El Maestro -
Curandero en el
Perú: Historia,
Medicina y Magia
Mg. Ruli salazar Hinostroza
Willac Umu
Puesto más elevado del sacerdocio Inkaico era el Willac Umu (Willka=sagrado
y Umu=adivino, hechicero), es decir adivino/hechicero sagrado
Nombrado directamente por el Inka entre los miembros de su familia.
El Sacerdote era la mayor autoridad en las actividades religiosas.
Llevaba una vida santa: su dieta frugal y hacia abstención completa del
consumo de carne, de bebidas alcohólicas y de la vida sexual, viviendo la
mayor parte del año en reclusión casi absoluta.
Presidía las grandes festividades religiosas
Los Tarpuntaes eran nombrados por el Willac Umu, quienes no solo ocupaban
importantes puestos religiosos en la capital del Cuzco, para ejercer su poder y
autoridad en todos los centros poblados de importancia (había 10 distritos
principales en el Tawantinsuyu: los 4 rincones y reinos del mundo) y en cada
una de ellas era encabezada por un sacerdote-curandero.
Personas que trabajaban con la política, la salud, la religión y los astros:
Los Ccamascas (curandero) y los Sonccocoyoc (inspirados, los que curan con el
corazón). Estos adquirían sus conocimientos mediante secretos y métodos sobrenaturales
impartidos por miembros de la misma familia, practicando sus artes curativas con la gente
común. Eran hombre o mujeres que nunca intentaban curar sin hacer ofrecimientos y
sacrificios a los dioses, ejerciendo así un típico acto de medicina mágica.
Los Allcos, eran considerados como sacerdotes. En presencia de un paciente,
consultaban a uno de los dioses menores, una deidad particular, muchas veces el dios
personal o Conopa del enfermo. Llamaban al dios o al espíritu haciendo ruido con redes
llenas de cascabeles o con grandes campanas de cobre. Y cuando, después de estos
ruidos mágicos consideraban que el dios había llegado a la escena le hacían preguntas y
recibían en lengua críptica (en clave) las respuestas sobre la salud del enfermo.
Personas que trabajaban con la política, la salud, la religión y los astros:
Mosccoc (soñadores), estos adivinaban a través de la
interpretación de los sueños.
Los Ayatupuc, se encargaban de hablar directamente con los
muertos.
Los Hechecoc, adivinaban la enfermedad después de ingerir
cantidades diversas de tabaco y coca.
Los Caviacoc, recurrían simplemente a la ingestión de bebidas
alcohólicas para entrar en trance que les permitía diagnosticar la
enfermedad.
Los Hachus, hacían diversos pases mágicos con granos de
maíz y con excrementos de animales.
Personas que trabajaban con la política, la salud, la religión y los astros:
Los Virapiricos, obtenían información mágica
mediante el estudio del humo producido por la
incineración de grasa de llama.
Los Calparicuc, adivinaban la suerte de la
Calpa (Caypa, en los andes se conoce esta
actividad como jubeo o kuyhuachay y es
realizada solo por mujeres), es pasar por el
cuerpo del paciente el cuy (conejillo de Indias,
cobaya) y luego mirar las entrañas del
referido animalito para de esa manera conocer
el tipo de enfermedad del paciente.
Personas que trabajaban con la política, la salud, la religión y los astros:
Los Ichuris, utilizaba un manojo de Ichu para llevar a cabo sus tareas. Se les consideraba personas santas,
muy esenciales para el bienestar de los individuos y del grupo comunitario. Eran los únicos que podían perdonar
los pecados.
La enfermedad era interpretada como un castigo o una venganza de los dioses, la salud se asociaba
directamente con un estado de gracia obtenido mediante la confesión ante el Ichuri.
La persona enferma acompañaba al Ichuri hacia un lugar secreto y aislado, ahí le contaba todos sus crímenes,
vicios y travesuras.
Realizada la confesión, el Ichuri se aseguraba de que ningún pecado ni ofensa quedasen ocultos en este acto
confesional.
Después realizaba unos cuantos pases mágicos sobre la persona con un manojo de ichu, la grama sagrada.
Después de ello lo lanzaban hacia la corriente de un río para que flotase aguas abajo.
Con el ichu se iban todos los pecados y sus efectos adversos.
1.‐ Curanderos mayores
2.‐ Curanderos menores
3.‐ Parteras
4.‐ Curiosos
Jerarquías del
mundo curanderil 5.‐ Hueseros
6.‐ Seguidores y rastreadores
7.‐ Herbolarios
8.‐ Participantes en la mesa
1.‐ Curanderos mayores
Son los Maestros, magos, brujos, cirujanos (aquí
se incluyen a los maleros, es decir a los Layqa,
que son los practicantes de la magia negra,
cuyos poderes vienen de un pacto con el
demonio, fuerzas negativas o con el rayo). Pero
su sabiduría jamás supera a la de los Maestros-
Curanderos.
