieron en alfombra.
Así llegaron esos humanos a dominar el mundo. Por su fortaleza
social.
Los humanos somos un ejército de seres inteligentes,
hábiles, adaptativos y ultrasociales.
Y durante miles sino millones de años, este ejército de simios tan
sociales colonizó toda la tierra, siempre en grupo..., y exterminó a
todo aquel animal o planta que molestaba.
Los hombres somos iguales en muchas cosas al resto de
animales, ni somos especiales ni moralmente superiores.
Lo bueno, es que las mujeres tampoco lo son.
Aunque en público parece que sus pedos no huelen, y se
disfrazan de seres de luz, son tan vulgares como tú.
Ni mejor, ni peor. Diferentes pero iguales. Porque todo esto al
nal va de sobrevivir y de reproducirnos. Y si en algo seguimos
pareciéndonos a nuestros ancestros de hace millones de años, es
en el sexo.
Pocas actividades humanas conservamos tan «animales» como el
sexo. Aunque en las películas haya luz tenue, música romántica y
abrazos cariñosos..., el sexo (si es bueno) se parece mucho más a
una actividad física que a una romántica.
Tú lo sabes. Cuando deseas a una mujer, no quieres hacerle dos
horas de caricias a la luz de unas velas en la bañera.
Quieres ponerla a cuatro patas, penetrarla con fuerza y hacerla
tuya.
O tal vez las dos cosas: un día más romántico y otro más salvaje...
Pero nuestro instinto primario está ahí.
Y esa chica con cara de buena, de no haber dicho «polla» en toda
su vida, en el momento del sexo te gritará: «Más fuerte, más
rápido, así, así, métemela toda».
Eso en los medios de comunicación lo omiten por pudor, pero
vete a Mallorca en agosto a las 5 de la mañana. La playa está
llena de parejas follando. Sin velas ni incienso, ni sábanas de
raso. Arena, sudor, sexo... Casi igual que hace cien mil años. Pero
ahora se tienen que beber dos litros de cerveza para dejarse
llevar.
El nal de la selección natural
Desde que los humanos dominaron el mundo, la supervivencia
no fue lo que más «seleccionó» nuestros genes.
Fue la selección sexual.
¿Por qué las hembras humanas son de las pocas especies
siempre con pechos hinchados?
¿Por qué los hombres tienen penes mucho más grandes que los
primates superiores?
¿Por qué las mujeres jóvenes tienen mucho más éxito sexual que
las mujeres ancianas?
Respuesta: selección sexual.
Los ancestros humanos, machos y hembras, seleccionaron
durante miles y miles de años ciertos rasgos que les parecían
más atractivos para procrear. Nosotros seguimos teniendo la
misma genética de hace cien mil años. Y, por tanto, los mismos
instintos.
Da igual que ahora mismo sea más «adaptativo» ser un friqui de
los ordenadores. Es decir, te ganarás mejor la vida trabajando
como desarrollador de apps que como fotógrafo freelance, pero
el informático sigue molando menos que el aventurero. Hace
cien mil años, el que fabricaba herramientas no era el macho
más deseado. Ahora tampoco.
Aunque conscientemente sepamos que unos pechos de silicona
son falsos, nos atraen igual. Quédate con esto, una vez más:
selección sexual.
Porque si hace un millón de años una hembra se follaba a todo el
que pillaba, lo más probable es que acabara embarazada y sola.
Poco adaptativo para sus crías... Y si hace 500 000 años un
«lanzado» se iba a hablar con las chicas de la tribu vecina, adivina
qué le pasaba: alta probabilidad de muerte.
¿Entiendes ahora por qué te da miedo hablar con una mujer
desconocida?
En esa época, si sus amigas no aprobaban tu acercamiento, no se
la llevaban al baño discretamente, aparecían con piedras y cuatro
amigos que te dejaban seco.
Si la chica se reía en tu cara, podrías pasar a ser el último mono
de tu tribu.
Probablemente, tú y yo somos herederos de los prudentes y
acojonados. Porque esos homínidos sí dejaron hijos. Y también
somos «hijos» de humanas que se pensaron mucho lo de follar
antes de enamorar a un hombre. Y que solo se follaban a uno de
cada muchos... del mayor estatus posible (profundizaré más
adelante en esto).
Pero ahora no queremos tener h os
Cuando explico que ellas piensan más «a largo plazo» que los
hombres, me sale alguna lumbreras diciendo: «Pues yo no quiero
novio, solo pasarlo bien».
Cierto. Y los hombres tampoco buscan a la madre de sus hijos
conscientemente, pero no dejan de seleccionar mujeres tan
fértiles como sea posible.
Aunque tú creas que eres «libre» de elegir quién te atrae..., forma
parte del engaño de nuestra biología. Del mismo modo que no
eres libre de elegir que te guste más la lechuga que el chocolate,
el brócoli que el helado, las acelgas más que un entrecot...
Podemos elegir nuestras acciones, pero no nuestras
inclinaciones naturales. Pensar que podemos elegir qué nos
atrae sería darles la razón a los que piensan que la
homosexualidad es una elección. (No lo es).
A tu inconsciente le da igual que tú no quieras tener hijos.
También le da igual que no quieras engordar.
¿Verdad que te gustan más los helados que las coles de Bruselas?
¿Verdad que pre eres patatas fritas a unas acelgas hervidas?
¿A que te acostarías antes con una tetona guapa que con otra sin
dientes ni curvas?
No somos ni siquiera conscientes de por qué nos apetece más
una cosa que otra.
El mero hecho de que sintamos impulso por socializar, tener
sexo y emparejarnos tampoco es consciente.
Pero nos condiciona la vida. Libre albedrío, a la mierda. Cada día
tomamos cerca de treinta mil decisiones. El 99 % son
inconscientes.
Por supuesto, cuando hablas cinco minutos con una chica, le
sugieres que se siente a tomar algo contigo y la miras con deseo,
su mente racional también entra en acción y calcula.
«¿Parece un mujeriego o un chico el? ¿A qué se dedicará?
Espero que no sea otro programador web...».
Ojo, en muchos casos, nuestra mente racional solo se dedica a
buscar razones para actuar según lo que sentimos.
Cuando ella piensa:
«Me acosté con él porque mi relación estaba estancada».
(Que el «nuevo» sea millonario, o más alto, podría ser
casualidad... o no).
«Me gusta porque es divertido».
(Aunque tal vez también in uye que proyecta un estatus
elevadísimo).
Entender esto es importantísimo.
Una vez me metí en la cama con una chica que acababa de
conocer a través de una amiga. Tras un buen rato de besos y
caricias, fui quitándole ropa, pero dijo que sujetador y tanga
mejor que no.
—Tranquila, contigo no tengo prisa. Si lo pre eres, dormimos
abrazados y ya está.
—Vale.
Seguí con los besos, las caricias, los abrazos... no sé cuánto
tiempo. Le hice notar lo excitado que estaba, mientras mantenía
el confort y la conexión con ella.
Al cabo de un rato, me dijo:
—Oye, yo siempre duermo desnuda. Me lo quito todo, pero solo
para estar más cómoda.
—Por supuesto —respondí yo.
En menos de cinco minutos estábamos follando.
Su mente racional le estaba diciendo: «Peligro, este tío se ha
metido en tu cama y no le conoces de nada. Se te follará y saldrá
corriendo».
Al darle yo más tiempo y confort emocional, su autocontrol se
relajó y las ganas que tenía de sexo dominaron. Lo que me dijo
fue una excusa para mantener la congruencia y poder a rmar al
día siguiente: «Simplemente pasó».
Pero al revés funciona igual, y no es tan divertido.
Cuando ellas te digan: «No tenemos su cientes cosas en común»
o «Ahora mismo estoy en una fase que pre ero no tener nada
con nadie», es mentira.
No digo que ella esté calculando mentirte para hacerte daño.
Pero el verdadero motivo por el que no te sacude la sardina es la
falta de atracción.
Si apareciera Jason Momoa, ¿se plantearía esa mujer que ni
siquiera hablan el mismo idioma o le darían igual las «cosas en
común»? Y esa fase de estar sola, ¿tendría la misma fuerza o
follaría con ganas?
Tengo un curso entero que habla de objeciones buenas y malas,
por si quieres profundizar en esto, pero déjame que te adelante
lo que pasa cuando sí le atraes, pero falta con anza o romance:
«Seguro que tienes a muchas detrás».
«Eso se lo dirás a todas».
«No soy fácil».
Cualquier tío con buena intuición social ve clarísima la diferencia
y sabe actuar de una forma u otra para gestionar las objeciones.
Si todavía no eres ese hombre, tranquilo. A mí me costó años de
lágrimas y pajas decepciones.
La hipergamia
Las mujeres no son «cazafortunas interesadas». La mayoría no.
Sé que muchos pensarán en la famosa que ascendió socialmente
por acostarse con alguien o las que se han emparejado
«casualmente» con varios famosos.
¿Las hay? Sí. ¿Son la mayoría de mujeres seres fríos y
calculadores que solo ven en los hombres tarjetas de crédito con
patas o estatus social andante? No.
Ellas no calculan liarse con un tipo por su estatus económico, su
fama o sus negocios (en general). Pero sí se sienten
genuinamente atraídas por esos rasgos. Igual que por la altura o
la simetría facial.
Pienso que con esto lo verás muy claro: ¿cuántos tíos has visto
rechazar a una mujer porque «es demasiado bajita»? Yo no
recuerdo a ninguno.
En cambio, para las mujeres sí es importante que el hombre sea
más alto que ella. Y más corpulento.
Suelen verbalizarlo como que se quieren sentir «protegidas»,
«arropadas», pero en realidad el mecanismo de selección es
inconsciente.
A lo que iba: el estatus social atrae mucho a las mujeres.
Famosos y ricos tienen mucho a su favor. Y es importante que
entiendas el concepto antropológico para aplicarlo de forma
práctica: les ponen los hombres que destacan socialmente.
En cambio, a las mujeres no les atrae tanto un cuerpo
hipertro ado como los culturistas. Eso ayuda a espantar a otros
hombres, pero no atrae a las mujeres.
Igual que en mujeres las uñas postizas, las frentes de bótox y las
extensiones de pelo: falsas creencias sobre lo que realmente
atrae a los hombres, según varios estudios publicados.
La diferencia fundamental en la selección sexual entre hombres y
mujeres es la hipergamia: ellas son muy selectivas, y su instinto
las lleva a desear a los hombres más destacados, mientras
ignoran a los hombres «normales».
Esto da mucho miedo a los hombres que son imperfectos: si ellas
son tan selectivas, entonces solo los más altos, guapos y ricos
encontrarán pareja. Por fortuna, ellas no consideran accesible a
todo el conjunto de la población, solamente a esos hombres con
los que interactúan o tienen cerca.
Permíteme que te lo deje caer ya: ¿cómo puedes entrar tú en el
«radar» de muchas mujeres? Exacto, conociendo a muchas de
forma proactiva. Más adelante, tendrás el mapa completo de qué
hacer y cómo.
Como decíamos, las mujeres desean a los hombres más
destacados con los que interactúan, por eso es muy interesante
proyectar alto estatus personal y social en tu entorno. El más
popular del grupo de amigos es el que se lía con la guapa; el
monitor del gimnasio liga más en ese entorno que el tipo de
brazos enormes; el que sale a tocar la guitarra en un bar de
segunda tiene mucha ventaja respecto a los clientes... incluso el
portero de la discoteca y el camarero, en ese entorno, destacan.
La mayoría de hombres son feos
No hay datos exactos, pero podrían ser hasta el 80 %, según
ciencia de la buena que te dejo aquí: Di erent cognitive processes
underlie human mate choices and mate preferences (Todd et al,
2007).
Este estudio que cito concluyó que entre un 20 y un 40 % de los
hombres pueden ser percibidos como atractivos por las mujeres.
En cambio, un 60-70 % de las mujeres resultan atractivas para
ellos.
Pero este y otros estudios tienen una conclusión aún más
controvertida: decimos que queremos una cosa, pero
respondemos sexualmente a otra.
Ellas a rman muchas veces que quieren hombres « eles,
honestos, familiares, divertidos...», pero en realidad eligen a
hombres por su estatus social, su altura y otros parámetros que
nada tienen que ver con la honestidad o los valores familiares.
Los hombres, para que te rías un poco más, dicen que buscan a
una chica parecida a ellos, con sus mismas a ciones y valores...,
pero le dan «me gusta» a cualquier chica guapa.
Hombres y mujeres estamos «cableados» de forma diferente,
porque evolutivamente es más bene cioso para un hombre
sentirse atraído por muchas mujeres que al revés.
Entiende esto y dejarás de agelarte cada vez que una chica te
rechace. Para una mujer es mucho más importante elegir bien
con quién se acuesta que conseguir varios amantes.
Seguramente por eso, ellas tardan más en enamorarse, en
excitarse y en sentirse «preparadas» para una relación sexual.
Los hombres solamente necesitan un «golpe de vista». Las
mujeres, muchísimo más que eso.
Volvamos unos millones de años atrás:
Las hembras que seleccionaron poco con quien procreaban
acabaron criando hijos poco adaptados al medio, sin protección
del macho y tal vez apartadas del grupo por ser una carga. Se
extinguieron.
Las hembras más selectivas criaron a los líderes de las manadas,
a los descendientes más adaptados e incluso a los que tuvieron
mejor sistema inmunológico.
¿Cómo sabemos que este comportamiento es biológico y
evolutivamente seleccionado? Solo podemos aportar pruebas
indirectas pero muy claras:
1. Vemos que las mujeres de hoy son mucho más selectivas que
los hombres en cuanto a parejas sexuales.
2. Descartamos que sea algo cultural. ¿Se comportan igual en
Japón, en Colombia y en una tribu de recolectores de Nueva
Guinea? La respuesta es que sí.
3. ¿Tiene sentido como rasgo evolutivo para mejorar la
supervivencia o la reproducción?:
a. Una mujer puede tener una cantidad nita de hijos.
b. Una mujer tiene que lidiar con el embarazo y el parto de
forma obligatoria.
Existe un debate in nito entre los evolucionistas y los
ambientalistas1. ¿Somos esclavos de nuestros genes por
evolución o solo el ambiente y la cultura nos hace como somos?
El estudio de esta temática excede la ambición de este libro. O
como decimos los lósofos más académicos: me la suda.
Ahora en serio: mientras funcione para ligar, ¿qué más da?
Por si te interesa este debate y quieres profundizar, en la
bibliografía te dejo un enlace a la tesis doctoral Sesgos ideológicos
en las teorías sobre la evolución del sexo, de García Leal.
Pero avancemos.
¿Los hombres no deberían ser también muy selectivos si
nuestras madres lo son?
No. Por lo que se llama «dimor smo sexual», los hombres son
menos selectivos que las mujeres.
Igual que tenemos diferencias físicas —altura, densidad
muscular, órganos sexuales diferenciados e incluso diferencias
hormonales y cerebrales—, también hay un dimor smo sexual
de comportamiento.
Que ellas sean más selectivas y ellos más promiscuos, es uno de
esos dimor smos. Ojo, también los hombres seleccionan, pero
mucho menos:
¿Con quién te acostarías?
Casi todos los hombres nos acostaríamos con la gura B y no con
la gura A.
Pero ¿con cuál te acostarías en este segundo caso?
Si eres un hombre normal, habrás pensado: «Con las dos». Si
eres un cachondo como yo, tal vez pienses: «Con las dos y, si
puede ser juntas, mejor».
Tranquilo, nadie te está juzgando. Solo quiero que entiendas,
explorando tus instintos, los de las mujeres.
Porque si fuera al revés, si ponemos fotos de dos hombres más o
menos atractivos y les pedimos que elijan acostarse con uno de
ellos, lo más probable es que piensen: «Con ninguno».
Tal vez te dirían: «Este es guapo, me gustaría conocerlo».
Pero de entrada no les nace pensar en tener sexo con un
hombre corriente.
Fíjate, podría haber dicho «imperfecto», «del montón»..., es decir,
ese 80 % de hombres a los que las mujeres atractivas no nos
persiguen...
Su instinto las lleva a un proceso secuencial de descartar, poner a
prueba, descartar, poner a prueba... y así hasta que se enamoran
profundamente.
Con el sexo no termina el juego, ni mucho menos
Los libros sobre seducción clásicos de principio de este siglo
(Ross Je ries, Neil Strauss, Mario Luna, etc.) dicen que el juego
termina cuando te acuestas con ella, pero yo no estoy de
acuerdo.
Estos seductores escribieron en una época de sus vidas en las
que solo buscaban relaciones a corto plazo, por lo que les
importaba un rábano cómo se sentían las mujeres después del
sexo. Incluso algunos veían como un «precio a pagar» que las
mujeres se quedaran enganchadas emocionalmente.
Te aseguro que la dinámica de la seducción no termina cuando la
tienes desnuda en tu cama, ni mucho menos.
He recibido cientos de consultas en estos años precisamente por
este tema: ¿por qué después del sexo ella pierde el interés? ¿Por
qué no quiere ser mi pareja si ya nos hemos acostado? ¿Qué
hace que ellas me dejen a las pocas semanas de relación?
Trataré este tema en un capítulo especí co llamado «Si quieres
hacerla tu novia». Pero sigamos con lo primero, que es crear
atracción... Como ves, resulta mucho más complejo para un
hombre, en gran parte porque la estrategia femenina implica ser
poco clara.
Por eso, es crucial entender la diferencia entre un «todavía no» y
un «ni lo sueñes».
Ojo que esto que te digo es clave, y ninguna feminista de pelo
morado te lo dirá:
Si te descarta, te rechazará.
Si le atraes un poco, te rechazará para ponerte a prueba.
Si le atraes bastante, te rechazará de forma incongruente
para que te des cuenta de que le gustas.
Si la vuelves absolutamente loca porque eres famoso,
superguapo, millonario..., entonces se tirará a tus pies y te
rogará que la hagas tuya. (Tranquilo, esto último tampoco
me pasa a mí).
El problema de esta forma de descartar hombres es el siguiente:
Si ella te dice «no eres mi tipo», tanto puede ser que te considere
repulsivo como que esté poniéndote a prueba.
Si ella te dice que no puede quedar esta semana porque tiene
mucho trabajo, puede que te esté diciendo «sutilmente» que no
le gustas o que realmente no puede quedar porque tiene la regla
y pre ere estar en un mejor momento para una cita.
¿Cómo puedes distinguir entre una situación de descarte de
cuando estás «en proceso de selección»?
1. Por su comunicación no verbal. Lo hablaremos en un capítulo
especí co.
2. Leyendo entre líneas. Hay pequeñas pistas sutiles que pueden
servirte: ¿inicia ella conversaciones o contacto visual? Es bueno.
¿Te dice que ya os veréis en grupo? Es malo. ¿Te es fácil
coincidir con ella, como por casualidad? Es bueno. ¿Sientes que
si tú no haces un gran esfuerzo no tienes interacción con ella?
Es malo.
3. Actuando como si le gustaras. Mientras vas recopilando
evidencias, actúa como si todas las chicas que conoces
estuvieran locas por ti. Háblale con seguridad, tontea con ella
descaradamente, propón varias citas... Busca un «no» claro.
Con los hombres es al revés que el caso femenino: el juego
consiste en encontrar, de entre la masa de chicas, aquellas
receptivas a sus propuestas. Por eso, en este libro te animaré
varias veces a conocer a muchas mujeres, porque la estadística
juega a favor del atrevido (igual que en las ventas).
Soy consciente de que, detrás de la frialdad de mis descripciones,
hay personas que sufren. Lo sé porque yo he sufrido mucho y
porque he trabajado con personas que lo han pasado realmente
mal por este tema.
Y mi solución no es drogarse, llorar en TikTok ni hacerse la carta
astral. Sino entender, aprender y aplicar. Hablaré de cómo hacer
todo este proceso muy divertido.
Otra diferencia importantísima entre hombres y mujeres: los
números.
A un hombre, acostarse con muchas mujeres le da autoestima y
estatus frente a otros hombres. Para una mujer, más bien al
revés. Varios estudios relacionan las aventuras esporádicas con
menor autoestima para las chicas, sobre todo porque
socialmente les puede pasar factura2.
Este es un factor a tener muy en cuenta interactuando con
mujeres: casi ninguna quiere sentirse juzgada por el hombre que
tiene delante, así que cero juicios, cero preguntas sobre body
count y cero suspicacias en este tema.
A menos que estés buscando una «mujer tradicional
conservadora». En ese caso, este no es tu libro. Porque en este
libro no juzgo a las mujeres con la fantasía de la pureza, y si tú lo
haces, estás comprando muchos billetes para sentirte infeliz y
frustrado.
(Spoiler: no hay mujeres «puras». Igual que no hay príncipes
azules).
Qué atrae a las mujeres
Por si todavía no ha quedado claro del todo, hombres y mujeres
somos diferentes.
Esto hace que estallen muchas cabezas, y por ideología hay quien
lo niega, pero la evidencia empírica y cientí ca lo corroboran.
A los hombres les atraen las mujeres, y viceversa (¡oh, sorpresa!).
Homosexuales, bisexuales, asexuales y todas las excepciones
que quieras buscar son solo eso: excepciones. (Más del 90 % de
la población es heterosexual)3.
Y no quiero que pienses que te cuento algo que simplemente
sabe todo el mundo; fíjate que el hecho de que a hombres y
mujeres nos atraiga el sexo opuesto tiene muchas más
implicaciones, respaldadas por los estudios famosos de David
Buss, entre otros psicólogos.
No solo nos atrae el sexo opuesto, nos atraen rasgos diferentes a
cada sexo: una diferencia fundamental es que para los hombres
la juventud y la belleza son clave; en cambio, para las mujeres lo
que genera más atracción es el estatus social del hombre. Si nos
ponemos espirituales, podemos decir que a las mujeres les atrae
la «energía masculina» y viceversa.
En los estudios de D. Buss quedaba claro que los rasgos típicos
de atracción están presentes tanto en hombres como en
mujeres, pero valorados de forma muy distinta.
Para las mujeres el estatus social es necesario, y la belleza física
es deseable, pero no imprescindible. Con los hombres sucede al
revés: si una mujer es atractiva físicamente, a los hombres no les
importa demasiado si trabaja de barrendera o en una consultora
internacional.
Aunque no puedo detenerme mucho en esto, es tan importante
porque muchas veces nuestra intuición nos lleva a equivocarnos.
Un ejemplo:
Demasiados hombres se obsesionan por tener un cuerpo
atlético musculado y no entienden que para ella puede ser
más atractivo un buen trabajo o mucha labia.
Por eso, muchos envían fotos suyas en el gimnasio, sin
camiseta o incluso desnudos no solicitados. A una mujer,
recibir fotos íntimas sin juego ni historia común le ofende.
Una vez más, no puedes tratar a las mujeres creyendo que
funcionan como tú. A continuación, te voy a mostrar algunos
rasgos que generan atracción en ellas según aspectos genéticos
o de estatus social.
Genética (30 %)
La altura y la fortaleza física. Estos rasgos son mucho más
importantes para las mujeres que para los hombres.
La voz. Les atraen voces tirando a graves.
La simetría. Lo guapo que eres.
La inteligencia. Este rasgo es de los que no llaman la
atención a primera vista, y seguramente por eso las
mujeres ponen más a prueba a los hombres que al revés,
además de porque son mucho más selectivas.
Estatus (70 %)
Capacidad económica. El tópico «billetera mata galán» se
hizo famoso por motivos justi cados.
Relaciones sociales. Quiénes son tus amigos a ella le
importa. Obviamente, si eres famoso, mejor, pero incluso
un anónimo genera más atracción si tiene cinco mil
seguidores en Instagram que si tiene cincuenta.
Estilo de vida. Tus hobbies, tus viajes, tus actividades...
Forma de vestir. Hablaré más de este tema, porque pocos
hombres le dan la importancia que tiene para las mujeres.
Experiencias. Ninguna mujer fantasea con «desvirgar» a un
chico joven. En cambio, se sienten atraídas por hombres
que han vivido mucho y proyectan madurez.
ADVERTENCIA: pensar que puedes dedicarte solamente a ganar dinero y
que entonces «ya vendrán» es un error. O que si eres alto con voz grave, el
resto no importa. Recuerda que ellas seleccionan por descarte, y lo
primero que descartan es lo más evidente, lo más visual. Si pasas ese
« ltro» inconsciente, te tendrán en cuenta. Si no, descartado.
Después, profundizaré en lo que un hombre imperfecto debería
cuidar para mejorar mucho la primera impresión que proyecta, y
aunque aquí te haya puesto porcentajes para que entiendas
mejor la mirada femenina, recuerda que para ellas el atractivo de
un hombre es más el resultado de un conjunto de rasgos que
uno especí co.
Redes sociales, apps de citas
y feministas
Los humanos aún nos estamos adaptando a las RR. SS. y a la
tecnología.
No hay ningún precedente de tener a millones de personas
conectadas entre sí y con la posibilidad de interactuar
directamente.
Piénsalo: ahora mismo en Instagram tenéis el mismo acceso a
una chica guapa tú, tu vecino, un máquina del tness y Mario
Casas.
¿Acaso no crees que ejércitos de bellezones no les dejan sus likes,
sus comentarios o incluso sus mensajes directos a estos
famosos, guapos, ricos, etc.?
Recuerda lo de la hipergamia. Hace veinte años competías con el
guapo de tu barrio y el tío exitoso de la zona. Ahora, en redes
sociales..., con miles de hombres que lo tienen todo.
Por eso, ir a conocer chicas a redes sociales suele ser una
pérdida de tiempo y de autoestima para un hombre imperfecto.
Solo si tienes miles de seguidores en IG, un estilo de vida
destacado y disfrutas haciéndote fotos te recomiendo las RR. SS.
para ligar.
Por qué NO deberías usar las aplicaciones de citas (y
dos excepciones)
Las aplicaciones de citas están pobladas de hombres, pero no
sabemos qué porcentaje, porque las empresas que las gestionan
ocultan ese dato.
Mi impresión es que si estas apps fueran bares, serían esos bares
en los que entras, ves que está plagado de hombres menos dos
chicas despistadas... y te vas.
Durante la pandemia del covid, se produjo un oasis fantástico en
el que entraron miles de mujeres a las aplicaciones de citas, y
ligar ahí era sencillo, incluso para hombres imperfectos como yo.
Desde 2021 hasta ahora (2025), el uso de estas apps va bajando
cada año, y aunque nos lo ocultan, mi teoría es que va bajando
sobre todo el porcentaje de mujeres.
Por su naturaleza, ellas pre eren que las cosas «sucedan» a tener
que ser proactivas. Y si encima se encuentran con una avalancha
de cincuenta mensajes nuevos al día... se agobian y salen, o
eligen rápido a los cuatro más atractivos y nunca más vuelven a
la app.
Por eso, para triunfar en las apps de citas, hay que hacerse
muchas fotos, muy buenas y usar técnicas de persuasión muy
a nadas...
Además, las apps solo sirven para iniciar el contacto. Al nal, vas
a tener que quedar con ella y completar el mismo proceso que si
la conocieras en persona... con la diferencia de que si la conoces
en persona es mucho más fácil llegar a una cita que a través de
una app.
Lo que suele suceder con mis alumnos que empiezan por las
apps es que, aunque consigan matches y citas, su habilidad cara a
cara no es su cientemente buena... con la frustración que
supone tener que dar cien likes para hablar con cinco o siete
chicas, llegar a dos citas y no conseguir más que un «ya nos
veremos» que nunca sucede.
Para mí, es muchísimo mejor empezar por conocer a chicas en
persona. Como dice el gran Luis Monge Malo4, a vender se
aprende «barriga con barriga, en persona». A seducir, también.
Voy a machacarte con esta idea: antes de ligar online, aprende
a ligar en persona. Más adelante, descubrirás que esto no
implica meterte en discotecas infernales, que hay muchos sitios
donde socializar con mujeres.
Excepciones:
1. Para introvertidos, supertímidos y hombres con nula
experiencia, el simple hecho de chatear con mujeres ya les
ayuda a mejorar su inteligencia social. En ese caso, sí que veo
interesante el uso de las apps de citas, pero no con el objetivo
de ligar, sino con la idea puramente de entrenarte. Te
recomiendo que busques mujeres maduras, sin foto o con
fotos muy malas, y tengas claro que estás simplemente
practicando conversaciones.
No des esperanzas a esas mujeres; si te preguntan, puedes decir
abiertamente que eres tímido con las mujeres y que estás
trabajando para mejorar tu comunicación. Muchas estarán
encantadas de charlar contigo igualmente, y te servirá mucho
para probar juegos atrevidos, historias picantes y entender
mucho mejor cómo van las dinámicas de mensajes.
2. Como acelerador. Cuando ya eres bueno seduciendo en
persona, cuando ya has tenido veinte, treinta o cincuenta citas
buenas, las aplicaciones te permiten conocer a chicas desde el
sofá de tu casa en pijama, ltrar por a nidades y por feeling,
testear qué busca esa mujer, etc. Es mucho más e ciente que
ligar en persona, pero vas a tener que invertir tiempo y dinero
en buenas fotos y buena presentación. Elaborar un per l
atractivo, si no eres millonario ni guapo, cuesta y tendrás que
hacer muchas pruebas. Eso sí, luego puedes conseguir citas
nuevas cada semana con menos dedicación y esfuerzo que en
persona... Repito: cuando ya has invertido el tiempo en
conocer a muchas chicas «barriga con barriga». Muchos
quieren pasar a esta fase sin invertir el esfuerzo y se estrellan.
El rol del feminismo institucional en las relaciones
Este fragmento puede pasar de moda en los próximos años. Lo
deseo fuertemente.
El feminismo cambió nuestro mundo a nales del siglo XX.
Después de siglos de vivir como ciudadanas de segunda, las
mujeres occidentales reclamaron su derecho a la igualdad con
los hombres, y triunfaron.
Hoy, año 2025, nadie defendería que una mujer no puede
dedicarse a dirigir una empresa, o ser ingeniera, mecánica de
motos o lo que se le antoje.
Nadie en Occidente considera aceptable pegarle a su pareja o
someterla a sus deseos sexuales contra su voluntad.
Las leyes protegen que una mujer y un hombre deban cobrar
igual por el mismo trabajo, e incluso se promuevan estrategias
de «discriminación positiva», como ayudas especiales para
mujeres emprendedoras, ayudas económicas a madres solteras
y cuotas mínimas de mujeres en ciertos empleos.
O sea, las feministas han ganado. Y eso es bueno desde un
punto de vista moral.
Pero algunas no lo han entendido así.
Creen que debería haber al menos 50 % de mujeres informáticas.
En cambio, les parece bien que el 95 % de los trabajos de riesgo
los realicen hombres.
Pasan por alto que más del 70 % de los suicidios sean de
hombres (pero nancian estudios en los que se destaca que las
mujeres «piensan más» en el suicidio).
Y no quiero profundizar, solo en lo que atañe a las relaciones.
El feminismo institucional, ese que quiere cuotas de mujeres
para altos cargos en la dirección de empresas, pero no para
obreros de la construcción, tuvo que buscar otros temas, porque
la igualdad legal y social es un hecho.
Problematizaron las relaciones. Hicieron creer a muchas mujeres
que ser miradas con deseo es misoginia, y que es un problema
horrible que deriva en violencia. Obviamente, el silogismo es
falso: desear a las mujeres no implica violencia..., pero, como ya
te he dicho antes, la premisa tampoco es correcta: desear
sexualmente a las mujeres es natural, ni machista ni misógino, ni
bueno ni malo.
¿Existe la violencia contra las mujeres? Por supuesto. Y la
violencia sexual. Pero se ha sobredimensionado para crear una
alarma social injusti cada. Los desencuentros, discusiones y
con ictos normales de cualquier relación ahora son
masculinidad tóxica.
Incluso hay en España cursos para «deconstruir5» la
masculinidad.
Porque estas feministas proyectan sus propios fantasmas,
inseguridades y recelos en los hombres. En España (INE, 2023)
murieron más de 220 000 mujeres en un año. Adivina por cuáles
se horrorizan las políticas feministas:
Ni por las enfermedades (el 58,4 %, más de 110 000 muertes), ni
por las principales causas no naturales: ¿organizan
manifestaciones por las 1710 mujeres ahogadas en un año? ¿Por
las 1917 mujeres muertas por caídas accidentales? ¿Por las 1072
que se suicidaron?
Claro que no... porque esas no pueden utilizarse para odiar a los
hombres.
Pero los 58 homicidios de mujeres catalogados como «violencia
de género»6 sí provocan titulares en prensa, manifestaciones
públicas y acusaciones políticas contra rivales tachados de
cómplices...
Sería mejor vivir en un mundo en el que la violencia fuera cero
absoluto, pero me parece tan irreal como pretender que nadie
muera ahogado en un país de playas masi cadas. Y es ridículo
criminalizar a los hombres en general, cuando los datos dejan
claro que más del 99 % de los hombres en España son incapaces
de dañar a otro ser humano, hombre o mujer. (En Europa, los
datos son parecidos).
Cuando estas feministas hablan de lo malísimos que son los
hombres, queda muy claro que han tenido experiencias
personales muy negativas, y de esas experiencias concretas
generalizan a todos los hombres. Ojo, que hayan sufrido por sus
relaciones con algunos hombres es algo que entiendo y me daría
pena... si no tuvieran el poder de legislar de manera absurda.
Por ejemplo, en España es obligatorio que cualquier empresa de
más de cincuenta trabajadores ofrezca (y pague) un curso de
«igualdad e inclusividad» para todos los trabajadores, a los que
se les enseñan cosas ridículas como que el sexo y el género no
tienen nada que ver.
Porque este feminismo repudia la ciencia.
Mientras nadie con dos dedos de frente pretende «curar» la
homosexualidad, porque es de origen biológico, estas zumbadas
hablan de que ser hombre o mujer es un sentimiento, o «una
situación social de mayor discriminación, pobreza y violencia»,
por encima de la genética, las gónadas y las hormonas. (Esto
último lo a rmó una ministra de Igualdad, Irene Montero).
Es tan ridículo como decir que la Tierra es plana y que si llegas al
borde te caes. Que existan casos mínimos de disforia de género,
intersexualidad o alteraciones gonadales no cambia la norma: los
humanos tenemos veinte dedos, aunque hay mucha gente que
por genética o accidentes tiene menos o más. ¿Qué loco diría que
hemos de cambiar los libros de texto para explicar que los
humanos tienen entre 0 y 24 dedos? ¿Entre cero y tres piernas?
