ADVIENTO
Preparación para la Navidad
Es un período privilegiado para los cristianos:
Nos invita a recordar el pasado.
Nos impulsa a vivir el presente y
Nos advierte para preparar el futuro.
Recordar el pasado
Celebrar y contemplar el
nacimiento de Jesús en Belén.
El Señor ya vino y nació en Belén.
Esta fue su venida en la carne,
lleno de humildad y pobreza.
Vino como uno de nosotros,
hombre entre los hombres.
Esta fue su primera venida.
Vivir el presente
Se trata de vivir en el presente de nuestra vida diaria la
"presencia de Jesucristo" en nosotros y, por nosotros, en el
mundo.
Vivir siempre vigilantes, caminando por los caminos del
Señor, en la justicia y en el amor.
Preparar el futuro
Se trata de prepararnos para la Parusía o segunda venida de
Jesucristo en la "majestad de su gloria".
Entonces vendrá como Señor y como Juez de todas las
naciones, y premiará con el Cielo a los que han creído en Él;
vivido como hijos fieles del Padre y hermanos buenos de los
demás.
Esperamos su venida gloriosa que nos traerá la salvación y la
vida eterna sin sufrimientos.
“No saben el día ni la hora” (Mt.25,13)
En el Evangelio, varias veces nos habla Jesucristo de la
Parusía y nos dice que nadie sabe el día ni la hora en la que
sucederá.
Por esta razón, la Iglesia nos invita en el Adviento a
prepararnos para este momento a través de la revisión y la
proyección.
Aprovechando este tiempo
para pensar en qué tan buenos Revisión
hemos sido hasta ahora y lo
que vamos a hacer para ser
mejores que antes.
Es importante saber hacer
un alto en la vida para
reflexionar acerca de nuestra
vida espiritual y nuestra
relación con Dios y con el
prójimo.
Todos los días podemos y
debemos ser mejores.
Proyección
En Adviento debemos hacer un plan para que no
sólo seamos buenos en Adviento sino siempre.
Analizar qué es lo que más trabajo nos cuesta y
hacer propósitos para evitar caer de nuevo en lo
mismo.
La Misericordia
es un misterio inconcebible de Dios (SF)
“La apertura a
Cristo no puede
llevarse a efecto
más que a través de
una referencia cada
vez más madura al
Padre y a su
amor”(DM)
En la Anunciación del Señor se encarnó
Misericordia de Dios
«Dios habita en una luz inaccesible»
(Cfr.1Tim.6,16)
Habla a la vez al hombre con el
lenguaje de todo el cosmos (DM)
Cristo habla de la misericordia, la explica usando
semejanzas y parábolas, y ante todo, Él mismo la
encarna y personifica.
El mismo es, en cierto sentido,
la Misericordia (DM)
Dios es de infinita Misericordia porque
los hombres estamos bajo el poder del pecado
(cfr.Rom.3,9)
La Misericordia de Dios
produce en el hombre contemporáneo cierta desazón
Los adelantos de la ciencia y el dominio de la tierra no dejan
espacio para la misericordia
Cristo se convierte sobre todo en signo legible
de Dios que es amor
Jesús muestra su mesianidad en el
amor operante (cfr. Lc.7,19)
El amor operante
se hace notar particularmente en el contacto con el
sufrimiento, la injusticia y la pobreza.
La clave para entender la misericordia…
Concepto de «misericordia»
Concepto de «amor»
La Misericordia no rivaliza con la
justicia, difiere, pero no contrasta con
ella.
(Mt.5,7)
«Bienaventurados los misericordiosos, porque
ellos alcanzarán misericordia»
El concepto de «misericordia»
Antiguo Testamento
Al definir la misericordia los Libros del Antiguo
Testamento usan sobre todo dos expresiones, cada una
de las cuales tiene un matiz semántico distinto.
“Hesed”
Ante todo está el término «hesed»,
que indica una actitud profunda de «bondad»
Además “hesed” significa también
«gracia» o «amor»
La base del
«hesed»
es la fidelidad compromiso del amor
El «hesed» es un don y gracia referido sólo
al Señor
En la Alianza el «hesed» que tiene un carácter moral
cobra un contenido legal
El Señor se compromete a cumplirla y el
pueblo a respetarla
Muy a pesar que el compromiso jurídico por
parte de Dios dejaba de obligar cuando Israel
infringía la alianza y no respetaba sus
condiciones.