Todos ellos guardan sus secretos, sus poderes
aprendidos a lo largo de los años desde que
comenzaron como asistentes de sus Maestros.
2.‐ Curanderos menores
Son los herbolarios (aquellos que recogen y venden plantas
medicinales) y cayperos. La Caypa, es una forma muy antigua de curar
y adivinar desde el tiempo de los Inkas hasta el día de hoy. En
situaciones con un paciente el curandero durante la noche, pasaba el cuy
tres veces sobre el cuerpo del enfermo, el sexo del animalito deberá de
coincidir con la del paciente, así como la edad y las horas en que se
realiza para que el enfermo y su familia se atengan a lo que el curandero
recomienda. Empezaba por la cabeza y terminaba en los pies. Se daba
preferencia en esta limpieza al lado izquierdo del cuerpo y luego al lado
derecho.
Si el cuy muere durante la frotación, es un mal presagio. Al concluir el cuy es arrojado al río y si trata de salir es
una buena señal, si se deja llevar por la corriente, significa que el paciente morirá. En otros casos el curandero, con
su pulgar de la mano derecha rasga la piel del animal aún vivo, luego diagnosticara las entrañas, de la cabeza hacia
bajo del animal. El curandero se pondrá un trozo de tabaco negro durante el proceso en la boca y lo mascará para
evitar que la enfermedad entre a su cuerpo. En la Caypa se puede leer no solo problemas orgánicos sino ofrece
información sobre problemática personal, forma de vida, sexualidad y carácter.
3.‐ Parteras Llamas comadronas, son las que asisten a dar alumbramiento, salud femenina,
fertilidad y abortos. Los partos se llevan a cabo dentro de las viviendas con la
asistencia de las parteras de la comunidad y la presencia del marido de la
parturienta. La parturienta se arrodillará, sosteniéndose de un lienzo, el esposo se
colocará detrás de ella abrazándola por la cintura, mientras la partera lo hace
frente a ella en espera del nacimiento. Si la parturienta muere, la partera asumirá
la crianza del niño, pasando a su custodia como un hijo más.
Para facilitar el parto, la mujer ingiere un brebaje llamado” gloriado”, bebida
alcohólica a base de cañazo y plantas medicinales, algunas parteras aplicaran
emplastos bajo el vientre para ayudar a la expulsión. Después del parto se le
administrará a la parturienta una bebida compuesta de salve real, yerba dulce y
otras plantas, endulzándolo con miel de palo para volver el útero a su forma. Al
nacer el bebé se le administrará miel de palo con aceite para que arroje la sangre
que pudiera haber tragado durante el parto, luego se le bañará. En las zonas altas
el baño es frío, en las bajas es con agua tibia. El corte del cordón umbilical se
hará con un carrizo quemado pues las tijeras son frías y podrían producir
enfermedad, tanto en la madre como en el niño. El cordón será cortado, anudado
y quemado con el calor de la llama de la lámpara. Esta es una forma de control de
tétano y la placenta será enterrada dentro de la vivienda.
4.‐ Curiosos
Curan con plantas a nivel doméstico,
rezan a los niños, para el mal de ojo y
otras enfermedades simples.
5.‐ Hueseros
Restituyen huesos luxados, caídas,
fracturas, etc.
6.‐ Seguidores y rastreadores
Aprendices en leer naipes, maíz, caracoles,
hojas de coca y monedas.
7.‐ Herbolarios
No realizan mesas o ceremonias ritualísticas.
Colectan, siembran y cultivan diferentes plantas
medicinales. Administran tratamientos y
eventualmente proveen de especies a los Maestros‐
Curanderos.
8.‐ Participantes en la mesa
La participación del grupo (sobre todo
familiares y amigos del mismo lugar) es
importante para el apoyo en el diagnóstico y
la curación.
Es necesario señalar que algunos niveles superiores abarcan ciertos niveles inferiores,
como por ejemplo que algunos Maestros-Curanderos tienen conocimiento sobre plantas y
son rastreadores a la vez. Esto indudablemente es una aproximación sobre cómo este
compuesto jerárquicamente los diferentes trabajos, acciones y poderes de los
Curanderos.
Formación e Iniciación
El “don” de curar como designio divino.
A los futuros curanderos se les va reconociendo desde la niñez, pues a esa edad temprana empiezan a
mostrar ciertas dotes de clarividencia y predicciones.
L. Camino detalla una descripción del curandero Rosario Neyra, cuenta que un día su menor hijo le sugirió
matar el toro negro para comerlo, a lo que el Maestro contesto que no había razón para hacerlo, porque no
era día de fiesta. El niño replicó: “para que quieres más trabajo, si se va a caer a un precipicio y luego
tendremos que sacarlo”, cosa que efectivamente ocurrió al cabo de unos días. Esto le indico al Maestro
Neyra, cuál de sus hijos le sucedería más tarde como Curandero.