Pues justo eso están haciendo con el sexo.
En diez años, la evidencia empírica dejará enterradas estas
aberraciones intelectuales de «hay más de X géneros, y no tienen
que ver con el sexo».
Y quiero pensar que en una o dos generaciones tenderemos un
puente de reconciliación entre hombres y mujeres, más allá de
estos dogmas acientí cos. Porque el feminismo queer y
misándrico es una religión sin dios.
Estoy seguro de que esta no será una religión que viva dos mil
años. Afortunadamente.
Errores comunes en la seducción
La friendzone
Las mujeres saben dividir muy bien a los hombres entre
«descartados» para una relación sexual y los «posibles».
Y muchos hombres no tienen eso claro, piensan que estar cerca
de una mujer los aproxima a poder tener algo con ella, y adoptan
un rol asexual, simulan querer una amistad con ella mientras
desearían tener algo más. Lo he visto más en chicos jóvenes,
seguramente la inexperiencia les hace «caer» en eso.
Y también hay mujeres que se aprovechan de sus «amigos
orbitantes»: les piden favores, regalos o atenciones. Algunas
incluso llegan a insinuar que a largo plazo podría pasar algo
entre ellos, aunque en el fondo no tenga ningún interés sexual.
Sobre la friendzone se ha escrito mucho, y decenas de veces me
han preguntado cómo salir de ella.
Es un error.
Tratar de salir de la friendzone es como construir un barco y
luego querer transformarlo en un avión. No vale la pena el
esfuerzo.
Yo me he pasado meses, incluso años, gestionando interacciones
con chicas para «demostrarme» que podía acostarme con ellas.
Horas y horas de esfuerzo para, en el mejor de los casos, tener
un poco de sexo. En la mayoría, ni eso.
Lo que más te va a fortalecer emocionalmente es aprender a
dejar ir.
Lo que más te va a enseñar es conocer más mujeres.
Focalizar tu esfuerzo en seducir a una chica que te da largas o te
rechaza es lo contrario a mi losofía de seducción rápida. Te dará
peores resultados, o ninguno.
La princesa de cuento
Muchos hombres bajos, calvos, obesos, con un trabajo mediocre
y sin carisma quieren ligar «solo con una chica, pero muy
especial».
Muy especial signi ca inalcanzable en este caso: más alta que
ellos, de rasgos exóticos, esbelta, hiperfemenina...
Si tienes más de quince años, ya es hora de abandonar las
fantasías.
Solo un hombre del 1 % puede estar con una mujer del 1 %.
Si tú eres del +- 50 %, puedes estar con chicas del +- 25 %, pero
no más.
Normalmente, esto también se cura con experiencia: cuando te
acuestas con varias chicas reales, empiezas a quitarte la tontería
de las modelos de Instagram.
Porque, en muchos casos, la aspiración de conseguir una
princesa es una fantasía del ego, del deseo de ser envidiado, y
no del auténtico deseo de conectar con alguien real.
Lo que me lleva a...
Ligar por ego
Todos tenemos ego. Y a los hombres nos hace sentir de alto
estatus estar rodeados de mujeres bellas.
Pero, en nuestra intimidad, es posible que nos excite más una
chica de belleza «no normativa» que una diosa nórdica.
A mí me ha pasado conocer a chicas «normales» y no avanzar
más con ellas por el qué dirán mis amigos o mis alumnos. Y
reconozco el error.
Cada interacción con una mujer es una oportunidad de conectar
con un ser humano. Y eliminar el ego de la ecuación abre un
mundo de posibilidades, desde ser capaz de hablar con mujeres
sin necesariamente buscar sexo con ellas hasta disfrutar más de
tu proceso olvidándote del «qué dirán».
Idealizar a una mujer concreta
Esto es diferente a buscar la princesa perfecta, porque se idealiza
a una chica concreta: una compañera de trabajo, de estudios o
de su entorno social.
Muchos hombres, en lugar de conocerla y detectar si ella puede
tener interés en ellos, se limitan a observarla y la ponen en un
pedestal, proyectan en ella cualidades ideales y se dedican a
soñar despiertos por esa mujer.
Evidentemente, no la pueden tratar como a un igual, se les nota
nerviosos o rígidos hablando con ella (si lo hacen), y además es
muy fácil caer en el enamoramiento platónico, incluso en pensar
que ella secretamente también siente lo mismo.
Esto me pasó a mí durante años: chica del colegio, amiga de
amigos o similar, de la que yo secretamente me enamoraba
porque cuando empezaba a gustarme, en lugar de actuar en el
mundo real, me recluía en mis fantasías con ella. Imaginaba
escenarios cticios en los que la chica tomaba la iniciativa
conmigo, o se daba alguna circunstancia por la que era casi
inevitable acabar juntos. Estas fantasías yo las alargaba durante
semanas o incluso meses, y tal vez solo había intercambiado
unas pocas palabras con la chica.
El nal de esta historia siempre era el mismo: ella empezaba a
salir con otro tío, o un día yo me armaba de valor y le expresaba
torpemente que me sentía enamorado. En cualquiera de los dos
casos, yo terminaba con el corazón roto.
Para evitar estas situaciones, hay que echarle coraje:
Cuando te atrae una mujer, trata de socializar con ella,
mucho más de lo que te haga sentir cómodo.
Si ella te responde bien, queda con ella para hacer algo
poco amenazador (que te acompañe a comprar algo o que
te haga un favor. Nunca al revés).
Asegúrate de conocer siempre a chicas nuevas. Si te
relacionas con más mujeres, menos idealizarás a una
concreta.
Cuando una chica te muestra poco interés, descártala
rápido en tu mente.
Babosear (hacer el «simp»)
A la primera de cambio, el arrastrado baboso le dice a una chica
que la ve maravillosa.
Ella le dice su nombre y él responde con tono de enamorado:
«Qué nombre más bonito».
A cada dos frases la llama «hermosa», y en menos de cinco
minutos de conversación ya le ha ofrecido una copa, dejarle su
casa en la playa cuando ella quiera y le ha propuesto invitarla a
cenar («cuando tú quieras, guapa»).
Él no para de mirarla como si mirara su plato de comida
preferido.
No es lo mismo desear que babosear.
No es lo mismo expresar atracción que demostrar necesidad.
El «simp» no entra ni siquiera en las posibilidades remotas
sexuales o románticas: para ellas es invisible, o incluso repulsivo.
Cuidado con algunos que se creen «seductores» y caen en esta
categoría, no son un buen ejemplo.
Estilo de vida y atracción
Importancia del cuidado personal en la atracción
¿Cuánto de importante es la belleza para ligar?
Seguro que jamás terminará este debate, por varios motivos:
Los hombres nos jamos tanto en la belleza que nos
resulta imposible pensar que a las mujeres no les importe
demasiado.
Hay un pequeño porcentaje de hombres que ligan gracias
a su belleza (± 20 % según los estudios en speed datings y
apps de citas que he citado antes).
Fíjate que lo que estoy diciendo no es que la belleza no importe.
Importa, pero la mayoría de hombres no pueden utilizarla como
la usan las mujeres. A los hombres les atrae de entrada un 60-
80 % de chicas; a ellas, ese típico más o menos, 20 %.
Y voy a darte un argumento empíricamente comprobable:
¿cuántos ricos están casados con mujeres poco atractivas?
¿Cuántas mujeres espectaculares se emparejan con famosos o
ricos objetivamente feos?
La mayoría de hombres tendrá más éxito con las mujeres
dedicándose al dinero, proyectos y ambiciones que no
poniéndose cremas o laca en el pelo, como te he indicado antes,
más o menos el 70 % del atractivo de un hombre depende de su
valor social. Pero como no vas a creerme todavía, te cuento más
sobre el aspecto físico...
Déjame que te hable de mi de nición de belleza:
Simetría facial y corporal → que tu lado derecho sea igual que tu
lado izquierdo.
Rasgos de salud → el ratio hombros-cintura y cintura-cadera,
pelo bonito, piel brillante en cuanto a las mujeres, y en los
hombres mentón prominente, barba poblada, etc.
Esta belleza, la belleza de Margot Robbie o de Ana de Armas y de
hombres como Ryan Gosling o Timothée Chalamet, es la que
ellas valoran poco en cuanto a atracción.
Fuente: Free Malaysia Today - https://www.freemalaysiatoday.com/category/leisure/2023/11/29/timothee-
chalamet-turned-to-vocal-coach-for-wonka/.
La belleza que importa en un hombre puedes llamarla
«presencia».
¿Qué componentes tiene una presencia que proyecte alto
estatus?
Tamaño y proporciones.
Ser más alto que ella es importante. Y más corpulento. Ellas se
jan más en que parezcas capaz de protegerla que en tu
porcentaje de músculo/grasa. Es mejor que te sobren cinco kilos
a que te falten cinco kilos.
Si eres bajo y delgado, ¿qué? Trabaja tus músculos. Come como
una bestia. Y vístete con ropa que te haga parecer más grande.
En casos extremos, unos zapatos con algo de alza pueden
ayudarte. Yo los usé durante una época para experimentar,
aunque yo mido casi 1,80; en alumnos míos de menos de 1,70 se
notó más que en mi caso.
Aspecto cuidado.
Esos dos pelos que te salen de la nariz a ella sí le importan. Que
lleves una mancha antigua de café en la camisa, también. Y se va
a jar en la marca de la camisa.
Sé que a ti lo normal es que te dé igual si ella viste de Gucci, de
Shein o de Wallapop. Para ellas no es así. Si tienes más de treinta
años y llevas camisetas viejas con publicidad de Fontanería Pepe,
ya puedes tener buen juego, que no te va a servir.
Saber vestirte, saber combinar colores, complementos y
entender cómo ir arreglado según el evento social demuestra
una inteligencia social que resulta atractiva.
Ninguna mujer se va a mojar de excitación por ver que combinas
el rojo con el azul, pero sí puede descartarte por llevar un zapato
agujereado.
Si eres del equipo de los calvos, rápate o aféitate la cabeza. Si
tienes pelo, llévalo arreglado y limpio.
Así que, como mínimo, tienes que cuidar estos cuatro aspectos
que te detallo a continuación.
La barba masculina
Es como el escote de las mujeres. Sexy.
No acabo de entender por qué entre los años cincuenta y los
noventa los hombres se afeitaban a diario. Gracias a los hípsters
y a la moda grunge, muchos se dieron cuenta de lo poderosa que
era la barba.
Una vez más... mínimamente arreglada. La barba que funciona
no es simplemente dejarla crecer hasta el in nito y más allá...
El modelo gigachad es un buen indicador... barbita de una
semana, o incluso más larga, pero recortando en las mejillas y el
cuello.
Que no parezcas un «dejado», pero sin obsesionarte. Tampoco
es necesario ir a un barbero a que te haga un degradado
milimétrico de la barba entre mejilla y mentón.
La excepción de los años ochenta... Indiana Jones.
Fuente: John Gri ths - https://commons.wikimedia.org
Fíjate en esa barba incipiente de Harrison Ford, encaja
perfectamente con el personaje aventurero y canalla que
encarnó en las primeras películas de la saga.
Del aventurero con edad de jubilado de las dos últimas... mejor
no hablo. Quédate con la imagen «descuidadamente arreglada»
del personaje original.
Los pelos inoportunos
Las cejas «metrosexuales» en hombres son lo peor que se ha
inventado después de los calcetines cortos en invierno. Si no te
dedicas a hacer de drag queen en tu tiempo libre, tus cejas deben
parecer naturales.
Pero sin pelos «extralargos». Puedes arrancarlos con pinzas o
recortarlos.
Los de las orejas y la nariz, igual.
Los dientes
Pocas cosas cortan tanto el rollo como una boca sucia o mal
cuidada.
¿Qué sentido tiene machacarte en el gimnasio si luego abres la
boca y te faltan dientes, están apiñados, amarillos o sucios?
El aliento, lo mismo. Cuídalo. Los chicles en el bolsillo,
imprescindibles.
Y hablando de olores...
La higiene
Me siento un poco ridículo incluyendo estos consejos tan básicos,
pero me he encontrado en eventos y cursos varias personas que
fallaban en estos básicos y pensaban que el problema era su
«juego».
De verdad: con veinte kilos de sobrepeso, vistiendo ropa sucia,
pelo grasiento y dos dientes menos, no hay «técnica» que valga.
No exagero. Lo he visto.
Fuente: https://www.sharpdressedman.org
Me da igual si usas una colonia de supermercado, el perfume
más caro o si no llevas ningún perfume.
Pero no puedes oler mal. No basta con ducharse por la mañana.
Si vas a una cita o a salir con colegas, te duchas otra vez justo
antes de salir. Y si te duchas por la mañana, luego vas al
gimnasio y por la noche sales, entonces serán tres duchas. No
pasa nada, de verdad que tu pene no encoge por tocar agua y
jabón.
Por cierto, si luego pasas 24 horas sin ducharte porque no ves a
nadie, tampoco pasa nada. No es un tema médico, sino social.
Tus hobbies mejoran tu atractivo
Las mujeres son seres atractivos. Los hombres se construyen
como seres atractivos.
Sí, ya sé que es injusto. Una mujer guapa no ha de hacer nada
más que presentarse.
Un hombre ha de saber cosas, hacer cosas, dominar cosas...
Y no cualquier cosa.
Ser el mayor experto nacional en cuidado de palomas
mensajeras te va a abrir pocas piernas puertas.
Ser experto en magia, baile, fotografía, horóscopos o temas
espirituales te acerca mucho más a conectar con ellas.
Fíjate, actividades en las que tú eres el estímulo que provoca
emociones o en las que se genera una conexión profunda
ayudan mucho más que actividades consideradas infantiles o
que a ellas les son indiferentes.
No tengo ningún odio a los videojuegos, pero, aunque te
encanten, no debería ser tu tema central de conversación. Ni el
fútbol.
¿Deberías ocultar estos hobbies? No, pero te recomiendo que
cultives alguno más atractivo. Y que te guste de verdad:
demasiados hombres sufren tratando de bailar sin que les
apetezca.
Además, vivir experiencias haciendo senderismo, escalada, viajes,
retiros espirituales, etc., le dará mucha más riqueza a tus
conversaciones. Te recomiendo que pruebes muchas cosas,
gratis o muy baratas, hasta que encuentres esas a ciones que
enriquezcan tu vida personal y social.
Además, sentirte competente en una o varias áreas aumentará
tu con anza. En el siguiente capítulo hablaré con profundidad de
la seguridad en ti mismo, pero no puede desligarse la con anza
de tu estilo de vida.
Si vives sufriendo por el dinero, sin ninguna ilusión ni
ambiciones, es muy difícil sentirte con ado.
Si no sabes por dónde empezar, dos básicos:
Entrenamiento de fuerza. Esto aumenta tu testosterona y
tu masa muscular. Ambas te ayudarán a sentirte más
con ado y a mejorar tu atrevimiento en general. Además,
es una actividad baratísima que puedes hacer en casa o en
un parque.
Trabajo. Mejorar tu situación nanciera nunca viene mal.
Consigue un trabajo o busca uno mejor, emprende,
asóciate con alguien y monta algún negocio.
Y no hablo de convertirte en físico-culturista ni en millonario.
Simplemente que dejes de quedarte sentado haciendo scroll
in nito en redes sociales...
Proyectos y ambiciones en la percepción del atractivo
Pocos pueden hacerse millonarios.
Pero todos podemos tener proyectos, ambiciones, aspiraciones.
Recuerda que a las mujeres les atrae lo masculino:
competitividad, ambición, foco, decisión, atrevimiento...
Y las mujeres no solo se sienten atraídas por el triunfador,
también les atrae el potencial triunfador.
Podría hacerte aquí la especulación antropológica clásica: ellas
son detectoras de futuros millonarios, futuros famosos, futuros
líderes... porque si «cazan» a uno de estos, su éxito reproductivo
futuro será mayor, y es más fácil seducir a una promesa que a un
triunfador consolidado.
Pero tampoco es necesario que el motivo sea este. El hecho,
demostrado empíricamente, es que un futuro médico es
percibido de mayor estatus que un camionero. Aunque el
camionero esté ganando un gran sueldo y el otro viva de sus
padres.
Incluso si estás sin empleo, es mucho mejor proyectar que tienes
un proyecto, una aspiración... que parecer alguien conformista.
Mejora tu con anza
Desarrollar con anza interna
Con anza no es igual a no tener miedo.
Ser con ado consiste en saber que se sentirán emociones
incómodas y actuar igualmente. O sea, el hombre con ado no es
con ado porque no sienta, es con ado porque se expone a
sentir.
Sé que a muchos hombres les molesta hablar de emociones y
sentimientos, por eso creo que es tan importante hacerlo.
Mejorar la con anza no consiste en decirse «lánzate ciegamente
o eres maricón». Esa exposición brusca a emociones incómodas,
la invalidación de las emociones o la vergüenza por sentirlas
pueden generar aún mayor inseguridad.
Y ojo, que muchos coaches/mentores/terapeutas utilizan este
tipo de aproximaciones durísimas.
Los obligan a ridiculizarse en público, a generar situaciones
violentas con mujeres, todo para «salir de la zona de confort».
Yo creo que da mejor resultado en más hombres una estrategia
amable y progresiva. Pero siéntete libre de experimentar dónde
está tu límite.
Si a ti te funciona tirarte a una piscina sin saber nadar... OK.
Yo pre ero llevar a mis alumnos por una pendiente suave, donde
el agua llega primero a tobillos y rodillas, luego a la cintura y un
poco más adelante empiezas a nadar, pero siendo consciente de
que en cualquier momento puedes volver a la zona donde
puedes ponerte de pie.
Emociones incómodas
Fíjate que no digo «negativas».
Aunque hay emociones que nos gustan y otras que nos son
desagradables, no es correcto llamarlas emociones malas o
negativas.
Todas las emociones tienen una función positiva:
El dolor tiene una función clara: que huyas de lo que te
daña.
El miedo: que sobrevivas.
La vergüenza: te frena a hacer cosas inadecuadas que
podrían dañarte, como robar o reírte de alguien más
fuerte que tú.
La tristeza: te manda la señal para que te cuides, te
recompongas y, si hace falta, hagas cambios en tu vida.
Yo mismo recuerdo exactamente el día en que empecé a
adelgazar desde una obesidad casi mórbida.
Estaba en una cena con amigos: pizzas, hamburguesas, nachos...
Cuando empecé a comer, sentí una mezcla extraña de tristeza y
asco, porque esa comida tan suculenta ya no me sabía bien.
Además de estar muy habituado a esos sabores, porque los
comía cuatro o cinco veces por semana, me saltó una alarma
emocional muy potente.
Apenas probé bocado, estuve al borde de las lágrimas todo el
tiempo. Me preguntaron y yo no sabía muy bien qué contar, puse
excusas..., pero yo sabía que dentro de mí se había roto algo.
Adelgacé desde esa noche unos cuatro-cinco kilos al mes durante
mucho tiempo, impulsado por emociones que podríamos
catalogar de «negativas» (incómodas).
En los más de quince años que llevo enseñando habilidades
sociales, diría que más del 50 % de mis alumnos vienen movidos
por una emoción de este tipo.
Muy pocos re exionan así: «Creo que ha llegado el momento de
mejorar la forma que tengo de encarar mis interacciones con
chicas, voy a buscar al mejor experto para que me enseñe».
La mayoría viene motivado por el dolor crudo de una ruptura. O
por la vergüenza del rechazo repetido en el tiempo. O por la
tristeza de haber sido mandado a la friendzone después de meses
detrás de una chica.
Esas emociones sirven. Mucho.
Y yo las utilizo en favor de mis alumnos, porque sé que en ese
momento son receptivos a tomar unos riesgos emocionales que
no tomarían en otra situación.
Es el momento de lanzarse a conocer chicas nuevas.
Es el momento de gastarse dinero en ropa buena o
cambiarse a un look más arriesgado.
Es el momento de abrir su círculo social a otros hombres
en situación parecida.
Luego profundizaremos en cómo gestionar esas emociones
incómodas en el ámbito de la seducción, pero ya tienes el primer
paso.
Acepta que vas a sentir emociones incómodas.
EJERCICIO: la próxima vez que sientas miedo, tristeza, dolor, vergüenza, no
luches contra la emoción, recuérdate que eres humano, di mentalmente: «Estoy
sintiendo XXX, una emoción que me es incómoda y que en mi cuerpo se siente
como YYY».
O sea, en lugar de ceder a nuestro piloto automático que dice:
«Ay, qué incómodo, no puedo soportar esto que me pasa, mejor
me voy y paso de mujeres, que encima se lo tienen demasiado
creído», prueba a traspasar ese miedo. Créeme, puedes soportar
mucho más de lo que imaginas.
El gurú del tness y desarrollo personal David Goggins dice que
cuando pensamos que no podemos soportar algo, todavía
estamos al 40 %. Yo no pretendo que llegues al 90 % ni
muchísimo menos, pero sí a una incomodidad del 30-35 %.
Por ejemplo, puedes estar sintiendo nervios y miedo, que se
traducen en la boca seca y una sensación desagradable en el
estómago.
Identi car qué sentimos y cómo se re eja en nuestro cuerpo, sin
juzgar, sin sobrerreaccionar, es el primer paso para ser muy
poderoso emocionalmente. (Sí, deberían enseñarnos esto en el
colegio).
Creencias limitantes
Todos las tenemos. Y muchas veces no somos conscientes de
que son creencias, pensamos que son hechos.
«Soy demasiado mayor».
Esta creencia la tenía yo a los 32 años.
Ahora me parece ridículo; si pudiera volver atrás ahora mismo,
me volvería loco ligando con chicas con las que, en ese
momento, no me atrevía por creerme demasiado viejo.
Ojo, seguramente dentro de diez años pensaré que con 48 era el
momento perfecto para hacer vete a saber qué...
Pero esto es solo un ejemplo.
Otros ejemplos:
«Soy demasiado
bajo/alto/gordo/feo/calvo/pobre/tímido/aburrido...».
Son in nitas.
Seguramente tienes unas cuantas creencias de este estilo, y
sobre las mujeres también.
«Las mujeres solo se jan en...».
Normalmente va seguido de algo en lo que tú no destacas.
Los pobres dicen que el dinero. Los calvos, el pelo. Los callados,
que lo más importante es tener labia.
¿Hace falta decir que no todas las mujeres se jan SOLO en lo
que tú no tienes?
Déjame que te regale un par de creencias más poderosas:
Hay tías tan raras como para que les gusten los asesinos
en serie (hibristo lia).
Hay tías tan raras como para que les gusten los tíos que
las atan y las azotan (masoquistas).
Esto es un hecho.
¿Podría ser que haya chicas tan raras como para que les gusten
los tíos como tú?
Será un 5 %, un 10 % o un 50 %, no lo sé. Pero sí sé que vale
mucho la pena encontrar a esas chicas...
EJERCICIO: sal a la calle, ve a un sitio muy transitado y ponte a observar a las
parejas que pasen. Seguro que verás a un tipo calvo, pobre, bajo, gordo... con
pareja.
Me da igual lo cruel que haya sido alguna chica contigo. O que en
Tinder no tengas matches. Eso es lo normal, eso les pasa a
muchos hombres... Y también esos hombres encuentran a chicas
que valoran más sus virtudes que sus defectos.
Otra creencia potenciadora:
Aunque conocieras a cinco chicas nuevas cada día, no
podrías conocerlas a todas. Hay demasiadas mujeres en el
mundo.
¿Entiendes lo brutal de esta noticia?
El mercado del amor es in nito. Hay demasiadas chicas
solteras ahí fuera para que te quedes encerrado en ti mismo.
Entiendo que tú querrías que todas las chicas atractivas y
receptivas estuvieran a dos minutos andando de tu casa, pero
eso no es así (o invítame a visitar tu barrio).
Si tienes la suerte de vivir en una ciudad mediana o grande
(+ 500 000 habitantes), solo has de ir a la zona de tiendas,
terrazas o bares para conocerlas.
Si vives en un lugar pequeño, tendrás que moverte más, entre
pueblos, o ir de vez en cuando a la ciudad más cercana.
Porque tu misión a partir de YA debería ser conocer al menos a
cinco o diez mujeres cada semana. (Luego te contaré más
detalles).
De momento, cada vez que te venga un pensamiento del estilo
«esa chica está fuera de mi liga» o «esas chicas son demasiado
guapas/altas/jóvenes», plantéate que eso es una creencia, no un
hecho.
Igual que «seguro que tiene novio», «seguro que es una estirada»
o cualquier otro tipo de intento de adivinación.
Nuestra mente trata de protegernos de supuestos riesgos, sean
físicos o sociales, y por eso crea catástrofes imaginarias en
nuestra mente, como que aparece un novio celoso y nos da una
paliza de muerte.
Hecho: llevo quince años ligando activamente, yo, amigos míos y
alumnos míos. En nuestra experiencia directa, nunca nos hemos
metido en una pelea por hablar con chicas.
TRUCO: ¿sabes esas discotecas o bares con mala fama, donde un
día hubo una agresión, o una pelea famosa? Ahí no vamos.
Punto. Yo siempre me muevo en entornos de gente de clase
media tirando a media-alta, donde los hombres son muy
civilizados.
Incluso para ligar en la calle, jamás me movería por una zona
con ictiva. Siempre donde están las mejores tiendas de la ciudad
o los centros comerciales de tiendas caras.
TRUCO 2: sal a ligar, no a defender tu ego. Si aparece un novio, o
incluso un amigo «protector», cero agresividad. ¿Qué
conseguirías tratando de quedar por encima de ese tío?
Problemas.
«Hacéis muy buena pareja» o «Te estaba guardando el sitio» son
frases que desactivan cualquier situación violenta... sobre todo si
inmediatamente te vas.
Los «machitos alfa» me llamarán cobarde; yo llamo gilipollas al
que se mete en peleas en lugar de ligar con mujeres.
Técnicas para aumentar la con anza al acercarse a
mujeres
Cambia tu propósito
Cuando el hombre inexperto piensa en acercarse a una chica,
fantasea con la idea de tener algo sexual o romántico. Además,
evalúa la di cultad que imagina de obtener ese resultado. Si el
tipo no está bebido (te recomiendo no estarlo), se le pasarán por
la mente escenarios catastró cos:
La chica riéndose de sus intentos de seducción.
Humillación pública de los que vean la escena, riéndose de
él.
La policía deteniéndole por atreverse a hablar con una
mujer hermosa.
La mayoría de las veces, ese hombre no actuará. Esto tiene
mucho sentido, porque ciertamente es difícil saber si a una mujer
le va a interesar una conversación o algo más con un tipo normal
e imperfecto.
Por eso hemos de cambiar el enfoque. A mis alumnos, lo que
más les ayuda es dejar de enfocarse en seducir. Suena
paradójico, y funciona mucho.
A partir de ahora, cuando vayas a hablar con una mujer, tu foco
debería estar en:
Divertirte.
Practicar tus frases.
Observar su comunicación no verbal.
Practicar tu CNV.
Trabajar tu con anza.
OJO: no digas «quiero dejar de pensar en ligar», porque a la
mente no le gusta que trates de no pensar en algo. Si tratas de
no pensar en un oso polar, es inevitable que aparezca la forma
blanca de un oso polar en tu mente. Cuanto más intentas quitar
al oso polar de tu cabeza, más está ahí.
En cambio, si focalizas tu pensamiento en lo erguido que te vas a
poner, en tus movimientos lentos y pausados, en esa media
sonrisa que vas a esbozar... tu pensamiento deja ir al oso polar
de antes.
Te acabo de dar el primer pilar para atreverte más con las chicas.
Revisa los puntos de arriba, en eso deberías focalizarte. Anota
esos cinco puntos en tu teléfono y, antes de empezar a
interactuar con mujeres, léelos. Te aconsejo que te centres en
uno o dos máximo cada vez, porque nuestra mente no puede
focalizar tantos elementos a la vez.
Acepta el rechazo
Excepto para tu madre, no eres un ser único e irrepetible. ¿Acaso
deberías gustarle al 100 % de las personas? ¿Por qué motivo tú
deberías ser el único al que no rechazan?
Ya sé que la sensación de rechazo es dolorosa. Recuerda que yo
soy muy imperfecto, y como hombre imperfecto me han
rechazado decenas si no cientos de veces. Gracias a esos
rechazos he encontrado el amor, he tenido tanto sexo como he
querido y soy asquerosamente feliz.
Que una chica no quiera hablar contigo, bailar contigo, ir a una
cita o acostarse contigo no te de ne a ti como persona, ni a ella.
Solo de ne vuestra relación.
¿Acaso tú le deseas el mal a las mujeres que no te atraen? Lo
normal es que cuando ves a una mujer mayor, con sobrepeso, la
cara arrugada y sin dientes... simplemente la ignoras. Le prestas
cero atención, no te ríes de ella ni la humillas. (Y si no es así,
busca ayuda urgente).
Entiende que al revés es igual. Una chica que te dice «no doy mi
número a nadie» porque le atraes cero, dentro de cinco minutos
ni te recordará. La buena noticia es que si haces tu trabajo, en
veinte minutos tú tampoco la recordarás a ella.
A todos los rechazan
Cuando una chica me demuestra desinterés, o me rechaza
directamente, aparecen ciertos pensamientos:
«Soy demasiado feo».
«Soy calvo».
«Estoy gordo».
Y desde hace unos años...
«Soy demasiado viejo».
Mi historia como hombre imperfecto y mis heridas me llevan a
darme estas explicaciones. Por fortuna, tengo otra voz en mi
interior:
«A Laura sí le gustas. Y te quiere».
«También le gustas a Marta. Y a Jessica. Y a Sandra».
«Le gustaste su ciente a Eli, a Bea, a Mónica, a Erika...».
Justo escribiendo esto, me doy cuenta de las decenas de
nombres que he olvidado. Las tengo en mi mente como «la
búlgara, la que fumaba, la doctora antropóloga, la enfermera X,
la que conocí en tal sitio, la de esa esta, la amiga de...».
Sí, yo tengo muchos recuerdos positivos. Pero seguramente tú
también tienes algunos: esa novia, esa chica que te tiró la caña, la
amiga de alguien que a ti no te gustaba pero tú a ella sí... Para
ellas, ni eras demasiado bajo, ni demasiado pobre, ni demasiado
lo que te diga tu mente.
EJERCICIO: Recuerda qué feedback positivo has recibido de mujeres, anótalo,
con los detalles que más ilusión te hagan.
Puede que no me creas, pero el simple hecho de haber
recordado nombres y momentos positivos con mujeres —
mientras escribo esto— me ha puesto una sonrisa en la cara y
una sensación muy agradable en el pecho, como de «joder, si es
que lo he hecho muy bien».
Dentro de un tiempo, irás añadiendo más recuerdos positivos a
tu lista mental o escrita. Cuando te surjan pensamientos de «no
soy su ciente», recuerda que hay chicas para las que eres ideal,
con todas tus imperfecciones.
Y si todavía no tienes su ciente feedback positivo... ya tienes otro
propósito para acercarte a chicas: crear nuevos recuerdos
positivos.
Yo nunca ligué en un bar o discoteca hasta los 32 años, jamás me
había acostado con una chica desconocida hasta los 33..., pero
en un momento clave, empecé a construir unas experiencias tan
potentes que me permiten incluso publicar este libro.
Para mí, hubo un momento clave.
Yo tenía tanto miedo a acercarme a conocer chicas que me lo
pensaba mucho. En tres-cuatro horas, tal vez solo iniciaba un par
de interacciones, después de darle vueltas, observar a todas las
mujeres del local y pensar veinte veces qué decir.
Además, usaba un estilo muy indirecto, social, para evitar ser
rechazado de forma directa. Si hacía una o dos preguntas
sociales y algunas me respondían poco interesadas, me iba
rápidamente... y, aun así, me torturaban pensamientos negativos
sobre mí mismo.
Porque con tan poca acción y tan poco atrevimiento, me costaba
conseguir buenos resultados. En cambio, conocí a unos tipos que
ligaban mucho más que yo.
Eran deportistas, más altos, jóvenes, guapos... lo tenían todo.
Pero me quedé muy sorprendido cuando empecé a salir con
ellos de esta.
No hablaban con menos de diez mujeres por noche, y los
rechazaban más que a mí. Mucho más.
Era habitual ver a Pau hablar con una chica y que la tía en menos
de veinte segundos hiciera un gesto de desagrado y se marchara.
Recuerdo a Alfons sentarse en el banco de un bar al lado de una
chica, la chavala mirarle con cara de aburrimiento, levantarse e
irse.
Inmediatamente después, se sentó otra chica, y Alfons tardó
menos de un segundo en ponerse a hablar con ella.
Pau y Alfons, con su aspecto más «alfa», levantaban mil veces
más defensas que yo y mis preguntas indirectas.
«Ostras, no es el físico. Es que el juego es así».
Veinte creencias limitantes me saltaron por los aires: ni el físico,
ni la altura, ni el pelo... las mujeres rechazan a hombres casi
perfectos. ¡Claro que me rechazan a mí también!
Tardé todavía un tiempo en atreverme más, en ser más directo
en mis interacciones..., pero dejé de torturarme por cada chica
que me respondía con monosílabos o que de repente tenía
ganas de ir al baño.
Ellas son más selectivas y menos receptivas
Es posible que tú, que estás leyendo esto, seas parecido a mí. O
tal vez te parezcas más a mis amigos guaperas.
Pero del rechazo de las mujeres solo hay una forma de escapar:
morir virgen.
Los hombres vemos atractivas a la mayoría de mujeres entre 18 y
35 años. Ellas al revés, como ya te he explicado.
Además, los hombres tenemos entre diez y veinte veces más
testosterona que las mujeres. No «sumar diez», sino multiplicar
por diez.
Disculpa la explicación tipo Barrio Sésamo, pero esto es
importantísimo.
Un hombre normal está entre diez y veinte veces más
sexualizado que una mujer, y lo mismo con la agresividad y la
propensión a arriesgarse... la testosterona nos condiciona
mucho, tal como explica Carole Hooven en su libro Testosterone:
The story of the hormone that dominates and divides us.
Por eso, una buena noche de esta para un tío acaba en sexo.
Para una mujer, en recuerdos de risas, bailes y atención
masculina.
Para una mujer, pasar de lo social a lo sexual es un camino
mucho más largo y lleno de curvas que para un hombre.
¿Entiendes ahora por qué esa chica puede estar encantada de
hablar contigo un rato, pero no quiere irse a la cama ahora
mismo? Ellas no tienen ninguna prisa.
