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La Criminalidad Femenina

El documento describe la situación de las mujeres privadas de libertad en las cárceles de Colombia. Señala que la mayoría provienen de entornos vulnerables, son cabezas de hogar de bajos recursos y sin educación superior. Muchas están encarceladas por delitos menores relacionados con drogas, y su detención tiene un fuerte impacto en sus familias y hijos. El sistema carcelario colombiano enfrenta problemas como hacinamiento y falta de personal y recursos para atender adecuadamente a la población femenina privada de libertad.
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La Criminalidad Femenina

El documento describe la situación de las mujeres privadas de libertad en las cárceles de Colombia. Señala que la mayoría provienen de entornos vulnerables, son cabezas de hogar de bajos recursos y sin educación superior. Muchas están encarceladas por delitos menores relacionados con drogas, y su detención tiene un fuerte impacto en sus familias y hijos. El sistema carcelario colombiano enfrenta problemas como hacinamiento y falta de personal y recursos para atender adecuadamente a la población femenina privada de libertad.
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La criminalidad

femenina
• ESTEFANNY
MARQUEZ
• KAROLL
MARTINEZ
• VALENTINA
MEDRANO
Origen de la criminalidad
femenina
• La delincuencia femenina comenzó
a estudiarse específicamente a
finales de los años sesenta (60) del
siglo pasado, momento en el que,
con el movimiento de liberación, se
empezó a percibir socialmente el
aumento considerable de la misma,
sin estudio previo alguno ni mucho
menos alguna solución a esta
problemática.
Antecedentes
• César Lombroso, quien, en 1893, en su obra Donna
delinquente, señala una metodología que sistematizaba
los indicios de lo que serían algunas posibles respuestas
de las incógnitas sobre el porqué de la comisión de los
delitos. Asimismo, Lombroso afirma que la mujer es
generalmente inferior en estatura, volumen de las
vísceras, distribución de la grasa, volumen del cráneo,
peso de la mandíbula, pesos del cerebro, entre otros
rasgos físicos con respecto a la mujer, así como también
comenta que la fémina es instintivamente mentirosa,
sugestionable, infantil e irritable que el hombre.
La criminalidad femenina en la
actualidad
• la informal, consistente en todas las creencias en torno a
los roles de género, los comportamientos ideales de las
mismas, por ejemplo, las "buenas madres" o las "buenas
esposas", los cuales significan sacrificio o abnegación.
• A su vez al romperse los controles informales surgen los
formales, que tienen que ver con las conductas señaladas
por el estado como de carácter antisocial, algo "que no
pasa con los hombres", pues sobre ellos solo pesan "los
formales".  
La criminalidad femenina en
Colombia
factores de riesgo y motivación criminal

• En Colombia, al igual que a nivel mundial, en los últimos años


se ha identificado un aumento de la participación de la mujer
en comportamientos criminales. En tal sentido, el grupo de
investigación OBSER DIJIN conformó un equipo
interdisciplinar que aportó elementos de juicio basados en
evidencia, a partir de la aplicación de técnicas de
investigación, cuyo principal resultado fue una aproximación a
la dimensión y características del fenómeno, que aportó
elementos para la formulación de una política criminal en
Colombia.
• El estudio tuvo:
• herramientas cuantitativas y cualitativas para la recolección de información y
posterior análisis.
• Se utilizaron las bases de datos de la Policía Nacional sobre mujeres
capturadas en Colombia, y los datos de mujeres condenadas y recluidas en
los centros penitenciarios y carcelarios, suministrados por el INPEC. Para
indagar en algunas variables de interés, como las características
sociodemográficas o las motivaciones delictuales, entre otras se tomo una
muestra representativa.
• A la mencionada muestra se le aplicó un cuestionario, estructurado con tres
categorías: caracterización sociodemográfica, del delito y las motivaciones
para cometerlo.
• Se hicieron grupos de discusión con categorías de análisis determinadas,
como los entornos familiares, las carreras delictivas, el análisis costo-
beneficio para decidir cometer un delito, la posibilidad de reincidencia y la
percepción de las mujeres que participaron sobre los entornos de privación
de la libertad.
• se diseñaron y aplicaron entrevistas, ahondando en el discurso de las mujeres
que incurren en diversas actividades delictivas, para conocer factores
asociados a su decisión y las motivaciones personales que incidieron.
Sistema carcelario y genero.
• en Colombia hay 8 penales femeninos, y dentro del sistema
penitenciario había, a octubre, 8.869 mujeres detenidas, a pesar de
que solo existen 6.391 cupos a nivel nacional para ellas, lo que
representan un hacinamiento del 38,77 %. falta de personal
administrativo y de vigilancia, e infraestructuras deficientes, así como
falta de espacios laborales para poder ocupar, son algunas de las
mayores dificultades que rodean a las cárceles de mujeres en el país.
Los niveles de hacinamiento más altos están en las cárceles de la
regional norte, que comprende los departamentos de Atlántico,
Bolívar, Córdoba, Sucre, Magdalena, Cesar, Guajira y San Andrés y
Providencias, con un hacinamiento del 105 %; y en la regional
central, en donde están los penales de Boyacá, Cundinamarca, Huila,
Meta, Tolima, Caquetá, Casanare y Amazonas, con una
sobrepoblación del 74 %.
• a pesar de que la ley establece que el tiempo máximo que
una persona puede estar detenida preventivamente
(mientras definen si es culpable o inocente) es de un año,
para la mayoría de los delitos; o de dos para casos más
graves, de corrupción, o cuando hay más de tres acusados
hay 5.702 mujeres en las cárceles cumpliendo su condena,
mientras que 3.098 esperan su sentencia.