El «hesed» dejaba de ser una obligación y
se convertía en una gracia más fuerte que el
pecado
El recurso frecuente del binomio
«hesed -we'emet»
(gracia-fidelidad)
Se considera la endíadis del amor de Dios
Así lo hace David, con la conciencia de la gravedad de su culpa (cfr. 2
Sam 11, 12, 24, 10)
Y así lo hace también Job, después de sus rebeliones,
en medio de su tremenda desventura (Job passim)
A él se dirige igualmente Ester, consciente de la amenaza mortal a su
pueblo (cfr. Est 4,17ss)
En los Libros del Antiguo Testamento podemos ver otros muchos
ejemplos
(cfr. Neh 9, 30-32; Tob 3, 2-3. 11-12; 8, 16-17; 1 Mac 4, 24)
Tanto el mal físico como el mal moral o pecado hacen
que los hijos e hijas de Israel se dirijan al Señor
recurriendo a su Misericordia
Todos los matices del amor se manifiestan en la misericordia del
Señor para con los suyos: él es su padre (cfr. Is. 63, 16)
Misericordia infinita ya que Israel es su hijo primogénito
(cfr. Ex 4, 22)
El Señor es también esposo de la que el profeta anuncia con un
nombre nuevo, “lo-ruhama” a la esposa (su pueblo) «muy amada»,
porque será tratada con misericordia
(cfr. Os 2-3)
(Jeremías 31, 3)
«Con amor eterno te amé, por eso te
he mantenido mi favor»
Oseas revela el amor tierno de
Dios, comparable al del esposo
que perdona a su esposa infiel o al
del padre que ama a su hijo
rebelde.
Si Amós es el profeta de la justicia,
Oseas es el profeta del amor,
reiterando siempre la imagen de
Dios y el pueblo como un marido y
su esposa, que termina siéndole
infiel como Gomer su esposa
fornicaria la cual perdona.
Puede perdonar porque es el profeta de la frugalidad y la pobreza.
El profeta ha seguido amando
a la joven y la somete a una
prueba; superada ésta, la
perdona y vuelve a llevársela.
Según la ley pudo sacrificarla en
una lapidación como holocausto
conyugal, pero decidió ser
compasivo con ella.
“Lo que quiero de ustedes es que
me amen, y no me hagan
sacrificios”
(Oseas 6,6)
Nuevo Testamento
Alianza de la Misericordia Divina
El segundo vocablo, que en la terminología
del
Antiguo Testamento
que sirve para definir la misericordia es:
“Rahamim”
En la cultura hebrea del
Antiguo Testamento
“Rahamim” tiene un matiz
distinto del “Hesed”
El Hesed
es el carácter masculino del amor de Dios
Pone en evidencia los caracteres de la fidelidad
hacia sí mismo y de la «responsabilidad del
propio amor»
Rahamim
Carácter de la Madre del Mesías
Denota el regazo materno
(“rehem”)
propio del amor de una mujer madre
José el varón justo Ante el dilema de la
duda decidió optar por
la Misericordia
“José, su marido,
que era un hombre
justo y no quería
denunciar
públicamente a
María, decidió
separarse de ella
en secreto” (Mt.1,19)
Cuando la primera acción es llena de Misericordia , no tarda la
recompensa para el justo.
“Un Ángel del
Señor le dijo en
sueños:
José, hijo de
David, no tengas
miedo de tomar a
María por esposa,
porque su hijo lo
ha concebido por
el poder del
Espíritu Santo”
(Lc.1,20)
María de Nazareth umbral virginal de la
Misericordia Divina
“Porque el Todopoderoso ha hecho en mí
grandes cosas”
(Lc. 1,49)
“Dios tiene
siempre
misericordia de
quienes lo
reverencian”
(Lc. 1,50)
En casa de Zacarías, proclama con toda su
alma la grandeza del Señor
«Por su misericordia» de la que «de generación en
generación» se hacen partícipes los hombres que viven en el
temor de Dios
(cfr. Lc. 1,54)
La misericordia conduce
al perdón
Y el perdón termina en alegría
La parábola del “Hijo pródigo” expresa
de manera sencilla, pero profunda la realidad de
la conversión.
Esta es la expresión más concreta de la obra del
amor y de la presencia de la misericordia en el
mundo humano.