Para que entiendas el símil, imagina que una chica desconocida
no muy guapa te propone casarte con ella al momento. Tendrás
que mantenerla, tener hijos con ella y serle el.
Lo más normal es que al leer « delidad», «mantener a la chica» e
«hijos» te dé mucha pereza. Digamos que los hombres no
tenemos excesiva prisa por comprometernos de entrada... pues
justo eso les pasa a las mujeres con el sexo.
Al no sentir tanto impulso sexual, al suponerles a ellas mayor
inversión biológica inconsciente y al no ser tan visuales, se lo
piensan mucho más.
Pero...
La estadística juega a tu favor
Cada día hay mujeres que deciden «soltarse el pelo», porque
hace tiempo que no conocen a alguien nuevo, porque han roto
una relación larga, porque están ovulando...
Yo no tengo la experiencia de haber ovulado nunca, pero, por lo
que dice la ciencia, cuando una mujer está ovulando, su
receptividad sexual se multiplica a causa de la liberación de
estrógenos.
Exacto, tiene tantas ganas de sexo como un hombre. O más.
Por eso, hacer tu trabajo no es ponerte guapo y esperar que una
chica te hable... tu trabajo es ir a sitios donde van las mujeres
más receptivas, hablar con muchas y detectar a esas con las que
conectas bien y están preparadas para conocer a alguien.
No me digas que es injusto tener que hablar con diez chicas para
que te hagan caso una o dos: ya lo sé. Recuerda las alternativas:
morir virgen o casarte con la que no quiere nadie más...
Te lo voy a poner peor: mientras estés aprendiendo, tu ratio de
éxito será aún más bajo, porque cometerás muchos errores. Es
posible que las cincuenta primeras con las que hables no sirvan
para nada a nivel de resultados.
La buena noticia es que, con práctica y tiempo, mejorarás mucho
más de lo que te atreves ahora a imaginar. ¿Esa fantasía loca que
ahora mismo te da vergüenza pensar? La puedes llevar a cabo
mientras no incluyas a mujeres concretas (ni a mí, aparecer en
tus fantasías sería muy raro...).
Además, ya sabes que en realidad no hay nada malo en ti.
Simplemente, el juego de la seducción es así.
Rechaza tú a la chica que no te aporta
Esta paradoja es de lo más potente que voy a explicarte, y si
tienes poca experiencia, difícilmente la entenderás, pero no pasa
nada. Dentro de varios fracasos estarás preparado para esta
lección.
¿Por qué digo que es una paradoja?
Porque cuanto menos quieres que te quieran, más te
quieren.
Cuanto más dispuesto estás a cortar una relación, más te
valoran.
¿Signi ca esto que para ganar con anza tienes que decirle a las
chicas con voz forzadamente grave: «Nena, trata de no
enamorarte, no soy material de novio»?
Obviamente, no.
Igual que es ridículo decir «soy muy gracioso» o «tengo a veinte
tías detrás». Esas cosas no se dicen, se proyectan con tu actitud y
tus acciones.
El gracioso utiliza el humor.
El mujeriego tiene una actitud despreocupada que transmite que
puede elegir.
Ahora vas a aprender parte de esa actitud de tío atractivo, pero
hasta que te lo creas genuinamente no te saldrá ni al 50 %.
Para empezar, tu interés siempre ha de estar condicionado a
que ella invierta. Si quieres hablar con una chica, no tolerarás
que te responda monosílabos o que te ignore para ponerse a
hablar con alguien que pasa por allí.
Otro básico es ir a por lo que quieres, sin pedir perdón por ello.
Estoy hablando de sexo, claramente. En tu forma de mirarla, de
tocarla, de interactuar con ella... tiene que sentirse que la deseas
sexualmente... y que no necesitas disimularlo.
Ojo, no en tus palabras. En tus acciones. Y nunca transgredas el
principio anterior, siempre condicionado a su interés.
Tú no le dirás a ella: «Quiero tener sexo contigo». Pero si ella te
pregunta: «¿Estás aquí para ver si follamos?», le responderás: «Se
puede negociar si lo pides educadamente».
Si ella dice: «Los tíos solo pensáis en sexo», puedes responder:
«Mentira. También pensamos en fútbol, menos yo, a mí el fútbol
no me gusta mucho».
Desafíala, tómale el pelo, dile que con esos zapatos seguro que
bailaría fatal... No la necesites, pero sigue hablando con ella
mientras haya partida.
Es muy potente la idea de ir con la interacción perdida.
Te acercas pensando: «Voy a que me manden a la mierda». Y
resulta que te responde bien. Le haces una pregunta atrevida,
pensando: «Va, dime que soy un salido»... y le hace gracia.
Te pregunta algo y quieres hacerte el arrogante. Le diré: «¿Estás
tratando de seducirme con esa preguntas?» para que me mande
a la mierda. Pero en lugar de enfadarse, se pone roja... duda y
cambia de tema. Ahí ya ves señales claras... Al nal, esa partida la
vais a ganar ambos.
Y si en lugar de lo anterior, te manda realmente a la mierda...
Bien, ya lo sabías.
Pero es una gran receta para el éxito y para tu con anza
demostrarte que tú puedes comportarte como esos tíos de
1,90, mandíbula cuadrada y brazos de acero.
Cuando interiorices esto, lo pongas en práctica y una de cada
tres te siga el rollo, vas a querer hacerme un regalo. Aquí tienes
mi PayPal (es broma).
Y con las otras dos de cada tres, a la mínima que veas que te
responde mal, que te ignora..., le das la espalda y te vas a por
otra.
«In your face», decíamos mi amigo Ángel y yo («En tu cara», en
español).
Esto signi ca que en cuanto una chica nos decía (con voz de pito):
«es que yo tengo novio, es que yo solo he salido a bailar, es que
yo...», nos dábamos media vuelta y nos poníamos a hablar con la
chica que estaba más cerca de allí. Decenas de veces he visto
miradas de rabia-celos, incluso una chica vino a interrumpirme
cuando hablaba con otra porque —según ella— yo había sido un
maleducado por irme sin decir adiós.
Las presenté, se creó una situación tensa y le dije a la primera
chica que luego la buscaría, que me diera su número. No me lo
dio.
Horas después, estaba follando con la segunda chica. No tengo
pruebas pero tampoco dudas: esa escenita de celos jugó a mi
favor.
Y mi actitud fue clave: la primera chica se puso celosa, debía
estar «jugando» a hacerse la difícil y le salió mal. Quería tener la
última palabra, o verme incómodo... y ante su provocación se
encontró a un tío rme, con ado y hablando relajadamente. Pero
el efecto con la segunda chica fue aún más potente: ¿quién será
este calvo que deja a tías guapas colgadas? ¿Cómo se atreve a
pedirle su número delante de mí sin dudar un segundo?
En realidad, mi corazón se puso a latir a mil por hora, se me secó
la boca y no tenía ni puta idea de qué hacer. Por eso las presenté,
porque así tenía treinta segundos para hacer algo mientras mi
cerebro (acelerando a mil por hora) buscaba recursos para
gestionarlo.
Pero nadie se dio cuenta. Y yo ya sabía que mi sensación interna
de «voy a morir» no se ve fuera, a menos que la exteriorices
dudando, pidiendo disculpas veinte veces, mostrándote sumiso,
etc.
Por eso es tan importante tu actitud: cuanto más actúes como un
tío lanzado, social y sexual, más cómodo te sentirás en ese rol... y
más te lo creerás tú mismo.
Es el «fake it ´till you make it» de Amy Cuddy. (Fingir hasta
conseguir, adaptado al español).
Y hablando de ngir hasta conseguir... yo pasé de que todas mis
novias me dejaran a elegir con cuál me emparejaba,
simplemente dejando de «quererlas» tanto.
Porque mi amor surgía de la necesidad de ser querido y buscaba
reciprocidad. Mi búsqueda de pareja venía de la falsa creencia de
que el sexo solo podía existir dentro de la pareja... Cuando —roto
de dolor por una ruptura— empecé a conocer chicas, me centré
en lo que deseaba a corto plazo: sexo, follar, mete-saca, chiqui-
chiqui...
Al cabo de un año, tenía a varias chicas detrás, locas por
convertirme en su novio. Otras no aceptaron una relación de
follamigos, y está bien.
Gracias a dejar de querer, me quisieron más.
Gracias a estar dispuesto a perder, empecé a ganar como
nunca.
Y mi autoestima mejoró, lo que me produjo mejores resultados y
me animó a seguir mejorando en muchos ámbitos... y eso me
llevó a una espiral de éxito que nunca antes me había atrevido a
soñar.
Este capítulo es de con anza, nivel avanzado. Quédate con las
frases gatillo, pero no fuerces nada si todavía no estás en el
momento.
Sé por experiencia que hay procesos que deben vivirse antes de
interiorizarlos. Si todavía sigues anhelando tener novia porque
nunca la has tenido, o si te cuesta mucho dejar de escribir a esa
chica que te da esperanzas, pero en realidad sabes que no te vas
a acostar con ella..., tranquilo. Sigue leyendo. Sigue practicando.
Sigue viviendo...
Tengo un curso especí co para mejorar la con anza, con vídeos,
audios y retos progresivos. Se llama Con anza irresistible, puedes
buscarlo en https://cursos.carismaycon anza.com. Suele estar
disponible unos meses al año, tal vez llegues en buen momento...
¿Qué pasó con mi pareja actual?
Estuve deseando durante tiempo que no funcionara.
Enamorarme tan profundamente no entraba en mis planes, y
bajé mucho el ritmo de promiscuidad y de ganas de salir por ahí
a conocer chicas. Exploré otro mundo, el del sexo en grupo y los
swingers... pero esa es otra historia.
Durante mucho tiempo, medio en broma medio en serio, me
preguntaba: «Si le digo que X, ¿me dejará?».
Alguna vez se lo verbalicé, y siempre lo vi en su cara: un rotundo
NO.
A mi pareja actual le costó años convencerme para vivir juntos, y
aún más para casarnos y tener a nuestra hija.
Incluso hoy, que legalmente me tiene agarradísimo por las
pelotas, emocionalmente sigue igual de comprometida, tratando
de gustarme cada día.
Y hace poco, después de mucho tiempo, casi con miedo... le
pregunté: «Si xxxxx, ¿me dejarías?». Y me respondió lo mismo de
siempre, con la misma mirada enamorada...
Aprende técnicas de seducción
Parece un círculo vicioso que te diga esto en un libro sobre
seducción. Pero es tan importante remarcarlo que vale la pena
esta paradoja.
Estudia lo que enseño en este libro varias veces.
Practica tu comunicación no verbal, tus frases «rompehielos», tus
estrategias de picos emocionales.
Hazlo delante del espejo, con un colega o grábate con el teléfono.
Te va a dar una vergüenza tremenda si eres como yo, y también
te va a mejorar muchísimo.
Porque cuando has dicho veinte veces «Hola, ¿sabes a quién te
pareces? A alguien a quien quiero conocer» te sale mejor que la
primera vez. Y si te has grabado en vídeo y revisas cada
grabación, lo harás más natural cada vez.
Y toda esta preparación consciente te hará sentir mucho más
seguro cuando hables con una desconocida.
Cambia tu CNV (comunicación no verbal)
Está estudiadísimo: si sonríes, te sentirás más contento. Si
adoptas una postura de poder, te sentirás más seguro. La
comunicación no verbal funciona en ambos sentidos: tus
emociones afectan a tu CNV, y tu CNV afecta a tus emociones.
Usa ambos caminos a tu favor.
Ponte recto, pecho fuera, cabeza alta y brazos abiertos durante
treinta segundos (donde nadie te vea) cuando te sientas
inseguro.
A medio-largo plazo, busca esa pose del ganador: movimientos
lentos, ocupar espacio, reaccionar poco... luego hablaremos en
profundidad de comunicación no verbal.
Consigue compañeros de viaje
Hay dos tipos básicos de hombres que ligan:
Lobos solitarios
Son normalmente introvertidos, individualistas y enfocados en su
objetivo. Cuando están en grupos grandes, se sienten limitados
por las conversaciones grupales o les molestan las
intervenciones de otras personas. Algunos pre eren caminar
solos por la playa durante treinta minutos hasta que ven a una
chica sola que pasarse treinta minutos de charla social con un
grupo de mujeres.
Jugadores de equipo
Son normalmente extrovertidos, atentos a los demás y
enfocados en socializar. Se sienten más a gusto en grupo que a
solas, incluso algunos son capaces de hacerlo muy bien en grupo,
pero se empequeñecen cuando no tienen compañeros.
Es probable que tú caigas en algún lugar intermedio, pero
aunque tu tendencia sea de «lobo solitario», al principio te
recomiendo que busques algún compañero-socio-ala. Sobre todo
si te cuesta empezar. (En el capítulo de «juego en equipo»
profundizaré en esto).
ADVERTENCIA: tus amigos casados no sirven. Tus amigos de borrachera
tampoco, ni tus compañeros de pádel. Los compañeros de ligue que sí aportan
son aquellos que comparten objetivos similares, que idealmente serán: mejorar
la con anza, aumentar la habilidad social y conocer a chicas para tener pareja o
rollos esporádicos.
Tener un grupo de «seductores en proceso» tiene varias ventajas:
Aporta seguridad. Es más fácil acercarte a una chica si
sabes que, pase lo que pase, luego se lo contarás a tu
amigo, o si vais los dos juntos a hablar con dos chicas.
Os ayudáis. El juego en equipo es importantísimo, y es
posible que juntos suméis más que la suma de los dos o
tres por separado. Hablaré más adelante de los detalles
del juego en equipo.
Os dais soporte emocional. Hay días malos, chicas que te
hacen ghosting, hay momentos en los que parece que tu
progreso se estanca... Poder hablar abiertamente de lo
triste que estás con alguien que te entiende mola mucho.
Presión de grupo. (En inglés Accountability). Es mucho más
fácil salir a ligar un día que no te apetece si tus
compañeros organizan una quedada, eligen sitio y te van
mandando recordatorios.
Tanto en mis talleres presenciales como en los online me ocupo
de que todos se sientan integrados en un equipo. Las
comunidades que se forman son tan potentes que por sí mismas
ya producen una gran mejora en mis alumnos.
Comunicación no verbal
Prepárate para leer contradicciones y paradojas...
Así puedes besarla en menos de veinte segundos
Valencia, 3 de la madrugada.
Estaba en una discoteca con varias bestias de la seducción,
cuando yo no era más que un aprendiz de la mente femenina. O
sea, como ahora, pero más joven.
Acabábamos de entrar con Ángel, Mario y Ray, ni siquiera nos dio
tiempo a dejar nuestras chaquetas cuando pasó:
Mario giró un poco la cabeza, se dio la vuelta y besó a una chica.
Sin decir nada.
—Te estás equivocando —le dijo ella cuando se separaron.
Mario sonrió.
—No, no me estoy equivocando —respondió tranquilamente él, y
volvió a besarla.
No recuerdo el tiempo que estuvieron liándose, pero tampoco
tardó mucho en deshacerse de ella. No le gustó la chica..., pero la
explicación que nos dio a Ángel y a mí hizo que nuestras cabezas
explotasen.
Su mínimo diálogo yo no lo pude escuchar por la música fuerte,
nos lo contó Mario luego, pero haber visto esa escena a menos
de un metro y sin oír nada fue aún mejor.
Cuando estábamos ahí parados, Mario notó que alguien le medio
apartaba, como cuando quieres pasar por un sitio y hay mucha
gente. Pero en lugar de notar un empujón o un brazo de
protección, sintió un contacto más acariciante. La chica no quería
apartarle, sino llamar su atención.
Luego, él se giró a mirar y la chica se paró en seco y mantuvo su
mirada clavada. Por eso supo que ella estaba muy receptiva con
él.
¿Te estoy sugiriendo que hagas tú lo mismo? No, Mario es un tío
con alta tolerancia al riesgo: si la chica le hubiera hecho la cobra
o le hubiera soltado un bofetón, hubiera estado igualmente bien
para él.
Pero arriesgándote menos, puedes obtener los mismos
resultados. Con esta historia pretendo ilustrar lo potente que es
entender las señales no verbales que envían las chicas. En esa
época, si la chavala en cuestión me hubiera hecho exactamente
lo mismo a mí, ni me habría enterado.
En un entorno social con mucha gente, como un bar, un
concierto, una esta, etc., se producen ciertos movimientos,
gestos, contactos que encierran mucho más de lo que puede
parecer.
Frase para un tatuaje: De noche, no existen las casualidades.
Por ejemplo, unas chicas os piden que les hagáis una foto. No es
casualidad.
Una mujer se te pone al lado en la barra en lugar de irse a otro
sitio. No es casualidad.
Estás en la pista de baile y unas chicas se ponen al lado de tu
grupo. No es casualidad.
Cuando yo creía que no sabía generar atracción
Incluso antes de haber conocido a Mario, fui testigo de cómo las
mujeres se comunican de forma muy diferente a los hombres.
Recuerdo que salía por ahí con muchos compañeros distintos, la
mayoría de ellos incapaces de hablar con una chica desconocida.
No es que a mí me sobraran pelotas, pero sí que tomaba algo de
iniciativa.
En una de estas, fui a romper el hielo con un grupo de tres
chicas, porque nosotros éramos también tres. No recuerdo qué
utilicé para empezar la conversación, pero sí que mis dos colegas
se quedaron a dos metros, parados..., sin hacer absolutamente
nada.
Así me encontré yo, con habilidad social justita y sin ninguna
con anza en mi atractivo, charlando solo con tres chicas. Fueron
cordiales, invirtieron en la interacción, pero yo me quedé, a los
pocos minutos, sin saber qué hacer ni qué decir. Mi sensación
fue negativa, por lo que volví con mis amigos.
Nos movimos hacia otra zona del bar y me preguntaron qué tal
había ido: yo comenté que ellas parecían simpáticas, pero que no
había sido capaz de generar ninguna atracción.
En ese momento, uno de mis colegas me dijo: «Oye, ¿no eran
estas que están justo aquí al lado?».
Lo eran. Habían cruzado el bar desde la barra del fondo y se
habían parado «casualmente» justo a nuestro lado un par de
minutos después de haber hablado con ellas.
Repito: de noche, no existen las casualidades.
Entonces, mis colegas sí se atrevieron a hablar con ellas...
supongo que fue una señal su cientemente clara.
La contradicción entre tener este superpoder y la
prudencia
La comunicación no verbal (CNV), sobre todo la inconsciente,
tiene un aura mística, casi de superpoder.
Igual que el copywriting, la oratoria o la seducción (ejem).
Pero, en realidad, la aplicación de la CNV para escrutar la mente
humana tiene muchas limitaciones.
Me formé con dos expertos TOP de la CNV en España: el también
experto en seducción Ángel Daro y con José Manuel García, alias
«Pincho».
También me he documentado con varios libros que te dejaré en
la bibliografía, pero quiero empezar por despedazar tus
expectativas.
No es magia, no es un poder Jedi. Igual que la seducción es una
simple habilidad social, la CNV es una simple habilidad de
percepción y de «propiocepción» (hablaré más adelante de este
palabro).
Leer a las mujeres como un libro abierto
Ok, ya te he dicho que esto es una fantasía. No vas a convertirte
en un detector de mentiras humano ni en un mentalista infalible.
Vamos a ver lo que sí puedes conseguir entendiendo la CNV
inconsciente.
Entender reacciones emocionales
Detectar mejor sus señales de interés.
Distinguir un interés puramente social de uno
sexual o romántico.
Provocar reacciones emocionales
Esto es más importante de lo que parece. Es mucho
más fácil detectar emociones cuando las
provocamos nosotros. Lo verás muy claro con
ejemplos.
Cómo leer a las personas y su CNV
Aquí volveré a incidir en las limitaciones de la CNV para que
puedas detectar correctamente señales sin caer en los dogmas
clásicos como «si se toca el pelo es que le gustas».
Vamos a detectar movimiento, cambio, reacción.
No es lo mismo que se toque el pelo todo el rato a
que lo haga en un momento especí co, cuando le
dices algo bueno sobre ella.
El contexto importa: hemos de leer toda la
situación. Una chica puede ponerse nerviosa o
incluso estar incómoda cuando un extraño le habla
de repente. Podemos ofrecer una muestra de
empatía en ese momento para ayudarla a relajarse,
y si esa incomodidad persiste entonces tendremos
que investigar si hay un novio cerca, su jefe,
hermana... o si simplemente no está receptiva.
Para saber si un gesto es reacción a nosotros, hay
que observar primero su línea base. Esos minutos
de charla super cial que a tantos hombres aburre
adquiere todo el sentido aquí, porque es el
momento de ver cuál es su postura base, sus gestos
normales, su expresión facial y su forma de hablar.
Si ella se ha tocado el pelo o se muerde el labio en
estos momentos, ya sabemos que más adelante no
podremos interpretar esos gestos concretos. Igual
que su postura, la dirección de sus pies o su torso.
Cuando ya hemos observado unos minutos su línea base,
es el momento de provocar reacciones con:
Halagos hacia ella.
Preguntas personales.
Contacto físico ligero.
Distancia.
Insinuaciones.
Estas provocaciones pueden ser tan sencillas como ofrecer
un chicle, dejar tu teléfono más cerca de ella de lo normal,
decirle algo al oído, preguntarle por su relación más
tóxica...
Ante un halago, todo bien si su reacción no es
defensiva.
Si responde a preguntas personales de forma
cómoda, abierta, sin rodeos, bien. Mucho mejor si
ella también pregunta, porque eso demuestra
interés.
Lo mismo ante un contacto físico ligero; si no hay
reacción defensiva, todo bien.
La distancia es (para mí) el juez de nitivo. Porque
sin distancia corta no hay intimidad, no hay
contacto físico intencional, ni posibilidad de
besarnos. Hablaremos con profundidad de la
distancia, pero ten claro que es una gran
provocación acercarnos a ella. Solo mantenemos la
distancia corta con nuestro entorno íntimo y con las
personas que nos atraen.
Insinuaciones. Uso mucho esta frase: «Si tu novio
nos viera, se pondría muy celoso», porque sirve
para varios propósitos. En cuanto a CNV, podremos
ver si está o no cómoda hablando de un supuesto
novio y con la insinuación de que está pasando algo
entre nosotros. Si ella reacciona diciendo que «no
está pasando nada» o «solo somos amigos», mala
señal.
Lo verbal pesa más que la CNV. Esto suele fastidiar a la
gente, pero es así. Si una chica dice «tengo novio» o «no
quiero estar con nadie ahora mismo», eso pesa mucho
más que un microgesto de acariciarse a sí misma.
Por cierto, normalmente, las dos expresiones
anteriores no signi can lo que dicen; signi can: «No
me interesas tú». Esto suele despistar a los
hombres.
Solo vamos a con ar en la CNV cuando haya alta
emocionalidad e incongruencia clara entre la CNV,
el contexto o el diálogo. Por ejemplo, si una chica te
dice «te odio» con una sonrisa pícara mientras te
toca... o si te dice «eres maravilloso» cuando la
acompañas en coche a donde ella te pide, pero en
cuanto paras baja corriendo.
Leer las señales no verbales inconscientes de las mujeres
Emociones básicas
Cuando hablamos de CNV, siempre nos centramos en
situaciones emocionales o reacciones emocionales. Y muchas
veces los hombres no entendemos lo básico de las emociones.
Las emociones primarias son miedo, tristeza, asco, alegría, ira,
desprecio y sorpresa.
Ojo, no hay un consenso claro: hay quien descartaría la sorpresa
y el desprecio y hay quien añade otras como la felicidad.
Pero para la CNV en la seducción, con estas tenemos más que
su ciente. Debes saber identi carlas a la perfección y también
proyectarlas.
¿Deberías ponerte delante de un espejo a poner caras? Sí.
Te incluyo varias fotografías con expresiones clásicas de estas
emociones para que te familiarices con ellas.
No pases rápido estas imágenes. Saborea cada rasgo
diferenciador de la emoción concreta, incluso te animo a que
vayas a Google y busques «expresión de ira», «expresión de
alegría» y trates de detectar en qué fotos es una expresión real y
en cuáles es ngida.
Fíjate que da igual si aciertas o no, el simple esfuerzo que hará tu
mente por leer esas expresiones ya te ayudará.
EJERCICIO: hazte sel es imitando las expresiones de estas emociones básicas.
Lo ideal es que las muestres a alguien y trate de adivinar... Lo normal es que
alguna expresión se te dé peor que las otras. Trabaja estos ejercicios, porque tu
mente automatizará gestos y expresiones que luego te serán muy útiles para
diferenciar una sonrisa sincera de una falsa, por ejemplo.
Todo el cuerpo habla
Luego volveremos a la cabeza y a la cara, pero la comunicación
inconsciente es más fácil de detectar en esos gestos que menos
controlamos.
Así, es más fácil detectar el interés de una chica por la distancia a
la que está cómoda con nosotros o la posición de sus pies que no
por una expresión facial de deseo.
Porque aunque la cara habla mucho y claro, lo normal es que
esté más acostumbrada a disimular su cara de deseo que sus
inclinaciones de cabeza o la posición de sus pies.
Así, entrénate también mirando todo el cuerpo de personas
enamoradas, mejor aún si esos gestos son hacia ti.
Primero, las extremidades.
Controlamos menos los pies y piernas que las manos. Aun así,
hay gestos inequívocos de manos que es muy útil memorizar.
Los cruces no son necesariamente indicativos de cierres
negativos. Una mujer puede cruzar los brazos por frío o para
realzar su pecho. Del mismo modo, puede cruzar las piernas
para proyectar una imagen más atractiva. Es importante
observar hacia dónde se orienta: solemos dirigirnos hacia lo que
nos interesa.
Respecto a las manos y brazos, observa si están relajados o
tensos, hacia dónde apuntan las palmas (indicando apertura o
cierre) y si presentan movimientos re ejos. Por ejemplo, la ira se
mani esta con frecuencia con una mano cerrada en forma de
puño. Esto no implica necesariamente agresión inminente, pero
si dices algo y notas su puño cerrado, es una clara indicación de
que algo le ha molestado.
Un gesto clásico con las manos es jugar con objetos. Si una mujer
se muestra nerviosa mientras hablas con ella en un bar, podría
manipular una pajita, una cucharilla, un sobre de azúcar o una
servilleta de papel. Aunque estos gestos no siempre tienen
connotaciones positivas, suelen indicar que está experimentando
alguna emoción, lo cual es preferible a que se muestre
indiferente.
En cuanto a pies y piernas, es común pensar en que los pies
tienden a apuntar hacia aquello que nos gusta. Si una mujer está
interesada en una conversación, es probable que sus pies se
orienten hacia la persona con la que está hablando. Por el
contrario, si apunta sus pies hacia una salida o hacia otro lugar,
podría ser una señal de desinterés o incomodidad.
Igual que con manos y brazos, es clave jarse en el espectro
relajación-tensión: no es lo mismo que una chica se siente
relajadamente cruzando las piernas que un cruce «apretado»
(ojo, igual tiene que ir al baño... o quiere marcharse).
Cuando una mujer se cruce de piernas, presta atención a la
orientación de su pelvis y su torso, ya que estas señales suelen
revelar su foco de interés.
De hecho, el torso es el segundo elemento que vamos a
examinar.
¿Hacia dónde dirige su pecho? ¿Se inclina hacia ti o se aleja?
Esto se ve claramente en fotos de grupo, porque, aunque
estemos ladeados, es fácil ver hacia qué nos acercamos o de qué
nos alejamos...
En cuanto a la posición de la cabeza, también nos da mucha
información.
La rotación horizontal y la inclinación, tanto vertical como lateral,
son indicadores muy claros de en qué situación nos
encontramos. Por ejemplo:
Rotación horizontal (giro de lado a lado): ofrecer nuestro
lado derecho suele indicar más confrontación que ofrecer
el izquierdo, que es una señal de apertura.
Inclinación lateral: suele ser una señal de interés o
empatía. Cuando alguien ladea ligeramente la cabeza
mientras escucha, indica que está prestando atención
activa y mostrando apertura.
Inclinación vertical (arriba o abajo): un ligero movimiento
hacia abajo puede denotar timidez o sumisión, mientras
que hacia arriba puede re ejar dominancia o
confrontación.
El gesto clásico de seducción en las mujeres es una leve rotación
izquierda de la cabeza más inclinación hacia abajo.
Fuente: banco de imágenes Pexels - Sergio Martínez.
Finalmente, la cara, de la que ya hemos hablado en cuanto a la
expresión de emociones básicas. Permíteme recordarte que no
deberías obsesionarte en buscar señales ni sacar conclusiones
de una sola postura o un gesto aislado.
Nuestra cara genera casi tantas señales como nuestro cuerpo,
pero no trates de procesar mucho, es mejor simplemente estar
abierto a que alguna expresión nos llame la atención, o algún
microgesto.
En general, todo lo que sea ella mirándote es positivo.
Al igual que los gestos con la boca y la lengua. Cualquier
mordedura de labios o dejar ver la lengua deberías interpretarlo
como deseo reprimido: de decir algo, de saborear algo... Hay
otras interpretaciones según el contexto, pero hablando con una
desconocida con intención clara de ligar, no hay duda.
El clásico apartarse el pelo, jugar con él o sacudir la cabeza para
moverlo... Si la chica está orientada hacia ti es también señal de
interés.
Recuerda practicar, observar y focalizar tu atención durante un
tiempo en la CNV. Solo así se mejora, pero cuando lo hagas, te
sentirás mucho más en control de cualquier situación social.
Porque realmente tendrás mucho más control.
Sé que no te he dado más que titulares y puntos clave, pero
cuando me puse a desarrollar este apartado, me salía casi un
libro entero sobre CNV... así que he creado un curso especí co,
en un soporte in nitamente mejor que el papel para esto: el
vídeo. Lo tendrás disponible en cursos.carismaycon anza.com.
Mejora tu propia comunicación no verbal
Aquí tenemos un melón tan grande que —una vez más— daría
para un libro completo. Así que solamente voy a abrir el melón y
dejarte probar un trocito... tan dulce que lo vas a querer entero.
Tu CNV sirve para algo más importante que gustarle
Sé que parece un contrasentido: ¿qué puede ser más importante
que atraer a las mujeres en el contexto de este libro?
Y no sé cómo explicártelo sin meterme en condiciones necesarias
y su cientes... allá voy.
Una buena comunicación no verbal no es su ciente como para
que una chica te desee sexualmente. Igual que no lo es que
huelas bien.
Pero si tienes mala comunicación no verbal, las perderás. Igual
que si vas sucio y hueles mal.
En cambio... la comunicación no verbal correcta puede mejorar
tu con anza, que sí es una condición su ciente.
Hay tipos feos y pobres que solo por su arrojo y con anza
seducen mejor que guapos o millonarios.
Y aunque suene muy esotérico de coaching barato, tenemos
evidencia de que adoptar ciertas posturas, gestos y actitudes
mejora no solo nuestro estado psicológico, sino incluso nuestro
entorno hormonal.
El famoso estudio (también controvertido) de Amy Cuddy titulado
Power posing a rma que en solo unos minutos de adoptar una
«postura de poder» nos aumenta la testosterona, y por tanto
nuestra tolerancia al riesgo.
Incluso forzar la sonrisa puede hacernos liberar sustancias que
nos lleven a sentirnos más contentos. (Alejandra Sel, 2015).
Qué CNV debes potenciar
Ahora viene cuando te digo que no sonrías y te da un ataque de
pánico. ¡Si te acabo de decir que sonreír es bueno!
Ciertamente, si tienes un mal día te sugiero que pongas música
bailable y te muevas, que recuerdes un momento en el que te
sentiste pletórico y que te pongas un lápiz entre los dientes. Eso
puede mejorar tu estado emocional en ese momento.
Pero jamás te sugeriré que vayas a ligar bailando locamente ni
con una sonrisa pegada a tu cara, porque eso te descartaría.
O sea, la CNV que te sugiero busca el equilibrio entre mejorar tu
con anza y proyectarte como un tipo de alto estatus.
Hasta ahora, te he hablado del estatus real: tu economía, tu
forma de vestir, tu inteligencia..., pero, a partir de aquí, vamos a
hablar de estatus proyectado. Tiene que ver con eso de no
sonreír demasiado, con tu CNV y también con tu actitud hacia
ella.
Las mujeres utilizan sesgos (atajos) para detectar hombres de
alto estatus. Si tú proyectas justo las características que disparan
esos atajos, pasarás de invisible a deseable. Si llegas a una cita
con un Ferrari, ella no tiene que pensar mucho en tu estatus, o si
ve tu Instagram con miles de seguidores. Obviamente, esos
rasgos son muy difíciles de imitar.
Pero los hombres de alto estatus también se mueven, hablan y
gesticulan de una manera que activa los sesgos de las chicas. Si
tú utilizas esa CNV, aumenta tu estatus proyectado.
¿Qué más activa esos atajos cognitivos en las mujeres?
La actitud atrevida.
Verte acompañado, en especial si es de otras mujeres.
Actuar de forma despreocupada, «ir sobrado».
No tomarte las cosas demasiado en serio, ni siquiera a ti mismo.
Más adelante, verás herramientas prácticas para proyectar estas
actitudes tan atractivas, de momento seguimos con la CNV.
¿Introvertido? ¡Enhorabuena!
En este apartado, los introvertidos suelen hacerlo mejor, igual
que leyendo a los demás. Al ser menos «activos» a nivel verbal,
son mejores observadores de la CNV, pero además tienen mejor
control de su corporalidad.
Si eres introvertido, te recomiendo que pongas aún más foco en
este apartado, porque fácilmente destacarás.
CNV para proyectar estatus
Lo primero es que las interacciones no son una foto, sino una
escena en movimiento, así que te recomiendo que te muevas de
una forma determinada: calmado, más bien despacio. Firme,
ocupando todo tu espacio, con movimientos amplios.
Por si conociste al genio del humor Chiquito de la Calzada, haz
todo lo contrario a su caminar. Obviamente, era una exageración
humorística, pero si puedes, exagera haciendo lo opuesto para
buscar esa pausa calmada, que es muy potente.
Mira directamente hacia donde pongas tu atención, no trates de
disimular pequeñas miradas ni trates de estar alerta a todo
(típico error de inseguro, estar atento a quién entra, quién sale,
quién va con quien...).
Tu postura ha de ser erguida, como si un hilo invisible tirara de tu
cabeza y te obligara a poner la espalda recta. Los hombros han
de estar abajo y atrás.