Maestro-Curandero Leopoldo Vilela (L. Camino), hombre de unos 80 años, contó que siendo pequeño se
dormía en el campo abrazado a piedras de cuarzo, lo que le permitía conocer ciudades lejanas y ver las
instalaciones eléctricas (nunca antes de los 20 años había conocido de la existencia de esto). Al contarle
esto a su abuela, la familia lo reconocía como un futuro Curandero.
Formación e Iniciación
En el caso de los “ayudantes” del Curandero, la capacidad para convertirse en
Maestro-Curandero depende de la facilidad que demuestren su fuerza y control
durante las mesas y ceremonias, para de esta manera ver y reconocer las
enfermedades y una habilidad empleada para sortear lo demoníaco y peligros durante
la sesión.
El aprendiz del Curandero se va adiestrando en las prácticas, conociendo los secretos
de las plantas y viendo a los espíritus de los cerros y lagunas para establecer vínculos
con ellos (pactos y alianzas), que luego le permitirán realizar los acuerdos que le darán
fuerza y poder.
Para la gran mayoría de los Curanderos, cuentan que han recibido el conocimiento de
sus abuelos, tíos maternos, como una forma, -en este caso- de sucesión en los Andes.
Pero también puede darse los casos de sucesión de un curandero y una persona ajena
que no es familia, pero que se ha destacado desde niño y al crecer busca la
vinculación de un curandero mayor.
Formación e Iniciación
La iniciación de un Curandero, este se inicia con técnicas precisas y severas, las cuales se componen totalmente utilizando su
propio cuerpo (microcosmo) como receptor del macrocosmo y de las fuerzas que lo animan y a la vez inductor de una
autoexploración de sus bloqueos personales ligados a su historia, sus herencias familiares, culturales, colectivas; en suma, de
su microcosmos del cual trae consigo.
La enseñanza del Maestro-Curandero, no se hace a través de las palabras, de la retórica, de cursos de 15 días o de meses.
El Curandero habla poco y solo controla las experiencias para evitar al” aprendiz” perderse en los laberintos de su
inconsciente o del tiempo-espacio mítico en el cual recién se adentra el alumno.
La enseñanza es un autodescubrimiento conseguido mediante técnicas, cuya finalidad es provocar: modificaciones de
estados mentales que dan al discípulo la capacidad de percibir directamente, sin intermediario, los aspectos de la realidad que
generalmente escapan a su conciencia ordinaria cotidiana y “normal”, especialmente cuando se trata de personas que viven
en la ciudad y han perdido los vínculos con la naturaleza.
Con estas técnicas, el discípulo va desarrollando las percepciones de los sentidos habituales para permitir ver, escuchar, oler,
tocar y saborear más allá de la realidad fenomenal (el mundo de las apariencias o maya de la filosofía hindú) y descubrir tras
de ella los otros aspectos de la realidad invisible, ocultos, solamente en la medida en que hemos apagado las funciones del
cerebro del lado derecho (el de la intuición, de las artes, de la capacidad mediumnica, adivinatoria, etc.
Formación e Iniciación
En la universidad se nos enseña que lo mental tiene que ver con el cerebro o el sistema nervioso y en base a
ello han estructurado especialidades como la psiquiatría, la psicología, la psicofarmacología, etc. Pero lo que
llama la atención es que un verdadero Maestro-Curandero nunca se refiere a esta dualidad del” cuerpo y
mente”, sino que evoca únicamente el cuerpo, como receptáculo a la vez de la materialidad, como de la
psique. Agrega además una tercera dimensión, la del espíritu que trasciende a ambas, constituyendo la
esencia del ser humano y si bien está vinculado al soma, es decir que está encarnado, preexiste de este y no
depende definitivamente de él. En otras palabras, el enfoque pragmático del Maestro-Curandero, considera
que el cuerpo es mental localizado, que el pensamiento, los afectos, las emociones están ubicados dentro del
espacio-tiempo en la materialidad del cuerpo. Mas bien el espíritu es inmaterial, trascendental y por lo tanto
sigue permaneciendo cuando desaparecen cuerpo y mente.
Aquí es importante distinguir entre espíritu y mente. El espíritu no se deja perturbar o afectar por las
emociones, los sentimientos, no tienen localización en el espacio-tiempo de Euclides, más bien pertenecen al
tiempo-espacio mítico caracterizado por su infinidad, su eternidad, en otro término sería atemporal, carente de
la noción de horizonte y perennidad.