.
• Frente a la situación, desde el Ministerio de Justicia indicaron que
algunas de las problemáticas que afectan a las cárceles de
mujeres, afectan así mismo a los penales masculinos, “en la
medida que obedecen a fallas estructurales del Sistema
Penitenciario y Carcelario en su conjunto”, comentaron. Es por
esto que la Corte Constitucional declaró el estado de cosas
inconstitucional del Sistema Penitenciario y Carcelario en la
Sentencia T – 762 de 2015.
ya está en marcha el Plan de Humanización y Transformación
del Sistema Carcelario el cual contempla acciones de
intervención integral para el periodo 2019-2022.

Por ejemplo, el Ministerio planea entregar entre 2019 y 2020


1.712 nuevos cupos carcelarios para todo el sistema (tanto
hombres como mujeres). Y en total, entre este año y el siguiente
la cartera tiene en planes 23.110 cupos entre aquellos que van a
entregar, contratar y diseñar en ese periodo.
• La Corte Constitucional dijo en 2018 que las mujeres recluidas en cárceles
deben ser protegidas de violencia física, psicológica o sexual, de la
explotación y la discriminación; también se les debe garantizar atención a las
necesidades básicas que por ser mujeres están expuestas a tener; y deben
contar con una protección reforzada durante el embarazo, la lactancia y la
custodia de los niños.

Frente a eso, la cartera de Justicia informó que para garantizar adecuadas


condiciones para mujeres embarazadas y menores de edad lactantes hay
convenios con el Icbf. Por ejemplo, para este año la Unidad de Servicios
Penitenciario y Carcelarios (Uspec), encargada de administrar las cárceles,
asignó $742 millones para realizar adecuaciones locativas a las ocho
unidades de servicio de atención a la primera infancia dentro de las
cárceles, estas unidades son alternas, y no están dentro de los pabellones.
• Según explicaron desde el Ministerio, estas ocho unidades son espacios tipo
jardín a cargo del Icbf con atención permanente en salud y alimentación. En
2018 se atendieron 479 usuarios de los cuales 258 son mujeres gestantes y
221 niños y niñas.
• el Ministerio de Justicia también trabaja en lineamientos para tener una
política pública para la atención y la prevención de la reincidencia con
enfoque de género centrado en las necesidades de las mujeres privadas de la
libertad.
• En el caso de los penales femeninos, en las 8 cárceles de mujeres existentes
hay 535 funcionarios, de los cuales 104 son personal administrativo y 431
del cuerpo de custodia y vigilancia.

Pero, de acuerdo a un estudio técnico, dijo el Ministerio de Justicia, los


establecimientos femeninos deben contar con 1.489 funcionarios, de los
cuales 1.062 deberán ser del cuerpo de custodia y vigilancia
• Es decir, hay un déficit de casi 36 % en el total de funcionarios; cifra que es
del 40,5 % si se analiza solo la cantidad de personas que debería estar
vigilando a las reclusas.