Un ejercicio bastante bueno consiste en encorvarse, ponerse
neutro y luego sacar pecho. Hazlo delante de un espejo. La
postura correcta, 80 % de las veces, es a medio camino entre el
neutro y sacando pecho..., pero no la que tú crees neutral.
Cuando yo quería ponerme más erguido, lo que hacía era sacar
barriga, y no es ahí, sino justo por debajo de las escápulas donde
has de recolocarte.
Otra forma de mejorar tu postura es que te corrija una tercera
persona, mejor si es una mujer. Te darás cuenta de lo mucho que
se jan ellas en la postura, están preparadísimas de base para
detectar buena corporalidad (y mala...).
Te habrán dicho que ocupes mucho espacio, que te abras... justo
eso que criticaron tanto algunas mujeres (el manspreading).
Fuente: WNYC New York Public Radio - https://www. ickr.com/photos/wnyc/20549953806
Ocupar espacio (siempre que no sea molestando a gente porque
sí) está bien, pero no funciona exactamente como se ha dicho.
Lo que proyecta con anza es exponer zonas vulnerables de
nuestro cuerpo. Como ves en la imagen de arriba, este hombre
expone su entrepierna, pero en cambio cruza los brazos, una
señal que puede interpretarse como cierre o protección.
Sería mejor no abrir tanto las piernas, porque es claramente
exagerado, y también abrir los brazos exponiendo el pecho,
echar los hombros hacia atrás y levantar un poco también la
cabeza, un gesto que «desprotege» también nuestro cuello.
Fuente - iStock-Liudmila Chernetska
En esta segunda imagen, la postura neutral ya es mejor que
cruzar brazos y bajar la cabeza.
Fuente: iStock-bowie15
Incluso con las piernas cruzadas, si el torso, los brazos y la
cabeza están en buena postura, se puede proyectar mucho
poder.
Y hablando de cabeza:
No hace falta ir por la vida mirando a los demás por encima del
hombro, recuerda que levantar la barbilla es señal de
dominancia o desafío. Pero no agaches la cabeza, una postura
neutra es válida en casi cualquier situación, y si quieres
puntualmente levantar un poquito la barbilla, remarcarás una
actitud dominante.
A muchos les asusta cambiar su CNV por miedo a parecer
agresivos. Y justo eso es señal de que están comportándose de
forma sumisa, no solo a nivel corporal, sino de actitud. Fíjate que
en ningún momento te sugiero que confrontes con nadie, ni que
te pongas a discutir... cambiar tu CNV te producirá 100 %
bene cios, de verdad. En nuestro mundo civilizado y pací co,
nadie te atacará por parecer más dominante y masculino, sino
todo lo contrario.
Además, cuando lo vayas practicando, te sentirás más a gusto y
seguro en tu propia piel, así que lánzate con todo a por ello.
Errores demasiado habituales interactuando con chicas
Es relativamente fácil preparar tu postura, tu velocidad y tu
gestualidad cuando entras a una sala o cuando estás parado.
Pero cuando estás hablando con una chica guapa, cuesta más: su
belleza te marea, las ganas de hacerlo bien te generan nervios,
incluso puedes estar proyectando inseguridades del tipo «como
triunfe, a ver si se me pone dura...».
Por eso, te recomiendo que también pongas mucho foco en tu
CNV mientras interactúas. No puedes pensar en 45 cosas a la
vez, pero cuando toque poner foco en la CNV, fíjate sobre todo
en tus interacciones. Puedes empezar a focalizar tu CNV en
situaciones sociales con menos presión como reuniones con
amigos, charlas familiares, etc.
¿Qué errores deberías suprimir?
No sonrías mientras la escuchas.
No asientas.
No te inclines hacia ella.
No hagas ruiditos tipo «aha» «mmm» o similares que
indiquen aprobación.
No digas «sí», «claro», «es verdad» todo el rato.
En cambio, sí puedes:
Crear conexión no verbal usando sus mismas posturas de
brazos, manos y cuerpo.
Crear conexión no verbal imitando su inclinación de
cabeza.
Mirarla jamente.
Estas últimas indicaciones funcionan mejor cuando ya estás en
fase de conexión o de tonteo; en la fase social es mejor que tu
CNV busque menos rapport.
Iniciar interacciones (llevar la iniciativa)
Este es tu rol durante toda la interacción (como mínimo) hasta
que tenéis sexo: llevar la iniciativa.
¿Recuerdas lo de la hipergamia de las mujeres? Pues una forma
de descartar a los de menor estatus es quedarse esperando, ser
más pasivas que proactivas, incluso muchas veces ocultando que
sí están interesadas.
Además, recuerda que su percepción es opuesta a la tuya: de
entrada, el 80 % de hombres les parecen tan feos como una
nevera por detrás.
En muchos manuales de seducción te animarán a esperar
miradas, señales, indicadores... olvídate.
Para los hombres imperfectos, esperar signi ca fracasar.
Por supuesto, si detectas que una mujer te mira, ve a hablar con
ella. Pero no cuentes con ello, ni dediques esfuerzo en adivinar si
tiene interés o no antes de saludarla... solo sentido común: si
está dormida, abrazada a un hombre, con su bebé en brazos o
en una reunión de negocios, déjalo pasar.
Lo digo porque, una vez, un ginecólogo me preguntó cómo
podría ligar en su trabajo. Y un psiquiatra, varios policías... Joder,
si lo normal es aconsejar no ligar en tu trabajo, hay ciertas
profesiones que tienen líneas rojas mucho más claras.
Cuando yo hablo de no esperar, me re ero en entornos sociales:
estas, bares, discotecas... y también en lugares neutros, como la
calle, la playa, un transporte público, etc. Luego hablaré más
sobre dónde conocer chicas.
Pero ni un terapeuta debe liarse con una paciente, ni un
repartidor de comida a domicilio debe escribir a la chica a la que
le ha llevado un pedido.
Iniciativa, sí. Volverse loco, no.
Las frases para iniciar conversaciones
La excusa que más veces me han dicho los alumnos en todos
estos años es «no sé qué decirle».
Los hombres tenemos (en muchos casos) dos creencias
erróneas:
La creencia absurda de que necesitamos hacer algo
espectacular para hablar con una chica.
La creencia de que con ciertas frases podemos seducir
mágicamente a las mujeres.
Yo sé por propia experiencia que incluso sabiendo que ni es
necesario impresionarla de entrada ni existe la frase mágica, la
buscarás.
Y está bien. De hecho, voy a darte mis frases de entrada
preferidas (rompehielos), para que las uses, las adaptes a ti, las
retuerzas y hagas lo que quieras con ellas.
¿Te funcionarán? Han funcionado muy bien a cientos de
hombres, pero no solo por la frase.
Entiéndeme:
Es mejor decir: «Oye, ¿sabes a quién te pareces?» que decir: «A
ver, estúpida, si no te vas a acostar conmigo, ya te pueden dar
morcilla».
Espero que no tengas dudas acerca de esto...
Pero incluso con mi entrada estrella, hay un porcentaje de chicas
que se quedan frías, dicen una frase o dos y se van.
¿Decepcionado? Bien, ahora vuelve al capítulo de la gestión del
rechazo. Porque para triunfar, tienes que darte permiso para
fallar.
Eso sí, con mis frases he generado cientos de buenas
interacciones, muchas de ellas con nal feliz. Y mis alumnos, lo
mismo.
La falacia de «sé tú mismo»
Es posible que ahora pienses que no quieres ser el clon de nadie,
con sus frases y sus técnicas. Que pre eres ser «tú mismo».
Si de verdad crees que tienes una esencia tan única, tan especial
y tan valiosa que cualquier modi cación en tu conducta violaría
esa esencia..., deja este libro y busca otro sobre la gestión del
narcisismo.
Te dirán que seas «tú mismo», pero el 90 % de jóvenes dice bro y
literal cada tres frases.
Te dirán que seas tú mismo, pero la mayoría de gente hace las
mismas cosas el mismo día en el mismo lugar. Por eso nunca voy
a un centro comercial en sábado por la tarde.
Sé humilde, sé resultadista. Si quieres follar, si te apetece echarte
novia..., aprende la técnica, imita si te hace falta y siéntete
orgulloso de ser un aprendiz que copia lo que funciona.
¿Cómo crees que aprendemos a hablar? Imitando.
¿Cómo aprendemos a bailar? Imitando... y aquí me pararé un
momento.
Imagina que llegas a una escuela de baile para aprender bachata
y le dices a tu profesor: «Ojo, que yo no quiero hacer las mismas
guras que tú, yo quiero ser yo mismo... único, original».
Seguramente, tu profesor te mandaría al psicólogo y a tu casa, no
sé en qué orden. Porque para aprender a bailar existe una
técnica: ritmo, pasos básicos, estilo, musicalidad... que no son
optativas. Primero te enseñarán unas guras muy simples, a
saber seguir el ritmo... y a usar una y otra vez esos mismos
recursos.
Ligar es exactamente igual que aprender un idioma, un baile o
un instrumento. Además, entre tú y yo, cuando vayas
practicando, irás adaptando la técnica a tu personalidad. No vas
a convertirte en mi clon ni en el de nadie.
Igual que dos bailarines de la misma escuela pueden hacer las
mismas guras, pero seguramente bailan muy distinto.
Cómo usar las frases de entrada
Las frases de entrada son recursos muy útiles para:
Quitarte la parálisis por no saber qué decir.
No decir cosas que te descartan inmediatamente.
Los alumnos que se ponen creativos a veces meten la pata. Por
ejemplo, un alumno mío, queriendo improvisar, le dijo a una
chica: «¿Sabes a quién te pareces? (pausa). A mi próxima
exnovia».
Puede parecerte graciosillo, ocurrente, etc., pero, créeme, a casi
ninguna mujer le hacen gracia los chistes sobre futuras rupturas.
Se parece a que una chica haga bromas sobre que
probablemente tienes el pene pequeño.
¿Y si metes la pata? No pasa nada, para eso vas a conocer a
muchas fuera de tu círculo social. Para que esos errores no te
persigan...
Pero yo te aconsejo que uses dos estrategias:
O improvisas.
O usas frases preparadas.
Si quieres hacer un mix, ni practicas el material preparado ni
practicas la improvisación.
Mejores opciones que usar frases preparadas
Si te sientes con ado, creativo, original, en lugar de usar frases
de entrada, es mucho mejor usar:
Las circunstancias del entorno. Por ejemplo, alguien se
cae, alguien tira un vaso, alguien se pone a cantar... se
para la música de repente. Hay mil circunstancias que
pueden servirte para hacer un comentario que sirve para
iniciar una conversación.
Comentar algo sobre ella. Tal vez está esperando a alguien
igual que tú, o vais vestidos del mismo color, o tiene un
aspecto que te recuerda a alguien. Cuanto más concreto y
congruente sea el comentario, mejor funciona.
Curiosidad. Puede que te preguntes qué está bebiendo, o
cuál es su plato preferido en un restaurante, o cualquier
aspecto que te genere curiosidad.
De verdad, estas tres opciones son mejores para iniciar
conversaciones que las frases preparadas, porque son más
personalizadas, auténticas y nunca te podrán decir que eso lo
leíste en un libro de seducción.
Ojo: no fuerces los comentarios ni falsees la curiosidad.
Demasiadas veces he visto a chicos preguntando por bolsos o
zapatos y se les nota de lejos que en realidad no les importa lo
más mínimo.
Frases enlatadas, abridores, rompehielos...
Sé que esta sección será de las más leídas del libro.
A pesar de todo lo que te he explicado hasta ahora, sé que todo
el mundo está esperando las frases.
Cada autor las llama de una manera, y como no tenemos una
traducción literal para pick-up lines que suene bien, yo las llamo
rompehielos, precisamente porque la única función que tienen es
la de romper esa barrera inicial.
Pero antes de introducir esas frases, déjame hacer una previa
por si nunca has hablado con chicas desconocidas.
Soy consciente del miedo que puedes llegar a sentir, de lo
incómodo que puede ser.
Por eso, hablemos del calentamiento...
Calentar, no en ese sentido que estás pensando
Si te pasas el día hablando con gente, es probable que puedes
saltarte esta parte.
Pero si trabajas en un despacho haciendo Power Points o
programando..., tal vez tu primer reto debería ser simplemente
este: iniciar conversaciones con extraños.
Sé que suena trivial, demasiado simple. Igual que aprender a
decir «me llamo Héctor» en tu primera clase de inglés o a nar la
guitarra el primer día de clase. Esto es fácil, pero enseguida se va
a complicar. Y no sabes la cantidad de gente en mis talleres que
pone cara de «voy sobrado» y luego suda para preguntar algo
por la calle.
Es tan básico que siempre que te cueste interactuar deberías
volver a esto:
Nada de ligar. Simplemente vas a parar gente por la calle y
hacer una pregunta social.
Nada de forzar una conversación. Si se produce
naturalmente, ok, pero no es el objetivo del ejercicio.
Hazlo cuatro o cinco veces, y luego pasa al siguiente nivel.
Primeros ejercicios de aproximación (para perder el miedo)
Preguntar.
Puedes hacerte el turista despistado y preguntar por algún
monumento conocido o algo muy turístico.
También puedes usar la fórmula «a ver si me puedes
ayudar: tengo la batería del teléfono muy baja, ¿sabes si
por aquí hay algún sitio donde lo pueda cargar?».
Puedes preguntar por un restaurante, una heladería, una
tienda... algo especial que te han recomendado cuyo
nombre no recuerdas, pero sabes que está en esa zona.
Ejemplo: «Una pregunta: me han dicho que por aquí está
la mejor heladería artesana de la ciudad, pero no recuerdo
el nombre y en Google no me sale. ¿Sabes de heladerías
por aquí?».
En este momento, no busques chicas atractivas. Sí, ya sé
que tu testosterona te está pidiendo mujeres, pero quiero
que empieces sin mirar a quién preguntas: hombres,
mujeres mayores, gente joven... una vez más, así no hay
excusa para no hacerlo.
Este es el primer ejercicio que utilizo en mi curso Con anza
irresistible7.
Fíjate que este es un ejercicio para hacer en la calle, y te lo
recomiendo mucho aunque pretendas ir a conocer chicas a bares
o locales nocturnos. En las zonas de esta suele haber gente por
la calle, y muchas veces se generan muy buenas interacciones
fuera de los locales.
Aun así, hay otros ejercicios «fáciles» para hacer dentro de un
local.
La foto. Este rompehielos me tiene el corazón «partío»: por
un lado, hay muchos hombres que utilizan esta forma de
iniciar conversaciones, por lo que puede sonar a excusa de
cobardes. Por otro lado, lo he visto funcionar bien tantas
veces que me parece absurdo no aprovecharlo.
Es tan sencillo como pedirle a un grupo de chicas que os
haga una foto. Puntos extras si le añades picante con un:
«A ver, ¿cuál de vosotras es la mejor fotógrafa?».
Cuando os hayan hecho la foto, es muy fácil alargar la
conversación comentando el resultado con ellas.
ADVERTENCIA: no hay que hacerlo al revés. Odio profundamente cuando
veo a varias chicas haciéndose un sel e y aparece un «SIMP8» con actitud
de «SIMP» y aspecto de «SIMP» preguntándoles «¿Queréis que os haga yo
la foto?». Queda muy de perdedor, no lo hagas.
Y si son ellas las que te piden que hagas la foto, aprovéchalo para
tontear un poco: «Ah, ¿que quieres hacerte una foto conmigo?». Y
luego juega con el resultado, comenta con ellas la foto, incluso
pídeles que os hagan una a ti y tus colegas.
Con algo de práctica, detectarás rápido si ellas tienen interés en
continuar la interacción o no.
Ayúdame.
A casi todo el mundo le gusta sentirse útil, esta técnica es muy
utilizada en ventas. Después de la petición de ayuda, puedes
pedir cualquier cosa muy simple:
Que te aguante la copa mientras te atas el cordón del
zapato.
Que te diga qué bebida vale la pena probar en ese local.
Que te diga hasta qué hora está abierto el local.
A partir de este nivel, sí te recomiendo que luego hagas
alguna pregunta abierta, o que te presentes. Si la
conversación uye, adelante.
Rompehielos indirectos
Se llaman indirectos porque no demuestras interés por la chica o
chicas a quien te diriges. Aunque esto puede parecer una ventaja
para pasar «desapercibido», en muchos casos te puede llevar a
interacciones largas que no conducen a nada.
Yo pasé años utilizando solamente este tipo de aproximaciones:
o circunstanciales que me ponían la interacción muy fácil o
indirectas.
Obviamente, por miedo al rechazo.
Recuerdo con cariño haber pasado horas en un centro comercial,
luchando contra mí mismo para atreverme a preguntar
opiniones a chicas que pasaban por ahí. La verdad, desde la
distancia, me parece sencillísimo y muy poco arriesgado.
Ahora te voy a listar los rompehielos indirectos que más he
usado.
Los perfumes
Esta estrategia la aprendí de Neil Strauss, la extraje de su best-
seller The Game, y fue de las primeras estrategias que apliqué. Te
la recomiendo si vas a pasar tiempo en un centro comercial o
una zona donde hay chicas comprando.
Primero, ponte un perfume distinto en cada muñeca.
Luego, te acercas a una o dos chicas y preguntas: «Hola, a ver si
podéis ayudarme (recuerda, a todos nos gusta sentirnos útiles).
Me han recomendado dos perfumes y no sé cuál me pega más.
(Huele tus muñecas, primero una, luego otra, como pensando).
¿Me dais vuestra opinión?».
Acerca las manos muy despacio a una de las chicas, no quieres
asustarla. Luego, la otra. Que opinen ambas si son dos.
A partir de aquí, si ellas te siguen la conversación, puedes
preguntar cómo eligen ellas sus perfumes o les cuentas que tú
hasta ahora no prestabas atención al perfume, pero que una
amiga tuya te dijo que cierto perfume le encantaba olerlo en un
hombre.
Este rompehielos no lo uses de noche ni en un bar. Estaría fuera
de lugar.
¿Cuál de los dos parece más gay?
Este abridor es más transgresor, entiendo que a algunos les da
vergüenza o les genera incomodidad hacer una pregunta sobre
su aparente orientación sexual.
Es mi abridor preferido para usar en la calle.
Primero, porque me pasó de verdad.
Hace muchos años, iba dando un paseo con un colega muy cerca
de la playa, en Barcelona. Nos pararon unos extranjeros y muy
amablemente nos preguntaron si por esa zona había algún bar
gay.
Me salió responder de forma automática: «No, la zona gay está
lejos de la playa. Así como en Madrid es el barrio de Chueca, en
Barcelona son varias calles céntricas que tomaron el apodo de
gay-xample».
Pero la sorpresa vino después, cuando nos despedimos de esos
tipos y mi colega me dijo, molesto: «Oye, estos nos han
preguntado porque con ese pendiente y la pulsera que llevas
pareces gay. Porque yo no parezco gay en absoluto».
Me reí. Mucho.
Mi amigo podría pasar por gay perfectamente (igual que yo). Sé
que le va a molestar que lo escriba, pero mantendré su
anonimato... Y la vehemencia con la que defendió su aspecto
masculino me hizo tanta gracia que le dije: «Mira, a las próximas
tías que vea les voy a preguntar cuál de nosotros parece más
gay».
Lo hice, las chicas se partieron de risa y les expliqué la situación.
Casi sin darnos cuenta, estábamos en conversación con unas
chavalas muy atractivas con las que, seguramente, sin esa excusa
no les hubiera hablado nunca.
Puede que por eso a mí me resulte tan fácil usar este
rompehielos.
En una discoteca o un lugar muy ruidoso no lo uso, queda raro.
Funciona mejor en la calle, la playa o algún sitio más casual.
Úsalo así:
«Oye, una pregunta. Así, a simple vista, ¿cuál de los dos dirías que
parece más gay?».
Risas, o caras de sorpresa, o se ponen a miraros de arriba abajo.
Si la primera respuesta no es muy positiva, añades: «Es una cosa
curiosa que nos ha pasado, y sí, hay una apuesta en juego».
ADVERTENCIA: tómatelo con risas, como un juego. La idea es que eres un
caradura que está jugando, no transmitas que te preocupa parecer gay... todo lo
contrario. Incluso si te preguntan «¿pero eres gay?» (muchas lo hacen), no des
una respuesta clara. A mí me gusta responder «solo entre semana» o «solo los
días impares». Es evidente que estás jugando, que te sientes con ado con tu
imagen y que no te parece negativo ser o parecer homosexual.
He usado tanto este abridor que varias veces he dado con chicas
lesbianas. Recuerdo unas que se reían mucho, y al cabo de un
rato hablando nos preguntaron: «¿Y cuál de nosotras parece más
bollera (lesbiana)?».
Aunque, evidentemente, no llegamos a nada con ellas, fue muy
divertido.
En otra ocasión, una chica israelí nos desa ó a besarnos a mi
alumno y a mí, le dije que no quería besarle porque cualquiera
que me besa se enamora perdidamente. Estuvimos tonteando
con eso de enamorarse, de la magia de los besos, y sin que yo lo
viera venir, la chica me plantó un beso en la boca de película, ahí
en medio de una plaza del centro histórico de Barcelona.
Cuando nos separamos de ellas, mi alumno estaba eufórico por
lo que había visto... tuve que bajarle a tierra: muy pocas veces
pasa algo así en plena calle y sin buscarlo tú. Tampoco corras a
buscar vuelos a Jerusalén; aunque nunca he estado, no tengo
referencias de que sea el paraíso de las mujeres besuconas.
¿Dar like a una foto en Instagram es in delidad?
Este rompehielos debería llevar consigo una historia. Tal vez
habéis discutido con una amiga por este tema, o habéis visto un
reel de una chica diciendo que dejará a su novio por eso... y lo
mejor es darle un punto más picante.
Primero, haces la pregunta, lo normal es que te digan que no,
que un like es poca cosa... y entonces sueltas el picante: «¿Y si la
foto es de la chica casi desnuda?».
Puedes decir que es una conocida que se dedica a OnlyFans, que
esto lleva a conversaciones morbosas y de salseos.
A estas alturas, ya sabrás que los salseos y el morbo a las chicas
les encantan.
¿Las clases de baile son aquí?
Aquí puedes jugar a hacerte el despistado, le dices que tiene
pinta de ser profe de baile... y puntos extras si luego tú sabes
bailar.
Ojo, puedes usarlo igualmente si no tienes ni idea, recuerda que
el rompehielos sirve solamente para iniciar la conversación. Y
aquí ya saldrá el tema de quién baila, qué baila o si son más de
sujetar la barra, otros hobbies, etc.
Rompehielos absurdos
¿Sabes cuánto pesa un oso polar? Lo su ciente como para
romper el hielo.
Es un clásico, lo recuerdo desde que empecé a mirar temas de
seducción en internet. Solo lo recomiendo si tienes menos de
treinta años, porque me parece algo infantil. Pero hecho con
gracia a chicas jóvenes funciona muy bien.
La ejecución es muy importante:
Llegas y dices: «Chicas, una pregunta».
Haces pausa, para que ellas te presten atención.
«¿Sabéis cuánto pesa un oso polar?».
Pausa, que se genere esa tensión de «qué coño pregunta este
tipo».
Y muy lento, les dices: «Lo su ciente como para romper el hielo.
Hola, me llamo Héctor».
Si tiras un cacahuete a una piscina, ¿sigue siendo un fruto
seco?
Recuerda, la ejecución es muy importante en estos abridores
ridículos. Quieres proyectar que estás de broma, que eres
divertido... y aquí se entiende por el contexto que las quieres
conocer. No se verbaliza, pero está clarísimo.
¿Sois espías?
Este rompehielos me gusta cuando llegan dos o tres chicas a la
zona de un bar musical o discoteca y se ponen muy cerca, o
incluso notáis alguna mirada.
Lo ideal es decirle algo a tu amigo y quedaros mirándolas
descaradamente, incluso señalarlas.
Ellas probablemente ignoren esos gestos, pero lo habrán visto. Y
entonces... ¡pam! Pregunta absurda:
«Oye, ¿vosotras sois espías? (Pausa). Porque os hemos visto aquí
como mirándonos, y no sé si estáis planeando sacarnos las
claves. ¿Para qué agencia trabajáis?».
No alargues mucho este juego, porque se puede hacer pesado.
Rompehielos directos
Se llaman directos porque aquí sí que vas a demostrar interés
por ella de entrada. Te ha llamado la atención por algo y quieres
conocerla.
ADVERTENCIA: que sea directo no necesariamente signi ca que te regales.
Olvídate de cumplidos azucarados del estilo «te he visto tan guapa que...», «eres
lo más bello que...». La idea es que eres directo porque eres atrevido, pero en
cualquier momento podrías perder el interés.
Si regalas demasiado, le quitas la gracia al juego para ella, y
entonces solo te irá bien si tu físico le encaja de entrada.
¿Sabes a quién te pareces? A alguien a quien quiero conocer.
Este rompehielos nació como una broma.
Miras a la chica y le dices: «Oye, ¿sabes a quién te pareces?».
La idea es que ella piense que se parece a alguna famosa y
entonces sueltas:
«A alguien a quien quiero conocer».
Problema: muchas veces a la chica le daba un bajón que me
costaba mucho remontar, por lo que lo mejoré diciendo de
inmediato algo de ella que me había llamado la atención.
Por ejemplo:
—Oye, ¿sabes a quién te pareces?
—No, ¿a quién?
—A alguien a quien quiero conocer. (PAUSA).He visto que te has
puesto tan elegante hoy que me has generado curiosidad. ¿Estás
celebrando algo?
—No, este vestido me lo regalaron.
—Pues has elegido muy bien qué ponerte hoy, te queda
estupendo. Por cierto, soy Héctor. ¿Tú?
Es más complejo tener que encontrar algo especí co en la chica,
pero, como te he dicho antes, es lo que mejor funciona... algo de
curiosidad, de interés o de las circunstancias concretas.
¿Te llamas María?
Solo para caraduras.
Te acercas y le dices:
—Hola, ¿puede ser que te llames María?
—No.
—Yo tampoco me llamo María. Ya tenemos algo en común. —
Pausa—. Soy Héctor, encantado.
No tiene más historia. Si ella responde con risitas, te sigue la
broma o te dice su nombre, tienes luz verde. ¿Es el mejor
rompehielos del mundo? No, pero si sabes jugar a lo inesperado,
rompes sus expectativas y generas buena energía de entrada.
Tengo una mirada perdida tuya
Es también muy simple, juegas con el doble sentido de las
«llamadas perdidas» insinuando que ella te ha mirado. No es
necesario que hayáis cruzado miradas, y si ella niega haberte
mirado, no discutas, simplemente sigue adelante mientras veas
que hay buen feeling.
Es así (hablando despacio, que se te entienda bien):
—Hola, tengo una mirada perdida tuya. —Pausa; si no dice nada,
sigues—. ¿Qué hacemos con ella?
Se reirá, lo negará o te dirá que tienes mucho morro (es bueno).
Venimos a ligar
Este rompehielos puede jugarse de dos maneras, según la
primera reacción de ellas.
Lo puedes hacer con un colega o tú solo, es ideal para locales
nocturnos.
—Hola, ¿qué tal la noche?
—Bien. —O silencio.
—Mi amigo y yo hoy hemos salido a ligar.
(No pongas caras, no te rías, haz pausa).
Opción A:
Ellas se ríen o dicen «Qué directos», «Qué sincero...» o algo así.
Ya tienes luz verde, solo preséntate y adelante.
Opción B:
Ellas dicen: «Pues con nosotras no» o «Tenemos novio».
Respondes: «La cuestión es que no tenemos ni idea de ligar. Y os
hemos visto a vosotras con aspecto de seductoras naturales...
por lo que hemos pensado: “Va, que nos enseñen sus trucos”».
Ellas aquí colaborarán o no, explicarán que en realidad no ligan,
o sí, o cualquier otra cosa. En cualquier caso, tendrás que
profundizar en si hay una objeción real o era simple «piloto
automático» su primera respuesta.
El baile de la seducción
A veces me encuentro con alumnos muy despistados a los que
les explico formas de romper el hielo con las mujeres, maneras
de ser más sociales, y veo en sus caras la idea de que
simplemente hablar con una mujer es seducirla.
Porque no entienden las fases de la seducción.
Al igual que resulta ridículo el personaje de comedia que se
acerca a una mujer desconocida con cara de baboso y le hace
insinuaciones sexuales como si tuvieran una relación.
Fases de la seducción
Hay 4 fases diferenciadas claramente, y cada fase tiene sus
pasos. ¿Signi ca esto que siempre tengan que darse
especí camente todos los pasos de forma lineal? No.
Las relaciones humanas son muy complejas y si te relacionas con
su ciente número de personas, encontrarás excepciones a la
norma.
Fase social
Gran parte de lo que hago en mis cursos y talleres es enseñar a
socializar. Aunque puede suponer un reto para muchas
personas, en sentido estricto esto no es ni atracción ni seducción.
Déjame ponerte un ejemplo para que me entiendas: si quieres
aprender a vender a una audiencia, sea en webinars online o en
eventos presenciales, vas a tener que hablar en público. Te
enfrentarás al miedo escénico y a mejorar tu oratoria antes de
llegar a la fase de persuasión. Pero sin salir a escena y ser capaz
de hablar en público, la persuasión nunca llegará.
Por eso, la fase social es tan importante. Porque es
imprescindible. Además, esta es la causa de que muchos
alumnos míos mejoren su relación en el trabajo, con amistades y
familia después de trabajar conmigo. Es imposible no mejorar tu
habilidad social básica si aprendes a ligar.
Esta fase no deberías saltártela nunca. Es la fase en la que
saludas, te proyectas como un tipo social y demuestras que estás
calibrado. Incluso si quieres usar un estilo muy directo, es
importante que proyectes ser un tipo normal, no un loco
peligroso.
Si tienes poca experiencia, esta es la fase en la que pasarás más
tiempo. Ningún problema, porque solo dominando esta fase
tendrás mucho más éxito que la mayoría de gente, porque
recuerda... la mayoría nunca hablará con una chica guapa.
Pasos:
Romper el hielo
Ya hemos hablado de este paso imprescindible. Si esperas que
ellas te hablen, te aburrirás mucho. Incluso si esperas que haya
miradas, acercamientos, señales sutiles... mal. Solo aquellos
hombres muy atractivos físicamente pueden simplemente no
hacer nada; el resto hemos de ser mucho más proactivos.
Sé que es el paso que más miedo da y que provoca más
incomodidad, por eso he dedicado tanto esfuerzo en que
trabajes tu con anza. Que no te dé vergüenza empezar por los
ejercicios más básicos o usar las excusas más simples para iniciar
conversaciones.
Yo estuve años utilizando estrategias muy indirectas y sociales,
recuerdo claramente como los que iban de cracks defendían
aproximaciones directas y «naturales»..., pero nunca los vi hacer
nada fuera de escribir en foros de internet.
Como anécdota: hicimos una quedada con otros aprendices de
seducción en Valencia, con algunos tíos que no habíamos visto
nunca en persona. Llegué con mi amigo Ángel a la zona donde
habíamos quedado, coincidimos con un chico y mientras
esperábamos al resto estuvimos hablando con unas chavalas
que estaban en la plaza del Carmen.
Mientras estábamos allí, otro colega de ese chico le llamó y el
tipo le dijo algo así:
—Tío, estamos en la plaza, ven rápido, que estos ligan de verdad.
Le pregunté a qué se refería, porque tampoco es que
estuviéramos haciendo nada del otro mundo, más que ser
sociales con un grupito de chicas. Y el chico (no recuerdo su
nombre) nos contó que en Madrid había salido por ahí con varios
supuestos expertos y que apenas hablaban con nadie.
En este submundo de la seducción hay mucho fantasma, lo que
se suele llamar «seductor de teclado» y «seductor de YouTube».
Son tíos que han leído mucho, que han visto muchos vídeos y se
dedican a dar su charla (incluso cobrando) sin haber practicado
nada...
Como si alguien enseñara a jugar al fútbol porque ha leído
mucha prensa deportiva y ha visto muchos partidos en
televisión...
Y antes de que me pidas una lista, son tantos que es imposible, y
cada año hay más. En general, no te fíes de nadie que no tenga
una trayectoria REAL de al menos diez años. Cuidado con los
títulos de psicólogo, sexólogo y similares. La mayoría de
«expertos» titulados no han ligado en su vida (o lo hicieron una
vez hace diez años).
Confía más en la experiencia y en la cantidad de alumnos
satisfechos. En general, un mal profesional no dura más de un
par de años en el mercado.
Resumen: a romper el hielo te tiene que enseñar alguien que lo
ha hecho muchas veces, y lo ideal es que lo haga
presencialmente, a tu lado.
Conectar
Este paso es mucho más crítico que el primero, aunque no lo
parezca.
Muchas mujeres te darán la oportunidad de saludarlas, incluso
de hablar un par de minutos con ellas. Esto es por varios
motivos:
1. Ellas son mucho más sociales que los hombres. A muchos de
mis alumnos les estalla una creencia cuando ven que
simplemente van a hablar con una chica y esta les responde.
2. Ellas necesitan hablar con un hombre para saber si les atrae o
no. Para ella es mucho más importante el estatus que el físico,
ya sabes. Aunque no seas su ideal de belleza, si pasas el ltro
mínimo de presencia y la chica es receptiva, te dará una
oportunidad.
Pero si no dejas de hacer preguntas cerradas, o dices cosas que
no tienen sentido, o se nota que no la estás escuchando...,
rápidamente te descartará.
Es mucho más importante la segunda frase que dices, y la
tercera... que no la primera.
En este paso, está muy bien utilizar recursos clásicos de
generación de picos emocionales, como las lecturas en frío y
juegos de roles, así como utilizar preguntas poderosas para
generar una interacción memorable.
Preguntas poderosas
Son preguntas abiertas que requieren una respuesta
mínimamente elaborada y con cierta relevancia emocional. Mira
estos ejemplos:
¿Qué hiciste el último n de semana?
¿Qué es lo más divertido que has hecho esta semana?
¿Qué destacarías de ti? Algo que yo nunca pudiera adivinar.
¿Qué plan te hace más ilusión del próximo n de semana?
¿Qué fue lo mejor de tus últimas vacaciones?
Si pudieras viajar ahora mismo a cualquier lugar del mundo con
una puerta mágica, ¿a dónde irías?
¿Qué tres caprichos te llevarías a una isla desierta?
Escucha, procesa, ábrete
Ya estoy visualizando hordas de hombres haciendo todas las
preguntas anteriores en ese orden, sin casi dejar a la chica
responder. Si haces eso, pierdes.