El amor más fuerte
que la muerte más
fuerte que el propio
pecado
En Cristo crucificado
la misericordia se
revela como amor
«Bienaventurados los
misericordiosos porque
alcanzaran
misericordia»
(Mt.5,7)
Alcanzar la misericordia es lograr un
«admirabile commercium»
(cambio admirable)
María la Madre
de la
Misericordia
La Virgen María es
la que de manera
singular y
excepcional ha
experimentado —
como nadie— la
gracia de la
Misericordia
Divina
La Virgen María también
de manera excepcional, ha
hecho posible con el
sacrificio de su corazón la
propia participación en la
revelación de la
Misericordia
Divina
Nadie ha experimentado, como María la Madre del
Crucificado el misterio de la cruz, el pasmoso
encuentro de la trascendente justicia divina con el
amor:
el «beso» dado por la misericordia a la justicia.
(Cfr. Sal 85(84),11-12).
Nadie como la Virgen
María, ha acogido de
corazón ese misterio:
aquella dimensión
verdaderamente divina de la
redención, llevada a efecto
en el Calvario mediante la
muerte de su Hijo, junto
con el sacrificio de su
corazón de madre, junto con
su «fiat» definitivo.
La Virgen María pues es la que conoce más a
fondo el misterio de la misericordia divina.
Sabe su precio y cuán alto es
La misericordia auténticamente cristiana
es también, en cierto sentido, la más perfecta
«encarnación de la igualdad»
entre los hombres y por consiguiente también la
«encarnación más perfecta de la justicia»
La Iglesia de Cristo recurre a la
Misericordia Divina
La Iglesia tiene el derecho y el deber de
recurrir al Dios de la misericordia «con
poderosos clamores»
(Heb. 5,7)
“Misericordia quiero y no sacrificios”
(Mt.9,13)
Jesús restablece la petición de Dios al
profeta Oseas
La Misericordia de Dios es un espejo de luz para
los duro de corazón
Jesús nunca discutió con los
rencorosos, simplemente les
invocó a la misericordia.
Jesús hacía lo contrario a las
practicas de los fariseos.
Jesús no actuaba por mera
contradicción, era de amor
auténtico y de libre bondad.
Para Jesús la Misericordia es más
importante que la pureza legal de
los fariseos.
Vale más un gesto de
misericordia que una vida de
holocaustos (cfr. Is.1,10-17).
Jesús se sacrificó para mostrarnos su amor
“Fue llevado como una oveja al matadero, como un cordero
que se queda callado delante de los que lo trasquilan, así
tampoco abrió él la boca” (Hch.8,32)
“Lo que quiero es que sean misericordiosos, y que no ofrezcan
sacrificios. Pues yo no he venido a llamar a los justos sino a los
pecadores” ( Mt.9,13)
“Ustedes no han
entendido el significado
de estas palabras: «Lo
que quiero es que sean
misericordioso, y no
que ofrezcan
sacrificios». Si lo
hubieran entendido, no
condenarían a quienes
no han cometido
ninguna falta”
(Mt.12,7)
“Dios tiene
entrañas de
misericordia, que
se conmueven ante
las faltas de su
pueblo” (cfr.Os.11,8-9)
“¡Mi corazón está conmovido, lleno de
misericordia por ti!” (Os.11,8)
“Dichosos los
misericordiosos,
porque Dios tendrá
misericordia de
ellos” (Mt.5,7)
Seguir a Jesús es definitivamente ser misericordioso
Seguir a Jesús indica una
relación de imitación entre el
discípulo y el Maestro
“Sean mis imitadores, así como
yo los soy de Cristo” (1 Cor. 11,1)
“Porque quedaron incorporados
a Cristo Jesús, así pues les
ruego que sigan mi ejemplo”
(cfr.1 Cor. 4,16)
“Hermanos sigan mi ejemplo y fíjense
en los que viven según el ejemplo que
nosotros les hemos dado a ustedes”
(Filp. 3,17)
Para los primeros
cristianos seguir a
Jesucristo significaba
tres exigencias muy
importantes:
Primero
Imitar a Jesús
Jesús era modelo a imitar y
recrear en la vida del
discipulado (cfr.Jn.13,13-15).
La convivencia diaria permitía
un roce constante.
En la escuela catequética de
Jesús sólo se enseñaba una
única materia: el Reino de Dios.
Este anuncio del Reino de
Dios se reconocía en la vida y en
la practica de Jesús.
Segundo
Participar del destino del Maestro
Quien seguía a Jesús
debía comprometerse
con Él y “estar con Él en
las pruebas” (Lc.22,28)
Seguimiento leal que
implicaba persecución
(Mt.10,24-25)
Debería incluso estar
dispuesto a morir con Él
(Jn.11,16)
Tercero
Tener la vida de Jesús dentro de sí
Después de la Pascua, a la luz de la Resurrección, se añadió esta tercera
dimensión: “Vivo, pero ya no soy yo, es Cristo quien vive en mí” (Gál.2,20).