Formación e Iniciación
La Iniciación de un Curandero, empieza trabajando sobre su propio cuerpo, mediante técnicas empíricas,
cuyo núcleo –entre otros- es el empleo de sustancias psicotrópicas.
La más prominente es el Ayahuasca (la enredadera de las almas) o Banisteriopsis caapi, liana que se prepara
de una mezcla con otras dos plantas conocidas hasta conseguir el brebaje (para el caso de los curanderos de
la selva), que se toma en rituales nocturnos. Esta preparación se llama comúnmente purga, porque produce
una desintoxicación controlada permitiendo limpiar el cuerpo-mente.
La toma de la ayahuasca para fines curativos o Iniciáticos supone una serie de reglas muy estrictas:
➢ período de aislamiento
➢ ayunos, dietas (no grasa, carne, azúcar, ají, cebolla, ajos, etc.)
➢ evitar el sol, la lluvia, el contacto con el fuego
➢ Abstinencia sexual
➢ evitar olores fuertes
➢ dieta sin sal
Formación e Iniciación
El conocimiento de sí mismo es ante todo un conocimiento de
su propio cuerpo material y espiritual este último de acuerdo
a las tradiciones milenarias también es llamado cuerpo: vital,
astral, energético, etc. Entonces el reintegramiento de la
continuidad con el macrocosmos permite comunicarse con
las energías, fuerzas, espíritus, genios, que animan la
naturaleza, las plantas, los animales y el mundo inanimado.
Por lo tanto, es el espíritu de las plantas “madre”, que
enseñan directamente al Iniciado, introduciéndolo en un
estado de compenetración afectiva en el cual el “lenguaje” de
la naturaleza se vuelve de nuevo comprensible.
El Trance: Axis Mundi
En nuestra forma de percepción occidental, de nuestra cosmovisión
dialéctica, se conciben dos realidades distintas:
➢ mundo objetivo y material y
➢ mundo subjetivo y emocional
Pero para la cosmovisión de los indígenas estas dos dimensiones
son sólo una misma realidad que ellos pasan a voluntad la frontera
invisible entre ambos mundos. La concepción de un Axis Mundi,
también llamada escalera, puente, montaña, árbol del mundo, arco
iris, etc. que comunica el mundo de los espíritus y el de los humanos
es algo que los Maestros-Curanderos, Gurús, saben pasarlo. Pero
pasar hacia esa otra esfera se necesita tener ligereza o rapidez, es la
fórmula simbólica de la inteligencia, cordura, la trascendencia o en
todo caso de la Iniciación.
El Trance: Axis Mundi
El Maestro-Curandero viaja activamente hacia los espíritus o entidades que
habitan en otra esfera (inconsciente), proyectándolos sobre el mundo
externo, para tratar de coordinarlos de acuerdo a su propio interés. No se
deja vehiculizar por ellos, aunque en algunas ocasiones se haga difícil la
trayectoria.
Durante los estados de descarga emotiva ligada a la exteriorización de
recuerdos traumatizantes y reprimidos, el Maestro-Curandero, es el único
capaz de controlar las entidades invisibles causantes de estas enfermedades
o de desarreglos, también puede lanzar a sus espíritus aliados contra el
enemigo, provocándoles daños. Explicado desde el punto de vista
psicológico, se diría que, el Maestro-Curandero accede a su inconsciente con
una facilidad, dominio y control de sus propias pulsiones profundas,
emocionales y arquetípicas de las que carecen la inmensa mayoría de los
humanos; y desde esa parte oscura de nuestra mente reordena la realidad
simbólica, emocional y factual en interés propio y de su comunidad.
El Trance: Axis Mundi
Los curanderos conciben que todo elemento de la realidad material
e inmaterial está relacionado y es interdependiente: personas,
animales, vegetales, piedras, montañas, elementos
meteorológicos, espíritus, etc. En suma, en este sistema visible e
invisible a la vez complejo y abierto, es lo que complementa y da
sentido a los aspectos fenomenológicos del mundo cotidiano. Ellos
mismos afirman que no hay otros mundos, sino que todos los
mundos están en este, pero hay que saberlos ver.
Bajo el estado de trance o éxtasis, este es definido como un estado
psicológico que se caracteriza por un sentimiento absorbente de
admiración, de alegría, a veces de enajenación. Hace referencia a
un estado de unión con Dios o lo divino por medio de la
contemplación y el amor vivido íntimamente.
El Trance: Axis Mundi
Este éxtasis puede ser clasificado según 4
categorías no mutuamente excluyentes:
➢ Éxtasis místico y profético
➢ Éxtasis curanderil
➢ Éxtasis sexual
➢ Éxtasis producido por plantas maestras.
El término trance se utiliza preferentemente
entre los médicos, mientras que el término
éxtasis es más teológico y humanista, pero
que ambos tienen el mismo significado.
U
D
H