Las preguntas poderosas, igual que en ventas o en coaching, no
son para pasar el rato mientras rezas que ella se excite
sexualmente por pura magia...
Lo que quieres es que ella invierta en la interacción, que te dé
información sobre ella para poder generar una buena
conversación.
Imagina:
Tú: ¿Qué hiciste el último n de semana?
Ella: Estuve en un retiro espiritual en la montaña. Imagina, dos
días enteros sin hablar, solamente meditando y uyendo con la
naturaleza.
Tú: Ah, bien. Y... ¿qué fue lo mejor de tus últimas vacaciones?
Ella: Pues... estuve en Japón, porque desde niña me gustan
mucho los mangas y me ipan las artes marciales, en especial el
kendo, que en España casi nadie conoce.
Tú: Genial. ¿Qué plan te hace más ilusión del próximo n de
semana?
Ella: Perdona, tengo que ir al baño...
Visto así escrito, es evidente, pero lo veo una y otra vez. El
hombre no escucha porque está demasiado preocupado
tratando de parecer «alfa», pensando en su próxima pregunta y
tampoco pretende conectar con ella... solo meterse entre sus
piernas.
Veamos una versión mejor:
Tú: ¿Qué hiciste el último n de semana?
Ella: Estuve en un retiro espiritual en la montaña. Imagina, dos
días enteros sin hablar, solamente meditando y uyendo con la
naturaleza.
Tú: U , ¿cómo que sin hablar? ¿En ningún momento? ¿Cómo os
entendíais?
Ella: A ver, alguna cosa podías decir, pero la idea es no llenar de
conversaciones vacías las horas de las comidas, ni los descansos,
ni los momentos de espera.
Tú: No tengo ni idea de este tipo de retiros, suena muy profundo.
¿Cuál es el objetivo, conectar más contigo misma al no estar todo
el rato hablando?
Ella: Exacto; además, estás en un lugar tranquilo en la montaña y
en un ambiente muy relajante.
Tú: Me gusta la montaña, aunque para ver los paisajes y si puede
ser escalar. Es uno de mis hobbies, la escalada. Menos espiritual
que lo tuyo, aunque también se uye con la naturaleza.
Ella: Tengo ganas de aprender a escalar, pero no he encontrado
la oportunidad.
Aquí no vamos saltando de un tema a otro sin sentido. La chica
se siente escuchada, y en pocas frases, además, te abres para
hablar de ti conectando algo tuyo con su gusto por la montaña.
ADVERTENCIA: viene algo profundo y avanzado. No es imprescindible que
conectes con la actividad o el entorno de la chica. Porque la conexión profunda
se da por relevancia emocional, valores y estilos de vida.
Fíjate que en el ejemplo anterior no hemos conectado con la
parte espiritual de la chica, sino con la montaña. Incluso
podríamos haber conectado con el amor por el silencio, o
simplemente por el arriesgarse a hacer cosas diferentes.
Una chica puede disfrutar de bailar porque le hace vivir el
momento presente, y tú conectar con esa sensación de estar en
el aquí y ahora cuando estás en un ring de boxeo.
La conexión emocional es relativamente sencilla si te centras en:
Escuchar, profundizar, conectarlo contigo y abrirte.
Incluso puedes conectar con «no sé nada de esto, cuéntame
más». Eso sería proyectar que eres alguien curioso, abierto a los
demás y que escucha. También funciona.
Quédate con este concepto: memorable.
Porque la mayoría de conversaciones son «trabajo de X», «vivo en
Y», «soy amiga de mis amigas»..., es decir, conversaciones iguales
unas a otras que se olvidan a los dos minutos.
Ojo, para salir de estas conversaciones también es importante
que tú puedas contar cosas diferentes: si solo vas al trabajo, al
gimnasio y de esta, de poco más podrás hablar.
Aquí se nota si tienes una vida más rica que la mayoría. Aunque
sean clases gratis de baile en un bar, eso ya es una actividad más
estimulante.
Crear picos emocionales
Incluso cuando conectas bien a nivel emocional y conversacional
con la chica, una interacción puede quedar «plana» o incluso
demasiado seria.
Porque esas conversaciones que hemos visto ahora provocan
conexión emocional, pero no necesariamente atracción.
Por supuesto, si has viajado por medio mundo, ganas mucho
dinero y eres famoso, no necesitas más que generar esas
conversaciones y la atracción se producirá. Pero la mayoría de
hombres imperfectos no lo tenemos tan fácil, por lo que es muy
útil provocar picos emocionales que generan «buena vibra»,
diversión y aumentan tu atractivo a sus ojos.
Ejemplos:
Humor
Es universal. A todo el mundo le encanta reírse, incluso la chica
más estirada de la discoteca se vuelve una colegiala cuando se
está riendo a gusto. Ciertamente, no todo el mundo tiene el don
de hacer gracias improvisadas o de contar chistes, pero si tienes
un punto pícaro y puñetero como yo, además de predisponer
favorablemente a las chicas, te lo pasarás muy bien.
Las mejores gracias son las improvisadas, jugar con todo lo que
ella dice, hace o sucede entre vosotros. Hay que ser rápido y
ocurrente.
Pero también puedes tener algunas cosas «preparadas». Por
ejemplo, cuando una chica me cuenta algo muy profundo, o algo
serio, me hago el incrédulo.
«Me estás tomando el pelo», digo. «Y no me sobra».
Es una tontería, pero funciona para dejar claro que me trae sin
cuidado ser calvo y, además, es una gracia divertida.
Cuando me preguntan a qué me dedico, suelo decir
directamente: «Soy actor porno». A las pocas que se lo creen les
aclaro que es broma... funciona bien.
Puedes ser más pícaro aún; por ejemplo: «Tienes pinta de ser
profesora de inglés... Bésame si me equivoco». Es fácil que ella
tarde en procesarlo, no pongas cara de «te he contado un chiste»
ni se lo expliques... es mucho mejor que ella caiga sola o, si no se
da por enterada, que quede ahí...
Otro recurso humorístico preparado son los chistes, pero tienen
un riesgo: si no hacen gracia, se genera una mala vibración. A mí,
personalmente, me gustan muy cortos y muy tontos.
Varios ejemplos:
«¿Qué le dice un pez a otro pez? Nada».
«Van dos videntes en una moto y se cae el del medium...».
«¿Qué le dice un techo a otro techo? Techo de menos».
Los chistes, cuentos, gracias o como se llamen en tu país, tienen
un fuerte componente cultural. En España se cuentan chistes de
Lepe, un pueblo donde se supone que la gente es poco
inteligente. En cada zona funcionan de una forma diferente, en
internet hay cientos que puedes adaptar a tu estilo.
Quiero repetir esto: no es para todo el mundo.
Uno de mis alumnos (y a pesar de ello también amigo) no para
de hacer el tonto, de contar chistes o bromear. Hay otros que
cuando lo intentan... quedan mal.
Lectura en frío
El 99 % de las consumidoras de horóscopos, tarots, videntes y
similares son... mujeres. Los test de personalidad
pseudocientí cos, las adivinaciones y las clasi caciones
energéticas les encantan a las mujeres.
Puedes leerle la mano, analizar su horóscopo, su horóscopo
chino, sus ascendentes, su morfopsicología, el eneagrama o
cualquier otra lectura en frío que te apetezca.
Recomiendo lo menos habitual. Yo no leo la mano de las chicas,
porque es técnica de ligón de los años setenta. En cambio, el
eneagrama está muy de moda desde hace un tiempo en España.
Una rutina clásica de la seducción yanqui, popularizada por Neil
Strauss, es el cubo.
Básicamente, ella ha de imaginar un cubo en una estancia, una
escalera, una tormenta y un caballo.
El cubo representa a la chica; la escalera, sus ambiciones; la
tormenta, sus problemas, y el caballo, su sexualidad.
Esto que te he contado en dos líneas se alarga (si lo haces bien)
unos cinco minutos de preguntar, pensar, imaginar y resolver ,
algo que a mí me aburre más que acompañar a mi hija a
comprar zapatos. Pero funciona.
Juegos
Está bien jugar con ella a algo que os divierta, sea el pulso chino,
el calientamanos o las adivinanzas.
Aquí puedes mezclar pico emocional más conexión. Por ejemplo,
en lugar de decirle a qué te dedicas, haces que adivine:
«Te voy a dar tres opciones, a ver si aciertas...
1. Actor porno.
2. Actor porno gay.
3. Actor porno gay trans».
Cuando veas su cara de «me está explotando la cabeza», le dices:
«Vale, era broma, ahora de verdad:
1. Inspector de Hacienda.
2. Espía.
3. [La tuya, si puedes, con un giro que la haga distinta]».
Magia
Hay trucos de magia muy simples con monedas, cigarrillos, etc.,
que son muy efectistas. He visto gente llevar barajas de cartas
por ahí; sinceramente, no es mi rollo y me parece que puede
verse como «necesitado», a menos que seas mago. He conocido
a varios, y solo compensa si eres tan bueno como para que se
olvide que llevas una baraja de cartas en el bolsillo para hacer
trucos de magia.
Baile
Es otro superpoder si lo sabes usar correctamente. En el mundo
del baile hay más mujeres que hombres, y es una actividad que
de por sí genera buen rollo y conexión, sin hacer mucho más... y
sin tener que hablar.
No me sorprendió nada encontrar ejércitos de informáticos
a cionados a la salsa y a la bachata... ¿Dónde iban a poder
socializar con chicas simplemente estirando la mano?
Antes de que corras a apuntarte a bailar salsa o bachata, te
advierto: no creas que las mujeres se te van a regalar
simplemente porque te has apuntado a un curso. Sobre todo al
principio, no las vas a impresionar en absoluto.
Y cuando lleves un tiempo, descubrirás que es mucho más fácil
ligar en una sala «normal» en la que ponen algo de música de
baile que en un evento social especí co de baile... donde la gente
va precisamente a eso: a bailar.
En cualquier caso, si eres poco hablador y te gusta la música, te
lo recomiendo mucho. Conocerás chicas en clase, en talleres, en
eventos de baile y cuando salgas a salas «normales» a cualquier
chavala que le des dos vueltas la vas a dejar encantada.
Finalmente, si te ha ofendido mi pequeña mención a los
informáticos, que sepas que yo lo fui durante veinte años...
Enganchar
Más que un paso que tengas que provocar tú, es un punto al que
quieres llegar.
Muchas veces, las interacciones son intercambios breves de
opiniones, tal vez alguna risa, pero luego se produce un silencio
incómodo, o tal vez la chica pone una excusa y se va.
Todo lo que hemos hecho hasta ahora es para conseguir lo
contrario: que ella pre era seguir hablando contigo que cortar la
interacción. Cuando tienes la experiencia su ciente, se siente ese
«enganche».
La conversación uye, la tensión de cuando se rompe el hielo ya
se ha relajado, y sabes que si te vas un momento a la barra o ella
se va al baño, luego os volveréis a encontrar.
Te pongo este paso aquí para que cuando te suceda, sepas
identi carlo, pero, en realidad, no hay una «técnica» o una frase
para conseguir este enganche, simplemente hacer bien todo lo
anterior... y que la chica esté receptiva.
Fase de tonteo
Es una fase que debería empezar muy sutilmente, fundiéndose
con la anterior.
Es la fase en la que vas a hacer más a rmaciones de interés,
preguntas más personales y sacarás todas tus herramientas de
atracción.
Es el momento en el que cruzarás el umbral de una simple
interacción social y buscas convertirla en algo romántico-sexual.
Aquí es cuando empiezas a mostrar interés en ella, siempre
condicionado a que sea recíproco, siempre juguetón.
Pero no pasamos de cero a cien, ni cambia el tono de toda la
interacción. Simplemente, vas a «dejar caer» que la chica te está
gustando para algo más que una charla super cial.
¿Recuerdas los picos emocionales? Aquí deberían estar muy
presentes.
Dobles sentidos
Es el momento de utilizar lo que ella haga o diga de forma que
pueda interpretarse de forma sexual.
Ejemplo:
«¿Eres siempre tan mandona o sabes dejarte llevar?».
Si bailas con ella y se deja llevar → «me gusta que te dejes llevar,
¿eres siempre así o te pones dominante en algún momento?».
«¿Eres tan intensa en todo?».
A rmaciones sexuales
«¿Qué es lo que más te gusta hacer, además de dormir, comer y
follar?».
Ojo, esto lo tienes que decir con toda la naturalidad. Te servirá
para descartar mojigatas y para que ella sepa que no te da miedo
hablar de sexo. Además, puede ser que introduzca el tema en la
conversación.
Si más adelante quieres provocarla más, puedes retomar el
tema:
«Oye, y de las tres básicas, ¿con cuál te quedas: comer, dormir o
follar?».
Malinterpretación a tu favor
Esto —además de un pico emocional— es una estrategia genial si
lo haces bien para mostrarte con ado y juguetón.
«Si sigues poniendo esas caras mientras me hablas, la gente va a
pensar que estamos liados».
«Si me miras así, voy a pensar que te gusto».
«¿Eso se lo dices a todos o solo a los tíos que te gustan?».
«La última que me dijo eso... estuvimos liados 6 meses».
«Si tu novio nos viera ahora mismo, se pondría muy celoso»
(aquí, además, estamos dando por hecho que tiene pareja... una
chica interesada enseguida nos dirá que no tiene).
La fórmula sexy
Es tan simple como buscar algo que te atraiga de ella y decirle
que eso te parece sexy. Sexy es menos que «te follaría ahora
mismo», pero más intenso que «guapa, bonita...».
Una vez más, es un puente para cruzar de lo social a lo
romántico-sexual.
Ejemplos:
«Tu acento me resulta muy sexy».
«La forma que tienes de mirarme me resulta muy sexy».
«Hablas de tu trabajo con una intensidad que me parece sexy».
Fíjate, en ningún momento hablo de su apariencia. Es mucho
mejor jarse en lo menos evidente, en lo que ella tiene mérito,
que no en lo simplemente físico, como hace el 90 % de hombres,
que no ve más allá de su cara bonita y su cuerpo.
Todas estas fórmulas no van seguidas, ni van «a partir del minuto
X», sino que las irás «dejando caer» cuando corresponda;
normalmente, cuando ella se valide, invierta en la interacción o
demuestre interés por ti.
Recuerda que la seducción es un baile en el que tú llevas la
iniciativa, pero le dejas espacio a ella para que reaccione. Si no se
deja llevar, si no reacciona o si reacciona negativamente, ve
invirtiendo cada vez menos e incluso descártala.
¿Te parece radical? Piensa qué harías si bailas con una chica y
cada vez que le vas a dar una vuelta, te suelta la mano y se pone
a bailar sola. O quieres marcarle una gura y te pisa a propósito,
te empuja o te pone cara de asco.
Esto es muy importante: tu disposición real a dejar esa
interacción te hará proyectarte de forma casi automática como
un tío más con ado (recuerda el capítulo de la con anza).
Contacto físico
«Para torear y para casarse, hay que arrimarse» (frase popular
española).
Me encanta esta frase, aunque me repugnan los toros. Porque
encierra más sabiduría que quinientas feministas juntas.
Déjame que te destripe un poco la frase y entenderás qué pintan
aquí las feministas locas.
Esta frase no la decían toreros, sino hombres comunes a los que
acercarse a una mujer les daba tanto miedo como (imaginaban)
debía darle a un torero encarar al toro.
Como ya deberías saber, la seducción no se ha inventado con
Andrew Tate, ni con Ross Je ries para los cincuentones... y como
sexualmente seguimos siendo más animales que seres
civilizados, siguen funcionando los mismos mecanismos que
hace miles de años.
Por mucho que a esas feministas locas de la ola woke les parezca
fatal que no tengamos un protocolo burocrático de
apareamiento tutelado por ellas, el contacto físico entre
humanos es natural y deseable.
Sin más rodeos: para ligar, hay que tocar. ¿Cuándo, cómo,
cuánto, dónde?
Vamos a ello:
El contacto físico es como la bebida en una cena. Imprescindible,
pero no lo principal.
Además, hay varios tipos de contacto físico y, en función del
momento, del entorno y de la situación, le corresponde a uno o a
otro.
Acercarse a una chica desconocida, ponerle un brazo sobre el
hombro y hablarle al oído es tremendamente invasivo... si estás
en el gimnasio. O en una playa nudista...
Pero hablar a dos metros de distancia es absurdo en una
discoteca.
Tipos de contacto:
Social (llamar la atención).
Accidental (enfatizar, remarcar).
Instrumental (baile, leer la mano, jarte en su pulsera...).
Íntimo.
Sexualizante.
No tienes que aprenderte un listado in nito de formas de tocar,
pero puede servirte esta referencia para cuando tengas dudas de
qué tipo de contacto físico estás usando... o evitando.
El contacto social es el que usas cuando dices «hola, una
pregunta» justo al iniciar interacciones sociales, o cuando le
pones la mano en la espalda a una chica brevemente para que te
acompañe, tiras de su mano para no perderla en un concierto y
situaciones similares.
Demasiadas veces, alumnos míos me han dicho «yo las toco»
re riéndose a este tipo de contacto... Vale, este contacto social
no genera conexión emocional ni rompe la barrera de las
interacciones puramente sociales.
Como norma heurística: si ese contacto podrías tenerlo con tu
abuela, no es el contacto físico que traspasa lo social de lo
romántico-sexual...
El contacto accidental o social pasa desapercibido a nuestro
consciente: es ese «toque» que le damos a alguien mientras
hablamos, ese pequeño agarrón cuando queremos enfatizar.
Solo es relevante para mostrar que no tenemos miedo de tocar,
o si la chica rehúye ese contacto. En cualquier otro caso, es
altamente irrelevante.
El contacto instrumental es otro tipo de contacto físico que los
hombres suelen malinterpretar.
Agarrar su mano para leérsela, o para revisar cómo son sus
anillos, tampoco es una muestra inequívoca de interés hacia ella.
De hecho, es todo lo contrario: si la chica detecta que necesitas
excusas para tocarla, te clasi cará como «hombre cobarde», lo
que suele llevarte a ser descartado.
Ojo, esto no signi ca que no utilices este contacto. Úsalo, pero,
como su nombre indica, cuando sea necesario: la tocas para
bailar con ella o le apartas el pelo para ver bien su tatuaje, pero
eso no tiene el mismo sentido que cuando le quitas un mechón
del rostro de forma cariñosa...
Contacto íntimo: este es el contacto que usas para traspasar el
umbral entre «somos conocidos» y «quiero que tengamos algo».
Aquí retomaré la frase taurina: «Para torear y para casarse, hay
que arrimarse».
Porque en estos movimientos no solo importa el tocar, sino
también a qué distancia estamos. Acariciarle una pierna
alargando el brazo metro y medio no tiene sentido, pero ponerte
muy cerca, aunque no la estés tocando, sí que le dice a ella que
está pasando algo.
Lo ideal es hacer ambas, de forma calibrada y cuando
corresponda. Pero cuanta más práctica he ido acumulando, más
importancia le he dado a recortar la distancia.
En parte por eso el ligoteo en discoteca puede parecer invasivo
muchas veces: es imposible hablar a una distancia puramente
social, y es casi imposible acercarse lo su ciente sin tocar. Aun
así, no es imprescindible acariciar de entrada en una discoteca, y
es menos íntimo poner la mano en el hombro que rodear la
cintura. Quédate con este concepto: incluso en distancia corta de
discoteca, la diferencia entre el contacto social y el íntimo está en
lo acariciante y persistente que sea el contacto.
Contacto sexualizante: es el que se produce ya como parte del
proceso de seducción, justo en la previa a los primeros besos, o
cuando ya te estás besando con la chica.
Los cuerpos se juntan más, incluso la zona de la pelvis (que
jamás se debería acercar antes de este momento), las caricias
pueden acercarse a zonas erógenas por encima de la ropa, y el
contacto se mantiene en el tiempo, casi sin volver a separarse del
todo durante mucho rato.
Para los de mi generación, es lo que vulgarmente se llama
«meterse mano».
Ojo, estoy hablando de un contacto físico que aún puedes
mantener en algún lugar público como un local nocturno, un bar
o discoteca.
El siguiente nivel ya sería pasar a las caricias por debajo de la
ropa y empezar a quitársela, pero no voy a profundizar en esa
fase... hasta el capítulo nal del libro.
Fase de conexión
Esta fase incluye el momento de los primeros besos, los primeros
momentos a solas compartiendo miradas íntimas, caricias
sexualizantes y conversaciones más privadas.
Es el momento de «me quedaría toda la noche mirándote a los
ojos» (no lo digas, suena demasiado romántico), el momento en
el que ya se ha hecho evidente que os gustáis.
Aquí puedes pensar que ya está todo hecho, que esa chica está
enamorada de ti y que es inevitable acabar en tu casa teniendo
sexo.
ERROR.
En cualquier fase, la interacción puede explotar. Juega bien tus
cartas hasta el nal y no te pasará como a mí en esta historia que
compartí hace tiempo con mis suscriptores, tan potente y real...
que no acaba bien.
La diosa del romanticismo extremo
Estaba en un pub con un amigo haciendo el tonto.
Y con la tontería, le dijo algo a una chica, ella respondió... esas
cosas que pasan.
Cuando me jé en su amiga (eran dos), que estaba seria como en
un entierro, lo primero que se me pasó por la cabeza fue «está
demasiado buena para mí».
Ojo, yo ya no era el chico retraído, obeso y casi virgen del pasado.
Ya había hecho mi transición de nombre de (CENSURADO) a
Héctor Latorre, mi cambio de imagen, de estilo de vida...
Pero mis creencias más profundas salieron a pasear con esa
chica que —con tacones— era más alta que yo, unos quince años
más joven, con cuerpazo, ojos verdes... y vestida como una diva.
¿Cómo iba a acercarme a hablar con ella si no me lo creía y
encima la chica proyectaba una actitud poco amistosa?
Pues me acerqué. Fui a hablar con ella... acojonado. Como tantas
otras veces, pero más.
No recuerdo nada concreto de esa conversación, se me puso
visión de túnel y actué con mi piloto automático de máquina
social.
Sí recuerdo varias oportunidades de pedirle su número, de tirar
un cebo para que fuera fácil decir «pues quedaremos para hacer
tal cosa»... y dejé pasar unas cuantas.
Pero a la tercera, o cuarta, lo hice.
Esa semidiosa rubia me dio su número encantada, y aunque hoy
lo entiendo perfectamente, en ese momento me parecía como si
Antonio Resines se hubiera ligado a Margot Robbie...
Ojo, la chica no es exactamente como Margot Robbie, pero yo la
veía así. La comparación con Resines tampoco es justa.
Obviamente, yo soy mucho más atractivo...
Reconozco que por WhatsApp, gracias a mi experiencia, no me
costó mucho llevar bien la conversación para quedar con ella.
Y puede que tú pienses: «Claro, Héctor, a ti las chicas no te
rechazan».
Ejem.
Me rechazan. No tengo una coraza de fucker que me proteja. Los
cientos de alumnos que han estado en mis talleres lo han
presenciado en directo.
Y en la época que conocí a MR (por Margot Robbie), aún me
rechazaban más.
Pero MR quedó conmigo. ¿Recuerdas la visión de túnel? Otra vez,
no recuerdo casi nada, solo que había partido de selecciones,
porque recuerdo gente mirando televisores en los bares.
Y las emociones. Eso perfectamente, como si fuera ahora.
¿Cómo iba a tontear con ella si no me lo creía?
¿Cómo iba a besarla si la veía inalcanzable?
Lo hice, claro que lo hice.
Con la total seguridad de que no respondería bien a mis avances,
con la claridad absoluta de encontrarme una cobra, un «yo no te
veo de esa forma ».
Me encontré con sus labios ardiendo por los míos.
Nos comimos a besos como si fuera la primera vez que
besáramos a alguien digno de nosotros. El resto de la cita, hasta
despedirnos, consistió en pararnos varias veces para seguir
tocándonos, besándonos, abrazándonos...
Yo pasé de la inseguridad a la euforia: durante un brevísimo
momento fui testigo de los destellos de mi propia grandeza.
Igual que cuando me lie con una modelo, con la diosa tántrica,
con la profesora de spinning, con la azafata de pechos gigantes...
y tantas otras veces que me validé a través del sexo con chicas.
Dejo un espacio aquí para que los psicólogos presentes hagan
sus evaluaciones sobre mis heridas de juventud...
¿Listo?
Sigo, para los que están leyendo esto para aprender y no para
juzgarme.
Los días siguientes a nuestra primera cita, MR estaba ansiosa por
volver a verme. Guiños, bromas, corazones... todo fantástico.
Hasta que llegó el viernes, que no podíamos vernos porque ella
tenía una cena de no sé qué. Yo, como si fuera un loco de la
seducción (ejem), salí con algunos compañeros por ahí a
socializar. Y, en mitad de la noche, me escribió MR.
Estaba en su coche, demasiado bebida como para conducir,
demasiado sobria como para no darse cuenta. Casualmente,
estaba en una zona muy típica de parejitas que no tienen lugar
para desatar su pasión... (¿o no fue tal casualidad?).
Yo, creyendo que tenía a la chica en el bolsillo, me fui corriendo
hacia allí, le llevé agua y algo para comer. Volvimos a nuestra
sesión de besos, caricias y conversación edulcorada.
Pero lo que debería haber sido nuestro primer encuentro
claramente sexual, no lo fue. Porque yo me con é. ¿Follar en el
coche? U , qué incómodo, qué pereza...
Incluso cuando ella se sinceró con temas muy íntimos suyos, que
eran una petición clara de «¡fóllame duro!», no lo hice. A pesar de
saber que lo correcto era avanzar sexualmente, me quedé
disfrutando de romantizar mi relación con esa semidiosa.
Al día siguiente, recibí un mensaje: «Héctor, eres un encanto».
Fue el principio del n.
Ese mismo día, cuando yo respondí, tardó horas en volver a
escribirme.
Y el siguiente mensaje, días.
Nunca más volvimos a quedar.
¿Hay que follar rápido a toda costa?
No. Aunque en la mayoría de casos, romantizar demasiado
pronto la relación le quita la gracia, para ellas. Sé que es una
paradoja: les encantan las historias románticas, pero cuando un
hombre se pone demasiado romántico, cercano, servicial..., lo
empiezan a ver de menor estatus y pierden el interés.
Nunca sabré qué pasó exactamente con MR, pero sospecho que
tenía un «medio-rollo-medio-novio» que no le acababa de
encajar del todo. Y al conocerme a mí, sintió que podía haber
encontrado a ese tío que por n la hiciera gritar de placer. No lo
fui.
¿Siempre hay que ir con la chorra fuera para metérsela tan
rápido como puedas?
No, ya habrás leído antes la historia de esa chica que necesitaba
simplemente más tiempo y confort.
Pero en general, a los que pecamos de demasiado platónicos,
nos va bien ponernos el traje de folladores antes de dejarnos
enamorar.
Fase de conexión sexual
Toca llevártela a casa. O, como hemos visto antes, a un sitio
íntimo con el coche...
Incluso en algún lugar público donde no sea escandaloso tocarse,
empieza esta fase.
¿Recuerdas todo eso de «no alabes su físico», «no seas sexual»,
«olvídate del tono seductor»?.
Aquí es donde toca todo eso. De forma progresiva, pero
contundente. Lo que más le pone a ella es ponerte. Siempre
que antes le pongas tú a ella.
No es un trabalenguas, es la clave de todo.
El 80 % del juego está en generar atracción de la chica hacia ti, y
convertir esa atracción en una conexión física y emocional.
Cuando has llegado a ese punto, ella desea gustarte, ella desea
excitarte, y ella desea complacerte.
Es el momento de decirle cuánto te gusta tocarla, mientras la
tocas.
Es el momento de expresar tu deseo de quitarle la ropa.
Es el momento de llevártela a casa.
Para los más temerosos:
Yo pasé años aterrorizado, temiendo que me acusaran de ser un
pervertido sexual. (Lo soy, por cierto).
Ese miedo hacía que incluso con chicas con las que me liaba
tratara de ocultar que me apetecía chuparle los pechos o que me
diera mucha vergüenza que una chica notara mi erección.
Quiero ser claro:
Escena 1: te acercas a una chica por la calle y le dices que te
parece muy mona. Se nota tu erección a través del pantalón. Eso
es asqueroso para ellas.
Escena 2: Estás con la misma chica, besándote con ella en el
coche. Ella te acaricia la pierna y nota un bulto prominente
dentro de tu pantalón. Eso la va a excitar.
Me siento como si estuviera en Barrio Sésamo, explicando cosas
que me parecen de sentido común, pero he visto demasiada
gente despistada con esto. A las mujeres les encanta el sexo y les
encanta ser sexualizadas. Cuando toca, con quien eligen.
El contexto marca la diferencia.
La orgía que surgía
Mis amigos Alfons y Pau eran muy buenos ligando. Mucho.
Una noche, de vacaciones no recuerdo dónde, conocieron a un
grupo de chicas, con la mala suerte de contar también con su
amigo Manu.
He cambiado los nombres para no humillar a nadie
públicamente, pero la historia me la contaron ellos dos con pelos
y señales.
En la discoteca, los tres ya se habían besado con «su chica» del
otro grupo. Además, había buen rollo en conjunto, lo pasaban
bien y el alcohol uía por todos ellos.
Pau y Alfons se hicieron la señal de «vamos al apartamento» y
ellas estuvieron encantadas de acompañarlos.
Obviamente, todo el mundo sabía que no iban al apartamento a
tomar café ni a jugar a las cartas, pero en ningún momento se
verbalizó lo contrario. Pau llegó y se apropió de un sofá con una
chica, comiéndose a besos y metiéndose mano sin prestar
atención a nadie más.
Mientras tanto, Alfons preparaba bebidas para el resto, en un
ritual clásico presexo... una copa y unas risas para que todos se
pudieran acomodar al nuevo entorno antes de irse a las
habitaciones. O antes de hacerlo todos juntos en el comedor...
Nadie sospechaba que a Manu, mucho menos inteligente
socialmente, se le iba a soltar la lengua. Tiempo después, culpó al
alcohol, al cansancio y al chachachá, pero no hay excusa para
meter tanto la pata.
Salió del baño, con el pantalón desabrochado y la camisa por
fuera, y sin dirigirse a nadie concreto, se puso a gritar: «Venga,
¿aquí cuándo se folla?».
Sus dos colegas trataron de ignorar que eso había sucedido,
tratando de generar una conversación paralela con las otras dos
chicas. Pero Manu, sintiéndose ignorado, insistió: «Hey, ¿hemos
venido a follar o qué? Yo no quiero beber, yo quiero follar».
Silencio incómodo.
Alfons le dijo que se calmara, que estaban ahí de buen rollo
pasándolo bien. Manu se acercó a la chica con la que se había
liado y le dio una palmada en el culo, esperando una respuesta
positiva.
Ella se apartó y le dijo que se comportara.
Alfons quiso disculpar a Manu, hacer un brindis y destensar la
situación.
No pudo, porque las dos chicas ya casi ni bebieron, estuvieron a
la defensiva unos minutos más y se marcharon... no sin antes
convencer a la tercera para que se fuera con ellas.
La orgía que surgía... terminó en gatillazo.
¿Moraleja?
Siempre puede joderse una interacción. Trata de no salir a ligar
con borrachos...
Lo implícito vs. lo explícito
A las mujeres les va más la insinuación que la explicación.
Les encanta que expreses lo que sientes, pero no que cuentes
tus planes.
Incluso cuando ambos sabéis que vais a tener sexo, es mucho
mejor mantenerlo implícito antes de que suceda por primera vez.
Permíteme que insista, es otra vez la inversión biológica
inconsciente de las mujeres cuando se acuestan con un hombre.
Aunque ella esté tomando anticonceptivos, aunque lógicamente
sabe que utilizarán preservativo, instintivamente, una mujer
siente como un paso clave acostarse con un hombre por primera
vez.
Si la relación es satisfactoria, en futuros encuentros no será
necesaria tanta insinuación, tanto «juego». Y en una relación
estable, se habla de sexo abiertamente.
Por eso, es mucho mejor que cuando te la lleves a casa sea «a
tomar la última copa», «a tomar una infusión» (no es broma), «a
ver Net ix»... utiliza un pretexto, aunque los dos sepáis que vais a
acostaros.
Juego en equipo
He leído no menos de cincuenta libros sobre seducción, y no
recuerdo ninguno que tratara en profundidad este tema.
Habitualmente, se trata el proceso de socializar y seducir como
algo que sucede entre un hombre y una mujer, aislados de todo
contexto.
Esto es tan absurdo como el chiste del matemático.
A un experto matemático le preguntaron si sabría calcular el
volumen que ocupa una vaca.
Él, muy con ado, contestó: «Por supuesto».
Y a continuación: «Supongamos una vaca completamente
esférica».
Por si no queda claro: este chiste no compara mujeres con vacas,
sino fórmulas que funcionan en la teoría, pero no en el mundo
real.
Pocas veces vas a conocer mujeres que no estén acompañadas,
que no tengan prisa y que no tengan nada mejor que hacer que
interactuar contigo. Ciertamente, si te especializas en ligar de día
por la calle, encontrarás a más mujeres solas que en locales
nocturnos.
Pero en cualquier terraza, bar, restaurante, pub, concierto, esta
o discoteca... las mujeres van en grupo. Y si no eres un lobo
solitario con gran capacidad para aislar rápidamente a una chica
de sus amigas, te será mucho más fácil actuar en grupo.
Además, te sentirás más protegido y potenciado si sales a ligar
en equipo, como ya te he explicado en el apartado de con anza.
Tanto por biología como por experiencia propia, tengo claro que
es mucho mejor ligar en grupo:
Tus compañeros pueden «validarte»
Tú no deberías venderte demasiado. Pero tu colega sí que puede
decir «mi amigo tiene una startup, acaba de conseguir un
inversor de 1 millón de euros y está negociando con Google».
Tus compañeros te ayudan a aislar
Incluso cuando la amiga de tu chica objetivo es antipática,
pueden darte el apoyo su ciente como para que tengas esos
minutos mínimos y conseguir un teléfono. Eso, tú solo, es
mucho más difícil.
Tus compañeros aumentan tu estatus
Un hombre solo en la barra de un local nocturno tiene menos
estatus que 4 tíos pasándoselo bien.
Si tus compañeros tienen buena presencia y generan buena
vibra, tienes muchos puntos a tu favor antes de empezar.