Construir el Reino de Dios
Los cristianos procuraban rehacer el camino de Jesús que
había muerto en defensa de la vida y resucitado por el poder
de Dios (Filp. 3,10-11)
Vivir según el Espíritu Santo
Aquí se trata de la dimensión mística del seguimiento, fruto
de la acción del Espíritu.
A manera de síntesis
La Suma Misericordiosa de
Jesús
“Padre, perdónales porque no saben lo que hacen” (Lc.23,34)
Jesús es el perdón del Padre
En hebreo
Perdonar
(slh)
significa verter, rociar, derramar
La cruz de Cristo
Es un manantial por donde ese perdón se
derrama a la humanidad.
La etimología de la palabra latina
“Perdonare”
significa:
Aportar luz
«Per» es un prefijo de sobreabundancia
que, adherido a, «donare», redimensiona
su significado:
Dar sin medida, sin limites, sin proporción
respecto al que recibe
Sólo en Dios es posible esta
generosidad inagotable
Por ello, en la mentalidad bíblica únicamente Él
tiene la capacidad para Perdonar
No porque detente un poder que no quiera compartir,
sino porque es la
Fuente del ser capaz de recrear
incondicionalmente una y otra vez sin agotarse a sí
mismo
Perdonar es seguir dando y la donación de Dios
está aconteciendo en
Jesús el Redentor
Allí donde
nosotros
destruimos,
Jesús
responde
dándose
todavía más,
más, y más
No hay venganza ni juicio por parte de Dios,
sólo su «per-don» un don mayor
Cuanto mayor es nuestra capacidad
de destrucción, mayor es su
donación
El perdón no disimula el mal, sino que comporta
su más radical superación
Perdonar es ser la Luz
del mundo
El mal, en cualquiera de sus formas, es la destrucción
de la vida provocada por la
Absolutización del yo
que lleva a devorar todo lo que opone a ese
autocentramiento.
Cuando entramos en su espiral, dejamos de saber lo
que hacemos y va aumentando nuestra capacidad de
devastación.
Ciegos de angustia y de dolor,
seguimos destruyendo y
autodestruyéndonos.
Jesús el maestro
con autoridad misericordiosa
Lo que enseñó, lo vivió.
“El amor más grande que uno puede tener es dar su vida” (Jn5,13)
La Resurrección
Esperanza de los
cristianos
(Tertuliano siglo II )
La Resurrección de
Cristo es la primicia de
nuestra propia y futura
resurrección
Y no soy cristiano porque crea en la resurrección.
Porque creo en la resurrección, soy
cristiano.
El regreso desde los
Evangelios
El regreso de la gratitud
Lc.17,11-19
El regreso del perdón
Lc.15,11-32
El regreso para evangelizar
Lc.24,13-35
No le tengas miedo al regreso
desde el Evangelio
Porque es una
Conversión de vida
Vivir un mariano
Adviento
Algo que no debemos olvidar…
El Adviento
Es tiempo de preparación, esperanza y
arrepentimiento de nuestros pecados para la
llegada del Señor.
En el Adviento
Nos preparamos para la navidad y la segunda
venida de Cristo al mundo, cuando volverá
como Rey de todo el Universo.
El Adviento
Es un tiempo en el que podemos revisar
cómo ha sido nuestra vida espiritual,
nuestra vida en relación con Dios y
convertirnos de nuevo.
El Adviento
Es un tiempo en el que podemos hacer
un plan de vida para mejorar como
personas.
El anti-Adviento
Esta es una época del año en la que vamos a
estar “bombardeados” por la publicidad para
comprar todo tipo de cosas, vamos a estar
invitados a muchas fiestas que nos desviaran.
El anti-Adviento
Todo este desvío puede llegar a
hacer que nos olvidemos del
verdadero sentido del Adviento.
El auténtico Adviento
Esforcémonos por vivir este hermoso y ardoroso
tiempo litúrgico con:
Profundidad en la fe, y
Sentido cristiano.
De esta forma viviremos la Navidad del
Señor ocupados en el Señor de la
La Virgen cuidó al Niño Jesús
A tí te toca cuidar tu Fe
En tu corazón
En tu alma
En tu mente
En tus fuerzas
“Y el Verbo se hizo carne”
(Jn. 1,14)
Dios se hizo hombre para que los
hombres seamos hermanos
Regresa a tu casa y grita con la
fuerza de tu corazón…
Jesús, En Ti Confío
Santo Adviento
¡Feliz Navidad!