Frente al déficit general de personal en todo el sistema penitenciario, la


semana pasa la ministra de Justicia, Margarita Cabello, indicó que se
aumentará el personal del Inpec. Habrá 2.300 guardianes del Inpec más y un
aumento de 500 funcionarios administrativos
Hay una necesidad urgente de implementar un enfoque diferenciado de
género
Personas cabeza de hogar, de bajos recursos, sin estudios superiores, y
víctimas de algún tipo de violencia: es el perfil de las mujeres privadas de
libertad en las cárceles colombianas. La mayor parte no han cometido
delitos violentos y son infractoras por primera vez, según los reportes
judiciales existentes.
El número de mujeres privadas de la libertad en centros penitenciarios del
Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) pasó de 1.500 en
1991 a 7.944 en junio de 2018. Este acelerado incremento del 429%,
contrasta con el aumento del 300% en el número de hombres en el mismo
período.
De hecho, el 53.4% de ellas narra haber cometido el delito por razones
relacionadas con su vulnerabilidad económica. El 45,2% fue detenida por
delitos relacionados con la fabricación, tráfico o porte de pequeñas
cantidades de estupefacientes, siendo usualmente, los eslabones débiles y
fácilmente sustituibles de la cadena delictiva.
Por ello su detención en centros de reclusión no afecta significativamente a las
organizaciones y redes criminales, y en cambio sí tiene impacto en su núcleo
familiar: al momento de su encarcelamiento el 85% eran madres, y el 54%
de ellas vivían con sus hijos menores de 18 años, de los cuales eran las
principales cuidadoras y fuente de ingresos económicos para su manutención.
Con su detención, se rompe el núcleo familiar. Esto deja a los hijos expuestos al
trauma de la separación, el estigma, y las presiones sociales y económicas que, a
su vez, pueden llevarlos a vincularse con grupos delincuenciales, reproduciendo
un ciclo de violencia permanente.
Preocupado por esta situación, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR)
ha realizado una investigación junto a la Pontificia Universidad Javeriana, y el
Centro de Investigación y Docencia Económicas de México (CIDE) . El
resultado es el informe 
Mujeres y prisión en Colombia: Desafíos para la política criminal desde un enf
oque de género
, realizado a partir de más de 1.100 encuestas a hombres y mujeres privados de
libertad en siete centros penitenciarios del país.
La investigación cuestiona si la prisión debe ser la principal respuesta frente
a las mujeres que no representan un riesgo alto para la seguridad ciudadana
• Hay un persistente debate sobre la conveniencia de que las madres prisioneras
conserven cerca sus hijos más pequeños. Ésta discusión suele ser ociosa."
Muchas de estas madres, en nuestro medio, no tienen alternativa: o con ellas o en
el más completo abandono”. Como se señaló anteriormente, sólo el 14.5% de los
establecimientos donde se encuentran recluidas mujeres –más del 50% de ellas
madres y mujeres cabeza de familia-, cuentan con guardería para los menores de
tres años de edad. Asimismo, el número más alto de hijos de mujeres privadas de
libertad tiene edades entre los 4 y los 10 años. “Es importante señalar que el
grupo de edad que tiene mayor representación es aquel en edad escolar, etapa de
desarrollo donde comienzan a gestarse las conductas antisociales, conductas que
tienen relación con la percepción que se tenga del vínculo afectivo que se
mantiene con la madre Además es una etapa de desarrollo donde la concepción
de moralidad, de los valores y normas sociales es crítica para su asimilación”.
Estos niños, y todos los hijos e hijas de las internas, independientemente de su
edad, suelen quedar al cuidado de parientes o son llevados a instituciones cuando
su madre ingresa a la prisión, y “sufren la misma condena, ya sea adentro o fuera
de la institución. Las familias entran en conflictos que se derivan del
encarcelamiento de la madre; el rechazo social debilita los lazos familiares e
incrementa las posibilidades de que los niños no tengan un desarrollo sano e
integral.
La criminalidad en el atlántico
En los 5 meses del año han sido capturadas 352 mujeres en Barranquilla y el área
metropolitana, 8 más que en el 2013 para el mismo período. Titulares de prensa como
estos dan cuenta del incremento de la participación del género femenino en la
delincuencia, como lo revela un informe de la Policía Metropolitana de Barranquilla
que muestra que en 2013 fueron capturadas 344 mujeres en los primeros cinco meses
del año, mientras que para el mismo período de 2014 fueron detenidas 352.
La Segunda Brigada del Ejército que tiene injerencia en los departamentos de Atlántico,
Bolívar, Cesar y Magdalena reportó la captura de 5 mujeres  en Barranquilla, una en
Soledad y otra en Baranoa, únicamente en 2016.
En tanto que la Policía del Atlántico reporta la captura de 19 mujeres en lo que va del
año.
Delitos como la extorsión, asaltos a entidades bancarias, secuestro y tráfico de drogas,
que hasta hace poco estuvieron asociados solo con hombres, por la violencia que se
requiere para su ejecución, son ahora más frecuentes en la delincuencia femenina.

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