Cómo usar el juego en equipo
Los yanquis, que tienen nombres geniales para casi todo, llaman
a tu compañero de ligoteo wingman, que sería algo así como
«socio de combate». Pero aunque algunas discotecas parecen
campos de batalla, pre ero terminologías menos bélicas: socio,
compañero o, como algunos autores dicen, simplemente ala.
Esto es importante, porque tú a veces serás el protagonista de
una interacción, otras veces solamente el «secundario». Aquí los
llamaré líder y socio-ala.
Un buen juego en equipo depende de que todos los miembros
sepan y quieran adoptar el rol secundario alternativamente, por
eso muchas veces tus amigos de la infancia no son los mejores
socios de ligue. Esas relaciones tienen «vicios» de años y muchas
veces dinámicas tóxicas.
Lo normal: tú vas a hablar con una chica y tus amigos pasan
cerca gritando «¡que no te la vas a follar!» o cualquier otra cosa
vergonzosa. Y puede que si continuas en la conversación, cuando
la chica empiece a mostrar interés en ti, se abalancen dos o tres
a tratar de hablar con ella también... según su nivel de alcohol.
Asumo que no es necesario aclarar que esas interacciones
acaban mal...
Si tienes un amigo o familiar que sí sabe comportarse en el juego
de la seducción, te ha tocado la lotería. Si no lo tienes, búscalo.
Yo mismo trato de mantener varias comunidades en diversas
ciudades españolas, esas comunidades de alumnos potencian a
la gente una barbaridad.
Pero sigamos con el rol de líder y el socio-ala.
El que inicia la interacción será en un principio el líder. Su
compañero se centrará solamente en entretener a las amigas. Si
sois tres, podéis terminar perfectamente charlando cada uno con
la suya.
Pero esto es importantísimo: las conversaciones grupales NO
llevan al sexo. Las conversaciones «todos con todos» pueden ser
divertidas, graciosas..., pero distraen mucho. Lo ideal es que en
cuanto sea posible, cada uno esté en una conversación a dos con
una chica. Fíjate que a partir de ese momento sí se cumple la
teoría de un hombre/una mujer.
ADVERTENCIA: tampoco te vuelvas loco; si usas un abridor indirecto con tu
colega y durante cinco minutos tenéis una conversación grupal, está ok. Pero, en
cuanto puedas, cambia la dinámica.
De conversación grupal a individual.
Un recurso fácil para individualizar la conversación es preguntar
algo directamente a la chica, en voz más baja y mirándola
directamente a ella. También sirve contarle algo de ti, también
directamente a la chica.
Si acompañas este pequeño cambio con un sutil paso lateral, de
forma que la chica vaya dando la espalda a su amiga, mejor aún.
Sé que al principio es muy tentador hacerle algún comentario a
tu amigo, volver a la conversación grupal o ponerte a escuchar lo
que dicen los otros: no lo hagas.
Tanto da si tu rol es el principal o el socio-ala. Mantente en tu
interacción, aunque la chica no te atraiga, aunque sea tan
interesante como un zapato viejo... te estás exponiendo, estás
socializando y estás practicando.
Debes tener claro que solo puedes elegir al principio de la
interacción. Si estás cinco o diez minutos hablando con una
chica, no puedes decidir que ahora te atrae más su amiga... por
mucho que tú hayas entrado a ese grupo. Si inicias tú, hablas un
par de minutos con las dos y eliges, te quedas con esa. Sí, es un
poco random..., pero es la única forma de que todos tengamos
clara la situación... luego veremos casos en los que se pueden
hacer cambios, pero ten esto claro.
Cuando yo jugaba al estilo «indirecto», tratando de ignorar a la
chica que más me gustaba, se montaban unos follones
interesantes, porque alguien estaba media hora charlando en
grupo y cuando su amigo llevaba un buen rato creando conexión
con una chica, el líder le quería cambiar el objetivo. Hoy en día,
excepto en algunos momentos de talleres, todo lo que hago es
directo, y una de las ventajas que tiene es esta: todo más claro
desde el minuto 1.
Señales
Las mujeres tienen ventaja biológica sobre los hombres para
comunicarse: más neuronas espejo, cerebro más interconectado,
mejor observación social. Ellas se miran, o ven un gesto de su
amiga, y ya entienden lo que está pasando.
Tú y tus colegas, no. Lo he sufrido.
Mi amigo Agus y yo estábamos en un local de esta, casi sin
querer nos pusimos a hablar con unas chicas latinas que estaban
de vacaciones en Barcelona.
Nosotros casi nunca tenemos conversaciones de grupo, de forma
instintiva ya aislamos conversaciones (en un local ruidoso es
fácil), así que estuve yo charlando directamente con una, que,
honestamente, no me atraía nada.
Agradable, encantada de conocerme..., pero con esa chica yo no
quería. Miré a Agus, que parecía estar gozando a tope con la
amiga: risas, abrazos, distancia corta.
Me dije a mí mismo que ok, me tocaba el rol de socio-ala, así que
me dediqué a entretenerme conociendo a la «amiga de...».
Como una hora después, yo estaba muerto de sed, Agus seguía
en su rollito, le dije a la chica que me acompañara a beber. Agus
lo oyó.
—Yo voy también, que tengo sed.
Nos acercamos a la barra, acompañados de la chica que estaba
conmigo, y mientras esperábamos, me dijo él al oído:
—Tío, qué coñazo la amiga. Estoy ahí por ti, porque además de
fea es un zapato.
Yo me quedé con cara de tonto (aún más).
—Agus, llevo una hora ahí por ti. La mía tampoco me gusta...
Agus canceló las bebidas, volvimos a donde estaba la otra chica y
les dijo (poco sutil) que no se encontraba bien, que salíamos
fuera un rato. Estoy convencido de que sonó tan falso como los
«vamos al baño» de muchas chicas para huir de interacciones
aburridas...
Después de varios episodios como estos, aplicamos la regla de
los cinco minutos: cuando notamos que podemos aguantar una
interacción, pero la chica no nos gusta, esperamos un poco y le
hacemos saber al compañero que estamos ahí por él.
¿Cómo? Con la señal:
—Agus, esta chica es transparente.
Así, él ya sabe que yo me iría de esa interacción. Si continúa, es
porque él sí está interesado en la otra chica.
Todo esto se puede complicar cuando sois tres o cuatro. La idea
es que el que ha iniciado la interacción tenga la información
adecuada, porque en ese momento él es el líder.
Cambio de líder
Otra situación típica: uno inicia la interacción, el socio-ala le
acompaña, pero la chica con la que habla tiene novio, no está
receptiva o similar. Y, en cambio, la chica del socio-ala está
encantada de conocerle.
En ese caso sería absurdo tirar a la basura una interacción
prometedora.
Hacemos un cambio de líder.
Igualmente, se puede cambiar el líder cuando sucede como en la
anécdota anterior con Agus, si el líder entra, pero al poco
descubre que esa chica no le motiva.
Incluso, aunque es más complejo, puede pasar que la chica que
ha elegido el líder de repente se pone a interactuar con el socio-
ala de forma descarada. En ese caso, no solo se puede cambiar
de líder, incluso se puede cambiar de chica.
Tranquilo, luego te explico más señales concretas, pero debes
entender estas situaciones, porque pasan mucho.
Hace tiempo, cuando yo salía cada sábado con el gran Ángel
Daro, pasamos por una situación curiosa.
Él abrió con un directo salvaje, algo que no voy a recomendar a
ningún aprendiz. Las chicas respondieron tan bien que en cinco
minutos estábamos sentados en una mesa con ellas, cada uno
hablando con una.
«Tengo que ir al baño», dijo una de ellas.
No parecía que fueran a escaparse, pero estaba claro que algo
iba a pasar.
Aproveché para comentar la jugada con Ángel, porque la
conversación era 100 % sexual desde el principio... y yo estaba en
la época de «follador de la pradera».
Cuando volvieron, en lugar de sentarse como estaban antes, se
cambiaron de sitio...¡Ellas lo habían hablado y decidieron que a
cada una le gustaba más el otro!
Con Ángel sí bastó una mirada para que aceptáramos ambos ese
cambio... A partir de ahí todo fue perfecto.
Si a uno de los dos el cambio no le hubiese gustado, habría
usado lo de «esta chica es transparente» para hacerle saber al
otro que no se quedara una hora ahí tonteando con las chicas.
Esa noche, por si te da morbo saberlo, fue memorable: una de
las chicas llevaba coche y tenían que llevar a otra a no sé dónde.
Nos querían llevar con ellas, acompañar a la tercera y luego irnos
a follar... todo en orden.
Pero la conductora iba mucho más bebida de lo que parecía, y
era de esas que parece una psicópata al volante. Gritos,
acelerones, frenazos...
Yo iba en el asiento del copiloto y recuerdo haber mirado hacia
atrás y ver a Ángel entre dos chicas con cara de pánico. Lo que a
mí me preocupaba era que si nos cruzábamos con la policía, esa
chica se iba a quedar sin permiso de conducir... y si nos
cruzábamos con algún peatón despistado, podía ser aún peor.
«Esta loca la va a liar con el coche y nos quedaremos todos sin
follar», pensé yo.
Por fortuna, llegamos sanos a nuestro destino, aunque a las
chicas les dio cosa meterse en un rollito erótico festivo a cuatro...
terminamos cada oveja con su pareja. A la chica que me eligió, el
sexo se le daba mejor que el coche (porque no nos olvidemos,
ella me eligió a mí en este caso).
Ideas clave:
Respeta al líder en cada interacción.
Id rotando el rol de líder.
Aprovecha cada interacción para practicar tu habilidad
social, sea de líder o de socio-ala.
Sé exible: puede haber cambios de rol provocados por
muchas circunstancias.
Sé jugador de equipo: sacrifícate un rato para que tus
compañeros se sacri quen por ti en otro momento.
Para expresar que una chica no te interesa: «Esta chica es
transparente».
Para expresar que la chica con la que estás no está a gusto, que
en cualquier momento esa interacción explotará: «Me ha escrito
Antonio» (elige un nombre clave).
Tu compañero decidirá si seguís o si os vais. Si os vais, dirá: «Vale,
vamos a buscar a Antonio». Pero es posible que quiera tratar de
conseguir el número de la chica y te diga: «Dame dos minutos y
nos vamos». En ese caso, tu trabajo como jugador de equipo es
que la chica con la que estás hablando no moleste a su amiga.
Vuelvo a destacar que, al igual que deberías hablar con muchas
chicas, también deberías tener la voluntad de marcharte rápido
si no te interesa continuar la interacción. Nada te otorga más
poder interno que ser generoso en tu interés inicial y exigente
cuando ya les has dado la oportunidad de conocerte.
Las dinámicas en grupos de chicas también son complejas:
algunas disfrutan de ver que sus amigas reciben atención
masculina, o incluso incitan a su amiga a conocer chicos, a
intercambiar números o Instagrams..., pero otras no. He visto
auténticas locas celosas que solo aceptan atención para sí
mismas, y cuando no la consiguen, revientan cualquier otra
interacción. En otros casos, hay una «ligona» que siempre triunfa
y la pobre amiga acaba pasando la noche sola..., por lo que
puedes encontrarte resistencias fuertes.
Es imposible saber qué tipo de relación hay entre ellas sin
interactuar, no trates de adivinar si esas dos serán más amigas o
si las otras parecen muy próximas una a la otra. Simplemente,
lánzate, surfea cada situación y disfruta del juego.
Para pedir un cambio de chica y de rol, dices: «Me gusta tu
camisa (o jersey, o camiseta)».
Ojo, no deberías pedir cambios por capricho, solamente cuando
tu compañero no parece interesado en esa chica, o sin que tú
hagas nada ella te esté demostrando interés a ti.
Cuando tienes el rol de socio-ala, debes aceptar lo que decida el
líder. Si él decide aceptar el cambio, te dirá: «Es un regalo». Si
pre ere seguir igual, responderá: «Otro día tal vez te la dejo».
No me cansaré de repetir que vale mucho la pena jugar en
equipo, de forma limpia y honesta. Demasiadas veces he visto
«listillos» que, creyéndose mejores que su amigo, no hacen más
que marear a todas las chicas y solo consiguen fastidiar las
interacciones. Eso a corto plazo, porque a largo plazo se quedan
sin compañeros con los que salir.
¿Entiendes ahora que la «técnica clásica» de ligar yendo todos a
hablar con la más guapa está abocada al fracaso?
En una escena genial de la película A beautiful mind (Una mente
maravillosa en España), John Nash lo explica fantásticamente.
https://youtu.be/xmeTm0B_fB0?si=uL7OVsz-DsI0D3wm&t=153
Para que esto quede clarísimo, estés en el rol de líder o en el de
socio-ala, hay una señal evidente para dejar claro al resto del
grupo que la chica con la que hablas te gusta: «Esta chica es más
de lo que aparenta».
Ojo, solo usarás esta señal si alguno de tus compañeros te
interrumpe, se mete en la conversación o se produce una
conversación grupal que quieres terminar. Y si alguno de tus
compañeros te dice esto, seguramente es porque le estás
pisando el terreno.
Es posible que te preocupe la reacción de las chicas al oír eso de
«esta chica es más de lo que aparenta». Tranquilo, ellas prestan
poca atención a estos detalles, y si alguna vez preguntan, utilízalo
para introducir una lectura en frío, es perfecto.
Juego en equipo avanzado
Cuando tienes buen juego, eres capaz de acercarte a dos chicas y
charlar con ellas un rato tú solo, para que luego la llegada de tu
amigo parezca más natural.
Esto es aún más importante cuando sois tres o cuatro: en varios
talleres he visto auténticos comandos entrando a las chicas todos
a la vez, cada uno a la suya... Créeme, eso levanta muchas
sospechas. Todo lo que no parece natural, chirría.
Dos tíos abordando a dos chicas juntos, bien. Pero los avanzados
entran solos, y utilizan esos minutos como ventaja.
Hace ya tiempo, estuve en una discoteca de Valencia cuyo
nombre soy incapaz de recordar, no porque bebiera, sino porque
mi atención estaba puesta en otras cuestiones más relevantes.
Mario entró a dos chicas, habló un rato con ellas y luego me
incorporé yo. Buen rollo, charla super cial y, cuando ella menos
se lo esperaba, le dije:
—¿Sabes que esta noche vamos a pasarla juntos tú y yo?
Abrió los ojos como en La naranja mecánica.
—Creo que no te he entendido bien.
—Sí, me has entendido perfectamente. Me da un poco de
vergüenza decírtelo así, pero a veces tengo percepciones,
sensaciones... y suelen cumplirse.
Me desa ó (como yo esperaba) a que le dijera algo especí co de
ella, le hice una lectura en frío, y en el momento justo se lo solté:
—Tienes 33 años, géminis... y separada.
Su cara de alucinada la recordaré siempre. Empezó a tratarme
como si estuviera ligando con una maldita estrella de cine por un
simple truco de mentalismo. Mario me había dicho su edad y
zodíaco justo al llegar, yo quise equivocarme por uno o dos años
(no recuerdo) con la casualidad que cuadró al 100 % porque ella
había mentido un poco. Lo de su divorcio fue intuición...
¿Es necesario hacer juegos mentales? No, la verdad. Pero es muy
divertido. Con Agus hemos hecho muchas veces lo mismo con las
profesiones, recuerdo a varias maestras y enfermeras quedarse
alucinando con mis dotes adivinatorias...
Homenajes
Otra ventaja del juego en equipo avanzado es que tu colega
puede decir cosas de ti que tú no debes lucir para que no
parezca que te estás vendiendo mucho.
Con Agus de ejemplo habitual, me he hartado de «advertir» a las
chicas: «Cuidado con mi amigo, que las enamora a todas. Si te
enseña su casa de la playa, estás perdida».
Él suele decir de mí que soy su coach personal, que soy famoso
en el mundo del desarrollo personal y que he trabajado con tal o
cual personaje conocido. Sigo poniéndome rojo cuando le
escucho, pero se nota mucho cómo mejoran las interacciones.
Así como los mentalismos me parecen bien, pero algo
secundario, usar los homenajes, aunque sean modestos, es casi
imprescindible..., pero, claro, para usarlos correctamente, tienes
que tener buena conexión con tu compañero y no verlo como
competencia, sino como tu mejor aliado.
Dónde y cómo conocer mujeres
Si me dieran un euro por cada vez que me han preguntado:
«¿Dónde puedo conocer mujeres?», no sería rico, pero tendría
quinientos euros más.
La pregunta real que me quieren hacer muchos de estos
alumnos es: «¿Dónde puedo conocer mujeres que me gusten sin
hacer nada y sin que me rechacen?».
Si existiera ese lugar, el 99 % de los hombres del planeta estaría
allí. Y ya puestos a destrozar fantasías, aprovecho para desmentir
que en Dinamarca, en algún país lejano o en las islas
Guanapeich, son las mujeres las que llevan la iniciativa, que les
atraen hombres de baja estatura y que solo les piden a cambio
de sexo que les hagan fotos desnudas.
Aquí nos vamos a dejar de fantasías, porque este libro es para
hombres imperfectos, pero adultos... y la realidad también es
imperfecta. No hay lugares «mágicos» donde cualquiera puede
seducir sin ningún esfuerzo.
Ya sabes que en el mundo real solo algunas mujeres estarán
interesadas en ti, por su mayor selectividad y la famosa
hipergamia...
Por tanto, la receta perfecta para encontrar una buena pareja, o
para ligar mucho, es conocer a muchas mujeres. Y cuando digo
conocer, como verás más adelante, puede ser hablar menos de
un minuto con algunas, media hora con otras y tal vez varias citas
con las que mejor encajes.
¿Muchas es conocer a dos chicas en seis meses? NO.
¿Muchas es una chica al mes? NO.
Muchas es (mínimo) diez a la semana. Cuarenta al mes,
quinientas al año. Antes de que digas «no tengo tiempo»,
recuerda que a muchas no les dedicarás casi nada, a la mayoría
menos de una hora y, créeme, a las que les dediques más
tiempo, lo harás encantado.
¿Tienes un par de horas a la semana? Pues tienes tiempo para
conocer chicas. Y si no quieres dedicar ese tiempo a mejorar tu
relación con las mujeres, ni lo intentes. Con todo el cariño, no lo
mereces.
Igual que alguien que quiere ponerse fuerte sin entrenar, montar
un negocio trabajando solo seis horas al día, escribir un libro sin
renunciar a ver series o jugar a videojuegos... solo lo consigue el
que dedica esfuerzo, tiempo y dinero.
Ojo, no todos los que ponen esfuerzo lo consiguen, pero a nadie
se lo regalan.
Incluso esos guapetes que siempre tienen a una o dos chicas
detrás, si quieren seducir a la mujer que ellos aspiran, han de
poner de su parte. Imagina nosotros, tú y yo, que somos
hombres «del montón» imperfectos...
Por qué es necesario socializar con tantas mujeres
Hay muchos motivos, y de hecho quiero matizar que estoy
hablando del momento en el que alguien tiene poca experiencia
y muchas ganas de ligar o encontrar novia.
Yo no dedico ahora mismo gran esfuerzo en ligar, porque estoy
en otro momento de mi vida y porque con muy poquita
dedicación consigo grandes resultados. Pero ya estoy con la
mujer de mi vida; cuando me pongo a ligar lo hago normalmente
para que otros aprendan, y tengo tantísima experiencia que me
sale de forma automática.
Pero cuando empecé, yo no conocía a diez por semana...
seguramente el doble. Cuando te llegue el momento, lo gozarás.
Es de esas épocas que se recuerdan para siempre: decenas de
alumnos me lo dicen, ya emparejados. Incluso algunos han
vuelto a mis talleres solo por el subidón y la intensidad de la
experiencia.
Las claves, una vez más: la estadística juega a tu favor, ellas son
muy selectivas, cambiantes, y el simple hecho de presentarte a
una desconocida, de ser muy social en ciertos entornos y de
proyectar soltura hablando con mujeres, ya transmite alto
estatus... justo lo que más les atrae a ellas.
Por eso, mandar mensajes al azar en una red social no es diez
veces peor que hablar con una chica en la calle o en un bar, sino
un millón de veces peor. ¿Da más vergüenza lo segundo? Claro.
¿Es más incómodo hablar con mujeres desconocidas? Por
supuesto. Pero el resultado es exponencialmente mejor.
El genio de las ventas Luis Monge siempre habla del concepto
«barriga con barriga»: no solo se vende más en persona, sino que
con el contacto directo se aprende a pensar rápido, a leer las
señales no verbales, a gestionar situaciones incómodas, a
traducir las excusas del otro en las objeciones reales... y tal como
dice sobre querer vender online antes de vender cara a cara (o
barriga con barriga), ligar online sin haberlo hecho antes en
persona es buscar el atajo fácil y cómodo.
Así, cruda y llanamente: no hay atajos.
Si te cuesta atraer a las chicas, acabas en la friendzone, te ignoran
las mujeres o al poco de estar con ellas te dejan...,te toca recorrer
el camino largo.
«No existen los atajos. El camino rápido es el camino lento,
porque el camino lento es el único camino». (Warren Bu et. Sin
referencia directa).
«No se puede tener un bebé en un mes dejando embarazadas a
nueve mujeres». (Warren Bu et).
Por eso, lo primero que voy a explicarte en este capítulo es
dónde NO debes conocer mujeres hasta que seas un seductor
experto. Lo más probable es que cuando lo seas, tampoco
quieras ligar en estos entornos, que son campos de minas
sociales.
Líneas rojas (entornos donde no debes ligar)
Tu trabajo. Un dicho de hace décadas reza «Donde tengas la olla
no metas la polla» (pija, minga... el pene).
Ya sé que ves a tus compañeras cada día, que incluso alguna se
ríe con tus tonterías y parece encantada de compartir cafés
contigo. Ligar en el trabajo cuando no sabes lo que haces, puede
generarte mala fama, situaciones incómodas o incluso
problemas laborales.
Lo sé por experiencia. Menos mal que yo era el dueño de la
empresa, porque si hubiera sido un empleado, habría terminado
despedido.
En mi cándida inocencia de aspirante a seductor, yo tonteaba con
cualquier chica que se cruzara en mi camino. Y cruzaba límites
que no se deben cruzar, como liarme con dos chicas del mismo
cliente... y no disimularlo. A una de ellas le sentó fatal y trató de
que su empresa dejara de trabajar con nosotros (informáticos),
además de montarme una escena de chica despechada muy
incómoda.
Pensándolo ahora, trató de hacerme una «cancelación» a
pequeña escala. Aunque le salió mal, mi relación con ella y sus
compañeras ya no volvió a ser la misma.
Tu clase. Si aún eres tan joven que vas al instituto o a la
universidad, cuidado: es una pésima idea probar lo que cuento
en este libro con tus compañeras de clase. Porque te va a salir
mal, y esas chicas hablan entre ellas, se lo van a contar y tu
reputación de «torpe seductor» te pasará factura.
De hecho, tampoco menciones que tienes un libro sobre ligar.
Aunque sea muy hipócrita, las mujeres quieren que sepas
seducirlas, pero no que lo estudies en un libro... lo ven como si
hicieras trampas o como algo de frikis.
Tus compañeras de clase solo deberían entrar en tus planes para
salir de esta y presentarte a otras chicas de fuera de vuestro
entorno habitual. Ahí sí que puedes jugártela, porque a esas
«terceras» chicas no las verás más ni te darán mala fama en tu
entorno.
Tu grupo de amigos. La hermana de tu colega, no. Ni la única
chica de tu grupito de amigos; y, por supuesto, jamás la novia de
ningún conocido. Esto lo digo porque recibo muchas consultas
sobre esto: «Me gusta la novia de mi amigo y creo que yo a ella
también».
Da igual. ¿Qué te dices a ti mismo si estás dispuesto a romperle
las pelotas el corazón a un amigo tuyo por echar un polvo?
Créeme, es mucho más importante sentirte un tipo íntegro,
con honor, que no un traidor que folla.
Por otro lado, en el momento que empiezas a probar cosas
nuevas, es fácil que no lo hagas perfecto... y si generas una
situación incómoda en tu grupo de amigos, puede perjudicarte.
Lo mismo se aplica a otros entornos sociales en los que lleves
tiempo. Da igual que sea tu grupo de montaña, de baile, de
padres del colegio, de la iglesia... Tus entornos habituales deben
quedar fuera de estos ejercicios sociales experimentales.
Por qué lo mejor que puedes hacer es conocer a
muchas chicas, segunda parte
Imagina que con las técnicas que te enseño en este libro doblas
tu ratio de éxito. Eso es una mejora del 100 %, algo brutal pero
insu ciente. Yo creo que mejorarás fácilmente un 500 %
aplicando las técnicas de este libro, sin volverme muy loco.
Y, aun así, seguirás sin conocer a esa chica. Seguirás pasando
tardes solitarias de domingo y noches de sábado sin acción
horizontal... porque no te expones lo su ciente. ¿A cuántas
chicas has conocido el último mes? No más de cinco,
seguramente. Si has triunfado con menos de una, da igual que te
multiplique el éxito por dos, por cinco o por veinte. Seguirás
ligando cero.
En cambio, si en lugar de conocer a cinco al mes (y soy generoso,
muchos no conocen ni cinco al año...) empiezas a conocer a cinco
por semana, aunque tu ratio de éxito sea un mísero 5 %, ya
estarás triunfando. Y cuanto más aumentes ese número, más
triunfarás.
Imagina que conoces a diez por semana en bares nocturnos,
cinco más en actividades varias y otras cinco en apps de citas
(solo para adquirir soltura).
Al cabo de dos meses, casi seguro que tendrás varias chicas con
las que salir.
Pero, además, se produce un efecto compuesto:
Más interacciones, más aprendes, mejor ratio de éxito.
Más interacciones, menos te esfuerzas en cada una = más
atractivo.
Es lo que se llama la espiral del éxito. Y solo depende de la
cantidad de nuevas chicas con las que interactúes. Ni de tu
belleza, ni de tu dinero, ni siquiera de tu talento.
Solo depende de que no desfallezcas, que cuando lleves veinte
interacciones sin sexo, en lugar de pensar «soy un fracaso»
pienses «estoy más cerca de entender cómo funciona este
juego».
Si lo necesitas, vuelve periódicamente al capítulo sobre
con anza. Es cuestión de práctica y persistencia convertirte en un
tipo que liga.
Y no, no estoy hablando de que te limites a ir diciendo «hola,
dame tu Instagram» a toda chica que veas. Eso sería jugar a la
pura estadística... y jugar mal. La idea es que cada interacción
nueva la utilices para practicar todo lo aprendido de este libro, de
otros libros y de todas las fuentes que quieras. Por ejemplo, yo
mismo tengo una variedad de cursos muy interesante en
http://cursos.carismaycon anza.com. Pero ya te lo advierto:
ninguno sustituye a lo que te estoy diciendo ahora. No hay atajo
para evitarte conocer a muchas chicas.
Dónde conocer chicas nuevas fuera de tu círculo
social
Tres distinciones: entorno frío, entorno templado y entorno
caliente.
Entorno frío: lugares donde vas a conocer gente sin ningún tipo
de excusa, pretexto o conocimiento previo de intenciones de
ligar.
Por ejemplo, la calle o la discoteca.
Entorno templado: lugares donde la gente socializa
moderadamente y puedes ver a gente repetidas veces.
Por ejemplo, clases de fotografía o el gimnasio.
Entorno caliente: lugares donde la gente va a conocer gente o
gente que te presentan.
Por ejemplo, eventos de singles o speed-datings.
Entornos fríos
Es el clásico ligue de noche o de día, con sus variaciones según la
situación. Lo que tienen en común este tipo de entornos es que
tienes opciones prácticamente ilimitadas: ¿con cuántas mujeres
podrías hablar si te vas al centro de una ciudad grande y paras a
todas las que pasen? ¿Cientos?
No soy tan ambicioso, menos si vienes de ser más bien tímido,
introvertido o vergonzoso. Pero recuerdo perfectamente cómo
me explotó la cabeza cuando leí mis primeros libros de
seducción basados en evidencia. Me parecía una absoluta locura
ir a hablar con una chica en la calle o en un bar sin que nadie nos
hubiera presentado.
«No, yo soy incapaz de hacer eso», me dije. «Lo probaré con
chicas cercanas», negocié conmigo mismo.
Esto puede que te pase a ti también: «No, con extrañas no. Solo
con las del trabajo, o las amigas de mi hermana».
Tranquilo, cuando venga tu hermana a decirte que dejes de
molestar a sus amigas o causes una situación incómoda en tu
entorno, vuelve aquí y deja de buscar el atajo y el entorno
cercano. Porque el camino cómodo no es el que te lleva más
rápido ni más lejos.
Una regla heurística que deberías aplicar aquí casi siempre: lo
que te haga sentir más incómodo es lo que te lleva a mayor éxito,
como te he explicado antes con las ventas.
ADVERTENCIA: Siempre que seas normal, claro. No es buscar la incomodidad
por sí misma, sino plantearte entre diferentes opciones de personas cuerdas,
cuál te supone más fricción.
Para que me entiendas:
Es incómodo tratar de seducir chicas que se están
besando con su pareja, pero no te recomiendo en ningún
caso que te metas ahí.
Es incómodo salir a la calle completamente desnudo a
proponer sexo a todas las mujeres que te encuentres.
Pero solo un imbécil creería que eso le hará ligar más.
¿Qué incomodidad es la que sí es útil?
La de ligar en persona, en lugar de usar solo aplicaciones
de citas. Aunque tengas que verle la cara a la chica que te
rechaza.
La incomodidad de hablar con chicas desconocidas en
lugar de limitarte a tirar chas a tus amigas.
La incomodidad de pedirle a una chica que te acompañe a
tomar un café cuando la acabas de conocer en lugar de
pedirle su Instagram rápido y salir corriendo para dejar de
sentirte nervioso.
Tal vez pienses que estoy haciendo una aclaración para
retrasados sociales..., pero llevo muchos años en esto, y he
sabido que algunos coaches se dedicaban a forzar situaciones
incómodas e incluso violentas con sus alumnos, para «salir de la
zona de confort».
Créeme, está bien exigirte cierta exposición emocional para
mejorar y aprender, pero en su justa medida. Y siempre
buscando el bien de los demás, porque eso a largo plazo
aumentará tu autoestima.
En cambio, provocar discusiones con parejas, violentar a las
mujeres con palabras soeces, crear momentos tensos con el
único n de «matar el ego» y mierdas similares que cuentan
algunos, ni a corto ni a largo plazo mejorará tu con anza.
Además de dejar el mundo peor de lo que estaba.
Y volviendo a dejar el mundo mejor: no pretendo que te
comportes como un teletubbie, pero sí que seas muy majo en
todo momento. Demasiadas veces he visto a tíos insultando a
chicas por no querer dar su número o por no querer bailar con
ellos.
Ya sabes que en estos entornos fríos, sufrirás más rechazos.
Acéptalo. Acepta que sufrirás cierto dolor emocional.
OK. Hazlo con una sonrisa. Para ti y para los demás.
La buena noticia es doble: habrá rechazos que ni siquiera lo
parecerán y te dolerán tan poco que los olvidarás en minutos.
El rechazo durísimo que todos los hombres imperfectos
recordamos es el de esa chica a la que nos acercamos con
miedo, o con la que estuvimos interactuando por circunstancias,
y que nos despertó fantasías durante semanas o tal vez meses...
eso al principio es bonito, sentir mariposillas en el estómago
cuando la ves, sentirte tan a gusto a su lado que el tiempo se te
pasa volando, mirarla y sentir que estás mirando lo más bello del
mundo. Pero con el tiempo, no te basta ese amor platónico,
quieres más. Quieres besarla, tenerla en tus brazos, tener algo
más con ella.
Y es entonces cuando ya no puedes aguantar más, que te
declaras: «Quiero que seamos más que amigos» le dices, o «Me
gustaría que fuésemos novios», y ella se siente incómoda, te
suelta una excusa como que ella no quiere estar con nadie, o que
si os liáis se podría romper vuestra amistad... cuando en realidad
quiere decir: «No me atraes».
Ese dolor, el de estar enamorado de una chica que no te
corresponde, a la que quieres seguir viendo pero jamás podrás
tener como deseas, es tan intenso y duro que puede tardar
meses o años en cicatrizar.
En cambio, un «voy al baño» y que una chica con la que has
hablado cinco minutos desaparezca, se te va a olvidar cuando
estés hablando muy a gusto con la siguiente. Pasados los nervios
iniciales, hablar con varias mujeres en una noche de esta es
mucho más productivo que seguir alimentando una relación con
alguien a quien no interesas.
Distintos lugares, distinta energía
No se liga igual en un parque, en una terraza o en una discoteca.
La predisposición de la gente cambia según la hora del día y sus
expectativas, así como su momento de inhibición-desinhibición.
En la calle, la playa o un centro comercial de día
Es mucho más importante parecer alguien calibrado socialmente
que no ser muy energético y gracioso. Por varios motivos:
Detector de locos peligrosos. Las mujeres sienten mucho
más el miedo a encontrarse con un loco o con un tipo
violento. Lamentablemente, porque los hay. Son muy
pocos, pero las chicas aprenden a evitarlos a toda costa,
porque la posibilidad de encontrarse a uno les penalizaría
mucho más que descartar a diez «raritos pero
inofensivos».
De día no hay competencia. Te van a decir «esto no me
había pasado nunca» muchas chicas, porque aunque
parezca que hay muchos ligones, en realidad, a los
hombres les aterroriza acercarse a mujeres desconocidas.
Si encima les quitas la protección de ir con dos amigos, sin
la energía de la música fuerte y el alcohol para quitarse la
vergüenza..., no tengo datos pero tampoco dudas de que
el 90 % de hombres nunca ha parado a una chica para
ligar con ella de día.
Por tanto, los rompehielos más frikis déjalos fuera de tus
interacciones de día. Es más adecuado usar algo del entorno, una
pregunta social, curiosidad sobre ella o un abridor indirecto tipo
el de los dos perfumes.
Otra ventaja que tiene la energía diurna es que las chicas sí van
solas en muchos casos: a comprar, a dar una vuelta, a sus
estudios y trabajo, etc. Aunque te parezca más «invasivo» hablar
con una chica sola, en esas circunstancias suelen ser más
auténticas que cuando van en grupo y se juzgan unas a las otras.
(No lo reconocen, pero lo hacen).
De día, el ritmo de la interacción es más lento: tardarás más en
pasar del modo social a tontear con ella, a menos que quieras
arriesgar mucho. Es legítimo, pero recuerda que fácilmente
saltarán sus alarmas «anti-locos». También tú puedes calibrar
con qué tipo de chica estás hablando.
Si una chavala te invita rápidamente a sentarte con ella, a beber,
a fumar o a cualquier otra cosa social, es una señal clarísima.
Incluso aunque sea indirectamente.
Recuerdo in nidad de veces que ha pasado esto en mis talleres:
mi alumno se pone a hablar con una chica, todo parece que va
ideal, pero ella le dice: «Justo ahora iba a ir a tomar un
café/helado» y el alumno siente que la está molestando, por lo
que le dice: «Ah, bien, encantado entonces» y se va. O le pide su
número y se marcha, en lugar de continuar la interacción.
En la mayoría de estos casos, lo que toca es malinterpretar a tu
favor: «Tengo un poco de prisa, pero me apetecería tomar ese
café y hablar cinco minutos contigo». Nunca me ha pasado que
una chica diga que quiere tomar algo y no sea una invitación
indirecta.
Si ella se quiere ir, dirá «tengo prisa» o «me están esperando», no
te hablará de planes inmediatos que podríais hacer juntos, ni te
dirá que viaja sola o que está con sus padres y se aburre. Todo
eso son indicadores de interés.
Ten presente hablar de ella y de ti en cuanto puedas, y si es
posible, poneos cómodos: apoyados en una pared, sentados en
un banco y similares. Aunque hayas empezado hablando de
tiendas de la zona o de qué puedes regalar a tu amiga, tienes
que llevar la interacción a lo personal y a vosotros dos.
Es el momento de proyectar tus rasgos más atractivos: tus
ambiciones, proyectos, logros, tu carácter, tu forma de
comunicar... no te pases el rato haciendo preguntas ni quieras
ser excesivamente misterioso. De día, la cercanía es un plus... ya
has demostrado que eres más lanzado que el 90 % de los otros
tíos, y aunque la interacción no vaya a más, ella te recordará
durante mucho tiempo.
Llegará el momento de tontear (fase de tonteo): debes hacerlo,
de forma progresiva pero clara. Que ella tenga clarísimo que te
ha gustado para algo más que una amistad, no pidas un
Instagram o teléfono sin dejarle claro que te atrae. (Revisar el
capítulo «El baile de la seducción»).
¿Besarla? Eso nunca depende 100 % de ti.
En el caso del ligue diurno, antes de buscar un beso, me parece
muy conveniente llevarla a una minicita instantánea. Ese helado
que podéis tomar juntos, o sentaros en el parque a charlar un
rato, dar una pequeña vuelta...
Así se genera la conexión social necesaria para que ella no lo
sienta como demasiado forzado.
Tampoco creo que haya que esperar a despediros: puede darse
la circunstancia de que os reís de algo, os quedáis mirando y se
produce el momento, o tú lo provocas acercándote más a ella,
quedándote callado y usando algunos de los recursos del
capítulo sobre la fase de tonteo.
En el caso de que no quieras pasarte tal vez una hora con esa
chica en ese momento, o que ella no pueda, siempre tienes la
opción de pedir su número y retomar por mensaje. Pero no lo
aceleres demasiado, sobre todo si son tus primeras experiencias.
Demasiados alumnos me han preguntado por qué las chicas les
dan su número y luego nunca responden.
Normalmente, la chica hace eso porque no se había atrevido a
decir que no, para no herir al chico, para evitar la incomodidad
de rechazarle. También porque puede haber cambiado su estado
emocional y arrepentirse.
Por eso, mi respuesta habitual no es «mejora tus mensajes», sino
«mejora tus interacciones».
Yo recuerdo que al principio de conocer a muchas chicas, yo no
demostraba interés sexual por ellas, ni siquiera me mostraba
como un tío lanzado y sexual. Así, pocos rechazos claros sufría,
pero tampoco generaba gran atracción. Diría que en esa época
solo uno o dos de cada diez teléfonos conseguían respuesta...
Y el problema no eran mis mensajes, sino mis interacciones.
En locales nocturnos
Si ligar de día fuera música, sería música clásica suave, tranquila,
que va generando tensión poco a poco, que resuelve
calmadamente.
La noche es el equivalente a un concierto de rock duro, con
estridencias constantes, ritmo endiablado y tantos estímulos que
es imposible atender a todo.
El entorno lo cambia todo. La misma chica tímida y retraída que
ves en el parque al mediodía se puede comportar, con los
estímulos adecuados, como una mujer fatal de noche.
Te recomiendo revisar el experimento clásico de la prisión de
Stanford9, porque te dará pistas de cómo se puede modi car su
comportamiento y el tuyo, según con quién vas, cómo te vistes,
qué rol adoptas... Somos mucho más in uenciables de lo que nos
gusta reconocer.
En un local nocturno in uyen muchísimo la predisposición a la
esta y el alcohol, además de la ropa con la que ella se viste, las
amigas con las que va, la música, etc.
Antes de que te excites demasiado, la competencia explícita y la
competencia latente son muchísimo más altas de noche que de
día. Aquí también entra mucho en juego la psicología social,
porque en un local nocturno suele haber muchos más hombres
que mujeres, normalmente un 70 % - 30%.
La noche que por circunstancias veas que el ratio es casi 50 %, es
una gran noche. Porque aunque la inmensa mayoría de hombres
no hará nada por acercarse a las chicas, sí hay un pequeño
porcentaje de tíos que envalentonados por el alcohol, o
echándole huevos, se acercan a las mujeres, en especial a las
más atractivas.
Pero aunque haya tíos atractivos que no se van a mover de la
barra o de la pared en toda la noche, esos forman la
«competencia latente». Me explico: una chica —si está receptiva
— llega a un local nocturno y echa un vistazo a la gente que hay.
Seguramente, después de pedir la primera copa, irá con su amiga
a dar una vuelta, con cualquier excusa, para seguir observando.
En España, a estos paseos por una discoteca o un pub los
llamamos «puti-vuelta»... nada que ver con la prostitución, y
mucho que ver con examinar qué nos puede ofrecer la sala.
Aunque el 80 % de hombres no se va a dirigir nunca a ellas,
cuando tú les entres te compararán con los más atractivos del
local, incluso con los camareros o el DJ. Por eso, de entrada,
muchas chicas no van a ser especialmente amables de noche,
más bien todo lo contrario. No solo recibirán la atención explícita
de varios hombres, también las miradas y la atención potencial
de muchos otros.
Por eso, el primer reto que tienes cuando hablas con una chica
de noche, es desmarcarte del resto, romper sus expectativas,
sacarla de su piloto automático.
La misma frase de entrada que de día resulta adecuada, por la
noche puede sonar oja, insulsa. Aquí, el atrevimiento, el
lenguaje corporal poderoso y los pequeños juegos más «locos»
tienen todo el sentido que no tendrían en la playa o la calle.
Los primeros treinta segundos son casi una batalla de
demostración de poder: ella estará valorando si te da o no te da
un par de minutos de atención, mientras sus amigas también te
evaluarán... todo ello con música demasiado fuerte como para
hablar normal, gente pasando de un lado a otro y distracciones
constantes.
Nada de lo que pase durante el primer minuto deberías
tomártelo como algo personal: habrá chicas que te rechazarán
de entrada, muchas más que si hablas con alguien de día. Otras
se mostrarán distantes o te pondrán a prueba para ver si tienes
carácter. Incluso si están interesadas, verás miradas entre las
amigas, risitas, desinterés ngido...
Ya sé que es incómodo. Forma parte del juego; en este
momento, solo has de descartar los rechazos evidentes y
sostener la incomodidad en los otros casos.
Esas chicas que te lanzan miraditas desa antes mientras les
hablas y ngen seguir bailando, cuando detecten que vas en
serio, que no eres un cobarde, que sabes sacarle punta a sus
palabras o tomarte a cachondeo su actitud, cambiarán.
De repente, ya no baila esa chica. Te sonríe y baja la mirada,
empieza a prestarte atención, incluso te hace preguntas.
Ahí empieza el juego. De noche, no busques conversaciones
profundas, es mucho mejor ir a la diversión, crear picos
emocionales con el humor, lecturas en frío, baile, etc.
La música alta te permite estar muy cerca de entrada para poder
intercambiar algunas palabras, es fácil que enseguida le pongas
una mano en el hombro o en un brazo. Si ella te toca, buena
señal.
El juego nocturno es mucho más básico que otros entornos,
porque no hay mucho más que hacer.
Quedarte a solas con la chica es más fácil, simplemente por la
dinámica de vuestra conversación, por llevártela a la barra o usar
cualquier otra excusa.
Un clásico que uso yo: «Acompáñame a fumar».
Luego, cuando ya estamos fuera y charlando, se hace evidente
que no fumo. Está bien que ella sepa que te has buscado una
excusa para estar a solas, aunque es mejor no hacerlo explícito.
Las mujeres responden mejor a lo indirecto, a lo insinuado, que a
lo verbalizado.
Otro clásico: «Tengo sed, acompáñame». Y te la llevas a la barra
solo a ella. Si tiene dudas, verbaliza con su amiga y tu compañero
que volvéis rápidamente: «Nos vamos un momento a la barra,
estaremos ahí al lado». Trata de que quede claro que vais
vosotros dos, no les invites a acompañaros.
Invitar a copas
Este tema siempre sale, porque en su momento se explicó mal y
se entendió peor.
Los gurús americanos clásicos Mystery, Neil Strauss y sus
compañeros dejaron claro que no hay que iniciar interacciones
con chicas invitándolas a beber.
Estoy 100 % de acuerdo, y quiero ampliar esto:
En Estados Unidos es muy habitual que haya hombres y mujeres
solos en un bar de copas. La forma clásica que tenían los
hombres de iniciar una interacción era decir simplemente:
«¿Puedo invitarte a beber?». Si la chica aceptaba, implícitamente
estaba aceptando una invitación a un posible ligue, como si fuera
un match en Tinder, pero más caro.
Como eso se hizo tan popular, muchas mujeres en clubes
nocturnos se aprovechaban de los tipos, bebiendo gratis e
incluso pidiendo a hombres que las invitaran... con la única
intención de sacarles chupitos (shots) o copas.
Como ya te he dicho antes, tú no quieres ser como el resto de
tíos de un bar o discoteca, tú quieres desmarcarte y llamar la
atención por ser distinto... y la estrategia de Mystery empezaba
desmarcándose ya desde el inicio.
«Jamás empieces una interacción ofreciendo una copa».
Esto sigue siendo válido hoy en día. Pero los que aprendieron de
esos gurús malinterpretaron la intención subyacente, y he visto
auténticas locuras.
En Los Ángeles, estaba con un alumno y unas chicas con las que
ya nos habíamos besado, ellas encantadísimas de conocernos. Mi
alumno dijo que tenía sed, yo lo vi clarísimo: unas copas, más
risas, más besos y posiblemente sexo.
Pero él se limitó a servirse agua de la jarra que hay en todos los
bares allí mientras la chica con la que estaba no podía creérselo.
A los pocos minutos, vino a llevarse a la que estaba conmigo.
¿Por una copa? Sí y no.
Sé que suena muy super cial que si no invitas a beber a una
chica, no se acueste contigo. Pero no es la copa, que se la puede
pagar ella, sino lo que implica el gesto.
¿Está este tipo dispuesto a invertir en pasárselo bien conmigo?
¿Tiene estatus este hombre? ¿Es un tacaño o un exalcohólico en
recuperación?
De la misma forma que queda muy arrastrado invitar a beber a
las chicas de entrada, queda fatal un tipo que no se bebe ni una
tónica en un bar y que no tiene el gesto de ofrecerle algo a la
chica. Es posible que ella luego no quiera que pagues tú la copa,
o los chupitos..., pero ofrécete.
Sé que es muy «patriarcal proveedor» eso de que tú tienes que
ofrecer recursos económicos, pero es así. Por mucho que ellas
vayan de mujeres empoderadas, esos pequeños detalles de
ofrecer una copa, cederle el asiento e incluso ofrecerle tu
chaqueta, funcionan. Le dicen que eres un tipo generoso, con
estatus su ciente como para permitírtelo, protector...
Ojo, no es imprescindible. Si conoces a una chica que ya está
bebiendo, no fuerces invitarla a nada. Si le dices «acompáñame a
la barra, que tengo sed» y ella no quiere tomar nada, perfecto.
Incluso si ella insiste en pagarse su copa, todo correcto. Pero tú
compartirías unas copas con ella, igual que invitarías a tu amigo
en una noche de esta.
Esto mismo se aplica a las citas, aunque no puedo profundizar
mucho en este libro en el tema de las citas, apunta: proyecta
estatus, deja claro que puedes proveer y que eres
moderadamente generoso.
En cualquier caso, llegado a este punto, ya estarás a solas con
ella: en la barra, fumando, sin fumar o a unos pocos pasos de su
amiga. Y aquí llega la enorme virtud de la noche: diversión,
desinhibición y sexualización. Es mucho más rápido besarte con
una chica de noche que de día, incluso llevártela a casa en poco
tiempo.
La noche es muy «sucia» en este sentido: puedes estar bailando
un rato con ella, le vas a dar un beso y te hace la cobra, pero se
queda igualmente colgada de tu cuello sonriente. Créeme, tal
como hemos visto en el capítulo de CNV, si se da el caso, sigues
teniendo luz verde. Sigue uyendo con ella, es cuestión de
tiempo.
ADVERTENCIA: llegados a este punto no puedo ayudarte mucho desde las
páginas de un libro, porque cada situación es diferente. ¿Tontea contigo pero no
te besa porque tiene novio? ¿La cobra es hacia atrás con un gesto de repulsa o
un leve giro de cabeza y sonrisita pícara?
La única forma de mejorar en estas situaciones es exponerte a
ellas. Igual que te he dicho antes, hasta donde llegues no
depende de ti, pero te irá un millón de veces mejor arriesgándote
que quedándote corto.
Ante la duda, toma la decisión más atrevida:
¿La beso o no la beso?
¿Le pido su número o la añado a Instagram?
¿Le digo que venga a casa o me conformo con un besito de
buenas noches?
¿Acompaño a su amiga a su casa en coche con ella y le prometo
que luego la llevaré a la suya para intentar luego terminar en la
mía?
Una vez más, comunico para hombres con un mínimo de
neuronas: si tu idea de atreverte es sacarte el pene en medio de
la discoteca y gritarle que te lo chupe allí... vas mal. Atreverte es
proponer, avanzar, insinuar... ni violentar ni forzar.
Entornos templados (clases, cursos, eventos o gimnasios)
Son entornos que cali co de «templados», porque es más fácil
entablar una conversación social con una compañera de un
curso que en medio de la calle.
ADVERTENCIA: forma parte de los lugares prohibidos tu gimnasio habitual, tu
clase de la universidad o eventos en los que verás habitualmente a las mismas
chicas. En cambio, si te apuntas a clases de inglés o vas a intercambios de
idiomas puntuales, no tendrás que ver a esas chicas durante 3 años seguidos.
Luz verde. Yo mismo empecé ligando con chavalas de intercambios de idiomas,
gente de baile y en clases dirigidas del gimnasio.
Empecemos por ahí: el gimnasio.
En lugar de ir a tu sala de pesas «normal», apúntate tres meses a
cross t o métete a clases de spinning.
Serás una cara nueva, eso llama la atención a las chicas y te
ayudará a socializar. Los primeros días saca toda tu energía
social (luego hablaré para los introvertidos) y pregunta antes de
clase si esa sesión es muy dura, si hay que llevar algún material
especí co, qué tal la monitora... todo lo que se te ocurra. Ojo, no
interrogues a una sola persona, incluso si puedes hacer esas
preguntas a un pequeño grupo de chicas, mejor.
Ahí detectarás qué chica te sigue el rollo, aprovecha el nal de la
clase para volver a charlar, cuenta que tú normalmente haces tal
o cual cosa, pregunta lo que sea... vamos, sé social. Prueba
diferentes horarios, actividades y haz cosas que disfrutes. No te
metas a «yoga-para-dormir-vacas» solo porque hay chicas.
En dos o tres sesiones habrás conocido a algunas chicas que te
harán caso si lo haces bien. Ya te saludarán, y ponerte a charlar
con ellas será fácil. Aprovecha el momento para decirle: «Oye,
hay un evento de (lo que hagas), ¿tomamos algo después de
clase y lo comentamos?».
Es así de fácil. Social, personal, cita.
Lo ideal es que comentes antes de proponer la cita que lo acabas
de dejar con tu pareja, o que llevas un tiempo soltero... para
testear en qué situación está ella. Cuando me metí en clases
dirigidas no me podía creer la cantidad de chicas interesadas en
conocerme que había allí. Hasta cuando fui con pareja había
chicas que tonteaban conmigo.
No me cansaré de insistir: si haces esto en tu sala habitual
durante mucho tiempo, la vas a quemar. Sé que es más
incómodo tener que cambiar de actividad, pero la recompensa
es tan grande que vale mucho la pena.
Clases de lo que sea
Lo mismo que en el gimnasio: utiliza el orgullo del novato para
socializar con todo el mundo, en especial las chicas. ¿Sabes que
en clases de idiomas, de baile o de fotografía más del 60 % son
mujeres?
Ya sé que los introvertidos sufren más haciendo esto, porque su
batería social se agota rápidamente. Pero estamos hablando de
dos o tres horas a la semana, no más. Y en lugar de «pelear» en
el barro de la música infernal de una discoteca llena de hombres,
puedes disfrutar de un océano azul en el que tu caña es casi la
única que hay.
Por tanto, no te limites porque seas introvertido. Si has de
reservar batería social para algo, dedícala a estas horas
semanales de actividad social.
No cometas el error de conocer a una sola chica en tu clase de
inglés el primer día y la conviertas en tu crush de inmediato.
Conoce a varias, aunque una te guste más que las otras, sé social
con muchas, e incluso puedes usar eventos sociales para quedar.
Es fantástico crear un grupo con 4-6 personas para hacer
quedadas de baile, salir juntos a hacer fotos, practicar el idioma
que estudiéis o simplemente ir a tomar algo. Aunque es una
aproximación más indirecta, si te aseguras de crear grupos con
varias de esas chicas que te interesen, tendrás oportunidades
fantásticas para conocerlas.
Yo tardé muy poco en liarme con alguien de idiomas, baile,
gimnasio, tantra y otros eventos en los que he participado. A mí
me es fácil socializar en estos entornos, y con cierto tipo de chica
conecto muy bien. Pero, de verdad, es sencillo para casi cualquier
hombre.
Eventos, retiros y talleres
«A los eventos, la gente va principalmente a follar» (Isra Bravo,
copywriter).
Aquí incluyo cualquier evento en el que haya una parte formativa
más una parte social o de networking. Sea de un día o de varios,
aunque obviamente si es de varios días, aún más fácil.
Hay eventos de casi cualquier cosa: emprendimiento, tness,
marketing, espiritualidad, desarrollo personal, etc.
El último evento al que fui, éramos un 98 % de hombres... tal vez
te sorprenda saber que NO ligué (raro que soy, pre ero las
chicas).
Esto te lo digo porque si tu «misión secundaria» es conocer
chicas, tal vez te interesa saber qué tipo de público asiste al
evento concreto.
Por ejemplo, si vas a un evento de culturismo tipo Arnold
Schwarzenegger, te pasará como a mí: 90 % hombres, 10 %
novias de algunos de esos hombres.
En cambio, si te apuntas a eventos de temas espirituales o
esotéricos, un 80 % serán mujeres.
Seguramente pienses que la gente se apunta a un evento de
Tony Robbins o a un retiro de mindfulness para crecer, para
expandirse. Y te equivocas.
Aunque nos decimos a nosotros mismos que en ese evento
mejoraré X o Y, en realidad, la motivación principal es conectar
con otra gente. ¿Follar? No, no soy tan radical como Isra Bravo.
Pero sí he visto en casi todos los eventos muchas ganas de
sentirse acompañado... y esa búsqueda de conexión puede llevar
fácilmente a todo lo demás.
En un retiro o evento temático, es aún más fácil socializar,
porque todo el mundo comparte un interés común. Solo has de
interesarte por la persona que tienes delante. Una vez más,
preséntate a gente sola o a pequeños grupos. ¿Por qué?
El grupo grande, de más de seis o siete personas, ya tiene una
dinámica propia, puede que se conozcan bastante entre ellos y
suele costar más introducirse. En un evento con cincuenta, cien o
dos mil personas... céntrate en grupos más fáciles. Y no te
apalanques en un solo grupo, sé que es muy tentador conocer a
dos chicas majas justo al principio del evento... Si puedes,
quédate con su contacto y ve conociendo a otras.
¿Por qué? Porque si haces las cosas bien, te llevarás a casa tal vez
diez contactos de chicas interesantes y, si tienes suerte, incluso
podrías acabar durmiendo acompañado.
Un error típico: ir con dos amigos.
Si haces eso, es muy fácil que no conozcas ni a la mitad de la
gente que conocerías yendo solo. Iréis juntos a todos lados; si os
separáis un rato, os escribiréis y volveréis a juntaros... cambia
casi todo.
Puedes ir acompañado si te obligas a utilizar el grupo solo como
«descanso». Por ejemplo, podéis llegar juntos, pero después de
la primera hora cada uno por su lado, o poneros pequeños retos:
«En una hora tenemos que habernos presentado a cinco chicas,
el último que lo consiga paga la comida».
Aquí la idea no es medirse las pollas, pero a los hombres nos
espolea competir; si te es útil hacerlo para atreverte, utilízalo.
Aunque mi consejo básico sigue siendo el mismo: ve tú solo.
En un evento de casi cualquier tipo es normal que vaya gente
sola, y no tener ningún tipo de «zona de confort» te ayudará a
hacer tu trabajo ahí (que es pura y simplemente socializar). Antes
de que me digas que en tu pueblo de cien habitantes no hay
eventos: ya lo sé.
Precisamente, si vives en un pueblo o ciudad pequeña, los
eventos y retiros son más para ti. Porque así concentras tu
prospección en varios días a la vez y tienes la oportunidad de
conocer gente que jamás encontrarías en tu zona.
Vete a Madrid, a Miami o a cualquier otro sitio. Ojo, puedes tener
la suerte de que el retiro espiritual de turno se celebre en el
bosque al lado de tu casa, pero si no es así, estrategia MEC10.
Dentro de cinco años no recordarás qué cenaste ayer ni qué
serie viste en la tele. Pero sí tendrás buenos recuerdos de ese
viaje a Barcelona tú solo para un congreso de bachata en el que
conociste a varias mujeres.
Amigas de...
Sé que esto parecerá contradictorio, pero voy a surfear en este
apartado por la na línea de tu entorno social por un buen
motivo: es tremendamente lucrativo.
Si eres un tipo social que conoce a mucha gente, tendrás amigas.
Pero no «amigas» de las que te dan dos besos sin rozarte la
mejilla, sino amigas de las que te cuentan que van cachondas,
amigas que te ven atractivo y que desean sinceramente que
tengas sexo.
Esas amigas valen mucho: te las puedes llevar de esta y te
proporcionan preselección, te pueden acompañar a un local de
intercambio de parejas o mucho más fácil: presentarte a sus
amigas.
Cuando esto sucede, uno se siente como si hiciera trampas: la
«amiga de» ya te conoce, le han hablado muy bien de ti y, si le ha
pedido a su amiga que os presente, ha hecho una inversión
emocional en ti que te pone el número 1 en su lista.
Solo tienes que seguir los pasos uno a uno, desde conectar,
conocer, tontear y sexualizar... porque te pondrá muchos menos
test y objeciones que si la conocieras en cualquier otra
circunstancia.
Si no tienes este tipo de amigas ahora mismo, tranquilo. Yo
tampoco las tuve durante mucho tiempo, y mis amigas actuales
me quieren solo para ellas (qué egoístas ;-)). Pero cuando vayas
socializando, te encontrarás en esta situación con facilidad.
Chicas con las que has tenido algo (o no) y que te pueden
presentar a sus amigas.
Cuando tengas este tipo de amigas, no esperes que ellas den el
primer paso, una vez más te toca a ti mover el culo. Te hablará de
sus compañeras de danza del vientre, te enseñará un reel o una
foto de grupo, y tú le dirás: «¿Hay solteras en ese grupo?».
Es mejor que el primer encuentro no sea una cita a ciegas:
demasiada presión por ambos lados. Lo ideal es que antes hayáis
tomado algo en grupo o, si no es posible, una videollamada a
tres. Luego, con la bendición de tu amiga, ya cierras el contacto
de tu nueva «amiga» y quedáis a solas.
La esta de «solo amigas»
Esto requiere buena habilidad social y amigos competentes. Pero
bien ejecutado es muy potente, da igual que ahora mismo sea
demasiado avanzado para ti, guarda esta estrategia bien
preparada para cuando puedas usarla.
Tú y tus colegas seductores conoceréis chicas con las que hay
buen rollo, pero no podéis avanzar. Esa chica de Tinder con la
que, a las pocas citas, no pasas del beso; esas mujeres que
conociste en un evento, solteras pero ya te han metido en la
friendzone... o incluso esa amiga de hace años con la que no
tienes oportunidad.
Imagina que llevas a una o dos de esas chicas y tus dos colegas
hacen lo mismo: tienes una quedada perfecta de tres chicos con
cuatro-cinco chicas, bien seleccionadas y a las que les habéis
hablado muy bien de los otros tíos. Una vez más, es sencillo que
puedas liarte con alguna de estas chicas. Y ellos también.
Esta estrategia la utilizamos varias veces con mi colega Ángel y
salió muy bien. Solo requiere generosidad por ambas partes y
dejar tu ego en casa: porque seguramente alguno de tus colegas
triunfará con tu amiga. Alégrate por ellos, y lo más probable es
que, si no a la primera, a la segunda o tercera te vaya bien a ti.
ADVERTENCIA: no lo hagas demasiado grande.
Una vez, con antiguos alumnos que (en teoría) ya estaban
ligando mucho, me metí a organizar una esta de este tipo «a lo
grande»: éramos unos siete hombres y —en principio— cada uno
iba a invitar a un par o tres de amigas.
No queríamos veinte chicas en la esta, pero ya sabemos que las
mujeres son más volátiles, por lo que siempre hay que invitar a
casi el doble de chicas que de chicos para que haya 1,5 chicas por
tío. ¿Por qué más chicas? Porque ellas son más selectivas, y
porque la competencia entre ellas puede hacer que se muestren
más receptivas con los chicos.
Sigo con mi historia: los alumnos hicieron hasta un cartel digital,
lo repartieron con muchas tías y prometieron que iban a sobrar
mujeres, así que yo no quise quedarme atrás (por ego,
obviamente). Llevé a una chica familiar de mi novia, a una amiga
de años y a una compañera del gimnasio.
Los alumnos (entre todos) llevaron exactamente a UNA chica; en
concreto, a la hermana de uno de ellos, que tenía novio pero la
convenció para ir sin él.
Ciertamente, me daba igual ligar o no ligar en esa esta, yo me
metí a eso por las risas..., pero tanta organización para que esos
tíos fueran incapaces de mover a una sola chica soltera entre
varios me decepcionó mucho.
Moraleja de la historia: hazlo con uno o dos amigos, y tened clara
la presencia de las chicas. Si no hay con rmación 100 % 48 horas
antes, se pospone. Para quedar cuatro, cinco o seis personas no
hace falta gran organización, se puede quedar en cualquier bar
que os guste.
Entornos calientes (especí cos para encontrar pareja)
Aquí todo el mundo está buscando pareja, sexo o similares, y
todo el mundo lo sabe.
En un entorno así, ninguna chica te dirá que «solo ha salido a
bailar» o que «tiene novio» (aunque lo tenga...).
Pocos hombres aprovechan este tipo de encuentros, llámales
estas de singles, speed-datings, meetups o cualquier nombre que
se ponga de moda. Hace poco, he visto anuncios de slow dating o
de cook dating. Créeme, es más de lo mismo:
Gente con ganas de conocer gente, sin necesidad de ocultarlo. ¿A
que suena bien?
La mayor di cultad que te puedes encontrar en estos entornos
es que las chicas no te atraigan, lleguen cargadas de red ags o
que caigas en tu propia trampa: si en lugar de practicar en todos
los entornos anteriores, te limitas a este porque es más «fácil», te
convertirás en el hombre habitual de estos encuentros:
necesitado, inexperto, inseguro (de bajo estatus).
Porque esta es tu «competencia» en entornos así: hombres que
han estado con una sola mujer en los últimos diez años, que lo
último que recuerdan sobre ligar caducó hace tiempo, tipos que
se ganan bien la vida, pero no saben cómo hablarle a una mujer,
hombres que intentan atraer a las chicas por a ciones
comunes... No seas uno de ellos.
Practica tus habilidades sociales en varios entornos: aunque
consigas menos resultados, te dará una capacidad de
improvisación, de resiliencia y de comunicación mucho más
atractiva que la del 80 % de estos hombres.
Hace poco, después de un evento en Madrid, nos fuimos a La
Latina con varios compañeros. En uno de los bares, nos
sorprendió que había más mujeres de lo normal y que llevaban
una pegatina con su nombre. Tardé menos de un minuto en
detectar a la chica que estaba pidiendo por favor que la
rescataran. Había un tipo desaliñado que no paraba de hablarle
ni para respirar, estaba con dos chicas que no decían palabra,
brazos cruzados y cuerpo orientado hacia el lado contrario a ese
hombre.
Solo tuve que esperar a que su mirada, buscando salvación, se
encontrara con la mía: la llamé, como si la conociera... y ella
entendió.
Al poco rato, salvamos también a su amiga de morir de puro
aburrimiento, y aquí he de reconocer que mis socios-alas se
comportaron como los auténticos profesionales que son: incluso
cuando los organizadores del evento aparecieron, insinuando
que esas chicas se habían «desviado» del encuentro de singles,
ellas tuvieron clarísimo que no querían conocer a nadie más que
a nosotros...
Por supuesto, en un entorno «caliente» de este estilo, no
necesitas usar ninguna frase rompehielos especial para iniciar
conversaciones, más allá de «Hola». El juego está en saber usar el
resto de recursos: picos emocionales, escucha activa, preguntas
poderosas y sobre todo saber tontear.
Porque lo que aplicamos en un entorno «frío» aquí funciona aún
mejor: es más fácil generar conversaciones uno a uno con ellas,
puesto que muchas van solas y las amigas que haya no
molestarán igual que en una discoteca.
Aquí deberías ser indirectamente atrevido: tontea más de forma
verbal que de forma física, porque es un entorno más «formal», y
la energía es más social que sexual. Pero no dejes de mostrar
interés en ella ni de tirarle la caña.
En el ejemplo anterior, aunque fue casualidad encontrarnos en
un evento así, terminé besándome con la chavala que estaba en
el encuentro de singles y no fui a más porque no quería
separarme de mis colegas, ni quería «cargarles» con la amiga.
Por tanto, puedes mostrarte atrevido, pero a un ritmo más lento
que en una discoteca.
También depende del evento: en un speed-dating yo recomiendo
buscar la manera de tener alguna cita esa misma noche. ¿Para
qué esperar a que dentro de dos días os pasen el email de la otra
persona?
Aprovecha que estás ahí para irte a tomar algo con alguna de las
chicas que te haya gustado. Ojo, no recomiendo una cena con
diez personas, porque ahí te costará más intimar y la dinámica
no favorece.
Tal vez pienses que no hay este tipo de encuentros cerca de ti.
Busca en redes, en Google, en la página meetup.com, en couch
sur ng... hay muchísima oferta, y una vez más... si viajas de tu
ciudad pequeña a una grande para un evento de singles,
aprovecha para ir a otros encuentros, aunque no sean de
temática de pareja, pero en los que la gente también socializa,
como intercambios de idiomas. Por supuesto, también te
recomiendo dar un paseo por la zona más turística y hablar con
chicas que circulen por allí o buscar algún bar para socializar en
frío. Vale la pena el esfuerzo.
Si quieres hacerla tu novia
Los libros de seducción para hombres suelen terminar cuando
ella y tú os habéis acostado. Entonces sacan una pancarta de
«Enhorabuena, has logrado tu objetivo» para sugerir que
eyacules rápido y salgas corriendo a buscarte a otra.
Si es lo que quieres, puedes saltarte este capítulo.
A mí, completar todo el proceso de seducción para luego echar
un polvo rápido y salir corriendo... no me va.
Es verdad que he estado con chicas a las que no me ha apetecido
ver más. Otras veces fueron ellas quienes decidieron que lo
nuestro fuera algo de una sola vez, pero mi forma de ser me lleva
a repetir, en general, varias veces con la misma chica.
Y aunque a los gurús eso les puede parecer una maldición, a los
hombres normales-imperfectos, todo lo contrario.
Tu enamoramiento vs. su enamoramiento
Otra vez, microondas vs. horno.
Los hombres nos enamoramos antes. Seguramente, porque
somos más visuales, más sexuales, más agresivos... nuestra
forma de sentir es así.
Esto hace que se generen desequilibrios fácilmente, como me
pasó a mí con casi todas las relaciones preseducción (antes de
conocer este mundillo tan interesante).
A la mínima que yo tenía algo con una chica, de inmediato quería
verla cada día, comerla a besos todo el rato, decirle lo
maravillosa que me parecía y lo afortunado que me sentía por
verme correspondido. Recuerdo haber comprado ores a la
segunda o tercera cita, brindar con champán para «celebrar»
nuestra primera semana como pareja y escribirle cartas de amor
a las pocas semanas de estar juntos.
A una mujer que te está conociendo, que te sientas tan
afortunado por tenerla a tu lado le hace sentir que se ha
equivocado contigo. Porque si tan impresionado estás con ella,
es que no te consideras digno de nada mejor... y seguramente
ella sí que podría optar a algo mejor.
Sé que parece contradictorio, pero es la dura realidad: la mejor
forma de enamorarla es no parecer demasiado enamorado.
Recuerda que su naturaleza no le impulsa a conseguir a
cualquier hombre, sino tratar de enamorar al mejor.
Por eso es mucho mejor tener la actitud de «yo no estoy
buscando pareja» para gustarles. Y alargar esa situación sin
etiqueta, sin detalles románticos, sin prisa por dejar claro que
sois pareja monógama.
Es de nuevo la paradoja: cuanto más parezca que quieres ser
libre de hacer lo que te venga en gana, más querrá ella verte,
más invertirá en seducirte y mejor te tratará.
A menos que ella esté en otra fase de su vida, más de
experimentar. En ese caso, te tocará elegir si quieres seguir en
ese modo de relación o no.
El sexo sí importa
Cada vez que un alumno me pregunta por qué las chicas se
acuestan con él pero luego no quieren una relación, o ni siquiera
repetir un encuentro sexual, pienso lo mismo: «Follas mal».
Ojo, puede que no sea así. Puede haber motivos que tengan más
que ver con ella que contigo. Pero por si acaso, te recomiendo
que seas bueno sexualmente.
Para no repetir la metáfora del maldito microondas, que de tanto
usarlo ya está viejo... digamos que tu tendencia es explosiva y la
suya es de fuego lento.
Sé que cuando estás excitado lo que te apetece es un mete-saca
rápido, o sexo oral con nal explosivo... y que para ti un coito de
cuatro minutos está más que bien.
Para ella no.
Si hasta llegar al sexo su camino de apareamiento es lento,
indirecto y lleno de matices, en el momento de follar, también.
Piensa en poner agua a hervir: tiene su proceso. El agua va
subiendo de temperatura poco a poco, se empiezan a formar
burbujas pequeñas, pero todavía no está en el punto. Tarda un
poco más, toda el agua tiene que ir aumentando de calor hasta
que entra en ebullición. Lo bueno, que mantenerla así luego ya
cuesta muy poco.
Sé que me dirás que conociste a una que te pedía: «Fóllame
rápido y termina en mi cara»... Ok, yo conocí a varias de esas.
Pero son muy pocas las que disfrutan haciéndolo en modo mete-
saca inmediato. La mayoría pre ere una aproximación mucho
más indirecta y, aunque es imposible explicarlo todo en este
libro, quiero darte varias indicaciones clave.
La primera ya te la he dicho: calma, calma, muuuuuucha calma.
Cero prisa por llegar a la penetración, cero prisa por eyacular.
Cuanto más alargues la interacción sexual, más lo disfrutará ella,
por tanto, deja de lado la penetración rápida.
Follar no es beso, chupo y follo. Olvídate de lo que tu instinto te
pide durante un rato.
Céntrate en explorar todo su cuerpo y usa el tuyo para ello.
Acaricia su pelo, el cuello, orejas, espalda, pechos, culo, piernas,
vulva... todo por igual. No caigas en aquello de tocar solo teta y
coño. Su cuerpo es muy receptivo sexualmente en todo el
conjunto, al contrario que el de los hombres, que tiene casi toda
la receptividad en la punta del glande.
Besa, muerde suavemente, chupa (sin babosear).
Sé que puedes estar muriéndote de ganas de ponerla ya a cuatro
patas y darle como a cajón que no cierra, pero su placer (y el
tuyo) será mucho más intenso si aprendes a disfrutar de cada
sensación con calma: besarla en la boca, en el cuello, en las
orejas... mientras os abrazáis, sentís vuestras pieles, vuestros
cuerpos... es muy erótico.
¿Sexo oral? Ahí tienes cierto riesgo de contraer alguna ETS/ITS, tú
decides..., pero si vas a ser promiscuo, recomiendo priorizar la
seguridad. No es ninguna tontería hablar sobre ello antes o
después de los primeros encuentros y hacerse analíticas.
Vale, ya te he cortado un poco el rollo, pero es un tema
importante, que también trataré con la penetración.
A muchos hombres no les gusta hacer sexo oral. A otros sí, y a
algunos les es indiferente. Teniendo en cuenta lo anterior, si no
vas a hacerle sexo oral, sí que deberías tocarla con los dedos.
Pero si te parece bien hacerle sexo oral, ganarás puntos. Muchos.
Pocos tíos lo hacen bien y con calma, el tiempo su ciente para
que ella se relaje y se deje llevar. Muchas mujeres tienen manías
con su olor, la forma de sus labios vaginales, incluso con el color
de su vulva. Hazla sentir cómoda con ella misma, eso es
importante para que la chica disfrute.
Si la vas a estimular con los dedos, hazlo por fuera. No le metas
los dedos si ella no te lo pide. Demasiados hombres creen que lo
que les mola a las mujeres es que les metan cosas. Déjame
contarte que el juguete erótico más vendido de la historia (y tiene
pocos años) es el estimulador de clítoris. Fuera de su vagina.
Más aún: para disfrutar, la chica tiene que estar lubricada. Si le
frotas la vulva seca le molestará. Por eso es mejor no tocarla
hasta que esté excitada y haya pasado un buen rato. Si la notas
húmeda por fuera de su ropa interior, genial. Es muy erótico para
ella que la vayas acariciando por fuera de la ropa interior y casi
sin querer tu dedo se vaya colando por dentro.
Las primeras caricias íntimas, que sean para extender su
lubricación natural por los labios y hacia el clítoris... o, si no está
bien mojada, chúpate los dedos y lubrícala un poco tú. También
puedes usar un lubricante externo, si ella te lo facilita es que ya
sabe que lo necesita... aunque en primeros encuentros no es lo
habitual.
Creo que hasta aquí ya has entendido que tienes que ir con
mucha más calma de lo que sería un polvo rápido, y no quiero
recrearme demasiado en todo este proceso.
El momento de la penetración es otro momento en el que
deberías tomártelo con calma. Básicamente, olvídate de buscar
tu orgasmo y céntrate en disfrutar cada sensación en cada
momento. Me acabo de dar cuenta de que podría escribir
muchísimo sobre este tema, pero me fuerzo a parar, porque este
libro es de seducción, no de sexualidad.
No obstante, sí que quiero remarcar que es muy importante lo
que haces al terminar.
¿Te giras y te duermes sin decir ni «buenas noches»?
¿Le dices «te quiero»?
¿Te levantas y sales de su casa tan rápido que ni siquiera te
quitas el preservativo?
Por si acaso, que quede claro que ninguna de las anteriores es
correcta... si quieres algo más que un encuentro sexual y nada
más.
Después del sexo, las mujeres suelen sentir ganas de abrazarse,
relajarse juntos y puede que de algo más de besos y caricias. No
hace falta que alargues una hora más el encuentro si no quieres,
pero no te vistas de inmediato, no te pongas a hablar de fútbol...
ni te duermas.
Sé que cuesta mucho si es de madrugada y lleváis de esta desde
la tarde, pero ella no se va a dormir tan rápido, es probable que
se sienta vulnerable después de haber tenido intimidad contigo y
se sentirá mejor si antes de irte o de dormir compartís un rato
juntos. Recuerda que ellas invierten emocionalmente en una
relación sexual más que los hombres, aunque no sea de forma
consciente. Ha tomado una decisión que instintivamente es
importante para ella, y ya no hay vuelta atrás.
ADVERTENCIA: no le digas lo maravilloso que ha sido, ni lo extraordinariamente
buena amante que es. Sobre todo si es vuestro primer encuentro, es probable
que no haya sido el mejor sexo que tendréis, porque todavía tenéis que
conoceros, explorar más vuestra conexión y hacerlo más relajados... así que ni
exageres ni te desnudes emocionalmente todavía.
Dormir juntos es opcional, igual que compartir ducha o
desayuno.
Mi recomendación: si las chicas suelen dejarte a las pocas
semanas o no quieren repetir, dosi ca mucho las
demostraciones de romance: no durmáis juntos hasta la segunda
semana, ni compartas desayuno con ella hasta el mes, por
ejemplo.
Si tienes más de 25 años, no se celebran «aniversarios» de
menos de un año. No se recuerda que ya hace una semana que
os liasteis, ni siquiera seis meses.
El que etiqueta antes, se enamora antes
«¿Qué somos?», te preguntará ella en algún momento. No tengas
prisa. No hagas tú la pregunta.
Tú y yo sabemos que te vas a enamorar tú primero. Pero ella no
lo sabe. Ni siquiera sabe si realmente quieres ser su pareja o solo
estás pasando el rato.
Lo ideal sería que tú estés simplemente probando si encaja
contigo, tanto sexualmente como para tener una relación. Ella, te
lo garantizo, está en ese proceso.
Al principio de liarse con un tipo, por mucho que digan los gurús
clásicos de la seducción, ellas siguen «testeándole». Da igual que
hayáis follado una, tres o diez veces... puedes quedar fuera
igualmente, porque, para ella, emparejarse también es una
inversión poderosa, y al contrario que tú, ella seguramente tiene
a varios más tratando de ocupar tu sitio.
Por eso, lo peor que puedes hacer es estar muy pendiente de ella
la primera semana o tratar de etiquetaros con rapidez.
Un hombre con experiencia y de alto estatus no se empareja
hasta que encuentra a alguien que le da mucho más que un poco
de acción sexual, ni deja de hacer sus cosas para estar todo el
rato con ella.
Mi recomendación es que te lo tomes con mucha calma.
Al día siguiente de tener sexo, es bonito mandarle un mensaje de
«me acuerdo de ti» (personalízalo, no le escribas esto tal cual).
Pero no busques ya la siguiente cita, ni la llames por teléfono, ni
te pongas a enviarle audios...
Queda con ella al cabo de unos días (dos o tres mínimo...) y así
durante varias semanas. Lo bueno de este periodo es que cada
vez que quedáis es casi como si fuera otra vez la primera cita:
seguirá habiendo incertidumbre sobre lo que buscáis cada uno,
todavía no está claro si os saludáis con dos besos o con un beso
en la boca... todo eso provoca unas emociones muy potentes en
ella.
¿Qué haces si después de la segunda cita ella te propone veros al
día siguiente?
Puedes aceptar si te apetece. Pero no canceles planes que
tengas, no cambies tu rutina de trabajo, gimnasio y actividades
por ella.
Es mucho mejor que le digas: «Tengo un rato después del
gimnasio, ¿cómo te va?» y que a ella no le vaya bien, que no
ponerte a cambiar tu vida por ella después de dos citas. Además,
cuanto más invierta ella en ti, antes se enamorará. Hay quien
dice que nos enamoramos solo cuando no estamos con la
persona que nos gusta.
Michael DeAngelo, antiguo gurú de la seducción, decía: «Hazle el
regalo de echarte de menos». Y usaba mucho la metáfora del
fuego: «Si echas toda la leña de golpe, en lugar de crecer, el
fuego se quedará sin oxígeno y se apagará».
Por eso es tan poderoso liarse con alguien y no hablar de
expectativas, etiquetas... ni siquiera dejar claro si un encuentro
determinado será el último.
Esto lo he utilizado yo varias veces, porque es algo que siento de
verdad. Justo antes del sexo, le pregunto a la chica: «¿Has
pensado alguna vez “cómo follaría si supiera seguro que hoy es la
última vez que lo hacemos”?».
No te pongas dramático, más bien juguetón. Que no lleve a una
conversación profunda, sino a un polvo memorable.
Pero, además, la idea de «tal vez hoy es el último día que nos
vemos» que estás implantando, la lleva a ella a querer retenerte
a su lado. Llegará el día, más pronto que tarde, que ella te hará la
pregunta: «¿Qué somos?» “¿Qué tipo de relación quieres tener?”
o similar.
Sé sincero y pregúntale a ella. Si todo ha ido bien, estará
deseando fuertemente ser tu pareja.
No nos chupemos las pollas todavía
Ella estará ilusionada, con un chute de hormonas brutal. Quiere
conocerte más, quiere tenerte cerca, quiere que seas «su
hombre».
Pero aún no lo eres. Sigues estando a prueba.
Me da igual si te entran ganas de tirar este libro al fuego y
hacerte cura, incel o drag queen. La verdad es así de dura, como
mi pene un diamante.
Muchos hombres se relajan demasiado cuando se ha o cializado
un noviazgo. Les suele pasar cuando este es demasiado precoz o
cuando no tienen experiencia, pero por si acaso te lo explico
brevemente:
No pases de cero a cien. Si hasta ahora habías quedado
con ella un par de veces por semana, ahora no quedes
cada día.
Está bien si os hacéis alguna llamada pastelosa de «cari,
cuelga tú», «no, cuelga tú»... pero modérate. Sé el primero
en colgar.
Sigue siendo el tipo del que ella se está enamorando.
Aunque quiera cambiarte (porque va a querer cambiarte).
Las mujeres son imposibles de satisfacer totalmente, igual que
son imposibles de entender totalmente. ¿Por qué? Porque son
cambiantes. Son cíclicas, según su momento del mes sienten de
una forma o de otra, pero también son más cambiantes que los
hombres durante el año. Lo que hoy es claramente romántico,
mañana es necesitado. Lo que hoy es sexy, mañana es tóxico.
Todo esto te lo explico para que las entiendas un poco más, no
estoy quejándome. Y para que sepas estar en tu lugar. Ella te ha
conocido en unas circunstancias y le has parecido atractivo así.
Pero cuando tenga más con anza contigo, querrá cambiarte
según su capricho:
Tal vez quiera verte más, porque quiere su chute de abrazos,
sexo y oxitocina.
Tal vez quiera llamarte «churrito chichi», porque le parece muy
cuco.
Tal vez le caiga mal tu amigo Héctor, ese que dice palabrotas y
solo habla de follar. Qué soez, qué poco elegante...
Tal vez se le ocurre que estás demasiado delgado y te quiera
hacer comer esos hidratos de carbono tan ricos de las pizzas y
helados. «Hazlo por mí, sabes que me gusta mucho la pizza», te
dirá mientras pone carita de niña medio-triste.
Tatúate esto: no quiere que dejes el gimnasio, ni que ignores a
Héctor. No quiere verte 24/7 ni que te pongas gordo. Son
caprichos, apetitos momentáneos. Y no confundas esos
caprichos con deseos a largo plazo. Lo que quiere es al hombre
del que se está enamorando. Sé ese hombre.
Porque lo he visto decenas de veces: después de hacer por ella
todo lo que pide, se cansa de él y le deja.
«¿Cómo voy a salir yo con un hombre que se deja llamar
«churrito»? ¿Y que es gordo, además de un pesado que siempre
está escribiéndome?».
Esa es la lógica femenina. No juzgo, explico.
Sigue comiendo sano. Sigue yendo al partidito de los viernes.
Sigue jugando a la consola (no, joder, no juegues a videojuegos,
que es perder el tiempo).
Y si quieres hacerlo aún mejor, pídele que te deje. Cuando te
haga una petición absurda, como llamarte «churrito», cortarte
ella el pelo sin ser peluquera o que la acompañes de compras a
ella y a su amiga, le dices: «Oye, ¿si no acepto me dejas?». Con
cara de «ojalá me deje». Se enfadará... porque se dará cuenta de
que se está enamorando de ti.
Las mujeres quieren más que los hombres
Cuando ella se enamore de ti, entonces el juego cambia para
siempre. La tienes que liar muy gorda para que te mande a
paseo.
Tiene que aparecer Brad Pitt montado en un Ferrari para que te
ponga los cuernos. Por eso digo que pases de ir a por chicas con
pareja, es cien veces más fácil ligar con una soltera.
Usando la hipergamia a tu favor
¿Recuerdas la hipergamia, esa característica femenina que tantas
lágrimas de hombres débiles ha provocado?
Es tu aliada. Ya le has demostrado que eres «su hombre», puedes
echarte a dormir.
En serio, ha llegado el momento de relajarte, de disfrutar de tu
relación a tope.
Pídele que te ayude en tu trabajo, o en tu dieta... incluso que te
apoye nancieramente. Lo hará.
Cuando una mujer se enamora, lo hace de forma más global y
profunda que un hombre. Así como un tío enamorado se
cepillaría a una mujer atractiva y cachonda si se lo pusiera
su cientemente fácil, una mujer, no.
¿Has visto a hombres que se arruinan y sus mujeres los siguen
adorando?
¿Por qué un tipo que engorda veinte kilos sigue con esa tía
buena?
¿Y esa mujer que pasó de ama de casa a trabajar diez horas y
cuidar de su marido enfermo?
¿Cómo casa eso con la famosa hipergamia?
Ahora ya lo sabes... ella se enamoró, le quiere, ha invertido
mucho en esa relación y no lo abandonará si no pasa algo
enorme.
Es el sesgo del coste hundido pero aplicado a las relaciones:
cuanta más inversión de tiempo, esfuerzo y emociones dedican a
alguien las chicas, más difícil es que rompan esa relación o
traicionen a su pareja.
A los hombres les pasa, pero con menor intensidad. Además, la
naturaleza masculina tiene mucha más tendencia a buscar
variedad sexual, por lo que suele ser más habitual que un
hombre sea in el aun siendo feliz en su relación. Ellas son
in eles cuando todavía no están comprometidas
emocionalmente o cuando su relación está deteriorada.
Por eso, una vez más, no pierdas el tiempo con una chica
emparejada.
Con lo que, en lugar de ponerte celoso de cualquier mindundi
que se cruce con tu chica, aprende a enamorarlas, haz que
inviertan en ti... y juntos para siempre.
ADVERTENCIA: que no me entere que usas esto para aprovecharte de algunas
mujeres, como hacía «el estafador de Tinder».
Hace un tiempo, ya emparejado y feliz, me sentí culpable. Yo
salgo por ahí cuando quiero, tonteo con varias mujeres y cuando
me apetece me acuesto con otras chicas, aun teniendo pareja.
Ella, ni un 1 % de lo que he hecho yo.
Así que, entre algo de culpabilidad y honesta curiosidad, le
pregunté:
—Cariño, ¿no te mueve la curiosidad por probar otra energía,
otro tipo de cuerpo?
—No, la verdad.
—Pero, después de tanto tiempo, ¿no te atrae sentir algo
diferente, nuevo?
Su respuesta me dejó pensativo durante días:
—Si ya estoy con el mejor, ¿qué gano probando a otro?
Esto es clave: Obviamente no soy el mejor en casi ninguna
categoría que podamos comparar: ni soy guapo, ni rico, ni un
portento sexual, ni siquiera soy un «famoso» con millones de
seguidores.
Pero para ella sí soy «su hombre». Su elección, su inversión, su
decisión. Ahora ya nadie podrá engañarte con la teoría absurda
de la hipergamia in nita, que no encaja con lo que vemos en el
mundo real, porque hay cada cenutrio en pareja con chicas
estupendas...
Mentalidad para el éxito
Para los que te dirán que el sexo está sobrevalorado
Normalmente no follan o están con una chica que no les pone.
Imagina si está sobrevalorado que los tres pilares clásicos de una
buena vida son «salud, dinero y amor».
Que no te engañen: el amor, el sexo y las relaciones son muy
importantes. En todos los estudios sobre felicidad, a partir de
cierto nivel económico, lo que marca la diferencia son las
relaciones (Waldinger, 2015).
¿Se puede vivir sin pareja o sin sexo? Por supuesto. También se
puede vivir con mala salud o sufriendo por llegar a n de mes..,
pero eso no es lo deseable.
«Follar no lo es todo» es una frase tan inútil como «el dinero
no da la felicidad». La felicidad es algo muy complejo, que va
más allá de lo que pretendo en este libro. Pero lo que sí sabemos
todos es que la pobreza provoca infelicidad, que es imposible
vivir bien con mala salud y que se vive mucho mejor satisfecho
sexual y emocionalmente.
La falacia de una vida equilibrada
En un mundo ideal, repartirías el esfuerzo dedicado a la salud, al
trabajo y a tu vida social a partes iguales para tener una vida
equilibrada.
Pero el mundo real no funciona así:
¿En qué momento estás tú? ¿Te sobra el dinero? ¿Te bloquea no
tener buenas relaciones? ¿Has dedicado años a tu trabajo, pero
eso ha perjudicado tu vida social?
Cuando estás en época de exámenes, sería absurdo dedicar un
tercio de tus horas a ligar. Si después de esa época de exámenes
o de mucho trabajo has ganado peso, no pasa nada por
dedicarte al 90 % a tu físico.
Yo he conocido a gente que se pasa años enfocada solamente en
el trabajo: ni familia, ni amigos, ni mucho menos pareja. Y al cabo
de diez años tienen proyectos que funcionan solos y patrimonios
importantes con los que su economía está más que encaminada.
No lo veo mal.
Siempre hay tiempo para «compensar», y aunque este es un libro
para mejorar tus relaciones, te digo que si no es tu momento
para enfocarte en esto, está bien.
Para mí, una vida equilibrada, es más captar cuándo compensar
una u otra área vital. Nuestras motivaciones cambian, los
objetivos alcanzados generan nuevos objetivos o una ampliación
de miras.
Tal vez a los 25 años tengas ganas de esta, sexo y expansión.
Pero cuando una chica te enganche, tal vez te motivará más
emprender... y no serías el primero que, diez años después, se
separa y vuelve al «mercado del amor».
Todo esto te lo cuento para que te des permiso para salir a
conocer chicas tres o cuatro veces por semana si es tu momento.
O para que te olvides de mujeres si tu prioridad ahora es el
trabajo y no te deja tiempo para nada más. Y tal vez tú seas tan
disciplinado que puedas combinarlo todo a la vez; en tal caso, te
admiro. Eres una excepción.
Cuando las cosas vayan mal
Si haces lo que cuento en este libro, tendrás mucho más éxito
con las mujeres que ahora mismo.
Pero también pasarás por malos momentos:
Días en que las mujeres no responden.
Chicas que te hacen ghosting.
Una novia que te deja.
Varios meses sin sexo.
Es normal. Cuando te expones tienes buenos resultados y
fracasos. Estos últimos se dan mucho más al principio.
Yo recuerdo con cariño mis primeras épocas de aspirante a
seductor. Tal vez tenía que hablar con diez chicas para que una
me hiciera caso, y de cada cinco teléfonos que me daban, quizás
solo quedaba con una chica.
Años después, cuando yo ya salía con una chica (o varias a la
vez), me sorprendí de lo poco que tenía que hacer para ligar,
como si mi ratio de éxito se hubiera multiplicado por diez, o por
cincuenta...
Aun así, los malos momentos siempre vuelven:
Una follamiga se cansa, o se echa novio... y vuelve el miedo a no
ser su cientemente bueno. Una época en la que las mujeres
parecen todas estúpidas, que no responden bien. Aparece el
síndrome del impostor. ¿Y si mis éxitos anteriores eran pura
suerte?
Son momentos reales, vividos por mí en primera persona. Les
pasa a todos los que tratan de mejorar sus relaciones.
Lo mejor que puedo decirte es de una historia muy antigua.
Tanto en los buenos como en los malos tiempos, ten clara esta
máxima: «Esto también pasará».
No te hinches de ego cuando una belleza nórdica te abra sus
piernas su corazón, porque esto también pasará. Ni creas que
eres un fracasado cuando varias chicas seguidas te metan en la
friendzone. Esto también pasará.
Por cierto, para que pase mejor, aplica el siguiente mindset:
Mentalidad de aprendizaje
Según Carol Dweck, la mentalidad de crecimiento-aprendizaje
(growth en inglés) marca la diferencia entre los que triunfan y los
que se quedan por el camino.
¿Voy a decirte que si quieres puedes? NO. Hay casos en los que
es muy difícil conseguirlo, te pondré un ejemplo cruel: tienes
parálisis cerebral.
Coño, ni siquiera controlas tu cuerpo, ¿cómo vas a ligar así?
Vale, este chico sí que pudo...
https://x.com/alexroca91/status/1553097257465126913
Ojo, el ejemplo de Álex Roca no sirve. A ver, a él sí le sirve..., pero
de toda la gente con parálisis cerebral, tal vez solo un 1 % tiene
una vida como la de Álex y una novia guapa.
Pero la idea de Carol Dweck no es buscar la aguja en el pajar,
sino potenciar la idea del crecimiento dentro de las posibilidades
de una persona «normal».
Es normal hablar mal un idioma cuando no lo sabes.
Es normal tocar mal el piano cuando no te han enseñado.
Si no tienes experiencia con mujeres, es lógico que te salga mal.
Lo que quiero es que no te rindas antes de empezar el partido.
Muchos hombres salen un día motivados por un subidón de
testosterona, se van a un bar y se lo piensan tres horas antes de
hablar con la primera chica. Sale mal.
Tardan otra hora más antes de hablar con la segunda. Tampoco
funciona.
¿Conclusiones?
«No sirvo para esto».
«Soy demasiado feo».
«Las mujeres son super ciales».
«La seducción es una estafa».
No caigas en esto. Si eres capaz de caminar y vestirte por ti
mismo, si tu cara es normal..., puedes ligar.
Vas a tardar más o tardar menos, pero tu cerebro está preparado
para aprender a relacionarse socialmente. Solo tienes que darle
estímulos repetidos y constantes.
Crea una inteligencia arti cial seductora
Imagina que en nuestro cerebro tuviéramos una inteligencia
arti cial. Un ChatGPT preparado para seducir a las mujeres.
No funciona bien, porque le faltan datos.
Algunos hombres aprenden a seducir con muy pocos datos, su
intuición social aprende rápido. Otros, como yo, necesitan
decenas de interacciones para empezar a pillarlo.
Entrena a tu ChatGPT paso a paso:
Inicia conversaciones.
Crea interacciones divertidas e interesantes.
Conecta emocionalmente.
Conecta físicamente.
Sexualiza.
Por supuesto, cuando lleves cincuenta o cien interacciones, te
será más fácil conversar, pero tal vez a la hora de decirle a la
chica que te atrae, seguirás atragantándote por miedo... o lo
harás mal.
Más datos, más entrenamiento. Incluso (como me pasó a mí)
podrías tener suerte y llegar más lejos de lo que merece tu
habilidad.
Yo ligué muy rápido. Pocos días después de haber empezado a
leer sobre seducción basada en evidencia, conseguí mi primer
número y mis primeras citas.
Al poco tiempo, me dieron más números, y aunque esa primera
chica me metió en la friendzone de cabeza, interactuar con ella
me enseñó mucho.
A pesar de todo, como ya te he confesado, tardé años en ser
e ciente ligando. Y aún hoy, tengo épocas en las que dudo de si
todavía tengo el «toque».
Algunos de mis alumnos descubren al poco tiempo de exponerse
a hablar con mujeres que se les da bien hacerlo. Otros son como
yo, y necesitan practicar y practicar hasta que su ChatGPT
seductor tiene su cientes datos.
Una actitud muy útil, sobre todo cuando tienes poca experiencia,
es precisamente abrazar tu inexperiencia, exigirte entre poco y
nada, premiarte mucho por cada intento y disfrutar la
experiencia en sí misma.
Igual que al emprender un negocio o al aprender un idioma.
Sería ridículo que en la primera clase de chino mandarín o de
ruso pretendieras poder conversar con tu profesor, ¿verdad?
Es mucho mejor entretenerse y disfrutar incluso riéndose de uno
mismo y los errores que comete.
¿Por qué deberías tomarte tan en serio cada vez que hablas con
una chica? Si ya sabes que no eres ningún experto, y que incluso
a los expertos los rechazan, es más útil bajar tu nivel de
exigencia, saber divertirte con tus propios nervios, errores y
anécdotas.
No quiero que esto sea un adiós
Como te dije al principio del libro, esto es solo el primer paso
hacia tu nueva vida, y en el camino tal vez puedo ayudarte más.
Cada semana comparto de forma gratuita varios consejos
exclusivos, trucos y estrategias para la gente que está suscrita a
mi lista. Puedes acceder aquí:
carismaycon anza.com
Estoy activo sobre todo en YouTube. Mi canal es
https://www.youtube.com/@carismaycon anza. Nunca se sabe
con las redes sociales; si me han censurado el canal, tal vez
tengas que buscar «Héctor Latorre» o «Carisma y con anza» en
YouTube o Google.
Si te han entrado ganas de asistir a alguna formación conmigo,
puedes entrar a https://cursos.carismaycon anza.com/. Pero yo
te aconsejo que antes te suscribas a mi lista de correo, no
compres por impulso y asegúrate de que es tu momento.
Quiero agradecer a todo el mundo que colaboró en la
elaboración de este libro con sus ideas, aportaciones y
correcciones. No puedo mencionarlos a todos, pero ahora
mismo recuerdo a Tony, Luis, Álvaro, Martín, Laura, Álex, Marta y
Antonio.
Va, deja de leer y aplica ya la estrategia MEC.
Mecenas PREMIUM que hicieron posible este
libro
Álvaro Locutor, Bruno Talavera, Cristóbal18, Daniel, Daniel Pérez,
David, Francisco Lozano, Gabster, Jaby Miró, Mel de Romer,
Nicolás Palacios.
Bibliografía
Libros
Bravo, I. (2023). El libro de copywriting. Alienta.
Buss, D. M. (1994). The evolution of desire: Strategies of human
mating. New York, NY: Basic Books.
Cuddy, A. (n. d.). Presence: Bringing your boldest self to your biggest
challenges.
Daro, A. (2014). El arte de seducir sin palabras.
Dawkins, R. (n. d.). El gen egoísta.
Dweck, C. (2017). Mindset (Updated edition). Corsair.
Estupinyà, P. (2013). S=EX2 la ciencia del sexo. Debate.
Goggins, D. (n. d.). Can’t hurt me: Master your mind and defy the
odds.
Hooven, C. (2021). Testosterone: The story of the hormone that
dominates and divides us.
La Ruina, R. (2013). The natural.
Luna, M. (2007). Sex code.
Luna, M. (2011). ApocalipSex: Los 10 mandamientos de la seducción.
Espasa.
Malo, L. (2025). https://mongemalo.com
Miller, G. (n. d.). The mating mind: How sexual choice shaped the
evolution of human nature.
Navarro, J. (2008). What everybody is saying: An ex-FBI agent’s guide
to speed-reading people. HarperCollins.
Navarro, P. (2018). Dirige tu vida: Descubre las habilidades sociales
y emocionales que te conducirán al éxito personal. Planeta.
Ryan, C., & Jetha, C. (n. d.). Sex at dawn: How we mate, why we stray,
and what it means for modern relationships.
Strauss, N. (2005). The game: Penetrating the secret society of pickup
artists. New York, NY: HarperCollins.
Van Edwards, V. (2018). Captivate: The science of succeeding with
people.
Estudios y artículos
Buss, D. M. (1989). Sex di erences in human mate preferences:
Evolutionary hypotheses tested in 37 cultures. Behavioral and
Brain Sciences, 12(1), 1-14.
Carney, D. R., Cuddy, A. J., & Yap, A. J. (2010). Power posing: Brief
nonverbal displays a ect neuroendocrine levels and risk
tolerance. Psychological Science, 21(10), 1363-1368.
https://doi.org/10.1177/0956797610383437
Crawford, M., & Popp, D. (2010). Sexual double standards: A
review and methodological critique of two decades of research.
Sex Roles, 63(1), 13-26. https://doi.org/10.1007/s11199-009-
9708-6
Date Psychology. (n.d.). What female beauty enhancement
strategies do men nd most attractive? Retrieved February 3,
2025, from https://datepsychology.com/what-female-beauty-
enhancement-strategies-do-men- nd-most-attractive
FELGTBI. (2023). I informe estado socioeconómico [PDF].
https://felgtbi.org/wp-content/uploads/2023/11/I-Informe-
Estado-socioeconomico_felgtbi.pdf
Instituto Nacional de Estadística, datos de fallecimientos de
mujeres (2023). https://www.ine.es/jaxi/Datos.htm?tpx=72027
Ministerio del Interior. (2023). Informe VdG23 [PDF].
https://www.interior.gob.es/opencms/pdf/archivos-y-
documentacion/documentacion-y-publicaciones/publicaciones-
descargables/seguridad-
ciudadana/Informe_VdG23_126241122_pdfWEB.pdf
Sel, A., Calvo-Merino, B., Tuettenberg, S., & Forster, B. (2015).
When you smile, the world smiles at you: ERP evidence for self-
expression e ects on face processing. Social Cognitive and
A ective Neuroscience, 10(10), 1316-1322.
https://doi.org/10.1093/scan/nsv009
Shreesta, A., Dempsey, M., & King. (2022, noviembre). What does
she see in him? Hybristophiles and spree killers. Journal of
Police and Criminal Psychology.
https://www.researchgate.net/publication/365152300_What_Do
es_She_See_in_Him_Hybristophiles_and_Spree_Killers
Todd, P. M., Penke, L., Fasolo, B., & Lenton, A. P. (2007). Di erent
cognitive processes underlie human mate choices and mate
preferences. Proceedings of the National Academy of Sciences,
104(38), 15011-15016.
https://doi.org/10.1073/pnas.0705290104
Waldinger, R. J. (2015, 18 de junio). What makes a good life?
Lessons from the longest study on happiness. Harvard Gazette.
https://news.harvard.edu/gazette/story/2015/06/what-makes-a-
good-life/
Zimbardo, P. G. (1973). The Stanford Prison Experiment: A
simulation study of the psychology of imprisonment
[Manuscrito no publicado]. Stanford University.
https://exhibits.stanford.edu/spe
Tesis doctoral
García Leal, A. (2006). Sesgos ideológicos en las teorías sobre la
evolución del sexo [Tesis doctoral, Universitat Autònoma de
Barcelona].
https://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/5168/agl1de1.pdf
1 El debate entre «todo es cultural» y «todo es biología». Casi nadie de ende
formalmente posturas maximalistas, pero en las argumentaciones de unos y
otros se pone el acento en su factor preferido, muchas veces por motivos más
ideológicos que cientí cos.
2 Crawford y Popp publicaron una revisión de estudios en diferentes épocas con
esta conclusión, en 2010.
3 Coinciden los estudios a nivel mundial con los estudios en España realizados
por FELGTBI (2023). Aproximadamente, un 91 % de la población es
heterosexual.
4 Luis Monge Malo: el mejor experto en ventas del mundo hispano. Su modelo de
negocio escalable hasta el in nito y su inteligente adaptación de negocios
unipersonales de Estados Unidos le hicieron millonario en pocos años.
https://mongemalo.com
5 Deconstruir quiere decir «destruir y volver a construir».
6 Datos del Ministerio del Interior, 2024.
7 Curso centrado en superar el miedo al rechazo y atreverse a interactuar con
mujeres en cualquier situación de forma seductora. Lo puedes encontrar en
cursos.carismaycon anza.com.
8 ¿Qué es un SIMP?
Proviene del argot de internet americano. Simp, originalmente, es una
abreviación de simpleton; en español, simplón, tontito.
Aplicado a las relaciones hombre-mujer, un simp es, adaptando la de nición de la
Wikipedia: «Alguien que exhibe una simpatía, atención y sumisión exageradas
hacia una mujer que claramente no le corresponde».
Ampliado, sería el «chico bueno» necesitado de aprobación femenina.
9 Zimbardo, P. G. (1973). The Stanford Prison Experiment: A simulation study of the
psychology of imprisonment [Manuscrito no publicado]. Stanford University.
https://exhibits.stanford.edu/spe
10 MEC: Mueve El Culo